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anales de psicología © Copyright 2002: Servicio de Publicaciones de la Universidad de Murcia

2002, vol. 18, nº 1 (junio), 45-59 Murcia (España). ISSN: 0212-9728

El modelo ecológico de Bronfrenbrenner como marco teórico de la


Psicooncología
Esperanza Torrico Linares*, Carmen Santín Vilariño, Montserrat Andrés Villas,
Susana Menéndez Álvarez-Dardet y Mª José López López

Universidad de Huelva

Resumen: La Psicooncología es una disciplina reciente Title: The Bronfrenbrenner' ecological model as theoreti-
que carece de un marco teórico propio. En su lugar se ha cal framework of the Psychooncology
ido nutriendo de otras disciplinas de la Psicología como la Abstract: The Psychooncology is a recent discipline that
Psicopatología o la Psicología de la Salud. Nosotros plan- lacks an own theoretical mark. In their place she has left
teamos en nuestro trabajo que una alternativa válida para nurturing of other disciplines of the Psychology like the
afrontar el tratamiento y sobre todo la investigación con Psychopathology or the Psychology of the Health. We out-
pacientes oncológicos podría ser el Modelo Ecológico de line in our work that a valid alternative to confront the
Bronfrenbrenner. Este modelo nos permite evaluar e in- treatment and mainly the investigation with patient on-
tervenir en todas aquellas variables que inciden directa o cológicos could be the Ecological Model of Bronfrenbren-
indirectamente sobre el paciente. Variables que van a ser ner. This model allows us to evaluate and to intervene in
decisivas a la hora de que la persona se adapte a su enfer- all those variables that impact direct or indirectly on the
medad y que en muchas ocasiones olvidamos cuando pla- patient. Variables that will be decisive when that the per-
nificamos una intervención o investigación. son adapts to her illness and that in many occasions we
Palabras Claves: Psicooncología; modelo ecológico, forget when we plan an intervention or investigation.
Bronfrenbrenner; psicología de la salud. Key Words: Psychooncology; ecological model; Bronfren-
brenner; health psychology.

I. Introducción no ha tomado en consideración esta singulari-


dad, diseñando trabajos muy parcelados en los
Los profesionales que trabajan con pacientes que, generalmente, sólo se analiza al paciente
oncológicos suscribirán sin reservas que los sin tener en cuenta otras circunstancias que lo
factores que influyen en la aparición y curso de envuelven. Entendemos que para dar respuesta
ésta enfermedad son tan variados y numerosos de forma eficaz y certera a las reacciones psico-
como complejos. Además, se sitúan a diversos lógicas que experimenta el enfermo de cáncer,
niveles y pueden ejercer su influencia de una debemos asumir un marco teórico que sea ca-
forma directa y/o indirecta sobre el enfermo, paz de situar la variedad e interrelación de to-
manteniendo importantes interconexiones en- dos los factores en los que está inmerso el pa-
tre sí. La familia, los amigos, las condiciones ciente.
laborales, el personal sanitario, o la organiza- Guiados por este objetivo, exploramos al-
ción hospitalaria, pueden llegar a convertirse en gunos de los modelos teóricos existentes que
elementos facilitadores o disruptores en las vi- cumplieran con la premisa básica de abarcar, en
das de estas personas, llegando incluso a afectar la medida de lo posible, el mayor número de
el curso y pronóstico de la enfermedad. Esto variables que pudieran incidir de alguna manera
hace que el cáncer deba ser entendido como en el paciente oncológico. La revisión realizada
una enfermedad compleja, en la que se intrin- nos llevo a la conclusión del que el modelo
can múltiples variables. No obstante, la investi- ecológico de Urie Bronfenbrenner (1976,
gación psicooncológica, en muchas ocasiones, 1977a, 1977b, 1979 1986, 1992, 1999) se ofre-
cía como uno de los más amplios y eficaces pa-
* Dirección para correspondencia: Esperanza To- ra abordar la problemática de este tipo de en-
rrico Linares. Departamento de Psicología. Facultad fermos.
de Ciencias de la Educación. Universidad de Huelva. Tras un análisis bibliográfico del campo de
Avda. de las Fuerzas Armadas, 3. Campus del Car- la psicología de la salud y la psicopatología,
men. 21007 Huelva (España). Email: torrico@uhu.es

