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EL ASALTO AL CIELO

Formación de la Teoría Revolucionaria

desde la Comuna de 1871 a Octubre de 1917

Carrera de Sociología

Facultad de Ciencias Sociales

Universidad de Buenos Aires


Introducción

La década de 1970 en el cono sur -según el léxico geopolítico- de América era definida,
desde opuestas perspectivas, como una situación prerrevolucionaria. Así lo indicaban desde
cambios en la vida y las costumbres o la difusión de nuevas ideas, hasta alteraciones drásticas
en las relaciones entre las clases; desde manifestaciones de masas y enfrentamientos
electorales hasta acciones huelguísticas y luchas callejeras o variadas formas de combate.
Sin embargo, lo original de la situación no aparecía acompañado de similar evolución en el
campo teórico. La polémica se mantenía estancada en términos conceptuales bastante
anticuados y, frecuentemente, regresivos. Lo político versus lo militar, insurrección urbana
versus guerra popular prolongada desde el campo, foco versus acción de masas, revolución
antiimperialista versus clasista: la discusión no captaba la riqueza de cuanto estaba
sucediendo.
Ahora bien, ¿cómo aproximarse al conocimiento de esa realidad sin un sistema teórico
adecuado? ¿Cómo evitar que los esquemas limitaran la capacidad de observación? La
gestación de lo que se intuía como un nuevo poder exigía actualizar, entre otras, cosas -la
propia noción de "poder".
Cuando, en ese contexto, a mediados de 1975, comenzó la investigación que se presenta en
este libro, ya había un lineamiento en la búsqueda: debía rastrearse la formación del ámbito
conceptual del "Poder" y la "dualidad de poder" en relación a los "hechos" revolucionarios del
proletariado*.
Este principio metodológico permitiría, quizás, observar el uso de la historia en la
producción de nociones teóricas y, por consiguiente, lograr su comprensión más correcta.
Pero, lo que se proyectaba como una tarea de seis meses se prolongó diez años y la forma que
tomaba la situación argentina, mostraba paralelismos inquietantes con fenómenos y problemas
que surgían del estudio. La "historia", los acontecimientos no se mostraban fácilmente
utilizables. Se producía ceguera u oscuridad en puntos fundamentales. Realidad y
conocimiento mantenían vínculos conflictivos. El precio de la ignorancia y la estupidez de
revelaba atroz.
Cada vez más, la cuestión del conocimiento, sus construcciones y obstrucciones, fue
adquiriendo mayor relieve en la manera de mirar nuestro objeto de estudio. Desde luego
también otros textos (Foucault, Bachelard, Canetti, Clausewitz, y hacia el final y de un modo
más bien tranquilizador, Piaget-García, Prigogine), incidieron en la definición de ese rumbo.
Sin embargo, la convicción acerca del carácter decisivo del conocimiento en tanto
dimensión del poder material social, no significa que hayamos avanzado demasiado en ese
campo. Mas bien hemos retomado cierta tradición en el tratamiento de ésta problemática : su
clasicismo, en esta fase mundial de aceleradísima revolución científico-tecnológica-social no
podría ser más actual.

Roberto Jacoby

Noviembre de 1986

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* Esta era una temática trabajada por el profesor Juan Carlos Marín en diversos seminarios
que realizó a principios de la década del 70.
Reconocimiento

Entre 1975 y 1978, esta investigación tuvo asiento en el Centro de Investigaciones en


Ciencias Sociales de Buenos Aires (CICSO) y durante dos años contó con la asistencia del
SAREC, agencia estatal sueca dedicada a apoyar la investigación social.
Las ideas del profesor J.C.Marín orientaron desde el planteo inicial este estudio. Pero,
el uso libre que he hecho de ellas lo libra también a él de toda responsabilidad. Podría
obligarlo a responder ¡ pero tomará, seguramente, otros diez años !

INDICE

I. DE LA ASTUCIA A LA ESTRATEGIA

Lo imposible realizado
Un modelo para la victoria
De la astucia proletaria a la estrategia revolucionaria

II. LECCION Y DESCUBRIMIENTO

"La revolución es una guerra"


La guerra inevitable
Las causas del fracaso
Un método que se aprende
El triunfo es posible

III. CRISIS DE LA TEORIA

El efecto Comuna
La guerra como metáfora
Instrumentos-Fetiche
Ciudadanización: medio o fin
Derrota y obstrucción del conocimiento
Nuevo modelo de fuerzas

IV. EL OBSTACULO

Lugar del error


Lo nuevo: el modelo perturbado

V. EL PROBLEMA DEL PODER

¿Por qué los soviets no toman el poder?


El poder que no se ve
VI. PERIODIZACION: TEORIA Y ESTRATEGIA

las clases en lucha: un fenómeno siempre original


Formación histórica de un nuevo concepto
Complejización del modelo
La estrategia revolucionaria

VII. DE FEBRERO A OCTUBRE

Fases y planes
La decisión estratégica : fundamentos metodológicos

VIII. EL CAPITAL, DOMESTICACION

Cuerpo, fuerza y poder


Teoría política: entre la guerra y el crimen
Las clases son efectos de las luchas
Disciplina: política del cuerpo
El aparato burocrático y la teoría del poder-máquina
Clausewitz y la teoría del poder-guerra
Dispositivo estratégico de dominación

IX. CRISIS DE LA OBEDIENCIA

Disolución del poder entre Comuna y Octubre


Crisis de la conciencia burguesa
Nuevo concepto: masa fluctuante

X. ALGUNAS OBSERVACIONES

Terror y conocimiento
Complejización y reestructuración conceptual

XI. LABORATORIO DE LA TEORIA SOCIAL

Carácter de clase: fuerza corporal y fuerza moral


Fuerza material, reflexión y conducción
Instinto proletario y teoría revolucionaria
Capítulo I.

DE LA ASTUCIA A LA ESTRATEGIA

Lo imposible realizado

La revolución siempre parece imposible. A lo largo de siglos, el dominante logra que el


mundo y la vida no puedan ser pensados distintos de los que son. Todo triunfador busca que el
vencido sea convencido de lo existente como esencialmente inmodificable. Así, las ideas más
divulgadas excluyen la mutación social, identifican todo cambio sustancial en el modo de vida
con la nada o el caos. Al oprimido el orden de cosas imperante debe parecerle eterno, infinito.
Rebelarse contra este punto de vista presenta tremendas dificultades: que se consiga pensar de
otro modo indica el inicio de otra época. Por eso, incluso la fantasía de nuevas condiciones y
formas de vida para el género humano, donde el desarrollo de la especie sea pleno e incruento,
debe ser conquistada.

El hecho de que la revolución alguna vez se produzca es una rareza todavía mayor que el
acto de imaginarla. La vasta serie de frustrados intentos de los explotados por revertir las
relaciones sociales basta para comprender que esa capacidad de saber hacer la revolución se
encuentra en formación a través de un complejísimo y prolongado proceso histórico. La
propia noción de "revolución", la actividad conciente de transformación de las formas de vida
social y las relaciones de propiedad, la idea de que era posible a las personas trastrocar el
orden de cosas, no era concebible hasta hace un par de cientos de años.

El desarrollo de los instrumentos sociales de dominio, sobre todo el estado, centralizado en


las monarquías absolutas y perfeccionado por el imperio napoleónico y sus transformaciones
posteriores, sólo puede ser comprendido si se observa el surgimiento de tradiciones de
rebeldías. Los mecanismos de estabilización -más o menos cruentos- siempre aparecieron en
el interior de un inquieto océano de revueltas y transformaciones, pero esta realimentación se
acentuó con el capitalismo.
Sin duda, la comprensión de esta peculiar habilidad que la especie humana adquirió para
transformar sus formas y condiciones de existencia, aceleraría y facilitaría la evolución
humana. No obstante, es poco lo que se sabe acerca de esta cuestión. Gigantescos fenómenos
de cambio social han tenido lugar sin reflexionar demasiado acerca de sí mismos. En gran
parte, persisten como fenómenos casi naturales que, debido a su elevado costo en términos de
padecimientos, son calificados metafóricamente de "cataclismos".
Sin embargo, desde mediados del siglo XIX, comienza un proceso diferente. Las acciones
históricas de las clases desposeídas comienzan a hacerse inteligibles por medio de la teoría de
la lucha de clases. Basándose en esta teoría, Marx desarrolla su propia concepción acerca de la
revolución proletaria. El análisis de las experiencias revolucionarias de 1848 y 1871,
mostraron la enorme fecundidad de esas teorías, que se fueron enriqueciendo a medida que la
realidad de las luchas sociales proponía nuevos desafíos.
Desde luego, estas relaciones entre la prácticas social y la teoría científica, lo mismo que
sucede en todas las otras ramas del conocimiento, se desarrollaron de manera contradictoria,
no exenta de saltos y zonas oscuras.
La pregunta cómo se produce el conocimiento de los procesos de lucha de clases
revolucionaria, no posee una respuesta clara, pese a que no podría ponerse en duda la
importancia de lo que podría denominarse una "epistemología de la lucha de clases".
Estas serían, en principio, las cuestiones que se intenta examinar en el presente estudio.
Para enfrentar la problemática, entramos al tema a través del caso colosal de la insurrección de
Octubre de 1917, donde la revolución se demostró posible contra todos los vaticinios eruditos.
Se partirá de cierto material que ella ofrece a fin de observar e investigar la manera en que se
fueron tejiendo teorías y acciones, conocimientos adquiridos e invenciones, actos planificados
y acontecimientos que nadie esperaba, lo imprevisto y lo improvisado, hasta configurar el
inicio de una nueva era.

Leamos los escritos de Lenin en el período 1914-1917. Si nos detenemos en aquellos que
hacen referencia a la Comuna de París, advertiremos que sistemáticamente la mención de ese
acontecimiento revolucionario se anexa a un tema que recorre el conjunto de los textos y
organiza la reflexión central de la época:

"La transformación actual de la guerra imperialista en guerra civil es la única consigna


proletaria justa, señalada por la experiencia de la Comuna, indicada por la resolución de
Basilea (1912) y derivada de todas las condiciones de la guerra imperialista entre países
burgueses altamente desarrollados" (1)

Es conocido -y la imagen es exacta pese ha haberse convertido en parte de una mitología-


en medio de cuánta debilidad, en qué situación de aislamiento se formula esta propuesta: las
masas arrastradas por el entusiasmo "patriótico", los socialistas ensalzados con "sus"
gobiernos, participando de "sus" ministerios, votando créditos de guerra o bien sumidos en la
ilusión de un fantaseado desarme general de las grandes potencias, mientras los gobiernos
persiguen corrientes internacionalistas, infinitamente minoritarias y pobres de influencia.
Transcurren apenas unos años y la proposición se verifica puntualmente : el proletariado
logra apropiarse de "la guerra" -ese proceso social que, como situación y como
instrumento, había sido creado, desarrollado y utilizado por las clases propietarias en sus
luchas intestinas- y, por primera vez, resulta victorioso.

Había sucedido lo imposible. Ante el asombro incrédulo de los contemporáneos y a través


de una alquimia inconcebible, se produce la revolución. El modelo de la realidad, convertido
en estrategia, se materializa como revolución real. El triunfo de 1917 demuestra que se ha
formado un saber teórico práctico acerca de la revolución y la guerra, en el campo de las
clases explotadas. El proceso revolucionario confirmaba las hipótesis de Lenin, que había
llegado a definir la guerra imperialista como un fenómeno inevitable, generado por el
desarrollo capitalista, pronosticando que crearía inexorablemente condiciones de guerra civil
en las sociedades europeas (2).

1
- "La
guerra y la socialdemocracia en Rusia".
2
- "La guerra no es algo casual ni un "pecado" como creen los curas
cristianos (que predican el patriotismo, el humanismo y la paz no de un modo
peor que los oportunistas) sino un paso inevitable del capitalismo, una forma
De acuerdo al razonamiento de Lenin, el propio desarrollo de la situación de guerra
interimperialista llevaría necesariamente a que las contradicciones de clase se manifestaran de
"modo militar": la crisis económica y política desatada por el esfuerzo de la guerra y
acentuada por las derrotas militares sufridas inevitablemente por uno u otro bando, debilitarían
la dominación burguesa, agudizando la lucha de clases que, dada la militarización de amplias
masas populares, en especial de la juventud, pertrechadas por los gobiernos, asumiría de
manera inmediata un carácter armado. En condiciones de guerra interimperialista, la lucha de
clases tendería a convertirse en guerra civil (3 ).

Un modelo para la victoria

De este modo, Lenin había logrado percibir la solución a lo que se planteaba como uno de
los problemas centrales de la revolución proletaria: el armamento del pueblo. Se le había
tornado evidente la posibilidad de la formación de una fuerza social revolucionaria, cuyo
armamento material sería suministrado por los gobiernos, mientras que el pertrechamiento
moral provendría de la crisis y de la derrota de esos gobiernos. Un ejército revolucionario
nacería desde el interior de la crisis del ejército imperialista.
De este modo, llamaba la atención sobre dos grandes cuestiones aparentemente obvias pero
que no habían sido pensadas hasta entonces. Por una parte, las condiciones del armamento del
pueblo serían el producto de situaciones e iniciativas generadas en el campo de la burguesía.
Si bien la idea de crisis interburguesa -entendida como brecha que daba paso a la revolución

de vida, en el capitalismo, tan legítima como la paz... pero de esta verdad se


deduce que.... en tiempos de guerra, en la guerra siguen manifestándose y se
manifestarán de modo militar las contradicciones de clase que desgarran a los
pueblos". "La situación y las Tareas de la Internacional".
"Desde el punto de vista teórico, sería totalmente erróneo olvidar que toda guerra no es más que la continuación de
la política por otros medios. La actual guerra imperialista es la continuación de la política imperialista de dos grupos de
grandes potencias, y esa política es originada y nutrida por el conjunto de relaciones de la época imperialista". "El
programa militar de la revolución proletaria".
3
- "La guerra "llevará a una crisis económica y política que es preciso
aprovechar" no para acentuar la crisis, ni para defender a la patria, sino l
contrario, para `sacudir' a las masas a fin de `acelerar' la liquidación de la
dominación del capital. no se puede acelerar lo que no tiene aún maduras sus
condiciones históricas. El Manifiesto (de la Internacional Socialista)
reconocía que la revolución social es posible, que están maduras sus premisas,
que sobrevendrá precisamente con relación a la guerra: las `clases dominantes'
temen a la `revolución proletaria' declara el Manifiesto, refiriéndose al
ejemplo de la Comuna de parís y la revolución de 1905 en Rusia, es decir, a
ejemplos de huelgas de masas, de guerra civil". "Borrador del proyecto de
Tesis del llamado a la comisión Socialista Internacional y a todos los
partidos socialistas".
"En tiempos de guerra, la revolución es una guerra civil, y la transformación de una
guerra de gobiernos en guerra civil, por una parte es facilitada por los reveses militares (por la
"derrota") de los gobiernos...". "Sobre la derrota del propio gobierno en la guerra
imperialista".
"Hoy la burguesía imperialista no sólo militariza a todo el pueblo, sino también a la
juventud. Mañana tal vez empiece a militarizar a las mujeres". "El programa...". Op cit.
proletaria- figuraba ya en la doctrina clásica, era la primera vez que se incluía específicamente
el caso de una guerra imperialista como factor objetivo.
Por otra parte, el lanzamiento como consigna de la "transformación de la guerra
imperialista en guerra civil", implicaba señalar la necesidad de preparación subjetiva de las
fuerzas revolucionarias. Este esquema leninista presupone, como un aspecto necesario, el
desarrollo de la iniciativa proletaria: la situación que inevitablemente habría de producirse
con el avance de la guerra debería encontrar determinadas condiciones para su
instrumentación. La formación del ejército revolucionario y su actuación en la guerra civil
dependerían del carácter que adquiera la lucha de clases en la sociedad, y en particular, en el
interior de las fuerzas armadas de las burguesías; dependerían también de la capacidad de
constituir cuadros dirigentes que asumieran la conducción de ese ejército y de la claridad de
las masas y los cuadros tuvieran respecto de las tareas a realizar y respecto a la identidad del
verdadero enemigo.
Con estos objetivos, Lenin elabora un conjunto de tácticas específicas destinadas a orientar
la acción de los cuadros del movimiento revolucionario: no negarse a prestar el servicio militar
ni luchar abstractamente "contra" la guerra, sino prepararse para utilizar el armamento
contra la burguesía, apoyar por todas las vías el enfrentamiento con la burguesía de la propia
nación y contribuir a la derrota del propio gobierno en la guerra imperialista (4).

Aún hoy, setenta años más tarde, y quizás más que en aquel entonces, estas tácticas

4
- "...si los obreros parisinos pudieron en el año 1871 utilizar el
excelente armamento que Napoleón III puso en sus manos con fines cesaristas,
para hacer el heroico intento, celebrado por los socialistas de todo el mundo,
de derrocar a la burguesía y conquistar el poder para realizar el socialismo,
con mayor razón sería factible y promisorio un intento de esta índole hoy,
cuando en varios países es mayor el número de obreros organizados, concientes
y poseedores de un armamento mucho mejor, y cuando cada nuevo día la marcha de
la guerra esclarece a las masas y les infunde un espíritu revolucionario".
"Borrador...", op cit.
"Nosotros debemos decir ante esto [la militarización el pueblo]" Tanto mejor!! Adelante rápidamente!! Cuanto
más rápidamente, tanto más cerca se estará de la insurrección armada contra el capitalismo ¿ Cómo pueden los
socialdemócratas dejarse intimidar por la militarización de la juventud, etc.si no olvidan el ejemplo de la Comuna ?
"El programa militar...", op cit.
"Como primeros pasos en el camino de las transformación de la guerra imperialista actual en guerra civil, hay que
señalar: 1)la negativa absoluta a votar los créditos de guerra y la retirada de los ministerios burgueses; 2) la ruptura
total con la política de "paz nacional"; 3) la creación de una organización ilegal dondequiera que los gobiernos y la
burguesía supriman las libertades constitucionales al proclamar el estado de guerra; 4) el apoyo a la fraternización
entre los soldados de las naciones beligerantes en las trincheras y en los teatros de operaciones en general; 5) el apoyo
general a toda clase de acciones revolucionarias de masas del proletariado". "La conferencia de las secciones del
POSDR en el extranjero".
"Veamos el ejemplo de la Comuna. Alemania venció a Francia!! Y Bismark y Thiers vencieron a los obreros!!...es
imposible contribuir prácticamente a esa transformación de la guerra de gobiernos en guerra civil si no se contribuye,
al mismo tiempo, a la derrota". "Sobre la derrota del propio gobierno...", op cit.
"En la presente situación, no podemos determinar, desde el punto de vista del proletariado internacional, la derrota
de cuál de los dos grupos de naciones beligerantes significaría un mal menor para el socialismo. Pero para nosotros, los
socialdemócratas rusos, no cabe duda alguna de que, desde el punto de vista de la clase obrera y de las masas
trabajadoras de todos los pueblos de Rusia, el mal menor sería la derrota de la monarquía zarista, del gobierno más
reaccionario y bárbaro, que oprime a mayor número de naciones y mayor masa de población de Europa y Asia". "La
guerra y la socialdemocracia en Rusia".
violentan modos habituales de pensar y de sentir en el campo popular.
Las consignas leninistas eran el colorario de una perspectiva teórica muy diferente a la que
dominaba el movimiento socialista: la guerra era considerada como un fenómeno intrínseco al
estadio imperialista del capitalismo y a la vez como el anuncio de una situación pre-
revolucionaria. Lenin afirmaba que las contradicciones entre los grupos del capital financiero
alcanzarían su máximo nivel al tomar carácter militar simultáneamente a una previsible
agudización de la lucha de clases, la que también asumiría formas armadas del enfrentamiento,
como consecuencia del armamento de las masas populares.
Confrontando con las alternativas políticas que las conducciones predominantes del
movimiento socialista ofrecían a las masas -"defensa patria", los chovinistas y "lucha contra la
guerra", los pacifistas- el modelo teórico de Lenin mostró que era el único capaz de captar las
condiciones en que se presentaba el proceso social.

De la astucia proletaria a la estrategia revolucionaria

¿ Cómo se había formado esa capacidad para leer y orientar la lucha de clases desde los
intereses de las desposeídos ? ¿ Qué fuentes nutren los modelos de revolución proletaria ? ¿
Cómo se modifican éstos en relación a los proceso históricos ?
Algunas pistas iniciales pueden desprenderse de los textos de Lenin que han sido citados.
En cuanto a las fuentes teóricas, resulta obvia la presencia de la teoría de la lucha de clases y la
revolución proletaria de Marx y Engels, articuladas con elementos de la teoría del
imperialismo -formulada a fines del siglo XIX y principios del XX- y de la teoría burguesa
clásica de la guerra, enunciada por Clausewitz a principios del siglo XIX (5).
Pero lo destacable es que todo este cuerpo teórico, que fundamenta las tesis política central
del período, se organiza alrededor de un hecho : a través de su práctica, el proletariado
parisino había demostrado que era posible utilizar una situación creada por la guerra entre
naciones para construir su propio ejército revolucionario y tomar el poder. Este camino
llega a ser formulado por Lenin casi como una ley de la lucha de clases:
"En todo caso, la historia de la revolución rusa, lo mismo que la historia de la Comuna de
París de 1871, nos ofrecen la enseñanza irrefutable de que el militarismo, jamás, en ningún
caso, puede ser derrotado y eliminado por otro método que no sea la lucha victoriosa de una
parte del ejército nacional contra la otra parte" (6)

El caso de la Comuna, visto desde esta perspectiva, obligaba a Lenin a una lectura crítica.
Trata de comprender errores y debilidades de la Comuna y los incorpora a sus tesis políticas:
la insurrección del proletariado parisino había tenido como objetivo prioritario el
enfrentamiento al enemigo nacional mientras que la burguesía francesa y alemana, con mayor
claridad, habían unificado su lucha contra el enemigo de clase. Los hechos de 1871 le inducen
a pensar en la necesidad de identificar con nitidez al enemigo en el "propio gobierno" y de
elaborar tácticas destinadas a neutralizar las fuerzas invasoras, por ejemplo, a través de la
confraternización con sus tropas.
Sin embargo, durante casi cuarenta años, estas sencillas comprobaciones históricas no
habían sido tomadas en consideración por los cuadros revolucionarios y encontraban aún,

5
- Ver cita 2 en este capítulo.
6
- "Informe sobre la Revolución rusa de 1905".
en el momento de su formulación, tremendas resistencias. El propio Lenin no las había
valorado en toda su extensión durante la revolución de 1905, desencadenada en medio de la
crisis producida por la guerra ruso/japonesa y las consecuentes derrotas del zarismo.

Esos cuarenta años que insume el procesamiento del caso de la comuna prueban que la
relación entre teoría y práctica revolucionaria, no es inmediata ni lineal. Al contrario de
lo que se suele suponer, acción no es lo mismo que experiencia. toda experiencia es
construida a través de un proceso teórico-práctico.
Para que el fenómeno comunero se convirtiera en una experiencia fue necesaria cierta
desagregación de elementos y una selección de esos aspectos por medio de instrumentos
teóricos adquiridos, el intento de articularlos de un modelo configurado a partir de la teoría
preexistente y el descubrimiento de cierta desacomodación o nivel de incongruencia entre los
hechos observados y el esquema teórico. Por último, se produjo una reestructuración de la
teoría. Ello indicaba que había surgido fenómenos nuevos, desconocidos hasta ese momento o
bien que se había logrado observar fenómenos antes invisibles.
Sólo cuando la guerra interimperialista de 1914 se torna inminente, se ha cumplido todas
esas fases, dando lugar a unas nuevas condiciones de experiencia, que serán las tácticas y
estrategia leninista.

La noción de acumulación de experiencia muy frecuentemente se utiliza para explicar la


formación de conocimiento o de conciencia. Sin embargo, con esa expresión se salta sobre el
verdadero problema : ¿ En qué consiste y cómo se produce el proceso de acumulación de la
experiencia histórico social ?
De algo no cabe duda en el caso de la Comuna y es que, en el principio, hubo un tipo de
acción de acción de masas y un conjunto de condiciones no previstas por la teoría, que
las articuló difícil y tardíamente. Si Lenin puede enriquecer la teoría es porque, cuarenta
años antes, el pueblo de París había ensayado una técnica, despreciada por sus
contemporáneos, como suele suceder con los descubrimientos cuando no se traducen en un
éxito evidente o inmediato.
De hecho, las masas habían inventado una forma de constituir su propia fuerza
armada, autónoma. Es obvio que un cúmulo de circunstancias favorecieron o determinaron
la aparición y ejecución de esa técnica de toma del poder, pero eso no la torna menos
espontánea o imprevista por la teoría con que se intentó sistematizarla, mucho más tarde. Es
importante identificar esos momentos en que la improvisación, lo nuevo, lo desconocido -
elaborado por las masas o, tal vez, también por la situación global de las fuerzas en juego-
preceden y fundamentan la formulación rigurosa y racional de la acción. En tales ocasiones la
acción precede a la conciencia. Tal vez es prematura pero seguramente resultará profética. Se
hace más de lo que se sabe y menos de lo necesario para triunfar.
De aquí que la cuestión de la formación del saber revolucionario no pueda ser dilucidada si
se opera exclusivamente con la historia de las ideas de los cuadros teóricos. Es necesario
remitirse a un momento anterior en el que se interrogue por las condiciones sociales de la
creación histórica de las masas como fase preliminar a la incorporación de la novedad a la
teoría -¿ la conciencia ?- en una segunda etapa.
Por lo pronto, sabemos que en 1914 se sabe más : la pequeña astucia del proletariado
parisino lo ha hecho posible.
Capítulo II

LECCION Y DESCUBRIMIENTO

La revolución es una guerra

Es cierto que la idea de revolución como guerra no suscita hoy mayor sorpresa. En la
práctica y en la teoría, desde uno y otro bando, ambas nociones se han tornado cada vez más
próximas. Sin embargo, no siempre fue así. Para las clases propietarias, la guerra se manifestó
inicialmente en relación con un enemigo nacional, con el extranjero, contra otra clase
dominante. Pero, a partir de las grandes conmociones sociales europeas de mediados del siglo
XIX todo cambió. La burguesía comenzó a ver la guerra también como fenómeno interno al
estado-nación; el conflicto social empezaba a ser tratado como guerra de clases.
La reconstrucción de París según criterios de defensa contra el enemigo interior -amplias
avenidas radiales que permiten el uso de cañones y aíslan entre sí los barrios populares- o la
reorientación de las academias militares hacia hipótesis de guerra civil, son indicios del
surgimiento de un tipo de concepción bélica diferente: la guerra como conflicto global entre
las fuerzas de la revolución y las de la contrarrevolución, imagen que se ha vuelto dominante
en nuestros días, aunque lleve distintos rótulos.
Desde el bando de las clases expropiadas, Lenin es el primero en traducir esta doctrina al
lenguaje de la práctica. Es sabido que la tensión entre potencias europeas, que llevaba al gran
conflicto armado de 1914, no sólo no lo apartó de sus objetivos, sino que le permitió prever la
proximidad de una situación prerrevolucionaria. A esa altura, la tesis de que "la revolución es
una guerra" (7) ya constituía el punto de partida de la reflexión. A fin de entender como arribó
Lenin a esta manera de ver la realidad de los enfrentamientos sociales y los objetivos del

proletariado, conviene retroceder diez años, hasta el anterior hito histórico, la revolución de
1905.
El Domingo Sangriento de Enero de 1905, consagra el inicio de un período de crisis
políticas en Rusia y, a la vez, el primer gran movimiento revolucionario en Europa desde
1871. De inmediato la Comuna se actualiza en el discurso de Lenin. Como si una
revolución llamara al recuerdo sobre otra. "Todos en el movimiento actual descansamos sobre
los hombros de la Comuna" (8), escribe Lenin en febrero de 1905.
Verdad compartida por las distintas fracciones del movimiento socialista, pero desde
ángulos muy diferentes. Revolución y, a la vez, derrota de la revolución, la Comuna
mantenía, en tanto referente histórico, ese doble carácter, que se evidencia en las distintas
lecturas y usos que se hacía de ella, en el énfasis y enfoque que se adoptaba para tratar sus dos
términos.
Pero ya fuera que se tratase como ejemplo positivo o negativo, que se la ansiara o temiera,
que se extrajera de ella una u otra orientación, la Comuna, ese gran experimento, se hacía
presente en la polémica de los socialistas y lo hacía bajo la imagen de una guerra civil de
la que era necesario aprender.
En este período, Lenin utiliza el ejemplo de la Comuna en dos direcciones: en una, para
demostrar que la guerra civil es un fenómeno inevitable en el proceso revolucionario e

7
- "Jornadas Revolucionarias".
8
- "Plan para una conferencia sobre la Comuna".
incorporar a la perspectiva del movimiento obrero ruso la noción de un combate armado
decisivo que obligatoriamente se habría de afrontar; en otra, para examinar las condiciones
de la derrota comunera con el fin de encarar la participación de los revolucionarios en la
guerra civil con mayores probabilidades de éxito.
Se trataba, entonces, de mirar al mismo tiempo hacia la Comuna y a lo que estaba
sucediendo en Rusia desde principios de 1905, para analizar las condiciones en que hacen su
aparición las formas de guerra civil.

La guerra inevitable

En las revoluciones burguesas del siglo XIX -y esto había sido estudiado por Marx y
Engels- el proletariado marchaba junto a la burguesía o a fracciones propietarias contra el
antiguo régimen o los residuos de su dominio. Pero cuando a través de su participación en la
revolución burguesa y el desarrollo económico y social, el proletariado adquiría una fuerza
que le permitía luchar por sus intereses de clase, la burguesía retrocedía incluso en el
cumplimiento de sus propias metas; traicionaba a sus aliados y pactaba con sus enemigos
del pasado, convirtiéndose en fuerza contrarrevolucionaria. En cada nueva revolución,
este movimiento regresivo de la burguesía se tornaba más necesario e implacable. Las luchas
que había iniciado -con el objetivo de barrer los obstáculos que las antiguas relaciones sociales
oponían al desarrollo capitalista- mediante una alianza con las fuerzas populares, se convertían
en una guerra contra el proletariado.
En 1905 comienza un período de revolución democrática contra la autocracia en Rusia. Si
bien su base de masas esta formada por trabajadores, estudiantes y fracciones ilustradas de la
pequeña burguesía, los grandes fabricantes y terratenientes capitalistas no veían con malos
ojos ese movimiento pues también ellos aspiraban a limitar a las fracciones más retrógradas de
la nobleza. Por eso su máximo objetivo consistía en transformar la base jurídica de la
monarquía absoluta arrancándole una constitución que estableciese formas representativas
similares a las de otros países europeos.
Muchos opinaban que la constitucionalización de la monarquía zarista inauguraría un
período de tranquilo sometimiento de las masas y Lenin recurre al caso de Comuna para
afirmar lo contrario; que el parlamentarismo, cuando se instaura como consecuencia de
una revolución política y de crisis de dominación, produce la "agudización de la guerra
civil durante esas revoluciones" (9).
Según Lenin, la incorporación de nuevos sectores de masas a la acción política, el aumento
de su "ilustración y organización" y la mayor visibilidad de que el estado estaba en manos de
una clase de propietarios y no de un representante divino, determinarían un crecimiento del
movimiento democrático, que no se detendría fácilmente en un punto prefijado por los
constitucionalistas.
Frente a esto, la reacción burguesa alimentaria la guerra entre clases, que ya no
conocería retroceso. Hasta dónde era capaz de llegar la burguesía en su proceso regresivo, era

9
- "El parlamentarismo prepara así, no la supresión de las crisis y de las
revoluciones políticas, sino la mayor agudización de la guerra civil durante
esas revoluciones [...] Los acontecimientos de París en la primavera de 1871 y
los de Rusia en el invierno de 1905, pusieron de manifiesto con excepcional
claridad, cuan inevitable se produce esta agudización". "Marxismo y
revisionismo"
algo que las tendencias mayoritarias del movimiento revolucionario no estaban dispuestas a
reconocer. Por eso, Lenin trata de difundir lo que considera una gran lección de la Comuna:
"Hoy republicanos, liberales, mañana traición, fusilamientos. La burguesía no se detendrá ante
nada" (10).
En efecto, luego de apoyar el derrocamiento del bonapartismo, las fracciones republicanas
de la burguesía francesa habían mostrado que, en defensa de su interés de clase, eran capaces
de traicionar a sus aliados populares y proletarios, pactando con el enemigo nacional11. Bastó
que los barrios de París se negaran a ser desarmados, que impidieran el retiro de los cañones
comprados por suscripción pública para la defensa de la ciudad ante los prusianos, para que la
burguesía desencadenara la guerra civil, con características de crueldad no conocidas en las
guerras entre naciones de la época.

Las causas del fracaso

Este es el área de problemas que Lenin toma en cuenta para establecer las causas del
fracaso de la Comuna. Naturalmente, aquí su relación con esta experiencia se torna crítica,ya
que se trata de analizar sus déficits, sus errores, las causas de la derrota.
Sus reflexiones enfrentan esencialmente dos cuestiones. Una, la no percepción -en la
práctica de los protagonistas comuneros- del nivel real de separación de intereses que se había
operado entre la burguesía y el proletariado. Los revolucionarios parisinos no tomaron
conciencia del grado de antagonismo existentes entre estas clases y, en consecuencia,
equivocaron la definición del enemigo y carecieron de decisión para establecer la iniciativa en
el combate. Dos, la falta de claridad de las fracciones proletarias sobre la necesidad de aliarse
y conducir las capas de la pequeña burguesía,en especial el campesinado.
Lenin enjuicia la no distinción entre las metas nacionales y las metas de clase,entre las
tareas de la lucha por la república y las de lucha por el socialismo, la no aplicación de
determinadas medidas de reforma democrática (jornada de ocho horas, confiscación del Banco
de Francia), la no instrumentación de una ofensiva militar contra Versalles (12). Como

10
- "Plan para una conferencia sobre la Comuna".
11
- "Hemos visto que la burguesía francesa, en el momento en que la
nación francesa se hallaba bajo la opresión y la humillación más brutales, se
entregó a los prusianos, cómo el gobierno de defensa nacional se convirtió en
gobierno de la traición nacional, cómo la burguesía de la nación oprimida
llamó a socorro suyo a soldados de la nación opresora para que aplastara a sus
propios compatriotas que se habían atrevido a alargar las manos hacia el
poder". "El problema nacional de nuestro programa".
12
- "Al sublevarse contra el viejo régimen el proletariado asumió dos
tareas, una nacional y otra de clase: liberar a Francia de la invasión Alemana
y liberar del capitalismo a los obreros mediante la revolución socialista.
Esta combinación de las dos tareas constituye el rasgo mas peculiar de la
Comuna...La conjugación de esta tareas contradictorias -el patriotismo y el
socialismo- constituyó un error fatal de los socialistas". "Enseñanzas de la
Comuna".
"...por ese nombre [Comuna] se entiende un gobierno que no sabía y no podía en aquel entonces distinguir los
elementos de la revolución democrática y de la revolución socialista, que confundía las tareas de la lucha por el
socialismo, que no supo solucionar las tareas de ofensiva militar enérgica contra Versalles, que cometió el error de no
apoderarse del Banco de Francia."
"La confusión de la lucha pequeñoburguesa por la revolución democrática completa con la lucha proletaria por la
consecuencia de esto errores se había producido el aislamiento social del proletariado,
escindido del campesinado y abandonado por la pequeña burguesía urbana, que fue
determinante en la derrota (13).
La explicación rigurosa de los proceso de reflujo revolucionario había que buscarlos en las
relaciones establecidas entre las clases y las fracciones de clase. En esas situaciones la
burguesía utilizaba al sector del campesinado y de la pequeña burguesía urbana para consumar
su movimiento regresivo. Este alineamiento de las fracciones populares determinaba el
momento descendente de la revolución, donde el proletariado quedaba aislado políticamente y
en condiciones de ser aplastado por medio de las armas. Desde los primeros instantes en 1905,
pero también posteriormente al fracaso de la revolución, Lenin consideraba al problema de
las alianzas de clase del proletariado una cuestión crucial.
Por eso, la crítica a la Comuna se establece en función de criterios que refieren a la noción
de "fuerza social", a su formación y su empleo en enfrentamientos. Los comuneros no habían
sido capaces de constituir una fuerza social sólida y de conducirla con decisión en los
enfrentamientos pertinentes.
También en esos aspectos negativizados, la Comuna abona las tesis que Lenin sostiene en
1905. En primer término, la necesidad de establecer un ordenamiento de las metas
revolucionarias que tuvieran virtud de aglutinar "una fuerza de masas conjunta"
integrada por el campesinado y el proletariado. Según su fórmula de "dictadura democrático-
revolucionaria de obreros y campesinos", los objetivos de la revolución democrática serían
conquistados por una fuerza social que posteriormente favorecería el desarrollo de las metas y
las fuerzas socialistas (14).
Precisamente en conexión con el objetivo frustrado de formar una fuerza social conjunta, la

revolución socialista amenazan a un socialista a un hundimiento político...pues las comunas que se conocen en la
historia confundían la revolución democrática y la revolución socialista". "Dos tácticas de la socialdemocracia en la
revolución democrática".
13
- "Sólo los obreros permanecieron fieles a la Comuna hasta el fin. Los
republicanos burgueses y la pequeña burguesía se apartaron bien pronto de
ella: unos se asustaron del carácter revolucionario socialista del movimiento,
de su carácter proletario; otros se apartaron de él al ver que estaba
condenado a una derrota inevitable.
Sólo los obreros franceses apoyaron a su gobierno sin temor ni desmayo, sólo ellos lucharon y murieron por él, es
decir por la emancipación de la clase obrera, por un futuro mejor para todos los trabajadores. Abandonada por sus
aliados de ayer y sin contar con ningún apoyo, la comuna tenía que ser derrotada inevitablemente". "En memoria de
la Comuna".
"La Comuna y los campesinos: en tres meses todo habría cambiado" Plan para una conferencia sobre la
Comuna".
14
- "...decía con exactitud en qué consiste precisamente la `posibilidad
real' de mantener el poder en nuestras manos: en la dictadura democrático-
revolucionaria del proletariado y los campesinos, en su fuerza de masas
conjunta, capaz de superar todas las fuerzas de la contrarrevolución, en su
coincidencia inevitable de intereses en relación con las transformaciones
democráticas... La posibilidad de mantenerse en el poder en rusia debe estar
condicionada por la composición de las fuerzas sociales en Rusia misma.
...Nuestra consigna reconoce incondicionalmente el carácter burgués de la revolución que no es capaz de rebasar
de un modo inmediato el marco de una revolución solamente democrática; al propio tiempo nuestra consigna impulsa
esta revolución concreta, trata de darle las formas más convenientes para el proletariado, trata, por lo tanto, de
aprovechar al máximo la revolución democrática para que la lucha que ha de seguir el proletariado por el socialismo,
tenga el mayor éxito". "Dos tácticas...".
experiencia comunera ilustraba sobre la necesidad de contar con un instrumento para la
consolidación y conducción, ese instrumento político que en 1871 no había existido: la
organización independiente del proletariado, capaz de articular -de acuerdo a su propio plan- a
diferentes fracciones de clase en oposición revolucionaria al gobierno y al régimen político
(15).

