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INSTITUTO DE ENSEÑANZA Y

CAPACITACIÓN. IEC

MATERIA:
DERECHO MERCANTIL

CATEDRÁTICO:
LIC. EDUARDO ANDRADE

TEMA:
PAGARÉ

PRESENTA:
DANIELA PALMIRA LLANAS REYNA
SALTILLO, COAHUILA., A 11 DE JUNIO DEL 2010
1.1.- ANTECEDENTES
Generalmente el estudio del pagaré viene simultáneo con el de la letra de cambio,
dada la similitud existente entre estos títulos.

El origen del pagaré, al igual que la letra de cambio, se remonta a la edad media y
también más o menos paralelo al nacimiento de aquélla. Para algunos su origen se
debió al desaparecimiento de la sanción por cobro de intereses en los préstamos,
hecho que permitió a los deudores a obligarse cambiariamente en el pago de
sumas de dinero a fechas determinadas, lo cual no 'hacía necesaria la utilización
de letras sino de pagarés, o mejor de vales, expresión con la cual se conoció
inicialmente. Para otros, esta figura obedeció a las dificultades que presentaba la
letra de cambio en cuanto a su uso, dada la necesaria intervención de un tercero
en el cambio trayecticio. Cuando el negocio se iba a realizar entre dos personas ya
no era adecuada la letra, entonces aparece el pagaré como título capaz de superar
esa dificultad, pues éste sólo exige la presencia de un otorgante, de la persona
que lo suscribe o que lo emite, y del beneficiario. Pero, además, la letra
presentaba otra exigencia, cual era que debía haber separación, distancia,
trayecticio o locci, como se le denominaba en la doctrina, entre el lugar en que se
emitía y el sitio en donde debía cumplirse la orden de pago.

Otros autores justificaban el origen del pagaré en razón de que la letra de cambio
se estructuró sobre la base del contrato de cambio. En un principio no podía tener
como negocio causal sino el contrato de cambio, entonces cuando cierta
prestación se quería hacer constar en un efecto de comercio, cuyo origen no era
un contrato de cambio, al parecer no era idónea la letra, debiendo surgir un título
diferente que permitiera documentar obligaciones, créditos, los cuales podían
tener origen en un contrato de cambio o en otra clase de negocio subyacente.

La verdad es que el pagaré aparece en el tráfico mercantil con posterioridad a la


estructuración de la letra. Alrededor de la letra de cambio se elaboraron y se
refinaron todos los principios cambiarios y con el correr del tiempo esos principios
fueron extendiéndose a otros documentos, como acontece con el pagaré, hasta el
punto de que en la mayoría de las legislaciones las normas que se ocupan del
pagaré son muy escasas, porque en todo lo demás remiten a las disposiciones
sobre letras de cambio.
Ahora bien, no se crea que la historia del pagaré ha sido fácil. Por el contrario, en
muchas legislaciones su reconocimiento ha sido tardío. Fue así como por razón de
su origen doméstico y privado el legislador se veía obligado a distinguirlo de la
letra de cambio, así como también se consideró impedido de aplicarle el rigor
cambiario propio de esta última. Es así que a antigua jurisprudencia francesa
consideraba al pagaré como acto civil; en lugar del protesto sólo requería que se
cumpliesen diligencias consistentes, por ejemplo, en un requerimiento
extrajudicial; los intereses sólo corrían desde el día de la demanda y se aplicaba la
prescripción mucho más extensa que la de la letra de cambio.
El Código francés de 1808 sólo mantuvo la primera y la última de dichas
diferencias y consiguientemente el pagaré vino a constituirse en un auxiliar de la
letra de cambio consagrando a su respecto los principios propios de ésta en cuanto
a la necesidad del protesto, el curso de los intereses y la solidaridad cambiaria. La
ley exige la presencia en el texto del documento de la cláusula de valor y de la
cláusula a la orden. Se exceptuaban por no ser conducentes, las reglas sobre
aceptación y sobre provisión en razón de que el suscriptor desempeña el papel de
girado al mismo tiempo que el de librador.

El derecho francés reconoció desde la antigüedad los pagarés al portador y se


consideró que eran válidos cualesquiera que fueran las personas entre las cuales
se emitiera y recibiera y se presumía la existencia de causa lícita, salvo prueba en
contrario.

