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Motivación y Emoción

La motivación es la fuerza que activa y dirige el comportamiento y que


subyace a toda tendencia por la supervivencia. Las investigaciones actuales
centran principalmente su atención en los factores que activan y dan energía a
la conducta.

Las emociones son reacciones subjetivas al ambiente que van acompañadas


por respuestas neuronales y hormonales. Generalmente se experimentan como
agradables o desagradables y se consideran reacciones adaptativas que
afectan nuestra manera de pensar.

Por lo general, las teorías de la motivación se agrupan en 3 categorías. Las que


se centran en los factores biológicos incluyen las teorías basadas en los
instintos, los impulsos o las necesidades. Las otras 2 categorías acentúan la
importancia del aprendizaje y los factores cognitivos.

Cuando 2 o más motivos aparecen simultáneamente, pueden tener lugar 4


tipos de conflictos: aproximación-aproximación, evitación-evitación,
aproximación-evitación y múltiple aproximación evitación.

Los 6 tipos de comportamiento que los investigadores de la motivación


estudian más a menudo son el hambre y la alimentación, la sexualidad, la
agresión y el logro, la curiosidad y la activación.

El hambre y la alimentación: las sensaciones subjetivas del hambre están


relacionados con los niveles de insulina (un factor biológico): la insulina es
liberada cuando comemos y es importante para convertir la glucosa y los
hidratos de carbono de la sangre en energía; cuando los niveles de insulina son
elevados sentimos hambre.

La sexualidad: las 4 etapas de la respuesta sexual son: la excitación, la


meseta, el orgasmo y la resolución. El deseo sexual se activa por una
combinación de fisiología y aprendizaje.

La testosterona, uno de las andrógenos (hormonas sexuales masculinas), es


una fuente importante de la activación, tanto en los varones como en las
mujeres. En cambio, la hormona femenina, el estrógeno, está relacionada con
la activación sexual de muchas maneras: aprendemos a actuar de cara a los
demás observando a los que nos rodean, elegimos compañeros sexuales
basándonos en normas culturales que definen el atractivo y nos activamos en
situaciones que consideramos sexualmente excitantes.

La agresión: varias teorías intentan explicar la causa de la agresión, entendida


como un comportamiento que intenta dañar a alguien o a algo. Las teorías
biológicas señalan la implicación de varias estructuras cerebrales en la
regulación del comportamiento agresivo así como las hormonas y otras
sustancias químicas cerebrales, como la testosterona, el estrógeno y la
norepinefrina. Las teorías del aprendizaje se centran en lo que observamos, en
los actos de los demás y en los mensajes que recibimos de nuestra cultura.

La activación y la curiosidad: la activación es un estado fisiológico que


experimentamos como capacidad para procesar información, reaccionar ante
una emergencia y experimentar una gran variedad de emoción. La curiosidad
es un deseo de aprender cosas nuevas sobre nuevos hechos u objetos. Los
seres humanos son animales curiosos, que al parecer se activan según la
manera de procesar la información, sin ninguna recompensa, excepto la
satisfacción de su curiosidad.

El logro: los seres humanos disponen de niveles diferentes de motivación para


conseguir unos objetivos empleando su mayor esfuerzo. Esta necesidad de
superarse se puede medir con el Test de Apercepción Temática (TAT). Puede
en parte ser hereditaria, pero también se puede estimular con ciertas técnicas
o incentivos educativos. La ejecución individual es influida por el miedo de la
persona al fracaso o al éxito.

Teorías de la Emoción

Las 3 teorías más importantes sobre las emociones se basan en la fisiología,


las cogniciones y la interacción de factores físicos y mentales.

La teoría de James-Lange sugiere que basemos nuestros sentimientos en


sensaciones físicas, como el aumento del ritmo cardiaco y las contracciones
musculares.

La teoría de Cannon-Bard subraya que los sentimientos son puramente


cognitivos, ya que las reacciones físicas son las mismas para emociones
diferentes y no se puede distinguir una emoción de otra basándose en las
señales fisiológicas.

La teoría de Schachter-Singer mantiene que las emociones son debidas a la


evaluación cognitiva de un acontecimiento, pero también a las respuestas
corporales: la persona nota los cambios fisiológicos, advierte lo que ocurre a su
alrededor y denomina sus emociones de acuerdo con ambos tipos de
observaciones.

Cuando experimentamos una situación que creemos incontrolable nuestros


sentimientos serán más negativos que si entendemos poder controlar el
resultado, la sensación de control se relaciona con la sustancia química
norepinefrina.

BIBLIOGRAFIA
PAPALIA, Diane E. (1988). Psicología. México, Edit. McGraw-Hill/Interamericana.

