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Diario de mayor circulación en Los Andes

LANACIÓN

IMPACTO San Cristóbal, Edo. Táchira, lunes 17 de septiembre de 1990.


Coordinador: Carlos Delgado Duarte

Diseño Gráfico: Wilson Agudelo

REPRODUCCIÓN DEL DOCUMENTO

PUBLICADO EN EDICIÓN DE AQUELLA FECHA

Sirvió este escrito como fuente de inspiración para la doctrina subversiva del MBR-
200, cuyos Planes Rectores iniciales, militaristas-totalitarios, ejecuta hoy Chávez
exitosamente desde el Poder.

Aclaratoria: un grupo comunista, ubicado en la Universidad de los Andes, ULA,


entre quienes figuraba Adán Chávez, conspiraba contra el gobierno, en conjunción
de militares activos, entre ellos Hugo Chávez.

Elaboraban entonces Planes político-administrativos para gobernar a Venezuela y


copiaron las ideas básicas de un antiguo Programa totalitario, publicado por la
Nación, dos años antes de la asonada del 4-febrero-92.

Paralelamente, Arias Cárdenas y Kléver Ramírez, prepararon otro Proyecto, que fue
conocido por todos los conspiradores, civiles y militares, mientras el Plan ULA-
Chávez se mantuvo ultra secreto hasta que los sediciosos conquistaron el Poder y,
según afirma Chávez, esas ideas son ahora la carta de navegación estratégica del
régimen.
SÍNTESIS DEL DOCUMENTO:

(I)

"La Libertad es una ilusión, es irrealizable, porque nadie sabe


usarla con discreción"

"Hablemos con toda franqueza y discutamos el sentido de cada idea. Es necesario


fijarse que el número de hombres con instintos perversos es mucho mayor que el
de aquellos con instintos nobles. Por lo cual, un gobernante, obtiene mejores
resultados empleando la violencia y la intimidación, que utilizando los discursos
académicos. ¿Qué es lo que ha contenido esas fieras salvajes y de rapiña que
llamamos hombres? En las primeras épocas de la sociedad estaban sometidos por
la fuerza bruta y ciega; después se sometieron a la ley, que no es otra cosa que la
misma fuerza disfrazada. Esta consideración me lleva a deducir que, fijándonos en
la ley natural, el derecho reside en la fuerza. Entonces la idea de libertad es
irrealizable, porque ninguna persona sabe como hacer uso de ella con discreción.
Los ejemplos son abundantes: es suficiente dar a las masas poder de gobernarse,
para que se conviertan inmediatamente en un tropel completamente
desorganizado.

¿Puede un espíritu sensato creer que llegaría a gobernar las masas con
argumentos y razonamientos lógicos, sabiendo que las ideas se contradicen unas a
otras y debilitan la autoridad y la fuerza? ¿Alguien dirá que son inmorales estos
planteamientos sobre el gobierno y sobre los hombres? Es posible que lo piensen,
pero nada disminuye su valor sobre la realidad, porque la política nada tiene en
común con la moral…Un Jefe de Estado que pretenda gobernar con arreglo a leyes
morales, no es un hábil político y por consiguiente no estará seguro en el Poder.
Todo aquel que quiera gobernar debe recurrir al engaño y a la hipocresía. Téngase
siempre presente que en política, las grandes cualidades humanas de
honorabilidad y sinceridad se convierten en vicios durante el ejercicio del Poder.
No hay ninguna duda, nuestro derecho reside en la fuerza. La palabra 'derecho' es
una idea abstracta y en nuestro lenguaje sólo significa: 'dame todo lo que yo
necesito porque soy más fuerte que tú'
Nuestra fuerza, dada la situación quebradiza de todos los poderes civiles, será más
poderosa que ninguna otra, porque actúa, según convenga, visible o invisible,
dentro o fuera de las leyes. Así el bajo ejército de la delincuencia de todos los
géneros, extendido en un país y estimulado contra los poseedores de bienes
materiales o contra los defensores de una ideología o religión, es un instrumento
de ataque efectivo, con el que se aterrorizan, se dispersan y se debilitan los
movimientos opositores. Del mal que momentáneamente causemos, saldrá el
bienestar que ofrecerá un gobierno indestructible, duradero y eficaz, orientado por
una Revolución permanente, cuyos objetivos son prefijados por la Jefatura
Suprema.

