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Título: “La nueva visión de la Ciencia y la Tecnología en la

relación entre Psicología Cognitiva y Psicología Aplicada”.

Autor:
¾ Lic:. Andrés García Azcanio. Licenciado en Psicología. Profesor del
Departamento de Técnicas de Dirección de la Universidad de Matanzas
“Camilo Cienfuegos”. E-mail: andres.garcia@umcc.cu

Originalmente publicado en:


¾ García Azcanio, Andrés (2007): “La nueva visión de la Ciencia y la Tecnología
en la relación entre Psicología Cognitiva y Psicología Aplicada”; en
www.psicologia-online.com/articulos/2007/cognitiva_aplicada.shtml.

1
Introducción
Desde su introducción en la Psicología, por el psicolingüista norteamericano Noam
Chomsky1, el término competencias ha sido, probablemente, uno de los más usados en
los últimos años en el área de la Psicología. Esto se debe a que en todas las áreas en
donde se inserten los psicólogos se promueve el desarrollo humano. Como consecuencia,
se han derivado teorías de todo tipo al respecto y se pueden encontrar diferentes
aplicaciones y usos para este concepto.
Estas aplicaciones se han utilizado para estudiar tanto fenómenos del lenguaje y del
pensamiento, como para predecir el éxito en un puesto de trabajo en una empresa, o, de
manera general, en la vida.
No obstante, a pesar de que esta noción tiene claro su origen y sigue una línea de avance
dentro de la Psicología Cognitiva, ha tomado otro camino en el campo de la Psicología
Empresarial y del Management, a partir de los trabajos de McClelland2 y sus estudios
acerca de las competencias laborales.
Por mucho tiempo ha habido en la Psicología una especie de divorcio entre las teorías
que surgen a partir de la investigación científica y las teorías que surgen como resultado
de una práctica profesional. Esta división se ha producido debido a que las
investigaciones en la Psicología Cognitiva se realizaban tomando la forma de
construcción del conocimiento científico propia del paradigma positivista. Esta forma de
investigación radicaba en aislar un elemento de forma tal que se mantuviera puro, estable
y repetible, provocando que prácticamente estas investigaciones no tuvieran un uso de
valor práctico, salvo excepciones, que pudieran utilizar campos de Psicología aplicada
como la Psicología Organizacional.
Es por ello que, la Psicología Organizacional, se vio abocada a desarrollar paralelamente
a las investigaciones en la Psicología Cognitiva los mismos conceptos que habían sido
introducidos por esta última, ya que las investigaciones en el campo de la Psicología
General, al aislar tanto los componentes, impedían un acercamiento al sujeto desde un
punto de vista holístico, y no permitía una visión real de todos los factores que intervienen
a la hora de que un trabajador realice determinada tarea (García Azcanio, 2003).

1
La noción de Competencia-Actuación de Chomsky se puede revisar en Chomsky, Noam (1981): “Problemas
actuales en teoría lingüística y Temas teóricos de gramática generativa”; Ed. Siglo XXI; México; y en
Chomsky, Noam (1971): “Aspects de la theorie syntaxique”; Éditions du Seuil; París.
2
La noción de McClelland acerca de las competencias organizacionales se puede revisar en McClelland,
David C. (1973): “Testing for Competence rather than for Intelligence”; American Psychologist; January.

2
Según García Azcanio (2005, 2006a), en los últimos años los psicólogos cognitivos han
girado el rumbo de sus investigaciones, y, en lugar de reproducir experimentalmente los
fenómenos, estudian los procesos cognoscitivos en situaciones naturales. Esto posibilita
que haya un acercamiento entre los teóricos de la Psicología General y los de la
Psicología Empresarial, hecho que hace algunos años era improbable por el nivel de las
investigaciones en Psicología General que reducían la posibilidad de aplicación de las
mismas a diferentes campos.
En la actualidad, y por la complejidad que van tomando las investigaciones de campo, es
de vital importancia el hecho de que se integren los hallazgos que se han obtenido,
recientemente, en el marco de la Psicología General con las concepciones que pueden
surgir derivadas de estudios en la acción profesional. Esto por varias razones. Primero,
permite enriquecer el marco teórico con el que se asume la acción profesional. Segundo,
le da a esta acción profesional instrumentos metodológicos con los que enfrentarse a la
práctica cotidiana. Tercero, permite a las investigaciones en Psicología General tener una
salida práctica mediante la cual se pueda obtener una retroalimentación que posibilite
enriquecer y perfeccionar dichas investigaciones. Y por último, permite a la Psicología
General un abordaje más natural en el estudio de los seres humanos (García Azcanio,
2006b).
Este trabajo tiene como objetivo exponer la situación del paradigma de investigación de la
cognición humana en el contexto científico-social actual. Para ello se revisan los
planteamientos realizados por algunos especialistas y se esbozan algunos puntos de vista
al respecto, centrándose en las causas que han forzado el paso del “estudio de
laboratorio” al “estudio en condiciones naturales” tomando como referencia los estudios
acerca de las capacidades humanas.

