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2 Ed it orial

3 El Estudio Arqueo lógico de l Estado

6 Hacha y la ocupación temprana del valle de Acarí


Francis A. Riddell y Lidio M. Valdez

11 Informe del Segundo Sem inario sobre Arqueología del


Sur-occ idente Colomb iano
Carlos A. Rodríguez y Héctor Sa lgado L.

GACETA 13 La secu encia de la cerámica temprana del vall e de Lima


ARQUEOLOGICA en Huachipa
ANDINA Jonathan Palacios L.

Añ o IV Dic. 1987-Ab r. 1988 No. 16


25 Recientes investigaciones acerca de la ocupación
temprana de la Región Pampeana
Es una publicaci ón trimestral Gustavo G. Politis
del lNDEA
Institu to Andino
de Estud ios A rqueológicos 30 Changos: sitio Paracas en el valle de Pisco
Ann H. Pete rs
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F rancisco Lazo 1537 , Lince

T elf. 7 183 19

Carátula
Botella escu Itórica de la fase Ce­

rro Medio, proveniente de Hua·

chipa, valle de Lima.

Foto: Mario Acha, 1988 Auspicia el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONCYTEC)
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EL ES UDIO ARQUEOLOGICO

DEL ESTADO

Uno de los principales problemas a dad, como son el darle la condición de sus inferencias a niveles de compromi­
los que se enfrenta el arqueólogo en su ofrendas a los objetos o asumir formas so lógico mayor.
tarea de reconstru ir la historia de los rituales que "reconstru imos" por ana­
pueblos antiguos, está en el descubri­ logía con formas de conduc ta social Con lo que los arqueólogos llaman
miento y exam en de los aspectos " no observadas en otras sociedades de las basurales, que son los depósitos de de­
materiales" de la cond uel a social. Es qu e ya tenemos noticia. sechos de la actividad doméstica, en
evidente que existen toda una serie apariencia tampoco hay problemas de
de aspectos del pensamiento y la con­ rebasar el dato empírico, dado que son
du cta que no se expresan en restos Podemos ir más allá, si encontramos expresiones materiales concretas de la
materiales susceptibles de ser identi­ muchas tumbas del mismo tipo, por lo vida cotidiana. Sin embargo, en la "lec­
ficados por los arqueólogos de modo cual inferimos qu e todos los muertos tura estratigráfica" y el examen estruc­
directo. Por esta causa, se supo ne que eran socralmente iguales. Esta inferen­ tu ral-morfológico de dichos basurales,
el trabajo del arquéologo se limita al cia será relevante si hall amos un ce­ los niveles de inferencia pueden ser
estudio de aquell s aspectos de la ac· menterio en donde dos o tres tum bas muy complejos, dado que no solo se
tividad social que dejan huellas que son especialmente "ricas" y dife rentes trata de identificar la superposición f{­
se mant ienen a lo largo de los años. a la mayoría, de donde obtendremos la sica de las deposiciones, sino que es
El probl ema central sin embargo, es inferencia que estamos frente a una so­ necesario explicar la naturaleza de ta­
establecer cuales acti idades dejan ciedad que establee fa diferencias entre les deposiciones y los factores causales
hu ellas r:1 ateriales y cuales no . unas gentes y otras. Nótese que en to­ de la superposición ; tales aspectos es­
das estas inferencias la explicación está tán sujetos a leyes tanto físicas como
referida a aspectos no materiales de la culturales, que el arquéologo debe in­
Una tu mba, evidentemente nos cu ltura que, como vemos, sin embargo, ferir mediante procedimentos deducti­
está revelando una actividad social ti enen una expresión material que se vos o transductivos de diverso tipo.
concreta, que identifica procesos espe­ resuelve por vía de la recunencia y a
cíficos de, por ejemplo, remoción de partir de una inferencia de carácter Prácticamente, co n todos los restos
tierra, preparación del muerto , agre · deductivo o transductivo. materi ales con los que el arquéologo
gación de Objetos cerca del mismo, trabaja ocurre lo mismo y , en la prácti­
etc. Esos son los hechos materiales ca, la diferencia de magnit ud y calidad
concretos. Los arqueólogos de alll Aparentemente, el ejemplo de una de los niveles de inferencia está en re­
inferimos que los objetos agregados tu mba arqueológica es el que menos lación directa con la magnitud y cali­
so n ofrendas mortuorias y que tanto deja lu gar a dudas respecto a la rela· dad de los restos arqueológicos.
el sepulcro como la preparación del ci ón directa entre el dato emptrico y el
cadáver expresan una conducta de la dato histórico inferido; quizá por esta En nuestro tiempo y sobre todo a
gen te en relación a la muerte . Este causa fu e -sobre todo en el pasado­ partir de la década del 50, los asenta­
segundo nivel es una inferencia que si uno de los objetos de estudjo preferi­ mientos humanos -y no ya solo las
bien parte de los datos materiales con­ dos por los arqueólog s positi vistas, tumbas, los basurales o los objetos ais·
cretos, acude por deducción a explicar quienes encontraban en las tumbas el lados- se han convertido en uno de los
aspectos no materiales de dicha activi­ refugio más adecuado para no elevar principales objetos de la investigación

