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Escuela de Derecho.

Dirección de Postgrado de Ciencias Jurídicas y Políticas


Especialización en Ciencias del Delito.
Semestre I.
Criminología.

“Reacción Social y Política Criminal”

Caracas, septiembre 09 de 2008.


Alumno: Abg. Maurizio Cirrottola Russo.
Profesor: Dr. Luís Enrique Ortega.

-1-
“Reacción Social y Política Criminal”

Caracas, septiembre 09 de 2008.

-2-
“…No en balde se habla tanto de la reforma del Estado
y de las nuevas relaciones entre lo que se ha
denominado sociedad civil –es decir, el pueblo- y la
autoridad política. La función penal irá a donde vaya y
como vaya la función pública en su conjunto; el barco
de la justicia navegará por donde navegue y como
navegue la armada del Estado moderno. Otra cosa
sería imposible, casi contra natura, hasta milagrosa. En
suma, hacemos bien en cargarle a la justicia la mano
de la exigencia; pero también sería preciso que las
funciones del Estado en pleno y éste mismo, por su
puesto, compartieran la carga.” 1

1
GARCÍA RAMÍREZ, SERGIO (1997) “Temas penales y penitenciarios”. Instituto Nacional de
Ciencias Penales. México, Distrito Federal. Revista Criminalia. Año XLII, Número 2. Página 93-101.

-3-
ÍNDICE GENERAL

ÍNDICE GENERAL 4

RESÚMEN 5

INTRODUCCIÓN 6

CAPÍTULOS.

I. REACCIÓN SOCIAL. 7

A. DEFINICIÓN. 7

B. CONTENIDOS. 8

a. LA PREVENCIÓN. 9
b. EL CONTROL. 11
c. LA REPRESIÓN. 11
d. LA PROFILAXIS. 12
e. TEORÍAS DE LA UNIÓN. 12

C. FORMAS DE REACCIÓN SOCIAL. 12

a. REACCIÓN SOCIAL INSTITUCIONAL. 12


b. REACCIÓN SOCIAL NO INSTITUCIONAL. 14
c. REACCIÓN SOCIAL ALTERNATIVA. 14
c.1) DESCRIMINALIZACIÓN. 14
c.2) DESPENALIZACIÓN. 15
c.3) DESJUDICIALIZACIÓN. 15
c.4) DESPRISIONALIZACIÓN. 16

II. POLÍTICA CRIMINAL. 16

a. DEFINICIÓN. 16

b. LA POLÍTICA CRIMINAL Y EL DERECHO PENAL. 19

c. LA POLÍTICA CRIMINAL Y LA CRIMINOLOGÍA. 20

III. LA RESPONSABILIDAD DEL ESTADO. EL CASO VENEZOLANO. 21

CONCLUSIONES. 29

BILBILIOGRAFÍA CONSULTADA. 31

-4-
UNIVERSIDAD JOSÉ MARÍA VARGAS
Escuela de Derecho.
Dirección de Postgrado de Ciencias Jurídicas y Políticas
Especialización en Ciencias del Delito.
Semestre I.
Criminología.

“Reacción Social y Política Criminal”

Caracas, septiembre 9 de 2008.


Alumno: Abg. Maurizio Cirrottola Russo.
Profesor: Dr. Luis Enrique Ortega.

RESÚMEN

La presente monografía analizó los tópicos referentes al fenómeno de la


Reacción Social, entendido como tal a la respuesta que las personas o
instituciones, oficinales o privadas, dan al fenómeno de la criminalidad. Luego
evaluó su contenido, de acuerdo a la orientación que asuma, y se enfatizó en que
puede ser de prevención, de control, de represión o de profilaxis. También se
analizó las formas en que puede manifestarse este fenómeno social, sea de
manera institucional, no institucional o alternativas. También se estudió la Política
Criminal como una rama de las Políticas Públicas que el Estado debe implementar
para satisfacer las necesidades del colectivo, analizando los diversos conceptos
aportados por la doctrina especializada. Se consideró el porqué debe considerarse
o no como una ciencia y se valoró su relación con el Derecho Penal y con la
Criminología. El primero (la Reacción Social) como génesis del segundo; o bien, el
segundo (la Política Criminal) como consecuencia del primero. Concluí en que de
una u otra forma, dependiendo de la óptica aplicada en su estudio, ambas guardan
estrecha relación entre sí, tanto que la Política Criminal no es más que la
manifestación institucionalizada de la Reacción Social. Finalmente, se evaluó la
responsabilidad del Estado en su doble rol de ser el representante genuino de un
pueblo que lo designó para velar por sus intereses y necesidades, así como el
ejecutor de las Políticas Criminales que debe aplicar para lograr ese fin o
cometido.

-5-
INTRODUCCIÓN.

El objetivo que se pretende con la presente monografía, al igual que la


primera entrega ya realizada, se circunscribe dentro del marco programático que
la Cátedra de Criminología ha diseñado para los alumnos del curso. Esta nueva
asignatura refiere a dos aspectos específicos: La Reacción Social y la Política
Criminal.

Para el desarrollo de la disposición del presente trabajo, el alumno debe


haber realizado una investigación totalmente doctrinal de estos dos aspectos.
Indagar dentro del contenido de diversas obras y ensayos especializados en el
tema, de manera de abordarlo en todo su ámbito.

La estructura de esta exposición no es compleja. Su desarrollo va de la


mano de las directrices impartidas por el tutor de la cátedra y debe lograr su punto
máximo con el empeño particular que el alumno le imponga. Comenzaremos por
analizar la Reacción Social en toda su amplitud, concepciones y definiciones,
formas y contenidos. Seguirá la labor su recorrido, con el estudio de la Política
Criminal como derivado o producto de la Reacción Social; incidiremos en sus
relaciones con el Derecho Penal y con la Criminología. Culminará esta breve
labor, con un análisis amplio de lo que a la luz de lo antes referido (la Reacción
Social y la Política Criminal) es y debe ser la Responsabilidad del Estado,
especialmente enfocada al caso venezolano.

