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Formación de
Energía
Solar Térmica
CURSO DE FORMACIÓN DE ENERGÍA 1
SOLAR TÉRMICA 1
1. COMPONENTES DE LAS INSTALACIONES SOLARES TÉRMICAS 5
1.1. INTRODUCCIÓN. 5
1.1.1. El circuito primario. 6
1.1.2. El circuito secundario. 6
1.2. EL COLECTOR SOLAR. 6
1.2.1. Tipos de colectores solares de baja temperatura. 7
1.2.2. Aspectos que influyen en la captación. 10
1.2.3. Rendimiento de un colector solar. 11
1.2.4. Montaje de los colectores. 13
1.3. ESTRUCTURA SOPORTE DE LOS COLECTORES. 15
1.4. LAS CONDUCCIONES. 15
1.4.1. Pérdidas de carga. 16
1.4.2. Materiales empleados. 16
1.4.3. El aislamiento. 17
1.5. EL FLUIDO DE TRABAJO. 17
1.5.1. Agua. 18
1.5.2. Agua con anticongelante. 18
1.5.3. Otros fluidos. 18
1.5.4. La temperatura de trabajo y el caudal de trabajo. 19
1.6. BOMBAS O ELECTROCIRCULADORES. 20
1.6.1. Curva característica de un electrocirculador. 21
1.6.2. Conectado de electrocirculadores. 22
1.7. EL DEPOSITO DE ALMACENAMIENTO. 22
1.7.1. Formas de acumulación de la energía calorífica. 22
1.7.2. Acumuladores de agua. 23
1.7.3. Conectado de acumuladores. 24
1.8. EL INTERCAMBIADOR DE CALOR 26
1.8.1. Intercambiadores interiores. 26
1.8.2. Intercambiadores exteriores. 27
1.9. OTROS SISTEMAS DE LA INSTALACIÓN. 29
1.9.1. Sistema auxiliar de calentamiento. 29
1.9.2. Sistemas de vaciado y llenado del circuito. 30
1.9.3. Sistema de equilibrado. 31
1.9.4. Sistemas de control y monitorización. 32
1.9.5. Válvulas auxiliares. 35
1.9.6. Centrales de control. 36
1.10. SISTEMAS DE PROTECCIÓN DE LOS CIRCUITOS. 38
1.10.1. Protección contra las heladas. 38
1.10.2. Protección contra el calor excesivo en el circuito. 41
1.10.3. Protección contra la sobrepresión. 43
1.10.4. Protección contra la producción de gas en el circuito. 45
1.10.5. Protección contra el flujo inverso 46
1.10.6. Protección contra las descargas eléctricas. 47
2. HOJAS DE CARGAS 48
2.1 INTRODUCCIÓN 48
2.2. APLICACIONES DE LOS SISTEMAS SOLARES TÉRMICOS DE BAJA TEMPERATURA. 48
2.2.1. Producción de agua caliente sanitaria (A.C.S.) 48
2.2.2. Calefacción de edificios. 48
2.2.3. Refrigeración. 49
2.2.4. Calentamiento de piscinas. 50
2.2.5. Procesos industriales. 50
2.3. HOJA DE CARGA DE AGUA CALIENTE SANITARIA (ACS) 51
2.3.1. Demanda de ACS 51
2.3.2. Temperatura del ACS. 52
2.3.3. Número de usuarios del ACS 52
2.4. HOJA DE CARGA DE CALEFACCIÓN. 53
2.4.1. Consideraciones previas. 54
2.4.2. Demanda energética de calefacción. 56
2.5. HOJA DE CARGA PARA CALENTAMIENTO DE PISCINA. 57
2.5.1. Cálculo de la demanda energética. 58
2.5.2. Piscinas con manta térmica. 61
2.5.3. Captación solar en piscinas descubiertas. 62
2.6. HOJA DE CARGA DE REFRIGERACIÓN. 64
2.7. HOJA DE CARGA DE PROCESOS INDUSTRIALES. 66
2.8. CAPTACIÓN PASIVA DE LA ENERGÍA TÉRMICA SOLAR. 67
3. CRITERIOS DE DISEÑO Y CONFIGURACIONES DE LAS INSTALACIONES SOLARES
TÉRMICAS DE BAJA TEMPERATURA 68
3.1. CRITERIOS DE CLASIFICACIÓN Y DISEÑO. 68
3.1.1. Definiciones previas. 68
3.1.2. Criterios de clasificación. 69
3.1.3. Criterios de diseño. 69
3.1.3.1. Primera directriz: Captar el máximo de energía solar que podamos usar y convertirla en
energía útil. 70
3.1.3.2. Segunda directriz: Consumir preferentemente la energía solar captada y acumulada. 70
3.2. CONFIGURACIONES BÁSICAS PARA LA CAPTACIÓN. 73
3.2.1. Configuración 1: Instalación por termosifón directa. 73
3.2.2. Configuración 2: Instalación por termosifón indirecta. 74
3.2.3. Configuración 3: Instalación por circulación forzada, directa. 75
3.2.4. Configuración 4: Instalaciones por circulación forzada indirectas con intercambiador de
calor incorporado en el acumulador solar. 76
3.2.5. Configuración 5: Instalaciones por circulación forzada indirectas con intercambiador de
calor independiente. 76
3.2.6. Elección de la configuración. 76
3.3. CONFIGURACIONES BÁSICAS DEL VASO DE EXPANSIÓN. 77
3.4. CONFIGURACIONES BÁSICAS DE LA ACUMULACIÓN Y EL APOYO. 78
3.4.1. Configuración 1: Sistema auxiliar en línea. 79
3.4.2. Configuración 2: Sistema auxiliar en depósito de acumulación. 79
3.4.3. Configuración 3: Sistema auxiliar con circuito independiente. 79
3.4.4. Elección de la configuración. 80
3.4.5. Configuraciones para conectar varios acumuladores. 80
3.4.6. Configuraciones adicionales de la acumulación. 81
3.5. CONFIGURACIONES DE LOS SISTEMAS DE DISTRIBUCIÓN DEL FLUIDO. 81
3.6. CONFIGURACIONES DEL APOYO EN LÍNEA. 82
3.7. CONFIGURACIONES BÁSICAS DE LA REGULACIÓN. 83
3.7.1. Regulación de la captación. 84
3.7.2. Regulación de la acumulación. 86
3.7.3. Regulación del sistema de apoyo en la acumulación. 87
4. DIMENSIONADO DE LAS INSTALACIONES SOLARES TÉRMICAS 88
4.1. PROCEDIMIENTO GENERAL DE DIMENSIONADO. 88
4.2. DIMENSIONADO DEL DEPÓSITO DE ACUMULACIÓN. 89
4.2.1. Volumen de acumulación para ACS. 90
4.2.2. Volumen de acumulación para calentamiento de piscinas. 90
4.2.3. Volumen de acumulación para calefacción. 90
4.2.4. Dimensionado del depósito secundario de acumulación. 91
4.3. DIMENSIONADO DE LA SUPERFICIE COLECTORA. 91
4.3.1. Relación entre volumen de acumulación y superficie colectora. 93
4.3.2. Diseño del campo de colectores. 94
4.4. DIMENSIONADO DEL INTERCAMBIADOR. 95
4.4.1. Intercambiador interior. 95
4.4.2. Intercambiador exterior. 95
4.5. DIMENSIONADO DE LAS TUBERÍAS. 96
4.5.1. Determinación del caudal de la instalación. 96
4.5.2. Cálculo de la sección mínima de tubería. 98
4.5.3. Cálculo de las pérdidas totales de carga. 99
4.6. DIMENSIONADO DEL VASO DE EXPANSIÓN. 102
4.6.1. Vaso de expansión abierto. 103
4.6.2. Vaso de expansión cerrado. 103
4.7. DIMENSIONADO DE LAS BOMBAS DE CIRCULACIÓN. 105
4.8. DIMENSIONADO DEL AISLAMIENTO. 107
4.9. DIMENSIONADO DEL SISTEMA AUXILIAR DE CALENTAMIENTO. 107
4.9.1. Sistema auxiliar en línea. 108
4.9.2. Sistema auxiliar en depósito. 110
4.9.3. Tratamiento de la legionela. 110
4.10. DIMENSIONADO DE LOS ELEMENTOS AUXILIARES DEL CIRCUITO HIDRÁULICO. 111
4.10.1. Purgadores y desaireadores. 111
4.10.2. Válvulas. 111
4.11. MÉTODO F-CHART. 112
4.11.1. Estimación de Y 112
4.11.2. Estimación de X 113
4.11.3. Factores de corrección. 114
4.11.4. Estimación de Fcy y de Fcx. 115
5. DOCUMENTACIÓN DE LA INSTALACIÓN 116
5.1. PROYECTO TÉCNICO DE LA INSTALACIÓN. 116
5.1.1. Instalaciones de menos de 200 m2 de superficie de captación. 116
5.1.2. Instalaciones de más de 200 m2 de superficie de captación. 117
5.2. COSTES ECONÓMICOS. 118
5.2.1. Costes de instalación. 119
5.2.2. Costes de funcionamiento. 119
5.2.3. Coste comparativo con otras fuentes de energía. 119
5.2.4. Coste de las instalaciones medianas y grandes. 120
5.3. ELABORACIÓN DE PRESUPUESTOS. 120
5.4. SUBVENCIONES A LAS INSTALACIONES. 121
5.5. MANUAL DE INSTRUCCIONES. 123
5.5.1. Características de funcionamiento. 123
5.5.2. Instrucciones de uso. 124
5.5.3. Instrucciones de seguridad. 124
5.5.4. Instrucciones de mantenimiento. 125
5.6. CONTRATO DE MANTENIMIENTO. 126
5.7. GARANTÍA DE LA INSTALACIÓN. 126
1. Componentes de las instalaciones solares térmicas
1.1. Introducción.
Dicho sistema se complementa con una producción de energía térmica por sistema
convencional auxiliar que puede o no estar integrada dentro de la misma instalación.
Los sistemas que conforman la instalación solar térmica para agua caliente son los
siguientes:
Ya hemos indicado que la una instalación solar térmica tiene habitualmente como
mínimo dos circuitos:
- Colectores.
- Estructuras de soporte y anclaje de los colectores.
- Conducciones.
- Aislamiento.
- Bombas de circulación,
- Sistemas de control.
- Sistemas de protección.
- Sistemas de llenado y vaciado del circuito.
- Dispositivos de regulación de la circulación del fluido.
- Intercambiador.
Normalmente, por el circuito primario circula líquido con ciertas propiedades térmicas,
que lo hace idóneo para aguantar altas y bajas temperaturas, pero que no es potable.
- Conducciones.
- Aislamiento.
- Depósito de almacenamiento.
- Bombas de circulación.
- Sistemas de protección.
- Sistema de llenado y vaciado.
- Dispositivos de regulación de la circulación del fluido.
- Intercambiadores.
- Sistema auxiliar de calentamiento.
Normalmente, por el circuito secundario circula agua de consumo. En este caso, los
elementos que lo componen deberán de cumplir, además de con las especificaciones
propias de un circuito térmico, con los requisitos establecidos para circuitos hidráulicos
que conduzcan agua de consumo humano.
Los colectores solares de baja temperatura se caracterizan por que carecen de cualquier
tipo de sistema de concentración de la irradiación solar incidente, captan tanto la
irradiación directa como la difusa, no disponen de ninguna forma de seguimiento de la
posición del sol, a lo largo del día, generalmente utilizan como fluido térmico una
mezcla de agua y anticongelante y su rango de funcionamiento está entre los 40 ºC y
120 ºC.
El fin para el que va ha estar destinado el colector solar va a hacer que tenga unas
características muy determinadas, y esto nos permitirá hacer algunas distinciones entre
unos colectores y otros.
Así, si bien el principio que rige su funcionamiento es el mismo para todos los
colectores, el rendimiento que queremos sacarle, y el precio que lo hace rentable para
una aplicación determinada, dará lugar, por ejemplo, al uso de colectores sin carcasa,
cubiertas y aislamientos, como son los que se utilizan en climatización de piscinas.
Los materiales que los componen también pueden variar considerablemente, pues nos
interesa siempre ajustarnos lo más posible a un rendimiento máximo en las condiciones
que presente nuestro caso particular por un coste mínimo.
Debemos tener muy en cuenta, que muchos de los defectos y accidentes relativos a los
colectores pueden ser evitados con una buena elección de los materiales utilizados y un
correcto montaje.
Para hacernos una primera idea general, presentamos a continuación algunos de los
diferentes tipos de colectores solares de baja temperatura más utilizados.
COLECTOR
RANGO T (ºC)
Sin cubierta 10-40
Cubierta simple 10-60
Cubierta doble 10-80
Superficie selectiva 10-80
Tubos de vacío 10-130
Colector parabólico compuesto CPC 10-130
Los colectores solares para calefacción de piscinas están hechos de materiales plásticos
resistentes a los rayos UV del sol y se instalan sin cubierta, normalmente encima del
techo de algún edificio próximo a la piscina.
Los colectores solares planos de baja temperatura con cubierta son básicamente una caja
herméticamente cerrada y térmicamente aislada, que dispone de una pared transparente,
que es la que se orienta al sol, para permitir que la irradiación solar incida sobre la
superficie captadora.
