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NUEVO REGIONALISMO INTERNACIONAL:

Sus expresiones en Latinoamérica

SUMARIO:I. Introducción II. Regionalismo internacional. III. Marco teórico y


conceptual del nuevo regionalismo.

Denis Iván Rojas Lanuza*

INTRODUCCION

La formación de bloques regionales, comúnmente denominados acuerdos regionales de


integración (ARI) y que aparece como consecuencia de la búsqueda de integración económica
entre los países, ha irrumpido con fuerza en el discurso de lucha contra la pobreza. Este fenómeno
forma parte del cambio y transformación de las estructuras fundamentales de la Economía Política
Global. Su desarrollo ha sido viable a raíz de la descongestión del sistema bipolar con la
disolución del conflicto Este-Oeste, que ha significado la expansión de la filosofía neoliberal en
las relaciones económicas internacionales, y la transformación de los paradigmas reinantes ,
verificándose una tendencia coincidente por parte de Europa Occidental, América del Norte y Asia
Oriental, consistente en impulsar o profundizar iniciativas regionales e interregionales para hacer
frente a las circunstancias y desafíos del nuevo panorama internacional, evidenciándose la
emergencia de un mundo triádico . No sólo las instituciones internacionales, sino además los
gobiernos de países en desarrollo, otorgan de forma creciente a los acuerdos regionales un papel
determinante para el logro del desarrollo humano de los países.

Son cuantiosas las ventajas potenciales que se asocian a la integración regional. Algunas de
índole económica, como el fomento del comercio, la atracción de inversiones o el mejor
aprovechamiento de las economías. Otras, en el ámbito político, como la creación y fomento de la
estabilidad regional o el incremento del peso político internacional conseguido a través de la unión
de países bajo compromisos de base económica.

Sin embargo, otros perfiles de argumentación enfatizan los potenciales riesgos del
regionalismo, y otorgan mayores ventajas para los países en desarrollo a través de las
negociaciones multilaterales en el marco de instituciones como la Organización Mundial del
Comercio (OMC). Son numerosos los riesgos que se asocian al denominado ―regionalismo‖,
algunos planteados en términos de eficiencia económica y algunos otros de carácter más bien
operativo, como el efecto ―dominó‖ señalado, entre otros, por la propia OMC.

América Latina en general, y los países centroamericanos de forma tácita, podrán


experimentar un desarrollo económico muy importante si fortalecen algunas políticas económicas
que generen inversión y desarrollen el comercio internacional como principales motores del
crecimiento. La política de integración puede orientarse de tal manera que responda a los nuevos
retos, de forma que una normativa conjunta que favorezca la inversión a medio y largo plazo y un
1
clima de diálogo y cooperación induzcan a las iniciativas productivas necesarias que impulsen el
desarrollo de todos los países centroamericanos.

Regionalismo internacional

La economía política internacional atraviesa actualmente un período de profundas


transformaciones vinculadas a los procesos de la globalización y de integración regional. Tales
procesos afectan no sólo a las estructuras de poder del sistema internacional, sino también a las
políticas exteriores de los Estados y la diversidad de materias en concertación, confiriendo un
carácter multidimensional. En estos procesos se da una proliferación de nuevos acuerdos
regionales y subregionales de cooperación e integración, actualización de los ya existentes, como
efecto de esta nueva política internacional. Esto testimonia que en la actualidad todos los países
del mundo tienen algún tipo de integración y acuerdos firmados, lo que le da un toque global.
El Nuevo Regionalismo como es sabido, surge en un mundo primordialmente diferente de
aquel en el que surgió el viejo regionalismo. Se pueden identificar los hechos históricos y
condicionantes que han coadyuvado desde mediados de los años ochenta al surgimiento del Nuevo
Regionalismo1, y que están íntimamente ligados a los ya conocidos procesos de globalización de
la economía mundial, los cambios políticos y económicos en el Tercer Mundo, el final de la
Guerra Fría y los cambios en la política comercial de Estados Unidos y la Unión Europea, además
de la acentuación de los focos de regionalismo en cadena como forma de acomodamiento al
cambiante mundo de las relaciones económicas internacionales, creando así una economía
mundial cercana a un solo mercado global que también hace a la actividad económica y a la
competencia auténticamente global.
Como consecuencia las empresas y los Estados precisan un mercado mayor para sus
productos, combinar eficientemente el capital, la tecnología, el trabajo sin consideraciones de
fronteras nacionales para poder ser capaces, sujetos competitivos globalmente y no quedarse
aislados. Por tal razón, a lo largo de los últimos veinte años se ha notado un incremento de países
en desarrollo en busca de una liberalización económica y del establecimiento de regímenes
democráticos para tener acceso a los mercados y al capital extranjero. La adopción de estrategias
de crecimiento basadas en las exportaciones, y con ello la intención de crear o recrear industrias
que produzcan bienes para exportar, les hace necesitar más urgentemente de la tecnología y el
capital extranjero, incrementándose la competitividad entre ellos.
Al concluir la guerra fría surgió la demanda de sistemas políticos y económicos más
ambiciosos que contemplaran la democracia y la economía de mercado, apresurando la

*Denis Iván Rojas Lanuza, es profesor Titular de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de la
Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua, UNAN-León, es especialista en Derecho Internacional y Relaciones
Internacionales y Dr. en Derecho por la Universidad Complutense de Madrid, España, actualmente es miembro del
equipo de trabajo del Centro Interuniversitario para Estudios de Integración, E-mail: denis.rojas@unanleon.edu.ni

1
En la medida que se extiende a ámbitos muy diversos y que se aplica a experiencias regionales de muy
distinta naturaleza y alcance, la expresión no está exenta de cierta ambigüedad: SANAHUJA, José A (1998) “Nuevo
Regionalismo e Integración en Centroamérica, 1990-1997”, en José A Sanahuja y José A Sotillo (eds.) Integración y
Desarrollo en Centroamérica: Más allá del libre comercio, Madrid: IUDC/UCM, pág. 14

2
predisposición de democratización y liberalización económica en los países del tercer mundo o en
vías de desarrollo.
El final de la guerra fría tuvo numerosas implicaciones geopolíticas en las relaciones
internacionales, entre las que podemos citar:
1) La pérdida del liderazgo de Rusia y su compromiso de establecer vínculos con Occidente;
2) Diversas áreas geográficas se erigieron como ―áreas grises‖ tratando de encontrar una posición
entre su cultura tradicional y el proceso de ―occidentalización‖ (...);
3) El compromiso selectivo de la política de Estados Unidos, que sigue teniendo gran impacto en
los patrones de relaciones en diferentes regiones del mundo;
4) La emergencia gradual de la Unión Europea como patrón alternativo en los asuntos globales,
dada su creciente habilidad de proyectar poder económico y político.2
Las relaciones regionales, en particular, son mucho más fluidas, volátiles e inciertas que
antes. Cabe destacar que la liberalización multilateral de comercio en bienes manufacturados entre
los países industrializados estaba en una fase de cierto avance cuando el Nuevo Regionalismo
comenzó a desarrollarse.3 Las notables reducciones de tarifas arancelarias hicieron de las medias
no arancelarias las barreras más importantes al comercio. La creciente competencia entre los
principales poderes económicos mundiales generó una reacción en cadena de percibir la necesidad
de formar, mejorar, ampliar o profundizar esquemas regionales y firmar acuerdos de carácter no
solo económicos y comerciales sino multidimensionales a fin de lograr ventajas frente a los
adversarios y sus adversidades mismas. El incremento de los patrones regionales de interacción se
debe en parte al hecho de que las grandes potencias y las potencias regionales tuvieron la
oportunidad de participar en marcos cooperativos de seguridad donde los costos de sus acciones
en política exterior empezaron a ser menores al compartirse con diversos actores. Aunque los
vínculos históricos comunes y una cultura cívica común han seguido ejerciendo influencia en las
regiones, la era de la posguerra fría ha sido testigo de un incremento del impacto de los factores
geoeconómicos y geopolíticos en la dirección de la política exterior que los países deciden
adoptar.4
No se trata ni de procesos exógenos a los Estados e impuestos desde los ámbitos
internacionales y globales, ni estrictamente de procesos endógenos de los Estados; sino de una
construcción producto de la interacción entre agentes y entre éstos y la estructura regional,
internacional y global.5
La crisis financiera asiática de finales de la década de los noventa provocó que fuesen
considerados asuntos de primordial importancia para el análisis de las dinámicas económicas

2
CALLEYA, Stephen C. (ed.), ―Regionalism in the Post-Cold War World, Ashgate”, Aldershot, 2000, pp.
234-235.
3
WILFRED J. Ethier, “Regional regionalism‖, en Sajal Lahiri (ed.), Regionalism and globalization. Theory
and practice, Routledge, London and New York, 2001, pág. 4.
4
CALLEYA, Stephen C. op. cit., pág. 233.
5
MURILLO ZAMORA, Carlos. ―Aproximación a los regímenes de integración regional”, en
http://www.reei.org, No 8, 2004, pág. 2.

