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PUCE

FACULTAD DE PSICOLOGÍA

FUNDAMENTOS HISTÓRICOS Y EPISTEMOLÓGICOS DE LA PSICOLOGÍA

Ensayo final:
“La différance en Saussure”
José Miguel Granja
Primer nivel A

Profesora Ruth Gordillo

Quito, enero 24 de 2007


Tal vez, el concepto más útil para entender la definición que Ferdinand de
Saussure propone de la lengua: “es una forma y no una sustancia”, sea Gestalt1
(Saussure, 153). Esta palabra alemana no es traducible al español, pero se la puede
entender como: forma, estructura, figura, configuración (Ferrater, 575). La lengua es
una Gestalt, la lengua es pura estructura, impuesta como diferencias que rebanan dos
masas deformes, paralelas e inseparables entre sí: las ideas y las huellas de los sonidos.
Y es en estas diferencias donde Jacques Derrida trabaja con la différance. La différance
las da y, así, la différance da la lengua.
De acuerdo a Saussure, el signo es la forma del conjunto, inseparable dentro de
la lengua, del significado y el significante, el concepto y la imagen acústica. La lengua
está organizada en signos, que son sus unidades, establecidas en forma de divisiones.
Aquella es la forma, arbitraria, en que se relacionan los significados y los significantes,
dentro de los signos, y la forma en que se limitan e interrelacionan estas unidades. “No
hay ideas preestablecidas, y nada es distinto antes de la aparición de la lengua”; esta es
quien, estableciendo límites, define a los conceptos y a los fonemas, en tanto
impresiones fónicas psíquicas, no en cuanto ondas sonoras (Saussure, 140). Por esto, se
puede decir, que es la lengua quien determina los valores2 lingüísticos: las relaciones
significado-significante, y la manera en que ellos, al no existir en soledad, se
interdeterminan.
Se entiende, así, a la lengua como la estructura de la materia psíquica –conceptos
y fonemas- dada a través de signos que, por su naturaleza, son valores
interdependientes. Dicha estructura no es más que las diferencias por las cuales estos
valores se limitan y oponen. Es qué o quién da estas diferencias lo que Saussure no
estipula. En su pensamiento estructuralista, establece a la lengua como sistema
gramatical dado por sí mismo. Aunque para él, “el habla es la que hace evolucionar a la
lengua” y “es necesaria para que la lengua se establezca; históricamente, el hecho de
habla precede siempre”; esta no es quien la establece. Se comprende al habla, o
fonación, como el uso y producto de la lengua (Saussure, 35). Dentro del estudio
lingüístico diacrónico3 se establecen a los cambios fonéticos –del habla- como causas de
los cambios individuales de los signos, desplazamientos de significantes o de

1
Este concepto fue introducido por el filósofo alemán Christian von Ehrenfels, creador de la
Gestaltpsychologie –psicología de la Gestalt.
2
Como uniones entre dos elementos de distinta naturaleza: conceptos-imágenes acústicas.
3
Estudio prospectivo o retrospectivo de los cambios independientes de los signos –vistos de manera
evolutiva o involutiva, al no formar una estructura- que dan el paso de un sistema gramatical a otro
significados; lo que puede devenir en un nuevo sistema gramatical4, independiente de
dichos cambios y de su antecesor, el cual ha sido eliminado, no alterado. Pero esto no
determina qué da la estructura, quién da las diferencias. No se puede suponer que el acto
del habla sea la respuesta, pues este simplemente desplaza la sustancia sobre la cual
actúan las diferencias, nunca impone la forma.
En la búsqueda a una respuesta de dicha cuestión se puede hacer una lectura y
análisis de la différance derridiana. Jaques Derrida propone esta palabra –no-palabra- y
trata de explicar qué es lo que ella supone, sin que esta sea de manera alguna
conceptual, cognoscible ni, aún más, consciente. La différance se establece con el
cambio de la letra e del francés différence –diferencia- por la letra a, partiendo del verbo
différer –diferir- que alude a una temporización y espaciamiento, y de su conjugación
différence –diferencia- en tanto alteridad –lo otro. De différer se toma su participio
presente différant, que es en español el gerundio difiriendo, entendido como la primera
de dos acciones de un mismo sujeto, que puede condicionar a la segunda. Pero, por una
suerte de “más que nominalización”, al colocar el sufijo -ance, para formar différance,
que en español sería colocar el sufijo -ancia para formar diferancia, Derrida propone que
ese diferir deja de ser una acción, para simplemente ser “la voz media, una cierta
intransitividad” que no es ni activa ni pasiva5 (Derrida, [1968], 5).
El intento de explicación de différance sería: es una no-acción de temporización
y espaciamiento, que está siempre no-presente, que es el alter, como inconsciencia, y lo
define, en tanto diferencias. El signo es esta temporización, pues, al considerarla como
el principio de la realidad6 propuesto por Sigmund Freud, aquel “se pone en lugar de la
cosa misma […] representa lo presente en su ausencia” y sirve de “movimiento de
mediación” hasta la llegada de la cosa, hasta la obtención del placer; aunque en la
mayoría de los casos esa llegada nunca se dé o, mejor dicho, sea una llegada del habla
de la cosa y no de ella misma (Derrida, [1968], 5). El signo es la temporización del
espacio que se supone entre el sujeto y la cosa, entre el habla de sí mismo –el yo
consciente- y el habla de la cosa –la consciencia que el yo tiene de la cosa.
El espaciamiento es dicha temporización en un presente que retiene la trace
–marca-, o huella inconsciente, del pasado y que protiene la marca del futuro (Derrida,