La caja actúa como una trampa de energía solar ya que permite su entrada pero dificulta
su salida, es decir, que utiliza en su funcionamiento el efecto invernadero.
Los rayos solares, atraviesan la cubierta, incidiendo en la placa absorbedora.
Esta tiene la característica de absorber al máximo estos rayos, pues es de color negro y
su superficie refleja un mínimo de energía.
Los equipos compactos son un tipo especial de colector solar plano de baja temperatura,
en el que el depósito de acumulación está integrado en el sistema. Son muy útiles para
realizar instalaciones sencillas
unifamiliares.
Debido a la presión atmosférica, que produciría fuerzas muy grandes al aplicarse a toda
la superficie de la cubierta, y a los problemas técnicos relacionados con el sellado de la
carcasa del colector, la construcción de un colector de vacío con la forma de uno
convencional de placa plana, entraña gran dificultad. Sin embargo, la técnica de vacío
utilizada por los fabricantes de tubos fluorescentes, entre otros, se ha desarrollado hasta
el punto de hacer rentable la producción en masa y la comercialización de sus equipos.
Colectores de vacío con tubo de calor (heat pipe) es un tubo con alta conductividad
usado como disipador en el extremo superior de calor captado de la irradiación solar en
el extremo inferior. Consiste en un tubo cerrado por ambos extremos en cuyo interior
hay un fluido a una presión adecuada para que se evapore y condense en un rango
determinado de temperatura. Al aplicarle calor en un extremo se evapora el líquido de
ese extremo y se desplaza al otro lado, ligeramente más frío, condensándose y
transfiriéndole el calor. El líquido retorna debido a la acción de la gravedad y el ciclo de
evaporación-condensación se repite.
Los colectores de tubo de vacío incrementan su eficiencia a través del CPC, (compound,
parabolic, concentrador), un espejo en forma de hoja metálica, altamente reflectante que
se coloca en la parte posterior de los tubos y que permite captar tanto las radiaciones
directas como difusas, cayendo sobre el absorbedor incluso cuando el ángulo de
incidencia no es el ideal. Este efecto incrementa notablemente la captación energética.
La ventaja importante de este tipo de colector es ante todo la reducción de las pérdidas
térmicas en el receptor, pues al ser éste de menor superficie habrá menos área para la
irradiación del calor y por lo tanto el líquido que circula por el receptor puede calentarse
a mayores temperaturas con un rendimiento razonable y a un costo menor. Claro está
que las reflexiones y refracciones extras de la irradiación solar hacen aumentar las
pérdidas ópticas y entonces las curvas representativas del rendimiento, parten de
ordenadas en el origen menores que las de un colector plano, pero no tienen la pendiente
pronunciada, característica de estos últimos.
Pero hay dos factores específicos que influyen de manera decisiva en la captación de los
colectores solares:
Además hay que considerar que el líquido caloportador evacua su calor, a través del
intercambiador de calor, en el agua que entra de la red de abastecimiento. Cuando
comienza el proceso si la temperatura ambiente se aproxima mucho a la del agua en la
red el rendimiento es muy alto. De aquí la importancia de conocer la temperatura del
agua en la red de abastecimiento.
En el rendimiento del colector solar plano, tiene una gran importancia la temperatura
que alcanza la superficie captadora iluminada por la irradiación solar, ya que esta
temperatura influirá de manera notable en el rendimiento del colector.
Todos los cuerpos emiten irradiación infrarroja, en mayor o menor medida dependiendo
de su temperatura, que es lo que nos permite ver en la oscuridad total utilizando cámaras
de visión térmica, como estamos habituados a ver en las películas.
Pero la forma anteriormente indicada del rendimiento puede no ser muy práctica por
diversos motivos, por lo que utilizaremos una primear forma de expresar el rendimiento,
que nos resultará más útil para nuestro trabajo cotidiano, que es la denominada ecuación
de primer orden del rendimiento:
Fg, es el factor de ganancia del colector y que viene dado en tantos por 1, es un
parámetro adimensional que indica la relación entre la energía captada por el colector y
la que captaría si la temperatura de la placa de captación fuera la igual a la del fluido
termocalórico a la entrada de la placa. Este parámetro debe ser suministrado por el
fabricante o el organismo homologador del colector.
Up es el coeficiente global de perdidas del colector en W/m2.ºC, es un parámetro que en
las instalaciones destinadas exclusivamente a producir agua caliente sanitaria,
calentamiento de piscinas, precalentamiento de agua de aporte de procesos industriales,
calefacción por suelo radiante o fan-coil u otros usos a menos de 45 ºC, debe estar
comprendido entre 3 W/m2.ºC y 10 W /m2.ºC.
La curva real de rendimiento de un colector solar no es tan recta como nos muestra la
ecuación de primer orden y muchos fabricantes prefieren utilizar la ecuación de segundo
orden, que se aproxima mejor al comportamiento real del colector solar plano y además
es la que se utiliza en los colectores de vació.
η= η ο −[ k1 * (T m - Ta) / I ] – [ k2 * (Tm - Ta )2 / I ]
A la hora de conectar varios colectores entre sí, para conseguir la superficie colectora
necesaria, podemos optar por conectarlos en serie, en paralelo u optar por un sistema
mixto:
A la hora de elegir una configuración para conseguir nuestra superficie captadora nos
ajustaremos a lo siguiente:
- El diseño tiene que permitirnos montar y desmontar los colectores, por lo que se
deben instalarse válvulas de cierre, en la entrada y salida de las distintas baterías de
colectores.
- Si fuera necesario, las baterías de colectores podrán conectarse entre sí en paralelo, en
serie o en serie-paralelo (al igual que conectamos colectores, podemos conectar baterías
de colectores).
- En la conexión en serie conseguimos una mayor temperatura de trabajo, pues el agua
calentada por un colector pasa al siguiente y sigue calentándose. Optaremos por utilizar
esta opción solo cuando sea primordial trabajar con temperaturas altas, pues el
rendimiento de los colectores disminuye considerablemente con la temperatura. (En dos
colectores conectados en serie, se produce una disminución del rendimiento del segundo
con respecto al primero del orden del 10 %). De todas formas, se recomienda una
temperatura máxima de trabajo de 60 ºC.
- La conexión en paralelo provoca un aumento de caudal, con lo que la tubería a utilizar
será de mayor diámetro. Asimismo la instalación debe contar con un número mayor de
accesorios, lo que la hace más cara.
- Tendremos muy en cuenta las limitaciones del fabricante a la hora de decidir el
número de colectores que se pueden conectar en paralelo. La experiencia demuestra que
este número puede llegar hasta 10.
- La longitud de las conducciones será lo más reducida posible. Las tuberías exteriores
que conectan a los colectores se dispondrán horizontalmente con una ligera pendiente
ascendente, en el sentido de avance del fluido (Valor del 1 %).
- Tendremos muy en cuenta los efectos de la dilatación a la hora de realizar las
conexiones de los colectores. Usaremos para ello en las conexiones materiales que
absorban esta dilatación o instalaremos sistemas que lo hagan.
- Los materiales de la instalación deben soportar las máximas temperaturas y presiones
que puedan alcanzarse. Consideraremos como temperatura máxima a soportar los 150
ºC.
- Cuando en el trazado del circuito sea imprescindible utilizar materiales diferentes,
especialmente cobre y acero, tendremos que evitar la corrosión que se puede producir;
por eso, en ningún caso estarán en contacto y situaremos entre ambos juntas o
manguitos dieléctricos. De todas formas, en todos los casos es aconsejable prever la
protección catódica del acero.
- La estructura soporte de colectores deberá resistir, con los colectores instalados, las
sobrecargas del viento y nieve.
- La estructura y el sistema de fijación de colectores, permitirán las necesarias
dilataciones térmicas, sin transmitir cargas que puedan afectar a la integridad de los
colectores o el circuito hidráulico.
- Los puntos de sujeción del colector serán suficientes en número, teniendo el área de
apoyo y posición relativa adecuada, de forma que no se produzcan flexiones en el
colector superiores a las permitidas por el fabricante.
- El diseño de la estructura se realizará para la orientación y el ángulo de inclinación
calculado para el colector y teniendo en cuenta la facilidad de montaje y desmontaje.
- Los topes de sujeción de colectores y la propia estructura no arrojarán sombra sobre
los colectores.
Las conducciones son los elementos del circuito a través de los cuales, el fluido de
trabajo circula. Las conducciones permiten la comunicación entre los colectores solares
y el intercambiador de calor, y permiten la correcta circulación del fluido de trabajo
entre unos y otro. También se utilizan en el resto de la instalación para la conducción
del ACS o del fluido de calefacción.
1.4.1. Pérdidas de carga.
Al circular un fluido por el interior de una tubería, se produce una pérdida de energía
del fluido, a esta pérdida de energía la denominaremos pérdida de carga. Esto sucederá
evidentemente al fluido de trabajo en el interior de las conducciones del circuito,
nosotros debemos conocer estas pérdidas de carga, porque ellas afectarán al caudal que
circule por las conducciones, y el caudal del fluido de trabajo dentro de las tuberías del
circuito puede oscilar únicamente dentro de un rango de valores muy concreto.
Los materiales usados en este tipo de instalaciones suelen ser los mismos que se usan en
calefacción y fontanería en general. Los materiales más utilizados son los siguientes:
El sistema de tuberías y sus materiales deben ser tales que no exista posibilidad de
formación de obturaciones o depósitos de cal para las condiciones de trabajo.
Con objeto de evitar pérdidas térmicas, la longitud de tuberías del sistema deberá ser tan
corta como sea posible y evitar al máximo los codos y pérdidas de carga en general. Los
tramos horizontales tendrán siempre una pendiente mínima del 1% en el sentido de la
circulación.
1.4.3. El aislamiento.
- Agua.
- Agua con anticongelante.
- Otros: Líquidos orgánicos sintéticos o derivados del petróleo, aceites de silicona, etc.
1.5.1. Agua.
Puede interesarnos calentar agua sanitaria (la del grifo) o agua de una piscina. Si en
nuestra instalación no disponemos de intercambiador, no podremos añadir
anticongelantes al agua, así que esta tendrá que ser nuestro fluido de trabajo.
De cualquier manera, serán determinantes a la hora de elegir materiales los efectos que
el agua pueda tener sobre ellos.
- Los anticongelantes son en general tóxicos, por lo que serán necesarios en los casos
en que calentemos agua de consumo el circuito primario y el secundario para que no se
mezcle el agua con anticongelante con el agua de consumo.
- A efectos de cálculo, habrán variado la viscosidad, el coeficiente de dilatación y el
calor especifico del fluido, y habrá que tenerlo todo en cuenta.
- Los anticongelantes se pueden degradar, y pueden generar productos corrosivos para
el sistema. Suelen ser sustancias que se degradan al elevarse la temperatura. Se dice por
ello que son inestables.
Los puntos que acabamos de reseñar para el agua con anticongelante son igualmente
validos para los fluidos orgánicos, exceptuando el de la estabilidad, pues este tipo de
fluidos sí es estable a temperaturas elevadas. Pero estos fluidos, en general, son
inflamables, por lo que presentan un riesgo adicional.
En cuanto a otras sustancias, como por ejemplo aceites de siliconas, podemos decir que
su calidad es bastante elevada, son estables, no son tóxicos ni son inflamables.
Ejemplo.
Así, nuestro fluido caloportador debe trabajar a una temperatura situada dentro de un
rango adecuado. Este rango de temperaturas dependerá del tipo de instalación con el que
estemos trabajando (lógicamente no es el mismo para climatización de piscinas que para
procesos industriales).
Siempre que sea posible, las bombas en línea se montarán en las zonas más frías del
circuito, teniendo en cuenta que no se produzca ningún tipo de cavitación y siempre con
el eje de rotación en posición horizontal.
En instalaciones superiores a 50 m² se montarán dos bombas idénticas en paralelo,
dejando una de reserva, tanto en el circuito primario como en el secundario.
Los materiales de la bomba del circuito primario serán compatibles con las mezclas
anticongelantes y en general con el fluido de trabajo utilizado.
Cuando las conexiones de los colectores son en paralelo, el caudal nominal será el igual
caudal unitario de diseño multiplicado por la superficie total de colectores en paralelo.
El hecho anterior da lugar a lo que conocemos como curva característica de trabajo del
electrocirculador. El electrocirculador es capaz de vencer una pérdida de carga
determinada para cada caudal, o visto al revés, el electrocirculador es capaz de mover
un caudal determinado para una pérdida de carga dada.
Los sistemas mas utilizados para acumular calor utilizan propiedades de la materia
como son la capacidad calorífica (calor sensible) o el calor latente.
El agua es barata, fácil de manejar, tiene una capacidad calorífica alta, y es un elemento
de consumo en el caso del agua caliente sanitaria. Por ello es el material idóneo para ser
utilizado como sustancia de almacenamiento en instalaciones solares para calentamiento
de agua.
Los materiales en que esta construido el tanque o depósito pueden ser acero, acero
inoxidable, aluminio y fibra de vidrio reforzada.
Es importante señalar aquí que nos interesa acumular calor, pero no a temperaturas muy
altas; Podríamos suponer que lo ideal seria acumular el calor a la temperatura de uso o a
una temperatura ligeramente superior para compensar las pérdidas, pero esto es un error.
