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1977: LA REVOLUCIÓN PERDIDA

Hossam el-Hamalawy
(Arabawy.org)

El año 1976 fue, más o menos, un ensayo general para el levantamiento de 1977. Las condiciones
económicas fueron bien descriptas en la declaración del ministro de Hacienda cuando dijo que 1975 había sido
el "peor año económico en la historia moderna de Egipto". El Primer Ministro pidió más medidas de austeridad
y buscó la ayuda de los "hermanos árabes".1 Egipto estaba al borde de un estallido social.
En marzo, violentos enfrentamientos tuvieron lugar entre huelguistas y la policía en la ciudad de Damiette,
en el delta del Nilo, cuando los trabajadores se manifestaron para exigir el pago de sus salarios atrasados por 18
días. El régimen, bajo presión, liberó a los trabajadores detenidos y respondió a sus demandas. En mayo, los
trabajadores de una fábrica militar se declararon en huelga y ocuparon la fábrica debido a un conflicto
relacionado con los salarios y las condiciones de trabajo. Los trabajadores mostraron un alto nivel de
combatividad, negándose a negociar con el Ministro de Defensa, que rodeó la empresa de fuerzas militares. Por
su parte, los trabajadores amenazaron con volar la fábrica. Finalmente, el ministro sucumbió a las demandas
obreras. En el mes siguiente, miles de trabajadores del automóvil se declararon en huelga exigiendo su cuota de
participación en las ganancias.2 Las huelgas se extendieron a la mayoría de los centros industriales, con paros
en la fábrica de transporte ligero de Helwan, en la Textil Misr, en la Compañía de Tabaco El-Sharqyya, en el
Arsenal Naval de Alejandría y en el Puerto Said. Eventos similares a la huelga de Mahalla, en 1975, se repiten
en Kafr el-Dawwar, con ocupaciones de fábrica y enfrentamientos violentos que conducen a varios trabajadores
heridos y muertos. Estos enfrentamientos fueron acompañados por un levantamiento contra la brutalidad
policial en la ciudad de Manzallah, en el Delta del Nilo, donde hordas de ciudadanos tomaron las comisarías de
Shoubra el-Kheima, el-Sayyeda Zeinab y el-Darb el-Ahmar. Por último, en un movimiento que demostró
claramente la erosión de la legitimidad de Sadat, los trabajadores de transporte público de El Cairo se
declararon en huelga a menos de 24 horas de la reelección del presidente (en una farsa de referéndum, cuyos
resultados fueron del 99% por el “Sí”), paralizando por dos días la ciudad.3

EL DISPARADOR

En la noche del 17 de enero de 1977, el Viceprimer Ministro, Dr. Abdel-Moneim el Qaissouny, se dirigió al
parlamento, seguido por el ministro de planificación para presentar el plan anual de desarrollo socioeconómico;
finalmente, el Ministro de Hacienda presentó el balance de las administraciones públicas para el año 1977.4 Los
nuevos planes gubernamentales significaban un aumento directo de los precios de varios productos básicos, la
eliminación de 277 millones de LE en subsidios. Los productos básicos tenían la parte del león de las
subvenciones eliminadas, por un monto 205,6 millones de LE.5 Las declaraciones ministeriales impactaron
primero en los distritos obreros y pobres, como “los ciudadanos y los trabajadores de montaje de algunos
sectores de Alejandría, El Cairo y, en especial, en el distrito industrial de Helwan en la noche del 17”.6

EL LEVANTAMIENTO

El inicio de los Eventos


En la mañana del 18 de enero, la noticia de la reducción, o eliminación, de los subsidios se diseminó a través
de la radio y los periódicos. El público comenzó a sentir el impacto directo de la suba de precios con el aumento