3
regionales y globales, por lo que puede decirse que ha favorecido la comprensión del Nuevo
Regionalismo en Asia.6
Éste ha puesto sobre la mesa nuevas cuestiones prácticas y teóricas, ya que ha empujado a
los Estados a repensar la mejor forma de construir esquemas regionales que sean capaces de
prevenir crisis financieras, o al menos gestionarlas eficazmente cuando surgen. Asimismo, puso de
manifiesto la centralidad de dos variables en el estudio del regionalismo, ausentes en trabajos
teóricos del viejo regionalismo: la idea de las identidades regionales y la importancia de los
desafíos externos como catalizadores.7
De esta manera también se demuestra que la crisis económica ha sido un factor
determinante en el surgimiento del nuevo regionalismo que ha permitido madurar el papel
definitivo de las organizaciones regionales como intermediarias entre el Estado Nacional y las
instituciones financieras globales; no sólo en la búsqueda de soluciones regionales a las crisis
económicas sino también en las desventajas de continuar impulsando estrategias neoliberales.
Durante la segunda mitad del siglo XX la intensificación de las relaciones de cooperación
ha ido estrechamente vinculada al establecimiento de organizaciones internacionales regionales, es
decir, a la institucionalización del regionalismo. Los procesos de integración regional actualmente
existentes surgen en este marco institucionalizado, intergubernamental y no gubernamental, que
prolifera y se consolida después de la Segunda Guerra Mundial.
El proceso de regionalización en América Latina, desde sus inicios hasta la actualidad, no ha
seguido una linealidad, sino que se ha visto sometido a una trayectoria propia según las
particularidades de los procesos socio-históricos, políticos y económicos que afectaron con
diversos grados de complejidad a los países integrantes. Se podrían caracterizar tres etapas8:
1- Desde fines de los cincuenta hasta principios de los sesenta, donde surge primero la
Asociación Latinoamericana de Libre Comercio (ALALC)9 y luego el Mercado Común
Centroamericano (MCCA)10;
2- Seguidamente, al concluir dicha década, se crean el Grupo Andino (GA) y el Mercado
Común del Caribe (CARICOM);
3- Finalmente en los noventa se da la conformación del Mercado Común Sudamericano
(MERCOSUR) y del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN).

6
SHAUN Breslin, Richard Higgot and Ben Rosamond. ―Regions in Comparative Perspective‖, Working
Paper, Centre for the Study of Globalisation and Regionalisation, University of Warwick, November 2002, pág. 8.
7
SHAUN Breslin and Richard Higgott, ―Studying Regions: Learning from the Old, Constructing the New‖,
New Political Economy, Vol. 5, No. 3, November 2000, p. 337; y SHAUN Breslin, Richard Higgot and Ben
Rosamond, op. cit., pág. 9.
8
MALAMUD, Andrés. “Jefes de gobierno y procesos de integración regional: las experiencias de Europa y
América Latina‖, en BRICEÑO RUIZ José; Kochi, Shigeru y de Lombaerde, Philippe (eds.); Nuevas dimensiones y
estrategias de integración en el Continente Americano: Del regionalismo latinoamericano a la integración regional,
pág. 7.
9
Aunque a lo largo de estas etapas son varios los acuerdos de integración que se relanzan, en el caso de la
ALALC lo hace en los ochenta cambiando su nombre a Asociación Latinoamericana de Integración (ALADI).
10
El Mercado Común Centroamericano (MCCA) es una de las experiencias destacadas de la región. Este sub-
bloque está constituido por Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras y Nicaragua, todos ellos países firmantes
del Tratado General de Integración Económica que data de 1960.

4
En este sentido, no se pretende abarcar el fenómeno en su complejidad, sino presentar las
líneas básicas sobre las que se desenvolvió el regionalismo, donde el caso de la Comunidad
Andina de Naciones (CAN), como ejemplo, es el único proceso de integración en Sudamérica que
sirve como nexo entre el denominado viejo regionalismo y el nuevo regionalismo.
El viejo regionalismo surge como propuesta de la Comisión Económica Para América Latina
(CEPAL) para impulsar el desarrollo mediante la estrategia de Industrialización por Sustitución de
Importaciones (ISI), donde la integración sería una herramienta favorecedora de la misma. Este
enfoque obvió al multilateralismo y construyó instituciones inspiradas en el proyecto de
integración europea, por medio de las cuales pretendía, a grandes rasgos, que los países integrantes
eliminasen las barreras comerciales entre ellos, invirtiesen en la región, adoptaran medidas
proteccionistas (imponiendo aranceles altos a las importaciones), regulasen la Inversión Extranjera
Directa (IED) y llevasen adelante políticas estatales de planificación e intervención económica
orientadas al desarrollo.
Los principales obstáculos11 que tuvo el ―viejo regionalismo‖ fueron: el proteccionismo, ya
que llevó a una restringida apertura del mercado regional; la intervención estatal en la economía,
que produjo roces con el sector privado al interior de cada nación; el modelo de ISI que tendía a
profundizar la inestabilidad macroeconómica; la inequidad en la distribución de beneficios; la falta
de infraestructura regional; y la injerencia negativa de los gobiernos autoritarios (mayoritarios
hasta los ochenta en Latinoamérica).
Aunque durante la etapa del viejo regionalismo se privilegiaron acuerdos Sur-Sur, en la CAN
no llegó a profundizarse la integración; de hecho la ISI al igual que en la mayoría de
Latinoamérica- no produjo los resultados esperados, ya que el rol intervencionista del Estado fue
un obstáculo y los países andinos no lograron industrializarse.
El ―Nuevo regionalismo‖12 o ―Regionalismo abierto‖13, como resurgimiento de la integración
latinoamericana, fue la respuesta que dieron los países para hacer frente a la profundización de la
globalización económica, conforme a la imperante interdependencia creada por los mercados,
utilizando la liberalización del comercio como herramienta, tanto de manera unilateral como
multilateral. El concepto surgió en 1980 con motivo de la creación del Consejo de Cooperación
Económica del Pacífico (CCEP); posteriormente se reafirmó en la IX Reunión del CCEP en 1992,
cuando se evaluó el incremento sustancial del comercio y la cooperación interregional,
especialmente entre los países del Asia Pacífico.
El Regionalismo abierto combina la liberalización interna y externa con la meta de mejorar la
eficiencia productiva y acrecentar una sólida competitividad en los mercados regionales e

11
―Más allá de las Fronteras el nuevo regionalismo en América Latina‖, BID; Informe 2002, Progreso
Económico y Social en América Latina, Washington DC, 2003.
12
Término acuñado en 1994 por la CEPAL.
13
El fortalecimiento de las relaciones interestatales en el Pacífico le dio a la CEPAL el sustento necesario para
promover el regionalismo abierto como estrategia de desarrollo en América Latina. GUERRA BORGES, Alfredo
(1996), "Globalización de la regionalización en América Latina: un punto de vista alternativo", en Comercio Exterior
46:6 (junio): pp. : 436-442. Su objetivo es que las políticas de integración sean complementarias y compatibles con
aquéllas que tienden a elevar la competitividad; ―El regionalismo abierto en América Latina: La integración
económica al servicio de la transformación productiva con equidad‖, CEPAL, 1994, Santiago, Chile. pág. 437.