Un método que se aprende

Guerra civil, acción revolucionaria directa de masas, lucha violenta de masa, insurrección,
lucha de calles, levantamiento, lucha armada, son distintas denominaciones que encontramos
en los textos del período; ellas y todas las que podríamos agregar16, indican tradiciones
históricas y experiencias diferentes, distintas fracciones de clase implicadas, referencias
temporales y espaciales de heterogénea amplitud y ubicación, distintos niveles de abstracción.
Pero, en nuestro nivel de análisis, estos términos señalan fundamentalmente aproximaciones
sucesivas que opera el lenguaje en la incorporación de las dimensiones de la lucha armada a la
lucha de clases; el incesante y doble movimiento de constitución de los conceptos y el objeto
definido por ellos, al ritmo de la lucha de clases.
Puede observarse en los textos del período que la noción de guerra civil es la más
englobante. Un conjunto de expresiones armadas como las citadas más arriba quedan
comprendidas bajo el concepto de guerra civil. Interesa saber que significan estas palabras en
la época que aquí se investiga. Cuando Lenin hablaba de "guerra civil" en parte se refiere a los
rasgos de una "guerra" a secas; "un exterminio implacable de los enemigos en combates a
campo descubierto" (17).
Lo extremo de la lucha, las reglas del combate, el escenario abierto expresaban en esta
definición una nueva imagen del enfrentamiento armado de clases. Cada uno de sus
términos se oponía a lo que Engels había definido como "rebeliones al viejo estilo", en los
cuales la "eficacia moral más que material" buscaba "quebrantar la firmeza de las tropas",
donde la "defensa pasiva es la forma predominante de la lucha", donde el teatro de guerra se
reduce a los barrios, sus calles y barricadas (18).
Precisamente las tesis de Engels habían sido centro de una vasta polémica en la
Internacional Socialista. Las tendencias mayoritarias las habían utilizado para defender las
tácticas exclusivamente parlamentarias argumentando la ineficacia de los intentos
insurreccionales en las nuevas condiciones técnicas militares.
Pero Lenin enfoca la cuestión de otra manera. Expresión necesaria de un período de la
lucha de clases, la guerra civil también es considerada por Lenin como un método, como un
conjunto instrumental susceptible de ser manejado concientemente. Si bien los triunfos

15
- "Nuestra misión, la misión de la socialdemocracia consiste en impulsar
lo más posible la revolución burguesa, pero sin olvidar por un sólo momento
nuestra tarea más importante, que es la organización independiente del
proletariado" "¿ Una revolución del tipo de la de 1879 o del tipo de la de
1848 ?".
16
- La serie es forzosamente incompleta : sublevación, rebelión, motín,
lucha de barricadas, puebladas, guerrilla urbana, jacqueries, foco rural,
huelga general revolucionaria, etc.
17
- "Enseñanzas de la Comuna".
18
- Federico Engels : "Prologo a la Lucha de Clases en Francia".
militares de las clases dominantes indicaban un superior nivel de conciencia y organización en
la manipulación de las dimensiones de la lucha armada, Lenin se esfuerza en enseñar que el
proletariado ya había comenzado a incorporar este medio de lucha a su arsenal: la Comuna
había sido la primera oportunidad, 1905, la segunda (19).
Ya antes de aquella fecha, Lenin preveía el camino del enfrentamiento armado contra la
autocracia de modo que no llama la atención que desde los primeros momentos de la ola de
levantamientos y protestas que recorre el imperio ruso, proponga avanzar hacia formas más
desarrolladas de la lucha armada. En este terreno, su principal esfuerzo se dirige hacia la
formación del ejército revolucionario. Pero en 1905 se aproxima al problema con un planteo
muy diferente al que tendrá en 1914: en la medida que da por supuesta la fuerza moral de las
masas, busca constituir una fuerza que materialmente se encuentre en condiciones de enfrentar
a las fuerzas armadas del estado.
De acuerdo a la imagen de 1905, el ejército revolucionario se construiría a partir de
situaciones de enfrentamiento de las masas civiles desarmadas, que en enero habían mostrado
su voluntad de lucha al resistir a las tropas zaristas. En esas oportunidades, los revolucionarios
asumirían la conducción de las masas y promoverían el armamento del pueblo.
Lenin propone la formación de pequeños destacamentos móviles, ligados por lazos
conspirativos sobre base territorial, que deberían armarse con cualquier elemento a disposición
o bien fabricarlo, e incluso comenzar a actuar desarmados en las acciones masas a fin de
conducirlas y obtener, eventualmente, armas y recursos durante los movimientos.
recomienda a los cuadros socialdemócratas realizar también acciones independientemente
de las masas con el objetivo de entrenarse y pertrecharse así como incentivar la formación
teórica en cuestiones militares y el estudio de las experiencias que se van desarrollando.
A diferencia de lo planteará en 1914, Lenin postula la adquisición del armamento a partir
de acciones directas, inscriptas en la iniciativa del proletariado. Hasta tal punto que la
sublevación militar, como medio para lograr el armamento del pueblo, no figura inicialmente
en las consignas insurrecionales, si bien es mencionada la propaganda entre las tropas y la
búsqueda de contactos con oficiales, suboficiales y soldados.
Pese a que se producen levantamientos en la flota, de enorme repercusión política, y
síntomas de desmoralización en numerosos batallones zaristas, tanto en el frente de la guerra
ruso-japonesa (que se está desarrollando en el oriente ruso) como en la retaguardia, Lenin
considera -a lo sumo- que los triunfos japoneses serán favorables al proceso revolucionario,
pero no elabora ninguna política específica destinada a vincular ambas guerras. Solamente
cuando el proceso revolucionario está muy avanzado, Lenin comienza a estipular el paso de
bando de los soldados como una de las condiciones del triunfo.

El triunfo es posible

La decisión burguesa de lanzarse al combate armado probaba que el carácter bélico que
tomaban los enfrentamientos no dependía de la "voluntad de grupos o partidos" (20) sino que

19
- "Y pese a la gran diferencia que había entre los objetivos y las tareas
de la revolución rusa y los de la francesa de 1871, el proletariado ruso hubo
de recurrir al mismo método de lucha que la Comuna había sido la primera en
utilizar: la guerra civil". "Enseñanzas de la Comuna".
20
- "Esta guerra no fue preparada por la voluntad de partidos o grupos,
sino por toda la marcha de los acontecimientos a partir de 1905". "Sentido
era la "forma que adopta la lucha de clases" en los procesos revolucionarios (21). Lenin intenta
persuadir a los cuadros populares acerca de la necesidad de la preparación práctica y teórica a
fin de intervenir exitosamente en una guerra civil que de todos modos será lanzada contra
ellos22.
La conciencia respecto del carácter necesario de un combate decisivo era considerada como
una precondición para la acción proletaria en las distintas fases de la revolución se orienta de
modo de hacer posible la victoria23.
Este tema persistirá más allá de la derrota de 1905, como un esfuerzo por legitimar ante el
movimiento socialista la política armada que había sido asumida por las masas:

"Debemos declarar abiertamente y bien alto, para enseñanza de


los vacilantes y desanimados y para vergüenza de lo que reniegan
y se apartan del socialismo, que el partido obrero ve en la lucha revolucionaria directa de las
masas, en la lucha de octubre y diciembre de 1905,el más grandioso movimiento del
proletariado después de la Comuna de París". (24)

En la polémica interna del partido socialdemócrata ruso, para ilustrar acerca del "error" que
significaban las acciones revolucionarias armadas se usaban, en calidad de ejemplo irrefutable,
las derrotas de 1905 y de la Comuna.
Por el contrario, según el razonamiento de Lenin esas formas de lucha no sólo eran
instrumentos imprescindibles en el combate de las clases inmediato sino medios para la
formación de la conciencia de clase, "modelos que debían servir de faro para la educación de
las generaciones siguientes de luchadores" ya que "la lucha de diciembre ha proporcionado la
enseñanza que el movimiento internacional debe tener en cuenta, a partir de ahora, que en las
próximas revoluciones proletarias son posibles semejantes formas de lucha" (25).
Para defender este punto de vista, según el cual la lucha violenta de las masas, aún
derrotada, constituye un medio para la formación de la conciencia de clase, Lenin encontraba
apoyo en textos de Marx referidos a la Comuna (26). Colocadas en una serie histórica, las

histórico de la lucha interna del partido en Rusia".


21
- "Enseñanzas de la Comuna".
22
"El proletariado deberá aprender estas lecciones militares del
gobierno. Y, una vez que ha comenzado la revolución, el proletariado aprenderá
también el arte de la guerra civil. La revolución es una guerra. Es, de todas
las guerras que conoce la historia,la única legítima, legal, justa y realmente
grande..." Jornadas Revolucionarias
23
- "Quien no comprenda la inevitable dialéctica interna del
parlamentarismo y el democratismo burgués, que conduce a solucionar la disputa
por la violencia de las masas de un modo más tajante que en tiempos
anteriores, jamás sabrá desarrollar, sobre la base de ese parlamentarismo, una
propaganda y una agitación consecuentes desde el punto de vista de los
principios, que preparen verdaderamente a las masas obreras para la
participación victoriosa de las disputas". "Marxismo y revisionismo".
"La lucha de diciembre de 1905 ha demostrado que la insurrección armada puede triunfar en las actuales
condiciones de la técnica de combate y de la organización militar". "Apreciaciones de la revolución Rusa".
24
- "Apreciaciones de la Revolución Rusa".
25
- "Apreciaciones de la Revolución Rusa".
26
- "Marx sabía apreciar también el hecho de que hay momentos en que la
luchas de la Comuna y las de 1905 no necesitaban justificarse a través de éxitos ni disculparse
por su derrota: su mera existencia señalaba la etapa fundamental en la maduración del
proletariado a la vez que el carácter que tomarían las revoluciones posteriores.
Es muy interesante observar que esta comprobación, apoyada en los análisis histórico del
proceso de lucha de clases, no se contraponía con las conclusiones que los cuadros lúcidos de
la burguesía. Por el contrario, éstos habían comprendido claramente las lecciones de las
revoluciones a lo largo del siglo XIX y preveían batallas decisivas.
Clausewitz -el gran teórico de la guerra, desde el punto de vista burgués- ya había
analizado a la guerra revolucionaria como una clase especial de guerra, basándose, desde
luego, en las guerras de la revolución francesa, en el cruce de los siglos XVIII y XIX.
En consecuencia, la clase dominante había instrumentado múltiples medidas de guerra
contra el proletariado, que cada nueva fracción burguesa perfeccionaba. En realidad, las tesis
leninistas se enfrentan a la política de fracciones del propio movimiento obrero y socialista
que, de hecho, no lograban ver lo que era claro para la burguesía: que el capitalismo, al
desarrollarse crea sus propias condiciones revolucionarias. En polémica con estos sectores
habría de desarrollarse también el análisis de las condiciones de la victoria proletaria en la
guerra civil.

La práctica de la Comuna, en su realidad y en sus ausencias, indicaba a Lenin el rumbo


inevitable del proceso a la vez que señalaba los instrumentos para el triunfo: La lucha de
clases se transforma en guerra civil, es necesario preparase para conducirla. Lenin se instruye
con esta lectura de la acción internacional del proletariado y busca dotar con su enseñanza al
movimiento socialista desde los primeros días del período revolucionario de 1905:
"organización independiente del proletariado -lucha de clases- guerra civil" (27).

lucha desesperada de las masas inclusive por una causa sin perspectivas, es
indispensable para los fines de educación ulterior de esas masas y de su
preparación para las luchas siguientes". "Prefacio a la traducción rusa de las
cartas de Kugelmann".
27
- "Plan para la conferencia sobre la Comuna".
Capítulo III

CRISIS DE LA TEORIA

El efecto Comuna

Se ha visto el modo en que el trama de la Comuna se conecta con una secuencia de


fabricaciones en el pensamiento leninista (28). Para comprender el proceso de formación de las
tesis de Lenin será útil analizar el universo de discurso en el cual se constituyeron los términos
de la polémica y el horizonte de ideas que debieron traspasar.
No podemos dejar de preguntarnos sobre ese prolongado período -más de treinta años- que
media entre la Comuna de París y la primera revolución rusa:ese lapso ¿Fue un interregno del
pensamiento revolucionario al mismo tiempo que de la revolución ? ¿ Por qué vías y a través
de qué formas se desarrolló el saber revolucionario ?
Si hasta aquí se intentó mostrar el rol productivo de la Comuna en la formación de la teoría
revolucionaria, ahora se tratará de integrar el análisis a su función negativa : un efecto que se
ejerció en la construcción teórica desde la década de 1870 hasta principios del siglo XX.
En primer lugar, hay que decir que el carácter de obstáculo no se establece como pura
negatividad. Como consecuencia de la Comuna no se instaura un vacío o silencio en el
conocimiento y, aún menos, una parálisis política.
El efecto Comuna parece ser más bien el de trazar determinados límites, el de obturar
ciertas direcciones del desarrollo teórico y práctico, el de modificar la jerarquía teórica de los
conceptos, el de imponer un cambio en las imágenes dominantes bajo las cuales se
representaba la lucha de clases y su consecuencia histórica, la revolución proletaria.
Pero, estas orientaciones se verifican como un lento proceso durante el cual ocurren
diversos fenómenos. Ciertos aspectos de la realidad permanecen oscurecidos porque no
son problematizados. Al mismo tiempo, surgen áreas de problemas erróneamente
planteados, que se proponen con ejes polémicos y que basan falsamente toda la
discusión. También aparecen hipótesis teóricas nuevas aunque conflictivas con aspectos
centrales de la teoría preexistente así como conceptos cuyo significado va deslizándose
hasta convertirse en algo muy diferente.
Cuando estas transformaciones lleguen a su fin, quedará claramente definido su sentido :
como resultado directo de la Comuna, la formación de dos revisionismos del marxismos, uno
de derecha -el oportunismo de reformista- y otro de izquierda -el sindicalismo revolucionario-
que decaerá y tenderá a ser absorbido por el primero. Cuando este reformismo oportunista,

28
- En el primer momento (1905) la relación con la Comuna se constituye
alrededor de la noción de guerra civil a través de su carácter necesario en el
curso de la revolución burguesa (lucha interburguesa en el interior de una
sociedad) y de la posibilidad de la victoria. Este problema se vincula al
desarrollo de una teoría de las alianzas de clase revolucionarias y a la
teoría del partido proletario.
En el segundo momento (1914) la tesis del carácter necesario de la guerra civil adquiere precisión y se especifica:
sus condiciones se conciben en relación a la guerra imperialista (lucha interburguesa entre distintos estados capitalistas
imperialistas). En este momento la cuestión de la victoria se elabora con referencia ala teoría del ejército
revolucionario.
Se señaló además que ese planteo y esas soluciones no se desarrollaron sino a través de un proceso de
enfrentamiento y polémicas en el interior del movimiento obrero y socialista.
luego de atravesar sus fases de "estado de ánimo", "tendencia" y finalmente "sectores o
grupos" (29) se consolide como teoría dominante del movimiento socialista y obrero europeo,
hacia 1900, se habrán creado las bases para el chovinismo (30), es decir la colaboración
política de guerra imperialista del capital financiero.
Pero, como resultado inmediato, la acción comunera generó un nuevo desarrollo del
pensamiento revolucionario, expresado fundamentalmente por Lenin, capaz de dar respuesta
a las condiciones creadas por la dominación del capital financiero.
Será útil, por consiguiente, una rápida descripción de las orientaciones teóricas y prácticas
asumidas por el movimiento obrero y socialista, en el período posterior a la comuna y de sus
probables conexiones con este acontecimiento.

La guerra como metáfora.

En parte como resultado de la derrota de la Comuna y como consecuencia de que no se


desarrollan nuevos procesos revolucionarios, la Asociación Internacional de Trabajadores
entra en crisis y se disuelve. Habrá de transcurrir más de una década antes de que comiencen a
gestarse las bases para la formación de la II Internacional. En estos tres primeros años la
discusión revolucionaria se centra en el carácter de las instituciones estatales burguesas y de su
antagonista, la forma de organización proletaria.
La polémica acerca de la "autoridad", que escinde a marxistas de anarquistas, no es ajena a
la experiencia comunera, que había mostrado a los revolucionarios fragmentados en la
multitud de fracciones y tendencias. A medida que en Alemania va formándose una
"máquina" política socialista y que, en Francia, el movimiento revolucionario desmantelado en
1871, se recupera, esta temática se va tornando menos central. Pero, la discusión subsistirá,
traduciéndose en la polémica respecto de las tácticas, de los instrumentos revolucionarios.
La noción de "lucha de clases" había favorecido la concepción de imágenes de combate, de
enfrentamientos bélicos como expresión de la revolución y estas imágenes se habían
correspondido bien con la forma asumida por las sucesivas experiencias revolucionarias de la
burguesía y el proletariado. Sin embargo, la comuna, primera práctica de guerra por parte del
proletariado, ejerció un efecto inverso. En el discurso vigente en el movimiento obrero y
socialista, la guerra, y en general, los instrumentos y conceptos relacionados con el
enfrentamiento armado se convirtieron en metáforas.
"El arma del sufragio universal" (31), "el arma de la huelga general" fueron las imágenes del
instrumental de la lucha de clases que comenzaron a dominar la conciencia proletaria, aunque
con distinto énfasis o combinaciones de una u otra "arma", según fueran las condiciones y
tradiciones políticas de cada sociedad europea.
En su forma clásica la experiencia y la teoría fundadas alrededor de este instrumental se

29
- "El carácter relativamente `pacífico' del período comprendido entre
1871 y 1914 alimentó el oportunismo, primero como estado de ánimo, luego como
tendencia, y por último como grupo o sector de la burocracia obrera y
compañeros de ruta pequeñoburgueses". "El oportunismo y la bancarrota de la II
internacional".
30
- "El social chovinismo es el oportunismo acabado. Esto es indiscutible.
La alianza con la burguesía era una alianza ideológica, tácita; ahora es
abierta, brutal." "El oportunismo y la bancarrota de la II internacional".
31
- Federico Engels : "Prólogo de 1895 a "La lucha de clases en Francia".
desarrollaron en el partido socialdemócrata alemán y en el sindicalismo revolucionario
francés, desde donde expandieron su influencia sobre los demás movimientos.
Así, la actividad política de la socialdemocracia alemana se centro en la lucha electoral y
parlamentaria -que no excluía sino que subordinaba la organización de sindicatos y
cooperativas- en función de la formación de un amplio "ejército" de votantes socialistas,
formado por el proletariado y las capas medias urbanas y rurales.
Por otra parte, en Francia, a partir de una fuerte estructura sindical que es legalizada por el
régimen, se forma una importante corriente que rechaza toda actividad política parlamentaria e
incluso la relación orgánica con partidos políticos socialistas. Programáticamente, las
organizaciones sindicales debían encauzar la acción obrera tanto en función de sus objetivos
inmediatos como de las metas revolucionarias,a través de huelgas que en determinado
momento se convertirían en huelga general, provocando el derrumbe de la clase dominante.

Instrumentos-fetiche.

Un rasgo fundamental de las teorías vigentes es la aceptación o rechazo de esto


instrumentos se constituyó en una cuestión doctrinaria central y excluyente hasta el punto
que su utilización y los límites de la instrumentalización figuraban como obligatorios en los
programas de los movimientos y partidos obreros junto a las metas postuladas. Los medios de
lucha eran parcializados y sustantivados. Se los separa del contexto social total y de sus
significados dentro de ese complejo. En vez de atributos, adjetivos , capacidades de una
fracción o una fuerza social, se los considera esenciales, sustantivos. Se comienza a atribuir a
las formas de lucha un poder intrínseco, a la manera de un fetiche cuya actuación parece
independiente de quienes lo manipulan. Este fenómeno se observa tanto en la acción como en
las imágenes teóricas programáticas.
Asumida como cuestión de principios y de acuerdo a las tesis que cada partido o grupo
sindical sostenía, la huelga podía ser considerada como un medio para la obtención de
derechos políticos -el sufragio universal, por ejemplo- como un instrumento en pos de mejoras
económicas, como etapa preparatoria para su generalización a todas las capas obreras que
produciría la caída del sistema capitalista o bien simplemente rechazada por estimarse que
desencadenaría la represión y dificultaría las tareas electorales y parlamentarias.
Algo similar ocurría respecto del sufragio: podía ser también directamente rechazado o bien
concebido como un instrumento de reformas o como medio para la obtención de una mayoría
tal que significara el paso al sistema socialista, ya fuera que la clase dominante entregara
voluntariamente el poder o se sucediera una lucha cuyas características no se analizaban y
cuya fecha se postergaba hasta la obtención de aquella mayoría.
En el terreno de la acción parlamentaria se discrepaba también en cuanto a legitimidad de
alianzas con partidos no proletarios y la participación en los ministerios burgueses.
Estos instrumentos de la acción obrera, que alcanzaron en las últimas décadas del siglo XX
un lugar teórico y práctica central, no eran sin embargo nuevos: la práctica electoral de los
obreros franceses databa de 1848 y precisamente a causa de la experiencia bonapartista y
republicana sufrió un descrédito que creó las condiciones para el surgimiento del sindicalismo
revolucionario. En cuanto a la idea de la huelga general, había comenzado a surgir en
Inglaterra con el cartismo en la década de 1830 y más tarde había sido instrumentada en
función de la obtención de la jornada de ocho horas.
Junto a estos instrumentos que se desarrollan con posterioridad a la Comuna aparece otro
medio cuya importancia, cualitativa y cuantitativamente diferente, representó el inicio de
formas de acción radicalmente nuevas.
Se trata de acciones de propaganda armada o "propaganda por medio de la acción"
ejercidas por los grupos e incluso militantes aislados de algunas tendencias anarquistas y del
populismo ruso (narodnikis) cuyas tradiciones revolucionarias se virtieron más tarde en el
partido socialrrevolucionario ruso.
La ejecución ejemplificadora de figuras políticas del régimen zarista (nobles, funcionarios,
militares y policías) que habían intervenido u ordenado acciones represivas había comenzado
en Rusia poco antes de la Comuna y posteriormente estos métodos se difunden por toda
Europa, alcanzando su punto culminante en las dos últimas décadas del siglo.
Su repercusión llegó a ser tan importante que en 1898, además de una rigurosa legislación
antianarquista dictada en el país, se reúne en Roma una Conferencia Internacional de
Gobiernos cuyo objetivo es concentar medios para la supresión del anarquismo.
El método de la propaganda armada -que fue muy criticado por los partidos socialistas pero
algunas de cuyas acciones obtuvieron amplio apoyo obrero- buscaba legitimar formas de lucha
armada, inducir a acciones por fuera del sistema institucional, señalar de un modo ejemplar a
los enemigos políticos y demostrar su vulnerabilidad. Sin embargo, pese a su radicalidad
práctica, estas acciones se insertaban en teorías utópicas del socialismo y eran, en algunos
sentidos, coincidentes con el sindicalismo, revolucionario, por ejemplo respecto a la
abstención electoral y la negativa a realizar alianzas políticas.
Sus mayores éxitos fueron obtenidos en rusia donde la eliminación de altos dignatarios de
la autocracia logró apoyo popular, incluso en sectores de la burguesía. El arraigo de este tipo
de acciones en la tradición revolucionaria rusa lo hizo persistir hasta más allá de la revolución
de 1905, momento en el cual hasta secciones del partido socialdemócrata se dedican a la
ejecución de verdugos y a la expropiación revolucionaria de fondos.
Aún cuando este método -como cualquier otro- carece de entidad propia y su significado
depende del sujeto social que lo manipule y del conjunto instrumental dentro del cual opera, el
hecho de su formación histórica en Rusia, con la consiguiente experiencia y la permeabilidad
de cuadros y masas respecto del enfrentamiento armado, puede ser considerado como una de
las condiciones de la gestación y realización de las teorías leninistas.

Ciudadanización: medio o fin.

De tal modo, en las diversas sociedades europeas, como resultado inmediato de la


experiencia comunera y sobre la base de la revolución económica el capitalismo que había
entrado en su fase imperialista, se reorientan las expresiones de la lucha de clases y se
incorpora una creciente y ampliada capacidad de manipulación de instrumentos de
lucha al "arsenal" proletario.
Pero si esto es exacto considerando la experiencia proletaria como una totalidad abstracta,
no lo es cuando se analiza el proceso concreto en el cual los distintos instrumentos fueron
incorporándose históricamente a la práctica de distintas porciones del proletariado.
Las grandes discusiones que dividían teóricamente al movimiento obrero y socialista
giraban, en gran medida, alrededor de los instrumentos de la actividad revolucionaria del
proletariado. En función de las posiciones adoptadas respecto de estos temas, de sus éxitos y
fracasos prácticos, se sucedía una reestructuración permanente de formas organizativas y una
recomposición de fracciones políticas.
Por último -y este es el punto decisivo- en la medida en que se lograban algunos éxitos
parciales como la obtención de mejoras en las condiciones de vida o la legalización de ciertos
derechos políticos, comienza también a emerger una nueva polémica respecto a los fines de la
acción proletaria.
El cuestionamiento de los fines proletarios fue un proceso cuyo sentido estaba implícito
en el carácter social de la manipulación de los instrumentos de enfrentamiento que
predominaron en el período.
La instrumentación unilateral del sufragio o la huelga presentaba límites intrínsecos:
sólo parte de los obreros eran admitidos al ejercicio del sufragio , ya que no participaban de él
las mujeres ni los jóvenes ni los extranjeros y existían, por otra parte, numerosos limitaciones
establecidas por las formas jurídicas de representación que dificultaban o imposibilitaban su
extensión a la totalidad de los oprimidos.
De un modo similar, sólo los asalariados y entre ellos exclusivamente los ocupados y
dentro de éstos, ciertas categorías, estaban en condiciones de ejercer huelgas. Este instrumento
no estabas a disposición, por ejemplo, de los semiproletarios, ni de los obreros rurales o los de
pequeñas empresas y administración de estado, etcétera.
La manipulación aislada y sustantivada de estos medios de lucha no podía dejar de ejercer
efectos ideológicos contrapuestos con los objetivos revolucionarios. Por una parte, surgía de
aquellas imágenes que presentan una forma parcial de las relaciones sociales y mistifican la
figura del estado. Por otra, el empeño excluyente de uno u otro medio acentuaba la
fragmentación social de la clase obrera, la aislaba de sus aliados populares, a la vez que
significaba un reconocimiento parcial de las relaciones sociales que forman al
proletariado, una visión mutilada de la lucha de clases que atraviesa la totalidad social.
El ejercicio de cada uno de estos medios de lucha -que dada la naturaleza particularizada
eran absorbibles o aislables por la institucionalidad burguesa- implicaba la posibilidad de
legitimación creciente de aquella parcialidad. En esa medida, comenzaron a ser pensados no
como medios de lucha sino como metas de lucha. En la conciencia de amplios sectores
obreros, la ciudadanización se convertía en la meta primordial, a la que se subordinaban
los objetivos revolucionarios de la lucha de clases. La revolución se tornaba un punto de
llegada casi mitológico, sin consecuencias prácticas.
En forma cada vez más extendida, la noción de revolución como combate de clases
decisivo pierde jerarquía en la conciencia de los cuadros obreros y socialistas. Comenzaban a
predominar la idea de un tránsito gradual de reformas sociales y políticas.
Este proceso de ciudadanización mostrará significado en 1914: a través suyo el capital
financiero había logrado la hegemonía en las sociedades capitalistas más desarrolladas.
Es verdad que durante las revoluciones burguesas del siglo XIX los obreros ingresaban a la
revolución en tanto potenciales ciudadanos, pero en esos caso la finalidad política institucional
perseguida -la república- era un objetivo directamente revolucionario y el triunfo de la
revolución política que daba el poder a la burguesía ubicaba a los obreros como protagonistas
y verdaderos responsables del triunfo; su realización como ciudadanos era una conquista
revolucionaria que a la vez iniciaba la crisis de la "ciudadanía" ya que los intereses dominantes
en la república burguesa recién instaurada mostraban la necesidad de la segunda revolución,
de carácter social, e imponían, el objetivo de la "república social". Pero, la situación era
diferente en los países donde la revolución burguesa iba siendo o ya había sido realizada.
El proceso de transformación de los medios de la lucha parlamentaria y sindical en metas
de acción proletaria fue una tendencia que se hizo explícita en las corrientes revisionistas,
quienes las convirtieron en núcleo de su teoría política. Sin embargo aún entre las fracciones
socialistas que programáticamente enunciaban la noción de "revolución", la imagen de
"combate decisivo", se desdibuja cuando no es omitida directamente.
Esta concepción era común no sólo a los socialistas sino también a los sindicalistas
revolucionarios y a los anarquistas. ¿ Qué sucedería cuando se obtuviera la supuesta mayoría
parlamentaria ? ¿ Y cuando estallará la huelga general ?
La respuesta optimista suponía que el régimen efectivamente permitiría primero avanzar
hasta estas situaciones, para luego derrumbarse, bajo la presión de los acontecimientos. Por lo
tanto, la cuestión no necesitaba ser problematizada.
Los más realistas imaginaban que, frente a la resistencia del régimen, sobrevendría alguna
forma de insurrección, pero la percepción que tenían de las condiciones preparatorias para el
triunfo eran tan sesgadas y parciales como la instrumentación de los medios de lucha
propuestos.
Así, los parlamentaristas, que se proponían lograr una amplia influencia social que abarcara
sectores populares no proletarios, no se preparaban teórica ni prácticamente paras
enfrentamientos de carácter armado mientras que los sindicalistas revolucionarios, que hacían
de ciertas formas de acción violenta un punto esencial de su agitación y propaganda, se
limitaban a la actividad sindical, rechazando la acción política y la vinculación con sectores no
obreros.
La fragilidad de estas políticas se manifestó tanto en Alemania como en Francia: en
Alemania cuando a raíz de los éxitos electorales socialistas de Sajonia, el gobierno imperial
simplemente disolvió la cámara y restituyó el antiguo sistema electoral según el cual se
tornaba imposible una mayoría socialista. En Francia, con el fracaso de los intentos de huelga
general revolucionaria, anulada mediante unas cuantas medidas gubernamentales.
Paulatinamente, las distintas tendencias fueron ganadas para la acción de lucha dentro del
marco del sistema institucional, si bien la orientación chovinista que estaba implícita en ellas
se reveló clara y completamente en 1914, cuando casi todos los partidos socialistas y
organizaciones obreras de la Internacional se alinearon masivamente junto a los
gobiernos y a la burguesía de cada país, en la guerra imperialista. ]
En síntesis, el desarrollo teórico y práctico del movimiento obrero y socialista, en el
período posterior a la Comuna, aparece como una especie de laboratorio en el cual cada
grupo o tendencia experimenta y desarrolla instrumentos parciales de acción.

Derrota y obstrucción del conocimiento.

En perspectiva teórica, este proceso incrementa y enriquece la capacidad instrumental de


lucha del proletariado pero, como efecto inmediato en el plano teórico, el ser concebidos los
instrumentos de manera unilateral, generalizados doctrinariamente, aislados del concepto de
"combate decisivo" así como de una concepción global de la lucha de clases, refuerzan la
obstrucción que sólo comenzará a ser resuelta a principios del siglo XX.
Entre los marxistas, la imagen de la derrota de la Comuna juega un papel de importancia en
esta obstrucción. El crecimiento partidario, sindical y electoral de la socialdemocracia alemana
pasó a ser considerada la experiencia sustancial y, a la vez, el ejemplo simétrico y opuesto a la
Comuna : "Sólo hay un medio para poder contener momentáneamente al crecimiento
constante del ejército socialista en Alemania, incluso para llevarlo a un retroceso pasajero : un
choque en gran escala con las tropas, una sangría como la de 1871 en París" (32).
Podría pensarse que si el resultado "catastrófico" pudo ejercer un efecto de obstrucción fue
porque algunos de los rasgos originales no llegaron a ser pensados Se produjo una especie de

32
- Idem.
trauma epistemológico: no se logró una reestructuración de la teoría de la revolución
proletaria en las nuevas condiciones histórico-sociales.
Se señaló en el capítulo anterior que hasta 1871 la teoría revolucionaria concebía a la
revolución proletaria inscripta en el proceso de la revolución democrático burguesa contra el
antiguo régimen. Así lo habían demostrado todas las experiencias históricas: al dislocar las
instituciones vigentes y legitimar el armamento popular y proletario, la burguesía republicana
abría al paso al proletariado, creando condiciones para su revolución.
De acuerdo al modelo del período siguiente, 1871 al 1900, ya no son tres fuerzas sino dos
las que determinan el proceso. No se cuenta con una clara teoría de la crisis. Ha dejado de
aparecer que la creación de una coyuntura revolucionaria depende de la crisis de la
dominación en virtud de la lucha interburguesa. La oportunidad revolucionaria, en los casos en
que se formula explícitamente, dependen de un enfrentamiento entre el pueblo y gobierno en
el ámbito de las instituciones políticas del régimen (como en el modelo alemán) o bien entre el
proletariado y burguesía en el ámbito corporativo (como en el modelo francés). Modelos
binarios de enfrentamiento, en los que la derrota de la burguesía deviene de un crecimiento
gradual de la fuerza electoral socialista o bien del colapso súbito consecuente a la huelga
general. La dimensión político-militar del enfrentamiento social, claramente legible en el
modelo clásico de 1848-50, no solamente no se desarrolló sino que fue eclipsado.
La base histórica de esta modificación en el modelo de las fuerzas y espacios de la lucha
revolucionaria era diferente en las distintas sociedades europeas. En Francia, la derrota de la
Comuna representa el establecimiento definitivo e la dominación política burguesa bajo su
forma republicana: la revolución burguesa ya había sido realizada.
En Alemania, y de manera análoga en Gran Bretaña, la revolución burguesa no dejaba de
realizarse -según la ironía de Engels "al compás de su melodía favorita: avanzando siempre,
lentamente"- pero no como acto de autonomía burguesa respecto del antiguo régimen sino
"desde arriba": a partir de las revoluciones de fines de los años 40, la burguesía alemana se
había declarado impotente, pactando con la monarquía prusiana que año tras año procedía a
realizar las tareas nacional-burguesas. No era, por tanto, imaginable una revolución proletaria
encabalgada en el proceso de revolución burguesa.
Sólo en Rusia, donde la autocracia zarista se mantenía inflexible, pese a que el capitalismo
se desarrollaba a un ritmo creciente, quedaban por realizar tareas burguesas sin que ellas
fueran asumidas "desde arriba" por el régimen.
La experiencia de las revoluciones había ilustrado a las burguesías europeas: si en alemania
optó por pactar con la monarquía, no era tanto a causa del temor al proletariado alemán como
debido al ejemplo dado por el proletariado francés; a su vez, tanto la autocracia zarista como la
burguesía rusa miraban hacia Alemania, la primera observando los avances inexorables de la
burguesía, la segunda ansiando el establecimiento de una monarquía constitucional.
En Rusia, se presentaban condiciones diferentes a las del resto de Europa : una burguesía
no republicana, como en Francia, sino monárquica-constitucionalista, como en Alemania, pero
que se enfrentaba a un zarismo resistente y no permeable a las tareas burguesas.
La situación planteada en Rusia se refleja teóricamente en las tesis leninianas de 1905 pero,
a la vez, precisamente esta posición de las fuerzas es la que es la que crea condiciones para
que Lenin pueda adoptar las tesis clásicas marxistas y adaptarlas a las condiciones rusas.

Nuevo modelo de fuerzas.

Empero, quedaba sin solución el problema del resto de las sociedades europeas donde las
tareas burguesas no tenían carácter revolucionario. El modelo leninista de 1905 para Rusia no
se podía generalizar. ¿ Cuál sería el desencadenante de la crisis de dominación allí donde la
burguesía ya había logrado su unidad convirtiéndose en clase dirigente ?
Hacia 1900, Rosa Luxemburgo -miembro del ala izquierda del partido socialdemócrata
alemán y al mismo tiempo de la sección polaca de la socialdemocracia rusa- comienza a
plantear su hipótesis de que la crisis revolucionaria se producirá en relación a la guerra
imperialista, desarrollo natural de la política y la economía de las grandes potencias.
La revolución rusa de 1905 -cuyos éxitos inducen a una breve temporada a la
socialdemocracia alemana a incluir la posibilidad de la huelga general revolucionaria en su
programa- y la inminencia de guerra imperialista, que se preparaba abiertamente en toda
Europa, determinan un punto de flexión en la lucha teórica del movimiento socialista : en los
sucesivos congresos de la Segunda Internacional el debate se centrará en las posiciones frente
a la guerra imperialista o, más precisamente, frente a la relación entre revolución proletaria y
guerra imperialista. En la lucha interburguesa se combinan los últimos combates contra el
antiguo régimen con los primeros de la guerra interimperialista.
En 1907, Lenin y Luxemburgo logran incluir, luego de intensas polémicas y con leves
modificaciones, el artículo final de la declaración del Congreso de Stuttgart según la cual :

"si existe la amenaza de que estalle la guerra, es deber de la clase obrera en los países
afectados, y deber también de sus representantes parlamentarios, hacer toda clase de esfuerzos
para evitar la guerra por los procedimientos que le parezcan apropiados, procedimientos que
naturalmente varían y se desarrollan con arreglo a la intensidad de la lucha de clases y a la
situación política general.
Si a pesar de todo estalla la guerra, es su deber intervenir a fin de ponerle término en
seguida, y con toda su fuerza
utilizar la crisis económica y política causada por la guerra
para agitar los estratos más profundos del pueblo y precipitar
la caída de la dominación capitalista" (33).

La posición frente a la guerra entre naciones y la posición frente a la burguesía de cada


país, cuestiones que hasta los primeros años del siglo XX habían sido consideradas como
aspectos separados, se proponía ahora como un único problema: la actitud revolucionaria
frente a la crisis de la dominación capitalista.
Esta nueva forma de planteo, aparecía, al mismo tiempo, como el principio de solución al
problema de la oportunidad revolucionaria. El esquema del enfrentamiento bipolar es
abandonado y resurge un modelo tripartito, como el vigente hasta la época de la Comuna
pero, ahora, la crisis esperada no devendría en un enfrentamiento entre burguesía y antiguo
régimen, sino de una guerra entre la burguesía imperialista de diversas naciones.
En realidad, en 1871 el proceso revolucionario ya había respondido a un modelo de ese
tipo, donde la secuencia de la revolución burguesa-revolución proletaria se produce en un
contexto de la situación de guerra entre naciones. El modelo se había verificado con la guerra
ruso-japonesa, cuando en medio de continuas derrotas del imperio zarista eclosiona la
revolución de 1905. Sin embargo, sólo a partir de 1914, se crean las bases para la formulación
completa de relaciones las condiciones de la revolución proletaria con la situación de guerra
imperialista: esta teoría volverá a ser confirmada con la revolución de 1917 en Rusia, más

33
- G.D. Cole : "Historia del pensamiento socialista".
tarde en Alemania y Hungría.
La teoría del imperialismo, la propia situación de la lucha de clases y las tradiciones
políticas de las masas rusas permiten a Lenin leer la experiencia de la Comuna y las posiciones
de Marx y Engels respecto a ella, con otra perspectiva.
Pero, en 1871, el capitalismo encontraba el límite entre dos épocas: el imperialismo
moderno libraba apenas las primeras batallas para lograr su constitución y todavía no se había
formulado una teoría que diera cuenta de los nuevos fenómenos sociales de esta última fase
del capitalismo, de su carácter necesariamente expansivo y agresivo.
Las nuevas condiciones revolucionarias, que se hacían presentes embrionariamente,
eran todavía conceptualizadas en términos de las antiguas, con las cuales aparecían
entremezcladas en la realidad.
Los problemas no resueltos respecto a la Comuna generan un desvío teórico que terminará
por constituir el discurso reformista. Solo hacia 1900 y con referencia a Rusia, donde las
nuevas y las antiguas condiciones de la revolución vuelven a combinarse de manera explosiva,
se ha realizado la acumulación histórica-teórica que permite actualizar la teoría clásica de la
revolución proletaria del siglo XIX y retomar el proceso de su desarrollo.
Capítulo IV

EL OBSTACULO

Lugar del error.

A principios de 1900, el tema de la guerra comienza a incorporarse de manera rigurosa al


modelo de la revolución proletaria y la lucha de clases. Los desarrollo teóricos y prácticos de
30 años precedentes habían sido fragmentados como los instrumentos de lucha que se
privilegiaban.
En consecuencia, no avanzaron en el descubrimiento de las nuevas formas en las cuales
habría de realizarse, históricamente, la revolución proletaria. Por el contrario, retrocedieron
respecto a las hipótesis elaboradas por Marx y Engels hacia 1850 (34), al abandonarse las
premisas que suponían como condiciones necesarias de la toma del poder tanto el carácter
armado de los enfrentamientos entre las clases como la instrumentación de la crisis interna en
la clase dominante.
Si bien el movimiento socialista mantuvo, formalmente, el concepto de revolución, fue
modificado su contenido: bajo ese nombre se formularon los argumentos teóricos que
expresaban y legitimaban el proceso de subordinación de sustanciales capas proletarias al
régimen de dominación del capital financiero-imperialista.
El rol asumido por la casi totalidad de los partidos socialistas y los sindicatos ante la guerra
imperialista mostró que el reformismo había dado consistencia teórica a la incorporación y
encuadramiento de sectores proletarios en nuevas instituciones que otorgaban hegemonía al
capital financiero.
Desvío de la teoría revolucionaria, por una parte, y retroceso político, por otra, en la medida
en que progresaba la formación e influencia del reformismo.
La derrota de la Comuna había actuado como factor de obstrucción en el desarrollo
de la teoría revolucionaria.
La imagen de la derrota era el contexto que tenía la lectura de la experiencia histórica:
había inducido a una lenta disolución de núcleos teóricos revolucionarios y a su reformulación
como teorías del cambio social gradual, interno al régimen capitalista.
Pero ¿ cuál había sido el lugar del error ? Señalar una suerte de efecto de
enceguecimiento provocado por el "fracaso" no basta obviamente para detectar qué es lo que
se había dejado de ver.
Este lugar no puede estar situado en un espacio "externo" al discurso revolucionario;
por el contrario, es en éste espacio y, precisamente, en la "zona" próxima a la cuestión de la
Comuna, donde debe ser detectable esa fractura que marca el sesgo hacia aquellas
formas teóricas que producirá el movimiento socialista en las últimas décadas del siglo XIX.
En consecuencia, la pregunta que orienta este capítulo es: ¿Cómo plantearon los clásicos el
problema de la victoria o la derrota comunera?
En los textos de Marx y Engels que han estado a nuestra disposición, pueden distinguirse
dos aspectos: el primero, referido a las conductas que las fuerzas revolucionarias debían o no
asumir en distintas situaciones (la oportunidad de iniciar el enfrentamiento armado o la toma
del poder, la necesidad de emprender una ofensiva o la conveniencia de concertar el

34
- "Mensaje del Comité central a la Liga de los Comunistas".
compromiso); el segundo, referido a la definición de la situación misma, a las condiciones en
las que actúan las fuerzas revolucionarias.
Si se analiza la primer vertiente, pueden detectarse tres momentos claramente diferenciados
en las cuales se formulan tesis contrapuestas:
En efecto, luego de declarada la república del 4 de septiembre de 1870, tanto Marx como
Engels previenen fuerte y desesperanzadamente contra el intento de derrocar a la burguesía
(35), promovido por los sectores liderados por Augusto Blanqui.
Poco después, una vez instaurada la Comuna el 18 de marzo de 1871, Marx reclama "una
ofensiva enérgica contra Versalles". En este período, el error de la Comuna había sido la
sobrevaluación de las tareas políticas, en detrimento de las específicamente militares. El
Comité Central -según este punto de vista- debió haber asumido todo el poder que le daba la
representación de los batallones federados en la Guardia Nacional, no delegarlo en
representantes políticos municipales de la Comuna, y atacar Versalles antes que la burguesía
coaligada ahora con los terratenientes, reconstruyera su fuerza militar.
Esta argumentación inequívoca -en la que Lenin se apoyará en 1905- será revocada, sin
embargo, algunos años más tarde. En 1881, Marx sostiene que habría sido un error pretender
la definición de un combate en lugar de buscar un "compromiso" (36).

Como se observa en estos textos, la interpretación de la derrota se centra en los


movimientos comuneros, en su oportunidad, ritmo y objetivos. Sus comportamientos en
relación al enfrentamiento armado con la burguesía, habrían sido incorrectas, por exceso en
1870, por defecto en 1871 y nuevamente excesivas según el análisis de 1881.

