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Terra preta

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Terra preta ("tierra negra" en portugués) es un término que se


utiliza para referirse a un tipo de suelo oscuro y fértil
encontrado en la cuenca del Amazonas. También se le
denomina "tierra negra del Amazonas", "tierra negra
antropogénica", "tierra negra arqueológica" o "tierra negra
india", aportando cada expresión un matiz diferente. En
portugués, la expresión completa es terra preta de indio.[1]
La terra preta posee una gran fertilidad y ello la diferencia
claramente de los suelos rojizos o amarillentos que predominan
en la Amazonia (oxisoles) y que son mucho más estériles. Se
cree que la terra preta es el resultado de la modificación
pedológica, química y mineral de suelos preexistentes a
A la izquierda, un oxisol pobre en nutrientes, típico
consecuencia de las actividades de las culturas indígenas que de la cuenca amazónica; a la derecha, oxisol
habitaban la región antes de la llegada de los europeos.[2] La transformado en terra preta fértil.
gran cantidad de cerámicas y objetos de origen humano
encontrados en esas tierras apunta claramente a su origen
antropogénico.

La fertilidad natural de este suelo y su alta capacidad para retener carbono lo han convertido en la década de los
2000 en objeto de varios programas de investigación sobre agricultura sostenible.

Contenido
„ 1 Propiedades principales
„ 2 Localización
„ 3 Pedología
„ 3.1 Incorporación de carbón vegetal
„ 3.2 Incorporación de materia orgánica y nutrientes
„ 3.3 Acción de los microorganismos y animales del suelo
„ 4 Origen
„ 4.1 Origen antropogénico
„ 4.2 Regeneración biológica
„ 4.3 Civilizaciones amazónicas
„ 4.4 Otras teorías
„ 5 Historia de su descubrimiento
„ 6 Aplicaciones actuales y futuras
„ 7 Referencias
„ 8 Véase también
„ 9 Enlaces externos
„ 9.1 En español
„ 9.2 En inglés

Propiedades principales
La terra preta consiste en una compleja mezcla de:[3]

„ suelo "natural" (amarillo y estéril, en el caso de la Amazonia)


„ carbón vegetal
„ fragmentos de objetos de cerámica
„ desechos orgánicos como residuos vegetales, heces animales y huesos de pescado
„ varios miles de microorganismos diferentes

La terra preta es muy fértil y esto representa una anomalía respecto a los relativamente estériles suelos de la
Amazonia.[4] Mientras que los suelos amazónicos normales requieren periodos de barbecho de entre 8 y 10 años,
con la terra preta pueden bastar 6 meses de descanso para que la tierra se recupere. Se conoce al menos un caso en
el que un suelo de este tipo ha estado en cultivo continuo durante más de 40 años sin aporte externo de fertilizantes.
[5] La gran fertilidad de la terra preta se explica principalmente por su alto contenido en materia orgánica y
nutrientes como nitrógeno, fósforo, potasio y calcio. Además el carbón vegetal reduce significativamente la pérdida
de nutrientes a causa de la lluvia.[5]
Existe una importante variabilidad de composiciones de terra preta entre diferentes localizaciones e incluso en un
mismo sitio. Aunque no existe una definición universalmente aceptada, toda terra preta tiene cuatro características
básicas: color oscuro; alto contenido en carbón vegetal; alta fertilidad y origen humano.[1]
Para clasificarlas se han propuesto dos grandes familias: la terra preta propiamente dicha, muy oscura y con gran
contenido de cerámica y restos animales, y la terra mulata, de color más pardo, con menos restos de origen humano
y que normalmente se extiende sobre grandes superficies alrededor de las parcelas de tierra negra.[6]

