You are on page 1of 22

ISSN: 0514-7336

RELACIÓN ENTRE NEANDERTALES Y CROMAÑONES:


UN ENFOQUE COGNITIVO

Relation between Neanderthals and Cromañones:


a cognitive approach

Ángel RIVERA ARRIZABALAGA


Doctor en Prehistoria por la UNED. Licenciado en Medicina y Cirugía.
Dpto. de Prehistoria y Arqueología. UNED.

Recepción: 2007-03-13; Revisión: 2007-05-17; Aceptación: 2007-10-25

BIBLID [0514-7336 (2008), XLI, enero-junio; 85-106]

RESUMEN: En el presente trabajo se analizarán las diferencias de las dos poblaciones humanas que vivie-
ron en Europa durante el inicio del Paleolítico Superior, desde un punto de vista cognitivo y cultural. La meta
que se persigue es una mejor comprensión sobre la relación biológica que pudo existir entre ellos, así como
las capacidades cognitivas que pueden deducirse de la conducta observada en el registro arqueológico. La sín-
tesis de estos análisis nos puede aclarar, con un mayor poder explicativo, importantes aspectos sobre su dife-
rente cultura y la definitiva desaparición del Neandertal.
Palabras clave: Conducta. Desarrollo cognitivo. Neandertales. Humanos modernos.

ABSTRACT: This current essay will analyze, in terms of cognition and cultural, the differences between two
human groups that lived in Europe in the beginning of Upper Paleolithic. The aim is the understanding of the
biological relationship that could have existed, as well as the cognitive capacities deduced by the behavior in
the archeological register. The synthesis of this analysis shows the important aspects of their culture and the
definitive disappearance of the Neanderthal beings.
Key words: Behavior. Cognitive development. Neanderthals. Modern humans.

La relación biológica y cultural que pudo exis- sobre todo durante el tiempo que compartieron el
tir entre los neandertales y los humanos anatómica- mismo hábitat europeo.
mente modernos en Europa plantea una gran con- Ante estas limitaciones sería interesante anali-
troversia en la actualidad. La causa de tal polémica zar los datos disponibles bajo una perspectiva cog-
se debe fundamentalmente a la dificultad de cono- nitiva, con el fin de conocer mejor la evolución cul-
cer si ambas poblaciones pertenecieron o no a una tural y relación que tuvieron ambas poblaciones,
misma especie, y a los limitados conocimientos así como las posibles causas que llevaron a la desa-
que tenemos sobre la evolución y relación cultu- parición del Neandertal.
ral que pudieron tener estas poblaciones humanas,

© Universidad de Salamanca Zephyrus, LXI, enero-junio 2008, 85-106


86 Ángel Rivera Arrizabalaga / Relación entre neandertales y cromañones: un enfoque cognitivo

1. Fundamentos psicobiológicos de la humanos anatómicamente modernos de África


conducta humana (MSA, con un desarrollo tecnológico y simbólico
que lo asemeja al Paleolítico Superior) y del Próxi-
Cada vez es más frecuente encontrar en el mo Oriente (con un Musteriense similar al que
registro arqueológico alusiones a las capacidades tenían los neandertales en ese mismo lugar), alcan-
cognitivas de los diferentes homínidos de nuestro zaron sus respectivos desarrollos neurológicos
linaje. No debe extrañarnos su utilización, pues con estas culturas y un nivel de adaptación limi-
teniendo en cuenta que el fin primordial de la Pre- tado (De la Torre y Domínguez-Rodrigo, 2001;
historia es el estudio de la conducta humana en McBrearty y Brooks, 2000; Mellars, 1999). Con el
aquellos lejanos tiempos, no es difícil asumir que inicio del Paleolítico Superior es cuando algunos
para una mejor comprensión de tales procesos es neandertales produjeron unas conductas simbóli-
importante poseer ciertos conocimientos sobre cas (Chatelperroniense y Uluzziense), sin que se
psicobiología humana. El actual desarrollo de las aprecien cambios neurológicos que lo justificasen,
ciencias que precisamente estudian estos proble- mientras que otros continuaron con el tradicional
mas (Neurología, Psicología, Sociología, Biología Musteriense (D’Errico et al., 1998; Maroto et al.,
Evolutiva, etc.) ha alcanzado importantes niveles 2005; Mellars, 2005). Paralelamente, los humanos
de conocimiento, lo que nos permite realizar una modernos desarrollaron culturas simbólicas (Auri-
inferencia con ciertas garantías en la conducta ñaciense) con gran capacidad de adaptación. ¿Por
paleolítica. Así, diversos autores no se limitan a la qué estas diferencias culturales en los mismos
adquisición de datos sobre el dónde y el cuándo homínidos?
de la aparición de los hechos prehistóricos, sino Estos ejemplos nos indican una serie de proce-
que intentan profundizar en el cómo y el porqué de sos que siempre hay que tener en cuenta. Primero,
su producción. Sin embargo, para estudiar tales la coexistencia de diversas formas conductuales
preguntas hay que conocer, aunque sea somera- entre componentes del mismo tipo de población
mente, las directrices teóricas que tales ciencias (tanto neandertales como humanos modernos) con
ofrecen en la actualidad. una gran diferencia en su configuración (con sim-
bolismo o sin él). Segundo, la evolución cultural de
base simbólica aparece en estas poblaciones en
1.1. Evolución diferentes lugares y con grandes desfases cronoló-
gicos. Tercero, estas dos poblaciones aparecieron
El concepto de evolución, como explicación en el registro arqueológico con mucha anterioridad
biológica del origen de los seres vivos, es amplia- al desarrollo cultural de base simbólica, lo que indi-
mente utilizado por las ciencias que estudian la for- ca que tal proceso apareció después de la evolución
mación de las diferentes especies y su consecuente neurológica en las poblaciones que la originaron.
variación conductual. La teoría sintética explica Cuarto, si la aparición evolutiva de las capacidades
tan complejo proceso por medio de las mutaciones cognitivas fue anterior a su manifestación arqueo-
producidas al azar (descendencia con cambios), y lógica (conducta simbólica), parece lógico admitir
de la acción de la selección natural sobre estas nue- la necesidad de un periodo de desarrollo cultural
vas formas morfológicas, favoreciendo aquellas para poder materializarse, y que ésta pudo tener
que presenten un mayor poder adaptativo o de diversos grados y formas de realizarse. Quinto,
supervivencia. En este sentido, en la evolución todo indica que el cambio neurológico tuvo lugar
neurológica humana todo aumento cerebral debe- sin la mejoría adaptativa que ofrece el simbolismo,
ría justificarse con alguna mejora adaptativa, para al menos no tanto como podría esperarse del gran
que la selección natural pudiera promocionarlo. desarrollo cerebral que vemos en los primeros
Sin embargo, al profundizar en los datos del neandertales y humanos modernos, lo que es difícil
registro arqueológico referentes a la evolución de explicar con los clásicos conceptos evolutivos
morfológica y cultural de nuestro linaje, las cosas que ofrece la teoría sintética.
no parecen ser tan sencillas. Durante la mayor Actualmente, el mejor conocimiento del geno-
parte de nuestro desarrollo evolutivo no se apre- ma humano y de sus múltiples interrelaciones físi-
cian similares progresos entre la variación anatómi- co-químicas que en él se producen desde la fecun-
ca (sobre todo neurológica) y el cambio conduc- dación hasta el nacimiento está facilitando la
tual. En el Paleolítico Medio los neandertales de comprensión del fenómeno multifactorial que supo-
Europa y del Próximo Oriente (Musteriense), y los ne la embriogénesis y su papel en los mecanismos

© Universidad de Salamanca Zephyrus, LXI, enero-junio 2008, 85-106


Ángel Rivera Arrizabalaga / Relación entre neandertales y cromañones: un enfoque cognitivo 87

evolutivos (Rivera, 2002, 2004a, 2005). Los cam- reciente descubrimiento de genes relacionados con
bios genéticos pueden producirse tanto en los el lenguaje (FOXP2) con mutaciones hacia las for-
genes estructurales como en los reguladores (genes mas actuales de unos 100/200.000 años de antigüe-
controladores de la actividad de los genes estructu- dad (Enard et al., 2002) indica que los neanderta-
rales en tiempo y tasa de actuación) del proceso les no pudieron tener tales cambios genéticos al
embriológico. La mutación de estos últimos va a separarse evolutivamente con mucha anterioridad,
dar lugar a las heterocronías, produciendo altera- lo que puede relacionarse con una diferente capa-
ciones ontogénicas o embriológicas, con cambios cidad lingüística.
relativamente rápidos y de gran trascendencia evo- Esta diferencia de ADN, el conocimiento de
lutiva (Bermúdez de Castro y Domínguez-Rodrigo, que su origen tuvo lugar en lugares lejanos (Euro-
1992; Bogin, 1999; Churchill, 1998; Eldredge y pa y África), en diferentes medios ambientales y
Gould, 1972; Gould, 1977). No es de extrañar el con un claro aislamiento geográfico, indican la
desarrollo de una nueva disciplina denominada Bio- coexistencia de dos formas evolutivas diferentes
logía evolutiva del desarrollo (Evo-Devo. Evolution- originadas a partir de un ancestro común con la
Development), la cual camina en la actualidad por antigüedad ya mencionada. Sus respectivos proce-
estos derroteros (Sean, 2005). sos de evolución morfológica siguieron caminos
Esta nueva visión sobre la modificación anató- semejantes, pero no idénticos, pues nunca evolu-
mica en la evolución permite comprender mejor las ciones separadas han dado resultados iguales. Tam-
particularidades culturales del registro arqueológi- bién conocemos diferencias en el desarrollo onto-
co anteriormente señalado. La conducta adquiere génico del Neandertal y del Homo sapiens, que
un aspecto diferente al presentar las características pueden explicarse por medio de un fenómeno
evolutivas de exaptación, es decir, cualidades cog- de heterocronía y de evolución en mosaico (Ponce de
nitivas emergentes que aparecen después de los León y Zollikofer, 2001). Todo esto parece indicar
cambios anatómicos que las posibilitan, pero que la existencia de dos líneas evolutivas diferentes con
no se crearon evolutivamente para realizar tal un desarrollo ontogénico distinto, pudiendo ser
propiedad (Gould, 1991; Skoyles, 1999; Wilkins especies independientes (Lieberman et al., 2000,
y Dumford, 1990). La evolución confiere ciertas 2002).
capacidades cognitivas muy relacionadas con la Igualmente, sobre la base de minuciosos estu-
conducta, pero que necesitan de la cultura (medio dios en los endomoldes de diversos cráneos de
ambiente específico que hay que crear previamen- nuestro linaje, se ha comprobado que nuestra espe-
te) para que se desarrollen, adquiriendo el criterio cie presenta una forma de evolución neuroanató-
psicológico de emergentes. La conducta humana es mica diferente a la observada en los neandertales,
un complejo proceso basado en las capacidades comprobándose un diferente patrón de desarrollo
exaptativas que la evolución proporciona, las cua- neurológico. En el Neandertal existe un desarro-
les emergen gracias a nuestro carácter social y al llo cerebral definido como arcaico, en el que gran
desarrollo de un lenguaje (Rivera, 1998, 2002, parte del cambio está basado en un simple creci-
2004a, 2005). miento general. En los modernos humanos tene-
mos otro modelo, donde observamos un aumento
vertical, dilatación del lóbulo frontal y una relativa
1.2. Algunos aspectos sobre la evolución humana reducción de longitud y anchura del lóbulo occipi-
tal. Se produce un aumento alométrico de la forma
En Europa, durante parte del último periodo y superficie de los lóbulos parietales y posiblemente
glacial, existieron dos formas humanas con impor- frontales de nuestra corteza cerebral (Bruner, Manzi
tantes diferencias anatómicas, que podrían corres- y Arsuaga, 2003).
ponder a dos especies independientes o la mani- De estos estudios podemos establecer dos
festación diferenciada de una misma entidad conclusiones básicas. Primero, existen criterios
biológica. Actualmente se ha podido estudiar el de desarrollo ontogénico diferente y, por tanto, de
ADN mitocondrial en restos óseos del Neandertal diferenciación anatómica y fisiológica (corporal y
(Lalueza Fox, 2005), comprobándose la diferen- neurológica) que apoyan la posibilidad de que sean
cia genética que existe entre ambas poblaciones, especies diferentes. Segundo, el diferente desarrollo
así como la distancia temporal de su separación cerebral existente entre ellas, con distinta superficie
evolutiva a partir de un ancestro común, calcu- del córtex cerebral en las áreas asociativas de los
lándose como mínimo en unos 500.000 años. El lóbulos parietales y frontales, indica la posibilidad