Una respuesta variable y contradictoria respecto de la táctica revolucionaria del


proletariado parisino; eludir el combate, lanzarse decididamente hacia él dada su inevitabilidad
o bien, arribar a un compromiso con el enemigo de clase.

35
- "Si algo puede hacerse en París, es impedir un levantamiento de los
obreros antes de que concluya la paz...Si resultasen ahora victoriosos al
servicio de la defensa nacional tendrían que cargar con el legado de Bonaparte
y de la actual República piojosa, y serían estérilmente aplastados por los
ejércitos alemanes y retrasados por otros veinte años...Sería locura luchar
contra los prusianos para la burguesía...Pero ¿no se dejarán extraviar
nuevamente bajo la presión del ataque exterior, proclamando la república
social en vísperas de la toma de París ?". "De Engels a Marx, 12 de septiembre
de 1870".
"Cualquier intento de derribar al nuevo gobierno en el trance actual, con el enemigo llamando casi a las puertas de
París, seria una locura desesperada. Los obreros deben cumplir con su deber de ciudadanos...". "Marx, Segundo
Manifiesto de la AIT, 9 de septiembre de 1870".
36
- "Quizás usted piense en la Comuna de París; pero aparte de ésta
simplemente fue el levantamiento de una ciudad en condiciones excepcionales,
la mayoría de la Comuna no era ni podía ser socialista en ningún sentido. Pero
con una pequeña dosis de sentido común podrían haber llegado a un compromiso
con Versalles útil al conjunto del pueblo y que era lo único que en esas
circunstancias podía obtenerse. La sola apropiación del Banco de Francia
habría bastado para que todas las pretensiones de la gente de Versalles
terminaran en un terror, etc, etc..". "De Marx a Domela Nieuwhuis, 22 de
Febrero de 1881".
Este planteo instala a la oposición "combate/compromiso" como eje explicativo de la
derrota comunera, aunque con valoraciones opuestas según el momento.
El movimiento socialista asumió doctrinariamente esta polaridad que definió el eje
polémico de los años posteriores y orientó a las tendencias que en su seno se enfrentaban.
La oposición "combate/compromiso" fue reificada en la conciencia del movimiento
socialista y se convirtió en una aparente clava para la resolución de la coyuntura
revolucionaria. Por otra parte, la tendencia hacia el compromiso fue tornándose dominante en
las esferas partidarias.

Lo nuevo : el modelo perturbado

Desde la perspectiva actual, esta incongruencia puede ser concebida de un modo diferente.
Según nuestro enfoque, estas posiciones variables son un síntoma, en el plano de la
doctrina, de situaciones nuevas, de condiciones revolucionarias originales.
Por otra parte, la contradicción que se detecta en el pensamiento de los clásicos puede ser
utilizada como una pista, que permite rastrear el modelo teórico invariante que la ha
generado y, al mismo tiempo, inferir cuáles eran las nuevas condiciones que este modelo no
logra incorporar.
Puede observarse que, en todo momento, lo determinante de la táctica propuesta por los
clásicos es la imagen que tiene de la situación de enfrentamiento de clases simultáneo a un
enfrentamiento entre naciones.
Los clásicos piensan a la guerra entre naciones como una perturbación del modelo de
revolución que históricamente se había perfilado. Según este enfoque la revolución
proletaria se desarrolla en secuencia a una revolución burguesa contra el antiguo régimen.
Pero sucede que, en el caso de la Comuna, el proceso revolucionario no se desarrolla al
margen de la guerra entre naciones. Respecto del modelo clásico de revolución, esta guerra
"nacional" es considerada como un elemento anómalo, al que se le otorga la jerarquía teórica
de "accidente", "accidente decisivo y desfavorable" (37) o "condición excepcional". Los
clásicos no incorporan la guerra entre naciones a la perspectiva teórica de la revolución,
mientras que, en la realidad, el proceso revolucionario se había inscripto en las condiciones de
ese tipo de guerra.
Por el contrario, frente a este "accidente" de la guerra entre naciones, más precisamente de
la victoria prusiana sobre el Imperio y la república francesa, tanto Marx como Engels
previenen, antes de la Comuna, contra el derrocamiento de la burguesía. En septiembre de
1870, Marx considera que "sería locura luchar contra los prusianos para la burguesía" (38) y
también que "derribar al nuevo gobierno en el trance actual, con el enemigo llamando casi a
las puertas de París, sería una locura desesperada" (39). Once años más tarde, Marx critica,

37
- "Este vez el accidente decisivo y desfavorable no ha de buscarse en
modo alguno en las condiciones generales de la sociedad francesa sino en la
presencia de los prusianos en Francia y en su posición justo frente a París.
Esto lo sabían bien los parisienses. Pero también lo sabía la canalla burguesa
de Versalles. Precisamente por esta razón pusieron a los parisienses la
alternativa de aceptar el reto o entregarse sin lucha". "De Marx a kugelmann
17 de abril de 1871".
38
- "De Engels a Marx", 121X1870.
39
- Marx, II Manifiesto de la AIT, 91X1870.
menos enfáticamente, la falta de "sentido común" de los comuneros, cuyo compromiso con
Versalles podría haber sido "útil al conjunto del pueblo y... era lo único que en éstas
circunstancias podía obtenerse" (40).
El "accidente" o "condición excepcional" conducía, según la imagen de los clásicos, a un
enfrentamiento inevitable del proletariado parisino con el enemigo externo -vale decir el
proletariado y el campesinado alemán uniformados- y a una derrota segura.
Sin embargo, en pleno curso de la Comuna, en Abril de 1871, Marx señala que "tratar de
que no se desencadenase la guerra civil' era también una "locura" o al menos un "exceso de
honestidad" y de "escrúpulos de conciencia", ya que el rearme de la burguesía francesa sería
favorecida por los prusianos y que la desición burguesa de combatir ya se había manifestado
en el intento de desarme de la guardia Nacional.

El pensamiento de los clásicos, del mismo modo que la acción del proletariado parisino
(aunque en distintos momentos y frente a diferentes situaciones), parecen atrapados entre
tendencias contradictorias que se traducen en la remisión al argumento de "la locura" o en un
comportamiento político-militar errático, respectivamente.
Concebido como un elemento ajeno a la revolución,por parte de los clásicos, y vivido como
un desgarramiento de lealtades, por parte de las masas, el enfrentamiento entre naciones
vinculado al enfrentamiento de clases obtura el desarrollo de la teoría y de la práctica
revolucionaria.

La fuerza y la persistencia de este modelo teórico respecto de la Comuna, que asume a la


guerra entre naciones como una condición accidental o excepcional en el proceso de la
revolución proletaria, puede ser ilustrado incluso con un ejemplo extraído de Rosa
Luxemburgo, (en 1899), uno de los teóricos que posteriormente más contribuyeron a
derogarlo :
"...la toma del poder político por el proletariado, es decir por una gran clase popular, no se
produce prematuramente. Presupone (con excepción de los casos como la Comuna de París,
cuando el poder no fue obtenido por el proletariado tras de una lucha conciente para lograrlo,
sino que cayó accidentalmente en sus manos después de haber sido abandonado por todos los
demás) un grado definido de madurez de las relaciones político económicas" (41).
Hemos llegado al punto preciso de la obstrucción teórica que insume al movimiento
socialista 40 años, hasta ser levantado por Lenin a través de su tesis respecto de la guerra
imperialista: utilizar el armamento del pueblo para constituir el ejército del pueblo; contribuir
a la derrota del propio gobierno; fraternización con las tropas del enemigo; paz aún a costa de
concesiones territoriales; en suma, transformar la guerra imperialista en guerra civil.
Pero, en la década de 1870 las condiciones económicas, políticas y sociales que harían
posible la elaboración de estas tesis leninianas apenas comenzaban a esbozarse: la guerra
franco prusiana señalaba precisamente el inicio de la formación del capital financiero.
En aquél entonces, las imágenes nacionales mantenían el vigor entre las vanguardias
revolucionarias: mientras los blanquistas intentaban derrocar a la república burguesa para
mejor defender a la "patria en peligro" del enemigo prusiano, Marx y Engels, no lograban
convertir en una táctica revolucionaria específica aquello que la burguesía inauguraba con la
guerra francoprusiana y que ellos mismos acababan de advertir :

40
- "Marx a Nieuwenhuis".
41
- "Reforma o Revolución". Rosa Luxemburgo, 1899.
"el hecho sin precedente de que en la guerra más tremenda de los tiempos modernos el
ejército vencedor y el vencido confraternicen en la matanza común del proletariado, no
representa, como cree Bismark, el aplastamiento definitivo de la nueva sociedad que avanza,
sino el desmoronamiento completo de la sociedad burguesa. La empresa más heroica que aún
puede acometer la vieja sociedad es la guerra nacional. Y ahora viene a demostrarse que ésto
no es más que una añagaza de los gobiernos destinada a aplazar la lucha de clases, y de la que
prescinde tan pronto como esta lucha estalla en forma de guerra civil. La dominación de clase
ya no se puede disfrazar bajo uniforme nacional; todos los gobiernos son uno sólo contra el
proletario" (42).

42
- "La guerra civil en Francia".
Capítulo V

EL PROBLEMA DEL PODER

¿ Por qué los soviets no toman el poder ?

Con la revolución de febrero de 1917, que derroca a la monarquía zarista, y la asunción de


un gobierno burgués, las tesis leninistas acerca de las consecuencias de la guerra imperialista
comenzaron a tomar cuerpo.
Las continuas derrotas en el frente habían resquebrajado hasta tal punto la disciplina de los
ejércitos imperiales que los soldados forman comités autónomos respecto de la jerarquía
militar e incluso controlan las iniciativas de la oficialidad. Lo mismo sucedía en los cuarteles
de las grandes ciudades donde, por otra parte, la policía política zarista fue dispersada.
Desmanteladas las instituciones fundamentales de la autocracia, el nuevo gobierno carecía
de todo título propio, jurídico o teológico, heredado del pasado: su legitimidad devenía de un
acto de fuerza inmediato. Pero esa fuerza le era ajena : quienes disponían o al menos
condicionaban el uso de la violencia armada eran nuevas instancias organizativas, los comités
que agrupan a los obreros fabriles y a las tropas de los ejércitos de guerra, los soviets de
diputados obreros y soldados, a los que pronto se sumarán los soviets campesinos.
Lenin lanza su nueva consigna estratégica "todo el poder a los soviets", cuyo significado,
fuentes y consecuencias trataremos de investigar de aquí en adelante.
El aspecto más sorprendente de esta consigna es que, a primera vista, parece señalar un
vuelco radical en la perspectiva de Lenin respecto de la cuestión de la inevitabilidad de la
guerra civil en el proceso revolucionario; en efecto, "todo el poder a los soviets" es según
Lenin "la consigna del desarrollo pacífico y ascensional de la revolución" (43).
Pero el desplazamiento del tema de la guerra por el tema del poder, concebidos como
opuestos, es sólo aparente. Por el contrario, lo que se observa durante 1917 es la
profundización de la tendencia a la integración de campos teóricos de la guerra y el poder,
enmarcada en la teoría de la lucha de clases, cuyas primeras manifestaciones ya se señalaron
respecto de los períodos anteriores. En realidad, la situación creada desde febrero imponía
sobre nuevos problemas: ya no se trata de concebir la vía de acceso al "armamento del
pueblo", de teorizar sobre las condiciones en las cuales las masas podrían constituir una
fuerza armada. Este hecho ya se había producido.
Las preguntas que Lenin buscará responder refieren precisamente a un momento posterior
al armamento del pueblo : ¿ qué significan los soviets, esos organismos representativos,
elegidos libremente por los soldados en sus batallones, por los obreros urbanos en sus barrios
y pronto los campesinos en las diversas regiones, pero que, también libremente, otorgan su
43
- "Según parece no todos los partidarios de la consigna "Todo el poder a
los soviets" se daban clara cuenta de que se trataba de la consigna del
desarrollo pacífico y ascensional de la revolución. Y al decir pacífico no nos
referimos sólo a que ninguna clase, ninguna fuerza importante hubiera podido
oponerse al paso del poder a los soviets e impedirlo. El desarrollo pacífico
también se hubiera podido realizar entonces en el sentido de que la lucha de
clases y de partidos dentro de los soviets, una vez que estos partidos se
hubieran hecho cargo de todos los poderes del estado, se habría desarrollado
del modo más pacífico y menos doloroso". "Acerca de las consignas".
colaboración al gobierno burgués ? A la inversa de los sucedido en 1905. El problema no gira
ahora en torno de la formación de fuerza material -de una fuerza armada del proletariado- sino
de su "fuerza moral". ¿ Cómo lograr que los soviets "tomen todo el poder" ?
Nuevamente el ejemplo histórico de la Comuna se inscribe como fuente de reflexión para
Lenin, pero ahora en relación a una teoría del poder y del estado.

Los teóricos reformistas habían cosificado la noción de poder, y la habían reducido a


instituciones del estado burgués, es decir, a la manifestación del poder en su forma conocida y
establecida; por lo tanto, sólo podían percibir en los soviets formas convencionales de
expresión política parlamentaria, o corporativa gremial, inscriptas en el régimen de
dominación y destinadas a legitimarlo y sustentarlo.

El poder que no se ve.

Los elementos de análisis de Marx acerca de la forma específica que asume el "poder" en el
estado de la Comuna permiten a Lenin definir a los soviets de un modo sustancialmente
opuesto, como "órganos de poder", "poder directo de los obreros armados y organizados",
"violencia organizada frente a la contrarrevolución", "órganos de insurrección" (44).
Estas definiciones, diferentes en su énfasis, permiten observar, en primera instancia, el
enfoque teórico que queremos destacar: la noción de "poder" aparece asociada con la
"fuerza", específicamente con la de fuerza social de clase,y con la de combate, o sea, con un
enfrentamiento de fuerzas, con la fuerza social puesta en acción. Los soviets son definidos
como poder en la medida en que expresan la fuerza material, en este caso, una fuerza armada
de las masas populares.
Actualmente, esta perspectiva podría parecer obvia, pero no era en absoluto evidente en
1917 cuando se analizaba dentro del horizonte teórico del reformismo, que dominaba en los
partidos mayoritarios en Rusia, ya que la única experiencia histórica que podía fundar una
perspectiva teórica diferente, era asumida por lenin, era la de la Comuna de París. Pero, como
se ha visto, tanto su práctica como la teoría que sobre ella se constituyó, era despreciada por
los reformistas.
Los comuneros habían inventado un nuevo tipo de "poder", que Marx conceptualizó como
"la política, por fin descubierta, de la emancipación del proletariado". Lenin recoge los rasgos
esenciales de la Comuna como estado de nuevo tipo, detectados por Marx, y los utiliza en
calidad de instrumentos de observación, en su análisis de los soviets : iniciativa directa de las

44
- "El soviet de diputados obreros no es una organización gremial como lo
quiere la burguesía. El pueblo lo considera de otro modo y mucho más
acertadamente; ve en él un órgano de poder". "Conferencia del POSDR (b)".
"Este poder es un poder mismo tipo que la Comuna de París de 12871". "Acerca de la dualidad de poder".
"El papel de los soviets, la significación de esta dictadura (de obreros y campesinos según el modelo de la
Comuna de París) es la violencia organizada frente a la contrarrevolución, la defensa y las conquistas de la mayoría y
apoyándose en las mayorías". "Conferencia del POSDR de la ciudad de Petrogrado".
"Pero surge una pregunta: ¿ que deben hacer los soviets de diputados obreros? Deben ser considerados como
"órganos de la insurrección, como órganos del poder revolucionario". Este principio teórico, deducido de la
experiencia de la Comuna de París de 1871 y de la revolución rusa de 1905, debe ser aclarado y desarrollado con
mayor concreción basándose en las indicaciones prácticas precisamente en la época actual, precisamente de la
revolución actual en rusia. "Carta desde lejos. Acerca de la milicia proletaria".
masas populares, armamento directo del pueblo, gobierno directo del pueblo (45).
En este nuevo concepto de "poder", la fuente de poder es remitida a la acción y a las
fuerzas de los sujetos sociales vivientes, desnudando la apariencia jurídica que la teoría
burguesa pretende establecer como fundamento. En la conceptualización de Lenin el poder no
es algo dado, sino que refiere a un producto o resultado de una relación dinámica de fuerzas, a
una confrontación. La fuente de esta producción es la "iniciativa directa de las masas
populares", la fuerza de masas puesta en movimiento.
De este modo, Lenin reemplaza la metáfora espacial vertical y estática de poder, inducida a
través de la tecnología jurídica-política burguesa, por la imagen de un territorio en lucha.
No identifica en la génesis del poder una fuente situada en lo "alto", desde donde emanan las
leyes y disposiciones que tienen la pretensión de ser un presupuesto de la sociedad y que son
representadas como si estuvieran por encima y al margen de las acciones y las luchas reales de
clases. Lo considera un campo de enfrentamientos, de apropiaciones, de "tomas" de territorios,
de batallas libradas, de fuerzas enemigas vencidas.
Si el poder es pensado como producto de una relación de lucha entre fuerzas sociales, los
soviets podían ser considerados como "órganos de poder" en la medida en que expresaban el
proceso de formación de la fuerza organizada de las masas, la "violencia organizada de
obreros y campesinos".
Lenin pone especial énfasis al señalar lo que considera, a la vez, el fenómeno nuevo y la
diferencia específica entre la fuerza de masas que se había expresado como poder en la
Comuna y la fuerza que se manifiesta en el poder del estado burgués. La distinción reside en el
tipo de relaciones que articulan a una y otra fuerza.
A través de las relaciones de carácter burocrático, los individuos de las clases populares
eran organizados y armados, pero la utilización de la fuerza producida de este modo quedaba
necesariamente subordinada al interés de clase de la burguesía: una jerarquía privilegiada de
funcionarios, ligados por múltiples lazos a las clases proletarias, establecía las metas en cuya

45
- "Cuál es el carácter político de este gobierno? Es una dictadura
revolucionaria, es decir un poder que se apoya directamente en la conquista
del mismo por vía revolucionaria, en la iniciativa directa de las masas, del
pueblo, desde abajo, y no de la ley promulgada por el poder centralizado del
estado. Es un poder completamente diferente del de la república parlamentaria
democráticoburguesa que impera como tipo general hasta ahora en todos los
países más avanzados de Europa y América. Esta circunstancia se pasa no pocas
veces por alto, no se medita sobre ello, cuando en ella reside la esencia del
problema. Este es un poder del mismo tipo que la Comuna de París de 1871."
"La fuente del poder no está en la ley previamente discutida y acordada por un parlamento, sino en la iniciativa
directa de las masas populares, desde abajo y en las localidades, en la `toma' directa de poder, para emplear un
término en boga".
"Los funcionarios, la burocracia, son sustituidos también por el gobierno directo del pueblo o , al menos se
someten a control, especial, y transforman en simples mandatarios, no sólo elegibles sino que pueden ser removidos en
todo momento, en cuanto el pueblo lo exija; se transforma de casta privilegiada, con una elevada retribución, con una
retribución burguesa de sus "puestitos" en simples obreros de una `especialidad' particular,cuya remuneración no
excede del salario corriente de un obrero calificado".
"Sustitución de la policía y el ejército, como instituciones separadas del pueblo y contrapuestas a él, por el
armamento directo de todo el pueblo; en este estado el orden público está bajo el amparo de los mismos obreros y
campesinos armados, del pueblo mismo en armas."
"En ésto y sólo en esto radica la esencia de la Comuna de París como tipo específico de Estado". "Acerca de la
dualidad de poder".
obtención se empeñaba a la fuerza social bajo su mando.
Por medio del nuevo tipo de vínculos sociales articulados por la Comuna, se hacia lo
posible una organización "directa" de la fuerza, es decir, no mediada por funcionarios
"separados del pueblo y contrapuestos a él", que coincidiera "con el pueblo mismo en armas"
o bien quedara sujeta a su control.
Estos rasgos, que refieren a la "fuente" de poder, a la fuerza social misma y a su tipo
específico de articulación, detectados también en los soviets permiten a Lenin definirla como
"órganos de poder" y como un nuevo tipo de poder, como "embriones de estado del tipo de la
Comuna de París" (46).
La capacidad de Lenin para percibir a los soviets como "poder" proviene de la teoría y esta
teoría fue construida a partir de la Comuna. Este punto de partida es de suma importancia, ya
que el carácter del poder de los soviets no se presenta como autoevidente. La dificultad para
percibir a los soviets como poder provenía exclusivamente del reduccionismo teórico que los
reformistas identificaban el concepto de poder con el ámbito del estado burgués: también en la
realidad, el comportamiento de los soviets con respecto al gobierno los hacía aparecer como
"simples apéndices" del estado.
El "poder" de los soviets se presentaba en forma parcial y mediada, por consiguiente,
requería ser descubierto más allá de las conductas observables. Estas nuevas organizaciones
"formadas por delegaciones de la masa de los obreros y soldados armados libres, es decir, no
supeditados a ninguna violencia exterior"..."con la misma libertad entregan el poder a la
burguesía" (47).
En la práctica quedaba demostrado que el armamento del pueblo y la impotencia represiva
del estado no eran condiciones suficientes para la "toma directa" del poder por parte de las
masas. Si la constitución de una fuerza armada organizada en forma independiente por los
sectores populares había servido -de acuerdo al modelo previsto por la comuna como
indicador fundamental indicaba la existencia de un nuevo poder, para tornar inteligible la
conducta real de los soviets se hacía necesario desarrollar, en un segundo movimiento,esta
misma noción de poder.
En consecuencia, se hacia también necesario repensar las tesis respecto de la "revolución
como guerra", aunque -como se verá- no negando su carácter de "guerra", sino redefiniendo el
modelo teórico de la guerra dentro de un campo teórico más amplio.

46
- "Cartas sobre táctica".
47
- "Acerca de las consignas y Cartas sobre Tácticas".
Capítulo VI

PERIODIZACION: TEORIA Y ESTRATEGIA

La clases en lucha: un fenómeno siempre original

Frente al hecho de que los soviets, expresión de masas, "pueden pero no quieren" tomar el
poder, se hacía necesaria una especificación de la teoría que contemplara la peculiaridad de la
situación. Por eso, para resolver este problema Lenin no puede utilizar la teoría en forma
directa sino que debe realizar una serie de operaciones que le permitan desarrollarla. En
principio, utiliza la teoría acumulada para observar "la correlación de clases y
peculiaridades concretas de cada momento histórico (48).
Es decir, que no parte de una reducción de las clases a agregados estadísticos, censales, de
personas sólo definidas en términos de sus relaciones de producción o propiedad, una suerte
de estructura estática abstraída de las luchas, sino que las considera fuerzas en acción.
Fuerzas en devenir que se manifiestan en la confrontación de fuerzas. Por lo tanto, los
conceptos teóricos serán usados para observar estas "fuerzas sociales" a través de un conjunto
de indicadores, además de las relaciones de producción y propiedad. Por ejemplo, los
alineamientos de las fracciones sociales y sus cuadros, los medios que utilizan en los
enfrentamientos, los objetivos y metas que se trazan.
Esto tiene otra consecuencia: para ver estos indicadores de las

fuerzas sociales, debe mirarlas en acción, o sea, en los enfrentamientos. Al analizar


enfrentamientos, Lenin obtiene datos acerca de las fuerzas sociales, tal y como se
manifiestan en el campo de la lucha social, o sea, accede a una imagen de las clases con
sus grados históricos de unidad y de lucha.
Dado que los enfrentamientos no agotan su significado en la lucha misma, sino que éste
sólo hace presente completamente en sus resultados, se hace necesario leerlos a través de la
incidencia que tienen en otro plano de la correlación de fuerzas, el de las instituciones (49).

48
- "El marxismo exige de nosotros que tengamos en cuenta con la mayor
precisión y comprobemos con toda objetividad la correlación de clases y las
peculiaridades concretas en cada momento histórico. Nosotros los bolcheviques,
siempre nos hemos esforzado por ser fieles a ese principio, incondicionalmente
obligatorio si se quiere dar un fundamento científico a la
política"..."nuestra doctrina no es un dogma, sino una guía para la acción"
decía Marx y Engels, burlándose con justicia de quienes aprendían de memoria y
repetían, sin haberlas digerido "formulas' que, en el mejor de los casos, sólo
podían trazar las tareas generales, que necesariamente cambian en
correspondencia con la situación política y económica concreta de cada período
particular del proceso histórico". "Cartas sobre Táctica".
49
- "La apreciación concreta, marxista, de la situación exige ahora tener
en cuenta no sólo las clases sino también las instituciones". "Esbozo de un
artículo o intervención en defensa de las Tesis de abril".
El plano de lo institucional se convierte en un campo de desciframiento de las luchas, una
instancia cuyo propio significado se revela en el cumplimiento de ciertas metas sociales, es
decir, nuevos enfrentamientos.
En consecuencia, si las clases se manifiestan como fuerzas en enfrentamientos en una
relación de fuerzas, si los enfrentamientos se comprenden por sus efectos sobre la correlación
de fuerzas en las instituciones y si éstas muestran su carácter en nuevos enfrentamientos, de lo
que se trata es de concebir un proceso total de enfrentamientos. Cada uno de los proceso
parciales que forman este proceso total, es denominado "período particular del proceso
histórico", por Lenin.
Para comprender este proceso y su tendencia, Lenin desarrolla una periodización de los
enfrentamientos, un ordenamiento de las sucesivas y diferentes confrontaciones que se
traducen en relaciones de fuerza y una posterior asignación de sus significados completos en
términos de clase concretos (
50
).

50
- El método que utiliza revela otro de los niveles de integración entre
la teoría burguesa clásica de la guerra y de la teoría de la lucha de clases:
la lectura de las enfrentamientos según tácticas y estrategias de clase, es
decir, según un ordenamiento articulado en términos de medios, objetivos y
metas de las fuerzas sociales, cuyo esquema se muestra en el cuadro I
Este modelo supone dos versiones diferentes, una para cada bando, que se funda en la ley descubierta por
Clausewitz acerca del distinto carácter y magnitud de las fuerzas ofensivas y defensivas.
Lenin coordina este modelo y sus propiedades formales desarrollado en relación a la lucha entre fuerzas armadas
estatales con otro contenido, el de las leyes de la lucha de clases. Estas leyes refieren a ciertas regularidades generales
que habían verificado las revoluciones políticas de la burguesía desde 1789 hasta 1781.
Estos proceso habían presentado fases de desarrollo como las que ilustra el cuadro II.
Definidos los grupos sociales A, B, C, D, E, que se encuentran en este orden en cuanto a "poder", el grupo B busca
expandir su poder a expensas del grupo A, para lo cual se alía con C y D (1)
El grupo A busca entonces revertir la situación aliándose con C,

CUADRO I

G U E R R A
ÚÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄ¿ ÚÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄ¿
³ Medio ³ ³ ³
³ de la ÃÄÄÄÄÄÄ´ ³
³ Política ³ ³ ³
ÀÄÄÄÄÂÄÄÄÄÄÙ ³ ³
³ ³
³ Enfrn.1 ³
³ ÚÄÄÄÄÄÄ¿ ³
ÚÄÄÄÄÁÄÄÄÄÄÄ¿ ³Medio1³ Enfr.2 ³
³Significado³ ÚÄÙ ÀÄÄ¿ ÚÄÄÄÄÄÄÄ¿ ³
³Táctico ³ ³ Objetivo1 ³= ³Medio2 ³ Enfr.N
³ ³ ÀÄ¿ ³ ³ ÀÄ¿ ÚÄÄÄÄÄÄÄÄÄ¿ ÚÄÄÄÄ¿
ÀÄÄÄÄÂÄÄÄÄÄÄÙ ³ Meta ÚÄÙ= ³Objetivo2³ = ³Medio N ³ ³Mesa³
³ ÀÄÄÄÂÄÄÄÙ À¿ ³ ³ ³ ÚÙ ÀÄÄ¿
³ ³ Meta2ÚÄÙ = ³Objetivo ³ ³Política³
³ ÀÄÄÂÄÄÄÙ ÀÄÄÄÂÄÄÄÄÄÙ ÀÄÄÄÄÄÄÄÄÙ
³ ³ ³ ³
Este método de periodización táctico-estratégica de la lucha de clases permite a Lenin
formular hipótesis acerca del carácter de cada fase del período en curso y construir, sobre la
base de ese conocimiento, la estrategia revolucionaria. Sin embargo, antes que pueda hacerlo
deberá cumplir otros pasos, construir otras mediaciones. El supuesto que funda esta

ÚÄÄÄÄÄÄÄ¿ ÚÄÄÄÄÄÄÄÄÄ¿ ÚÄÄÄÄÄÄ¿ ³


³ Medio ÃÄÄ ³ ObjetivoÃÄÄÄÄ ³ Meta ÃÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÙ
ÀÄÄÄÄÄÄÄÙ ÀÄÄÄÄÄÄÄÄÄÙ ÀÄÄÄÄÄÄÙ
SIGNIFICADO ESTRATEGICOÚÄÄÄ
CUADRO II

|-----|
1. A <--B C D E
|---------|

|---------| 2. A -->B C D E

|----| |---|
3. A B C D E o bien A B<--C D E
^---------| |---| |---|

4. A--- B--- C<-- D---E O bien A---B---C-->D---E

5. A--- B--- C D E
|--------|

6. A--- B--- C--> D E

7. A--- B--> C D E

en base a aquellos aspectos en que éste entre en contradicción con B(2).


Tenemos que, entre los intereses que ofrecen llenar A y B, se han completado todos los intereses de C, que entonces
se apoya en D para derrotar bien a A o a B (3), con lo que queda establecida como clase dirigente. Pero para ello es
preciso que realice cierta porción de intereses de D, que a su vez llamará a E, o bien E, que antes no figuraba en el
reparto, hará su aparición dada la situación general.
Una vez que C se ha impuesto sobre A y B, buscará aliarse con ellas en contra de D y E, para que no se repita un
proceso del tipo desencadenado por B, al que debe su actual posición. Por su parte, D y/o E pueden intentar desplazar a
C, si sus intereses no se ven expresados en absoluto y continuar la revolución o bien pueden ser derrotados por una
alianza de A,B y C, lo cual depende del grado en que sus fuerzas sociales hayan sido aniquiladas
en el curso de la revolución emprendida por C (4).
En el primer caso, el proceso prosigue en su trayectoria ascendente, en el último adquiere carácter regresivo.
Si esto último sucede, la derrota comienza por E (5), luego A, B y C se unifican contra D(6) . Por fin, si A y B
logran unificarse contra C y vencen, el proceso regresivo termina en una restauración (7).
Pero la restauración nunca devuelve las relaciones del momento previo, porque la sucesión de alianzas y
enfrentamientos se ha convertido en conocimiento social para C, D y E. El "poder" ha perdido su halo sacralizador, su
apariencia invulnerable y por último porque, para vencer, las capas superiores han debido fracturar la unidad de las
inferiores en el enfrentamiento, expresando determinados intereses parciales como éstas.
Las distintas revoluciones se distinguen por el momento en que se detienen y por el nivel de aniquilación social y
política de los grupos enfrentados.
La ley que rige estos proceso ascendentes y descendentes de la lucha de clases es aquella que postula la vinculación
entre los grados de unidad interna de las fuerzas de clase y las relaciones que se establecen entre fuerzas de clase.
perspectiva es que existen tácticas y estrategias de clase objetivas en la sociedad, que la
sociedad puede ser entendida como un espacio de lucha de distintas estrategias de clase, que
buscan imponer sus metas.
Por lo tanto, Lenin utilizará para comprender las tácticas y estrategias de las distintas
fracciones de las fuerzas sociales. Este análisis le permite acceder al carácter concreto de las
clases: no sólo lo que son, sino lo que serán o al menos , podrán ser.
Coordinado con la teoría de la lucha de clases, el análisis estratégico, le permite percibir la
congruencia e incongruencia entre los medios y objetivos observables y las metas de clase
definida teóricamente. o sea el interés de clase.
De este modo, Lenin, basándose exclusivamente en un ordenamiento de medios, objetivos
y metas, puede hacer hipótesis acerca de si el interés de clase de las masas será expresado a
través de la orientación que están tomando los enfrentamientos y las alianzas, con
independencia de lo que los actores dicen o piensan.
La periodización sirve aquí para comprender el momento de las crisis en las
orientaciones estratégicas adoptadas objetivamente por las masas y de las conducciones
que las encarnan, en la medida que fracasen, que no se muestren capaces de satisfacer los
intereses de clase que habrán de emerger como consecuencia de la obtención de determinados
objetivos.
Es decir, previamente a la construcción de la estrategia revolucionaria, Lenin trata de
obtener un conocimiento acerca de la estrategia burguesa, la proletaria, y en general, de las
distintas fracciones sociales. Existe además una función que le confiere decisiva importancia a
estos procedimientos : la redefinición de la teoría acumulada, la crítica de los conceptos
utilizados en la propia periodización.
La reiteración de estos fenómenos de ascenso y descenso, otorga a los procesos
revolucionarios un carácter de un experimento -desde el punto de vista de las clases
revolucionarias- en la medida en que el conocimiento extraído se convierte en la conciencia de
las masas y en teoría científica que se aplica a un experimento posterior.
Pero, en otro sentido, dado que nunca se repite de la misma manera, la intervención en el
proceso requiere que sus aspectos nuevos sean incorporados a la teoría durante el propio
proceso y no solo a posteriori (51).
Como veremos, Lenin realiza todos estos pasos -periodización de los enfrentamientos,
determinación de la estrategia y las tácticas de las clases y redefinición de los conceptos y
modelos a fin de explicar situaciones originales- como condiciones necesarias para la
formulación de la estrategia y las tácticas revolucionarias.

51
- "Las consignas y las ideas bolcheviques han sido, en general,
plenamente confirmadas por la historia, pero concretamente las cosas han
sucedido de modo distinto a lo que (quienquiera que fuese) podía esperarse;
han sucedido de modo más original, más peculiar, más variado (...) el soviet
de diputados obreros y soldados: ahí tiene ustedes ya plasmada por la vida,
`la dictadura democráticarevolucionaria del proletariado y los campesinos' (en
cierta forma y hasta cierto punto).
Esta fórmula ha envejecido ya. La vida la ha sacado del reino de las fórmulas al reino de la realidad, la ha revestido
de carne y hueso, la ha concretado y con ello le ha dado una forma nueva (...). Ahora es necesario compenetrarse de la
indiscutible verdad de que el marxista debe tener en cuenta la vida misma, los hechos exactos de la realidad, y no de
continuar aferrándose a la teoría de ayer, que, como toda teoría, únicamente traza, en el mejor de los casos, lo
fundamental, lo general, y sólo de un modo aproximado abarca toda la complejidad de la vida". "Carta sobre
táctica".
¿ En qué consiste la estrategia revolucionaria, en el sentido leninista ? Partiendo de la
estrategia y tácticas objetivas de las masas, se trata de establecer una serie de medios,
objetivos y metas que permitan otorgar al proceso un carácter ascendente, pero sin vulnerar los
grados de unidad de clase hasta el punto en que puedan resultar contradictorios con ese
objetivo. La estrategia revolucionaria implica una relación crítica con la estrategia real de las
masas. Crítica que, para ser real y no verbal, debe construir los nexos y las mediaciones que le
permitan ser asumidas en la práctica de masas.
Y dado que la formación de conocimiento es un proceso teórico-práctico, la propia
estrategia ha de ser considerada el diseño de condiciones materiales e intelectuales para la
producción de experiencias de poder racionalizables por parte de las masas. Es decir, debe ser
entendida como un proceso de aprendizaje por medio de enfrentamientos (52).

Formación histórica de un nuevo concepto.

Veamos de qué manera se verifican estas afirmaciones en la actividad de Lenin.


Los enfrentamientos de fines del mes de febrero de 1917 se traducen en el plano
institucional en dos fenómenos : un cambio de la clase en el poder del estado, que es asumido
por la burguesía, como consecuencia de unión de todas las clases en contra de la monarquía
(53) y por otra parte, la formación de los soviets.
Hemos visto ya que estas instituciones son definidas como "órganos del poder proletario"
en base a su composición social y los rasgos específicos de su organización del tipo Comuna.
Lenin advierte, entonces, las necesidad de asumir teóricamente lo original de la situación;
el ascenso revolucionario ha hecho aparecer dos fuerzas sociales cuyos "poderes" coexisten,
uno que responde a la caracterización de "dictadura burguesa" y el otro, a la de "dictadura

52
- "En tiempos revolucionarios, millones y millones de hombres aprenden en
una semana más que en un año entero de vida rutinaria y soñolienta. Pues en
esto virajes bruscos de la vida de un pueblo se ven con especial claridad qué
fines persiguen las diferentes clases sociales. Todo obrero, todo soldado,
todo campesino conciente debe penetrar atentamente en las enseñanzas de la
revolución rusa; sobre todo hoy, a fines de julio, en que se ve claramente que
la primera fase de nuestra revolución ha terminado como un revés". "Enseñanzas
de la revolución".

53
- "En qué consiste pues, la primera etapa? en el paso del poder del
estado a la burguesía. Hasta la revolución de febrero-marzo de 1917 el poder
del estado en Rusia lo detentaba una vieja clase, la nobleza feudal
terrateniente, encabezada por Miguel Románov. Después de esta revolución el
poder se encuentra en manos de otra clase, de una clase nueva, a saber, la
burguesía.
El paso del poder del estado a manos de una clase a las de otra clase, es el primer síntoma, el síntoma principal,el
síntoma más importante de la revolución, tanto en el sentido estrictamente científico de este concepto, como en sentido
político práctico". "Cartas sobre táctica".
"El 27 de febrero, todas las clases se hallaron unidas contra la monarquía". "Acerca de las consignas".
"La peculiaridad de la situación consiste en que el gobierno de Guchkov Miliukov ha obtenido su primera victoria
con una facilidad extrema gracias a las tres condiciones principales que enuncio a continuación: 1) el apoyo del capital
financiero anglofrancés y de sus agentes; 2) el apoyo de parte de los mandos del ejército; 3) la organización ya
existente en toda la burguesía rusa en los Zemstvos, las instituciones urbanas, la Duma del Estado, los comités de
industria de guerra, etc". "Cartas desde lejos. Acerca de la milicia proletaria".
democrática revolucionaria de obreros y campesinos" fórmula política que Lenin había
anunciado durante la revolución de 1905. (54)
Pero estos dos poderes que, según el esquema de los procesos ascendentes de la revolución,
se suponían independientes entre sí, enfrentados y sucesivos, han aparecido simultáneamente
y, además, entrelazados. El "segundo gobierno" pacta con el primero, y voluntariamente
delega su poder en éste. Lenin acuña un nuevo concepto para describir esta situación a
incorporarla a su teoría : la dualidad de poder (55).
La noción de dualidad de poder describe la situación peculiar en la que, sin mediar la
posibilidad de ejercer coacción armada por parte de la burguesía sobre las masas, esta clase
logra mantenerse en el poder del estado, imponiendo su voluntad y metas políticas.
El proceso revolucionario se encuentra en una fase tal que la burguesía no podrá iniciar un
movimiento regresivo y "ni siquiera mantenerse en el poder sin restaurar antes" sus fuerzas
armadas 56. Por lo tanto el proceso tiene planteado una nueva fase ascendente de
características también peculiares en razón de que la burguesía está desarmada.
Pero, a su vez, la situación de dualidad de poder requiere ser estudiada y explicada en
términos del proceso de lucha de clases. Lenin analiza la génesis de la dualidad de poder y
detecta que la revolución ha incorporado súbitamente al movimiento a una "masa amorfa"
cuyo carácter de clase es pequeñoburgués (57).

54
- "La dictadura democrática revolucionaria del proletariado y del
campesinado, ya había sido realizada en la revolución rusa, puesto que ésta
fórmula prevé solamente una correlación de clases, y no la institución
política concreta que realiza esta correlación, esta colaboración. El soviet
de diputados obreros y soldados: ahí tiene ustedes ya plasmada por la vida, la
"dictadura democráticarevolucionaria" del proletariado y los campesinos".
"Cartas sobre táctica".
"Quien plantea el modo antiguo el problema de la consumación de la revolución burguesa, sacrifica el marxismo
vivo a letra muerta.
Según la fórmula antigua resulta que : tras la dominación de la burguesía puede y debe seguir la dominación del
proletariado y el campesinado, su dictadura.
Pero en la vida misma ya ha sucedido de otra manera : ha resultado un entrelazamiento de lo uno y lo otro, un
entrelazamiento extraordinario original, nuevo, nunca visto". "Cartas sobre táctica".
55
- "Una característica peculiar en sumo grado de nuestra revolución es que
ha engendrado una dualidad de poder". "Acerca de la dualidad de poder".
"La peculiaridad de la situación estriba en la dualidad de poder". "Conferencia del POSDR de la ciudad de
Petrogrado".
"Lo compartían (el poder) por virtud de un pacto voluntario, el gobierno provisional y los soviets, los cuales estaban
formados por delegaciones de la masa de obreros y soldados armados y libres, es decir no supeditados a ninguna
violencia exterior: tal era el fondo de la cuestión". "Acerca de las consignas".