(II)

"Escogeremos inexpertos en el arte de gobernar"

Seleccionaremos entre el público, administradores con tendencias serviles e


inexpertos en el arte de gobernar y los transformaremos en peones de nuestro
tablero de ajedrez, donde sólo podrán moverse siguiendo las directrices de la
jefatura estratégica. Son estos administradores revocables, sin iniciativas en su
ejercicio. Ellos deben actuar convenientemente, según nuestro propósito, para que
la mayoría de la población, siga creyendo en todas las leyes teóricas que les
hemos impuesto, las cuales deben acatar, cumplir y hacer cumplir. La población
debe creer que las leyes garantizan sus derechos, aunque dentro de un Proceso
revolucionario, las leyes pueden cambiar cada vez que la Revolución lo exija.

La prensa es una gran potencia que debemos controlar y ponerla al servicio de la


Revolución. Por medio de la prensa (hoy diversos medios de comunicación) se
domina el espíritu público y a la vez se orienta la critica y se controla la opinión
pública, tanto hacia lo interior de las naciones, como hacia las convenientes
relaciones internacionales.

(III)

"Por la crisis económica acrecentaremos el odio"


" Hoy puedo asegurarles que estamos ya a muy pocos pasos de nuestro objetivo
final" Bien pronto se derrumbarán los obstáculos que existen en la actualidad. Bien
pronto el desorden y la bancarrota se notarán en todas partes. Desde el Poder se
puede preparar en breve plazo el derrumbamiento de todas las viejas
Instituciones. El camino está preparado para llegar al caos controlado por
nosotros. En todas las constituciones hemos tenido cuidado de hacer incluir
derechos para las masas; derechos éstos absolutamente ficticios, que al no
cumplirse, generan descontento e injusticias, atribuibles éstas a los ricos
explotadores de los pobres.

¿Para que sirve una constitución al proletariado, si de ella no pueden recoger mas
que las migajas sobrantes, que reciben a cambio de su voto, para que podamos
elegir agentes nuestros, controlados rigurosamente por la Revolución?

Nuestra misión es hacer creer que somos los libertadores del trabajador, que
venimos a sacarlos de la opresión y con esa proposición nos ganaremos las masas
durante el tiempo indispensable para establecer y consolidar el régimen
revolucionario y en esa etapa avanzada, ya poco importa la popularidad y sólo
tiene valor la disciplina y la obediencia sin límites a la autoridad suprema.

El hambre concederá al Poder revolucionario amplios derechos sobre los


trabajadores, mucho mayores que los alcanzados por los soberanos con la fuerza
de la aristocracia. Manejaremos las masas valiéndonos de la envidia, los
resentimientos revanchistas y el odio. Este odio se acrecentará más por el efecto
que ha de producir la crisis económica, la que orientaremos hacia la paralización
del comercio y la producción. Paralización o intervención, en todos los niveles
donde la revolución no ejerza el control absoluto.

Aceleraremos la crisis económica echando a la calle millones de desempleados,


estimulándolos para que se lancen sobre las propiedades privadas de los ricos
explotadores, hasta que el populacho haga sentir su poder y su desenfreno
libertario. Entonces, nosotros desde el Poder, borraremos del diccionario humano
la palabra libertad, por ser la libertad de las masas una ilusión de poder, que
transforma los seres humanos en animales sanguinarios.

No deben los revolucionarios olvidar, que los animales feroces se adormecen


cuando están hartos de sangre: los bienes y la sangre de los ricos, adormecerán
las masas desbordas y enfurecidas durante el tiempo necesario y conveniente al
Proceso revolucionario.
(IV)

"Arrancar de los espíritus hasta la concepción de Dios"

La libertad podría ser inofensiva y coexistir bajo un gobierno revolucionario, sin ser
perjudicial a la prosperidad del pueblo. Pero con la libertad viene el inconveniente
de los mercaderes de la fe, que inducen las masas a servir a Dios y a obedecerle,
con los cual los pueblos quedan bajo el dominio de los pastores religiosos y esto
no lo puede tolerar un gobierno revolucionario. Por ello el primer deber de la
Jefatura Suprema es dictar las medidas para arrancar del espíritu de los cristianos
hasta la concepción misma de Dios y sustituirla por creencias acordes con la fe
revolucionaria que cumple el milagro de la liberación de los oprimidos.