Localización
Se han hallado parcelas de terra preta en toda la cuenca del Amazonas,
principalmente en Brasil a lo largo de las orillas del río y en su desembocadura, en
la isla de Marajó.[7] Más recientemente se ha identificado el mismo tipo de suelos
en zonas de Ecuador, Perú y Guayana Francesa[8] así como en el continente
africano, en Benín, Liberia y Sudáfrica.[4]
Las parcelas promedian las 20 hectáreas, pero se han encontrado algunas con hasta
350 hectáreas de extensión.[4] La superficie total cubierta por tierra preta podría
representar entre el 0,1% y el 1% del total de la cuenca amazónica,[6] es decir entre
6.000 y 60.000 km2. Las parcelas son más frecuentes y de mayor extensión a lo Curso del Amazonas, algunos
largo de los cursos medios y bajos de los ríos principales, en particular en torno a afluentes y extensión
[1] aproximada de su cuenca
las confluencias y las cataratas. Existen, sin embargo, zonas de la cuenca
amazónica en las que no se ha encontrado tierra preta y se conocen casos de sitios
que han sido habitados durante largos periodos de tiempo sin que se haya formado
este tipo de suelo. En general, la distribución geográfica de la terra preta no se corresponde con la existencia de un
tipo particular de suelo "natural" o de alguna condición medioambiental específica.[1]
La terra preta forma estratos de en torno a 50 cm de espesor, pudiendo alcanzar los 2 m de profundidad en algunos
casos. Esto contrasta con el resto del suelo de la Amazonia, cuya capa fértil superficial tiene como máximo 20 cm
de espesor.[5]

Pedología
La terra preta se define como un tipo de latosol que tiene una fracción de carbono entre alta y muy alta (más de 13-
14% de materia orgánica) en su horizonte A pero sin características hidromórficas.[9] Presenta variaciones
importantes en su composición. Por ejemplo los jardines más próximos a las viviendas recibían más nutrientes que
los campos más alejados.[1]

Los procesos responsables de la formación de los suelos de terra preta son:[10]

1. Incorporación de carbón vegetal


2. Incorporación de materia orgánica y nutrientes
3. Acción de los microorganismos y animales del suelo

Incorporación de carbón vegetal

El carbón vegetal, fabricado a partir de madera a baja temperatura y con un aporte


limitado de oxígeno, al ser añadido a suelos pobres les aporta carbono. William
Woods (Universidad de Kansas) ha medido en la terra preta hasta un 9% de negro
de carbón, frente a sólo un 0.5% para los suelos de los alrededores.[11] Bruno
Glaser ha encontrado hasta un 70% más de carbono que en los ferralsoles vecinos,
[10] con valores medios de aproximadamente 50 Mg ha-1 m-1.[12]

La investigadora finlandesa Janna Pitkien ha llevado a cabo ensayos sobre


materiales de alta porosidad como zeolitas, carbón activado y carbón vegetal en los Carbón vegetal.
que descubrió que el carbón vegetal mejora substancialmente el crecimiento
bacteriano.[13]
La estructura química del carbón presente en la terra preta se caracteriza por grupos aromáticos policondensados.
Estas estructuras confieren una prolongada estabilidad biológica y química y, además, una gran capacidad de
retención de nutrientes tras el proceso de oxidación parcial.[10] [12] El carbón vegetal fabricado a partir de madera a
baja temperatura (pero no el que se obtiene de plantas herbáceas) posee una capa interna de condensados de aceites
vegetales que los microbios pueden utilizar como alimento. Si por el contrario la madera se carboniza a alta
temperatura esta capa desaparece y el suelo no gana mucho en fertilidad.[14]
Se ha demostrado que la formación de estructuras aromáticas condensadas depende del proceso de fabricación del
carbón. La oxidación lenta crea grupos carboxílicos que aumentan la capacidad de intercambio catiónico con el
suelo.[15] [16] Las partículas de negro de carbono están formadas por un núcleo altamente aromático que, incluso
tras varios milenios en el suelo, presenta las características del carbón recién fabricado. Alrededor de este núcleo se
disponen otras formas de carbono carboxílico y fenólico distintas del núcleo en su estructura.[17]

Se considera que el carbón vegetal es decisivo para que el cultivo sobre terra preta sea sostenible[18] [15] y se ha
comprobado experimentalmente que la adición de carbón vegetal a un ferralsol aumenta considerablemente su
productividad vegetal.[19]

