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La teoría atómica de Dalton consideraba a los átomos como esferas indivisibles. En la actualidad
sabemos que el átomo es divisible en partículas más elementales (protón, neutrón y electrón, ...). En este
tema estudiaremos su estructura tal y como se conoce actualmente. A lo largo de la historia se han ido
proponiendo distintos modelos atómicos, que aun estando hoy superados han aportado alguna idea
fundamental recogida por modelos posteriores. El primer modelo atómico con átomos divisibles lo propuso
Thomson en 1898 y hacia mediados de los años 30 ya estaba establecido el modelo atómico de la mecánica
cuántica, que es el que se considera más adecuado en la actualidad para interpretar los fenómenos atómicos.
De todas las partículas subatómicas elementales, hay tres que interesan fundamentalmente, pues son
necesarias para construir un modelo atómico satisfactorio. Se denominan partículas fundamentales y son:
electrón, protón y neutrón.
Masa (kg) Carga eléctrica (C)
Electrón 9,1.10 – 31 1,602.10 – 19 (-)
Protón 1,67.10 - 27 1,602.10 – 19 (+)
Neutrón 1,675.10 - 27 0,00
Rutherford, en 1909, bombardeó una lámina muy fina de oro con partículas α (núcleos de 42 He 2+ ).
• La mayoría de las partículas α atravesaban la lámina metálica sin sufrir ninguna desviación.
• Una pequeña proporción de partículas sufrían pequeñas desviaciones al atravesar la lámina.
• Un número muy pequeño (aproximadamente una de cada 10.000 partículas) rebotaba al llegar a la
lámina y volvía hacia atrás.
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Esquema del dispositivo utilizado para estudiar la dispersión de partículas α por finas láminas
metálicas
Estos resultados eran inexplicables según el modelo atómico de Thomson, porque si el átomo era
macizo, cuando una partícula α , con una masa importante y una velocidad de 20.000 km/s, chocara con
él, desplazaría al átomo y saldría desviada.
A partir de estas consideraciones se puede describir el átomo de Rutherford mediante los siguientes
puntos:
1. El núcleo es la parte del átomo en la que se encuentra localizada casi toda la masa del mismo y toda la
carga positiva.
2. Alrededor del núcleo y a gran distancia, comparada con las dimensiones del mismo, se mueven los
electrones describiendo órbitas circulares, formando lo que se conoce como corteza.
3. El número de cargas positivas del núcleo debe ser igual al número de electrones, para que el átomo sea
eléctricamente neutro.
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La aportación más importante del átomo de Rutherford fue la idea de un átomo hueco con dos zonas
bien delimitadas; el núcleo central con la masa y la carga positiva, y la corteza exterior, región casi vacía por
la que se mueven los electrones cargados negativamente.
Si los átomos estuviesen formados solo por protones y electrones, su masa debería coincidir con la
masa de los protones, ya que los electrones tienen una masa despreciable.
Al medir la masa de los átomos se encontró que era aproximadamente el doble de la que corresponde
a la masa de sus protones. Rutherford predijo que en los átomos debía existir una partícula de masa similar al
protón y sin carga eléctrica. Esta partícula, a la que se denominó neutrón, debía encontrarse en el núcleo,
que es donde se encuentra la mayor parte de la masa del átomo.
Dependiendo del átomo, el radio atómico es entre 104 y 105 veces mayor que el radio nuclear. Al ser
la masa del electrón aproximadamente 1840 veces menor que las del protón y el neutrón, que son casi
iguales, podemos afirmar que la masa del átomo es prácticamente igual a la del núcleo.
Los protones y neutrones del núcleo están unidos mediante fuerzas nucleares que son las más
intensas que existen en la naturaleza. Estas fuerzas nucleares de atracción superan incomparablemente a las
electrostáticas de repulsión entre los protones. Por eso no salen expulsados del núcleo.
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7.1. Número atómico.
Es el número de protones que hay en el núcleo y se representa por Z. Los elementos se ordenan en la
Tabla Periódica en orden creciente de número atómico. Por tanto, dicho número, además del número de
protones, indica el lugar en la Tabla Periódica y el número de electrones, si el átomo es neutro.
A
La representación que se utiliza es: Z X
7.3. Isótopos.
Dalton afirmaba en su teoría atómica que los átomos de un mismo elemento son iguales en masa y en
otras propiedades. Hoy podemos decir que son químicamente iguales, lo que significa que aunque no son
iguales en todo, si lo son en el número de electrones. Los electrones son los que condicionan las propiedades
químicas de los elementos, aunque difieren en el número de neutrones y, por tanto, en las propiedades
físicas.
