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Giuseppe Sovernigo

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EDELWEISS
GIUSEPPE SOVERNIGO
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PROYECTO DE VIDA
En busca de mi identidad

SOCIEDAD DE EDUCACIÓN ATENAS


MAYOR, 81 - 28013 MADRID
Traducción de
TEODORO DEL ARROYO
del original italiano: Progetto di vita,
publicado por Elle Di Ci (Turín) A mi padre y a mi madre,
que con su valentía,
amor a la vida y fe
nos han dado, a mí y a mis hermanos,
los primeros elementos esenciales
con que elaborar nuestro proyecto de vida;
entre ellos hemos encontrado
la «piedra fundamental»,
indispensable para el porvenir.

© SOCIEDAD DE EDUCACIÓN ATENAS


Mayor, 81 - 28013 Madrid

ISBN: 84-7020-250-2
Depósito legal: M. 3.982.-1994

Impreso en España por


ARTES GRÁFICAS BENZAL, S. A. Virtudes, 7. 28010 MADRID
ENTRE TANTOS PROYECTOS,
TU PROYECTO DE VIDA

Frecuentemente, oyendo a los de tu edad hablar de sus dificul-


tades y perspectivas en la vida, he observado la presencia de ciertos
interrogantes: ¿Qué sentido tiene la vida? ¿Por qué muchos adul-
tos, a pesar de sus proyectos iniciales, llevan una vida mediocre, a
veces vulgar e incolora, otras como si se sintiesen derrotados? Pero
¿quién soy yo en verdad? ¿Por qué siento en mí tanta contra-
dicción? ¿Cuál es mi verdadero rostro, mi carnet de identidad?
¿Cómo realizarme? ¿Lograré alcanzar lo que me propongo? ¿Cómo
llegar a ser un hombre nuevo? ¿Quién puedo llegar a ser, perma-
neciendo fiel a mí mismo, sin ser copia, buena o mala, de nadie?
En todos los momentos de su existencia, el hombre va buscan-
do la propia realización, que él llama felicidad, amor, alegría, sal-
vación, misión o deber en la vida. Se trata de una búsqueda más
o menos declarada, pero siempre presente. Tal búsqueda constituye
el resorte que empuja a la persona a afrontar las más variadas difi-
cultades, a lograr metas en un ininterrumpido crescendo, hacia una
plenitud de humanidad.
Esta búsqueda encuentra, en tu edad de adolescente y de joven,
su característica peculiar en la «búsqueda del sentido de la vida
y de la identidad, de la felicidad y de la aceptación» por parte de
tus semejantes. Tu edad, de hecho, aun dadas las características de
cada período, constituye el tiempo inmejorable para el trabajo se-
rio sobre ti mismo. Es precisamente dentro de estas etapas de cre-
cimiento, contando incluso con la anticipación o retraso evolutivos
que con frecuencia las acompañan, donde radican las grandes opcio-
nes de la vida. En esta edad es en la que siempre se dice el sí y el

