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REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

Lic. César Camacho

Año 2011
INTRODUCCIÓN

La vulnerabilidad es el resultado de muchos factores, algunos de los cuales


se relacionan con políticas e instituciones y con la carencia de activos. Por
ejemplo, muchos habitantes urbanos pobres son vulnerables debido a su
situación legal informal, condiciones de vida precarias (físicas y sociales) y la
falta de una producción de subsistencia.

La percepción es un factor importante que se debe considerar cuando se


comunican riesgos. Diversos estudios en antropología y sociología han
mostrado que la percepción y la aceptación de un riesgo tienen sus raíces en
factores culturales y sociales.

El concepto de vulnerabilidad ha penetrado con fuerza desde hace unos


años en las ciencias sociales y, en particular, en el campo de los estudios
sobre el desarrollo.
Percepción y Vulnerabilidad

La percepción se entiende como la propensión de la gente y las actividades


a sufrir daños o cambios adversos ante la ocurrencia de cualquier evento de
significativa intensidad. Conocer la percepción de un determinado problema
ambiental en una comunidad es fundamental para poder elaborar un plan de
comunicación de riesgos efectivo.

Relevancia de la Percepción

a) Las percepciones sobre la cotidianidad orientan e impulsan fuertemente


la acción de las personas en su vida cotidiana.
b) Permiten conocer cuáles son los elementos que articulan la realidad de
las personas, en cuanto a realidad vivida y qué perciben como real.
c) Sobre esa cotidianidad percibida como realidad, las personas generan
un sentido común, que es proyectado al nivel de las instituciones, los
valores, las normas, etc.

La percepción se constituye en un concepto bisagra entre la psicología y la


antropología, pues, ciertamente, en el contexto de la necesidad colectiva de
desarrollar conductas “efectivamente adaptativas” frente a situaciones de
desastres, la percepción es fundamental como proceso básico de “extracción
de información”.

La percepción colectiva distorsionada ha incidido en el proceso de


identificación del riesgo (evaluación de amenazas y vulnerabilidades) y ha
subvalorizado la prevención de éste, ambos aspectos se hallan estrictamente
vinculados a las representaciones culturales e implicados en el problema de la
gestión (Jiménez, 2005:15).

Análisis de la Vulnerabilidad

Para analizar las situaciones de vulnerabilidad, se proponen las siguientes


dimensiones:

1. Vinculada a los tipos y formas de la organización familiar, así como a la


posición social de los hogares, ya que las características
sociodemográficas de los hogares y su ubicación social importan para
analizar requerimientos y necesidades y la posibilidad de satisfacción,
según diferentes etapas del ciclo vital, responsabilidades según género y
generaciones.
2. Ligadas a las características educacionales, ya que no sólo advierte
sobre las capacidades operativas de la población y la posibilidad de dar
respuestas a los requerimientos del mercado laboral, sino también de los
posibles niveles en la adquisición de, y en la exposición a, redes de
socialización.
3. Con relación al ámbito laboral, ya que el trabajo como recurso generador
de recursos, no sólo posibilita el sustento material de la existencia, sino
también que determinadas formas y condiciones de trabajo provean –o
no- seguridad, reconocimiento e inserción en alguna clase de
mecanismo de integración y cohesión social.
4. Con aspectos relativos a lo previsional ya que muchas de las garantías
asociadas a la condición salarial están en retroceso.

Vulnerabilidad y Carencias de Desarrollo

Si bien es cierto que algunas circunstancias sociales pueden considerarse


como aspectos asociados con la vulnerabilidad desde la perspectiva de los
desastres, no siempre dichos aspectos pueden considerarse como la
vulnerabilidad misma. Un ejemplo es el caso de la pobreza, la cual puede
considerarse como un factor o como una causa de la vulnerabilidad ante cierto
tipo de sucesos, mas la pobreza no es la vulnerabilidad a la cual se está
haciendo referencia. Por esta razón, es necesario estudiar detenidamente los
factores que hacen que las poblaciones sean vulnerables a los fenómenos que
caracterizan a las amenazas. Sin duda, muchos desastres actualmente son el
producto de factores económicos y políticos, muchas veces exacerbados por
presiones, que concentran población en áreas de peligro.

La vulnerabilidad de los asentamientos humanos está íntimamente ligada a


los procesos sociales que allí se desarrollan y está relacionada con la
fragilidad, la susceptibilidad o la falta de resiliencia de los elementos expuestos
ante amenazas de diferente índole. Por otra parte, la vulnerabilidad esta
íntimamente ligada a la degradación ambiental, no solo urbana sino en general
del entorno natural intervenido o en proceso de transformación.

Por lo tanto, la degradación del entorno, el empobrecimiento y los desastres


no son otra cosa que sucesos ambientales y su materialización es el resultado
de la construcción social del riesgo, mediante la gestación en unos casos de la
vulnerabilidad y en otros casos de amenazas o de ambas circunstancias
simultáneamente.

En consecuencia, desde el punto de vista social, la vulnerabilidad refleja una


carencia o déficit de desarrollo ya que el riesgo se genera y se construye
socialmente.
CONCLUSIÓN

El riesgo y la vulnerabilidad se presentan actualmente como un tema de


interés público. Los problemas que se enfrentan en su solución abarcan desde
los relacionados con la gestión y aplicación de los recursos financieros hasta los
de tipo administrativo, operativo y legal, que son un prerrequisito para lograr
avances en esta materia.

Entre los factores que limitan la efectividad de las acciones de prevención y


control del riesgo se cuentan la falta de disposiciones y controles reglamentarios
en aspectos particulares de riesgo, sin los cuales la población continúa
realizando prácticas indebidas y la autoridad teniendo incapacidad de
intervención y laxitud en las acciones de prevención y control.

Ante las dificultades para controlar el crecimiento urbano en zonas de riesgo,


es imperativo desarrollar nuevos enfoques y alternativas de solución, que
incluyan el monitoreo periódico de casos de riesgo para identificar aquellos que
muestran periodicidad o reincidencia e iniciar un programa de análisis y
seguimiento.

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