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Situación actual, tendencias y escenarios de la Educación Superior en

Argentina: aportes para la discusión 1.


Alejandra B. Martinetto
Facultad de Filosofía y Letras UBA// Laboratorio de Políticas Públicas- Buenos Aires.
Argentina
En el presente trabajo he retomado la palabra de varios autores que en los últimos
años han escrito sobre la situación de la Educación Superior, analizando la crisis de la
misma pero no solo como el fruto de la larga crisis económica que vive nuestro país, sino
como resultado de políticas propias que han profundizado la situación de fragmentación y
desvalorización de los conocimientos que circulan por el nivel superior de enseñanza.
En este sentido, la educación no es ajena a la situación actual y particularmente, la
educación superior está en un proceso de crisis no sólo económica por falta de
financiamiento adecuado de parte del Estado, sino también en una crisis político- cultural
ya que su función dentro de la sociedad ha sido largamente cuestionada desde distintos
sectores tanto políticos como económicos.
Tal como lo expresa Coraggio: “La problemática que enfrentamos es estructural y
está generalizada, pero está coyunturalmente agravada por la interacción de un estilo
tecnocrático y cortoplacista de hacer política educativa por análisis y recomendaciones
erróneas de influyentes organismos financieros.”(Coraggio, J.L.:2001).
Estos mismos organismos (Banco Mundial, BID, etc.) son los que ahora reconocen
como un error haber dejado de lado la educación secundaria y universitaria en los países
en desarrollo, poniendo el acento fuertemente en la educación primaria, dado que el
desfinanciamiento ha llevado a la educación superior a un estado, en muchos países en
desarrollo, de deterioro peligroso, lo cual da como resultado una baja en la c alidad
educativa y el mantenimiento del ingreso limitado. (Banco Mundial: 2000) 2
Esta situación deviene por las políticas implementadas ya en la década del ‟80 en
nuestro país, tal como afirma Paviglianiti, “Gran parte de los estudios, investigaciones,
planificaciones, propuestas y proyectos de los años ochenta en América Latina han girado
en torno al peculiar desarrollo en la región de los estudios superiores, y de la Universidad,
en particular.” (Paviglianiti, Norma et al 1996). Diversos estudios coinciden en que el
proceso de expansión cuantitativa de la Educación Superior:

1
Trabajo realizado para el Seminario Globalización y Educación en América Latina y el Caribe: Las agendas
del BM y de la UNESCO. (CLACSO, 2004)
2
The Task Force on Higher Education and Society, 2000. Pág. 16 (citado por Coraggio, l Ibidem. Pag. 17)

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 Se produjo en forma rápida y hasta cierto punto, independientemente de los
factores estructurales;
 Fue de tal magnitud que no se pudo efectuar sin la incorporación de sectores
tradicionalmente excluidos, sobre todo las mujeres y los sectores de las capas
medias bajas.
 Se produjo sin haber resuelto en su totalidad la universalización de la enseñanza
básica.
Esta forma peculiar de la configuración educativa de América latina consiste en que,
mientras la cúpula se ha expandido, con altos índices de incorporación se mantiene
una base ancha de excluidos del sistema educativo. Esta polarización contribuye a
explicar que, a pesar de la devaluación del acceso los niveles superiores del sistema
educativo, este conserve aún una gran capacidad discriminadora respecto de
aquellos que permanecen fuera de éstos.” (Paviglianiti, Norma. 1996)
Esta forma particular de expansión ha generado efectos negativos para la
democratización del saber, ya que se han creado circuitos diferenciados de desigual
calidad, peligrosamente correspondientes a estudiantes de distinto origen social. La
disminución de la calidad atribuida casi siempre a esta expansión, redujo las expectativas
respecto de la contribución de la Universidad al desarrollo científico- tecnológico, al
crecimiento económico y a la democratización de la sociedad. Se generó, en cambio un
proceso de redefinición de su rol a partir de medidados del ‟50 en adelante, impulsándose
como modelo una Universidad proveedora de profesionales para el desarrollo económico,
luego una Universidad centrada en el compromiso para el cambio social y político radical,
para pasar luego a una Universidad disciplinada de acuerdo con los valores de orden y
jerarquía, formadora de profesionales asépticos.
Todas estas cuestiones alejaron a la educación Superior de un modelo de contribución
al desarrollo científico- tecnológico que lo podrían haber acercado al modelo de los países
centrales, dándole una potencialidad a América Latina diferente para su desarrollo
productivo.
Desde la década del ‟60 se han establecido relaciones entre Universidad- Estado de
cambiante signo bipolar: según el gobierno de turno, o se las apoyaba
incondicionalmente, financiándolas sin ocuparse de las relaciones costo/ beneficio, o bien
se las intervenía políticamente, cercenando su autonomía.
A partir de los ‟80, se comienza a establecer un modelo neoconservador, que tiene su
origen en Estados Unidos y que se distingue por ser Diferenciador y competitivo; así,
deben existir tantas Universidades o Instituciones de Educación Superior como lo
“demande la sociedad”. Este sistema es tomado como el más democrático, porque

