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S. I. E. G.

SOCIÁTIO IDENTITÁRIA EUROPAEÓRUM GÉNTIUM


(Comunidad Identitaria de Pueblos Europeos)
S. I. E. G.
DISCURSO INAUGURAL

Confesamos que el calificar de “inaugural” este discurso es algo elegido expresamente. En


nuestro lenguaje de hoy, inaugurar significa dar principio a una actividad con un acto solemne.
Y nosotros queremos dar la solemnidad que merece este discurso porque solemne es –y
sagrado- el acto de convocar a los europeos para iniciar el renacimiento de su tierra natal que
es el Antiguo Continente. Hemos dicho que es también un acto sacro, porque realizamos este
discurso con el mismo sentido con que un senador romano accedía a algún colegio sacerdotal
después de haber consultado, bajo las indicaciones del augur en el monte Arx, la aprobación o
desaprobación de los dioses. Creemos haber interpretado correctamente lo signos del Cielo,
que son hoy los signos de los tiempos, y estamos convencidos de contar con la aprobación de
lo Alto, pues el contenido de este discurso no es más que la proclamación de la Traditio
Perennis de Europa, que un día lejano, perdido en los horizontes brumosos del pasado, fue
puesta en manos de los europeos ancestrales por la Divina Providencia. Creemos, pues,
cumplir una “Voluntad Superior”, que coincide con nuestra propia voluntad, al proclamar un
proyecto para el renacimiento europeo.

Europa es un continente claramente delimitado desde el punto de vista geográfico, que


comprende desde el Cabo Norte a Gibraltar y desde el Atlántico hasta los Montes Urales,
teniendo como espacio vital natural toda la gran llanura siberiana hasta el océano Pacífico.

Este continente está habitado por un conjunto de pueblos que pertenecen a una misma
colectividad antropológica, es decir, la gran familia indoeuropea, que comparte, desde la
noche de los tiempos, unos valores comunes permanentes y manifestados en todas las culturas
que en tal espacio continental se han desarrollado: La Prehistoria paleo y neolítica, la Edad del
Bronce, la Edad del Hierro, Hélade y Roma y por último la Europa Cristiana o Cultura
Occidental.

La gran familia indoeuropea ha trascendido los límites de su continente original y se halla hoy
representada en todos los demás continentes en mayor o menor grado. Por ello, cuando
hablamos de Europa, lo hacemos también de todos los pueblos que de ella provienen y que
han conservado la conciencia identitaria de su origen.

Europa es pues un conjunto geográfico, étnico, histórico y político que se singulariza entre los
otros grandes bloques continentales y familias étnicas del mundo.

Esta Europa de la que hablamos, con todas sus prolongaciones extra continentales, se
encuentra hoy ante la más grave crisis de su milenaria historia. Se trata nada menos que de
nuestra propia supervivencia, no solo cultural sino también física. A una agresiva
contaminación ambiental y ecológica sin precedentes y una economía hundida por el
despilfarro, la malversación y la usura, su une la ola invasora de una inmigración alógena que
amenaza con anegar el solar ancestral de nuestra estirpe. No vamos a entrar aquí en las causas
de esas contingencias, solo hacerlas constar. Debido a todo ello se presenta ante nosotros una
terrible consecuencia: Estamos en trance de desaparecer. Esto es un hecho y ante esta
incuestionable realidad, algunos europeos hemos tomado conciencia de la situación y por
imperativo moral y metafísico o, si se quiere, por puro instinto, nos negamos a sufrir ese
destino. Y así, nos afirmamos en la idea de que para enfrentarnos al terrible futuro se hace
necesario adoptar una postura revolucionaria y radical, empezando por el cambio de nuestras
mentalidades, todavía ancladas en posiciones ideológicas del siglo XIX. Por eso hay que
construir una Europa nueva, a veces sobre cimientos antiguos, pero todavía sólidos, y viejas
raíces, pero aun vivas. Lo que se ha de levantar sobre esos cimientos antiguos y lo que surgirá
de aquellas viejas raíces, no será una mera reconstrucción arqueológica del pasado, sino una
renovación, un resurgimiento de algo lleno de vigor juvenil y de pujante vitalidad.

Esa es la intención y el motivo de nuestra asociación, cuya línea ideológica, fines y símbolos,
contenidos en nuestros Estatutos, presentamos hoy.

