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IES GERARDO MOLINA GEOGRAFÍA DE ESPAÑA

Tema 8b
LA DISTRIBUCIÓN DE LA POBLACIÓN ESPAÑOLA

España cuenta en la actualidad, según el padrón de 2010, con unos 47 millones de


habitantes. De este total, poco más de 41 millones corresponden a personas de nacionalidad
española y más de cinco y medio son extranjeros.
Estas cifras son el resultado del considerable crecimiento experimentado por la población
española a lo largo del siglo XX, período en el que incrementa por más del doble sus efectivos.
A pesar de este aumento de la población, y de que España ocupa el quinto lugar por
volumen total de población dentro del contexto de la Unión Europea, éste es un país
densamente poco poblado.
La densidad de población española ha ido aumentando a lo largo del tiempo hasta situarse
actualmente en 92 hab / km².
Para expresar esta distribución se utiliza el concepto de densidad de población, que relaciona
la población de una zona con su superficie en kilómetros cuadrados.

Densidad = población / superficie

Pero esta densidad media de la población española oculta la existencia fuertes


desequilibrios interiores.
Mientras provincias como Madrid o Barcelona superan los 700 hab / km², Soria o Teruel no
alcanzan los 10 hab / km².
El rasgo básico que caracteriza a la distribución de la población española es, pues, su gran
desequilibrio espacial.
La mayor parte de la población se ordena de acuerdo con unos ejes que coinciden
esencialmente con los del desarrollo económico español ya sea por la industria, el turismo o a
su dedicación al sector terciario en general.
De esta manera, la población española tiende a concentrarse en:
• Madrid
• Ambos archipiélagos, Canarias y Baleares
• La periferia peninsular con esos ejes de desarrollo:
o De ellos el más consolidado y más dinámico actualmente es el costero mediterráneo,
que se extiende desde Gerona hasta Murcia.
o Otro, hoy en declive parcial, sería el del Atlántico, desde Asturias a Navarra.
o Un tercero, en construcción, sería el del valle del Ebro, con Zaragoza como centro, que
comunica a ambos.
o Otro es la Galicia Atlántica, desde Ferrol hasta Vigo
o El Eje Sevilla-Cádiz-Málaga.

Las grandes áreas de vacío demográfico, con densidad inferior a la media, son las
comunidades autónomas del interior peninsular, Extremadura, Aragón, Castilla-La Mancha y
Castilla y León, correspondiendo las densidades más bajas a algunas áreas de montaña, con
menos de 10 hab / km².

Profesor: Pedro Bernal Martínez 1


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El origen de este desequilibrio se debe tanto a causas naturales como a causas históricas:
• Los condicionantes naturales que provocan los grandes vacíos poblacionales, están
vinculados a un medio físico difícil en zonas montañosas o desérticas, que presentan
densidades inferiores a los 5 hab / km².
• En cuanto a las causas históricas:
o En la época preindustrial las mayores densidades se situaban en las costas,
sobre todo, la mediterránea en contraste con las llanuras del interior peninsular.
En el siglo XVI, el descubrimiento de América dio a Castilla una gran prosperidad
económica, convirtiéndola en la zona más poblada de la Península.
En el siglo XVII, la crisis económica y demográfica que Castilla vivió, originó
movimientos de población hacia la periferia.
En el siglo XVIII la situación se había invertido y las densidades más altas se
situaban en las regiones costeras e insulares gracias al comercio marítimo, y las
densidades más bajas se daban en el interior peninsular.
o En la época industrial, entre mediados del siglo XIX y la crisis de 1975, se
consolidaron y agudizaron los contrastes en la distribución de la población.
Aumentaron su peso Madrid y las regiones periféricas gracias al crecimiento natural
en Galicia, Andalucía y Murcia, o gracias a la instalación de actividades económicas
que atrajeron población, como la industria en Asturias, País Vasco, Cataluña y en los
ejes del Ebro y del Mediterráneo, y el turismo, en el litoral mediterráneo e insular.
Mientras, las regiones del interior siguieron perdiendo peso demográfico.
o En la época post-industrial, a partir de la crisis de 1975, tienden a mitigarse los
contrastes.
La crisis redujo la atracción de las áreas industrializadas y disminuyó las salidas de
las zonas tradicionalmente emigratorias del interior, que incluso recibieron emigrantes
retornados.
Tras la crisis, los factores actuales de desarrollo, como la primacía de los servicios, la
difusión espacial de la industria, la agricultura tecnificada y el desarrollo endógeno,
junto a una mayor inmigración extranjera, refuerzan la consolidación demográfica de
Madrid y de los ejes mediterráneo y del Ebro pero también promueven procesos de
desconcentración demográfica y económica que favorece un mayor equilibrio.

Profesor: Pedro Bernal Martínez 2

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