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Magíster en Arquitectura
“Del Paisaje a la Infraestructura Contemporánea”
Roberto Polanco
Junio/2010
“La fotografía es una herramienta para tratar con cosas que todos conocen pero a
las que nadie presta atención” – Emmet Gowin
Esta fotografía (que podría ser una más de las miles) que puebla hoy internet
como “recuerdo” de lo que fue el terremoto del pasado 27 de Febrero, es con la
que intentaré analizar el rol de la fotografía tardía en los actuales medios de
comunicación. Más precisamente, cómo es que ella, se transformó en la llamada
“fotografía oficial” del terremoto. En este sentido, cuáles son las características
tanto internas como externas que la volvieron incluso a aparecer en la portada de
los principales medios de comunicación del país.
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pero que dado los avances tecnológicos fue perdiendo ante la colonización de la
inmediatez entregada por la cámara de video.
Sin embargo, esta distinción hoy parece algo básico y tal vez hasta pueril. Pero si
se es capaz de hilar más fino, ella plantea una profunda pregunta sobre el rol que
tendría en la actualidad la fotografía en los medios de comunicación. Según el
autor, la fotografía fría está llamada a estar relegada a cumplir con la función de
ser la contenedora de la memoria de los rastros y vestigios de los acontecimientos
catastróficos. Para ello argumenta que la fotografía aparece tarde, deambulando
por donde han ocurrido las cosas. Y esto es precisamente lo que sucede con la
“fotografía oficial” del terremoto en el sur de Chile. Es esta fotografía, la que
entrega de manera simple, pero no menos desgarradora, un mensaje que intenta
adentrarse lo más posible en la memoria de una nación conmovida y golpeada por
una catástrofe de esta naturaleza.
Aparece ella un par de días después, como un “símbolo” de lo que nos sucede
como país, y porqué no decirlo, como personas. Lo que parece paradójico, es que
más allá de las maratones de enlaces en directo y despliegue mediático “en vivo”
que realizaron los canales de televisión desde la zona devastada, es una
fotografía la que “simboliza” y se alza como imagen de un espíritu nacional, de una
“idiosincrasia” rasgada por el desastre.
¿Cómo es posible entonces que esto suceda? Según el autor, la fotografía se usa
hoy en día como mero significante de lo memorable, como si hubiera una
conexión directa entre las funciones de la memoria y las cualidades congelantes
de la cámara fotográfica. Pues bien, es cierto, pero no se debe dejar el análisis
hasta ahí. El hombre, por antonomasia, busca dejar huella. Anhela tener memoria,
y hoy es precisamente (ante la avalancha de lo audiovisual) que la fotografía se
alza como un fantasma del movimiento del acontecer. Y es aquí donde creo que
se da una situación particular. Ante tanto “enlace”, “transmisión en directo” y
“breaking news”, es esta fotografía la que resume, congela y detiene (tardíamente)
un hecho en sí mismo caótico. Si hacemos el paralelo con la vida de cada uno de
nosotros, en que el día a día es por decirlo de algún modo “movido”, son las
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fotografías las que congelan y detienen el acontecer del diario vivir. El acaecer del
mundo parece quedar contenido en una imagen fija.
Esta necesidad a su vez, se relaciona con la distancia que toma la fotografía del
hecho mismo fotografiado. En palabras del autor las fotografías -tardías- aparecen
para alejarse de la incesante corriente de datos canalizada por la convergencia de
las modernas tecnologías de la imagen moderna.
Pero esto nos lleva indefectiblemente a preguntas nuevas. Ese silencio contenido
en la fotografía tardía, ¿Puede llevar a la eliminación del análisis de los eventos
contenidos en una fotografía?
Si se me permite reflexionar sobre esto, me parece que no. Una fotografía como
de la que estoy escribiendo, al contrario de eliminar los análisis, los abre. Los
potencia y los eleva a un nuevo nivel. Si bien es cierto, no sé si para todos los
individuos, pero sí para aquellos que ven en la fotografía una nueva forma de
captar la realidad.
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tanto realidad acontecida y en tanto congelamiento de un hecho ocurrido y del cual
la sociedad chilena necesitara tener recuerdos (elementos de una historia) que se
elevan por sobre la inmediatez y fugacidad de la imagen en movimiento.