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El Sentido del Trabajo

Lic. Lucía Copello

Una de las ocupaciones a las cuales el hombre le dedica más


tiempo en su vida es al trabajo. Definimos el trabajo como aquella
actividad en la cuál realizamos un quehacer significativo, en la cuál
afianzamos nuestra identidad y que funciona como un espacio de
“desarrollo existencial”.

Desde la teoría motivacional Frankliana se define al hombre como


un buscador de sentido; por tanto es esperable y natural que el
hombre encuentre y se pregunte por el sentido del trabajo que
realiza.

Una palabra orientativa para reflexionar sobre el sentido que el


hombre puede descubrir en su trabajo puede ser la palabra
“Oportunidad”; el trabajo se presenta como una oportunidad en
múltiples aspectos:

 Es una oportunidad para dar algo de si mismo al


mundo, de realizar valores de creación: “con este
nombre ha dignificado Frankl casi todo el trabajo manual.
Todo el esfuerzo físico que el hombre realiza en este mundo
cuando tiene sentido y mediante él trasciende, se ha
convertido en un valor. Amor, compromiso, solidaridad, todo
eso aplicado a toda acción, la vuelve trascendente. Los
valores de creación dejan al mundo que nos toca vivir mejor
de lo que estaba. Por el hecho de haber nacido, el mundo nos
pertenece, pero debemos hacernos dignos de él. Sólo existe

1
un camino, la acción comprometida para contribuir con la
creación de un mundo mejor”1.
 Es una oportunidad para que el hombre pueda elegir
que quiere hacer y en el hacer “hacerse a sí mismo”: El
trabajo es una oportunidad para elegir que quiere hacer en
total uso de su libertad y con la consecuente responsabilidad
sobre la tarea que asuma. Es una oportunidad para
cuestionarse hacia dónde quiere dirigir su obrar mientras
esté en este mundo. En el trabajo el hombre “hace” y en el
hacer se “hace a sí mismo”. El trabajo se presenta como
oportunidad para conocerse, descubrir sus talentos y
capacidades además de sus limitaciones personales. Permite
superar sus propios límites y hacer un aporte importante al
mundo. El hombre tiene la capacidad de autoconfigurarse y
el trabajo se presenta como un vehículo para poder realizarlo.

 Es una oportunidad para relacionarnos con la


comunidad y con la sociedad: es en relación a la
comunidad donde el ser humano se trasciende a si mismo.
“El trabajo puede representar, en particular, el espacio en el
que la peculiaridad del individuo se enlaza con la comunidad,
cobrando con ello su sentido y su valor (...) este sentido y
este valor corresponde en cada caso a la obra (...) y no a la
profesión concreta en cuanto a tal”2.

 Es una oportunidad para vivir valores y poner “a


aprueba” nuestra jerarquía de valores: distintos valores
(responsabilidad, compromiso, lealtad, generosidad,
solidaridad entre otros) son vivenciados en nuestro trabajo y
muchos de ellos son “puestos a prueba” en muchas de las
1
Bretones, Francisco: “Logoterapia: la audacia de vivir”, editorial San Pablo,
Buenos Aires, 2002.
2
FRANKL, Víktor “Psicoanálisis y Existencialismo”, Fondo de Cultura Económica,
México, 1997, Pág. 171

2
decisiones que tomamos y en las tareas diarias que
realizamos. “La dignidad del ser humano en parte radica en
la capacidad de optar libremente por buscar y descubrir el
sentido y el valor de las situaciones que va viviendo hasta
hacer reales esos sentidos y establecer la jerarquía de sus
valores”3. Debemos ser conscientes que detrás de cada
acción que realizamos hay un sentido presente inherente a
cada situación el cuál estamos llamados a descubrirlo. “Dar
sentido al trabajo significa mucho más que finalizar una tarea
para recibir una recompensa tangible como el dinero, la
influencia, el estatus o el prestigio. Comprometiéndonos con
valores y objetivos que pueden parecer intangibles, pero que
son, sin embargo ¨reales¨ y significativos, honramos nuestras
necesidades más profundas”4

 Es una oportunidad para erigir día a día nuestro


proyecto de vida: que este “quehacer” significativo permita
construir diariamente acciones que sean acordes y
coherentes con nuestro proyecto y misión de vida. El sentido
de la vida lo descubre cada ser humano y aprende a
responder a la vida antes que a preguntarle. El modo en que
el hombre responde a la vida es con su propia conducta, con
la dimensión del hacer, del ofrecer, del entregarse o del
crear. El modo de responder es concreto, cotidiano y en el
contexto de mi ser responsable y libre.