Es este un mensaje dirigido en exclusiva a personas con profundas inquietudes, a aquellos que
sienten en lo más hondo de su corazón que hay que “hacer algo” ante el infortunio de todas la
naciones europeas y el desastre que viene sobre ellas. Es un proyecto eminentemente cultural y
social, pero no por ello al margen de la acción popular de calle que, además, pudiera en su día
servir de base para un partido político de nuevo cuño. Es también un proyecto
extremadamente pragmático, es decir, que pretende crear algo que sea posible dentro de la
legalidad vigente y realizable en el marco social de nuestro tiempo, alejado ya tanto de
nostalgias históricas como de elucubraciones pseudo místicas o fantasías esotéricas.

La idea no es de hoy, pues data exactamente de Noviembre de 1996. Se pretendió entonces


fundar una organización que, tomando algunos aspectos del pasado político de los años 30
europeos como modelo de disciplina, ética y estilo, supiera crear algo nuevo acorde con las
necesidades de la realidad presente y objetiva y superando aquellos otros matices del citado
pretérito, dignos de respeto ciertamente, pero que ahora solo servirían de lastre.

Pues bien, aquella idea no cuajó porque los que se interesaron por ella seguían obcecados en
mantener de manera acrítica e inmutable la ideología y formas de una época histórica muy
determinada. Y además creyeron de buena fe en los estatutos legales y constitucionales que
proclamaban la libertad de expresión. Vano empeño. Los catorce años que han transcurrido
desde entonces nos han demostrado que es imposible mantener cualquier asociación, sea
cultural o política, que se autodenomine como bastión de cierto pasado so pena de caer bajo
los hachazos del poder establecido. Todas y cada una de las asociaciones que se fundaron
durante estos años fueron eliminadas sucesivamente ante el ataque directo del Sistema
apoyado en un Código Penal con artículos creados “ad hoc” interpretados sesgadamente y
aplicando una presunta “justicia” asimétrica. Y aun los que a título privado crearon páginas
web o simples blogs, fueron igualmente censurados y multados, después de la consiguiente
requisa policial de sus pertenencias personales. Contra esto nada se puede hacer. Es más,
contra esto nada se debe hacer, al menos nada que esté guiado por las mismas pautas que hasta
ahora se han seguido. Está clarísimo que estos sesenta y cinco años de lucha social y patriótica
no han conseguido nada.

Por eso, aquellos que todavía creemos en Europa y en todos sus valores y tradiciones nos
hemos planteado la necesidad de desligarnos ya de una vez por todas de nombres y símbolos
ligados a unos regímenes que, para bien o para mal, están condenados no solo por imperativo
legal sino por una animadversión social insuperable. Además, forman ya parte, nos guste o no,
de un pasado histórico verdaderamente fascinante pero totalmente irrepetible. Por esta razón
“ha llegado la hora de hacer cuentas -como escribió el conocido líder escandinavo P. Eriksen-
sobre lo que hemos hecho mal, lo que debió hacerse mejor, lo que aun podemos hacer y en
qué ya no hay nada que hacer “

Así pues, tras este largo espacio de tiempo en el que todo lo que se ha hecho en este sentido ha
fracasado, creemos llegado el momento de iniciar algo nuevo, históricamente autónomo y
capaz de atraer a todos aquellos cuyas voces se alzan cada vez más alto en petición de que
salgamos de una vez de la marginalidad social en la que estamos sumidos a base de teclear
ordenadores en una obsesiva y anónima lucha virtual que no sirve absolutamente para nada,
salvo para acabar insultándonos mutuamente. Tenemos que dar la cara, tenemos que
conocernos unos a otros, hay que volver a la calle y conquistar nuestro lugar al sol entre
nuestro pueblo. Las asociaciones que, todavía hoy, se declaran continuadoras y herederas de
ciertos regímenes políticos, aunque ciertamente son respetables y encomiables, no pasan de
ser una especie de “clubs de élite” dedicados a rememorar el pasado una y otra vez en un
círculo vicioso como la pescadilla que se muerde la cola, cada vez más alejados de la realidad
a base de frases rimbombantes y consignas lapidarias como un “leit motiv” para justificar la
nostalgia. Por otra parte, los pocos partidos políticos que han logrado mantenerse hasta hoy,
dentro de una línea llamémosla “social y patriótica”, permanecen en la casi marginalidad de
siempre. De un lado, unos siguen obcecados en declarar una fidelidad inmutable a regímenes y
personas ya desparecidos y otros por el contrario reniegan de ellos. Los primeros continúan
anclados en lo que ya pasó a la Historia y los segundos quieren lavar su cara ante el Sistema,
haciéndose perdonar su pasado (pecadillos de juventud) para ver si logran sacar algún
provecho material de él. Se aplican el viejo refrán que dice: “Si no puedes con tu enemigo,
únete a él”. ¡Miserable opción!