Incorporación de materia orgánica y nutrientes

La porosidad del carbón vegetal aumenta la capacidad del suelo para retener materia orgánica, agua y nutrientes
orgánicos disueltos.[15] Por desgracia también facilita la retención de contaminantes como los pesticidas y los
hidrocarburos aromáticos policíclicos.[20]

Materia orgánica

El alto potencial de adsorción de moléculas orgánicas y agua se debe a la estructura porosa del carbón[10] La terra
preta contiene por ello hasta tres veces más materia orgánica que los suelos pobres de los alrededores,[10] [12] [16]
[21] llegando hasta los 150 g/kg[19] y hasta 1 ó 2 metros de profundidad.[9] De hecho, se ha propuesto restringir la
definición de terra preta a aquellos suelos que contienen al menos 2% de materia orgánica a 50 cm de profundidad.
Esta acumulación de materia orgánica en suelos tropicales húmedos es sorprendente porque en ellos se dan las
condiciones óptimas de degradación.[12] También es llamativo que estos antrosoles se regeneren a pesar del clima
tropical húmedo y de tasas de mineralización rápidas.[19] La explicación reside en gran parte en que la materia
orgánica es estabilizada por los residuos de la combustión incompleta de la biomasa.[12]

Nutrientes

Los suelos de terra preta presentan también cantidades de nutrientes más altas que las de los suelos que las rodean
así como una mejor retención de estos nutrientes.[12] La concentración de fósforo (P) alcanza los 200-400 mg/kg.[5]
La de nitrógeno (N) también es más alta pero este nutriente se encuentra inmovilizado debido a la alta relación entre
carbono y nitrógeno en este tipo de suelos.[19]
La disponibilidad de P, Ca, Mn y Zn es claramente superior a la de los ferralsoles vecinos. La absorción de P, K, Ca,
Zn y Cu aumenta con la cantidad de carbón presente. Se ha encontrado experimentalmente que la productividad de
una terra preta sin abono es en torno a un 40% superior a la de un ferralsol fertilizado.[19] El tamaño de los trozos
de carbón vegetal no parece tener mucha importancia.[19] El drenaje de los nutrientes del antrosol es mínimo a pesar
de su abundante disponibilidad. Esto explica su gran fertilidad. Sin embargo, cuando se añaden nutrientes
inorgánicos al suelo su drenaje supera al del ferralsol fertilizado.[19]
En cuanto a las fuentes potenciales de nutrientes, sólo el carbono y el nitrógeno pueden ser producidos in situ (via
fotosíntesis y fijación biológica, respectivamente). Todos los otros elementos (P, K, Ca, Mg, etc) deben ser añadidos
al suelo. Los suelos naturales de la Amazonia (ferralsoles, acrisoles, lixisoles, arenosoles, uxisoles, etc) apenas
contienen estos elementos debido a que la intensa lixiviación imposibilita el compostaje in situ de la biomasa. En el
caso de la terra preta sólo son posibles las fuentes de nutrientes primarias y secundarias. Se han identificado las
siguientes:[12]

„ Excrementos humanos y animales (ricos en P y N)


„ Restos animales como huesos de mamíferos, espinas de pescado o caparazones de tortuga (ricos en P y Ca)
„ Cenizas de combustiones incompletas (ricas en Ca, Mg, K, P y carbón)
„ Biomasa de plantas terrestres
„ Biomasa de plantas acuáticas, por ejemplo algas

La saturación en pH y en base es más importante que en los suelos de los alrededores.[5]

Acción de los microorganismos y animales del suelo

Las bacterias y hongos viven y mueren en el interior del medio poroso, aumentando así su cantidad de carbono. Sin
embargo, los poros de carbón "fresco" deben ser "cargados" primero para poder funcionar como biotopo.[22]
Hasta ahora (2008) no se ha identificado ningún microorganismo particular como responsable de la formación de
terra preta. En trabajos recientes se ha señalado una producción significativa de negro de carbón biológico por el
Aspergillus niger bajo condiciones tropicales húmedas.[13] También se ha encontrado que la lombriz Pontoscolex
corethrurus, ampliamente extendida por toda la Amazonia, es capaz de incorporar partículas de carbón vegetal al
suelo y de molerlas finamente. El proceso de formación de terra preta podría haber consistido, por tanto, en la
deposición repetitiva de capas finas de carbón vegetal por los indígenas seguida de la acción de esta lombriz.[23]

Origen
Origen antropogénico

La teoría más aceptada actualmente es que la terra preta amazónica es el producto de la actividad de las sociedades
humanas que habitaron la región antes de la llegada de los europeos.[5] [2] Las muestras más antiguas han sido
datadas entre el 800 a. C. y el 500 de nuestra era mediante la técnica del carbono-14,[9] aplicada a la materia
orgánica contenida en el suelo.