 Es una oportunidad para poder reflexionar sobre


la tríada: SER-HACER-TENER. Poder reconocer en cuál
dimensión vive más frecuentemente y cuál de ellas es la que
quiere desarrollar por medio del trabajo. En el trabajo: ¿Busco
Ser? ¿Busco tener? ¿Busco hacer sin saber para qué? ¿Busco
3
Pareja Herrera, Guillermo: “Víktor Frankl: Comunicación y Resistencia”, editorial
San Pablo, 2006, Pág. 182.
4
Pattakos, Alex: “En busca del sentido. Los principios de Viktor Frankl aplicados
al mundo del trabajo”, Editorial Paidos, Barcelona, 2005, Pág. 35.

3
ser en lo que elijo hacer? ¿Es el trabajo únicamente un medio
para tener? ¿qué significa para mí tener?. Estas preguntas
invitan también a detenernos a pensar en cómo vivimos el
trabajo, si como un medio o como un fin y en pensar a
nuestro ser unido a nuestro quehacer cotidiano: ¿qué y cómo
me siento al trabajar así?

 Es una oportunidad de vivir mi libertad y mi


responsabilidad, en los roles, tareas y funciones inherentes
a mi trabajo.

 Es una oportunidad para amar: “También se puede


descubrir que el amor no es sólo el amor que se recibe, sino
el amor que se da. Pareciera que el mundo del hacer, de los
objetos no puede ser un consuelo equiparable al amor de los
seres queridos y en cierta forma así lo es. El mundo del hacer
es una forma de amar, de dar, de darse, pues para eso es la
vida en última instancia “ser para los demás”. Se es para los
demás a través de las obras de cada día (auto trascendencia)
…”5

 Es una oportunidad para generar nuevos vínculos


en formas variadas. Al estar en contacto con otras
personas el trabajo le da la posibilidad de generar nuevos
vínculos de amistad y fraternidad, encontrar grupos de
pertenencia dándose la posibilidad de compartir de manera
grupal tanto valores de creación como de experiencia.

 Es una oportunidad para vivenciar la capacidad


que tiene el hombre de ser libre de elegir la actitud
con la que vive todo lo que le sucede: la última libertad

5
Pareja Herrera; Guillermo: “Edición Anotada y comentada de la obra del Dr. V
Frankl: Un psicólogo en el campo de concentración”, en proceso de edición,
2008.

4
que puede arrebatársele al hombre es la elección de la
actitud personal ante las circunstancias que le tocan vivir. El
trabajo se presenta como un escenario posible para el
despliegue de los valores actitudinales. Nuestra capacidad de
afrontar las cosas y nuestra resistencia personal se ponen a
prueba, muchas veces, en el ámbito laboral. La
responsabilidad de saber que podemos elegir con qué actitud
responder descansa en cada uno de nosotros.

 Es una oportunidad para el despliegue de la


creatividad: la creatividad es una herramienta con la que
podemos enriquecer y así optimizar nuestro trabajo diario.
“No es un fin en sí misma, es un instrumento para buscar el
sentido en cada momento y circunstancia de vida. Este
instrumento que es flexible, fluído, intuitivo, ocurrente, puede
afrontar hasta los momentos más rugosos de la existencia
humana.”6