Las rivalidades, la lucha por la supremacía y las continuas especulaciones en el


mundo de los negocios, van creando una sociedad desmoralizada, egoísta y sin
corazón. Esta sociedad terminará por ser completamente indiferente frente a la
religión y frente a la alta política pre-revolucionaria. Entonces en esa encrucijada,
sin fe y sin orientación, el populacho, las clases inferiores, se unirán a la revolución
y las clases cultas, junto a los profesionales rebeldes, tendrán que rendirse
incondicionalmente o migrar, dejando atrás los bienes que aún posean.

(V)

"Todos los mecanismos del Estado deben estar en nuestras


manos"

"¿Qué clase de gobierno puede darse a sociedades donde la confusión y la


corrupción se han generalizado por todas partes; en donde la riqueza no puede
adquirirse mas que por la astucia, la sorpresa u otros medios fraudulentos; donde
reina el desorden, sin moral, sin disciplina; donde debe prevalecer el castigo, con
leyes severas y no por principios voluntariamente aceptados; donde los
sentimientos de patria y de religión han desaparecidos gracias al desarrollo
adquirido por las teorías cosmopolitas y monetaristas?

Nosotros queremos formar un gobierno central y fuerte, de modo que siempre


podamos tener en nuestras manos las fuerzas sociales. Entonces, con nuevas
leyes, reglamentaremos la vida política y económica de nuestros súbditos, como si
cada uno de ellos formara parte de los engranajes de una máquina.
Podrán decirnos que la clase de gobierno que yo sugiero no está de acuerdo con el
progreso de la civilización actual, pero voy a demostrar lo contrario: en aquellos
tiempos en que los pueblos creían que los gobiernos eran encarnación de la
voluntad divina, se sometían tranquilamente al despotismo de sus monarcas. Pero
desde que nosotros inoculamos al populacho la noción de sus propios derechos,
miraron a los reyes como simples mortales. Y cuando perdieron la fe religiosa, se
liberaron y arrojaron el Poder a la calle, para que nosotros lo recogiéramos…

Durante cierto tiempo, una coalición general de todos los cristianos, podría
ponernos en gran peligro, Pero la mejor protección será la que ellos mismo nos
proporcionen con sus eternas contradicciones, sus rivalidades y sus odios, cuyas
raíces no pueden extirpar… De modo que ningún gobierno encontrará apoyo en el
de su vecino, para ir en contra nuestra, porque cada uno de ellos pensará que una
acción contra nosotros, puede ser desastrosa para su existencia misma. Así es
como todos los engranajes y mecanismos del Estado se mueven solamente por
una fuerza que está en nuestras manos y que es el poder financiero y del oro.
También es muy importante que nadie dude de nuestras ideas liberales, de las que
haremos gala frente a todos los partidos y todas las tendencias. Y para
asegurarnos la opinión pública, es necesario embarullarla por completo, haciéndole
oír, por diferentes conductos, ideas y opiniones contradictorias, en párrafos muy
largos, para que los cristianos se pierdan en el laberinto. También debemos
multiplicar a tal punto los desaciertos, las bajas pasiones y las leyes cambiantes,
para que nadie sea capaz de pensar con claridad y menos intentar rebelarse.

(VI)

"Para arruinar la industria debemos favorecer la inflación"


Bien pronto comenzaremos la organización de grandes monopolios donde se
acumularán riquezas colosales, tanto nuestras, como de los cristianos y de otros
sedientos de ganancias. Entonces nosotros provocaremos la crisis política, previo
retiro de nuestros fondos, para llevar todo a la bancarrota, al hundimiento total de
los capitales que especulan fuera de nuestro control.

