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Ya en el siglo tres la vasta propaganda religiosa antijudía vive en las extrañas del
cristianismo, por ejemplo tratados en contra del judaísmo como Dialogo contra
Trifon de Justino, Epistola de Diogenato, Testimonio en contra de los judíos de
Cipriano, Tratado contra judíos de Hipolito, Contra los judíos de Tertuliano, obras
de Ireneo, Origenes, Clemente, Ambrosio y San Agustín son algunas de las que se
pueden mencionar. Todo esto mas una teología de sustitución, prejuicios y odio
fueron factores para que ambas comunidades madre e hija pelegrinaran por sendas
diferentes. En la reforma 1543, Lutero, Clavino y otros reformadores mantuvieron
el mismo comportamiento. En el 1543, Lutero ataca a la comunidad judía al tratar
de convertirlos a su movimiento y publica "Sobre los judíos y sus mentiras", esta
publicación sirvio en 1933 para levantar en alemania nazi la persecución judía y
exterminar seis millones en el holocausto. Es una humillación para el cristianismo
que estuvo indiferente viendo a sus hermanos en la fe de Abraham ser masacrados
ante el verdugo sin intervenir. Hitler, Stalin, Mussolini, Arafat, Hussein etc son
algunos de los verdugos que ha tratado de exterminar la simiente de Abraham. El
prejuico ha engendrado el odio, la persecución y matanzas.
"Somos ese país cuya historia política más reciente se ve entenebrecida por el intento
sistemático de eliminar al pueblo judío. Y en aquella etapa del nacional-socialismo fuimos,
con independencia del comportamiento ejemplar de personas o grupos concretos, una comunidad
eclesial que en términos generales vivió de espaldas al destino del pueblo judío perseguido, que
fijó excesivamente la vista en la amenaza de sus propias instituciones y mantuvo silencio ante los
crímenes realizados contra los judíos y el judaísmo. En este proceso muchos, llevados por el
miedo cerval, se hicieron partícipe en la culpa. El que haya habido cristianos que hayan
colaborado en su persecución es algo que pesa dolorosamente sobre nosotros. Somos
nosotros precisamente en Alemania los que no podemos negar ni quitar importancia a la
conexión salvífica existente entre el pueblo de Dios de la antigua y de la nueva alianza, tal como
ya la percibió y reconoció el apóstol Pablo. Pues también en ese sentido nos hemos hecho
deudores del pueblo judío en nuestra nación. Finalmente, la credibilidad de nuestro discurso
acerca del Dios de la esperanza, confrontaba un crimen tan horroroso como el de Auschwitz,
depende sobre todo del hecho de que haya habido innumerables personas, tanto judías como
cristianas, que hayan vuelto a nombrar y a invocar a ese Dios inmersas en un infierno semejante
o después de haberlo experimentado. En esto consiste la tarea de nuestro pueblo también por lo
que respecta a la actitud de otros pueblos y de la opinión pública mundial tocante al pueblo
judío. Consideramos que es un deber peculiar de la iglesia alemana dentro de la iglesia universal
el trabajer en orden a conseguir una nueva forma de relación de los cristianos para con el
pueblo judío y su historial creyente."
"Como es, por consiguiente, tan grande el patrimonio espiritual común a cristianos y judíos,
este sagrado concilio quiere fomentar y recomendar el mutuo conocimiento y aprecio entre ellos,
que se consigue sobre todo por medio de los estudios bíblicos y teológicos y con diálogo
fraterno.
Aunque las autoridades de los judíos con sus seguidores reclamaron la muerte de Cristo, sin
embargo, lo que en su pasión se hizo no puede ser imputado, ni indistintamente a todos los
judíos que entonces vivían, ni a los judíos de hoy. Y, si bien la iglesia es el nuevo pueblo de
Dios, no se ha de señalar a los judíos como réprobos de Dios y malditos, como si eso se
dedujera de las sagradas Escrituras. Por consiguiente, procuren todos no enseñar cosa que no
este conforme con la verdad evangélica y con el espíritu de Cristo, tanto en la catequesis como
en la predicación de la palabra de Dios. Además, la iglesia, que reprueba cualquier persecución
contra los hombres, consciente del patrimonio común con los judíos e impulsada no por razones
políticas, sino por el amor religioso del evangelio, deplora los odios, persecuciones y
manifestaciones de antisemitismo de cualquier tipo y persona contra los judíos. Por lo
demás, Cristo, como siempre lo ha profesado y profesa la iglesia, abrazó voluntariamente y
movido por un amor infinito, su pasión y muerte por los pecados de todos los hombres, para que
todos consiguan la salvación. Es, pues, deber de la iglesia en su predicación el anuciar la cruz
de Cristo como signo del amor universal de Dios y como fuente de toda gracia."
Bibliografia:
Ministerio Bar-Enosh.
*** derechos reservados por el autor ***
Wilfredo Torres
904 collinswood dr west
Jacksonville, Florida 32225