5
internacionales14. En este sentido, en esta nueva etapa se establecen acuerdos Sur-Sur y Sur-Norte
debido al cambio en la estructura de la producción de la economía mundial.
Durante la década de los noventa y debido en parte a los efectos económicos esperados por la
caída del muro de Berlín se condensaron diversos proyectos de integración en el continente
americano, principalmente por partir del supuesto de que un avance en el desarrollo a la luz de la
globalización económica exigía buscar nuevas estrategias de integración regional.15
Se ha asentado la idea de que el regionalismo constituye una estrategia adecuada para mejorar
la inserción internacional de los países de la región; para incrementar la influencia en las
organizaciones multilaterales o en las negociaciones comerciales; para promover una gestión más
eficaz de las interdependencias regionales y por todo ello, se ha configurado como un componente
esencial de la agenda de desarrollo, particularmente apto para países de renta intermedia16. Sin
embargo, en los países de renta media baja también se ha tomado el mismo camino. Tal es el caso
de los países centroamericanos dentro del Mercado Común Centroamericano con su rediseño.
Algunos de los obstáculos que presenta este regionalismo son: las notorias asimetrías en la
repartición de los beneficios entre los países integrantes; el problema de los acuerdos que se
suceden simultáneamente; el alto coste económico que requiere mantener la estructura
institucional creada; y la falta de capacidad para construir acuerdos ajustados a las necesidades de
cada país, entre los más destacables. Aquí se presenta un problema muy serio para lograr una
incorporación satisfactoria dentro de los cambios globales. En Centroamérica, al igual que en los
países de la Comunidad Andina, la esencia de sus problemas radica en tener sus economías
pequeñas, su polarización social, su profunda crisis económica, política y social por estar sujetos a
fuertes Shocks tanto de los flujos de capital como de los bienes de intercambio, su carácter de
exportadores de productos de bajo valor agregado, sus escasos niveles de inversión y desarrollo
tecnológico, y sus excesivos niveles de endeudamiento externo. Además los sistemas fiscales
siguen presentando grandes diferencias y deficiencias. En cada país se usa terminología diferente,
se producen cambios constantes en los sistemas impositivos (...) también falta desarrollar políticas
aduaneras eficientes y mejorar la infraestructura vial y de servicios para el transporte‖17.
Sin embargo, la frase que motiva este apartado no contempla las dificultades o los
condicionamientos para la inserción que tienen los esquemas regionales de los países en vía de
desarrollo en el mercado internacional, que responden a los intereses y reglas de los países
desarrollados.
Se ha visto a lo largo de la historia de la integración latinoamericana que numerosas naciones,
lejos de verse beneficiadas por la apertura comercial, sufren las consecuencias sociales de las
mismas. Un caso ilustrativo resulta del no consolidado acuerdo del MERCOSUR con la Unión
14
GIRVAN, Norman. ―Hacía un nuevo regionalismo‖. Presentación en la sesión inaugural del V encuentro
internacional de economistas sobre globalización y problemas del desarrollo, La Habana, 10 de febrero, 2003, pág. 7.
15
REYES GUZMÁN, Gerardo. ―Regionalismo y Multilateralismo‖, Aportes, Revista de la Facultad de
Economía, BUAP, Año X, Número 30, Septiembre - Diciembre de 2005, pág. 88.
16
SANAHUJA, José Antonio: ―Regionalismo e integración en América Latina: balance y perspectivas‖,
Pensamiento Iberoamericano Nº 0, 2007, pp. 75-76.
17
CASAS GRAGEAS, Ángel María: ―La economía política internacional de la nueva integración regional de
las Américas: El caso de la Comunidad Andina‖, Integración & Comercio, BID/Departamento de Integración y
Programas Regionales/Instituto para la Integración de América Latina y el Caribe, Año 6, Nº 16, enero-junio 2002,
Argentina, pp. 127-128.

6
Europea, que pese a haberse firmado en 1995 el Acuerdo Marco de Cooperación Interregional y a
las previsiones que estimaban que en 2005 se pusiera en funcionamiento una zona de libre
comercio apuntando a que en un futuro se proyectase una Asociación Interregional, éste se vio
obstaculizado debido a las exigencias18 planteadas por los países en desarrollo en el marco de la
Ronda de Negociación de Doha en la OMC (lanzada en 2001).

Marco teórico y conceptual del nuevo regionalismo.

Desde mediados del siglo XX ha habido un esfuerzo importante por intentar dilucidar una
teoría sobre la integración regional. Partiendo de esta hipótesis, el regionalismo se sustenta en la
idea de región, es decir, en un limitado número de Estados ligados geográficamente y con un alto
grado de interdependencia entre ellos. En este esfuerzo ha destacado el aporte del Funcionalismo y
su versión revisada: Neofuncionalismo. Sin embargo, no existe a la fecha un enfoque que permita
analizar y explicar todas las experiencias de integración regional, tanto aquellas entre países
desarrollados como entre países en desarrollo, y más recientemente entre el Norte y el Sur.
Incluso, a partir de finales de la década de 1970, los neofuncionalistas hicieron una auto-crítica e
introdujeron nuevos elementos para lograr acercar sus instrumentos teóricos a la práctica regional.
Pero, aún la tarea está pendiente.
Tal y como se acota en las líneas anteriores, para explicar el fenómeno de la integración,
existen tres corrientes cuyas variables explicativas son diferentes. En un primer término, las
teorías sistémicas (neorrealismo y globalización) se basan en la importancia de las estructuras
políticas y económicas ampliadas y el impacto de las presiones externas sobre la región; segundo,
las teorías de la interdependencia (neofuncionalismo, institucionalismo neoliberal y
constructivismo) parten de motivos de interdependencia creciente entre los actores involucrados; y
finalmente, las teorías domésticas (coherencia estatal, tipo de régimen y democratización y teorías
de convergencia) parten de los principios de comunidad en etnicidad, raza, idioma, religión,
cultura, historia y conciencia de una herencia común.19
Los neorrealistas enfrentan el desafío de explicar este tipo de cooperación en un mundo
naturalmente conflictivo, por lo que afirman que la integración regional surge como respuesta a
una serie de desafíos externos, como el poder político y la competencia económica. Su idea gira
alrededor de la presencia de un hegemón en la región que es determinante en la medida en que los
países intenten dar respuesta a su presencia real o potencial, en que éstos pretendan restringir su
poder mediante la creación de instituciones, en que los Estados débiles busquen acomodarse
regionalmente con el hegemón para recibir recompensas materiales, y en que este último intente
involucrarse en la integración regional para aumentar su influencia. Cuando se trata de un

18
Los países en desarrollo han reclamado por la baja de subsidios en el sector agrícola y en los productos no
agrícolas (NAMA) de la UE y EEUU, así como también la revisión del marco regulatorio que especifican estos países
para restringir el ingreso de terceros a sus mercados, como ser aranceles altos junto con exigentes estándares técnicos,
sanitarios, fitosanitarios, etc.
19
HURRELL, Andrew. "Regionalism in Theoretical Perspective" en FAWCETT, Louise y Andrew Hurrell.
Op. cit. 37-73.

7
hegemón en decadencia, éste puede presionar la integración para favorecer sus intereses,
compartir costos, resolver problemas comunes y generar apoyo y legitimidad internacional para
sus políticas20.
Para los teóricos de la globalización, las fronteras pierden importancia y nos acercamos a
un mundo sin fronteras; en este sentido, la integración regional surge porque, en primer lugar,
existen problemas que demandan una acción colectiva, pero es políticamente más viable construir
esta respuesta a nivel regional que global; segundo, porque hablar de carácter global es un poco
exagerado, debido a que aunque los problemas son globales, sus efectos se sienten más
directamente en regiones particulares, siendo el nivel regional el lugar donde el balance de
intereses e incentivos presiona a los Estados a buscar respuestas a dichos problemas; un tercer
argumento se refiere a que el nivel más viable para reconciliar el mercado integrativo y las
presiones tecnológicas para implementar las presiones de la globalización y la integración; y
finalmente, la globalización altera e intensifica los patrones de competencia económica
mercantilista y dichos cambios repercuten sobre la forma como los gobiernos definen sus metas de
política exterior. 21
Desde una perspectiva diferente, el funcionalismo propuso la importancia de los enclaves
de cooperación internacional, funcionalmente específicos y/o regionalmente concentrados,
usualmente de carácter técnico en asuntos que inicialmente no involucran elementos políticos
importantes para ninguno de los países participantes22.
La conceptualización neo funcionalista, asegura que la integración surge de altos niveles
de interdependencia que conducen a la cooperación que lleva a la integración, en medio de un
"proceso mediante el cual los agentes políticos en diversos entornos nacionales diferentes están
convencidos de cambiar su lealtad, expectativas y actividades políticas hacia un nuevo centro
cuyas instituciones poseen o exigen jurisdicción sobre los Estados nacionales preexistentes"23,
dicha integración surge gracias al trabajo de élites tanto del Estado como de la sociedad civil,
movidos por intereses pragmáticos y no altruistas24.
Este proceso involucra el establecimiento de organismos supranacionales, al igual que unos
objetivos bien definidos y una claridad acerca de las ganancias que cada miembro obtiene de la
integración. Además, las corrientes funcionalistas proponen el concepto de ramificación o
derrame, que es de dos tipos, funcional y político. Mediante el derrame funcional, los pasos
iniciales crean problemas que sólo son solucionables mediante más cooperación25; así, el
desarrollo de la cooperación en un campo técnico permite el desarrollo de un comportamiento
idéntico en otros campos técnicos; "la colaboración funcional en un sector genera una necesidad
de colaboración funcional en otro sector"26. El derrame político se refiere a la existencia de

20
HURRELL, Andrew, Ibídem, pp. 47-53.
21
HURRELL, Andrew, Ibídem, pp. 47-53.
22
BROWN, Seyom: ―International Relations in a Changing Global System‖. Boulder: Westview Press, pág.
54.
23
HURRELL, Andrew, Ibídem, pág. 445.
24
HURRELL, Andrew, Ibídem, pág. 450.
25
Hurrell, Andrew. Op. cit. pp. 59-61.
26
DOUGHERTY, James y Robert Pfaltzgraff. (2006) "Teorías de Integración Internacional, Regionalismo y
Cohesión de Alianzas" en Teorías en pugna de las Relaciones Internacionales. Buenos Aires: GEL: pág. 444.