La prueba más clara de su origen antropogénico es la presencia de cerámica en su seno. Otro indicio es que las
parcelas de terra preta suelen coincidir con poblados humanos actuales o pasados.[9] No está claro, sin embargo, si
los indígenas precolombinos diseñaron y fabricaron intencionadamente esta tierra para mejorar la fertilidad del suelo
o bien fue un producto involuntario de sus asentamientos.[5] El consenso más extendido es que la terra preta
propiamente dicha se formó involuntariamente pero que la terra mulata circundante probablemente obedeció a un
proceso intencional.[24]
Debido a su elevado contenido de carbón vegetal se cree que estos suelos podrían ser el producto de una técnica
indígena denominada «tala y carbonización» (slash-and-char en inglés), consistente en someter la madera a una
combustión incompleta a baja temperatura.[25] Esta técnica es diferente de la «tala y quema» usada por los
agricultores brasileños actuales, en la cual la madera se quema completamente dejando sólo cenizas en el suelo. Las
cenizas son arrastradas fácilmente por el agua de lluvia, quedando el suelo desprovisto de nutrientes y estéril. Con la
carbonización, por el contrario, el carbón vegetal formado retiene los nutrientes y conserva la fertilidad.[3]
Además de la cerámica y el carbón vegetal, en la terra preta se encuentran otros residuos de actividades humanas
como restos de alimentos, excrementos, materiales de construcción (tejados de palmas) y conchas. Los restos de
pescados y mariscos, alimentos de gran importancia en la dieta de los indígenas amazónicos, podrían explicar el alto
contenido en fósforo y calcio de estos suelos.[1]

Regeneración biológica

El geógrafo William Woods ha descubierto al menos un caso en el que la terra preta es capaz de regenerarse con el
tiempo. En una finca de Brasil los campesinos extraen la tierra negra para venderla como abono a las explotaciones
vecinas pero se han dado cuenta de que, si dejan una capa de unos 20 cm en el suelo, al cabo de 20 años el estrato de
terra preta vuelve a alcanzar su espesor inicial. Woods cree que este fenómeno es debido a los microorganismos que
habitan en la terra preta.[3]

Civilizaciones amazónicas

El conquistador español Francisco de Orellana fue el primer europeo en


descender el río Amazonas en 1542, en busca del mítico El Dorado. Su
cronista, Gaspar de Carvajal, informó que la zona estaba densamente habitada,
sugiriendo niveles de población y urbanización superiores incluso a los
actuales. Casi un siglo más tarde, en 1639, una nueva expedición capitaneada
por Pedro Texeira confirmó estas observaciones.[26] En palabras del cronista de
la expedición, el jesuita Cristóbal de Acuña:

Casi con las primeras vistas de aquella parte de América que hoy tiene el
nombre de Perú, nacieron en nuestra España, aunque por confusas noticias, La cuenca del Amazonas en un
encendidos deseos del descubrimiento del gran Río de las Amazonas, mapa español de 1562
llamado por error común, entre los pocos vistos en la Geografía, río del
Marañon, no solo por las muchas riquezas, de que fue siempre sospechoso;
ni por la multitud de gente que mantenían sus orillas, ni por la fertilidad de sus tierras, y temples
apacibles de su habitación, sino principalmente, por entender, con no pequeños fundamentos, que él era la
única canal, y como calle mayor, que recorriendo por el riñón del Perú, se sustentaba de todas las
vertientes que al mar del Norte tributaban sus encumbradas cordilleras.
Cristóbal de Acuña, Nuevo Descubrimiento del río Amazonas

Charles-Marie de la Condamine fue el primer científico en recorrer el Amazonas, en 1743. En su relato afirma que
las orillas habían estado muy pobladas un tiempo atrás pero que en aquel momento quedaban ya pocos indígenas, la
mayoría agrupados en misiones jesuitas.