Aumentaremos los salarios con regularidad, lo que no proporcionará ventaja


alguna a los obreros, puesto que al mismo tiempo elevaremos todos los productos
de primera necesidad. Debemos desorganizar la producción en sus bases,
sembrando los gérmenes de la anarquía donde haya capital, trabajo y
productividad. Así obligaremos a los productores a abandonar las propiedades
privadas ubicadas en los campos fértiles. Propiedades que pasan al Estado y que
serán entregadas al proletariado revolucionario. Así justificamos las confiscaciones,
simulando que hacemos justicia social cuando atacamos los monopolios de la tierra
y damos un alivio pasajero a los desvalidos, quienes nada producirán…

(VII)

"El aumento de las fuerzas militares es esencial para nuestros


planes""
La intensificación del servicio militar y el aumento de las fuerzas de policía, son
esenciales para la realización de nuestros Planes. En toda Europa y con la ayuda
de Europa, debemos suscitar en los demás continentes la sedición, las disensiones
y la mutua hostilidad. Es previsible que para conseguir ese objeto nos hace falta
recurrir a infinidad de engaños y artificios durante las negociaciones, pero cuando
acudamos a eso que llaman 'la lengua oficial', adoptaremos una táctica opuesta,
aparentando ser sumamente honrados y conciliadores. Tenemos que estar
preparados por si algunos se opusieren a nuestros Proyectos. En caso necesario
debemos llegar hasta la declaración de guerra al país vecino que pretendiera
atravesarse en nuestro camino. Pero si estos vecinos, a su vez, decidieran unirse
en contra nuestra, será preciso desencadenar una guerra total.

(VIII)

"Tendremos a nuestro alrededor un ejército de economistas y


banqueros"
"Debemos conocer y estar seguros de todos los procedimientos y de todos los
medios que manejan nuestros enemigos. Nos valdremos de recursos y argucias,
los más oscuras y complicadas que existan en las leyes, en el caso de que nos
veamos obligados a justificarnos y a tomar determinaciones que pudieran parecer
atrevidas e injustas, porque será de gran importancia ejecutar tales decisiones de
una manera tan enérgica que, a los ojos del pueblo, puedan aparecer de
naturaleza completamente razonable y justa.

Nuestro gobierno deberá, superada la fase inicial con el servicio de la burocracia


servil e incompetente, rodearse de todos aquellos elementos más poderosos de la
civilización: publicistas, abogados notables, procuradores, administradores y
diplomáticos que hayamos formados y educados en nuestras escuelas especiales y
guiados por la ideología revolucionaria. Tendremos a nuestro alrededor millares de
banqueros, de negociantes y lo que es más necesario, millonarios, porque en
realidad el dinero lo decidirá todo. Sin embargo, mientras no estemos seguros de
que los altos puestos del gobierno sean desempeñados por nuestros hermanos
revolucionarios, confiaremos dichos puestos a personas cuyos antecedentes y
reputación sean tan malos, que se establezca una gran separación y repudio entre
esos funcionarios y la nación. Los prontuarios de estos elementos, son la garantía
de la lealtad a nuestro gobierno.

Los profesores deben conocer los secretos de la vida social y deben ser maestros
prácticos en todo lo que se refiere a la política en general. También deben ser
conocedores del corazón humano, de sus fortalezas y debilidades. Ellos deben
tocar diariamente las cuerdas más sensibles de esos corazones, para oír cada
acorde y cada modulación.

(IX)

"Hemos embrutecido y corrompido varias generaciones "

" Al aplicar los principios que orientan nuestro Proyecto, tenemos que poner
mucho ciudadano en conocer el carácter particular de la nación, en el seno de la
cual tenemos que vivir y trabajar. Es preciso que esa nación haya sido reeducada
por nosotros. Sabemos por otras experiencias, que el carácter más obstinado
cambiará, debidamente tratado, en un plazo de diez años y de ese modo
podremos añadir un país más a aquellos que ya se nos han sometido.

