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Antiguamente, temperatura era sinónimo de temperamento. Desde el siglo XVI, un instrumento de
medida puso ciencia en los conceptos caliente y frío, donde durante siglos apenas hubo poco más que
elucubraciones.

Ande yo caliente y ríase la gente, refiere un dicho popular. Pocas expresiones reflejan mejor la importancia de
la temperatura en nuestro bienestar. El grado de calor o frío del ambiente y del cuerpo humano fueron motivo
de atención desde la antigüedad y motivaron más tarde la construcción de los termómetros. Hoy estamos
habituados a manejar temperaturas y, por ejemplo, sabemos que la carne hay que asarla con el horno a unos
180 ºC, que al bañar al niño el agua debe estar a 36 ºC, que al ordenador le gusta estar entre 10 y 35 ºC, que
tal o cual vino debe servirse a 14 ºC, o que para ahorrar energía no debemos poner la calefacción en invierno
a más de 21 ºC ni en el verano el aire acondicionado a menos de 19 ºC. En casa hay unos cuantos
termómetros además del clínico.

A finales del siglo XVI Galileo construyó un instrumento sensible a la variación de temperatura. Se trataba de
un tubo de vidrio terminado en un bulbo grande; tras calentarlo, sumergía el tubo por su extremo abierto en
agua, de modo que, al enfriarse, el nivel de aquella subía un poco. Así, la columna de agua variaba de
longitud cuando el aire del interior del bulbo se calentaba o enfriaba. Ese primitivo termoscopio ±no llevaba
escala alguna, por lo que no era un termómetro propiamente dicho± presentaba el problema de que la altura
del líquido dependía también de la presión atmosférica. En 1611, el médico veneciano Santorre Santorio puso
una escala a aquel instrumento, que marcaba la altura del líquido al colocar el bulbo en agua con hielo y
después en la llama de una vela, y dividió el intervalo en partes iguales. Ese sería el primer termómetro,
aunque la palabra no sería utilizada hasta 1624, cuando lo hizo el jesuita Jean Leurechon en su ³Tratado Del
termómetro´.

Los primeros termómetros basados en la dilatación de líquidos nacieron a mediados del siglo XVII. El gran
Duque de Toscana, Fernando II de Medici, ideó por entonces uno consistente en un tubo con el extremo
superior cerrado y el inferior terminado en un bulbo lleno de aguardiente coloreado. Ese líquido era más
sensible que el agua a la dilatación, y tenía la ventaja de no congelarse tan fácilmente. Si el tubo era largo se
enrollaba en forma de hélice, lo que confirió su aspecto característico a los llamados termómetros florentinos.

Por entonces, los físicos ya eran conscientes de la constancia de temperatura durante los cambios de estado
del agua, algo que de hecho acabaría convirtiéndose en la base para establecer escalas de temperatura
comunes a todos los termómetros. Igualmente, se sabía que la temperatura del cuerpo humano se alteraba en
las enfermedades. Ello animó a Newton a proponer en 1701 una escala donde el cero sería la congelación del
agua y el 12 la temperatura del cuerpo de ³un inglés sano´.

En 1714, el físico Gabriel Fahrenheit reemplazó las mezclas alcohólicas del termómetro florentino por
mercurio, lo que le permitía medir temperaturas superiores, y propuso reflejar con el cero la más baja que
pudo conseguir en una mezcla de hielo, agua y sal. Así mismo, puso el grado 96 como referencia del calor del
cuerpo humano, ya que era la temperatura que reflejaba cuando se colocaba en la boca o bajo el brazo. En
esta escala, la temperatura de congelación del agua es 32 y la de ebullición 212. Por su parte, en 1742,
Anders Celsius propuso el cero para la ebullición del agua y 100 para la congelación. El año siguiente Jean-
Pierre Christin señaló la conveniencia de invertir esos puntos. La escala resultante, que se llamó centígrada
tras la Revolución Francesa, es conocida como Celsius desde 1948 y es la más habitualmente usada por
nosotros.

El termómetro es un instrumento de medición de temperatura. Desde su invención ha evolucionado mucho,


principalmente a partir del desarrollo de los termómetros electrónicos digitales actuales.


c Termómetro hay de muchos tipos, pero quizás lo más habituales sean o hayan sido los
que contienen un líquido en su interior que se dilata o contrae con los cambios de temperatura. Este líquido
puede ser mercurio, alcohol coloreado, etc.
La imagen presenta tres termómetros. El del centro es un termómetro clínico de mercurio y los de los
extremos dos termómetros, de pared y frigorífico, que contienen alcohol coloreado de azul y rojo,
respectivamente.

Este tipo de termómetros funciona gracias a una propiedad de los líquidos: se dilatan al aumentar la
temperatura y se contraen cuando disminuye. En concreto, contienen un pequeño depósito con el líquido,
conectado a un tubo muy fino por el que se puede elevar la sustancia (normalmente un capilar). Cuando
aumenta la temperatura, el líquido coloreado se dilata y sube por el interior del tubo.

Este es el efecto que podemos observar con nuestros sentidos. Sin embargo, para poder explicar por qué
ocurre esto, la ciencia recurre a un modelo que nos habla de partículas que no podemos ver, más allá de lo
que pueden percibir nuestros sentidos: el modelo cinético corpuscular de la materia.

Este modelo nos explica que un aumento de temperatura está relacionado con el aumento de la energía
cinética media de las partículas que componen la materia. En resumen, cuando aumenta la temperatura las
partículas que componen el líquido coloreado o el mercurio se mueven más deprisa y eso hace que la
sustancia se dilate.

