Eloy Sánchez Rosillo
Sueño de un poeta
Gracias a La vida, los estudiantes de varias
generaciones han descubierto la magia de
sus poemas. No tenía ni 30 años cuando
recibió uno de los premios más
importantes de poesía en nuestro país, el
premio Adonais que concede la editorial
RIALP cada año. Tras otros 30 escribiendo
poesía, acaba de publicar su último libro,
Sueño del origen.
Tiene un rostro serio, mirada atenta y
amable, y un color invernal en su barba. Podría
pasar por un viandante más de esos miles con los
que te cruzas por la calle cada día. Podría pasar
por otra historia más de las millones que se
escriben esperando, tal vez, el autobús en una
parada. Sin embargo, cuando hablas con Eloy
Sánchez Rosillo tiemblas tiernamente. Sus
palabras se apoderan de cada rincón de tu piel en
un dulce y mágico escalofrío. Y es entonces
cuando descubres en cada sílaba suya el bello
misterio de la estrofa.
Rosillo vive la poesía desde muy joven, y es
muy consciente de la gran difusión que han
adquirido sus poemas, especialmente los que
contiene su libro La vida, publicado en 1996, ya
no sólo por su innegable calidad literaria, sino por
haber sido objeto de estudio en bachiller y en la
prueba de acceso a la universidad. Antes de
cumplir los 30 años recibió uno de los premios
más prestigiosos en lengua castellana, el premio
Adonais de poesía por su libro Maneras de estar
solo: “El que te den en tu juventud un premio que
avale lo que estás haciendo, aparte de hacerte
poeta ante los demás, también te hace poeta ante ti
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mismo, ya que te ayuda a responsabilizarte y a
entender que ése es tu camino”, dice.
Hace apenas unas semanas que ha publicado
su último libro, Sueño del origen, y ya está
teniendo una gran aceptación entre sus lectores
habituales. Los poemas que Rosillo incluye en
este libro evocan pequeñas cosas de la vida, como
un paisaje, un momento del día o una emoción
fugaz que remite al origen: “No sólo remiten a mi
infancia ni a mis primeros recuerdos, si no que
remiten a las cosas que verdaderamente tienen
importancia y que nos sostienen, como el amor, la
vida o la muerte”. Tras haber escrito poesía
durante más de 30 años, considera que Sueño del
origen es su obra más madura: “Es la obra más
cercana a mí. Lo último que publica un poeta
siempre le parece su mejor trabajo, porque
responde mejor a su yo de ese momento”. En este
libro desemboca su trayectoria poética, “aunque
espero que continúe”, señala. En Sueño del
origen, Rosillo hace una consideración de las
cosas del mundo y tiene una actitud de gratitud
hacia la vida incondicional. “¿Qué tiene que
agradecer a la vida?”, le pregunto. “Todo”,
responde. “Es lo único que tenemos, y no es poco,
porque es un milagro continuo”. Rosillo dice que
esta gratitud se va aprendiendo con la edad:
“Cuando era joven tenía otra concepción del
tiempo, pensaba que las cosas llegaban, estaban
un poco de tiempo con nosotros e inmediatamente
se apagaban y se iban hacia el pasado, hacia la
muerte. Ahora no pienso así, ahora pienso que
todo lo que nos ha pasado, si fue importante, vive
en nosotros”.
“Es un destino maravilloso el de
ser poeta, pero hay que merecerlo,
obedecer a esa llamada de la
vocación y trabajar día a día
durante todos los días de tu vida”.
Prueba de ello es el crecimiento y
transformación que han vivido sus obras con el
paso de los años. La mayoría de sus libros hasta la
publicación de La Vida giran en torno al paso del
tiempo, al recuerdo y a la nostalgia. Sin embargo,
esta obra constituye el final de su propia manera
de entender el mundo hasta ese momento. Los
últimos libros que ha escrito contienen un mayor
optimismo, una mirada más esperanzada sobre las
cosas del mundo y una profunda gratitud hacia la
vida: “Cuando uno está rodeado de tanta maravilla
lo único que se le ocurre es dar las gracias”,
comenta. A partir de su siguiente libro, La
Certeza, empieza a transformarse la visión del
mundo de Eloy Sánchez Rosillo: “Por fortuna, con
el cumplir de los años he llegado a entender que
las cosas no se van, que nos acompañan siempre y
cuando hayan sido importantes para nosotros”.
Esto ha hecho que la poesía de sus últimos libros
sea prácticamente la antítesis a su trabajo anterior:
“Todo lo vivo evoluciona. No se trata de una
evolución de un día para otro, sino que se
evoluciona lentamente. En mi caso han sido
necesarios más de 30 años para esa evolución.
Ahora no hay esa nostalgia por lo perdido, sino
que hay una celebración de que todo lo que le ha
sucedido está siempre ahí”, explica.
Cuando el ser humano toma contacto con el
mundo empieza a preguntarse por las cosas. Un
futuro poeta suele descubrir la poesía en su
adolescencia, cuando realmente toma conciencia
del mundo. Otros, además, la descubren de pronto.
Eso le sucedió a Rosillo cuando tenía 17 años.
Descubrió su vocación y se entregó a ella con
ilusión y con pasión. Esa vocación se apoderó de
él y le arrastró hasta hoy: “Cada uno nacemos para
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una cosa, y lo importante es descubrir que hemos
nacido para eso y trabajar para merecerlo. Es un
destino maravilloso el de ser poeta, pero hay que
merecerlo, obedecer a esa llamada de la vocación
y trabajar día a día durante todos los días de tu
vida”. Los comienzos son siempre difíciles,
especialmente para un poeta pero, según comenta,
“hay que comenzar por el trato con uno mismo,
trabajar mucho en la privacidad, con humildad,
con tranquilidad. Si verdaderamente crees en lo
que haces y tienes talento antes o después sale a la
luz”.
“Cuando uno está rodeado de tanta
maravilla lo único que se le ocurre
es dar las gracias”.
Lo cierto es que se puede escribir un poema
prácticamente sobre cualquier cosa, simplemente
hace falta la inspiración adecuada. Para Eloy
Sánchez Rosillo la inspiración es un misterio:
“Nunca me he propuesto hacer un libro sobre un
tema determinado, sino que surgen temas
inesperados. Además, yo no escribo, sino que la
poesía se escribe a través de mí. Veo como eso
nace y colaboro a que nazca lo mejor posible”. Al
preguntarle qué poetas, escritores o artistas le han
servido de inspiración para escribir sus obras,
revela que la lista es inacabable: “Un poeta no
puede contestar a que poetas admira, sino que los
admira a todos. Un poeta se hace poeta
insertándose en la tradición, tiene que conocer
muy bien lo que otros han hecho antes que él.
Además, en un poeta verdadero influye todo, no
solo la poesía que conoce, sino que influyen
también las novelas que lee o la música que
escucha. No sólo se nutre uno de literatura, sino
que se nutre de todo lo que es la vida. He leído a
muchos poetas, y espero que todos hayan dejado
su huella en mí y se hayan hecho algo mío”.
Rosillo dice que escribir poesía enseña a uno
mismo algo sobre su propia personalidad, te da
una identidad: “Yo no sería éste que soy si no
hubiera sido por la poesía”. Por tanto, es fácil
conocer a Rosillo a través de su obra: “Mis
verdaderas preocupaciones están en mis libros”,
aunque tras sus versos esconde muchas cosas:
“Detrás de cada persona hay algo que es
individual, la parte más esencial de cada uno”.