3
Desarrollo
La avidez por desentrañar y comprender la mente humana no es nueva. Ella está
asociada a la historia de la humanidad. Filósofos como Aristóteles, Hume, Locke,
Descartes, Kant, etcétera, han realizado sus aportes al tema, y sus nociones aun perviven
en nuestra cultura.
Este estudio ha llegado a nuestra actualidad y los científicos de los procesos
cognoscitivos se enfrentan a una tarea tan difícil como interesante, puesto que estos
fenómenos son inaccesibles a la observación pública, son muy veloces e interactúan unos
con otros de forma tal que resulta difícil estudiar un fenómeno aislado al existir una
dependencia funcional de todos los componentes del sistema (De Vega, 1994).
Ésta es una de las razones por las cuales el Conductismo3 nominó al cerebro como “la
caja negra” y se limitó a estudiar las manifestaciones externas de la psique humana: el
comportamiento.
No obstante al arraigo de este paradigma, existieron numerosos investigadores que no se
conformaron con los resultados obtenidos y procuraron profundizar en los estudios
“prohibidos” hasta ese momento. Así, el desarrollo de las ciencias del ordenador corrió, de
una vez y por todas, el velo que existía sobre la mal llamada “caja negra”, y desde
entonces surgió lo que en la actualidad se conoce como el Enfoque del Procesamiento de
la Información (EPI).
Numerosas teorías fluyeron con la intención de explicar fenómenos que iban desde el
recuerdo de palabras hasta el proceso de resolución de problemas. Todas ellas con una
característica común: se trató de aislar cada uno de los procesos a estudiar con el fin de
obtener resultados que fueran aceptados según la manera de hacer ciencia propia del
Positivismo. Así se utilizó el ordenador para la programación que permitiera modelar la
mente humana. A esto se le conoce como la analogía mente-ordenador, en la cual se
planteaba que la mente humana simulaba al procesamiento de la información realizado
por un ordenador a la hora de resolver problemas.
En este contexto surge la teoría de la Gramática Generativa y Transformacional
(Chomsky4, 1971,1981), en la cual introduce el término competencia-actuación. De esta
forma Chomsky (1971), define la competencia lingüística como un conocimiento tácito
intrínseco, que se obtiene de modo incidental y no por un aprendizaje formal, que posee

3
Paradigma psicológico que guió los estudios en psicología en la primera mitad del siglo XX.
4
Lingüista norteamericano autor de la teoría de la Gramática Generativa y Transformacional, con la cual
asestó un duro golpe al conductismo al explicar desde los procesos cognitivos el proceso de adquisición del
lenguaje.

