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ARQUITECTURA Y POLÍTICA

TEODORO GONZÁ LEZ DE LEÓN

o que sigue es poco mas que una serie de pensa- En la vanguardia alemana dos corrientes se mez-
mientos en voz alta, más o menos desordena- claban: la abstraccionista, con Klee, Kandinsky, Bau-
dos, sobre la relación entre la arquitectura y la meister, y la expresionista, con Nolde, Kichner, Dix,
política; ojalá guarden alguna coherencia. Empezare Kokoshka, Beckmann. Lo mismo sucedía en arqui-
por recordar que la arquitectura es un arte y, como tectura; por un lado, los expresionistas: Hans Scha-
tal, su tiempo no es el de la política. La maduración roun, Max Taut y Erich Mendelsohn; por el otro, los
personal y, sobre todo, colectiva de un estilo y una abstraccionistas: Walter Gropius -fundador de la
forma de ejercer la arquitectura requiere de un tiem- Bauhaus-, Mies van der Rhoe, Hannes Meyer
po mas dilatado que el desarrollo de un proyecto polí- que trabajó en México y fue amigo de Tina Modot
tico, sea de corto o largo plazo. No se puede por ti- y otros muy notables, ahora casi olvidados,
ejemplo hablar, en el caso de México, de una arqui- como Otto Haesler y los hermanos Luckhard. En el
tectura cardenista, alemanista, lopezportillista o sali- grupo mayoritario académico sobresalían dos enemi-
nista. Algunos de esos regímenes impulsaron la gos rabiosos de la vanguardia: Troost y Speer, el mi-
realización de ciertos proyectos: Miguel Alemán, el nistro de Hitler. La elite nazi era profundamente
de la Ciudad Universitaria; Carlos Salinas, el de la conservadora en arte y compartía esos odios.
Ciudad de las Artes. Ninguno determinó en ningún La historia la sabemos todos: poco a poco se fue-
caso el tipo de arquitectura; la voluntad edificadora ron prohibiendo las distintas manifestaciones de la
de un político no crea un estilo arquitectónico. vanguardia. La “purga” final se realizó en un acto tea-
En los años 30 había en la Alemania nazi, y en tral abyecto en Munich, en 1937. Primero se inaugu-
Europa en general, dos grupos de artistas y arquitec- ró el nuevo Palacio del Arte Alemán, proyectado por
tos irreconciliables: uno mayoritario, de académicos, Troost, con una exposición en la que se exhibían 650
y otro minoritario, la vanguardia moderna. Los pri- obras de 533 artistas académicos que pretendidamen-
meros se habían educado en academias que seguían te representaban el arte alemán oficial; al día siguien-
practicando el arte realista del siglo XIX y una arqui- te, en un local improvisado, se abrió otra: “Entartete
tectura neoclásica tradicional. No hay que olvidar Kunst” (arte degenerado), en la que se exhibían más
que fue en Alemania, a comienzos del siglo XIX, don- o menos el mismo número de obras (requisadas en
de se inició el movimiento romántico, cuya manifes- diez días de todos los museos del país) pero de sólo 50
tación en arquitectura fue el neoclasicismo, con artistas de la vanguardia . La apertura de la primera
creadores muy notables como Schinkel, von Klenze exposición fue precedida por un desfile triunfal que
y, más tarde, Semper y Per, amigos de Beethoven, circuló por la ciudad con maquetas gigantescas de al-
Heine, Schubert y Kaspar Friedrich. Ese grupo, que gunos monumentos alemanes transportadas por jóve-
consideraba al neoclásico una tradición nacional, se nes vestidos con trajes del medioevo. La maqueta
enfrentaba al minoritario,, que crecía rápidamente y más importante, por supuesto, era la del edificio de
que desde la década de los veinte defendía las ideas Troost, de 8 mts. de largo, a escala de 1:20. En el dis-
del Movimiento Moderno. Lo escribo con mayúscu- curso oficial, Hitler proclamó el nacimiento de un
las porque fue un verdadero salto mortal de un puña- nuevo arte: “no internacional sino alemán, no mo-
do de artistas iluminados; en las primeras dos décadas derno sino eterno”.
