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Material de Cuaresma 2011

Este año el material que presentamos esta basado en estratos de documentos importantes de la
iglesia, a los cuales pocos feligreses recurrimos con frecuencia, hasta poder decir que no sabíamos de
su existencia. Es por eso que tratamos de dar difusión a estos documentos de esta manera.

Algunos aspectos a tomar este año es que muchos grupos ya tienen su calendario de actividades
y temas ya estructurados; por lo cual este material solo es auxiliar para las reuniones de este tiempo
litúrgico

Para facilitar la comprensión de los documentos se recomienda que se estudie con calma y
detenimiento y se busque asesoramiento del sacerdote.

Una recomendación que damos es que durante este tiempo se tenga un lugar especifico para las
reuniones, para tener a la vista el mural que los jóvenes fabriquen y para poder adornar sin tener
problemas con otros grupos.
Primer Tema

Oración

Leer Mateo 6, 16-18 y realizar la siguiente reflexión de la palabra sobre el miércoles de ceniza.

A continuación esta presentamos como una referencia y/o ayuda el comentario realzado por Pablo
Cardona. Fuente: Una Cita con Dios, Tomo VI, EUNSA

Miércoles de Ceniza

«Cuando ayunéis no os finjáis tristes como los hipócritas, que desfiguran su rostro para que los
hombres noten que ayunan. En verdad os digo que ya recibieron su recompensa. Tú, en cambio, cuando
ayunes, perfuma tu cabeza y lávate la cara, para que no adviertan los hombres que ayunas, sino tu
Padre que está en lo oculto; y tu Padre que ve en lo oculto te recompensará». (Mateo 6, 16-18)

I. «Cuando ayunéis no os finjáis tristes.» Jesús, empieza hoy el tiempo de Cuaresma, ese tiempo
previsto en la Iglesia para prepararme a vivir los días de tu Pasión, Muerte y Resurrección, que son los
días centrales del año. La Cuaresma son cuarenta días en los que, imitando aquellos cuarenta días que
pasaste en el desierto antes de empezar tu predicación, he de intentar unirme más a Dios con la oración
y el ayuno.

Hoy es miércoles de ceniza. En una ceremonia especial, en la Misa, el sacerdote me pone ceniza en la
cabeza mientras me dice: «acuérdate que eres polvo y al polvo has de volver». Jesús, hoy es un buen
día para darme cuenta de que soy tierra, polvo, nada; y que en pocos o muchos años seré un montón de
cenizas como ésas que me han puesto hoy. Hoy es un buen día para preguntarme: Jesús, ¿qué estoy
haciendo con mi vida?; ¿cómo estoy aprovechándola para cosas que valgan la pena de verdad? Y ante
lo mucho que tengo que rectificar, me doy cuenta de que he de purificarme con más oración, con más
sacrificio.

II. «La muerte llega inexorable. Por lo tanto, ¡qué hueca vanidad centrar la existencia en esta vida!
Mira cómo padecen tantas y tatos. A unos porque se acaba, les duele dejarla; a otros, porque dura, les
aburre... No cabe, en ningún caso, el errado sentido de justificar nuestro paso por la tierra como un fin.
Hay que salirse de esa lógica, y anclarse en la otra: en la eterna. Se necesita un cambio total un vaciarse
de sí mismo, de los motivos egocéntricos, que son caducos, para renacer en Cristo, que es eterno.
(Surco.-879).

Se necesita un cambio total, un cambio de lógica. Esto es lo que la Iglesia me presenta con el miércoles
de ceniza: vale la pena vaciarse de uno mismo, de los motivos egocéntricos, que son caducos. Pero eso
cuesta. Necesito entrenarme si quiero ganar en ese deporte espiritual, en esa lucha cotidiana por
cumplir tu voluntad y no la mía. Parte de este entrenamiento es el dominio de los sentidos a través de la
mortificación y, en concreto, del ayuno y la abstinencia. Por eso la Iglesia introduce estas prácticas en
su cuarto mandamiento.

«El cuarto mandamiento (ayunar y abstenerse de comer carne cuando lo manda la Santa Madre iglesia)
asegura los tiempos de ascesis y de penitencia que nos preparan para las fiestas litúrgicas; contribuye a
hacernos adquirir el dominio sobre nuestros instintos y la libertad del corazón». (CEC. 2043).

Hay dos días en el año en que el ayuno obliga a mayores de dieciocho años y menores de sesenta: el
miércoles de ceniza y el viernes Santo. Esos días, salvo que no convenga por razones médicas, el ayuno
consiste en no hacer más que una comida al día, si bien se permite un ligero desayuno y una ligera
cena. Además, estos dos días y todos los viernes de Cuaresma son días de abstinencia.

