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Localización:

Novena Época
Instancia: Primera Sala
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta
XXII, Julio de 2005
Página: 247
Tesis: 1a./J. 70/2005
Jurisprudencia
Materia(s): Penal

QUERELLA FORMULADA POR UN SERVIDOR PÚBLICO. PARA


EFECTOS DE VERIFICAR SU LEGITIMACIÓN, EL MINISTERIO
PÚBLICO SÓLO DEBE CERCIORARSE DE QUE LA LEGISLACIÓN
APLICABLE SE LO PERMITA, SIN QUE ELLO IMPLIQUE
ANALIZAR LAS FACULTADES DE QUIEN LE OTORGÓ SU
NOMBRAMIENTO.

La presentación debida de la querella es un presupuesto procesal


indispensable en los delitos perseguibles a petición de parte, por lo que es
evidente que cuando un servidor público la formule, el Ministerio Público,
para poder ejercitar la acción penal, sólo debe cerciorarse de que aquél está
legitimado para ello en términos de la normativa específica que regule su
actividad, sin que ello implique verificar la legitimidad de su nombramiento
como tal, esto es, si el funcionario que lo designó en el cargo estaba facultado
para hacerlo, pues ese requisito no lo exige el artículo 119 del Código Federal
de Procedimientos Penales, el cual sólo obliga a la representación social
recepcionaria de una querella por escrito a que se cerciore de la identidad del
querellante, de que éste está legitimado para formular querellas, y de la
autenticidad de los documentos en que aparezca formulada y en los que se
apoye ésta; de ahí que baste con que la legislación aplicable le permita al
servidor público formular querella para que se tenga por cumplido el requisito
de la legitimación.

Contradicción de tesis 16/2005-PS. Entre las sustentadas por el Primer


Tribunal Colegiado en Materia Penal del Cuarto Circuito, el Primer Tribunal
Colegiado en Materia Penal del Tercer Circuito y el Segundo Tribunal
Colegiado en Materia Penal del Tercer Circuito. 8 de junio de 2005. Cinco
votos. Ponente: Juan N. Silva Meza. Secretario: Roberto Ávila Ornelas.

Tesis de jurisprudencia 70/2005. Aprobada por la Primera Sala de este Alto


Tribunal, en sesión de fecha ocho de junio de dos mil cinco.
INCUMPLIMIENTO DE OBLIGACIONES DE ASISTENCIA FAMILIAR, NO
SE CONFIGURA EL DELITO DE, CUANDO EL SUJETO PASIVO ESTUVO
EN APTITUD DE ATENDER SUS NECESIDADES DE SUBSISTENCIA.

El delito previsto por el artículo 196 del Código Penal del Estado de
Guanajuato, implica una conducta de omisión pura y simple que
constituye un verdadero abandono; esto es, la acción típica consiste
en omitir la ayuda debida, para la necesaria subsistencia de los hijos y
consorte de manera injustificada por parte del cónyuge que los
abandona; por lo tanto, la omisión de ayuda se traduce en dejar a
éstos sin los recursos indispensables, para cubrir sus requerimientos
vitales y de alimentos, o sea, consiste en desamparar a los sujetos
pasivos, colocándolos en situación tal, que por su condición estén
impedidos para obtener por sí mismos los medios pertinentes para
atender sus necesidades de subsistencia.

CUARTO TRIBUNAL COLEGIADO DEL DÉCIMO SEXTO CIRCUITO.

Clave: XVI.4o. , Núm.: 1 P

Amparo directo 345/99. 29 de octubre de 1999. Unanimidad de votos.


Ponente: Mario Alberto Adame Nava. Secretaria: Elia Aurora Durán
Martínez.

Tipo: Tesis Aislada

Temas:

Derecho Penal.
ACCIÓN PERSECUTORIA Y QUERELLA. DIFERENCIA.