Respecto de estos títulos, MERLIN se pronunció por su validez jurídica, ya que la


obligación se contraía “in rem” (en la cosa, derecho real) y TOUZAUD reconoce
que los usos comerciales han dado nacimiento a estas obligaciones in rem aun
cuando ellas no se conforman totalmente a los principios que rigen en materia de
obligaciones.

En cuanto al derecho inglés destacamos en su momento que el pagaré fue


reconocido legislativamente en el año 1704, con lo que se dejó sin efecto el
criterio sustentado durante más de un siglo que negaba la validez a dicho título
por entenderse que formalmente sus caracteres eran anormales respecto de la
letra de cambio.

Durante el siglo XVII comenzaron a usarse en Inglaterra los pagarés que contenían
la simple promesa de pagar, efectuada por el suscriptor y con la única garantía de
éste.
1.2.- DESARROLLO DEL TEMA.

CONCEPTO

Es un título valor o instrumento financiero muy similar a la letra de cambio y se


usa, principalmente para obtener recursos financieros. Documento escrito
mediante el cual una persona se compromete a pagar a otra persona o a su orden
una determinada cantidad de dinero en una fecha acordada previamente. Los
pagarés pueden ser al portador o endosables, es decir, que se pueden transmitir a
un tercero.

El pagaré, concebido como instrumento negociable, en la medida que quien lo


suscribe se reconoce deudor de otra persona por cierta suma de dinero, no es otra
cosa que un título de contenido crediticio, precisamente por tal reconocimiento.
Desde este punto de vista el pagaré constituye un acto unilateral encaminado a
producir efectos jurídicos, proferido por la voluntad de una persona que se
confiesa deudor en determinada cantidad de dinero, para ser pagadero en fecha
próxima. Tal reconocimiento se expresa a través de un título valor llamado pagaré,
expedido con los requisitos y formalidades exigidos en la ley.

Así las cosas, el pagaré es aquel título valor por medio del cual una persona, el
suscriptor, se obliga en forma directa para con otra, llamada acreedor o
beneficiario, o a su orden, a pagar una cierta cantidad de dinero en una fecha
determinada. Como puede observarse, el pagaré no es un mandato u orden de
pago, sino un reconocimiento de la deuda, una promesa de pago. En términos
particulares el pagaré es un título valor de contenido crediticio, por medio del cual
el suscriptor, otorgante o girador, promete pagar una suma de dinero a su
beneficiario o tomador.

CLASES

En la práctica se dan diversas modalidades de pagaré, tales como singulares y


plurales, prendarios, ordinarios y especiales.

A. PAGARÉS SINGULARES Y PLURALES.


Se habla de pagarés singulares y plurales, teniendo en cuenta el número de
personas que los suscriben. Así, estamos en presencia de un pagaré singular
cuando hay un solo otorgante y cuando nos referimos a pagarés plurales estamos
en el caso de varios otorgantes del mismo grado o sea pagarés emitidos bajo la
modalidad prevista en el artículo 623 del Código de Comercio.

B. PAGARES PRENDARIOS.

Son aquellos pagarés cuyo pago está respaldado con prenda, que puede ser con
tenencia o sin tenencia, prenda que puede recaer sobre bienes muebles de
diferente naturaleza, sobre otros títulos valores como sería prenda sobre facturas,
pagarés a su vez, sobre letras, sobre bienes distintos como el dinero, o prenda
sobre otra clase de bienes muebles, pero simple y llanamente cuando el pago del
pagaré está garantizado con prenda, se habla en la terminología bancaria y
comercial de pagarés prendarios, porque llevan además de las cláusulas rutinarias
del pagaré, las que tienen que ver con la determinación de la prenda y el
cumplimiento de todos los requisitos que las normas establecen para su
perfeccionamiento.

C. PAGARÉS ORDINARIOS Y ESPECIALES

Se habla de pagarés ordinarios en la medida que el otorgante del pagaré no


asume ninguna obligación de darle una destinación a la suma prestada, o sea hay
libertad de inversión; pero adicionalmente hay referencia de pagaré ordinario
porque tiene intereses ordinarios. También se habla de pagarés ordinarios
bancarios, puesto que los bancos comerciales tienen restricción legal en el crédito,
entonces cuando el pagaré tiene un plazo bancario por mandato legal y además
pactados con intereses ordinarios, o corrientes bancarios y no hay un control sobre
la inversión o el destino de los fondos prestados, estaremos en presencia de un
pagaré ordinario.