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responde a intereses individuales y porque el actor principal que da direccionalidad al
sistema educativo es el mercado.
El Estado, entonces, tiene otras formas de intervención en la Educación Superior:
 Da financiamiento selectivo para aquellos proyectos que aumenten la eficiencia del
sistema de Educación Superior.
 Da becas o subsidios a aquellos individuos que han demostrado capacidades y
méritos intelectuales en los campos que han sido seleccionados como prioritarios,
En América Latina, la aplicación de esta política tiende a achicar los logros de la
expansión del sistema y en el traslado del financiamiento de la Educación superior a las
familias y a los recursos propios que puedan obtener las instituciones de educación
Superior. En Argentina, el ejemplo es la Ley de educación Superior, Nº 24521 sancionada
en 1995.
Por otra parte, en la realidad universitaria y la de Ciencia y Técnica, se da una
desigual inserción de teorías y modelos aplicados con una lógica empresarial, colocando
las diversas disciplinas en espacios pasibles de desarrollo muy diferenciado.
Esta situación produce en América Latina la jerarquización y segmentación de las
instituciones de Educación Superior, restricciones en el acceso, reducción del cuerpo
académico y calidad para pocos trasladada a los postgrados.
El Estado ha cambiado su rol a partir de las reformas de los „90, se ha convertido en
promotor: legisla delegando la responsabilidad del diseño y ejecución de la reforma en las
propias instituciones, preservando su autonomía, coopera en la coordinación
interinstitucional y no se desliga de la responsabilidad del financiamiento de la educación
superior pública. Las universidades también varían su rol: se hacen responsables de
producir su propia reforma organizacional, democratizarse en su interior, democratizar el
acceso, aumentar su calidad académica, encontrar y ejecutar nuevas relaciones con el
mundo de la producción, fortalecer la formación y capacitación de sus miembros,
encontrar nuevas formas de administración eficiente y procurar nuevas vías internas y
externas de financiamiento de sus programas. Son propuestas de reformas pensadas
desde los propios actores, que reformulan sus programas académicos, sus modelos de
organización y financiamiento, efectuando la auto evaluación de su desarrollo.
(Paviglianiti, Norma. 1996)
Con respecto al ingreso de jóvenes de todas clases sociales a la Universidad Pública
hay que tener en cuenta que en el contexto actual, en que se advierte al conocimiento
como una condición fundamental para acceder al empleo así como también para ejercer

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la plena ciudadanía, se hace central el poder garantizar dicho acceso y permanencia en
las instituciones universitarias de los jóvenes provenientes de sectores más
desfavorecidos.
Al respecto, Coraggio afirma:
(...) ello se manifiesta en las tendencias universales a la masificación de la educación
superior, registrando necesariamente tasas de crecimiento mucho más altas en los
países retrasados en la cobertura y desarrollo de sus sistemas.3 Esto no se reduce a
dar alguna respuesta a esa demanda social con el mínimo gasto público, como en
otras políticas sociales focalizadas y regidas por el principio de costo- efectividad,
para aliviar a los más pobres con algo de educación y algo de becas. Se trata de
hacer efectiva la igualdad de oportunidades mediante el acceso de todos a una
educación de alta calidad, sólo limitada por al voluntad de seguir
estudiando.(Coraggio, 2001)
Se trata, por lo tanto de superar los límites de la política económica neoliberal, desde
una postura contrahegemónica que discuta los supuestos básicos del pensamiento único
mostrando las contradicciones al interior del discurso y proponiendo otros discursos que
respondan a las demandas reales de la sociedad en crisis.
Pasando ahora a la situación actual y a los escenarios posibles, es importante
observar que la universidad argentina sufre las consecuencias de una recesión
prolongada de más de cuatro años, realimentada por las políticas procíclicas del
Ministerio de Economía, durante el gobierno de Menem y profundizado con el de De La
Rúa, cegado por la defensa cerrada de un modelo que fue generando la destrucción y
privatización masiva –y en muchos casos ilícita– del patrimonio público, una inédita
concentración de la riqueza y el ingreso, el caso de mayor extranjerización de la
economía en el mundo, y la apertura unilateral y pasiva de la economía ante mercados de
bienes inaccesibles por las barreras arancelarias y para arancelarias defendidas en la
Organización Mundial del Comercio por los países del “primer mundo”, usando su poder
político y el dinero para judicializar y subir los costos de los conflictos de comercio. Todo
esto ha tenido las consecuencias evidentes de un empobrecimiento masivo, una altísima
desocupación abierta, la precarización del trabajo y una pérdida absoluta y relativa de los
ingresos de los trabajadores, particularmente de los no calificados, pero también de un
vasto espectro de las clases medias. (Coraggio, J.L., 2003)
A la vez, la demanda de acceso a la educación superior gratuita o altamente
subsidiada aumenta, pues la ciudadanía advierte que la acreditación de estudios (no