del siglo y de manera simultanea en Francia, Alema- En la otra exposición, todas las esculturas y pintu-
nia, Rusia e Italia, músicos, pintores, poetas, arqui- ras se acompañaban de letreros y lemas denigrantes.
tectos y escultores cambiaron algo que se creía Estaba dividida en secciones temáticas: la influencia
eterno: el arte clásico, que con diferentes renovacio- de los negros, de los judíos y de los bolcheviques; la
nes y renacimientos había estado vigente durante mujer, la religión y la patria degradadas por el arte...
25OO años. La hicieron circular por diez ciudades alemanas y el

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número de espectadores fue inusitado: 3 millones de enviados a distintos concursos internacionales sólo
visitantes en 1939, antes de la subasta y quema en la ganó uno, que se realizó parcialmente, con cambios
que fueron destruidas 5 000 obras que no alcanzaron significativos y sin su participación: el Edificio de la
a venderse. Pero la historia hizo justicia: sólo se re- Industria Pesada “Centrosoyous” de Moscú, en el
cuerdan 5 o 6 nombres de los 533 artistas de la expo- año de 1928, cuando la vanguardia rusa todavía era
sición oficial, mientras que la obra de todos los fuerte y considerada. Los otros tres constituyen, tal
“degenerados” sigue disputándose en colecciones y vez, los primeros ensayos sobre la monumentalidad
museos del mundo entero. A partir de 1937 quedó en la arquitectura racional (tema al que me referiré
prohibida cualquier manifestación de arte moderno. más adelante). Estos edificios, en papel, fueron una
El pastiche realista de los pintores y escultores acadé- influencia y una enseñanza de oficio para toda una
micos y el “revival” de la arquitectura neoclásica re- generación, pero son pérdidas irreparables para el
cibieron la bendición del régimen. Escritores, patrimonio arquitectónico de la humanidad: la ar-
músicos, pintores, escultores y arquitectos tuvieron quitectura es para un momento, un sitio y un clien-
que emigrar, privados de sus cátedras y sin posibili- te. El jurado otorgó el primer premio al proyecto de
dad de seguir trabajando; a los judíos les cay6 una do- Le Corbusier del edificio de la Liga de las Naciones
ble condena. (Paradójicamente, muchos países se de Ginebra, en el año de 1927, pero fue descalifica-
beneficiaron con esa migración.) do -en contra de la opinión del propio jurado
El nazismo no inventó un estilo: privilegió la co- por razones triviales: estaba dibujado con tinta de
rriente conservadora mayoritaria que ya existía y, de imprenta en lugar de tinta china. Se lo dieron al si-
paso, suprimió brutalmente, con gran apoyo popular, niestro Lemaresquier, arquitecto académico de la
la corriente que representaba al mundo moderno. Lo escuela de Beaux Arts de París, con un edificio neo-
mismo sucedió en la Unión Soviética en los años clásico olvidable. Cuatro años más tarde, en 1931,
treinta. La burocracia estaliniana aplastó a la estu- Moscú lanzó un concurso para el Palacio de los So-
penda y radical vanguardia rusa. Póppova, Tatlin, viets, contraparte comunista (siempre la política)
Rodchenko, Malevich formaban un grupo inventivo del edificio de la Liga de las Naciones, con el que
y violento con músicos, escritores y arquitectos co- pretendía rivalizar. El proyecto de Le Corbusier, un
mo Vésnine, Melnikov, Ginzburg y el extraordinario alarde plástico-constructivista, es una marca en la
Leonidov, cuyos proyectos asombran 70 años des- historia de la arquitectura. No fue premiado ningu-
pués. Todos fueron silenciados y, a diferencia de los no de los proyectos modernos, sino un clásico pastel
alemanes, se les impidió la salida; fueron muriendo neoclásico nacionalista. En estos dos concursos par-
uno tras otro, decepcionados y sin voz. Fue doble la ticiparon prácticamente todos los pioneros del mo-
tragedia de estos vanguardistas porque casi todos, vimiento moderno; sus proyectos constituyen un