Llamamos isótopos a aquellos átomos con igual número atómico y distinto número másico, es decir,
con igual número de protones y distinto número de neutrones. Se trata de átomos del mismo elemento (por
tener igual número atómico, que es lo que caracteriza a un elemento).
Se conocen isótopos de prácticamente todos los elementos. Por ejemplo, del hidrógeno se conocen
tres isótopos: protio, deuterio y tritio.
No debe confundirse número atómico con masa atómica. El número másico es un número natural
que cuenta los nucleones (protones y neutrones) del átomo. La masa atómica es algo menor que la masa de
todas las partículas que integran un átomo, debido a la pérdida de masa que se libera en forma de energía al
“empaquetarse” los nucleones dentro del átomo. A la diferencia de masa entre la masa total de todas las
partículas que componen el núcleo y la masa real se le denomina “defecto másico”.
Las masas atómicas de cada isótopo se aproximan al número másico, pero tampoco tienen por qué
ser números enteros. Para hallar la masa atómica de un elemento se hace la media ponderada de las masas
atómicas de todos los isótopos, si se conocen, así como su abundancia en la naturaleza.
A1 . %1 + A2 . % 2 + A3 . % 3 + ...
M =
100
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8.- EL ESPECTRO ELECTROMAGNÉTICO.
El Sol es la fuente de energía que abastece a la Tierra: proporciona la luz que necesitan las plantas
para la fotosíntesis, calienta la atmósfera y la superficie terrestre, etc. La energía radiante, o radiación
electromagnética que el Sol emite llega a la Tierra a través del espacio, en forma de “ondas”.
Las radiaciones electromagnéticas se dividen en distintos tipos (rayos gamma, rayos X, ultravioleta,
etc.) según el valor de lo que se denomina “longitud de onda”.
v = λ .ν
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9.- ESPECTROS ATÓMICOS.
Cuando un haz de rayos de luz natural (luz blanca) pasa a través de un prisma óptico se descompone
en otros colores más simples. El prisma dispersa o separa los colores simples que componen la luz blanca o
cualquier otra luz compleja.
Este fenómeno se debe a que las distintas radiaciones que componen cualquier luz compleja, o
policromática, no se propagan con la misma velocidad al atravesar los medios transparentes (ejemplo:
vidrio, agua, ...) y, por tanto, se desvían con distinto ángulo de refracción, lo que conlleva la separación de
las distintas luces simples, o monocromáticas, que componen la luz compleja.
Si se recogen en una pantalla o en una placa fotográfica las radiaciones que salen del prisma, se
obtienen unas zonas coloreadas según las distintas luces monocromáticas que llegan a ella, originando lo que
se denomina un espectro visible.
- De emisión
o Continuos
o Discontinuos (de bandas o de rayas)
- De absorción
o Continuos
o Discontinuos (de bandas o de rayas)
- Se denominan espectros de emisión a los producidos por radiaciones emitidas por cuerpos
incandescentes.
(Para obtener un espectro de emisión se excita la muestra, por ejemplo, poniéndola a la llama o
sometiéndola a una descarga. Cuando la muestra vuelve al estado fundamental, emite las radiaciones
que analizamos en su espectro de emisión).
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Pueden ser:
o Continuos: Si contienen todos los colores del espectro visible (rojo, anaranjado, amarillo,
verde, azul, añil y violeta.
o Discontinuos, si solamente tienen algunos colores del visible. Pueden ser: de bandas, si la
franja coloreada es suficientemente ancha, o de rayas, si la franja coloreada se reduce a una
línea.
(En realidad, los espectros de bandas están constituidos por una serie de rayas muy próximas
entre sí)
- Se denominan espectros de absorción a los obtenidos por absorción parcial de las radiaciones
emitidas por un foco luminoso cuando la luz producida por él atraviesa una sustancia en estado
gaseoso, ya que todo gas o vapor absorbe, a cualquier temperatura, las mismas radiaciones que es
capaz de emitir si estuviera incandescente.
(Para obtener un espectro de absorción iluminamos la muestra con luz blanca y recogemos la luz que
sale de la muestra. Contendrá todas las radiaciones de la luz blanca menos las que ha absorbido la
muestra).