 Es una oportunidad para el despliegue de la


autotrascendencia: el ser humano es un ser abierto al
mundo. Esta apertura del ser humano hace referencia a lo
que Frankl denomina “autotrascendencia” del ser humano:
“Llegué a comprender que el primordial hecho antropológico
humano es estar siempre dirigido o apuntando a algo a
alguien distinto de uno mismo: hacia un sentido que cumplir
u otro ser humano que encontrar, una causa a la cual servir o
una persona que amar. Tan solo en la medida en que alguien
vive esta autotrascendencia de la existencia humana, es
auténticamente humano o deviene auténticamente él mismo.
Y deviene así no preocupándose por la realización de sí

6
Pareja Herrera, Guillermo: “Las Manzanas cayendo sobre mi cabeza”, editorial
San Pablo, Buenos Aires, 2006.

5
mismo, sino olvidándose de sí mismo, concentrándose en
algo o en alguien fuera de sí mismo”7.

 Es una oportunidad para autorrealizarse y para


ser feliz: “mientras los valores creadores o su realización
ocupan el primer plano en la misión de la vida del hombre, el
campo de su realización concreta, coincide, en general, con
el del trabajo profesional. El trabajo puede representar, en
particular, el espacio en que el individuo se enlaza con la
comunidad, colaborando con ello su sentido y su valor. Sin
embargo, este sentido y ese valor corresponde en cada caso,
a la obra (como una obra en función de la comunidad) y no a
la profesión concreta en cuanto tal. No es, por tanto, una
profesión determinada la que da al hombre la posibilidad de
realizarse. En este sentido, podemos decir que ninguna
profesión hace al hombre feliz. Cuando la profesión concreta
que se ejerce no produce en el hombre un sentimiento de
satisfacción, no debe culparse de ello a la profesión, sino al
hombre mismo. No es la profesión de por sí la que hace a
quien la ejerce irremplazable e insustituible; le da,
simplemente la posibilidad de ello”8.

 Es una oportunidad para comprender que existe


una diferencia simbólica y valorativa del trabajo entre
el hombre y la mujer: El hombre vivencia el trabajo de
manera más competitiva, ocupa la mayor parte de su espacio
vital, le genera vivencias de importancia y de utilidad, mide
el éxito del trabajo en función al status, cargo y sueldo que
tenga. La mujer vivencia el trabajo de manera más amistosa,
es para ella una oportunidad para ensanchar su espacio vital,

7
Frankl, Víktor: “Psicoterapia y humanismo ¿Tiene sentido la vida?”, editorial
Fondo de cultura económica, México, 1984, Pág. 36
8
Frankl, Víktor: “Psicoanálisis y existencialismo”, editorial Herder, Barcelona,
1991, Pág. 171-172.

6
su éxito está medido en cuestiones vivenciales de confort
(buen clima, cordialidad, amistades) y ocupa, por lo general,
un segundo lugar entre las actividades que tiene que realizar.

 Es una oportunidad para encontrar sentido a


nuestra vida: “En nuestro empleo, todos podemos elegir
entre buscarle activamente sentido a nuestro trabajo o verlo
como algo exterior a la vida ¨real¨. Si escogemos lo segundo,
nos arrebatamos a nosotros mismos una parte enorme de la
experiencia vital. Y aunque pensemos que odiamos nuestro
trabajo, si nos detenemos lo suficiente para conectar, por
dentro y por fuera, con nuestra más amplia relación con el
sentido, recibiremos recompensas”.9

El trabajo funciona como un espacio de desarrollo existencial; “es


un compromiso de la persona en su existencia personal, una forma
de respuesta en el compromiso que es la vida”10.

La vida espera algo de nosotros y el trabajo es uno de los lugares


en dónde nosotros podemos responderle con compromiso y
gratitud por todo lo que, desde el trabajo, puede darle sentido a
nuestra vida.

9
Pattakos, Alex: “En busca del sentido. Los principios de Viktor Frankl aplicados
al mundo del trabajo”, Editorial Paidos, Barcelona, 2005, Pág. 61.
10
Palabras del Dr. Javier Estrada en el 1° Congreso de Logoterapia y Análisis
Existencial: “Salven al Hombre” (UCA, Buenos Aires, 2005), en su conferencia “La
empresa y su responsabilidad social”.

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