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En el Centro Cultural El Monte de Cajasol, Sevilla, se celebró el 30 de enero de 2008 el acto público de
entrega del premio del concurso de ideas Memorial Merinales, con la participación de un centenar de
personas y presidido por Cecilio Gordillo, Coordinador Grupo de Trabajo “Recuperando la Memoria de
la Historia Social de Andalucía” de CGT.A y Ángel Díaz del Río, Decano del Colegio de Arquitectos de
Sevilla, así como la intervención de varios miembros del jurado, Mari Villa Cuadrado Jiménez, Marcelo
Martín, y Gonzalo Acosta. Del trabajo realizado como integrante del jurado surge el presente texto
reelaborado como artículo en exclusiva para la AIP
Marcelo Martín
Arquitecto, consultor en Interpretación del Patrimonio
Pero también es muy común ver sitios o edificios relacionados con tribunales de la
inquisición, cárceles, cuarteles militares, alojamientos de marginados o inmigrantes,
campos de batallas, campos de concentración, etcétera, devueltos a esa visión positiva
del patrimonio a través de rehabilitaciones históricas y/o cambios de funciones que
reintegran dichos edificios en una actualizada vida cultural, inclusive careciendo u
olvidando, a veces, la función y el simbolismo que aquellos lugares o equipamientos
tuvieron en su época de pleno uso.
El siguiente paso sería hablar de lugares de la memoria, este término tiene en sus
orígenes el trabajo de recopilación realizada por Pierre Nora, Les Lieux de Mémoire, en
tres tomos para hacer un inventario de los lugares y objetos en los que se encarna la
memoria nacional de los franceses en torno al bicentenario de la Revolución Francesa.
En Francia, Italia, Alemania o Chile y Argentina hay lugares de la memoria en los que
se conserva el pasado, se le comunica a las nuevas generaciones y se reflexiona sobre su
actualidad.
En esta misma línea nos habla el artículo “Los lugares de la memoria: materialidad y
‘justicia radical’ en las postdictaduras del Cono Sur y de España”6 sosteniendo que los
lugares de la memoria, tal como los entiende Nora no pueden dar cuenta de los dilemas
y dificultades teóricas que presenta la escena de postdictadura en España, Uruguay o
Argentina, entre otras cosas porque, como advierte Hugo Achugar, “el monumento, en
tanto hecho monumentalizado, constituye la celebración del poder, de poder tener el
poder de monumentalizar” y lo que la memoria de las dictaduras trata de combatir es
justamente el poder omnímodo y terrorista del Estado, el poder de monumentalizar un
pasado traumático.
En definitiva, los lugares de la memoria, tal y como los entiende Pierre Nora, no
pueden ser un lugar para levantar las banderas de los fusilados o desaparecidos, porque
transforman, como en una operación de quiromancia, la memoria de los hombres en
memoria de las cosas, fetichizan, como diría Marx, la materialidad de la memoria. De la
misma manera, la teoría de los lugares de la memoria transforma la memoria de los
hombres y mujeres, en memoria abstracta de las cosas, en valor de cambio. Así lo
explica Remo Bianchedi7: los monumentos recuerdan a otros monumentos, cuando su
función es hacer ver y no hacerse ver. El cuerpo físico del monumento reemplaza al
cuerpo/los cuerpos que se procura recordar. El monumento es la mejor manera que una
sociedad adopta para, precisamente, hacer desaparecer el sentido de aquello que se
evoca. En las plazas, en las ciudades, los monumentos se comunican con otros
monumentos de otras ciudades, de otras plazas. (Le memoria es un lugar).
2. Rupturas
Estas rupturas incluyen, también, la pérdida de vinculación con los sitios donde se
produjeron hechos y circunstancias terribles que iban mucho más allá de la privación de
libertad sino que los presos generaron una plusvalía económica con su trabajo esclavo.
Los lugares se diluyen hasta casi desaparecer físicamente, hasta dejar de formar parte
del paisaje en el que fueron motor de trabajo y desarrollo para otros que prefirieron
ignorarlo.
Sostengo que la IP es algo más que información, tratamos con significados, interrelacio-
nes, implicaciones e interrogantes sobre los objetos de divulgación (o rasgos
interpretativos) e intentamos relacionarlos con aquello que se encuentra en la
personalidad y la experiencia de las personas a las que va dirigida. La interpretación es
provocación; debe despertar la curiosidad, resaltando lo que en apariencia es
insignificante gracias al uso de todos los sentidos para construir conceptos y conseguir
reacciones en las personas11.
El lector puede encontrar muchas más definiciones y ampliación del concepto de esta
disciplina en artículos y publicaciones diversas, no podemos abundar más dado el límite
del tema que nos convoca.
De esta primera premisa se derivan las demás: para resolver problemas de impacto de
visitantes (control de público, puede superar la demanda y es mejor diversificar la
oferta); para ofrecer un servicio y una atención a los visitantes, tanto en la recepción de
los mismos a un sitio o espacio natural como a su partida; para brindar interpretación
básica de los valores y rasgos del espacio que, por su amplitud y complejidad no pueden
ser alcanzados de manera global en una visita o a lo largo de un recorrido. Por tanto en
este punto citamos a Jorge Morales12, se tiene como objetivos:
Encontrar nuevos caminos para interpretar y presentar una historia que no es la del
Holocausto, ni la de las dictaduras latinoamericanas y sus desaparecidos. Sobre un
sustento de investigación y difusión del conocimiento deben sentarse los principios de
nuestra especificidad en la memoria.
Para finalizar decir que la gente asiste a una experiencia interpretativa con todos sus
prejuicios, creencias y perspectivas políticas personales. Tener en cuenta sus distintas
opiniones y puntos de vista asegura que ellos juzgarán la experiencia con su propio
bagaje y esperan aprender algo. No debemos subestimar ni sobreestimar a la audiencia y
será, sin duda, una experiencia enriquecedora poder evaluar los resultados de su visita a
un patrimonio singular, cuya vinculación con la sociedad representa un reto profesional
poco transitado en nuestro país.
1. Este concepto puede atribuirse a Pierre Nora, historiador francés, conocido por sus
trabajos sobre la identidad francesa y la memoria, el oficio del historiador así como su
papel en la edición en ciencias sociales.
10. BERNAL, Antonio Miguel, “Prólogo” en El Canal de los Presos (1940-1962), Ed.
Crítica, Colección Contrastes, Barcelona, 2004.
11. GUERRA ROSADO, Francisco, SALAS ROJAS, Juan Manuel, MARTÍN, Marcelo,
“La Interpretación del Patrimonio en la relación del Patrimonio y la Sociedad” en La
gestión creativa del Patrimonio Cultural en el medio rural. Apuntes y
casos desde el contexto local andaluz, Asociación para el Desarrollo Rural de
Andalucía (ARA), Sevilla, 2008.
16. http://www.memoriando.com/noticias/701-800/726A.html