IGLESIA DE DIOS, Territorio Centro Norte

LIDERAZGO, Esto es Liderazgo

LECCION DOS

ESTO ES
LIDERAZGO
“Anhela ser un triunfador, has
uso de todas tus fuerzas para obtenerlo,
y cuando lo hayas alcanzado,
entenderás que sólo has escalado el
primer peldaño de la escalera que te
llevará al éxito..”

IMPORTANCIA DE GUIAR A OTROS

Uno de los más grandes desafíos que pueda tener cualquier pastor o líder principal
radica en formar a los miembros de su congregación o grupo en buenos líderes, pues el
día que se deje de hacer esto, se dejará de crecer. Dios envía gente muy valiosa a cada
congregación, lamentablemente por falta de oportunidades para ellos, el mundo los
puede reclutar ofreciéndoles cosas aparentemente sensacionales, pero el objetivo es
sacarlos de la senda correcta, que es el liderazgo cristiano.

Liderar consiste en ejercer influencia sobre otros logrando el desarrollo de su más

alto potencial. Esta influencia abarca moldear el carácter, el descubrimiento de valores y
el reconocimiento de cualidades. En su mejor contexto, el verdadero liderazgo es el que
permite dirigir al individuo hasta su realización personal; en otras palabras, el líder de
éxito es el que procura dar lo mejor de sí, influenciando positivamente en otros, para que
éstos hagan lo mismo con otros. La manera como el Señor ejerció su liderazgo consistió
siempre en motivar a sus discípulos para que, de buena voluntad, actitud correcta y
diligencia, cumplieran el deseo del corazón; y fue tan efectivo el trabajo que el Señor
desarrolló en sus doce, que éstos no sólo se esforzaron por dar a conocer a todo el
mundo su doctrina, sino que con gozo ofrendaron sus vidas por la causa de Cristo.

MOTIVACION PERMANENTE.

Todo líder de respeto, para poder permanecer dentro del liderazgo, debe cultivar el
secreto de la motivación de una manera permanente con su equipo. Las grandes
empresas que han podido ocupar un espacio de liderazgo dentro del mundo, lo han hecho
porque han logrado una alta motivación en aquellos que conforman su equipo básico y la
iglesia del Señor es lo más importante de este planeta.

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En una congregación, el pastor debe ser el hombre de la visión, y ésta debe ser
compartida eficientemente hacia el equipo de liderazgo y seguir descendiendo hacia las
demás personas; los líderes formando a otros para que en un futuro cercano sean lideres
que enseñen a otros hasta formar una cadena en el liderazgo donde cada eslabón sea
un instrumento espiritual en la obra de Dios; así que el pastor o líder principal debe estar
en un continuo aprendizaje de la visión, para que tenga qué compartir con sus discípulos.

En relación al trabajo en las iglesias debe existir formal y responsablemente una

relación entre pastor y el equipo de liderazgo debe ser permanente, cada semana deben
existir reuniones, no tanto para tratar asuntos administrativos, sino para motivarse
mutuamente, ministrarse y para mantenerse activos en la fe. La ley del maestro enseña:
“Si usted deja de crecer hoy, deja de enseñar mañana.” Existe el peligro de creer saberlo
todo y creerse autosuficiente; si esto sucede en ese mismo momento se pierde la
bendición; es el Espíritu Santo el que da testimonio de Cristo y es nuestro maestro que
nos enseña, nos recuerda todas las cosas y el que nos guía a toda verdad (Juan 14). El
aprendizaje es como el maná, a diario necesitamos la palabra “RHEMA de Dios” para
alimentar a nuestros discípulos, y esa viene por el Espíritu.