Nosotros ni afirmamos ni negamos. No afirmamos ser herederos de regímenes, ideologías y


personas del pasado porque estos son factores coyunturales de la historia. Nosotros somos
herederos de una Idea perenne y multisecular que trasciende los tiempos. Pero tampoco nos
apresuramos a renegar de ningún pasado, como hacen otros pretendidamente “alternativos”.
Lo pasado, pasado está, pero sin duda ese pasado, además de merecer un devoto respeto por
tantos que dieron su vida en su servicio, incide, queramos o no, en lo que somos hoy.
Tenemos una visión afectuosa, pero crítica y realista, de aquellos hombres y de su obra, pero
reiteramos que ni idealizamos nuestro pasado histórico ni tampoco renegamos de él. Somos
sencillamente otra cosa. Y esta “otra cosa” es lo que llamamos Proyecto Europa. Algo que,
comenzando como una asociación cultural con fines muy precisos y con una membresía de
alta calidad moral e intelectual, ponga a medio plazo los firmes cimientos de un partido
político con una ideología rompedora y radicalmente revolucionaria.

Es obvio que no se fundaría este partido para participar en el juego electoral de las ya caducas
izquierda y derecha, actividad completamente inútil. Un escaño en el Congreso nos importa un
soberano pito. Pero lo que sí se conseguirá es levantar un referente ideológico firme, claro y
atrayente, una escuela de formación política y un lugar desde el cual, sin referencias positivas
ni negativas del pasado, denunciar sin tapujos las miserias del Sistema. Queremos ser el punto
de encuentro de todos los inquietos y dispersos, de todos los hartos de foros internáuticos, de
todos los desencantados y desorientados no solo del sector juvenil, sino de esa clase popular
trabajadora, urbana y rural, que es el fundamento de una sociedad sana.

Pero este proyecto político solo podrá hacerse realidad a medio plazo. Todavía no es el
momento. El Sistema aun tiene que hundirse más en su propia miseria hasta llegar a la etapa
socialmente insostenible y que conocemos como “etapa pre-revolucionaria”. No estamos lejos
pero todavía no ha llegado.

Sin embargo, ahora sí que es el momento de organizar las bases para ese futuro no muy lejano.
Nuestro proyecto como asociación cultural y legal va a encargarse de esto.

Ahora bien, tenemos la obligación de reiterar una vez más, para que nadie se llame a engaño,
que nuestro movimiento, auque fundado como dijimos sobre antiguos cimientos y viejas
raíces, nace con total autonomía política e histórica. Quiere ser algo nuevo, es decir, un nuevo
eslabón en la cadena que enlaza los milenios de nuestra existencia. Por eso no nos apoyaremos
más en un pasado idealizado proyectándolo sobre un futuro fantaseado. Nosotros, como ya
hemos dicho, portamos una Idea perenne, no un régimen histórico, porque cada régimen
histórico es temporal y está sujeto a las contingencias sociopolíticas (y religiosas) de su
tiempo. La Idea no es propiedad de ningún régimen político sino de una “Fuerza”
independiente del tiempo que encontró, en algunos momentos de la Historia, ocasiones
idóneas para manifestarse, pese a ser abortadas por las numerosas guerras civiles europeas,
causadas por estúpidas querellas religiosas, por desaforadas ambiciones dinásticas o por
egoístas imperialismos “nacionales” (o mejor chauvinistas) de ciertas potencias jacobinas.

“El origen de donde venís –escribió Nietzsche- no será lo que os honre en adelante, sino el
término a donde vais”.

La Idea no se encuentra atrás, sino adelante. Ya es el momento de dejar de andar como los
cangrejos, siempre mirando al pasado para justificarlo todo Lo que pasó en la historia fue solo
un proyecto que sirvió de matriz para una selección de “Hombres contra el Tiempo”. Eso
queremos ser nosotros.