1
Shoukri, Ghali. Al-Thawra wa ‘l-Thawra el-Moddadda fi Misr (Revolución y contrarrevolución en Egipto). Kitab El-Ahali. Nº
15. Cairo: El-Ahali Septiembre de 1987, p 217.
2
Abbass, Mahmoud. Al-Niqabat al-‘ummalya al-Missrya: Ro’ya Thawrya (Los sindicatos egipcios: una visión revolucionaria).
Korrassat Ishtirakyya, Nº 3. Cairo: n.p., 1996, p 61.
3
Shoukri, 259, 345.
4
Abdel-Razek, Hussein. Misr fi el-Thamen ‘Ashar wa ‘l-Tasse’ ‘Ashar min Yanayer: Derassa Siyassya Watha’eqya (Egipto el 18
y 19 de Enero: Un estudio político documental). Beirut: Dar El-Kalema 1979, p 70.
5
Ibid., 71.
6
Sa’ad, Ahmad Sadek. Derassat fi ‘l-Ishtirakyya ‘l-Missrya (Estudios sobre el socialismo en Egipto). Cairo: Dar El-Fikr El-Gadid
1990, p 340.
del gas, el petróleo, el tabaco, el azúcar, el pan, arroz, los fideos y de las tarifas de los taxis. 7 El levantamiento
comenzó.
Al sur de El Cairo, los trabajadores de Helwan tomaron la iniciativa. Antes de las 9 de la mañana, miles de
personas se declararon en huelga en la fábrica textil Misr-Helwan, y tomaron las calles del barrio industrial.
Trabajadores de otras fábricas, especialmente los de las fábricas militares, se les unieron rápidamente. Se
coreaban consignas contra las suba de precios, se instaba a derrocar al gobierno y se expresaba la hostilidad y
el rencor contra Sadat y su familia.8
Al mismo tiempo, los trabajadores de Shoubra el-Kheima, al norte de El Cairo, se declararon en huelga,
ocuparon las fábricas y pararon la producción. Los trabajadores de Delta Steel Company emitieron una
declaración irónica para el presidente Sadat, donde decían: "los trabajadores de la Delta Company le damos las
gracias por aumentar los precios, y levantamos el lema: ‘más subas de precios para más hambre y pobreza’.”
Los estudiantes de ingeniería de la Universidad de Ain Shams organizaron una conferencia para denunciar los
aumentos de precios que dio lugar a una movilización hacia el Parlamento, junto a estudiantes de otras
facultades, expresando el rechazo a las nuevas medidas económicas. Al pasar por la calle al-Geish se les
unieron mujeres de los barrios populares. Los funcionarios públicos y estudiantes de la Universidad de El Cairo
se unieron a la manifestación en la Plaza Tahrir, junto con las manifestaciones procedentes del sur y el oeste de
El Cairo.
Humanos en masa se dirigieron al Parlamento coreando consignas contra el régimen. Una delegación de
estudiantes entró en el edificio para presentar un conjunto de demandas a los parlamentarios. Al no regresar
rapidamente, los manifestantes, con las mujeres a la cabeza, se enfrentaron a los guardias pensando que la
delegación había sido detenida. La policía respondió violentamente, dispersando a los manifestantes que
hicieron pequeñas demostraciones en Garden City y otros distritos.9
En Alejandría, las manifestaciones se desataron alrededor de las 9 de la mañana, bajo la dirección de los
trabajadores del Arsenal Naval. Se les unieron rápidamente los trabajadores de las fábricas vecinas. Los
manifestantes se lanzaron por las calles de la ciudad, en dirección a los barrios de la Universidad de Alejandría,
donde miles de estudiantes salieron a unirse a la marcha.
Las manifestaciones, huelgas y enfrentamientos se extendieron a Mansoura, Quena, Suez, Aswan y la
mayoría de los centros urbanos de Egipto.10