Por oposición a los pagarés ordinarios están los especiales, caracterizados porque
el destinatario del crédito no tiene libertad para intervenir, sino que tiene
obligación de destinarlo a un determinado propósito, obviamente basado en un
crédito dirigido, generalmente créditos para el fomento de determinadas
actividades o sectores económicos.

Pero no solo se llaman especiales porque hay control de la inversión, sino también
porque generalmente son créditos que se conceden y se documentan en pagarés
que tienen plazo superior a un año, y además porque los intereses difieren de los
rutinarios u ordinarios.

REQUISITOS DEL PAGARÉ

El pagaré debe reunir los requisitos generales de todo título valor y los especiales
del título. En este sentido, la mención del derecho de que incorpora y la firma de
quien lo crea. La firma del creador es la firma del emisor u otorgante del pagaré.
Como sobre los requisitos generales ya se ha hecho mención suficiente, queda por
estudiar los requisitos especiales contenidos en el artículo 709 del Código de
Comercio.

1. PROMESA INCONDICIONAL DE PAGAR UNA SUMA DETERMINADA DE DINERO

Lo que caracteriza fundamentalmente al pagaré, y lo diferencia de la letra de


cambio, es que contiene una promesa, a diferencia de la letra que contiene una
orden. El pagaré implica que quien lo otorga asume el compromiso directo, hace la
manifestación expresa, declara su voluntad de pagar, por eso se llama promesa;
promesa no en el sentido precontractual, sino promesa por el significado en que se
expresa la voluntad, de que quien emite el título se compromete, se declara
deudor directo o se obliga a pagar. Pero la promesa debe ser incondicional,
unilateral, irrevocable, impersonal, en el sentido que quien otorga el pagaré, quien
lo suscribe no puede supeditar el nacimiento de su obligación, ni su exigibilidad a
eventos futuros e inciertos, o porque señalar el momento en que nace la obligación
cambiaria no está reservado a la autonomía de la voluntad, pues la leyes quien
dice cuando nace y se extingue. Nace en el momento en que se suscribe el título y
se entrega; y se extingue por prescripción o por caducidad o cuando sucede
cualquier otro evento extintivo de las obligaciones.

La promesa incondicional de pagar está dirigida a satisfacer una prestación en


dinero, por eso los pagarés son títulos valores de contenido crediticio, pues
imponen pagar. Así, lo único que puede exigir el beneficiario del pagaré es dinero
y nada más. La cuantía de lo que se puede exigir y en consecuencia de lo que se
está obligado a pagar debe ser determinada, precisa, en tanto que la cuantía no
esté sujeta a dudas o sea indeterminada. Por ello se advierte que debe ser
promesa incondicional de pagar suma determinada de dinero.

Esta exigencia tiene que ver también con el carácter ejecutivo de los títulos
valores, puesto que las obligaciones, para que presten mérito ejecutivo, tienen que
ser expresas, claras y líquidas.
2. NOMBRE DE LA PERSONA A QUIEN DEBE HACERSE EL PAGO.

Este requisito se explica porque el Proyecto Intal partía del supuesto de que los
títulos valores de contenido crediticio debían llevar siempre la forma a la orden, es
decir, se excluía la posibilidad del pagaré, la letra y el cheque al portador; pero
como se sabe, finalmente se adoptó una tesis opuesta y se permitió en
consecuencia que el pagaré, la letra y el cheque pudieran ser indistintamente a la
orden o al portador. Pareciera que hubo un cambio en cuanto a la forma de
circulación, para tolerar la forma al portador, empero no se efectúo revisión
completa de la misma y ello se refleja en la contradicción que presenta este
requisito con el siguiente, el cual permite que el pagaré pueda ser a la orden o al
portador; y obviamente si puede ser al portador no tiene por que llevar el nombre
de la persona a quien debe hacerse el pago, o sea el beneficiario; ya que cuando el
título valor tiene un beneficiario determinado, entonces ya no es el portador, sino a
la orden .

3. INDICACIÓN DE SER PAGADERO A LA ORDEN O AL PORTADOR.

Este requisito tiene que ver con la ley de circulación de los pagarés. Anteriormente
indicamos que de acuerdo con el Proyecto Inicial, estaba previsto que estos títulos
sólo pudieran tener la forma a la orden. En la legislación extranjera existe reserva
sobre los títulos valores al portador. Pero la comisión revisora del Código de
Comercio consagró la posibilidad expresa de que el pagaré pudiera ser al portador,
de tal suerte que entre nosotros es tan válido un pagaré a la orden como al
portador. Sobre estas dos formas nos remitimos a lo dicho sobre títulos valores a la
orden y al portador.