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no que imprimen una dirección a la vida del adulto, que poco a poco
Nazaret, hay que conocer el dinamismo psíquico que sustenta se-
se va configurando.
mejante búsqueda y hacer palanca en él como en una fuerza viva.
Esto te va a permitir de manera cada vez más completa y adecuada
Ahora bien: ¿qué senda te lleva a afrontar seriamente los pro-
recorrer el camino hasta llegar a ti mismo, a tus compañeros, al
blemas de tu edad?
mundo y a Dios, realizando de este modo tu misión.
— ¿Cuáles son los objetivos más o menos explícitos en este
Este trabajo ofrece a los adolescentes y a los jóvenes, y en par-
período evolutivo?
te también a los educadores, una colaboración para unir uno de los
— ¿Cuáles son las preguntas que tus compañeros se hacen a
principales dinamismos, psíquicos del crecimiento, el del proyecto
sí mismos y a los adultos con vistas a un verdadero crecimiento?
de vida, con las opciones fundamentales propias de la juventud. Se
— ¿Cuál debe ser el punto de partida para sostener y acom-
trata de un «itinerario hacia la madurez humana y religiosa». Parte
pañar el camino evolutivo característico de esta edad, a fin de
de tus «vivencias anteriores» personales para responder convenien-
lograr un auténtico crecimiento?
temente a las propuestas que te llegan desde dentro de ti mismo
— ¿Cómo aprender a guiar la propia vida?
y desde fuera y solicitan de ti una respuesta personal, que frecuen-
— ¿Cómo dirigir el propio crecimiento?
temente no debe retrasarse.
— ¿Qu¿ dinamismos psicológicos son los que se hallan presen-
tes en las opciones decisivas de la juventud? Este libro no pretende sustituirte a ti mismo en la solución de
— ¿Qué camino seguir para «encontrarse con la Buena Noti- tus problemas. Pretende solamente ayudarte a tomar conciencia
cia», de modo que ésta sea acogida, arraigue y fructifique? de algunas realidades que hay en tu interior y alrededor de ti, a
— ¿Por qué ciertos jóvenes dejan a un lado, con facilidad, la vivir responsablemente tu edad, a ser crítico respecto de los mo-
elaboración de su proyecto de vida en manos de otros que piensen y delos de vida que te propone la sociedad, a saber «leer» los as-
proyecten por ellos, en las así llamadas «agencias de socialización», pectos positivos que hay en las personas y en las experiencias con
o se contentan con ideas abstractas, o se limitan a ciertas sensacio- las que te vas poniendo en contacto. Poco a poco irás capacitán-
nes que logran captar, convirtiéndose en seres pasivos respecto a dote para recabar los elementos útiles, quizá necesarios, a fin de
su futuro? elaborar tu propio proyecto de vida.
Quisiera ser como un encuentro que, a través de la vida coti-
Las opciones que cualifican la vida, las que tienen un sentido diana, llega al santuario donde uno decide, en las pequeñas y gran-
válido para la propia existencia y ayudan a la maduración afectiva des opciones, la dirección y calidad de su vida, la respuesta a su
y a la profesión cuajan adecuadamente sólo en determinadas con- vocación. Esto supone ponerte en camino para lograr realizar per-
diciones. La experiencia de los educadores, el diario acontecer y el sonalmente los descubrimientos básicos de tu existencia y compro-
conocimiento profundo de la persona lo confirman permanentemen- meterte en la realización de tu misión juntamente con tus compa-
te. Sólo determinadas condiciones, en efecto, facilitan el poder ñeros de vida. Aportarías de esta manera una contribución original
afrontar positivamente las vicisitudes de la vida a medio y largo para mejorar la sociedad en que vives.
plazo.
Es del todo necesario que la oferta de Jesús no se yuxtaponga Este «itinerario» ha nacido en contacto con personas que van
externamente, quedando más o menos al margen del propio yo, buscando una mayor integración entre fe y vida. En la primera
sino que responda a las expectativas más íntimas del devenir hu- parte se trazan seis pistas que se pueden seguir para lograr un buen
mano. proyecto de vida. Se trata de algunas preguntas vitales que toda
Para «evangelizar» esta tu búsqueda juvenil, para encontrar, persona se formula en espera de una respuesta conveniente. En la
entre las muchas proposiciones de vida, el «camino» de Jesús de segunda se traza la dinámica interna de la estructuración del pro-
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yecto de vida, teniendo en cuenta tanto la personalidad como el PROLOGO A LA TERCERA EDICIÓN ITALIANA
ambiente, y se acomete el problema de la transformación necesaria
de todo proyecto de vida para que llegue a convertirse en «voca-
ción». Este procedimiento tiene en cuenta los temas y sugerencias
nacidos de la experiencia, estudiados en otro libro nuestro: Pro-
yecto de vida y elección cristiana. En la exposición interna de cada
capítulo se ha tenido en cuenta la metodología del «ver-juzgar-
actuar».
El desarrollo es un poco esquemático. No tiene la ambición de
ser completo ni exhaustivo en cuanto a los problemas tratados.
Frecuentemente se trata sólo de preguntas que se prestan a la re-
flexión del educador y del joven. El texto queda abierto a otras
muchas aportaciones que puedan completarlo.
Esta tercera edición, reestructurada y ampliada respecto a las
precedentes, se caracteriza por la presentación de varios itinerarios
de búsqueda, descubrimiento y actuación del propio proyecto de
vocación. Ellas son otras tantas pistas de exploración, a partir de
la vivencia personal y comunitaria, por una parte, y de las propues-
tas de Dios, por otra; y de la concretización de la propia identidad
personal.
— Ante todo, una toma de conciencia de la situación, un ver
cómo están las cosas en sí mismas y en su entorno dentro de sus
positividades y de su problematicidad.
— Sigue una confrontación entre las diversas maneras de vivir
un determinado aspecto o entre diversas propuestas, cada una con
sus pros y sus contras.
— Viene a continuación una propuesta de compromiso esta-
blecida desde el mejor modo de vivir la realidad problemática del
punto de partida.
Cada parte está seguida de un cuestionario para facilitar la pro-
fundización personal.
Consideramos esto muy importante para el propio crecimiento.
En efecto, pretende que la persona se encuentre con su propia vi-
vencia, de acuerdo a lo que se ha tratado, y pueda nuclear así las
llamadas internas que experimenta para madurar.