La Violencia
Dos días antes del levantamiento, el ministro del Interior se dirigió al Parlamento y comentó sobre los
disturbios y enfrentamientos entre ciudadanos y la policía que se produjeron en la pequeña ciudad de Billa, en
el Delta: “en cualquier lugar, la presencia de las Fuerzas de Seguridad Central con sus armas aumenta la tensión
de la situación”.11 A pesar de esta observación, el Ministerio del Interior movilizó miles de soldados del FSC
para reprimir a los manifestantes el 18 de enero. Uno de los testigos de los hechos confirma: “Hasta la noche
del 18 de enero, las manifestaciones fueron pacíficas. Sin embargo, alrededor de las 7 de la tarde, y después de
una serie de enfrentamientos con la FSC, los acontecimientos en algunos lugares se volvieron violentos y se
pasó al sabotaje”.12
Una de las revistas cercanas al gobierno de entonces, informaba sobre los incidentes: “Manifestantes
intentaron cortar las líneas de tren entre El Cairo y Alejandría poniendo una gran cantidad de neumáticos
quemados en las vías. Esto provocó el incendio de las conexiones en una de las líneas de larga distancia. Los
saboteadores también incendiaron la Estación Kobri Lamoun, causando el paro de los trenes suburbanos. En
Giza, los manifestantes tuvieron éxito en el corte de las líneas entre El Cairo y el Alto Egipto, colocando barras
de hierro y farolas rotas en la parte superior de las vías del tren”.13
La revista añade: “Los manifestantes destruyeron la principal estación de gasolina en la Plaza al-Galaa;
destruyeron parte del Hotel Sheraton; prendieron fuego a la Estación de trenes de Imbaba y a los trenes que
transportan las cosechas a los almacenes. Además de eso, los manifestantes prendieron fuego al conjunto de los
casinos de la calle el-Haram, destruyendo completamente Arizona, Nadi ‘l-Leil y Operge [clubes nocturnos].
En el centro de El Cairo, los manifestantes atacaron la sede del Partido Socialista Árabe de Egipto [partido del
7
Abdel-Razek, p 72.
8
Sa’ad, p 341.
9
Sa’ad, p 341-2.
10
El-Guindy, Mohammed Youssef. Massiret Hayati (El trayecto de mi vida). Cairo: Dar El-Thaqafa El-Gadidah, 2001, p 92.
11
Abdel-Razek, p 95
12
El-Guindy, p 95.
13
October (Cairo) 23 January 1977, Nº 13: p 4.
gobierno], en al-'Attaba, quemando lo que estaba dentro. También intentaron asaltar [en el área] la comisaría de
policía, rompiendo sus ventanas. Por otra parte, los manifestantes, con parte del Ópera Casino en llamas,
rompieron las ventanas de los comercios en la plaza. Una de las manifestaciones logró llegar a la sede del
Ministerio del Interior. El FSC respondió con munición real y gases lacrimógenos para dispersarla... En la Plaza
al-Geish, los manifestantes incendiaron neumáticos dentro de los comercios”.14
En Alejandría, los manifestantes prendieron fuego la sede de la ASU, en el distrito de Menshiyya. Mientras
que en Suez, los manifestantes trataron de incendiar la estación ferroviaria, logrando detener el movimiento de
trenes por completo. También atacaron la estación de policía del distrito al-‘Arba’aeen, apoderándose de las
armas y las municiones.15
El sabotaje, sin embargo, apenas se informó en las zonas industriales. El 19 de enero, en Giza, alrededor de
las 7 de la mañana, los trabajadores del turno de noche de la fabrica Textil al-Shourbagy de Imbaba retrasaron
sus vacaciones con el fin esperar a los trabajadores del turno mañana. Una vez reunidos en asamblea,
decidieron ir a la huelga y recorrer otras fábricas de la zona para animarlos a unirse a su medida. Se dirigieron
a la fábrica de lana al-Sharq Wool, para confraternizar con los trabajadores textiles. La manifestación creció
en tamaño, adhiriendo los talleres gráficos Amirryaa de la misma zona.16 Alrededor de las 8 de la mañana, los
trabajadores del primer turno de la Synthetic Silk Company y de la Fábrica Militar Nº 45 fueron a la huelga. Se
reunieron en asamblea y, a continuación, organizaron una manifestación. El transporte entre Helwan y El Cairo
se detuvo después de que grandes rocas, tomadas de las aceras de la calle, fueron colocadas en las vías del tren.
La policía dispersó una manifestación de trabajadores de Helwan, en frente de la estación de los trenes que
llevan a las fábricas, por lo que los trabajadores marcharon hacia el centro de la ciudad. Además, en la misma
mañana, los trabajadores de la fábrica Sugat se declararon en huelga, y empezaron a manifestarse en las calles
de Hadayeq ‘l-Qobba. Poco después, las manifestaciones habían envuelto a la ciudad entera, con los
manifestantes atacando y asaltando las instituciones gubernamentales, especialmente las comisarías, los
organismos de seguridad, los transportes públicos y privados, los hoteles cinco estrellas, los casinos y los
bancos. Varios enfrentamientos sangrientos tuvieron lugar entre manifestantes y la policía que quería evitar
que se apoderaran de las armas almacenadas en las comisarías.17
Por la tarde, las demostraciones continuaban imponiéndose. Un gran número de trabajadores y estudiantes se
reunieron en la Plaza Tahrir, en dirección al parlamento, rechazando las órdenes de la policía de dispersarse.
Similares manifestaciones militantes se produjeron en al-‘Attaba, al-Darb ‘l-Ahmar y Sayyeda Zeinab. En
algunas zonas también fueron atacadas las Sociedades de Consumidores del gobierno.18
Parte de las manifestaciones se dirigieron al Palacio Presidencial en Abdeen. La multitud, espontáneamente,
intentó confraternizar con los soldados al grito de: "mi hermano soldado del ejército, el pueblo está descalzo y
con ropa ordinaria!"19
En la Plaza de Giza se produjeron sangrientos enfrentamientos entre la policía y los manifestantes,
convirtiéndola en un campo de batalla.20 Las manifestaciones de Giza se dirigieron a la casa del presidente, que
estaba cerca de la Universidad del Cairo. Los estudiantes coreaban consignas contra el gobierno, criticando al
mismo Sadat , pidiendo su dimisión ya que el "pueblo egipcio no necesita un gobierno que roba el pan!".21
En la noche del 19 de enero, el régimen canceló los decretos que habían desencadenado los acontecimientos
y ordenó a las unidades del ejército salir a las calle para reprimir las manifestaciones. Esta doble táctica causó
un impacto drástico en los hechos, dando lugar a la retirada de las masas.
Sin embargo, según señalaban los informes de la policía, la sublevación no se detuvo hasta la mañana del 20
de enero: “Los manifestantes continuaron sus asambleas y avanzaron sobre el distrito de Imbaba. La multitud
trató de atacar a las fuerzas cuando trataron de hacerles frente. Estas multitudes se concentraron en [los distritos
de] Kit Kat y al-Mounira. Durante ese tiempo, alrededor de las cinco de la tarde de ese día [19 de enero] los