Si la temperatura de acumulación es alta, el fluido calentado en los colectores cederá
menor cantidad de calor (recordar que el calor que un cuerpo cede depende
directamente de la diferencia de temperaturas; si esta es menor, es menor la cantidad de
calor transferida también es menor). Por otra parte, el rendimiento de los colectores
disminuye considerablemente al aumentar la temperatura de entrada en ellos.
Los acumuladores de los sistemas grandes con un volumen mayor de 2 m3 deben llevar
válvulas de corte u otros sistemas adecuados para cortar flujos al exterior del depósito
no intencionados en caso de daños del sistema.
La entrada de agua fría, situada en la parte baja del acumulador, estará equipada con una
placa deflectora en la parte interior a fin de que la velocidad residual no destruya la
estratificación en el acumulador.
Podemos mejorar el rendimiento del sistema de dos acumuladores con una válvula de
tres vías regulable en función de la temperatura alcanzada en el acumulador, solar.
El sistema de energía auxiliar en depósito de acumulación secundario, con válvula de
tres vías con regulación diferencial, en función de la temperatura de acumulación solar,
mejora el rendimiento de la instalación.
Para evitar esto podemos utilizar el siguiente diseño, que incluye una electrobomba de
recirculación entre ambos depósitos convenientemente regulada.
Como caso especial, nos podemos encontrar con algún caso en que tengamos que dar
servicio a grandes cantidades de agua caliente en verano y muy pequeñas en invierno
(caso de hoteles de temporada). En estos casos es interesante estudiar el diseño
siguiente:
Con este diseño, utilizando la válvula de tres vías de la parte inferior de la instalación,
podemos inutilizar el depósito de mayor tamaño en temporada baja.
Cuando debemos conectar un depósito en posición horizontal, cosa que se debe evitar
siempre que sea posible, en la figura adjunta se representan los esquemas de una
conexión incorrecta y una conexión correcta.
1.8. El intercambiador de calor
- El rendimiento del sistema disminuye, porque el fluido del circuito primario siempre
estará a temperatura superior que el del secundario, y los colectores funcionaran a una
temperatura superior a la del fluido que cede el calor en los puntos de uso; esto
disminuye el rendimiento de la instalación.
- Encarecen la instalación. Hay que tener en cuenta que al intercambiador acompañan
una serie de elementos que hacen que en conjunto el precio de la instalación se eleve
considerablemente.
- De serpentín helicoidal, que están formados por uno o dos tubos arrollados en espiral
y sumergidos (al menos uno de ellos) en la parte inferior del depósito de acumulación.
- De haz tubular, que se utilizan generalmente para calentar agua de consumo en
instalaciones convencionales.
- De doble envolvente, el circuito primario envuelve al secundario, produciéndose el
intercambio a través de la superficie de contacto en el acumulador.
En los intercambiadores de serpentín helicoidal, el agua del circuito primario circula por
el interior del serpentín, cediendo su calor al agua del depósito de acumulación. Esta se
estratifica, debido a la diferencia de densidades entre el agua caliente y el agua fría. En
la parte superior del acumulador quedará el agua caliente que pasará al circuito
secundario para ir a los puntos en que se utilice.
En los intercambiadores exteriores, tanto el fluido del circuito primario como el del
secundario circulan con la ayuda de electrocirculadores, lo que mejora su rendimiento,
pudiéndonos ajustar por ello a la adquisición de intercambiadores más pequeños que los
que habría que instalar si la circulación de alguno de los circuitos no fuera forzada.
Intercambiador exterior de haz tubular. El fluido del circuito primario circula por el
interior de los tubos del haz; a su alrededor circula el fluido del circuito secundario, que
recoge el calor que cede el fluido del circuito primario para transportarlo a los puntos de
uso o almacenarlo en el acumulador.
En este tipo de intercambiadores el fluido del circuito primario circula por el interior de
las placas de intercambio, cediendo calor al fluido del circuito secundario.
Circulación del fluido a través de las placas de intercambio; hará que se produzca el
intercambio de calor sin que se mezclen los fluidos del primario y secundario, las placas
crean un circuito que obliga a los fluidos a atravesar solo la mitad de las placas, de
forma que el fluido que circula a través de una de ellas, no atraviesa la siguiente, por la
que circula el fluido del oro circuito. En el dibujo adjunto las flechas indican los
sentidos de circulación dentro del intercambiador.
P = 500 * A.
Ejemplo.
25000 W = 500 * 50 m2
Ejemplo.
Si = 0,15 * 50 m2 = 7,5 m2
En cada una de las tuberías de entrada y salida de agua del intercambiador de calor se
instalará una válvula de cierre próxima al manguito correspondiente.
1.9. Otros sistemas de la instalación.
Hay también que tener en cuenta que está prohibido el uso de sistemas de energía
convencional auxiliar en el circuito primario de colectores.
Hasta aquí hemos mencionado calderas auxiliares básicamente de gas, pero estas
calderas pueden ser también de gasoil o de biomasa. Estas últimas presentan un gran
interés, ya que actualmente funcionan automáticamente con buenos rendimientos y con
precios, por unidad de energía producida, inferiores a la producida con gas.
El circuito primario debe contar con algún sistema o sistemas que permitan su llenado,
rellenado y vaciado.
Los circuitos que tengan vaso de expansión abierto, podrán utilizar este como sistema
de llenado, y los que tengan vaso de expansión cerrado deberán de incorporar algún
sistema que permita llenar el circuito y mantenerlo presurizado. Pueden utilizarse para
ello depósitos específicos que aporten el fluido de trabajo mediante una electrobomba, o
pueden tener sistemas más sencillos constituidos por llaves de paso manuales con
válvulas de esfera.
Para que cada elemento funcione según lo requiera la situación y obtener los mejores
resultados posibles, evitando situaciones peligrosas para la instalación, y podamos estar
al tanto de ello y modificarlo si nos interesa, necesitaremos un sistema de control y
monitorización que interactúe con todos los dispositivos que conforman la instalación,
para que estos funcionen correctamente, con las suficientes garantías, y nos permita un
seguimiento minucioso de todo el proceso.
Los elementos del sistema de control se pueden dividir en dos grandes grupos, aunque
muchos elementos cumplen las dos funciones:
- Sensores, que son los elementos que el sistema de control utiliza para captar
información sobre el estado del sistema. Generalmente su función es modificar una
señal eléctrica en función de la variación del parámetro que controlan.
- Actuadotes, que son los elementos que utiliza el sistema de control para accionar los
mecanismos de control que se encargan directamente de modificar el estado del sistema.
Los más utilizados son relés, contactores y elementos de estado sólido.
La ubicación de las sondas ha de realizarse de forma que éstas midan exactamente las
temperaturas que se desean controlar, instalándose los sensores en el interior de vainas y
evitándose las tuberías separadas de la salida de los colectores y las zonas de
estancamiento en los depósitos.
Las propiedades de los materiales que componen la sonda deben ser más exigente en la
de inmersión, dado que sufre mayor agresividad que la de contacto. Estará expuesta a
agentes térmicos, a corrosión, luego deberá tener mejores propiedades mecánicas.
El coste de la sonda de contacto será menor, dado que tiene menores exigencias. Pero se
debe tener especial cuidado en asegurar una adecuada unión entre las sondas de
contactos y la superficie metálica.
1.9.4.2. Termostatos.
Los termostatos son aparatos que transforman una lectura de una temperatura en una
señal eléctrica capaz de activar un mecanismo. Estos aparatos nos permitirán actuar
sobre el sistema en función de la temperatura que alcancen sus elementos en puntos
determinados.
Los electrocirculadores deben actuar solamente cuando los colectores puedan aportar
calor al acumulador; de lo contrario seria el acumulador el que cedería calor a los
colectores, con lo que se produciría una pérdida importante e inútil de calor. Para que
esto no suceda se interrumpe el funcionamiento de las bombas, con lo que el fluido de
trabajo no circula y no puede transportar calor del depósito de almacenamiento a los
colectores.
Esto se consigue gracias a un aparato denominado termostato diferencial que es un
termostato capaz de comparar las temperaturas del fluido de trabajo en el colector y en
el depósito de almacenamiento, y en función de esto ordenar la parada o puesta en
marcha de los electrocirculadores.
1.9.4.4. Hidrómetros.
1.9.4.5. Caudalímetros.
Los caudalímetros nos dan el caudal circulante por la tubería en que están instalados.
Son muy útiles y necesarios para controlar el consumo de agua caliente en instalaciones
colectivas.
1.9.4.6. Manómetros
Son sistemas que realizan una regulación proporcional de alguna función. Por ejemplo,
si utilizamos un regulador proporcional que controle la temperatura del fluido en el
deposito de acumulación. En función de la temperatura regulará la potencia del sistema
auxiliar de calentamiento, para establecer una temperatura de salida del ACS constante.
Estos reguladores proporciona les pueden actuar sobre calderas, válvulas de asiento,
válvulas de tres vías, electrocirculadores, etc.
1.9.5. Válvulas auxiliares.
Las válvulas son los elementos que nos permiten regular el flujo del fluido de trabajo en
el circuito. Los distintos tipos de válvulas existentes nos permitirán ajustar la
circulación del fluido de la forma más conveniente para nuestro sistema.
En lo visto hasta ahora, hemos hecho uso de ellas para vaciar y llenar el circuito, para
purgar el aire, para evitar problemas producidos por sobrepresión y para evitar que se
produzca flujo inverso en el circuito.
La elección del tipo de la válvula se realizará de acuerdo con la función que desempeñe
y dependiendo también de las condiciones extremas de funcionamiento (presión y
temperatura) siguiendo preferentemente los criterios que a continuación se citan:
Algunas de estas válvulas ya han sido descritas, pero otras válvulas no lo han sido, por
lo que en este apartado mencionaremos algunas válvulas de gran importancia que
todavía no han sido vistas.
Las válvulas de corte pueden ser controladas eléctricamente, son las llamadas
electroválvulas. Su función es la misma que las anteriores, pero se controlan mediante
un sistema electrónico.
Válvulas de tres vías. En determinadas ocasiones, nos puede interesar que el fluido
circule por circuitos alternativos. Es en estos casos que utilizamos las válvulas de tres
vías.
El accionamiento de estas válvulas puede ser manual, eléctrico mediante relé, con lo
que la válvula puede pasar de una a otra posición por una señal eléctrica, y con
regulación diferencial, lo que permite a la válvula regular el caudal que debe fluir por
cada una de las posibles salidas.
- Subsistema de control.
- Subsistema de monitorización.
1.9.6.1. Subsistema de control
El sistema de control asegurará que en las instalaciones para agua sanitaria en ningún
caso se alcancen temperaturas superiores a 45 ºC en los puntos de consumo
recomendándose el uso de válvulas mezcladoras.
La tabla siguiente indica las variables analógicas que, como mínimo, deben ser medidas
por el sistema de monitorización:
Los circuitos de nuestra instalación deben de poseer al menos los siguientes sistemas de
seguridad:
Por ello es aconsejable trabajar con cierto margen de seguridad, y utilizar los sistemas
anticongelantes para una temperatura exterior de algunos grados sobre cero.
Se considerarán zonas con riesgo de heladas aquellas en las que se hayan registrado,
alguna vez en los últimos 20 años, temperaturas ambientes inferiores a 0 ºC y en ellas se
utilizaran sistemas de protección para evitar la posible rotura de cualquier parte de la
instalación.
- Mezclas anticongelantes.
- Recirculación de agua de los circuitos.
- Drenaje automático con recuperación de fluido.
- Calentamiento del fluido mediante resistencia eléctrica.
Habrá que revisar periódicamente la composición del fluido de trabajo, para asegurar
que las características de la mezcla se mantienen. En cualquier caso, se recomienda, al
menos, una revisión completa antes de la temporada invernal.
El sistema de control es el que actúa sobre el circuito para provocar la circulación del
fluido de trabajo; actuará cuando la temperatura detectada en colectores alcance un
valor ligeramente superior al de congelación del agua (+3 ºC).
Este sistema es adecuado para zonas climáticas con periodos de baja temperatura de
corta duración, pero no es aconsejable en zonas donde los periodos con bajas
temperaturas sean prolongados.
Este método de protección antiheladas consiste en vaciar el circuito primario del fluido
de trabajo. El circuito y el sistema estarán diseñados de tal forma que no quede fluido de
trabajo en ningún punto expuesto a heladas.
Requiere especial atención, asimismo, el estudio del purgado automático del aire en la
instalación durante los rellenados.
Cuando la temperatura desciende por debajo del valor que hemos fijado como valor
limite, el sistema de control acciona una resistencia eléctrica, que calienta el fluido del
circuito primario impidiendo su congelación.
La instalación solar debe estar diseñada para soportar el amplio rango de temperaturas
al que puede estar sometida. En principio, el circuito primario estará diseñado de forma
que la temperatura máxima de trabajo sea superior a la temperatura de estancamiento
del colector, siendo la temperatura de estancamiento del colector la máxima temperatura
del fluido que se obtiene cuando no existe circulación en el colector, y debido a las altas
temperaturas ambientes y a la alta radiación y siendo la velocidad del viento
despreciable, se alcanzan condiciones casi-estacionarias.
Las máximas temperaturas que pueden alcanzarse ocurrirán en periodos de bajo o nulo
consumo y de elevada radiación. El diseño de la instalación asegurará que no se
sobrepasan las temperaturas máximas de trabajos de cada uno de los componentes del
sistema.