Gobernaremos por la fuerza, con una voluntad indomable, porque somos los restos
de un gran partido que gobernó en otros tiempos. Somos el manantial del terror
que se ha extendido por todas partes. Los pueblos están reclamando angustiados
las indispensables soluciones a los problemas sociales. Las fallas y disensiones de
los partidos han puesto esos pueblos en nuestras manos y para no destruir
prematuramente las Instituciones civiles y militares, nosotros las hemos retocado
con nuestra mano experta, al mismo tiempo que nos hemos adueñado de los
principales resortes de sus mecanismos. De este modo todos verán que nuestro
Poder llega a todas partes y que nos hemos mezclado en asuntos de justicia, en
los manejos electorales, en la dirección y control de la prensa, en el
desenvolvimiento de la libertad individual, y sobre todo, en aquello que más
trascendencia tiene, como es la Instrucción y Educación general, que son los
principales sostenes de la existencia libre. Con adecuados procesos didácticos,
hemos embrutecido y corrompido varias generaciones, enseñándole a niños y
jóvenes, principios y teorías que sabemos de antemano enteramente falsas, pero
que nosotros mismos las hemos inculcado"
(X)

Destruiremos la importancia de la familia y su valor educativo"

"Empiezo hoy por repetir lo que ya he dicho: Los gobiernos y los pueblos no ven
más que la apariencia de las cosas. Y ¿cómo esperan ustedes que ellos
desentrañen el sentido íntimo de las cosas y de los acontecimientos, cuando sus
representantes o dirigentes, no piensan más que en divertirse, enriquecerse
fácilmente y aumentar sus propias rivalidades, por llegar al Poder ? Es muy
necesario para nuestra política tener presente este detalle que nos ayudará cuando
lleguemos a la discusión de la división del Poder, de la libertad de palabra y de
prensa, de la libertad de conciencia, de la inviolabilidad de la propiedad privada y
del domicilio, de los impuestos, de la fuerza retroactiva de las leyes. Todos estos
puntos fundamentales para nosotros, no deben tratarse directamente delante del
pueblo.

Cuando demos nuestro golpe de Estado, diremos al pueblo que, 'todo marchaba
espantosamente mal y por tal razón, todos ustedes han sufrido más allá de lo que
se puede soportar. Nosotros venimos a destruir las causas de esos tormentos y
podemos hacerlo logrando la mayor justicia para los pobres y la mayor condena
para los culpables'

Del sufragio universal haremos un instrumento para subir al Poder o para


conservarlo, cuando estemos seguros de tener las condiciones más favorables. El
sufragio popular cumplirá por última vez su papel, expresando el deseo unánime
de todos. El sistema de elegir debe cambiarse, porque la masa popular no tiene
una criterio sensato y es engañada por charlatanes y demagogos. El populacho
sólo intervendrá, bajo estricto control de nuestras autoridades, con el fin de
hacerle creer que tiene poder como elector, para decidir la conformación del
gobierno y de su propio destino...

Alcanzada la fase de consolidación de nuestro sistema y lograda la reeducación de


la mayoría de la población, pasamos a destruir la importancia de la familia cristiana
y su valor educativo. Así quedará cerrado el ascenso de individualidades que
puedan perturbar el orden impuesto al populacho, al que sólo orientarán nuestros
dirigentes revolucionarios. En la nueva constitución restringiremos al mínimo el
número de diputados y si entre ellos surge alguna discrepancia con las
disposiciones de la Suprema Jefatura, reduciremos esos sedicentes a la nada,
sometiéndolos al juicio popular.
(XI)

"La libertad, los derechos, el principio electivo, deberán


desaparecer del repertorio humano"

" El Consejo de Estado servirá para confirmar el Poder del gobierno. Bajo las
apariencias de un cuerpo legislativo, será en realidad un comité que redacte las
leyes y decretos que convengan al gobierno. Se habla de la libertad de la prensa,
del derecho de asociación, de libertad de conciencia, del principio electivo y de
muchas cosas más que habrán de desaparecer del repertorio humano. Éstas son
las formas culturales cristianas que debemos eliminar radicalmente en la nueva
constitución. Si esos cambios operan en el sentido de la severidad rigurosa,
pueden acarrear desesperación y si operan en sentido de complacencias ulteriores,
se dirá que hemos reconocido nuestros errores y esto debilita la aureola de
infalibilidad del nuevo Poder. Lo uno y lo otro perjudican el prestigio de la nueva
constitución. Avancemos en movimientos uniformes, cuidando las apariencias
formales.

