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OSCAR ALTIMIR1
1. Introducción
1
El autor es funcionario de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe
(CEPAL) de las Naciones Unidas. Las opiniones vertidas en este trabajo de ningún
modo comprometen la de la organización a la que pertenece. Se deja expreso
reconocimiento a la contribución de la señora Mabel Bullemore en el procesamiento
y manipulación de los datos, quien los realizara como parte de un trabajo a escala
latinoamericana que dirigiera el autor.
2. Fuentes de información
2
El último estudio comprehensivo del sistema fiscal argentino (CONADE, 1967),
realizado con datos impositivos correspondientes a 1959, encontró que los
receptores de beneficios o utilidades y de ingresos de la propiedad que declaraban
ingresos imponibles representaban alrededor del 31 por ciento del total de
receptores de esos tipos de ingresos y que los ingresos por ellos declarados
equivalían solo a un 22 por ciento del total estimado de esos tipos de ingreso.
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El único intento que conozco de procesar los registros de las declaraciones de los
empleadores al sistema de seguridad social es el realizado por Fernández Bussy
(1969) para el entonces Ministerio de Bienestar Social, el que no llegó a ser
publicado.
los ingresos de diferente tipo percibidos por los hogares, lo que hace
posible confrontar con ellas las mediciones de ingresos de cada tipo
obtenidas de las encuestas de hogares. Las series oficiales
actualmente en vigencia (BCRA, 1984), sin embargo, no incluyen el
ingreso de los hogares; ello obliga a utilizar como patrón de
referencia, para comparar los resultados de las encuestas más
recientes, las estimaciones del consumo privado a precios corrientes
—obtenido, en las cuentas nacionales, por residuo— como una
aproximación de mínima al ingreso disponible de los hogares.
Naturalmente, no es válido comparar directamente los resultados
de las encuestas de cobertura subnacional con las estimaciones de
cuentas nacionales, que se refieren al total del país. Para obtener, a
partir de los promedios de cuentas nacionales, patrones
conceptualmente equivalentes que correspondieran al Gran Buenos
Aires, hemos aplicado diferenciales de ingreso derivados de las
estimaciones disponibles del producto regional, de acuerdo con los
razonamientos que se explicitan en el Apéndice C.
En el cuadro 2 se comparan los ingresos per cápita resultantes de
las diversas encuestas de hogares realizadas en el Gran Buenos Aires
con los promedios per cápita del consumo privado y del ingreso de los
hogares obtenidos a partir de las cuentas nacionales, ajustados para
esta área de cobertura y a los períodos de referencia de los ingresos
de las respectivas encuestas.
En el cuadro 3 se comparan, por otra parte, los ingresos medios de
cada tipo medidos por las diferentes encuestas. La disponibilidad de
información de las anteriores series de cuentas nacionales posibilita
comparar, asimismo, los de las encuestas realizadas en torno a 1970
con los correspondientes promedios per cápita por tipo de ingreso
derivados de las cuentas nacionales.
A esta altura de la discusión, resulta casi innecesario destacar el poco
confortable grado de imprecisión de los patrones de referencia
utilizados en la comparación. Este no llega, sin embargo, a invalidar
su utilidad para apreciar el grado relativo de confiabilidad y, sobre
todo, la comparabilidad recíproca de los resultados de las diversas
encuestas disponibles.
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Como resultado de las sucesivas transformaciones que se detallan en el Apéndice
A, el ingreso de los hogares de las distribuciones por niveles resultó entre un 3 y un
4 por ciento inferior —según el año de que se trate— al agregado de similar
cobertura conceptual derivado de las cuentas nacionales que se estimaran en la
misma investigación. Como las distribuciones excluyen los ingresos imputados a los
hogares y otras partidas, sus totales resultaron alrededor de un 6 por ciento
inferiores al ingreso familiar total de las cuentas nacionales (CONADE, 1965 a);
tomo I, cuadro I 30. Si se consideran las revisiones ulteriores de las cuentas
nacionales, la discrepancia de la distribución correspondiente a 1961 se ampliaría
en un 2 por ciento.
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Tomando en consideración el diferencial del ingreso Gran Buenos Aires/Total del
país (1,25) y comparando, en este caso, los resultados de la encuesta con el
concepto de ingreso total de los hogares de las cuentas nacionales.
7
Los ingresos de transferencias registrados por la encuesta incluyen transferencias
provenientes de otros hogares, las que resultan eliminadas, por efecto de la
consolidación, en las cuentas nacionales. Los otros ingresos investigados por esta
encuesta constituyen principalmente ingresos transitorios, incluyendo también
transferencias entre hogares de tipo ocasional, y transferencias de capital, que
quedan fuera del marco de registro de transacciones corrientes de las cuentas
nacionales.
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De acuerdo con los resultados de esta encuesta publicados por Dieguez y
Petrecolla (1979, cuadro 2) sólo una quinta parte de los ingresos de la propiedad
corresponden a ingresos en efectivo, mientras que el resto —que representa un
17,5 por ciento del ingreso total de los hogares— corresponde a alquileres
imputados. Mas allá de las diferencias conceptuales de las cuentas nacionales
(donde se computa sólo el valor agregado de los servicios prestados por las
viviendas ocupadas por sus propios dueños), de Su probable subestimación en esas
cuentas y del error adicional que puede introducir en este rubro nuestro
tratamiento del patrón de referencia (al suponer el mismo diferencial en el Gran
buenos aires que para los otros ingresos de la propiedad), cabe pensar en sesgos
sobreestimativos del valor de la casa propia o, incluso, en los hogares que habitan
Su propia vivienda puedan estar sobrerepresentados en la muestra.