Tumba de per sonaje pr inCi pa l Moche en Huaca de LD Cru z, Va lle de Virú (Strong y Evans: 1952)
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arqueológica. En la medida en que un


asentamiento humano es el resultado
de múltiples actividades y procesos de
orden social, los niveles de inferencia
que su estudio im pone, son pues muy
vastos.
Todo esto partie ndo de los restos
materiales, lo que d e algún modo se
resuelve vía la i n d u~cción. Actualmen­
t e existe la tendencia a hacer el cam ino
al revés, es decir que partiendo de la
sociedad se busque en el dato empírico
los elementos que la expliquen, es de­ Escena de un ceramio Moche
cir vía la deducción. Sin dud a una aro
ticulación lógica de ambas es d e gran En la explicación de un fenómeno Pero , del mismo modo es ne esario
im portancia. ~ I deLEs tado ,-eLarq.u eól.Q.go - e9~ también tener una definida caracteriza­
A raíz de esto, la investigación ar o mo todo inv estigador social debe tener ción de lo que se entiend e por clases
queológica busca descripciones y expli­ premisas muy claras respecto a su o bje­ sociales. Existe la tendencia a su po·
caciones de aspec tos tales co mo el de to de estudio. Consecuentemente de­ ner que la di ferencia de clases más sig ­
la organización de la vida familiar o del be ~a!le)ar co n precisió n las cat~g~rlas nificativa es la que exi ste entre ricos y
Estado, temas que hasta nuestros d ías ~g l.C as-4lie se convierten en su po bres, de modo que se establece in­
eran casi exclusivamente abo rdados objeto de trabajo. La debilidad en pre­ cluso la categorla de "·estratificació n"
por los historiadores, los sociól ogos o cisar la naturaleza ontológica del Esta­ como expresión de una suerte cíe jerar­
los antropólogos. Val e la pena recordar do, incide notablemente en la calidad quía e ntn~ individuos o sectores más
que las teo rías más ambiciosas de ex­ y consecuencias de su investigación. ricos y más pobres. Esa es una equ {vo­
plicación de la evolución de los pue­ ca y confusa identi ficació n del fenó­
blos fue hecha por ese tipo de especia­ Si se entiende por Estado una insti­ meno clasista, que ha inducido a mu­
listas y no por arqueólogos, quienes se tución jurídica cuya existencia está de­ chos denhficos sociales al error de
ocuparon más bien de explicar aspec­ terminada por parámetros tales como confu ndir sociedades estratificadas en
tos relati vos a la historia de l arte, o a la Q) el territorio que ocupa, la jerarq 'a d f\ diversos niveles de jcrarquización con
evolución tecnológica. No es pues de sus órganos de poder, o la fo rma de su '­ sociedades escindidas en clases: la es­
extrañar que unO de los pioneros del ") organización, obviamente la arqueo 10­ tratificación puede deberse a diferen­
abordaje cient¡'fico-social de la arqu eo­ gla no estar{a en disposición de abor­ cias en el rango de edad , por razo nes
logía fu era un ho mbre de nues tro dar su análisis. Por ejemplo, el territo· sexuales o por factores de prestigio,
tiempo como Gordon Chi lde, quien in­ .!_ÍQ. de.J.l.J1...Estado-.l1o_pu.ed.e ser...c.o.nfu.o.,. mientras que las segundas se debe di·
trodujo en la arqueolog¡'a temas hasta dido con el área de ex pansión de un rec tamente a la di fe rente participación
ento nces heréticos como el de la revo­ determinado tipo de ceI:1!mkª, ni p,ue. de la gente en el proceso de produc ­
lución social, el examen de las cl ases de atribuirse la condición de "jefe ' de ción.
sociales y desde luego la disc usió n so­ un '. ad.!uLquien se difereñcia de las
bre el nacimiento de insti tuciones que demás gentes por hechos ta les como Es menester señalar que la riqueza
aparentemente no deja n rastros mate­ ~ entierro más ele@!!~ una vivien­ o pobreza, como diferencia de las cia­