Los materiales de la instalación deben soportar las máximas temperaturas de trabajo que
puedan alcanzarse y no debe causar ninguna situación en la que el usuario tenga que
tomar medidas especiales para que el sistema vuelva a la situación original. Como
medida de seguridad debemos utilizar componentes que soporten sin problemas trabajar
a 150 ºC.
Cuando las aguas sean duras, es decir con una concentración en sales de calcio entre
100 y 200 mg/l, se realizarán las previsiones necesarias para que la temperatura de
trabajo de cualquier punto del circuito de consumo no sea superior a 60 °C, sin perjuicio
de la aplicación de los requerimientos necesarios contra la legionela. En cualquier caso,
se dispondrán los medios necesarios para facilitar la limpieza de los circuitos.
Con independencia del uso al que se destine la instalación, en el caso de que en algún
mes del año la contribución solar real sobrepase el 110 % de la demanda energética o en
más de tres meses seguidos el 100 %, se adoptarán cualquiera de las siguientes medidas:
El sistema deberá ser calculado de tal forma que nunca se exceda la máxima
temperatura permitida por todos los materiales y componentes. Por tanto también será
fundamental elegir los materiales más adecuados para la instalación.
La instalación debe estar diseñada de forma que nunca se sobrepase la máxima presión
soportada por todos los materiales. Aun y con esto, las subidas de temperaturas pueden
producirse en instalaciones que se encuentran temporal o permanentemente fuera de
servicio. Si el fluido de trabajo es agua, con o sin anticongelante, los riesgos de
ebullición son riesgos reales, y habrá que tomar medidas al respecto.
Los circuitos deben soportar una presión de 1,5 veces el valor de la presión máxima de
servicio. Además, el circuito de consumo deberá soportar la máxima presión requerida
por las regulaciones sobre agua potable, para instalaciones de aguas de consumo
abiertas o cerradas. En caso de sistemas de consumo abiertos con conexión a la red, se
tendrá en cuenta la máxima presión de la misma para verificar que todos los
componentes del circuito de consumo soportan dicha presión.
Para que la dilatación del fluido de trabajo y su posible ebullición no acarreen serios
prejuicios a nuestra instalación, además de diseñar un circuito capaz de resistir la
presión máxima previsible, dotaremos al circuito primario de los elementos, que
mencionamos a continuación.
1.10.3.1. El deposito de expansión.
Este depósito debe tener capacidad suficiente para admitir la expansión del fluido de
trabajo, pues en caso contrario, seria necesario rellenar periódicamente el circuito con
los problemas que esto podría acarrear.
Si esta válvula se encuentra en la parte superior del circuito evacuara el vapor producido
por un calentamiento excesivo que haya provocado la ebullición del fluido de trabajo. Si
la válvula va situada en la parte inferior del circuito descargara parte del fluido
caloportador.
En cualquiera de los dos casos habrá que reincorporar al circuito el fluido descargado
por la válvula. Este sistema es apropiado cuando para la protección contra la
congelación se utiliza un sistema de drenaje y recuperación del fluido, pues puede
utilizarse el sistema de recuperación del fluido para reincorporar el fluido descargado
por la válvula de descarga.
Por norma, en los puntos altos de la salida de baterías de colectores y en todos aquellos
puntos de la instalación donde pueda quedar aire acumulado, se colocarán sistemas de
purga constituidos por botellines de desaireación y purgador manual o automático. El
volumen útil del botellín será superior a 100 cm3. Este volumen podrá disminuirse si se
instala a la salida del circuito solar y antes del intercambiador un desaireador con
purgador automático. En el caso de utilizar purgadores automáticos, adicionalmente, se
colocarán los dispositivos necesarios para la purga manual.
1.10.4.2. Desaireador.
Las bolsas de aire o gas no son la única forma en que podemos encontrar gas en el
circuito. Podemos tener gas diluido en el fluido de trabajo. Para evacuar estos gases
instalaremos un elemento denominado desaireador y lo colocaremos, al igual que el
purgador de aire, en el punto más alto del circuito.
Los desaireadores pueden ser centrífugos o por absorción. Estos últimos son los más
eficaces. Desaireador centrífugo, es un desaireador como el del esquema, se fuerza en el
fluido un movimiento circular, y el agua es impulsada a las paredes del recipiente, y el
aire, menos denso, se queda en el centro del desaireador, por donde asciende y es
expulsado.
Las descargas eléctricas son producidas por la caída de un rayo sobre nuestros
colectores. Los efectos de un rayo pueden alcanzar hasta un km de distancia y pueden
inducir corrientes parásitas en los elementos metálicos altamente destructivas, debido a
su elevado potencial.
Todas las superficies metálicas y el armazón del conjunto, que pudieran ser tocadas por
el personal o que pudieran transmitir el pulso eléctrico inducido por el rayo y que
pudieran afectar a nuestra instalación, deben estar conectadas a tierra mediante los
sistemas normalizados para tal efecto. En los sistemas de colectores dotados de
estructuras metálicas conectadas a tierra, las posibilidades de que un rayo produzca una
corriente parásita es la mitad que en una instalación sin este tipo de estructura.
A diferencia del ACS, que se necesita todo el año, la calefacción sólo se usa en los
meses más fríos. Al ser las necesidades energéticas, en este campo, superiores a las
requeridas para ACS, el número de colectores necesarios es mucho mayor, no pudiendo
lograrse los mismos porcentajes de cobertura por razones técnicas y económicas.
Es prácticamente imposible establecer una regla sobre dimensionado de colectores para
calefacción, ya que la forma de la vivienda, su orientación, su aislamiento y sus
características constructivas hacen de cada caso una excepción. Como aproximación
muy grosera puede decirse que, en nuestro caso, 1 m2 de colector equivalen a 700 litros
de gasóleo al año. Sin embargo, puesto que las necesidades de calefacción son mayores
en los meses de peor climatología, es necesario recurrir a distribuir estos 700 litros en
función de la irradiación mensual para hacerse una idea de las dimensiones de la
instalación.
La calefacción por energía solar implica, por tanto, el empleo de otros sistemas de
transferencia de calor que funcionen con temperaturas inferiores a los 50 ºC. Los
procedimientos más conocidos son el Suelo Radiante y los Fan-coils.
La calefacción mediante suelo radiante consiste en hacer circular agua caliente bajo el
suelo de las habitaciones. El sistema de Fan-coils se basa en una serie de tubos con
aletas por las que circula agua caliente. Una corriente de aire, impulsada por un
ventilador, pasa entre los tubos calentándose previamente a ser introducida en el interior
de la habitación. Ambos procedimientos son caros; el primero en su instalación y el
segundo porque además exige un consumo eléctrico.
2.2.3. Refrigeración.
Puesto que se trata de uno de los usos más extendidos de la energía solar térmica en el
sector servicios (turísticos, municipales, públicos y particulares) detallaremos algunas
características de sus tipos y funcionamiento.
La energía solar térmica puede utilizarse para todo tipo de piscinas, públicas o
particulares, cubiertas o al aire libre. Mencionamos los principales usos:
En el caso de utilizar la energía solar para calentar agua de uso domestico, está claro
que la demanda energética estará directamente relacionada con el consumo de agua
caliente que se realice. Expresado en forma más rigurosa, diremos que la demanda
energética depende directamente del volumen de agua caliente consumido, de la
temperatura inicial a la que se encontraba el volumen de agua consumido, y de la
temperatura final a la que esta es utilizada.
Q=m*c*∆T
Por tanto, para poder realizar los cálculos necesarios necesitamos conocer:
Para valorar las demandas se tomarán los valores unitarios que aparecen en la siguiente
tabla (demanda de referencia a 60 ºC).
Para otros usos se tomarán valores contrastados por la experiencia o recogidos por
fuentes de reconocida solvencia, no vale nuestra propia iniciativa o experiencia.
Para el caso de que se elija una temperatura en el acumulador final diferente de 60 ºC,
se deberá alcanzar la contribución solar mínima correspondiente a la demanda obtenida
con las demandas de referencia a 60 ºC. No obstante, la demanda a considerar a efectos
de cálculo, según la temperatura elegida, será la que se obtenga a partir de la siguiente
expresión:
Donde: D(T) es la suma de la demanda de todos los meses del año; Di (T) es la
demanda para el mes i.
En el uso residencial de una vivienda, hay que tomar en consideración otros factores
para otros usos:
Ejemplo.
El que la vivienda tenga mayor o menor ocupación y su número de miembros sea mayor
o menor no se considera, según el procedimiento de cálculo establecido en el HE-4.
En definitiva, se fija que tipo de edificios deben aplicar el método de cálculo y los
métodos de cálculo admitidos. Estos métodos se basan en el cálculo de las
transmitancias térmicas de los distintos elementos del edificio, de su situación
geográfica y de las condiciones ambientales.
Los procedimientos son muy amplios y complejos, por lo que deben ser estudiados
detenidamente en un curso específico para ello. En este curso quedan fuera de nuestros
objetivos. Además, debe ser el arquitecto el responsable de su cálculo y la verificación
de su cumplimiento. Lo que debe importar al diseñador de la instalación de calefacción
es el valor de la demanda energética por vivienda y habitáculo, para diseñar la
instalación.
Por lo tanto Vamos a utilizar un método aproximativo del cálculo de las demandas de
calefacción no estándar, pero que nos servirá para realizar una aproximación
aceptablemente buena.
A la hora de realizar un diseño de calefacción, por este método, la única variable que
vamos a tener en cuenta es la temperatura del aire.
Las tablas de confort, que son tablas que relacionan las cuatro variables anteriores para
mantener un máximo de comodidad en un recinto, consideran que la temperatura a
mantener dentro de un local, independientemente de la temperatura exterior, es de un
valor situado entre los 20 ºC y los 23 ºC.
Para conseguir esto, los sistemas convencionales de calefacción utilizan fluido que
circula por los radiadores a una temperatura situada entre los 70 y 90 ºC.
Estos radiadores ceden calor al aire consiguiendo que la temperatura del local se
mantenga constante en el valor deseado.
Estas temperaturas de trabajo no pueden alcanzarse con una instalación solar de baja
temperatura, ya que a los 80 ºC el rendimiento de un colector solar plano es nulo.
La calefacción por energía solar implica, por tanto, el empleo de otros sistemas de
transferencia de calor que funcionen con temperaturas inferiores a los 50 ºC. Los
procedimientos más conocidos son el Suelo Radiante y los Fan-coils.
La calefacción mediante suelo radiante consiste en hacer circular agua caliente bajo el
suelo de las habitaciones. En el suelo radiante la temperatura del fluido caloportador
ronda los 35 ºC y la temperatura de la superficie del suelo debe estar a unos 29 ºC.
El sistema de Fan-coils se basa en una serie de tubos con aletas por las que circula agua
caliente. Una corriente de aire, impulsada por un ventilador, pasa entre los tubos
calentándose previamente a ser introducida en el interior de la habitación.
El cálculo del calor perdido será de todas formas, tarea complicada, pues en muchos
casos no conoceremos el valor de las variables que entran en juego.
Por ello vamos a trabajar con un método de cálculo aproximado, que nos permitirá
calcular un valor aproximado de las necesidades caloríficas del local.
Suficientemente aproximado como para poder dimensionar el sistema de calefacción en
función del valor obtenido.
Son numerosos los métodos aproximados de cálculo, aquí trabajaremos con el que la
casa comercial Roca ha enseñado tradicionalmente a sus instaladores.
Este mismo método se puede aplicar utilizando los programas de cálculo de las
necesidades de calefacción de esta misma empresa.
2.4.2.1. Factor A.
Es el factor base y sus unidades son kcal/hora.m2. Este factor varía en función del uso a
que se destina la habitabilidad del local, del emplazamiento en el edificio y del régimen
de calefacción que se use en la edificación.
2.4.2.2. Factor B.
2.4.2.3. Factor C.
- Edificio actual, bien aislado, (con muros exteriores con aislamiento térmico, cristales
con cámara de aire.) Factor C = 1
- Edificación antigua, aislamiento regular, (muros exteriores con cámara de aire,
cristales sencillos.) Factor C = 1,2
- Edificación muy antigua, sin aislamiento ni cámara de aire en los muros, cristales
sencillos y carpintería de cerramientos deteriorada. Factor C = 1,44
Ejemplo.
- 1 salón-comedor 22 m2.
- 4 habitaciones de 12 m2 cada una.
- 2 cuartos de baño de 8 m2 cada uno, uno interior y otro exterior
- 1 cocina de 10 m2.
- 1 pasillo de 14 m2 .
- Se trata de una edificación antigua, que aunque posee muros de gran espesor, tiene
cristales simples y la carpintería bastante deteriorada.
Para nuestros cálculos es más conveniente trabajar en MJ/día, por lo cual convertiremos
las kcal/hora obtenidas en MJ/día, para ello hemos multiplicado el resultado por el
factor de conversión 0,10032. Es decir 1 kcal/hora = 0,10032 MJ/día.
La utilización de la energía solar para calentar el agua de una piscina es uno de los usos
más extendidos en el sector servicios (turísticos, municipales, públicos y particulares).
De hecho la normativa actual considera prácticamente obligatorio el utilizar energías
renovables para calentar el agua de piscinas de cualquier tipo, ya sean públicas o
privadas, cubiertas o al aire libre.