14
Ibid., p 4-5.
15
Ibid., p 5.
16
"Memorandum de la Agencia de Seguridad de Giza sobre los acontecimientos del 18 y 19 de enero en la Gobernación de Giza y
su evolución”, incluido como apéndice documental en Abdel-Razek, 'wa Ashar' fi Misr el-Thamen 'l-Tasse"Ashar min Yanayer, p 197
17
Sa’ad, p 347.
18
Ibid., p 347-8.
19
Ahmad El-Massry, 48 Sa’a Hazzat Misr: Ro’yet Shahed ‘Ayan (48 horas que conmovieron a Egipto: el relato de los testigos)
(Cairo: Matbou’at El-Tadamon 1979), p 30.
20
Ibid., p 348.
21
“Enzal al-Jaysh al-Misri Ila Shaware’ al-Qahira (El ejercito egipcio desciende a las calle de El Cairo),” El-Syassa (Kuwait) 20
January 1977, p 13.
manifestantes incendiaron dos carros y sabotearon la oficina de Administración de la Estación de Kit Kat . Los
enfrentamientos entre la multitud y la policía continuaron hasta las 2 AM del día siguiente, 20/1/1977”.22
Un periódico informaba el 20 de enero: “Las manifestaciones violentas continuaron ayer en El Cairo y
Alejandría hasta altas horas de la noche. Muchos [de los manifestantes] resultaron muertos y heridos, además
de la detención de cientos de personas”.23

El sabotaje
Un memorandum de la policía egipcia sobre los eventos del 18 y 19 de enero declara que hubo un incendio
en la fábrica textil al-Shourbagy de Imbaba. Sin embargo, el informe también señala el rol de la trabajadores de
la fábrica en “el control y la extinción de la propagación del fuego en colaboración con los bomberos." 24
Esa escena, como otras, apunta a la concentración del sabotaje en los barrios pobres, marginales y el centro.
Casi no había informes sobre incidentes de sabotaje en los distritos industriales y las principales universidades
de El Cairo y Alejandría. Por el contrario, hubo varios informes sobre los intentos de los trabajadores y los
estudiantes para dejar de sabotear las operaciones. Un periódico informó, el 20 de enero, que "la mayoría de los
manifestantes en la mañana del día anterior eran jóvenes. Los estudiantes y los trabajadores trataron, sin mucho
éxito, de detener los incidentes de saqueo y robo".25
Así lo confirma Shoukry: “Ni una sola universidad nacional, instituto o escuela fue saboteada. Ninguna
fábrica fue saboteada y ninguna máquina fue destruida... Los manifestantes incluso encontraron tiempo para
mover de la calle un simple carro de madera perteneciente a un vendedor ambulante, por temor a que lo
dañen”.26
Varios observadores y testigos han señalado una amplia participación activa jóvenes en los incidentes de
saqueo y sabotaje. Un periodista escribió: “El 19 de enero, tuve que volver a casa del... [trabajo] ...a pie,
pasando por la plaza Tahrir y la calle Qasr 'l-Einy. En todo el camino hubo batallas entre decenas de jóvenes y
de las fuerzas de seguridad”.27
Un periodista francés, que fue testigo de los hechos, escribió: “Los niños pequeños, usando gallabyyas
sucias, pasaban desapercibidos ante los soldados. De pronto los niños comenzaron a correr gritando y arrojaban
cócteles molotov contra los tanques. Los soldados empezaron a disparar, pero los niños desaparecieron”.28
Un militante de izquierda que participó del levantamiento describe el comportamiento de los menores: "Tan
pronto como los vagones [de la FSC] pasaron, miles de niños, que aparecieron de la nada, les propinaron una
lluvia de piedras y rocas".29 El-Guindy recuerda que cuando él pasaba por una de las calles de El Cairo "había
muchos niños que lanzaban piedras a los coches. Al ver mi coche, lo apedrearon mucho".30 Al-Ahram señaló
que en el sur de El Cairo el 15% de los detenidos eran menores de edad, de menos de 15 años, y el 20%
menores de 18 años. El porcentaje de estudiantes, entre los menores de edad, fue de menos del 10%.31