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INDICACIONES PARA UNA LECTURA
PSICOPEDAGOGICA

Existen diversas maneras de leer un libro con referencia al tipo


de argumento, a los fines que se persiguen, a la condición personal
del lector. Cabe una lectura crítica, de profundización, de estudio,
de información. Cada una da sus frutos y tiene sus limitaciones.
Para esta clase de libros te propongo una lectura psicopedagó-
gica, esto es, una lectura que te ayuda a mirarte por dentro para
ver qué sucede en ti y, por lo mismo, qué pasos dar para tu creci-
miento. Este tipo de lectura favorece tu constante transformación
hacia metas más altas. Te indica cómo proceder en estas tres di-
recciones:

Lo que dice el autor en Lo que se despierta en ¿Qué hacer, qué líneas


la exposición, en los va- mí a la luz de lo que seguir para convertir en
rios ejemplos y situacio- dice el autor y las per- vida lo que he sentido
nes. sonas que intervienen despertarse en mí? ¿Qué
en el texto. medios usar para poder
crecer realmente?

¿Cómo proceder?

Lee con calma. Subraya las cosas que más te llaman la atención.
Podrás volver sobre las mismas con más facilidad.

Párate con frecuencia. Cuando una página o un tema te intere-


sen particularmente, pregúntate: ¿Qué despierta en mí? ¿Una re-

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flexión (comprensión intelectual)? ¿Cuál? ¿Un sentimiento, una PRIMERA PARTE
emoción, una llamada? ¿Cuáles?
En estas etapas intermedias de la lectura puedes hacer una com-
MI PROYECTO DE VIDA
probación: ¿Cómo vivo yo (o no vivo, o vivo sólo en parte) cuanto
aquí se dice? ¿Qué es lo cierto y qué lo discutible? ¿Qué descubro
dentro de mí? Este trabajo te será muy útil si lo haces por escrito.
Puedes hablar con tu formador o con quien te ayuda en tu creci-
miento. Esta es la razón de que necesites ratos de soledad para
poder ahondar en tu propio conocimiento. Sólo después de haber
dedicado a ello cierto tiempo, sólo después de haber penetrado en
tu realidad, podrás programar los pasos a dar para lograr tu cre-
cimiento.

Una vez llegado a este punto pondrás en acto el método, elegi- Una pregunta: ¿Qué camino seguir para lograr la elaboración
rás los medios más aptos a tu situación. Pregúntate: ¿Qué puedo de tu proyecto de vida? No todo camino es bueno. No todo
hacer para conocerme mejor? ¿Qué medios elijo? ¿A quién puedo modo de vivir te lleva a la meta. Serás mañana, en gran parte,
acudir para que me ayude? ¿Dónde y cómo puedo vivir en la ver- lo que decidas hoy en las pequeñas y grandes opciones.
Te propongo algunos itinerarios que pueden conducirte a dicho
dad (manifestarme como soy, tratar de existir en primera persona)?
fin. Parten de tu experiencia. Te piden valorarla conveniente-
¿De qué tengo necesidad para favorecer mi crecimiento? ¿Qué mente y tomar aigunas opciones cualificadoras en orden a tu
ambiente? ¿Qué situaciones? proyecto futuro.
Las pistas que vas a encontrar se compaginan más o menos
N. B. Esta lectura psicopedagógica puede hacerse tanto en par- con tu persona, conforme a la edad, experiencia y grado de
ticular como en grupo. La múltiple experiencia de quien ha reali- madurez. Elige y profundiza la que mejor interprete tu mo-
zado este trabajo y ha recorrido este itinerario le permite afirmar mento de vida actual y recórrela hasta el final. Te ayudará a
que esta clase de lectura significa un paso adelante en el camino elaborar un proyecto de vida vivo, a construir tu persona como
del crecimiento personal. Buen viaje. una casa sobre roca.
Los itinerarios son éstos:
— Mi edad, tiempo de proyectos
— Cómo realizarme.
— Mis aspiraciones.
— Un sentido para la vida.
— Mi verdadera identidad.
— Un proyecto de hombre integral.