4
el hablante-oyente sobre la lengua. Esta puede ser expresada idealmente por un sistema
de reglas que relaciona representaciones fonéticas con sus interpretaciones semánticas,
o sea, por una gramática. Por su parte, la actuación (o performance) se refiere al uso que
hace el hablante-oyente del lenguaje en situaciones concretas. La actuación provee los
datos para la investigación de la competencia.
Este concepto ha sido aplicado, dentro de la psicología cognitiva de múltiples formas, y
existen lo que Miller (1975) llama versiones5 diferentes de la distinción entre competencia
y actuación. Ellas son:
1. versión lingüística,
2. versión cognitiva,
3. versión racionalista,
4. versión de desarrollo o desarrollista,
5. versión situacional,
6. versión crítica,
7. versión metodológica,
8. versión autónoma.
Estas versiones aunque difieren en la manera en que operacionalizan el término,
coinciden en las formas de investigar el fenómeno que estudian. Así, la búsqueda del
conocimiento en las investigaciones científicas se caracterizó por el montaje de
experimentos donde se ubica al individuo en un ambiente “adecuado” para el estudio,
pero que dista mucho de la realidad en la que este se inserta en su vida cotidiana.
Una respuesta al por qué se “desnaturalizó” el estudio de los procesos cognitivos en las
décadas del 70 al 80 se puede encontrar en los planteamientos de Miller (1974), según el
cual existen dos períodos de desarrollo de una ciencia. Un primer período, en el cual, la
actividad científica que se empieza a formar, utiliza elementos e ideas que forman parte
de la común experiencia de todos los seres humanos. Durante este período, la ciencia
resulta ampliamente inteligible, o sea, resulta accesible, incluso, para personas legas.
En un segundo período, esta ciencia se hará más precisa, alcanzará una comprensión
más profunda o remontarse a mayores alturas de virtuosismo intelectual. En esta etapa, la
ciencia perderá el impacto sobre la visión que el hombre medio posee de sí mismo y del
mundo que lo rodea, habrá dejado de ser una realidad viva, excepto para un pequeño
grupo de especialistas. (Miller, 1974).

5
Para profundizar en el tema consultar: Miller, George A. (1975): “Some comments on competence and
performance”; en Aaronson, Doris y Rieber, Robert W. (1975): “Developmental psycholinguistics and
communication disorders”; Annals of the New York Academy of Sciences, volume 263; New York.

5
La psicología cognitiva no escapó a esos dos momentos señalados por Miller. Durante su
nacimiento como paradigma era accesible para muchas personas. De hecho se le
incorporaron investigadores de diferentes campos, que se dieron a la tarea de tratar de
explicar los procesos que subyacen el comportamiento humano y sus consecuencias.
Pero sucede que estas investigaciones estaban dirigidas por una concepción de la ciencia
que hacía uso del método de experimentación positivista, los sistemas se dividían en
elementos cada vez más pequeños y se estudiaba con un especialismo esotérico. En este
paradigma, se trataba de reducir al máximo la incertidumbre y los riesgos, y la localización
en tiempo y lugar y el proceso son irrelevantes para las explicaciones. Ejemplo de esto es
que se estudiaba a la cognición separada de la personalidad del individuo.
Así, su objetivo era tomar un elemento aislado de la naturaleza que se conservara
artificialmente puro, estable y reproducible, para llevar a cabo experimentos con él. Así se
podría, en un ambiente supercontrolado de laboratorio, determinar las propiedades de
este elemento.
Entonces, la psicología cognitiva llegó a la segunda etapa, donde las investigaciones y
sus resultados se vieron, al mismo tiempo que refinadas, restringidas a una elite de
investigadores que se especializaban en el tema.
Es por ello que, la noción de competencia-actuación, a pesar de que tiene claro su origen
y sigue una línea de avance dentro de la psicología cognitiva, tomó otro camino en el
campo de la psicología empresarial y del Management. Esto se debe a la importancia que
reviste hoy en día el estudio de las capacidades humanas, en un mundo donde la
tecnología parece ya no marcar mucha diferencia en el mercado, siendo esta diferencia
un resultado del nivel de desempeño y capacitación que tengan los individuos que laboren
en dicha organización.
Es curioso que se haya hecho una extrapolación de conceptos del área de la psicología
general hacia la psicología aplicada, en este caso la empresarial, sin que se siga el
desarrollo que ha tenido estos términos en su campo de origen. Es decir, se han
desarrollado planteamientos y conceptos referentes a la competencia, así como métodos
de estudio que han sido instrumentados, que no toman de referente a las múltiples
investigaciones que se han desarrollado en la actualidad en el campo de la psicología
cognitiva acerca de este tema.
La psicología aplicada a las organizaciones, es un recurso tecnológico al que deben echar
manos numerosos individuos cuyas profesiones pueden estar relacionadas o no con la
psicología, como por ejemplo, managers, empresarios, directivos, consultores,