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comprobamos que ya se habían llevado a cabo Wright, 1954), al hablar de los marcos teóricos
algunas investigaciones que asumía los princi- que defienden una visión integral, sistémica y
pios de este autor. De especial importancia nos naturalística del desarrollo psicológico entendi-
pareció la realizada por Broder (1996), donde la do como un proceso complejo, que responde a
autora intenta explicar la génesis de los sínto- la influencia de una multiplicidad de factores
mas depresivos desarrollados por adolescente estrechamente ligados al ambiente o entorno
de padres separados y/o divorciados, desde es- ecológico en el que dicho desarrollo tiene lugar,
ta perspectiva. También, encontramos la apli- es imposible no asociarlos, casi en exclusiva,
cación del modelo ecológico por parte de Cor- con Bronfenbrenner y su Modelo Ecológico. El
coran (2001) en programas de prevención de primer inconveniente que podemos encontrar
embarazos entre jóvenes. Por otra parte, al aplicar este modelo a la Psicooncología es
Grzywacz y Fuqua (2000) asumen este modelo que los postulados del mismo hacen funda-
para el tratamiento y prevención de los pro- mentalmente referencia al desarrollo psicológi-
blemas de salud. Estos autores resaltan como co y han sido, por tanto, aplicados y desarrolla-
algunos de los conceptos de este modelo tie- dos básicamente por disciplinas como la psico-
nen una demostrada influencia sobre la salud, y logía evolutiva o la psicología de la educación.
argumentan los beneficios que obtendrían los Sin embargo, conforme desarrollemos sus tesis
profesionales sanitarios con la aplicación de los nos daremos cuenta que son fácilmente trasla-
mismos. En nuestro país existe un trabajo pio- dables.
nero que intenta asumir parte de estos presu- El postulado básico de Bronfenbrenner es
puestos, el realizado por Durá e Ibáñez (1987) que los ambientes naturales son la principal
en el cual se propone un Modelo Integrado de fuente de influencia sobre la conducta humana,
Información al paciente oncológico, donde se con lo cual la observación en ambientes de la-
recogen diferentes niveles de análisis (sistema boratorio o situaciones clínicas nos ofrecen po-
persona, micro-social, y macrosocial). co de la realidad humana. Afirmar que el fun-
cionamiento psicológico de las personas está,
II. Análisis del Modelo Ecológico de en gran medida, en función de la interacción de
Bronfenbrenner y su aplicación a ésta con el ambiente o entorno que le rodea no
supone, ciertamente, ninguna novedad. Como
la Psicooncología ya comentábamos, Lewin (1936) fue uno de
los pioneros que mantuvo que la conducta sur-
Hace un par de décadas, el psicólogo estadou- ge en función del intercambio de la persona
nidense Urie Bronfenbrenner mantenía que la con el ambiente, lo cual expresó en la ecuación
mayor parte de la psicología evolutiva de la C = F (PA); (C = conducta; F = función; P =
época hacia referencia a la conducta extraña de los persona; A = ambiente). Lo que a nuestro jui-
niños en situaciones extrañas con adultos extraños cio sí resulta original desde los postulados de
(Bronfenbrenner, 1979). Con una afirmación Bronfenbrenner es tener en cuenta el ambiente
tan radical este autor resumía en parte sus críti- “ecológico” que circunscribe al sujeto. Esto
cas hacia la investigación tradicional, realizada lleva al autor a considerar el desarrollo humano
en situaciones clínicas muy controladas y con- como una progresiva acomodación entre un ser
textos de laboratorio, investigaciones que care- humano activo y sus entornos inmediatos
cían en gran medida de validez, pues no refle- (también cambiantes). Pero este proceso, ade-
jaban necesariamente las reacciones y compor- más, se ve influenciado por las relaciones que
tamientos del mismo sujeto en situaciones de la se establecen entre estos entornos y por con-
vida real. A pesar de que estos planteamientos textos de mayor alcance en los que están in-
no son absolutamente originales (hay claros an- cluidos esos entornos (Bronfenbrenner, 1979).
tecedentes que el mismo autor reconoce, como La traducción que hemos de hacer a nues-
las tesis de Kurt Lewin, 1936 o de Barker y tra disciplina es que el paciente irá adaptandose

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a los ambientes que le rodean y forman parte De estas premisas surge lo que Bronfenbrenner
de su vida cotidiana (familia, amigos, hospi- (1976, 1977a, 1977b, 1979, 1992) denomina el
tal/consulta, trabajo, etc.) y viceversa (también “ambiente ecológico” entendido como un con-
los entornos próximos deberán transformarse junto de estructuras seriadas, cada una de las
en función de las nuevas circunstancias perso- cuales cabe dentro de la siguiente (Figura 1).
nales del sujeto cuando éste enferma).Hay que Desde esta óptica el contexto en el que vive
tener en cuenta que éstos no son los únicos in- y se desarrolla el enfermo incluye factores si-
flujos que el sujeto va a recibir, ya que existen tuados a diversos niveles, más o menos cerca-
otros contextos más amplios (ideología, cultura, nos y que ejercen influencias directas y/o indi-
políticas sanitarias, etc.) que van a influenciarlo. rectas (Figura 2).