© Universidad de Salamanca Zephyrus, LXI, enero-junio 2008, 85-106


88 Ángel Rivera Arrizabalaga / Relación entre neandertales y cromañones: un enfoque cognitivo

de unas capacidades cognitivas de configuración integrada. Este LPF constituye un tercio del total
parecida, pero no igual (Klein, 1994; Mellars, 1999; de la superficie del córtex, presentando unas carac-
Mithen, 1998; Noble y Davidson, 1996; Rivera, terísticas propias de los humanos (gran superficie
2002, 2005; Wynn y Coolidge, 2004). cortical, una estructura neurológica menos densa
pero con una gran interconectividad y una madu-
ración tardía) que indican la dependencia de los
1.3. Análisis de la cognición humana estímulos externos para la definitiva estructuración
psicobiológica (Bufill y Carbonell, 2004; Semende-
La conducta humana, y por tanto su adaptabi- feri et al., 2002). La parte posterior del LF es la
lidad al medio ambiente, es el resultado funcional encargada de controlar la actividad motora del
de las capacidades cognitivas que la evolución haya organismo, si la musculatura aumentase significati-
producido, del desarrollo que alcancen y de la vamente (como ocurre entre los neandertales) se
acción en conjunto de todas ellas. Si estas capaci- necesitaría más superficie cortical para su control,
dades fueron diferentes entre los grupos humanos lo que supondría una disminución del LPF en sus
del inicio del Paleolítico Superior, también lo sería funciones cognitivas superiores, en cerebros de
su forma de entender la naturaleza y de actuar similar superficie cortical (Rivera, 2002, 2005).
sobre ella. Para comprender las posibles diferen- Tanto la Neurología como la Psicología han
cias cognitivas y el desarrollo cultural de las pobla- relacionado las áreas de asociación del LPF con
ciones es necesario elaborar trabajos multidiscipli- importantes capacidades cognitivas muy relacio-
nares, que nos aporten un esquema básico sobre el nadas con la conducta humana. Serían las funcio-
origen y desarrollo de la conducta de nuestro lina- nes ejecutivas (FE) o conjunto de habilidades cog-
je (D’Errico et al., 2003; Wynn y Coolidge, 2004). nitivas de superior organización e integración, las
La estrecha interconexión de los conceptos más cuales permiten la maximización de la eficacia
recientes de la Neurología, Psicología, Sociología y conductual en un momento determinado, es decir,
Biología Evolutiva nos ofrece un modelo de evolu- de transformar el pensamiento en acción y de efec-
ción conductual que satisface, al menos en parte, tuar su control. Su acción conjunta con el resto de
tan importantes aspiraciones, pues nos aporta ele- las capacidades cognitivas humanas va a hacer
mentos de comprensión sobre los problemas rela- posible la conducta humana moderna, caracteriza-
cionados con la cognición humana (Rivera, 2002, da por una importante rapidez o flexibilidad en la
2004a, 2005). Siguiendo estas premisas, las explica- adquisición y mejora de nuevas conductas, la capa-
ciones arqueológicas deberían estar de acuerdo cidad de abstracción y simbolismo, y el equilibrio
con los actuales fundamentos teóricos de la Biolo- emocional (Allegri y Harris, 2001; Barkley, 2001;
gía Evolutiva, Neurología, Psicología y Sociología. Coolidge y Wynn, 2001; Estévez-González et al.,
La Neurología, ciencia de enorme desarrollo 2000; Fuster, 2002; Jódar Vicente, 2004; Kane y
en la actualidad, indica que es en la corteza cere- Engle, 2002). Así, su disminución funcional
bral donde tienen lugar los procesos cognitivos que (lesión, cirugía o limitación ambiental y evolutiva)
nos caracterizan. Sin embargo, no toda su superfi- tendría un efecto negativo y, hasta cierto límite,
cie tiene la misma funcionalidad, pues dependien- proporcional en la conducta observada.
do de la naturaleza de las conexiones neurológi- Sin embargo, las capacidades cognitivas huma-
cas que tengan y de la información que reciban y nas no tienen todas el mismo origen. Podemos
procesen, pueden establecerse áreas con diferen- establecer, de una forma más didáctica que real,
te cometido (Luria, 1966). En este sentido, las dos grupos de capacidades cognitivas. Capacidades
llamadas áreas de asociación son las que más han cognitivas primarias, consecuencia de todo aumen-
aumentado en la evolución humana, siendo donde to cuantitativo en las áreas de asociación, son las
se producen los procesos cognitivos propios de que ofrece la evolución de una forma innata y se
nuestra conducta, posibilitando conductas comple- manifiestan, con mayor o menor intensidad depen-
jas y conscientes. En la conducta humana adquie- diendo de las características medioambientales,
re especial interés el llamado lóbulo prefrontal con el simple desarrollo neurológico. Son funda-
(LPF) o parte anterior del lóbulo frontal, pues es mentales para una conducta no simbólica, pues
donde se localizan las capacidades cognitivas rela- facilitan la adaptabilidad al medio en función de
cionadas con el control y desarrollo de nuestra con- su propio nivel de capacidad y desarrollo. Entre
ducta en general, aunque siempre teniendo en cuen- ellas tenemos la memoria, funciones ejecutivas,
ta que el cerebro actúa como una unidad funcional atención, motivación, creatividad, razonamiento,

© Universidad de Salamanca Zephyrus, LXI, enero-junio 2008, 85-106


Ángel Rivera Arrizabalaga / Relación entre neandertales y cromañones: un enfoque cognitivo 89

percepción, etc. Capacidades cognitivas emergen- resultante de la acción conjunta de diversas capaci-
tes o aumento cualitativo, su desarrollo se realiza dades cognitivas (primarias y emergentes) para la
mediante la influencia del medio ambiente cultu- solución de diversos problemas, pudiendo ofrecer
ral, dando lugar a un desarrollo cognitivo o la apa- los cambios conductuales necesarios (tecnológicos,
rición de nuevas conductas complejas (Belinchón sociales y simbólicos) para la supervivencia. Nues-
et al., 1992; Finley et al., 2005; Mora, 2001). Efec- tro principal problema es establecer qué capacida-
tivamente, sobre las cualidades que ofrecen las des cognitivas pueden ser rastreadas en la conduc-
capacidades primarias y dentro de un medio ta del paleolítico. En este sentido, se han elegido
ambiente determinado, son las que aparecen a lo cuatro genéricos procesos cognitivos que, aunque
largo de nuestra evolución ligadas a la cultura que no son los únicos utilizados para la realización de la
el ser humano es capaz de producir. Su función es conducta, sí parecen cumplir el requisito de poder
la de crear una conducta simbólica con un poder estudiar su presencia en el registro arqueológico
adaptativo muy superior a las anteriores formas de (Fig. 1).
conducta. Destacan la autoconciencia, simbolismo,
abstracción (conceptos temporales y espaciales), Funciones ejecutivas: Conjunto de acciones
pensamiento verbalizado, lenguaje simbólico, muy relacionadas con el inicio, la planificación y el
escritura, etc. Este ambiente cultural adecuado hay desarrollo de la conducta, facilitando una adecuada
que crearlo y trasmitirlo previamente, pues, de secuencia de la acción en el tiempo y en el espacio.
no ser así, la producción de tal desarrollo cognitivo Actúan en todo tipo de cambios tecnológicos,
o no se realiza o lo hace anormalmente. sociales y simbólicos, siendo imprescindibles para
su realización. Su grado de desarrollo puede apre-
ciarse por el tiempo que tardan en producirse y evo-
1.4. La cognición en el Paleolítico lucionar la cultura de los humanos que las posean.

En el análisis de la conducta humana durante Creatividad: Supone la capacidad de mejorar


este periodo debemos tener en cuenta que es impo- conductas, crear nuevos problemas y generar nue-
sible adquirir una certeza absoluta en las conclu- vas soluciones a conflictos determinados, por
siones que alcancemos. El hecho de que sólo poda- medio de cambios tecnológicos, sociales y simbóli-
mos obtener información de procesos indirectos, cos. Su desarrollo puede comprobarse por medio
escasos y de difícil interpretación es motivo sufi- de la aparición en el registro arqueológico de nue-
ciente para entender tal afirmación. Sin embargo, vos aspectos tecnológicos (talla, útiles, materias
cualquier conclusión que esté fundamentada en primas), sociales (conductas que regulan y marcan
una serie de evidencias arqueológicas bien docu- los aspectos de la convivencia, caza, política y reli-
mentadas, que se expliquen con una metodología gión), y simbólicos (manifestaciones cargadas de
basada en un estudio multidisciplinar con el sufi- simbolismo como el lenguaje, arte, religión, etc.),
ciente poder explicativo como para formar una que con anterioridad no se tenía conocimiento de
tesis razonada, puede ofrecernos un nivel de certe- su existencia.
za aceptable. Sobre estas premisas es por donde
podemos desarrollar todo nuestro trabajo relacio- Motivación: Indica la existencia de hechos que
nado con la cognición humana en la prehistoria. estimulen la necesidad (interés, componente afecti-
En la actualidad, sólo podemos valorar la aparición vo) de elaborar mejores y más complejas conductas
y desarrollo de conductas observables en el regis- (plan de acción) de todo tipo (tecnológicas, socia-
tro arqueológico, pues fueron las consecuencias de les y simbólicas) para alcanzar una solución (meta).
la acción conjunta de las capacidades cognitivas Su única manifestación arqueológica radica en la
(primarias y emergentes) que las posibilitaron. Sin apreciación de tal necesidad y la propia comproba-
embargo, es prácticamente imposible poder distin- ción del cambio de la conducta, pues para su reali-
guir la trascendencia de cada una de ellas dentro de zación es necesaria una motivación suficiente.
su actuación en tales conductas, pues siempre
actúan en mutua interrelación y los datos del regis- Capacidades cognitivas emergentes: Son la
tro no son muy abundantes. El objetivo principal consecuencia de la acción conjunta de las capa-
de estas conductas es la supervivencia de sus crea- cidades cognitivas primarias (funciones ejecuti-
dores, por medio de su adaptabilidad al medio vas, creatividad, motivación, atención, percepción,
ambiente en el cual viven. La adaptabilidad es el etc.), dando lugar al desarrollo de los conceptos

© Universidad de Salamanca Zephyrus, LXI, enero-junio 2008, 85-106


90 Ángel Rivera Arrizabalaga / Relación entre neandertales y cromañones: un enfoque cognitivo

DESARROLLO COGNITIVO
Capacidades primarias y emergentes
Capacidades
Funciones
Creatividad Motivación cognitivas
ejecutivas
emergentes
Limitado desarrollo
Buena planificación Limitada
Cierta creatividad tecnológico para la
en la ejecución motivación para
tecnológica creación de objetos
tecnológica el desarrollo
Neandertal Mayor en el simbólicos: adornos,
Alta habilidad tecnológico
Chatelperroniense pinturas y grabados
tecnología lítica Chatelperroniense
y Uluzziense Chatelperroniense y
y ósea y Uluzziense
Tecnológico Uluzziense
Buena planificación Amplia Buen desarrollo
en la ejecución creatividad que Buena motivación tecnológico para la
Humanos tecnológica permite el para el desarrollo creación de objetos
modernos Altas habilidades desarrollo tecnológico de simbólicos:
tecnología lítica tecnológico de todo tipo adornos, pinturas
y ósea todo tipo y grabados
Limitada Limitado desarrollo
DESARROLLO Planificación y Limitación
motivación para el de la realidad
CULTURAL relación social creativa en los
Neandertal desarrollo social social, así como de
Observable en limitada en tiempo aspectos sociales
Chatelperroniense su extensión
el registro y espacio (redes sociales)
y Uluzziense temporal y espacial
arqueológico
Social Amplia
Importante Buena motivación Buen desarrollo de
creatividad que
planificación y para el desarrollo la realidad social,
Humanos permite el
desarrollo de redes social, tanto así como de su
modernos desarrollo social,
sociales y de intra como extensión temporal
tanto intra como
intercambio interpoblacional y espacial
interpoblacional
Limitaciones del
Cierta planificación
Limitación Limitada desarrollo simbólico:
en la producción
creativa en los motivación para el individualidad
de los objetos
aspectos desarrollo social, desplaza-
Neandertal simbólicos
simbólicos simbólico miento
Limitación en la
Chatelperroniense Chatelperroniense temporal y espacial
creación de los
y Uluzziense y Uluzziense Chatelperroniense y
Simbólico mismos
Uluzziense
Amplia
Alta planificación Desarrollo moderno
creatividad que Buena motivación
tecnológica en de la individualidad
Humanos permite el para el desarrollo
objetos simbólicos: social y personal
modernos desarrollo simbólico social,
adornos, grabados Desplazamiento
simbólico, social, político y religioso
y tecnología ósea temporal y espacial
político y religioso

FIG. 1. Esquema representativo del desarrollo cognitivo/cultural de las dos poblaciones europeas en el inicio del Paleolítico Superior.

de individualidad social y personal (observable su etc.). Son la base del lenguaje y pensamiento simbó-
desarrollo por medio de los adornos corporales, lico (Rivera, 1998, 2002, 2004a, 2005).
pinturas, grabados y conductas en las que es
imprescindible su creación, como serían las religio- Algunos autores opinan que la diferencia fun-
sas, jerarquización social, etc.), desarrollo de los damental entre estas dos poblaciones radica en el
conceptos abstractos del tiempo y del espacio (con- diferente desarrollo de sus funciones ejecutivas,
ductas que precisen su creación y desarrollo: la concretamente en la denominada como memoria
caza organizada, estructuración espacial del hábitat de trabajo (memoria temporal que recupera la
y logístico, pautas de conservación y almacenaje, información almacenada necesaria para realizar las

© Universidad de Salamanca Zephyrus, LXI, enero-junio 2008, 85-106


Ángel Rivera Arrizabalaga / Relación entre neandertales y cromañones: un enfoque cognitivo 91

acciones del momento). Su limitación (en los nean- que van a facilitar el desarrollo de las capa-
dertales) actuaría como un cuello de botella en el cidades cognitivas emergentes.
correcto funcionamiento de las demás capacida- – En definitiva, la conducta no depende sólo
des cognitivas (Coolidge y Wynn, 2001, 2004; de las capacidades cognitivas que se posea,
Wynn y Coolidge, 2004). No cabe duda de que la sino de su propio desarrollo cognitivo, lo que
memoria de trabajo es un componente cognitivo a su vez depende de las características
esencial en nuestro comportamiento, pero para medioambientales (sociales, demográficas,
comprender nuestra conducta, además de tener lingüísticas, tecnológicas, simbólicas, etc.).
una memoria de trabajo realzada, es necesario
tener bien desarrolladas las capacidades cognitivas
primarias y las emergentes. 2. Desarrollo cognitivo y/o cultural en el
inicio del Paleolítico Superior europeo