6
economistas, contadores, ingenieros, etc. Estos individuos necesitan conocimientos de
psicología que puedan aplicar fácilmente y de paso que se puedan dar a conocer al
trabajador medio para su uso, para así elevar la productividad y la capacidad competitiva
de la empresa.
Desde este punto de vista, el nivel alcanzado por la psicología cognitiva tenía muy poco
que ofrecer, pues sus investigaciones estaban en un plano tan divorciado de la realidad
que brindaban pocos recursos metodológicos a los profesionales de la psicología
empresarial. De hecho, es poco probable que algún libro de psicología cognitiva logre
convertirse en un best-seller, por estas mismas cuestiones de no poder “aterrizar” el
contenido para un lector medio, restringiendo su lectura sólo a especialistas en el tema.
Además las investigaciones en psicología cognitiva, enfrentaban un segundo problema.
Como las investigaciones se realizaban tomando la forma de construcción del
conocimiento científico propia del paradigma positivista, la forma de investigación
radicaba en aislar un elemento de forma tal que se mantuviera puro, estable y repetible,
prácticamente estas investigaciones no tenían un uso de valor práctico, salvo en
excepciones, que pudieran utilizar campos de psicología aplicada como la psicología
organizacional.
Sternberg (1986) reconoce que, a pesar de las diferencias de enfocar el estudio de las
capacidades humanas dentro de la psicología cognitiva, estas propias diferencias se
reducen a un valor despreciable cuando se comparan los diferentes tipos tareas que se
proponen en una investigación con las tareas cotidianas que debe realizar el hombre
común, ya que existe una diferencia muy grande entre estos dos tipos de actividades.
Según Norman (1989)6, se puede describir un componente de cognición pura, pero el ser
humano es más que eso, es un organismo con una base biológica y una historia evolutiva
y cultural, es un ser social que interactúa con otros, con el ambiente y consigo mismo. Las
discusiones centrales de la ciencia cognitiva han ignorado estos aspectos de la conducta.
Los resultados indican que ha habido un progreso considerable en algunos aspectos pero
una gran esterilidad en otros.
Esta forma de concebir el conocimiento científico logra hacer que la naturaleza sea
predecible y controlable, pero esto es hasta cierto límite, una vez que el objeto se coloque
nuevamente en su ambiente natural las posibilidades de predicción disminuyen

6
Los criterios de Norman al respecto se pueden encontrar en Norman, D. (1989): “Doce problemas para la
ciencia cognitiva”; en Poggioli, L. Y Navarro, A.(1989): “Psicología cognoscitiva. Desarrollo y perspectivas;
McGraw-Hill; México.

7
drásticamente. Es decir, la riqueza de la vida real no puede ser captada por los estudios
que propone la psicología cognitiva.
Por ello, la psicología organizacional desarrolló, paralelamente a las investigaciones en la
psicología cognitiva, conceptos que habían sido introducidos por esta última, para lograr
un acercamiento al sujeto desde un punto de vista holístico, y permitir una visión real de
todos los factores que intervienen a la hora de que un trabajador realice determinada
tarea, ya que las investigaciones en el campo de la psicología general, al aislar tanto los
componentes lo impedía.
En este sentido, la psicología empresarial, como resultado del nivel abstracto en que se
movían las investigaciones en el marco de la psicología general y por la poca utilidad
práctica de dichas aplicaciones, se dedicó a realizar estudios más concretos que ubicaban
al individuo en su ambiente natural, y la finalidad de estas investigaciones es,
fundamentalmente, resolver problemas en la práctica de las empresas y brindar
metodologías para ello, a partir de una conceptualización, que si bien le brindaba carácter
teórico a estas investigaciones, no intenta constituir una teoría que vaya más allá de sus
utilidades prácticas.
En este sentido, mientras las investigaciones científicas de la cognición humana se
dedicaron a atomizar los fenómenos de la vida cotidiana, en el ámbito empresarial los
psicólogos estudiaron al ser humano, en su interacción con otros humanos, en una
ambiente organizacional insertado, en un contexto socio-cultural determinado.
Ahora bien, en la actualidad, producto de los problemas de divorcio de la realidad y de
poca utilidad práctica que han presentado los estudios de la cognición humana, las teorías
cognitivistas han cambiado su manera de estudiar los procesos cognitivos.
Una explicación a la cuestión se puede encontrar en el marco de la epistemología y en la
manera pasada y actual de concebir a la ciencia y a las investigaciones científicas,
teniendo en cuenta que ha habido un cambio de paradigma dominante en el abordaje de
las ciencias.
Para abordar esto se debe hacer referencia a la obra Kuhn (1962) y sus nociones de
crisis, paradigma, período normal, revoluciones científicas y concepción discontinua del
progreso de la ciencia.
Para este autor, un paradigma es una matriz disciplinar que incluye desde creencias y
preconcepciones, hasta prescripciones aceptadas por la comunidad científica ( tipos de
problemas que se plantean, cómo se deben instrumentar, los modelos teóricos que a los
cuales se acude, y sus aplicaciones. (De Vega, 1994).