Este trabajo se apoyó en métodos cualitativos: será eminentemente de tipo


documental por sustentarse principalmente en fuentes bibliográficas.

-6-
CAPÍTULO I.
REACCIÓN SOCIAL.

A. DEFINICIÓN.

Se entiende como Reacción Social a la respuesta, positiva o negativa, de


hacer o no hacer, que las personas o las instituciones, sean éstas públicas o
privadas, dan al flagelo de la criminalidad y que, siguiendo esta opinión de
MOLINA ARRUBLA 2 , puede manifestarse a través de formas institucionalizadas,
no institucionalizadas o alternativas.

REYES ECHANDÍA 3 , por su parte, nos indica que la Reacción Social es la


respuesta ante el delito o la conducta desviada; puede provenir del grupo social
como tal y se le llamará no institucional, o del Estado como entidad jurídico –
política y se le llamará institucional.

En fin, podríamos definir como Reacción Social al impulso positivo o negativo


de la sociedad, bien como grupo heterogéneo de personas o bien como Estado
Poder representante de esa masa ciudadana, ante el fenómeno de la criminalidad
como hecho social perjudicial. Esa respuesta, reacción o impulso puede verificarse
de tres maneras –tal como se detallará en lo adelante- a saber: institucional, no
institucional o, incluso, alternativa.

A su vez, de la lectura de diversos textos especializados, encontramos que la


Reacción Social puede asumir distintos sentidos. Tomando en consideración que
esta reacción es una respuesta que emana de la sociedad o del Estado, se puede
presumir que siempre debe ser una actitud de rechazo frente al fenómeno

2
MOLINA ARRUBLA, CARLOS MARIO (1998) “Introducción a la Criminología”. Tercera
Edición. Editorial Layer. Bogotá. Colombia. Pág. 34.
3
REYES ECHANDÍA, ALFONSO (2003) “Criminología”. Octava Edición. Cuarta Reimpresión.
Editorial Temis, S.A. Bogotá. Colombia. Pág. 251 – 252.

-7-
criminal, pero como bien refiere MOLINA ARRUBLA 4 significando el caso
colombiano, no siempre es así ya que esa respuesta puede ser de aceptación.

Ante lo anterior, se debe tomar en cuenta que no siempre lo que


históricamente se considere como un acto criminal deba mantenerse como tal con
el transcurso del tiempo. También debe analizarse el medio circundante o –mas
precisamente- el núcleo social del cual emana esa respuesta positiva ante el
delito.

De lo dicho antes podríamos citar varios ejemplos: La reacción social que hoy
en día emana de la mayoría de los miembros de la sociedad venezolana, ante
infracciones –por decir tan sólo un caso- en materia de tránsito vehicular es pasiva
y permisiva, pasando incluso a ser totalmente tolerada e imitada. Otro ejemplo:
¿Cuál reacción social se manifiesta ante delitos de tinte ecológico, especialmente
aquellos que se basan en la simple contaminación de aguas y vertientes con
desechos sólidos? Pues, sin aplicar un estudio científico muy exhaustivo
podríamos decir que ninguno, es totalmente pasiva la actitud asumida, repetida,
imitada e impune.

Así, podemos tomar como nuestro el comentario de MOLINA ARRUBLA y


adaptarlo a nuestra realidad social para darle la razón y concluir en que la
reacción social puede tomar dos sentidos: de rechazo o repulsión o de
permisividad o indiferencia.

B. CONTENIDO.

Si en los párrafos previos hablaba de los sentidos que toma la Reacción


Social, ahora toca referirme al contenido de asume ese fenómeno. Cuando
analizamos tal aspecto, nos encontramos con una gran similitud de criterios en el
universo de los doctrinarios y académicos de la Criminología al momento de

4
Ob. Cit. Pág. 35.

-8-
establecerlos y definirlos. Así, esta investigación doctrinaria llevó a puntualizar en
los siguientes contenidos:

a. LA PREVENCIÓN.

Existen muchas definiciones del término “prevención”. Una de ellas, por su


puesto muy genérico al señalar como tal al esfuerzo que se hace para evitar que
algo negativo suceda o empeore.

Tomando con precisión una definición que interese a este trabajo,


encontramos que REYES ECHANDÍA 5 define a la prevención como la preparación
o disposición de los elementos y medios necesarios de forma anticipada, para
evitar un riesgo o la materialización de un determinado evento futuro. En el caso
del Control Social, será prevención la preparación de los mecanismos políticos y
sociales que tienden a prevenir el crecimiento del fenómeno de la criminalidad o a
impedir el surgimiento de nuevas conductas delictivas.

Este sentido de la prevención tiene su propia clasificación. Esta es:

a.a. Clasificación por el alcance:


9 Prevención absoluta o especial: cuando tiende a que un fenómeno
social negativo o perjudicial aún no detectado, pero con posibilidades
ciertas de surgir, se presente en el porvenir de una sociedad. Esta
clase de prevención puede ser subdividida en:
™ Prevención especial negativa: cuando se procura el
aseguramiento de la sociedad por medio del aislamiento o
encarcelamiento de los autores de los crímenes y así se logra
la intimidación del colectivo.
™ Prevención especial positiva: cuando se busca corregir,
resocializar o socializar al infractor.