56
"He dicho que los obreros han demolido la vieja máquina del estado.
Mejor dicho: han comenzado a demolerla. Tomemos un ejemplo concreto. Parte de
la policía ha sido aniquilada físicamente, parte ha sido destituída en
Petersburgo y otras ciudades. el gobierno de Guchkov-Miliukov no podrá
restaurar la monarquía ni, en general, mantenerse en el poder sin restaurar
ante a la policía como organización especial de hombres armados a las órdenes
de la burguesía, como una organización separada del pueblo y opuesta a él"
Cartas desde lejos.
57
- "La significación de clase (y la explicación de clase) de esta
situación transitoria e inestable consiste en lo siguiente : nuestra
Este fenómeno presenta consecuencias de distinto carácter : por una parte, pone en primer
plano a ciertas fracciones campesinas burguesas o pequeñoburguesas cuyos intereses objetivos
coinciden con la burguesía; por otra, impone maneras de pensar propias de la pequeña
burguesía a grandes sectores de la clase obrera, a proletarios y campesinos semiproletarios,
que no se benefician en la política burguesa (58).
La confianza en los capitalistas -fundada o no en el interés de clase- que ha desarrollado
rápidamente en el curso de la revolución contra el zarismo determina entonces la táctica de las
masas.
El "acuerdo" entre los soviets y el gobierno provisional, la "colaboración de clase" entre el
campesinado y la burguesía tiene su "base de clase" en este fenómeno de irrupción de masas
pequeñoburguesas que dan su tono al proceso (59).
Lenin evita explícitamente reducir el problema al enjuiciamiento de los jefes de los partidos
mayoritarios, que median la alianza con la burguesía. La raíz del hecho, afirma, debe buscarse
en las masas mismas. El defecto de sus jefes reside en que no destruyen las imágenes erróneas
de las masas sino que la refuerzan, ahondando su dependencia respecto de la burguesía (60).

revolución, como todas las revoluciones, ha exigido de las masas un heroísmo y


una abnegación inmensos en la lucha contra el zarismo y también ha incorporado
al movimiento, de golpe, a un número incalculable de pequeños burgueses.
Uno de los rasgos científicos, políticos y prácticos fundamentales de toda revolución auténtica consiste en que la
proporción de la `masa amorfa' que empieza a participar activa, independiente y eficazmente en la vida política, en la
organización del estado, aumenta con extraordinaria rapidez, de manera brusca,vertical (...) y quienes son estos
millones y millones de hombres? son, en su mayoría, pequeños propietarios, pequeños burgueses, gentes que ocupan
un lugar intermedio entre los capitalistas y los obreros asalariados. Rusia es el país más pequeñoburgués de toda
Europa". "Séptima conferencia del POSDR (b)".
58
- "Una gigantesca ola pequeñoburguesa lo ha inundado todo; ha arrollado
al proletariado conciente, no sólo por la fuerza de número, sino también desde
el punto de vista ideológico, es decir, ha afectado a grandes sectores de la
clase obrera, les ha contaminado sus concepciones pequeñoburguesas de la
política.
En la vida, la pequeña burguesía depende de la burguesía; como ella misma lleva (por el lugar que ocupa en la
producción social) la existencia del propietario, y no la del proletario, en su manera de pensar sigue a la burguesía. La
credulidad inconsciente hacia los capitalistas, los peores enemigos de la paz y del socialismo: he aquí lo que distingue
la política actual de las masas en Rusia; he aquí lo que ha crecido con la rapidez propia de los períodos de revolución
en el terreno económico social del país pequeño burgués de Europa. Esta es la base de clase del `acuerdo' (subrayo que
no me refiero al acuerdo formal como el apoyo efectivo, el acuerdo tácito, a la cesión crédula e inconsciente del poder)
entre el gobierno provisional y el soviet de diputados obreros y soldados". "Tareas del proletariado en nuestra
revolución".
"El llamado defensismo revolucionario (...) representa, ateniéndose a su significación de clase, por un lado, los
intereses y el punto de vista de los campesinos acomodados y de un sector de los pequeños propietarios, quienes, al
igual que los capitalistas, sacan provecho de la violencia contra los pueblos débiles; por otro lado, el "defensismo
revolucionario" es el resultado del engaño de los capitalistas, de una parte de los proletarios y semiproletarios de la
ciudad y del campo, quienes, por su posición de clase, no están interesados en las ganancias de los capitalistas ni en la
guerra imperialista". "Séptima conferencia del POSDR (b)".
59
- "La realidad que nos muestra el acuerdo o empleando una expresión más
exacta, menos jurídica, pero que expresa mejor las relaciones económicas, las
relaciones de clase, el hecho de la colaboración de clase de la burguesía y el
campesinado". "Cartas sobre táctica".
60
- "Por qué (los soviets el poder de la burguesía?) Acaso por que
Chjeízde, Tsereteli, Steklov y cía cometen un error? qué absurdo! Así podrían
pensar un filisteos, pero no un marxista. La raíz del hecho está en el
Complejización del modelo.

Lenin analiza la cuestión desde otro ángulo, "el reverso de la medalla", y se produce una
nueva especificación de la teoría : el poder de la burguesía, dice Lenin, no se basa sólo en
la fuerza de las armas sino en la debilidad numérica, la insuficiente conciencia y
organización del proletariado (61).
Según Lenin, esta explicación de la situación de la dualidad de poder "no vulnera" en lo
más mínimo la teoría marxista pues siempre hemos sabido y muchas veces sostenido que la
burguesía se mantiene no sólo por la violencia, sino también a causa de la inconciencia, la
rutina, la ignorancia y la falta de organización de las masas" (62).
En efecto, las nociones de conciencia y organización, existían previamente en la teoría pero
se encontraban articuladas en un nivel de jerarquía explicativa subordinado a la "fuerza
directa". La redefinición que Lenin opera consiste en una complejización del concepto de
"fuerza social": en primer término, distingue dos aspectos determinantes de la relación de
fuerzas, por una parte, la "violencia", por otra la 'conciencia y organización". Luego señala un
tipo de proceso en que uno de los aspectos desaparece o es subordinado por el otro: la
burguesía ya no domina por la violencia sino por el engaño, las masas han adquirido fuerza
material pero no la expresan, no la realizan a causa de su insuficiente conciencia y
organización.
A partir de esta definición, Lenin logra configurar un modelo de relaciones de fuerza que
conserva sus elementos pero articulados de otro modo. A primera vista, los conceptos de
"conciencia" y "organización" parecen categorías más abstractas y "fuerza", más concreta; sin
embargo es a la inversa ya que la noción de "fuerza" sólo permitía comprender una parcialidad
de la relación de fuerzas -el hecho de que los soviets constituyeran un poder de nuevo tipo-
pero no tenía la virtud de explicar por qué los soviets no se comportaban en calidad de
"poder".
El nuevo modelo de relaciones de fuerza, adquiere un carácter simultáneamente más
preciso y abarcador, que permite comprender más fenómenos y más aspectos de esos
fenómenos.

insuficiente grado de conciencia y en la insuficiencia de la organización de


los proletarios y los campesinos.
El "error" de los jefes mencionados reside en su posición pequeño burguesa, en que enturbian la conciencia de los
obreros en vez de abrirles los ojos, en que les infunden ilusiones pequeñoburguesas en vez de destruírselas, en que
refuerzan la influencia de la burguesía sobre las masas en vez de emancipar a las masas de esa influencia". "Acerca de
la dualidad del poder".
61
- "Tareas del proletariado en nuestra revolución".
62
- "Cartas sobre táctica".
"La experiencia de los gobiernos burgueses y terratenientes del mundo entero ha elaborado dos procedimientos
para mantener al pueblo en la opresión. El primero es la violencia (...). Pero hay, otro procedimiento, perfeccionado
sobre todo por las burguesías francesa e inglesa, "aleccionadas" por una serie de grandes revoluciones y movimientos
revolucionarios de masas. Me refiero al engaño, a la adulación, a las frases, a las propuestas sin número, a las limosnas
miserables..(no se lee).para conservar lo esencial.
La peculiaridad del momento en rusia estriba en el paso vertiginoso del primer procedimiento al segundo, de la
violencia contra el pueblo a las adulaciones y a las promesas falsas que le prodigan". "Tareas del proletariado en
nuestra revolución".
Una vez definida la táctica de las masas "como colaboración de clase con la "burguesía" y
determinada su causa en la insuficiente conciencia y organización, Lenin está en condiciones
de formular su primera aproximación a la estrategia revolucionaria, es decir, el intento de
desarrollar la tendencia ascendente del proceso revolucionario (63).
La consigna "Todo el poder a los soviets" resume esa estrategia.

La estrategia revolucionaria.

La justificación de esta estrategia es la siguiente: las metas teóricas de las masas, "paz, pan
y tierra", sólo pueden ser obtenidas a través del derrocamiento de la burguesía y del paso de
todo el poder a los soviets. esto significa un ascenso de la pequeña burguesía aliada con el
proletariado al poder del estado.
Para lograrlo es necesario que las masas abandonen su confianza en la burguesía pero este
proceso se puede desarrollar de dos formas: bien que las conducciones de los partidos
mayoritarios pequeñoburguesas asuman el poder, o bien que sean abandonadas por amplios
sectores de la pequeña burguesía que reconozcan la conducción del proletariado
revolucionario que, de este modo, encabezaría la toma del poder.
Por lo tanto, la tarea inmediata queda planteada en estos términos: "empujar" a la pequeña
burguesía hacia la asunción del poder que "ya puede pero no quiere tomar" (64).
Este objetivo presupone otros enfrentamientos que "liberen la lucha de clases proletaria", es
decir, que otorguen también un carácter ascendente a las luchas del proletariado y
semiproletariado.
Los diversos medios que Lenin propone para obtener este último objetivo remiten al
desarrollo de la "conciencia" y la "organización". ¿Qué significado adjudica a estos conceptos
en la elaboración de su estrategia ?
Por "organización" Lenin entiende la disposición de fuerzas sociales en el campo de
enfrentamientos. En esta medida, postula la necesidad de "separar inmediata e
irrevocablemente a los elementos proletarios encuadrados en los soviets de los elementos
pequeñoburgueses", organizar por separado soviets de campesinos pobres y obreros rurales,
reunir a "los elementos pobres y explotados" en una milicia proletaria (65).

63
- "...ese "gobierno" de nuevo tipo que ha engendrado la revolución y del
que sólo hay ejemplos en la historia de los más grandes ascensos
revolucionarios, como en Francia de 1792 y en 1871 y en Rusia en 1905...Es
vano creer que se trata de un problema teórico, es vano intentar exponer las
cosas como si ese problema pudiera eludirse, objetar que actualmente coexisten
con los soviets de diputados obreros y soldados, instituciones de tal o cual
carácter. Ahí precisamente es donde reside la causa que ha traído a la
revolución rusa, después de su primer impulso ascensional, después de su
primer movimiento de avance, el estancamiento y retroceso...". "I Congreso de
los soviets de diputados, obreros y soldados".
64
- "Como se puede empujar la pequeña burguesía hacia el poder, si esta
pequeña burguesía ya puede pero no quiere tomarlo ?
Sólo separando de ella al partido proletario, comunista, sólo mediante la lucha de clases proletaria, libre de la
timidez de estos pequeñoburgueses. Sólo la unión de los proletarios, libres de hecho, y no de palabra de la influencia
de la pequeña burguesía, puede "calentar" hasta tal punto el terreno que pisa la pequeña burguesía que ésta, en
determinadas condiciones se vea constreñida a tomar el poder". "Cartas sobre táctica".
65
- Quién separa ahora mismo, inmediata e irrevocablemente, a los elementos
El desarrollo de la "organización" refiere entonces, por una parte, a un reordenamiento de
las relaciones entre fracciones sociales (66).
Lenin busca cortar las relaciones entre sectores obreros pauperizados con la pequeña
burguesía y establecer relaciones con el proletariado revolucionario, a la vez que incorporar a
los sectores menos insertos como las mujeres y los jóvenes, también por mediación del
proletariado revolucionario.
Pero, en la medida que el carácter de clase de estas relaciones entre fracciones está dado
por su antagonismo con los intereses de la clase dominante, la noción de "organización" alude
también a los enfrentamientos que las nuevas relaciones tiene como objetivo: la lucha contra
los terratenientes en pos de la tierra, contra la burguesía para tomar control directo de las
funciones administrativas y productivas donde esto sea posible y contra las conducciones
chovinistas y oportunistas para romper su vínculo con la burguesía y desenmascararlos frente
a las masas.
La noción de "conciencia" refiere al conocimiento observable en las luchas que las masas
han acumulado acerca de sus metas de clase y de los medios para obtenerlos. Se trata
estrictamente de una conciencia táctico- estratégica y no verbal o libresca.
Lenin concibe la elevación de la conciencia como un proceso de aprendizaje práctico-
teórico- práctico. El primer momento es el de las experiencias tácticas por parte de las masas;
el segundo, de racionalización de esas experiencias con ayuda de cuadros; la tercera, la
propuesta de nuevas tácticas, entendidas como construcción de nuevas condiciones de

proletarios encuadrados en los soviets (es decir al partido proletario


comunista) de los elementos pequeñoburgueses, expresa acertadamente los
intereses del movimiento en los dos casos posibles : tanto en el caso de que
en Rusia avenga una "dictadura del proletariado y de los campesinos" como en
el caso de que la pequeña burguesía no consiga separarse de la burguesía y
vacile eternamente (es decir hasta el socialismo) entre ellas y nosotros.
Toda la pequeña burguesía no ha virado de manera casual, sino necesariamente hacia el chovinismo (defensismo)
hacia el "apoyo" a la burguesía, hacia la dependencia de ésta, hacia el temor de quedarse sola, etc. "Cartas sobre
táctica".
"Creación de soviets de diputados campesinos pobres". "Tareas del proletariado en la revolución actual".
"Hay que ligar la exigencia de tomar la tierra ahora mismo con la propaganda de crear soviets de diputados
agrícolas". "Séptima conferencia de abril del POSDR".
"Siguiendo la ruta indicada por la experiencia de la Comuna de parís en 1871 y de la revolución rusa de 1905, el
proletariado debe organizar y armar a todos los elementos pobres y explotados de la población, a fin de que ellos
mismo tomen directamente en sus manos los organismos del poder del estado y formen ellos mismos las instituciones
de ese poder. Esta milicia incorporaría a los jóvenes a la vida política, enseñándoles no sólo con palabras sino mediante
la acción, mediante el trabajo (...) Sin incorporar a las mujeres al cumplimiento de las funciones públicas, sin arrancar
a las mujeres de la atmósfera embrutecedora de la casa y la cocina es imposible asegurar la verdadera libertad, es
imposible construir la democracia, sin hablar ya de socialismo".
Esta milicia será una milicia proletaria, porque los obreros industriales y urbanos conquistarían en ella una
influencia dirigente sobre la masa de los pobres de manera tan natural e inevitable como desempeñaron el papel rector
de toda la lucha revolucionaria del pueblo, lo mismo en 1905 que en 1917". "Cartas desde lejos. Acerca de la milicia
proletaria".
66
- "...no lograríamos conservar el poder sin oponer a la magnífica
organización de toda la burguesía rusa y de todos los intelectuales burgueses
una no menos magnífica organización del proletariado, que dirige la
incalculable masa de capas pobres de la ciudad y del campo, del semiproletario
y de los pequeños propietarios". "Cartas desde lejos".
experiencia que permiten reiterar este proceso de aprendizaje en un nivel superior (67).
La estrategia leninista guarda relación con este esquema en varios sentidos. Por una parte
en cuanto a que la principal tarea que adjudica a los cuadros bolcheviques para resolver la
dualidad del poder es la de "ayudar a las masas a comprender esta experiencia y sacar
conclusiones de ella". (68)
Por otra parte, respecto al contenido de este esclarecimiento: "deberá referirse a las tareas y
métodos de acción directa revolucionarios" (69).
En lo que hace a los objetivos del proceso de aprendizaje: "conducir al proletariado y al
campesino más pobre hacia adelante, de la dualidad de poder hacia el poder exclusivo de los
soviets" (70), es decir, conquistar la conducción de las masas.
Pero además, la propia toma del poder por los soviets, el objetivo de todo el proceso de
enfrentamientos, es también concebido como una condición de experiencia y nuevo
conocimiento para las masas,cuyas consecuencias terminarán por expresarse en un cambio en
la correlación de fuerzas (71).

67
- "Las masas aprenderán por experiencia propia. La triste experiencia de
la nueva etapa de la guerra (que ahora se inicia), del desastre económico
nuevamente agudizado por la ofensiva, conducirá de manera inevitable a la
bancarrota política de los partidos socialrevolucionario y menchevique".
"Adonde ha llevado la revolución".
"Nuestra misión solo puede consistir en explicar los errores de su táctica de modo paciente, sistemático, tenaz y
especialmente adaptado a las necesidades prácticas de las masas. Es preciso explicarles su error de un modo
particularmente minucioso, paciente, perseverante, explicarles la ligazón indisoluble que existe entre capital y guerra
imperialista y demostrarles que sin derribar al capital es imposible poner fin a la guerra con una paz verdaderamente
democrática y no con una paz impuesta por la fuerza". "Tareas del proletariado en la actual revolución".

68
- "Las tareas del partido proletario consiste, en primer término, en
ayudar a las masas a comprender esta experiencia y sacar conclusiones de ella.
A preparase bien para esa gran bancarrota que les revelará el verdadero jefe:
el proletariado organizado en las ciudades". "Adonde han llevado la
revolución".
69
- "Las masas eligen libremente sus representantes a los soviets, fenómeno
que no se da hoy en ningún país del mundo. Pero esas masas confían ciegamente,
por eso se las explota en un determinado modo para utilizarlas en la lucha.
Aquí fuera de esclarecer, no cabe otra cosa. Esta labor esclarecedora deberá
referirse a las tareas y métodos de acción directamente revolucionarios.
Cuando las masas son libres, intentan hacer algo en nombre de la minoría, sin
esclarecer a las masas, sería absurdo blanquista, una tentativa aventurera.
Sólo conquistando a las masas si es posible conquistarlas crearemos una base
firme para el triunfo de la lucha proletaria de clases". "Séptima conferencia
del POSDR".
70
- "Debemos, mediante un inteligente y cuidadoso esclarecimiento, conducir
al proletariado y al campesino más pobre hacia adelante, de la "dualidad de
poder" hacia el poder exclusivo de los soviets de diputados obreros: esto es
la Comuna de París tal como la concebía Marx, tal como lo ha demostrado la
experiencia de 1871". "Esbozo de un artículo o intervención de defensa de la
Tesis de Abril".
71
- "Mientras estemos en minoría desarrollaremos una labor crítica y de
esclarecimiento de los errores, propugnando al mismo tiempo la necesidad de
que todo el poder del estado pase a los soviets de diputados obreros, para que
Es interesante destacar también la referencia explícita de Lenin a este proceso de
aprendizaje estratégico como acumulación de experiencias internacionales del proletariado, en
particular, en relación a la comuna de París.
Todo lo visto muestra que la acumulación no es concebida en forma lineal y continua, sino
que, en el discurso de Lenin "conciencia" y "organización" refieren a un aspecto de los
enfrentamientos, aquel que hace al desarrollo de su conducción táctico-estratégica. A la vez
que configuran determinaciones de la magnitud de fuerza material que una fuerza social es
capaz de desplegar en los enfrentamientos.

sobre la base de la experiencia las masas se desprendan de sus errores".


"Adonde han llevado la revolución".
"El paso del poder a los soviets no habría hecho cambiar, ni podía hacerlo, de por sí, la correlación de fuerzas entre
las clases; no habría hecho cambiar en nada el carácter pequeñoburgués de los campesinos. Pero habría dado
oportunamente un gran paso en la labor de apartar a los campesinos de la burguesía, aproximándonos a los obreros,
para acabar uniéndonos a éstos".
"Por una estructura de clase los soviets eran los órganos del movimiento obrero y campesino, la forma ya plasmada
de su dictadura. Si hubieran dispuesto la plenitud del poder, el vicio principal de las capas pequeñoburguesas, su
pecado capital la confianza en los capitalistas hubiera sido eliminado por la práctica, sería sometido a la crítica de la
experiencia de sus propias medidas...". "Acerca de las consignas".
Capítulo VII

DE FEBRERO A OCTUBRE

Fases y Planes.

La lectura que Lenin va haciendo del proceso revolucionario desde febrero a octubre de
1917, consiste en una permanente periodización basada en el análisis del carácter social de los
enfrentamientos y sus expresiones en el plano institucional político-militar. Sus propuestas de
acción, sus consignas, se desprenden de esa lectura permanente y por eso no son rígidas sino
tan cambiantes como las relaciones entre las fracciones sociales, son modulaciones del tiempo
y el espacio social.
Retomando el modelo de los procesos ascendentes de la revolución, las faces que Lenin
detecta al tiempo que se van produciendo y las consignas o "fórmulas" políticas que Lenin
propugna puede esquemátizarse de la siguiente manera :

1) Revolución de febrero de 1917.

A <---------B----------C-------------D E
Monarquía
zarista

B, C y D se enfrentan y derrocan a A del poder del estado (72).

72
- A fin de simplificar la exposición se ha utilizado la siguiente
notación para referirse a las fracciones y personificaciones sociales. Pero
este uso no debe ser interpretado como una formalización pues las relaciones
entre ellas señaladas por flechas son de muy diverso tipo y no han sido
diferenciadas:
A: terratenientes
B: burguesía
C: pequeñoburguesía
C1: campesinos ricos
C2: campesinos medios (pequeño burgueses, propiamente dichos)
C3: campesinos pobres ( semiproletarios)
C4: cuadros oportunistas y chovinistas (partido menchevique, social-revolucionario y otros)
D: proletariado
D1: proletariado revolucionario
D2: obreros sin conciencia de clase
D3: proletariado rural
D4: cuadros internacionalistas, comunistas (partido bolchevique y otros)
E: fracciones y personificaciones menos insertas en la producción capitalista y la movilización social (pobres
urbanos y rurales, mujeres y jóvenes).
2) situación de la dualidad del poder.

ÚÄÄÄÄÄÄ¿
ÚÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄij C4 ³
³ ÀÄÂÂÄÄÂÙÄ¿---------D4 ÄÄÄ¿
³ ³ÀÄ¿À¿ ³ ³
³ ³ ... ³
³ ³ .. . ³
³ ³ . . . ³
A---------B C1 C2 C3 D2----D1 D3 E
(gob.provisional) soviets de diputados obreros
campesinos y soldados (obreros
y campesinos con uniforme).

B asume el gobierno del estado; C y D se articulan en un nuevo poder : los soviets. C4, que
representa a C1, C2, C3 y D2, predomina en los soviets y cede el poder a B. Por su parte B
tiende a restablecer los lazos con A, que ha sido derrocada políticamente, pero no aniquilada
en su base material, la red de vínculos sociales que expresan la propiedad de la tierra.
Por lo tanto, B prosigue la guerra imperialista, consecuente con sus intereses de clase, no
entrega la tierra debido a su vínculo con A. Pero a causa de ello, no está en condiciones de
realizar, ni siquiera parcialmente, intereses de C y D.

3) Esquema táctico de Lenin

ÚÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄ C4 <-----------------D4
³ ³ |
³ ÚÄÄÄÄÄÄÙ |
³ ³ ÚÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄ D1Ä¿ÄÄÄÄÄÄÄÄ¿
³ ³ ³ ÚÄÄÄÄÙ ³ ³
³ ³ ³ ³ ³ ³
A B C1 C2 C3 D2 D3 E
Gobier- soviets de soviet de soviet soviet milicia
no campesinos campesinos obreros obreros proletaria
pobres rurales

D4 trata de empujar a C para enfrentarse a B y tome el poder en alianza con D.


Con este fin, empieza por enfrentar las propuestas de C4 en los soviets -separa a los
cuadros internacionalistas y comunistas de los oportunistas y chovinistas- y trata de cortar
relaciones de C4, con C3 y D2. Para ello impulsa a D1 a la organización de C3 y D3, en
soviets de campesinos pobres y obreros rurales y de E, en milicia proletaria.
Articulados de esta manera, C3 y D3 podrán comenzar a expresar sus intereses atacando a
A, en lo referente a la tierra.
Por otra parte, D4 orientará, directamente o por intermedio de D1, la elevación de la
conciencia de C3, D2, D3 y E acerca de las "tareas y métodos de acción" para obtener sus
intereses, es decir el derrocamiento del gobierno burgués de B.
Es decir, la táctica de Lenin tiene tres aspectos: lucha contra la táctica propuesta por C4,
unificación de D4 y de C3, D y E y un objetivo, liberar la iniciativa de las masas (73).

4) Esquema estratégico de Lenin

Debe tenerse en cuenta que D4 no aspira a que D1 derroque directamente a B, sino obligar
a que C lo haga, bajo conducción de C4. Por esta razón, Lenin considera que "todo el poder a
los soviets" es la consigna del desarrollo pacífico y ascensional de la revolución74.
Pero esta táctica prevé otra posibilidad: que C4, expresando los intereses de clase de C1 y
las vacilaciones típicas de C2, no acceda de ningún modo a enfrentar a B.
En este último caso, la táctica supone que C4 perderá influencia sobre C3 y D2, al tiempo
que D1, habrá conquistado la conducción de estos sectores además de D3 y E e incluso parte
de C2. Dadas estas condiciones, D4 y D1 conducirían directamente a parte de C2, C3, D2, D3
73
- "Trabajo de crítica, esclarecimiento de los errores de los partidos
pequeñoburgueses, socialrevolucionarios y socialdemócrata; preparación y
aglutinamiento de los elementos del partido proletario conciente, comunista;
liberación del proletariado de la embriaguez pequeñoburguesa "general" (...)
Sólo luchando contra esta inconciencia crédula (que puede y debe ser combatida exclusivamente en el terreno
ideológico, por la persuasión fraterna, invocando la experiencia de vida) podremos liberarnos del imperio de la
verborragia revolucionaria e impulsar realmente tanto la conciencia del proletariado, como la conciencia de las
masas y su iniciativa, audaz y resuelta, en todos los lugares". Tareas del proletariado en nuestra revolución".
74
- Ver 1er. cita en Capítulo V.
"...se debe derribar inmediatamente el gobierno provisional ? A esto contesto yo : 1) se lo debe derribar, pues es
un gobierno oligárquico, un gobierno burgués, y no un gobierno del pueblo; es un gobierno que no puede dar paz, ni
paz ni plena libertad; 2) no se lo puede derribar inmediatamente pues se sostiene gracias a un pacto directo e indirecto,
formal y efectivo en los soviets de diputados, obreros, y sobre todo, con el principal de ellos, el soviet de Petrogrado;
3) y en general no se lo puede derribar por vía habitual, pues descansa en el "apoyo" prestado a la burguesía por el
segundo gobierno, por el soviet de diputados obreros, y éste es el único gobierno revolucionario posible, que expresa
directamente la conciencia y la voluntad de la mayoría de los obreros y campesinos". "Acerca de la dualidad de
poder".
y E al derrocamiento de B. Es decir la táctica contempla dos formas posibles de resolución, en
términos de clase.

4.1) Es decir: dictadura democrático revolucionaria de obreros y campesinos

C4-----------D4
³ ³
ÀÄÄÄ¿ ³
³ ³
³ ³
A------B<---------------C--------D-------E

4.2) O bien : dictadura del proletariado y campesinos pobres

D4
³
³
C4ÄÄ¿ ÚÄÄÄÄÄÄÄD1ÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄ¿
³ ³ ³ ³ ³
ÚÄÄÄÄÄÙ ³ ³ ³ ³ ³ ³ ³ ³ ³
A-----B C1-2 C3 D2-3 E
³ ³ ³ ³
³ ÀÄÄÄÄÄÄÄÅÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÙ
ÀÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÙ

Como puede observarse, el rol de D4 no sería de asumir directamente todas las tareas sino
orientar a D1 para que las realice y conducir el desarrollo de los enfrentamientos a fin de que
ciertos éxitos en los enfrentamientos parciales en el esquema táctico no obstaculicen el triunfo
del diseño estratégico.
Si se compara este esquema con la estructura funcional de las fuerzas armadas de la
burguesía, el rol de los "oficiales" sería cubierto por D1 respecto de una "tropa" constituida
por C3, D2, D3, y E y parte de C2, es decir las masas populares. Los cuadros revolucionarios -
es decir C4- asumen un papel de "estado mayor proletario".
Los esquemas táctico y estratégico permiten comprender un hecho aparentemente
contradictorio: que el enfrentamiento a las conducciones C4 implica una lucha contra la
orientación que éstas pretenden dar al proceso, pero no respecto de todas las fracciones
sociales que C4 representan.
Por el contrario Lenin insiste en la importancia decisiva que posee la unión de la mayoría
de la pequeña burguesía con el proletariado revolucionario para ser "más fuertes, por lo menos
en lugar y momento decisivo", o sea, el momento estratégico (75).

75
- "Una revolución difiere de la situación "normal" de los asuntos del
estado, precisamente por el hecho de que los problemas en litigio de la vida
pública se resuelven de manera directa por la lucha de clases y la lucha de
masas, hasta llegar a la lucha armada. No puede ser de otro modo, desde que
Sostiene invocando los ejemplos revolucionarios desde las guerras campesinas en
Alemania hasta la Comuna, pasando por 1848 y 1905, que minorías "más organizadas, más
concientes y mejor armadas impusieron su voluntad a la mayoría, venciéndola". Es decir, que
la fuerza material de una fuerza social no depende solo del armamento y el número sino
también de la conciencia y organización, esto es, el nivel de conducción táctico-estratégico
que tengan los enfrentamientos.
En el caso de Rusia, la superioridad táctico estratégico estaría dada por la conducción del
proletariado revolucionario respecto de la masa campesina, "que por sí sola no decide ni puede
decidir nada, (...) pues si los millones de pequeños propietarios rurales desperdigados quieren
lograr organización, dar conciencia política a sus acciones y su centralización (imprescindible
para la victoria) sólo lo conseguirán entregándose a la conducción de la burguesía o el
proletariado" (76).

Puede observarse ahora, con total claridad, que "organización" y que 'conciencia" no
significa en léxico de Lenin ningún formalismo organizacional ni verbalización teórica, sino
las "determinadas condiciones de clase" que otorgan la conducción del proceso revolucionario
al proletariado.
Se explica así, también, la "conciencia" y "organización" significarán, en el momento
táctico, un enfrentamiento a las conducciones pequeñoburguesas y una separación, una
fractura política y organizacional respecto y entre las fracciones pequeñoburguesas, mientras
que, el momento estratégico, refiere a la unión con masas pequeñoburguesas, bajo la
conducción proletaria.

Veamos ahora qué fue lo que verdaderamente ocurrió en el proceso revolucionario de


acuerdo a la periodización que Lenin va realizando.
El 20 y 21 de abril se produce una manifestación de masas espontánea contra el gobierno;
un regimiento sale a la calle con la intención de arrestar al gobierno y éste envía un ultimátum
al soviet de Petrogrado amenazando con la renuncia. El soviet confirma su confianza en el
gobierno.
Por otra parte, elementos parapoliciales -las centurias negras- y cuerpos oficiales del

las masas son libres y están armadas. De este hecho fundamental se deduce que
en épocas revolucionarias no es suficiente conocer "la voluntad de la
mayoría": no, es necesario ser más fuerte en el momento y lugar decisivo, es
necesario vencer. Empezando por la "guerra campesina" del medioevo en Alemania
y prosiguiendo con todos los grandes movimientos y épocas revolucionarias;
incluso los años 1848, 1871 y 1905, la historia ofrece ejemplos de minorías
que, más organizadas, más concientes y mejor armadas, impusieron su voluntad a
la mayoría, venciéndola.
Para que la mayoría del pueblo pueda constituirse en verdadera mayoría en la dirección del estado, en la defensa
real de sus derechos, etc, es necesaria una determinada condición de clase. Y ella es la unión de la mayoría de la
pequeña burguesía, por lo menos en el momento y lugar decisivos, con el proletariado revolucionario". "Sobre las
ilusiones constitucionalistas".
76
- "La mayoría de las masas pequeños burguesas, por sí sola no decide ni
puede decidir nada, pues si los millones de pequeños propietarios rurales
desperdigados quieren lograr organización, dar conciencia política a sus
acciones, y su centralización (imprescindible para la victoria) sólo lo
conseguirán entregándose a la dirección de la burguesía o del proletariado".
"Sobre las ilusiones constitucionalistas".
ejército tirotean la manifestación; se produce un número similar de muertos y heridos por
ambos bandos y, finalmente, los manifestantes se retiran. Según Lenin, los bolcheviques no
han participado orgánicamente de las acciones. Sin embargo, posteriormente la prensa
burguesa y los partidos mayoritarios desencadenan una campaña de acusaciones a los
bolcheviques.
En Junio, el partido bolchevique proyecta una manifestación que es formalmente prohibida
por el Congreso de los soviets que, sin embargo, se ve obligado a convocar una marcha
conjunta para el 18 de Junio.
En ella predominan las consignas bolcheviques "paz, pan y tierra,todo el poder a los
soviets". Una inminente crisis política, producida como consecuencia de este suceso, es
conjurada por el gobierno a través de una ofensiva militar en el frente de guerra con los
alemanes.
El 3 de Julio sale a la calle una nueva manifestación espontánea armada, similar a la de
Abril; los bolcheviques intentan detenerla infructuosamente y finalmente se suman con el
objeto de imprimirle un carácter pacífico. Sin embargo, nuevamente se producen
enfrentamientos armados, al parecer provocados por fuerzas gubernamentales, que alcanzan su
punto máximo el día 4 de Julio.
Los partidos menchevique y socialrevolucionario convienen con el gobierno al llamado de
tropas especiales, cosacas, no sovietizadas, a Petrogrado. Se suceden arrestos en masa
asesinatos y destrucción de la prensa bolchevique.
Estos tres momentos, que Lenin denomina "tres crisis", le advierten acerca de una
tendencia en los alineamientos sociales que puede esquematizarse así :

5) Tres crisis: desarrollo de la dualidad de poder.

C4 D4
³ ³
³ ³
AÄÄÄÄÄÄÄÄÄB C D1 E
³ ³
ÀÄÄÄÄÄÄÄÄÄ ÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÙ

Se trata de una tendencia a la lucha frontal entre la burguesía y el proletariado


revolucionario : una agudización de la lucha de clases que lleva hasta el borde de la guerra
civil (77).
Estas crisis apartan, neutralizan a C, "barren los elementos moderados" mientras "colocan

77
- "La lucha de clases entre la burguesía y el proletariado se ha
agudizado al extremo; tanto el 20-21 de abril como entre el 3-5 de julio, el
país estuvo al borde de la guerra civil". "El comienzo del bonapartismo".
en primer plano de manera turbulenta a los elementos proletarios y burgueses", es decir, a B y
D4 (78).
La conducción bolchevique intenta detener estas acciones ya que considera que aún no se
han acumulado fuerzas suficientes como para derrocar al gobierno o mantenerse en el poder
en caso de lograrlo.
Lenin señala por otra parte, que C4, los partidos mayoritarios han ido mostrando y
acentuando la tendencia a la colaboración con el gobierno en cada una de las crisis: al aceptar
el ultimátum y renovar la confianza en el gobierno, prohibir la manifestación bolchevique y
consentir la nueva ofensiva, por último, admitir el llamado de tropas no soviéticas a
Petrogrado.
Este último hecho es interpretado por Lenin como el inicio de un nuevo período en el que
el proceso adquiere carácter descendente, a causa de la derrota del proletariado.

6) fin de la dualidad del poder: dictadura militar bonapartista.

B4ÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄC4 D4
³ ³ ³
³ ³ ³
AÄÄÄÄÄÄÄB C D E
³ ³
ÀÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÄÙ

El cambio de período y su carácter descendente se revelan, por la reconstitución de B4, la


capacidad represiva de B, que a su vez está determinada por el apoyo que recibe de C por
intermedio de C4.
Lenin sostiene que los soviets han perdido el poder y que se han convertido en la base de la
dictadura militar, de tipo bonapartista, es decir, una dictadura que aparenta realizar un
equilibrio entre las clases y aplasta al proletariado apoyada por el campesinado (79).

78
- "Es un estallido simultáneo de la revolución y la contrarrevolución, s
una oleada violenta y casi súbita, que "barre" a los elementos moderados y al
mismo tiempo coloca en primer plano de manera turbulenta a los elementos
proletarios y burgueses". "Tres crisis".
79
- "De hecho el poder estatal en Rusia es hoy, esencialmente, una
dictadura militar; este hecho parece disimulado todavía por una serie de
instituciones nominales revolucionarias y prácticamente impotentes, pero es un
hecho indudable y tan radical que sin haberlo comprendido no se puede explicar
la situación política (...) La consigna "todo el poder a los soviets" era la
consigna adecuada para el desarrollo pacífico de la revolución, posible en
abril, en mayo, en junio, y aún hasta el 5-9 de julio, es decir, antes de que
el poder pasara efectivamente a manos de la dictadura militar. Ahora esa
La estrategia de Lenin se modifica parcialmente pues ya la consigna de "todo el poder a los
soviets" carece de contenido, puesto que los soviets han entregado todo su poder
Recomendará, entonces, proseguir la acumulación de fuerzas, sin emprender ofensivas e
intentar resistencias aisladas, con vistas a la toma del poder por medio de una insurrección.
La insurrección significa el intento de otorgar al proceso un nuevo carácter ascendente, que
ya no podrá ser pacifico en la medida en que B ha reconstituido su fuerza armada. Este intento
es condicionado por Lenin a un incremento en la "efervescencia de masas" que permita
organizar la insurrección "en escala de todo el pueblo", es decir, supone también el
debilitamiento de la conducción de C4 sobre las masas (80).
La posibilidad de que así suceda está dada por la incapacidad de la dictadura militar de
satisfacer los intereses populares (81).
La caracterización del gobierno como dictadura militar bonapartista resulta muy importante
ya que permite refutar el principal argumento de los partidos mayoritarios C4, a saber, que el
gobierno constituye una defensa frente a A, que entre tanto también se ha visto favorecida por

consigna ya no es justa, pues no toma en cuenta el cambio operado por el hecho


de que los socialistas revolucionarios y mencheviques han traicionado la
totalmente y en los hechos, la revolución". "La situación Política".
"Tenemos ante nosotros el carácter histórico fundamental del bonapartismo: un poder estatal apoyado en el
militarismo (en los peores elementos del ejército), que hace equilibrios entre dos clases, dos fuerzas enemigas, más o
menos niveladas entre sí (...)".
"El bonapartismo en Rusia no es un fenómeno casual, sino el natural producto del desarrollo de la lucha de clases,
en un país pequeño burgués, con un capitalismo relativamente desarrollado y un proletariado revolucionario. Las capas
históricas como 20-21 de abril, 6 de mayo, 9-10 de junio, 3-5 de julio, son jalones que demuestran con evidencia
cómo se realizó la preparación del bonapartismo". "El comienzo del bonapartismo".
80
- "Todas las esperanzas de un desarrollo pacífico de la revolución rusa
se han desvanecido para siempre. La situación objetiva es ésta: o victoria
completa de la dictadura militar, o el triunfo de la insurrección armada de
los obreros, triunfo que sólo es posible si ella coincide con una profunda
efervescencia de masas contra el gobierno y contra la burguesía, provocada por
el desastre económico y la prolongación de la guerra".
"No son las aventuras ni los motines, no son las resistencias parciales ni los intentos desesperados de oponerse
aisladamente a la reacción, los que pueden ayudar en este asunto, sino solamente la clara conciencia de la situación, la
disciplina y la tenacidad de la vanguardia obrera, la preparación de las fuerzas para una insurrección armada, pues las
condiciones para la victoria son ahora terriblemente difíciles, pero posibles en caso de producirse una coincidencia de
hechos y tendencias señaladas en el texto. Nada de ilusiones constitucionalistas y republicanas, nada de acciones
dispersas; no hay que ceder ahora a la provocación de las centurias negras ni de los cosacos; hay que reunir fuerzas,
reorganizarlas y prepararlas tenazmente para una insurrección armada, siempre que la evolución de la crisis permita
hacerlo en una verdadera escala de masas de todo el pueblo".
El paso de las tierras a los campesinos es ahora imposible sin una insurrección armada, pues la contrarrevolución
habiendo tomado el poder, se ha unificado con los terratenientes como clase". "La situación política".
81
- "No obstante reconocer la invevitabilidad del bonapartismo,no significa
de ningún modo olvidar la inevitabilidad de su derrota. Si solamente dijéramos
que en Rusia se observa un momentos de triunfo de la contrarrevolución, eso no
sería más que evadir reponsabilidades (...) el bonapartismo ruso de 1917 se
diferencia de los comienzos del bonapartismo francés de 1789 y de 1849 por una
serie de condiciones, por ejemplo, porque ni uno solo de los objetivos
fundamentales de la revolución ha sido encarado. La lucha por la solución de
los problemas agrarios y de las nacionalidades sólo comienza ahora a
agitarse". "El comienzo del bonapartismo".
la tendencia descendente del proceso y su programa de restauración.
Lenin argumenta que precisamente lo típico de este modelo de dictadura es su apariencia
de luchar contra "izquierda" y "derecha" para defender la revolución. Señala entonces que, en
realidad, existen "dos contrarrevoluciones", una terrateniente y monárquica y otra de carácter
burgués, encarnada en el gobierno (82). Por lo tanto, prepara a D4, para responder a la
contrarrevolución de A, sin perder de vista la de B, ni la tendencia de la unificación de ambas.

Efectivamente esto último sucede cuando, el 17 de agosto, el general zarista Kornilov inicia
una sublevación que intenta llegar a Petrogrado con el objetivo de destruir a los soviets y
afianzar plenamente un gobierno unificado de la burguesía y los terratenientes:

7) Sublevación de Kornilov.

A4---------B4 C4-----------D4
| | | |
| | --------------> | |
A--------- B C----------- D

Pero sucede que la mera noticia de la sublevación de A4, B4, desencadena una alianza de C
y D. Esta fuerza conjunta disuelve la ofensiva contrarrevolucionaria sin que se produzca un
combate armado. En efecto, sus trenes son desviados, sus comunicaciones interceptadas, hasta
que la acción de Kornilov se diluye y sus fuerzas se desorganizan (83).