8
instituciones supranacionales, cuyo efecto es el comienzo del proceso de creación de otras
instituciones27.
Para lograr la integración completa en circunstancias de supervivencia en la arena
internacional, los Estados optan por la conveniencia de un mercado ampliado, en el cual puedan
vender sus productos sin barreras arancelarias, y recibir los demás sin el sobre costo que implican
los aranceles; esta convicción permite el nacimiento de una voluntad política que lleva a los
Estados a negociar acuerdos de libre comercio en un primer término, con posteriores avances en el
proceso; sin embargo, no bastan los elementos puramente económicos, sino que se deriva una
serie de elementos no económicos sin los cuales no es posible avanzar en el proceso integrador.
Esto implica que una integración de carácter económico supone la concertación de políticas
económicas sólidas, el desarrollo sostenible, la dinamización del sector privado, la eliminación de
barreras comerciales, la promoción de la inversión, la erradicación de la pobreza y el desempleo y
la protección ambiental, entre otros.
Teóricamente la integración regional puede darse bajo un hegemón poderoso, con un
liderazgo ampliamente aceptado por los Estados más débiles28 o bajo un liderazgo bipolar como es
el caso germano francés. Después de siglos de una sangrienta rivalidad, Francia y Alemania
encontraron la fórmula de una integración regional pacífica, incluyente y de estimulo al desarrollo
de las regiones más atrasadas para dar concreción a la exitosa experiencia de la integración
europea29,
Prácticamente todas las definiciones incorporan elementos propios de cada escuela de
pensamiento. Esto hace difícil identificar una conceptualización que incorpore al menos la
mayoría de los aspectos del fenómeno. Algunas resultan muy generales.30
Por otra parte, el ―dilema de la integración‖ adquiere relevancia, pues se debe tener en
cuenta que la integración ofrece beneficios importantes, pero también serios desafíos al Estado.
Además, cada Estado enfrenta restricciones distintas para determinar su política integracionista,
que responden a la posición internacional, a la estructura doméstica y a otros aspectos. Esto genera
un dilema constituido por los pros y los contras. Frente al cual aparece el dilema de la alianza. El

27
Hurrell, Andrew. Op. cit, pág. 60
28
La perspectiva teórica de la estabilidad hegemónica planteada por KLINDLEBERGER, Charles en su obra
The world and depresion 1929-1939,, University of California Press, 1973 contribuye a explicar el proceso de
integración económica. Según esta teoría una economía mundial abierta y liberal exige la existencia de una potencia
dominante capaz de mantener la estabilidad del sistema económico mundial; Proporcionar los bienes públicos
globales en cantidad suficiente, así como corregir las fallas del mercado. Esta noción debe establecer las reglas,
hacerlas cumplir y demostrar las ventajas del sistema. Otros dos requisitos son: que predomine una ideología liberal y
que se una confluencia de intereses comunes entre las naciones.
29
FEIMBERG, Richard, “Seeking balance: Decades of the OPEC forum‖ en Global Asia, Vol. 3, Nº 1, 2008,
pág. 69.
30
Por ejemplo como aquella que denominan integración a los «procesos económicos y políticos consistentes en
la constitución de una unidad económica o política por un grupo de países», e integración económica a ―los procesos
de unión gradual de las economías nacionales de dos o más países con similar sistema socioeconómico en una
comunidad económica que permita mayor dinámica de desarrollo a los países integrados‖. OSMAÑCSYK, E.
Enciclopedia Mundial de Relaciones Internacionales y Naciones Unidas, Fondo de Cultura Económica, México,
1976, pp. 648 y 652.

9
primero aumenta generalmente con el tiempo y el segundo permanece constante o declina, pues
―el impacto de la integración es mucho más amplio que el de la construcción de alianzas.‖31
En este sentido, se debe de partir desde los entendimientos compartidos entre los agentes
que directamente participan en la decisión, como por parte de aquellos agentes (grupos de presión,
opinión pública, terceros actores internacionales) que tienen algún interés en los resultados del
proceso decisorio. Por esto el ―potencial integrador‖ –el grado de conciencia e identidad regional y
las condiciones y características de la región es importante para entender la toma de decisiones a
favor del establecimiento del esquema integracionista.
En América Latina la idea de integración, aunque siempre haya perseguido la
―consolidación de la unión‖, ha pasado desde una connotación política y militar durante las
guerras de Independencia y fase de búsqueda del reconocimiento internacional como Estado-
nación, hasta la de la ―unión‖ para lograr el libre comercio en la región y mejorar la posición en el
escenario internacional.
Esta idea de integración asociada a la ―consolidación de la unión‖ aún cuando ha estado
presente en el discurso y en la práctica económica desde mediados de siglo, no siempre fue bien
recibida. Se pensaba que el libre comercio era la causa del ―desarrollo del subdesarrollo‖ 32 y que
la integración necesaria debía estar asociada a un alto grado de complementariedad, planificación
e intervención estatal. Actualmente se piensa firmemente que la integración a partir del libre
comercio es la alternativa válida que permitirá la integración no sólo a nivel subregional o regional
sino mundial.
La integración económica es vista desde al menos tres posturas ideológicas distintas: la
liberal, la estructural y la dirigista. A continuación se hará un pequeño análisis de cada una de ellas
con el objetivo de dejar claros ciertos conceptos que son determinantes en la comprensión de esta
temática en general.
La postura liberal33 es la más difundida. Presenta dos visiones de la integración económica,
definiciones que parten desde una aceptación liberal o ―neo-liberal‖ de la economía y de la
integración, se persigue eliminar los factores perturbadores al libre comercio entre unidades
económicas. También se adjudica el hecho de que, el libre comercio permitirá el éxito económico,
consistente en la transmisión automática del crecimiento desde los polos hasta la periferia al igual
que el máximo beneficio económico para los agentes involucrados. Desde este aspecto, la
orientación liberal se inclina a la integración mundial, siendo la integración subregional o regional
una suboptimización del mercado; la cual sólo es aceptable como una etapa previa a la integración
total. Así, la integración económica es vista como un proceso que se va cumpliendo por etapas que
van desde la zona de libre comercio hasta la integración económica total, pasando por la unión
aduanera, el mercado común y la unión económica. Entre sus exponentes más sobresalientes se
31
PETERSEN, N. ―National Strategies in the Integration Dilemma: An Adaptation Approach‖. Journal of
Common Market Studies, Vol. 36, núm. 1, 1998, pág. 35.
32
GUNDER Frank, André (1975). ―On capitalist Undedevelopment‖, Bombay, pág. 11, citado por
BUSTAMANTE, Ana Marleny en ―La integración regional: una aproximación necesaria‖. Revista Aldea Mundo /
mayo-octubre 1997, pág. 5.
33
Para ampliar una visión al respecto, se recomienda ver: NELSEN, Brent & Alexander Stubb (1994). The
European Union: Readings on the Theory and Practice of European Integration. Macmillan, London: VACCHINO,
Juan Mario (1981) Integración Económica Regional. UCV, Caracas. (1982) VACCHINO, Juan Mario (1982):
―Teorías, esquemas y experiencias de integración económica regional‖. En Nuevo Mundo, Nº 15/16, USB, Caracas.