5
Ob. Cit. Pág. 249.

-9-
9 Prevención relativa: es el caso cuando busca evitar la repetición de
conductas criminales o desviadas que ya se han verificado en el
entorno social.
9 Prevención genérica o general: cuando asume medidas de control de
manera amplia, universal. Esta, a su vez, soporta otra sub
clasificación:
™ Prevención general negativa: cuando el efecto de esas
medidas de control es intimidatorio. (aplicada por Feuerbach)
™ Prevención general positiva: cuando su fin es la corrección del
criminal por medio del estudio, el trabajo y la inserción o
reinserción del individuo a la sociedad. (también denominada
como de prevención-integración).
9 Prevención específica: cuando esas medidas tienen como finalidad
una conducta criminal específica o determinada.

a.b. Clasificación por la persona que la realiza:


9 Prevención institucional: cuando se ejecuta de mano de políticas
aplicadas por el Estado representado por los organismos encargados
de ello.
9 Prevención no institucional: cuando es la sociedad misma, en
cualquiera de las formas de agrupación o individualidad que adopte y
no el Estado – Poder quien pone en práctica dichas medidas.

a.c. Clasificación en cuanto a la dinámica aplicada:


9 Prevención planificada: será planificada cuando resulte o sea el
producto de estudios e investigaciones anteriormente previstas, que
busquen resultados deseados.
9 Prevención espontánea: cuando resulte de actos involuntarios, no
coordinados ni planificados, y cuyo accionamiento no depende de
una previa organización ni sus resultados se esperaban.

a.d. Clasificación en cuanto al ámbito espacial de su aplicación:

- 10 -
9 Prevención internacional: cuando en su diseño, ejecución y logro de
resultados han intervenido varias naciones, en busca de erradicar
hechos ilícitos que les afecten o amenacen afectar.
9 Prevención nacional: será nacional cuando esa planificación se
realiza dentro del territorio de un determinado país.
9 Prevención regional: también denominada local, en el caso de que
las medidas diseñadas tengan como rango de aplicación un área
específica donde se manifiesta –sólo ahí- ciertos y determinados
hechos ilícitos dañosos.

b. EL CONTROL.

Aunque tienda a confundirse con la prevención, el control social es el


mecanismo por medio del cual sólo la institucionalidad busca mantener el nivel o
estado previo deseado de sus intereses. Es, en concreto, la aplicación de métodos
para defender el estado de las cosas de quienes detentan el poder, para así
preservar, conservar y defender las prerrogativas de las cuales son detentadores y
que creen que es el mejor para el común de sus administrados.

Mientras la prevención busca dirigirse al origen de la criminalidad, el control


sencillamente ataca sobre el caso, hecho o fenómeno criminal que ya está
presente para dominarlo.

ANIYAR DE CASTRO refiere a la existencia de dos formas de control


social. Una formal, que es aquella asumida y puesta en práctica por las
autoridades; y la otra informal o no formal, que –por antonomasia- es ejercida por
personas o grupo de personas que no conforman el plantel de autoridades
constituidas y llamadas a controlar el hecho criminal.

c. LA REPRESIÓN.

Se entiende por reprimir a contener, frenar, aguantar, sostener o moderar


algo. Desde el punto de vista criminológico, se trata de mecanismos de respuesta

- 11 -
negativos ejercidos por el Estado o la sociedad misma ante una conducta delictiva,
y asume la forma de castigo (moral, económico, social o corporal).

Puede ser ejecutiva, legislativa o judicial, dependiendo de quien la ejerza (la


represión), es decir: en el primer caso el o los organismos del Poder Ejecutivo
encargados de aplicarla y planificarla 6 ; la segunda, cuando está en manos del
Congreso o Asamblea legislativa 7 la creación de normas que le den naturaleza
jurídica a esas medidas, y la tercera cuando está en manos de los jueces 8 , como
administradores de justicia, el aplicar las sanciones y hacerlas cumplir cabalmente.

d. PROFILAXIS.

Existe ambigüedad de criterios con respecto a la aplicación de este término.


Todos los autores especializados coinciden en que proviene de una raíz o vocablo
latino que indica sanidad, prevención o evitar una enfermedad. Fue aplicado por
los positivistas al campo de la Criminología, por cuanto ellos consideraban al
delincuente como un enfermo.

La ambigüedad viene al caso, cuando de aplicación actual del término se


trata. Unos dicen (LÓPEZ REY 9 ) que no tiene vigencia ni cabida hoy en día pues
representa supervivencias de teorías ya caducas (las de los positivistas); mientras
que otros autores que se limitan a definirla mas no a desacreditarla (es el caso de
REYES ECHANDÍA 10 ) la enmarcan como una forma de prevención respecto de
aquellas personas que requieren atención médica especializada, para tratar y –de
ser posible- curar las anomalías físicas o mentales que le condujeron a cometer un
crimen.
e. TEORÍAS DE LA UNIÓN.

Las teorías de la unión siempre han existido y en diferentes variantes.

6
En el caso venezolano, el Ministerio del P.P. para las Relaciones Interiores y Justicia.
7
En nuestra realidad, la Asamblea Nacional.
8
En Venezuela, a la cabeza del Poder Judicial está el Tribunal Supremo de Justicia.
9
LÓPEZ REY, MANUEL, en MOLINA ARRUBLA, CARLOS MARIO (1998) “Introducción a la
Criminología”. Tercera Edición. Editorial Layer. Bogotá. Colombia. Pág. 40.
10
Ob. Cit. Pág. 250.

- 12 -
ROXIN 11 nos habla de una “teorías de la unión aditivas”, en las cuales la
compensación de la culpabilidad, la prevención, la resocialización del criminal, la
expiación y la retribución por el injusto, constituyen una misma masa o un todo.
Esta mezcla desordenada de diversas maneras de reacción social no resulta
compatible y es inconsistente.

Existe también, según el mencionado autor, la “teoría de la unión


dialéctica”, que se dedica a sumar o aunar los aspectos acertados de las
diferentes teorías y suprimir las debilidades. Los autores más calificados le
endilgan el estar por debajo de sus propias pretensiones, ya que se basa en
contradicciones de los fines concretos en los que se basa.