La abstinencia obliga a los que han cumplido catorce años y consiste en no comer carne, ofreciendo
este pequeño sacrificio a Dios. El ayuno, como cualquier otra mortificación, además de lo que supone
de dominio de los sentidos, me une al sacrificio de la Cruz. Jesús, cuando te ofrezco una pequeña
mortificación, te estoy imitando en tu entrega en la Cruz. Por eso, el viernes Santo, el día en que
mueres por nosotros, es un día de ayuno. Que me sepa concretar para este tiempo de Cuaresma unas
pequeñas mortificaciones que me ayuden a purificarme y a unirme más a Ti: mortificaciones en las
comidas, en detalles de orden, de puntualidad, de servicio, de sobriedad en el uso de los medios
materiales, etc...

Después de realizar la reflexión de la palabra rezamos un padre nuestro y terminamos con un Gloria.

Charla

A partir del siguiente comentario intentar crear conciencia en el joven que este tiempo no es como
cualquier otro tiempo, sino que debemos hacer penitencia y preparar nuestros corazones para la venida
de Cristo Rey.

I. Comienza la Cuaresma, tiempo de penitencia y de renovación interior para preparar la Pascua del
Señor (CONCILIO VATICANO II, Sacrosantum Concilium). La liturgia de la Iglesia nos invita sin
cesar a purificar nuestra alma y a recomenzar de nuevo. En el momento de la imposición de la ceniza
sobre nuestra cabeza, el sacerdote nos recuerda las palabras del Génesis, después del pecado original:
Acuérdate, hombre, de que eres polvo y en polvo te has de convertir (Génesis 3, 19).

Y sin embargo, a veces olvidamos que sin el Señor no somos nada. Quiere el Señor que nos
despeguemos de las cosas de la tierra para volvernos a Él. Jesús busca en nosotros un corazón contrito,
conocedor de sus faltas y pecados y dispuesto a eliminarlos. También desea un dolor sincero de los
pecados que se manifestará ante todo en la Confesión sacramental. El Señor nos atenderá si en el día de
hoy le repetimos de corazón: Oh Dios, crea en mí un corazón puro, renuévame por dentro con espíritu
firme.

II. La verdadera conversión se manifiesta en la conducta: en el trabajo, hecho con orden, puntualidad e
intensidad; en la familia, mortificando nuestro egoísmo y creando un ambiente más grato en nuestro
entorno; y en la preparación y cuidado de la Confesión frecuente. El Señor también nos pide hoy una
mortificación más especial, que ofrecemos con alegría: la abstinencia y el ayuno; también la limosna
que, ofrecida con un corazón misericordioso, desea llevar consuelo a quien pasa necesidad.

Cada uno debe hacerse un plan concreto de mortificaciones para ofrecer al Señor diariamente esta
Cuaresma. Para hacerlo, tengamos en cuenta que deben ser "mortificaciones que no mortifiquen a los
demás, que nos vuelvan más delicados, más comprensivos, más abierto a todos" (J, ESCRIVÁ DE
BALAGUER, Es Cristo que pasa)

I. San Pablo (2 Corintios, 5) nos dice que éste es un tiempo excelente que debemos aprovechar para una
profunda conversión. Podemos estar seguros que vamos a estar sostenidos por una particular gracia de
Dios, propia del tiempo litúrgico que hemos comenzado.

"Tiempo para que cada uno se sienta urgido por Jesucristo. Para que los que alguna vez nos sentimos
inclinados a aplazar esta decisión sepamos que ha llegado el momento. Para que los que tengan
pesimismo, pensando que sus defectos no tienen remedio, sepan que ha llegado el momento. Comienza
la Cuaresma; hay que mirarla como un tiempo de cambio y de esperanza" (A.Mª. GARCÍA
DORRONSORO, Tiempo para creer).

Dinámica de Compromiso

Materiales

Tener a la mano revistas, periódicos o cualquier otra cosa donde los jóvenes puedan recortar
vicios, placeres y privilegios que ellos están dispuestos a dejar en este tiempo.
Tijeras
Un lugar para hacer un mural
Dinámica
Los jóvenes recortarán imágenes que para ellos representen algunos privilegios, vicios o
placeres que ellos estén dispuestos a dejar para preparar su interior para la llegada de la Pascua.
Después entre todos los jóvenes realizaran un mural con todo sus recortes y también deberán pensar en
el titulo para este.
El animador hará un recuento de que vicios, placeres o privilegios son los que mas estén
repetidos y motivara a la reflexión de cual tan difícil sera dejarlos.