10
encuentra Bela Balassa, quien a pesar de haber sido ampliamente confrontado, sigue siendo uno de
los más citados y que presenta sus conceptos más claramente. Para Balassa, la integración se
diferencia de la cooperación en que la primera se refiere a la eliminación de las medidas
discriminatorias entre dos o más unidades económicas, mientras que la segunda se refiere sólo a la
disminución de dichas medidas. Además, presenta dos visiones de la integración económica: como
proceso y como hecho. Como proceso se centra en las ―medidas dirigidas‖ a la eliminación para
llegar al hecho o imagen final. Como hecho se refiere al objetivo último a que se llega después de
eliminar la discriminación entre economías nacionales.
El enfoque estructural34 es diametralmente opuesto al liberal. Toma como referencia los
estudios de Myrdal sobre el crecimiento económico mundial, considera que la integración por
mercado y la aplicación de las reglas de la rentabilidad mercantil, antes que una transmisión
automática del crecimiento, aumenta las desigualdades y genera desequilibrios en la distribución
de los frutos del mercado. Considera que la integración por mercado y la aplicación de las reglas
de la rentabilidad mercantil, antes que una transmisión automática del crecimiento económico
mundial, aumenta las desigualdades y genera desequilibrios en la distribución de los frutos del
mercado. Por ello, la integración, debe tender a "combinar las operaciones de mercado y las
operaciones fuera de mercado" para procurar una distribución más justa y equitativa de los
recursos con miras a lograr un desarrollo autónomo.35
Desde esta óptica, la integración económica es considerada como las diversas operaciones
más o menos simultáneas, pero complementarias que consisten en establecer y mejorar todas las
relaciones convenientes para el intercambio de productos, factores e información entre las partes
que se proyecta hacer en conjunto; hacer progresivamente más compatibles los proyectos
económicos de los elementos que componen el conjunto; hacer converger cada vez más estos
proyectos hacia un óptimo para el conjunto, constituido por un grupo de objetivos sobre los cuales
existe consenso.36 Esta tesis es un apoyo decisivo a la dirección y la acción consciente de los
gobiernos por generar un conjunto integrado a partir de objetivos considerados básicos y
suficientes para crear la interdependencia entre las unidades económicas que se pretende integrar.
En consecuencia, se privilegian más las ―operaciones fuera del mercado‖ que las del mercado.
Ahora, el enfoque dirigista o centralmente planificado, afirma que la integración es un
proceso "regulado planificadamente, de aproximación, adaptación mutua y de optimización de las
estructuras económicas nacionales en el conjunto internacional..." 37 En este enfoque el Estado
tiene un papel preponderante en la determinación de la política, diseño y ejecución de la función
económica.
En general, la apreciación que se tenga de la integración económica es clarividencia para
poder entender el fenómeno y en el caso de los actores directos de la integración también es
importante conocer las diferencias entre un tipo y otro de integración para adecuar los objetivos

34
. Para ampliar sobre el enfoque estructural pueden consultarse las siguientes obras entre otras: MYRDAL,
Gunnard (1957): Economic theory of Underdeveloped Regions. Gerald Duckworth &co, London. PERROUX,
François (1967). ―¿Quién integra? ¿En beneficio de quién se realiza la integración?‖ Revista de la Integración, No.1,
INTAL, Buenos Aires.
35
PERROUX, François (1967) ―¿Quién integra? ¿En beneficio de quién se realiza la integración?‖. Revista de
la Integración, No.1, INTAL, Buenos Aires, pág. 37.
36
VACCHINO, Juan Mario (1981), ―Integración Económica Regional”. UCV, Caracas, pág. 68.
37
VACCHINO, Juan Mario (1981), Ibíd., pág. 71

11
que se proponen y conocer igualmente las ventajas y desventajas que se presentan al adoptar un
tipo de integración.
Ahora, en tal estado de cosas, y ante esta variedad de posiciones, decantarse por una de
ellas, definirla como pura, impecable y científica es algo imposible. Sin embargo, la integración
deberá interpretarse tanto en el aspecto teórico como en el práctico, como un núcleo fundido de
estructuras y formas avanzadas, incluyentes y que evidencie un proceso económico con rasgos
sociales y políticos.
Otra cosa es cuando se aborda la integración desde otro ángulo: en este caso, la integración
política. La integración política según Ernst Hass, uno de los grandes teóricos más sobresalientes
de la necesidad de integración en Europa, es el proceso mediante el cual los actores políticos en
los muchos y distintos escenarios nacionales son persuadidos para cambiar sus lealtades,
expectativas y actividades políticas hacia un nuevo centro, cuyas instituciones poseen o demandan
jurisdicción por encima de los Estado-nación preexistentes.38
En suma, tanto la definición de integración como sus características que la integran
adquiere en un momento histórico varían tanto por las posiciones ideológicas de los estudiosos y
ejecutores como por las características que va logrando el proceso en cada escenario y según los
países involucrados. Así, hoy en día, la regionalización empieza a sustituir lentamente el concepto
de integración en cuanto proceso con una connotación más geográfica y flexible y con menos
elementos que evidencien una profundización o tránsito hacia la esfera política.
En gran medida la evolución de la Teoría de la Integración Regional ha reflejado los
debates de los teóricos en las Relaciones Internacionales y las principales tendencias de
pensamiento. Estos esfuerzos han estado dirigidos a reconocer las razones que conducen a los
Estados a delegar soberanía en una instancia supranacional.39 De esto se deduce que aún queda
mucho por hacer para realizar ajustes teóricos en relación al nuevo regionalismo y teoría de la
integración regional en general, incluyendo a la zona de Centroamérica.
Cuando se aborda en la literatura el estudio de la integración regional, la diversidad de los
actores inmersos, de las funciones de las agrupaciones que forman, de los ámbitos materiales de
los que se ocupan, de sus objetivos, etc. genera un problema para partir de una definición precisa.
Pero en términos generales y de lógica pura, la integración regional se debe interpretar como un
proceso de cooperación intensa y prolongada entre actores de una misma región sobre cualquier
ámbito material, si bien es cierto que se da sobre todo en las relaciones económicas y, con menor
frecuencia, en las relaciones políticas y sociales.40 En este sentido amplio y plural de la integración
regional cabe referirse a las organizaciones internacionales regionales, plasmación institucional
del regionalismo. Las más importantes son, sin duda, por su composición y atribuciones, las
organizaciones internacionales intergubernamentales (OIG), aunque no son las únicas. Merecen

38
NELSEN, Brent & Alexander Stubb (1994): The European Union. Readings on the Theory and Practice of
European Integration. Macmillan, London, pág. 102.
39
MORAVCSIK, A. ―The Choice for Europe. Social Purpose and State Power from Messina to Maastrich‖.
Cornell University Press, New York, 1998, pp. 8-9.
40
Esta perspectiva amplia (todo tipo de interacciones) y pluralista (todo tipo de actores) es la utilizada por
William Wallace, quien define integración regional como ―la creación y el mantenimiento de intensos y variados
patrones de interacción entre unidades previamente autónomas‖ (Wallace, W. (ed.) The dynamics of European
integration. Londres: Pinter, 1990: pág. 9.