1.5. Resumen En la producción de todo cambio conductual


estarían presentes todas las capacidades cognitivas,
En el desarrollo cultural humano hay que tener destacando las capacidades de creación, ejecución,
presente: motivación y capacidades emergentes. La falta o dis-
minución de alguna de ellas produciría la ausencia
– La evolución ofrece capacidades funciona- o desarrollo anómalo de las nuevas conductas
les desde el mismo nacimiento (capacidades adaptativas, mientras que la rápida aparición de
cognitivas primarias), así mismo existen éstas implicaría un buen desarrollo de tales capaci-
otras capacidades que sólo se desarrollan si dades humanas. Podemos estudiar la aparición de
el medio ambiente en el que se vive es el estos procesos cognitivos en el registro arqueológi-
adecuado (capacidades cognitivas exaptati- co, por medio de sus logros tecnológicos, sociales y
vas o emergentes). simbólicos (Fig. 1), valorados desde la perspectiva
– Entre los neandertales y los humanos global de cada grupo humano.
modernos encontramos importantes dife-
rencias genéticas (separación evolutiva de
más de 500.000 años), somáticas y neuroló- 2.1. Desarrollo asociado a los humanos
gicas (diferente morfología cerebral y posi- anatómicamente modernos
blemente distintas áreas del LPF) que indu-
cen a creer que se trata de dos especies En Europa, durante el inicio del Paleolítico
distintas. No sería raro que sus capacidades Superior, se observa la extensión del Auriñaciense
cognitivas fueran igualmente diferentes, lo (Fig. 2). Sin duda, es cuando más cambios tecnoló-
que hay que aclarar en lo posible con el gicos, conductas sociales y conceptos simbólicos
análisis de su particular conducta. tienen lugar de una forma conjunta, amplia y per-
– Las características neurológicas y psicológi- manente en el registro arqueológico de la Europa
cas de nuestro sistema nervioso indican la paleolítica, lo que nos permite analizar el desarro-
exigencia de un medio ambiente adecuado llo de algunas capacidades cognitivas y conduc-
(que hay que crear) y de su aprendizaje, tuales de los humanos modernos a los que está aso-
para su funcionalidad dentro de los pará- ciado (Fig. 1).
metros modernos y simbólicos.
– Las funciones ejecutivas, ubicadas en el
LPF, son claves para el buen desarrollo de 2.1.1. Funciones ejecutivas
las capacidades cognitivas emergentes y
de la conducta humana. Para su aumento Sin un plan organizativo es imposible construir
evolutivo es imprescindible un específico y herramientas, crear nuevos útiles y adornos, orga-
mayor desarrollo de las áreas asociativas del nizar las redes sociales y estructurar el complejo
lóbulo frontal. simbolismo de una sociedad, por lo que la manifes-
– Importancia de la sociedad para la motiva- tación en el registro arqueológico de cualquier
ción y diferenciación individual y social. El avance cultural significa la aparición y desarrollo
lenguaje es un proceso básico en la transmi- de estas funciones. La rapidez, intensidad y com-
sión de los conceptos abstractos y simbólicos plejidad de estas nuevas formas culturales estarían

© Universidad de Salamanca Zephyrus, LXI, enero-junio 2008, 85-106


92 Ángel Rivera Arrizabalaga / Relación entre neandertales y cromañones: un enfoque cognitivo

en relación directa con el nivel de operatividad de fino que permite obtener útiles de gran calidad
las funciones ejecutivas, aunque también lo estarían (Cabrera et al., 2001).
con la capacidad de creación, la motivación y la En su desarrollo y distribución geográfica pue-
acción conjunta de estas y otras cualidades cogniti- den establecerse diversas variantes regionales que
vas humanas. El desarrollo cultural de los humanos marcan las diferencias tecnológicas generales
modernos se caracterizó por la aparición de un observadas en los yacimientos (Fig. 2). Facies bal-
gran número de innovaciones en el inicio del cánica (F.B.) caracterizada por la leptolización tec-
Paleolítico Superior, de una forma bastante gene- nológica con láminas y escasas laminillas Dufour,
ralizada en amplias zonas europeas. También exis- sílex importado desde muy lejos, tecnología ósea y
ten claros antecedentes en el MSA africano de sus adornos realizados con dientes. Sus yacimientos
logros tecnológicos, sociales y simbólicos, casi representativos son Bacho Kiro y Temnata. Facies
desde su aparición como especie (D’Errico, 2003; mediterránea occidental (F.M.O.) (Djindjian et al.,
McBrearty y Brooks, 2000; Mellars, 2005). 1999), Proto-Auriñaciense o Fumaniense medite-
rráneo (Mellars, 2005, 2006) expandida por zonas
Tecnología (fabricación, útiles y materias pri- próximas al paralelo 43, no separándose mucho
mas). La primera y más común de las caracterís- de la costa mediterránea y caracterizada, además de
ticas que se aprecia es el notable desarrollo de la las formas líticas de la facies anterior, por la abun-
talla volumétrica de los núcleos como algo sistemá- dante presencia de laminitas de retoque margi-
tico, para producir el soporte laminar de diversos nal (Dufour). Tenemos los siguientes yacimientos:
útiles. Destacan la producción de tipos propios del L’Arbreda, Abrí Romaní, Reclau Viver, La Viña,
Paleolítico Superior, como son los raspadores care- Isturitz, Grotta Fumane y Abri Mochi. Facies de
nados y en hocico, buriles, hojas auriñacienses, Europa central (F.E.C.) o Auriñaciense “clásico”
laminitas Dufour, etc. También es frecuente la pre- (Mellars, 2005) que sigue el curso del Danubio por
sencia de elementos de sustrato o de útiles propios centroeuropa hasta llegar a la costa atlántica. Se dis-
del Musteriense (raederas, denticulados, muescas, tingue por la abundancia de los raspadores de extre-
etc.). La tecnología ósea está presente en un total de mo. Podemos citar a Trou Magrite, Willendorf II,
11 yacimientos (Fig. 2) representando el 64,7% del Geissenklösterle e Istallöskö. El yacimiento de El
total, lo que supone un uso importante y generali- Castillo se asemeja más a la facies de Europa cen-
zado como materia prima para la elaboración de tral, a pesar de su anómala posición geográfica.
útiles específicos (punzones, perforadores, varillas
perforadas y puntas), la producción de herramien- Sociedad (hábitat, relaciones sociales y caza).
tas para el retoque de la talla lítica y la configura- Las comunidades parecen ser más grandes, con
ción de adornos (Gamble, 2001). Destacan las asentamientos más estructurados y de uso más
características puntas de azagayas (de base hendi- prolongado que el visto en el Paleolítico Medio.
da) en diversos yacimientos, realizadas casi siempre Se aprecia una mayor complejidad social (ador-
con asta (Knecht, 1993) e indicando el uso de las nos) y regional (extensión cultural y comercio),
armas arrojadizas. Se aprecia un cambio sustancial que facilitará el desarrollo poblacional. Las rela-
en las materias primas utilizadas en la industria líti- ciones regionales se incrementan produciéndose
ca, pues el aumento en el uso del sílex es muy un aumento de la población, junto con la exten-
importante en la mayoría de los yacimientos, al sión y la eficacia de redes de alianza, que unen
constituir piedras muy duras y de mejor calidad zonas de altos recursos con otras de desigual can-
para la fabricación de útiles laminares (Gamble, tidad, en busca de equilibrios económicos. Así, se
2001). Los lugares donde se encuentran estas mate- facilita la distribución de las materias primas, ya
rias primas muchas veces están muy lejos, con lo sea porque son escasas o se prefieren de gran cali-
que la importación adquiere un incremento en la dad (Gamble, 2001). Su importante y lejana
cantidad y lejanía, superando claramente lo visto importación de materias primas ofrece una socia-
durante el Musteriense (Fléblot-Augustins, 1993; bilidad extensa, general y desarrollada. En la sub-
Turq, 1993). Sin embargo, no en todos los yaci- sistencia, basada en la caza y la recolección, se
mientos se aprecia tal importante aumento en el observa una tendencia hacia una mayor amplitud
uso del sílex, pues en algunos de la Cornisa Cantá- en el uso de recursos, con una logística que la
brica (El Castillo y La Viña) continúan usando pre- haría más efectiva con el tiempo (Stiner et al.,
dominantemente la piedra cuarcita de origen local, 1999). Sin embargo, durante la transición apenas se
que en la mayoría de los casos tiene un grano muy aprecian cambios subsistenciales importantes

© Universidad de Salamanca Zephyrus, LXI, enero-junio 2008, 85-106


Ángel Rivera Arrizabalaga / Relación entre neandertales y cromañones: un enfoque cognitivo 93

Fig. 2. Relación de yacimientos del Auriñaciense arcaico con sus características principales.

© Universidad de Salamanca Zephyrus, LXI, enero-junio 2008, 85-106


94 Ángel Rivera Arrizabalaga / Relación entre neandertales y cromañones: un enfoque cognitivo

(Pike-Tay y Knecht, 1993; Yravedra Sáinz de los o un empeoramiento climático, la única forma de
Terreros, 2002). sobrevivir es por medio de una intensificación en la
adquisición de recursos, la explotación de medios
Simbolismo (adornos, signos y pigmentos). alternativos en el mismo territorio, un desarrollo
Tenemos una bien documentada serie de objetos tecnológico adecuado que facilite lo anterior o la
y conductas con un claro simbolismo, que apare- emigración a zonas despobladas (Menéndez, 1996).
cen con un carácter brusco si tenemos en cuenta En los humanos modernos se producen todas estas
los antecedentes del periodo anterior. Destacan los posibilidades adaptativas, pues la tecnología permi-
adornos personales, como cuentas de hueso y mar- tiría el mejoramiento en la obtención y tratamiento
fil, dientes perforados, conchas marinas impor- de los recursos de subsistencia (como la producción
tadas desde la costa del Atlántico a cientos de de azagayas como armas arrojadizas, nuevas mate-
kilómetros (Taborin, 1993) o desde el Fumaniense rias primas, etc.), se aumentarían la gama de recur-
mediterráneo (Mellars, 2006), primeros huesos con sos alimenticios (Stiner et al., 1999) y las poblacio-
muescas o grabados (White, 1993). Aparecen los nes se expandieron por todo el continente europeo.
primeros ejemplos de arte anicónico en este perio-
do (Fortea Pérez, 1994). En general, ofrecen unos
aspectos muy importantes de generalización geo- 2.1.4. Capacidades cognitivas emergentes
gráfica y poblacional, sincronía temporal y precoci- (Rivera, 1998, 2002 y 2005)
dad cultural.
La existencia de un lenguaje con carácter sim-
bólico es imprescindible para que se produzca un
2.1.2. Creatividad desarrollo social de características modernas. Su
uso favorece la ampliación de las redes sociales, el
Desde los primeros indicios de esta cultura se incremento de la cooperación, la complejidad de
aprecia un gran desarrollo creativo en tecnología las estrategias de caza y, en conjunto, de todo
(talla volumétrica, uso de percutor blando y lepto- aspecto de base simbólica que caracterizó a la cul-
lización generalizada y estandarizada). Importante tura del Paleolítico Superior (Mellars, 2005; Rive-
innovación y dinamismo en el desarrollo y crea- ra, 1998, 2002, 2005). En este sentido, la amplia
ción de nuevos tipos de útiles, algunos de ellos producción de adornos, como algo consustancial
con el concepto de compuestos o preparados para con estas poblaciones humanas, refleja un impor-
enmangar (hojitas, útiles pediculados y óseos). tante desarrollo del concepto de individualidad
Igualmente, se observa mayor diversidad y predi- social y personal. Las amplias relaciones sociales
lección en los materiales a utilizar, como puede mantenidas a muchos kilómetros de distancia y la
comprobarse con el sílex importado de lejos y el similitud cultural que se observa en grandes zonas
uso de materias primas orgánicas (hueso, asta, mar- habitables de Europa indican un notable desarro-
fil). Destaca la creación de variados elementos sim- llo de los conceptos espaciales, así como el inicio de
bólicos. Estos procesos aparecen en la mayoría de una conducta relacionada con el conocimiento de
los yacimientos de este periodo, dando la impre- la acción en el tiempo (caza estacional, migracio-
sión de un desarrollo creativo, pujante, común y nes, hábitats estacionales, conservación de alimen-
muy generalizado, ofreciendo un claro proceso de tos y reserva de materias primas, etc.), que serán
ruptura con la tradición del Paleolítico Medio. constantes desde el Auriñaciense.
Todos estos datos indican la existencia de una
gran reflexividad de su pensamiento y conducta,
2.1.3. Motivación que se traduce en una gran capacidad para la pro-
ducción de rápidos cambios conductuales encami-
No existe mayor motivación que la propia nados a solucionar problemas adaptativos (flexibi-
supervivencia. En los territorios de cazadores-reco- lidad conductual).
lectores la explotación de sus espacios logísticos
estaría limitada por la cultura y tecnología específi-
ca que sus habitantes hayan podido desarrollar, así 2.2. Desarrollo asociado al Neandertal
como por la propia acomodación de las diversas
poblaciones que convivan en una determinada área El registro arqueológico indica una importante
geográfica. Si se produce un aumento demográfico disparidad cultural en el inicio del Paleolítico