además de radicales abstraccionistas, eran radicales verdadero corte transversal del estado del arte de la
comunistas. Por influencia o fatalidad, en 1937 se ce- arquitectura y dan idea de la madurez temprana que
lebró en Moscú, en la galería de Tetriakov, una ex- había adquirido la vanguardia. El tercer concurso
posición para desacreditar la vanguardia soviética. que pierde Le Corbusier es del año 1935: el Museo
Es el mismo año en que se exhibe el Guernica de Pi- de la Ciudad de París, en un sitio privilegiado al
casso en el Pabellón de la República Española en Pa- borde del río Sena; de nuevo trabaja el tema del
rís, diseñado por Josep Lluis Sert. La burocracia monumento. Al proyecto ganador le faltaba nada
soviética coincidía en gustos con la corriente acadé- menos que la mitad del área de exhibición que re-
mica mayoritaria de artistas y arquitectos; como en quería el programa, pero era “clásico”. Los autores,
Alemania, fueron apoyadas la pintura realista acadé- que ya nadie recuerda, fueron cuatro: Dondel, Au-
mica y la arquitectura neoclásica, trufada de remates bert, Viard y Pastuge.
nacionalistas rusos. Sólo después de Jruchov, muerto Lo que sucedía en Europa se repetía en Estados
Stalin, el movimiento moderno pudo permear tími- Unidos, la “patria de la democracia”, donde todos los
damente el arte de la Unión Soviética. edificios públicos se hacían en estilo neoclásico por
¿Era distinto lo que ocurría en la Europa de los esas fechas. En Washington estuvo terminantemente
años treinta? En Francia, Checoslovaquia, Inglate- prohibido construir un edificio moderno hasta ini-
rra y Holanda la vanguardia era activa, crecía en ciados los cincuenta. Se había elaborado un pastiche
adeptos, pero los encargos públicos, los murales, las neoclásico-nacionalista llamado “federal style” y un
adquisiciones de los museos, los edificios que repre- comité vigilaba celosamente que las obras se apega-
sentaban a las instituciones, los hacían los artistas y ran al mismo. La National Gallery se construyó en
arquitectos académicos, que eran la corriente mayo- nítidos mármoles neoclásicos al final de los años
ritaria. Para la historia de la arquitectura el caso treinta. Era una arquitectura hermana de la que ha-
más triste es el de Le Corbusier. De cuatro proyectos cía Speer en Alemania. De nuevo: el tiempo largo de

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la arquitectura no coincide con el otro tiempo de la un breve pero exitoso programa de escuelas públicas:
política. 250 aulas en dos años. Es el primer encargo público
He dejado aparte en este recuento a la Italia fas- para la vanguardia, pero es efímero: ganan los con-
cista porque ahí las cosas fueron distintas. En primer servadores, los que desde Vasconcelos venían ha-
lugar porque parte de la vanguardia futurista, con :iendo edificios neocoloniales. En los cuarenta ya
Marinetti a la cabeza, fue abiertamente belicista y Existe un grupo de arquitectos modernos que pesa y
fascista desde muy temprano; en segundo, porque :onsigue la segunda encomienda pública: el plan de
Mussolini no sólo fue tolerante con la vanguardia si- hospitales, que se realiza a medias y en el que están
no que la comprendió y la alentó. Esto no impidió los orígenes del actual Centro Médico. Al final de la
que la mayor parte de la producción artística y arqui- década ya hay una nueva generación de jóvenes for-
tectónica fuera también un “revival” neoclásico con mados en las ideas del Movimiento Moderno y del
acento romano. La olimpiada que se celebraría en que surge la idea de la Ciudad Universitaria, apoyada
1940 iba a constituir una apoteosis, con algunas obras :on entusiasmo por el nuevo presidente-empresario
realmente modernas y otras que no eran sino versio- Miguel Alemán. Siendo alumno del quinto ano, tu-
nes nostálgicas del esplendor del imperio romano. La ve la suerte de participar en este proyecto. Elaboré