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CAPITULO PRIMERO
MI EDAD, TIEMPO DE PROYECTOS
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MI VIDA EN MIS MANOS

Tienes de diecisiete a veinte años o alguno más. Estudias o qui-


zá trabajas por tu decisión o por necesidad, o cosa parecida. Estás
viviendo eso que los psicólogos llaman edad evolutiva.
Apenas te detienes unos momentos a reflexionar, te das cuenta
de que estás experimentando un hecho nuevo en tu vida, un algo
decisivo para tu futuro. En efecto, a tu edad hay en ti muchos pro-
yectos sobre ti mismo, en torno a ti.

Proyectos dentro de ti:


— De estudio o de trabajo:
«Quisiera tener esta profesión.»
— De familia:
«Mi familia será de un determinado tipo.»
— De amor:
«Abrigo un sueño... Si pudiese... querría ser...»
— Del mundo de los mayores:
«Si pudiera cambiar el mundo, haría una sociedad mejor.»
— De una Iglesia convincente:
«Ciertos abusos no deberían existir.»

Proyectos sobre ti:


— De tus padres y parientes.
— De tus amigos: te tienen en cuenta.
— De tus educadores, jefes o maestros.

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— De la sociedad. — ¿Por qué algunos de tu edad, al igual que algunos adultos,
— De la Iglesia, de la que eres miembro vivo. viven al día, toman la vida tal como viene, parando sus golpes lo
mejor que pueden?
Proyectos en torno a ti que se refieren: — ¿Qué ha faltado en su infancia o adolescencia que les ha
— A tu familia y su porvenir. vuelto pasivos y les hace caminar a remolque de los demás?
— Al grupo al que perteneces. — ¿Qué es lo que continúa faltándoles para que puedan «po-
— A la sociedad civil. nerse en marcha» y crecer hacia la plenitud del ser humano?
— A los partidos, sindicatos, gobierno.
— A los movimientos, las ideologías y las asociaciones de di-
verso tipo. «Quiero llegar a ser yo mismo»
— A las religiones antiguas y nuevas.
«Noto en mí —observa Agustín, de diecinueve años—
— ¿De dónde provienen estos diversos proyectos? ¿Cuáles son una terrible necesidad de libertad, de ausencia de condicio-
los motivos, deseos, intereses? namientos, de realizarme autónoma y plenamente. Soy un
— ¿Qué tienen en común? poco idealista, de acuerdo, pero no sé dónde está la divisoria
— ¿En qué se diferencian? entre idealismo y realismo. Y, además, quiero conseguir ser
— ¿Qué objetivos se proponen? yo mismo.
¡Si supieras la pena, el sufrimiento que experimento
Tu toma de conciencia de los proyectos no se limita a aquellos cuando, para lograr ser verdaderamente Agustín, tengo que
que están ligados a tu persona. emborracharme! Entonces todo me sale bien, me resulta más
Frente a la sociedad, a la naturaleza, frente a los grandes acon- fácil la conversación con cualquiera, alcanzo a entenderme
tecimientos, agradables o tristes, de la historia pasada y contempo- mejor.
ránea quizá te surgen interrogantes. Te preguntas: Cuando hablaba contigo o con cualquier otro, no conse-
— ¿Cuál es el sentido de todo esto? guía ser verdaderamente yo mismo. Aunque expresaba con
— ¿Domina en la vida el azar o está más bien guiada por un palabras lo que realmente sentía, sin embargo me daba cuen-
proyecto que va realizándose paulatinamente? ta de que necesitaba ir más adelante para encontrarme a mí
— Las contradicciones que destacan, como las diversas formas mismo. Había que dar un salto, algo que me separaba de lo
del mal, de represión, de alienación, de esclavitud, de limitación..., que yo en verdad era.
¿lo vuelven todo absurdo e incomprensible, o acaso, a pesar de Ahora tengo que salir de este embotellamiento, de todos
todo, hay una dirección hacia la cual se va? ¿Cuál es? En tal caso, los condicionamientos sociales y culturales que me han acos-
¿cómo descubrirla? tumbrado a ver las cosas de una manera determinada y a
expresarlas de la misma forma.
Algunos pensadores sostienen que la vida no es casual, un Después de un acto egoísta en el campo sexual, casi siem-
«acontecimiento» incomprensible, sino un conjunto de proyectos. pre me miro al espejo. Me miro y me hago una mueca. La
Según ellos, a veces es difícil captar su sentido y su finalidad, pero mueca se repite también en el espejo. Me pregunto entonces
la «planificación» está en la base de la experiencia humana. cómo es posible que, mientras siento todo este disgusto inte-
rior, mi cara permanezca siempre la misma. Y entonces hago
Respecto a esto: aquella mueca para expresar también por fuera el desprecio
— ¿Qué te dice tu experiencia? hacia mí mismo que siento dentro de mí.»