El 27 por la mañana arribamos a la misión de San Joaquín, compuesta de varias naciones indias y sobre
todo de la de los omaguas, nación antiguamente poderosa y que poblaba aun hace un siglo las islas y
orillas del Amazonas en un trecho de unas doscientas leguas aguas abajo del Napo.
Charles-Marie de la Condamine, Voyage sur l'Amazone

Las expediciones de siglos posteriores no encontraron rastro de estas civilizaciones y con el paso del tiempo el
relato de Carvajal pasó a ser denigrado como pura fantasía. La existencia misma de civilización en la Amazonia ha
sido calificada de imposible por historiadores como Betty Meggers, del Smithsonian Institute, con el argumento de
que el estéril suelo amazónico es incapaz de soportar cultivos agrícolas de forma duradera.[3]
En las últimas décadas han aparecido, sin embargo, varios indicios que, junto al origen antropogénico de la fértil
terra preta, parecen indicar que antes de la llegada de los europeos efectivamente existieron civilizaciones en la
cuenca del Amazonas, incluso en zonas muy alejadas de la costa. El etnólogo Michael Heckenberger ha señalado la
existencia de una aristocracia hereditaria en el seno de algunas tribus amazónicas actuales, una anomalía para una
sociedad sin cultura agraria sedentaria.[3] El lingüista William Balée ha notado que un grupo indígena de los Llanos
de Moxos (en la Amazonia boliviana) que vive sobre una parcela de terra preta designa cultivos como el maíz y el
algodón mediante palabras que tienen al menos 2000 años de edad.[3] El arqueólogo Clark Erickson ha hallado
restos de una vasta red de caminos amplios y rectilíneos así como de extensos cultivos en terrazas también en los
Llanos de Moxos.[27]
Si efectivamente existieron civilizaciones con gran población en la Amazonia, ello implicaría que en algún punto
entre los siglos XVI y XIX debieron sufrir un declive catastrófico que las hizo desaparecer casi por completo. Una
posible explicación sería la catástrofe demográfica en América tras la llegada de los europeos, que pudo mermar
dramáticamente una población no inmunizada contra las enfermedades europeas.[3] Otra teoría afirma que los
pueblos indígenas se vieron forzados a adaptarse a una vida nómada para protegerse del colonialismo. Esto pudo
hacer menos atractivos algunos beneficios de la terra preta, como su capacidad para auto-renovarse, debido a que
los granjeros debían moverse para estar seguros. El paso a la técnica de la «tala y quema» pudo ser entonces una
adaptación a la nueva situación.[cita requerida]
En cualquier caso, las civilizaciones amazónicas no han dejado restos de grandes edificios, probablemente porque
construían en madera al ser la piedra y los metales escasos en la Amazonia.[28]

Otras teorías

Desde el descubrimiento de la terra preta en el siglo XIX se han ido formulando diversas teorías sobre su posible
origen, entre ellas:[5]

„ producto de los volcanes de los Andes (Camargo, 1941)


„ sedimentación de lagos del Terciario (Falesi, 1974)
„ sedimentación de lagos recientes (Cunha-Franco, 1962).

Hoy en día estas teorías se consideran erróneas y han sido abandonadas en favor de la teoría del origen
antropogénico.[5]