En piscinas cubiertas, para que se puedan utilizar en cualquier época del año, los
colectores instalados deben ser similares a los utilizados para el calentamiento de ACS.
Las piscinas cubiertas deben contar con fuente energética de apoyo, al igual que en el
caso de la calefacción o del ACS.
Para piscinas cubiertas, los valores ambientales de temperatura y humedad deberán ser
fijados en el proyecto, la temperatura seca del aire del local será entre 2 ºC y 3 ºC mayor
que la del agua, con un mínimo de 26 ºC y un máximo de 28 ºC, y la humedad relativa
del ambiente se mantendrá entre el 55% y el 70%, siendo recomendable escoger el valor
de 60%.
En el caso de utilizar la energía solar para calentar el agua de una piscina, la demanda
energética estará directamente relacionada con:
La demanda energética a cubrir por la instalación solar será la suma de las demandas
por perdidas térmicas y por renovación menos las ganancias térmicas de la piscina. En
las pérdidas de energía térmica del agua de la piscina intervienen varios factores:
Hay múltiples sistemas de cálculo de las pérdidas energéticas, tanto por procedimientos
manuales como informáticos, el más aceptado es el método ASHRAE (American
Society of Heating, Refrigerating and Air-Conditioning Engineers). Es un método muy
avanzado y preciso, pero también muy complejo, solamente su aplicación nos llevaría
un curso. Por lo tanto vamos a centrarnos en un método mucho más simple.
La demanda energética viene dada por las pérdidas térmicas en la pila de la piscina,
calculándose de forma diferente si se trata de piscina cubierta o al aire libre.
Ejemplo.
En una piscina cubierta de 25 m x 16 m, con una temperatura del agua de 27 ºC, las
pérdidas térmicas serán de:
- Temperatura del agua de la piscina 24 ºC, que es una temperatura muy común en
piscinas descubiertas.
- Los valores del ábaco se refieren a una superficie libre de la piscina de 1 m2. Por ello,
para obtener las pérdidas totales de la piscina, habrá que multiplicar el valor obtenido en
el ábaco por la superficie libre de la misma.
- Las perdidas obtenidas son perdidas medias diarias.
- Estos valores han sido calculados para una zona climática con un grado de humedad
relativa media.
Si deseamos conocer las necesidades térmicas para mantener el agua a otra temperatura,
basta con aplicar la ecuación mencionada anteriormente.
Ejemplo 1.
En una piscina descubierta de 25 m x 16 m, con una temperatura del agua de 24 ºC, una
velocidad del aire de 2 m/s y una temperatura media ambiente de 18 ºC, las pérdidas
térmicas serán de:
En una piscina descubierta de 25 m x 16 m, con una temperatura del agua de 26 ºC, una
velocidad del aire de 2 m/s y una temperatura media ambiente de 18 ºC, las pérdidas
térmicas serán de:
El agua que se evapora de una piscina, ha de ser repuesta con agua de red. La
temperatura del agua de red, generalmente se encuentra por debajo de los 26 o 27 ºC a
la que pretendemos que se encuentre el agua de la piscina. Por lo tanto, al entrar esta
agua a formar parte del agua de la piscina habrá que aumentar su temperatura.
Ejemplo.
Una forma de minimizar las perdidas de energía en una piscina a climatizar, es utilizar
durante las horas que la piscina no esté en uso una manta aislante de plástico. El uso de
este tipo de mantas reduce considerablemente las perdidas por evaporación y por
convección.
Ejemplo.
Para ajustar este valor teórico a un valor práctico, con el que trabajar, aplicaremos las
siguientes correcciones:
- Pérdidas por reflexión y sombras de los bordes de la piscina Factor de corrección 0,85
- Pérdidas por reflexión en paredes y fondo muy claros Factor de corrección 0,95
- Perdidas por sombras sobre la superficie del agua Factor de corrección Variable según
sombras
El primero de los factores lo aplicaremos siempre, mientras que los otros dos
dependerán de las características de la piscina. El factor o factores de corrección los
multiplicaremos por la energía captada teóricamente, por la piscina, para minimizar la
captación. Si no hay pérdidas por sombras el factor de corrección será 1.
Vamos a aplicar la radiación solar recibida diaria sobre el total de la superficie de la
piscina y corregir el resultado con las diferentes pérdidas más habituales.
De restar a la demanda energética las ganancias de la piscina obtendremos la demanda
real de nuestra piscina, que deberemos suministrar con colectores solares.
Ejemplo.
El cliente quiere poder utilizar la piscina desde el mes de mayo al mes de octubre,
ambos incluidos.
Quiere conseguir esto mediante energía solar, y para ello posemos la siguiente
información:
Pérdidas totales
- Demanda energética por perdidas y renovación (MJ/día)
La demanda negativa indica que nos sobra energía por lo que no será necesaria ninguna
captación extra.
A partir de este principio es posible concebir una máquina en la que se produce una
evaporación con la consiguiente absorción de calor, que permite el enfriamiento de un
fluido secundario en el intercambiador de calor que actúa como evaporador, para acto
seguido recuperar el vapor producido disolviendo una solución salina o incorporándolo
a una masa líquida. El resto de componentes e intercambiadores de calor que configuran
una planta frigorífica de Absorción, se utilizan para transportar el vapor absorbido y
regenerar el líquido correspondiente para que la evaporación se produzca de una manera
continua.
El coste de producir el trabajo mecánico necesario para obtener un kW de refrigeración
por ciclo de compresión mecánica de vapor es, normalmente, superior al coste necesario
para recuperar la cantidad de calor a aplicar para obtener el mismo kW en un ciclo de
absorción.
Los sistemas de refrigeración solar suelen trabajar con temperaturas de agua caliente de
entrada de entre 45 y 90 ºC y con temperaturas de agua fría de salida de entre 7 y 12 ºC,
aunque es posible obtener temperatura por debajo de 0 ºC.
También son muy similares, a los parámetros que intervienen en calefacción, los que
condicionan nuestras necesidades de refrigeración: temperatura exterior, superficie,
aislamiento, humedad relativa, etc.
Con las ideas anteriormente expuestas, para dimensionar nuestro sistema solar para
refrigeración, debemos seguir el siguiente proceso:
1. Calculamos la carga energética en refrigeración a extraer de nuestro local o
instalación, en frigorías por unida de tiempo, utilizando algún método estándar
(recomendamos el método ASHRAE) y fijamos el periodo de tiempo a lo largo del día
en el que debemos suministrar la potencia indicada, así como la época del año en que
funcionaré nuestra instalación. También debemos fijar la temperatura que debe alcanzar
nuestra máquina frigorífica, que estaré en función de la aplicación de nuestra
instalación. Se puede conseguir una buena información del tema en ATECYR.
2. Convertimos las frigorías por unidad de tiempo que hay que extraer la instalación a
kW, a MJ/h o a cualquier otra unidad que necesitemos para nuestros cálculos, teniendo
en cuenta que la frigoría es justo lo inverso de la caloría, es decir, el calor que hay que
extraer a un cm3 de agua pura para reducir su temperatura de 20 ºC a 19 ºC en
condiciones normales.
3. Elegimos una máquina de refrigeración por absorción, que nos pueda proporcionar la
potencia requerida y la temperatura de refrigeración necesaria. Esta máquina tendrá una
eficiencia determinada y unos márgenes admisibles de la temperatura, que debemos
suministrar para que funcione el sistema de refrigeración.
4. Con los datos obtenidos anteriormente, las características de nuestros colectores y los
datos del lugar de instalación, procedemos como si estuviéramos suministrando calor a
un sistema de calefacción, para calcular nuestra instalación.
La configuración con caldera en serie, consiste en emplear una caldera como fuente de
apoyo cuando la energía procedente del campo de captadores no es suficiente para
accionar la máquina de absorción. La caldera actuará en serie únicamente cuando la
temperatura del depósito se encuentre entre la de retorno del generador de la máquina de
absorción y la de impulsión al mismo.
Hay una serie de procesos industriales, que ya hemos enumerado, que pueden utilizar la
energía térmica producida por colectores solares de baja temperatura.
Esto no quiere decir que estos sean los únicos procesos industriales en los que podría
participar la energía solar térmica; lo que ocurre es que los requerimientos energéticos
de estos procesos son de características similares a los del agua caliente sanitaria. En
otros casos, la temperatura de trabajo ofrecida por un colector térmico de baja
temperatura resultará insuficiente. Para ello se trabaja con otro tipo de colectores, pero
el diseño de una instalación de este tipo varia notablemente con respecto a las que
estamos estudiando.
En el CTE está considerada esta realidad para el cálculo de las demandas de calefacción
y refrigeración de una vivienda. En nuestro cálculo aproximado ya se han considerado
estas aportaciones dentro de los datos base para el cálculo de la demanda en calefacción
de un edificio.
Hay procesos, como la desalación de agua de mar, que pueden funcionar solamente con
el aporte de energía solar pasiva. En otros procesos las aportaciones solares pasivas
serán complementarias a otras formas de captación solar.
En una aplicación que tiene especial interés la captación solar pasiva es en las piscinas
al aire libre, ya que la aportación pasiva disminuye la necesidad de aporte de energía por
otros medios de captación. También se puede producir una cierta captación pasiva en
piscinas cubiertas, pero es más raro. Este fenómeno ya ha sido considerado en el
apartado de hoja de cargas de piscinas y ha sido estudiado considerando la piscina como
un gran colector solar plano horizontal al suelo.
3. Criterios de diseño y configuraciones de las
instalaciones solares térmicas de baja temperatura
Analizaremos en esta lección los criterios de diseño utilizados en instalaciones solares
térmicas de baja temperatura, así como las configuraciones básicas utilizadas. Para ello
tomaremos como base las instalaciones de Agua Caliente Sanitaria, pues es esta la
principal aplicación de la energía solar térmica de baja temperatura.
A partir de los diseños para esta aplicación podremos desarrollar las variaciones
necesarias para utilizar esta energía en otras aplicaciones, como son calefacción,
refrigeración y calentamiento de piscinas. Para ello consideraremos en calentamiento de
piscinas, que la piscina es el acumulador, y en calefacción que el acumulador son las
propias paredes del recinto que queremos calefactar. Con ello tendremos la base para
realizar las variaciones necesarias para que las configuraciones se ajusten a los casos
particulares con los que trabajemos.
Aunque podemos ver el glosario de términos, es interesante estudiar los siguientes para
facilitar el estudio del tema.
- Sistema abierto.
- Sistema cerrado.
Para conseguir lo anterior debemos seguir unas directrices que nos permitan lograr un
óptimo aprovechamiento de la energía solar, cuando realicemos una instalación de
energía solar térmica de baja temperatura.
Si bien cada caso particular requiere de una solución particular, y por ello no puede
haber principios inamovibles, el ajustarnos en la medida de lo posible a las siguientes
directrices, repercutirá en que el funcionamiento de la instalación tienda a su optimo.
Con ello queremos decir que una instalación estará mal diseñada si su campo de
captación está pensado para un rendimiento máximo en momentos en que la energía que
es captada no puede ser utilizada.
Ya sabemos que la energía solar es gratuita, y que la energía de apoyo no lo es. Lo ideal
sería utilizar el sistema auxiliar solo cuando hubiéramos utilizado toda la energía solar
captada y acumulada. En la práctica esto no es posible, pero nuestro diseño puede
favorecer que utilicemos la energía solar y no hagamos uso de la energía auxiliar
innecesariamente. Conseguimos esto con:
- Con un buen dimensionado del volumen de acumulación, pues puede suceder que si
la superficie de captación y el sistema de almacenamiento no están bien proporcionados,
no acumulemos calor en la forma en que nos interesa. Nos explicamos: Si nuestro
acumulador es muy grande, acumularemos el calor en mucho volumen, con lo que la
temperatura de almacenamiento será muy baja y habrá que utilizar excesivamente el
sistema auxiliar para calentarla hasta la temperatura de uso. Si por el contrario la
acumulación es muy pequeña, no podremos usarla en periodos alejados del tiempo de
captación, y además, la temperatura de almacenamiento será alta, lo que provocará que
el rendimiento del colector disminuya.
- Con un buen diseño del sistema de apoyo. El sistema auxiliar debe estar regulado de
tal forma que solo entre en funcionamiento cuando sea estrictamente necesario y no
aportando más energía de la necesaria.
- En un sistema auxiliar que actúa sobre el propio depósito de acumulación, este
estará regulado para que solo entre en funcionamiento cuando casi no quede energía
acumulada.
- En un sistema en línea, el sistema deberá regularse automáticamente en función de
la temperatura de la acumulación y la temperatura solicitada. Si esto no es así se puede
sobrecalentar el fluido con los graves e inútiles problemas que esto puede acarrear.
- En un sistema auxiliar con depósito de apoyo, este estará situado entre la
acumulación y los puntos de uso. La temperatura del fluido en este segundo depósito
será algo superior a la temperatura requerida en los puntos de uso, para que, al
mezclarlo con el fluido de la acumulación solar (que normalmente se encontrará por
debajo de la temperatura de uso) tengamos la temperatura deseada.
- Con un diseño que evite que la energía solar y la energía auxiliar se mezclen
innecesariamente. La temperatura en la acumulación solar, va ha estar generalmente por
debajo de la temperatura de uso. La baja temperatura de la acumulación aumenta
considerablemente el rendimiento del colector, cosa muy interesante para nosotros. Si
mezclamos esta energía con la energía auxiliar, aumentaremos la temperatura en la
acumulación solar, con lo que disminuiremos el rendimiento de los colectores. Por ello,
optaremos siempre que podamos, por diseños que mantengan separados ambos tipos de
energía.