Nuestro lema va a ser “Un Imperio, Una Estirpe, Una Fe”. Un Imperio, que es la unidad firme
y sin fisuras de los pueblos de Europa. Una Estirpe, que es la identidad étnica de la gentilidad
europea y que constituye la condición “sine qua non” de lo más íntimo de nuestro ser. Por eso
nos proclamamos “euroidentitarios” pues tenemos clara conciencia de ser europeos y de todo
lo que eso conlleva étnica y culturalmente. Entendemos que todos debemos sacrificar nuestros
sentimientos nacionalistas, sean del tipo que sean, muy humanos y comprensibles pero
irracionales, en aras de nuestra propia supervivencia colectiva como europeos. Ningún estado
actual, ni siquiera Rusia, están capacitados para resistir y superar solos los problemas sociales,
económicos, ecológicos y demográficos de nuestra época. Menos aún las pequeñas
“naciones”, sean estados “independientes” o no. Solo el continente eurosiberiano,
políticamente unido y étnicamente cohesionado está en condiciones de afrontar y superar con
éxito esos problemas.

Ha quedado brevemente explicado lo que entendemos por Imperio y por Estirpe, pero ¿a qué
nos referimos cuando proclamamos “Una Fe”?

Parece que la palabra Fe hiciera referencia a la religión y en cierta manera así es. Pero no a
una religión concreta, sino a una religiosidad que contempla el Mundo como expresión de una
Fuerza sagrada, de un Espíritu que es increado, absoluto y eterno, de un Dios Incognoscible al
cual veneramos sin temor pero con respeto.

En el fondo de nuestro corazón permanece siempre un oscuro sentimiento de duda porque nos
preguntamos si quizá todo esoterismo, religión o mito no sea más que un recubrimiento para
explicar el vacío que nos produce el sabernos producto del azar y la evolución, es decir de una
materia eterna y de un movimiento ciego y que probablemente no exista un “Más Allá” como
lo describen las doctrinas religiosas, místicas y filosóficas. No importa. Esa duda permanecerá
siempre, pero nosotros nos dirigimos con esta Fe nueva a la conquista de un mundo superior y
trascendente porque si este existe, como así intuimos, lo alcanzaremos y si no existe, como esa
duda nos sugiere, nosotros lo crearemos.

Paganos, cristianos y musulmanes creen en mitos, dogmas y revelaciones de profetas. Tienen


todo nuestro respeto. Pero entendemos que uno no puede entregarse ciegamente a sus propias
ensoñaciones. Menos aun a las de otros. Por esta razón, el gobierno de nuestro Imperio no
profesará oficialmente ninguna religión, aunque protegerá la libertad de conciencia,
pensamiento y culto, siempre que estas libertades no atenten contra la ética y el bien común.
Nuestro régimen será aconfesional y laico, pero sí tendrá una Fe que se resume en cuatro
puntos:

1.- Creemos en la Tradición Indoeuropea que nos habla del concepto de lo divino y
trascendente, nos enseña nuestros principios éticos, nuestras costumbres sociales y nuestros
ritos y ceremonias familiares o públicos.

2.- Creemos en la Ciencia que nos da poder sobre la Materia.

3.- Creemos en el Trabajo que nos alcanza libertad sobre la Naturaleza.

4.- Creemos en el Arte que nos eleva hacia estados superiores de conciencia y espiritualidad.
Estos son los cuatro pilares de nuestra Fe, como expresión de una religiosidad que nos
impulsa a buscar la Verdad desde el misterio de los orígenes hasta el sentido de la vida y
nuestra razón de ser en el Universo.

Por último, para cerrar este discurso, hemos elegido un broche broncíneo y, haciendo una
excepción, vamos a referirnos al pasado citando las exaltantes palabras de un guerrero, Kurt
Ellersieck, miembro combatiente de la última gran Orden de Caballeros que ha luchado
defendiendo las fronteras, las gentes y los valores de nuestra Europa:

“Estamos en pie en medio de la batalla y ante Aquel que consideramos como nuestro Dios,
oculto en los velos de los misterios eternos. Dejemos a los cobardes y a los miserables reptar
de rodillas y a los pusilánimes gemir de desesperación, pues sabemos que toda nuestra
fuerza creadora reposa en nosotros y que de nosotros depende dominar la vida”.
PROYECTO “EUROPA”
UNA NUEVA ASOCIACIÓN CULTURAL COMO PUNTO DE PARTIDA PARA UN
FUTURO MOVIMIENTO ETNO-SOCIALISTA Y EURO-IDENTITARIO