El problema de las teorías de la unión reside en su carácter ambiguo: No


están en condiciones ni de dar una dirección constante y un fundamento
consistente, ni de proponer una regla funcional que conceda preferencia a una
teoría o a otra. Son meras propuestas que no pueden ser fundamentadas en
forma convincente.

C. FORMAS DE REACCIÓN SOCIAL.

Definida y analizada la Reacción Social, en cuanto a su contenido y


alcance, ahora toca revisar las diversas formas que adopta. Así, apoyándonos en
REYES ECHANDÍA 12 y a MOLINA ARRUBLA 13 , compongo esta clasificación de
las formas de Reacción Social. Veamos:

c.1) REACCIÓN SOCIAL INSTITUCIONAL.


Se entiende por reacción social al conjunto de respuestas que emanan del
aparato del estado frente al delito o criminalidad. Deben intervenir todas las ramas
del Poder Público, cada una cumpliendo con sus roles, en franco respeto de la

11
ROXIN, CLAUS en LESCH, HEIKO H (1999) “La función de la pena”. Cuadernos “Luís
Jiménez de Asúa”. Editorial DYKINSON, S.L. Madrid. España.
12
Ob. Cit.
13
Ob. Cit.

- 13 -
independencia y separación que debe existir entre todos, pero coordinando sus
acciones y apoyándose o auxiliándose cuando así sea requerido.

Como veremos más adelante, REYES ECHANDÍA, asimila o equipara a la


Reacción Social Institucional con la Política Criminal.

c.2) REACCIÓN SOCIAL NO INSTITUCIONAL.


En contraposición con la anterior, será reacción social no institucional
aquella que emana de las personas o grupo de personas, naturales o jurídicas,
que no son ni forman parte del aparato del Poder Público. Esta reacción se
expresa a través de mecanismos no oficiales. Caso en concreto de esta modalidad
es cuando la sociedad civil (el mismo pueblo) reacciona ante una conducta
delictiva (refutándola, rechazándola o aceptándola) y los medios por los cuales se
manifiesta pueden ser: asociaciones de personas, los diversos cultos o credos, los
medios de comunicación, entre otros.

c.3) REACCIÓN SOCIAL ALTERNATIVA.


Son partidarios de esta última forma de Reacción Social, aquellos que
apoyan las ideas y las teorías de la criminología crítica. La catalogan como la
inoperancia, inconveniencia, impotencia o injusticia procedentes de las reacciones
sociales tradicionales (institucional y no institucional). Esta a su vez muestra varias
manifestaciones:
c.3.1) DESCRIMINALIZACIÓN.
La descriminalización ocurre cuando una determinada conducta desaparece
del ámbito social como un hecho ilícito y reprochable. También se puede
conceptualizar como al hecho de hacer desaparecer o suprimir del ordenamiento
penal sustantivo, ordinario o especial, una determinada conducta que hasta ese
momento (el de la supresión de la norma) se consideraba típicamente antijurídica.

Esto ocurre cuando la reacción social, la institucional y la no institucional, se


manifiestan con beneplácito y tolerancia hacia ese hecho y deja de repudiarlo.

- 14 -
c.3.2) DESPENALIZACIÓN.
A diferencia de la descriminalización, se entiende como despenalización al
hecho de hacer desaparecer o suprimir del ordenamiento penal sustantivo,
ordinario o especial, la sanción aplicable a una determinada conducta que hasta
ese momento se considera típicamente antijurídica.

Según BARATTA 14 , será despenalización la sustitución de sanciones


penales actuales y vigentes, por otras medidas de control social menos
estigmatizantes (sanciones civiles o administrativas) sustituyéndolas también por
mecanismos de alternativos de reapropiación social.

En concreto, se elimina de la esfera jurídica la sanción impuesta y se


sustituye por una que no comporte una pena corporal. Un ejemplo muy fácil de
asimilar a este hecho es el delito de consumo de estupefacientes, que en alguna
oportunidad reportaba una pena corporal y luego fue modificada su sanción por
mecanismos tendientes a readaptar, educar y desintoxicar al consumidor de
drogas.
c.3.3) DESJUDICIALIZACIÓN.

La desjudicialización no busca una condena como fin de la pena. Busca


mecanismos alternativos a la solución de ese conflicto por vías que no sean las
jurisdiccionales. En otras palabras, le quita la facultad de aplicar una sanción al
Poder Judicial.

REYES ECHANDÍA 15 nos indica que en el ámbito criminológico, la


desjudicialización busca sacar del ámbito jurisdiccional ciertas formas delictivas y
busca mecanismos que hagan más factible el control social.

14
En REYES ECHANDÍA. Ob. Cit. Pág. 328.
15
Ob. Cit. Pág. 332.

- 15 -
c.3.4) DESPRISIONALIZACIÓN.

La desprisionalización busca el evitar, a toda costa, el sistema carcelario


como medio para aplicar las sanciones a los transgresores de la norma. Ya
tenemos en nuestro estamento jurídico adjetivo varios ejemplos de lo que son este
tipo de medidas: libertad condicional, arresto domiciliario, libertad vigilada, entre
otras.
CAPÍTULO II.
POLÍTICA CRIMINAL.

a. DEFINICIÓN.

Se entiende como la política (del politikós), al proceso y actividad


orientada, ideológicamente, a la toma de decisiones de un grupo para la
consecución de unos objetivos. La ciencia política estudia dicha conducta de una
forma académica utilizando técnicas de análisis político, por parte de quienes
desempeñan actividades profesionales a cargo del Estado o se presentan a
elecciones se denominan políticos. El término fue ampliamente utilizado en Atenas
a partir del siglo V antes de Cristo, en especial gracias a la obra de Aristóteles
titulada, precisamente, Política. También se define como política a la
comunicación dotada de un poder, relación de fuerzas 16 .

A la política, entonces, debe preocuparle e interesarle el bienestar de los


coasociados o integrantes de una determinada comunidad o sociedad. La Política
General la ejerce el Estado quien debe atender, vigilar, salvaguardar y resguardar
todos aquellos aspectos, frentes y conflictos de la vida social.