82
- "Uno de los errores teóricos más flagrantes que comete Martov y que es
también típico del conjunto de ideas políticas de la pequeña burguesía
consiste en confundir la contrarrevolución zarista y en general monárquica con
la contrarrevolución burguesa. Tal es la estrechez de mira y la estupidez
específica del demócrata pequeño burgués, incapaz de arrancarse de la
dependencia económica, política y espiritual de la burguesía, a la cual cede
la primacía, en la que ve su "ideal" y en la cual confía cuando ella denuncia
a grandes gritos el peligro de la "contrarrevolución de derecha".
Mártov expresó esta ideología, o más exactamente, esta falta e reflexión de la pequeña burguesía, al decir en su
discurso: "nosotros debemos, como contra peso a la presión que se hace sobre él (sobre el gobierno) desde la derecha
crear una contra presión".
He aquí un ejemplo de credulidad filistea y de olvido de la lucha de clases. El gobierno resulta situado por encima
de las clases y partidos: `lo presionan demasiado sólo desde la derecha; hay que presionarlo más desde la izquierda (...)
y cuán ventajosa resulta esta sabiduría filistea a los bonapartistas, los cuales querrían persuadir a los "campesinos
incultos" a cualquier precio de que el gobierno actual lucha a derecha y a izquierda contra ambos extremos,
representando los verdaderos intereses estatales, llevando a la práctica el verdadero democratismo, cuando en realidad,
este gobierno bonapartista viene a ser, precisamente, el gobierno de la burguesía contrarrevolucionaria". "Los árboles
impiden ver el bosque".
83
- "La alianza de los bolcheviques con los socialistas-revolucionarios y
los mencheviques contra los Kadetes, contra la burguesía no ha sido puesta a
prueba aún. O para ser más exactos, semejante alianza ha sido puesta ha prueba
en un sólo frente, durante cinco días no más, del 26 al 31 de agosto, durante
La unificación en el enfrentamiento de C y D, de C4 y D4, tenía condiciones que se habían
ido creando en el momento anterior: los bolcheviques incrementaban su influencia sobre las
masas, lo que se revela en éxitos electorales, y sobre todo en el surgimiento de importantes
fracciones de izquierda en los partidos mayoritarios, afines a los bolcheviques. Estos sectores,
que denominaremos C4, expresan parte de C3 y D2.
Lenin sostiene que se ha abierto nuevamente un período de dualidad de poder, un nuevo
ascenso revolucionario, que torna posible la toma del poder sin que estalle la guerra civil (84).
En septiembre, los bolcheviques obtienen la mayoría en los soviets gracias al apoyo de C4.
La responsabilidad de la toma del poder por parte de los soviets queda a cargo de los
bolcheviques.
Lenin emprende la tarea de convencer a los cuadros bolcheviques sobre la necesidad de
derrocar al gobierno y encuentra, nuevamente, resistencia en una fracción minoritaria.
Por último, Lenin llama a la organización técnica de la insurrección e indica la necesidad
de lanzarla de inmediato, con el objeto de destruir a las reducidas fuerzas armadas que aún
apoyan el gobierno. La insurrección tendrá lugar el 25 de octubre y logrará y rápido éxito.
Los primeros decretos del nuevo gobierno soviético referirán a la oferta de una paz sin
anexiones ni indemnizaciones y la nacionalización de toda la tierra para su entrega a los
soviets campesinos.

8) Revolución de octubre: dictadura del proletariado y los campesinos pobres.

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³ ³
ÚÄÄÄ D4Ä¿ ³
³ ³ ³
³ ³ ³
C4 C4 ³ ³
³ ³ ³ ³
³ ³ ³ ³

el movimiento de Kornilov y esa alianza dió, durante este lapso, la victoria


más completa sobre la contrarrevolución, con una facilidad jamás vista en
ninguna revolución. Esta alianza aplastó de modo tan arrollador a la
contrarrevolución burguesa, terrateniente y capitalista, imperialista -aliada
y kadete- que la guerra civil, iniciada por la burguesía se hizo polvo, se
convirtió en nada desde su mismo comienzo, se disgregó antes que se produjera
ningún `combate'". "La revolución y la guerra civil".
84
"Si existe una enseñanza de la revolución absolutamente indiscutible,
absolutamente probada por los hechos, es la de que sólo la alianza de los
bolcheviques con los socialistas revolucionarios y los mencheviques, sólo el
paso inmediato de todo el poder a los soviets, hará imposible una guerra civil
en Rusia. Porque semejante alianza, contra los soviets de diputados obreros,
soldados y campesinos ninguna guerra civil comenzada por la burguesía es
posible; tal `guerra' no llegaría ni siquiera a una batalla"
El desarrollo pacífico de cualquier revolución, en general, es una cosa muy rara y difícil, porque la revolución es
una agudización máxima de las contradicciones de clase, ello en un país campesino, donde la alianza del proletariado y
el campesino puede dar la paz a las masas martirizadas por la guerra más injusta y criminal y toda la tierra al
campesinado, en un país tal, en un momento históricos también excepcional, el desarrollo pacífico con el paso de todo
el poder a los soviets es posible y probable. La revolución rusa y la guerra civil.
AÄÄÄÄÄÄÄB C1-C2 C3 D E
³ ³ ³ ³
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Poder soviético

Veamos en detalle el proceso de toma de decisiones por parte de Lenin, en el momento


posterior a la derrota de Kornilov.
Es posible, afirma Lenin, que, en condiciones de armamento del pueblo, la lucha de clases
se desarrolle sin convertirse en guerra civil. Pero, esta afirmación no se fundamenta en una
generalización teórica ni en la voluntad de las personas o partidos sino en la observación y
evaluación de las fuerzas sociales y sus tendencias en los enfrentamientos que se producen
objetivamente en la realidad, en un período dado.
Esta observación le permite constatar que existe la tendencia a la guerra civil entre
burguesía y proletariado revolucionario. En abril y julio, se había manifestado través de la
iniciativa del proletariado mientras que, en agosto, se había expresado a través de la iniciativa
de la burguesía (85).
Pero, al mismo tiempo, estos episodios habían demostrado que tanto la derrota del
proletariado revolucionario en julio como la de la contrarrevolución burguesa y monárquica en
agosto, habían estado determinadas por el alineamiento de las masas pequeñoburguesas. Por
otra parte, el análisis de la tendencia general del proceso mostraba que, cada vez en mayor
medida, estas masas se apartaban de la burguesía y se unían al proletariado revolucionario.
Este hecho era el fundamento de la posibilidad de que no estallara la guerra civil: sin una
base de masas, la burguesía no podría convertir su resistencia frente a las medidas
revolucionarias en una guerra civil. La unión del proletariado y la pequeña burguesía en los
soviets y la toma del poder por esta alianza no sólo sería posible sin enfrentamiento armado
sino también podría, hipotéticamente, evitarlo una vez que se hiciera cargo del poder y
comenzara a ejecutar sus medidas populares (86).

La decisión estratégica : fundamentos metodológicos

85
- "...La guerra civil es la forma más aguda de la lucha de clases que,
después de una serie de colisiones y luchas económicas y políticas repetidas,
acumuladas, acrecentadas, agudizadas, llegan a transformarse en lucha armada
de una clase contra otra (...).
Así también, durante el medio año de nuestra revolución hemos vivido, el 20-21 de abril y el 3-4 de julio,
explosiones espontáneas, fortísimas, muy cercanas al principio de una guerra civil desencadenadas por el proletariado.
En cambio la sublevación de Kornilov representaba una conspiración militar, apoyada por los terratenientes y
capitalistas con el partido kadete a la cabeza, que condujo de hecho, a un comienzo de la guerra civil por parte de la
burguesía". "La revolución rusa y la guerra civil".
86
- "La resistencia de la burguesía a la entrega gratuita de la tierra a
los campesinos sin indemnización, las transformaciones de este mismo tipo en
otros dominios de la vida a una paz justa y a la ruptura con el
imperialismo,es naturalmente, inevitable. Pero a fin de que la resistencia
llegue a la guerra civil, es necesaria la participación de masas capaces de
hacer la guerra a los soviets y vencer. Y la burguesía carece de semejantes
masas y no tiene de donde sacarlas...". "La revolución rusa y la guerra
civil".
Lenin se enfrenta al momento de decisión, al combate, donde los conflictos de clase
desarrollados durante el período se resolverán con la derrota o la victoria de una de las fuerzas.
La pregunta también puede, por lo tanto, formularse así : ¿ Se ha producido la máxima
acumulación de la fuerza social revolucionaria, ese grado que indica la posibilidad y la
necesidad de empeñarla en su totalidad en un combate definitorio ?
El método de periodización utilizado para organizar la observación y el análisis de los
enfrentamientos para formular la estrategia, sirve ahora para encarar la decisión
estratégica.
Dado que la fuerza social revolucionaria no es un presupuesto de los enfrentamientos, no
les preexiste sino que se constituye a través de ellos, sólo la organización y el análisis de los
datos provistos por el proceso de enfrentamientos, la toma de conciencia acerca de su sentido,
puede convertir la noción de "fuerza social" en una categoría del pensamiento científico y en
fundamento objetivo para la toma de decisiones.
Un ejemplo contundente de la aplicación de este método lo brinda su trabajo "La
revolución rusa y la guerra civil" donde Lenin se esfuerza por determinar con bases objetivas
la correlación de fuerzas sociales del proletariado y la burguesía en una eventual guerra civil,
respecto de la cual la mayoría de los demás analistas vaticinaban una catástrofe para las
fuerzas populares.
Los enfrentamientos de todo el proceso de febrero, son analizados ahora, en septiembre,
para evaluar, a través del desempeño de las dos fuerzas sociales que se han ido constituyendo,
las magnitudes de fuerzas relativas que serían capaces de desplegar en la guerra civil y para
determinar, por consiguiente, las probabilidades de victoria de cada bando.
Lenin intenta realizar una medición de magnitudes de fuerza que, según la hipótesis, van
a "medirse" también en la realidad, en el combate decisivo. Para realizar esta medición, Lenin
asume cuatro condiciones técnico-metodológicas : la primera, referente al objeto que va a
investigar, se tratará de investigar la génesis de la guerra civil, considerando las iniciativas que
en dirección a este tipo de lucha han realizado el proletariado y la burguesía (87).
La segunda condición consiste en organización de las unidades de análisis, en colocar cada
enfrentamiento "en la correlación histórica de los acontecimientos", o sea, examinándolos
como eslabón de la cadena de acontecimientos que va desde el 28 de febrero al 29 de agosto"
88
.
La tercera condición, implícita en los procedimientos de análisis, establece que la fuente de
información no se limitará a aquellos enfrentamientos que se realicen por medio de las
armas,sino que se considerarán todas las formas de lucha, desde las manifestaciones
armadas y sublevaciones militares hasta las elecciones, las campanas de agitación y
propaganda, etc.
Por último, resulta también implícito en la aplicación de su técnica que las dimensiones

87
- "Tratemos de comparar los comienzos de la guerra civil proletaria y los
comienzos de la guerra civil burguesa en Rusia... Nosotros creemos que, si
todos los partidos que ahora "manejan" a diestra y siniestra las palabras
"guerra civil", hubieran planteado el problema de ese modo y hubieran hecho
una tentativa de estudiar efectivamente los comienzos de la guerra civil, la
conciencia de toda la revolución rusa habría ganado muchísimo". "La revolución
rusa y la guerra civil".
88
la revolución rusa y la guerra civil
teóricas de la fuerza, "conciencia y organización", serán medidas a través de índices,
compuestos por diversos indicadores.
Un primer índice está dado por la "espontaneidad" de las iniciativas proletaria y burguesas,
obtenido por comparación entre los movimientos proletarios de abril y junio con la
sublevación militar de Kornilov. Se observa que, en tanto las primeras no fueron convocadas
por ninguna organización política (sino que los bolcheviques adhirieron posteriormente) o
incluso intentaron evitarlas, la sublevación Kornilov fue el resultado de una conspiración
militar.
Definida de este modo, la "espontaneidad" es utilizada como índice del arraigo social de la
acción, de su carácter necesario, de la fuerza de los motivos que impulsan cada movimiento
(89).
El segundo índice está dado por los objetivos asumidos por las dos fuerzas y sus
conducciones. Lenin utiliza aquí un indicador directo y uno indirecto.
El indicador directo está dado por el carácter de clase de las metas enunciadas, el indirecto,
por la capacidad de cada fuerza social para convertir sus metas en un discurso legítimo, que
diera fundamento de acciones a las masas.
La superioridad de las fuerzas revolucionarias se refleja en el hecho de poder enunciar
abiertamente los objetivos mientras que las contrarrevolucionarias deben encubrir los suyos
para tratar de conducir a una parte de las masas (90).
Lenin busca efectuar la medición de la "conciencia" tomando en cuenta los efectivos de los
partidos, los datos electorales y la recaudación de fondos, además de la "espontaneidad" y los
"objetivos". También aquí observa un crecimiento de la influencia bolchevique entre las
masas.
Por último, Lenin analiza la "fuerza" material de los dos movimientos y su "tenacidad",
conceptos que en este texto corresponden a la energía ofensiva y defensiva, respectivamente.
Respecto de la "fuerza" ofensiva, Lenin remite a tres factores : "cantidad" medida de
número de adherentes, "conciencia" y "forma de lucha", es decir, un aspecto que refiere a la
"organización" en el enfrentamiento.
Pero esta integración no consiste en una simple aplicación de las nociones provenientes de
otro campo teórico sino de una redefinición de estas nociones y sus relaciones. El objeto a que
refiere la teoría leninista, los conceptos que utiliza, los procesos y dimensiones que toma en
consideración no son los mismos que los de Clausewitz. En cierto modo, Lenin opera una
89
- "Así, pues, la espontaneidad del movimiento, que llega hasta la
iniciación de la guerra civil por el proletariado, es indudable. Nada, ni
siquiera aproximadamente parecido a la espontaneidad existe en el movimiento
de Kornilov : solamente la conspiración de generales que contaban con
arrastrar una parte de las tropas por medio del engaño y la fuerza de la
disciplina.
No hay duda que la espontaneidad del movimiento es un indicio de su profundo arraigo en las masas, de la solidez
de sus raíces, de su ineludibilidad. el fundamento de la revolución proletaria y la carencia de fundamento de la
contrarrevolución burguesa, eso es lo que demuestra los hechos, desde el punto de vista de la espontaneidad del
movimiento". Idem.
90
- "Desde el punto de vista de los objetivos del movimiento, los hechos demuestran que
la guerra civil proletaria puede exponer abiertamente al pueblo sus objetivos finales, atrayendo
con ellos las simpatías de los trabajadores, mientras que la guerra civil burguesa sólo
encubriendo sus objetivos puede tratar de conducir una parte de las masas; de ahí la enorme
diferencia en lo que se refiere al grado de conciencia de las masas". Idem.
generalización de la teoría clásica de la guerra, cuya materia pasa a ser el proceso de lucha de
clases.
Cuando se observa la totalidad del período revolucionario, su génesis, desarrollo y
resolución, la cuestión del poder parece aproximarse al tema de la guerra para luego acercarse
a la cuestión política. No se trata sin embargo, de la distinción fundada por Clausewitz, a partir
del uso o no de medios armados. "Política" y "Guerra" refieren en Lenin a aquellos dos
momentos de la lucha de clases; el de la formación de una "fuerza" a partir de su carácter
social y el de la realización de su carácter social, sea que el combate entre fuerzas armadas
tenga o no lugar. Una resolución de este último tipo dependerá de la superioridad, aplastante
en términos totales -conciencia, organización, armamento- que una de las fuerzas haya
construido a través de los distintos enfrentamientos parciales, armados o no.
Al reformular y aplicar los criterios utilizados por Clausewitz respecto de la guerra entre
naciones, Lenin desarrolla las leyes de la lucha de clases en períodos revolucionarios,
elaborados por Marx y Engels.
¿ Cómo se había constituido esta manera de ver el "poder", la "guerra" y la "política" ?
Los dos primeros aspectos muestran la superioridad de los bolcheviques en tanto han
obtenido el apoyo de las bases de los partidos mencheviques y social-revolucionario. El tercer
aspecto hace referencia a la mayor "fuerza" proletaria respecto de la burguesía en las formas
de lucha extraparlamentaria (91).
La fuerza ofensiva burguesa se fundamenta, según Lenin, en dos fuentes, el "poder de la
riqueza", dado por el apoyo de los bancos y el capital financiero anglo francés y de toda
"derecha" política, por una parte, y el de sus "fuerzas sociales" armadas, la división Salvaje y
los regimientos cosacos. En el análisis de estas fuerzas sociales, Lenin distingue a la primera,
cuya fuerza reside "solamente en la fuerza de la ignorancia y el engaño" y la segunda, que
posee una base en los intereses de los propietarios cosacos, pero que sin embargo no han
demostrado la capacidad de generar movimientos espontáneos comparables a los producidos
por el proletariado.
La "tenacidad", potencia defensiva, fuerza de resistencia, es también reflejo de un aspecto
de la "organización".
La tenacidad del movimiento proletario es observada a partir de los resultados de las
persecuciones sufridas: la clausura de periódicos bolcheviques y los centenares de arrestos no

91
- "Qué datos hay sobre la "fuerza" del proletariado y la de la burguesía
en la guerra civil ? La fuerza de los bolcheviques radica solamente en la
cantidad y la conciencia de clase de los proletarios y en las simpatías de las
"capas inferiores" de los socialrevolucionarios y mencheviques (o sea los
obreros y campesinos más pobres) hacia las consignas bolcheviques. En esta
comparación de los datos sobre elecciones "parlamentarias" con los datos
relativos a los mencionados movimientos de masas, surge con claridad, respecto
de Rusia, la siguiente observación, varias veces hecha en los países
occidentales : la fuerza del proletariado revolucionario, desde el punto de
vista de su ascendiente sobre las masas y su capacidad de empujarlas a la
lucha, es incomparablemente mayor de la lucha extraparlamentaria que en la
lucha parlamentaria. Es una observación muy importante en la cuestión de la
guerra civil. Es, además, comprensible, porque todas las condiciones y todas
las circunstancias de la lucha parlamentaria y de las elecciones reducen la
fuerza de las clases oprimidas en relación con las que pueden desplegar en la
guerra civil". Idem.
han mermado la influencia sino que la han acrecentado, tanto en las elecciones como a través
de la formación de corrientes de izquierda en los partidos mayoritarios.
Puede observarse que Lenin incluye en la observación de la "tenacidad", la fuerza de
resistencia proletaria frente a dos tipos de lucha ofensiva de la burguesía: la ideológica y la
represiva 92.
La capacidad de resistencia de la burguesía, sostiene Lenin, aún no ha sido puesta a prueba,
dado que na ha sido objeto de ningún género de persecuciones.
Comprobamos que Lenin ha construido un modelo de lucha de clases que integra a la teoría
marxista la conceptualización táctico-estratégica de los enfrentamientos desarrollada por la
teoría burguesa de la guerra.

92
- "Resta una última cuestión : la de la tenacidad del movimiento. Para el
movimiento proletariorevolucionario bolchevique, es un hecho demostrado que la
lucha contra el bolchevismo, durante medio año de la república en Rusia, fue
ubicada tanto en el plano ideológico, con órganos de prensa y fuerzas de
propaganda poderosamente dominadas por los adversarios del bolchevismo (y por
una campaña de calumnias que es muy arriesgado admitir como lucha
"ideológica") como en el de la represión : detenciones de centenares,
destrucción de nuestra imprenta principal, clausure del periódico principal y
de una serie de periódicos. el resultado queda demostrado por los hechos: el
enorme fortalecimiento del bolchevismo en las elecciones de agosto en
Petrogrado y la vigorización de las corrientes internacionalistas y de
"izquierda" en el partido de los socialrevolucionarios y de los mencheviques.
Quiere decir que la tenacidad del movimiento proletariorevolucinario en la
rusia republicana es muy grande". Idem.
Capítulo VIII

EL CAPITAL, DOMESTICACION

Cuerpo, Fuerza y Poder

Marx investiga la formación del capitalismo y observa que no hay tal capitalismo sin
separación entre los medios de producción y el trabajador. Para que el cuerpo humano se
convierta en puro portador de fuerza de trabajo, en cuerpo vivo de valor y plusvalor, en fuerza
de trabajo que se pone en movimiento a sí misma, en obrero, los trabajadores deben ser
desposeídos de sus condiciones de existencia (93).
93
- Marx da comienzo a "El Capital" señalando que toda la riqueza material
de la sociedad aparece como un cúmulo de mercancías y trata de comprender el
significado de esta categoría en la vida y en la conciencia sociales.
En primer lugar, distingue un doble aspecto de la mercancía: por una parte, se trata de una cosa, un objeto material,
exterior, que satisface una necesidad humana. En este sentido, la mercancía es un "cuerpo", un conjunto de cualidades
útiles, atributos de ese cuerpo, un valor de uso.
Por otra parte, en la mercancía, ese valor de uso es portador del "valor de cambio". El valor de cambio se presenta
en la mercancía como una relación cuantitativa, una proporción en que se cambia por valores de uso de otra clase,
cualitativamente diferentes. Aquí Marx señala la primera contradicción: el valor de cambio parece ser intrínseco,
inmanente a la mercancía y, por otro lado, algo puramente contingente, relativo. Si una mercancía se intercambia en
proporciones diversas de otros artículos y su valor de cambio permanece sin embargo, inalterado, debe poseer un
contenido distinto a estos modos de expresión; a estas ecuaciones o igualaciones.
Concluye, entonces, que para que se equiparen cosas diferentes debe existir algo común y de la misma magnitud
entre ambas. Este algo común no puede estar dado por sus cualidades corpóreas, naturales, que tornan a las mercancías
"valores de uso" diferentes: en cuanto valores de cambio, sólo pueden diferir por su cantidad. Pero, si se hace
abstracción del valor de uso del cuerpo de la mercancía, solo les queda una propiedad común: la de ser productos del
trabajo humano.
Dado que al abstraer el valor de uso de la mercancía, también se abstrae el carácter determinado del trabajo que
produce ese objeto útil, sólo resta una "sustancia": el trabajo humano indiferenciado, sin consideración a la forma en se
gastó la fuerza humana de trabajo en su producción.
Marx señala, entonces, que el valor de cambio es un modo de expresión históricamente necesario del trabajo
abstractamente humano y que lo que relacionan o miden entre sí las mercancías es su "valor",es decir, una
cristalización de esa sustancia social en el cuerpo de un valor de uso. A su vez, este trabajo es calculado según el
tiempo de trabajo socialmente necesario para producir ese valor de uso.
Es decir, descubre, en esta primera instancia, que el valor no es algo meramente relativo, es sólo su medición la que
adopta una forma relativa. A esta forma de medición -análoga a la de la balanza romana de platillos, que permite
expresar el peso de una cosa en cantidad de otra materia, el hierro, por ejemplo- se debe la apariencia de la mercancía
como fetiche, como si el valor fuera una sustancia sobrenatural propia de las cosas, un poder que reside en el "alma" de
la mercancía, del mismo modo que la balanza hace aparecer a la "masa" como algo intrínseco a la pesa de hierro.
Este dispositivo tiene la virtud de ocultar qué es lo que está midiendo : al equiparar entre sí en el cambio como
valores sus productos heterogéneos, los productores comparan recíprocamente sus diversos trabajos como trabajo
humano. No lo saben pero lo hacen.
La teoría implícita en la relación de valor sólo fue descubierta totalmente por Marx, pero esto no impidió que su
práctica social fuera efectiva desde mucho antes, del mismo modo que la balanza romana pudo servir de medidor,
aunque los romanos tuvieran una noción fetichista de "masa" e ignoraran la teoría física implícita en este dispositivo.
por ejemplo, la ley de gravedad.
En un segundo momento, Marx remite esta forma de medir el trabajo humano y la apariencia de sustancia intrínseca
natural que adquiere el valor de las mercancías al tipo histórico específico de relación social establecido entre los
productores. Lo que explica estos fenómenos es que el trabajo humano es ejercido por sus productores independientes
entre sí, creando "valores de uso para otros" que van a ser transferidos a través del intercambio.
Para que este intercambio sea posible es necesaria una forma de medición del trabajo gastado por los productores: la
relación de valor constituye este dispositivo de medición.
A los productores, por lo tanto, las relaciones sociales entre sus trabajos privados se les pone de manifiesto como lo
que son. no sus relaciones directamente sociales trabadas por las personas mismas en sus trabajos, sino por el
contrario, como relaciones propias de cosas entre las personas y relaciones sociales entre cosas.
Marx resolvió también el dilema con que tropezaba la economía burguesa para explicar lo que denominaba
"ganancia" capitalista. Cuando la producción de mercancías se realiza de forma capitalista -es decir, a través de la
compra en el mercado del trabajo asalariado junto a los restantes medios de producción- las mercancías adquieren un
valor superior al de las insumidas en su producción. Este plusvalor no podía ser explicado en términos de la esfera de
cambio -única a la que prestaba atención la economía burguesa- ni tampoco en términos de la esfera de la producción
sin entrar en contradicción con las leyes del intercambio: el supuesto mercado es que todo intercambio se realiza entre
valores iguales, entre equivalentes, o sea, sin expropiación de trabajo ajeno.
Las teorías burguesas intentaban explicarlo, en base a la esfera del cambio, como una astucia del comerciante -
comprar barato y vender caro- o en términos de la producción, como un producto de las máquinas y materias primas,
del "capital" industrial. La primera explicación se anula no bien se considera toda la secuencia de compras y de ventas,
la segunda, cuando se observa que las máquinas o las materias primas sólo pueden transferir su valor, ya formado
previamente, a las mercancías pero no podrían crear nuevo valor.
Marx resolvió el problema al descubrir que, en el mercado, el capitalista no compra "trabajo" realizado por el
obrero sino "fuerza de trabajo" potencial, trabajo vivo, y lo paga por su valor, o sea por un equivalente a la cantidad de
trabajo necesario para la producción del cuerpo del obrero, de cuya fuerza pasa a ser dueño. Igual que en cualquier
compra destinada al consumo, el capitalista entrega un valor y obtiene un valor de uso, en este caso, la fuerza de
trabajo, que va a ser consumida fuera del ámbito del mercado, en el proceso de producción.
El capitalista consume allí una mercancía particular: la fuerza que el cuerpo humano es capaz de generar. Pero la
particularidad del cuerpo humano respecto del resto de la naturaleza es precisamente la de engendrar más fuerzas que
las que insume para reproducir su propia vida y es de esta particularidad social de la que el capitalista se adueña.
De este modo, en la esfera de la producción, durante la jornada laboral, a través del ejercicio de su fuerza de trabajo,
el obrero reproduce su valor, o sea, un equivalente de los medios de vida necesarios para su existencia física, y más
allá de este tiempo de trabajo, produce valor para el capital, trabajo no pagado, no equivalente, plusvalor que el
capitalista se apropia por fuera de la esfera del intercambio.
Esta apropiación de trabajo excedente se verifica sin violentar las leyes del intercambio de mercancías y sin ejercer
violencia sobre el cuerpo del obrero. El proceso de producción capitalista o proceso de valorización constituye así una
forma de extracción de trabajo excedente muy distinta a la que se presentaba en las relaciones de servidumbre o las
esclavistas donde la expropiación de los productos estaba a la vista y tenía un carácter directamente violento.
La extracción de trabajo excedente bajo la forma de plusvalor indica que el trabajo humano se ha ejercido en
términos de una relación social entre una clase de personas formalmente independientes, pero sus cuerpos, carentes de
medios de producción y de vida, y una clase de propietarios de medios de producción a los que aquella está obligada a
enajenar una parte de sus fuerzas corporales, sin que medie intercambio.
Una vez que las mercancías producidas de este modo son vendidas en el mercado, el plusvalor, convertido en
ganancia, vuelve a incorporarse en calidad de capital al proceso de producción en forma de máquinas, materias primas
y fuerza de trabajo. Esto significa que esta relación de producción capitalista tiende a reiterarse, ampliar e
intensificarse: los productos del obrero se le enfrentarán como un pode ajeno a las fuerzas de su cuerpo, que acumulará
más y más cuerpos para proseguir con la succión de sus fuerzas de trabajo.
En su apariencia mercantil, todo este proceso adopta la forma jurídica de un contrato de compra y venta, como si la
sociedad no hubiera más que propietarios de mercancías -algunos propietarios de medios de producción, otros
propietarios de fuerza de trabajo-, como si el cuerpo del obrero se presentara voluntariamente al mercado, como si esta
relación mercantil que ha hecho presa del cuerpo humano fuera natural y eterna. De este modo el capital hace las veces
de un título jurídico natural, de n derecho adquirido sobre las energías físicas e intelectuales de los trabajadores
asalariados.
Marx pudo superar los dilemas de la economía clásica burguesa porque, en primer lugar, al analizar los atributos de
las cosas y las categorías no se limitó a su carácter natural ni a su apariencia sobrenatural, fetichizada, sino que los
remitió a sus atributos sociales, considerándolos construidos a través de relaciones entre personas, a la vez indicadores
Este proceso expropiatorio se realiza por medio de la violencia, ruptura de relaciones
sociales. La desposesión de las condiciones materiales de existencia de los trabajadores
implica también la expropiación del poder sobre las fuerzas de sus cuerpos.
históricamente y como proceso originario, se los "libera" de la propiedad y se los "libera" de
las relaciones serviles y corporativas, hasta obligarlos y condicionarlos a ofrecer su fuerza de
trabajo como una mercancía más. Pero, bajo formas diferentes el proceso expropiatorio del
capital nunca se detuvo.
La destrucción de relaciones sociales por medio del uso espectacular de la fuerza directa,
fue la precondición de las relaciones sociales capitalistas, que una vez establecidas otorgan a la
producción, apropiación y acumulación de fuerzas corporales una apariencia puramente
mercantil, jurídica y pacífica. Naturalmente esta ilusión se sostiene sólo a condición de que se
observe a través de la óptica dominante: no se han de mirar las infinitas formas de aniquilación
social y física que persisten, las infinitas formas en que la necesidad y el deseo son aniquilados
a reconducidos contra sí mismos.
En todo caso, debió desarrollarse un prolongado proceso de lucha donde la violencia
directa, bajo formas más o menos evidentes, tomó carácter económico: fueron necesarios
siglos hasta que el trabajador "libre", por obra del modo de producción capitalista
desarrollado, se presentara voluntariamente, se viera obligado a vender todo el tiempo de su
vida activa, su capacidad misma de trabajo, por el precio de sus medios de subsistencia
habituales.
Se hace visible otro ámbito de relaciones sociales: éstas no refieren a la producción y
circulación, a la apropiación y acumulación de las fuerzas del cuerpo expresadas en cosas, sino
a la producción, circulación apropiación y acumulación del cuerpo mismo de los
desposeídos. Este es el ámbito de las relaciones de fuerza, de "poder", en termino de las cuales
se producen y destruyen las relaciones de producción, o sea , de propiedad.
En este espacio de relaciones, las fuerzas corporales no sólo se ejercen sobre las cosas sino
también sobre los cuerpos. No sólo las cosas personificadas y las personas tratadas como cosas
sino que aquí se crean las condiciones para que así sea. Las relaciones sociales no sólo se
expresan como relaciones de valor entre las cosas, sino como relación de poder entre las
clases, propietarios y desposeídos, expropiados y expropiadores, explotadores y explotados,
opresores y oprimidos.
A través de estas relaciones de fuerza fueron aniquilados, o subsumidos, los modos de
producción precapitalista y se crearon las condiciones para la existencia y persistencia del
mercado de la fuerza de trabajo, que se expresan en el Estado-nación, territorio del poder
constituido por el capital industrial.
El modelo de Marx respecto a las relaciones de fuerza que refieren a la constitución y
desarrollo del modo de producción capitalista puede sintetizarse así: acción de fuerzas sobre el
cuerpo, luchas cuyas consecuencias es la disolución de relaciones sociales de propiedad,

de la existencia de tipos determinados de relaciones y explicables en función de estas.


En segundo lugar, porque descubrió que el carácter social del cuerpo humano, que le permite desprenderse de la
naturaleza, es su capacidad de producir más fuerzas de las que consume.
Por último, porque no redujo su observación a relaciones sociales en la esfera del cambio -que el pensamiento
burgués consideraba naturales y eternas y el único plano sobre el que podía fundarse un discurso teórico legítimo- sino
que tomó en cuenta la totalidad de las relaciones implicadas en el proceso de producción, lo cual lo condujo a
relaciones de propiedad. Esto le permitió concluir que la forma en que las fuerzas del cuerpo producen un trabajo
excedente y la forma en que este excedente es apropiado dependen de las relaciones de propiedad, históricamente
variables.
expropiación violenta, formación de nuevas relaciones entre expropiadores y expropiados, a
través de las cuales los últimos ceden contractualmente sus fuerzas corporales, en un ámbito
de apariencia pacífica y de intercambio de equivalentes, el mercado.
Es interesante compara ahora este enfoque con la teoría de Clausewitz acerca de la relación
de poder que se establece entre los estado-nación.
Según este modelo, la relación de poder consta de tres momentos: política-guerra-política.
La política -"inteligencia del estado personificada"- establece las metas y provee los medios a
la guerra. A su vez la guerra es exclusivamente medio de la política.
Política y guerra son considerados "actos de relaciones entre personas", "conflictos de
grandes intereses", cuyo único rasgo distintivo consiste en que, en la guerra, el conflicto se
resuelve por medios cruentos, a través de la lucha entre fuerzas armadas (94).
En la guerra se usan los medios provistos y creados en el ámbito de la política por el
estado: las fuerzas de combate, físicas y morales. Estas fuerzas se consumen al aplicarse sobre
el cuerpo del enemigo. La acción material se ejerce directamente sobre individuos,
aniquilando o limitando su libertad de movimientos a través de la muerte, la mutilación o el
aprisionamiento. El objetivo es la destrucción de las fuerzas del cuerpo colectivo del
adversario, su autoconfianza, valor, cohesión, disciplina, sujeción a un plan, es decir, la
ruptura de las relaciones que el estado enemigo ha establecido entre los cuerpos de sus
soldados y respecto de ellos. A la fuerza material que estas relaciones otorgan a los cuerpos,
Clausewitz la denomina fuerza moral.
La meta inmediata es producir entre la voluntad y los comportamientos del enemigo.
Cuando la tendencia a la preservación moral -el valor- es superada por la tendencia a la
preservación física -el miedo- los cuerpos ceden al dominio sobre sí mismos, entregan su
voluntad a otro, aceptan la determinación externa de sus conductas: el bando vencedor se
apropia del poder sobre el cuerpo del vencido, que ha depuesto su resistencia.
Según Clausewitz aquí termina la misión de la guerra: qué finalidad se perseguía en la
búsqueda de este poder, qué es lo que finalmente se hace con él, es algo que pertenece al
terreno de la política. La guerra produce y se apropia del poder sobre el cuerpo, la política lo
usa. El momento de la política es el momento de formación de nuevas relaciones, ya no entre
fuerzas iguales, sino entre un vencedor y un vencido. La guerra ha producido esta desigualdad,
cristalizando la fuerza de los cuerpos y su resultante se contabiliza en términos de muertos,
heridos, prisioneros. La política consagra la desigualdad de las fuerzas creando nuevos
vínculos bajo la forma jurídica de un contrato entre voluntades: da forma a la "paz".
Por medio de relaciones "voluntarias", pacíficas, que fueron construidas en base a la
desposesión de la voluntad, del poder que el enemigo tenía sobre su cuerpo, se estipulan las
condiciones en que se realizará la apropiación de productos de las fuerzas corporales o de
cosas poseídas por el vencido: bienes, tierra, impuestos, etc.
Clausewitz concibe la relación de poder entre naciones como un continuo de actividades y
relaciones "política-guerra", dominado por la política. La política crea las fuerzas y determina

94
- "La guerra es un acto de relaciones humanas (...)Por consiguiente decimos que la guerra no pertenece al dominio
de las técnicas ni al de las ciencias sino al de la vida social. Es un conflicto de grandes intereses que se resuelve en
forma cruenta y sólo por este rasgo se diferencia de otros conflictos. Más que una técnica cualquiera se la podría
comparar con el comercio, que también es un conflicto de intereses y actividades humanas, y mucho más próxima se
encuentra a la política que, por su parte, puede ser también considerada como una especie de comercio en gran escala".
von Clausewitz : "De la guerra".
los objetivos de la guerra. La guerra aplica las fuerzas para producir una desposesión y
apropiación del poder sobre el cuerpo y, finalmente, la política utiliza ese poder para
apropiarse de fuerzas producidas por el cuerpo a sus propiedades.
La guerra instrumenta la fuerza para destruir ciertas relaciones entre los cuerpos que
otorgan a éstos poder sobre sus fuerzas. La política usa el poder adquirido sobre los cuerpos
para construir nuevas relaciones con el desposeído de poder, que le permiten apropiarse de sus
fuerzas o posesiones.
En la teoría burguesa clásica, la guerra es el ámbito de la expropiación de poder, la política,
el de expropiación de las fuerzas. La política es el momento en el que las relaciones de
apropiación adquieren forma jurídica, contractual, pacífica. La guerra es donde las relaciones
son extrajurídicas y cruentas.
Para Clausewitz, la guerra sería la precondición del contrato pacífico, "comercial"-
"político". La expropiación de cosas, que se manifiesta jurídicamente, habría sido creada
previamente como desposesión del poder: la relación de poder incluye estas dos caras, estos
dos momentos.
Como se observa, el modelo clausewitziano de la relación de poder entre naciones presenta
analogía con la descripción marxista de la formación y desarrollo de las relaciones de
producción capitalistas. Según Marx, las relaciones de mercado, en las cuales el individuo
"libre" vende su fuerza de trabajo como si dispusiera de una voluntad contractual,son
consecuencia de una previa expropiación por medio de la violencia de sus condiciones
materiales de existencia.
La esfera de la "política" a que refiere Clausewitz ocupa un lugar análogo al que tiene, en el
pensamiento de Marx, el mercado de la fuerza de trabajo una vez constituido. La esfera de la
"guerra", el de las condiciones de la existencia y persistencia de este mercado, de ese
particular sistema de relaciones sociales, a la vez pacíficas y expropiatorias.

Teoría política : entre la guerra y el crimen.