Compromiso

El mural deberá ponerse en un lugar visible para todo este tiempo para así recordarnos lo que hemos
prometido.
Segundo Tema

Oración inicial

Leer Lucas 5: 27 - 32 y realizar una meditación de la palabra. Al terminar de la meditación realizar un


oración espontánea

Después de esto, salió y vio a un publicano llamado Leví, sentado en el despacho de impuestos, y le
dijo: «Sígueme.» El, dejándolo todo, se levantó y le siguió. Leví le ofreció en su casa un gran
banquete. Había un gran número de publicanos, y de otros que estaban a la mesa con ellos. Los
fariseos y sus escribas murmuraban diciendo a los discípulos: «¿Por qué coméis y bebéis con los
publicanos y pecadores?» Les respondió Jesús: «No necesitan médico los que están sanos, sino los que
están mal. No he venido a llamar a conversión a justos, sino a pecadores.»

Charla

A partir del documento emitido “De la Constitución pastoral Gaudium et spes, sobre la Iglesia en el
mundo actual, del Concilio Vaticano II” hacer reflexionar al joven de como la sociedad de hoy en día
cree que puede vivir sin Dios e incluso se siente superior a Él.

Los interrogantes más profundos del hombre

Nuestro mundo que sabe «gozar de la vida», que subordina al bienestar económico cualquier aspiración
del espíritu, que se adapta con desenvoltura a cualquier situación..., no encuentra el necesario sosiego,
ni la paz. Y la cuestión vuelve a plantearse una y otra vez, angustiosa: ¿cuáles son las verdaderas
exigencias del hombre? Aparentemente, todo parece marchar correctamente sin Dios, pero no hay
alegría. Se precisa descubrir a Cristo vivo, germen de transformación progresiva y radical de nuestras
vidas, el único capaz de aportar confianza en el hombre, en la historia, en el futuro. Cristo es el sentido
de la vida.

El mundo moderno aparece a la vez poderoso y débil, capaz de lo mejor y de lo peor, pues tiene abierto
el camino para optar entre la libertad o la esclavitud, entre el progreso o el retroceso, entre la
fraternidad o el odio. El hombre sabe muy bien que está en su mano el dirigir correctamente las fuerzas
que él ha desencadenado y que pueden aplastarlo o salvarlo. Por ello se interroga a sí mismo.

En realidad, los desequilibrios que fatigan al mundo moderno están conectados con ese otro
desequilibrio fundamental que hunde sus raíces en el corazón humano.

Son muchos los elementos que se combaten en el propio interior del hombre. A fuer de creatura, el
hombre experimenta múltiples limitaciones; se siente, sin embargo, ¡limitado en sus deseos y llamado a
una vida superior.

Atraído por muchas solicitaciones, tiene que elegir y que renunciar. Más aún, como enfermo y pecador,
no es raro que haga lo que no quiere y deje de hacer lo que querría llevar a cabo. Por ello siente en sí
mismo la división, que tantas y tan graves discordias provoca en la sociedad.

Son muchísimos los que, tarados en su vida por el materialismo práctico, no quieren saber nada de la
clara percepción de este dramático estado, o bien, oprimidos por la miseria, no tienen tiempo para
ponerse a considerarlo, Muchos piensan hallar su descanso en una interpretación de la realidad,
propuesta de múltiples maneras.

Otros esperan del solo esfuerzo humano la verdadera y plena liberación de la humanidad y abrigan el
convencimiento de que el futuro reino del hombre sobre la tierra saciará plenamente todos sus deseos.

Y no faltan, por otra parte, quienes, desesperando de poder dar a la vida un sentido exacto, alaban la
audacia de quienes piensan que la existencia carece de toda significación propia y se esfuerzan por
darle un sentido puramente subjetivo.

Sin embargo, ante la actual evolución del mundo, son cada día más numerosos los que se plantean o los
que acometen con nueva penetración las cuestiones más fundamentales: ¿Qué es el hombre? ¿Cuál es
el sentido del dolor, del mal, de la muerte, que, a pesar de tantos progresos hechos, subsisten todavía?
¿Qué valor tienen las victorias logradas a tan caro precio? ¿Qué puede dar el hombre a la sociedad?
¿Qué puede esperar de ella? ¿Qué hay después de esta vida temporal?

Cree la Iglesia que Cristo, muerto y resucitado por todos, da al hombre su luz y su fuerza por el Espíritu
Santo, a fin de que pueda responder a su máxima vocación, y que no ha sido dado bajo el cielo a la
humanidad otro nombre en el que haya de encontrar la salvación.

Igualmente cree que la clave, el centro y el fin de toda la historia humana se hallan en su Señor y
Maestro.

Afirma además la Iglesia que bajo la superficie de lo cambiante hay muchas cosas permanentes, que
tienen su último fundamento en Cristo, quien existe ayer, hoy y para siempre.