12
mención también las organizaciones internacionales regionales de carácter no gubernamental y
aquellas otras cuya composición es mixta, con participación tanto de representantes
gubernamentales como no gubernamentales. En la integración regional y el regionalismo tienen un
peso considerable, aunque no exclusivo, las organizaciones internacionales regionales de tipo
gubernamental y mixto.
Las agrupaciones de integración regional pueden ser caracterizadas según su línea, alcance
e intensidad. Línea se refiere a las áreas temáticas que cubre e indica si la organización regional es
o no multifuncional y en qué medida lo es. Alcance se refiere hasta dónde llega la cooperación,
tanto en las actividades extra-regionales como intrarregionales. Intensidad se refiere al grado de
integración del mercado, el ámbito de la cooperación funcional extra-mercado y el grado de
integración institucional41. En un extremo del espectro una simple área de comercio libre se limita
a la esfera económica, al uso de instrumentos de mercado y a las relaciones intrarregionales. En el
otro extremo, una unión económica puede cubrir cuestiones sociales, culturales y
medioambientales, al igual que económicas, e incluirá la cooperación funcional, cierto grado de
integración institucional y coordinación en las relaciones externas. Entre estas dos aristas está una
zona de cooperación, donde se persigue la cooperación funcional en una serie de áreas alrededor
de un espacio geográfico común; por ejemplo, en la esfera de la energía y el medioambiente. La
concertación juega un paso importante en esta fase, se refiere a un proceso mediante el cual dos o
más gobiernos actúan conjuntamente en el terreno estatal, por lo general, a nivel diplomático y con
fines de preferencia políticos, frente a otros actores;42 entendida de esta forma, la concertación es
una forma de interacción de intensidad baja, con un objetivo en particular, que consiste en que dos
o más Estados se ponen de acuerdo acerca de un tema específico, a fin de satisfacer las
necesidades comunes; así mismo, se refiere a temas políticos, manejables mediante negociaciones
diplomáticas, a nivel del Estado y sin involucrar a la sociedad civil. Finalmente, Tokatlian se
refiere a la integración como "un proceso más amplio, complejo y profundo", en la medida en que
implica vínculos sociales, políticos, económicos, culturales, científicos, diplomáticos y militares,
al igual que un rol "dinámico y protagónico de variados agentes de las sociedades involucradas. 43
Por su parte, Haas define la integración como el "proceso en que los actores en diferentes
instancias nacionales son persuadidos de cambiar sus lealtades, expectativas y actividades
políticas hacia un nuevo centro cuyas instituciones poseen o demandan jurisdicción sobre los
Estados nacionales preexistentes".44 Desde esta óptica, podemos referirnos, que la integración
significa un proceso más profundo de interacción entre países, y no solamente a uno de carácter
económico, puesto que incluye aspectos sociales y políticos; además, involucra tanto al Estado
como a todos los estamentos de la sociedad (empresarios, políticos, militares, civiles), en una serie
de interacciones de carácter variado, a lo que se hará referencia especial en los posteriores
capítulos de este trabajo.
El estudio de la integración regional requiere precisar conceptualmente qué se entiende por
regionalismo y regionalización. En un esfuerzo por presentar un esquema explicativo sencillo y
41
GARVÁN, Norman: “Hacía un nuevo regionalismo”. Ibíd. pág. 7.
42
TOKATLIAN, Juan. "Componentes Políticos de la Integración‖, en Jaime Acosta Puertas (Comp.):
Integración, Desarrollo Económico y Competitividad. Santafé de Bogotá, Centro de Estudios Regionales del Tercer
Mundo, Creset, 1994, pág. 54.
43
TOKATLIAN, Juan, Ibídem, pág. 54
44
FAWCETT, Louise y Andrew Hurrel. (ed.) Regionalism in World Politics, Oxford University Press: New
York, 1995, pág. 60.

13
coherente, entenderemos regionalismo como proyecto y regionalización como proceso45. Esta
simple distinción permite establecer una línea analítica que es a veces sutil pero siempre útil,
aquella que pretende mantener en planos diferenciados el discurso y la realidad, los objetivos y la
efectividad de la integración en cada región.
También la noción de integración se utiliza para aludir a las situaciones de indispensable
pertenencia ―intranacional‖. Por lo tanto, el término remite tanto al necesario proceso interno de
las naciones constituidas en la región, como a las relaciones inter o multinacionales en la misma.
Aquí surge la pregunta relacionada con que si lo nacional sigue teniendo sentido y vigencia
todavía, a lo cual se podría igualmente contestar de modos limitados. Por tanto se considera tan
importante tomar en cuenta, a propósito de la complejidad de las luchas nacionales emprendidas
actualmente por los pueblos y que atraviesan, sin duda, fronteras, las observaciones que
formalizar, en su oportunidad, la filósofa argentina Ana María Rivadeo, en el sentido de que están
llevadas ―a constituirse como luchas y proyectos que se colocan, simultáneamente, dentro del
Estado-nación y en contra de él‖.46

El regionalismo englobaría las iniciativas políticas de representantes gubernamentales para


estrechar la cooperación política y económica entre Estados y actores que forman parte de una
misma región. Conformaría la corriente regionalista el conjunto de proyectos políticos que surgen
de la interacción entre actores gubernamentales estatales, actores no gubernamentales estatales y
transnacionales (fundamentalmente empresas nacionales, grupos de presión y empresas
transnacionales) y, en menor medida, actores internacionales intergubernamentales. 47 A través de
esa interacción se acomodan los intereses de los diferentes actores implicados, siendo el resultado
de dicho acomodo la potenciación de las iniciativas regionalistas por parte de los representantes
políticos de algunos de los Estados de mayor peso en el sistema internacional. En este sentido, los
principales impulsores de este regionalismo han sido algunos Estados miembros de la comunidad
Económica Europea (CEE) a partir del Acta Única Europea (1986) y Estados Unidos al estrechar
su relación con Canadá (Tratado de Libre Comercio Canadá-Estados Unidos, CUSFTA) y con
México (TLCAN). Como respuesta a esta tendencia surgida en Europa y en Norteamérica serían
lanzados nuevos proyectos regionalistas o revitalizados los ya existentes en América Latina
(Comunidad Andina, Grupo de los Tres, Comunidad del Caribe, (MERCOSUR), en Asia
(Asociación de Naciones del Sudeste Asiático [ASEAN], Foro de Cooperación Económica Asia-
Pacífico [APEC], Asociación del Sur de Asia para la Cooperación Regional [SAARC]) o en

45
Esta es la vía seguida, entre otros, por el grupo de Economía Política Internacional de la Universidad de
Sheffield o por los miembros del Instituto de Investigación Sumitomo Life. Véase, para el primer grupo, Gamble, A. y
Payne, A. (eds.) 1996, Regionalism and world order, Londres: Macmillan, 1996. Para el grupo de investigadores
japoneses, véase Yoshida, M.; Akimune, I.; Nohara, M. y, Sato, K. ―Regional economic integration in East Asia:
special features and policy implications‖. En: Cable, V. y Henderson, D. (eds.) Trade blocs? The future of regional
integration. Londres: Royal Institute of International Affairs, 1994, pp. 59-108.
46
RIVADEO, Ana María, Lesa Patria, 2003. Nación y globalización, México, UNAM, pág. 292. Véase
también Horacio Cerutti Guldberg, ―Proyecto de nación y globalización‖, en Alejandro Serrano Caldera y John W.
Murphy (Coords.), La filosofía en la era de la globalización, Managua, Nicaragua, Hispamer, 2007, pp. 65-76.
47
IBÁÑEZ MUÑOZ, Josep. ―Las relaciones entre Canadá y la UE en el contexto del nuevo regionalismo‖,
Revista CIDOB d’Afers Internacionals, 54-55, pp. 181-182.

14
África (Unión del Magreb Árabe [UMA], Unión Económica y Monetaria de África Occidental
[UEMAO]).48
La distinción analítica entre las nociones de regionalismo y regionalización es determinante y
fundamental porque evita confusiones y generalizaciones que enturbian la comprensión del
fenómeno regional. Sin embargo este fenómeno aúna simultáneamente, aunque sea en grado
variable, las dimensiones política, económica e ideológico-cultural, de tal forma que la
combinación de estas dimensiones es la que conforma la integración regional que se da en el
marco del nuevo regionalismo. Este último, dentro de su carácter puede o no contener algunos de
los elementos de la tipología típica de la integración tradicional.49
En la amplia bibliografía sobre el tema, se definen cinco tipos de integración económica,
dependiendo del grado de unificación alcanzada a través de la disminución de aranceles y la
coordinación de las políticas económicas. Estas son:
a. Área de libre comercio: varias economías deciden eliminar las barreras al comercio entre
ellas, pero manteniendo cada una sus propios aranceles diferentes frente a terceros.
b. Unión aduanera: se configura cuando un área de libre comercio establece un arancel
exterior común.
c. Mercado común: supone la eliminación de barreras a la circulación de los factores
productivos; trabajo y capital.
d. Unión económica: supone un mayor grado en la armonización de las políticas fiscales y
monetarias.
a. E) Integración económica: implica la aparición de una autoridad supranacional que
adoptará las decisiones de política fiscal y monetaria.

El Regionalismo o los procesos de integración regional se entienden como el proyecto político


de la regionalización, ―los proyectos políticos que surgen de la interacción entre actores
gubernamentales estatales y actores no gubernamentales estatales y transnacionales‖ 50 o como una
nueva forma de organización económica o política51 que posee características que permitirían
entender si determinado proyecto de integración regional fue concebido como herramienta de
incorporación a la globalización o como contrapeso y protección hacia ella.

48
FAWCETT, L. y Hurrell, A. (eds.) ―Regionalism in world politics‖. Oxford: Oxford University Press, 1995,
pp. 23-24.

50
LERMAN, A. (2002). Multilateralismo y Regionalismo en América Latina. México: Miguel Ángel Porrúa,
UAM, pág. 13.
51
MITTELMAN, J. (1996). ―Rethinking the ―New Regionalism‖ in the Context of Globalization‖. Global
Governance, pág. 193.

