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mayo, 2006
EDUCACIÓN PARA EL DESARROLLO RURAL EN AMÉRICA LATINA:
Tendencias y desafíos
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MSc. José Solano Alpízar ( )
1. Apuntes introductorios
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productividad en el campo, así como la adquisición de nuevos valores en
relación a la salud, la organización familiar, la distribución territorial y el
uso de nuevos instrumentos de trabajo, entre otros.
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Estado, hasta la pérdida de identidad cultural acompañada con nuevas
actitudes y aptitudes frente a lo tecnológico, el mercado, la información
y las inversiones, lo que ha venido influyendo determinantemente en los
hábitos de consumo, los períodos de trabajo, los plazos de entrega de
los productos, los períodos de descanso y las prácticas de cultivo.
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población en su conjunto, ya sea urbana o rural, con su base de recursos
naturales, así como a partir de sus fortalezas culturales y sociales.
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están formadas por comunidades de campesinos indígenas, pastores,
pequeños agricultores, agricultores de subsistencia y campesinos sin
tierra, jornaleros rurales, grupos indígenas nativos de la región
amazónica y los bosques tropicales y pescadores artesanales (FAO,
2002).
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mujeres realizan trabajos asalariados estacionales en la agricultura y la
agroindustria y que cerca de 40 millones de mujeres con pareja, son
parcial o totalmente responsables de la producción agrícola y la
pequeña industria rural.
Desde el punto de vista del género, se puede apreciar por ejemplo, que
a pesar de que América Latina muestra una población femenina
globalmente más educada, el capital humano femenino además de estar
subutilizado para el desarrollo es objeto de múltiples discriminaciones.
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De ésta manera, tal y como hemos podido apreciar, las desigualdades
que se manifiestan en América Latina y el Caribe exigen un
replanteamiento serio de las formas de pensar y ejecutar las estrategias
de desarrollo, mismas que deben considerar una perspectiva inclusiva
que recupere los espacios rurales a partir de sus propias especificidades
socio-culturales y sus necesidades de desarrollo.
Nicaragua 67 31 57 24 35
33
Honduras 67 62 50 18 27
27
Jamaica 74 74 14 10 19
11
Haití 52 24 130 28 52
58
Republica 71 78 47 6 18
Dominica 18
na
Perú 68 44 58 11 6
17
Brasil 67 41 42 7 17
17
8
Bolivia 61 44 102 16 10
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Claro está, las desigualdades educativas no son producto del azar, las
mismas se asocian necesariamente a las demás formas de desigualdad
social y económica y en particular al grado de desarrollo regional, la
extracción de clase, el origen étnico y el género. Existen disparidades de
origen social que marcan el futuro inmediato de un joven o una joven,
así como de una niña o un niño. Por ejemplo, la escolaridad media del
20% más pobre es de únicamente cuatro años mientras que para el 20%
más rico es de diez. A su vez las tasas de matrícula primaria son
sustancialmente más bajas para los niños y las niñas de familias
indígenas y afro latinas (BID, 2001).
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toda la vida, basta valorar la calidad de los servicios educativos y los
niveles de deserción y repetición que muestran los diferentes sistemas
educativos de la región, para tomar conciencia de ello.
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altos, que para el caso de la región significa una concentración en el
40% de las familias (Muñoz y Márquez, 2000).
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En ese contexto la presencia de la escuela rural, no fue un
acontecimiento aislado sino más bien característico, pues el espíritu de
progreso de los liberales que forjaron nuestras sociedades a finales del
siglo XIX, encontró en la educación y en la escuela una forma de
vehiculizar sus ideas y los nuevos valores y conocimientos que requería
el modelo de desarrollo.
En las últimas dos décadas del siglo XX las preocupaciones por una
educación de calidad para toda la población, ha generado una respuesta
muy heterogénea en relación con cuales deben ser las características
que debe tener la educación que se ofrezca en los espacios rurales.
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costumbres, creencias, formas de producción, entre otras) que pernean
una forma de hacer y pensar el mundo que difiere de las formas en que
se presenta la cultura en el mundo urbano.1
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abierto a los cambios y requerimientos del mundo moderno y local en la
medida que reconoce y se reconoce en la particularidad del mundo rural
latinoamericano.
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vulnerabilidad en las familias y bajos logros en la educación de los niños,
las niñas y los adolescentes.
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En Perú por ejemplo se creó en el 2001, la Oficina para el Desarrollo
Educativo Rural (OER) que coordina el Programa Estratégico de
Educación en las Áreas Rurales, en Venezuela en ese mismo año fue
creada la Dirección de Educación Rural, en Ecuador el Ministerio de
Educación y Cultura tiene una Dirección de Educación Rural. En
Argentina el Ministerio de Ciencia y Tecnología definió entre las
prioridades de política educativa para el período 2004-2007 una serie de
temáticas que se relacionan con la educación en la ruralidad; en Chile,
en el marco del proceso de Reforma Educativa (1992) se está
ejecutando un Programa de Educación Rural y en Colombia el Ministerio
de Educación Nacional de Colombia, formuló el Proyecto Nacional de
Educación Rural que desde el 2001 se encuentra en su segunda fase.
3. La educación No Formal
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Las deficiencias en cobertura de los sistemas de educación formal en las
áreas rurales, tanto en las décadas pasadas como en la actualidad, el
desafío de lograr una “educación para todos” implica la realización de
un esfuerzo de mayores dimensiones en materia de educación no
formal, como alternativa para la educación básica rural y en algunos
casos como complemento y en asocio con ésta.
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desarrollo de la región, por lo que se debe promover la capacitación de
los recursos humanos, articulando educación, trabajo y producción.
Calidad de la educación
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• Desarrollar proyectos a partir de las demandas de educación en
función de la edad, los requerimientos del trabajo productivo y las
particularidades de cada región.
Bibliografía
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