Las Teorías Clásicas

W. James distingue 2 fenómenos en la emoción: que son los fenómenos


fisiológicos y los psicológicos llamado estado de conciencia.

En las teorías clásicas la emoción era tomada como trastornos fisiológicos, un


hecho de conciencia que tiene sentido y es considerado como una
determinación relacionando nuestro ser psíquico con el mundo.

Por ejemplo, Janet consideraba sólo las manifestaciones exteriores de la


emoción y las clasificaba en fenómenos psíquicos y fisiológicos.

Esta misma persona se arrepiente de reintegrar lo psíquico en la emoción y


esta es una teoría sencillamente mecanicista. Por esto Janet entra
directamente al conductismo puro pues presenta a las emociones no como un
desorden sino como una adaptación menor.

La conducta emocional no es un desorden, sino un sistema organizado que


tiende hacia una meta y se recurre a ésta para disimular, sustituir o rechazar
una conducta que no se desea y con esto se facilitan la explicación.

En este caso la actuación es una difícil solución, pues es preciso romper la


barrera general y aceptar una disminución del yo.

En las emociones se produce un debilitamiento que separa las capas profundas


y superficiales del yo, y aseguren el control de actos por la personalidad
profunda y causa la interrelación de lo irreal con lo real.

Teoría Psicoanalítica

La emoción solo se puede comprender buscando su significación y el simple


examen de hechos lleva a una especulación de la significación finalista de la
emoción.

Los psicoanalistas no afirman que la emoción pueda ser comprendida


totalmente, ya que siempre hay una analogía interna entre el hecho consciente
y el deseo que éste expresa.
El psicoanálisis se cerciora del éxito tomando en cuenta todos los hechos de
conciencia en términos de comprensión, pues busca la relación intra-
inconsciente entre la simbolización y símbolo.

"No solo somos conscientes de esa finalidad de la emoción sino que también
rechazamos la emoción con todas nuestras fuerzas y nos invade a pesar
nuestro. Una descripción fenomenológica de la emoción tiene obligación de
hacer desaparecer esas contradicciones."

Bosquejo de una teoría fenomenológica

Para la mayoría de los psicólogos ocurre como si la conciencia de la emoción


fuera ante todo una conciencia reflexiva; es decir, como si la forma primera de
la emoción como hecho de conciencia consistiera en aparecernos como una
modificación de nuestro ser psíquico o. para emplear el lenguaje corriente, en
ser aprendida primero como un estado de conciencia. Siempre es posible
cobrar conciencia de la emoción como estructura efectiva de la conciencia.

La conciencia emocional es ante todo irreflexiva, y en este plano, solo puede


ser conciencia de sí misma en el modo no-posesional.

Todos los psicólogos han observado sin duda que lo que condena a la emoción
es una percepción, una representación-señal, etc. Pero se tiene la impresión de
que luego, para ellos la emoción se aleja del objeto para absorberse en si
misma. No son precisas muchas reflexiones para darse cuenta, al contrario, de
que la emoción vuelve a cada instante al objeto y se nutre de él.

En la emoción el cuerpo, dirigido por la conciencia transforma sus relaciones


con el mundo para que el mundo cambie sus cualidades.

Existen muchos tipos de emoción, los cuales son difíciles de clasificar, para
aprender su significado y su finalidad, sería preciso conocer y analizar cada
situación particular. Solamente cuando nos hayamos convencido de la
estructura funcional de la emoción llegaremos a comprender la infinita
variedad de las conciencias emocionales.

Las conductas puras y simples no son la emoción, como tampoco lo es la


conciencia pura y simple de estas conductas.

La verdadera emoción va unida a la creencia. Las cualidades intencionadas


sobre los objetos son aprehendidas como verdaderas.

La emoción es padecida, no puede liberarse de ella a su antojo; va agotándose


por si misma pero no podemos detenerla. Además, las conductas reducidas así
mismas no hacen más que esbozar esquemáticamente sobre el objeto la
cualidad emocional que le conferimos.

La emoción no es simplemente interpretada, no es un comportamiento puro; es


el comportamiento de un cuerpo que se haya en un determinado estado: el
estado no solo provocaría el comportamiento, y el comportamiento sin el
estado es una comedia, pero la emoción aparece en un cuerpo trastornado que
desempeña una determinada conducta. El trastorno puede sobrevivir a la
conducta, pero la conducta constituye la forma y la significación del trastorno.

El origen de la emoción es una degradación espontánea y vivida de la


conciencia frente al mundo.

BIBLIOGRAFIA SARTRE, Jean-Paul. (1965). Bosquejo de una teoría de las


emociones. Edit. Herman, París, El libro de bolsillo Alianza Edit. Madrid.

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