Dentro de esas tareas de la Política General del Estado encontramos varias


ramificaciones o divisiones, ya que el Estado como ente-gobierno, debe
desempeñar un sin número de actividades para lograr la máxima satisfacción de
sus gobernados. En esa clasificación encontramos la Política de Educación, la de

16
Definición encontrada en www.es.wikipedia.org

- 16 -
Sanidad, la de Deportes, la de Infraestructura General, la de Economía, y –por su
puesto- la Política Criminal. Esto podemos graficarlo de la siguiente manera:

Política
General
del
Estado

Política Política Política de Política de Política


Sanitaria Económica Educación Infraestructura Criminal

Cada una de esas ramificaciones (y tantas otras más) coexisten sin restarle
mérito ni importancia a las demás; incluso deben estar en perfecta consonancia
con los fines que se plantea la Política General para obtener su fin primordial, es
decir, la mayor y mejor satisfacción de sus gobernados.

Enfocándonos hacia la Política Criminal, encontramos que REYES


ECHANDÍA 17 la equipara a la reacción social institucional estudiada en capítulos
previos. Por lo tanto, la podemos definir como la respuesta o la reacción que el
Estado, a través de los organismos que lo componen, opone al fenómeno de la
criminalidad a través de los mecanismos existentes para ello.

VON LISTZ 18 la define como el conjunto sistemático de principios –


garantizados por la investigación científica de la causa de los delitos y la eficiencia
de la pena- según los cuales dirige el Estado su lucha contra el crimen por medio
de la pena y sus formas de ejecución.

17
Ob. Cit. Pág. 247.
18
En MOLINA ARRULA. Ob. Cit. Pág. 76.

- 17 -
SEPÚLVEDA 19 da una noción aún más elemental al definir la Política
Criminal como los medios empleados por el Estado para prevenir y/o reprimir la
criminalidad.

Para culminar con este compendio de definiciones doctrinales,


20
mencionamos la que LEVASSEUR nos aporta al mencionar que la Política
Criminal son todos los medios puestos en práctica para prevenir la génesis y el
desarrollo de la criminalidad.

Viene ahora necesario destacar, que ha existido una gran diatriba entre
calificados autores, por el carácter científico de la Política Criminal. Como
acabamos de ver VON LISTZ le otorga ese título (el de ciencia) por cuanto aplica
métodos de investigación científica para determinar la causa del delito y la
eficiencia de la pena.

JIMÉNEZ DE ASÚA tan sólo habla de que era parte del “arte de legislar”
más no era una disciplina científica. Por su parte, CUELLO CALON le endilga ser
un criterio directivo de la reforma penal que debe fundamentarse en el estudio
científico que otras disciplinas distintas a la Política Criminal deben hacer de la
delincuencia, del delito, de la pena y de la defensa social frente a este fenómeno.

Para SOSA CHACÍN es una simple disciplina o arte que tiene por misión
específica observar al fenómeno de la criminalidad en un lugar y tiempo
determinados, para luego sacar conclusiones al respecto y emitir
recomendaciones.

Independientemente de esta discusión, que al parecer queda en un huerto


estéril, debemos circunscribir y concluir en torno a ellas una definición de Política

19
SEPÚLVEDA JUAN GUILLERMO en ASOCIACIÓN COLOMBIANA DE CRIMINOLOGÍA
“ALFONSO REYES ECHANDÍA” (1988) “Lecciones de Criminología”. Compilación de varios
autores. Editorial Temis, S.A. Bogotá. Colombia. Pág. 87.
20
LEVASSEUR, GEORGES en ASOCIACIÓN COLOMBIANA DE CRIMINOLOGÍA “ALFONSO
REYES ECHANDÍA” (1988) “Lecciones de Criminología”. Compilación de varios autores.
Editorial Temis, S.A. Bogotá. Colombia. Pág. 87.

- 18 -
Criminal. Esta puede ser: Que es una rama de la Política General del Estado, que
señala o sugiere cuál es o debe ser la conducta que debe asumir el mismo Estado
con miras a prevenir o reprimir una determinada conducta criminal.

b. LA POLÍTICA CRIMINAL Y EL DERECHO PENAL.


Teniendo en claro la definición de la Política Criminal y, a manera de ilustrar
este aparte, basta con recordar una de aquellas concepciones del Derecho Penal
que la define como aquella rama del Derecho Público que comprende el conjunto
de normas y disposiciones jurídicas que regulan el ejercicio del poder sancionador
y preventivo del Estado, estableciendo el concepto de delito como presupuesto de
la acción estatal, así como la responsabilidad del sujeto activo, y asociando a la
infracción de la norma una pena finalista o una medida aseguradora, podemos
ahora entonces, establecer las relaciones, divergencias o similitudes que puede
existir entre una y otra.

Revisando uno y otro concepto, no es difícil establecer que la relación entre


la Política Criminal y el Derecho Penal es más estrecha de lo que pensamos.
Especialmente, si dirigimos nuestra atención al Derecho Penal Especial que
refiere a la formulación de las normas que concretamente prevén los tipos o
especies delictivas en particular (los hechos considerados dañosos para la
sociedad) y las penas o sanciones aplicables a sus infractores.

No por lo dicho antes se debe desmerecer que la Política Criminal también


realiza importantes aportes al Derecho Penal General, ya que la primera ejerce
una influencia directa en la segunda cuando el legislador (el Estado Legislador)
produce sus normas debe necesariamente nutrirse de sus conclusiones.

Tampoco puede obviarse los aportes que hace la Política Criminal a esa
parte del Derecho Penal que podemos denominar “ejecutivo”, el cual se dedica a
aplicar las medidas necesarias de prevención, represión y profilaxis social con
miras a enfrentarse al flagelo de la criminalidad.