Dinámica de compromiso

Objetivo
Que los jóvenes se despierten y abran los ojos para poder darse cuenta que hay peligros que no
vemos pero Dios siempre está ahí para guiarnos por el camino correcto.

Materiales
Pañuelos o algo para vendar los ojos de los jóvenes
Se deberá haber preparado con anticipación un recorrido lleno de obstáculos, pero que los
jóvenes no lo vean sino hasta la hora de la dinámica
Dinámica
Se hacen equipos como se crea necesario, y se les explicara a los jóvenes que se hará una
carrera. Ellos tendrán que elegir a un líder que será quien los ira dirigiendo. Se vendaran los ojos a
todos y al líder se le pondrá una mordaza para que no pueda hablar, tampoco podrá dar jalones ni
tomarlo de la mano. El líder se tendrá que valer de sus habilidades para guiar a su equipo a través del
recorrido y solo podrá llevar de 1 en 1 a través de él. El primer equipo en terminar será el ganador.

Reflexión de la dinámica

Los jóvenes que lo deseen podrán expresar lo que sintieron a través del recorrido, e igualmente
se le preguntara al líder de cada equipo como se sintió.
Y el animador les explicara a su manera, que así caminamos nosotros por el mundo, que nos creemos
tan poderosos que no miramos las cosas que podrán hacernos daño, y por nuestros aires de grandeza y
falta de humildad no podemos escuchar a Dios, sin embargo el nunca suelta nuestra manos y nos lleva
por el mejor camino.
Tercer tema

Oración inicial
Leer Lucas 2: 41 – 51 y meditar la palabra. Al terminar la meditación proporcionar a los
jóvenes hojas de papel y algo con que escribir para que ellos escriban una oración, y dar la oportunidad
para aquellos que quieran compartir lo hagan; terminamos con un Padre Nuestro y Salve Maria.

Lucas 2: 41 - 51
Sus padres iban todos los años a Jerusalén a la fiesta de la Pascua. Cuando tuvo doce años,
subieron ellos como de costumbre a la fiesta y, al volverse, pasados los días, el niño Jesús se quedó en
Jerusalén, sin saberlo su padres. Pero creyendo que estaría en la caravana, hicieron un día de camino, y
le buscaban entre los parientes y conocidos; pero al no encontrarle, se volvieron a Jerusalén en su
busca. Y sucedió que, al cabo de tres días, le encontraron en el Templo sentado en medio de los
maestros, escuchándoles y preguntándoles; todos los que le oían, estaban estupefactos por su
inteligencia y sus respuestas. Cuando le vieron, quedaron sorprendidos, y su madre le dijo: «Hijo, ¿por
qué nos has hecho esto? Mira, tu padre y yo, angustiados, te andábamos buscando.» El les dijo: «Y
¿por qué me buscabais? ¿No sabíais que yo debía estar en la casa de mi Padre?» Pero ellos no
comprendieron la respuesta que les dio. Bajó con ellos y vino a Nazaret, y vivía sujeto a ellos. Su
madre conservaba cuidadosamente todas las cosas en su corazón.

Charla

Del Tratado de San Ambrosio, obispo, Sobre la huida del mundo

Adherirse a Dios, único bien verdadero

Hubo otro tiempo en el que la idea de Dios, único y verdadero tesoro del corazón humano, empujaba a
los hombres a dejarlo todo para tratar de encontrarle en el silencio, en la meditación, en la liturgia, en la
soledad, entendida como total apartamiento del mundo. Hoy, semejante anhelo es considerado como
nocivo para un crecimiento responsable, sofocante para nuestra libertad y se tiende al activismo para
encontrar a Dios en los hombres. Se trata de dos momentos diferentes que han de encontrar su
equilibrio. Ese equilibrio se halla precisamente en Dios, soledad absoluta, actividad por excelencia; y
ese equilibrio tan sólo lo puede alcanzar quien es capaz de aunar en ambos elementos: la acción y la
contemplación.

Donde está el corazón del hombre, allí está también su tesoro; pues Dios no acostumbra a negar la
dádiva buena a los que se la piden. Por eso, porque Dios es bueno y porque es bueno sobre todo para
los que esperan en él, adhirámonos a él, unámonos a él con toda el alma, con todo el corazón, con todas
nuestras fuerzas, para estar así en su luz y ver su gloria y gozar del don de los deleites celestiales;
elevemos nuestro corazón y permanezcamos y vivamos adheridos a este bien que supera todo lo que
podamos pensar o imaginar y que confiere una paz y tranquilidad perpetuas, esta paz que está por
encima de toda aspiración de nuestra mente.