EL RÉGIMEN EN CRISIS

Al comentar sobre el levantamiento, Shoukri describe la crisis del régimen de una manera metafórica:
“durante el 18 y 19 de enero, el régimen pasó la noche a la intemperie. Si el viejo régimen se quedó en su lugar,
fue sólo porque nadie intervino para llenar el vacío de poder”.32
El régimen parecía inseguro, indeciso y confundido frente a la sublevación.
Las divisiones dentro del régimen comenzaron en la noche del 17, ante el anuncio de las resoluciones en el
Parlamento. Miembros del partido gobernante declararon su oposición a los decretos gubernamentales,

22
El memorandum citado en Abdel-Razek, Misr fi el-Thamen ‘Ashar wa ‘l-Tasse’ ‘Ashar min Yanayer, p 198-99.
23
“Qatla wa Jarha wa E’teqalat fi Misr (Homicidios, lesiones y detenciones en Egipto),” El-Syassa (Kuwait) 20 January 1977, p
1.
24
El memorandum citado en Abdel-Razek, Misr fi el-Thamen ‘Ashar wa ‘l-Tasse’ ‘Ashar min Yanayer, p 198.
25
“Enzal al-Jaysh al-Misri Ila Shaware’ al-Qahira.”
26
Shoukri, p 350.
27
Lotfi Abdel-Azim, “Hatta La Ta’oud Hadhehi al-Maasah” (Que la tragedia no vuelva a ocurrir), Al-Ahram Al-Iqtisadi (Cairo)
February 1977, p 4.
28
Shoukri, p 350.
29
El-Masri, p 27.
30
El-Guindy, p 93.
31
Al-Ahram, 23 de enero de 1977, citado en Sa’ad, p 351-2.
32
Shoukri, p 354.
criticando su contenido y a quienes los aprobaran de ser presentados al parlamento. Algunos, incluso, llegaron
al extremo de criticar las políticas generales del régimen de conjunto.33
En la noche del 18 de enero, y bajo la presión de la militancia obrera, la junta ejecutiva de la Federación
Egipcia General de Sindicatos (EGFTU) se reunió para emitir una declaración en contra de los decretos,
declarando que "rechaza con total determinación los incrementos de precios decretados y, en esencia, pide su
revocación".34 Una declaración significativa, ya que el EGFTU no es un sindicato en el sentido propio del
término, sino que es el brazo del gobierno dentro de la clase obrera. Durante los eventos, era dirigido por el
Ministro de Trabajo, que se encontraba en el mismo gabinete que emitió los decretos.
En el Alto Egipto, el presidente Sadat pasaba sus vacaciones en su casa de descanso invernal en Asuán. A
pesar de los primeros informes que confirmaban el restablecimiento de la calma y la estabilidad, Sadat vio con
sus propios ojos airadas manifestaciones en dirección a su casa de descanso. Inmediatamente, él "salió
corriendo dejando todo, incluso los documentos oficiales".35
Tan pronto como Sadat dejó Aswan en su avión, corrieron rumores de que huyó a Sudán en busca de refugio
en el régimen de Numeiry. Después de varias horas, el avión de Sadat aterrizó en un lugar desconocido. Heikal
confirma que el régimen estaba en un estado de confusión, cuando el Primer Ministro pidió al Ministro de
Guerra, Abdel-Ghani El-Ghamasi, que sacará al ejército a las calles. Sin embargo, "El Mariscal El-Ghamasi
inicialmente rechazó la idea de que el ejército participara en la represión de las manifestaciones".36
Como resultado, la policía no era ya capaz de controlar las calles. La Central de Seguridad en El Cairo "dijo a
todas las gobernaciones: dependen de si mismas... no tenemos un solo policía o una sola ambulancia para
ayudarlos".37
El Ministro de Guerra recién aprobó el envío del ejército a las ciudades después de una petición personal del
propio Presidente Sadat y la revocación de los decretos. En la noche del 19 de enero: “El ejército comenzó a
moverse, precedido de los anuncios constantes de la radio y la televisión que decían que el presidente había
ordenado la reversión de las recomendaciones del Grupo Económico, que dieron lugar a la suba de precios. La
clara coincidencia entre el anuncio y el envío del ejército a las calles es un punto importante. Este punto de
coincidencia, aunque implícitamente, muestra el hecho de que los responsables de las decisiones no estaban
seguros de que los soldados soportaran descender a las calles para enfrentar las manifestaciones mientras
que las resoluciones sobre los incrementos de precios siguieran en vigor.” (El énfasis es mío)38
Uno reporte de un periódico extranjero señalaba: “... la desmoralización que sienten las tropas del ejército
estacionadas cerca de El Cairo para la represión de las manifestaciones, es lo que obligó al gobierno a retirar las
tropas de los batallones estacionados en la frontera con Israel”.39