8
Según las ideas de Kuhn (1962), la ciencia no progresa de forma continua y acumulativa.
Por el contrario, es una evolución discontinua jalonada por crisis y revoluciones. Existe un
período de ciencia normal, en la que está presente un paradigma dominante, al cual se
acogen las diferentes comunidades de científicos, especialistas en diferentes ramas de la
ciencia, y según la cual se van guiando y acumulando todas las investigaciones
científicas.
Durante estos períodos se van acumulando también hallazgos difíciles de explicar, que se
van incorporando al paradigma original, hasta que su acumulación mine la propia esencia
del paradigma en cuestión. Entonces sobreviene un período de crisis, al cual le sucede un
período de ciencia revolucionaria, donde aparece un nuevo paradigma, que va cobrando
fuerza y adeptos, hasta que se instala completamente y sobreviene de nuevo un período
de ciencia normal. (Kuhn, 1962; De Vega, 1994).
Esta forma de concebir el desarrollo de la ciencia, si bien no es la única, ha sido una de
las más utilizadas, y en nuestro caso nos permite ilustrar el movimiento que ha tenido
lugar en los últimos años en el marco de la concepción de las investigaciones científicas,
y en la relación entre la ciencia y la tecnología, con el cambio de paradigma dominante del
positivismo hacia la ciencia postnormal.
Así, Funtowicz y Ravetz (S/A), siguiendo las ideas anteriormente planteadas por Kuhn
(1962), plantean que ha emergido un período al que ellos denominan la ciencia
postnormal, que ha pasado ha sustituir al positivismo como paradigma dominante en la
forma de hacer ciencia. En esta nueva concepción de la investigación científica, no se
trata de aislar los elementos para su estudio en un laboratorio. Todo lo contrario, se
intenta estudiar los elementos tal y como se dan en la vida real.
Según esta nueva concepción de la ciencia, se deben emplear la interacción de las
incertidumbres de los sistemas y los riesgos de la toma de decisiones. La incertidumbre
de los sistemas conlleva el principio de que el problema se interesa en la comprensión o
el manejo de una realidad inherentemente compleja, y no en el descubrimiento un hecho
en particular. El riesgo en las decisiones comprende a los diferentes costos, ganancias y
valores comprendidos en el tema a través de los diferentes involucrados. (Funtowicz y
Ravetz, S/A).
De esta manera, Funtowicz y Ravetz (S/A), proponen un diagrama (figura 1) de
estrategias para solucionar problemas, en cuyos ejes ubican al riesgo en las decisiones y
la incertidumbre de los sistemas, así, muestra la interacción de los aspectos epistémicos
(intensidad de la incertidumbre) y axiológicos (intensidad de los riesgos en las

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decisiones). En este diagrama se representan, además, las ciencias básicas y aplicadas,
la consulta profesional y la ciencia postnormal, que forman parte de un continum y según
el grado de intensidad de la incertidumbre y/o de los riesgos de un problema determinado,
este caerá en cada una de las 4 áreas anteriormente planteadas.