guerra interrumpió ese sueño, pero quedaron obras ron dos compañeros un proyecto de conjunto que le
realmente importantes de Adalberto Libera y, sobre ganó al de los maestros y se desarrolló como la pro-
todo, la casa del Fascio, en Como, de Giuseppe Te- puesta de la Escuela de Arquitectura al Concurso
rragni, que sigue siendo un punto de peregrinación Nacional que había convocado la Universidad. Ga-
para todo estudiante de arquitectura. Además, esta- nó abrumadoramente porque contábamos con la par-
ban Figini, Pollini, Cattaneo, Vaccaro y B.B. P.R. ticipación y la fuerza de trabajo de quince maestros y
(Banfi, de Belgiojioso, Peressutti, Rogers): la van- cerca de cien estudiantes. Fue la primera gran obra
guardia racionalista italiana, lo más fino y fresco de la pública total de arquitectura moderna que se realiza-
arquitectura de los años treinta. Sin embargo, las dos ba en el mundo. Sobre ella se escribió durante varios
historias más influyentes de la arquitectura moderna: / Íaños en todas las revistas de arquitectura. Nueva-
la de Pevsner y la de Gideon, escritas después de la mente: Miguel Alemán no inventó un estilo arqui-
guerra y que fueron libros de texto en todo el mundo tectónico; se apoyó en un centenar de arquitectos
de 1950 a 1970, no mencionan las obras de la van- ióvenes y maduros que pugnaban por expresarse con
guardia italiana durante el periodo fascista. El silen- el lenguaje de la arquitectura moderna, llamada en-
cio en todos lados. l ’tonces funcional y racionalista. El tiempo del políti-
En México la vanguardia en arquitectura fue un co era de seis años, el de la arquitectura llevaba 40
poco tardía. Se inicia con la casa que Juan O’Gor- madurando. Y así ocurrió en todo el mundo. En la
man hizo para Diego Rivera y Frida Khalo en San década de los cincuenta la aceptación social de la ar-
Angel Inn, en 1930. Una obra cuya construcción me quitectura moderna es ya un hecho. En todos los paí-
tocó en suerte presenciar: yo vivía a dos casas de dis- ses existe una masa crítica de arquitectos preparados
tancia y, aunque apenas tenía cinco años, recuerdo para utilizar los nuevos materiales (concreto, vidrio,
bien los comentarios horrorizados de mis padres. Son acero) con planos abstractos y con la poética de la
dos cuerpos cúbicos levantados sobre postes y unidos / 1 formas de la ingeniería y la eficiencia.
por un puente en la azotea que William Curtis, el En Europa la nueva generación, junto con los pio-
historiador, interpreta como la metáfora de una pare- neros, se dedica febrilmente a la reconstrucción de
ja dispareja. El taller del pintor es un espacio sor- grandes segmentos en las ciudades. Francia se impo-
prendente y tiene los primeros parteluces de la ne como meta costruir un millón de viviendas en
arquitectura moderna. Los historiadores mexicanos cinco anos, surgen así los grandes conjuntos departa-
citan otras obras: el sanatorio de Huipulco y el edifi- mentales, para bien y para mal: se iniciarán la desper-
cio de Salubridad, como iniciadoras de la vanguardia sonalización y la monotonía de los suburbios de las
en México. Para mí son mezclas de art-decó muy grandes ciudades. En México es el tiempo de Tlate-
alejadas del limpio radicalismo de O’Gorman que lolco. Se erigen dos nuevas capitales: Le Corbusier
ahora, gracias a una estupenda restauración realizada proyecta Chandigard en la India y Costa-Niemeyer,
por Víctor Jiménez, podemos admirar de nuevo. La Brasilia. La política y el comercio se apoderan de la
vanguardia sigue sorprendiendo 54 anos después: ha- arquitectura moderna y la trivialización mercantilista
ce dos meses un amigo, escritor extranjero, me pre- internacional imprime un sello de monotonía a todo
guntaba entusiasmado si había visto la “casa el mundo. Intervenciones desordenadas y pobres des-
ultramoderna” que se estaba construyendo frente al truyen los centros históricos de muchas ciudades.