En nuestro sistema judicial la acción persecutoria de los delitos le


corresponde al Estado y es el origen sustancial para todo
procedimiento, mientras que la querella es el derecho que corresponde
al ofendido como titular de su interés particular afectado con la
conducta típica y es requisito de procedencia de la acción.

PRIMER TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA PENAL DEL PRIMER


CIRCUITO.

Clave: I.1o.P. , Núm.: 64 P

Amparo en revisión 461/98. 15 de junio de 1999. Unanimidad de


votos. Ponente: Elvia Díaz de León de López. Secretaria: María del
Carmen Villanueva Zavala.

FRAUDE. SÓLO ES PERSEGUIBLE MEDIANTE QUERELLA, NO OBSTANTE EL


MONTO DEL DAÑO PATRIMONIAL, Y EL NÚMERO O CALIDAD DE LOS
SUJETOS PASIVOS (CÓDIGO PENAL FEDERAL).
La interpretación lógica y sistemática de los artículos 399 bis, en relación al
artículo 386 del actual Código Penal Federal (anteriormente Código Penal
para el Distrito Federal en Materia Común, aplicable en toda la República en
Materia del Fuero Federal), conduce a establecer que, a partir de la reforma
al primero de los preceptos citados, publicada en el Diario Oficial de la
Federación de treinta de diciembre de mil novecientos noventa y uno, en
vigor al día siguiente, se requiere de querella de parte ofendida, como
requisito necesario de procedibilidad, respecto al ejercicio de la acción penal
concerniente al delito de fraude, independientemente de la cuantía de lo
defraudado, y del número o calidad del sujeto pasivo; no siendo óbice que
los hechos hayan tenido lugar con anterioridad a la indicada reforma, y que
en términos del texto legal anterior, el hecho delictivo fuera perseguible de
oficio por exceder lo defraudado el equivalente a quinientas veces el salario
mínimo vigente en el lugar y en el momento en que se cometió el delito y el
ofendido sea sólo un particular, si la querella se efectúa ya bajo la vigencia
de las modificaciones legislativas supracitadas.

TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA PENAL DEL SEXTO CIRCUITO.

Clave: VI.P. , Núm.: 67 P

Amparo en revisión 430/99. 3 de marzo de 2000. Mayoría de votos.


Disidente: Carlos Loranca Muñoz. Ponente: José Manuel Vélez Barajas.
Secretaria: Ma. Guadalupe Mares Velázquez.

DEFRAUDACIÓN FISCAL. PARA QUE LA SECRETARÍA DE HACIENDA Y


CRÉDITO PÚBLICO FORMULE QUERELLA POR ESE DELITO, NO ES
NECESARIO QUE CULMINE LA VISITA DE AUDITORÍA EN LA QUE TUVO
CONOCIMIENTO DE SU PROBABLE COMISIÓN.

De conformidad con lo previsto en el artículo 92, fracción I, del Código Fiscal


de la Federación vigente en el año de mil novecientos noventa y cinco, para
proceder penalmente por la comisión de un delito fiscal, será necesario que
previamente la Secretaría de Hacienda y Crédito Público formule querella,
tratándose, entre otros, del delito de defraudación fiscal. La investigación y
persecución del delito, por mandato del artículo 21 constitucional, incumbe
al Ministerio Público, y la sanción de éste, mediante la imposición de penas,
a la autoridad judicial. Así, el único órgano facultado para investigar y
perseguir la comisión de un delito fiscal es el Ministerio Público Federal, al
que podrá coadyuvar la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, en los
términos y límites que marcan las leyes; correspondiendo a esta última el
deber de verificar el cumplimiento de las obligaciones fiscales y, en su caso,
denunciar la posible comisión de un ilícito. De ahí que, si durante la práctica
de una auditoría conoció los hechos probablemente constitutivos del ilícito,
puede, de manera inmediata, presentar la querella respectiva, sin importar
el estado que guarde la visita de inspección, ya que en el procedimiento que
habrá de iniciarse, el Ministerio Público Federal realizará las investigaciones
conducentes, a fin de establecer si existe o no el delito denunciado, dando al
contribuyente la oportunidad de defenderse.