3 La tasa bruta de escolarización superior era en 1995 del 60% en el conjunto de las naciones desarrolladas, mientras en
los países en desarrollo llegaba al 8,9% pero experimentando una tasa de crecimiento muy superior (UNESCO, 1998). En
1994, Argentina tenía una del 38,9%, la más de América Latina, que en promedio registraba una tasa del 20,7% (BID,
1997) – Citado por Coraggio, 2001.

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siempre como expresión del aprendizaje efectivo) puede ser la diferencia entre lograr o no
algún trabajo, o incluso tener que quedarse o poder emigrar (expectativa que fue muy
fuerte en el imaginario de los jóvenes en los años 2000-01), tal como lo señalé más arriba.
La priorización del pago de la deuda externa por sobre una política de crecimiento para el
país, sumando a la falta de voluntad y capacidad para atacar la evasión y el contrabando
y de recaudar impuestos a los contribuyentes de mayores ingresos y patrimonios, así
como de captar rentas monopólicos o naturales no ligadas a la inversión productiva de los
sectores financieros, de servicios, de comercialización y de recursos energéticos, de los
últimos gobiernos, sólo tiene como salida aparente el congelamiento si no la reducción del
gasto nacional en los pocos bienes públicos que restan, entre ellos la educación
universitaria. (Coraggio, J.L., 2003). Con respecto a este punto, se advierte una tendencia
diferente con el actual gobierno de Kirchner, que ha incrementado tanto el presupuesto
universitario como el de Ciencia y Técnica4, pero que no representa una suma tal que
ayude a la reconstrucción de un sistema tan bastardeado por continuas políticas en
diferentes gobiernos.5
De todas maneras y más allá de los discursos, la agenda universitaria está marcada
por la hegemonía –ahora un poco maltrecha– del programa neoliberal, que pretende
confrontar a la sociedad con dilemas encuadrados en el problema económico de la
asignación más eficiente de recursos escasos entre fines múltiples, tales como:
 costosa e ineficiente educación universitaria gratuita/subsidiada para los sectores
medios que podrían pagar vs. educación básica, salud básica, jubilaciones y
pensiones, el 50% de los niños que hoy nacen en hogares pobres, etc.;6
 arancelamiento con recursos vs. gratuidad sin recursos;
 subsidio a la oferta vs. subsidio a la demanda;

4
Para ampliar el tema se puede consultar: Lanzaron el plan para impulsar la ciencia. La Nación, 22 de marzo de 2004. Link:
http://www.lanacion.com.ar/04/03/19/sl_583184.asp; La ciencia de cobrar mejor. Página 12, 22 de marzo de 2004. Link:
http://www.pagina12web.com.ar/diario/univ ersidad/10-32937.html; 10 millones de dólares para la Universidad. La Nación.
Link: http://www.lanacion.com.ar/03/12/02/dq_550859.asp. “Por una universidad gratuita y responsable”. Página 12. Link:
http://www.pagina12web.com.ar/diario/elpais/1-30193.html;
5 Al respecto se han publicado una serie de notas de distintos actores del sector universitario, tanto a favor de la nueva
política asumida por el gobierno y la Secretaría de Políticas Universitarias, como en contra. Se pueden consultar: El debate
internacional que viene, Clarín. Link: http://old.clarin.com/suplementos/zona/2003/11/02/z-03301.htm; Otro ingreso para la
Universidad. La Nación. Link: http://www.lanacion.com.ar/04/02/21/do_574904.asp; La situación de los científicos. Página
12, 1 de marzo de 2004. Link: http://www.pagina12web.com.ar/diario/universidad/10-31967.html; Balance agridulce para el
Conicet. La Nación. Link: http://www.lanacion.com.ar/03/12/19/sl_556618.asp; Otra mirada al presupuesto de ciencia y
tecnología; La Nación, 6-11-03. Link: http://www.lanacion.com.ar/03/11/06/sl_542632.asp.
6 Para profundizar este tema se pueden consultar las siguientes notas aparecidas en diarios nacionales en dif erentes
momentos: Fuerte defensa de la educación pública. Clarín: 30-11-03. Link: http://old.clarin.com/diario/2003/11/30/s-
667976.htm; La educación superior, en la encrucijada. La Nación, 28-11-03. Link:
http://www.lanacion.com.ar/03/11/28/do_549343.asp; En la Argentina no se discute el tema. La Nación, 5-01-04. Link:
http://www.lanacion.com.ar/04/01/05/dq_561162.asp;