restaurante San Angel Inn. Como reacción, a fines de los sesenta surge la CO-
Al comenzar los años treinta, O’Gorman realiza rriente postmodernista: revive el ornamento que an-

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tes, según frase de Adolf Loos, era un delito. Se in-
troducen elementos clásicos como citas, como colla-
ges, y hay quienes quieren regresar al clasicismo. La
ola postmoderna duró sólo tres lustros, pero dejó un
sin fin de pastiches en todo el mundo. En algunos lu-
gares, México entre ellos, se busca otro camino, en el
que con elementos abstractos -proporción, densi-
dad de materia- plenamente modernos y abstractos,
se quiere entrar en contacto con el subsuelo cultural
de cada lugar. Se busca una arquitectura enraizada: es
el caso de Luis Barragán.
A mediados de los años ochenta un grupo de jó-
venes le dan un nuevo aire al movimiento moderno
y liquidan a la reacción postmodernista. Se les llama
desconstructivistas y neoconstructivistas, porque re-
cuperan ideas radicales que dejó intactas la primera
vanguardia, como el ensamblaje de volúmenes y la
transparencia, pero lo hacen con los nuevos materia-
les de los años noventa y consiguen así representa-
ciones que para la vanguardia de los años 20 y 30
eran sólo un sueño. La etapa actual se caracteriza por
una pluralidad de estilos personales. No hay la uni-
formidad, por lo menos aparente, de los inicios del
movimiento moderno. Conviven muchas maneras
de hacer arquitectura totalmente contemporánea.
En México sucede lo mismo: La Ciudad de las Artes, treinta, en los concursos perdidos como hemos visto,
promovida por Rafael Tovar y de Teresa al frente de y luego en los cincuenta, con Louis Kahn, se replan-
Conaculta y coordinada por Jorge Gamboa, integra tea el tema del edificio como monumento.
seis diferentes maneras de hacer arquitectura en un Creo, sin meterme en teorías, que la arquitectura
conjunto: la de Norten, Flores, Legorreta, López Baz es construcción, configuración de espacios para la
y la de mi Conservatorio Nacional de Música. La po- realización de actividades y representación. La ar-
lítica no impuso una manera, dejó hablar a los crea- quitectura crea escenarios representativos en nuestra
dores. Esa es la diversidad que encuentra Francois vida diaria. Un edificio público implica una inter-
Mitterand cuando emprende su tarea de renovación pretación, una representación abstracta de la insti-
urbana de París. Lo hace a base de crear polos de tución. El arquitecto, dijo William Curtis (en una
nueva arquitectura distribuidos. en el área urbana. conferencia que impartió en el Museo Tamayo en
Una vez más: Mitterand no crea un estilo de arqui- enero pasado, en relación con la exposición de mi
tectura. Incorpora a la ciudad de Paris diez o doce obra), inventa el mito que representa a la institu-
edificios públicos como testimonios de la producción ción, al proyectar un edificio público. Hacemos las
arquitectónica contemporánea, en puntos que irra- representaciones urbanas de nuestras instituciones y
dian y dan una imagen nueva a toda la ciudad. Deja éstas marcan, son señales urbanas que van estructu-
un testimonio de su paso y del arte arquitectónico de rando la ciudad. La tarea es doble: hacer ciudad y re-
sus contemporáneos. No impuso, dejó que los crea- presentar una institución.