© Universidad de Salamanca Zephyrus, LXI, enero-junio 2008, 85-106


Ángel Rivera Arrizabalaga / Relación entre neandertales y cromañones: un enfoque cognitivo 95

Superior entre los neandertales (Chatelperronien- Península Ibérica, es la forma cultural más comple-
se, Uluzziense, los complejos centroeuropeos y la ja y elaborada de los neandertales (Baffier, 1999;
perduración del Musteriense), sobre todo teniendo D’Errico et al., 1998). Su cronología se sitúa entre
en cuenta el panorama cultural relativamente el 38/36-33/30000 BP, aunque otros autores le dan
homogéneo que existía en el Paleolítico Medio. La fechas más antiguas (D’Errico et al., 1998; Zilhão y
diversidad cultural y sus diferentes niveles de desa- D’Errico, 1999). Su industria lítica muestra una
rrollo son una característica de esta población, proporción importante de típicos útiles musterien-
dando la impresión de fragmentación social y ses (raederas, denticulados, puntas, piezas de dorso
cultural, o desigualdad en su desarrollo cognitivo y bifaces), que disminuyen al proliferar los propios
(Fig. 1). del Paleolítico Superior (raspadores, buriles, per-
foradores, puntas de dorso curvo o de Châtelpe-
rron, etc.). En muchos de sus yacimientos no se
2.2.1. Funciones ejecutivas encuentran algunas de sus producciones líticas o lo
están en muy escasa proporción, dando aspecto de
Durante el Paleolítico Medio el Neandertal cierta pobreza tecnológica (Gamble, 2001), sobre
mantuvo una conducta bastante constante, aunque todo en los correspondientes a los de la Península
puede apreciarse un cierto desarrollo tecnológico, Ibérica (Morales Grajera, 1998). En esta zona
social y simbólico, pero siempre marcado por una conocemos la perduración de yacimientos muste-
lenta evolución (Farizy y David, 1992; Gamble, rienses con dataciones cronológicas y en áreas geo-
2001; Mellars, 1999, 2005). Algunos autores ven un gráficas que coinciden con un aparente Chatelpe-
desarrollo simbólico con alguna semejanza al obser- rroniense (Maroto et al., 2005). Muchas veces el
vado en el MSA africano (D’Errico et al., 2003). No Chatelperroniense de la Cornisa Cantábrica está
parece razonable comparar el registro arqueológico definido por la única presencia de su fósil guía por
del Paleolítico Medio europeo con el MSA africa- excelencia (punta de Châtelperron), presentando
no, el cual, a pesar de conocerse muchos menos unas características tecnológicas más elementales
yacimientos, presenta un desarrollo social, tecnoló- que lo diferencian de los yacimientos franceses. En
gico y simbólico cada vez más patente (McBrearty y los registros españoles, la tecnología se asemeja
Brooks, 2000). En el inicio del Paleolítico Superior más al Musteriense que a las formas del Paleolítico
europeo es cuando vemos unos cambios relativa- Superior, tanto es así que comienza a distinguirse el
mente rápidos y con base simbólica, pero que no se concepto de Musteriense con puntas de Châtelpe-
producen en toda su población, ni lo hacen con el rron, dejando la denominación de Chatelperronien-
mismo nivel de desarrollo (Mellars, 2005). se para los yacimientos en los que existe, además de
este característico útil, una tecnología claramente
Tecnología (fabricación, útiles y materias pri- laminar (Maroto et al., 2005). Tal ambiente tecno-
mas). Las características tecnológicas son una indi- lógico ofrece un panorama de mosaico cultural,
cación del desarrollo de las funciones ejecutivas. El donde la rapidez y características de la transición
Szeletiense, Bohuniciense y el complejo Lincom- presentan situaciones diferentes en el tiempo y en
bien-Ranisien-Jerzmanowiciense (43-35000 BP) el espacio (Straus, 1996).
destacan por la existencia de tecnología laminar Los chatelperronienses conocían la reducción
con puntas foliáceas bifaciales y unifaciales y una volumétrica del núcleo para obtener láminas,
aparente falta del uso de otras materias primas diversas variedades de retoques y el uso de percu-
como el hueso, asta, etc. (Svoboda et al., 1996; tor blando. La industria ósea y de asta es sencilla y
Valoch, 1996). En el Uluzziense italiano (33-31000 cuidadosamente tallada, estando formada por pun-
BP) los útiles más característicos son las puntas de zones con cabeza, alisadores y alfileres, pero no se
dorso curvo similares a las de Châtelperron pero observa la producción de puntas óseas para enman-
más pequeñas, así como la existencia de microlitos gar y utilizar como armas arrojadizas (Mellars,
y medias lunas. La industria ósea es muy escasa, los 1989; Straus, 1982), lo que puede significar una
pocos restos trabajados parecen ser los punzones y forma de caza menos efectiva. El uso de las mate-
fragmentos de gruesas puntas de las cuevas de La rias primas orgánicas se ha testificado en siete
Fabbrica, de Castelvicita y de Cavallo (D’Errico et yacimientos (Brassempouy, Châtelperron, Grotte
al., 1998; Palma di Cesnola, 1993). du Renne, Laussel, Roc-de-Combe, Roche-au-Loup
El Chatelperroniense, extendido claramente por y Trou de la Chèvre) (D’Errico et al., 1998). Las
Francia y con menor desarrollo por el norte de la materias primas se obtienen de las cercanías, pues

© Universidad de Salamanca Zephyrus, LXI, enero-junio 2008, 85-106


96 Ángel Rivera Arrizabalaga / Relación entre neandertales y cromañones: un enfoque cognitivo

las que tienen su origen en una distancia superior a caza, aunque este aspecto parece ser más oportu-
los 16 km no superan el 6% de la totalidad (Turq, nista que planificado. Buscarían lo más fácilmente
1993), aunque las distancias medias aumentan lige- disponible que, al coincidir en repetidas ocasiones,
ramente en este periodo (Féblot-Augustins, 1993). daría la sensación de cierta selectividad (Munson y
Así, aumenta el uso moderado del sílex importado, Marean, 2003). Hay que pensar en el uso de cual-
reflejando una mayor organización social y estrate- quier técnica que fuera efectiva no apreciándose
gias logísticas (Baffier, 1999; Gamble, 2001). Sus formas claras de caza selectiva (Baffier, 1999;
habilidades tecnológicas son altas (Coolidge y Mellars, 1989, 1995; Wynn y Coolidge, 2004).
Wynn, 2004; Mellars, 2005; Wynn y Coolidge, Durante la transición apenas se produjeron cam-
2004) y similares a las de los humanos modernos. bios subsistenciales importantes (Pike-Tay y
Knecht, 1993; Yravedra Sáinz de los Terreros,
Sociedad (hábitat, relaciones sociales y caza). 2002). Parece tener ciertas limitaciones sociales
Es muy frecuente encontrar los yacimientos de este que le frenarían la planificación de conductas a
periodo sobre otros musterienses más antiguos, largo plazo y favorecería un desarrollo cultural
dando lugar a una sucesión de ocupaciones (Baf- lento, dispar, con limitaciones geográficas y el man-
fier, 1999) e indicando la perduración de la estruc- tenimiento de formas de vida tradicionales (Coo-
tura social en sus aspectos logísticos. En el Chatel- lidge y Wynn, 2004; Farizy y David, 1992; Gamble,
perroniense muchos de sus yacimientos presentan 2001; Wynn y Coolidge, 2004).
pobres aspectos respecto de los materiales encon-
trados (líticos, óseos y sobre todo en los adornos), Simbolismo (adornos, signos y pigmentos).
como ocurre en todos los de la Península Ibérica Sólo existe en el Chatelperroniense con cierta enti-
(Morales Grajera, 1998). No hay que considerar al dad y muy escasamente en el Uluzziense. Aún así,
área arqueológica de los chatelperronienses como en el Chatelperroniense está restringido geográfi-
una verdadera extensión territorial de hábitat, sino camente, pues los adornos sólo aparecen en ciertas
sólo como una extensión de su potencial de abaste- áreas de Francia, no existiendo en la mayoría de los
cimiento (Gamble, 2001), indicando su influencia yacimientos (Gamble, 2001). Los adornos sólo se
en un Musteriense menos motivado, aislado y con encontraron en seis lugares (Cauna de Belvis, Châ-
menor desarrollo cognitivo. telperron, Grotte du Renne, Roc de Combe, Roche-
Sólo en esta cultura podemos apreciar estruc- au-Loup y Roche de Quinçay) (D’Errico et al.,
turas de hábitat más complejas, como en la gruta 1998). Están realizados sobre los dientes de carní-
de Gros-Roc (Douhet, Charente-Maritime) con un voros (lobo, hiena, zorro, marmota y oso) y de her-
suelo que parece tener losas. En Tambourets (Cou- bívoros (bóvidos, caballos, renos y ciervo), estando
ladère, Haute-Garonne) aparecen restos que indi- ranurados o perforados con el aparente fin de ser-
can la creación de un abrigo trapezoidal de unos 5 vir como colgantes. También han utilizado peque-
m2 (Bricker y Laville, 1977). El yacimiento más ños fósiles con una ranura en un extremo para
importante corresponde al de la Grotte du Renne poder colgarse, como se puede apreciar en la
(Arcy-sur-Cure), encontrándose diversos hogares y Rynchonelle de Arcy-sur-Cure. Son abundantes en
restos de una cabaña circular de unos 3 m de diá- Arcy-sur-Cure (Grotte du Renne) con un total de
metro (Leroi-Gourhan, 1961). Parece existir un 142 objetos óseos y 36 adornos, constituyendo el
cambio de comportamiento en el hábitat, pues el principal yacimiento con este tipo de producción
espacio interior tiene cierta organización (Baffier, (Baffier, 1999; D’Errico et al., 1998). El uso de
1999). estos materiales y la falta de conchas marinas
Los aspectos sociales sólo están estudiados, puede reflejar cierta relación con la facies centro-
con un mínimo de profundidad, en el Chatelperro- europea del Auriñaciense. El Uluzziense es mucho
niense, ofreciendo una baja densidad en sus redes más limitado, con conchas perforadas y el uso de
sociales y una forma de residencia dispersa (Gam- colorantes amarillo (limonita) y rojo (ocre) de la
ble, 2001; Steele, 1994), lo que también se deduce cueva de Cavallo (D’Errico et al., 1998; Palma di
del pequeño tamaño de sus conjuntos (Harrold, Cesnola, 1993). Parece estar en relación con el
1989). No obstante, se aprecia un ligero aumento Fumaniense mediterráneo.
en sus manifestaciones (extensión de la red social, El Chatelperroniense presenta un uso inten-
movilidad, estancias residenciales y obtención de sivo del ocre que suele cubrir de color todo el hábi-
materias primas) respecto a lo observado en el tat donde se encuentra, mientras que en el Muste-
Musteriense. Se conoce cierta organización en la riense se encuentra de una forma mucho más

© Universidad de Salamanca Zephyrus, LXI, enero-junio 2008, 85-106


Ángel Rivera Arrizabalaga / Relación entre neandertales y cromañones: un enfoque cognitivo 97