riales tales como el Estado, la organ iza­ da más lujosa. En el prim er caso, la dis­ ses sociales, es el aspecto consecuente
ción de la fam ilia, la propiedad, etc . p er~j9n. de una.cerárnlc.a puede no indi­ y no causal de su ex istencia. Una clase
car otra cosa que un proceso_de di stri ­ de gentes se diferencia de o tras por su
Durante la década del 60 y parte ~ ución de este producto vía el in ter­ diferente participación en la vid a so­
del 70, antropólogos e historiadores, cambIo, etc., y una vivienda más lujo­ cial en su conjunto, desde el proceso
sin una significativa participación de sa o un entierro suntuoso pueden ser del trabajo hasta la vida coti dia na, de­
arqu eólogos, abordaron el estudio de diferencias de estatus que se presentan rivado todo esto de su ubicació n dife­
la aparición de l Estado a partir de la tam bién en sociedades en donde no renciada en el proceso de producción,
fu ente t nográfica. Esta situación, sin existe Estado. distribuc ión y consumo. Por esta cau­
embargo, se ha revertido desde la dé­ sa, cuando se busca establecer la xis­
cad a del 70 y especialmente en nues­ tencia de clases sociales, esta no s de·
t ros d ías, de modo que el debate sobre Si, en cambio, se asumeJII!.EI. el Esta­ fine por la mayor o meno r riqueza de
la aparició n del Estado es parte ya de do es una form a de organización . e .a_ los individu os sino por su diferente
la preocupación sistemática de los sociedad éSCindid a en
clases. cuya fun­ ubicación en las actividades produ ct i­
arq ueólogos. ción es la de establecer las reglas-de vas y las relaciones que de ellas se deri­
juego para la coexiste.ncia_.d.e.-'ÍLchas van. Un campesino, como clase, se di­
Por esta razón, el problema de los clases. entonces ni el territorio , ni la ferencia de otra gente, porque su tra·
diversos ni veles de la in ferencia ar­ jerarqula, ni<>tros aspectos de- ord en . bajo está referido a la explotación di ­
qu eológica ha sensibilizado el interés fenomenico podrán servir como pauta recta de los bienes de co nsumo tales
entre los arqueólogos por la teoría ge­ para la identificación del Estado. En como la producción agrícola , la gana­
neral y la teoría de la observació n, este caso, el arqueólogo de berá comen­ dería, etc.
quienes deben resolver la explicación zar por establecer la existencia o no de
y descripción de tales fe nómenos re­ clases sociales, como pu nto de partida, En la sociedad, se produce la esci­
curriendo al da to arqueológico tal cual dado que, de acuerdo a esta co ncep­ sión de clases cuando aparece una clase
es este, es decir con todas sus limita­ ción, el Estado requiere de la existen­ diferente a la de los campesino s, sin
ciones y posibilidades. cia. de clases sociales para su justifica­ implicar esto que unos sean más ricos
ción . que otros, por lo menos en un co mien­
zo. Consecuentemente la búsq ueda de
La identificación de diferentes cia­ clases sociales de be estar referida a es­
ses de gente en una sociedad se puede tablecer la naturaleza y calidades de la
resolver con procedimientos arqueoló­ djvisión social del trabajo que se esta­
gicos de diverso tipo; es decir que una blece en una sociedad dada.
hipótesis acerca de que en una socie­
dad dada existieron clases sociales, es De acuerdo con la experiencia his­
posible de contrastarse utilizando res· tórica, la prim era y fundamental divi­
tos materiales tales como u na recurren­ sión social en clases se produjo como
te diferenciación entre uno s indivi­ consecuencia de la aparición de traba­
duos y o tros tanto en las sel>ulturas co­ jadores que no tenían la condición de
mo en los asentamientos. campesinos ; es to estableció una dife-
Escena de un ceramio Moche
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re ncia entre t rabajadores del campo y


