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Desde que reconocemos nuestro cuerpo como propio el rostro es tal vez la
parte que mejor representa nuestra individualidad como seres humanos. A
través de él expresamos la risa, el llanto y los sentimientos que llevamos
dentro. Un rostro armónico contribuye sin duda a aumentar nuestra autoestima
y a sentirnos aceptados por los demás. Si bien nuestra primera reacción frente
al peligro sea cubrirnos la cara el objetivo se anula frente a un trauma facial
por alta energía, que conlleva a daños severos que comprometen
simultáneamente todos los segmentos faciales. “Es el tipo de trauma donde
uno mira al enfermo y dice por donde empiezo”, reconoció el médico cirujano
Jorge Lankin, jefe del Servicio de Cirugía Máxilo Facial del Hospital del
Trabajador de Santiago (HTS), institución pionera en Chile en reconstrucción
facial por traumas severos o por alta energía.
En equipo
El ejemplo que mejor grafica la eficiencia del sistema es el tratamiento y
rehabilitación a que fue sometido José Millalaf, un modesto trabajador
agrícola de Osorno, quien al caer dentro de una máquina revolvedora de guano
un aspa le fracturó y desprendió parte de la mandíbula y cuello y todo el
mentón. Este enfermo fue atendido en primera instancia en una clínica de
Osorno, para ser luego trasladado al HTS como accidente de trabajo. Gracias a
la moderna infraestructura del Hospital en general y al Servicio de Cirugía
Máxilo Facial, integrado por reconocidos especialistas médicos y odontólogos,
Millalaf fue objeto de una tecnología de diagnóstico y tratamiento del más alto
nivel.
Nuevas tecnologías
El principio terapéutico del trauma facial por alta energía es reubicar las partes
óseas y favorecer su regeneración. Para hacer menos invasiva la
reconstrucción del rostro en los próximos meses el HTS comenzará a probar
un nuevo material, que consiste en piezas óseas sustitutas de origen humano, a
las cuales se les extraen las proteínas que provocan rechazo a los implantes y
se les incorporan otras que estimulan su aceptación e inducen a la formación
de hueso en el paciente.
Hasta ahora las reconstrucciones se realizan con partes óseas que se extraen
del mismo paciente, por lo general del cráneo, costillas y caderas, evitando
con ello reacciones de rechazo. Sin embargo, estas nuevas piezas óseas
sustitutas sintéticas han demostrado tener las mismas ventajas que las
originales usadas hasta ahora. Prueba de ello es que ya han sido probadas en el
tratamiento de traumas de manos en el HTS.
Recuadro:
Simposio latinoamericano