Por ejemplo, si se utiliza vapor de sodio en una experiencia de absorción, se observarán dos
rayas oscuras en la zona del espectro luminoso cuya posición coincide, precisamente, con la de la radiación
amarilla que emite el vapor de sodio incandescente.
Utilizando como punto de partida el modelo atómico de Rutherford, y tratando de resolver los
inconvenientes que presentaba, Bohr aplicó la hipótesis de Planck ("La energía de la radiación
electromagnética no es continua, sino que está formada por pequeños cuantos de energía") a la
interpretación de los espectros atómicos, en concreto al de hidrógeno. Así llegó a establecer en 1913 un
nuevo modelo atómico que teóricamente resultaba un tanto arbitrario e inconsistente (no se ajustaba a las
ecuaciones de la física clásica), pero daba una interpretación de las líneas del espectro del hidrógeno. En la
actualidad el modelo atómico de Bohr suele presentarse en forma de tres postulados:
1) Coincide con el modelo atómico de Rutherford: El átomo consta de un núcleo en el que está localizada
toda su carga positiva y casi toda su masa. El electrón describe órbitas circulares y estables alrededor del
núcleo.
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2) Solamente son posibles para el electrón aquellas órbitas en las que se
cumple que el producto de la longitud de la órbita por la cantidad de
movimiento del electrón es igual a un múltiplo entero de h.
2π r . m v = n h
donde n es un número entero al que se denomina número cuántico de la
órbita y coincide con el número de orden de la órbita en su posición en torno
al núcleo (posteriormente se denominó número cuántico principal) y h es la
constante de Planck, de valor 6,63.10 -34 J.s.
3) Un átomo en estado normal no emite energía en forma de ondas; sólo lo hace cuando un electrón salta de
una órbita en la que tiene una energía E2 a otra órbita más interna en donde tiene una energía menor E1. La
diferencia de energía se emite en forma de un fotón de frecuencia:
E2 − E1
ν =
h
El átomo de Bohr explicaba por qué los espectros de los átomos solo mostraban determinadas rayas:
las de las radiaciones que el electrón absorbía (figura 4.22) o emitía (figura 4.23) cuando pasaba de una
órbita a otra. También explicaba por qué el espectro de absorción era complementario al de emisión. Si el
electrón pudiese estar en cualquier lugar, podría absorber o emitir cualquier energía y el espectro sería
continuo.
En su época, el éxito del modelo atómico de Bohr fue enorme: superaba los inconvenientes del
modelo de Rutherford y justificaba las series espectrales del hidrógeno; sin embargo, pronto surgieron
inconvenientes.
Desde su publicación presentaba una limitación: sólo podía aplicarse al hidrógeno. Cuando se
aplicaba a átomos con más electrones los resultados que se obtenían eran totalmente diferentes de los
experimentales. Además, cuando se utilizaron espectroscopios de mejor calidad se encontró que algunas
rayas no eran simples, sino que en realidad eran dobles o incluso triples (estructura fina del espectro), lo que
era incompatible con el modelo.
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Por tanto, lo que Bohr creía una órbita con un nivel de energía, resultaban ser varias, muy próximas
cada una, de energía diferente pero cuantizada, constituyendo subniveles de energía.
Aunque estas modificaciones consiguieron algunos resultados, las discrepancias entre el modelo y
los resultados experimentales se continuaron acumulando, sin contar el fracaso en todos los intentos que se
hicieron para interpretar el modelo del átomo de helio. De hecho, hacia mediados de los años veinte la
comunidad científica sentía la necesidad de desarrollar una nueva teoría que superase las dificultades del
modelo de Bohr. Esto no se logró hasta que se desarrolló un nuevo tipo de mecánica, la llamada Mecánica
cuántica.
sugieren que las posiciones que puede ocupar un electrón en un átomo vienen determinadas por varios
números denominados números cuánticos cuyos posibles valores y significados aparecen en la siguiente
tabla:
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Los niveles de energía en los que se puede encontrar un electrón en un átomo son los que se
muestran en la siguiente figura:
Igual que el modelo de Bohr explicaba el espectro del átomo de hidrógeno y la cuantización de la
energía, había que buscar un modelo teórico que explicase todos los niveles de energía de los espectros de
los átomos polielectrónicos. Schrödinger estableció un nuevo modelo basándose en los principios de la
mécanica cuántica descubiertos recientemente. Uno de estos principios era el:
Igual que para ver un objeto se necesita iluminarlo, para determinar la posición de un electrón se
necesita que un fotón incida con él. Como el electrón es muy pequeño, al recibir el contacto del fotón saldrá
despedido y cambiará de posición. Por tanto, no podemos conocer la posición exacta del electrón; sólo se
puede hablar de la probabilidad de encontrarlo en un determinado lugar.