- 19 -
Así, hemos de concluir que la línea que une o relaciona a la Política
Criminal con el Derecho Penal es bastante gruesa, visible y palpable; para nada
fina ni rebuscada. No se podrá decir que la Política es parte del Derecho Penal
pero si debe afirmarse que la primera auxilia a la segunda.

c. LA POLÍTICA CRIMINAL Y LA CRIMINOLOGÍA.

También es importante establecer las relaciones existentes y las posibles


diferencias entre la Política Criminal y la Criminología. Ya conocemos la definición
de la primera; ahora hagamos un repaso sobre la concepción de la segunda
tomando como referencia la que le otorga DEVIS ECHANDÍA 21 al señalar que es
aquella ciencia que tiene por objeto el estudio de la criminalidad, de las personas
vinculadas a ellas (del delincuente en sí) y de la reacción social que pueda
suscitar.

Traigo a colación la referencia de DEVIS ECHANDÍA ya que con ella


podemos establecer con facilidad que la Política Criminal, como manifestación
institucional de la reacción social, es una ciencia que coadyuva a lograr los fines
de la Criminología.

Ahora bien, según GOPPINGER 22 la Criminología se convierte en una


referencia para la Política Criminal, esto es, en la base material sobre la cual se
configura la estrategia a adoptar por el Estado respecto de la criminalidad y el
control. Así encontramos una idea divergente con respecto a la anterior, ya que
según este autor la Política Criminal se auxilia de la Criminología y no al revés.

En una posición personal, creo que la relación entre una y otra es


totalmente bidireccional, es decir, una y otra se sirve mutuamente dependiendo de
los fines que persigan en un momento determinado.

Otra corriente fija como punto de diferenciación entre una y otra que la
Criminología estudia la génesis y el por qué de la criminalidad, así como la

21
DEVIS ECHANDÍA, ALFONSO. Ob. Cit. Pág. 26.
22
GOPPINGER, HANS en MOLINA ARRUBLA, CARLOS MARIO, Ob. Cit. Pági. 83.

- 20 -
reacción social que puede presentarse ante tal fenómeno en una determinada
sociedad, la Política Criminal se preocupa por establecer cuáles son los
instrumentos o mecanismos más adecuados y efectivos con los que el aparato
estatal puede combatir la criminalidad, señalando al mismo tiempo, unas formas
de reacción social (la institucional) con las cuales hacer frente al delito.

CAPÍTULO III.
LA RESPONSABILIDAD DEL ESTADO.
EL CASO VENEZOLANO

Cuando nos referimos a la responsabilidad del Estado en la Política


Criminal, debemos –nuevamente- revisar el concepto de Política General del
Estado y –luego de ello- dejar por sentado que la misma (la Criminal) es una de
sus ramificaciones que atiende a las respuestas impulsos que institucionalmente
deben emanar de sus entes frente al fenómeno de la criminalidad, bien para
prevenirla o para reprimirla.

Cada una de las políticas que el Estado debe implementar para satisfacer
las necesidades de sus administrados o gobernados tienen particular importancia;
claro está, cada una atendiendo la especialidad a que refieren.

Cada Estado o gobierno tiene necesidades generales y particulares


distintas con respecto a otros. Cada sociedad, cada pueblo tiene su propia
idiosincrasia; su propia forma de convivir; sus propios y particulares problemas
que atender; y dentro de las mismas sociedades coexisten otras tantas
manifestaciones sociales de plural significación.

Estos problemas, que se traducen en conflictos, ameritan una respuesta tan


particular como la misma necesidad que está afrontando. Ya la Criminología, en
sus diversas escuelas, nos ha enseñado que la criminalidad no tiene una misma
génesis y desarrollo en todas partes; por lo tanto, la Política Criminal de cada país

- 21 -
debe ser tan propia y particular como lo sea su criminalidad. Venezuela, por su
puesto, no es una excepción.

Revisando el caso venezolano, debemos remitirnos al contenido de la


Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (1999) 23 , la cual consagra
desde su Exposición de Motivos cuál es el marco legal que le sirve de soporte al
Estado para desarrollar su política general y luego la decanta en cada una de sus
políticas particulares (o sectoriales). Ahí vemos con meridiana facilidad cuáles son
las diversas responsabilidades que el Estado debe asumir para lograr los fines
consagrados en esa Carta Magna. Viene al caso traer a este trabajo, parte del
texto de su Preámbulo. Veamos:

“…con el fin supremo de refundar la República


para establecer una sociedad democrática,
participativa y protagónica, multiétnica y
pluricultural en un Estado de justicia, federal y
descentralizado, que consolide los valores de la
libertad, la independencia, la paz, la solidaridad, el
bien común, la integridad territorial, la convivencia
y el imperio de la ley para esta y las futuras
generaciones; asegure el derecho a la vida, al
trabajo, a la cultura, a la educación, a la justicia
social y a la igualdad sin discriminación ni
subordinación alguna; promueva la cooperación
pacífica entre las naciones e impulse y consolide
la integración latinoamericana de acuerdo con el
principio de no intervención y autodeterminación
de los pueblos, la garantía universal e indivisible
de los derechos humanos, la democratización de
la sociedad internacional, el desarme nuclear, el
23
Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (1999) Gaceta Oficial Nº 5.453
Extraordinario, del 24 de marzo de 2000.

- 22 -
equilibrio ecológico y los bienes jurídicos
ambientales como patrimonio común e
irrenunciable de la humanidad;…”

Cada una de las frases que integra ese texto, contiene un fin particular del
Estado que le debe proporcionar a su pueblo, a sus gobernados o administrados
la máxima suma de felicidad posible.

