You are on page 1of 4

EXALTACIÓN AL CARTEL DE LA COFRADÍA DEL

STMO. CRISTO DE LOS MÉNDEZ

Juan Antonio DÍAZ SÁNCHEZ

¡Dios te salve, Baza!

Asomado a su balcón, el Arcángel1 San Gabriel trae a Baza un celestial mensaje,


con aires de primavera, en una nueva y popular anunciación, a la que los añafiles de
plata prestan su música y la Medina su color.

Bella y callada dormía Baza, «agua oculta que llora», bajo el cielo ceniciento del
invierno, cuando en sus oídos, acostumbrados a rumores de fuentes cristalinas, resonó,
apenas como un murmullo, para no molestar su sueño, el mensaje de cada año, de cada
siglo, de cada milenio, la voz de siempre: ¡Baza, sé tú misma!

Rvdo. Sr. Consiliario de la Cofradía del Stmo. Cristo de los Méndez, querido
amigo José Antonio.
Excmo. Sr. Hermano Mayor de la Cofradía del Stmo. Cristo de los Méndez,
estimado amigo y hermano de la fe en Cristo Nuestro Señor.
Sr. Presidente y miembros de la directiva de la Federación de Cofradías,
Ilmos. Sres. De la Junta de Gobierno de la Cofradía,
Ilmos. Sres. Hermanos Mayores y Excmas. Juntas de Gobierno de las demás
Cofradías de la ciudad de Baza.
Señoras y señores, amigos y amigas, cofrades todos.

De esta forma, con estos versos, comenzaba hace ya tres años, concretamente un
viernes 29 de febrero de 2008, año bisiesto, el primer pregón que tuvo esta cofradía.
Esto fue posible gracias a la confianza que el Hermano Mayor de esta cofradía depositó
en mí, este humilde historiador que les habla y amante de las letras.

Por consiguiente, esta noche, no puedo más que comenzar esta exaltación del
cartel de la cofradía del Stmo. Cristo de los Méndez dando de nuevo las gracias a la
Junta de Gobierno en particular y a todos los hermanos cofrades en general. ¡Querido
Ángel!, ¡estimados José Antonio, José Miguel, Pepe, Miguel…! ¡Muchas Gracias! de
todo corazón, ¡Muchas gracias! por darme de nuevo la oportunidad de estar aquí, en esta
Iglesia de los Dolores, antiguo Oratorio de San Felipe Neri. Exaltando y pregonando a
“los cuatro vientos” lo que nunca me cansaré de repetir con efusión, ahínco y tesón;
¡Viva el Stmo. Cristo de los Méndez!

Permitidme queridos hermanos que antes de entrar en materia haga que un


último agradecimiento. “Es de bien nacidos el ser agradecidos” reza un viejo refrán
1
La inspiración poética de la introducción está tomada de:
LÓPEZ-GUADALUPE MUÑOZ, Miguel Luis: Pregón de la Semana Santa de Granada 2005,
www.realfederacióndecofradíasdegranada.es IDEM: “Pregón de la Semana Santa de Baza 2007”
Péndulo, revista miscelánea de difusión cultural, Baza, Ed. Imprenta Cervantes, 2007, (en prensa).
TRISTÁN GARCÍA, Francisco (Dir.) con estudio introductorio de MARTÍNEZ BOCANEGRA, Ángel
José y DÍAZ SÁNCHEZ, Juan Antonio.

1
castellano”, es por ello por lo que quiero mostrar un agradecimiento más, una muestra
de gratitud al que ha sido mi maestro en el “arte de pregonar” de mostrar a todos mis
amigos lo que siento, mediante las erradas palabras que la tibieza de mi boca no logra
pronunciar suficientemente claras. Como no podía ser de otra manera, me estoy
refiriendo al profesor Miguel Luis López-Guadalupe Muñoz quien, pacientemente con
gran amistad y tesón, tuvo a bien enseñarme lo que es el ser cofrade, nuestra identidad,
nuestra idiosincrasia… Quién mejor que él para ser maestro de un modesto discípulo, él
que fue II pregonero de esta cofradía, pregonero de la Semana Santa de Baza, de la
Semana Santa de Granada, su ciudad natal… y de tantas y tantas otras cofradías y
hermandades de Andalucía.

¡La noche cae sobre Baza!

La noche, esa noche lúgubre y tenue, cargada de oscuridad que cubre a Baza
como el manto de una Dolorosa y las estrellas son los bordados en hilos de seda y oro
que lucen el manto y el techo de palio engalanados. Las tinieblas se van adueñando de
la Plaza Mayor, a lo lejos se escuchan los tambores que acompañan a Nuestra Señora la
Stma. Virgen la Esperanza que se van perdiendo en el horizonte por la calle de la
Alhóndiga.
La noche, la tiniebla, la oscuridad, la sobriedad… invaden a la Plaza Mayor, en
ella se respira el tradicional olor a incienso, abarrotada de fieles que van a ver la salida
del cortejo. Las manecillas del reloj de la torre del campanario están a punto de marcar
las once de la noche, la hora en concreto, las campanas del Sagrario están enmudecidas,
su badajo les ha sido silenciado como si fuera la voz del almuecín cuando se subía al
alminar para llamar a los fieles a la oración a la entrada en la ciudad de los Reyes
Católicos, doña Isabel y don Fernando.