No siempre nos será posible ajustarnos a estas directrices, bien por limitaciones
económicas o por limitaciones técnicas. Ello no quiere decir que el funcionamiento del
sistema no sea aceptable. Cada caso particular tiene una solución particular, y esta es la
que deberemos encontrar trabajando siempre dentro de las limitaciones de cada
proyecto.
3.1.3.3. Tercera directriz: Evitar pérdidas innecesarias de la energía solar
captada.
Un a instalación es tan poco fiable como el menos fiable de sus componentes, por lo que
deberemos utilizar componentes de calidad contrastada y adecuados al uso y
temperaturas a las que trabajará nuestra instalación.
Cuantos mas elementos se interpongan entre el colector y los puntos de uso, peor será el
rendimiento, y cuanta mayor la complejidad de estos elementos, mayor la posibilidad de
que se estropeen, y mas cara su reparación. Por lo tanto, debemos simplificar al máximo
el diseño de la instalación para quesea lo más fiable posible.
Conocemos cada uno de los elementos que pueden formar parte de una instalación solar
térmica de baja temperatura. Hemos apuntado brevemente en que aplicaciones podemos
utilizar sistemas solares térmicos de baja temperatura.
Las instalaciones por termosifón directas son las más simples que podemos realizar. En
ellas el fluido de trabajo que atraviesa los colectores y el fluido que llega a los puntos de
uso es el mismo. La circulación de este fluido se produce sin la ayuda de ningún
electrocirculador. Esto ofrece una serie de ventajas e inconvenientes que son los que
valoraremos a la hora de optar por esta configuración como solución valida o no.
Las instalaciones por termosifón directas, son la solución más económica que podemos
aplicar. En ellas el número de elementos constitutivos esta reducido al mínimo, lo que
abarata considerablemente su precio.
Además el hecho de que el fluido de trabajo sea el propio que tenemos en los puntos de
uso mejora el rendimiento térmico de la instalación, pues cada vez que cedemos calor
de un elemento de la instalación a otro, o de una parte de la instalación a otra, se
producen perdidas.
Deben estar preparadas, asimismo para soportar mayores temperaturas, y los problemas
que esto puede ocasionar, como vaporización del fluido de trabajo en determinadas
condiciones, etc.
3.2.2. Configuración 2: Instalación por termosifón indirecta.
Las instalaciones por termosifón tienen unas exigencias y unas limitaciones que
debemos conocer. La circulación por termosifón se produce debido a la diferente
densidad del agua fría y del agua caliente. El agua caliente es menos densa que el agua
fría, por lo que tiende a colocarse si puede encima de esta.
Al conjunto de estos dos factores, la diferencia de alturas entre la parte inferior del
depósito y la salida de los colectores, y la diferencia de temperaturas entre estos dos
mismos puntos, se le denomina carga hidráulica del sistema. La carga hidráulica del
sistema nos da idea de la energía que posee el fluido para provocar el efecto termosifón.
Si bien los factores comentados son los más determinantes a la hora de que se produzca
la circulación por termosifón, no son los únicos, y hay otros factores que hay que tener
muy en cuenta a la hora de realizar un diseño de una instalación por termosifón:
Por ello no utilizaremos codos a 90º, sino curvas con radios mínimos de tres veces el
diámetro de la tubería, no colocaremos filtros, ni válvulas de corte, y solo en casos muy
concretos (con una diferencia de alturas entre la parte inferior del tanque y la salida de
los colectores, mínima), para evitar el flujo inverso, válvulas antirretorno, que serán de
claqueta.
Como regla práctica se pueden dimensionar las tuberías de las instalaciones por
termosifón seleccionándolas de un diámetro inmediatamente superior al que
correspondería en un sistema con circulación forzada, y nunca inferiores a media
pulgada. Además evitaremos trazados horizontales, y si son imprescindibles daremos a
la conducción una inclinación de al menos un 5 % (favoreciendo la circulación del
fluido).
Acabamos de dar una serie de pautas que podemos aplicar para decantarnos por una u
otra configuración a la hora de dar solución a un caso determinado.
Vamos a resumir y completar estas pautas.
Un sistema por termosifón no necesita electricidad para alimentar el sistema de bombeo.
Esta característica hace que este sistema sea especialmente interesante en zonas
aisladas, con alta radiación solar. Si la energía auxiliar utilizada es gas, la ventaja se
mantiene, pero deja de hacerlo si se utiliza la electricidad como energía de apoyo, pues
en comparación a esta, el consumo de la bomba es mínimo.
Sobre la elección o no de sistemas directos, hay que tener muy en cuenta estos tres
factores; presión de trabajo, corrosión y congelación. Técnicamente, son los que van ha
limitar la posibilidad de trabajo con este tipo de sistemas.
Las configuraciones básicas anteriores admiten dos variantes según que el vaso de
expansión del circuito primario sea abierto o cerrado.
En cuanto a optar por un sistema abierto o cerrado, nos decantaremos siempre que sea
posible por uno abierto, pues los depósitos de expansión cerrados suelen dar problemas
a lo largo de la vida de la instalación.
No obstante, los vasos de expansión cerrados tienen mejores prestaciones y son más
versátiles a la hora de instalarlos.
Podemos, como hemos visto ya, aplicar la energía de apoyo o bien al fluido, en su
trayectoria entre la acumulación y los puntos de uso, sistemas en línea, o directamente
en la acumulación.
En el primer caso, nuestros sistemas deberán ser más potentes, pues deberán realizar el
calentamiento del fluido de forma instantánea, justo en el instante en que nosotros lo
demandemos.
En el segundo caso, los sistemas de apoyo podrán tener menor potencia, pues el
calentamiento no tiene por que producirse de forma instantánea, sino que se puede
producir de forma gradual, almacenándose el fluido ya calentado, siempre y cuando el
fluido ya este caliente cuando lo necesitemos.
Técnicamente, un sistema con dos acumuladores es, en cuanto a eficiencia del sistema,
la configuración optima. Sin embargo, el acumulador es uno de los elementos más caros
de la instalación.
Esto nos impone la siguiente reflexión: Cuanto mas eficiente sea el sistema, mayor será
el ahorro de energía que este proporcionará. Pero, ¿y si este ahorro no compensa el
sobrecoste de aumentar el numero de elementos de la instalación?
La lógica nos dice que si el ahorro de energía producido por la mayor eficiencia de la
instalación es mayor que el sobrecoste que supone el realizar una instalación que conste
no de uno sino de dos acumuladores, será conveniente utilizar este diseño, y si esto no
se cumple será más interesante utilizar un diseño con un solo acumulador.
Podemos mejorar el rendimiento del sistema de dos acumuladores con una válvula de
tres vías regulable en función de la temperatura alcanzada en el acumulador, solar.
Esto contradice una de las directrices, que nos decía que teníamos que utilizar la energía
auxiliar con prioridad. Para evitar esto podemos utilizar el siguiente diseño
convenientemente regulado.
Como caso especial, nos podemos encontrar con algún caso en que tengamos que dar
servicio a grandes cantidades de agua caliente en verano y muy pequeñas en invierno
(caso de hoteles de temporada). En estos casos es interesante estudiar el diseño
siguiente:
Con este diseño, utilizando la válvula de tres vías de la parte inferior de la instalación,
podemos inutilizar el depósito de mayor tamaño en temporada baja, pues no tiene lógica
acumular en temporada alta en, por ejemplo 5000 litros de acumulación, y calentar
todos estos litros en invierno si solo se consumen 500, el gasto sería totalmente inútil.
Si bien no es objeto de este curso desarrollar los sistemas de distribución del fluido
calentado a los puntos de consumo, pues estos sistemas no son específicos de las
instalaciones solares, sí es necesario hacer una serie de aclaraciones y dar algunas
explicaciones. A ello vamos.
Diferenciamos dos tipos de sistemas de distribución del fluido calentado a los puntos de
consumo, los sistemas de distribución abiertos, y los sistemas de distribución de
recirculación.
Un sistema de distribución abierto es aquel que se realiza entre el acumulador y los
puntos de uso con una sola tubería. Este sistema es el más simple, y es el utilizado en la
mayoría de instalaciones de pequeño tamaño. Su instalación es sencilla y no presenta
problemas de regulación; sin embargo, presenta el inconveniente de que cuando se
necesita el fluido caliente en un punto determinado, hay que esperar a que el fluido
caliente viaje por toda la tubería para llegar al punto de consumo. En el sistema de
distribución abierto, una única tubería une los puntos de uso y el acumulador.
Para nosotros, lo más importante en el diseño de una instalación solar que posea un
sistema de distribución de recirculación, es saber en que punto ha de entrar el fluido de
recirculación para que el rendimiento sea óptimo.
El apoyo en línea puede tener diversas configuraciones según sea el tipo de caldera que
estemos utilizando. Lo indicado a continuación es igualmente válido para ACS o
calefacción, según la aplicación que le demos a la caldera en nuestra instalación.
1. Caldera.
2. Entrada de agua procedente del acumulador o intercambiador entre 5º C y 70 ºC.
3. Salida de agua de la caldera.
4. Entrada de agua fría.
5. Salida de agua para consumo entre 30 ºC y 50 ºC, dependiendo de la aplicación.
1. Caldera
2. Agua de entrada a la caldera a temperatura adecuada para esta.
3. Salida de agua de la caldera.
4. Entrada de agua fría.
5. Salida de agua para consumo entre 30 ºC y 50 ºC, dependiendo de la aplicación.
6. Entrada de agua fría a la válvula de tres vías previa a la caldera.
7. Entrada de agua procedente del acumulador o intercambiador entre 5º C y 70 ºC.
Para calderas que no soporten bien altas temperaturas de entrada o que deseamos
puentear si la temperatura de entrada es elevada, ya que no resulta necesario que el agua
pase por la caldera, colocaremos a la entrada una válvula de tres vías termostática, de
manera que el agua procedente del acumulador o intercambiador con el sistema solar a
la caldera puentee la caldera, en mayor o menor medida según la temperatura.
Posteriormente colocaremos otra válvula de tres vías termostática para tener una
temperatura de uso adecuada.
Para que este sistema de regulación funcione de manera optima, es necesario ajustar
perfectamente la diferencia de temperaturas que pondrá en marcha, la bomba, pues si
esto no es así podría disiparse calor en los colectores. Para ello tendremos en cuenta lo
siguiente:
Este diseño permite que el fluido que se encuentra en las conducciones y que no ha sido
calentado en los acumuladores absorba, por estar frío, calor en el intercambiador,
evitando así las perdidas de calor que de otra forma se producirían.
Este diseño, que podemos considerar una derivación del anterior, es adecuado en
sistemas de mediana y gran potencia (entre 50 y 300 metros cuadrados de superficie
colectora), cuando la longitud de las tuberías entre la captación y la acumulación es muy
grande o las condiciones de circulación del primario son críticas.
Este diseño evita que el acumulador se cargue a expensas de la energía auxiliar en los
sistemas de circulación con retorno (¿recordáis las dos directrices para el
aprovechamiento optimo de la energía solar?).
Consideraremos en este subapartado y los dos siguientes que los acumuladores sobre los
que actuamos son acumuladores de energía solar y no de energía auxiliar, que no
actuaría en ellos.
El sistema formado por dos acumuladores esta constituido por un acumulador de alta
temperatura y un acumulador de baja temperatura. Este sistema de regulación impide
que se transfiera energía del acumulador de alta temperatura al de baja temperatura al
disminuir la insolación.
El sistema solar se debe concebir en función de la energía que aporta a lo largo del día y
no en función de la potencia del generador (colectores solares), por tanto se debe prever
una acumulación acorde con la demanda, al no ser ésta simultánea con la generación.
0,8M ≤V ≤M
- El diámetro de las tuberías se el adecuado para que no tengamos una velocidad del
fluido no superior a los 2 m/s.
- Dimensionar correctamente el sistema auxiliar para que sea capaz de suministrarnos
la potencia necesaria para cubrir nuestras necesidades.
Podemos, sin embargo, dar un par de reglas prácticas a las que intentaremos ajustar el
dimensionado del segundo acumulador:
- El volumen del depósito secundario o auxiliar no será mayor del 50 % del valor del
volumen del depósito solar.
- El volumen del depósito secundario oscilará entre el 30 % y el 100 % del consumo de
agua diario.
Debemos de tener en cuenta que la suma del volumen del acumulador principal y del
acumulador secundario debe darnos el volumen total de acumulación.
Nosotros, para calcular de forma simple la superficie colectora a instalar, seguiremos los
siguientes pasos:
- Determinaremos las demandas energéticas medias diarias mensuales, tal como hemos
aprendido a hacer en las hojas de carga.
- Determinaremos la energía media diaria mensual que puede aportar cada metro
cuadrado de colector utilizando los cálculos indicados en la lección correspondiente.
- El valor calculado anteriormente lo multiplicaremos por un factor de corrección,
debido a las pérdidas que se producen en los distintos elementos de la instalación, lo
que nos implicará un aumento de la superficie necesaria. Estos factores de corrección se
encuentran recogidos en la siguiente tabla.