Historia de su descubrimiento
Los primeros investigadores occidentales en describir una tierra amazónica oscura, muy fértil y con abundantes
fragmentos de cerámica fueron James Orton (1870), Charles Hartt (1874) y Herbert Smith (1879).[6] El hallazgo
quedó en mera curiosidad porque en esta época se suponía que toda la Amazonia debía ser fértil, dado que estaba
cubierta por un enorme bosque. Esta errónea idea se perpetuó hasta la segunda mitad del siglo XX y fue en parte
culpable de que el gobierno brasileño lanzase campañas de colonización agrícola de la región amazónica, que
resultaron en fracasos económicos y medioambientales.[29]
La existencia de la terra preta fue relativamente ignorada hasta finales del siglo XX. En 1980 Nigel J.H. Smith
publicó un artículo en el que resumía los hallazgos sobre este tipo de suelos y concluía que eran de origen
antropogénico y que en el pasado podían haber alimentado a una gran cantidad de población.[30] Sin embargo, el
trabajo de Smith fue prácticamente ignorado por la comunidad científica.[24] En 1996 el prestigioso pedólogo
holandés Wim Sombroek, que estaba fascinado con la terra preta desde su tesis doctoral sobre los suelos
amazónicos en 1963, se instaló en Manaos para dirigir un proyecto ecológico financiado por el Banco Mundial.[31]
Sombroek se dedicó a promover activamente la divulgación y la investigación científica sobre el tema, creando la
asociación Terra Preta Nova (2001) y colaborando en la organización del primer simposio internacional sobre el
tema en 2002.[32]
A partir de esos años el concepto de terra preta se popularizó también entre el gran público gracias a los artículos
del divulgador Charles C. Mann en Science (2000[24] y 2002[32] ) y al documental Search for Eldorado [3] (2002).
Desde entonces se ha venido desarrollando una amplia investigación multidisciplinar sobre el tema.[1]
Aplicaciones actuales y futuras
La FAO ha analizado las implicaciones productivas y culturales de la terra preta y ha sugerido que la misma podría
servir de base para desarrollar nuevos modelos de agricultura sostenible en la actualidad.[4]
La terra preta contiene más carbono que el suelo amazónico normal (150 g C/kg frente a 20-30 g C/kg) y además
sus estratos son muchos más espesos. Por ello, la cantidad de carbono almacenada en una hectárea de terra preta es
mucho mayor que la de una hectárea de suelo normal. Dado que el almacenamiento de carbono en el suelo es uno de
los mecanismos clave para la reducción de la concentración de CO2 en la atmósfera, la producción y uso de terra
preta podría convertirse en un medio significativo para luchar contra el efecto invernadero, además naturalmente de
aumentar la productividad agrícola.[5] [33]
Otra ventaja que podría aportar la terra preta sería una reducción de la contaminación del agua potable por nitratos,
actualmente debida al uso excesivo de fertilizantes.[34]
Sin embargo, está resultando difícil recrear terra preta con la tecnología actual (2008). Los experimentos muestran
que no basta con fabricar carbón vegetal y añadirle excrementos animales, ya que en ese caso la fertilidad declina a
partir de la tercera cosecha mientras que la productividad de la auténtica terra preta se mantiene estable.[35]
Entre las empresas que actualmente tratan de sintetizar terra preta se encuentran Dynamotive Energy Systems, Best
Energies y Eprida.[36]