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Desde hace alelan tiempo se hace sentir también en ti con fre- muchos. O quizá hace poco has entrado en el mundo del trabajo,
cuencia una exigencia íntima: «ser tú mismo». Pero ¿cómo?, ¿qué cuya dureza vas probando. Trata de pensar sinceramente, como sa-
camino seguir? bes hacerlo cuando tienes ganas de hacer las cosas.
Te das cuenta de que ser uno mismo es un sufrimiento, una Profesor, técnico, político, militar, carpintero, médico, mecáni-
lucha contra las fuerzas que quieren hacer de ti lo que no eres, co, ingeniero, sacerdote, maestro, químico, empleado...
dejarte a merced de algo diferente, de subordinarte a alguien o a Te casarás, tendrás una familia totalmente tuya; o elegirás,
algo que tú no reconoces como un bien para ti. acaso, dedicarte plenamente a favor de tus hermanos en el celibato.
Te puedes comprometer en el campo social o político, o quizás no
te importa un comino la política.
«¿Qué haré de mi vida?» Harás una carrera o te quedarás militando en la base.
Puedes tener fe, de modo que dejes lugar a Dios en tu vida y a
«He de seguir adelante —observa Carlos, de dieciséis
los demás como hermanos tuyos, o quizás no te importe lo más
años—, tengo que formarme una escala de valores. No he
mínimo el Evangelio y la Iglesia.
logrado adivinar aún mi porvenir.
Irás a las manifestaciones o te recluirás en tu «intimidad», re-
A veces me gusta vivir despreocupado..., seguir mi pa-
chazando a todo el que se acerque para molestarte.
sión por las motos, interesarme por las chicas, etc. Pero me
Te comprometerás por un «nuevo porvenir», personalmente, o
he dado cuenta de que sólo estoy contento cuando he con-
participarás en la corriente general que se refugia en los intereses
seguido darme. Haré de nuevo estas experiencias, que me
de «pequeño cabotaje».
han abierto nuevas posibilidades de vida. Antes pensaba que
el dinero podía darme la felicidad. Ahora he descubierto que, Asistirás a los viajes espaciales, a los éxodos comunitarios en
contentando a los demás, yo también estoy contento y siento masa, simpatizarás o tomarás parte en el feminismo, te entusias-
verdaderamente que vivo.» marás con este o aquel long-play...
Desaprobarás el terrorismo rojo o negro, o quizá simpatices
con él, o acaso hagas tuyo el «pensamiento negativo», el nihilismo.
Hay una pregunta crucial que aflora en ti y a la cual no puedes
Está bien, de acuerdo..., según tus gustos y tu libre elección,
escapar. Se trata de un interrogante que con frecuencia surge:
pero ¿según qué proyecto de hombre? ¿Para ser importante, para
«¿Qué haré en mi vida?», o mejor: «¿Qué haré de mi vida?»
tener dinero, para gozar de la vida, para llegar a ser alguien?
«¿De qué valdría haber fabricado la vida misma —observa el
¿O para servir, para hacer felices a otros, para ayudar?
escritor George Bernanos— si hubieras perdido su sentido?»
¿Para realizar qué tipo de sociedad?
¿Cuál es la verdad sobre ti mismo? No basta vivir. Se necesita
¿Para parecerte a quién?
una razón para ello.
En el fondo de toda opción válida hay siempre un porqué, una
El tiempo de la adolescencia y de la juventud es un tiempo muy
razón más o menos explícita, que hay que sacar a la luz, aclararla
particular. Uno se da cuenta de que tiene un rostro, un nombre,
y valorarla. Tu edad es el tiempo de los grandes «por qué»
una identidad totalmente singular, una intimidad única, original,
irrepetible, unos objetivos propios, irrenunciables.