4
Esto no quiere decir que se cree una nueva lengua; se dice lengua, en tanto el concepto general de
sistemas gramaticales (lingüístico).
5
Diferancia es más que “el diferir”.
6
Es lo que retrasa la eventual llegada al placer, y fuerza al aparato anímico a renunciar al principio del
placer, es decir, a obtenciones inmediatas de satisfacción y a aceptar el displacer durante un periodo
determinado, para posteriormente llegar al placer (Freud, 2509).
[1968], 8). Dentro del signo, el significante, como lo entiende Saussure (93), “se
desenvuelve en el tiempo únicamente y tiene los caracteres que toma del tiempo: a)
representa una extensión y b) esa extensión es mesurable en una sola dimensión; es una
línea”. Lo mismo se puede decir del significado 7, pues ambos conforman al signo –la
unidad lingüística- y, aunque se los analice por separado, no actúan aisladamente. Es
aquí donde se da el espaciamiento. El sujeto aprehende a cada signo como tal –positivo-
ya que, en sus aspectos conceptual y fónico por separado, es lo que no es uno anterior ni
otro posterior. Esto lo hace reteniendo y proteniendo, negando y reprimiendo, las
marcas del signo pasado y del signo futuro, para constituir al signo como lo presente,
aunque esta presencia sea inexistente8. Los “sujetos son, en gran medida, inconscientes
de las leyes de la lengua” (Saussure, 93).El signo es por su espaciamiento en el tiempo.
“La différance es entonces la formación de la forma” (traducción propia;
Derrida, [1967], 92). El inconsciente, propuesto por Freud como un no-lugar, es el alter
donde aquella no-actúa, mediante les traces –las marcas-, estableciendo el juego de
diferencias –los alteres- entre los signos, que es, en sí, la lengua. De esto se entiende
cómo se puede solo intentar explicar a la différance, nunca lograrlo; ella es quien da la
significación al dar las diferencias, pero no es posible darle un significado, pues ello
pretendería que hay otro no-algo que va a establecer sus diferencias. La différance no es
un concepto. Menos aún es un significante, ni si quiera en la práctica: en francés
différance se pronuncia igual que différence, su letra a –que, como se vio, es
fundamental- permanece muda y, por ello, su fonación no causa imagen acústica alguna.
La différance es el no-signo que determina a todos los signos como tales –por el
temporal-espaciamiento- y como mediadores espacio-temporales, es decir, en tanto
unidades estructurales del sistema gramatical, dado entre un habla y otro.
Si bien el presente ensayo ha sido escrito en tercera persona, es necesario aquí
cambiar la voz narrativa. Mientras yo trato de explicar, mediante el habla 9 -el uso de la
lengua-, a la différance y, así, argumentar mi tesis: la différance da la lengua, ella está
siempre no-actuando en “mi” inconsciente –no es presente ni cognoscible- para que yo
pueda significar –por diferencias- lo que pienso-nombro; aunque esto no lo sé.

7
Esto no contradice la definición de lengua como pura forma, pues, en “la práctica, un estado de lengua
no es un punto, sino una extensión de tiempo más o menos larga durante la cual la suma de
modificaciones acaecidas es mínima.” (Saussure, 129).
8
Derrida explica que la presencia en sí misma no existe, sino que, inconscientemente, se crea un intervalo
entre lo pasado y lo futuro, pero no en tanto lo que fue y lo que será, sino como parte de todo lo que está
siendo.
9
Pues yo hablo cuando escribo.
Textos consultados:
Derrida, Jacques [1967]. De la grammatologie. Paris, Les Éditions de Minuit, 1967.
_______ [1968]. “La différance”, conferencia pronunciada en la Sociedad Francesa de
Filosofía, el 27 de enero de 1968, publicada en Caminos del Bosque.
Traductores: Helena Cortés y Arturo Leyte. Alianza, Madrid, 1996.
Ferrater Mora, José. Diccionario de filosofía. Barcelona, Alianza Editorial, 1981.
Freud, Sigmund. “Más allá del principio del placer”, 1920, en Obras completas de
Sigmund Freud. Tomo III. Traductor: Luís López-Ballesteros. Madrid: Editorial
Biblioteca Nueva, 1973. 2507-2541.
Saussure, Ferdinand. Curso general de lingüística. Traductor: Amado Alonso. Madrid,
Alianza Editorial, 1992.
Escala de evaluación:

Presentación 2
Ortografía y sintaxis 3
Tesis 2
Introducción 2
Desarrollo argumental 5
Conclusión 2
Utilización de citas 2
Bibliografía 2

Total 20

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