Referencias
1. ↑ a b c d e f g ERICKSON, Clark (2003): «Historical Ecology and Future Explorations», en Amazonian Dark Earths:
Origin, Properties, Management. J. Lehmann et al. (eds.), 2003.
2. ↑ a b COSTA, Marcondes Lima da, KERN, Dirse Clara, PINTO, Alice Helena Eleotério et al. The ceramic artifacts in
archaeological black earth (terra preta) from lower Amazon region, Brazil: mineralogy. Acta Amaz. [online]. 2004, vol.
34, no. 2 [citado 2008-09-01], pp. 165-178. Disponible en la World Wide Web: [1] (http://www.scielo.br/scielo.php?
script=sci_arttext&pid=S0044-59672004000200004&lng=en&nrm=iso). ISSN 0044-5967. doi: 10.1590/S0044-
59672004000200004
3. ↑ a b c d e f g h Documental The Secret of Eldorado (http://www.bbc.co.uk/science/horizon/2002/eldorado.shtml).
Realizador: David SINGTON. DOX Productions, 2002. Emitido por vez primera por el programa Horizon de la BBC.
4. ↑ a b c d Recuadro 4: Terra Preta - ¿manejo orgánico de los suelos? Brasil
(http://www.fao.org/DOCREP/005/Y4137S/y4137s05.htm), Agricultura orgánica y recursos abióticos. Departamento de
Desarrollo Sostenible, FAO, 2001. Consultada el 1 de mayo de 2008.
5. ↑ a b c d e f g h i j LEHMANN, Johannes. Terra Preta de Indio
(http://www.css.cornell.edu/faculty/lehmann/terra_preta/TerraPretahome.htm) (en inglés). Cornell University.
Consultado el 1 de mayo de 2008.
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Earths (Terra Preta) (http://www.georgiaitp.org/carbon/PDF%20Files/BDenevan.pdf). Consultado el 1 de mayo de 2008.
7. ↑ Mapa de sitios de terra preta (http://www.gerhardbechtold.com/TP/gbtp3.php), compilado por Gerhard Bechtold. Web
consultada el 1 de mayo de 2008.
8. ↑ Vivre en Guyane
(http://www.cnes.fr/automne_modules_files/csg_pub/articles/r340_CREUSER_LHISTOIRE_Latitude_5_N67.pdf) (en
francés). Latitude 5, nº67. CNES (enero 2005). Consultado el 1 de mayo de 2008. «A l'emplacement de la future carrière
Tania, nous avons découvert une grande quantité de tessons de céramique (...) Koriabo. (...) Des sites d'occupation de ce genre sont
connus dans la zone forestière de Guyane française mais c'est la première fois qu'ils sont découverts aussi près du littoral. (...) Mon
autre grande surprise fut l'impressionnante couche de terra preta sur le site Olga : 40 cm d’épaisseur en moyenne et jusqu'à 70 cm
à certains endroits. Nous avons indéniablement là un site très important.»
9. ↑ a b c d BECHTOLD, Gerhard (marzo 2007). Summary of Thesis about Anthrohumox in Brazilian Lowland
(http://www.gerhardbechtold.com/TP/gbtp1.php) (en inglés). Consultado el 1 de mayo de 2008.. Sin embargo, Charles
Mann (2008) afirma que "las parcelas de terra preta más antiguas conocidas, datadas por carbono-14 en torno al 2500
antes de nuestra era, se encuentran en (el estado brasileño de) Rondônia."
10. ↑ a b c d e GLASER, Bruno (2006): «Prehistorically modified soils of central Amazonia: a model for sustainable
agriculture in the twenty-first century (http://www.journals.royalsoc.ac.uk/
(xquef445kynlbt3pti5kdsr0)/app/home/contribution.asp?
referrer=parent&backto=issue,3,14;journal,5,231;linkingpublicationresults,1:102022,1)», en Philosophic Transactions
Royal Society B, nº 362. págs. 187–196 Este artículo examina las pruebas acerca del proceso de regeneración de la terra
preta así como las razones por las que su retención de materia orgánica y nutrientes es superior a la de los suelos que la
rodean.
11. ↑ WOODS, William I. y McCANN, J.M. (1999): «», en Yearbook Conf. Latin Am. Geogr., vol. 25. págs. 7–14. (Univ.
Texas, Austin) Citado en (10 agosto 2006): «Putting the carbon back: Black is the new green
(http://biopact.com/2006/08/terra-preta-how-biofuels-can-become_18.html)», en Nature, nº 442. págs. 624-626
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Véase también
„ Prehistoria de América
„ Culturas precolombinas

Enlaces externos
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„ Terra Preta Home Page (http://www.geo.uni-bayreuth.de/bodenkunde/terra_preta/). School of Geosciences


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„ Glaser, B.; Woods, W: Amazonian Dark Earths: Explorations in Space and Time
(http://books.google.com/books?
vid=ISBN3540007547&id=tH2fWtRevhcC&pg=PR9&lpg=PR9&ots=MkAitmLjky&dq=Amazonian+Dark+E

„ Artículo de Charles Mann (http://www.theatlantic.com/doc/200203/mann) escrito en marzo de 2002 que


luego sirvió de base para su libro MANN, Charles C. (2005). 1491: New Revelations of the Americas Before
Columbus. Nueva York: Knopf. ISBN 1-4000-3205-9.

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