Schrödinger estableció una función matemática que permitía conocer la probabilidad de encontrar al
electrón en una determinada región del espacio, a la que denominó orbital. El concepto de orbital, en este
modelo, sustituye al de órbita en el modelo de Bohr.
Cada orbital viene definido por un conjunto de números cuánticos que determinan la energía del
electrón. Estos números cuánticos son los mismos que se habían encontrado al estudiar los espectros de
átomos polielectrónicos.
Cada electrón de un átomo viene definido por un conjunto de 4 números cuánticos (n , l , m , s).
El modelo de Bohr establece órbitas permitidas en las que se encuentra el electrón. El modelo de
Schrödinger establece una función de probabilidad para determinar la posición del electrón en un
átomo.
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12.3. TIPOS DE ORBITALES.
(Puede comprobarse que se van llenando los niveles de menor energía al observar
la figura del punto 12.1)
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Si no se quiere hacer el diagrama, puede utilizarse la siguiente regla:
“Los electrones entran en orden creciente de la suma n + l. si las órbitas (los orbitales) tienen el mismo valor
n + l, entrarán en quien tenga menor valor de n”. De acuerdo con estas reglas, el orden es:
1s 2s 2p 3s 3p 4s 3d 4p 5s 4d 5p 6s 4f 5d 6p 7s 5f 6d 7p
Por tanto, en un orbital (definido por n, l y m) sólo puede haber dos electrones (uno con espin s = +
½ y otro con s = - ½).
Las flechas representan los electrones que puede haber en cada orbital. Si están hacia arriba indican
que tienen un valor de espín + ½ y si están hacia abajo, - ½ .
Es frecuente emplear como notación de un orbital un círculo o un cuadrado dentro de los cuales se
representan los electrones con una flecha, expresando el espín su sentido:
Notación simplificada.
Se emplea una notación simplificada para la distribución de los electrones en niveles y subniveles,
que es la siguiente: n l x
donde x representa a los electrones que de hecho hay en cada subnivel. Como máximo, x = 2, 6 , 10 , 14,
como se ha dicho anteriormente.
En el caso del fósforo su configuración sería: 1s2 2s2 2p6 3s2 3p3
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13.1. ÁTOMOS EN ESTADO FUNDAMENTAL Y EN ESTADO EXCITADO.
Cuando un átomo tiene todos sus electrones en el orbital de menor energía posible, se dice que se
encuentra en estado fundamental.
Cuando se comunica energía a un átomo, alguno de sus electrones puede pasar a un nivel de energía
superior; se dice que el átomo se encuentra en estado excitado.
Tanto si el átomo está en estado fundamental como excitado debe cumplirse el principio de exclusión
de Pauli. Si una configuración no lo cumple , estará prohibida.
En la siguiente tabla se representan las configuraciones electrónicas de los elementos químicos. Cada
configuración se ha representado a partir de la del gas noble inmediatamente anterior, pues la distribución de
los electrones más internos permanece invariable. Los elementos señalados con un asterisco tienen
configuraciones electrónicas que presentan ligeras discrepancias respecto a las reglas estudiadas. La
configuración real se obtiene del estudio de los espectros de emisión de cada átomo.
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14.- SISTEMA PERIÓDICO.
Antes de 1700 solo se conocían 12 elementos. A medida que fue aumentando el número de
elementos conocidos, y según avanzaba el estudio de sus propiedades físicas y químicas, surgió la
necesidad de relacionarlos y de agruparlos de modo sistemático. A lo largo de la historia han surgido
distintas clasificaciones.
Hasta comienzos del siglo XIX solo se distinguió entre metales y no metales.
Triadas de Döbereiner (1829). Döbereiner observó grupos de tres elementos con propiedades
similares (por ejemplo, la masa atómica del elemento central era aproximadamente la media
aritmética de las otras dos). Sólo encontró tres triadas: Ca, Sr, Ba ; Cl, Br, I ; S , Se , Te.