aislada. En Arcy-sur-Cure llega a tener un potencial el tratamiento de las pieles. Sin embargo, más que
de 5 cm de profundidad en el suelo del área de una original y nueva producción creativa, parece una
vivienda. Muchas veces está asociado al fuego, adaptación y desarrollo de la tecnología musterien-
pues dependiendo de la acción del calor se conse- se. No hay que olvidar que diversos autores ven esta
guían diversas tonalidades, pudiendo pensarse que tecnología como una evolución local de un Muste-
por primera vez se produce una transformación y riense de tradición Achelense B (Baffier, 1999;
tratamiento del ocre para fines determinados (Baf- Mellars, 1989).
fier, 1999; Leroi-Gourhan, 1961). Su uso está
extendido, conociéndose varias bolas gruesas de
ocre en Arcy-sur-Cure y en los Pirineos (Gargas, 2.2.3. Motivación
Enlène, les Trois-Frères, Montespan, Bédeilhac, etc.)
con fragmentos y lascas de sílex en su interior. El registro arqueológico, en función de lo des-
Surge el problema del verdadero uso de este mine- igual que fue su desarrollo cultural, nos indica que
ral, al conocer sus acciones antipútridas y deseca- los neandertales tenían un buen desarrollo de las
doras en el tratamiento de las pieles (Baffier, 1999). funciones ejecutivas tecnológicas, aunque las refe-
Si durante el Paleolítico Medio el simbolismo rentes a la sociabilidad, simbolismo y creatividad
está limitado a unos escasos y objetos y conductas tendrían un grado diferente al alcanzado por los
(Marshack, 1990), es en el inicio del Paleolítico humanos modernos. Es posible que la motivación
Superior cuando se produce en algunas de sus pudiera ser un factor mucho más escaso que los
poblaciones (Chatelperroniense y en menor medi- anteriores. Durante el largo periplo del Paleolítico
da el Uluzziense) un importante desarrollo simbó- Medio las cambiantes presiones ambientales obli-
lico, manifestando así su división geográfica y garían al Neandertal a continuas adaptaciones, lo
poblacional. que pudo realizar sin que su cultura (Musterien-
se) evolucionase mucho, aunque es cierto que su
demografía y extensión territorial se mantuvie-
2.2.2. Creatividad ron dentro de los límites conocidos (Gamble, 2001).
A pesar de estas presiones ambientales no existía
La forma de adquisición de las novedades tec- una motivación suficiente como para poner en fun-
nológicas, sociales y simbólicas del Chatelperro- cionamiento su creatividad, al menos en el nivel
niense está en discusión. No obstante, hay que que puede apreciarse en la transición paleolítica.
resaltar que de la totalidad de la población europea La relativa estabilidad cultural parece atestiguar tal
de neandertales sólo en algunas áreas geográficas hecho. Por tanto, sin un cambio sustancialmente
(Chatelperroniense en Francia y mucho menos el importante en el medio ambiente (como pudo ser
Uluzziense en Italia) tenemos constancia de ciertos la aparición de los humanos modernos en las mis-
procesos creativos con características del Paleolíti- mas o en muy próximas áreas geográficas) es impo-
co Superior, aparte del uso de láminas que ya se sible creer que, de una forma simultánea, rápida e
conocían en diversos lugares durante el Paleolítico independiente, se produjeran los desarrollos cultu-
Medio europeo (Boëda, 1990). Curiosamente, tal rales que se aprecian en el inicio del Paleolítico
desarrollo creativo se produce tras miles de años de Superior (Mellars, 1999, 2005).
un desarrollo cultural muy lento y en fechas poste-
riores (Mellars, 2005) o anteriores (D’Errico et al.,
1998) a la irrupción del Homo sapiens sapiens en 2.2.4. Capacidades cognitivas emergentes
Europa. Respecto de la tecnología ya se comentó la (Rivera, 1998, 2002 y 2005)
aparición de la industria laminar, así como la apari-
ción de útiles, retoques, el uso de percutor blando Existe un importante desarrollo en la adquisi-
propios del Paleolítico Superior y mayor utiliza- ción de las abstracciones relativas a la individua-
ción del sílex importado. La industria ósea y de lidad y su ubicación en el tiempo y espacio. La
asta se ve en la aparición de nuevos útiles óseos. En individualidad queda plasmada en los adornos
el concepto social sólo puede constatarse cierto encontrados en algunos yacimientos del Chatel-
aumento en su complejidad, en comparación con perroniense, pues indica su desarrollo, al menos
lo visto en el Musteriense. El simbolismo en ciertas en las zonas más pobladas, de un individualismo
áreas está representado con los adornos y el uso de social con simbolismo. La existencia del indivi-
los colorantes, ya sea como símbolo o tecnología en dualismo personal con simbolismo es mucho más

© Universidad de Salamanca Zephyrus, LXI, enero-junio 2008, 85-106


98 Ángel Rivera Arrizabalaga / Relación entre neandertales y cromañones: un enfoque cognitivo

difícil de explicar y comprobar, aunque es posible Recientemente, se ha realizado una crítica basa-
su desarrollo de forma aislada y esporádica. El des- da en la atribución de los yacimientos del Auriña-
plazamiento o utilización de los conceptos del tiem- ciense arcaico a unas cronologías posteriores al
po y del espacio con mayor profundidad que los inicio del Chatelperroniense, basándose en crite-
más elementales del aquí y ahora está también rios cronológicos, estratigráficos y tafonómicos. En
desarrollado aunque en menor medida que el ella se establece la prioridad temporal de los nean-
apreciado entre los humanos modernos, si tenemos dertales en el origen del Paleolítico Superior, al
en cuenta las características de su expansión geo- realizar una evolución local de muchos de los ras-
gráfica, limitación de sus relaciones sociales y la gos que lo caracterizan de una forma independien-
importación de materias primas lejanas (Gamble, te y autónoma (Chatelperroniense), por lo que el
2001). inicio del Auriñaciense sería posterior, no exis-
Diversos autores (D’Errico et al., 1998; D’E- tiendo ningún proceso de relación cultural entre
rrico et al., 2003) atribuyen un alto simbolismo al ambas poblaciones durante el inicio del Chatelpe-
Neandertal, tanto en el Paleolítico Medio como rroniense. También expusieron que ambas pobla-
en el Superior. Durante el Musteriense se basan en ciones tendrían similares capacidades cognitivas y
la interpretación de ciertos hechos que pueden serían las causantes de la conducta moderna en
tener tal significado (enterramientos, uso de colo- diferentes lugares y épocas (D’Errico, 2003; D’E-
rantes como el ocre, ciertos adornos musterienses, rrico et al., 1998; D’Errico et al., 2003; Zilhão y
etc.), pero con un simbolismo poco claro. Su pro- D’Errico, 1999). Tales ideas no son admitidas por
ducción, dado el importante nivel que dicen que muchos autores, debido a la dudosa afirmación de
tuvo, implicaría la existencia de un alto desarrollo que, después de decenas de miles años de manteni-
de las funciones ejecutivas, creatividad, motiva- miento del Musteriense de forma prácticamente
ción y desarrollo de las capacidades cognitivas inalterable, se produzca en los neandertales un
emergentes, hecho que no se cumple en los otros rápido, generalizado y variado desarrollo cultural
aspectos arqueológicos (tecnológico y social), con las formas conductuales del Paleolítico Supe-
pues en el Musteriense se mantiene en un éxtasis rior, justamente cuando los humanos modernos lle-
cultural ya comentado (Mellars, 1999, 2005). Es gan a nuestro continente (Gamble, 1999; Harrold
difícil pensar en un importante desarrollo parcial y Otte, 2001; Hublin, 1999; Mellars, 1998, 1999,
(simbolismo), cuando las características básicas 2005, 2006; Wynn y Coolidge, 2004).
de la adaptabilidad y supervivencia se fundamen- Con la exclusividad de los datos arqueológi-
tan más en el desarrollo de los otros dos aspectos cos y la duda sobre la exactitud de los yacimientos
(tecnológico y social). Este hecho estaría más de más comprometidos (D’Errico et al., 1998; Zilhão
acuerdo con unas manifestaciones cognitivas glo- y D’Errico, 1999), la polémica no parece ofrecer
bales con parecidas limitaciones en el desarrollo soluciones que satisfagan a todos. Sin embargo, el
de las tres manifestaciones (tecnología, sociabi- estudio de la conducta bajo un prisma cognitivo
lidad y simbolismo). puede ofrecernos unas conclusiones con un nivel
de certeza muy superior al ofrecido hasta el momen-
to. Conocemos la diferencia neuroanatómica que
2.3. Interacción cultural entre ambas poblaciones existió entre ambas poblaciones (Bruner, Manzi y
Arsuaga, 2003) y la diferencia genética existente
La atribución y aparición temporal de las cultu- entre ambas (incluida la versión moderna del gen
ras del inicio del Paleolítico Superior es un asunto FOXP2, como ejemplo recientemente conocido de
que ha suscitado diversas teorías, al haber divergen- genes relacionados con el lenguaje) (Lalueza Fox,
cias en la interpretación de los datos arqueológicos. 2005), lo que induce a pensar en distintas capacida-
La teoría más extendida atribuye el origen del Auri- des cognitivas, con un desarrollo cultural similar en
ñaciense a los humanos modernos originarios de algunos casos, pero no igual.
África, los cuales en su llegada a Europa tuvieron
algún tipo de relación con los neandertales que
marcó el inicio del Paleolítico Superior (Chase y 2.3.1. Estudio cognitivo diferencial
Dibble, 1987; Gamble, 2001; Harrold y Otte, 2001;
Hublin, 1999; Klein, 1994; Kozlowski y Otte, 2000; En general vemos que el desarrollo cognitivo,
Mellars, 1989, 1999, 2005; Noble y Davidson, 1993; cultural e histórico de las dos poblaciones no es el
Stringer y Davies, 2001). mismo. La comprobación de un notable desarrollo

© Universidad de Salamanca Zephyrus, LXI, enero-junio 2008, 85-106


Ángel Rivera Arrizabalaga / Relación entre neandertales y cromañones: un enfoque cognitivo 99

cultural (tecnológico, social y simbólico) en diver- de su manifestación cultural entre las distintas
sas regiones de África dentro del MSA con ciertas poblaciones neandertales indica una fragmentación
características del Paleolítico Superior y anterior a social y un diferente desarrollo cognitivo.
él (D’Errico, 2003; McBrearty y Brooks, 2000;
Mellars, 2005) indica que no existió un estanca-
miento cultural entre los humanos modernos. 2.3.2. Características de la relación
Mientras que el Neandertal, en Europa durante el
Paleolítico Medio, sólo puede aportar la tecnología La relación entre ambas poblaciones fue inevi-
del Musteriense, enterramientos en zonas de hábi- table, debiendo de existir procesos de interacción
tat e importante población con un fin más lógico cultural, cuyas características han sufrido diversas
de higiene que de un claro simbolismo (Rivera, denominaciones y enfoques. Tradicionalmente se
2002, 2005) y escasos elementos de muy dudoso ha usado el termino de aculturación, definido como
carácter simbólico. la relación de dos sociedades entre las que existe
La evolución cultural en el inicio del Paleolíti- una importante asimetría cultural, produciéndose
co Superior europeo indica igualmente caminos una gran influencia o transferencia de elementos
diferentes. Las funciones ejecutivas tecnológicas conductuales de una cultura sobre la otra, que
de ambos grupos indican una similar habilidad tec- acaba pareciéndose a la primera (Perlès, 1990).
nológica, lo que les permitió elaborar elementos Con el cambio transcultural se pretende expresar
simbólicos. Sin embargo, el grado de desarrollo de una relación bilateral de intercambio cultural, sin
estas funciones en los otros aspectos culturales matizar el grado de igualdad o disparidad que
(sociabilidad y simbolización) no parece ser el pudo existir entre ellos (Strauss, 1996). Otra forma
mismo, posiblemente por diferencias sobre la crea- de relación entre las dos comunidades es la deno-
tividad, motivación y capacidades cognitivas emer- minada como emulación, donde los neandertales
gentes necesarias para la abstracción y su simboli- observan un tema (adornos realizados por los
zación. El grado de desarrollo cultural y simbólico humanos modernos), siendo capaces de generar
de las poblaciones europeas es un claro índice de una meta (fabricación de tales adornos con sus
su creatividad, la cual estaría condicionada a ele- propios medios y tecnología), sin necesidad de
mentos externos muy relacionados con la motiva- observar directamente la fabricación previa de estos
ción. Aparte de las alteraciones climáticas tan habi- adornos. Tal proceso se realizaría en facetas tecno-
tuales durante el Pleistoceno Superior, hay que lógicas en las que los neandertales eran buenos
resaltar la posible interacción poblacional que se expertos, aunque una vez producidos no variarían
produciría en amplias zonas de Europa, como un mucho debido a la naturaleza poco innovadora de
factor de estímulo nuevo y de matices específicos su artesanía (Coolidge y Wynn, 2004; Wynn y Coo-
(sociales, cognitivos y simbólicos) que influiría a las lidge, 2004). La cuestión principal consiste en
dos poblaciones, aunque con resultado desigual. conocer la capacidad de los neandertales para ela-
Tal desigualdad quedaría claramente manifiesta borar un pensamiento abstracto y simbólico que
en el diferente desarrollo de las capacidades cogni- les llevara a iniciar los avances que caracterizan al
tivas emergentes. El desarrollo simbólico de los Paleolítico Superior por sí solos, o si necesitaron
neandertales se observa principalmente en Francia algún tipo de ayuda por parte de los humanos
(núcleo principal del Chatelperroniense, y donde modernos.
las cronologías del Auriñaciense son más recien- Si tenemos en cuenta la idea de que la cultura
tes) (Mellars, 1999, 2006), desconociéndose en el sería la consecuencia del desarrollo cognitivo de la
resto de su población, por lo que sería más adecua- población que la crea (naturalmente dependien-
do decir que tal desarrollo cognitivo emergente se do de las propias capacidades cognitivas evolutiva-
produjo sólo entre algunos neandertales (Chatelpe- mente adquiridas), la relación dependería directa-
rroniense y Uluzziense). Esto no ocurre entre los mente del grado de desarrollo cognitivo alcanzado
auriñacienses, donde el desarrollo simbólico fue por las poblaciones que interactúen culturalmen-
más generalizado. Por tanto, las manifestaciones te. El poseer unas capacidades no implica su desa-
tecnológicas, sociales y simbólicas de los nean- rrollo, el cual hay que constatar por medio de la
dertales indican que tenían un menor grado de las conducta observada. En este sentido, las extrapo-
capacidades cognitivas (motivación, creatividad y laciones de relación cultural conocidas en la
capacidades cognitivas emergentes), salvo las actualidad no nos pueden servir, pues ni las capaci-
funciones ejecutivas tecnológicas. La desigualdad dades ni el desarrollo cognitivo alcanzado por las