Clave: P./J. , Núm.: 92/2000

Contradicción de tesis 10/98. Entre las sustentadas por el Tercer y Cuarto


Tribunales Colegiados en Materia Penal del Primer Circuito. 13 de junio de
2000. Mayoría de diez votos. Disidente: Sergio Salvador Aguirre Anguiano.
Ponente: José de Jesús Gudiño Pelayo. Secretaria: Guadalupe M. Ortiz
Blanco.

El Tribunal Pleno, en su sesión privada celebrada hoy cinco de septiembre en


curso, aprobó, con el número 92/2000, la tesis jurisprudencial que
antecede. México, Distrito Federal, a cinco de septiembre de dos mil.

DELITOS FISCALES. LA FACULTAD QUE CONCEDE EL ARTÍCULO 42,


FRACCIÓN III, DEL CÓDIGO FISCAL DE LA FEDERACIÓN A LA AUTORIDAD
HACENDARIA PARA COMPROBAR LA COMISIÓN DE AQUÉLLOS, NO INVADE
LAS FACULTADES DE INVESTIGACIÓN Y PERSECUCIÓN DE LOS DELITOS
QUE EL ARTÍCULO 21 CONSTITUCIONAL OTORGA AL MINISTERIO
PÚBLICO.

De la interpretación sistemática y armónica de lo dispuesto en los artículos


72, 92 y 93 del Código Fiscal de la Federación, en relación con el diverso
artículo 42, fracción III, del propio ordenamiento, se advierte que la frase
comprobar los delitos fiscales a que alude este último y que desde el punto
de vista gramatical coincide con la actividad que realiza la Secretaría de
Hacienda y Crédito Público, pero referida y encaminada única y
exclusivamente a sus facultades de comprobación fiscal, no invade las
facultades que el artículo 21 de la Constitución Federal otorga al Ministerio
Público para la investigación y persecución de los delitos que sólo a él le
incumbe. Ello es así, porque la comprobación de la comisión de delitos
fiscales debe entenderse como el aviso que se da al citado representante
social para que, en su caso, inicie la averiguación previa, labor que no podría
llevar a cabo si la autoridad hacendaria, previamente, no ejerce sus
facultades de comprobación fiscal, entre ellas, la de verificar la comisión de
delitos fiscales que llegare a advertir, facultad que no es autónoma sino
accesoria de la determinación de créditos fiscales. En consecuencia, debe
decirse que la facultad que se otorga a la Secretaría de Hacienda y Crédito
Público para comprobar la comisión de delitos fiscales, no invade las
facultades conferidas al Ministerio Público en el precepto constitucional de
referencia, en virtud de que aquélla se encuentra necesariamente vinculada
con la comprobación del cumplimiento de disposiciones fiscales y sólo
permite que la autoridad, sin quebrantar los requisitos formales en el
desahogo de una orden de visita domiciliaria, separe aquellos datos o
documentos que a su juicio resultan pertinentes para proceder penalmente
en contra de los sujetos que cometan infracciones a las normas fiscales
respectivas, a través de la denuncia de hechos al mencionado representante
de la sociedad, de la formulación de la querella, o declaratoria de perjuicios,
según el delito de que se trate.

Clave: P. , Núm.: CL/2000

Amparo en revisión 2241/97. Servicio Koblenz, S.A. de C.V. 13 de junio de


2000. Mayoría de ocho votos. Disidentes: Sergio Salvador Aguirre Anguiano,
José de Jesús Gudiño Pelayo y Juan N. Silva Meza. Ponente: Juan N. Silva
Meza. Encargado del engrose: Humberto Román Palacios. Secretario:
Francisco Javier Solís López.

El Tribunal Pleno, en su sesión privada celebrada hoy cinco de septiembre en


curso, aprobó, con el número CL/2000, la tesis aislada que antecede; y
determinó que la votación es idónea para integrar tesis jurisprudencial.
México, Distrito Federal, a cinco de septiembre de dos mil.
ABANDONO DE FAMILIARES, DELITO DE (LEGISLACIÓN DEL ESTADO DE
MÉXICO).