4. FORMA DE VENCIMIENTO.

No trae el Código de Comercio reglas particulares sobre la forma de vencimiento


para los pagarés, así que deben aplicarse las posibilidades que en materia de
letras trae el mismo Código en el artículo 673. En consecuencia el pagaré puede
ser a la vista, a fecha cierta, a día cierto, determinado o no, con vencimientos
ciertos y sucesivos.

El Código de Comercio trae en cuanto a vencimiento para las letras las formas a
tantos días vista, pero no siendo el pagaré una orden, podría pensarse que es
incompatible con el pagaré la forma de vencimiento a tantos días vista. La regla
general es que nuestro ordenamiento mercantil por no contener normas especiales
sobre formas de vencimiento del pagaré, en consecuencia, serían aplicables al
pagaré las formas de vencimiento propias de la letra de cambio. Pero, si bien es
cierto la letra de cambio es título valor modelo y en lo no previsto para un título se
aplican las disposiciones de la letra de cambio, hay que entenderlo siempre y
cuando esas normas sean compatibles con la esencia del título y obviamente si se
parte del supuesto que la letra debe ser presentada para la aceptación y a partir
de la aceptación se cuenta el plazo, pues es una institución propia de la letra o de
algunos títulos valores destinados a ser aceptados. En los títulos valores que no
son órdenes esa forma de vencimiento no es compatible.

5. NATURALEZA DEL SUSCRIPTOR DEL PAGARÉ

Conforme con el artículo 710 del Código de Comercio el otorgante de un pagaré se


equipara al aceptante de una letra de cambio, Esta norma nos dice nada más y
nada menos que cuando se trata de pagarés, el mismo que lo emite es el directo
obligado, es el principal obligado; de tal manera que cualquier acción de cobro que
se dirija contra el otorgante del pagaré, será una acción cambiaria directa, que
como sabemos está llamada a prescribir en tres (3) años contados a partir del
vencimiento del título (artículo 789 del Código de Comercio). Al equipararse la
situación del otorgante del pagaré al aceptante de una letra, todo lo que se
predique del directo obligado en la letra de cambio debe aplicarse del otorgante de
un pagaré. Así, el único pago total o parcial que extingue total o parcialmente o
descarga el título, es el efectuado por el directo obligado, por lo que el pago que
realiza el directo obligado no puede repetirlo contra ningún otro interviniente en el
título a menos que haya otorgado el pagaré por favor o sea en las circunstancias
del artículo 639 del Código de Comercio.

6. REMISIÓN A LAS DISPOSICIONES DE LA LETRA DE CAMBIO.

Manda el artículo 711 del Código de Comercio que son aplicables al pagaré, en lo
conducente, las disposiciones sobre la letra de cambio. Reitera el Código un
principio, varias veces comentado, en el sentido de que la letra es el título valor
modelo y en consecuencia, lo no previsto en un título valor en particular debe
recurrirse a las normas de la letra; pero esta norma advierte de nuevo que en lo
pertinente, o sea en lo que es compatible con la naturaleza del pagaré. Dicha
disposición nos plantea el saber qué disposiciones de la letra de cambio serían
aplicables al pagaré.

a) En primer lugar, en lo tocante con la moneda, y la posibilidad de que tenga o no


intereses, o que está sujeto a una tasa de cambio como lo prevé el artículo 672, es
perfectamente aplicable al pagaré, es decir, puede tener pactados intereses o
puede estar estipulado en divisas extranjeras.
b) También sería aplicable al pagaré el artículo 673, el cual prevé las formas de
vencimiento de la letra, con la salvedad hecha en cuanto a la forma "a tantos días
vista", por las razones examinadas, pues esa forma no es compatible con el
pagaré, porque el mismo artículo 711 que estamos comentando dice que son
aplicables en lo conducente o en lo pertinente, o sea, no parece lógica la forma de
vencimiento "a tantos días vista".

c) Serán aplicables al pagaré las reglas que tienen que ver con el pago, en especial
las relativas a la presentación del título para el pago, la persona que lo debe
presentar, el lugar de presentación, etc.