Ciencia
Riesgo en las Postnormal
Decisiones Consulta
Profesional

Ciencia Aplicada
Ciencias
Básicas
Incertidumbre de los sistemas
Figura 1: Diagrama de estrategias para solucionar problemas.
Esto, además, comprende la participación de las personas, y de los investigadores
técnicamente preparados en un tema. Todos estos implicados forman una comunidad de
pares ampliada para una estrategia efectiva de solución de problemas de riesgos
ambientales globales. Dicha comunidad de pares, o personas implicadas en el proceso,
también se va ampliando a medida que el problema se va acercando a la ciencia
postnormal.
Según estos autores, la ciencia postnormal ocurre cuando las incertidumbres son de tipo
epistemológico o ético, o cuando los riesgos reflejan objetivos contradictorios entre los
pares. En este sentido, se le denomina postnormal, para indicar que los ejercicios de
resolver acertijos y de aislar los elementos de la naturaleza en un laboratorio a fin de
estudiarlos, ya no resultan apropiados para resolver los problemas de las políticas de
riesgo y de medio ambiente. (Funtowicz y Ravetz, S/A).
Esta nueva forma de hacer ciencia se hace presente sobre todo en las ciencias sociales
(incluyendo a la psicología), y en los estudios de Ciencia, Tecnología y Sociedad (CTS),
en donde se necesita tener una mirada más humanista, más centrada en el hombre, tal y
como éste se desenvuelve en su entorno cotidiano. (Núñez Jover, 2001; López Cerezo,
2001).
Así, la tecnología depende cada día más del desarrollo científico y los límites entre éstos
se vuelven cada vez menos claros. Se plantea así, que la “nueva ciencia” es, por su

10
esencia, tecnológica. Esta debe tener un enfoque histórico-social, diferenciada de la
tradición positivista, y tener una expresión en el ámbito práctico, ejemplo: en la industria,
en los servicios, etcétera (Núñez Jover, 1994, 1999a).
Miller (1974), plantea que los logros científicos suelen afectar en dos niveles. Por un lado,
sirven de base para que se desarrolle la tecnología y se puedan solucionar con relativa
facilidad los problemas prácticos que se plantean a las personas en su vida cotidiana. Por
otra parte, moldean la visión de la realidad, al alterar la forma en que se comprende el
mundo en que vivimos. De este modo, la tecnología debe basarse en el desarrollo
científico, y, al mismo tiempo, la ciencia estar al servicio de la tecnología, para permitir así
el desarrollo de la humanidad.
Para Pimentel Ramos (1994) la ciencia y la técnica tienen una posición de relativa
dependencia con respecto a las condiciones sociales, las cuales determinan su posición
actual y evolución. La “nueva ciencia” se inserta en aquel contexto donde se expresan
nuevas demandas prácticas y culturales (Núñez Jover, 1999b).
En la actualidad cubana se tiene un ejemplo clave cuando se analiza todo el proceso de
universalización de la enseñanza, donde una buena parte del saber científico, su
transmisión, los estudios priorizados y las tecnologías que se desarrollan, se encuentran
en función de ella. Todo esto, producto de una política del estado a partir de que las
condiciones histórico-sociales están creadas para ello.
En la actualidad, los estudios en psicología han evolucionado, producto del cambio de
paradigma dominante de la ciencia, y se abocan a estudiar al individuo en su ambiente
natural. Dentro de esta nueva concepción de la investigación científica han surgido
nuevas corrientes cognitivistas y se han reformulado y renovado las existentes. De esta
forma investigadores como Gardner (1997, 1999), Sternberg (1997, 1999, 2001) y
Goleman (1996, 1999), realizan sus investigaciones acerca de las competencias humanas
con una concepción menos arbitraria, artificial, y más natural, logrando considerables
resultados y sus conceptos se desarrollan a la luz de nuevos descubrimientos
tecnológicos en el marco de la neuropsicología y por nuevos estudios transculturales que
ellos mismos denominan esenciales para entender el fenómeno estudiado.
Hoy en día, en la psicología cognitiva, no se niega la importancia que tiene la cultura en la
formación del individuo y en la potenciación de sus capacidades. Existen, por ello,
estudios transculturales, entre otros, en los que se ubica al ser humano en su ambiente
natural, y se logra obtener una capacidad predictiva del comportamiento altamente
efectiva. Es un hecho que los investigadores en el campo de la psicología general ya no