*1-MESOSISTEMA

Figura 1: Modelo ecológico de Bronfrenbrenner

A continuación describiremos cada uno 1977b, 1979, 1992). En el caso del enfermo onco-
de estos sistemas desde los postulados del lógico habrá que evaluar y considerar las siguien-
autor y la aplicación que proponemos de los tes cuestiones, además de valorar su actual estado
mismos a la Psicooncología. psicológico:
1.- El ambiente cercano del enfermo suele
II.1. Microsistema verse incrementado por entornos que lle-
gan a convertirse en cotidianos como son:
Es el nivel más cercano al sujeto, e inclu- el hospital/la consulta, los enfermos con los
ye los comportamientos, roles y relaciones que coincide en el ámbito hospitalario, las aso-
característicos de los contextos cotidianos en ciaciones a las que acuden en busca de ayuda,
los que éste pasa sus días, es el lugar en el etc (Figura 3). Esto conllevará, por un lado
que la persona puede interactuar cara a cara que sus microsistemas cotidianos aumenten en
fácilmente, como en el hogar, el trabajo, sus número y por otro, que la dinámica de funcio-
amigos (Bronfenbrenner, 1976, 1977a, namiento de cada uno de ellos se torne más

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complejo. Es esencial tomar en conside- contextos pueden estar afectando y/o modifi-
ración (sobre todo de cara al diseño de cando las conductas del sujeto.
una investigación) como estos nuevos

Figura 2: Modelo ecológico de Bronfrenbrenner aplicado al paciente oncológico

2.- Cada uno de los medios citados (familia, En la Figura 4 se observa la variabilidad de
amigos, trabajo/escuela, hospital/con- aspectos que tendremos que contemplar
sulta, asociaciones, otros pacientes) han tanto en la evaluación como en el trata-
de desglosarse en multitud de variables miento del enfermo oncológico, puesto que
y factores que interaccionan e influyen forman parte de sus ambientes más cerca-
en el sujeto directamente. Algunas de nos, en los que se desarrolla cotidiana y
ellas son las propias características persona- habitualmente y que tendrán un peso deci-
les, actitudinales y conductuales de los suje- sivo en la recuperación del enfermo o en su
tos implicados en los diferentes entornos. adaptación a la evolución de la enfermedad.

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Figura 3: Microsistemas que influyen en el enfermo oncológico

3.- El paciente se convierte en el punto que está determinando las actitudes que el
de partida del análisis de múltiples paciente mantiene. De la actitudes que pre-
variables individuales y relacionales, senten las personas más cercanas al enfermos
algunas de ellas serán propias de él pero dependerán en gran medida las que este man-
otras pertenecerán a diferentes personas tenga.
y/o entornos, lo cual no impedirá que su 5.- La relación que el enfermo establece con
relevancia para el enfermo sea tal que le otros pacientes puede ser decisiva en el
pueda llegar a afectar tanto o más que ajuste y adaptación que tenga ante el dia-
sus propias características personales. gnóstico y/o tratamientos. Este tipo de in-
Por ejemplo, si la percepción que la teracciones pueden ser positivas (caso de al-
familia, los amigos o los compañeros de gunas asociaciones de enfermos oncológicos)
trabajo tienen sobre la enfermedad neo- o negativas, como algunas de las que se enta-
plásica es muy negativa, y la visión que blan en el ámbito hospitalario, donde suelen
poseen y trasmiten al enfermo es que no relatarse los historiales y las incidencias en la
existe la posibilidad de curación, es de evolución de la enfermedad por parte de otros
esperar que este reaccione pacientes y donde el afectado suele ser infor-
inadecuadamente ante el diagnóstico y/o mado de síntomas y pronósticos que, en mu-
tratamientos (Torrico, 1995). chos casos, poco tienen que ver con su caso.
4.- La evaluación y posterior intervención En la medida de lo posible deberíamos neutra-
que tendremos que realizar no podrá lizar aquellas informaciones erróneas que se le
ceñirse al paciente sino que tendrá estén proporcionando al paciente y valorar el
que abarcar parte del microsistema impacto que han podido tener en él.

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Figura 4: Variables implicadas en los diferentes contextos que forman el microsistema del paciente oncológico.