Ahora bien, en su teoría acerca de las relaciones de poder entre estados, Clausewitz dejaba
afuera deliberadamente la cuestión de la formación de fuerzas que estas naciones enfrentaban
entre sí. Si bien comprende que para que las fuerzas nacionales se confrontaran en una guerra
era necesario que previamente se hubieran constituido, su teoría considera al estado y sus
fuerzas armadas como un presupuesto, como un dato dado, áreas de actividad cuya realización
y reflexión deja a cargo de otras teorías.
Resulta entonces, importante observar de qué modo conceptualizaba la teoría política
burguesa la formación del estado-nación. Lo que primero sorprende es que el modelo
clausewitziano de la relación de poder, con sus dos momentos "guerra" y "política", aparece
escindido y parcializado en la teoría política: ella asume sólo el momento contractual del
proceso, su apariencia mercantil y excluye el momento expropiatorio del poder, el del uso de
la fuerza sobre el cuerpo, la "guerra".
La teoría política burguesa delimita su espacio de reflexión a lo jurídico : una simple
operación en el discurso le permite desplazar el principio de la soberanía por el derecho divino
-fundamento legitimador de la monarquía absoluta- por la soberanía popular. el llamado
"contrato social", supuesta explicación de toda sociedad humana, sacraliza este ámbito
jurídico, especificándose como contrato "constituyente", expresión de la voluntad de
ciudadanos.
El contrato -figura coherente con las categorías del pensamiento mercantil dominante en la
sociedad burguesa- expresa, según esa teoría, el desdoblamiento de la sociedad en un ámbito
civil y uno político, y la delegación voluntaria del poder por parte de la "sociedad civil" en una
representación suya, la "sociedad política" o "estado". A través del estado, los intereses de los
propietarios particulares se subordinan al interés general de la nación.
Pero la teoría política burguesa -como para la teoría económica clásica, la mercancía y sus
propietarios- el "ciudadano" es la única figura social admitida: toda la sociedad es concebida
como un mercado, en el cual no existen más que propietarios-ciudadanos.
En su génesis histórica este supuesto se verifica en la realidad: se era ciudadano en tanto
propietario. Burgués y ciudadano no sólo se significaban con la misma palabra en algunos
idiomas -como el alemán- sino también eran idénticos en las formas y procedimientos de la
representación política: para los parlamentos y asambleas estamentales, bajo la monarquía
absoluta y luego el voto censatario, se requería estar incluido en las listas de los contribuyentes
de determinado monto para ser considerado "ciudadano".
En este momento inicial, la idea de que la sociedad política, los intereses particulares se
subsumían en el interés general, expresaba realmente la relación política entre los diferentes
intereses mercantiles de las fracciones propietarias y la propiedad burguesa en general.
Los trabajadores, los pobres, las mujeres, los jóvenes, etc, estaban incluidos en esta
"sociedad" política. Un nuevo ser sobrenatural iba constituyendo para las clases propietarias la
legitimación de la magnitud de poder: la mercancía o, más bien, aquella forma de la mercancía
que, extinguiendo toda diferencia cualitativa entre las mercancías, señala el poder de sus
propietarios privados sobre la riqueza social, es decir, el dinero.
Pero la extensión de la ciudadanía, un proceso que se impuso a ritmo desigual en las
distintas sociedades, asumió un significado completamente opuesto al de ese momento inicial,
aunque-y este es el punto clave en la construcción de la figura del ciudadano como fetiche,
como cosa de que parece emanar un poder propio- mantuvo su misma apariencia; se trató de
incorporar a este régimen jurídico-político a las fracciones sociales desposeídas bajo el
supuesto de que eran igualmente propietarias.
Para los desposeídos, su fuerza de trabajo era una propiedad ficticia ya que, expropiados
del poder sobre su cuerpo productivo, estaban obligados a venderla al capitalista.
La teoría política burguesa hacía abstracción de esta diferencia tanto en lo económico como
en su reflejo político. Así, al instituir los "derechos del hombre" -para el capitalismo "hombre"
es un ser puramente mercantil, un propietario de mercancía indistinta- expresaban
políticamente el interés de clase burgués respecto de las relaciones capitalistas de explotación.
La "libertad", que en un principio significó la "libertad de comercio" frente a las trabas de la
época feudal, se convirtió en la libertad de los asalariados para vender su mercancía. En este
sentido, ser libre significaba la obligación de entregar su fuerza de trabajo por "libre voluntad".
La "igualdad", inicialmente expresión de relaciones de personas que, en tanto poseedoras
de mercancías, intercambian equivalentes, disfrazó mas tarde la desigualdad de la relación
entre capitalistas y asalariados. Ocultaba, de este modo, el hecho de que si bien había un
intercambio de equivalente en la esfera de la circulación, se verificaba en la esfera de la
producción una apropiación de plusvalor, por parte del capitalista.
Por último, la "propiedad", que legítima la disposición de sus medios de trabajo por parte
de los productores independientes, pasó a significar la propiedad sobre el capital, o sea, el
derecho a explotar el trabajo ajeno.
Al mantenerse exclusivamente en el mundo de la apariencia de las relaciones de mercado,
sin tomar en cuenta las relaciones de producción, de propiedad, al considerar los efectos
contractuales y no las causas expropiatorias que los hacían posibles, la teoría política burguesa
omitía, por una parte el momento de la "guerra", de la lucha, que está presupuesta a las
relaciones jurídicas y, por otra parte, esfumaba a los propios sujetos de estas relaciones, las
clases antagónicas. En suma el discurso teórico que la burguesía enunció respecto de la
política en el ámbito del estado-nación tornó visibles dos cosas : la lucha y las clases.
Sin embargo, lucha y clases, lucha de clases, están presentes en el discurso político de la
burguesía como contradicción interna -análoga a la contradicción en la teoría económica
respecto de la ganancia, remitida al "robo" de los comerciantes- que se expresa, como un
síntoma, en la fractura del discurso. La forma en que la burguesía mediatiza, posterga, esta
contradicción de su discurso es un disfraz, un desplazamiento, y una transferencia de las
manifestaciones reales de la lucha de clases hacia dos campos teóricos que se yuxtaponen al
de la política en sus límites externos: se trata del discurso de la guerra y el delito que, a través
del desarrollo y crisis del capitalismo, tienden a fundirse en uno sólo.
De este modo, la teoría política burguesa no incluye la lucha expropiatoria (sobre todo
cuando se trata evidentemente de la lucha de clases) más que dejándola afuera. Procede con
estas luchas como si fueran algo externo a lo que la teoría ha delimitado como "la sociedad",
dejándolas a cargo de otras teorías: es "guerra" entre naciones, entre sociedades, o es lucha
contra el "delito". En su discurso, la sociedad es reducida a tiempos y espacios dentro de los
cuales sólo puede reinar la paz y la propiedad.
El uso de la fuerza sobre el cuerpo es presentado como si la sociedad lo ejerciera hacia un
exterior, defendiéndose contra el "extranjero", el "asocial", el "desorden", expresiones que
muchas veces se hacen resonar a modo de sinónimos.
Así, por ejemplo, el discurso burgués inventa un espacio imaginariamente excluido de la
sociedad, la prisión, donde las conductas que se han manifestado por fuera de las leyes
mercantiles, deben ser "pagadas". La sociedad, se dice, "cobra delitos", con una cantidad de
tiempo de aislamiento corporal para permitir al individuo "reincorporarse a la sociedad".
El discurso político burgués configura y legítima un ámbito social en el cual las
dimensiones del conflicto entre intereses sólo aparecen en forma abstracta, sublimada : se
admite la "lucha" a condición de que ésta exprese en el lenguaje y las relaciones mercantiles,
como "competencia" entre ciudadanos propietarios.
Toda lucha donde los individuos de las clases desposeídas se comportan como lo que
realmente son y buscan recuperar algo de lo que les ha sido despojado es considerado por la
teoría como "fuera de la ley", quiebra del contrato, clasificado en términos de "delito" y dejado
a cargo de la teoría de la criminalidad, en tanto conducta "asocial". Toda lucha en la que los
desposeídos intentan comportarse como fuerza social, como fuerza de clase, y no como
individuos vencidos, sometidos, ciudadanizados, "civilizados", es considerada "atentado a la
paz social", "subversión" de las relaciones jurídicas establecidas bajo el pretendido contrato.
En el interior de las relaciones legitimadas por la teoría sólo se admiten los conflictos que -
análogamente al tipo de medición que se realiza entre las mercancías- se expresan en forma
cuantitativa: luchas redistributivas respecto de las magnitudes de valor y poder que, en tanto
ciudadanos-propietarios, las distintas fracciones sociales poseen. Luchas competitivas que no
cuestionan aquellas relaciones sociales que determinan que los cuerpos humanos y sus fuerzas
deban vincularse entre sí en términos de "valor" y "poder".
Como se observa, hay un punto en el que las teorías burguesas de la guerra y la política
coinciden : ambas abstraen y niegan las relaciones de fuerza reflejadas en el estado-nación, y
dan por supuesto el carácter jurídico, competitivo, mercantil, con que éstas se manifiestan una
vez constituido el estado.
La teoría de la guerra no refiere los dos momentos, "guerra' y "política" -que sí especifica,
en cambio, cuando se trata de la relación de poder entre las naciones- al interior del estado,
como descripción y explicación de un proceso constitutivo de "lo político".
La teoría política deja ese momento constitutivo a cargo de la teoría de la guerra, para
ocuparse de lo "constituido", al que intenta pasar por "constituyente". Si se aplica
rigurosamente el modelo de Clausewitz al proceso de formación del estado-nación, se verá
que "lo constituyente es ...la guerra!!" y que la "constitución" es sólo armisticio. No es
necesario conocer mucha historia política para advertir que éste es el caso de todo estado-
nación.
Pero, en la teoría política burguesa, el estado-mercado de la fuerza de trabajo, el obrero-
ciudadano, son tomados en consideración parcial, segmentadamente, en cuanto resultado pero
no en lo que hace a su causa. Las relaciones de poder no son analizadas en su proceso de
producción -allí donde se verifica la aplicación de fuerzas físicas sobre los cuerpos, se
expropia el poder sobre el cuerpo, se destruyen relaciones sociales no mercantiles- sino sólo en
su circulación, respecto de aquellos comportamientos que tienen apariencia de voluntarios y
pacíficos, pues los cuerpos que se conducen como sometidos han sido "vencidos"
anteriormente.
Al separar del momento de la génesis, la teoría política burguesa -igual que su teoría
económica- naturaliza las relaciones de fuerza existentes entre las clases.
Esta manera de segmentar y desplazar, de parcializar y disfrazar la realidad de las acciones
y relaciones entre las personas, es la forma específicamente burguesa de tomar conciencia de
la sociedad. Es su intento de resolver imaginariamente las contradicciones sociales reales que
reaparecen en la reflexión acerca de la sociedad y una forma interesada de presentarlo así ante
los desposeídos.

La separación entre "política" y "guerra", entre "paz" y "guerra" surge de la


práctica y del dominio de la reflexión que sobre el poder tiene el discurso teórico de la
burguesía y obedece a leyes mercantiles en el campo del pensamiento, a las formas de
conocimiento fetichista.
Pero, dado que las contradicciones de las relaciones y leyes mercantiles no existen sólo en
el pensamiento sino en la realidad, a través de procesos sociales extremadamente complejos y
sutiles, se crearon, durante el siglo XIX, las condiciones para la formulación de otra teoría, la
de la lucha de clases, que supera las contradicciones que el pensamiento burgués no podía en
verdad resolver, rearticulando muchos de sus conceptos con otros nuevos en un nivel de
organización superior de la reflexión social.

La clases son efectos de las luchas.

En su teoría del estado, Marx y Engels no separan estos campos de "guerra" y "política"
sino que los integran en un campo único de descripción y explicación. En lugar de pensar en la
forma histórica-jurídica del contrato, como constituyente de toda sociedad humana, refieren al
surgimiento del estado a una fase histórica especial en que -por contraposición a la primitiva
organización de los clanes- se instituye una fuerza armada pública separada de la población
desarmada (95). El estado en general es concebido como expresión de la diferenciación de la

95
- "El segundo rasgo característico es la institución de una fuerza
pública que ya no es el pueblo armado.. Esta fuerza pública se hace necesaria
sociedad en clases apropiadoras y clases productoras de trabajo excedente, que los propietarios
instrumentan para mantener y reproducir las relaciones sociales existentes. Este papel es
atribuido también a aquel tipo de estado que expresa el predominio o la generalización de las
relaciones mercantiles: "En realidad, el estado no es más que la máquina de opresión de una
clase por otra, lo mismo en la república democrática que bajo la monarquía..." (96).
Precisamente con referencia a los hechos de la Comuna, Marx afirma que el poder del
estado, bajo su forma parlamentaria, se ha convertido "en franco instrumento de la guerra civil
en manos de los capitalistas y los propietarios territoriales, se sus parásitos de estado, contra
los esfuerzos revolucionarios de los productores" (97).
Basta confrontar los dos textos citados abajo para encontrar una nueva analogía: en Marx y
Engels, la lucha de clases -"guerra civil más o menos encubierta que se desarrolla en el seno
de la sociedad existente"- ocupa el lugar que Clausewitz asigna a la "política" mientras
que la revolución -la guerra civil "abierta"- corresponde a la noción clausewitziana de
"guerra" (98).
Para los teóricos del proletariado, la lucha de clases es ya una guerra; su discurso no admite
una distinción entre "paz" y "guerra" supuesta en la imagen contractual de las relaciones
sociales propuesta por la teoría burguesa. Para Marx y Engels, la lucha de clases y sus
resultados, esta guerra más o menos oculta, son los que explican que la burguesía haya logrado
configurar un ámbito de su dominación que tenga la virtud de aparecer como "paz".
Del mismo modo, Marx y Engels no escinden sino que articulan "economía", "política" y
"guerra"; en su teoría, las relaciones de propiedad no sólo constituyen la base material de las
clases sino que son efectos de la lucha de clases. Los éxitos que la burguesía obtiene en esa
"guerra" explican que el capital aparezca como título jurídico natural sobre las fuerzas del
cuerpo ajeno y que opere como "máquina" de explotación. Que el estado se invista del derecho
natural sobre la voluntad ajena y que actúe como máquina de opresión.
Por otra parte, son estas relaciones de lucha entre las clases las que, a través de un
prolongado proceso, configuran a sus propios sujetos como un ser histórico concreto,
construyendo uno a uno los atributos sociales de las clases. Así crean, por una parte, el obrero,
y por otra,el ciudadano, para luego fundirlos en una figura única,íntimamente contradictoria.
En la teoría marxista, las clases y sus relaciones no se forman ni se desarrollan en un
espacio conceptual escindido del de su lucha.

porque desde la división de la sociedad en clases es ya imposible una


organización armada espontánea de toda la población...Esta fuerza pública
existe en todo estado; y no está formada sólo por hombres armados, sino
también por aditamentos materiales, las cárceles y las instituciones
coercitivas de todo género, que la sociedad gentilicia (el clan) no conocía".
F. Engels : "El origen de la familia, la propiedad privada y el estado".
96
- F. Engels : "Prólogo a la guerra civil en Francia".
97
- Marx : "Segundo borrador para la guerra civil en Francia".
98
- "Al esbozar las fases más generales del desarrollo del proletariado,
hamos seguido el curso de la guerra civil más o menos oculta que se desarrolla
en el seno de la sociedad existente, hasta el punto en que se transforma en
una revolución abierta, y el proletariado, derrocando a la burguesía por la
violencia, implanta su dominación...". "Manifiesto comunista".
"Además, la política es el seno donde se desarrolla la guerra: en ella se encuentran señalados los lineamientos de la
guerra, en forma oculta, del mismo modo que los atributos de las criaturas vivientes en sus embriones". Von
Clausewitz : "De la guerra".
A diferencia del modelo clausewitziano, que abstrae del ámbito del conflicto de la "guerra"
los procesos de formación de sus instrumentos y sujetos sociales, los teóricos del proletariado
incluyen estos dos procesos en un campo único de la realidad y del análisis,la lucha de clases.
La burguesía construyó una conciencia falsa respecto de las relaciones de poder, que se
correspondía con su posición en esas relaciones. También en lo económico, mantenía
concepciones falsas acerca del valor y la mercancía. Ello no impidió que la burguesía creara
socialmente las condiciones para su producción, apropiación y acumulación. Por el contrario,
estas concepciones falsas eran la forma de conciencia necesaria del modo de producción
capitalista. De la misma manera, la imagen teórica parcializada que la burguesía enuncia en lo
político,refleja la conciencia necesaria acerca de las condiciones en que las categorías "poder"
y "ciudadano" adquieren vigencia social en el régimen burgués.
En su práctica real, en la lucha de clases que ejecutó con el fin de crear y mantener el
ámbito social de dominación,la burguesía utilizó estos dos campos de acción y de reflexión,
"guerra' y "política", que en la teoría aparecían escindidos y ahora, leídos desde la perspectiva
de la lucha de clases, pueden ser redefinidos, otorgándoles un carácter más universal. "Guerra"
como causa,fuerza que actúa sobre el cuerpo, cuya meta es despojar al cuerpo del poder sobre
sí mismo, destrucción de relaciones sociales. "Política" como efecto, apropiación de las
fuerzas del cuerpo, que se comporta voluntariamente, construcción de relaciones sociales.

Tales las actividades que la burguesía utilizó y utiliza, mutuamente condicionadas y


permanentemente yuxtapuestas en distintos niveles de la vida humana; sobre las condiciones
de existencia del cuerpo, sobre el cuerpo mismo en su materialidad muscular, ósea, nerviosa,
sobre las relaciones entre los cuerpos, sobre la materialidad de sus formas de conciencia,
lenguaje, aprendizaje.

Disciplina; política del cuerpo.

Actualmente comienza a conocerse, a través de diversos estudios, la profundidad y el


significado de esta intervención del continuo "guerra-política" sobre el cuerpo humano , podría
decirse a nivel macro y micro; del mismo modo que en el estado nación, la "constitución" del
cuerpo humano actual encubre un proceso "constituyente" : no sólo en lo que hace a su
conciencia, lo que parece en principio más fácil de aceptar, sino en sus posturas físicas, en sus
habilidades, probablemente en su fisiología.
A través del proceso histórico de aplicación de fuerzas sobre el cuerpo, a fin de desarticular
y rearticular distintos niveles de su existencia, la burguesía formó con referencia a estos
campos parciales de acción, múltiples técnicas o ciencias especiales; formación del poder
burgués en el cuerpo y sus relaciones fue simultáneo a la formación de un saber acerca de
estos temas.
Así se desarrollaron gran variedad de "disciplinas" -la propia palabra sugiere mucho acerca
de su finalidad- centradas en el saber sobre el cuerpo y las relaciones humanas; la propia teoría
de la guerra, la economía, la pedagogía, la ortopedia, la criminología, la psiquiatría, la
psicología, la sociología, y una lista interminable de ramas u sub-ramas, junto a técnicas
empíricas que ni siquiera alcanzaron categoría teórica. La forma en que fueron surgiendo y
relacionándose fue aparentemente azarosa, puestos a prueba, rechazados o incorporados o
superados en el campo de experimentación de la lucha de clases, no sólo en ámbito específico
de la guerra, sino en el hospital, la prisión, la escuela, el manicomio, la familia, el espacio
urbano y la edificación, etc. El cuerpo humano y sus relaciones se convirtieron en territorios
de poder y saber de la burguesía.
La guerra, tal como la burguesía la teoriza actualmente ha tenido que incorporar y
subordinar muchos de estos campos de aplicación de fuerza y de experimentación sobre el
cuerpo. Para concebir de qué manera la burguesía constituyó al obrero-ciudadano -es decir :
cómo formó su unidad de dominación- resulta un ejemplo sustancial la actividad teórico
práctica de la guerra en el período de dominio del capital comercial,durante la monarquía
absoluta, donde se configuraba el estado -nación y las condiciones del modo de producción
capitalista.
Conocer lo que la "guerra" hacía con el cuerpo del soldado en aquel momento puede dar
pistas acerca de lo que se estaba haciendo en otras esferas de la vida social. ¿ Por qué otorgar
importancia al soldado ? Porque la formación del soldado por parte de la burguesía -tal como
se desprende de lo expuesto hasta aquí- condiciona la formación del obrero-ciudadano, ya que
esta creación fue en su origen un proceso de disolución de relaciones,una "guerra".
La teoría de la guerra anterior a Clausewitz estuvo subyugada por la imagen del hombre-
máquina. Las cuestiones de la táctica, sobre las que centraba su reflexión y también la práctica
militar, se había orientado a lograr la formación de un ejército concebido como un mecanismo
perfeccionado, como un "autómata".
Las técnicas desarrolladas con este objetivo consistían en una intensificación, extensión y
refinamiento de la disciplina corporal. Se trataba de una domesticación integral iniciada a
través de un minucioso análisis y reorganización de los movimientos corporales, que insumió
varios siglos.
El resultado perseguido era obtener una fuerza de masas articulada desde su mínima unidad
hasta las configuraciones más complejas, por parcelación y reestructuración del propio cuerpo
de cada individuo, de los individuos entre sí, para formar grupos y entre grupos de individuos.
Estas transformaciones buscaban, por una parte, multiplicar el número de acciones posibles
de ser producidas por el cuerpo, intensificar la energía puesta en cada acción, homogeneizarlas
para permitir su contabilidad y manejo, desagregarlas para facilitar su articulación con
acciones de otros cuerpos. El amaestramiento del cuerpo del soldado, a través de marchas, por
medios de pasos especiales, estipulados a un ritmo dado, permitía una determinada
organización del tiempo -que podía ser acelerado considerablemente- y a la vez lograba pautar
el desplazamiento en el espacio.
Pero estas técnicas no se proponían exclusivamente modelar e incrementar la fuerza del
cuerpo del soldado y su acción conjunta. Prueba de ello es que el disciplinamiento se extendía
hacia actividades completamente ajenas al ejercicio de fuerzas físicas: se imponía posiciones
durante el descanso y el sueño, actitudes de saludo, tonos y ritmos de la voz, léxicos, etc.
Con la tendencia a normalizar la totalidad del tiempo de los comportamientos, incluso los
eminentemente simbólicos se buscaba que los soldados no controlaran prácticamente ninguno
de sus movimientos corporales, tanto en los ejercicios bélicos como en la vida cotidiana del
cuartel y, menos aún, su funcionamiento conjunto. La acción del cuerpo, la exteriorización de
sus fuerzas o su puesta en movimiento, sus relaciones con otros cuerpos, debían estar
determinados por una voluntad ajena, externa que se expresaba por medio de órdenes, de
voces, de signos de mando.
Otro rasgo de esta "máquina" era su estratificación en una estructura piramidal de
jerarquías múltiplemente articulada : aquel que ejercía el mando en un nivel, debía someterse a
su vez a otra voluntad, situada en una esfera superior en la cadena de mandos. Esta
subordinación llegaba así hasta el general en jefe, que controlaba el conjunto del ejército.
De este modo, las producción de fuerzas de masa resultaba ser inseparable de las relaciones
de obediencia. No solamente se obtenía un incremento en la magnitud de las fuerzas
producidas, debido al carácter cooperativo de su funcionamiento, sino que se lograba la
desposesión del poder sobre el cuerpo por parte de los soldados.
Este hecho toma sentido si se considera que el desarrollo de las técnicas disciplinarias se
verificó fundamentalmente en relación a la infantería, que supuso tanto un incremento
numérico como una modificación del carácter social de las tropas : el reclutamiento general
hacia potenciales soldados de la casi totalidad de los diversos varones adultos y significaba
ante todo, la militarización de diversas capas del campesinado, del artesanado y del incipiente
proletariado rural y urbano.
A esta modificación de las relaciones entre los cuerpos se agrega el cambio simultáneo
operado entre los cuerpos y las armas, es decir, aquellas cosas que constituyen extensiones del
cuerpo con el fin de incrementar su magnitud, el alcance y velocidad de sus fuerzas.
La disolución de las formaciones militares feudales implicó la supresión de las relaciones
de propiedad de los combatientes respecto de sus armas y equipos así como la propiedad de
los señores respecto de sus ejércitos, reclutados entre vasallos y siervos, para transformarlos en
instrumentos del estado centralizado.
La aparición de estas formas organizacionales no dependió fundamentalmente del
desarrollo tecnológico del armamento sino del carácter que asumía la lucha de clases entre las
distintas fracciones propietarias. Es destacable que los primeros ejércitos de este tipo fueron, al
mismo tiempo, las primeras grandes empresas capitalistas, en el sentido que asalariaban a sus
soldados y vendían sus servicios.
El ejército de ser principalmente una organización de propietarios, ahora se trataba de
extraer del cuerpo de los desposeídos la fuerza de lucha. Para los propietarios, el problema de
disponer de fuerzas no podía escindirse de otra cuestión : la de lograr que éstas actuaran con
independencia del carácter social de los soldados, incluso contraponiéndose a él. Las fuerzas
de masas debían alinearse en el mismo acto de su producción.
Los combatientes, separados del dominio de su cuerpo y de la propiedad de las armas,
también fueron escindidos físicamente del resto del pueblo, del cual eran extraídos para
acumularlos en cuarteles, donde sus necesidades vitales -vivienda, alimentos, vestuario- eran
provistos por el estado. Se los distanciaba así de la vida productiva, de las necesidades
materiales, de los padecimientos de la explotación y de las rebeliones que éstos generaban,
para hacerlos depender en sus condiciones de existencia de la institución militar.
Toda una escala graduada de premios -desde la remuneración material y el botín, a los
ascensos, limitados de ciertas jerarquías según el estrato social del cual proviniera- y de
castigos -desde la degradación y la prisión hasta la muerte- que se distribuían por medio de
una vigilancia jerárquica omnipresente, eran los instrumentos para imponer el funcionamiento
de la disciplina que se pretendía automática.
Se trataba de crear una fuerza de masas sin que se formara una masa: que fuera resultado de
operaciones con los individuos e incluso en el interior de cada individuo, que sus relaciones
internas estuvieran siempre mediadas por el vínculo con la superioridad, con un poder externo
que, a través de una serie de eslabones, hacia cúspide en el gobierno del estado.
Esta descripción, esquemática, simplificada, es suficiente para ilustrar el proceso de
formación del "soldado",a través de la acción "guerra-política" sobre su cuerpo. La formación
del obrero, del "ejército industrial", a partir del cuerpo de los campesinos y artesanos, se
realizó por medio de estas técnicas que se difundieron en toda la sociedad.
En efecto, se sabe actualmente que fueron utilizadas en todos los ámbitos donde se
acumulaban cuerpos,algunos destinados a la producción y apropiación de fuerzas, como la
fábrica, otros, exclusivamente dedicados a la apropiación del poder sobre el cuerpo, como el
manicomio o la prisión. Algunos, de rol mas antiguo como la escuela, el hospital etc.
El saber y el poder sobre el cuerpo fueron integrándose en un "paquete tecnológico"
material jurídico-normativo, utilizando para cristalizar en el cuerpo una parcialidad de las
relaciones sociales, aquellas que lo conectan con el ámbito del mercado, con el interés de clase
de la burguesía. A la vez servía para dificultar la consolidación de otra porción de sus
relaciones, las que lo vinculan, por fuera del mercado con los desposeídos, con el interés de
clase del proletariado. Se trata de la formación del obrero-ciudadano.

Aparato burocrático y teoría del poder/máquina.

A medida que estos objetivos se fueran cumpliendo y que la burguesía lograba determinar
y adueñarse de los comportamientos corporales, sin necesidad de una intervención directa e
inmediata sobre los cuerpos, esta forma de organización pareció adquirir independencia
respecto de sus condiciones de formación. La burguesía pensó que había logrado inventar una
máquina perfecta de acumular y apropiarse del poder de los cuerpos: el aparato burocrático.
Esta "máquina" social permitía que la voluntad de un pequeño número de personas, los
"señores", reclutados en general entre los capitalistas y terratenientes, se impusiera sobre la
mayoría, formada por asalariados, por medio de una capa de funcionarios extraídos de
distintas fracciones de la pequeña burguesía. Una cadena centralizada de jerarquías y órdenes,
que funcionaba en una sola dirección, desde los "señores", con una minuciosa definición y
articulación de áreas de competencia, una vigilancia omnipresente que permitía el control y la
contabilidad de los comportamientos, con un régimen de acumulación de información,
protegido por secreto, servia para clasificar y reclasificar individuos dentro de un sistema
jerárquizado de sanciones y recompensas, que ya no necesitaba recurrir a la violencia física. el
ejercicio del poder tomó apariencia impersonal, sujeta a reglas estrictamente codificadas.
El estado de la monarquía absoluta, y más tarde el de la revolución
burguesa, fue adoptando esta forma organizacional a fin de centralizar la multitud de
"poderes" de todo tipo que sobrevivían de la época feudal.
A fin de cohesionar este aparato, se aseguró a sus miembros, incluso a los asalariados,
condiciones especiales que, en realidad, no respondían a las leyes del mercado de trabajo :
inamovilidad en los cargos y recompensas extrasalariales de todo tipo, privilegios para
perpetuar a su familia en los puestos oficiales.
La supuesta separación entre sociedad civil y sociedad política -que según la teoría
burguesa, mantenía entre ellas relaciones de representación- significó en realidad, la creación
de nuevas capas sociales con una esfera de intereses propios, en la medida que su existencia
no dependía de las condiciones del mercado sino del presupuesto nacional, determinado por el
gobierno.
El interés de clase de la burocracia se centró en las condiciones generales de la subsistencia
del estado y la producción capitalista, mas que en sus manifestaciones e intereses particulares.
La burocracia, la máquina del estado, comenzó a encarnar el interés estratégico de la burguesía
en la lucha de clases.
Esta forma de organización del estado le permitía aparecer ante los desposeídos como un
poder impersonal, legítimo en la medida en que expresaba la validez universal del interés
general de la nación. Por otra parte, esta posición hacía posible que la lucha entre las
fracciones de la burguesía para instrumentar el poder del estado en su propio provecho,
pudiera realizarse manteniendo ciertos criterios globales en la lucha contra los desposeídos.
En la teoría burguesa más desarrollada, el "poder" fue reificado y reducido a las apariencias
de esta máquina, análogamente al intento de explicar el plusvalor como producto de las
máquinas. Se sostuvo que el poder, en particular el poder del estado, dependía del control de
esta maquinaria burocrática, en la medida que garantizaba el monopolio de la fuerza armada
sobre un territorio.
En esencia, esta idea era bastante arcaica ya que, también estaba implícita en la teoría de la
guerra previa a Clausewitz. Los supuestos de aquellas teorías indicaban que la clave del poder
entre las naciones residía en la construcción de un ejército-autómata, una máquina de
obediencia. Las teorías políticas burguesas parecen avanzar siempre rengueando detrás de la
teoría burguesa de la guerra, aunque algunas lo hacen más que otras.

Clausewitz y la teoría del poder/guerra

En su análisis de la guerra entre naciones, Clausewitz ya había reconocido que esta manera
de ver no correspondía a la realidad del proceso de formación de poder y había avanzado
varios pasos más allá, al dar por supuesta la existencia de la máquina.
Clausewitz señaló que las teorías precedentes, que enfocaban los problemas del conflicto
armado basándose en el modelo de la artesanía o de la técnica mecánica, como sí sólo se
tratara de constituir ciertos medios materiales, las armas o cierto instrumento humano (99),
abstraían el elemento esencial de la guerra, es decir, el propio combate y la relación entre los
combates.
El lugar del modelo de la técnica, que buscaba el perfeccionamiento de instrumentos y
habilidades mecánicas, con el fin de ser aplicadas en la relación de una persona con una cosa,
su teoría piensa a la guerra como una "acto de relación entre personas", donde la acción "no se
exterioriza contra una materia muerta como en las técnicas mecánicas sino (...) contra una ser
viviente que reacciona" (100).

99
- "Antiguamente siempre se comprendía bajo el nombre de "técnica de la
guerra" o "ciencias de la guerra" sólo al conjunto de aquellos conocimientos y
habilidades que se ocupan de cosas materiales. La creación y la preparación y
el empleo de armas, la construcción de fortificaciones y trincheras, el
organismo del ejército y el mecanismo de sus movimientos eran el objeto de
estos conocimientos y habilidades, y todas ellas conducían a la preparación de
una fuerza de combate utilizable en la guerra. Aquí se trataba con una
sustancia material,con una actividad unilateral, que en fondo no era más que
una actividad que se elevaba paulatinamente desde la artesanía hacia una
perfeccionada técnica mecánica (...)
Más tarde la táctica intentó imponer al mecanismo de sus acoplamientos el carácter de su dispositivo universal
fundado en las propiedades específicas de su instrumento, lo cual conducía ciertamente hacia el campo de batalla pero
no por medio de la libre actividad intelectual sino por medio de un ejército transformado en autómata, a través de la
formación y el orden de batalla, que debía desarrollar su actividad como un aparato de relojería, impulsado por la
simple voz de mando". "De la guerra".
100
- "El único concepto que corresponde de manera muy general a lo que
distingue la guerra real y la de los planes es el de la "fricción". La máquina
militar, el ejército y todo lo que le corresponde,es en el fondo muy simple y
por eso parece fácil de manipular. Pero piénsese que ninguna de las partes
está hecha de una sola pieza, que todo está compuesto por individuos cada no
de los cuales mantiene su fricción por todos los costados. Teóricamente suena
En consecuencia, sostiene que la reflexión acerca de la guerra (o sea : un momento de la
relación de poder), debe dedicarse a los problemas del uso de las fuerzas de combate en los
encuentros -la táctica- y el uso de encuentros -la estrategia-, tomando en cuenta el factor de
"fricción" no mecánico, propio de éste ámbito. Es decir, que Clausewitz desarrolla una teoría
del poder-guerra, del poder que proviene del proceso de enfrentamientos. Este discurso no
remite a máquinas y cosas, sino a sus movimientos en un espacio específico de relaciones de
lucha armada.
La teoría política que trata de explicar el poder a partir de la máquina burocrática, puede ser
descrita como una teoría del poder-máquina, análoga a las tesis vigentes antes de Clausewitz:
reduce el proceso a un momento, la relación a un instrumento; supone que el poder le es
intrínseco, sustancial, lo torna un fetiche. El instrumento es abstraído, de este modo, del
proceso y del ámbito de las luchas que son su fundamento constitutivo, el espacio donde se
desarrolla su actuación y el objetivo para el cual ha sido construido.
La primitiva teoría política pretendía escindir "lo constituyente", el uso de la fuerza, La
"guerra", la ruptura de relaciones sociales respecto de las relaciones sociales constituidas. La
teoría más moderna busca explicar las relaciones de poder constituidas partir de las fuerzas
constituidas. Una, sustenta el poder del "contrato", otra, en la "máquina" burocrática; en
esencia no aluden mas que a dos momentos de lo mismo porque la burocracia sólo es el
contrato personificado.
El "poder" como el "valor" no son categorías naturales y eternas; sólo indican un tipo
determinado de relación social que la especie humana ha establecido consigo misma, una
forma en que sus cuerpos, la fuerza de sus cuerpos y los productos de su fuerza, se vinculan
entre sí. La "máquina" burocrática ( o sea: relaciones burocráticas) no explican el "poder", del
mismo modo que el "capital" (o sea : otro tipo de relación social) no explica el "valor"; sólo
indican que las relaciones sociales en términos de las que se producen y acumulan otras
relaciones sociales ("valor" y "poder") son de carácter burgués, capitalista.
La maquinaria burocrática, que la burguesía monopoliza no sólo como forma de estado
sino también en la "sociedad civil", expresa un tipo de relación entre clases: la fuerza de las
clases desposeídas les son escindidas y se vuelven contra ellas mismas en calidad de "poder
ajeno, poder de la burguesía. La fuerza social de dominación y lucha que la burguesía
construye y manipula, proviene de los cuerpos de los desposeídos y se vuelve a ejercer contra

bastante bien: el jefe del batallón es responsable de la ejecución de la orden


dad y como el batallón está encolado en una sola pieza por la disciplina y
siendo el jefe un hombre de reconocido celo, el madero debe girar alrededor
del pivote con escasa fricción. Pero, en realidad, no sucede así y en la
guerra todo lo que estas ideas tenían de exagerado y de falso se evidencia
sobre el terreno. El batallón sigue estando siempre compuesto por una cantidad
de personas, la más insignificante de las cuales si el azar lo quiere está en
condiciones de provocar un contratiempo o bien alguna irregularidad. Los
peligros que la guerra conlleva, los esfuerzos corporales que
exige,incrementan de tal modo las calamidades, que deben ser tratados como las
causas más considerables de éstas.
Esta tremenda fricción, que no se deja concentrar en pocos puntos como la mecánica, se encuentra, por esa razón,
en contacto con el azar en todas partes..."
"Con el peligro, los esfuerzos corporales, las informaciones y la fricción hemos mencionado aquellas materias que
se conjugan, en calidad de elementos de la atmósfera bélica, convirtiéndola en un medio de entorpecer para toda la
actividad. Por lo tanto, tomando en cuenta sus efectos obstructivos, estas nociones pueden ser incluidas nuevamente
bajo el concepto de "fricción general". "De la guerra", Capítulos VII-VIII
ellos a fin de reproducir la acumulación de poder en escala ampliada.
Todo este proceso no se hace visible en tanto logra la apariencia de realizarse entre
ciudadanos-propietarios iguales y libres, como un vínculo social contractual de carácter
pacífico y no expropiatorio.
La transformación de la fuerza de trabajo humana en mercancía, significa que las potencias
del cuerpo del trabajador se ejercen como un valor de uso para el capitalista, como fuente de
plusvalor. Mientras tanto, al proletario se le remunera con el valor de su fuerza corporal,
equivalente a los medios de vida necesarios para permitir y obligarlo a que se reproduzca en
calidad de obrero explotado.
De una manera similar, la transformación del cuerpo humano en ciudadano implica que las
energías corporales de los oprimidos se ejerce como "poder de uso" de la burguesía, como
fuerzas disciplinadas al interés de clase dominante, como fuente de "pluspoder". Los
subordinados sólo reciben en pago un "poder" suficiente como para que se reproduzcan en
calidad de pueblo oprimido.
Este "poder", que el régimen burgués le legítima a la clase explotada, está constituido por la
reducción de su ser social -aquello que, precisamente, lo define como explotado- a sus
aspectos burgueses, en el ámbito de las relaciones mercantiles-ciudadanas. Se le niega la
posibilidad de que constituya relaciones de clase y se admite exclusivamente el espacio de las
luchas competitivas, corporativas o políticas.
Lo notable de todo este "mecanismo" es que así como el "valor" con que se remunera al
obrero (el salario) tiene la virtud de aparecer como equivalente de su trabajo, el "poder que
retribuye al obrero-ciudadano, es imaginado como libertad e igualdad. De cualquier modo, el
límite de esta ilusión consiste en que sólo se sostiene bajo el reinado de la "paz social", en la
situación de derrota y sometimiento de los desposeídos.
Este razonamiento sirve para percibir que las imágenes de la teoría política burguesa,
primitiva o más moderna, son un intento de hacer pasar por explicaciones algo que no es mas
que la formalización de una situación de poder dada, establecida.
Clausewitz ofrece una imagen dinámica, no cristalizada, en la medida que pone al combate
y al encadenamiento de combates en el centro de la cuestión. Permite pensar la relación de
poder en la sociedad capitalista como un conjunto de operaciones, de enfrentamientos
permanentes activos, no escindidos sino articulados, que reactúan unos sobre otros, a través de
la acción y la reflexión y cuyo espacio es la totalidad de las relaciones sociales. Desde esta
perspectiva se hace posible entender a las instituciones políticas, al estado, a las máquinas de
poder, como aspectos o momentos de una estrategia de clase.

Dispositivo estratégico de dominación.

La práctica real de la burguesía en la lucha de clases mostraba que los desposeídos no se


comportaban como autómatas. La imagen de la máquina podía ser, en todo caso, una meta
ideal, consistente con la posición de clase de los capitalistas cuyo deseo último es el de
disponer de una masa de robots -palabra que, en eslavo significa "trabajador"-, cuerpos
manejables a su arbitrio. Pero, en realidad, se enfrentaban con cuerpos en permanente
resistencia, cuyas rebeldías cambiaban de forma, de contenido y de magnitud, y contra las que
se hacía necesaria una acción permanente.
La relación de poder debía ser mantenida constantemente en tensión, activa en sus dos
momentos, "guerra y "política": las relaciones mercantiles, contractuales, no se establecían de
una vez y para siempre, sino que era necesario actualizar la acción sobre el cuerpo, el combate,
para orientar la lucha social hacia cauces competitivos, para romper las relaciones de clase que
se establecían entre los desposeídos.
La reacción de los desposeídos obligaba a inventar nuevos medios e incorporar nuevos
campos de acción y de saber; ya desde la Comuna, la burguesía comienza a actuar
concientemente con la política de guerra civil. La sociedad comienza a ser pensada como un
teatro de guerra, sin escindir sino subordinando a este carácter, la naturaleza de la "política"
que ejecuta.
A la vez, se observan dos fenómenos aparentemente contradictorios pero, en verdad,
complementarios. Por una parte, la aplicación de las fuerzas se utiliza, buscando -cada vez
más- interiorizarse en forma de conciencia. Se trata de construir el "alma" como punto de
apoyo de la relación de poder,como disociación entre la voluntad y la fuerza corporal.
Pero, por otra parte, se producen momentos en que la "guerra" es asumida por la burguesía
como una decisión de aniquilación implacable: la crueldad de los versalleses en la Comuna
asombró a los cronistas de la época, pues no se había visto nada similar en la historia de las
guerras modernas.
La perspectiva suministrada por Clausewitz se mostró como la más pertinente: en la teoría
de la guerra residía la verdadera teoría del poder de la burguesía, puesto que la realidad social
estaba hecha de combates, de distinto tipo y nivel. Se hacía necesario contar con una imagen
totalizadora de esta realidad, que permitiera actuar con un "plan".
La noción de "estrategia" suponía aproximarse a esta materia con dos criterios. Uno, el
proceso, de articulación de momentos parciales, que permite reflexionar acerca del
encadenamiento de enfrentamientos y sus consecuencias, englobando la acción y la reflexión
del enemigo. Otro criterio es el de la totalidad, que implica considerar en la acción y en el
pensamiento, distintos conjuntos de relaciones sociales en juego, no sólo las que se establecen
entre las fuerzas que se enfrentan sino n el interior de cada bando, no sólo se trata de destruir
fuerzas sino que para hacerlo deben destruirse ciertas relaciones sociales y constituirse otras.
Sin embargo, aún antes de que la teoría de la guerra comenzara a planteárselo en estos
términos, la práctica de una estrategia estuvo implícita en la forma en que la burguesía había
dado a los ámbitos de su dominación: la separación entre "política", "delito" y "guerra"
permitía en todo momento cubrir los distintos campos y utilizar los instrumentos más
adecuados al carácter que asumieran las luchas, combinarlas en su uso, sucesivo o
simultáneamente. A través del sistema institucional, político y social, la burguesía expresaba
las fuerzas que había logrado constituir y por medio de las que mantenía su iniciativa en
cualquiera de las formas en que se planteara la lucha de clases.
El carácter estratégico de este dispositivo se reveló con mucha frecuencia. Pero, a la vez, la
flexibilidad que la burguesía necesitaba para utilizar una u otra de sus máquinas y para
inscribir la lucha en uno u otro de los campos, llevó a innumerables contradicciones en y entre
las teorías políticas, jurídicas y militares.
La burguesía irrumpía, por ejemplo, con el uso abierto de la fuerza para definir en su favor
conflictos que estaban planteados en el ámbito de la ciudadanía, en el terreno de las luchas
corporativas, donde los individuos se comportan como propietarios. El trasfondo de la guerra
civil que poseían las luchas legitimadas por el propio orden jurídico de la burguesía, se hacía
evidente cuando el uso de la fuerza armada se ejercía contra ciertas acciones obreras, como la
huelga en demanda de salarios o luchas por el derecho a la organización sindical, o con el fin
de anular los resultados de determinados actos electorales o para perseguir a fracciones
sociales u organizaciones políticas que aspiraban a participar, en calidad de ciudadanos, en la
vida política nacional burguesa.
Para la teoría política-jurídica era imposible justificar estas intervenciones en conflictos que
eran legítimos desde su propio punto de vista: en términos burgueses, la huelga no es más que
una acción conjunta de propietarios que se niegan a entregar su mercancía a menos que se
cumplan ciertas condiciones en el intercambio. Para negar el derecho a la asociación de los
trabajadores -vendedores de fuerza de trabajo- la burguesía francesa, por ejemplo, acudió a
recursos jurídicos tan absurdos como el de considerar a los sindicatos como una supervivencia
de las corporaciones feudales que habían sido abolidas constitucionalmente por la revolución.
Mas evidente se volvía aún la intervención de la fuerza para quebrar el orden jurídico
burgués cuando se trataba de anular los resultados de la "voluntad popular", "libremente"
expresada en elecciones, siempre condicionadas y limitadas por curiosas reglas, siempre
variables de acuerdo a una infinita casuística, acorde a las necesidades ocasionales de la
dominación. Así, se borraban las apariencias representativas parlamentarias y se sustituían por
el imperio del poder ejecutivo basado en el ejército cada vez que ello se tornaba conveniente.
En estos casos, la nueva forma, ilegal desde el punto de vista constitucional, buscaba
legitimarse como defensa del pueblo frente a las corrupciones, arbitrariedades y caos del
gobierno parlamentario, debido a las luchas internas entre fracciones burguesas. Por lo
general, este cambio en la forma de gobierno mantenía intacta la máquina del estado, excepto
en sus cúspides, sobrevenía cuando los desposeídos comenzaban a actuar como fuerza de
masas, manifestando descrédito hacia la mediación parlamentaria y representativa.
Estas situaciones, cuya ejemplificación sobreabunda, sólo podía ser asumidas
inescrupulosamente por la teoría burguesa. Así lo hizo al denominarlas "estado de excepción".
Puestos del lado de afuera de la teoría, marginándolas de la supuesta lógica consistente del
sistema jurídico, facilitaban su utilización práctica cada vez que se le tornaba
necesario. Proceder de otra manera habría significado reconocer el carácter instrumental que
para la burguesía poseen las luchas competitivas. Y aceptar que, al orientar el enfrentamiento
social hacia esas formas sólo intentaban crear las mejores condiciones para sus propias fuerzas
: parcelando, fragmentando, las fuerzas de los desposeídos, reduciéndolos al carácter de
relaciones mercantiles, evitando que se formaran relaciones de clase entre ellos, fuerza moral.
Estos comportamientos de la burguesía, que cada tanto ponían en evidencia el ambiente de
guerra civil en que se desarrollaban las sociedades estatales, no podían ser justificados por la
teoría burguesa en términos de las metas formales planteadas por las luchas populares porque
estas metas estaban, precisamente, legitimadas por la teoría. Lo que la burguesía reprimía en
esos casos era otra cosa: el hecho de que, al luchar por esas metas o al obtenerlas, los
desposeídos amenazaban con constituirse en fuerza de masas autónoma, una fuerza social de
carácter proletario.
Lo que la teoría burguesa no podía formular era lo siguiente: aunque desde un punto de
vista jurídico los desposeídos no habían atentado contra la propiedad ni contra la ciudadanía,
habían hecho ambas cosas a la vez al apropiarse o crear las condiciones para adueñarse de sus
propios cuerpos, de las fuerzas de esos cuerpos articulados como fuerza de masas.
La condición de funcionamiento del régimen jurídico-político de la burguesía consiste en
que los desposeídos se comporten como propiedad de la burguesía. Por lo tanto, las conductas
de unidad de clase de los expropiados no pueden sino ser consideradas como ataques a la
propiedad privada.
Las relaciones de poder en la sociedad burguesa pueden ser entendidas como un campo de
lucha, pero esta referencia del "poder" a la "guerra" es algo más que una metáfora: la falta de
información, la incertidumbre y el miedo, las penurias materiales, la cárcel y la muerte, las
dificultades para relacionarse socialmente en calidad de desposeídos y para ejercer una
resistencia efectiva, caracterizan a la vida de las fracciones proletarias en cualquier sociedad
capitalista durante los períodos "pacíficos". Pero ¿ no son acaso esos rasgos los que describen
según Clausewitz el ambiente específico de la guerra o de la derrota ?
Cuerpo que se ofrece a sí mismo como mercancía, soldado, ciudadano, conciencia
fetichizada, reificada, interés general o corporativo, lucha competitiva, son algunas de las
categorías del cuerpo humano: construyen y delimitan el campo de acciones legítimas que un
cuerpo puede realizar y, a la vez, el campo de inteligibilidad de esas conductas, desde el punto
de vista burgués tiene como meta su cristalización en el cuerpo para convertirlo en una
mediación estable de las relaciones sociales vigentes y dificultar la formación de relaciones de
clase.
Por esta razón, el primer territorio a conquistar por los desposeídos siempre ha sido su
propio cuerpo colectivo, su existencia como fuerza social, su articulación como fuerza
conjunta de los cuerpos por fuera de la esfera de la producción: recuperar el "poder de uso" del
cuerpo para sí.
Capítulo IX

CRISIS DE LA OBEDIENCIA

Disolución del poder en la Comuna y Octubre

Es interesante observar de qué modo se produjo este proceso de disolución de las relaciones
de poder, de reasunción del poder sobre el cuerpo en los dos históricos que nos ocupan, los
soviets de 1917 y la Comuna de 1871.
En el primer caso, los soldados, reclutados y armados por la burguesía, luego de una serie
de graves derrotas militares en guerra contra otras naciones, se niegan a obedecer
automáticamente las órdenes de sus oficiales, organizan comités formados por iguales y a
partir de ese momento condicionan la acción militar contra el enemigo extranjero a su
aprobación.
En el caso francés, el pueblo de París, bajo la amenaza de la invasión prusiana realiza una
suscripción pública para reunir fondos y compra de cañones en el mercado, instalándolos en
los barrios proletarios, bajo su control. Ante el intento del gobierno de desarmar a los barrios,
la Guardia Nacional cuyos miembros son voluntarios, federa sus batallones y nombra
mediante elecciones a sus oficiales.
Este punto de partida permite observar que las condiciones del armamento de la fuerza
social revolucionaria se han constituido como relaciones de ciudadano e incluso directamente
en el ámbito del mercado. En ambos casos, dentro de la esfera de relaciones sociales
legitimadas por la burguesía.
Al ser incorporados al ejército imperial ruso o al enrolarse como guardias nacionales, los
cuerpos de los desposeídos entran en la relación de posesión con las armas, al comprar los
cañones en el mercado, los ciudadanos adquieren la propiedad de estos. Ambos procesos se
han cumplido ateniéndose estrictamente a la legalidad burguesa. Hechos similares ocurren en
todas las sociedades y épocas en que existe conscripción de los ciudadanos, fuerzas armadas
de voluntarios o donde está permitida la compra de armas por parte de los ciudadanos.