Las once han dado ya, las puertas del pétreo templo se abre, la cruz guía hace su
aparición para indicar el inicio de la estación. Estación de penitencia seria, lúgubre,
acompasada por las notas musicales del cuarteto de viento, símbolo de sencillez y
austeridad, pero en nuestra sencillez es donde radica nuestra grandeza.
Pasear a Cristo yacente en la cruz por las calles de Baza para que el pueblo
bastetano admire a esta talla de gran belleza, y, lo más importante, su religioso
significado. Muerte que significa vida pero… ¿cómo es posible tal premisa? a nosotros
nos cuesta mucho trabajo comprenderlo, o, en la mayoría de los casos, no lo llegamos a
entender por ello tenemos la cuestión de la fe que no la podemos explicar pero que
sabemos y somos conscientes de que ahí está. Toda expresión se reduce a ello: ante la
muerte, esperanza en la resurrección; ante los problemas, esperanza en su solución, ante
Cristo, fe absoluta y ciega confianza en él.

Las puertas del templo cuyas trazas hiciera Siloé, están abiertas, la Plaza Mayor
se ha iluminado con unas antorchas que, a lo lejos, parecen luciérnagas. El cortejo
procesional continua saliendo, tras la cruz guía van los nazarenos luchando contra la
oscuridad con sus ciriales de grana cera y dorada llama iluminada.

¡Soberbio Cristo! que cruzas, portado en los hombros de tus valientes


horquilleros, el pórtico de la Iglesia Mayor, pórtico de Historia, de señorío, de rancio
abolengo… puesto que no tenemos más que fijarnos en los blasones heráldicos de la
colegiata la que en su día fue la dignísima abadía heredera ésta a su vez de la gótica

2
mitra bastetana que en la actualidad se detenta “in partibus” por el ejército
latinoamericano.

Con gran esfuerzo, con un silencio sepulcral, ya estás en la calle, asomado a la


rejería de la entrada principal a la Colegial, alzado por tus sobrios horquilleros,
capitaneados éstos por su capataz que dirige sus pasos con decisión y temperamento
para que tú, Cristo de gran maestría, seas admirado por el pueblo bastetano. Cristo de
Leyenda, Cristo milagroso que tanto bien hiciste y haces a Baza y en general a la
humanidad; hoy es el día de tu divina salida, del bamboleo de tu cruz en ese barroco
paso, portada y alzada a los cuatro vientos. Como lo hicieran los versos del gran poeta
quiero yo exaltar, exclamar, “¡gritar a los cuatro vientos!”:

¿Quién me presta una


escalera,
para subir al madero,
para quitarle los clavos
a Jesús el Nazareno?
(Saeta Popular)

LA SAETA
¡Oh, la saeta, al cantar
al Cristo de los Gitanos,
siempre con sangre en las manos,
siempre por desenclavar!
¡Cantar del pueblo andaluz,
que todas las primaveras
anda pidiendo escaleras
para subir a la cruz!
¡Cantar de la tierra mía,
que echa flores
al Jesús de la agonía,
y es la fe de mis mayores!
¡Oh, no eres tú mi cantar!
¡No puedo cantar, ni quiero
a ese Jesús del madero,
sino al que anduvo en el mar2!

¡La sombra de la luz, la luz de la esperanza!

Sombra proyectada, la que producen las antorchas que iluminan el camino del
calvario, sombra de gran poderío que es símbolo de tu grandeza, de tu resignación…
nadie, como tú hiciste, daría la vida, aceptaría la muerte por el perdón de nuestros
pecados y redimirnos de nuestras faltas que cometemos a diario. Sombra proyectada
en los pétreos muros de la Colegiata, fiel reflejo éstos de nuestros pétreos corazones,
soberbios, orgullosos, inquebrantables… Sin embargo, ese fiel reflejo de tu sufrimiento
en la Cruz, de tu descendimiento a los infiernos, es símbolo y prueba de amor.

2
Cfr. MACHADO, Antonio.: “Campos de Castilla (La Saeta)”, Poesías completas, Madrid, Ed. Espasa
Calpe (colección Austral), edición de don Manuel Alvar, 2002, Pág. 224.

3
Pero no debemos de temer porque sabemos que Cristo no está muerto tuvo la
resurrección, con el final de las tinieblas y la grandeza del triunfo porque; ¡Qué se
entere el mundo entero!, como nos dicen las Sagradas Escrituras ¡Dios ha vencido a la
muerte, ha resucitado, ha ascendido a los cielos y sentado a la derecha de Dios Padre
está! Y de esa resurrección en el final de los tiempos también nosotros disfrutaremos.

Las campanas han roto su silencio, han desatado su furia con su badajo tronando
al cielo, su sonido rompiendo el luto ¡que ya no tiene razón de ser! puesto que ¡Cristo
no está muerto, ha vencido al infierno, ha vencido a la muerte, ha resucitado!

El ayuno que yo quiero es éste:


Abrir las prisiones injustas,
hacer saltar los cerrojos de los cepos,
dejar libres a los oprimidos,
romper todos los cepos;
partir tu pan con el hambriento,
hospedar a los pobres sin techo,
vestir al que ves desnudo,
y no cerrarte a tu propia carne.
Entonces romperá tu luz como la aurora,
en seguida te brotará la carne sana;
se abrirá camino la justicia,
detrás irá la gloria del Señor.
Entonces clamarás al Señor, y te responderá;
gritarás, y te dirá: "Aquí estoy”.
(Is 58, 6-9)

ASÍ SEA, HE DICHO

En la Muy Noble y Leal ciudad de Baza, a día 1 de abril del 2011.

Juan Antonio DÍAZ SÁNCHEZ


Ldo. en Historia
Universidad de Granada

You might also like