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Este es un tema complejo, por varias razones; por ejemplo, la existencia de una historia
sobre una mala parición de esta forma de energía en el mundo. Es muy difícil abstraerse
de la asociación entre la energía nuclear y su origen como arma de destrucción masiva.
Por otro lado existen intereses creados, los cuales no verán con buenos ojos este
competidor en el mercado de la generación energética. También hay dos grupos de
personas preocupadas por las consecuencias, sobre el medio ambiente, de la aplicación
descuidada de ciertas tecnologías(por decirlo de una forma suave).
He mencionado dos grupos; un grupo que está realmente consciente del problema que
se produce por el efecto acumulativo de la aplicación descuidada e inconsciente de
tecnologías riesgosas, en particular ante la ausencia de estudios acabados sobre sus
consecuencias, y sobre la optimización de tales tecnologías, optando por procesos
limpios, etc. En este caso, el problema subyacente es que: se prioriza el beneficio
económico cortoplacista por sobre el camino más costoso y serio, el cual conlleva a una
aplicación segura y eficiente, pero más cara, del conjunto de esos procesos
potencialmente dañinos o de consecuencias insospechadas, normalmente por falta de
conocimiento cabal, del o de los temas relacionados.
También existe un grupo radical, obviamente con intereses creados, escondidos bajo un
barniz de preocupación ecológica, y con otros intereses menos obvios, pero que parten
por la generación de un estado de histeria sobre tal o cual tecnología, induciendo
irresponsablemente a que un gran sector social opine, sin fundamentos y con
argumentos parciales, sobre tal o cual tema. En este ámbito caen todas las tecnologías, y
sus derivaciones, que nacieron con objetivos turbios, los cuales no eran precisamente
generar un beneficio global, sino más bien un interés mezquino y particular, como lo es
la guerra, en cualquiera de sus formas.
La política del avestruz no presenta ninguna alternativa útil, razonable y digna de una
especie de mamíferos autocalificados como seres racionales. El calificativo asociado a
algún grado de bondad, beneficio o daño no pertenece a una fenomenología en
particular, sino que al USO QUE ESTE MISMO GRUPO DE MAMÍFEROS LE DA A
DICHA FENOMENOLOGÍA, Desde este punto de vista carece totalmente de sentido
catalogar a la energía nuclear de buena o mala per sé.
¿A qué se le tiene miedo?, ¿Cuáles son los hechos que rodean este aura de maldad con
esta forma de energía?, ¿Cuál es la verdad sobre esos hechos y otros que no se
mencionan?.
Pecando de simplicidad, basta con pensar en el siguiente caso: cuando se publica una
afirmación sobre la culpabilidad de alguien respecto de alguna actitud condenable por la
sociedad, es muy difícil revertir la imagen de ese alguien, es un problema de impacto,
etc. ¿Cómo borrar de la mente la imagen de un hongo atómico?, pero, ¿qué tiene que
ver ese hongo con la energía nuclear?, Si alguien tiene miedo de la energía nuclear le
recomendaría cambiarse de planeta y quizás de universo, dado que la vida es posible
gracias a esta forma de energía, ¿o no?. Aquellos que le tienen miedo a la radiación,
¿habrán escuchado algo de la radiación cósmica, o de la radiación natural?, o ¿de las
playas de hermosas arenas blancas con una radiación de fondo, cuya dosis anual supera
la internacionalmente permitida para cualquier trabajador asociado a instalaciones
nucleares?, ¿sabrán de qué depende la temperatura del planeta?.
¿Sabía usted que la única forma de energía que no atenta contra el planeta, es la
nuclear?, No confunda un accidente con la esencia, la no-alteración del medio
ambiente!.
Fomentar otra cosa, en este tema, es una estupidez producto de un egoísmo y una
ignorancia típicamente partidaria, de quienes parasitan la sociedad con movimientos
panfletarios y poco serios.