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 acceso a los que pueden pagar y a los pobres más capaces vs. Ingreso irrestricto;
 centralismo burocrático, corrupto e ineficiente en el uso de recursos públicos vs.
descentralización eficiente, transparente y competitiva;
 monopolio público (Estado “proveedor”) y presupuesto por ley vs. Mercado
competitivo (Estado “evaluador”) y fondos concursables. (Coraggio, J.L., 2003)

En una situación de crisis del contexto socioeconómico y político, y del mismo sistema
educativo y de su legitimidad, un gobierno con perspectiva estratégica, preocupado por el
interés general, debería abrir y proteger –con suficiente tiempo y condiciones de diálogo–
un indispensable debate sobre la necesidad de reformas fuertes en el sistema de
educación superior, de consolidar un sólido sector de educación superior no universitario
y de facilitar con recursos y políticas de Estado las reformas del sistema en su conjunto,
tanto internas (combinando la defensa de la autonomía del pensamiento y la expresión
crítica y libre, la gestión visible y eficiente, la mayor pertinencia y la ductilidad como
criterios) como de relación con la sociedad (la vinculación con el sector productivo y con
las necesidades de conocimientos de la mayoría de la sociedad, que no se pueden
expresar como demandas solventes). No podemos afirmar que esta sea la política a
seguir por el actual gobierno.
Según Coraggio, es imprescindible invertir recursos ya, para crear condiciones
iniciales que permitan abrir el espacio y ganar el tiempo para esa revisión y planificación
estratégica. De esta manera se podría salir del juego de suma cero cortoplacista, donde
los corporativismos, faccionalismos partidarios y clientelismos universitarios de diverso
tipo se fortalecen en una lucha por la sobrevivencia que sustituye la reflexión sobre los
derechos de los ciudadanos, el proyecto de sociedad y país, y el papel de la educación, la
ciencia, la tecnología y las artes para lograrlos. Esos recursos existen, y deberían ser
tomados como anticipo del desarrollo futuro, imponiendo al sector monopólico rentista, o a
los sectores que hoy los evaden o eluden, el pago de impuestos que contribuyan al
desarrollo de un país del que han extraído ganancias extraordinarias a nivel mundial sin
comprometerse con su desarrollo, gobernabilidad y sostenibilidad a futuro. (Coraggio, J.L.,
2003)
Esta renovación del sistema de educación, ciencia y técnica, clave para el paradigma
tecnológico y para la sociedad centrada en el conocimiento y la información, no podría
hacerse sino como parte de una estrategia de rearticulación y dinamización del mercado
interno, para que Argentina retome el rumbo del desarrollo. En consecuencia, la política
educativa no puede ser pensada independientemente de la política económica y de las