El ilícito de abandono de familiares, previsto y sancionado en el artículo 225


del Código Penal vigente en la época de los hechos, se actualiza con el
incumplimiento del quejoso a sus obligaciones familiares, abandonando a su
esposa e hijos menores, sin que éstos tuvieran los recursos para atender sus
necesidades económicas, como es el caso de los alimentos,
independientemente de que hayan sido ayudados en lo conducente por
diversas personas, pues ello no exime de probable responsabilidad al activo,
lo cual también acontece cuando el inodado ha cumplido parcialmente con
las obligaciones familiares mencionadas.

PRIMER TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA PENAL DEL SEGUNDO


CIRCUITO.

Clave: II.1o.P. , Núm.: 80 P

Amparo en revisión 102/2000. 18 de mayo de 2000. Unanimidad de votos.


Ponente: Rubén Arturo Sánchez Valencia. Secretario: Cuauhtémoc Esquer
Limón.

CUERPO DEL DELITO, CONCEPTO DEL. SÓLO ES APLICABLE A LA ORDEN DE


APREHENSIÓN Y AL AUTO DE FORMAL PRISIÓN, DE ACUERDO CON LAS
REFORMAS A LOS ARTÍCULOS 16 Y 19, DE LA CONSTITUCIÓN GENERAL DE
LA REPÚBLICA, PUBLICADAS EL OCHO DE MARZO DE MIL NOVECIENTOS
NOVENTA Y NUEVE.

Es incuestionable que a raíz de las reformas a los artículos 16 y 19 de la


Constitución General de la República, del ocho de marzo de mil novecientos
noventa y nueve, relativas a los requisitos de fondo para decretar tanto una
orden de aprehensión como un auto de formal prisión, destacan, entre otros,
la acreditación del cuerpo del delito, el cual, de conformidad con lo dispuesto
por el artículo 168 del Código Federal de Procedimientos Penales, se
entiende como el conjunto de los elementos objetivos o externos que
constituyen la materialidad del hecho que la ley señale como delito, así
como los normativos, en el caso de que la descripción típica lo requiera.
Ahora bien, del análisis de la definición anterior, se advierte que para el
dictado de una orden de aprehensión o un auto de formal prisión, no se
requiere la demostración de los elementos moral o subjetivos del delito, esto
es, el dolo o la culpa, sino sólo de los objetivos, materiales o externos, y en
determinados casos, cuando la conducta típica lo requiera, los normativos.
En efecto, es hasta la sentencia definitiva cuando el juzgador debe entrar al
estudio de los aspectos moral o subjetivo del ilícito, entre los que se
encuentran, el dolo o la culpa, ya que éstos, bajo el anterior concepto de
elementos del tipo penal, forman parte de los elementos del delito en
general. Consecuentemente, como las reformas de marzo de mil
novecientos noventa y nueve, a los artículos 16 y 19 de la Constitución
Federal, únicamente comprenden lo concerniente a que la institución
denominada cuerpo del delito sólo es aplicable a las exigencias para librar
una orden de aprehensión o dictar un auto de formal prisión, jurídicamente
es posible interpretar que dicha reforma no modificó en lo sustancial los
demás aspectos, esto es, aquellos que introdujo la figura de los elementos
del tipo penal en septiembre de mil novecientos noventa y tres; por esa
razón, el concepto de elementos del tipo penal sigue prevaleciendo para la
sentencia definitiva, por no verse afectada con dichas reformas.
SEGUNDO TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA PENAL DEL TERCER
CIRCUITO.

Clave: III.2o.P. , Núm.: 67 P

Amparo directo 160/2000. 22 de junio de 2000. Unanimidad de votos.


Ponente: Jorge Fermín Rivera Quintana. Secretario: Marco Antonio Muñiz
Cárdenas.

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