ESTATUTOS

TÍTULO I.- DENOMINACIÓN, DOMICILIO Y FINES

CAPÍTULO I.- RÉGIMEN GENERAL

Artículo I. Con la denominación de SOCIÁTIO IDENTITARIA EUROPAEÓRUM


GÉNTIUM (S.I.E.G.) se constituye al amparo de la Constitución Española, la Ley Orgánica
1/2002, de 22 de Marzo y normas complementarias, una Asociación sin ánimo de lucro con
personalidad jurídica y plena capacidad de obrar. La denominación en latín de dicha
Asociación corresponde a la aplicación de lo establecido en el apartado 8 del Artículo V de
estos Estatutos.

Artículo II. La Asociación se constituye por tiempo indefinido.

Artículo III. Se establece como domicilio social provisional en ……(la Asociación, además de
sede social dispondrá de un Apartado de Correos)

Artículo IV. El ámbito territorial para el desarrollo de sus actividades es el de la totalidad del
Estado español, dentro del cual la Asociación podrá abrir, modificar o cerrar delegaciones,
establecimientos, secciones y corresponsalías.

CAPÍTULO II.- FINES


Artículo V. La existencia de la Asociación tiene como fines:

1) Mantener y difundir la idea de la identidad unitaria de Europa como ente geográfico,


histórico, antropológico y cultural, desde Islandia a los Urales y desde el cabo Norte a
Gibraltar, con el área ultraperiférica del Atlántico y el Mediterráneo y su natural proyección
geopolítica en el espacio siberiano.

2) Realizar todo tipo de estudios e investigaciones sobre historia, geografía, antropología,


arqueología y lingüística en relación con la citada identidad unitaria europea.

3) Rescatar las tradiciones y valores propios de la cultura europea en general y de cada uno de
sus pueblos en particular, así como sus antiguos símbolos heráldicos y de otra índole.

4) Restituir la idea de unidad espiritual, en el ámbito de la moral y las creencias


fundamentales, basadas en la Tradición y la Ley Natural, como propuesta de índole metafisica
y metapolítica en la construcción de una nueva Europa, siempre dentro del respeto a la libertad
de pensamiento y cultos.

5) Conmemorar los fastos y fechas más importantes de la historia común europea, festejar los
ciclos estacionales del año y celebrar los eventos familiares de los asociados, todo ello de
acuerdo con las viejas costumbres de nuestros antepasados.

6) Afianzar y estrechar las relaciones y lazos afectivos y culturales entre los pueblos euro-
continentales y aquellos otros esparcidos por el mundo que descienden o provienen del ámbito
identitario europeo.

7) Promover el uso del latín como lengua común intereuropea, estableciendo la nomenclatura
latina en todos los aspectos de la Asociación, empezando por el propio nombre de la misma.

8) Elaborar y proponer proyectos ideológicos que puedan servir de base a terceros para
concretar acciones sociales, culturales e incluso políticas, de dimensión europea.

9) Fomentar la amistad y respeto entre los europeos y los demás pueblos del mundo aportando
nuestro apoyo para que cada cual conserve su identidad específica y pueda vivir en paz,
justicia y libertad, conforme a sus propias leyes, tradiciones y costumbres en su respectivo
país.

10) Colaborar con asociaciones privadas y entidades públicas para difundir el respeto a los
animales y plantas, la urbanidad, los valores cívicos y las elementales normas de convivencia,
ayudar a conservar limpio y ordenado el entorno natural, rural y urbano y apoyar a nuestros
compatriotas y conciudadanos en sus necesidades personales y familiares.

Artículo VI. Para el cumplimiento de estos fines se realizarán las siguientes actividades:

a) La difusión, por medio de conferencias, seminarios, debates, mesas redondas, campañas de


propaganda y publicaciones de todo tipo, del ideario de la Asociación.
b) La realización, como complemento de los fines propuestos, de actividades tanto educativas
y sociales como culturales y lúdicas, tales como juegos populares tradicionales, viajes y visitas
de interés histórico, artístico, religioso o paisajístico así como excursiones, montañismo,
senderismo y acampadas en el entorno natural.

c) La colaboración con otras asociaciones de la misma índole que persigan similares fines.