(XII) y (XIII)

"Haremos una prensa para imbéciles"


"Con la prensa obraremos del modo siguiente: ¿Qué papel representa actualmente
la prensa? Sirve para encender las pasiones y para fomentar los egoísmos de los
partidos. Es la prensa vana, injusta, mentirosa y la mayor parte de los hombres no
comprende para qué sirve. Nosotros la marcaremos y le pondremos frenos,
haciendo lo mismo con las demás obras impresas.(actualmente se agrava la
descalificación, al tener las naciones otros medios de comunicación con gran poder
de difusión del pensamiento: TV, radio, Internet). ¿De que nos serviría el
desembarazarnos de la prensa, si habríamos de servir de blanco en otras las
publicaciones o libros? Entonces transformaremos la publicidad, que tan caro nos
cuesta hoy, porque ella es la que nos permite censurar los periódicos, con los
impuestos y otras limitaciones. Crearemos un impuesto especial para la prensa y
exigiremos una participación oficial, cuando se funden periódicos o imprentas. De
este modo y con otras presiones colaterales, nuestro gobierno quedará
garantizado contra los ataques de la prensa y nada será dado a conocer a la gente
sin nuestro visto bueno. Con estas medidas, el instrumento del pensamiento se
convertirá en medio de educación controlado por nuestros agentes, que no
permitirán a las masas divagar sobre los beneficios del progreso y la libertad. Y
para bien de los espíritus favorables a la tendencia que habremos establecido,
nuestras publicaciones serán baratas y leídas por todo el mundo.

La necesidad del pan cotidiano, hace callar a los pueblos y los convirtiéndolos en
nuestros humildes siervos. También presentaremos en la prensa concursos de
arte, de deportes de toda clase y con estos entretenimientos, los pueblos
apartarán los ánimos de aquellos asuntos que pudieran causarnos conflictos.

(XIV)

"Los hombres preferirán el descanso de la servidumbe"


"Cuando nuestro Poder se haya consolidado, no reconoceremos ninguna religión
que pretenda dominar las masas y en consecuencia, para evitar perturbaciones,
nosotros debemos destruir todas las creencias. Para descalificarlos resaltaremos
los errores de administración o las fallas morales de los cristianos, que serán
descritos con los más vivos colores por nosotros. Exitaremos la repugnancia contra
ellos, para que los pueblos prefieran el descanso de la servidumbre, desechando
los derechos a la famosa libertad, que alguna vez les causó inquietudes.

(XV)

"El derecho del más fuerte debe ser usado"

"Cuando empecemos a gobernar, trataremos de que no haya complots contra


nosotros. Para conseguirlos, condenaremos a severas penas a todos aquellos que
atenten contra el gobierno establecido. Para que un gobierno sea inamovible, es
necesario reforzar constantemente la aureola de su Poder y esta aureola no se
obtiene mas que por medio de la inflexibilidad. El pueblo respeta siempre al que lo
hipnotiza con el valor y por la fortaleza del espíritu. ¡ Cuán clarividentes fueron
nuestros sabios antiguos, al decir que 'para conseguir un objeto, no hay que
detenerse ante ningún medio ni contar las víctimas que caen sacrificadas'.

Expulsaremos el liberalismo de todos los puestos importantes en nuestra


administración, dando el ejemplo y la debida educación a nuestros subordinados.
Solamente serán admitidos en esos puestos, los revolucionarios que hayamos
educado para cumplir misiones en el gobierno. Nuestro gobierno tendrá
características de una tutela patriarcal, paternal y nuestros súbditos verán la
autoridad suprema, como un padre que se preocupa por todas sus necesidades, de
todas sus acciones y de todas sus relaciones. Se inculcará en la mente de los
súbditos que sólo podrán vivir en paz y en calma, manteniendo esta tutela y
dirección de la Jefatura que merece respeto y veneración por su justicia y
sabiduría.

(XVI)

"Eliminaremos todo resto de pensamiento independiente"


"Con el objeto de destruir todas las fuerzas colectivas, excepto las nuestras,
estrangularemos las universidades antiguas y fundaremos otras con espíritu nuevo.
Los profesores estarán preparados para su trabajo con Programas detallados y
secretos, con el fin de enseñar dosificadamente a los jóvenes la doctrina nuestra.
Los clasificaremos y seleccionaremos según las condiciones que demuestren para
servir y para alcanzar jerarquías superiores dentro de la Revolución.