trabajadores en u n centro de produc­
ción diferente al cam po : la ci dad . En
térmi nos de la investigació n arqueo ló­
gica, para probar la existencia de clases
sociales ~e b erá_ p_ues pro barse en r ri­
mer lugar la existe ncia de una for ma
urbana de vida, dado qu e esta es la
condi ció n que determ ina a división
soc ial dicha .
Es necesario que se advierta que
esle abordaje del problema parte de
una concepción teoriea q te l i ~a I Es­
tado con las clases sociales y estas con
la ciudad , de ntro de una cade na causal
que pone n el primer eslabón el surgi­
mie nto del fe n 'meno ur bano, sin el
cual no se pueden dar los otros; por lo
tan to, si este no existe, las dife rencias
entre li nos individuos y otros, o la A sentamiento u rbano en el valle de Cha ncay (S.A .N . - 1002.89)
existenc ia de ámbitos de infl uencia de
una cult ura sobre otras, no est án ex­ el trabajador de la ciudad. De esta ma­ exista para regular las relaciones entre
presando con tenidos clasistas ni exis­ nera la d iferencia fl'siea en tre un asen­ unas y o tras.
tencia de l Estado, Pueden , por el con­ tami ento urbano y uno rural debe co n­
trario , estar refl ejando diferencit s de En consecu encia, es evi dente qu e la
sistir en qu e en el prim ero lo caracte­ arq ueologi'a está en co ndiciones de ac­
estatus e ntre los ind ivid uos o la capa­ r¡'stico serán los edificios públicos, o
cidad o el éxito expansivo de de t ermi ­ ceder al estudio de institucio nes como
sea los centros de trabajo, mientras el Estado, que aparentemente no dejan
nados aspectos de una cultu ra, lo que qu e en el asen tamiento rural lo carac­
puede prod ucirse. y de hech o se pro­ huellas materiales de su E'xistencia. De
ter¡'stico serán los ed ¡ficios de carácter lo dic ho se colige que esta posibilidad
due , en cualquier tipo de sociedad. dom éstico. Aspectos tales como las está directamente relacionada con la
Evidentemen te , el arqueól ogo que facilidad es y es paci s de esparcim ie nto posición teól;ca qu e se ex presa en el
r.o nCuént ra ni al Estado ni a las cla­ y activid ad pública, estará n dete rmina­ uso preciso d las categor ías co n las
ses sociales de modo directo en el exa­ dos por la diferencia cualitativa y de que el arqueólogo quiere referi rse a la
men de los restos materiales, en cam­ natural eza de los pobladores qu e habi ­ realidad, es decir de la definición de
bio si está en condiciones de enfrentar­ tan dichos lugares. Del mismo modo, qué entiende por Estado y cómo esta­
se dirf'ctamente a los res tos de un asen­ su tamaño y grado de concentración blece la relación entre esta institu ció n
tamiento ur bano y por tanto mediante noblacio nal estará directamente rela­ y la existencia de las cl ases social es y , a
procedimientos ex pl I'c itamente ar­ cionado con la magnit ud y natu raleza su vez , la relación que hay entre estas
qu eo lógicos, pu ede de ter minar si en de los centros de producció n, en el ca­ y la ci udad.
u na sociedad ex iste o no u n pat.rón de so de las ciudades , y de la can tidad de
t ierras o ganado en los cen tros rurales_ Si es qu e estos tres fenómenos se
vida ur bano. Apare ntemente esto es identifican com o dependientes unos de
muy o bvio , sin embargo, nue amente, El arqu eólogo, a partir de estos pa­ otros, de manera tal qu e u no es conse­