Caracol telúrico de Chancourtois (1862). Chancourtois construyó su caracol telúrico situando los
elementos en orden creciente de masas atómicas en forma helicoidal (escalera de caracol) sobre un
cilindro. Los elementos de propiedades análogas estaban situados uno debajo de otro en la misma
generatriz.
Octavas de Newlands (1864). Newlands ordenó los elementos por masas atómicas crecientes y
observó periodicidad en las propiedades cada ocho elementos, estableciendo la que llamó ley de
las octavas, como en la escala musical.
H Li Be B C N O
F Na Mg Al Si P S
Cl K Ca Cr Ti Mn Fe
Esta ley dejaba de cumplirse a partir del cromo.
Mendeleiev y Meyer (1869-1870). También ordenaron los elementos por orden creciente de masas
atómicas, pero a diferencia de Newlands, dejaron huecos en aquellos lugares donde la prudencia
aconsejaba no colocar ningún elemento de los conocidos al no corresponder sus propiedades con
las de los de su columna. Incluso pronosticaron las propiedades de algunos de estos elementos
desconocidos que en el futuro ocuparían los huecos. Además interrumpieron el orden creciente de
masas atómicas en dos casos (Te-I ; Co-Ni), para que sus propiedades coincidieran con las de los
elementos de sus filas. Clasificación en grupos y períodos en orden creciente de masa atómica.
• Ordenó los elementos por orden creciente de número atómico, en vez de por masas atómicas.
• Colocó en un mismo grupo (columna vertical) a elementos con la misma configuración
electrónica en la última capa; lo que equivale a situarlos por propiedades químicas similares.
Existen 18 grupos.
• Situó en un mismo período (fila horizontal) a los elementos cuyas propiedades cambian de
forma progresiva. Hay 7 períodos.
Quedaron los metales a la izquierda y en el centro, y los no metales a la derecha, con excepción del
hidrógeno, que se coloca en el grupo 1 por tener una configuración electrónica parecida.
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Los grupos se nombran con números arábigos desde el 1 hasta el 18. Algunos de ellos tienen
nombres propios:
Grupo 1 : alcalinos
Grupo 2 : alcalinotérreos
Grupo 13: térreos o boroideos
Grupo 14: carbonoideos
Grupo 15: nitrogenoideos
Grupo 16: anfígenos
Grupo 17: halógenos
Grupo 18: gases nobles
Todavía se pueden ver algunos sistemas periódicos donde los grupos se denominan con números
romanos seguidos de las letras A y B. En ellos A, indica los elementos representativos (grupos 1, 2, 13,
14, 15, 16, 17 y 18 actuales) y B, los elementos de transición.
Tipos de elementos:
• Elementos representativos (se están completando orbitales s y p): alcalinos (ns1),
alcalinotérreos (ns2), térreos (ns2np1), carbonoideos (ns2np2), nitrogenoideos (ns2np3),
anfígenos (ns2np4), halógenos (ns2np5) y gases nobles (ns2np6).
• Elementos de transición (se están completando orbitales d) ns 2 ( n − 1) p x ( x = 1,...,10 )
• Elementos de transición interna (s están completando orbitales f): lantánidos y actínidos.
ns 2 ( n − 2 ) f x ( x = 1,...,14 )
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14.4.- VALENCIA DE UN ELEMENTO.
Al nivel electrónico más externo de un átomo se le conoce como nivel de valencia, y a los
electrones allí situados, electrones de valencia. Los elementos de un mismo grupo poseen el mismo
número de electrones de valencia y además tienen propiedades químicas parecidas. Por tanto, puede
afirmarse que:
Los gases nobles tienen muy escasa reactividad. Todos ellos, excepto el He, tienen una distribución
electrónica especialmente estable, con los orbitales s y p del nivel de valencia completos (s2p6). Los
restantes átomos del S. P. son mucho más reactivos y no presentan los niveles de valencia completos. Es
fácil llegar a la conclusión de que, si exceptuamos los gases nobles, el resto deben combinarse, cediendo,
captando o compartiendo electrones, hasta alcanzar la configuración estable del gas noble, es decir, hasta
poseer ocho electrones en el nivel de valencia. Esta regla se conoce como regla del octeto o de los ocho
electrones.
Se denomina valencia a la capacidad de combinación que tienen los átomos y se define como el
número de átomos de hidrógeno que pueden unirse o ser sustituidos por un átomo del correspondiente
elemento.