EL PAPEL DE LA IZQUIERDA COMUNISTA

Abdel-Satter El-Taweela, un intelectual egipcio, escribió que "los sucesos del 18 y 19 de enero han tomado
por sorpresa a todas las fuerzas políticas, incluso el partido del gobierno. Por lo tanto ninguna organización fue
capaz de controlar o dirigir el movimiento espontáneo [es decir, los eventos]".40 Una revisión de los hechos
confirma esa conclusión, especialmente en relación con las organizaciones comunistas.
El análisis anterior no niega el hecho de que varios activistas de izquierda y simpatizantes participaron en el
levantamiento. Se recibieron varios informes que toman nota de la dirección marxista de manifestaciones y
huelgas de trabajadores41 y estudiantes.42 A su vez, el único folleto que apareció durante el levantamiento fue
escrito por el Club del Pensamiento Socialista Progresista (CPSP), vanguardia de los estudiantes comunistas de
la Universidad de El Cairo. Bajo el título "Unámonos contra los decretos del gobierno", el folleto declaraba que
"ahora no tenemos otra opción que continuar, con nuestra voluntad de hierro, las huelgas y manifestaciones,
para presentar al gobierno dos opciones: sucumbir y anular los decretos, o renunciar".43 Por otra parte, muchas
33
Abdel-Razek, p 72-5.
34
Ibid., p 87.
35
Mohammed Hassanein Heikal, Kharif al-Ghadab (El otoño de la furia) (Cairo: Al-Ahram 1988), p 187.
36
Ibid., p 188.
37
Bahaa-Eddin, p 126.
38
Ibid., p 189.
39
Sa’ad, p 350.
40
Abdel-Sattar El-Taweela, Al-Sadat Alladhi ‘Araftoh (Sadat sabía) (Cairo: El-Hayaa El-Missryya El-Amma Lel Ketab 1992), p
211.
41
Sa’ad, p 341.
42
El-Masri, p 11,14.
43
Una fotocopia del folleto está incluida en Ibíd.
de las consignas coreadas por los manifestantes durante el levantamiento fueron, esencialmente, de izquierda,
tales como: "somos el pueblo con los trabajadores, contra la alianza del Capital", "Oigan ladrones de infitah, la
gente se muere de hambre y no tiene consuelo ",44 " Estados Unidos! Retiren su dinero mañana, el pueblo árabe
se cansó de ustedes", "Nosotros somos el pueblo con los trabajadores, contra el gobierno de la explotación".45
Esas consignas planteadas durante el levantamiento eran las mismas consignas que cantaban los estudiantes
universitarios en los años anteriores.46
La tradición de organización y agitación establecida previamente por la izquierda va a influenciar, en gran
medida, los esfuerzos de movilización. Los trabajadores y estudiantes manifestándose ante el Parlamento eran
una reproducción ampliada de las manifestaciones de los trabajadores de Helwan y los estudiantes de la
Universidad de El Cairo, dirigidos por la izquierda hacia el mismo lugar en 1976. Además, sugiero que los
intentos de confraternizar con los soldados y las consignas sobre la opresión de clase coreadas, jugando con sus
melodías [es decir, de los soldados], fueron directa o indirectamente puestos en marcha por la izquierda. Pero
eso no es todo.
"Aunque miembros de organizaciones de izquierda estaban aquí y allá, tratando de intervenir y dirigir el
movimiento espontáneo... su influencia era débil".47 En efecto, la presencia de las organizaciones de izquierda
egipcia en el levantamiento fue muy débil, hecho admitido por las propias organizaciones. El órgano del Partido
Comunista de los Trabajadores de Egipto (PCTE), al-Intifad, expresaba en la edición de 5 de marzo de 1977
una auto-crítica por el desempeño del partido en el levantamiento: “Nuestro partido no gestionó de manera
eficiente sus raíces dentro de las clases populares. Es por eso que estuvo ausente de responsabilidades en la
tarea de organizar y preparar la insurrección del pueblo, el 18 y 19 de enero, que fue una rebelión violenta
contra los decretos económicos del gobierno”.48
El-Guindy recuerda en sus memorias: "a pesar de que no participé en las manifestaciones que estallaron el
18 y 19 de enero, yo estaba entre los detenidos. Ese fue el caso de la mayoría de los [activistas] detenidos".49
Sa'ad confirma la opinión anterior: "Desde el aspecto organizativo, [el levantamiento] fue sobre todo
independiente de la izquierda (además de los estudiantes iniciales y de las manifestaciones de trabajadores)".50
La crisis de la izquierda por su incapacidad para relacionarse con el levantamiento no sólo fue causado por
su falta de organización, sino que también se debió a una orientación ideológica que le impidió comprender
la naturaleza de los hechos. Su intervención exhibe un nivel de oportunismo, con miras a obtener algunos
beneficios políticos a través de la auto-proclamación. No logró captar el espíritu de la rebelión, que era
"derrocar al régimen de Sadatista".51 En los años anteriores, la izquierda no había preparado en sus círculos el
llamado a derrocar al régimen, a pesar de la escalada de enfrentamientos contra el régimen y las protestas de los
estudiantes y los trabajadores. En cuanto a la izquierda radical, representada por el PCTE, se limitó a las
demandas reformistas que estaban muy por debajo de las potencialidades de la sublevación.52
Uno de los líderes del Partido Comunista Egipcio (PCE) declaró: "Nuestro partido no planteó la consigna de
derrocar al régimen, ni lo requería. Nuestra posición sobre el régimen es clara. Estamos luchando contra el
ala clientelista en el interior del régimen... Nuestra lucha principal se centra en la formación del un amplio
frente de las fuerzas patrióticas y progresistas [énfasis del líder del PCE]".53 Shoukri comentaba sobre la
declaración del PCE que "uno no puede dejar sorprenderse por ese análisis, anunciado después de los
acontecimientos".54 El Secretario General del Partido al-Tagammu [frente legal del PCE] hizo hincapié en la
visión anterior en una entrevista de la revista Roza ‘l-Youssef. Negó cualquier relación entre su partido y los
acontecimientos, y su liderazgo en las manifestaciones, citando el siguiente incidente como prueba: “El viernes
19 de enero leí sobre una marcha popular llamada por uno de nuestros comités de las gobernaciones. Así que

