SEGUNDA PARTE
la guerra
Ha Iegado una noticia de los caciques
De los caciques de la regidn celeste
Ensillame el caballo...
Por debajo de la tierra
legéme tal recado.
{Despiértame los nocetones
escéjanme los mejores caballos,
vamos a parlamentar,
a saludar a muchos caciques!:
Pues bien, mis nobles sefiores,
montemos nuestros caballos!
Pues bien, mocetén sargento,
El mando toma de tus tropas!
Camilo Melipan. Panguipulli, 1904,
133SHAT ROL
enidng islCAPITULO CUARTO
LOS MAPUCHES Y LA INDEPENDENCIA DE CHILE
La Independencia de Chile, como es natural, fue ajena a los mapu-
ches. Sin embargo, éstos se vieron envueltos en las gucrras entre patriotas
y realistas, cuando el escenario bélico s¢ trasladé al sur, A pesar de la au-
sencia indigena en la lucha contra Espafia, el tema “‘araucano” estaba
presente en el discurso patriota. Los criollos independentistas vicron en
la “guerra araucana’’ el antecedente inmediato de la lucha anticolonia
construyeron un discurso que retomaba las vicjas banderas de Lautaro y
Caupolicin, y que lamentablemente se contraponia a los hechos, ya que
los descendientes de los héroes de la Araucania se alinearon mayoritari:
mente en el bando realista, Este discurso contradictorjo marcara la vision
contemporanea de la sociedad chilena respecto a la sociedad mapuche.
No podra explicar —hasta el dia de hoy— como los descendientes de tan
preclaros guerreros fueron objeto de la guerra y el exterminio; en cl dis-
curso patriético se los muestra como partes de la constitucién heroica de
la nacion, y en la préctica cotidiana se los combate como rémora perni-
ciosa del pasado, como expresion viva de la barbaric. La Reptblica chile-
Na nace con un extrafio traumatismo cultural respecto a su pasado y
origen étnico,
Con la Independencia de Chile cambié radicalmente la visibn que de
los mapuches tenfa la sociedad circundante. Para los espafioles fueron
enemigos, extraitos en la medida que sus costumbres eran diferentes; se
los identificaba ademds como paganos, iddlatras, poligamos y, por tanto,
enemigos también de la cristiandad. Se reconocia el valor de los mapi
ches, como siempre en la historia se ha reconocido el valor de los enemi-
gos: una forma de reconocer el propio valor de los tercios de Espafia que
debfan enfrentarse a tamafio contrincante. Con excepcién de una que
otra crénica o escrito proclive a los mapuches —como el Cautivero Feliz—
todos se plantean en esta perspectiva: enemigos que hay que derrotar,
para los militares; infieles que hay que convertir, para los frailes,
La cuestién indigena cambid de tono a partir de la Independencia de
Chile, Los mapuches aparecen gestando los antecedentes de la nacionali-
(1) Elcanto del cpigrafe ha sido tomado de Lecturas Araucanas del P. Félix de Augusta. “Can-
to de parlamento con los caciques fimados (muertos). Valdivia. 1910.
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