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Trauma Facial por Alta Energía

Armonía y funcionalidad en el rostro

-Trabajadores con severos daños craneofaciales son tratados


y rehabilitados en el Servicio de Cirugía Máxilo Facial del
Hospital del Trabajador de Santiago.

-Piezas óseas sustitutas que no provocan reacciones de


rechazo a los implantes serán probadas en la reconstrucción
del rostro.

Desde que reconocemos nuestro cuerpo como propio el rostro es tal vez la
parte que mejor representa nuestra individualidad como seres humanos. A
través de él expresamos la risa, el llanto y los sentimientos que llevamos
dentro. Un rostro armónico contribuye sin duda a aumentar nuestra autoestima
y a sentirnos aceptados por los demás. Si bien nuestra primera reacción frente
al peligro sea cubrirnos la cara el objetivo se anula frente a un trauma facial
por alta energía, que conlleva a daños severos que comprometen
simultáneamente todos los segmentos faciales. “Es el tipo de trauma donde
uno mira al enfermo y dice por donde empiezo”, reconoció el médico cirujano
Jorge Lankin, jefe del Servicio de Cirugía Máxilo Facial del Hospital del
Trabajador de Santiago (HTS), institución pionera en Chile en reconstrucción
facial por traumas severos o por alta energía.

El HTS atiende anualmente alrededor de 1.800 enfermos nuevos de trauma


facial, de los cuales un centenar son considerados de trauma por alta energía.
Si bien la severidad del daño ha ido en aumento, esta realidad va acompañada
de una mejoría en los sistemas de diagnóstico, que incrementan la posibilidad
de darle una solución satisfactoria al trauma más complejo. Un hito de esta
especialidad fue la incorporación de la tecnología de osteosíntesis con
plaquitas y tornillos de titanio, un material biocompatible ( el organismo no lo
rechaza),, moldeable y resistente, que no altera ni afecta la nitidez de una
radiografía.

En equipo
El ejemplo que mejor grafica la eficiencia del sistema es el tratamiento y
rehabilitación a que fue sometido José Millalaf, un modesto trabajador
agrícola de Osorno, quien al caer dentro de una máquina revolvedora de guano
un aspa le fracturó y desprendió parte de la mandíbula y cuello y todo el
mentón. Este enfermo fue atendido en primera instancia en una clínica de
Osorno, para ser luego trasladado al HTS como accidente de trabajo. Gracias a
la moderna infraestructura del Hospital en general y al Servicio de Cirugía
Máxilo Facial, integrado por reconocidos especialistas médicos y odontólogos,
Millalaf fue objeto de una tecnología de diagnóstico y tratamiento del más alto
nivel.

Desde el accidente Millalaf ha sido sometido a 18 operaciones con largos


periodos de reposo. En cada etapa del tratamiento y rehabilitación ha
participado un especialista distinto. El doctor Rodrigo Villalobos, cirujano de
cabeza y cuello, le armó la mandíbula con huesos extraídos del hombro y de la
cadera, que se unieron con plaquitas de titanio. Le fabricó el labio con un
colgajo irrigado por el mismo paciente. Al doctor Javier Arechaga le
correspondió instalar los implantes dentales, con lo cual Millalaf no sólo
recuperó la armonía de su rostro sino además su funcionalidad. “Cada
especialista ha liderado el tratamiento en la parte que le corresponde y en
conjunto hemos discutido el caso y decidido las conductas a seguir con la
opinión del paciente”, aseveró el doctor Lankin.

Este es un buen ejemplo de cómo debe enfrentarse el trauma, porque hay un


manejo y trabajo en equipo dentro del servicio. Además de los cirujanos
participan anestesistas, especialistas en salud mental, la UCI, radiología,
enfermeras, auxiliares, asistentes sociales.

En este difícil trayecto José Millalaf “ nos ha dado lecciones de entereza, ha


estado dispuesto a aceptar lo que sea por recuperarse”, reconoció el doctor
Lankin. Prueba de ello es que durante el tiempo que ha durado su tratamiento
y rehabilitación el fundo donde trabajaba quebró y desapareció como empresa,
se quedó sin trabajo y por su aspecto nadie lo contrataba. “Conversando con él
descubrimos que le gustaba la gasfitería y lo envíamos a Inacap de Osorno
donde hizo un curso de gasfitería. Hoy es gásfiter, no necesita empleador y le
va estupendo. Millalaf no sólo está rehabilitado de su cara, también se ha
reincorporado a la vida familiar y al trabajo con una autoimagen y autoestima
alta”, agregó el especialista.

Nuevas tecnologías
El principio terapéutico del trauma facial por alta energía es reubicar las partes
óseas y favorecer su regeneración. Para hacer menos invasiva la
reconstrucción del rostro en los próximos meses el HTS comenzará a probar
un nuevo material, que consiste en piezas óseas sustitutas de origen humano, a
las cuales se les extraen las proteínas que provocan rechazo a los implantes y
se les incorporan otras que estimulan su aceptación e inducen a la formación
de hueso en el paciente.

Hasta ahora las reconstrucciones se realizan con partes óseas que se extraen
del mismo paciente, por lo general del cráneo, costillas y caderas, evitando
con ello reacciones de rechazo. Sin embargo, estas nuevas piezas óseas
sustitutas sintéticas han demostrado tener las mismas ventajas que las
originales usadas hasta ahora. Prueba de ello es que ya han sido probadas en el
tratamiento de traumas de manos en el HTS.

Recuadro:

Simposio latinoamericano

Por su incesante labor de perfeccionamiento y capacitación en Chile y el


extranjero, así como la organización de cursos que han permitido extender
estos conocimientos, el Hospital del Trabajador ideó, organizó y programó el
Simposio Avanzado AO “Trauma Facial por Alta Energía”, realizado el 28 y
29 de octubre pasado en el HTS. Al evento fueron invitados cuatro connotados
especialistas extranjeros, todos de gran nivel: el doctor Beat Hammer, de
Suiza; el doctor John Froedel, de Estados Unidos; el doctor Carlos Ries
Centeno, de Argentina; y el doctor Sylvio de Moraes, de Brasil. En una
iniciativa conjunta del HTS y AO Internacional se coordinaron simposios
similares en Buenos Aires y Río de Janeiro, concretándose con ello un evento
del cono sur latinoamericano. A los respectivos cursos se sumó un
representante chileno. “Fue una actividad muy exitosa, de muy buen nivel y
una excelente oportunidad para intercambiar nuestras experiencias con el resto
de la comunidad profesional de Chile y países latinoamericanos de lo
realizado en los últimos diez años”, acotó el doctor Lankin.

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