© Universidad de Salamanca Zephyrus, LXI, enero-junio 2008, 85-106


100 Ángel Rivera Arrizabalaga / Relación entre neandertales y cromañones: un enfoque cognitivo

poblaciones humanas actuales es el mismo que Del estudio realizado en estos 17 yacimientos pare-
el visto en los humanos del inicio del Paleolítico ce desprenderse la idea de que el Auriñaciense
Superior europeo. Efectivamente, en este perio- arcaico en muchos casos no tiene una relación
do tenemos dos poblaciones con diferentes capaci- directa con el Musteriense o Chatelperroniense,
dades y desarrollo de las mismas. Se hace impres- pues sólo un 29,4% del total está en contacto
cindible analizar los datos arqueológicos desde directo con ellos, y aún así la mitad de ese porcen-
una metodología que tenga en cuenta estos con- taje tiene un aspecto dudoso referente a una posi-
ceptos cognitivos. ble mezcla de niveles (Rivera, 2002, 2005). Parece
Lo primero que observamos en la distribución que la expansión auriñaciense buscaba hábitats
de los yacimientos relacionados con el Neandertal vacíos que repoblar (Rivera, 2002, 2005; Stringer y
durante el inicio del Paleolítico Superior es un Davies, 2001), más que un enfrentamiento directo.
auténtico mosaico cultural y una importante dife- Sobre la forma de desarrollo cultural podemos
renciación conductual (Straus, 1996), sobre todo resaltar algunas características:
en el oeste de Europa. En el norte de la Península 1.º Una forma de estudiar algunas de las carac-
Ibérica encontramos yacimientos con una clara terísticas de tal interacción consiste en el análisis de
perduración del Musteriense, un Musteriense con la tecnología usada en la producción de los ador-
puntas de Châtelperron junto con un Chatelperro- nos (sobre todo del Chatelperroniense por ser la
niense muy pobre (Maroto et al., 2005). En el resto industria que mejor conocemos), para comparar-
peninsular encontramos la perduración del Muste- la con la del Auriñaciense y poder valorar el grado
riense más clásico (Hublin, 1998, 1999). En Euro- de diferencia o similitud que exista entre ellas. El
pa la parcelación cultural es parecida, Francia con registro arqueológico indica una producción pro-
el Chatelperroniense bien definido, zonas de Italia pia de esos elementos decorativos, al conocer los
con el Uluzziense y las culturas centroeuropeas de restos de la talla de su tecnología lítica y ósea en
carácter no simbólico que desaparecen pronto, y los niveles chatelperronienses de Grotta de Renne
la perduración de un Musteriense clásico en aisla- (D’Errico et al., 1998; White, 2001; Zilhão y D’E-
das zonas europeas (p. e. Kozlowski, 1998). Tales rrico, 1999). Restos similares también se encontra-
hechos parecen dar a entender la existencia de una ron en el yacimiento de Quinçay, donde no existen
llamativa marginación o incomunicación cultural niveles auriñacienses superiores que puedan conta-
entre los diversos grupos de la población neander- minar los estratos chatelperronienses, por lo que su
tal. Mientras que los yacimientos asociados con los industria y los restos de talla no pueden considerar-
humanos modernos (Auriñaciense), a pesar de se como el resultado de una mezcla (White, 1993,
presentar diversas facies ya comentadas (Mellars, 2001). Igualmente, conocemos el uso de una dife-
2005, 2006), tienen en común cierta tecnología rente tecnología en algunas fases de la producción
(útiles, materias primas) y un comportamiento más de los adornos, pues aunque ambos grupos utiliza-
social y expansivo, lo que refleja una conducta más ban similares elementos como adorno y las mismas
flexible, reflexiva y social. técnicas para colgar (perforación de la raíz del dien-
Algunas características de los primeros encuen- te o la ranuración alrededor de la misma), cuando
tros pueden intuirse en función de las estratigrafías los neandertales agujereaban un diente lo hacían
de los primeros yacimientos atribuidos a los huma- golpeando con una punta dicha raíz, mientras que
nos modernos (Fig. 2). Tenemos que algunos de los los humanos modernos preferían raspados repe-
nuevos asentamientos auriñacienses no tienen en tidos del diente hasta perforarlo (Baffier, 1999;
su estratigrafía niveles del Musteriense ni del Cha- Harrold y Otte, 2001; White, 2001; Zilhão y
telperroniense (Reclau Viver, La Viña, Willendorf D’Errico, 1999).
II, Istallöskö). Otros están claramente separados 2.º Estos adornos, fabricados por los neander-
por un nivel estéril del estrato inferior correspon- tales con los mismos materiales y formas que los
diente al Musteriense (Abrí Romaní, El Castillo, usados por los humanos modernos (Otte, 1979;
Labeko Koba, Saint Césaire, Trou Magrite, Geis- White, 2001), constituyen una serie de elementos
senklösterle, Bacho Kiro y Temnata). En los restan- con un claro simbolismo sobre la manifestación de
tes el Auriñaciense arcaico se sitúa directamente la individualidad social y/o personal, con suficien-
sobre el Musteriense o Chatelperroniense, o existe tes indicios como para pensar que algunos de ellos
entre ellos un estrato de dudosa interpretación se fabricaron con criterios técnicos propios. Así, se
(mezcla o indiferencia cultural) (L’Arbreda, Istu- descarta el intercambio o recogida de adornos
ritz, La Rochette, Grotta Fumane y Abri Mochi). abandonados por los humanos modernos, como

© Universidad de Salamanca Zephyrus, LXI, enero-junio 2008, 85-106


Ángel Rivera Arrizabalaga / Relación entre neandertales y cromañones: un enfoque cognitivo 101

forma única en la adquisición de elementos simbó- (McBrearty y Brooks, 2000; Mellars, 1989, 2005).
licos en los niveles chatelperronienses, apreciándo- Francia fue un lugar donde había una gran densi-
se una emulación realizada con tecnología propia de dad de neandertales al final del Paleolítico Medio
los neandertales. ¿Pero la emulación fue una simple (Gamble, 2001; Mellars, 1999, 2006). Esta situa-
imitación tecnológica, o la respuesta a la necesidad ción demográfica y el aparente carácter pasivo de
de simbolizar las diferencias sociales y/o indivi- la expansión auriñaciense (Fig. 2) justifican la tar-
duales entre los miembros de las poblaciones cha- día colonización de estas áreas por parte de los
telperronienses? Evidentemente, algunos nean- humanos modernos, pues la ocupación se realizaría
dertales, en ciertas condiciones demográficas y junto a la paulatina desaparición de los neanderta-
sociales relacionadas con la presencia de los huma- les, manteniendo un particular aislamiento social y
nos modernos y sus manifestaciones culturales geográfico (Mellars, 2005; Rivera, 2002, 2005).
específicas (cambios ambientales de matiz social y Sin embargo, entre las dos poblaciones se pro-
cultural), debieron de tener un estímulo y relación duciría un común proceso cognitivo, con consecuen-
específica. Tal relación estimularía el desarrollo de cias similares pero con diferente grado de desarro-
las capacidades cognitivas emergentes (individuali- llo. La producción de encuentros constantes y
dad social y/o personal), creando la necesidad de perdurables entre dos poblaciones con apreciables
simbolizarlas por medio de los adornos observados diferencias morfológicas y cognitivas, en lugares
entre los humanos modernos. con densidades demográficas importantes (en pobla-
3.º En el registro arqueológico suelen aparecer ciones de cazadores-recolectores) donde la evitación
simultáneamente tres tipos de avances muy relacio- de una mínima relación social tendría cierta difi-
nados entre sí (Beaure, 1999): los adornos, el uso cultad, debió de tener importancia para el desarro-
del hueso y asta como materia prima para útiles y llo cognitivo de ambas poblaciones. Se produciría la
adornos, y el desarrollo de la tecnología lítica adquisición de un mayor concepto sobre la identi-
(aumento de buriles, raspadores) para adecuarla al dad social como grupo diferente de los otros, y per-
trabajo de esta nueva materia (Eiroa et al., 1999). sonal como diferenciación entre los miembros del
Indicarían las soluciones empleadas (consecuencia mismo grupo con funciones sociales, culturales y
de la acción conjunta de la motivación, creativi- tecnológicas diferentes.
dad y funciones ejecutivas) por las poblaciones de Los humanos modernos llegaron a Europa con
humanos modernos y algunos neandertales, para un desarrollo cognitivo desconocido, pues ignora-
solucionar nuevos problemas (diferenciación social mos su origen geográfico y el grado de simbolismo
y/o personal), consecuencia del desarrollo cogniti- alcanzado antes de su llegada. Con motivo de los
vo emergente (Rivera, 2002, 2005). primeros encuentros con los neandertales, primero
¿Qué pudo pasar? El hecho de que sólo algunos en el este y posteriormente en el resto del continen-
neandertales del oeste europeo, tras el largo perio- te, pudieron desarrollar las capacidades cognitivas
do de lentos avances culturales del Paleolítico emergentes (individualidad social y personal, con
Medio, fueran capaces de desarrollar una cultura una mayor ubicación en el tiempo y en el espacio).
con niveles tecnológicos, sociales y simbólicos pro- No hay que olvidar que aunque hay antecedentes
pios del Paleolítico Superior, indica que de alguna tecnológicos del Auriñaciense en el Próximo
manera podían alcanzar las características cogniti- Oriente (Mellars, 2006) y/o en los Zagros (Olse-
vas de los humanos anatómicamente modernos. zewski, 2001), el desarrollo tecnológico (lítico y
Ahora bien, tras el estudio cognitivo realizado, hay óseo) y simbólico del Auriñaciense sólo está clara-
que pensar en la posibilidad de que la creatividad mente contrastado en Europa.
y motivación necesarias para la realización de tal Paralelamente, cada grupo de neandertales,
proceso, con la relativa rapidez que aparece en el más o menos aislado en sus respectivas zonas geo-
registro arqueológico, debió de proceder de ele- gráficas de influencia, pudo ir desarrollando este
mentos socioculturales ajenos a su población. No concepto dependiendo del grado de actividad
puede ser una simple coincidencia que tal hecho se social e intensidad demográfica que tuvieran.
produjera con la llegada del Homo sapiens sapiens Arqueológicamente sólo se constatan claros avan-
a nuestro continente, el cual, ya en ciertas zonas de ces con el Chatelperroniense y menos definidos en
África, había desarrollado unas formas culturales el Uluzziense, existiendo en el resto de las áreas
muy parecidas a las del Paleolítico Superior y, por europeas un silencio arqueológico muy definitorio
tanto, más complejas que la que pudieron desarro- sobre el resultado de la relación entre las dos
llar los neandertales en el Musteriense de Europa poblaciones. Donde existieran estas condiciones

© Universidad de Salamanca Zephyrus, LXI, enero-junio 2008, 85-106


102 Ángel Rivera Arrizabalaga / Relación entre neandertales y cromañones: un enfoque cognitivo

sociales y demográficas se produjo la motivación más pequeños y aislados social y geográficamente,


necesaria para elaborar elementos artificiales y sim- produce una menor viabilidad demográfica, al dis-
bólicos que marcasen tal diferencia entre grupos y, minuir su capacidad de reproducción por el aisla-
posiblemente, entre diversos elementos de una miento y aumento de las dificultades de supervi-
misma sociedad tras el desarrollo de la individuali- vencia (Mellars, 1998a). Al elevar la mortalidad
dad personal. Esta necesidad de diferenciarse infantil y disminuir su longevidad, en unos mile-
(motivación) incita a la creatividad para la realiza- nios se limitaría su permanencia demográfica. El
ción de elementos de adorno o de manifestación aumento de la tasa de mortalidad infantil de tan
individual social y/o personal. Los neandertales solu- sólo un 2%, justificaría su extinción en unos 1.000
cionaron esta necesidad copiando de los humanos años (Zubrow, 1989).
modernos las nuevas materias primas y las formas de Se produce un gradual y continuo aumento
identificación, aunque algunas serían realizadas de la población de los humanos anatómicamente
por ellos mismos. Todo indica que las característi- modernos, con el consiguiente aumento de compe-
cas sociales, demográficas y culturales del momen- tición entre las dos poblaciones sobre la ocupación
to impulsaron a los neandertales a una emulación y explotación de las zonas con intereses económi-
cognitiva y, por tanto, a un desarrollo cognitivo pro- cos (Hublin, 1998; Stringer y Gamble, 1996). La
pio, pero sólo en las poblaciones que se encontra- causa de la mayor capacidad competitiva de los
sen en las condiciones demográficas y sociales ya humanos modernos se basa en la creación de una
indicadas (Chatelperroniense y el Uluzziense). Así, tecnología más compleja, así como de la posesión
las dos poblaciones participan de las características de modelos más estructurados de organización social
cognitivas, sociales y culturales del patrimonio cog- y de comunicación, confiriendo a sus poseedores
nitivo humano, aunque con diferente grado de una eficacia adaptativa mucho mayor. Esto produ-
capacidad y desarrollo (Rivera, 2002, 2005). ce una inevitable situación de competición con los
neandertales, cuyo resultado pudo ser una gradual
contracción de sus poblaciones a zonas más limita-
3. Desaparición del Neandertal das en todo el continente (Gamble, 2001; Mellars,
1998a). En definitiva, la presión ambiental, tanto
Conocemos la existencia de una diferencia climática como la que representaba la presencia de
anatómica, neurológica y cognitiva entre las dos un nuevo y diferente grupo humano (competencia
poblaciones, que otorgan a los neandertales unas logística y geográfica), junto con sus propias carac-
menores capacidades cognitivas (funciones ejecuti- terísticas cognitivas (menor reflexividad y flexibili-
vas social y simbólica, creatividad y motivacional). dad conductual con la consecuente limitación
Teniendo en cuenta la interconexión funcional de social, cultural y demográfica), serían los motivos
todas las capacidades cognitivas, el resultado sería, que, tras el largo periodo de convivencia, les lleva-
en comparación con los humanos modernos, una rían a su desaparición en Europa.
manifestación cultural marcada por la disminución
de su flexibilidad conductual, lo que supone una
menor capacidad de adaptabilidad (creación de nue- 4. Conclusiones
vas técnicas, mejores relaciones sociales, migración
a otros lugares mejor conocidos, etc.), junto con La realidad prehistórica debe realizarse con
una menor rapidez en la respuesta a los cambios amplios estudios sobre la población que la produ-
climáticos, sociales y demográficos del inicio del ce, pero considerada durante todo el tiempo de
Paleolítico Superior. Durante este periodo el clima su existencia y dentro del espacio geográfico de su
ofrece unos cambios importantes y peculiares, extensión. Si se valoran exclusivamente procesos
tanto por la oscilación en el cambio de temperatu- culturales de carácter local como el Chatelperro-
ra como por la rapidez en su ritmo de alternancia, niense, puede que obtengamos respuestas parciales
como puede verse en los registros de los núcleos de y, por tanto, no muy precisas. El modelo explica-
hielo de Groenlandia (GISP2, GRIP) (Mellars, tivo usado debe aclarar tanto el desarrollo simbóli-
1998a; Rivera, 2002, 2004b). Hemos visto que los co y tecnológico del Chatelperroniense como lo
aspectos sociales de los grupos de neandertales pre- sucedido con el resto de la población de neanderta-
sentaban una menor complejidad y estructuración, les (perduración del Musteriense, culturas centro-
así como cierto aislamiento cultural y geográfico. europeas o la simple desaparición). Es muy fre-
La consecuente fragmentación social, con grupos cuente achacar una menor capacidad cognitiva o