6.- La relación que el paciente mantiene to existentes y la posible curación, si la


con el personal sanitario, especialmente hubiera. Facilitar al paciente estos datos le
con su médico, y la capacidad de ambos pa- ayuda a mantener ciertos elementos de con-
ra establecer una adecuada vía de diálogo trol sobre la situación y por ende hace des-
donde la información y comunicación sean cender sus niveles de ansiedad y/o angustia
fluidas. Esto facilitará, en gran medida, que (Durá, 1990). De igual manera, se considera
el enfermo pueda expresar sin reservas sus que se puede disminuir el riego de trastor-
dudas y temores y que adquiera un cono- nos psicológicos y mejorar la adaptación
cimiento real y objetivo de cuál es su tipo de estos enfermos si se potencia un ade-
de neoplasia, las posibilidades de tratamien-

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cuado manejo de la información (McQue- torno) debemos valorar tanto las nuevas
llon y Hurt, 1997). percepciones y/o reacciones psicológicas
7.- Si el paciente ha experimentado un del paciente como los del ambiente que le
cambio significativo en su rol personal, rodea. De nada servirá que el paciente quie-
familiar, laboral y si éste le esta inci- ra seguir desempeñando la funciones y acti-
diendo negativamente. Tal y como seña- vidades que había realizado hasta el mo-
lábamos con anterioridad, la persona que mento si la familia lo “destituye” y le asigna
enferma ve como su entorno crece con la una posición más pasiva de la que hasta
interacción de otros ambientes (hospital, ahora desarrollaba. Así, la persona ve
asociaciones, etc.) pero además ve como su transformado su rol ecológico, la mayoría
propio rol personal cambia. A este hecho de las veces sin contar con él, viendo cómo
Bronfenbrenner lo denomina transición sus funciones familiares, laborales, sociales,
ecológica, que “se produce cuando la posi- culturales han sido cambiadas, invalidadas o
ción de una persona en el ambiente ecoló- reemplazadas.
gico se modifica como consecuencia de un 8.- El apoyo social recibido por parte de to-
cambio de rol, de entorno, o de ambos a la dos los entornos en los que esta inmer-
vez. La vida adulta se caracteriza, entre so el enfermo. De hecho, ésta es una de
otras cosas por : encontrar un trabajo, cam- las variables que ha tomado en considera-
biar de trabajo, perder el empleo, casarse, ción la Psicooncología como uno de los
tener un hijo, o temas más universales: en- factores que más influye y determina cómo
fermar, ir al hospital, sanar, volver al traba- el enfermo va a afrontar su enfermedad
jo, jubilarse y la última transición: morir. (Flórez, 1999), entendiendo que puede me-
Toda transición ecológica es, a la vez, con- diar en la respuesta que dé a la misma (Fló-
secuencia e instigadora de los procesos de rez, 1999; Salas, 2001), aumentar o dismi-
desarrollo” (Bronfenbrenner, 1979, pp 46). nuir su calidad de vida (Daniels, Guppy,
El autor nos advierte que cuando una per- 1997; Morales, Granada, Guerrero, Penedo,
sona cambia su rol, se produce, casi de Muñoz, 1997; Danoff, 1998; Ashing, 1999;
forma inmediata, un cambio en cómo se Flórez, 1999; Matthews, Aikens, Helmrich,
trata a esa persona, ella misma altera su Anderson, Herbst, Waggoner, 1999;
forma de actuar e incluso lo que piensa y Herranz, Gavilan, 1999) o sus niveles de es-
siente sufre una transformación. trés (Fernández, Torres, Díaz, 1992; Die
Estas modificaciones de roles son fá- Trill, 1996; Solomo, 2001). En sentido po-
cilmente observables en el mundo hospita- sitivo podemos encontrar cómo hay fami-
lario en el que la persona catalogada de “en- lias y/o amigos que instan al enfermo a que
ferma” es, a menudo, tratada tanto por sus siga con sus relaciones sociales (saliendo
familiares como por el personal sanitario como habitualmente lo hacía) y/o trabajo
desde una postura “paternalista”. La familia en la medida de sus posibilidades. Ya se ha
decide qué debe o no conocer de su enfer- demostrado que este tipo de apoyos socia-
medad, qué información de su pronóstico les son altamente beneficiosos para los pa-
se le suministrará e incluso si tiene o no que cientes, ya que suelen disminuir los niveles
saber que va a morir. En cuanto al personal de estrés que experimenta el enfermo
sanitario, suele aceptar las directrices que (Herranz y Gavilan, 1999).
marca la familia aceptando los pactos de si- 9.- La reacción emocional de la familia ante
lencio descritos por Kubler-Ross (1975). Es el diagnóstico y pronóstico del paciente.
evidente que para conocer hasta qué punto Encontramos como en ocasiones, el hecho
la persona ha transformado su conducta y de que el ser querido este vivo es conside-
emociones en función del nuevo rol que ha rado por la familia como suficiente, no
asumido (o le ha obligado a asumir el en- prestando atención a las dificultades que