Éste es el bien que todo lo penetra, y todos en él vivimos y de él dependemos; nada hay que esté por
encima de él, porque es divino; sólo Dios es bueno, por tanto, todo lo que es bueno es divino y todo lo
que es divino es bueno; por esto dice el salmo: Abres tú la mano, y sacias de favores a todo viviente; de
la bondad divina, en efecto, nos vienen todos los bienes, sin mezcla de mal alguno.

Estos bienes los promete la Escritura a los fieles, cuando dice: Lo sabroso de la tierra comeréis. Hemos
muerto con Cristo, llevamos en nuestros cuerpos la muerte de Cristo, para que también la vida de
Cristo se manifieste en nosotros. Por consiguiente, no vivimos ya nuestra propia vida, sino la vida de
Cristo, vida de inocencia, de castidad, de sinceridad y de todas las virtudes. Puesto que hemos
resucitado con Cristo, vivamos con él, subamos con él, para que la serpiente no encuentre en la tierra
nuestro talón para morderlo.

Huyamos de aquí. Puedes huir en espíritu, aunque te quedes con el cuerpo; puedes permanecer aquí y
al mismo tiempo estar con el Señor, si a él está adherida tu alma, si tu pensamiento está fijo en él, si
sigues sus caminos guiado por la fe y no por la visión, si te refugias en él, ya que él es refugio y
fortaleza, como dice el salmista: A ti, Señor, me acojo: no quede yo nunca defraudado.

Así, pues, ya que Dios es refugio y ya que Dios está en lo más alto de los cielos, hay que huir de aquí
abajo hacia allá arriba, donde se halla la paz y el descanso de nuestras fatigas, donde podemos festejar
el gran reposo sabático, como dijo Moisés: El reposo sabático de la tierra será para vosotros ocasión de
festín. Descansar en Dios y contemplar su felicidad es, en efecto, algo digno de ser celebrado, algo
lleno de felicidad y de tranquilidad. Huyamos, como ciervos, a la fuente de las aguas; que nuestra alma
experimente aquella misma sed del salmista. ¿De qué fuente se trata? Escucha su respuesta: En ti está
la fuente viva. Digámosle a esta fuente: ¿Cuándo entraré a ver el rostro de Dios? Pues la fuente es el
mismo Dios.

Dinámica de compromiso

Objetivo
Crear conciencia en el joven de que por mas queramos ser independiente de Dios siempre lo
necesitaremos y Él estará ahí para nosotros.

El equipo de animadores deberá preparar una interpretación (pantomima, skecth, dramatización, etc)
con el fin de mostrar al joven que aun cuando el hombre siente que llega a su madurez y decide salir
del seno familiar, siempre regresa a él.
Por ejemplo:
Cuando el ave decide dejar el nido y empezar a formar el propio, el vuela por los cielos
conociendo horizontes nuevos, disfrutando del paisaje conociendo otros similares a él y el se encuentra
muy feliz. Entonces se encuentra con un depredador y éste lo asusta tanto que hace que el ave regrese a
su nido del cual había salido.
Así somos nosotros, creemos que estamos preparados para salir de nuestras casas pero al
mínimo problema recurrimos a nuestros padres, lo cual no esta mal; porque nos hemos criado con ellos
y siempre nos han protegido y nos gusta sentirnos bajo su tutela aunque en algunas ocasiones sentimos
lo contrario.
Lo mismo sucede con nuestro Padre Dios, nos creemos tan auto suficientes que no lo
necesitamos pero en cuanto las cosas se ponen difíciles entonces recurrimos a la oración; y es en ella
donde podemos entrar en plena comunicación con Él.
Cuarto Tema
Oración
Leer Lucas 15: 1 - 3, 11 – 32 y realizar la meditación de la palabra.