dores se expresaran. Ganó la ciudad. Hablo de política urbana, en la que no hemos co-
En estos 70 años de arquitectura que he revisa- rrido con suerte desde el siglo XIX, que prácticamen-
do de prisa, los arquitectos tuvimos que aprender te se consumió con ocho décadas de revueltas. En
muchas cosas (no olvidemos que el movimiento mo- México construimos sólo parcialmente la ciudad del
derno partió de cero al romper con la tradición aca- novecientos que se hizo en Buenos Aires, en Río
démica). Quiero detenerme ahora en una que atañe, de Janeiro, en Santiago, en Montevideo, ciudades
desde luego, a la política y a la ciudad: la monumen- organizadas a partir de avenidas, plazas y edificios
talidad. Los pioneros del Movimiento Moderno institucionales que representan nuestros ideales re-
-que propugnaban una estética de la ingeniería, de publicanos y se convierten en áreas monumentales.
la economía y de la eficiencia- rechazaron sin más Nuestra bien armada plaza mayor -el Zócalo-, que
la monumentalidad como una mala herencia del si- alberga los poderes federal, municipal y religioso, la
glo pasado. Pero Le Corbusier, primero en los años heredamos de la colonia. Sólo al final del siglo XIX,

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en la paz de la dictadura porfiriana, se inicia una po- cisco Serrano y a mí realizar el Palacio de Justicia Fe-
lítica de estructuración de la ciudad con edificios deral en un terreno cercano al Palacio Legislativo,
institucionales: Bellas Artes, Correos, Comunicacio- igualmente inapropiado. Son dos edificios públicos
nes, Pesas y Medidas se unen al Palacio de Minería y que por SU ubicación no hacen ciudad (mucha gente
se inicia el Palacio Legislativo después de un discuti- me ha preguntado dónde está el Palacio de Justicia,
do concurso internacional. La revolución interrum- al ver la maqueta en la exposición de mi obra en el
pe el proceso y quedan sin terminar Bellas Artes Tamayo). No están conectados a ningún eje de insti-
-que se completa en 1934 y el Palacio Legislati- tuciones y monumentos.
vo, cuya imponente estructura, un esqueleto metáli- Esta herencia de improvisación y oportunismo
CO que a mí todavía me tocó ver, fue convertido en hace que el tema de la monumentalidad -de por sí
monumento a la Revolución. Aparte del despilfarro difícil de conceptualizar- sea mal comprendido por
y la incoherencia de ese cambio de uso, la ciudad el público, los políticos y los propios arquitectos. Se
perdió la estructuración de un eje: la avenida Juá- argumenta, de manera simplista, que somos un país
rez Madero rematada en sus extremos por dosplazas pobre y que cualquier gasto extra es un derroche, y se
con los poderes legislativo y ejecutivo. Las institu- olvida que estamos haciendo ahora lo que debimos
ciones son desde el punto de vista urbano, polos de hacer antes. En mi trabajo me ha tocado -por con-
actividad, de atracción de personas. un poco más curso o por encargo hacer varios edificios públicos
tarde se construye el edificio de la Suprema Corte en y, en todos, la representación ha sido el tema delica-
un confuso neoclásico mexicanizado, ocupando la do. La primera vez que tuve que explicar por qué ha-
plaza del volador, a un lado del Palacio Nacional. En cía una plaza y un portal en un edificio en concreto
lugar de expropiar los terrenos del. fondo de la plaza, cincelado fue en el INFONAVIT, durante en una vi-
en los que estuvo la primera universidad, simplemen- sita inesperada -en plena obra- del secretario de
te se ocupó la plaza. La ciudad perdió así, para siem- Hacienda, que entonces era José López Portillo. Mi
pre, un espacio público y el original esquema argumento contra las objeciones acerca de su mayor
colonial de plazas conectadas por sus esquinas, que se costo fueron que el edificio debía dar una sensación