Es evidente entonces que, por sí mismas, estas relaciones entre el cuerpo de los desposeídos
y las armas no alteran en lo más mínimo los procesos de expropiación y acumulación de
fuerzas por parte de la burguesía, sino que son una de las formas habituales en que estos
procesos se realizan.
Por tanto, decir que "el pueblo se ha armado" no hace, en absoluto, referencia a esta
relación de posesión o propiedad entre sus cuerpos y las armas, sin a la anulación de la
relación de poder establecida por la burguesía, de la que sus cuerpos son una mediación. Esta
relación se extingue cuando dejan de comportarse como propiedad de la burguesía y
establecen relaciones nuevas consigo mismos.
Para las clases oprimidas "armarse" significa, en primer lugar, la reasunción del poder
sobre la fuerza de sus cuerpos, sobre su energía material e intelectual, autoconducción de sus
fuerzas, su constitución en fuerza social autónoma.
Pero, ¿de dónde podrían surgir -en el caso de la Comuna y de los soviets- las fuerzas físicas
y morales que los soldados aplicaron para quebrar las relaciones de poder burguesas que
habían expresado sus cuerpos? Evidentemente no de las leyes de acumulación de valor y
poder de la burguesía, sino más bien de las de su crisis.
Esto se relaciona con el modelo marxista acerca del desarrollo y crisis de los modos de
producción. En términos muy esquemáticos se trata de que al llegar a una determinada fase de
la acumulación de fuerzas productivas -que en el capitalismo implican principalmente a la
propia clase revolucionaria- éstas entran en contradicción con las relaciones de producción.
Así, por ejemplo, la aplicación de capital encuentra trabas en las propias relaciones
capitalistas existentes, se ha creado un exceso que solamente puede ser resuelto por medio de
una destrucción de fuerzas productivas y de una modificación de las relaciones entre las
fracciones o tipos de capital o bien a través de la destrucción de las propias relaciones
capitalistas.
Las crisis económicas reflejan, en fenómenos tales como la superproducción de mercancías
y capitales, en el incremento de la desocupación, que tanto los proletarios como distintas
fracciones burguesas se ven impedidos de realizar su "valor". Algunas fracciones capitalistas
intentan mediatizar la contradicción trasladándose de la esfera mercantil a la expropiatoria, de
lo económico a lo político-militar, lo cual puede conducir a guerras interburguesas, dentro o
entre naciones.
Cuando esta expropiación interburguesa toma carácter de guerra, la burguesía está obligada
a realizar y legitimar una acumulación masiva y súbita de soldados-ciudadanos. Pero esta
acumulación presenta dos aspectos. Por su forma, refiere a las relaciones burguesas,
burocráticas en cuyos términos la burguesía ha convocado: el interés general de la nación, el
soldado-ciudadano. Pero su contenido está dado por el hecho de que estos vínculos reúnen una
masa de cuerpos que en su existencia civil, económica, se encuentran separados en distintas
ramas de la producción, dispersos territorialmente, enfrentados por la competencia,
imposibilitados de conectar y transferir sus experiencias sociales. Cuerpos para los que hasta
el carácter abstracto de la ciudadanía es ajeno o remoto (como las fracciones más pauperizadas
y menos insertas urbanas y rurales). Es evidente que la concentración de cuerpos de este tipo
adquiere una naturaleza muy distinta a la de la concentración de voluntades expresadas, por
ejemplo a través del voto.
En tales situaciones, la burguesía forma objetivamente una fuerza de masas mucho más
extensa que en sus períodos de dominación habitual, aunque subjetivamente lo haga en
términos de las relaciones disciplinarias que establece con y entre sus componentes. Arma a
esta fuerza, la entrena y la lanza a la lucha. La adiestra en acciones conjuntas, la acostumbra al
ambiente del combato armado y a sus padecimientos adicionales.
Así, a partir de una iniciativa burguesa destinada a resolver sus contradicciones, la mayoría
de los desposeídos son convertidos repentinamente en una fuerza material colectiva,por fuera
de los procesos productivos, una fuerza social de lucha para la burguesía. Lo que puede
explicar que, en un momento dado, estas fuerzas comiencen a ejercerse en forma autónoma es
la crisis de las relaciones morales que la burguesía ha construído en y entre sus cuerpos la
través del disciplinamiento: es la crisis de aquello que los hace soldados-ciudadanos.

Crisis de la conciencia burguesa

Pero, ¿ qué es lo que hace crisis y de dónde emerge el proceso de ruptura ? De la propia
conciencia burguesa que se expresa en la figura del soldado-ciudadano. En efecto, se observa
que la crisis comienza como un intento de realizar las metas de la defensa nacional que la
burguesía había enunciado y legitimado al convocar a la guerra.
Las masas que asumían la defensa de la nación comienzan a hacerlo en forma directa, sin
mediación de la burguesía, porque las relaciones burocráticas se han mostrado insuficientes
para la obtención de esta meta, porque la forma burguesa de conducción de la guerra está
siendo derrotada.
Las masas dejan de ser "soldados", en el caso francés o "defensistas" en el caso ruso. su
motivo inicial, "la patria en peligro" en un caso, o la "defensa patria" en otro, se encuentra en
el campo de la conciencia burguesa, pero se trata de una conciencia contradictoria, que
expresa la contradicción que el régimen burgués vive en la realidad. Podría pensarse,
analógicamente, que la acumulación de soldados-ciudadanos, la acumulación de relaciones de
poder y pluspoder, ha creado una contradicción entre las fuerzas de lucha y las relaciones
burocráticas, a través de las cuales éstas se forman y se desarrollan. Se trataría de una especie
de "crisis de realización" del poder burgués: la magnitud de fuerzas posibles desplegadas por
los cuerpos de los desposeídos ya no puede expresarse en términos de relaciones burocráticas
que la burguesía ha establecido entre los cuerpos. Esto sucede así porque las relaciones de
poder, para cumplir su función expropiatoria de fuerzas de clases ajenas, han producido una
cristalización de límites y fragmentaciones en el cuerpo, fundamentalmente, la división de
poder sobre las fuerzas corporales y las fuerzas corporales mismas, entre voluntad y la
conducta.
En esta etapa inicial, el proletariado posee una "conciencia de clase embrionaria": el interés
general es concebido por las masas como la suma de la totalidad de sus intereses burgueses.
Pero, dado que no se percibe todavía el antagonismo entre el interés de clase proletario y el
interés general expresado en el estado burgués, la crisis de la conciencia burguesa aún no se
consuma.
Las masas asumen el poder sobre sus cuerpos, sobre sí mismos, en nombre del estado-
nación, y esto determina dos tipos de conductas : por una parte, en términos de "nación"
persisten en la hostilidad contra el enemigo "extranjero", es decir, contra los obreros y
campesinos alemanes "con uniforme de soldado". Por otra parte, en tanto "estado" todavía
aparece recubierto por la imagen virtual del interés general y no se percibe el interés de clase
de la burguesía que en él se encarna, ni el estado ni la burguesía se convierten en blancos de
sus luchas.
Aunque en esencia similares, este último fenómeno adoptó dos formas diferentes en
Francia y Rusia. En Rusia, el estado embrionario de los soviets apoya al gobierno burgués -
desarmado materialmente al perder el control sobre sus fuerzas armadas- en la prosecución de
la guerra imperialista.
En Francia, la comuna significaba la disolución del poder del estado existente y su
sustitución por un nuevo tipo de estado, pero exclusivamente en París y como consecuencia de
la retirada estratégica de la conducción de las fuerzas políticas burguesas hacia Versalles. al
mismo tiempo los comuneros se disponen a resistir frente a los prusianos.
Los revolucionarios de la Comuna, como lo demuestran en sus actos, ven en el estado sólo
un órgano de la administración de la sociedad y buscan configurarlo de manera más racional y
acorde con aquella particular manera de concebir el interés general ( suma de intereses
burgueses de los desposeídos): así es que ejecutan medidas como la sustitución del ejército y
la policía como milicia general y reemplazo de los funcionarios privilegiados por
administradores remunerados por un salario obrero. Pero no toman conciencia del carácter que
el estado posee en tanto instrumento de lucha de las clases. Por lo tanto, no avanzan hacia
Versalles para vencer la resistencia de la burguesía. Permiten que ella reconstruye "su" estado,
o sea, las fuerzas de combate burguesas, con las tremendas consecuencias conocidas.
Los comuneros no comprenden que sus actos implican una "guerra abierta" de clases y se
comportan como si el momento fuera puramente "político" -proceso de formación de fuerzas-.
Por lo tanto, el comité Central de la Guardia Nacional cede su poder a los órganos electivos:
no se sienten soldados sino patriotas y siguen siendo ciudadanos.
La burguesía, por su parte, procede exactamente a la inversa: traicionan a la "patria", pacta
con los prusianos el pago de gigantescas indemnizaciones y concesiones territoriales cambio
de la reconstrucción de sus fuerzas armadas. Tenía perfecta claridad acerca de que l interés
general de la noción no es más que su particular interés de clase. Convoca a un parlamento en
Versalles, pero no lo reduce a la "política": es un parlamento de guerra, donde todas las
fracciones políticas y sociales burguesas, socialistas, republicanas y monárquicas,
terratenientes e industriales, burócratas e intelectuales, se coaligan en su verdadero interés
general: la decisión de aplastar a la Comuna.
Entonces, tanto en París como en Rusia se observa la disolución de las relaciones de poder
presenta un primer momento: el proletariado con una "conciencia embrionaria" ha construido
"órganos de poder". Esta conciencia y estos órganos se constituyen como formas
contradictorias de la conciencia y de los órganos de poder de la burguesía.
Hasta aquí el inicio de la crisis. La diferencia entre las experiencias francesa y rusa reside
en la forma de resolución: derrota o victoria. En la distancia entre ambas estaba el problema y
también estuvieron los elementos para plantearlo, comprenderlo y darle solución.

Nuevo concepto: masa fluctuante.

La diferencia entre la revolución de la Comuna de 1871 y de la insurrección de 1917


consiste en que el proletariado ha logrado constituir una conducción revolucionaria : la
estrategia y tácticas revolucionarias, concebidas como un proceso de interacción entre la
teorías y la conciencia de las masas. Ha creado su capacidad de vencer.
La experiencia de la Comuna, que Lenin comienza a acumular teóricamente en 1905, le
permite encarar los problemas que en 1871 no habían sido resueltos. Como se recordará, el
análisis crítico de esa experiencia le permitió llegar a la conclusión de que los comuneros no
habían tomado conciencia acerca del grado de antagonismo existente entre burguesía y
proletariado, no habían visualizado correctamente al enemigo y no habían asumido la ofensiva
con suficiente decisión. Por otra parte, el proletariado parisino tampoco había tenido claridad
respecto de la necesidad de contar con alianzas con el campesinado. En cuanto a sus metas, los
comuneros, habían confundido la lucha nacional y la lucha de clase, la revolución democrática
pequeñoburguesa y la revolución socialista.
En 1905, Lenin intenta resolver estas contradicciones mediante una fórmula estratégica, la
"dictadura democrática revolucionaria de obreros y campesinos", según la cual los objetivos
democráticos serían conquistados por una fuerza social que favorecería el desarrollo de metas
y fuerzas socialistas. Lenin advierte que la posibilidad de que esta fuerza social estratégica se
forme depende de la existencia de una conducción proletaria autónoma: la organización
independiente del proletariado.
En 1917, luego del derrocamiento del zar, Lenin observa que las masas están incurriendo
en algunos errores tácticos similares los de 1871: el "defensismo" predominante privilegia la
lucha contra el enemigo extranjero por sobre el enfrentamiento con la burguesía.
En abstracto, la propuesta de Lenin guarda parecido con la de Marx de septiembre de 1871
: aprovechar la libertad obtenida para trabajar en la organización del proletariado. En la
situación concreta de 1917 ello implica para Lenin la necesidad de aglutinar a los cuadros
internacionalistas, comunistas y liberar la iniciativa de la lucha proletaria pero no para dirigirse
directamente al derrocamiento del gobierno, sino por medio de un rodeo, a ganar primero la
conducción de las masas pauperizadas y proletarizadas e impulsar fuerzas a través de un
proceso de aprendizaje, que elevará la conciencia y la organización de estas masas.
En líneas generales, el proceso total se desarrolló según esta concepción táctico estratégica.
Sin embargo, no transcurrió de un modo lineal ya que, en sus distintas fases, los rasgos
originales que se iban produciendo, eran analizados por Lenin, se incorporaban a la
perspectiva teórica y se transformaban en determinaciones más precisas de su estrategia.
Recordemos que, en abril y julio, sectores de las masas se lanzan espontáneamente a
derrocar al gobierno, sin lograrlo. Con posterioridad a cada crisis, la pequeña burguesía,
mayoritaria en los soviets se orienta crecientemente hacia la colaboración con la burguesía
hasta que, por último, apoya la restauración de la represión.
Es decir que, al menos hasta julio,sucede lo contrario de lo propuesto por la táctica y
estrategia de Lenin; se verifican intentos parciales del derrocamiento del gobierno, por una
parte, y un refuerzo de la subordinación de la pequeña burguesía respecto de la burguesía. Ni
unos ni otros sectores han asumido la orientación leninista. Desde una perspectiva unilateral,
podría decirse que "no han aprendido" que persisten en "tácticas erróneas"; unas fracciones
por exceso en su impulso revolucionario, otras por defecto.
Pero, este tipo de conclusión sería inconsecuente con nuestra definición previa, cuando
decíamos que la táctica y la estrategia revolucionaria se constituyen precisamente en relación a
la táctica y estrategia espontánea de las masas.
El planteo correcto sería, en cambio, preguntarse qué significaron estas "crisis" para una
reestructuración de la estrategia revolucionaria. Pero, a su vez, esto requiere observar las
redefiniciones de ciertos aspectos de la teoría y para ello, es necesario analizar los
acontecimientos.
Veamos de qué modo Lenin realiza todos estos a pasos de la acumulación teórica y cuáles
son sus consecuencias para la estrategia revolucionaria.
Una vez producida la crisis de abril, Lenin procede a su análisis. "nuestra misión -dice- es
estudiar atentamente qué fuerzas, qué clases, se revelaron en las crisis, sacando de ello
enseñanzas para el partido proletario."
Fundamenta esta prioridad otorgada en la investigación en la "gran importancia de toda
crisis [...] que pone en evidencia lo oculto, deja a un lado lo convencional, lo superficial, y lo
mezquino, barre la escoria política y revela los verdaderos resortes de la efectiva y real lucha
de clases" (101).
Su método consiste nuevamente en la periodización -ahora interna a la crisis- que permite
observar las fuerzas en proceso y caracterizar en términos de táctica y estrategia las clases
cada una de sus fases.
Lenin establece que el origen de la crisis ha sido la manifestación espontánea de soldados
armados que con la consigna "Abajo Miliukov", pretenden derrocar a uno de los principales
ministros de gobierno provisional (102).
Esta acción ha sido desencadenada por la indignación frente a una nota diplomática del
gobierno que reconocía sus objetivos anexionistas en la guerra. Las masas "defensistas" de
soldados expresaban así su "honestidad" de clase, es decir, el hecho de que no estaban

101
- "Las enseñanzas de las crisis".
102
- "Las manifestaciones comenzaron como manifestaciones de soldados, con
esta consigna contradictoria, inconciente e incapaz de conducir a ninguna
parte : "Abajo Miliukov" (como si un cambio de personas o grupos pudiera
variar la esencia de la política)". Idem.
interesadas en conquistas determinadas por el carácter imperialista de la guerra, a la que sólo
consideraban como "defensa e la patria".

Retomando los esquemas y anotaciones utilizadas en el capítulo anterior podemos definir


este momento del modo siguiente:

1) Las masas inestables fluctúan espontáneamente hacia el proletariado al enfrentar al


gobierno burgués (20 de abril)

B<-------------C

Lenin interpreta el significado de la manifestación espontánea de los soldados basándose en


su mayoritaria composición campesina, es decir, pequeña burguesa. El carácter dual de la
pequeña burguesía, determinado por el lugar que ocupa en las relaciones de producción y que
se manifiestan en sus formas de conciencia, es su punto de partida teórico. Pero al aplicarlo a
un enfrentamiento particular, observar los comportamientos en un proceso de lucha de
desarrollo rápido, produce un concepto enriquecido, dinamizado, más concreto : "masa
fluctuante" o "inestable".
Este primer momento consiste, según Lenin en la fluctuación hacia el proletariado de la
masa inestable, formada por los elementos intermedios de la sociedad que se apartan de los
capitalistas, enfrentándolos (103).
Lenin reitera, por otra parte, la convicción sobre la que se basa su esquema estratégico: la
fuerza de esta masa es "capaz de decidirlo todo".

2) Irrupción y lucha de elementos extremos (21 de abril)

Comité bolchevique de D4 ÄÄÄ¿ D4 Comité Central


Petrogrado ³ bolchevique
ÀÄÄ¿
³
B--------><----D1

En una segundo momento, cuando la fuerza de la "masa fluctuante" ya ha consumado su


momento ofensivo, hacen su aparición de "los elementos extremos", la burguesía y el
proletariado revolucionario (104).
B ocupa los barrios ricos y D1 avanza desde los centros suburbanos hacia ellos; se
producen choques armados. La conducción D4 intenta orientar las masas proletarias D1 que se
103
- "Esto significa que la gran masa inestable, vacilante, la que más
próxima está del campesinado es, en sentido científico de clase, masa
pequeñoburguesa que, apartándose de los capitalistas, fluctúa hacia los
obreros revolucionarios. Esta fluctuación o movimiento de masas, con fuerza
capaz de decidirlo todo, fue precisamente lo que produjo la crisis". Idem.
104
- "De inmediato, arrastrados por la oleada salieron a la calle y
comenzaron a organizarse no los elementos intermedios sino los extremos, no la
masa pequeñoburguesa fluctuante, sino la burguesía y el proletariado". "Las
enseñanzas de las crisis".
han lanzado a la calle, pero sufre una factura de su unidad interna. Mientras el comité Central
Bolchevique, D4, mantiene su consigna pacífica "todo el poder a los soviets de diputados
obreros y soldados", el Comité de Petrogrado, D4, propone "abajo el gobierno Provisional", es
decir, el inmediato derrocamiento del gobierno,sin la anuencia de los soviets. Esta última
consigna es la seguida por las masas de D1. Lenin denuncia esta posición dentro del partido
considerándola "un gravísimo crimen" (105).

3) Las representaciones políticas de las masas inestables fluctúan hacia la burguesía


enfrentando a las conducciones proletarias.

ÚÄÄÄÄÄÄÄÄ C4---------->D4 ÄÄÄÄ¿


³ ³ ³
³ ³ ³
B C D1

Los cuadros de C4, que ante el avance de las masas de C se han pronunciado en alta
proporción contra el gobierno provisional, se vuelven al día siguiente en su apoyo (106). Lenin
toma conciencia de este fenómeno oscilatorio de las masas C, que se desarrolla en el
transcurso de pocas horas (107).

105
- "El Comité Central toma, el 20 y el 21, resoluciones que el aparato
del partido hace llegar inmediatamente a las masas del proletariado". Idem.
"Nosotros lanzamos la consigna de manifestaciones pacíficas pero algunos camaradas del Comité del partido de
Petrogrado lanzaron otra, que hemos anulado, pero sin poder evitar que las masas fueran detrás de la consigna del
Comité de Petrogrado. Nosotros decidimos que la consigna "Abajo el gobierno provisional" es una consigna
aventurera; entendemos que ahora no puede derrocarse al gobierno y por eso lanzamos, en los días pasados, la
consigna de manifestaciones pacíficas. Sólo queríamos pulsar pacíficamente las fuerzas enemigas, sin dar una batalla;
en cambio, el comité del partido de Petrogrado timoneó un poquito más a la izquierda, cosa que, en aquellas
circunstancias, constituía evidentemente, un gravísimo crimen". "Séptima Conferencia del POSDR".
106
- "Los líderes pequeñoburgueses del Soviet, los mencheviques y
populistas, que ni después de la revolución ni durante los días de la crisis
tuvieron una clara y escueta línea partidaria, se dejan amedentrar. En el
Comité ejecutivo, donde la víspera casi la mitad había votado contra el
gobierno provisional, se reúnen 34 votos (contra 19) a favor del retorno de la
política de confianza en los capitalistas y de conciliación con ellos". "Las
enseñanzas de las crisis".
107
- "La raíz de la crisis está en que la masa pequeña burguesa oscila
entre la vieja y secular confianza hacia los capitalistas y el odio hacia
ellos, la tendencia a fiarse en el proletariado revolucionario. (...) Al
principio, la masa pequeña burguesa, indignada contra los capitalistas,
oscilaba, separándose de ellos para acercarse a los obreros, pero al día
siguiente volvía a seguir a los dirigentes mencheviques y populistas, que
La segunda etapa en conocimiento de Lenin respecto de las crisis de abril se produce en
julio, cuando ya se han verificado "tres crisis". En este momento, Lenin pone en relación los
tres enfrentamientos y busca un significado común a ellos. Descubre entonces que en ellos se
cumple una ley de movimiento, determinado por la "masa fluctuante".
El enfoque conjunto de las crisis revela "una forma nueva" de manifestación, de "tipo más
complejo". Se trata de un proceso que presenta dos fases : una, donde el movimiento de las
masas intermedias toma la forma de "oleadas que suben velozmente y descienden de un modo
súbito" y una segunda, donde se "exacerban la revolución y la contrarrevolución", como
consecuencia del ascenso, y se "barren" por un período de tiempo mas o menos largo, a los
elementos moderados" (108).
El modelo de ascensos y descensos revolucionarios que se aplicaban a los grandes períodos
históricos -por ejemplo, todo el proceso de la revolución burguesa desde 1789 hasta 1871- o
para períodos revolucionarios -por ejemplo 1848 o 1871- podía utilizarse también respecto de
los enfrentamientos particulares como las crisis de abril, ya que sus leyes se verificaban en
esas instancias menores.
Se hace posible comprender que el movimiento ofensivo -ascendente, enfrentando al
gobierno burgués- de las masas inestables ha tomado carácter regresivo precisamente porque
el proletariado revolucionario hizo su aparición, no en calidad de vanguardia y conducción de
los soldados indignados sino cuando éstos ya se retiraban. Las fracciones revolucionarias del
proletariado habían coincidido en el tiempo ni en el espacio con la masas fluctuante para
estabilizarla en su sentido ascendente. como consecuencia de ello, éstas retornaban a sus
líderes pequeñoburgueses, que expresaban aquel movimiento descendente.
Finalmente, en septiembre, Lenin reestructura, retrospectivamente su imagen táctico-
estratégica, cuando analiza en "la revolución rusa y la guerra civil" todo el período, incluyendo
la experiencia de la resistencia a la sublevación de Kornilov. Se le hace evidente entonces que
el carácter regresivo que toma el proceso a partir de la crisis de abril, deviene del "insuficiente
espíritu revolucionario de la táctica" bolchevique y que en ello "reside la culpa y el error" (109).

mantenían una política de `confianza' hacia los capitalistas y de conciliación


con ellos". "Resolución CC del POSDR tomada en la mañana del 22 de abril de
1917".
108
- "Finalmente, la última y acaso la más destructiva conclusión que se
deriva del estudio de los acontecimientos, enfocados en conjunto, consiste en
que las tres crisis viene a revelarnos una forma,nueva en la historia de la
revolución, de manifestaciones de un tipo más complejo, de movimientos por
oleadas que suben velozmente y descienden de un modo súbito que exacerba la
revolución y la contrarrevolución y "barren", por un período de tiempo mas o
menos largo, a los elementos moderados". "Tres crisis".
109
- "Apartaremos por ahora lo discutible. Ocupémosnos de lo indiscutible.
La espontaneidad del movimiento del 20 y 21 de abril no es discutida por
nadie. A ese movimiento espontáneo se adhirió el partido bolchevique con la
consigna "todo el poder a los soviets" y de un modo completamente
independiente, también se adhirió el difunto Linde, quien sacó a la calle
30.000 soldados armados, listos para arrestar al gobierno. (a propósito, y
dicho sea entre paréntesis: este hecho no ha sido investigado ni estudiado y
cuando se reflexiona sobre él, poniendo el 20 de abril en la correlación
histórica de acontecimientos, o sea, examinándolo como eslabón en la cadena
que va desde el 28 de febrero hasta el 29 de agosto, resulta claro que la
culpa y el error de los bolcheviques fue el insuficiente espíritu
A su vez, Lenin afirma que estas experiencias de abril y julio, han permitido poner en crisis
"ideas falsas" en el partido. Se ha producido un aprendizaje acerca de la "celeridad" con que se
desarrollan los procesos de ascensos y descensos de masas fluctuantes. Podría decirse que, a
partir de ello, cuenta con una noción más precisa del tiempo social (110). Esta adquisición
implica también, directamente el territorio social, en la medida que esta fluctuaciones súbitas
refieren a relaciones entre clases y fracciones de clase. Lenin señala en especial el papel
decisivo del proletariado y sus cuadros en la estabilización del movimiento ascendente de las
masas puesto que le otorgaría una direccionalidad firme y una fuerza superior, atributos de una
mayor conciencia y organización.
Se encuentra, entonces, en condiciones de leer la situación que se presenta con
posterioridad al fracaso de Kornilov y de lanzar la consigna de "preparación de la
insurrección" entre los cuadros bolcheviques, tarea que inicia hacia el 10 de septiembre.
Basa su propuesta no sólo en la teoría acumulada históricamente -a través de Marx y
Engels- sino en el aprendizaje realizado durante el curso mismo de la revolución rusa. Las
condiciones que Lenin establece para la insurrección remiten inequívocamente a los sucesos
que van desde abril a junio y a las conclusiones que ha ido extrayendo a lo largo del proceso
revolucionario que está viviendo.
En la primera de esta conclusiones, sostiene que la "insurrección debe apoyarse no en un
complot, en un partido, sino en la clase más avanzada", es decir, el proletariado
revolucionario. En segundo lugar, afirma que "debe apoyarse en el ascenso revolucionario del
pueblo", vale decir, en la "masa fluctuante" en el momento de su oscilación hacia el
proletariado, contra la burguesía.
Por último, postula que la insurrección "debe apoyarse en aquel momento de viraje en la
historia de la revolución ascendente en que la actividad de la vanguardia del pueblo sea mayor,
en que mayores sean las vacilaciones en las filas del enemigo y en las filas de los amigos
débiles, a medias, indecisos, de la revolución". Esta última condición, refiere a las fuerzas
contrarrevolucionarias así como a los cuadros propios y de las masas fluctuantes (111).
Lenin constata que, en la situación rusa de setiembre, estas condiciones de la insurrección
ya se han dado. Los bolcheviques han logrado el apoyo de la mayoría de los soviets en las

revolucionario de su táctica y de ningún modo el excesivo carácter


revolucionario de que nos culpan los filisteos)". "La Revolución rusa y la
Guerra civil".
110
- "El verdadero error cometido por nuestro partido en las jornadas del 3
y 4 de julio, error que hoy ha puesto de relieve los acontecimientos,
consistió sencillamente en considerar la situación general del país menos
revolucionaria de lo que en realidad resultó ser, en creer que todavía era
posible una evolución pacífica de las transformaciones políticas cambiando la
política de los soviets, cuando en la práctica los mencheviques y
socialistasrevolucionarios se habían enredado y atado tanto a la burguesía,
con sus pactos, y cuando ya ésta se había vuelto a tal punto
contrarrevolucionaria, que ya no se podía hablar siquiera de desarrollo
pacífico alguno. Pero nuestro partido no podía desterrar esta idea falsa
inspirada en la confianza de que los acontecimientos no se desarrollarían con
demasiada celeridad más que interviniendo en el movimiento popular del 3 y 4
de julio con la consigna "todo el poder a los soviets" y con el objetivo de
imprimir al movimiento un carácter pacífico y organizado". "Proyecto de
resolución de la situación política actual".
111
- "El marxismo y la insurrección".
capitales, como fruto del aprendizaje de julio y agosto. Después de la derrota de Kornilov
existe un "estado ánimo" revolucionario, que se manifiesta en la toma de tierras por parte de
sectores campesinos y también la toma del poder por muchos soviets provinciales. Las
vacilaciones en el campo del imperialismo anglofrancés y entre los jefes políticos
pequeñoburgueses son evidentes. Por último, los cuadros bolcheviques "conocen
perfectamente cuál es su camino" (112).
Dadas estas condiciones, Lenin afirma que "es ingenuo esperar hasta el momentos en que
los bolcheviques tengan mayoría formal en el Congreso de los soviets y recomienda pasar a la
preparación del aspecto técnico de la toma del poder estatal, al que denomina "considerar la
insurrección como un arte" (113).
Sin embargo, a fines de septiembre todavía es posible detectar una etapa más. El ascenso de
abril le había revelado la gravedad de un "atraso" por parte de los cuadros revolucionarios.
Esta asincronía había determinado, desde su perspectiva, el inicio de un período descendente.
En consecuencia, su observación se dirige hacia los tiempos de organización y conciencia de
la insurrección por parte de estos cuadros. Comprueba que, nuevamente, el "partido quedó
atrás del ritmo increíblemente acelerado de la historia en este viraje" (114).
La experiencia de la Comuna ingresa cada vez más a la discusión, ahora desencadenada en
el interior del partido bolchevique (115).
La polémica gira alrededor de la definición del momento ofensivo estratégico y el carácter
militar : el objetivo de Lenin es conferirle al movimiento una conducción acorde con la
evaluación (116). Dedica todo el mes de octubre a convencer al partido de la inmediatez del

112
- Idem.
113
- "Los bolcheviques deben tomar el poder". El término arte utilizado en
este contexto proviene de Marx y Engels, quienes lo habían tomado de
Clausewitz. Pero no debe entenderse en su acepción actual ligada a lo
"estético" sino en la tradicional, próxima a la "artesanía", a la "técnica",
como en el ejemplo clausewitziano de la "baukunts" o "técnica de
construcción".
114
- "Los héroes del fraude y los errores de los bolcheviques".
115
- "Fue un error por parte del camarada Zinoviev escribir de manera tan
ambigua sobre la Comuna (por lo menos ambigua); resultaría, al parecer, que
después de haber vencido en Petrogrado, la comuna podría sufrir una derrota
como en Francia de 1871. es absolutamente inexacto. Venciendo en Petrogrado,
la Comuna vencería también en Rusia". Idem.
"Porque en primer término hemos aprendido mucho desde la época de la Comuna y no volveríamos a repetir fatales
errores, no dejaríamos los bancos en manos de la burguesía,ni nos limitaríamos a defenderlos contra nuestros
Versalleses (los Kornilovistas), sino que pasaríamos a la ofensiva contra ellos y los aplastaríamos...". "La revolución
rusa y la guerra civil".
116
- "La situación política general me inspira grave inquietud. El soviet
de Petrogrado y los bolcheviques han declarado la guerra al gobierno. Pero el
gobierno tiene tropas y se prepara sistemáticamente.(...) los bolcheviques no
desarrollan ninguna labor sistemática encaminada a preparar sus fuerzas
militares para derrocar a Kerenski.
Los hechos han confirmado la justeza de mi proposición expuesta durante la conferencia democrática : el partido
debe poner a la orden del día el problema de la insurrección armada. Los acontecimientos obligan a ello. La historia
convierte hoy al problema militar en el problema político fundamental. Mucho me temo que los bolcheviques lo
olviden absorbidos por los problemas del día, por los pequeños problemas corrientes, "esperanzados", en que la ola
barrerá a Kerenski. Es una esperanza ingenua, es confiar en un "tal vez". Esta conducta por parte del proletariado
combate decisivo y del peligro que implica la espera para la subsistencia del partido y la
propia revolución (117).
Este esfuerzo se prolonga hasta la víspera de la insurrección. La distancia entre la victoria y
la catástrofe se le aparece extraordinariamente breve pues ha tomado conciencia que el
elemento decisivo en el momento decisivo es la iniciativa del proletariado revolucionario,
expresado en sus cuadros. Se le hace presente que el elemento subjetivo de la fuerza social
revolucionaria, es en esas circunstancias, el que puede y debe producir el desbalance entre las
fuerzas de clase, cuyo equilibrio lleva inexorablemente al combate final. En su "Carta a los
camaradas del Comité Central" se lee: "Escribo estas líneas el 24 por la tarde. La situación es
crítica en extremo. Es claro como la luz del día que hoy en verdad aplazar la insurrección es la
muerte".

revolucionario raya en lo criminal". "Carta al presidente del Comité Regional del ejército,la armada y a los
obreros de Finlandia".
117
- "En nuestro comité central y en medios dirigentes del partido hay una
tendencia u opinión en favor de esperar al Congreso de los soviets, contraria
a la toma inmediata del poder, contraria a la insurrección inmediata. Hay que
vencer a esta tendencia u opinión. De no ser así, los bolcheviques se
deshonrarían para siempre y quedarían liquidados como partido (...) Tengo la
fírmisima convicción de que si "aguardamos" al congreso de los soviets y
dejamos pasar al actual momento, matamos la revolución". "La crisis ha
madurado".
Capítulo X

ALGUNAS OBSERVACIONES

Terror y conocimiento.

Nos habíamos propuesto investigar la forma en que se produce la acumulación de la teoría


revolucionaria. Las tesis de Lenin frente a la guerra imperialista nos remitieron a la
experiencia de la Comuna de París, en las que estaban fundadas.
Comprobamos que esta experiencia de revolución proletaria, inicial y derrotada, incidió de
distintas maneras en la perspectiva teórica hasta que, al desarrollarse conceptos más precisos y
modelos más amplios, a través de sucesivas complejizaciones, se hizo posible resolver
fenómenos enigmáticos y situaciones difíciles, creando las condiciones de la revolución
triunfante, de la experiencia exitosa.
En la primera etapa, contempóranea e inmediatamente posterior a la Comuna, la
experiencia tiene dos tipos de efecto sobre la teoría.
Por una parte, surge un estado de ánimo que deja percibir exclusivamente el aspecto
catastrófico de los resultados de la derrota y tiende a descalificar gradualmente la idea misma
de revolución política, la destrucción del estado burgués por medio de la fuerza y el
establecimiento de la dictadura del proletariado, un estado donde la fuerza coincide con el
pueblo mismo.
En realidad, esta tendencia se niega a analizar el proceso revolucionario en términos de la
teoría a la que supuestamente adscribe y abandona, en forma paulatina sus supuestos básicos,
hasta adoptar los de la burguesía. En términos globales, se trata de admitir la ilegitimidad o,
más aún, la imposibilidad de toda otra nueva relación más allá de la realizada por la burguesía
: "hubo historia pero ya no la hay". La paulatina difusión y profundización de estas
convicciones tienen consecuencias en la práctica de la lucha de clases hasta 1900 : se
privilegian formas de conducción y de acción parceladas, sin concebir el campo total de luchas
y fracciones sociales, ni prepararse para garantizar el desarrollo de las fuerzas de clase en las
condiciones planteadas por la burguesía, es decir, a partir de una concepción estratégica
político-militar.
En parte, esta disolución en el plano conceptual podría ser explicada en base a las
observaciones realizadas por la propia teoría clásica de la guerra acerca de la influencia del
terror sobre la capacidad de juicio. Además, el abandono de la voluntad de lucha, la renuncia a
los propósitos que llevan a la lucha, es el objetivo último que la teoría de la guerra reconoce a
la actividad bélica. En este sentido, el rumbo adoptado por los sectores reformistas,
revisionistas de la teoría marxista, podría computarse como uno de los éxitos a largo plazo de
la política militar terrorista de la burguesía francesa.
Sin embargo, hasta en la actualidad se mantiene la ignorancia acerca de los procesos
específicos por medio de los cuales ciertas situaciones de "terror" destruyen núcleos de
convicción racional y logra, por ejemplo, el abandono de una teoría por otra, de menor nivel
de consistencia, incluso en personas alejadas del peligro inmediato. Sin embargo en la
actualidad, del mismo modo que en 1905, los ejemplos abundan en el campo intelectual y
político. El terror es, sin duda, una fuente de obstrucción del conocimiento muy importante,
pero no es este el aspecto -que podría considerarse bajo el título de "trauma" epistemológico-
el que nos proponíamos dilucidar.
Marx y Engels asumen la derrota comunera y tratan de convertirla en un avance de la
teoría. Por una parte, toman como propias las conquistas de los comuneros : afirman que los
revolucionarios parisinos habían descubierto, en la práctica, la forma específica que asumiría
la dictadura del proletariado -el tipo de estado en que la lucha de clases se desarrolla del modo
más racional y pacífico posible- pronosticada de manera general por Marx. Por lo tanto,
analiza esta forma e integra los rasgos esenciales a la teoría que, de este modo, no solamente
queda demostrada por la experiencia sino completada conceptualmente.
En cuanto al problema de la oportunidad para realizar el intento y respeto por las causas de
la derrota, las posiciones de Marx y Engels presentan contradicciones que pueden ser
explicadas como consecuencia de un obstáculo interior en la teoría.
Acerca de esta obstrucción, nuestra hipótesis ha sido que respecto del modelo de proceso
revolucionario basado en la experiencia anterior -la de 1848-, la guerra entre naciones
simultánea a la revolución de 1871 fue percibida como una perturbación, un "accidente", una
"condición excepcional" desfavorable. Se tendió a considerar como anómalo lo que, en
realidad, era un fenómeno original. Tal enfoque contribuyó a que los hechos nuevos no
pudieran ser inmediatamente incorporados a un esquema conceptual, también renovado,
enriquecido, que coordinara ambos procesos. A su vez, la carencia de un modelo articulador
indujo a la formación de una zona oscura en la teoría de la lucha de clases, un área no
racionalizada, lo cual favoreció la emergencia de las teorías revisionistas.
Lenin comienza a acumular la experiencia de la Comuna a partir de 1905, en conexión con
un nuevo período revolucionario.
Su primera conclusión es que la revolución adopta inexorablemente el carácter de guerra
civil. Esta convicción lo lleva a iniciar una lectura de la lucha de clases que incorpora
conceptos y perspectivas de la teoría burguesa clásica de la guerra. En este terreno su
descubrimiento principal es que la lucha de clases -del mismo modo que la "guerra"- puede y
debe ser conducida. De ello se desprende la tarea de la organización independiente del
proletariado, destinada a conducir los enfrentamientos de la lucha de clases con vistas a su
transformación en guerra civil. También se relaciona con otra lección que Lenin aprende de la
comuna : la necesidad de que el proletariado conduzca a otros sectores sociales, lo que en el
caso de Rusia, refiere particularmente al campesinado.
Acerca de este momento de formación de teoría, pueden hacerse varios señalamientos.
Durante la etapa que media entre 1871 y 1905, ni la experiencia de las luchas ni la
formación de conceptos interrumpe sino que discurren de manera unilateral, como desarrollos
parciales. Los conocimientos y las acciones se multiplican y se relacionan hasta que, en un
momento dado, se produce una reestructuración que articula todos esos elementos en una
totalidad. Ese momento, relativamente acelerado, ha sido producido a través de una
coordinación de los problemas planteados por numerosos avances particulares, que
anteriormente se veían como separados y de un ordenamiento nuevo de conceptos y
fenómenos que no eran tomados en cuenta o eran considerados como aspectos subordinados
(118).

