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Un cable del 16 de marzo de 2007, firmado por Michael Parmly, cuenta cómo
Fidel Castro enferma gravemente a bordo de un avión rumbo a Holguín, al este de
Cuba, en La Habana en julio de 2006, poco antes de ceder el poder a su hermano
Raúl. Víctima de una diverticulitis y de una perforación del intestino grueso, es
obligado a aterrizar con urgencia. Según el documento, Fidel se niega a que le
hagan una colostomía. Su médico de cabecera le hace una intervención de otra
naturaleza, pero fracasa. El colon se infecta y Fidel es nuevamente operado;
durante esta intervención le encuentran una fístula que lo hará perder 18
kilogramos.
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Fidel. No hice más que validarlo. Es obra de una persona que tenía contactos con
los hospitales y con los médicos. Espero que no sea jamás identificada.”
Michael Parmly considera que Wikiliks amenaza la calidad del trabajo que los
diplomáticos realizan en la isla. “Para nosotros la opinión de 11,2 millones de
cubanos cuenta. Y para mí cuenta hasta el más mínimo detalle.” Los
diplomáticos de la Sección de Intereses americanos han mantenido múltiples
contactos con la población, disidentes o no. En su residencia, Michael Parmly,
llamado en vano “paria” por el poder cubano con el objetivo de alejarlo de la
gente, recibió a más de 800 personas, cubanos de a pie, disidentes, e incluso
representantes del gobierno, aunque esporádicamente. Para cubanos inscritos, en
la Sección de Intereses Americanos, había una sala equipada con alrededor de
cuarenta computadoras. Por no cumplir las condiciones de utilización de esta
“biblioteca” electrónica le fue suspendido el acceso a una decena de usuarios.
Este hecho provocó la ira de algunos disidentes, como Vladimiro Roca y Elizardo
Sánchez. Los dos fueron a entrevistarse con Michael Parmly. Esas conversaciones
fueron publicadas en Wikileaks. “Son dos personalidades de notoriedad
internacional. Las consecuencias son limitadas. Si por el contrario fuera un padre
de familia, poco conocido, quien aparece sobre una nota, podría sufrir las
consecuencias toda su vida. Estaría igualmente muy triste si todas las
conversaciones que tuve con la blogera Yoani Sánchez fueran publicadas”, aclara
el ex-responsable americano. Un diplomático, inclusive, fue invitado por un
Comité de Defensa de la Revolución (CDR). “Me preguntó si podía ir, y yo no tuve
ninguna objeción. Debemos estar a la escucha del pueblo cubano” insiste Michael
Parmly, quien contaba con el apoyo de la secretaria de Estado Condoleezza Rice y
quien suscitó interés en el ex presidente George W. Bush durante un
conversatorio en la oficina oval. “La publicación de documentos en Wikileaks
pone en riesgo el hecho de que los cubanos nos hablen. Las capitales podrían
estar menos informadas. Intimidados, los diplomáticos podrían autocensurarse.
Si yo hubiera previsto Wikileaks, habría reducido la producción de documentos a
la mitad. Se había previsto una disminución del nivel de clasificación. Ahora, el
secreto va a reforzarse de nuevo.
Cuando los cubanos leyeron por primera vez los cables americanos, publicaron
varios en el sitio Cubadebate. La Habana considera que éstos prueban la política
“imperialista” de Washington. Pero el poder cubano censura los cables sobre la
salud de Fidel Castro, y sobre la petición de Raúl Castro a la Casa Blanca de
crear un canal especial de comunicación. En este momento Michael Parmly se
pregunta: “¿Julian Assange va a publicar los documentos diplomáticos de Irán y
de Corea del Norte o tiene una agenda oculta?”