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han supuesto para él, ni el diagnóstico, ni sus necesidades y/o deseos. De ahí, el in-
los tratamientos, ni las secuelas de ambos. terés de valorar como se ha establecido la
En estas situaciones, el paciente suele no interrelación entre estos entornos.
mostrar sus miedos, demandas, ilusiones o 1.2.- Grado y tipo de comunicación e infor-
deseos ya que percibe que estos no son mación entre el personal sanitario y los
considerados o son desvalorados frente al amigos del paciente. El objetivo de esta
hecho de estar vivo (García, Fernández, exploración será el mismo que en el caso
Gómez, Salinas, 1996 ). anterior.
Como podemos observar, son muchas las 1.3.- Grado y tipo de comunicación e infor-
variables que deberíamos controlar a la hora de mación entre el personal sanitario y las
valorar si el paciente se ajusta mental o emo- asociaciones, ONG (Organizaciones no
cionalmente a su nueva situación. Sin embargo, gubernamentales), y/o voluntariado que
la psicología clínica y/o de la salud ha prestado atiende a estos pacientes. Es necesario
una desigual atención al binomio persona- que la persona reciba en todo los contex-
ambiente, ignorando en ocasiones este último. tos, que él percibe como “conocedores”
de su enfermedad, la misma información.
II.2. Mesosistema Las discrepancias que en ocasiones se
producen crean confusión en la persona
Según Bronfenbrenner (1979) “comprende afectada, dándole falsas esperanza o
las interrelaciones de dos o más entornos en los transmitiéndole unas actitudes derrotistas
que la persona en desarrollo participa activa- ante su pronostico. Por ello, deberemos
mente (familia, trabajo y vida social). Es por de valorar el grado de concordancia que
tanto un sistema de microsistemas. Se forma o existe entre estos entornos.
amplia cuando la persona entra en un nuevo 1.4.- Grado y tipo de comunicación e infor-
entorno” (Bronfenbrenner, 1979, pp 44). Es mación entre los pacientes del hospital
decir, vendría a representar la interacción entre y/o consulta que son compañeros del en-
los diferentes ambientes en los que está inmer- fermo y la familia y/o amigos. Como an-
so el sujeto. En el paciente oncológico influye teriormente comentábamos, las informa-
igualmente las relaciones existentes entre los ciones que se reciben en los hospitales
microsistemas que le rodean, los más significa- pueden ser muy esperanzadoras o muy
tivos y las interconexiones que pueden estable- derrotistas, es importante establecer que
cerse entre ellos se muestran en la Figura 5. información a adquirido la familia en el
En este segundo nivel deberíamos evaluar contexto hospitalario por parte de otros
tres bloques de interrelaciones: las vinculadas enfermos para valorar el grado en que es-
al flujo de información, las relacionadas con la ta puede afectar al paciente.
potenciación de conductas saludables y las aso- 2.- Potenciación de conductas saludables:
ciadas con el apoyo social. Entre las que mere- 2.1.- Adecuación entre las instrucciones del
cen una especial atención estarían: personal sanitario y las prácticas saluda-
bles potenciadas en el hogar por la fami-
1.- Flujo de información: lia. La familia ha de asumir con la mayor
1.1.- Grado y tipo de comunicación e infor- exhaustividad posible las indicaciones
mación entre el personal sanitario y la que el médico les haga sobre dietas, inges-
familia. Es de vital importancia que la fa- ta de alcohol y/o medicamentos, consu-
milia conozca el estado físico y psíquico mo de tabaco, esfuerzos físicos, etc. Una
del enfermo. Esto les ayudará a hacer más excesiva protección o despreocupación en
efectiva la ayuda que le presten y a cono- estos aspectos puede ser vital en el desa-
cer más objetivamente la realidad del pa- rrollo de la enfermedad. El paciente pue-
ciente. Evitará, por tanto, que “ignoren” de padecer bien un control férreo que le

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genere unos altos niveles de ansiedad (que De todos es conocido el efecto que de-
habría que sumar a los ya asociados a su terminadas sustancias como el alcohol, el
diagnóstico) o por el contrario verse in- tabaco o la dieta tienen sobre la promo-
merso en una actitud de excesiva permisi- ción y/o evolución del cáncer (Bayés,
vidad por parte de la familia que en nada 1991).
ayudará a la recuperación del enfermo.

Figura 5: Relaciones que se establecen en el mesosistema.