44
Ibid., p 13.
45
El-Guindy, p 91.
46
Ahmad Abdallah and Ahmad Bahaa-Eddin Sha’aban, Al-Haraka al-Tollabya al-Haditha fi Misr: Niqashat Ma’ Lafif Men al-
Qyadat al-Tollabya (El moderno movimiento estudiantil egipcio: debate con los lideres estudiantiles), Korrasat El-Geel no.2 (Cairo:
Markaz El-Geel), p 42-3.
47
El-Taweela, p 211.
48
Boletín interno del PCTE citado en Ahmed Nabil El-Helaly, Defa’an ’An al-Horryat al-Demoqratya (En defensa de las
libertades democráticas) (Beirut: Dar Ibn Khaldoun 1979), p 142
49
El-Guindy, p 95.
50
Sa’ad, p 385.
51
Ibid., p 361-2.
52
Ibid., p 377.
53
Declaración citada en Shoukri, p 360.
54
Ibid., p 360.
envié órdenes directas de prohibir esa marcha, para que no sea utilizada por infiltrados. La orden se ejecutó en
efecto”.55
Un repaso de la posición de la Izquierda comunista en el levantamiento muestra que las organizaciones
aparecen con "una existencia débil en el inicio del levantamiento. Entonces, las organizaciones trataron de
dirigir la sublevación, durante el 18 de enero, como si fuera una protesta más en los marcos del régimen
Sadatista. Por último, se retiraron del campo cuando la sublevación alcanzó su punto álgido, desertaron
mientras se ocurrían las últimas batallas sin ellos [es decir, las organizaciones]".56 Shoukri lo dice más
claramente: " la izquierda organizada, tanto clandestina como legalmente, no estuvo a la altura de los
acontecimientos históricos. Se quedó atrás antes de que [el levantamiento] ocurriera y después de que
ocurrió".57