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políticas sociales, ni la educación puede ser pensada independientemente de la economía
y de la sociedad. Un modelo económico puede subordinarla y mercantilizarla, como en el
caso del neoliberalismo, o autonomizarla y valorarla como bien público, condición esencial
de su propio desarrollo, como han hecho y hacen los países que hoy pueden competir
como iguales en el mundo. (Coraggio, J.L., 2003)
Ante el embate neoliberal y los ajustes sucesivos, cabe una respuesta reactiva, de
resistencia, de protesta, de defensa de la universidad realmente existente por parte de
sus docentes, no docentes y alumnos. Tal defensa puede basarse en el alto “costo
político” (otro rasgo del economicismo) que se puede imponer a quienes osen avanzar
demasiado sobre la autonomía o el financiamiento. El país requiere un sistema de
educación pública, ciencia y tecnología aggiornado e innovador, socialmente integrador,
condición esencial de la competitividad y la justicia social auténticas. Y eso requiere
sumar inversión e innovación con el objetivo de una transformación fuerte. Si la
universidad misma no produce una autoevaluación de sus limitaciones para cumplir con
ese objetivo y no diseña una estrategia de mediano y largo plazo para lograrlo, tendrá
serios problemas para legitimar sus reclamos de recursos ante la misma sociedad.
(Coraggio, J.L., 2003)
Esto no está exento de conflictos internos. Es más, está bloqueado por los conflictos
internos entre intereses muchas veces inconfesables. Es difícil incluso pensarlo por el
predominio del “pensamiento único” y por la tecnocracia educativa que ha impedido el
surgimiento de un espacio público donde sociedad, economía y universidad puedan
encontrarse y pensar su desarrollo conjunto. Esa apertura a la sociedad con todos sus
complejos problemas e intereses conflictivos podría oxigenar las estructuras corporativas
consolidadas en estos años de convivencia con el neoliberalismo conductivista. Como
dice Juan Carlos Pugliese: “necesitamos muchos argentinos en la educación superior por
lo que esta simplificación de sostener que con cupos y aranceles se resuelven los
problemas de la Universidad es tan inconsistente como la que sostiene que sin ellos todo
es democrático y excelente” (Pugliese, 2001: 75) 7. (Coraggio, J.L., 2003)
Por otra parte, es importante destacar la visión de Marcela Mollis frente al tema del
conocimiento, tema que no debería quedar afuera de la discusión acerca del futuro del
nivel superior del sistema educativo argentino. Al respecto, La autora sostiene que el
presente de las universidades argentinas –afectadas por las políticas de corte neoliberal,
por las restricciones presupuestarias, por el ajuste fiscal y la transformación del contrato

7 Citado por Coraggio, J.L., 2003.

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social entre el Estado y la sociedad civil– ha desnaturalizado los “saberes universitarios”
para convertirlos en “conocimientos mercantilizados”. El saber se mide con el lenguaje de
las finanzas, se calcula a través de indicadores de rendimiento y de certificados y
diplomas entregados en tiempo y forma con mayor valor de mercado; se representa en la
formación de recursos humanos cuando, al mismo tiempo, las humanidades van
perdiendo gradualmente sus recursos. Nuestras universidades tienen alterada su
identidad como instituciones de los saberes hacia la construcción de una nueva identidad
que las asemeja al “supermercado”, donde el estudiante es cliente, los saberes una
mercancía, y el profesor un asalariado enseñante. (Mollis, M., 2003)
A modo de epílogo:
En su libro “Educar para transformar”, Carlos Núñez habla de la transformación a la
que cree necesaria: “Me refiero a una parte de la sociedad que rechazo por inhumana e
injusta, por depredadora. Una sociedad que debe ser transformada en una más humana,
más justa. Quizás es un sueño, pero los sueños, como dice Galeano, sirven para caminar.
Yo considero que la educación no es la alternativa del cambio, pero también estoy seguro
de que sin educación no se llegará al cambio que anhelo. La educación como nosotros la
entendemos, es una educación que construye conciencia, sujetos, protagonismo social y
político, que construye ciudadanía crítica. Es decir, que distribuye y comparte el poder y
que, por lo tanto, equilibra los poderes hegemónicos tradicionales del Estado, la Iglesia, el
mercado. Entonces, sin educación no llegaré a mi sueño, pero mi sueño no se logra tan
sólo con educación”. (Núñez, 2004)
Bibliografía:
CORAGGIO, José Luis y VISPO, Adolfo. (comp.). (2001): Contribución al estudio del
sistema Universitario argentino. Miño y Dávila editores. Buenos Aires Pág. 17
CORAGGIO, José Luis (2003): “La crisis y las universidades públicas en Argentina”. En:
Mollis, M. (comp.) (2003): Las Universidades en América Latina: ¿alteradas o
reformadas?. La cosmética del poder financiero. Buenos Aires, CLACSO.
MOLLIS, Marcela (comp.) (2003): Las Universidades en América Latina: ¿alteradas o
reformadas?. La cosmética del poder financiero. Buenos Aires, CLACSO.
NÚÑEZ, Carlos (2004): “La educación verdadera es la que construye ciudadanía crítica”;
entrevista realizada por el diario Página 12. Link:
http://www.pagina12web.com.ar/diario/elpais/1-28569.html
PAVIGLIANITI, N. et al. (1996): Recomposición neoconservadora. Lugar afectado: la
universidad. Miño y Dávila editores. Buenos Aires.

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