© Universidad de Salamanca Zephyrus, LXI, enero-junio 2008, 85-106


Ángel Rivera Arrizabalaga / Relación entre neandertales y cromañones: un enfoque cognitivo 103

inteligencia al Neandertal para explicar su depen- BOËDA, E. (1990): “De la surface au volume, analyse des
dencia conductual de los humanos modernos, así conceptions, des débitages Levallois et laminaire.
como su definitiva desaparición (Chase y Dibble, Paléolithique moyen et Paléolithique supérieur
1987; Klein, 1994; Mellars, 1989, 2005; Noble y ancian en Europe”, Memóires du Musée de Prehis-
Davidson, 1993; Stringer y Gamble, 1996). Sin toire d’Île de France, 3, pp. 63-68.
BOGIN, B. (1999): “Evolutionary Perspective on Human
embargo, tal afirmación, sin fundamentos que jus-
Growth”, Annu. Rev. Anthropol., 28, pp. 109-153.
tifiquen esta diferencia cognitiva, no pasa de ser BRICKER, M. H. y LAVILLE, H. (1977): “Le gisement châ-
una simple hipótesis a demostrar. Con los métodos telperronien de plein air des Tambourets (Couladè-
tradicionales de la Arqueología parece una tarea re, Haute-Garonne)”, Bulletin de la Société préhisto-
casi imposible, pues con ellos es difícil comprender rique Française, tome 74, fasc. 2, pp. 505-517.
el porqué y el cómo de la producción de los proce- BROGLIO, A.; ANGELUCCI, D. E.; PERESANI, M.; LEMORI-
sos relacionados con los conceptos sociales, simbó- NI, C. y ROSSETI, P. (1996): “L’industrie protoaurig-
licos y cognitivos. No hay que olvidar que lo que se nacienne de la Grotta di Fumane: donnees prelimi-
estudia es la producción tecnológica, social y sim- naires”. En XIII U.I.S.P.P. Congress Proceedings.
bólica de los seres humanos, lo que es difícil de rea- Forlì, pp. 8-14.
lizar sin una mínima comprensión de los procesos BRUNER, E.; MANZI, G. y ARSUAGA, J. L. (2003): “Ence-
cognitivos que los hacen posibles. Parece necesa- phalization and allometric trajectories in the genus
rio seguir las directrices que indica el modelo Homo: Evidence from the Neandertal and modern
multidisciplinar (biológico y psicológico) para su lineages”, PNAS, 100 (26), pp. 15335-15340.
BUFILL, E. y CARBONELL, E. (2004): “Conducta simbó-
mejor interpretación. Así, en vez de una hipótesis
lica y neuroplasticidad: ¿un ejemplo de coevolu-
de trabajo de difícil comprobación, obtendremos ción gen-cultura?”, Revista de Neurología, 39 (1),
una tesis con un nivel de certeza aceptable, lo que pp. 48-55.
sin duda, y debido a la parquedad de los datos y CABRERA, V.; MAÍLLO, J. M.; LLORET, M. y BERNALDO DE
medios interpretativos de que disponemos, no es QUIRÓS, F. (2001): “La transition vers le Paléolithi-
poco. que supérieur dans la grutte du Castillo (Cantabrie,
Espagne): la couche 18”, L’Anthropologie, 105, pp.
505-532.
Bibliografía CARBONELL, E.; CEBRIÀ, A.; ALLUÉ, E.; CÁCERES, I.; CAS-
TRO, Z.; DÍAZ, R.; ESTEBAN, M.; OLLÉ, A.; PASTÓ, I.;
ADAMS, B. (1998): The Middle to Upper Paleolithic Tran- RODRÍGUEZ, X. P.; ROSELL, J.; SALA, R.; VALLVERDÚ,
sition in Central Europe. BAR International Series, J.; VAQUERO, M. y VERGÉS, J. M. (1996): “Behaviou-
639. ral and organizational complexity in the Middle
ALLEGRI, R. F. y HARRIS, P. (2001): “La corteza prefron- Palaeolithic from the Abric Romaní”. En CARBO-
tal en los mecanismos atencionales y la memoria”, NELL, E. y VAQUERO, M. (eds.): The Last Neander-
Rev. Neurol., 32 (5), pp. 449-453. tals. The First Anatomically Modern Humans. Tarra-
ARRIZABALAGA, A. y ALTUNA, J. (2000): “Labeko Koba gona: URV, pp. 251-266.
(País Vasco): Hienas y humanos en los albores del CARROLL, S. B. (2005): Endless Forms Most Beautiful:
Paleolítico superior”, Munibe, 52. The New Science of Evo Devo and the Making of
BAFFIER, D. (1999): Les derniers Néandertaliens. Le Châ- the Animal Kingdom. W. W. Norton and Company.
telperronien. Paris: Éd. La Maison des Roches. CHASE, P. G. y DIBBLE, H. L. (1987): “Middle Paleolithic
BARKLEY, R. A. (2001): “The executive functions and symbolism: A review of Current evidence and inter-
self-regulation: an evolutionary neuropsychological pretations”, Journal of Anthropological Archaeology,
perspective”, Neoropsychol. Rev., 11, pp. 1-29. 6, pp. 263-296.
BEAURE, S. (1999): “De la pierre à l’os: ou comment CHURCHILL, S. E. (1998): “Could Adaptation, Hetero-
reconstituer des chaînes techniques opératoires chrony, and Neandertals”, Evolutionary Anthropo-
impliquant l’os et la pierre”. En CAMPS-FABRER, H.: logy, 7, pp. 45-60.
Préhistoire D’os: recueil d’études sur l’industrie CONARD, N. J. y BOLUS, M. (2003): “Radiocarbon
osseuse préhistorique. Université de Provence. Dating the Appearance of Modern Humans and
BELINCHÓN, M.; IGOA, J. M. y RIVIÈRE, A. (1992): Psico- Timing of Cultural Innovations in Europe: New
logía del lenguaje. Investigación y teoría. Madrid: Results and new Challenges”, Journal of Human
Trotta. Evolution, 44, pp. 333-373.
BERMÚDEZ DE CASTRO, J. M. y DOMÍNGUEZ-RODRIGO, COOLIDGE, F. L. y WYNN, T. (2001): “Executive func-
M. (1992): “Heterochrony and the paleoanthropo- tions of the frontal lobes and the evolutionary
logical record: the origins of the genus Homo recon- ascendancy of Homo sapiens”, Cambridge Archaeol.
sidered”, Trabajos de Prehistoria, 49, pp. 51-68. Journal, 11, pp. 255-260.

© Universidad de Salamanca Zephyrus, LXI, enero-junio 2008, 85-106


104 Ángel Rivera Arrizabalaga / Relación entre neandertales y cromañones: un enfoque cognitivo

— (2004): “A cognitive and neuropsychological pers- western Europe: elements of stability and variabi-
pective on the Châtelperronian”, Journal of Anthro- lity”, Journal of Anthropological Archaeology, 12,
pological Research, 60, pp. 55-73. pp. 211-265.
DE LA TORRE, I. y DOMÍNGUEZ RODRIGO, M. (2001): FORTEA PÉREZ, J. (1994): “Los santuarios exteriores en
“¿Diferencias conductuales entre neandertales y el Paleolítico Cantábrico”. En CHAPA, T. y MENÉN-
humanos modernos?: El caso del Paleolítico medio DEZ, M. (eds.): Arte Paleolítico. Complutum, 5, pp.
en el Próximo Oriente”, Trabajos de Prehistoria, 58 203-220.
(1), pp. 29-50. — (1995): “Abrigo de La Viña. Informe y primera
D’ERRICO, F. (2003): “The Invisible Frontier. A Multiple valoración de las campañas 1991 a 1994”. En Exca-
Species Model for the Origin of Behavioral Moder- vaciones Arqueológicas en Asturias. Junta del Princi-
nity”, Evolutionary Anthropology, 12, pp. 188-202. pado de Asturias, pp. 19-32.
D’ERRICO, F.; HENSHILWOOD, Ch.; LAWSON G.; VANHAE- FUSTER, J. M. (2002): “Frontal lobe and cognitive deve-
REN, M.; TILLIER, A. M.; SURESSI, M.; BRESSON, F.; lopment”, Journal Neurocytol., 31 (3-5).
MAUREILLE, B.; NOWELL, A.; LAKARRA, J.; BACK- GAMBLE, C. (1999): “Gibraltar and Neandertals 1848-
WELL, L. y JULIEN, M. (2003): “Archaeological Evi- 1998”, Journal of Human Evolution, 36 (2), pp.
dence for the Emergence of Language, Symbolism, 239-243.
and Music–An Alternative Multidisciplinary Pers- — (2001): Las sociedades paleolíticas de Europa. Barce-
pective”, Journal of World Prehistory, 17 (1), pp. 1-70. lona: Ariel Prehistoria.
D’ERRICO, F.; ZILHÃO, J.; JULIEN, M.; BAFFIER, D. y GINTER, B. et al. (1996): “Transition in the Balkans: news
PELEGRIN, J. (1998): “Neanderthal acculturation in from the Temnata Cave, Bulgaria”. En CARBONELL,
western Europe? A critical review of the evidence E. y VAQUERO, M. (eds.): The Last Neandertals, The
and its interpretation”, Current Anthropology, 39 First Anatomically Modern Humans. Tarragona:
(supl.), pp. 1-44. URV, pp. 251-266.
DJINDJIAN, F.; KOZLOWSKI, J. y OTTE, M. (1999): Le GOULD, S. J. (1977): Ontogeny and phylogeny. Cambrid-
Paléolithique supérieur en Europe. Paris: Armand ge, Mass: Harvard University Press.
Colin. — (1991): “Exaptation: A crucial tool for evolutionary
EIROA, J. J.; BACHILLER GIL, J. A.; CASTRO PÉREZ, L. y psychology”, Journal of Social Issues, 47, pp. 43-65.
LOMBA MAURANDI, J. (1999): Nociones de tecnología HARROLD, F. J. (1989): “Musterian, Châtelperronian and
y tipología en Prehistoria. Barcelona: Ariel Historia. early Aurignacian in western Europe: continuity or
ELDREDGE, N. y GOULD, S. J. (1972): “Punctuated equi- discontinuity?”. En MELLARS, P. y STRINGER, C.
libria; an alternative to phyletic gradualism”. En (eds.): The human revolution: behavioural and biolo-
SCHOPF, T. J. M. (ed.): Models of Paleobiology. San gical perspectives on the origins of modern humans.
Francisco: Freeman, Cooper. Edinburgh: Edinburgh University Press.
ENARD, W.; PRZEWORSKI, M.; FISHER, S. E.; LAI, C. S.; HARROLD, F. B. y OTTE, M. (2001): Time, Space, and Cul-
WIEBE, V.; KITANO, T.; MONACO, A. P. y PÄÄBO, S. tural Process in the European Middle. BAR interna-
(2002): “Molecular evolution of FOXP2, a gene tional Series, 1005.
involved in speech and language”, Nature, 418, pp. HUBLIN, J. J. (1998): “A Mediterranean Perspective on
869-872. Human Evolution in Europe during the Middle
ESPARZA, J. (1995): La cueva de Isturiz, su yacimiento y Late Pleistocene”. En Gibraltar and the Neander-
sus relaciones con la Cornisa Cantábrica durante el thals. Abstracts. 28th-30th. August 1998. Gibraltar.
Paleolítico superior. Madrid: UNED. — (1999): “Derniers néandertaliens et premiers euro-
ESTÉVEZ GONZÁLEZ, A.; GARCÍA SÁNCHEZ, C. y BARRA- péens modernes”, Pour la Science h.s., 22, pp. 110-118.
QUER BORDAS, Ll. (2000): “Los lóbulos frontales: el JÓDAR VICENTE, M. (2004): “Funciones cognitivas del
cerebro ejecutivo”, Rev. Neurol., 31 (6), p. 566. lóbulo frontal”, Rev. Neurol., 39 (2), p. 178.
FARIZY, C. y DAVID, F. (1992): “Subsistence and beha- KANE, M. J. y ENGLE, R. W. (2002): “The role of pre-
vioural patterns of some Middle Palaeolithic local frontal cortex in working-memory capacity, exe-
groups”. En DIBBLE, H. L. y MELLARAS, P. (eds.): cutive attention, and general fluid intelligence: an
The Middle Palaeolithic: adaptation, behaviour and individual-differences perspective”, Psychonomic
variability. Philadelphia: University of Pennsylvania. Bulletin and Review, 9, pp. 637-671.
FINLAY, B. L.; CHEUNG, D. y DARLINGTON, R. B. (2005): KLEIN, R. G. (1994): “The problem of modern humans
“Developmental constraints on or developmental origins”. En NITECKI, M. H. y NITECKI, D. V. (eds.):
structure in brain evolution?”. En MUNAKATA, Y. y Origins of anatomically modern humans. New York:
JOHNSON, M. (eds.): Attention and Performance XXI Plenum Press.
“Processes of Change in Brain and Cognitive Deve- KNECHT, H. (1993): “Splits and Wedges: The Techni-
lopment”. Oxford University Press, pp. 131-162. ques and Technology of Early Aurignacian Antler
FLÉBLOT-AUGUSTINS, J. (1993): “Mobility strategies in Working”. En KNECHT, H.; PIKE-TAY, A. y WHITE,
the late Middle Palaeolithic of central Europe and R. (dirs.): Before Lascaux: the complex record of the