CONCLUSIÓN

Los acontecimientos que tuvieron lugar los días 18 y 19 de enero de 1977 fueron la culminación de una
escalada de la lucha social desde abajo que el movimiento de masas de Egipto venía realizando desde años
anteriores, en lugar de ser el estallido de un motín sin ningún contexto. Sin embargo, la izquierda comunista
fracasó miserablemente en impulsar la lucha por la toma del poder debido a sus falencias organizativas e
ideológicas.
El levantamiento fue precedida por un movimiento social radical (de 1968 a 1973) que fue encabezado
principalmente por los estudiantes. La clase obrera llegó a ser la vanguardia del movimiento en una fase
posterior. Sin embargo, una vez que intervinieron, los trabajadores elevaron el movimiento a una nueva fase
más radicalizada y militante. Los trabajadores tendieron a iniciar su movimiento centrándose en cuestiones
"económicas" relacionadas con condiciones de trabajo y salarios. Con el avance de las huelgas, la politización –
que estaba implícita– comenzó a tomar su lugar. El caso particular de Egipto, con el control absoluto del
régimen sobre los sindicatos, los procesos de producción y la mano de obra, ayudaron a que estallara la
militancia anti-régimen. Los trabajadores salieron a la huelga por el pan y la mantequilla. Sin embargo, cuando
luchaban, se enfrentaban directamente a los administradores nombrados por el "gobierno", los dirigentes
sindicales designados por el "gobierno" y las fuerzas de seguridad del "gobierno". Eso ayudó a fundir las
dimensiones "económica" y "política".
La principal justificación del régimen y sus agentes para describir los acontecimientos como un "motín
pandillero" es el tema de la violencia y el sabotaje, pero debe hacerse algunas reservas aquí. En primer lugar, la
violencia fue provocada por la FSC; la violencia de las masas fue una respuesta. En segundo lugar, los
trabajadores y los estudiantes -pilares de las manifestaciones- no eran las principales fuerzas sociales que
llevaron al sabotaje. En tercer lugar, el sabotaje se llevó a cabo principalmente por los "infiltrados", como los
menores y el lumpen proletariado, los que no ocupan una posición dentro del proceso de producción y les falta
-a diferencia del proletariado- la disciplina fabril. En cuarto lugar, los objetivos principales del sabotaje no
fueron elegidos al azar, lo que en realidad reflejaba un alto nivel de conciencia de clase. Las comisarías de
policía son el símbolo de la opresión, donde los ciudadanos son sometidos a un trato brutal. Las instituciones
del gobierno y la sede del partido gobernante son los símbolos del régimen contra el que se reveló el pueblo, así
que es natural que se orientara a esas instituciones.
Shoukri añade que: “[Las masas se dirigían] a los casinos nocturnos, los grandes hoteles y las casas de
descanso de altos funcionarios, debido a que simbolizan la injusticia social y la doble moral, [y especialmente
a] las asociaciones de consumidores que contenían sus alimentos [es decir, de las masas] que eran saqueados
por la burocracia y los corredores”.58
Sin perjuicio de que los ataques fueron también dirigidos a los autobuses y tranvías del transporte público,
que todos los días son una "cámaras de tortura" para el pueblo egipcio, donde millones de personas van
"apretadas" como en "latas de sardinas" en su camino de ida y vuelta del trabajo. Los vehículos particulares
también fueron un blanco ya que simbolizan las diferencias de clase. Shoukri cita la siguiente anécdota:
“Las masas celebraron un simulacro de juicio al comediante Fouad El-Mohandess en el puente de Abul-Ela,
entre el aristocrático barrio de Zamalek y los tugurios de Boulaq. La única pregunta que le hacían era ‘¿cómo

55
La entrevista completa está incluida en Abdel-Razek, Misr fi el-Thamen ‘Ashar wa ‘l-Tasse’ ‘Ashar min Yanayer, p 188-195.
56
Sa’ad, p 380.
57
Shoukri, p 351.
58
Ibid., p 350.
podía darse el lujo de tener esto?’, señalando el coche de lujoso que conducía, mientras ellos ni siquiera podían
encontrar un lugar en el autobús”.59
La alienación que sentían los manifestantes por la propiedad privada y "pública" que les rodea es
brillantemente descrita por el periodista Sabri Abul Magd, que preguntó a uno de los muchachos que estaban
destruyendo los coches que pasaban por un puente: "¿por qué se quema su país?" El muchacho respondió:
"No es mi país! Es de otros!".60

59
Ibid., p 350.
60
Sa’ad, p 349.

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