d) Serán igualmente aplicables al pagaré las disposiciones de la letra de cambio


que tienen relación con el protesto, valga decir, el pagaré será con protesto en la
medida que se pacte, si no se acuerda es sin protesto. Obviamente como en el
pagaré no hay aceptación, están excluidas las reglas que tienen que ver con el
protesto por falta de aceptación. Será aplicable todo lo relativo al protesto por falta
de pago; en consecuencia, el pagaré podrá ser protestado bancariamente cuando
se presenta por conducto de un banco para su pago, y de no suceder éste, podrá
recurrirse al protesto notarial, el cual debe levantarse cumpliendo con los
requisitos establecidos en el artículo 706 del Código de Comercio.

e) No tienen relación con el pagaré las normas de la letra de cambio que se


ocupan de la aceptación, porque repetimos el pagaré no es una orden, sino una
promesa de pago de una determinada suma de dinero.

f) Las acciones derivadas del pagaré serán directas, si se dirigen contra el


otorgante del pagaré, y serán de regreso cuando se dirigen contra el endosante o
los endosantes o los avalistas y el endosante. Y seguramente de reembolso,
cuando la acción la dirige un obligado de regreso contra otro obligado de regreso,
pues en esta materia no hay diferencia, tal vez con la reiteración de que mientras
en la letra de cambio el emisor o creador es obligado de regreso, en los pagarés el
creador, emisor u otorgante de la promesa no es un obligado de regreso sino un
obligado directo.

7. LA LLAMADA "ACELERACIÓN DEL PAGO" EN EL PAGARÉ.


A.CONCEPTO

La aceleración del pago es una figura consentida en algunos títulos valores,


consistente en la posibilidad o facultad que tiene el acreedor del título para exigir
o solicitar el importe del mismo antes de que venza. Esta situación sólo se aplica a
los pagarés a plazo, mas no a la vista, por razones apenas obvias. La aceleración
del pago puede darse en dos casos: a. Cuando se ha estipulado con el deudor una
cláusula especial que se inserta en el título valor; y b. Cuando se producen
determinadas circunstancias prescritas por la ley (Código de Comercio, artículo
780 ordinal 3º, situaciones que hacen necesaria la acción cambiara antes del
vencimiento del título.

El primer evento se denomina aceleración convencional del pago y el segundo


aceleración forzosa del pago.

B. ACELERACIÓN CONVENCIONAL DEL PAGO.

Este tipo de aceleración del pago se da cuando en forma expresa el deudor del
pagaré y el tomador del mismo acuerdo en el texto del instrumento que en caso
de que se den determinados hechos estipulados, el tomador o tenedor del pagaré
queda plenamente autorizado para dar por extinguido el plazo concedido al deudor
para el pago y exigir el importe del pagaré junto con los intereses moratorios. En
tal sentido, los hechos que dan lugar a la aceleración del pago pueden ser:

1) En el otorgamiento de un pagaré, en el que se han pactado abonos parciales a


capital e intereses, seguros, comisiones por estudio y vigi¬lancia del crédito, etc.,
la mora en el pago de alguno de estos dará lugar a exigir por la vía judicial el pago
total de la obligación o de la parte no pagada.

2) Cuando el acreedor tiene conocimiento de que el deudor ha sido demandado en


forma conjunta o separada en proceso ejecutivo.

3) La disolución de la persona jurídica si es deudor es una sociedad, una asociación


sin ánimo de lucro, o una fundación; y también la muerte real o presunta, cuando
se trata de una persona natural deudora. Cuando se da el acaecimiento de estos
hechos, el tenedor del pagaré puede perfectamente dirigirse contra el deudor y
exigirle el pago; en caso de que se niegue a hacerlo puede iniciar contra él las
acciones cambiarias del caso, sin necesidad de que se dé la 'declaración de
extinción anticipada del plazo, pues esta circunstancia se ha previsto
expresamente en el título.
C. ACELERACIÓN FORZOSA DEL PAGO.

El ordinal 3º del artículo 780 del Código de Comercio indica las circunstancias en
que es posible llevar adelante la acción cambiaria. Éstas son: Que el girado o
aceptante sean declarados en quiebra o en estado de liquidación; que se abra
contra el deudor en forma espontánea o forzosa concurso de acreedores, lo cual es
aplicable esto último solamente para deudores que no son comerciantes; o que se
encuentren en notoria insolvencia. Ahora bien, el artículo 488 del Código de
Procedimiento Civil consagra tres elementos importantes para que una obligación
se pueda demandar ejecutivamente, a saber: El que ésta sea clara, expresa y
exigible. En este último elemento, como se trata de una aceleración del pago
forzosa antes de que se produzca el vencimiento de la obligación, es indispensable
para que la misma se considere exigible (tratándose de estado de liquidación y el
proceso concursal), que estas situaciones sean declaradas judicialmente.