Lucas 15: 1 - 3, 11 - 32
Todos los publicanos y los pecadores se acercaban a él para oírle, y los fariseos y los escribas
murmuraban, diciendo: «Este acoge a los pecadores y come con ellos.»
Entonces les dijo esta parábola. Dijo: «Un hombre tenía dos hijos; y el menor de ellos dijo al
padre: "Padre, dame la parte de la hacienda que me corresponde." Y él les repartió la hacienda. Pocos
días después el hijo menor lo reunió todo y se marchó a un país lejano donde malgastó su hacienda
viviendo como un libertino.«Cuando hubo gastado todo, sobrevino un hambre extrema en aquel país, y
comenzó a pasar necesidad. Entonces, fue y se ajustó con uno de los ciudadanos de aquel país, que le
envió a sus fincas a apacentar puercos. Y deseaba llenar su vientre con las algarrobas que comían los
puercos, pero nadie se las daba. Y entrando en sí mismo, dijo: "¡Cuántos jornaleros de mi padre tienen
pan en abundancia, mientras que yo aquí me muero de hambre!Me levantaré, iré a mi padre y le diré:
Padre, pequé contra el cielo y ante ti. Ya no merezco ser llamado hijo tuyo, trátame como a uno de tus
jornaleros." Y, levantándose, partió hacia su padre. «Estando él todavía lejos, le vió su padre y,
conmovido, corrió, se echó a su cuello y le besó efusivamente. El hijo le dijo: "Padre, pequé contra el
cielo y ante ti; ya no merezco ser llamado hijo tuyo."Pero el padre dijo a sus siervos: "Traed aprisa el
mejor vestido y vestidle, ponedle un anillo en su mano y unas sandalias en los pies. Traed el novillo
cebado, matadlo, y comamos y celebremos una fiesta, porque este hijo mío estaba muerto y ha vuelto a
la vida; estaba perdido y ha sido hallado." Y comenzaron la fiesta. «Su hijo mayor estaba en el campo
y, al volver, cuando se acercó a la casa, oyó la música y las danzas;y llamando a uno de los criados, le
preguntó qué era aquello. El le dijo: "Ha vuelto tu hermano y tu padre ha matado el novillo cebado,
porque le ha recobrado sano."El se irritó y no quería entrar. Salió su padre, y le suplicaba. Pero él
replicó a su padre: "Hace tantos años que te sirvo, y jamás dejé de cumplir una orden tuya, pero nunca
me has dado un cabrito para tener una fiesta con mis amigos; y ¡ahora que ha venido ese hijo tuyo, que
ha devorado tu hacienda con prostitutas, has matado para él el novillo cebado!"«Pero él le dijo: "Hijo,
tú siempre estás conmigo, y todo lo mío es tuyo; pero convenía celebrar una fiesta y alegrarse, porque
este hermano tuyo estaba muerto, y ha vuelto a la vida; estaba perdido, y ha sido hallado."»

Charla

De las Disertaciones de San Gregorio Nacianceno, obispo “Sirvamos a Cristo en la persona de los
pobres” hagamos una reflexión sobre quienes hemos sido en este tiempo de Cuaresma y si estamos aquí
para servir o ser servidos.

Permanecer en Dios significa mantener habitualmente el rostro vuelto hacia los demás. Y es
precisamente en la donación a los otros donde encontramos la alegría y alcanzamos para nosotros
mismos la misericordia de Dios. De ahí que los cristianos nunca seremos extranjeros para el mundo
porque es cabalmente en el mundo y en las cosas del mundo donde encontramos a Jesucristo. Y
encontrar a Jesucristo es la gracia de las gracias.

Dichosos los misericordiosos dice la Escritura, porque ellos alcanzarán misericordia. La misericordia
no es, ciertamente, la última de las bienaventuranzas. Y dice también el salmo: Dichoso el que cuida
del pobre y desvalido. Y asimismo: Dichoso el que se apiada y presta. Y en otro lugar: El justo a diario
se compadece y da prestado. Hagámonos, pues, dignos de estas bendiciones divinas.

Ni la misma noche ha de interrumpir el ejercicio de nuestra misericordia. No digas al prójimo: Anda,


vete; mañana te lo daré. Que no haya solución de continuidad entre nuestra decisión y su cumplimiento.
La beneficencia es lo único que no admite dilación.

Parte tu pan con el que tiene hambre, da hospedaje a los pobres que no tienen techo, y ello con
prontitud y alegría. Quien practique la misericordia -dice el Apóstol-, que lo haga con jovial¡dad; esta
prontitud y diligencia duplicarán el premio de tu dádiva. Pues lo que se ofrece de mala gana y por
fuerza no resulta en modo alguno agradable ni hermoso. Hemos de alegrarnos en vez de entristecernos
cuando prestamos algún beneficio. Si quitas las cadenas y la opresión, dice la Escritura, esto es, la
avaricia y la reticencia, las dudas y palabras quejumbrosas, ¿qué resultará de ello? Algo grande y
admirable. Una gran recompensa. Brillará tu luz como la aurora, en seguida te brotará la carne sana. ¿Y
quien hay que no desee la luz y la salud?

Por esto, si me juzgáis digno de alguna atención, siervos de Cristo, hermanos y coherederos suyos,
visitemos a Cristo siempre que se presente la ocasión, alimentemos a Cristo, vistamos a Cristo, demos
albergue a Cristo, honremos a Cristo, no sólo en la mesa, como Simón, ni sólo con ungüentos, como
María, ni sólo en el sepulcro, como José de Arimatea, ni con lo necesario para la sepultura, como aquel
que amaba a medias a Cristo, Nicodemo, ni, por último, con oro, incienso y mirra, como los Magos,
sino que, ya que el Señor de todo quiere misericordia y no sacrificios, y ya que la compasión está por
encima de la grasa de millares de carneros, démosela en la persona de los pobres y de los que están hoy
echados en el polvo, para que, al salir de este mundo, nos reciban en las moradas eternas, por el mismo
Cristo nuestro Señor, a quien sea la gloria por los siglos. Amén.