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La escala que utilizamos en Bolivia y la más usada en la mayoría de los
países del mundo es la centígrada (°C), también llamada Celsius desde 1948, en honor a Anders Celsius
(1701-1744). En esta escala, el cero (0 °C) y los cien (100 °C) grados corresponden respectivamente a los
puntos de congelación y de ebullición del agua, ambos a la presión de 1 atmósfera.

Otras escalas termométricas son:

Fahrenheit (°F), ºF=(1.8*ºC+32)

Propuesta por Daniel Gabriel Fahrenheit, es la unidad de temperatura en el sistema anglosajón de unidades,
utilizado principalmente en Estados Unidos. En 1724 Fahrenheit finalizó su escala termométrica, que publicó
en la revista Philosophical Transactions (Londres, 33, 78, 1724).

Grado Réaumur (ºR), en desuso. Se debe a René-Antoine Ferchault de Reamur (1683-1757). La relación con
la escala celsius es: TReamur=(4/5)*TCelsius
aelvin (a) o temperatura absoluta, unidad de temperatura del Sistema Internacional de Unidades. Su cero es
inalcanzable por definición y equivale a -273,15 °C.

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y Termómetro de mercurio: es un tubo de vidrio sellado que contiene un líquido, generalmente


mercurio o alcohol coloreado, cuyo volumen cambia con la temperatura de manera uniforme. Este
cambio de volumen se visualiza en una escala graduada. El termómetro de mercurio fue inventado
por Fahrenheit en el año 1714.
y Pirómetro: son utilizados en fundiciones, fábricas de vidrio, etc. Existen varios tipos según su
principio de funcionamiento:3
y Termómetro de lámina bimetálica: Formado por dos láminas de metales de coeficientes de dilatación
muy distintos y arrollados dejando el coeficiente más alto en el interior. Se utiliza sobre todo como
sensor de temperatura en el termohigrógrafo.
y Termómetro de gas: Pueden ser a presión constante o a volumen constante. Este tipo de
termómetros son muy exactos y generalmente son utilizados para la calibración de otros
termómetros.
y Termómetro de resistencia: consiste en un alambre de algún metal (como el platino) cuya resistencia
eléctrica cambia cuando varia la temperatura.
y Termopar: un termopar es un dispositivo utilizado para medir temperaturas, basado en la fuerza
electromotriz que se genera al calentar la soldadura de dos metales distintos.
y Termistor: es un dispositivo que varía su resistencia eléctrica en función de la temperatura. Algunos
termómetros hacen uso de circuitos integrados que contienen un termistor, como el LM35.
y Termómetros digitales: son aquellos que, valiéndose de dispositivos transductores como los
mencionados, utilizan luego circuitos electrónicos para convertir en números las pequeñas
variaciones de tensión obtenidas, mostrando finalmente la temperatura en un visualizador.

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c para medir ciertos parámetros se emplean termómetros modificados, tales
como los siguientes:

El termómetro de globo, para medir la temperatura radiante. Consiste en un termómetro de mercurio que tiene
el bulbo dentro de una esfera de metal hueca, pintada de negro de humo. La esfera absorbe radiación de los
objetos del entorno más calientes que el aire y emite radiación hacia los más fríos, dando como resultado una
medición que tiene en cuenta la radiación. Se utiliza para comprobar las condiciones de comodidad de las
personas.

El termómetro de bulbo húmedo, para medir el influjo de la humedad en la sensación térmica. Junto con un
termómetro ordinario forma un psicrómetro, que sirve para medir humedad relativa, tensión de vapor y punto
de rocío. Se llama de bulbo húmedo porque de su bulbo o depósito parte una muselina de algodón que lo
comunica con un depósito de agua. Este depósito se coloca al lado y más bajo que el bulbo, de forma que por
capilaridad está continuamente mojado.

El termómetro de máxima y el termómetro de mínima son utilizados en meteorología, y para saber la


temperatura más alta y la más baja del día.

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Medición oral. Utilizan un termómetro digital o de vidrio que tiene una punta delgada y larga.

La medición es precisa y el proceso sencillo, basta con introducir la punta del termómetro dentro de la boca y
debajo de la lengua.

Ideal para niños mayores que cooperan manteniendo el termómetro bajo la lengua con la boca cerrada y no
morderlo.
No es recomendado cuando se tiene congestión nasal o una tos insistente porque los obliga a abrir la boca
para respirar y variaría la medición de la temperatura.

Medición rectal. Utilizan un termómetro digital o de vidrio que tiene una punta gruesa y corta.

La medición es la más precisa puesto que casi no hay factores que hagan variar la temperatura y el proceso
sencillo, se debe introducir la punta del termómetro por el ano.

Ideal para recién nacidos y no tiene límite de edad, el límite lo pondrá la personalidad de las personas, hay
quienes les desagrada este tipo de medición.

Medición axilar. Sus datos son precisos pero en menor exactitud que los termómetros orales y los
termómetros rectales.

Ideal para tomar la temperatura mientras el niño duerme

Medición de oído. Se necesita un termómetro de oído con infrarrojo. La medición sólo será precisa si el
termómetro es bien colocado.

Ideal para tomar la temperatura mientras el niño duerme

No es recomendado para bebés menores de 3 meses porque su canal auditivo es muy pequeño.

 

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Termómetro clínico de cristal

Termómetro clínico digital

Termómetro digital de exteriores


Termómetro de máxima y mínima

Termómetro de oído

Termómetro de tira plástica

Termómetro de chupete

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