El primer factor valora las pérdidas de energía que se producen en los sistemas solares
térmicos por no poder aprovecharse las primeras y las últimas horas de sol por lo que lo
aplicaremos siempre. De los tres siguientes factores, aplicaremos el que mejor se
corresponda con nuestra instalación. Los dos últimos factores de corrección se aplicarán
en función del uso concreto de nuestra instalación.
Una vez obtenida el área de colectores solares necesarios, comprobaremos que para
aplicaciones de ACS, el área total de los colectores tendrá un valor tal que se cumpla la
condición:
Siendo: A la suma de las áreas de los colectores (m²); V el volumen del depósito de
acumulación solar (litros).
Ejemplo.
Estos cálculos debemos realizarlos para todos los meses en que esté en funcionamiento
nuestra instalación y corregir los diferentes valores con los que podemos jugar
(volumen de acumulación y superficie de captación) hasta que logremos una instalación
que cumpla con todas las condiciones.
El volumen óptimo de acumulación está comprendido entre los 50 y 70 litros por metro
cuadrado de superficie colectora.
Una vez determinada la superficie colectora, hay que ajustar el número de colectores a
instalar para cubrir esta superficie y hay que decidir, así mismo, como vamos a conectar
el conjunto de colectores.
El número total de colectores lo determinaremos dividiendo el valor de la superficie
colectora por el valor de la superficie útil de captación de un solo colector. La superficie
útil del colector debe ser la de la placa de intercambio, es decir, la superficie útil de
captación o superficie efectiva.
Generalmente el valor que resulte de la división anterior no será un número entero, por
lo que habrá que redondearlo por exceso o por defecto. Para realizar este redondeo, hay
que tener en cuenta el posible diseño del campo de colectores.
Ejemplo.
Este valor no será inferior a 0,5 kilovatios por cada metro cuadrado de superficie
colectora.
Los valores de la potencia térmica transferida, en función de las características del
intercambiador, y de las temperaturas de entrada y salida del primario y secundario los
obtendremos de las tablas ofrecidas al respecto por el fabricante.
Para dimensionar las tuberías lo primero que deberemos hacer es calcular el caudal que
circula por nuestra instalación. Posteriormente, con este dato, podremos dimensionar las
tuberías y el resto de los componentes hidráulicos.
Para poder dimensionar los distintos elementos que constituyen los circuitos hidráulicos
de la instalación, debemos primeramente, determinar el caudal de trabajo de la
instalación. Este caudal se determinará en función de la superficie de colectores
instalada y del caudal que debe circular por m2 de colector, denominaremos a este
caudal como caudal de diseño.
El caudal del fluido portador se determinará de acuerdo con las especificaciones del
fabricante como consecuencia del diseño de su producto.
En su defecto su valor estará comprendido entre 43 l/h y 72 l/h por cada metro cuadrado
de red de colectores. En las instalaciones en las que los colectores estén conectados en
serie, el caudal de la instalación se obtendrá aplicando el criterio anterior y dividiendo el
resultado por el número de colectores conectados en serie.
En el caso de utilizar colectores sin cubierta para calentamiento de piscinas, este caudal
estará comprendido entre los 150 a 250 l/h.m2 de superficie colectora instalada. En
instalaciones con conexionados en serie, el valor del caudal lo obtendremos aplicando el
criterio del punto anterior dividiendo ese valor por el número de colectores conectados
en serie.
QTc = Qe / (d*Ce*(Tf-Ti))
Donde: QTc es el caudal capaz de absorber el calor indicado por unidad de tiempo en
l/h por m2 de colector; Qe es el calor a evacuar del colector, 50 kcal/h.m2 .ºC; d es la
densidad en kg/litro; Ce es el calor específico en kcal/kg.ºC; Tf es la temperatura final
en ºC; Ti es la temperatura inicial en ºC.
Ejemplo.
Si suponemos que el líquido caloportador es agua, cosa poco habitual, tendremos que la
densidad es de 1 kg/litro, el calor específico de 1 kcal/kg.ºC, el incremento de
temperatura 1 ºC y el calor que debemos evacuar es de 50 kcal cada hora, para lo cual
necesitamos el siguiente volumen cada hora:
Al circular un fluido por el interior de una tubería, se produce una pérdida de energía
del fluido. A esta pérdida de energía la denominaremos pérdida de carga. Esto sucederá
evidentemente al fluido de trabajo en el interior de las conducciones del circuito.
Nosotros debemos conocer estas pérdidas de carga, porque ellas afectaran al caudal que
circule por las conducciones, y acabamos de ver que el caudal del fluido de trabajo
dentro de las tuberías del circuito puede oscilar únicamente dentro de un rango de
valores muy concreto.
- La velocidad del fluido dentro de las tuberías no debe superar un valor máximo que la
experiencia sitúa en: Entre 1,5 m/s y 2 m/s si el fluido circula por la tubería de forma
continua y nunca superior a 2 m/s si la tubería discurre por locales habitados.
- En cuanto a los valores de pérdidas de carga lineales, se considera como valor
máximo admisible el de 40 mm. de columna de agua por metro lineal de tubería.
- En cuanto a los valores de pérdidas de carga totales, se considera como valor máximo
admisible el de 7 m.c.a. en cada uno de los circuitos, tanto primario, como secundario.
Lo primero que tenemos que hacer para calcular el diámetro de la tubería es determinar
la sección mínima que ha de tener, para que con el caudal de trabajo la velocidad no sea
superior a la establecida en los puntos anteriores.
Q=v*S
Con ello obtendremos con ello un primer valor del diámetro de la tubería.
Debemos recordar que sección de la tubería S = π* radio2 . También debemos saber que
para transformar el caudal de l/h a m3/s hay que aplicar la siguiente igualdad:
3600000 l/h = 1 m3 /s
Hay que tener en cuenta que a la hora de calcular el caudal hemos de considerar las
condiciones más desfavorables posibles, es decir, que por los colectores circule el
máximo caudal que estos permitan, aproximadamente 70 l/m2.hora. Esta cantidad se
deberá multiplicar por el número de colectores en paralelo. Lo que nos dará el caudal
total. O lo que es lo mismo, deberemos multiplicar la superficie total útil de captación
por 70 l/m2.hora, para obtener el caudal total de la instalación.
Ejemplo.
S = π. r2
Φ(diámetro) = 5,4 mm
Elegiremos el diámetro interior comercial que este justo por encima del valor obtenido.
Si se cumplen las restricciones por velocidad nos falta comprobar que sucede con las
pérdidas de carga totales.
Las pérdidas de totales de carga tienen en cuenta todas las pérdidas que se producen en
el circuito. Se producirán pérdidas en los tramos rectos, en codos, curvas, en piezas
intercaladas en el circuito (válvulas), en los colectores, en el intercambiador, etc. Estas
no deben ser superiores a 7 metros de columna de agua para todo el circuito primario.
- Lineales: valor obtenido en el diagrama multiplicado por la longitud del trazado del
circuito.
- Singulares: las producidas en codos, ensanchamientos, válvulas y otros elementos
“singulares” de la instalación.
- Pérdidas en los colectores.
- Pérdidas en el intercambiador o acumulador.
Para calcularlas necesitamos tener el diseño y el trazado del circuito, trazado que
dibujaremos sobre los planos del edificio, para conocer longitudes de tuberías,
accesorios, etc. En un primer cálculo, la longitud del trazado de tuberías lo obtendremos
del trazado realizado sobre los planos del edificio.
En este mismo plano, habremos colocado los elementos singulares necesarios para el
perfecto funcionamiento de la instalación, así como para su correcto trazado.
Ejemplo.
En la propia tabla aparece un ejemplo de un caudal de 500 l/h para una tubería de cobre
de 16 mm de diámetro interior. Las perdidas de carga son de 40 mm.c.a. por m lineal de
conducción, que es la máxima pérdida admisible.
Una vez establecida una perdida de carga menor de 40 mm.c.a. por metro lineal de
tubería procederemos a multiplicar este resultado por el total de metros lineales de
tubería y así obtendremos las perdidas lineales totales.
En colectores en serie, las pérdidas de todos ellos deben sumarse. Las obtendremos
sumando las pérdidas de carga de cada uno de los colectores más las que calculemos
como pérdidas singulares en los empalmes entre ellos.
La dificultad depende del caso. Normalmente los fabricantes dan las pérdidas de carga
del intercambiador. En el caso de no darlas suelen indicar la longitud y sección de los
tubos que componen el intercambiador, con lo que se puede calcular las pérdidas como
en cualquier otra tubería, partiendo de las mismas premisas que hemos considerado
anteriormente para pérdidas lineales de tuberías.
Una vez conocidas las pérdidas de cargas lineales, singulares, pérdidas en los colectores
y pérdidas en el intercambiador o acumulador procederemos a sumarlas, para hallar la
pérdida total de carga, que tendrán un valor máximo admisible el de 7 m.c.a. en
cualquiera de los circuitos.
Si el valor de las pérdidas de carga lineales se encuentra por debajo del máximo
admisible, pero el valor de pérdidas de carga totales se encuentra por encima, es
recomendable rediseñar el trazado del circuito, y sin con esto no conseguimos que el
valor de la pérdida de carga total sea inferior al limite, aumentaremos de nuevo el
diámetro del tubo. Esta secuencia la repetiremos hasta que los valores de pérdidas de
carga entren dentro de los límites admisibles.
Ejemplo.
- Una batería de 4 colectores con unas pérdidas de carga de 18 mm.c.a para un caudal
de 130 l/h
- 200 m de tubería de cobre.
- Un conjunto de válvulas y elementos hidráulicos indicados a continuación.
- Un intercambiador con unas pérdidas de carga de 0,4 m.c.a. para un caudal de 500 l/h.
Téngase en cuenta que en todas las ecuaciones siguientes se han de introducir todos los
valores de los volúmenes en m3.
Para el cálculo de un vaso de expansión abierto en primer lugar calcularemos el
volumen total de agua contenido en el circuito (tuberías, colectores, intercambiador,
etc.), haciendo uso del diseño realizado sobre los planos donde hemos realizado el
trazado de tuberías, así como de los datos suministrados por los fabricantes de los
diversos elementos. En segundo lugar, estimaremos la temperatura máxima de trabajo,
aunque por seguridad aplicaremos 100 ºC.
Obtendremos el volumen total del vaso de expansión abierto sumando al valor del
volumen útil el volumen ocupado por el agua desde su nivel mínimo hasta el fondo del
depósito de expansión y el volumen necesario para el alojamiento del rebosadero
respiradero. En cualquier caso el volumen total, será igual, al menos, al 6% del volumen
total de agua en el circuito
Vu = V · Cex
Donde:
Vu es el vvolumen útil del vaso de expansión, es el volumen de fluidoexpansionado.
Cex es el coeficiente de expansión. Tradicionalmente se le calcula como un coeficiente
dependiente de la temperatura del fluido.
V Es el volumen total de la instalación.
Para calcular Cex normalmente se emplea una ecuación mucho más compleja, pero por
simplicidad aplicaremos esta que es mucho más simple, que emplea el coeficiente de
dilatación medio del agua, y que nos da un margen de seguridad mayor.
Donde:
T Es la temperatura del agua en ºC.
Cp = Vt / Vu = PM / (PM – Pm)
Donde:
PM es la presión máxima de trabajo, que obtendremos añadiendo a la presión de tarado
de la válvula de seguridad, que es la máxima a la que puede funcionar la instalación, la
presión atmosférica (10,13 N/cm2 ).
Pm es la presión mínima de trabajo o presión absoluta de altura, que obtendremos
añadiendo a la presión de la columna de líquido, que soporte el vaso, la presión
atmosférica.
Vu es el vvolumen útil del vaso de expansión, es el volumen de fluido expansionado.
Vt Es el volumen total del vaso de expansión.
Vt = PM / (PM – Pm) * Vu
El resultado será mucho mayor que con el método clásico, pero nos permitirá disponer
de un sistema capaz de absorber el líquido vaporizado en momentos de estancamiento
de la instalación. El depósito de expansión será muy grande y caro pero la instalación
quedará muy bien protegida.
En cualquier caso el volumen total, será igual, al menos, al 6% del volumen total de
agua en el circuito.
Ejemplo.
Sección de la tubería:
S = π. r 2
Volumen de la instalación:
Vt = Cp . Vu
Cp = PM / (PM – P m)
Cp = 2,11
El dimensionado teórico de las bombas de circulación es, como vamos ha ver, un punto
delicado.
La idea es seleccionar la bomba de forma que el caudal y la pérdida de carga de diseño
se encuentren dentro de la zona de rendimiento óptimo de la bomba.
Estas dos últimas, en una primera aproximación las obtendremos de los datos
suministrados por los fabricantes. Habrá que tener en cuenta que la pérdida de una
batería de colectores, no se corresponde al producto del valor de pérdidas en un colector
por el número de colectores. Quizá el fabricante proporcione tablas para el cálculo de
las pérdidas en base a las combinaciones más frecuentes.
En caso contrario, solo la experiencia servirá como indicativo preciso del valor total de
pérdidas de carga del circuito, y solo su medida con el circuito en funcionamiento nos
dará seguridad sobre cual es este valor.
PH = htrabajo .ρ.g.Q
La potencia eléctrica parásita para la bomba no debería exceder los valores dados en
tabla:
Ejemplo.