El concepto de influencia que da sentido al verdadero liderazgo, implica alentar al

individuo, motivarlo, impulsarlo a la innovación, desafiarlo al descubrimiento y
aprovechamiento de sus dones y talentos y, sobre todo, formarlo hasta que se encuentre
con la capacidad de influir también en otros. El liderazgo es un ciclo de influencias. el
apóstol Pablo dice: “Sed imitadores de mí, así como yo de Cristo” (1ª Corintios 11:1). Uno
de los fundamentos claves por los cuales debemos guiarnos para la enseñanza y la
predicación es nuestro propio ejemplo; debemos manifestar lo que somos y no solamente
lo que creemos. Los hechos hablan más fuerte que nuestras palabras.

IMPULSO DEL DESARROLLO PERSONAL

El liderazgo procura en todo momento lograr el desarrollo personal, y para ello el

tener una visión correcta se convierte en el elemento clave, porque la visión es el
derrotero. El éxito en el proceso de alcance de esta visión depende de cuán íntegra sea
la persona que lidera. La integridad, o transparencia en la conducta, constituye la esencia
en que radica la confianza que los demás puedan brindarnos. Pablo le sugiere a Timoteo:
“Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué
avergonzarse, que usa bien la palabra de verdad” (2ª Timoteo 2:15).

El líder genuino es consecuente con lo que dice y con lo que hace. El concepto de
liderazgo sugiere la idea de influenciar en otros hasta el punto de conseguir un cambio en
ellos; indudablemente, este cambio puede ser positivo o negativo, dependiendo de la
perspectiva bajo la cual se lidera, pero nuestra tarea es inclinar la balanza hacia la
edificación de principios y el rescatar valores; es decir, nuestra influencia debe ser
positiva. El enfocarnos en los intereses de cada uno de los discípulos a los cuales
podemos llegar y el mejoramiento de su estilo de vida, es fundamental para lograr una
excelente solidez dentro del liderazgo.
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Las personas se siente dirigidas y lideradas si se les da la oportunidad de cambiar

para bien y de proyectarse en todas las esferas de su vida, y ellos mismos se van a
encargar no sólo de cobijarse bajo un liderazgo, sino que empezarán a formarse para
compartir también con otros los principios que han servido para su propia edificación y
que les han brindado grandes resultados. Liderazgo es una tarea que consiste en dirigir a
otros ejerciendo una influencia positiva en ellos; estableciendo diferencias en la vida de
cada uno al tiempo que las personas son motivadas a desarrollar acciones en beneficio
propio y de otros. El liderazgo procura lograr que cada quien, voluntariamente, oriente
sus energías hacia la realización de los resultados anhelados, mientras que recibe la
motivación de alguien que le sirve como líder, guía o modelo.

En nuestros tiempos se ha hablado mucho acerca de crisis de liderazgo. El mundo

entero clama por dirigentes íntegros y al interior de las familias, los hijos reclaman padres
responsables, o los padres ansían el respeto de sus hijos; en otros términos, se buscan
influencias positivas para darle un curso correcto a la vida.

FORMAR VALIENTES.

Ningún cobarde podrá tener una escuela de valientes, tampoco un valiente podrá
tener una escuela de cobardes. Si queremos formar líderes valerosos, quien los vaya a
capacitar debe ser una persona valerosa; es decir, que no debe sentir temor, inseguridad
o complejos, ya sean de inferioridad o de superioridad; debe ser dueño de sí mismo y
tener la fe necesaria para la conquista. La estrategia de Dios para forjar a sus valientes
no cambia, siempre nos prueba con pequeñas cosas; Dios no da grandes
responsabilidades si primero no tiene la certeza de que somos capaces de asumirlas. La
Biblia dice: “En lo poco fuiste fiel, en lo mucho te pondré”. A David cuando era joven por
ser el menor de la familia le confiaron el trabajo de cuidar las ovejas de su padre.
Cumplió su misión con gran valentía, seguramente pasó varias noches sin dormir
defendiéndolas de las fieras del campo, peleando con osos y leones. Cuando vio al
gigante Goliat ya estaba preparado para vencerlo.