De la Constitución pastoral Gaudium et spes, sobre la Iglesia en el mundo actual, del Concilio Vaticano
II; “Toda la actividad del hombre ha de ser purificada por el misterio pascual”

El texto del Concilio es verdaderamente denso y dibuja una perspectiva profunda y penetrante acerca
de la actividad y destino de los hombres. El Señor continua escribiendo su Evangelio en el corazón de
los creyentes, que, sin dejarse atrapar por la seducción del «tener», llevan, como él, su cruz y su
resurrección para insertarse en medio de los hombres e infundirles esperanza, haciéndoles experimentar
a Cristo vivo en medio de las vicisitudes de su existencia terrena.

La Sagrada Escritura, con la está de acuerdo la experiencia de los siglos, enseña a la familia humana
que el progreso, altamente beneficioso para el hombre, también encierra, sin embargo, una gran
tentación; pues los individuos y las colectividades, si llega a quedar subvertida la jerarquía de los
valores y mezclado el bien con el mal, no miran más que a lo suyo, olvidando lo ajeno. Con lo cual el
mundo no es ya el ámbito de una auténtica fraternidad, al tiempo que el poder creciente de la
humanidad amenaza con destruir al propio género humano.

Si nos preguntamos cómo es posible superar tan deplorable calamidad, debemos saber que la respuesta
cristiana es la siguiente: hay que purificar y perfeccionar por la cruz y resurrección de Cristo todas las
actividades humanas, las cuales, a causa de la soberbia y del egoísmo, corren diario peligro.

El hombre, redimido por Cristo y hecho en el Espíritu Santo nueva criatura, puede y debe amar las
cosas creadas por Dios. Pues de Dios las recibe, y las mira y respeta como objetos salidos de las manos
de Dios.

Dando gracias por ellas al Bienhechor y usando y gozando de las creaturas con pobreza y libertad de
espíritu, el hombre entra de veras en posesión del mundo, como quien nada tiene y es dueño de todo.
Todo es vuestro, y vosotros de Cristo, y Cristo de Dios.

El Verbo de Dios, por quien fueron hechas todas las cosas, hecho él mismo carne y habitando en la
tierra, entró como hombre perfecto en la historia del mundo, asumiéndola y constituyéndose él mismo
como centro y cabeza de todas las cosas. Es él quien nos revela que Dios es amor, a la vez que nos
enseña que la ley fundamental de la perfección humana y, por tanto, de la transformación del mundo es
el mandamiento nuevo del amor.

Así, pues, a los que creen en el amor divino les da la certeza de que el camino del amor está abierto
para el hombre, y que el esfuerzo por instaurar la fraternidad universal no es una utopía. Al mismo
tiempo advierte que esta caridad no hay que buscarla únicamente en los acontecimientos importantes,
sino, ante todo, en la vida ordinaria.

Él, sufriendo la muerte por todos nosotros, pecadores, nos enseña con su ejemplo que hemos de llevar
también la cruz, que la carne y el mundo echan sobre los hombros de quienes buscan la paz y la
justicia.

Constituido Señor por su resurrección, Cristo, al que le ha sido dada toda potestad en el cielo y en la
tierra, obra ya por la virtud de su Espíritu en el corazón del hombre, no sólo despertando el anhelo del
siglo futuro, sino alentando, purificando y robusteciendo también, con ese deseo, aquellos generosos
propósitos con los que la familia humana intenta hacer más llevadera su propia vida y someter la tierra
a este fin.

Mas los dones del Espíritu Santo son diversos: pues mientras llama a unos para que den un manifiesto
testimonio, por medio de su ardiente anhelo de la morada celestial, y conserven así vivo este anhelo en
medio de la humanidad, a otros los llama para que se dediquen al servicio temporal de esa humanidad y
preparen así el material del reino de los cielos.

A todos, sin embargo, los libera, para que, con la abnegación propia y por el empleo de todas las
energías terrenas en pro de la vida humana, proyecten su preocupación hacia los tiempos futuros,
cuando la humanidad entera llegará a ser una ofrenda acepta a Dios.

Dinámica de compromiso

Objetivo

Que el joven se desprenda de las cosas materiales que nos dejan atado a este mundo y abrir
nuestro corazón hacia los mas necesitados.

