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INTRODUCCIÓN
La Geometría es una de las ciencias más antiguas que conocemos. Muchas de las
representaciones y símbolos que se utilizaban en las escuelas iniciáticas vienen de esta ciencia.
Su significado etimológico proviene del idioma griego, está dividido en geo tierra y metria medida.
Es una de las Siete Artes Liberales que se enseñaban en la antigüedad y en las primeras
universidades europeas del Medioevo. Estas artes se designaban “liberales” porque su propósito
consistía en formar hombres libres, libertad que alcanzarían a partir de los conocimientos y la
pericia intelectual, obtenida por su cultivo, contrapuestas a las denominadas “artes serviles”, las
que procurarían a los hombres destrezas profesionales para oficios específicos.
Estas Artes se separaban en dos grupos de estudios: “El trívium” y “el quadrivium”.
El vocablo trívium procede de tri (tres) y vium (ruta, camino), es decir, confluencia de tres caminos
que nos llevan al conocimiento. Este grupo estudia las artes relativas a la elocuencia: Gramática,
Retórica y Lógica o Dialéctica
El Quadrivium, agrupa las disciplinas científicas relacionadas con el espacio y los números:
Aritmética, Geometría, Música y Astronomía. Se consideraba que la Aritmética era el estudio del
número en estado puro, que la Geometría era el estudio del espacio en estado puro, que la Música
era el estudio del número en movimiento y que la Astronomía era el estudio del espacio en
movimiento. Arquitas (filósofo, matemático, astrónomo y estadista contemporáneo de Platón y
perteneciente a la escuela pitagórica) sostenía que el Quadrivium comprendía el estudio íntegral
de las matemáticas.
El Quadrivium nació con la Secta de los Pitagóricos, quienes aseguraban que la educación era de
una importancia capital para la moderación y el dominio de uno mismo, de forma tal, que estas
artes nos ayudaban a imitar el orden y la armonía del universo, un modelo de perfección.
No se trata únicamente de las figuras geométricas obtenidas por el compás y la escuadra, sino de
las relaciones armónicas del cuerpo humano, de la estructura de los animales y las plantas; de las
formas de los cristales y de todas las manifestaciones del universo.
DESARROLLO
ADENTRÁNDONOS EN EL TEMA
Según Herodoto, el Rey Sesostris repartía las tierras entre sus súbditos y daba a cada uno un
CUADRANGULO, cobrando el impuesto anual de acuerdo a la extensión efectiva del
CUADRANGULO, determinada nuevamente por los agentes reales después de cada inundación.
Así, desde aquel tiempo, nace la creencia básica que existen ciertas relaciones entre la geometría,
la matemática y la espiritualidad, Dios y diversos conceptos místicos.
Con el tiempo la geometría se convirtió en un estudio deductivo, idealizado del espacio físico y de
las formas, tamaños y relaciones de objetos físicos en ese espacio. Una aproximación a la manera
en que el universo se ordena y se sustenta.
Estos diagramas geométricos pueden ser interpretados “como momentos de inmovilidad que
revelan una continua acción universal, generalmente oculta a nuestra percepción
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sensorial . Esta es una razón por la cual, una actividad matemática aparentemente tan común,
puede convertirse en una disciplina para el desarrollo de la intuición intelectual y espiritual.
Las formas principales dentro de la Geometría Sagrada son siete: Los Cinco Sólidos Platónicos,
el Círculo y la Espiral.
Reciben este nombre del filósofo griego Platón (427 a.C. – 347 a.C.), ya que a él se le atribuye
haberlos estudiado por primera vez. Sin embargo, se han encontrado referencias de las
propiedades de estos poliedros en unas Bolas Neolíticas de piedra labrada encontradas en
Escocia 1000 años antes de que Platón hiciera una descripción detallada de ellos.
Existen solo cinco sólidos tridimensionales con sus características y está demostrado que no
existen otros poliedros regulares convexos; esto significa que las aristas de cada poliedro son
iguales, que cada vértice coincide con la misma cantidad de caras y de aristas, que todos los
ángulos de un poliedro son iguales y que además, todas las caras de cada uno de los poliedros
son iguales.
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http://ordoilluminatiur.blogspot.com/2009/11/geometriasagrada.html
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Otra característica singular de estos cuerpos geométricos es su simetría: Todos ellos gozan
de simetría central respecto a un punto del espacio (centro de simetría) que equidista de sus caras,
de sus vértices y de sus aristas.
EL CÍRCULO
El Círculo es la figura más importante en la Geometría Sagrada. El punto de partida, desde donde
nace todo. A partir de él se forma la Flor de la Vida y el Fruto de la Vida.
LA ESPIRAL
La Espiral está relacionada con la Proporción o Razón Aurea. Para una más clara descripción,
es necesario explicar previamente el Código de Fibonacci
EL CÓDIGO DE FIBONACCI
Existe en la naturaleza misma un código, es el código o serie de Fibonacci, el que incluso hasta el
día de hoy, es un misterio indescifrable para los científicos y matemáticos, porque se encuentra en
toda la Obra Universal.
Esta serie de Fibonacci, fue llamada así en honor a Leonardo de Pisa (1170-1240), a quién
posteriormente lo apodan el “Hijo de Bonaccio” (filius Bonaccio, Fibonacci). Este rico comerciante
viajó por el Norte de África y Asia y trajo a Europa algunos de los conocimientos de la cultura árabe
e hindú, entre otros la ventaja del sistema de numeración arábigo.
La serie de Fibonacci es una sucesión donde cada número es el resultado de sumar los dos que lo
preceden. Así, la primera y más básica serie de Fibonacci sería:
1, 1, 2, 3, 5, 8, 13, 21, 34, 55, 89, 144, 233...