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se interesan sólo por el conocimiento puro, sino que buscan darle a éste conocimiento
una salida práctica para resolver problemas en la vida cotidiana.
Estos avances en el marco de la psicología cognitiva no han sido lo suficientemente
explorados por los psicólogos o, de manera más general, managers que se dedican al
perfeccionamiento de la capacidad de rendimiento de los individuos en las
organizaciones. Hoy por hoy se utiliza el dúo competencia-actuación, tal y como se
desarrolló por McClelland (1973) en el marco de la psicología empresarial y se deja fuera
el avance que ha tenido lugar en este tema dentro de los investigadores cognitivistas, a
excepción de los planteamientos de Goleman (1996, 1999) acerca de la inteligencia
emocional en las organizaciones.
Además, siguiendo a Miller (1974), la tecnología y la psicología aplicada se deben de
servir de los adelantos que se producen en las investigaciones de psicología general. Del
mismo modo, la psicología general debe aportar también hallazgos que puedan ser
utilizados por la tecnología para su desarrollo. Es por ello que se comparte la idea de que
tiene que existir una estrecha relación entre las ciencias, la tecnología y las ciencias
aplicadas para potenciarse mutuamente. Es decir, no solamente la ciencia brinda
elementos que permiten desarrollar la tecnología y la ciencia aplicada, incluso la misma
ciencia se beneficia de los datos que aportan las ciencias aplicadas, no solamente para
comprobar, sino también para pulir sus postulados.
Además, como ésta es una época donde el conocimiento acerca de las potencialidades
del ser humano reviste vital importancia para el desarrollo, se deben tomar en cuenta
todas las concepciones que estudien al mismo (García Azcanio, 2006b). Esto permitiría
enriquecer el marco teórico que trabaja al individuo y su desarrollo, y brinda una base
sólida que permite mejorar los principios metodológicos para estudiarlo en un futuro no
muy lejano.
Al estudiar la obra de autores como Vygotsky (1979) y Bruner7, se desprende
necesariamente de ella que los criterios de éxito son elementos culturales, así es
imposible elaborar listas de criterios de éxito que sean útiles y aplicables en diferentes
culturas. Siguiendo esta idea, concebir al hombre como ser social, reviste importantes
implicaciones, pues implica que, estudiar al hombre no puede ser separado de las
características de la cultura donde este se inserta.

7
Citado por García Azcanio, Andrés (2003): “Potencial Humano. La noción de Competencias”; Trabajo de
Diploma para optar por el título de Licenciado en Psicología; Facultad de Psicología, Universidad de La
Habana.

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El estudio holístico del ser humano en su inserción en diferentes ámbitos en los que
interactúa en su vida cotidiana, en un contexto histórico-social determinado, permite un
verdadero acercamiento a la comprensión de la cognición humana. Esto “humaniza” las
prácticas en procesos tales como el de selección de personal y el de capacitación en el
mundo empresarial, puesto que mientras mayor sea el conocimiento sobre el componente
humano en una empresa, más adecuadas serán las exigencias que se le impongan y
mejores resultados se obtendrán en la potenciación de su desarrollo.
En Cuba, por ejemplo, no está prevista la selección de personal que excluya a las
personas, a pesar de que se puede implementar, y de hecho se realiza, pero como un
formalismo, ya que existe todo un sistema de valores sociales y toda una concepción del
ser humano y su prioridad, que posibilita que el énfasis recaiga más en desarrollar a los
seres humanos que en utilizarlos únicamente como fuente de ganancias. Este último tipo
de sistema, a pesar de ser eficiente en una sociedad capitalista, no tendría éxito en la
nuestra.
Otro ejemplo de lo ligado que se encuentra el pensamiento científico a las condiciones
histórico-socio-político de un país, lo tenemos en la sociedad cubana donde se prioriza el
desarrollo integral del hombre y las investigaciones van dirigidas en este sentido. Así,
cuando en una organización se pone en práctica el I+D, o se promueve la capacitación,
esta va estar en función de los individuos que estén involucrados y su potencial a
estimular.
En el caso de una sociedad capitalista todas estas investigaciones se ponen en práctica
en función de la organización, de este modo, cuando se habla de gestionar al hombre en
la empresa, lo importante no es el hombre en sí, sino el producto que del hombre se
deriva y las ganancias que esto implica.
En este sentido, se debe estar atento al traslado de ese tipo de modelos de gestión
empresarial de una sociedad a otra. Definitivamente hay que tener cuidado con los
conceptos que se trabajan, puesto que la cultura y el sistema social cubano, tienen
peculiaridades que se diferencian notablemente de los sistemas donde son estudiadas e
implementadas este tipo de gestiones, los cuales provienen de sociedades capitalistas.
Ésta es una de las causas por las cuales algunas empresas cubanas no tienen el éxito
que se espera de ellas, pues copian modelos sin realizar los estudios pertinentes.
Por ello, el estudio científico, en Cuba, en condiciones naturales donde permita ver al
sujeto sin independencia de la sociedad en la que se inserta, posibilita, primero, que se
adecuen los resultados obtenidos con la realidad que vive el individuo; segundo, que la