En lo tocante a la Política Criminal encontramos varios señalamientos de


interés, tales como “…que consolide los valores de la libertad…el bien común… la
convivencia y el imperio de la ley… asegure el derecho a la vida… a la justicia
social y a la igualdad sin discriminación ni subordinación alguna… la garantía
universal e indivisible de los derechos humanos…”. Claro está que estos intereses
no son del único y exclusivo campo de la Política Criminal, ya que muchos de ellos
son compartidos por otras de las ramas de la Política General del Estado.

Ahora bien, precisando el contenido de nuestra Carta Política, encontramos


en su artículo 3 la clara determinación de cuáles son los fines que persigue el
Estado. Veamos:

“Artículo 3. El Estado tiene como fines esenciales la


defensa y el desarrollo de la persona y el respeto a su
dignidad, el ejercicio democrático de la voluntad
popular, la construcción de una sociedad justa y
amante de la paz, la promoción de la prosperidad y
bienestar del pueblo y la garantía del cumplimiento de
los principios, derechos y deberes reconocidos y
consagrados en esta Constitución. La educación y el
trabajo son los procesos fundamentales para alcanzar
dichos fines.”

- 23 -
Cada uno de esos fines o ideales representa un punto o elemento de la
sumatoria general que debe tener como resultado –cual operación aritmética- el
lograr la mayor cantidad de felicidad posible para el pueblo.

Precisando nuestras ideas, la Constitución de 1999, con respecto a la


Política Criminal, define lo que debe perseguir el Estado para satisfacer esa
demanda específica que la población requiere de prevenir, reprimir o tratar el
fenómeno de la delincuencia. Los artículos 29, 45, 55, 114, 132, 156, 271, 272,
326, 332 y sus Disposiciones Transitorias Tercera y Quinta (aún transitorias)
son una muestra de ello. Para fines ilustrativos, se transcriben algunos de los
mencionados artículos. Veamos:

“Artículo 156. Es de la competencia del Poder Público


Nacional…2. La defensa y suprema vigilancia de los
intereses generales de la República, la conservación de
la paz pública y la recta aplicación de la ley en todo el
territorio nacional…”

“Artículo 271. En ningún caso podrá ser negada la


extradición de los extranjeros o extranjeras
responsables de los delitos de deslegitimación de
capitales, drogas, delincuencia organizada
internacional, hechos contra el patrimonio público de
otros Estados y contra los derechos humanos. No
prescribirán las acciones judiciales dirigidas a
sancionar los delitos contra los derechos humanos, o
contra el patrimonio público o el tráfico de
estupefacientes. Asimismo, previa decisión judicial,
serán confiscados los bienes provenientes de las
actividades relacionadas con los delitos contra el
patrimonio público o con el tráfico de
estupefacientes…”

- 24 -
“Artículo 272. El Estado garantizará un sistema
penitenciario que asegure la rehabilitación del interno o
interna y el respeto a sus derechos humanos. Para ello,
los establecimientos penitenciarios contarán con
espacios para el trabajo, el estudio, el deporte y la
recreación; funcionarán bajo la dirección de
penitenciaristas profesionales con credenciales
académicas universitarias y se regirán por una
administración descentralizada, a cargo de los
gobiernos estadales o municipales, pudiendo ser
sometidos a modalidades de privatización. En general,
se preferirá en ellos el régimen abierto y el carácter de
colonias agrícolas penitenciarias. En todo caso, las
fórmulas de cumplimiento de penas no privativas de la
libertad se aplicarán con preferencia a las medidas de
naturaleza reclusoria. El Estado creará las instituciones
indispensables para la asistencia pospenitenciaria que
posibilite la reinserción social del exinterno o exinterna
y propiciará la creación de un ente penitenciario con
carácter autónomo y con personal exclusivamente
técnico.”

“Artículo 326. La seguridad de la Nación se


fundamenta en la corresponsabilidad entre el Estado y
la sociedad civil, para dar cumplimiento a los principios
de independencia, democracia, igualdad, paz, libertad,
justicia, solidaridad, promoción y conservación
ambiental y afirmación de los derechos humanos, así
como en la satisfacción progresiva de las necesidades
individuales y colectivas de los venezolanos y
venezolanas, sobre las bases de un desarrollo

- 25 -
sustentable y productivo de plena cobertura para la
comunidad nacional. El principio de la
corresponsabilidad se ejerce sobre los ámbitos
económico, social, político, cultural, geográfico,
ambiental y militar.”

“Artículo 332. El Ejecutivo Nacional, para mantener y


restablecer el orden público, proteger a los ciudadanos
y ciudadanas, hogares y familias, apoyar las decisiones
de las autoridades competentes y asegurar el pacífico
disfrute de las garantías y derechos constitucionales,
de conformidad con la ley, organizará:
1. Un cuerpo uniformado de policía nacional. 2. Un
cuerpo de investigaciones científicas, penales y
criminalísticas…Los órganos de seguridad ciudadana
son de carácter civil y respetarán la dignidad y los
derechos humanos, sin discriminación alguna. La
función de los órganos de seguridad ciudadana
constituye una competencia concurrente con los
Estados y Municipios en los términos establecidos en
esta Constitución y en la ley.”

“Tercera. La Asamblea Nacional, dentro de los


primeros seis meses siguientes a su instalación,
aprobará: 1. Una reforma parcial del Código Penal para
incluir el delito de desaparición forzada de personas,
previsto en el artículo 45 de esta
Constitución. Mientras no se apruebe esta reforma se
aplicará, en lo que sea posible, la Convención
Interamericana Sobre Desaparición Forzada de
Personas.”

- 26 -
Luego de estos ejemplos, nos toca decir que la Ley (en las manos
productoras el Estado Legislador) se ha encargado de desarrollar esos principios
constitucionales (por lo menos en una parte), reformando las Leyes que estaban
vigentes antes de su promulgación en 1999 y que, en algunos aspectos generales
o específicos, la contrariaban.