“La poesía es universal. Los poetas

verdaderos nacieron todos en el
mismo día y hablan la misma
lengua”.
Rosillo enseña actualmente poesía española
a alumnos de Filología Hispánica en la
Universidad de Murcia. Según dice, no pretende
hacer un estudio científico de la poesía con sus
alumnos, sino que pretende fomentar en ellos el
placer de la lectura y de textos poéticos: “La única
forma de que los alumnos crean que en la poesía
hay algo importante es que vean que eso es verdad
poema en la lengua nativa del lector: “Se puede
en ti. Es importante que no te vean como un
traducir la poesía, y se debe traducir. Algo que ha
profesor, sino como alguien que está viviendo
nacido en una lengua, si le pones otro traje en otra
algo auténtico. Yo lo único que hago con ellos es
lengua tiene un aspecto distinto, pero no tiene por
señalar aquello que, a mi juicio, es hermoso. Ellos
qué dejar de ser poesía. Simplemente cambian
pueden pensar que si alguien habla con tanto amor
ciertas cosas. Se pierde el contenido de la obra si
e ilusión sobre el mundo de la poesía será que a lo
está traducida por alguien que ha hecho eso como
mejor hay alguna cosa que merezca la pena”.
un trabajo, que no lo ha hecho con amor”. Ahora
Según su experiencia como escritor, Rosillo cree
bien, Rosillo cree que es importante buscar buenas
que el sentir del poeta debe tener la capacidad de
traducciones. “Cuando uno lee a un poeta en una
recreación individual en cada uno de sus alumnos,
lengua que no es la suya, si tiene entusiasmo con
en cada lector: “El poeta deja la huella de lo que él
lo que está leyendo puede llegar a encontrar un
es en cada poema de los que escribe, dice su
equivalente muy cercano al poema original”, ya
verdad, pero esa verdad queda ahí como la obra
que, según comenta, “puede ser que la hermosura
musical en una partitura: no queda inamovible,
original de un poema se vea velada por ciertos
sino que es algo vivo. Igual que cada músico
defectos de traducción, pero tu intuición y tu amor
suena de manera distinta cuando interpreta una
como poeta pueden hacer que incluso esa lectura
obra de música, cuando leemos un poema cada
pueda ser hermosa, porque la poesía es universal.
uno lo hacemos nuestro”, comenta.
Los poetas verdaderos nacieron todos en el mismo
Algunos de sus libros y selecciones de su día y hablan la misma lengua”. Una vez más sus
poesía han sido traducidos a varios idiomas. palabras se apoderan de ti como los acordes de
Rosillo piensa que la lectura de un poeta bien una bella melodía. Cada una de las palabras que
traducido puede equivaler a la recepción de un sale de su boca denota gran experiencia y
sabiduría; sabiduría proveniente de un soñador
nato cuyo optimismo hacia la vida me impresiona.

María Inmaculada Reinoso Conesa