repite en muchas ciudades del país. La política urba- de permanencia y solidez distintas a las de un edificio
na de la capital ha oscilado entre el inmovilismo y comercial. Mi argumentación era pobre, por lo que
la improvisación oportunista, como el caso que aca- lo convencimos a medias; sin embargo, el edificio se
bo de mencionar. No tenemos Biblioteca Nacional realizó y está intacto después de 22 años. Su discuti-
como la tienen todos los países Latinoamericanos. ble solidez lo hace muy económico: una obra bien
Ni siquiera existe la institución. El proyecto de hecha reduce los costos de mantenimiento, en los
Agustín Yáñez de la Biblioteca de la República, a la que nadie piensa. En cambio, cuando era gobernador
que dediqué dos años de trabajo, iba a llenar ese Enrique González Pedrero nos encomendó el edificio
vacío: fue sencillamente ignorado. El Palacio Le- Administrativo, el Parque y la Biblioteca Pública de
gislativo empieza a construirse por fin, en forma Villahermosa bajo dos condiciones: “que sean efi-
apresurada, al iniciar los ochenta, en un terreno ina- cientes y que estén muy bien hechos; quiero decir,
decuado, y queda inconcluso. Y aquí me asalta una que tengan solidez y sentido de permanencia. La be-
pregunta que, creo, muchos nos hemos hecho. ¿Qué lleza es problema de ustedes”. En esas obras empecé a
razones funcionales o políticas condujeron a proyec- introducir esos pórticos que son vestíbulos abiertos o
tar el recinto de debates de la Cámara de Diputados plazas cubiertas, espacios de transición en los que el
como un auditorio, en lugar de una sala con bancas edificio se relaciona con la ciudad, se deja penetrar
enfrentadas o en herradura? Esas dos formas son las por la ciudad. Los edificios hacen ciudad con esos es-
únicas que ha generado la cultura arquitectónica a pacios en los que la gente se encuentra y a su vez
través de los tiempos, para que la gente que polemiza atraen gente. El edificio en que este motivo se aplica
se vea y se enfrente (que es la única forma del diálo- en gran escala es el Auditorio Nacional. El gran pór-
go). Provienen de Grecia, de los primeros lugares cu- tico invita y aloja una plaza cubierta que es el vestí-
biertos para asambleas: del Telesterion con bancas bulo, el foyer, de la gran sala de 10 000 espectadores
enfrentadas -que adoptó después el senado romano del cual carecía antes de la remodelación. El proyec-
en la Curia y del Bouleuterion con asientos en he- to fue duramente criticado por un periodista e histo-
rradura (en Mileto y en Priene se guardan vestigios riador muy conocido. No contesté el ataque porque
de estos últimos). Todos los parlamentos del mundo amigos, sabios, me dijeron que el blanco no era yo,
sesionan en recintos con variantes de esas dos for- ni el edificio, sino Manuel Camacho, el político que
mas. Que yo sepa, sólo en este país diputados y sena- nos lo encomendó y lo había hecho en términos se-
dores legislan en auditorios (los senadores, en uno mejantes a lo de Tabasco: “Si lo renovamos que sea a
lamentable). Diez años más tarde, nos tocó a Fran- fondo”. (El auditorio ya había pasado por cuatro titu-

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beantes renovaciones parciales que lo habían con- ción entre el cubo y las dos iglesias barrocas enfrenta-
vertido en una ruina). Creo que el pórtico y la escali- das en la plaza de la Santa Veracruz. La idea de Jorge
nata, que sirve de reunión a miles de jóvenes, han Gamboa era que en ese lugar de la ciudad se requería
dado a la ciudad un punto de identidad. un punto duro -en lenguaje de urbanista-, una ins-
La ciudad requiere de una política constante para titución-monumento que frenara el deterioro del