9
Con todo, el grado de subdeclaración efectivo de ingresos empresariales puede
ser algo menor que lo que indican las discrepancias con cuentas nacionales; aun
cuando la encuesta haya pretendido registrar los ingresos netos devengados del
negocio o profesión —concepto que estamos utilizando, en este caso, para analizar
las discrepancias con cuentas nacionales— es muy probable que sólo haya
recogido, en la mayoría de los casos, respuestas sobre los retiros netos en efectivo
del negocio o establecimiento.
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También al estimar este concepto para el Gran Buenos Aires, en el cuadro 2 se
ha aplicado un diferencial de 1,25 con respecto al promedio nacional, a falta de
evidencia en contrario y suponiendo que no existen diferencias regionales
significativas con respecto a los promedios nacionales en los coeficientes de ahorro
personal y de tributación.
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Esto puede haber sido consecuencia no sólo de la calidad del trabajo de campo y
de los sesgos deliberados de respuesta en esta onda particular de la EPH, sino
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Esta hipótesis podría verse afirmada por la elevación de las tasas de
desocupación en las áreas donde se ha ido renovando el marco muestral de la EPH,
a partir de 1983.
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Estas distribuciones y las que se incluyen en el cuadro 5 fueron obtenidas
mediante el procesamiento de los archivos de microdatos de las correspondientes
ondas de la EPH suministrados por el INDEC al Banco de Datos de Encuestas de
Hogares (BADEHOG) que mantiene la CEPAL (véase el Apéndice D).
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Existen, por un lado, algunas diferencias en el procesamiento de los datos del
Gran Buenos Aires incorporados a las distribuciones del cuadro 6. Por otra parte, no
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Es poco probable que la incorporación de los alquileres imputados altere
significativamente este panorama, si se interpretan adecuadamente los resultados
que arrojara, al respecto, la EPF (Dieguez y Petrecolla, 1979; cuadro 2) teniendo en
cuenta lo ya señalado acerca de su probable sobreestimación.
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Esta última circunstancia se aprecia también en el cuadro C.2, donde el producto
per cápita de los hogares agropecuarios que estimáramos para 1960 resulta sólo un
18 por ciento inferior al promedio nacional.
7. Reflexiones finales
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Quizá no espectacularmente. Piénsese que 10 mil millones de dólares colocados
en el exterior pueden fácilmente devengar 600 millones de dólares de rentas
anuales o alrededor del 1 por ciento del ingreso total de los hogares.
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Véase Ahluwalia (1974).
19
En el contexto latinoamericano, ha pasado de exhibir uno de los patrones
distributivos menos desigualitarios de la región a poseer uno comparable con el de
Colombia o el de Chile de fines de la década de los sesenta, aunque sin llegar a las
desigualdades de Brasil, México o Perú.
APENDICE A
APENDICE B
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Se obtuvieron 1.749 entrevistas, habiéndose registrado un 13 por ciento de
unidades no encuestables y una tasa de rechazo cercana al 12 por ciento (INDEC,
s/f. a p. 13).
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El análisis preliminar de consistencia admitió diferencias inferiores al 20 por
ciento entre entradas y salidas, procediéndose a la reentrevista de las unidades
cuyo balance superara ese margen de discrepancia. Por otra parte, la depuración de
la información, luego del análisis de consistencia sustantiva, resultó en la
eliminación de unas pocas observaciones: menos del 1 por ciento de las unidades
encuestadas (INDEC, s/f. a).
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La población de referencia se definió como constituida por los hogares de jefe
obrero que tuvieran un ingreso entre $ 250 y $ 1.500 mensuales o de jefe
empleado que tuvieran un ingreso mensual ubicado entre $ 300 y $ 2.500 (INDEC,
1975, p. 7).
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En general, la EED tenía una tasa de falta de entrevista de entre 2,5 y 4 por
ciento (CONADE, 1965 c).
24
Si se considera el conjunto de las muestras, la EPH cubre el 70 por ciento de la
población urbana. Sin embargo, la agregación de las muestras no conforma un
diseño muestral coherente, ya que la representatividad es variable; en particular,
los centros urbanos pequeños se hallan subrepresentados.
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La falta de respuesta a las preguntas de ingreso abarcó los siguientes
porcentajes de los hogares entrevistados en las ondas de encuesta que aquí
estamos considerando: 1974, 14; 1975, 20; 1976, 17; 1980, 16; 1981, 15 por
ciento.
APENDICE C
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Estas estimaciones formaban pane de la Investigación sobre Condiciones de
Habitabilidad en el Area Metropolitans que se estaba realizando en 1966 en el
Centro de Investigaciones de la Vivienda de la Facultad de Arquitectura y
Urbanismo de la Universidad de Buenos Aires, dirigida per Juan Molinos, y estaban
bajo Ia responsabilidad del autor.
APENDICE D
a) Disponibilidad de resultados
REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS
RESUMEN
SUMMARY