Desarrollo
En medio de la Charla entrará un joven del equipo de animadores y se presentara diciendo que
el párroco lo ha enviado para que realizara una colecta en el grupo.
El motivo por el cual es la colecta es porque hay una familia que tiene a un integrante internado
y que no pueden pagar el tratamiento al cual es sometido. Se les motivara a que den desde dinero hasta
joyas o cualquier cosa que tenga valor en una casa de empeño. El joven que tenga la colecta saldrá con
lo que tomo y se ira.
Al finalizar la charla se entregara las cosas a sus respectivos dueños y se realizara un plenario para
compartir como se sienten.
Quinto Tema
Oración

Se pedirá a uno de los jóvenes asistentes al grupo que el dirija la oración, y que sea de la manera que su
corazón le manda.
De las Disertaciones de San Gregorio Nacianceno, obispo “Participemos plenamente de la Pascua”

Con la vista puesta en el futuro, que será nuestra pascua, nuestro peregrinar sobre esta ciudad, que no
es permanente, ha de ser, necesariamente, tan específico para cada uno, como variado y múltiple para
todos; de hecho, el Cirineo, José de Arimatea, Nicodemo, María, Salomé, Juana..., son modos diversos
de tomar la cruz. Todos distintos y todos necesarios, cada uno asumiendo tanto sus propias decisiones
personales como su inseparable responsabilidad. Se aproxima el final de la Cuaresma. A los cuarenta
días de pasión seguirán los cincuenta días de resurrección. Juntos significan el misterio de Cristo
muerto y resucitado.

Es verdad que ahora celebraremos la Pascua todavía sacramentalmente; sin embargo, lo haremos ya
con un conocimiento más claro que en la antigua ley (ya que la Pascua de la ley antigua era -no tengo
reparo en decirlo- una figura más oscura que lo que representaba), y de aquí a poco la celebraremos de
un modo más puro y perfecto, a saber, cuando aquel que es la Palabra beba con nosotros el vino nuevo
en el reino de su Padre, dándonos la plena y clara inteligencia de lo que aquí nos enseñó de un modo
más restringido. Decimos «nuevo», pues siempre resulta nuevo lo que se llega a comprender de una
manera diferente.

Y ¿en qué consiste esa bebida y esa manera nueva de percibir? Eso es lo que toca a él enseñar a sus
discípulos, y a nosotros aprenderlo. Y la doctrina de aquel que alimenta es también alimento.

Celebremos, pues, ahora también nosotros lo mismo que celebraba la ley antigua, pero no en un sentido
literal, sino evangélico; de una manera perfecta, no imperfecta; de un modo eterno, no temporal. Sea
nuestra capital no la Jerusalén terrena, sino la metrópoli celestial; quiero decir, no ésta que es ahora
hollada por los ejércitos, sino la que es ensalzada por las alabanzas y encomios angélicos.

Inmolemos no ya terneros y machos cabríos, que es cosa ya caducada y sin sentido, sino el sacrificio de
alabanza, ofrecido a Dios en el altar del cielo, junto con los coros celestiales. Atravesemos el primer
velo, no nos detengamos ante el segundo, contemplemos de lleno el santuario.

Y diré más todavía: inmolé monos nosotros mismos a Dios, inmolemos cada día nuestra persona y toda
nuestra actividad, imitemos la pasión de Cristo con nuestros propios padecimientos, honremos su
sangre con nuestra propia sangre, subamos con denuedo a la cruz.

Si quieres imitar a Simón de Cirene, toma la cruz y sigue al Señor.

Si quieres imitar al buen ladrón crucificado con él, reconoce honradamente su divinidad; y así como
entonces Cristo fue contado entre los malhechores, por ti y por tus pecados, así tú ahora, por él, serás
contado entre los justos. Adora al que por amor a ti pende de la cruz y, crucificándote tú también,
procura recibir algún provecho de tu misma culpa; compra la salvación con la muerte; entra con Jesús
en el paraíso, para que comprendas de qué bienes te habías privado. Contempla todas aquellas bellezas;
deja fuera, muerto, lo que hay en ti de murmurador y blasfemo.
Si quieres imitar a José de Arimatea, pide el cuerpo a aquel que lo mandó crucificar; haz tuya la víctima
expiatoria del mundo.

Si quieres imitar a Nicodemo, el que fue a Jesús de noche, unge a Jesús con aromas, como lo ungió él
para honrarlo en su sepultura.

Si quieres imitar a María, a la otra María, a Salomé y a Juana, ve de madrugada a llorar junto al
sepulcro, y haz de manera que, quitada la piedra del monumento, puedas ver a los ángeles y aun al
mismo Jesús.

Actividades

Se prepara el salón de reunión para recibir a Cristo Rey, se deberá adornar como se hace para el
domingo de ramos y se hará una fiesta para la entrada entrante de nuestro Salvador.

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