impedir que cualquier punto decaiga, porque el de- norte de la Alameda. No era de la opinión de llevar
caimiento se expande y a veces es irreversible. Toda- al Senado al edificio de San Lázaro, como lo tenía
vía padecemos los efectos de las políticas erráticas previsto el proyecto de Ramírez Vasquez. Ese sitio ha
aplicadas después del sismo de 85. Se expropiaron lo- cambiado seriamente con la estación del metro y la
tes y manzanas enteras para convertirlos en dudosas terminal de transporte TAPO; no era adecuado antes,
placitas y jardines, en lugar de financiar a los propie- lo es menos ahora. En la ubicación, al norte de Bellas
tarios para la reconstrucción de los edificios perdidos, Artes, el senado obtiene una sede digna y la ciudad
con ayudas y alientos fiscales. El entorno de la Ala- completa un área monumental amenazada. En ese
meda Central es el caso más lamentable: en doce punto, el edificio sí hace ciudad. El proyecto, total-
años que han pasado se han suspendido, por inmovi- mente desarrollado, está detenido porque fue califi-
lismo y políticas encontradas, por lo menos quince cado de salinista; la ironía es que esa iniciativa no
proyectos de renovación. En uno de ellos, promovido salió de los Pinos, fue fraguada en el D.D.F.
por Jorge Gamboa, me tocó participar con Francisco El tiempo de la arquitectura es un tiempo largo, el
Serrano: el nuevo Edificio para el Senado de la Repú- de la política es más inmediato. La política no crea
blica. Se ubica en un lugar clave para la monumenta- una expresión arquitectónica pero sí puede prohibirla
lidad de la ciudad: los lotes vacíos detrás de Bellas y suprimirla. La política si puede hacer ciudad crean-
Artes, en contraesquina de Correos -las dos obras do avenidas, plazas y edificios públicos interrelacio-
de Adamo Boari. El proyecto es un cubo hueco, de nados; y, si se apoya en la buena arquitectura, crea
concreto blanco, de la misma altura que los edificios áreas monumentales que son el testimonio de nuestro
de Boari, que contiene una plaza cubierta, un pórtico paso por el mundo. La ciudad requiere una política
que dialoga con la ciudad, en la que se encuentra el constante; cuando el político “no hace” porque cuida
volumen de la sala de sesiones -obviamente diseña- su futuro, la ciudad muere. La ciudad exige una polí-
da en forma de herradura- y, en el fondo, las ofici- tica de riesgo constante. u
nas de los legisladores. Un cuerpo bajo, que alberga
las Sala de Comisiones y Servicios, hace la transi- MÉXICO D.F., 16 DE ABRIL DE 1997.

MANUEL ÁLVAREZ BRAVO

Inaugurada en febrero y clausurada en mayo de este año, la exposición de fotografías de


Manuel Álvarez Bravo en el Museo de Arte Moderno de Nueva York atrajo a más de cien mil
visitantes y fue saludada por la crítica especializada como un acontecimiento de primer orden.
El crítico del Village Voice, por ejemplo, inició su comentario con la frase: “Manuel Álvarez
Bravo es el mayor de los fotógrafos”. No se refería, desde luego, a la edad de este hombre que
despliega a sus 95 años una actividad intensa e incesante. Al mismo tiempo que la exposición
del MOMA , se abrieron otras dos exposiciones suyas en Nueva York, una de ellas, la de la
Witkin Gallery, particularmente notable. Este mes llega a México la muestra exhibida en el
MOMA y se inauguran otras dos exposiciones de Alvarez Bravo: una de ellas en Japón y la otra
en esta ciudad, en el Centro de la Imagen. A esta última corresponden las fotografías que
publicamos en este número; son todas muy recientes y nunca se han exhibido ni publicado.
Pertenecen a las series “Y más de cien” y “En un pequeño espacio” y, como el lector podrá
apreciar, pertenecen a una nueva manera del fotógrafo: a la vez más despojada y más barroca.

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