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II.d.1.

- Lluvia radiactiva

ENERGÍA NUCLEAR
EFECTOS DE UNA EXPLOSIÓ N NUCLEAR:

Las bombas convencionales causan solamente un efecto destructivo provocado por la


onda de choque, mientras que las nucleares tienen muchos, siendo cinco los principales:

Radiación nuclear inicial: la altísima temperatura y la elevada presión


que se genera en el interior de la explosión emiten radiación en todas
las direcciones. Esta se compone de rayos alfa, beta y gamma, que
son una forma de radiación electromagnética de alta energía que
puede causar la muerte sin que el individuo se de cuenta de que ha sido irradiado. Una
explosión de un megatón (de tamaño estándar) mataría a todo ser humano en 15 km. a la
redonda que se encontrase al aire libre.

Las partículas alfa son idénticas a un núcleo de helio, son las que mas larga vida tienen,
unos mil años, pero su poder de penetración en la materia es poco, por tanto son las
menos peligrosas ya que los que son irradiados por ellas suelen estar cerca del punto
cero, y por tanto ya no han de preocuparse por la radiación. Con 45 cm. de tierra se
consigue reducir la radiación veinte veces.

Las partículas beta penetran más, siendo suficiente 38 cm. de pared de ladrillo para
reducir a un quinto la radiación (una pared moderna ya espesa se compone de 1 pie de
ladrillo más cámara más aislante más ladrillo hueco y yeso, que suele quedarse en los 37
cm.).

Los de más poder de penetración son las gamma, y por tanto los más
peligrosos ya son los que se introducen en los refugios nucleares aún
con grandes espesores de hormigón. La única protección eficaz es la de interponer
grandes masas de material, mejor cuanto más denso, siendo el ideal el plomo, ya que
pasa por los materiales como la luz por una tela, si esta es mas densa mayor cantidad de
chocará con ella y no la traspasará. Para reducir la dosis a un veinteavo se precisan 30
cm. de hormigón armado.

 Pulso electromagnético: La intensa actividad de los rayos gamma genera mediante


inducción una corriente de alto voltaje sobre antenas, vías férreas, tuberías... , que
destruye todas las instalaciones eléctricas de una amplia zona si la explosión se efectúa
a gran altura. Una detonación de muchos kilotones a 200 km. sobre Omaha (Nebrasca)
destruiría todos los circuitos eléctricos integrados de toda Norteamérica y parte de
Méjico y Canadá. Ante el riesgo de una detonación nuclear es conveniente alejarse de
líneas eléctricas y vías férreas, ya que la corriente 
 inducida puede electrocutarnos.
 Pulso térmico: al expandirse la bola de fuego el aire circundante absorbe energía en
forma de rayos X y la irradia en forma de una luz cegadora y un intensísimo calor. Una
bomba de 20 Megatones produciría una intensa luz durante 20 segundos y causaría
quemaduras de segundo grado a cualquier persona expuesta a 45 Km. de distancia.
 Onda de choque: La rápida expansión de la bola de fuego genera una onda de choque
como cualquier explosión, pero de una potencia muy superior, ya que puede aplastar
o barrer edificios dañándolos muy seriamente o destruyéndolos por completo, ya que
más que "empujar" por su duración lo que hace es estrujar. Una bomba de 20
megatones no dejaría en un radio de 20 Km. más que escombros, sólo se salvarían las
cimentaciones y construcciones enterradas.
 Primera lluvia radioactiva o lluvia radiactiva local: una explosión de 20 megatones aras
de suelo produciría un cráter de 183 m. de profundidad, la elevada temperatura
vaporiza todo lo que se encuentra dentro de la bola de fuego, todo se funde con los
materiales radiactivos de la fisión o fusión y se eleva con el hongo para luego precipitar
en forma de finas cenizas. Esto ocurrirá durante las 24 h. siguientes a la explosión y
afectará a una región más o menos amplia para una misma potencia, según la
climatología. El fenómeno se amplia considerablemente si la detonación se produce
cerca del suelo. La energía liberada por esta lluvia es de un 5% del total, aunque no se
suele considerar al indicar la potencia de un arma nuclear.
 Estos son los denominados efectos primarios que no son los más destructivos; los
denominados secundarios, como incendios en masa que acabarían con los pocos
supervivientes y matarían a más que el pulso térmico y la onda de choque. Además,
caso de que se lanzaran muchas bombas nucleares sus efectos secundarios serían
mucho más graves que la suma de ellos por separado, afectando a la totalidad del
planeta y la biosfera, a estos se les denomina efectos globales secundarios, producidos
por unos 10.000 megatones mínimos para considerar un
holocausto como tal.
  