Lograr formar a este tipo de valientes, demanda darle a cada discípulo la formación
correcta. Dios quiere que nos formemos y que capacitemos a otros para manifestarnos a
las fieras espirituales que hay en el mundo y que se oponen al desarrollo exitoso del
Evangelio. Pablo dijo (2ª Timoteo 1:15) que “lo abandonaron todos los que están en Asia,
de los cuales son Figelo y Hermógenes”. y en 2ª Timoteo 4:14 agrega que “Alejandro el
calderero le ha causado muchos males y que se había opuesto y que todos le habían
desamparado”

La formación correcta implica un tiempo de quietud durante la cual la Palabra de

Dios dada en el poder del Espíritu Santo se encarga de estructurar nuestro hombre
espiritual. Así como cada criatura después de ser formada por su madre no puede estar
más tiempo en su vientre, sino que es arrojado al mundo; en el plano espiritual, Dios
espera que suceda lo mismo, que con las bases fundamentales del cristianismo se

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desarrolle un trabajo, mediante el cual, de una manera estratégica, los discípulos puedan
ser enviados a cumplir el propósito de Dios hacia los no convertidos.
Galloway dice que detrás de cada organización o empresa exitosa hay un líder que
sabe quién es él y qué hacer en el momento correcto. El verdadero líder no es alguien
que puede hacer el trabajo de diez personas sino alguien que puede organizar a diez
personas para que hagan el trabajo de diez personas. El liderazgo real está en las manos
del líder ejecutivo que es usado por Dios es quien piensa anticipadamente, presenta
planes y luego los ejecuta, lo que se traduce en éxito.. Todos los expertos en crecimiento
de la iglesia coinciden en que el catalizador primario del crecimiento de una iglesia local
es que tenga un pastor fuerte en el liderazgo y que forme líderes de su talla; para que
todos, pastor y líderes, sean hombres de conceptos y visión, que no tema tomar
decisiones y que, en su camino con Dios, sienta y sepa cuál es el momento correcto de
actuar.

Un líder cohesivo es uno que ama a la gente (convertidos y no convertidos), quien

hará cualquier cosa por relacionarse en unidad, paz y amor. Es sensible a lo que está
pasando en las vidas de otras personas. Es una persona que está arreglando los
problemas, asegurándose de que las relaciones entre su gente están bien y sanas. La
gente tiene que sentirse desafiada y motivada a moverse de donde están hacia donde
Dios quiere que vayan. Al mismo tiempo, una iglesia debe tener un líder cohesivo que
ame a la gente y las junte en unidad de corazón y propósito. Mucho de la fuerza de la
iglesia local está en su unidad y cohesión. En el liderazgo de la iglesia se debe ganar el
derecho de dirigir a su grupo por la forma en que se les ame.

Saber quién eres significa conocer tus puntos fuertes como también tus
debilidades. Ningún líder tiene todos los dones y la experiencia para hacer lo que debe
hacerse por sí mismo. El líder de éxito no debe tener gente que va en direcciones
distintas o diferentes, haciendo las cosas a su modo y así pretender edificar una gran
iglesia o una buena célula. Se deben fijar metas de corto, mediano y largo plazo. La
tragedia de demasiadas iglesias es que, por no fijarse metas, apuntan a nada y triunfan
en nada. La excelencia del liderazgo es la habilidad de fijarse metas y llevar a la gente a
concretarlas. Un buen líder es aquel que sabe tomar decisiones correctas en el momento
correcto y es como el padre de una gran familia que decide lo que es mejor para toda la
familia, para lo cual necesita tener comunión diaria con Dios para marchar al paso del
tiempo perfecto de Dios.

Un líder es aquel que detecta con anticipación los posibles problemas y se pone a
resolverlos antes que estrangulen el crecimiento de la iglesia, reuniendo tanta información
como pueda antes de decidir. El líder debe ser un vendedor exitoso y debe comunicar la
verdad a su gente, tal como él la ve. Todo líder exitoso debe ser un comunicador; cada
vez que la comunicación es entendida, entonces se obtiene la respuesta positiva de la
gente que está involucrada. Las cosas que la gente no entiende es lo que crea
problemas en las iglesias.

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