2.2.- Adecuación entre las instrucciones del familia del enfermo también se siente
médico y las prácticas saludables poten- afectada tras el diagnóstico, llegando a ser
ciadas por los amigos. También las redes tan estresante para los familiares como
sociales del paciente pueden llegar a tener para el enfermo, lo cual puede obstaculi-
un papel relevante en su recuperación. Si zar el apoyo que podrían proporcionar a
los amigos conocen y aceptan las indica- éste (Koop, 1995). En algunos casos, el
ciones realizadas por el personal sanitario soporte instrumental será de vital impor-
pueden ayudar al enfermo en aquellos tancia para que la familia pueda adaptarse
contextos en los que es más probable que a la nueva situación, (casos en los que se
la persona adopte conductas de alto ries- necesita atención domiciliaria o ayuda de
go para la evolución de su enfermedad los servicios sociales) y este determinará
(bares, restaurantes, lugares de ocio, etc.). las reacciones que se generen entre los
3.- Apoyo social familiares y por enden las que puedan
3.1.- Apoyo social que ofrece el hospital y/o transmitir al paciente (sensación de estor-
asociaciones a la familia del paciente. La bo, de carga pesada, de inutilidad). Este

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tipo de apoyo se hace más necesario en II.3. Exosistema


aquellas familias compuestas por personas
mayores en las que las conductas de cui- “Se refiere a uno o más entornos que no
dado hacia el enfermo, dada la edad, se incluyen a la persona en desarrollo como parti-
hacen muy difíciles de llevar a cabo y cipante activo, pero en los cuales se producen
donde la ayuda externa es imprescindible. hechos que afectan a lo que ocurre en el entor-
De ahí, que establecer el nivel de soporte no que comprende a la persona en desarrollo, o
emocional y/o instrumental que tienen que se ven afectados por lo que ocurre en ese
los familiares por parte de las institucio- entorno (lugar de trabajo de la pareja, grupos
nes y/o asociaciones para hacer frente a de amigos de la pareja, etc..)” (Bronfenbrenner,
esta situación sea esencial. 1979, pp 44).
3.2.- Apoyo social que ofrecen los amigos a El paciente de cáncer puede también verse
la familia del paciente. En este caso el afectado, en parte, por los roles, características
apoyo que se espera es de tipo emocional, y relaciones de contextos o situaciones ajenos a
es necesario que los familiares se vean él, en los que ni siquiera está físicamente pre-
arropados y comprendidos por su entor- sente. Es decir, cada microsistema que rodea al
no social de forma que también ellos enfermo y que hemos descrito, a la vez, esta
cuenten con la oportunidad para poder inmerso en sus propios microsistemas (familia,
expresar sus miedos, dudas e insegurida- amigos, trabajo, etc.) en los que el paciente no
des. esta presente pero que pueden influir en él (Fi-
3.3.- Facilidad/imposibilidad que el sistema gura 6). Este tercer nivel nos aleja del enfermo
sanitario oferta en sus horarios para ade- oncológico y determinaran factores de inciden-
cuarlos a los horarios laborales del pacien- cia indirecta en su vida. Será, además, el más
te y viceversa. Aquí hablaríamos del so- difícil de evaluar y el más complicado sobre el
porte instrumental que las instituciones que intervenir. Algunos de los ejemplos que
y/o empresas pueden facilitar. Si la inter- podrían ilustrar este nivel serían:
conexión entre estos contextos fuera flui- 1.- En cuanto a las redes sociales: Reacción de
da daría lugar a políticas más flexibles en los miembros de la red social de apoyo de
los horarios tanto de atención al usuario determinados miembros del microsistema
como laborales. Naturalmente, este tipo familiar a los que el paciente no conoce. Así
de relaciones dependerá también de ele- un familiar puede llegar a ocultar la enfer-
mentos que pertenecen al macrosistema medad del paciente por miedo a los comen-
del sujeto (políticas sanitarias, políticas la- tarios o por el contrario reaccionar con op-
borales, etc.). Aunque, en ocasiones, si se timismo y sin derrotismo ante la enferme-
estableciera una adecuada relación entre dad porque un compañero de trabajo que
el personal sanitario y la empresa en la pasó por lo mismo, le anima y apoya.
que trabaja el enfermo podría ayudar a 2.- Historia previa: Muerte en el pasado, de
entender que el paciente, aunque durante forma desagradable y por la misma enfer-
algunos días deba estar ausente del traba- medad de otros miembros de la familia, a
jo, con posterioridad debe incorporarse a los que el sujeto ni siquiera conoció.
su puesto, aunque con unas tareas más li- 3.- Satisfacción con las relaciones que el médi-
vianas de las que estaba desempeñando. co tenga con otros miembros del personal
Esto facilitaría mantener la “normalidad” sanitario. El trabajar en un servicio en el
en su vida y evitaría la tan comentada es- que el personal cuente con los recursos ne-
tigmatización de estas personas (Hersh, cesarios para afrontar su propia ansiedad y
1984; García, Fernández, Gómez, Salinas, donde se encuentre apoyado tanto a niveles
1996). técnicos como humanos le facilitará su

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quehacer profesional, lo cual repercutirá rapia el paciente necesitará que lo acompa-


positivamente en el trato a los pacientes. ñen al Hospital, así como ser atendido los
4.- Facilidades/dificultades que la institución días posteriores a dicho tratamiento. Si las
y/o empresa en la que trabajan los familia- empresas en las que trabajan los familiares
res den para ausentarse para así poder ayu- no facilitan que se ausenten esos días el pa-
dar al paciente. En ciertos momentos como ciente quedará desprotegido y sin una asis-
la administración de los ciclos de quimiote- tencia necesaria.