TÍTULO II. DE LOS DISTINTIVOS EXTERNOS DE LA ASOCIACIÓN.

CAPÍTULO ÚNICO.- EMBLEMA DE LA ASOCIACIÓN.

Artículo VII. La Asociación escoge como distintivo exclusivo de sus miembros un escudo
apuntado de color blanco, perfilado de rojo en cuyo interior viene representado un monograma
compuesto por las seis letras latinas que forman la palabra “EUROPA” dispuestas en forma de
cruz y en color negro. Este emblema se denomina “euromonograma” y constituye lo que, en
términos heráldicos, se llaman “Armas Pequeñas” o “Armas Simples” de la Asociación.
Por otra parte, la Asociación como tal utilizará en sus sedes y actos públicos lo que, también
en términos heráldicos, se denominan “Armas Grandes” o “Armas Completas” y que consiste
en el emblema del Sacro Imperio Romano-Germánico: Un águila bicéfala de color negro que
sostiene con sus garras el mencionado escudo con el “euromonograma”. Estas “Armas
Grandes” podrán también disponerse sobre otro escudo de mayor tamaño, de color blanco que
se colocarán sobre un soporte de tela de color rojo a modo de bandera o repostero.

NOTA.-Se omiten los demás títulos, capítulos y artículos de los Estatutos por ser de carácter
legal y por lo tanto iguales para cualquier asociación cultural, excepto lo contenido en el
Artículo XI que, por su importancia, incluimos a continuación:

CAPÍTULO III.- DE LA PÉRDIDA DE LA CUALIDAD DE SOCIO.

Artículo XI. La cualidad de socio se perderá (entre otros puntos de carácter meramente
administrativo que se omiten):

Por perjudicar gravemente los intereses de la Asociación con acciones, omisiones, palabras o
escritos, haciendo especialmente énfasis en la gravedad de las siguientes actuaciones:

· Los enfrentamientos entre socios por asuntos de índole política, económica, religiosa,
deportiva o estrictamente personal dentro de los locales o medios de comunicación de la
Asociación o en el curso de sus actividades.

· La violencia física injustificada según la Ley, tanto en los locales de la Asociación como
fuera de ellos, bien entre socios, bien contra personas o cosas ajenas a ella.

· Las injurias y amenazas o la difamación y calumnias contra miembros de la Asociación.

· El consumo de sustancias psicotrópicas, narcóticas o estupefacientes, así como el estado de


embriaguez.
· La exhibición de material o publicaciones de carácter pornográfico.

· La falta de higiene personal, la suciedad o desaliño en el vestido, la descortesía y


comportamiento grosero, las palabras o frases soeces y los gestos obscenos.

· La asistencia a actos o lugares donde la presencia de un socio causara mala imagen, deterioro
moral o desprestigio social para la Asociación.

· La condena judicial en sentencia firme por asesinato, atentado, secuestro, pederastia,


violación, malos tratos, atraco, robo, apropiación indebida, hurto, estafa, fraude, extorsión,
cohecho activo o pasivo y destrucción de mobiliario urbano. (*)

Los socios que incurran en cualesquiera de los supuestos de este apartado serán
automáticamente expedientados, quedando suspendida temporalmente su calidad de socio. La
Junta Directiva decidirá sobre su expulsión después de ser atendidos los interesados bien
personalmente o por escrito, bien a través de un informe de alegaciones elaborado por un
comité que aquella designe.

(*) Comentario al margen de los Estatutos: Como quiera que los tribunales pueden incurrir en
sentencias evidentemente injustas aunque sean legales, la Asociación por medio de un Comité
Disciplinario, se reserva la facultad de interpretar tales sentencias en relación con el socio
sujeto a ellas.

NOTA FINAL (Al margen de los Estatutos):

Agradeceríamos a todos aquellos que deseen participar activamente en este Proyecto o


simplemente a aquellos que muestren su interés en el mismo como observadores o
colaboradores que nos escriban al correo electrónico indicado a continuación. A todos los que
contesten se les enviará el nº de nuestro Apartado de Correos y la cuenta bancaria para el
ingreso de aportaciones cuya cuantía establecerá en su momento la Junta Directiva.
El nuevo correo electrónico establecido para efectuar estas comunicaciones será:

sergiopaulovich@hotmail.com

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