 El primero de estos efectos es que la radioactividad liberada en
caso de holocausto penetraría en todos y cada uno de los seres
vivos (y en el mar, la tierra y el aire). Mientras que en dosis altas
(según la especie) produciría la muerte, en otras más bajas los
efectos serían de lo más variados (mutaciones, esterilidad...)
 El segundo sería que los materiales impulsados por las
detonaciones se elevarían hasta la troposfera donde ocultarían la luz del sol durante
meses o años, haciendo bajar la temperatura de la tierra y alterando la fotosíntesis de
los vegetales y el plancton marino: sería el famoso invierno nuclear. Además estos
materiales radiactivos irían cayendo durante meses o años convirtiéndose en una
lluvia radiactiva global que, aún con menos dosis radiactiva que una lluvia provocada
por una bomba, sería global. Entre los trescientos productos radiactivos algunos son
inofensivos a las pocos segundos u horas, pero otros son perjudiciales durante miles o
millones de años. Ese 5% de energía liberada por la lluvia radiactividad en una bomba
es poco, pero en los 10.000 megatones de un holocausto suponen ya 500 megatones
que irán "estallando" durante miles de años después de la catástrofe.

  
 El tercero sería una reducción en la capa de ozono producida por
el óxido de nitrógeno generado por las bolas de fuego, de modo
que la radiación solar que llegase a la tierra sería mortal. Un 70%
del ozono desaparecería en el hemisferio norte y un 40% en el sur,
siendo necesarios 30 años para recuperar su estado normal.
 Han de existir muchos más efectos de los conocidos; sin embargo, debido a la
complejidad del planeta es posible que nunca los descubramos todos, ya que la única
manera de conocerlos es que ocurran, pero entonces estaríamos muertos...

La lluvia radiactiva es una deposición de partículas radiactivas, liberadas en la atmósfera por


explosiones nucleares o escapes de instalaciones y centrales nucleares, sobre la superficie de la
Tierra. El interés de la opinión pública se ha centrado sobre todo en los efectos de la lluvia
radiactiva desde el período de las pruebas nucleares atmosféricas a gran escala realizadas en la
década de 1950 y comienzos de la de 1960.

La lluvia radiactiva o ceniza radiactiva es la caída o deposición de partículas radiactivas


desde la atmósfera, procedentes de una explosión o accidente nuclear.[1] Supone un peligro de
radiación residual posterior a una explosión nuclear, llamada así, ya que "cae" desde la
atmósfera en la que se ha difundido durante la explosión o accidente. Se refiere también al
polvo radiactivo creado cuando estalla un arma nuclear. Este polvo radiactivo, compuesto de
partículas calientes, es un tipo de contaminación radiactiva. Puede conducir a la contaminación
de la cadena alimentaria animal y humana.

La lluvia ácida se forma cuando la humedad en el aire se combina con los óxidos de
nitrógeno y el dióxido de azufre emitidos por fábricas, centrales eléctricas y vehículos
que queman carbón o productos derivados del petróleo. En interacción con el vapor de
agua, estos gases forman ácido sulfúrico y ácidos nítricos. Finalmente, estas sustancias
químicas caen a la tierra acompañando a las precipitaciones, constituyendo la lluvia
ácida.

Los contaminantes atmosféricos primarios que dan origen a la lluvia ácida pueden
recorrer grandes distancias, siendo trasladados por los vientos cientos o miles de
kilómetros antes de precipitar en forma de rocío, lluvia, llovizna, granizo, nieve, niebla
o neblina. Cuando la precipitación se produce, puede provocar importantes deterioros en
el ambiente.