Figura 6: Exosistema que rodea al paciente oncológico..

II.4. Macrosistema pueden presentar notables diferencias. Por lo


tanto, analizando y comparando los micro-,
Finalmente, y situándonos en un plano más meso- y los exosistemas que caracterizan a dis-
distante pero igualmente importante, es necesa- tintas clases sociales, grupos étnicos y religiosos
rio tomar en consideración la influencia de fac- o sociedades enteras, es posible describir siste-
tores ligados a las características de la cultura y máticamente y distinguir las propiedades ecoló-
momento histórico-social. Bronfenbrener nos gicas de estos contextos sociales” (Bronfenbre-
llama la atención sobre el siguiente aspecto: ner, 1979, pp 27-28).
“en una sociedad o grupo social en particular, Cuando aplicamos estos concepto a la Psi-
la estructura y la sustancia del micro-, el meso- cooncología podríamos resaltar algunos ele-
y el exosistema tienden a ser similares, como si mentos que influyen directamente en el pacien-
estuvieran construidos a partir del mismo mo- te neoplásico (Figura 7). Si analizamos deteni-
delo maestro, y los sistemas funcionan de ma- damente algunos de estos factores debemos
nera similar. Por el contrario, entre grupos so- concluir:
ciales diferentes, los sistemas constitutivos

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Figura 7: Macrosistema en el que está implicado el paciente oncológico..

1.- La necesidad de evaluar las prácticas institu- tiene que enfrentarse a una enfermedad do-
cionales en lo referente a: frecuencia de vi- lorosa, en muchos casos mortal, pero tam-
sitas a un enfermo hospitalizado, derecho u bién ha de hacer frente al significado socio-
obligación de ser informado, derecho a ele- cultural que el término “cáncer” lleva im-
gir el tipo de tratamiento, horarios en los plícito. La solución no estriba en ocultar la
que se aplican los tratamientos, derecho a verdad pero sí en desmitificar el cáncer
elegir el momento de la propia muerte (eu- haciendo una mayor incidencia en la posi-
tanasia), etc. En nuestro país estos factores ble prevención del mismo (Bayés, 1991) y
dependen en gran medida de la legislación resaltando sus posibilidades de curación.
sanitaria vigente, tanto a nivel nacional co- 3.- Las políticas gubernamentales y autonómi-
mo las propias peculiaridades sanitarias que cas determinan qué áreas sanitarias se esta-
tenga cada Comunidad Autónoma. Pero blecen como prioritarias (tanto a nivel pre-
también de las ideologías existentes, como ventivo, asistencial y de investigación) y, en
es el caso de la eutanasia, e incluso del nivel gran medida, la calidad de la atención me-
económico del que disfrute, lo cual le posi- dica y psicológica que reciba el enfermo es-
bilitará mayores recursos sanitarios. tará en función de estas variables.
2.- Las actitudes que el sujeto percibe en sus 4.- Por último, comentar que la actual situación
entornos cotidianos están, en buena parte, de afluencia de inmigrantes a nuestro país,
en función de la imagen más general que la hace necesario que este nivel de análisis
sociedad tenga de la enfermedad, sustenta- (macrosistema) deba ser aplicado con espe-
da en gran medida por el tratamiento que cial rigor a esta población. Tal y como
le dan los medios de comunicación. Como Bronfenbrenner nos señala, la cultura, reli-
señala Ibáñez (1990) el paciente neoplásico gión y etnia de una persona van a influir al