PH = htrabajo .ρ.g.Q
De forma general, podemos decir que el sistema elegido debe tener suficiente potencia
para suministrar la energía media diaria necesitada el mes más desfavorable del año. Es
decir, dimensionaremos el sistema auxiliar como si no existiese el sistema solar.
Tendremos dos situaciones básicas según el sistema auxiliar está en línea o se encuentre
situado en un depósito auxiliar.
Para el caso del ACS, el sistema auxiliar de calentamiento puede actuar en línea o a
través de un depósito. Si el sistema auxiliar trabaja en línea, deberá tener suficiente
potencia para que pueda calentar un mínimo de agua hasta la temperatura de uso. Este
valor mínimo lo definimos en función del número de grifos que queramos tener
simultáneamente abiertos, (que en una vivienda unifamiliar acostumbra a ser de uno), y
sabiendo que el caudal suministrado por cada grifo se encuentra entre 0,1 y 0,2 litros
por segundo (tomaremos el promedio de 0,15 l/s).
P = Q . Ce . ∆T
Una vez conocida la demanda energética en calefacción, dividiremos esta carga entre el
periodo en que se debe de suministrar esta carga, de manera que:
P = Qc / t
- El sistema de energía auxiliar sea del tipo en línea, esté constituido por uno o varios
calentadores instantáneos no modulantes o no sea posible regular la temperatura de
salida del agua.
- Exista una preinstalación solar que impida o dificulte el conexionado en serie.
- Cuando el recorrido de tuberías de agua caliente desde el acumulador solar hasta el
punto de consumo más lejano sea superior a 15 metros lineales a través del sistema
auxiliar.
- En todos estos casos, la conmutación de sistemas será fácilmente accesible y será
obligatorio disponer un indicador de la temperatura del acumulador solar fácilmente
visible y accesible por el usuario.
Ejemplo.
Para el cálculo de la potencia necesaria para ACS, aplicamos la ecuación para el cálculo
de la potencia y nos ponemos en las condiciones más adversas:
P = Q . Ce . ∆T
Donde:
∆ T = 40 ºC
Sustituyendo en la ecuación.
P = Qc / t
Para un sistema auxiliar en un depósito auxiliar, las ecuaciones a aplicar son las
mismas, pero tendrá dos características especiales:
La potencia necesaria para un sistema auxiliar en depósito auxiliar es menor que para un
sistema en línea, ya que la acumulación hace de colchón frente a los picos de demanda
instantánea. El utilizar uno u otro sistema depende del tamaño de la instalación.
Para instalaciones pequeñas es mejor utilizar un sistema en línea ya que los costes son
inferiores. Para instalaciones grandes sale más económico utilizar un sistema auxiliar en
acumulador.
El sistema de aporte de energía auxiliar, con acumulación o en línea, siempre dispondrá
de un termostato de control sobre la temperatura de preparación que no será superior a
50ºC.
Para todos los casos, con la periodicidad que contemple la legislación vigente referente
a la prevención y control de la legionelosis, es admisible prever un conexionado puntual
entre el sistema auxiliar y el acumulador solar, de forma que se pueda calentar este
último con el auxiliar. No obstante, se podrán realizar otros métodos de tratamiento
antilegionela permitidos por la legislación vigente.
4.10. Dimensionado de los elementos auxiliares del circuito
hidráulico.
La instalación deberá contar con un sistema de purga por cada batería de colectores. Se
instalaran en los puntos altos de salida de las baterías. El volumen útil del botellín de
desaireación lo calcularemos considerando que por cada metro cuadrado de superficie
colectora instalada se corresponden 15 cm3 de volumen de botellín.
En el trazado del circuito deberá evitarse, en lo posible, los sifones invertidos, pero
cuando se utilicen se situarán sistemas de purga y desaireación situados en el punto más
desfavorable del sifón.
En general, el trazado del circuito evitará los caminos tortuosos para favorecer el
desplazamiento del aire atrapado hacia los puntos altos. Por lo mismo, los trazados
horizontales de tubería tendrán siempre una pendiente mínima del 1% en el sentido de
circulación.
4.10.2. Válvulas.
Todas las válvulas se elegirán de forma que sus dimensiones y características se ajusten
a las propias del circuito en cuanto a temperatura, caudal, etc. Para ello se trabajará en
función de las recomendaciones del fabricante.
4.11. Método f-Chart.
El método consiste en establecer la relación entre la energía solar útil aportada por el
sistema solar y la energía demandada para consumo, a esto se denomina contribución
solar f. Dicho de forma muy simple:
Se ha demostrado que las ecuaciones f-Chart para obtener la fracción solar mensual para
las instalaciones destinadas a suministrar calor solar para sistemas que utilizan liquido
como fluido caloportador:
0<Y<3 y 0<X<18
4.11.1. Estimación de Y
Y = Fcy * Rc * A * F g * N / Qc
Donde:
4.11.2. Estimación de X
Donde:
A es la superficie de captación (m 2)
Qc es la potencia térmica consumida, que es la suma de la energía demandada Qnec y
de la energía perdida Q per (kJ/mes), es decir, la demanda energética total Qc, que se
puede calcular como hemos indicado anteriormente.
Al aplicar los factores de corrección hay que tener en cuenta que en realidad no se
pierde tanta energía si el consumo es grande ya que el colector trabaja a mucha menos
temperatura y que puede trabajar más horas, lo que incrementa su rendimiento medio.
El rendimiento del colector varía ligeramente según la curva que tomemos. Esta curva
es ligeramente diferente si tomamos la temperatura media del colector o la temperatura
de entrada del fluido caloportador.
- 0 colectores en serie K5 = 1
- 2 colectores en serie K5 = 0,94
- 3 colectores en serie K5 = 0,89
Al existir dos colectores en serie es evidente que el segundo está trabajando con una
temperatura
de entrada superior (la de salida del primero) y por tanto con un peor rendimiento
energético
- K6 = (V / (75 * A))-0,25
La existencia de un depósito grande hace que el colector trabaje con una temperatura
media inferior, y por lo tanto con menores pérdidas. La relación adecuada es: 50< (V /
A) <180 l/m2
Donde:
A es la superficie de captación (m 2)
Q es el caudal (litros/segundo)
Fcy = K1 * K2 * K3 *K4 * K5
5. Documentación de la instalación
Lección 5: Documentación de la instalación.
Cuando la instalación tenga una superficie de captación igual o inferior a los 200 m2 ,
su diseño para la certificación se documentará mediante una Memoria, de la que se
deberá entregar copia al cliente, en la que se incorporarán como mínimo los siguientes
conceptos:
Los esquemas y planos que, como mínimo, se deben adjuntar a la memoria de diseño
son:
- Esquema de principio.
- Esquema de línea. Distribución de colectores.
- Esquema de línea. Trazado de tuberías.
- Esquema de línea. Acumulación, intercambio, energía auxiliar y bombas.
- Esquema eléctrico.
- Diseño de las estructuras.
La memoria de diseño deberá incluir como resumen las tablas de datos que aparecen a
continuación:
Si se tienen en cuenta los diversos factores que han sido mencionados anteriormente, las
variaciones que pueden experimentar las inversiones, en instalaciones de energía solar
térmica, pueden ser muy significativas. No indicamos precios concretos debido a las
variaciones que sufren los costes de forma continua, sobre todo por el encarecimiento de
los costes del petróleo.
5.2.1. Costes de instalación.
En concreto, para pequeñas instalaciones, por ejemplo la vivienda de una familia media
de cuatro personas, con una cobertura de entre el 70 y el 80 %, se necesita una
superficie de colectores de entre 2 y 4 m 2. El coste total de la instalación se puede
descomponer básicamente en:
Sin embargo si utilizamos otra fuente de energía para producir los 3.750 kWh, los
costes anuales los costes serían superiores, sobre todo si utilizamos electricidad, además
habría que incluir los costes de instalación del sistema de calentamiento.
De todo lo anterior se deduce que una instalación de energía solar térmica de baja
temperatura se puede amortizar aproximadamente en 4 años si sustituye a la electricidad
y en 8 años si sustituye al gas natural, teniendo en cuenta que la vida de una de estas
instalaciones de energía convencional oscila entre los 15 y 20 años.
Pero también debemos considerar otros factores muy importantes a la hora de decidirse
por usar un sistema u otro. Los combustibles fósiles, como el gas natural, contribuyen al
efecto invernadero por las emisiones de CO2 , por lo que es previsible a corto plazo que
aumenten su precio debido a los impuestos destinados a reducir sus emisiones, además
el precio de todos los combustibles tenderá a aumentar por la limitación de los recursos.
Por otro lado hay que considerar que la vida media, de una instalación de energía solar
térmica, puede variar entre 25 y 30 años, con lo que el ahorro de costes esta garantizado.
Si a esto le sumamos los apoyos públicos, es fácil deducir que la energía solar térmica
puede ser muy rentable a medio y largo plazo.
A modo indicativo señalaremos, que los costes de una instalación mediana o grande,
están en función de la superficie de captación, pero disminuyen al aumentar el tamaño
debido al factor de escala. Para estimar la superficie necesaria hay que considerar que se
pueden lograr entre 500 kWh (1800 MJ) y 1.000 kWh (3.600 MJ) al año por cada m2 de
colector instalado, dependiendo de la insolación.
El presupuesto solo deberá ser modificado por la adición de nuevas tareas que sean
indicadas por el cliente, fuera de las labores ya encomendadas. El nuevo presupuesto
deberá hacerse aparte y ser aceptado independientemente del anterior por el cliente.
Conviene tener en cuenta que es necesario ofrecer una imagen seria y profesional al
cliente, y una confianza en cuanto a la calidad de la instalación que se está
presupuestando. Para ello se deben ofrecer al cliente en el presupuesto valores de
materiales de calidad probada, a costes actualizados de mercado y con sus
correspondientes garantías de utilización.
Actualmente en España hay pocas instalaciones de energía solar térmica debido a que su
precio de fabricación es relativamente elevado, existe mucho desconocimiento sobre las
posibilidades de esta fuente de energía y ha habido poca promoción de sus usos. No
obstante, esto va a cambiar rápidamente debido al nuevo Código Técnico de
Edificación, que hace obligatorio su uso.
- Subvenciones autonómicas.
- Subvenciones estatales.
- Subvenciones internacionales.
- Subvenciones mixtas.
El problema que existe con las subvenciones es que su normativa cambia anualmente,
suele ser diferente según la comunidad autónoma y es bastante difícil para un particular
estar continuamente al día de este tema. No obstante se puede conseguir una
información al día, de todas las subvenciones existentes, consultando la página Web del
IDAE (Instituto para la Diversificación y el Ahorro Energético) organismo dependiente
del Ministerio de Industria y Energía, cuya dirección es
C/ Madera, nº 8, 28004 Madrid,
Telf.: 914.564.900
Fax: 915.230.414
Web: http://www.idae.es.
- Plazo de presentación de las solicitudes suele ser generalmente corto, 2-3 meses.
- Las convocatorias autonómicas de subvenciones suelen ser anuales y se suelen
publicar a principios de año en los boletines oficiales de las diferentes comunidades
autónomas.
- Las convocatorias nacionales e internacionales pueden ser por periodos más largos de
tiempo, pero no hay una regla general en ello.
- Se define un modelo concreto para la presentación de las solicitudes.
El MI será entregado al usuario, con objeto de que conozca lo que compra y como lo
debe usar. El contenido de este manual forma parte del suministro de la instalación y
debe ser entregado al usuario a la entrega de la instalación, a la vez que la memoria de
diseño o proyecto de la instalación.
- Características de funcionamiento.
- Instrucciones de uso.
- Instrucciones de seguridad.
- Instrucciones de mantenimiento.
Por lo tanto en las instrucciones de uso se debe plantear que el consumo de agua debe
llevar implícito su uso racional y no el despilfarro, ahorrando tanta agua y energía
auxiliar como nos sea posible.
El objeto de este apartado es definir las condiciones generales mínimas que deben
seguirse para el adecuado mantenimiento de las instalaciones de energía solar térmica
para producción de agua caliente.
Se deben considerar tres niveles de actuación para englobar todas las operaciones
necesarias durante la vida útil de la instalación para asegurar el funcionamiento,
aumentar la fiabilidad y prolongar la duración de la misma:
- Plan de vigilancia
- Plan de mantenimiento preventivo
- Acciones de mantenimiento correctivo
El plan de vigilancia se refiere básicamente a las operaciones que permiten asegurar que
los valores operacionales de la instalación sean correctos. Es un plan de observación
simple de los parámetros funcionales principales, para verificar el correcto
funcionamiento de la instalación. Será llevado a cabo, normalmente, por el usuario.
El plan de mantenimiento debe realizarse por personal técnico competente que conozca
la tecnología solar térmica y las instalaciones mecánicas en general.
Las acciones de mantenimiento correctivo son aquellas que se deben tomar cuando se
produce una avería que afecta al funcionamiento de la instalación.
5.7.1.2. Plazos.
Quedan expresamente incluidos todos los demás gastos, tales como tiempos de
desplazamiento, medios de transporte, amortización de vehículos y herramientas,
disponibilidad de otros medios y eventuales portes de recogida y devolución de los
equipos para su reparación en los talleres del fabricante.
Asimismo se deben incluir la mano de obra y materiales necesarios para efectuar los
ajustes y eventuales reglajes del funcionamiento de la instalación.