Tu profesión y participación social

Desde hace algún tiempo frecuentas las clases de un instituto


o universidad, que te van a ocupar durante algunos años, a veces,

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INTERROGANTES PARA LA BÚSQUEDA

Para que tu camino sea más personal te propongo que profundices


a la luz de las siguientes preguntas:

Busco dentro de mí:


— ¿Qué proyectos cultivo actualmente con relación a mi porvenir?
¿Qué me propongo ser?,¿Qué tipo de persona aspiro a ser?
—• ¿Qué haré en mi vida?, o mejor, ¿qué haré de mi vida?
— ¿Cuáles son las razones de mi gusto por la vida, sobre todo aque-
llas que permanecen en el tiempo y me permiten superar positivamente
las dificultades, no las que se desvanecen fácilmente y necesitan recibir
oxígeno de continuo?
— ¿Qué «señales» hace llegar a mí el Padre desde lo íntimo de mi
conciencia o a través de las indicaciones de los educadores para indicar-
me el proyecto que tiene sobre mí y mi función en su designio de sal-
vación?

Busco en torno a mí:


— ¿Qué proyectos prevalentes, con relación a mí, advierto en mis
padres y educadores? ¿Y en la sociedad y en el círculo de mis amigos?
— ¿Qué tengo que hacer para clarificar estas preguntas de modo
que sea sincero y profundo conmigo mismo?

¿QUE PROYECTO PARA EL FUTURO?

Observando en torno a ti el mundo de los adultos y de los jó-


venes que conoces puedes constatar la existencia de diversos tipos
de personas, muy distintas entre sí. Cada uno tiene su fisonomía
y una originalidad irrepetible, más o menos manifiesta.
¿Por qué algunos, independientemente de ciertas apariencias,
se encuentran en grave dificultad y a veces se derrumban bajo los
duros golpes que toda vida, antes o después, nos hace experimen-
tar? Fuera de ciertos casos límite, existe una amplia gama de situa-
ciones problemáticas, acompañadas de sufrimiento, ilusión, desilu-
sión. ¿Qué ha fallado en la infancia, adolescencia, juventud para
que les lleguen a faltar elementos constitutivos e indispensables
para lograr la solidez y fecundidad de su porvenir? ¿Qué opciones