15
Esta doble concepción puede ser analizada bajo el siguiente esquema52, el cual permite definir la
capacidad de los actores de acuerdo con su poder de regionalidad (regionness). Esta capacidad de
regionalidad estaría dada por cinco niveles:

a) La región circunscrita como unidad geográfica o ecológica y por barreras naturales.


b) El sistema o los sistemas sociales que conforman la región y que implican las relaciones
translocales en los ámbitos social, político, cultural y económico.
c) La región definida por la membresía de la organización regional, lo cual implica la creación de
un marco de cooperación o la unidimensionalidad que es la primera etapa de la cooperación
regional y que avanza paulatinamente hacia otras áreas de cooperación53.
d) La sociedad civil regional, la cual toma forma cuando el marco organizacional promueve la
comunicación y la convergencia de valores dentro de la región.
e) La actuación de la región como sujeto con su propia identidad, capacidad, legitimidad y
aparatos para hacer políticas propias54. Esta fase implica un nivel de regionalidad complejo y
avanzado.
Más allá de la contextualización de los procesos de integración en la perspectiva del
regionalismo abierto, es deseable explicarlos dentro del concepto nuevo regionalismo. Se
denomina de esta manera a la segunda ola de cooperación surgida en los años ochenta luego del
fracaso de los procesos de integración de la década del setenta, y a raíz del fin de la Guerra Fría y
de la transición hacia un orden mundial multipolar. 55
1). El nuevo regionalismo se caracteriza por ser comprehensivo, multidisciplinario, espontáneo y
generado desde abajo,56 y da un mayor énfasis a las cuestiones políticas y sociales, sin desconocer
la importancia de la integración económica. Según esta perspectiva, la regionalización depende del
contexto histórico y de los conflictos subyacentes a la región. En este sentido, se enfatiza el
desarrollo de la identidad y del awareness regional; la cohesión regional y la cooperación se dan
en la medida en que haya un sentido de comunidad duradero y sostenido, basado en la confianza
52
HETTNE, B. (1997). ―The Double Movement: global market versus regionalism‖, en Cox, R. W. (Ed.). The
New Realism: Perspectives on multilateralism and World Order, Great Britain: United Nations University Press. pp.
227-229.
53
Este argumento es compartido en las investigaciones sobre regionalismo: El BID, Banco Interamericano de
Desarrollo. (2002), Más allá de las fronteras. El Nuevo Regionalismo en América Latina. Washington: BID. pág. 3
donde se menciona que la integración avanza desde un acuerdo comercial en el cual se contemplan ciertos temas
económicos y se avanza paulatinamente hacia otras áreas y políticas no económicas. En tal sentido, Shaila Page
(2000), en Regionalism among developing countries, London, Overseas Development Institute. también menciona que
existen factores no sólo económicos y comerciales que fomentan la integración, aunque el elemento económico-
comercial suele ser el pretexto para la integración.
54
MITTELMAN, J. (1996). ―Rethinking the ―New Regionalism‖ in the Context of Globalization‖. Global
Governance. pág. 192.
55
HETTNE, Bjorn 1994. "The New Regionalism: Implications for Development and Peace", en Bjorn Hettne y
András Inotai, The New Regionalism Implications for Global Development and International Security, Helsinki: UNU
World Institute for Development Economics Research: Hettne 1994. pp. 1-50.
56
Se denomina "desde abajó" al hecho de que es promovido por cada Estado y no impuesto por las
superpotencias.

16
mutua, el conocimiento, el aprendizaje, la lealtad y la identidad compartida57. Debido a ello, las
formaciones regionales adquieren la cualidad subjetiva de "comunidades imaginadas". 58 El nuevo
regionalismo se basa en el enfoque constructivista o reflexivo de las relaciones internacionales, el
cual parte del estudio sociológico de las instituciones. Sus principios son los siguientes:
- Las estructuras fundamentales de la política internacional son sociales;
- las estructuras —con los elementos de conocimiento compartido, recursos materiales y
prácticas— moldean las identidades de los actores más que su comportamiento; y
- los intereses estatales están en gran parte construidos por las estructuras sistémicas y no
son exógenos a las mismas.59
Las estructuras sociales están definidas por entendimientos compartidos, expectativas o
conocimientos; son ellas las que moldean a los actores en situaciones determinadas, así como a la
naturaleza de sus relaciones. La teoría constructivista trata de mostrar cómo la estructura social de
un sistema hace posibles ciertas acciones por medio de la constitución de actores con identidades e
intereses determinados.60 En el ámbito internacional, la variación de las creencias, valores, normas
y prácticas circunscritos a culturas —estructuras sociales— determinadas, afectan la eficiencia de
los acuerdos institucionales61. Por lo tanto, de acuerdo con el constructivismo, solamente un
consenso generado endógenamente al interior de las estructuras sociales de cada unidad del
hemisferio occidental —solamente la formación de una gran comunidad intersubjetiva— podría
asegurar el éxito de la integración. Ello se debe a que la cooperación depende necesariamente del
idealismo, el altruismo, los propósitos comunes, las normas internacionalizadas y las creencias
compartidas, la compatibilidad de los valores societales y la comunicación; por lo tanto, los
sentidos intersubjetivos de la actividad institucional internacional adquieren una importancia
superior al simple cálculo de costos y beneficios.
Como resultado, hay una atomización profunda de las agrupaciones sociales en torno a
identidades sumamente específicas como la pertenencia a una comunidad, por ejemplo. Debido a
los efectos sociales perversos de la globalización, dicha fragmentación es mayor en el caso de las
regiones, Estados y grupos sociales más débiles y vulnerables. Por lo tanto, la pérdida de los más
pobres se maximiza, y al fragmentarlos a sus expresiones mínimas se llega al extremo de
pulverizarlos y desaparecerlos como actores del sistema. Agravando el impacto fragmentador, el
Estado se internacionaliza como producto de la globalización, y se convierte en una especie de
agencia cuya función es ajustar las prácticas y políticas económicas nacionales a las exigencias de
la economía global (Cox 1992). El despojo de las funciones estatales anteriores —en especial, la
obligación de buscar el bien de la sociedad— y su conversión en un armatoste que hace las veces
de intermediador, le permiten adquirir la capacidad de mantener alejadas las presiones de la

57
Véanse: KEOHANE, Robert, 1993, "Instituciones internacionales: dos enfoques", en Robert O. Keohane,
Instituciones internacionales y poder estatal, Buenos Aires: Grupo Editor Latinoamericano: 219-245. HURRELL,
Andrew 1995, "International Society and the Study of Regimes. A Reflective Approach", en Volker Rittberger (ed.),
Regime Theory and International Relations, Oxford: Clarendon Press: 49-72.
58
HETTNE, Bjorn 1994, op.cit. pág. 75.
59
WENDT, Alexander 1995, "Constructing International Politics", en International Security 20:1 (verano):
pág. 73
60
WENDT, Alexander 1995, Ibid. pág. 76
61
KEOHANE, Robert, op.cit. pág. 236

17
población. En este sentido, se podría sugerir que hay un retorno a los esquemas tradicionales de
"democracias limitadas",62 generalmente vigentes antes de la consolidación de los modelos de
sustitución de importaciones en América Latina. Los procesos de toma de decisiones, de la
construcción de agendas regionales, del goce de los beneficios de la globalización y el
regionalismo dificultan la identificación de los procesos de integración dentro del movimiento
ideal del nuevo regionalismo.
El Nuevo Regionalismo –como lo denomina Mittelman- surge en los años noventa y
representa la concentración del poder político y económico que compiten en la economía global
con múltiples flujos interregionales e intrarregionales.63 Este mismo autor destaca que los nuevos
regionalismos poseen características trascendentes, tales como la cercana cooperación política, al
inicio de los proyectos; la equidad y el balance en las relaciones entre los miembros y el
incremento comercial, basado en la planeación industrial regional. El Estado debe funcionar como
agente activo y sus tareas principales son la racionalización de la producción, la construcción de
infraestructura y la promoción de intercambios. Las posibilidades y limitaciones de este
regionalismo descansan en la fortaleza de sus vínculos con la sociedad civil. Asimismo, dentro de
esta nueva concepción de integración regional, se considera a los Estados como actores
importantes y las relaciones a nivel de macro-regiones, sub.-regiones y micro-regiones se articulan
en las tendencias de la globalización.
No obstante, es cierto que los proyectos de integración regional tienen el objetivo de
trascender más allá de la esfera comercial, con excepción de la Unión Europea, los restantes
regionalismos han hecho énfasis, particularmente, en el área económica, como se expone en el
siguiente punto, a través de los proyectos de integración económica regional en América Latina
Es de primordial importancia aclarar que los argumentos de diversos organismos
internacionales, tales como el Banco Interamericano de Desarrollo, BID 64, o la Comisión
Económica para América Latina65, la integración regional y el regionalismo son esencialmente lo
mismo, en cuanto constituyen una herramienta política que permite la inserción de los países en la
economía mundial, forman parte del proceso de reforma estructural para reforzar la liberalización
unilateral y multilateral, surgen en gran medida de la creciente interdependencia económica y se
reflejan en los denominados Acuerdos de Integración Regional, que son acuerdos que pueden
extenderse más allá del comercio internacional y avanzar paulatinamente hacia áreas no
comerciales, tales como la inversión, la regulación interna, las políticas domésticas, la
infraestructura y las políticas públicas. Por ello, el regionalismo o la integración regional es el
proceso que cubre la creación de los Acuerdos de Integración Regional.
El BID también ha definido al proceso de integración como ―el estatuto jurídico en el cual
los Estados entregan algunas de sus prerrogativas soberanas con el fin de constituir un área dentro
de la cual circulen libremente y reciban el mismo trato las personas, los bienes, los servicios y los