118
- Clausewitz tiene conciencia acerca del carácter de los progresos
parciales cuando describe las teorías de la guerra previas a la suya: "Todos
estos intentos teóricos sólo se pueden considerar avances en el terreno de la
verdad en cuanto a su parte analítica, pero en la parte sintética, sus
prescripciones y reglas son absolutamente inservibles". "De la guerra". L.II,
El nuevo desarrollo teórico comienza cuando un proceso social revolucionario convoca a
ello. La reflexión se inicia tomando como punto de referencia el hecho práctico revolucionario
más importante del período anterior. Sin embargo, el enfoque con que se asume el análisis del
hecho parte de posiciones sostenidas por la teoría revolucionaria en el ante último período, es
decir, las tesis inspiradas en los procesos revolucionarios de 1848.

El obstáculo teórico sigue ejerciendo su influencia pese a que la situación revolucionaria de


1905 presenta un rasgo esencial evidentemente análogo a la de 1871 : la guerra ruso-japonesa
simultánea a la revolución democrática. La reestructuración teórica no se produce de
inmediato sino que comienza parcialmente cuando el proceso de 1905 está muy avanzado.
Sólo entonces, aparecen intentos de vincular la formación de la fuerza social revolucionaria,
moral y material, con la crisis de las fuerzas armadas del régimen.
Por otra parte, el enriquecimiento de la teoría no sólo se produce en la relación a la
experiencia proletaria del pasado y a la propia teoría, sino a partir del intento de recuperar la
reflexión realizada por la burguesía acerca de sus guerras.
Por último, la derrota de 1905, produce, en fracciones del movimiento socialista ruso,
efectos similares a los observados luego de 1871. Surge también allí una tendencia que niega
globalmente la experiencia revolucionaria fracasada, sin intentar comprenderla mediante un
avance teórico.
Concluido el período revolucionario de 1905 y en condiciones evidentes de preparación de
la guerra imperialista europea se produce finalmente la incorporación del "accidente" de la
guerra entre naciones a un esquema conceptual único del proceso revolucionario y de la guerra
civil. Sólo entonces, el problema del "armamento del pueblo" y de las condiciones
revolucionarias engendradas por las guerras imperialistas, que estaba resuelto en la práctica
desde 40 años antes, comienza a ser racionalizado, considerado en sus interconexiones e
incorporado, primero a la teoría y luego a la estrategia revolucionaria. Lenin descubre que el
aparente problema de la guerra imperialista incluía las condiciones para la solución del
verdadero problema, el armamento del pueblo,moral y material (119).
Esta tesis se confirma rápidamente en 1917. La perspectiva teórica adquirida le permite
comprender de inmediato el fenómeno de los soviets y luego poner en práctica una concepción
táctico-estratégica congruente con la evaluación del caso, que incluye aspectos tales como la
fraternalización con el enemigo, las propuestas de paz sin anexiones ni indemnizaciones, la
nacionalización de la tierra y, sobre todo, el que se expresa en la consigna "todo el poder a los
soviets".
Pero nuevamente surge una situación "original", "excepcional" : el "armamento del pueblo"
se ha producido en condiciones tales que el pueblo armado pacta y subordina al gobierno
burgués. Aquellos que no habían reflexionado acerca de la Comuna y de 1905 no pueden

cap.II.
119
- En base a las experiencias de 1905 y 1871 (ver capítulo I, pág 6)
Lenin llegó a formular el armamento del pueblo sólo podría producirse en
términos de una crisis de las fuerzas armadas de la burguesía y por eso su
problema pasó a ser el de construir las condiciones para conducir ese tipo de
procesos.
Posteriormente diversas experiencias revolucionarias demostraron la posibilidad de constituir el armamento del
pueblo a partir de la iniciativa de las clases populares, al margen e las instituciones armadas de la burguesía. Sin
embargo estas experiencias na han sido aún incorporadas rigurosamente a la teoría, incluso en los casos en que
resultaron triunfantes.
percibir la originalidad de la situación y evalúan los soviets de acuerdo a sus manifestaciones
aparentes y transitorias -la colaboración con el gobierno y la voluntad mayoritaria de proseguir
la guerra- contribuyendo de este modo, a que estas tendencias de la realidad se refuercen.
Lenin, en cambio, observa el proceso a partir de la teoría del estado proletario provista por
Marx -es decir, otro aspecto de la acumulación teórica engendrada por la experiencia de 1871-
y gracias a ella tiene la capacidad de distinguir los rasgos del estado-comuna,
embrionariamente dibujados en los soviets.

Complejización y reestructuración conceptual

Hemos expuesto en los capítulos anteriores varias consecuencias de esta reelaboración.


Pero la más instructiva es la del esclarecimiento y diferenciación interna de la noción de
"fuerza social" que era considerada como la dimensión directamente explicativa de la
categoría "poder". Al distinguir del concepto de "fuerza", las nociones de "conciencia" y
"organización", Lenin esta en condiciones de contar con un modelo de "relaciones de fuerza"
que contiene más aspectos, antes subsumidos y confundidos, más relaciones y distinto orden
jerárquico de las relaciones.
Esta división de un concepto confuso en dos, más precisos, permite que el modelo de las
relaciones de fuerza adquiera capacidad descriptivo y explicativo en campos de relaciones
sociales más vastos. Una teoría reordenada, más compleja, más articulada, de acceso a
realidades más amplias : el campo de relaciones de fuerza ya no se concibe limitado al proceso
de realización de la fuerza sino que se extiende al de su formación. Se toman en cuenta
procesos más sutiles como el del aprendizaje de las masas y los cuadros.
Un nuevo avance se produce cuando Lenin construye el concepto de "masa fluctuante" y
establece el carácter y las determinaciones de sus movimientos oscilatorios y cíclicos.
Desde el inicio del período revolucionario, Lenin ya sabe que los movimientos del
proletariado revolucionario deben realizarse en relación a las coordenadas de espacio-tiempo
social que se produce la acumulación de "conciencia" y "organización", a través de la
experiencia de las masas intermedias. En consecuencia, recomienda orientar la acción del
proletariado revolucionario hacia la elevación de la conciencia y organización de las masas y
"esperar" a que se supere el "atraso".
Pero al descubrir las fluctuaciones súbitas, ascendentes y descendentes, de las masas
intermedias, comprende que el desarrollo de su conciencia y organización no responde al
movimiento lineal. Advierte que, para que se estabilice el sentido ascendente del movimiento,
debe producirse, en ese momento preciso de fluctuación, una intersección con el movimiento
proletario revolucionario. A partir de esto, coordina conceptualmente ambos planos espacio-
temporales, lo que le permite afirmar que el "atraso" es atribuible, en verdad, al movimiento
lentificado del proletariado revolucionario.
Estos desarrollos en la teoría, que orientan en la formulación de la estrategia y las tácticas
revolucionarias, nos permiten entender que ni la consigna "todo el poder a los soviets"
implicaba el abandono de la concepción de la revolución "como guerra civil", ni la consigna
de "insurrección" significaba reducir la revolución a las leyes de la "guerra" concebidas por la
teoría burguesa.
Entre la Comuna y Octubre de 1917 se comprendió que los problemas -el de la revolución
y la guerra civil- no necesitaban ser disueltos -disolviendo al mismo tiempo la teoría social
más consistente jamás construida hasta entonces- sino que podían ser resueltos. Fue posible
entonces vislumbrar la solución en las mismas condiciones que, en un principio, aparecían
como "el problema", "el accidente".
Se advirtió que era necesario enriquecer permanentemente la teoría, superando el
reduccionismo de los problemas del poder y de la guerra a las cuestiones de la fuerza material
ya que ésta dependía de un proceso de formación de conciencia y de organización en el
proletariado y las clases populares. A su vez, se comprendió que la conciencia y organización
del proletariado referían a la conducción táctico-estratégica de los enfrentamientos y que estos
aspectos de la fuerza social se formaban también a través de enfrentamientos sociales.
Esto señaló que, desde el punto de vista proletario, la concepción táctico-estratégica de la
teoría clásica de la guerra debía ser definida y aplicada teniendo en cuenta el proceso más
amplio de formación de conciencia y organización, de aprendizaje a través de la lucha. En
consecuencia, se pensó que los objetivos de los enfrentamientos debían constituir condiciones
de experiencia para las masas -que les permitieran reformular sus tácticas y aceptar la
conducción del proletariado revolucionario- y que la experiencia de las masas debía servir para
redefinir la teoría y precisar las tácticas y estrategias revolucionarias.
Capítulo XI

LABORATORIO DE LA TEORIA SOCIAL

Carácter de clase : fuerza corporal y fuerza moral

A lo largo de cuatro siglos, la burguesía fue haciendo su aproximación práctica a los


fenómenos de la guerra en relación a las revoluciones políticas y guerras nacionales, que
expresaban su creciente poder social.
La guerra, por tanto, fue adoptando un carácter de clase burgués.
El proletariado naciente acompaño este proceso e intentó, en ciertos momentos, imponer
sus intereses y su estilo a la fuerza social dirigida por la burguesía. Sólo en 1871 logra
configurar una fuerza social donde ocupa el papel dirigente y se ve obligado a asumir la guerra
civil, iniciada por la burguesía.
Las experiencias bélicas de la burguesía habían sido racionalizadas hasta constituir una
teoría completa, formulada por Clausewitz, que reflejaba la conciencia social de esta clase en
esta etapa histórica.
Marx y Engels, y después Lenin, realizan un trabajo similar : partiendo de la experiencia de
las luchas proletarias, desarrollan la teoría de la lucha de clases -originariamente formulada
por historiadores burgueses- superando los límites y parcializaciones a que estaba sometida en
las concepciones vigentes.
Es posible observar que entre la teoría clásica de la guerra y la teoría de la lucha de clases,
hay una serie de analogías y un movimiento tendencial cuyo sentido es común a ambas. Una
de estas analogías y tendencias consiste en asumir, de un modo cada vez más concreto, el
carácter social del cuerpo humano.
Clausewitz tomó conciencia acerca del modelo de reflexión implícito en las teorías
precedentes que buscaban reducir todas las cuestiones de la guerra a magnitudes materiales,
posibles de ser sometidas a una aritmética elemental : la actividad técnica. Observa que los
progresos se habían producido en esa dirección hasta llegar a su máximo refinamiento en
"táctica", que concebía a la conducción como el manejo de un ejército-máquina, o sea, una
cosa que actúa sobre otras cosas.
En efecto, la teoría militar vigente sólo se ocupaba de desarrollar y pensar la "fuerza"
entendida como fuerza corporal : construir una máquina ósteo-muscular colectiva, obediente al
general, un máquina de cuerpos que imitara a las máquinas reales de la época. Esta era una
inversión cosificadora que se había producido en el pensamiento de ese período histórico,
puesto que las máquinas reales, las máquinas de fuerza, desde la palanca en adelante, habían
sido desarrolladas tomando como modelo los órganos parciales y exteriores del cuerpo
humano. Luego se había pensado al cuerpo humano tomando como modelo a este tipo de
máquinas y, por lo tanto, se lo había parcializado y reducido a sus apariencias.
Las imágenes mecánicas del cuerpo y sus movimientos eran consistentes con el problema
que afrontaba la burguesía ascendente. En la medida que trataba de utilizar cuerpos del pueblo
para sus propios fines le era necesario pensar en la construcción de un autómata.
La experiencia, que le permite percibir las contradicciones e insuficiencias de este modelo
respecto de las guerras reales, suscita otro tipo de reflexión en Clausewitz. En primer lugar,
dará por supuesta la "máquina" y sus mecanismos, y tratará de pensar el "motor" que lo
impulsa. Redefiniendo entonces el concepto de "fuerzas de combate", distinguiendo las
"fuerzas corporales", de carácter mecánico, de las "fuerzas morales" que las ponen en
movimiento, a la vez que buscará determinar las relaciones.
Clausewitz señala que las "fuerzas morales" son determinaciones de la magnitud de las
fuerzas corporales, constituidas por el valor y la audacia, la cohesión y la capacidad para
actuar según un plan conjunto.
Es decir, que toma en cuenta no solamente el carácter natural del cuerpo humano -el hecho
de que en realidad no es una cosa- sino su carácter social. El alma motriz de las fuerzas de
combate depende, según Clausewitz, de su pertenencia a una nación -los motivos "nacionales"
que mueven a las masas-, de su organización y conducción en calidad de soldados-ciudadanos
por el estado y la jefatura militar.
En segundo lugar, Clausewitz observa que la imagen mecánica hace abstracción de las
condiciones de combate, donde quienes luchan son personas. Indica, entonces, que en el
combate, no sólo se produce un desgaste material directo de las fuerzas corporales,
determinado por la fatiga, el hambre, la sed, y la acción de fuerzas enemigas, que se expresan
en muertos y heridos. Señala que se produce también un destrucción mediada, donde aquellos
factores actúan -a través de la percepción del peligro y la falta de información- sobre las
emociones y la capacidad de juicio de los individuos, sobre la cohesión del cuerpo colectivo y
sobre la capacidad de conducción del general. Es decir que la acción física sobre los cuerpos
los invalida también a través de la disminución de las fuerzas morales, sociales.
Clausewitz construye, entonces, un modelo análogo al proceso vital tomado en conjunto,
incluyendo no sólo sus aspectos anatómicos, su energía y motricidad física, sus articulaciones
materiales en el cuerpo individual y colectivo, sino también los aspectos perceptuales,
emotivos, intelectivos, el procesamiento de la información, la organización y dirección de las
conductas (120).
Este modelo es aplicado a la relación entre la fuerza corporal de combatientes y su fuerza
moral y a la relación entre la fuerza de combate, el ejército como cuerpo, y su espíritu de
inteligencia que son el general y el estado.
Pero como además, en las condiciones de combate, estas fuerzas actúan a su vez sobre
otros "seres vivientes que reaccionan" -las fuerzas de combate enemigas-, el modelo no es
exclusivamente biológico en el sentido de relación de los procesos vitales con sus condiciones
inorgánicas, sino un modelo de la vida como conflicto entre organismos, un modelo de
conflicto social, "igual que la política y el comercio".

A través de esta perspectiva, Clausewitz llega a tomar conciencia acerca del carácter social
de las fuerzas de lucha del cuerpo humano, pero sólo abstractamente, en tanto lo refiere nada
más que a su organización burocrática como fuerzas armadas de ciudadanos.
Lenin avanza en la dirección emprendida por Clausewitz, desarrollándola en dos sentidos.
Por una parte, da mayor especificidad al enfoque de Clausewitz cuando remite a la noción de
"fuerza social" de las fracciones proletarias a su conciencia, organización y conducción, sin
reducir estos conceptos al carácter social, más abstracto, de "fuerzas morales". No sólo asume
lo dicho por Clausewitz -que la fuerza material de los cuerpos depende de su fuerza moral,

120
- También es análogo a las máquinas electrónicas modernas que no
producen fuerzas sino que controlan su ejercicio. A través de la obtención y
procesamiento de datos producen información y organización: son instrumentos
de comando de la fuerza y de allí que su ciencia haya sido denominada
"cibernética", término derivado del griego que significa "piloto de navío".
social- sino que subsume esta ley dentro de otra, que señala las condiciones de clase
específicas en que ella se cumple: agrega que la fuerza moral depende de su carácter de clase,
según sea este burgués o proletario.
Según Lenin, la fuerza material que los cuerpos de los desposeídos están en condiciones de
desplegar no es igual si están organizados en términos de disciplina burguesa, con conciencia
y conducción ajena, que si lo están en términos consistentes con su ser social proletario.
"Organización del proletariado" significa, en este sentido, aquella articulación de los cuerpos
que permite que la totalidad de sus fuerzas se ejerzan en la lucha a fin de obtener sus metas o
intereses de clase. Es decir que implica la disolución de un conjunto de relaciones sociales a
través de las que las fuerzas del cuerpo de los desposeídos se les enfrentan como un "poder" :
es autoorganización de lucha del proletariado.
Del mismo modo, "conciencia proletaria" remite al conocimiento de los medios y objetivos
de lucha para obtener las metas de clase, la comprensión práctica del antagonismo respecto de
la burguesía y de la identidad consigo misma. Es conciencia de sí, autoconciencia.
El desarrollo de la conciencia y organización proletaria se expresan en la capacidad de
autoconducirse contra el enemigo de clase y conducir las restantes fracciones oprimidas y
explotadas, para orientar todo el proceso de la lucha de clases.
Lenin establece, por lo tanto, un campo de leyes que vinculan las fuerzas materiales de las
fuerzas sociales con su carácter de clase concreto. Este campo de leyes es, a la vez, más
concreto y más universal que el señalado por Clausewitz puesto que la explicación de la
diferencia de fuerzas materiales de clases distintas -por ejemplo, las feudales y las burguesas o
éstas y las proletarias- no reside en que las fuerzas "morales" tengan vigencia para unas y no
para otras, sino en el tipo específico de estas fuerzas determinado por su carácter de clase.
En un segundo sentido, Lenin amplía el alcance del modelo de Clausewitz porque no limita
el ámbito de los conceptos y la vigencia de las leyes al momento en que la lucha se verifica
entre hombres armados. Lenin lo extiende a todo el proceso de lucha donde se produce la
formación de "fuerza social".
Un segundo aspecto analógico del progreso teórico de Clausewitz y Lenin se observa en la
tendencia a superar las imágenes sustancialistas de los fenómenos. La guerra, el poder, la
fuerza dejan de verse como cosas o atributos intrínsecos a las cosas y comienzan a ser
pensados con referencia a determinados campos o espacios de relaciones, a la vez que ya no se
los enfoca en tanto sucesos puntuales sino en su calidad de procesos. En suma, los conceptos
son referidos a espacios y tiempos de relaciones de transformación, a campos de leyes de estas
relaciones y de sus transformaciones.
Esto se cumple en el nivel de los fenómenos más general y en el más particular. En cuanto
a lo general, Clausewitz considera a la guerra como un campo específico de relaciones
humanas, que se distingue de otros -como la política y el comercio- por el hecho de que las
relaciones están mediadas por "armas". A la vez señala que las leyes de esta campo de
relaciones armadas se subordina a las del campo de la política ya que la guerra es una
actividad instrumental del estado.
Lenin conecta ambos conceptos, político y militar, subsumiéndolos en otro más abarcador,
el de las leyes de la lucha de clases, que son referidas a su vez a fenómenos económicos-
sociales.

Fuerza material, reflexión y conducción.

La misma tendencia se observa en cuanto a lo más particular, la noción de "fuerza". La


perspectiva de Clausewitz acerca de las dimensiones del carácter social pondrá en crisis otras
ideas derivadas de las concepciones mecanicistas: las imágenes del combate en sí mismo.
En la formación del ejército-máquina estaba implícita la idea de que a través del
funcionamiento cooperativo de una masa de cuerpos -disciplinada, jerarquizada y sometida a
un mando único- era posible generar una fuerza superior a la suma simple de sus elementos
aislados. Ya aquí, la fuerza total era considerada como una magnitud dependiente de la forma
de organización de sus partes.
Clausewitz produce otro avance en tanto amplía esta perspectiva a los procesos de
aplicación de esa fuerza combinada. No los piensa como suma de acciones simples en las que
la fuerza cumple trayectorias perfectamente previsibles y geometrizables y sobre lo que no es
posible actuar una vez lanzada como sucedía según las leyes de la balística, que tanta
importancia tuvieron en la época.
Concibe al ejército de las fuerzas en proceso y no como un fenómeno puntual o suma de
fenómenos puntuales. Piensa a la guerra como una totalidad en la que se articulan procesos
parciales, donde la fuerza total resultante depende del orden en que se producen esos procesos
parciales.
La fuerza perdía así la apariencia de una sustancia intrínseca a la "máquina", para ser
pensada como un dinamismo, una magnitud en devenir, subordinada a la organización en una
totalidad de los procesos parciales en las que se manifiesta. A esta distinción, y a la vez
relación, entre procesos parciales y proceso total refieren las nociones de táctica y estrategia,
que son racionalizadas por Clausewitz.
La fuerza es referida, entonces, a coordenadas de espacio y tiempo. Pero, Clausewitz no
considera estas coordenadas como algo exterior a la fuerza, como si simplemente pudieran
servir para decir dónde y cuándo se observa la fuerza, en tanto referencia a sus
desplazamientos. Por el contrario, concibe a las dimensiones espacio y tiempo como
determinaciones de tipos de fuerza específicos. Así, por ejemplo, las diferencias de fuerzas de
la defensa y del ataque, de las metas positiva y negativa, se hacen depender del distinto uso
que hacen del tiempo y del espacio.
La relativización de la fuerza respecto de los procesos de organización en el uso del tiempo
y el espacio -el uso de la fuerza en los combates y el uso de los combates- tenía que proyectar
hacia un primer plano los aspectos que determinan estos procesos, es decir los fenómenos de
la conducción táctica y estratégica.
Clausewitz entiende la "conducción" como "un movimiento espiritual libre". Sustituye la
imagen dominante previa que suponía una técnica de acción y la considera un método de
reflexión destinado a formular hipótesis acerca de resultados probables de acciones
alternativas, en términos de metas,, objetivos y medios, que deben ser puestos a prueba en la
experiencia.
Pero además, asume que la acción se ejerce sobre seres vivos y que la consideración de
todos los aspectos -que implica tomar en cuenta las reacciones del adversario, sus acciones y
reflexiones probables tomadas en un encadenamiento de momentos distintos- debe llegar a
formas una imagen de la totalidad de la guerra para elaborar un plan, también total.
Es decir, que la alta conducción de la guerra pasa a ser una actividad de reflexión
potenciada, de segundo grado, pues incluye la reflexión del enemigo, los efectos de la acción
propia sobre la reflexión y viceversa.
Considera, en consecuencia, que la teoría debe ocuparse desarrollar este método de
reflexión. Con este fin, construye un método crítico de análisis histórico y teórico que permite
juzgar el valor de las proposiciones formuladas por las teorías anteriores o implícitas en los
problemas prácticos por otros conductores de guerras, descubrir las soluciones más acertadas y
extraer "verdades generales" que puedan ser incorporadas a su propia teoría y utilizarlas luego
para la observación de la realidad y la toma de decisiones.
Por consiguiente, la teoría de Clausewitz es también de segundo grado, potenciada, pues
hace posible el análisis de otras teorías.
Como se observa, el concepto de "fuerza" no desaparece en el enfoque de Clausewitz sino
que se dinamiza, se relativiza respecto de campos de leyes que se subsumen unos dentro de
otros más abarcadores hasta terminar en el campo de la teoría y su construcción.
Puede señalarse algunos desarrollos realizados en el mismo sentido por Lenin, aunque los
problemas que enfrenta y, por lo tanto, sus soluciones han de ser diferentes.
Lenin no puede limitar el concepto de "fuerza" al campo de relaciones de las fuerzas
armadas, porque la fuerza social proletaria no aparece ya previamente constituida como tal.
No es un presupuesto de la "guerra" provisto por el estado como lo era para Clausewitz, sino
que se concibe formándose a través del conjunto de experiencias de lucha populares. Por lo
tanto, los conceptos de estrategia y táctica tampoco refieren, según Lenin, sólo a
enfrentamientos de aquel tipo, sino que abarcan todo el proceso que va desde la formación de
la fuerza social hasta su realización como poder. Mas aún, Lenin llega a afirmar que, bajo
determinadas condiciones, esta realización puede no estar mediada por la lucha armada.
De este modo Lenin relativiza la noción de "organización" y remite la ley acerca de la
mayor fuerza generada por una acción cooperativa de distintos elementos, el carácter de clase
de éstos, a las relaciones que guardan entre sí y a sus distintos momentos.
Vemos, por ejemplo, que respecto a la alianza de los sectores obreros y campesinos en los
soviets, Lenin señala que un aspecto y momento de esta organización conjunta es su carácter
de "dictadura democrático-revolucionaria de obreros y campesinos", es decir, una fuerza social
superior a la de sus elementos de clase aislados. Pero su otro aspecto -que se revela en el
hecho de que los soviets no toman el poder, derrocando a la burguesía- le indica que la forma
en que están vinculados estos elementos- es decir, bajo la dirección de los campesinos-
produce una fuerza que podría considerarse negativa: la unión bajo la dirección de la pequeña
burguesía inhibe la expresión de la fuerza de clase proletaria. Concibe, entones, un proceso
táctico-estratégico cuya primera fase consiste en una ruptura, en una fisión destinada a
"liberar" fuerzas de clase proletaria, que a su vez impulsarán a la pequeña burguesía a
enfrentar al gobierno para, en un tercer momento, decisivo, ya bajo la conducción proletaria,
unificarse en la acción conjunta.
Comprobamos que la noción de organización cubre distintos significados de clase y
representa magnitudes de fuerza social y relaciones diferentes, dependiendo de los sujetos
sociales que se trate en cada etapa.
El dinamismo social que Lenin confiere al concepto de "fuerza" se observa también en su
análisis de las relaciones entre la fuerza proletaria y la de las masas fluctuantes: considera que
ellas sólo se potencian en el momento en que la oscilación de estas últimas se dirige contra la
burguesía . A la inversa, comprende que de no verificarse en ese momento un movimiento
concurrente de la fuerza proletaria, la masa fluctuante tiende a completar su ciclo en el sentido
regresivo, antiproletario.
El movimiento cíclico de esta masa se explicaría por los intereses de clase ambivalentes de
sus sectores pequeñoburgueses y por el estado de crisis de la conciencia burguesa de sus
fracciones proletarizadas, pauperizadas y obreras, que las mantiene oscilantes en la dualidad
burguesía-proletariado, sin que pueda consumarse por fuera de una experiencia concreta de
poder.
En la medida que Lenin concibe la "fuerza" como expresión de fenómenos de organización
de clase específicos, sujeto a las leyes táctico estratégicas de la lucha de clases, debe
necesariamente tomar en cuenta el papel decisivo de los fenómenos de conducción, o sea, del
aspecto o dimensión de la fuerza que determina su organización, su formación y distribución
en el tiempo y en el espacio social.
También este campo de fenómenos de orden superior, será pensado por Lenin como un
proceso cuyas leyes de génesis y desarrollo y cuyas relaciones con otros campos de
fenómenos no son las mismas para las fuerzas proletarias que para las fuerzas burguesas. Por
lo tanto, también aquí superará el carácter abstracto de la concepción de "conducción" y de
"teoría" formulada por Clausewitz, refiriéndolas a sus manifestaciones de clase concretas.
Según Clausewitz, la guerra está compuesta por una "extraña trinidad" : el "odio y la
enemistad", que considera como "instinto ciego", el "juego de las probabilidades y el azar" que
corresponde a una "actividad espiritual libre" y "la naturaleza subordinada de herramienta
política que la incorpora a la razón pura" (121). Estas tendencias pertenecen al "pueblo", al
"general su ejército" y al "gobierno" respectivamente.
Para Clausewitz, las masas ingresan en la reflexión sólo en tanto las fuerzas instintivas de
sus "elementos hostiles", el "odio nacional" por ejemplo, representen principios de
fortalecimiento o debilitamiento para la acción (122) cuando tal odio instintivo no existe, surge
en el combate mismo -dice Clausewitz- como reacción frente a la agresión (123).
Las masas son reducidas a un "instinto ciego" territorial o reactivo a la agresión, "si se
quiere animal". El elemento autoconciente, que orienta los comportamientos, que produce
conocimiento y lo incorpora a la teoría, se atribuye exclusivamente al estamento de los señores
del estado y sus aparatos armados.
Clausewitz, igual que la burguesía en general, considera a las masas como la "sinrazón".
Sólo a través de su conversión en soldados-ciudadanos se les da el ingreso a la órbita de la
civilización humana, pero incluso allí se les relega profundamente el papel de instrumentos de
la "razón" y del "espíritu", que para la burguesía es su razón de estado y su espíritu clasista. El
pueblo es visto esencialmente como un "cuerpo casi animal", domesticado para las actividades
121
- "De la guerra". Libro I, cap.I.
122
- "Una misma meta política puede generar diversos efectos en distintos
pueblos e inclusive en un mismo pueblo, en distintas épocas. Entonces sólo
podemos hacer valer a la meta política como medida, en tanto la pensemos en
sus efectos sobre las masas que ella debe mover, de tal modo que así la
naturaleza de estas masas ingresen a la reflexión. Es fácil, comprender que,
como consecuencia de esto, el resultado puede ser muy diferente según se
encuentren en las masas principios de fortalecimiento o de debilitamiento para
la acción. Pueden encontrarse entre dos pueblos o dos estados tales tensiones,
tal suma de elementos hostiles que un motivo político, en sí mismo poco
significativo, puede generar un efecto que excede en mucho su naturaleza, una
verdadera explosión". Idem. pto.II.
123
- "El odio nacional, que rara vez está ausente en nuestras guerras,
sustituye, más o menos intensamente, la enemistad personal en la lucha de un
individuo contra otro, Pero cuando también falta el odio nacional y no existe
encono desde un principio, el sentimiento hostil se enciende durante el propio
combate, ya que una violencia que alguien, por orden superior, ejerce sobre
nosotros inflamará deseos de venganza y desquite contra esa persona, en lugar
de hacerlo contra el orden superior que le ha ordenado actuar así. Esto es
humano o, si se quiere, animal, pero así son las cosas". Idem.
directamente relacionadas con el uso de la fuerza material. Si bien Clausewitz le concede
"alma", una "fuerza moral", sólo la admite a la manera de sobreimpresión debida a la obra del
estado que articula un "instinto ciego" (124).
No existe, en la perspectiva de Clausewitz, ninguna mediación según la cual el pueblo
pueda desarrollarse hacia formas autónomas de la conciencia.

Instinto proletario, teoría revolucionaria.

Lenin utiliza también la noción de "instinto" pero para significar algo muy diferente. El
"instinto de clase" alude a las tendencias espontáneas del proletariado hacia formas
organizativas y de acción que expresan la unidad de clase (125). La noción de "instinto" supone
también un irracionalismo en las conciencia proletaria, pero no es el irracionalismo de lo
"animal" sino el de "lo burgués", un estado de engaño, una falsa conciencia que expresa en
tácticas erróneas desde el punto de vista del interés de clase proletario.
El instinto de clase proviene de la percepción de las contradicciones entre el discurso y las
acciones burguesas, entre las metas que la burguesía enuncia y las que realiza, entre su
descripción de la sociedad y la que los desposeídos y oprimidos viven. Esta contradicciones se
revelan a través de toda su práctica social y política y con mayor agudeza en los períodos
revolucionarios, que aceleran las crisis de la conciencia burguesa en el proletariado, generando
los distintos momentos en que el instinto de clase tiende a convertirse en conciencia de clase.
Este proceso encuentra dos obstáculos a su desarrollo. Por una parte, el carácter limitado de
la práctica directa del proletariado, que sólo lo conecta con ciertos aspectos y momentos de la
lucha de clases y no da el acceso a un conjunto de enfrentamientos que llevan a cabo otras
clases y fracciones sociales, no le permite constituir una imagen de la totalidad del territorio
social en términos de proceso. La experiencia inmediata tampoco acumula el conocimiento
producido históricamente por el proletariado y la burguesía.

Por otra parte, esta experiencia es elaborada a través de sistemas construidos por la
burguesía o más primitivos aún y, frecuentemente, por medio de conceptualizaciones que la
burguesía no utiliza para su propio conocimiento sino que divulga a fin de obstruir el
conocimiento proletario. La conciencia real de los desposeídos no consiste en un vacío teórico
-como suponía Clausewitz- sino que está ocupada en distintos grados que varían
históricamente, por cristales conceptuales burgueses a través de los cuales contempla el
mundo social.
Mientras el proceso de conocimiento avanza por ensayo y error, las masas se ven obligadas
124
"...no existe fuerza moral fuera de los conceptos del estado y de la
ley" Idem cap I Pto 2
125
- "Gracias a su instinto de clase los obreros han comprendido que en un
período de revolución necesitan de una organización completamente distinta,
no sólo habitual, y han emprendido con acierto señalado por la experiencia de
nuestra revolución de 1905 y de la Comuna de París de 1871; han creado el
soviet de diputados obreros, se han puesto ha desarrollarlo, ampliarlo y
fortalecerlo, atrayendo a él a diputados de los soldados y, sin duda alguna,
también a los diputados obreros agrícolas y además (un una u otra forma)
también de todos los campesinos pobres". "Cartas desde lejos".
a someter sus tácticas a infinitas pruebas de este tipo. Pero el ensayo y el error como métodos
de conocimiento presenta, a su vez, limitaciones de lo inmediato : las masas pueden desechar
una táctica errónea, como consecuencia de su fracaso práctico, pero ello no implica
necesariamente que la táctica sea inusable, sino que requería ser referida a otro momento y
espacio o articulada a otra táctica mediadora. También puede suceder que una táctica sea
abandonada correctamente sin que haya comprendido íntegramente la fuente del error
implícito en ella, y que por lo tanto, se repita el error en algún aspecto de la nueva táctica.
Estos problemas son los que se ponen de relieve el carácter necesario de una teoría
revolucionaria, observada a través de conceptos propios, construidos en relación crítica a las
teorías histórico sociales de la burguesía.
De aquí se deriva uno de los momentos que hemos podido observar en la elaboración de la
conducción táctico-estratégica de Lenin : con los instrumentos conceptuales de la teoría
revolucionaria analiza la relación de fuerzas concreta, reestructura sus propios conceptos y
propone la construcción de condiciones de experiencia que permitan a las masas desarrollar su
conciencia hacia un nivel superior, es decir, que puedan autoconducirse asumiendo su
conducción de clase. Marx había sostenido que "la teoría se transforma en fuerza material en
cuanto se apodera de las masas" (126). Lenin intenta concretar este pensamiento creando las
condiciones de enfrentamiento específicas en la que ello se hace posible.
De este enfoque de la teoría revolucionaria podría decirse que "es un sistema de
conocimiento que no pretende haber entendido todo, sino que toma conciencia de que debe
desarrollarse a sí misma trabajando sobre los desconocido, buscando en lo real aquello que
contradice al conocimiento anterior y utilizando la experiencia para redefinir, precisamente y
clarificarse con el fin de abarcar campos de fenómenos que puedan, por esta razón,
considerarse verdaderamente nuevos".

De este carácter de la teoría se desprende el otro momento detectado en las tesis de


conducción de Lenin : la racionalización de la táctica y estrategia, de la teoría revolucionaria, a
partir del estímulo proveniente de las masas. Así, como se vió, en el mes de septiembre de
1917, Lenin reconoce que la táctica espontánea, objetiva, de las masas revelaba un mayor
grado de conciencia que el le atribuía la táctica subjetiva de los cuadros. Y, por otro lado, en
octubre del mismo año, argumenta que la confluencia de la ofensiva de masas en la ofensiva
de los elementos revolucionarios -con precedencia de estos últimos en la acción- sería la forma
real en que se produciría la encarnación de la teoría como fuerza material.
Tanto desde el punto de vista de Clausewitz como del de Lenin, la teoría, que inicialmente
es un medio para la observación de su objetivo de estudio -el conflicto de fuerzas- se
convierte en un componente activo de las fuerzas en conflicto, es decir, en un efecto sobre el
objeto. Y esto sucede en la medida que toma cuerpo en la conducción, o sea, en tanto se torna
sujeto del conflicto.
La diferencia entre Clausewitz y Lenin consiste en que para el primero, el sujeto está dado,

126
"De todos modos, el arma de la crítica no puede reemplazar la crítica de
las armas; la fuerza material debe ser absorbida por la fuerza material; pero
también la teoría se transforma en fuerza material en cuanto se apodera de las
masas. La teoría es capaz de apoderarse de las masas cuando demuestra ad
hominen y demuestra ad hominen en cuanto se hace radical. Ser radical es
atacar las cosas por sus raíz; pero para el hombre la raíz es el hombre mismo"
La cuestión Judía C Marx
es el estado y su general, mientras que para el último, se trata de una clase en proceso, en
trance de devenir sujeto, en tanto construye conocimiento y se autoconduce hacia sus metas.
Y, por lo tanto, también este proceso teoría-conciencia adquiere carácter de lucha, se convierte
en parte del conflicto, en lucha teórica, en aquel aspecto de los enfrentamientos que refiere a
su conducción táctico-estratégica.
En las dos perspectivas, la teoría es un medio para racionalizar la experiencia histórica, para
conocer, y a la vez, para construir una experiencia racionalmente, para constituir la capacidad
para hacer. Son teorías del poder en tanto teorías del conocimiento y a la inversa.
Pero mientras que desde el punto de vista de Clausewitz, la concepción del saber-poder se
aplica a la racionalización de las condiciones de dominación de clase de la burguesía -la guerra
como instrumento del estado burgués- desde el punto de vista de la teoría marxista trata de
crear las condiciones "mas racionales y mas humanas" en las que la lucha de clases puede
desenvolverse hasta su meta última, la abolición de toda dominación de clase, es decir, las
formas de estado tipo Comuna (127).
La tarea y el éxito de Lenin sólo se hacen comprensibles si se considera correctamente el
enfoque que asume respecto de la lucha teórica, este efecto de los enfrentamientos cuyo
objetivo es constituir en el proletariado la capacidad de conducción del proceso de la lucha de
clases.
La resolución del problema de la dualidad del poder fue posible porque Lenin había
desechado -ya desde mucho antes- dos ideas falsas: una, que existe una teoría revolucionaria
acabada, completa, que contiene en sí la clave de todos los problemas porque la realidad social
ya está comprendida en sus leyes y, otra, que la realidad es tanto más rica que la teoría, que
ninguna ley general puede comprenderla. De un supuesto se concluye que quienes poseen la
teoría ya saben todo y no necesitan investigar ni conocer el desarrollo concreto de los procesos
de lucha de clases. Del otro, que son las masas a través de su conocimiento inmediato quienes
tienen la capacidad para captar la realidad histórica.
Por eso puede afirmarse que "ambas perspectivas chocan contra los dos obstáculos
contrarios que limitan todo pensamiento : lo general y lo inmediato. Una, sobrevalora la teoría,
la otra, la práctica, desconociendo ambas el valor de las trasnmutaciones que se producen entre
uno y otro momento". Una es un dogmatismo, un doctrinarismo, que lleva al culto del
formalismo organizacional, del "partido". La otra es un empirismo, un realismo, que conduce
al culto del espontaneísmo de las masas, de un saber "intrínseco" a las masas, al "pueblo".
Ambos enfoques son abstractos y obstruyen el proceso de construcción de conocimiento
objetivo, de teoría enriquecida y de acción conciente en el proletariado.
En la acción de Lenin es posible leer la cuestión de la unidad de teoría y práctica como un
proceso de desarrollo contradictorio. Por eso su actividad tiene forma de una permanente
realimentación de la teoría desde la "complejidad de la vida", "desde el reino de la realidad",
que concreta las fórmulas teóricas y con ello "de la forma nueva".
Lenin reformula la teoría a partir de la experiencia y la conciencia inmediata de las masas,
de su instinto de clase -acción y reflexión situadas en un punto donde su carácter burgués se

127
- "La Comuna no aparta la lucha de clases, a través de la cual las
clases trabajadoras quieren alcanzar la abolición de todas las clases y, por
consiguiente, de toda dominación de clase (...) pero crea el estadio
intermedio racional en la cual las diversas fases de esta lucha pueden
transcurrir del modo más racional y más humano". Primer borrador para "La
guerra civil en Francia" de Carlos Marx.
vuelve contradictorio con el interés de clase de la burguesía- a la vez que trata de construir los
nexos reales que conducen a las masas a la realización concreta de la teoría.
Su movimiento teórico lo separa del realismo -que se limita a consagrar lo existente-
porque tiende a crear lo real de manera conciente a medida que se integra en la vida de las
masas. Lo aparta del utopismo porque si bien extrae de allí la fuerza de sus metas, demuestra
su posibilidad y necesidad y busca materializar los medios para triunfar en el asalto al cielo.

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