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La Ley General de Educación, Las leyes estatales

y las Instituciones particulares de Educación Superior

Luis Vega García

El ámbito espacial de validez de la incorporación al sistema educativo

Los particulares y la educación

En la Constitución Política se incorporan las decisiones políticas


fundamentales de una nación, los principios transcendentes que determinan el ser y
la manera de ser de un Estado: la forma de gobierno, los derechos y obligaciones de
los individuos, las facultades y obligaciones que tienen sus órganos de gobierno y, en
suma, el proyecto ideológico y las aspiraciones compartidas.
La Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos determina que el
Estado Mexicano, para lograr sus fines, se organiza como una federación con tres
ámbitos de competencia: federal, estatal y municipal.
El artículo tercero constitucional determina como un deber de Estado –
federación, estados y municipios- impartir educación preescolar, primaria y
secundaria, así como promover y atender los demás tipos, niveles y modalidades
educativas, incluyendo la superior.
La propia Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos establece
como facultad del Congreso de la Unión expedir las leyes necesarias para distribuir
la función social educativa entre la federación, los estados y los municipios,
señalando que la educación es un servicio público.
El servicio público es una actividad técnica, directa e indirecta, de la propia
administración pública o autorizada a los particulares, creada y controlada para
asegurar –de una manera permanente, regular- la satisfacción de una necesidad
colectiva de interés general, sujeto a un régimen especial de derecho público.
Por lo tanto, la participación de los particulares en esta actividad se realiza a
través de una concesión del Estado; esta es la figura jurídico-administrativa por
medio de la cual el Estado permite que un particular preste un servicio público.
La actividad de los particulares concesionarios de la prestación de un servicio
público se rige siempre por disposiciones de derecho público, y es en la normatividad
correspondiente donde se establecerán los mecanismos jurídicos necesarios para
que se incorporen como prestadores del servicio.
Los elementos con que la doctrina jurídica ha caracterizado al servicio público
son:
a) Estar determinado en una norma jurídica
b) Responder a una necesidad colectiva
c) Su desempeño requiere de una organización establecida ex profeso (la SEP
en este caso particular)
d) Su presentación deber ser regular, en cuanto pueda ser previsible en el
espacio y el tiempo, proporcionando certidumbre al usuario; uniforme en razón
de que se prevea en las condiciones y calidad fijadas, sin discriminación ni
privilegio alguno; continua en razón de que requiere ser permanente y
técnicamente adecuada para satisfacer las expectativas de la necesidad para
la cal fue creada.
En el caso del servicio público educativo, existen dos mecanismos por medio
de los cuales los particulares tienen acceso a la concesión por parte del Estado: la
autorización, que como ya mencionamos es aplicable cuando el particular está
interesado en impartir estudios de primaria, secundaria, normal y demás para la
formación de maestros de educación básica, o bien, el reconocimiento de validez
oficial de estudios cuando se trata de estudios distintos a los antes mencionados.
Estas dos figuras jurídicas están establecidas en la propia constitución federal
y son desarrolladas por la Ley General de Educación, la cual en su artículo 10 señala
que la educación que imparten el Estado, sus organismos descentralizados y los
particulares con autorización o reconocimiento de validez oficial de estudios, es en
servicio público.

La autorización y el reconocimiento de validez oficial de estudios

El Estado ha creado un Sistema Educativo Nacional como mecanismo para


satisfacer la necesidad de educación en la sociedad. Este sistema se conforma por
alumnos, maestros, planes, programas, materiales y métodos educativos,
instituciones educativas del estado y de sus organismos descentralizados, e
instituciones de educación superior a las que por ley se dota de autonomía y por las
instituciones de los particulares que cuentan con autorización o con reconocimiento
de validez oficial de estudios, a través de un acto genérico de autoridad, que es
denominado por el párrafo tercero del artículo 54 de la Ley General de Educación:
Incorporación. Tanto la autorización como el reconocimiento de validez oficial de
estudios tienen como propósito incorporar a los particulares que impartan educación
al Sistema Educativo Nacional creado para dar satisfacción a la necesidad colectiva
de educación.

La autorización se distingue del reconocimiento, en cuanto que aquella es por


antonomasia previa y expresa a la impartición de educación primaria, secundaria,
normal y demás para la formación de maestros de educación básica, de tal manera
que sin autorización no es posible que el particular imparta tales tipos y niveles
educativos.
Por tratarse de un acto administrativo que surte efectos jurídicos ante terceros,
la incorporación de estudios al Sistema Educativo Nacional debe reunir las
características que señalan las leyes de procedimiento administrativo, es decir, ser
expedido por una autoridad competente; cumplir con las finalidades del interés
público; ser por escrito y con la firma del responsable; que no medie error sobre el
objeto, causa o motivo, o sobre el fin del acto; ser expedido sin que medie dolo o
violencia en su emisión, pero sobre todo, estar fundado y motivado.
Por su parte, los elementos de acto administrativo exigen que este sea
expedido sin que medie error sobre el objeto, causa o motivo, o sobre el fin del acto.
Tomando en consideración ambos factores y sumándolos a las previsiones de
la Ley General de Educación y de la Ley para la Coordinación de Educación
Superior, podemos deducir que los efectos de la incorporación son:
a) La autorización o el reconocimiento de validez oficial de estudios son
específicos para cada plan de estudios.
b) La incorporación es para un plantel, extensión o dependencia determinados.
c) La autorización o el reconocimiento que otorguen los estados o el Distrito
Federal.
d) Solo rigen respecto de sus propios territorios.
En consecuencia, los particulares no pueden indiscriminadamente crear un
nuevo plan de estudios, plantel, extensión o dependencia, pues para ello requieren
de un nuevo acuerdo de incorporación.
Los organismos descentralizados y los órganos desconcentrados pueden
autorizar o reconocer estudios, cuando en sus leyes o decretos de creación se
encuentran facultados para ello, bien se federales o estatales, y es indispensable que
en los ordenamientos que los rigen, se manifieste con toda claridad que poseen esa
facultad de incorporar, pues en caso contrario sus actos serían nulos.
En consecuencia, quienes pueden autorizar o reconocer estudios son las
autoridades educativas federales o estatales, las instituciones de educación superior
autónomas creadas por el Congreso de la Unión o los congresos estatales, así como
los organismos descentralizados y los órganos desconcentrados, siempre y cuando
su instrumento jurídico los faculte para ello. Por esta razón, son las entidades de
derecho público y no los particulares quienes puedan incorporar estudios al Sistema
Educativo Nacional.

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