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decisivas hubieran debido tomarse a tiempo y de un modo conve- «No me he decidido todavía a hacer una opción —escri-
niente para lograr fundamentar la propia vida como una casa sobre be R., de dieciséis años—. A veces no voy al fondo de los
la roca? problemas... Tengo miedo de no poder realizar el proyecto
Conviene poner de relieve, ante todo, que no cualquier proyecto que haya elegido. Quizá no me conozco todavía.»
de vida es igual para todos. No todo enunciado de valores consti-
tuye un auténtico proyecto válido. Existe una notable variedad de «Me encuentro tremendamente pobre y limitada ante
proyectos según la diversidad de los valores que constituyen el mis- ciertas situaciones —anota Juana, de veintiún años, segundo
mo proyecto y del tipo de personalidad que lo encarnan. Esta curso de farmacia—. Quisiera ser un tipo generoso; por el
misma variedad comporta también diverso tipo de persona. contrario...»
Múltiples y diversos, por tanto, son los proyectos para el fu-
turo que se ofrecen a toda persona, con resultados obviamente «Quizá —observa Cornelio, de veintiún años, primer
diversos. año de ingeniería— somos gentes sin grandes perspectivas,
Esta variedad de proyectos, esquematizando un poco, podría por lo que la más mínima contrariedad nos hace cambiar de
reducirse a tres tipos, presentes de modo más o menos consciente. humor. La mayor parte de las veces trato de entender, pero
Lógicamente, estos tipos de proyecto, en su multiforme realidad quizá faltan principios unificadores de la personalidad. Se
concreta, no se hallan en estado puro. Se dan infinitas posiciones ven en la universidad muchas cosas, gente sola, gente que
intermedias, mezcladas entre sí. De todos modos, uno de los tres se divierte, poca gente contenta. Hablo con uno, con otro,
prevalece sobre los demás y confiere tonalidad, dirección y consis- pero no dejan de ser meros paliativos. No deja de ser mero
tencia a la vida. entretenimiento. No logro ser claro cuando hablo de mí. Po-
cas veces logro pasar de la superficie.»
Proyecto impulsivo
«¿Qué es lo que me propongo? —precisa Ricardo, de
Observando el comportamiento de las distintas personas, el dieciocho años, obrero—. El salario me resulta cada vez más
psicólogo Hans Thomae constata en primer lugar la existencia de insuficiente. Quiero más dinero, deseo pasarlo bien, divertir-
un «proyecto impulsivo». Este se guía, de modo más o menos ma- me y disfrutar de las cosas. Estoy con mi novia siempre que
nifiesto, por esta regla: «Busco mi satisfacción, ahora, a toda cos- lo deseo o lo desea ella. Aunque ha tenido que abortar, no
ta.» Se trata de un proyecto que es, más o menos, evidente, de le importa gran cosa. ¿Y mis padres? Basta no contrariarles
naturaleza hedonista. en ciertas cosas. Ellos mismos, al menos desde que me doy
En el núcleo de este proyecto se halla el propio «yo» en con- cuenta, no se hacen demasiadas preguntas.»
formidad con una dinámica egocéntrica. El principio de orientación
es el placer, sea la que sea la edad del interesado. De este modo,
las metas prefijadas se hallan a breve y medio plazo. Personas guiadas por proyectos impulsivos.
«No tengo un proyecto de vida —observa Marcos, de
diecisiete años—. Vivo al día. Ante mí sólo hay tinieblas y Se trata de personas animadas por proyectos que inmediata-
oscuridad...» mente o a largo plazo se manifiestan faltos de autenticidad, incon-
sistentes, que viven en las nubes, más o menos desfasados respecto
«Me parece que no tengo un proyecto de vida —precisa de la realidad objetiva. A veces son proyectos muertos, o casi
Fernando, de dieciséis años—. Siento cosas nuevas, me hallo muertos, destinados al fracaso más o menos llamativo y doloroso.
en dificultad... He vivido sin dar un sentido a la vida.» Queda siempre la posibilidad de una positiva recuperación y reno-