Al dividir cada número con su antecesor, nos encontramos cada vez con un número más cercano a
Phi, el número de oro o proporción o razón áurea, (1, 618O).
La Espiral Logarítmica
Otra forma de construir esta figura es tomando un rectángulo áureo ABCD y sustrayéndole el
cuadrado AEFD cuyo lado es el lado menor AD del rectángulo, resultando que el rectángulo EBCF
es áureo. Si después a éste le quitamos el cuadrado EBGH, el rectángulo resultante HGCF
también es áureo. Este proceso se puede reproducir infinitamente, obteniéndose una sucesión de
rectángulos áureos que encajados convergen hacia el vértice O de una espiral logarítmica.
Jakob Bernoulli la llamó “spira mirabilis”. Él escribió que esta espiral logarítmica puede ser
utilizada como un símbolo, bien de fortaleza y constancia en la adversidad, o bien como símbolo
del cuerpo humano, el cual, después de todos los cambios y mutaciones, incluso después de la
muerte, será restaurado a su Ser perfecto y exacto.
Leonardo da Vinci señala distintas relaciones áureas en el cuerpo humano en su "Esquema de las
proporciones del cuerpo humano". Además, realizó el Dibujo del Hombre de Vitruvio para ilustrar el
libro De Divina Proportione del matemático Luca Pacioli editado en 1509. En él se describe las
proporciones de un hombre perfecto, en el que las relaciones entre las distintas partes del cuerpo
están en relaciones aúreas.
Por ejemplo, la relación entre la altura del hombre y la distancia desde el ombligo a la mano es el
número áureo. La relación entre las falanges de los dedos es el número áureo, la relación entre la
longitud de la cabeza y su anchura es también este número. La relación entre la distancia del
hombro a los dedos y la distancia del codo a los dedos. La relación entre la altura de la cadera y la
altura de la rodilla. La relación entre las articulaciones de las manos y los pies. La relación entre la
boca, nariz, ojos, etc.. en la cara.
La mano humana es, una serie de Fibonacci. La longitud del metacarpo es la suma de las dos
falanges proximales; la longitud de la primera falange es la suma de las dos falanges distales, por
ende guardan la proporción áurea.
En la Genealogía y la Genética.
Es posible encontrar los números de la Serie de Fibonacci y el número áureo en la genética, en los
códigos genéticos y en los espirales cromosomáticos de los seres vivos.
El número de descendientes en cada generación de una abeja macho o zángano nos conduce a la
sucesión de Fibonacci, y por lo tanto, al número áureo.
Y la construcción de los panales de abejas también tiene relación con las series de Fibonacci.
En la Botánica.
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El número de espirales en muchas flores y de muchos frutos se ajusta a términos de esta sucesión:
Los girasoles tienen 55 espirales en un sentido y 89 en el otro, o bien 89 y 144. Las margaritas
presentan las semillas en forma de 21 y 34 espirales. Cualquier variedad de piña tiene siempre un
número de espirales que coincide con dos términos de la sucesión de Fibonacci, 8 y 13; o 5 y 8
En el ordenamiento de las hojas en una rama: la cantidad de hojas que se presentan en un tallo,
por regla general será un número de la sucesión de Fibonacci, si las contamos consecutivamente
hasta encontrar otra hoja con la misma orientación.
El Número Áureo es considerado como la medida perfecta, de belleza por excelencia. Ha sido
considerado por griegos y renacentistas, en las más grandes obras de genios de la música, el arte
y la arquitectura:
El número áureo aparece en las relaciones entre altura y ancho de los objetos y personas que
aparecen en las obras de Miguel Ángel, Durero y Da Vinci, entre otros.
La relación entre las partes, el techo y las columnas del Partenón, en Atenas del Siglo V a. C). Las
Pirámides de Egipto están construidas en base a las razones del número áureo.
En la Química y la Astronomía.
La razón áurea y la serie Fibonacci, se puede constatar en los fulerenos de los átomos y en las
grandes espirales que forman los agujeros negros y las galaxias.
CONCLUSIONES
La Geometría Sagrada es la rama que estudia las matemáticas de la vida, las génesis de todas las
formas de vida. Estudia el código o lenguaje que tiene la naturaleza. El hombre al observarlo y
aplicarlo a las diferentes manifestaciones humanas ha podido reproducir la armonía del universo.
La Geometría Sagrada nos muestra, que todo lo que existe fue creado por medio de los mismos
principios básicos, desde un simple átomo hasta una inmensa galaxia siguen un mismo patrón
geométrico.
En la antigüedad fue aplicada por las culturas más importantes en la construcción de templos,
palacios, mezquitas. El arte sacro establecía una clara diferencia entre lo profano y aquello divino o
superior, realizando una división entre los conocimientos de geometría que se entregaban a la
población y los que utilizaban en la construcción de edificios sagrados. Este conocimiento se ha
guardaba celosamente porque tiene la información de los códigos de la vida, aquellos que sirven
para dirigir la conciencia humana, estructurar los patrones de funcionamiento social y cultural.
Actualmente existen culturas que utilizan las matemáticas y la geometría de la vida, viviendo en
armonía con el universo uniéndose a la danza cósmica de la creación. En cambio existen otras
culturas que son artificiales y no respetan el trazado divino.
Para el espíritu del hombre, atrapado en un universo en movimiento, en un confuso y perpetuo flujo
de acontecimientos y circunstancias que le producen un gran desconcierto interno, buscar la
verdad siempre ha consistido en buscar lo invariable, llámese ideas, formas, arquetipos, números o
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dioses.
Por ello, entrar en un templo construido en su totalidad conforme a las proporciones geométricas
invariables es entrar en el reino de la verdad eterna, ya sea este templo o el Universo.
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