Excluiremos de la enseñanza el derecho civil y el derecho político. Las lecciones


sobre estas especialidades, sólo se impartirán a algunas docenas de estudiantes
escogidos por sus facultades eminentes y por su afinidad con nuestro Proceso
permanente.

Cuando nosotros estemos en el Poder, separaremos de la educación todos los


asuntos de enseñanza que puedan causar trastornos y haremos de la juventud
muchachos obedientes a la autoridad e incondicionales de nuestros Proyectos.
Borraremos de la memoria de los hombres todos los hechos pasados
inconvenientes. De aquellos hechos conservaremos sólo los que describan las
faltas de los cristianos. Nosotros también aboliremos toda enseñanza privada y
abriremos nuevas posibilidades a la educación pública, donde fijaremos la fuente
selecta de nuestros recursos humanos.

En pocas palabras, habiendo aprendido por la experiencia, que los hombres viven
y se conducen por ideales y que esos ideales son inculcados por la educación,
nosotros asimilaremos y adaptaremos en nuestro provecho, los últimos destellos
del pensamiento independiente. El sistema de represión del pensamiento ya está
en vigor, por medio de la de enseñanza por imágenes, que transforma a los
pueblos en animales dóciles, que no discurren y que esperan la representación de
las cosas por imágenes para comprenderlas."
(XVII)

"Mejoraremos y aprovecharemos las cualidades de los


abogados"

"El Foro crea hombres fríos, crueles, tercos, sin principios, capaces de colocarse en
todas las ocasiones en un terreno impersonal, puramente legal. Generalmente no
rechazan ninguna defensa y tratan obtener la absolución de sus defendidos a toda
costa, aprovechándose de las sutilezas de la jurisprudencia, para lograr convencer
al juez que preside el tribunal. Esta profesión permite sólo desarrollarse en límites
muy estrechos, lo cual es conveniente para la operatividad de nuestro proyecto,
que requiere profesionales con tales características. Por eso haremos de los
mejores abogados, los funcionarios ejecutores de las leyes revolucionarias, cuyas
formas y sentido variable, en cada caso, siempre apuntan en beneficio de la
Revolución y en contra de cualquier síntoma que amenace nuestro Proceso.

Aclaramos que, mientras no hayamos educado a la juventud en las nuevas


creencias, durante la transición del viejo orden al nuevo, no iremos abiertamente
contra las ideologías e instituciones existentes, que influyen en la Educación, tales
como la Iglesia, en cambio lucharemos contra ellas con críticas profundas a su
ejercicio, buscando crear disensiones entre los misioneros y separaciones de éstos
con los pueblos.

(XVIII)

"Toleraremos a los conspiradores que no pasen de palabras"


"Cuando sea necesario reforzar las medidas de protección policíaca, simularemos
desórdenes y manifestaciones de descontento, expresadas éstas por buenos
oradores contratados para tal simulación. Como la mayor parte de los
conspiradores obran por amor al arte y por ganas de impresionar con su charla, no
les molestaremos, con tal de que se contenten con las palabras solas. Sí entre el
pueblo hay alguno que se esfuerce en presentar una súplica al Jefe Supremo, los
que estén en los primeros puestos deben acoger esa súplica y delante del
solicitante, entregársela al Jefe, quien ordenará complacer al solicitante, lo cual
aumenta la aureola del Poder y las bondades por servir al pueblo.
(XIX)

"Haciendo mártires engrosaremos nuestra filas"

"Sí bien nosotros no admitimos que todos se ocupen de la política, estimularemos


en cambio todo ofrecimiento a mejorar la condición del pueblo. Esto nos permitirá
ver los defectos y las fantasías de nuestros súbditos, a quienes responderemos con
la respuesta positiva a su petición o con una refutación sensata, que demostrará la
falta de inteligencia de quienes piden al gobernante ayudas necias e injustificadas.

Para quitar el valor físico y moral a los crímenes políticos, colocaremos a los
acusados en el banquillo, en misma categoría de los ladrones, los asesinos y
demás delincuentes comunes abominables. En contrario hemos inspirado la idea
de que un condenado por delito político, pertenecientes a nuestras filas, es un
mártir que morirá por un ideal noble, como es servir al pueblo y a la patria.

(XX)

"La suma de nuestros actos se resuelve en cifras..

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