62
COX, Robert 1992, "Global Perestroika", en Miliband y Panitch (eds.), Socialist Register, Londres: Merlin
Press.
63
MITTELMAN, J. (1996), op. cit., pág. 208.
64
Más allá de las fronteras. El Nuevo Regionalismo en América Latina. BID, Banco Interamericano de
Desarrollo. (2002): Washington.
65
“El regionalismo abierto en América Latina y el Caribe. La integración económica al servicio de la
transformación productiva con equidad‖. CEPAL, LC/G.1801: Santiago de Chile: (1994).

18
capitales, mediante la organización de las políticas correspondientes y bajo una égida
supranacional‖66.
Siguiendo la caracterización de Gordon Mace y Jean Philippe Therien67, quien afirma que
el nuevo regionalismo alude a un proceso por el que en un área geográfica dada, diferentes actores
– Estados, instituciones regionales, organizaciones sociales – (…) participan en una creciente red
de interacciones económicas, culturales, científicas, diplomáticas, políticas e incluso militares por
la que se generan y comparten una serie de valores fundamentales. La progresión puede no ser
automática, tener diferente intensidad entre un sector y otro y sus efectos no son unívocos: ―(…) la
combinación de interacciones en aumento y de valores compartidos no produce necesariamente
una nueva entidad política, sino más bien una capacidad mayor y más diversificada para la gestión
regional de problemas regionales.‖68 Según esta definición, ―el nuevo regionalismo‖ no se
diferencia demasiado de la integración regional del pasado, pero existen diferencias importantes.
―El nuevo regionalismo‖ se refiere a un modelo menos institucionalizado, ―menos automático,
más difuso y más impreciso‖ que el que se había definido en la teoría clásica de la integración
económica, tanto desde los tradicionales enfoques funcionalistas o neofuncionalistas, como desde
perspectivas económicas neoclásicas o estructuralistas.69
El regionalismo70 ha ido modificando su perfil y sus objetivos en estos últimos sesenta
años, adecuándose a las mutantes condiciones globales. A la expresión ―regionalismo‖ se le han
dado distintas acepciones. Por un lado se lo ha tomado como una tendencia ideológica promotora
de los procesos de integración constituidos desde abajo hacia arriba, diferenciándolo de la
regionalización, proceso de descentralización, desde arriba hacia abajo. Por otro lado, se ha
centrado al regionalismo en la constitución de espacios ampliados internacionales a diferencia de
la regionalización, que conforma esos ámbitos geográficos ad intra de un solo Estado.
Se ha señalado que el regionalismo llamado de primera generación ha tenido por fuerza
directriz al comercio. Así, el BID ha definido al proceso de integración como ―el estatuto jurídico
en el cual los Estados entregan algunas de sus prerrogativas soberanas con el fin de constituir un
área dentro de la cual circulen libremente y reciban el mismo trato las personas, los bienes, los
servicios y los capitales, mediante la organización de las políticas correspondientes y bajo una
égida supranacional‖71. Tal el caso de ALALC, cuyo objetivo central ―la ampliación de las
actuales dimensiones de los mercados nacionales, a través de la eliminación gradual de las
barreras al comercio intrarregional, constituye condición fundamental para que los países de

66
Factores para la Integración de América Latina, INTAL, BID. Buenos Aires, 1973.
67
GORDON MACE y Jean Philippe Therien (1996): Foreign policy and regionalism in the Americas. Boulder
(CO): Lynne Rienner, pag. 2
68
Citado en SANAHUJA, José A (1998) ―Nuevo Regionalismo e Integración en Centroamérica, 1990-1997‖,
en José A Sanahuja y José A Sotillo (eds) Integración y Desarrollo en Centroamérica: Más Allá del libre comercio,
Madrid: IUDC/UCM, pág. 14
69
GORDON MACE y Jean Philippe Therien, op.cit, pág. 2
70
Ver ―Regionalismo - Integración‖, en Globalización-Integración-Regionalismo, Estudios de relaciones
internacionales, Nº 1, Marcos Lerner Editora Córdoba, Córdoba, 1997, pp. 37 y ss. CIMADAMORE, A.D. ha
definido a la integración regional como proceso de ampliación pacífica de espacios económicos, sociales y políticos
de los Estados nacionales que genera nuevos mecanismos de toma de decisiones y resolución de controversias y que
implica una pérdida progresiva de soberanía (V. “Gobernabilidad y Niveles de análisis en el proceso de integración
del NERCOSUR”, en “Los Desafíos de la integración regional ante el nuevo contexto social y político en la región”
(www.unesco.or/shs/gobernanza).
71
Factores para la Integración de América Latina, INTAL, BID. Buenos Aires, 1973.

19
América Latina puedan acelerar su proceso de desarrollo económico, en forma de asegurar un
mejor nivel de vida para sus pueblos‖ (primer párrafo de la parte preambular del Tratado de
Montevideo de 1960).
El regionalismo de segunda generación ha mostrado una percepción más amplia de la
integración que la comercial: más compleja, más multidimensional, con ambiciones sociales,
culturales y políticas. La Asociación Latinoamericana de Integración (ALADI) (sucesora de
ALALC), en el segundo párrafo preambular del Tratado de Montevideo de 1980, señala que ―la
integración económica regional constituye uno de los principales medios para que los países de
América Latina puedan acelerar su proceso de desarrollo económico y social a fin de asegurar un
mejor nivel de vida para sus pueblos‖.
El regionalismo de tercera generación buscó el perfil de ―regionalismo abierto‖, con
apertura externa (importación-exportación), multilateralista, acorde con las normas de la OMC,
articulado con los mercados internacionales, complementados por acuerdos extrarregionales. Tal
el caso del Tratado de Libre Comercio de América del Norte / TLCAN/NAFTA (1993), el
proyecto del ALCA (1994), el TLCRD-CA/DRAFTA (2004).
El regionalismo de cuarta generación es una nueva manifestación sólo accesible a las
regiones más avanzadas institucionalmente que busca la inserción externa, con efecto sobre el
sistema global, como factor decisivo de la gobernanza global, gestionador del modelo de
interdependencia, región-actor dominante que impulsa un modelo a otras regiones del mundo,
acción que más que bi o tri o pluriregional se transforma en transregional en tanto cuenta con la
meta común de bloque transregional equilibrador institucional con influencia multidimensional a
escala global (síntesis en la dialéctica entre globalismo de mercado y regionalismo político).72 Una
asociación de este tipo es la que busca la UE con los Estados de América Latina y El Caribe como
vía de fortalecimiento de su rol político internacional. De allí la importancia para ese modelo de
que un bloque con el que ha de celebrarse una asociación interregional alcance identidad,
solidaridad regional basada en normas comunes y cohesión social.

RESUMEN
El nuevo regionalismo y esencialmente la integración regional renacen en un contexto
incomparable al de sus antecesores marcado por la globalización y el fin del sistema bipolar. Aún
se distinguen regiones centro, periféricas e intermedias. En América Latina el problema del
subdesarrollo, relacionado con los desiguales intercambios económicos, ha impulsado la
formación de bloques entre grupos de países que buscan potenciar su complementariedad
económica y poder de negociación internacional ante el lento avance de las negociaciones
comerciales en el ámbito multilateral, convirtiéndose en menos dañina. los factores de debilidad
de los proyectos de integración, variable que permitiría incorporar al análisis aspectos como la
exclusión y discriminación.

72
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20
PALABRAS CLAVES:
REGIONALISMO INTERNACIONAL, INTEGRACION ECONOMICA, RELACIONES
INTERNACIONALES

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