La lluvia normalmente presenta un pH de aproximadamente 5.65 (ligeramente ácido),


debido a la presencia del CO2 atmosférico, que forma ácido carbónico, H2CO3. Se
considera lluvia ácida si presenta un pH de menos de 5 y puede alcanzar el pH del
vinagre (pH 3). Estos valores de pH se alcanzan por la presencia de ácidos como el
ácido sulfúrico, H2SO4, y el ácido nítrico, HNO3. Estos ácidos se forman a partir del
dióxido de azufre, SO2, y el monóxido de nitrógeno que se convierten en ácidos.

Los hidrocarburos y el carbón usados como fuente de energía, en grandes cantidades,


pueden también producir óxidos de azufre y nitrógeno y el dióxido de azufre emitidos
por fábricas, centrales eléctricas y vehículos que queman carbón o productos derivados
del petróleo.

Formación de la lluvia ácida


 Una gran parte del SO2 (dióxido de azufre) emitido a la atmósfera procede de la
emisión natural que se produce por las erupciones volcánicas, que son
fenómenos irregulares. Sin embargo, una de las fuentes de SO2 es la industria
metalúrgica. El SO2 puede proceder también de otras fuentes, por ejemplo como
el sulfuro de dimetilo, (CH3)2S, y otros derivados, o como sulfuro de hidrógeno,
H2S. Estos compuestos se oxidan con el oxígeno atmosférico dando SO2.
Finalmente el SO2 se oxida a SO3 (interviniendo en la reacción radicales
hidroxilo y oxígeno) y este SO3 puede quedar disuelto en las gotas de lluvia, es
el de las emisiones de SO2 en procesos de obtención de energía: el carbón, el
petróleo y otros combustibles fósiles contienen azufre en unas cantidades
variables (generalmente más del 1%), y, debido a la combustión, el azufre se
oxida a dióxido de azufre.

 La lluvia ácida presenta un pH menor (más ácido) que la lluvia


normal o limpia.  Constituye un serio problema ambiental
ocasionado principalmente por la contaminación de hidrocarburos
fósiles. Estos contaminantes son liberados al quemar carbón y
aceite cuando se usan como combustible para producir calor,
calefacción o movimiento (gasolina y diesel).
  El humo del cigarro es una fuente secundaria de esta
contaminación, formada principalmente por dióxido de azufre
(SO2) y óxidos de nitrógeno (NOx).  Las erupciones volcánicas y
los géiseres contribuyen con una pequeña cantidad de estos
contaminantes a la atmósfera.
  La lluvia ácida se forma generalmente en las nubes altas donde
el SO2  y los NOx  reaccionan con el agua y el oxígeno, formando
una solución diluida de ácido sulfúrico y ácido nítrico. La radiación
solar aumenta la velocidad de esta reacción.
 SO3+H2O --> H2SO4
 2NO2+H20 --> HNO3 + HNO2
 La lluvia, la nieve, la niebla y otras formas de precipitación
arrastran estos contaminantes hacia las partes bajas de la
atmósfera, depositándolos sobre las hojas de las plantas, los
edificios, los monumentos y el suelo.
  A través del ciclo hidrológico, el agua se mueve en plantas y
animales, ríos, lagos y océanos, evaporándose a la atmósfera y
formando nubes que viajan empujadas por el viento, de tal suerte
que si transportan contaminantes, éstos pueden alcanzar casi
cualquier lugar sobre la superficie terrestre.
  Una lluvia ¨limpia¨ es imposible de despojar de partículas de
polvo y polen y de un pH cercano al 5.6 (ligeramente ácido). Al
adicionarse SO2 y NOx  el pH se torna dramáticamente ácido
(por los ácidos sulfúrico y nitrico formados en la atmósfera).
  Los contaminantes pueden depositarse también en forma seca,
como gas o en forma de pequeñas partículas. De hecho, casi la
mitad de la acidez de la atmósfera se debe a este tipo de
deposición.
  El viento se encarga de empujar estos contaminantes sobre los
edificios, el suelo, el campo y aún, hacia nuestro interior con el
aire que respiramos. Cierta parte de estos contaminantes la
podemos ingerir con los alimentos a los que ha llegado polvo y gas.

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