© Universidad de Salamanca Zephyrus, LXI, enero-junio 2008, 85-106


Ángel Rivera Arrizabalaga / Relación entre neandertales y cromañones: un enfoque cognitivo 105

Early Upper Paleolithic. Boca Raton: CRC Press, pp. — (1998): “The fate of the Neanderthals”, Nature, 395,
137-162. pp. 539-540.
KOZLOWSKI, J. K. (ed.) (1982): Excavation in the Bacho — (1998a): “The impact of climatic changes on the
Kiro cave, Bulgaria (Final Report). Pánstwowe demography of late Neandertal and early anatomi-
Wydarunictwo, Naukowe, Warszawa. cally modern populations in Europe”. En AKAZAWA
— (1998): “The Middle and the Early Upper Paleoli- et al.: Neandertals and Modern Humans in Western
thic around the Black Sea”. En AKAZWA et al.: Nean- Asia. New York: Plenum Press.
derthals and Modern Humans in Western Asia. New — (1999): “The neanderthal problem continued”,
York: Plenum Press. Current Anthropology, 40, pp. 341-350.
KOZLOWSKI, J. K. y OTTE, M. (2000): “The formation of — (2005): “The Impossible Coincidence. A Single-
the Aurignacian in Europe”, J. Anthropol. Res., 56, Species Model for the Origins of Modern Human
pp. 513-534. Behavior in Europe”, Evolutionary Anthropology,
KUHN, S. L. y STINER, M. (1998): “The Earliest Aurigna- 14, pp. 12-27.
cian of Riparo Mochi (Liguria, Italy)”, Current — (2006): “Archaeology and the Dispersal of Modern
Anthropology, 39, supplement 3, pp. 175-188. Humans in Europe: Deconstructing the ‘Aurigna-
LALUEZA FOX, C. (2005): Genes de neandertal. Madrid: cian’”, Evolutionary Anthropology, 15, pp. 167-182.
Síntesis. MENÉNDEZ, M. (1996): Los primeros europeos. Madrid:
LEROI-GOURHAN, A. (1961): “Les fouilles d’Arcy-sur- Arco/Libros.
Cure (Yonne, France)”, Gallia Préhistoire, 4, pp. MITHEN, S. (1998): Arqueología de la mente. Barcelona:
3-16. Crítica.
LÉVÈQUE, F. (1993): “Les données du gisement de Saint MORA, F. (2001): El reloj de la sabiduría. Tiempos y
Césaire et la transition Paléolithique moyen/supé- espacios en el cerebro humano. Madrid: Alianza
rieur en Poitou-Charentes”. En CABRERA, V. (ed.): Editorial.
El origen del hombre moderno en el suroeste de Euro- MORALES GRAJERA, P. J. (1998): “Yacimientos Chatelpe-
pa. Madrid: UNED. rronienses en el Norte de España”, Espacio, Tiempo
LIEBERMAN, D. E.; MCBRATNEY, B. M. y KROVITZ, G. y Forma. Serie I, Prehistoria y Arqueología, 11.
(2002): “The evolution and development of cranial Madrid: UNED.
form in Homo sapiens”, PNAS, 99 (3), pp. 1134-1139. MOVIUS Jr., H. L. (1995): “Abri de la Rochette”. En
LIEBERMAN, D. E.; PEARSON, O. M. y MOWBRAY, K. M. BRICKER, H. M. (dir.): Le Paléolithique supérieur de
(2000): “Basicraneal influence on overall cranial l’abri Pataud. Inventaire analytique des sites aurigna-
shape”, Journal of Human Evolution, 38, pp. 291-315. ciens et périgordiens de Dordogne. Documents D’Ar-
LURIA, A. R. (1966): Higher Cortical Function in Man. quéologie Française, 50. Paris.
New York: Basic Books. MUNSON, P. y MAREAN, C. (2003): “Adults only? A
MAROTO, J.; SOLER, N. y FULLOLA, J. M. (1996): “Cultu- reconsideration of Middle Paleolithic ‘prime domi-
ral change between Middle and Upper Palaeolithic nated’ reindeer hunting at Salzgitter Lebenstedt”,
in Catalonia”. En CARBONELL, E. y VAQUERO, M. Journal Hum. Evol., 44, pp. 262-273.
(eds.): The Last Neandertals, The First Anatomically NOBLE, W. y DAVIDSON, I. (1993): “Tracing the emergen-
Modern Humans. Tarragona: URV, pp. 51-76 ce of modern human behaviour: Methodological
MAROTO, J.; VAQUERO, M.; ARRIZABALAGA, A.; BAENA, pitfalls and a theoretical path”, J. of Anthropological
J.; CARRIÓN, E.; JORDÁ, J. F.; MARTINÓN, M.; Archaeology, 12, pp. 121-149.
MENÉNDEZ, M.; MONTES, R. y ROSELL, J. (2005): — (1996): Human Evolution, Language and Mind.
“Problemática cronológica del final del Paleolítico Cambridge: Cambridge University Press.
Medio en el Norte Peninsular”. En Neandertales OLSEZEWSKI, D. (2001): “Ruminations on the Early
cantábricos. Estado de la Cuestión. El Paleolítico Upper Paleolithic and a Consideration of the
Medio cantábrico: hacia una revisión actualizada de Zagros Aurignacian”. En HAYS, M. y THACKER, P.
su problemática. Monografías, 20. Santander: Museo (eds.): Questioning the Answers: Re-solving Funda-
de Altamira, pp. 101-114. mental Problems of the Early Upper Paleolithic. BAR
MARSHACH, A. (1990): Early Hominid Symbol and Evo- international Series, 1005.
lution of the Human Capacity. The emergence of OTTE, M. (1979): Le Paléolithique supérieur ancien en
modern humans. Edinburgh University Press. Belgique. Musées Royaux d’Art et d’Histoire. Bru-
MCBREARTY, S. y BROOKS, A. (2000): “The revolution xelles: Monographie d’archéologie nationals.
that wasn’t: a new interpretation of the origin of OTTE, M. y STRAUS, L. G. (1995): Le Trou Magritte: Foui-
modern human behaviour”, Journal of Human Evo- lles 1991-1992. Liège: ERAUL.
lution, 39, pp. 453-563. PALMA DI CESNOLA, A. (1993): Il Paleolitico superiore in
MELLARS, P. A. (1989): “Major issues in the emergence Italia. Firenze: Garlatti e Razzai.
of modern humans”, Current Anthropology, 30 (3), PERLÈS, C. (1990): “Compte-rendu de Paléolithique
pp. 349-385. moyen récent et Paléolithique supérieur ancien en

© Universidad de Salamanca Zephyrus, LXI, enero-junio 2008, 85-106


106 Ángel Rivera Arrizabalaga / Relación entre neandertales y cromañones: un enfoque cognitivo

Europe. Colloque de Nemours”, Bulletin de la in Iberia”. En CARBONELL, E. y VAQUERO, M. (eds.):


Société Préhistorique Française, 87. The Last Neandertals, The First Anatomically
PIKE-TAY, A. y KNECHT, H. (1993): “La caza y la transi- Modern Humans. Tarragona: URV, pp. 51-76.
ción del Paleolítico Superior”. En CABRERA, V. (ed.): STRINGER, C. B. y DAVIES, W. (2001): “Those elusive
El origen del hombre moderno en el suroeste de Euro- Neanderthals”, Nature, 413, p. 791.
pa. Madrid: UNED. STRINGER, C. y GAMBLE, C. (1996): En busca de los Nean-
PONCE DE LEÓN, M. y ZOLLIKOFER, Ch. (2001): “Nean- dertales. Barcelona: Ed. Crítica.
derthal cranial ontogeny and its implications for late SVOBODA, J.; LOZEK, V. y VLCEK, E. (1996): Hunters bet-
hominid”, Nature, 412, pp. 534-538. ween East and West. The Paleolithic of Moravia.
RIVERA, Á. (1998): “Arqueología del lenguaje en el pro- New York and London: Plenum Press.
ceso evolutivo del Género Homo”, Espacio, Tiempo TABORIN, Y. (1993): La parure en coquillage au Paléolithi-
y Forma. Serie I, Prehistoria y Arqueología, 11. que. Gallia Préhistoire, suplement 29. Paris: CNRS.
Madrid: UNED. TURQ, A. (1993): “L’approvisionnement en matières pre-
— (2002): Arqueología cognitiva. Elaboración sobre un mièrers lithiques au Moustérien et au début du
modelo psicobiológico sobre el origen y desarrollo de Paléolithique supérier dans le nord-est du basin
la conducta simbólica humana. Su aplicación en la Aquitain (France)”. En CABRERA VALDÉS, V. (ed.):
transición del Paleolítico medio al superior. Tesis El origen del hombre moderno en el suroeste de Euro-
doctoral inédita. Madrid: UNED. pa. Madrid: UNED.
— (2004a): “Arqueología cognitiva. Una orientación VALOCH, K. (1996): “Le Paléolithique en Tchéquie et en
psicobiológica”, ArqueoWeb, 6 (1). Universidad Slovaquie”, Prehistoire d’Europe, 3, p. 1.
Complutense de Madrid. URL: http://www.ucm.es/ WHITE, R. (1993): “A technological View of Castelperro-
info/arqueoweb/index.htm. nian and Aurignacian Body Ornaments in France”.
— (2004b): “Paleoclimatología y cronología del Würm En CABRERA, V. (ed.): El origen del hombre moderno
reciente: Un intento de síntesis”, Zephyrus, vol. en el suroeste de Europa. Madrid: UNED.
LVII, pp. 27-53. — (2001): “Personal ornaments from the Grotte du
— (2005): Arqueología cognitiva. El origen del simbolis- Renne at Arcu-sur-Cury”, Athna Rev., 2, pp. 41-46.
mo humano. Madrid: Arco/Libros. WILKINS, W. y DUMFORS, J. (1990): “In defence of exap-
SEMENDEFERI, K.; LU, A.; SSCHENKER, N. y DAMASIO, H. tation”, The Behavioural and Brain Sciences, 13, pp.
(2002): “Humans and great apes share a large fron- 763-764.
tal cortex”, Nature neuroscience, 5 (3), pp. 272-276. WYNN, T. y COOLIDGE, F. L. (2004): “The expert Nean-
SKOYLES, J. R. (1999): “Neural plasticity and exapta- derthal mind”, Journal of Human Evolution, 46, pp.
tion”, American Phychologist, 54, pp. 438-439. 467-487.
STEELE, J. (1994): “Communication networks and dis- YRAVEDRA SÁINZ DE LOS TERREROS, J. (2002): “Subsis-
persal patterns in human evolution: a simple simu- tencia en la transición del Paleolítico Medio al
lation model”, World Archaeology, 26, pp. 126-143. Paleolítico Superior de la Península Ibérica”, Traba-
STINER, M. C.; MUNRO, N. D.; SUROVELL, T. A.; TCHER- jos de Prehistoria, 59 (1), p. 9.
NOV, E. y BAR-YOSEF, O. (1999): “Paleolithic Popu- ZILHÃO, J. y D’ERRICO, F. (1999): “The chronology and
lation Growth Pulses Evidenced by Small Animal taphonomy of the earliest Aurignacian and its impli-
Exploitation”, Science, 8. cations for the understanding of Neandertal extin-
STRAUS, L. G. (1982): “Comment on: Rethinking the tion”, Journal of World Prehistory, 13 (1), pp. 1-68.
Middle/ Upper Paleolithic transition, by R. White”, ZUBROW, E. (1989): “The demographic modelling of
Current Anthropology, 23, pp. 185-186. Neanderthal extinction”. En MELLARS, P. y STRIN-
— (1996): “Continuity or rupture: convergence or inva- GER, C. (eds.): The Human Revolution Behavioural
sion: adaptation or catastrophe: mosaic or monolith: and Biological Perspectives in the Origins of Modern
view on the Middle to Upper Paleolithic transition Humans. Edinburgh Univ. Press.

© Universidad de Salamanca Zephyrus, LXI, enero-junio 2008, 85-106

You might also like