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El modelo ecológico de Bronfrenbrenner como marco teórico de la Psicooncología 57

resto de niveles (micro-, meso- y exosiste- jetos experimentan en una investigación cientí-
ma) de su ambiente ecológico. La diversi- fica tiene las propiedades que el investigador
dad cultural y racial en la que empezamos a piensa o supone que tiene” (Bronfenbrenner,
estar inmersos hace que debamos plantear- 1979, pp 49). En esta línea, el autor, nos re-
nos que las evaluaciones e intervenciones cuerda que lo que realmente hay que conside-
médicas y/o psicológicas que han sido váli- rar es cómo la persona percibe el ambiente más
das hasta ahora pueden que no lo sean para que como pueda existir en la realidad objetiva.
este colectivo. De ahí que debamos prestar En ocasiones, dada la gravedad de la neoplasia
especial atención a las características y que el paciente presenta (bien por el buen o el
peculiaridades que una determinada etnia o mal pronóstico que ésta tiene) presuponemos
religión pueden imprimir en la vida diaria que la persona no debe desarrollar ningún tipo
de estas personas. Recordemos, por ejem- de alteración psicológica o que por el contrario
plo, que algunas religiones prohíben las debe estar altamente afectada. Este tipo de
aplicación de cualquier hemoderivado. asunciones nos pueden llevar bien a no explo-
También la clase social y estatus económico rar adecuadamente las reacciones del paciente o
de una comunidad específica concretarán a subestimarlas, o por el contrario a “patologi-
los recursos disponibles para el sujeto. El zar” innecesariamente algunas de las conductas
acceso que tenga a las prestaciones sanita- que manifiesta y que con una perspectiva dife-
rias (en el caso de los inmigrantes ilegales rente del observador se entenderían como sim-
este puede ser nulo), la información que ples reacciones emocionales (Montoya, 1992).
dispongan de los síntomas primarios para En este sentido, Ibáñez (1990) ya nos advertía
acudir con prontitud al médico, etc. del peligro que se corre de no entender, en
Otro caso que merece especial atención ocasiones, las reacciones depresivas de los pa-
es la importancia que para determinadas et- cientes como simples reacciones emocionales
nias, como la gitana, tiene el estar acompa- reactivas a nivel fisiológico o normales y adap-
ñando a su familiar hospitalizado. Esto oca- tativas ante el impacto del diagnóstico, más que
siona ciertos conflictos en los servicios como una patología psicológica y/o psiquiátri-
hospitalarios cuando 10 o 15 personas de- ca necesaria de tratamiento.
sean mantenerse en la habitación con el en-
fermo. IV. Conclusiones
La asistencia integral que proponemos
con la aplicación del Modelo Ecológico El Modelo Ecológico presenta una serie de
hace imprescindible contemplar estos ele- componentes que son conceptos familiares en
mentos, tenerlos en consideración y, en la otras disciplinas (ciencias sociales, políticas, de
medida de lo posible, asumir esas caracte- la conducta, etc.), la novedad que aporta es la
rísticas diferenciales de cada macrosistema, atención que se presta a las interconexiones
ya que esto favorecerá tanto la adaptación ambientales (micro-, meso-, exo-, y macrosis-
mental y emocional del paciente como la tema) y el impacto que estas pueden tener so-
evolución adecuada de su enfermedad. bre la persona y su desarrollo psicológico. Las
ventajas que nos ofrece esta teoría en su aplica-
III. Consideraciones metodológicas ción a los pacientes oncológicos son las si-
para al aplicación del Modelo guientes:
Ecológico 1.- Considerar al paciente como una persona en
progresiva acomodación a sus entornos in-
En este sentido, Bronfenbrenner introduce el mediatos (también cambiantes): familia, ami-
concepto de “Validez ecológica” para referirse gos, hospital, etc., e influida por las relaciones
a: “ la medida en la que el ambiente que los su- que se establecen entre estos contextos y
otros más grandes en los que está incluido

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58 Esperanza Torrico Linares et al.

(sociedad, cultura, ideología, etc.). Tomar en realidad objetiva y/o presuponga el observa-
consideración estos aspectos nos ayudará a dor, evitará la infra o supravaloración de de-
discernir qué reacciones son propias del en- terminas reacciones psicológicas.
fermo y cuáles están provocadas por los en- Por otro lado, la mayor desventaja que
tornos más inmediatos (micro-, mesosiste- presenta este Modelo es la complejidad que
ma) o más distantes (exo-, macrosistema) y imprime al diseño de una investigación, al ins-
nos facilitará perfilar intervenciones más ade- tar al control de un mayor número de variables
cuadas, no solo centradas en el paciente. y respetar, en la medida de lo posible, que se
2.- La consideración de las posibles necesida- desarrollen en ambientes naturales (por ejem-
des, no solo del paciente sino de sus entornos plo, en la casa de los enfermos), no clínicos o
más cercanos y la intervención directa sobre controlados (consulta psicólogo, hospital) me-
estos, favorecerá el ajuste del paciente a su diante técnicas menos restrictivas como son los
enfermedad. cuestionarios y/o inventarios psicológicos,
3.- El considerar como el enfermo percibe el dando preferencia a la observación.
ambiente, más que como pueda existir en la

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(Artículo recibido: 3-12-2001, aceptado: 17-5-2002)

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