La valencia iónica de un elemento viene dada por el número de electrones que gana o pierde para
formar un ion estable.
Los elementos de transición suelen presentar varias valencias debido a la facilidad con la que
pierden algunos electrones de los subniveles d.
La posición que ocupa un elemento en el S.P. está relacionada con sus propiedades. Las
variaciones de estas propiedades dependen de las configuraciones electrónicas.
15.2.- Valencia de los elementos. Los elementos de un mismo grupo poseen el mismo número de
electrones de valencia.
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15.3.- Radio atómico. Se define como la mitad de la distancia que existe entre los núcleos de dos
átomos contiguos.
Cuando un átomo neutro pierde un electrón del último nivel (catión), los electrones que
quedan son atraídos con más fuerza por el núcleo, y, por tanto, el tamaño disminuye.
Cuando un átomo gana un electrón en su último nivel (anión), aumentan las fuerzas de repulsión
entre los electrones y, por tanto, el radio aumenta.
Dentro de un grupo, los iones con la misma carga tienen un radio mayor cuanto mayor sea el número
atómico.
15.4.- Volumen atómico. Es el cociente entre la masa de un mol de átomos y la densidad del
elemento.
La regla general para su variación es igual que la del radio atómico: en un grupo aumenta a medida
que lo hace el número atómico (al bajar) y en un período, disminuye a medida que aumenta el número
atómico (hacia la derecha). Hay excepciones debidas al efecto pantalla.
15.5.- Energía de ionización (E.I.). Es la energía mínima necesaria para separar un electrón del
estado fundamental de un átomo neutro y gaseoso. Se mide en kJ/mol o eV.
X ( g ) + E .I . → X + ( g ) + 1 e −
Hay tantos valores de E.I. como electrones tenga el átomo.
• Dentro de un grupo aumenta de abajo a arriba, ya que el electrón externo se encuentra más
cerca del núcleo y, por tanto, más atraído por él.
• En un período, aumenta de izquierda a derecha. Se debe a que al avanzar hacia la derecha,
aumenta la carga nuclear, por tanto, al estar los electrones sometidos a mayor atracción, se
necesita más energía para arrancarlos. No obstante, hay excepciones (Be, N, Mg y P, entre
otros). Estas excepciones se deben a que los átomos de estos elementos tienen los
subniveles llenos o semilleros, lo que les confiere cierta estabilidad.
15.6.- Afinidad electrónica (A.E.). Es la energía liberada cuando un átomo neutro en estado
gaseoso adquiere un electrón.
X ( g ) + 1 e − → X − ( g ) + A.E.
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• Dentro de un período aumenta hacia la derecha, ya que en ese sentido se eleva la energía
de atracción del núcleo por los electrones al ir incrementándose la carga nuclear.
Otra forma de explicar esta variación es que a medida que aumenta el número atómico
aumenta la tendencia a captar un electrón, ya que el átomo está más próximo a alcanzar la
configuración de gas noble.
La excepción la constituyen los gases nobles, que al tener completo el último nivel de
energía, no tienen tendencia a captar o ceder electrones.
• En un grupo aumenta hacia arriba, ya que al disminuir el número atómico, disminuye la
distancia al núcleo y aumenta la atracción nuclear.
15.7.- Electronegatividad ( χ ). Es la tendencia que tiene un átomo para atraer los pares de
electrones compartidos en un enlace.
Está relacionada con la energía de ionización y la afinidad electrónica, ya que cuanto mayor es la
tendencia de un electrón a ganar electrones (mayor afinidad electrónica), más dificultad tendrá para
perderlos (mayor energía de ionización).
Así es difícil conocer la electronegatividad de muchos elementos, ya que solo se conoce la afinidad
electrónica de unos pocos.
Paulling estableció una escala de electronegatividades asignando el valor de 4,0 al elemento más
electronegativo (flúor) y de 0,7 al menos electronegativo (francio). Los demás átomos llevan
asignados valores intermedios. (Al ser el francio muy inestable y desintegrarse con gran rapidez,
a veces no se tiene en cuenta y se considera el cesio como el átomo menos electronegativo)
15.8.- Carácter metálico. Viene dado por la tendencia que tiene un átomo para perder electrones.
• Dentro de un grupo aumenta de arriba abajo.
• En un período aumenta de derecha a izquierda.
Las causas son las explicadas en la energía de ionización, ya que ésta y el carácter metálico miden justo lo
contrario.
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