Mas recientemente, el 26 de agosto de 2008 fue publicada una última


reforma parcial del Código Orgánico Procesal Penal, atendiendo a específicos
elementos que pretenden darle mayor celeridad a los procesos penales y
beneficiar a reclusos y condenados por ciertos delitos con medidas sustitutivas a
la privación de la libertad. Se debe entender entonces que estamos en presencia
de hechos protagonizados por el Estado, en la figura de la Asamblea Nacional (el
legislador), que ha tomado medidas de Política Criminal atendiendo a los
requerimientos de –quizás- un sector particular de la sociedad (los sometidos a
juicio criminal y los condenados).

Previamente, en el año 2007 fue promulgada la Ley Orgánica Sobre el


Derecho de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia 24 , que derogó a la Ley
contra la Violencia de la Mujer y la Familia, creando – a su vez- un nuevo estándar
de tipos criminales que tienen como sujeto pasivo o bien jurídico protegido a la
vida del ser humano del género femenino. Todo hace parecer, que cuando se
preparó, discutió, debatió, aprobó y refrendó esa norma, detrás de ella había parte
de Política Criminal atendiendo un llamado o clamor social de frenar, disipar y –en
extremo- reprimir toda esa clase de delitos y vejámenes contra las mujeres.

Con estas pequeñas muestras traídas de nuestra más conocida esfera


ciudadana, resaltamos el valor e importancia de la responsabilidad que tiene el
Estado en materia de Política Criminal. Esa responsabilidad se diluye en cada una
de sus distintas esferas y escalafones; vale decir, el Poder Ejecutivo (nacional,
estadal y municipal) tiene una alícuota de esa responsabilidad, el Poder

24
Ley Orgánica Sobre el Derecho de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia (2007) Gaceta
Oficial Nº 38.668 del 20 de abril de 2007.

- 27 -
Legislativo (sólo en el ámbito nacional por aquello de la Reserva Legal) también
tiene una alícuota; igual ocurre con el Poder Judicial e incluso, el mismo Poder
Moral tiene una importantísima cuota de esa responsabilidad, sobre todo en
cuanto a la responsabilidad funcionarial de los que ejercen el poder del Estado.

Los gobernantes son llevados al poder (en el caso de Venezuela) por la


decisión popular de la mayoría de sus ciudadanos (el voto). Éstos (los ciudadanos)
apoyan a aquéllos (los gobernantes electos) porque entienden que han sabido
interpretar cuál es el nivel máximo de felicidad –particular y colectiva- que desean
y aspiran lograr.

Así, de acuerdo al Pacto Social vigente (nuestra Constitución), esos


gobernantes electos que guiarán los destinos del Estado quedan revestidos no
sólo de la autoridad que les permite gobernar, sino de la responsabilidad de lograr
y alcanzar las metas exigidas por sus administrados.

La Política Criminal no es ajena a esa responsabilidad. Es tan fundamental


como cualquier otra de las otras ramas de la Política General y de su acertada
planificación y ejecución dependerá el éxito o fracaso de las metas trazadas. Por
lo general se asimila al proyectar una buena o mala Política Criminal, al nivel de
seguridad ciudadana que se percibe en la población. Seguridad ésta que implica la
protección de las personas (física, moral y espiritualmente hablando), sus bienes,
pertenencias y objetos de interés.

He aquí entonces, en cuanto al tema central de esta monografía, cuanto es


importante es la responsabilidad del Estado en esta materia.

- 28 -
CONCLUSIONES
A modo de conclusiones finales, sobre tan amplio material estudiado,
expongo lo siguiente:

La Reacción Social es el lenguaje que los ciudadanos emplean para


repeler, contraponerse o combatir una determinada situación que le es perjudicial,
en lo individual o en lo grupal como sociedad. Podemos entonces, en lo que esta
materia que estudiamos en particular le interesa, hablar de forma bien genérica de
una Reacción Social Criminal.

Esa Reacción Social, dependiendo de quien la ejerza puede presentar


varias formas: Institucional si es llevada por los órganos que integran al Poder
Público; No Institucional si se manifiesta a través de la ciudadanía común, no
revestida de autoridad estadal; y también puede darse de formas Alternativas, bien
sea por medio de la Descriminalización, Despenalización, Desjudicialización o
Desprisionalización de las conductas criminales.

A su vez, la Reacción Social Criminal puede tener varios contenidos,


dependiendo de cómo se pretende responder al flagelo de la criminalidad o
delincuencia, esto es bien por vía de la prevención, el control, la represión, la
profilaxis o por formas eclécticas.

Luego de este estudio, pasamos a las consideraciones propias de la


Política Criminal, entendida ab initio como una Reacción Social Criminal
Institucional ya que su estudio, planificación, coordinación y ejecución estará
sometido siempre a la tutela o control (valga la redundancia) del Estado en
cualquiera de sus facetas y niveles. También concluimos en que la Política
Criminal guarda estrecha relación de colaboración o auxilio con el Derecho Penal,
ya que de aquella dependerá mucho la aplicabilidad y reformas de las normas
(adjetivas y sustantivas) consagradas en las últimas. Igual relación positiva tiene
con la Criminología, ya que mientras la primera se encarga de estudiar la génesis

- 29 -
u origen del fenómeno criminal y su evolución, la Política Criminal estudia el cómo
prevenirla o reprimirla, como respuesta a las necesidades que presenta el
colectivo.

Finalmente hay que destacar, a la luz de la institucionalidad que envuelve a


la Política Criminal, que la responsabilidad del Estado en su correcta y asertiva
aplicación es fundamental y -de sobre manera- indelegable en ningún otro
ciudadano que no lo integre. La paz social y el logro de los fines y metas que se
proponga el colectivo son tareas que sólo al Estado obligan; eso sí, entiéndase
Estado en la persona de los gobernantes que lo regentan y que –a su vez- son los
representantes directos de los ciudadanos dado que han sido elegidos para llevar
adelante tan sacra función.

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