Los demás casos en los cuales la ley no prevé expresamente una declaración
judicial al respecto, como es el caso de la notoria insolvencia o cuando el deudor
ha disminuido o desmejorado sus cauciones, es indispensable que se lleve a cabo
la declaratoria de extinción anticipada del plazo, mediante un procedimiento
verbal contemplado en el Código de Procedimiento Civil.

DIFERENCIAS ENTRE PAGARÉ Y LETRA DE CAMBIO.

Entre la letra y el pagaré se pueden establecer pocas diferencias, porque como


hemos advertido ambos son títulos valores de contenido crediticio, es decir,
imponen pagar sumas de dinero. La diferencia radica en cuanto a las personas,
porque en un principio el Código prevé que en la letra intervienen un librador, un
librado y un beneficiario, en cambio en el pagaré sólo hay necesidad de dos
personas: El otorgante y el beneficiario. Empero esta diferencia ya se está
perdiendo, en la medida en que la ley permite la presencia de letras giradas a
cargo del mismo emisor o a favor del mismo, con lo que las tres personas se
reducen a dos.

Otra diferencia radica en que el pagaré es una promesa y en cambio la letra es


una orden. En la letra, quien emite manda a otro a pagar, en el pagaré no sucede
así, porque la persona que lo otorga se compromete a pagar directamente.

Existiría otra diferencia, en lo que toca con la institución de la aceptación, porque


la letra, como es una orden, tiene toda una serie de regulaciones que hacen
relación con dicha figura, en cambio el pagaré, como es una promesa, está
excluido de todas las reglas sobre la aceptación.

LEYENDA:
1- Denominación de la entidad y oficina librada
2- Datos de la cuenta librada, habitualmente código cuenta cliente e IBAN,
International Bank Account Number
3- Fecha de vencimiento del pagaré, esto es, momento a partir del cual puede
hacerse efectivo
4- Importe consignado en cifras del pagaré
5- Persona a la que se debe realizar el pago, en el caso de los pagarés estos
siempre deben ir emitidos a favor de una persona, física o jurídica, o a su orden
6- Importe del pagaré expresado en letras, en caso de discrepancia entre el
importe expresado en letras y el importe expresado en cifras prevalecerá el
primero.
7- Fecha y lugar de emisión
8- Identificación del documento en si mismo, serie y número de documento
9- Firma del emisor del pagaré
10- Identificación del pagaré codificada especialmente para una lectura
automatizada del documento.

1.4.- CONCLUSION.

Este documento es el más utilizado para respaldar operaciones de compra-venta


(en la cual deberá pagarse una parte o la totalidad del valor del bien mueble o
inmueble) y para préstamos personales (que deberán liquidarse a una fecha
determinada).

El Pagaré tiene como característica la Acción cambiaria, que se refiere a que a


cambio del pago se devolverá al Suscriptor el documento. En el caso que el
Beneficiario reciba solamente un pago parcial del total de la deuda, podrá
mantenerlo en su poder hasta que reciba el importe total.

La operación de pago puede autentificarse por medio de un funcionario público


que deje en constancia que el Suscriptor ya ha terminado con su obligación. A esta
acción se le conoce como Protesto.

Los elementos que debe contener el Pagaré para su validez son los siguientes,
según indica la Ley General de Títulos y Operaciones de Crédito:

• La mención de ser pagaré, inserta en el texto del documento;


• La promesa incondicional de pagar una suma determinada de dinero;
• El nombre de la persona a quien ha de hacerse el pago;
• La época y el lugar del pago;
• La fecha y el lugar en que se subscriba el documento; y
• La firma del suscriptor o de la persona que firme a su ruego o en su nombre.
*

Adicionalmente, es importante conocer toda la información posible acerca de la


otra parte involucrada en la operación, para tener mayor seguridad en la
formalidad y la buena fe.

Este instrumento, es una herramienta de apoyo en la adquisición de bienes o


créditos, que debe ser manejada con responsabilidad, después de analizar nuestra
capacidad de pago.

1.5.- BIBLIOGRAFIA.

http://www.monografias.com/trabajos2/letradecambio/letradecambio.shtml

http://mx.finanzaspracticas.com/1801-El-uso-del-pagare.note.aspx

http://titulosvaloresugc.blogspot.com/2009/09/el-pagare.html

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