13
tecnología que se desprenda de la investigación sea utilizada con más efectividad. Por
último, favorece la obtención de un mayor desarrollo tanto del individuo como de la
sociedad en la que se inserta, a partir de la relación dialéctica que existe entre el individuo
y la sociedad.
En resumen, con este acercamiento entre campos diferentes, no sólo se potencia el área
de la psicología aplicada con los estudios de la psicología general, sino que también se
puede encontrar en la psicología empresarial, material que permita un mejor desarrollo de
las concepciones teóricas planteadas por la psicología cognitiva. Es, precisamente, el
abordaje científico en terrenos como el de una organización, el que brinda esa visión más
natural del ser humano.

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Conclusiones
A través de este trabajo, se ha podido apreciar la influencia que ha tenido la nueva
concepción de las ciencias y su relación con la tecnología, en la evolución de las
investigaciones de la cognición humana a partir del paso de un paradigma que fomentaba
el “estudio de laboratorio” a otro paradigma que posibilita el “estudio en condiciones
naturales”.
Para ello, se hace referencia a los dos principales problemas que han impedido la
conexión entre las ciencias aplicadas y las investigaciones científicas en psicología
general: a saber, los problemas de divorcio de la realidad y de poca utilidad práctica de
las investigaciones en psicología cognitiva.
Así, producto de un cambio en la concepción de la ciencia, llamada “la ciencia
postnormal” por autores como Funtowicz y Ravetz (S/A) o “la nueva ciencia” por autores
como Núñez Jover (1994) y Pimentel Ramos (1994), en la actualidad se aboga por una
mirada más humanista, más centrada en el hombre, tal y como éste se desenvuelve en su
entorno cotidiano.
De esto se desprende, primeramente, que la tecnología debe basarse en el desarrollo
científico, y, al mismo tiempo, la ciencia estar al servicio de la tecnología, para permitir así
el desarrollo de la humanidad. Segundo, que la ciencia y la técnica tienen una posición de
relativa dependencia con respecto a las condiciones sociales, las cuales determinan su
posición actual y evolución.
Como resultado de lo anterior, las investigaciones en psicología cognitiva han tomado un
giro y, en la actualidad, estudian al ser humano en su ambiente natural con el fin de lograr
un mayor acercamiento a la comprensión de los fenómenos de la cognición humana.
Por último, como ésta es una época donde el conocimiento acerca de las potencialidades
del ser humano reviste vital importancia para la sociedad cubana, y se deben tomar en
cuenta todas las concepciones que estudien al mismo. Esto permite enriquecer el marco
teórico que trabaja al individuo y su desarrollo, y brinda una base sólida que posibilita
mejorar los principios metodológicos para su estudio.

15
Bibliografía
¾ Chomsky, Noam (1971): “Aspects de la theorie syntaxique”; Éditions du Seuil; París.
¾ Chomsky, Noam (1981): “Problemas actuales en teoría lingüística y Temas teóricos de
gramática generativa”; Ed. Siglo XXI; México.
¾ De Vega, Manuel (1994): “Introducción a la psicología cognitiva”; Alianza Editorial;
Madrid.
¾ Funtowicz, Silvio O. y Ravetz, Jerome R. (S/A): “La ciencia de la era postnormal”;
(S/E); (S/P).
¾ García Azcanio, Andrés (2003): “Potencial Humano. La noción de Competencias”;
Trabajo de Diploma para optar por el título de Licenciado en Psicología; Facultad de
Psicología, Universidad de La Habana.
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