el arqu ólogo se enfrenta a la necesi­ rámetros, está en co nu icione s de esta ­ cuencia del otro , al poder de terminar
dad de estab lecer u na inferencia con bl ecer em píricam ente la diferencia en­ arqueológicamente uno de ellos se es­
un ne to compro miso teórico, qu con ­ tre una soci edad ur bana y una socie­ ta rá en condicio nes de inferir los o tros .
siste en tener una clara definic ión de dad ru ral , sin acudi r a o tra fu ente qu e Pero, si es que se considera que son in­
lo qu e de be considerar urba no o no­ no sea la estric tamente arqueo lógica. de pendie ntes, entonces cada cual debe ­
urbano . Para ello debe rá establecer el carácter rá ser E'xplicado de manera autó no ma
público o do méstico de las obras que de modo que el arqueólog no estaría
Hemo s dicho qUe la diferencia entre iden tifica el asentamiento y deducir de en co ndiciones de estudiar aquellos as­
el campo y la ciudad está det ermin ada ello su carácter , y po r tant o por inferir pectos que de ntro de esa perspectiva,
po r la naturaleza del trabajo que reali­ qu e hay una cIase de gentes difE're ntes no dejan huellas materiales.
zan las gentes qu e viven en uno u o tro v consecuentemente la necesidad de
lugar, por tanto un ase ntamiento ur ­ un a institu ció n como el Estado que L. G. L.
bano será diferente de un asentamien­
to rural o cam pesi no por los diferentes
restos materiales que expresen la natu­
raleza disti nta de l trabajo de sus habi ­ Organ izado po r la Coo rd inad o ra Nacio ­
tantes. El trabaj ador d el campo reali ­ nal de Est ud iantes de A rq u eologt'a (CONA ­
za su actividad productiva en los cam­ DEA), y la U niversidad Na cional de T r uj i ­
pos d e cultivo, las zonas de pastoreo , 110 , se rea liza est e event o , que co nsist e en:
et '., y u tiliza el asentamiento rural pa­ Sim pos io . Ponencias y Co nf eren cias, en donde
ra resolv er los aspectos domésticos de se pr eseilt an los áva nces de sus invest iga cio nes.
su ex ist.encia ; dormir, cocinar, comer, Luego, se eva rll an aq uell os aspecto s que co n­
ciernen a la Fo r mación Acad émico- Profesiona l
guardar sus instrumento s, etc ., pero su en nu est ras un iversidades, aprobánd ose en la
centro d e t rabajo estará fuera de su lu­ última parte, los Estat utos q ue regirán la vida
Dar de vivienda. P r el contrario , el po­ institucional de la CO N ADE A.
blador urba no , que realiza su act ivida
productiva en tall eres art sanales, tem ­ Actividades de ,esta naturaleza expr esa n la
plos, mercados, etc., no requiere resol ­ co n sta nte preo cupación (j e los estudiantes de
ver su ex istencia do méstica en lugares Arq ueolog (a po r abord ar problema s d e o rden
distintos a aquellos en los que está pro ­ profesio nal. cada vez co n mayor r espo nsab il i­
dad y comprom iso f rente a nuestra profesión y
duciendo . la soc iedad. Es una manera mu y directa de en ­
Es más, la dife(encia más significati­ f rentar co n ser ieda.d la s defi ciencias, en la Fo r ­
va pntrE' un asentamiento rural y uno mació n Profesiona l qu e aún aqu eja a nuestras
un iver sidades. E L INDEA SA LUDA Y A PO Y A
urbano reside en que en el asentamien­ EST A IN ICI A TIVA DE LO S EST U DI A f\IT ES
to urbano. lo dominante será la exis ­ DE AROU EO LOG I A .
te nci a de íos centros de trabajo en tor­
no a los cuales rganizará su vivienda

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