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vación, a condición de emprender con realismo y verdad un pro- «Siento que dentro de mí no soy nadie —precisa Enri-
yecto comprometido. que, de veintiún años, segundo curso de biología—. Me hallo
He aquí algunas situaciones que tú mismo puedes reconocer interiormente dividido, desconcertado. No logro encontrarme
fácilmente: conmigo mismo. Me veo como en contraposición a mi cuer-
— Adultos sin sentido de la vida, presentes en tu ambiente, po, como si no quisiera vivir en mí, y yo no quisiera identi-
a los que no querrías parecerte; su vida no suscita nada en quienes ficarme con mi cuerpo. No me reconozco el derecho de existir
les rodean. como soy. Me salen de dentro frases como: 'Eres solamente
— Gentes que no acaban de «arrancar», sin saber por qué, un montón de células. Si tu tristeza o alegría dependen o no
engañándose a sí mismos y perdiendo el tiempo. de la presencia de ciertas sustancias en el cerebro, ¿dónde
— Los que viven de «pan, sueño y fantasía», soñando salidas estás tú, qué eres?' Si soy nada, si soy sólo materia, me doy
fáciles a nivel de estrellas de cine o televisión, olvidando mientras cuenta entonces que no tengo el derecho de existir. Ahondo
tanto su presente; no se dan cuenta de sus cualidades reales. dentro de mí y descubro que existe un vacío, un abismo os-
— Jóvenes que viven la semana en espera solamente de la «fie- curo que me invita a precipitarme en él. Creo que, antes o
bre de la larde del sábado» o escapan de casa recorriendo un sueño después, cortaré por lo sano.»
de libertad irreal.
— Alcohólicos y drogadictos, jóvenes y adultos, en búsqueda Desde el punto de vista psicológico no existen muchas personas
de una evasión que compense o haga olvidar, pasivamente resigna- sanas, con una imagen de sí real y adecuada, capaces de valorar en
dos, las más de las veces derrotados. su justo aspecto los diversos planos de su ser. Varias son las causas,
— Personas que no cumplen su «compromiso definitivo» en entremezcladas unas con otras.
la vida consagrada, como aquellos otros que lo soportan como una Con frecuencia ha existido una herida profunda recibida en la
carga. infancia a causa del poco o nulo amor de los padres, una carencia
— Los suicidas, que en momentos de oscuridad atentan contra afectiva en el corazón enmascarada en apariencias a las que se ha
la propia vida. agarrado para sobrevivir.
Otras veces ha fallado la educación. Nadie, o casi nadie, ha
«Creo verdaderamente —dejó escrito a su hermano un ayudado a estas personas a construirse, nadie ha estado a su lado
estudiante del Politécnico de Milán, y que se suicidó en Tu- en el momento oportuno.
rín— que no tengo nada que decirte. Sólo que si hubiera A veces ha fallado, o no ha sido suficiente, el empeño en la
tenido al menos la esperanza de creer en algo, no lo hubiera construcción de sí mismo; el crecimiento personal del adolescente
hecho.» y del adulto se ha como parado. Las opciones de vida tomadas no
se han cultivado adecuadamente ni se ha profundizado en ellas.
¿Es el suicidio un gesto demencial, como vulgarmente se cree, Otras personas se han visto deterioradas por sí mismas, por
imprevisible e irresponsable, o un gesto meditado largo tiempo? descuido, o por culpa de otros, o por una situación dura de la vida,
¿La conclusión lógica de una sucesión de opciones, o errores cons- así como por estructuras e instituciones que instrumentalizan a las
cientes, de estados de ánimo, o el acto racional que sella con cohe- personas. Toda persona hay que verla en su propia historia, que
rencia un modo de vivir? ¿Es hostilidad traspuesta, como sugiere es siempre monográfica.
Freud, o un gesto provocado desde el exterior, por el ambiente so-
cial, como sostiene Émile Durkheim? ¿O, siguiendo a Camus, la
«única libertad» para nuestro tiempo, «preparado en el silencio
del corazón como una gran obra de arte»?

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Cuándo el proyecto de vida es impulsivo.

Hay síntomas que denuncian la existencia de un proyecto de


por sí impulsivo. Puede darse con intensidad y medida diversas. La
presencia de un solo síntoma no autoriza a sacar ninguna con-
clusión.
Los síntomas que señalan la presencia, a veces enmascarada, de
un proyecto de por sí impulsivo son:
— El llevar una vida con aire de resignación, frecuentemente
con apatía, viviendo, como suele decirse, al día. Ante las dificulta-
des y contradicciones, ante el mal y los conflictos que se presen-
tan, se cruza de brazos, diciendo: «Es superior a mis fuerzas... y,
además, ¿quién me manda a mí hacer esto?» G. Allport, en un
estudio realizado entre estudiantes, manifiesta que una quinta parte
«no sabe por qué vive», pareciendo que carecen de la más mínima
motivación feliz, aunque sea pasajera, y no son ni maduros ni
felices.
— Un sentido de falta de seguridad y de incertidumbre más
o menos oculto, producido por una profunda desconfianza en sí
mismos y en los demás, normalmente barnizado con distintos co-
lores.
— Un profundo egocentrismo afectivo, manifiesto u oculto,
con gran dificultad para amar con amor desinteresado. La satisfac-
ción propia, directa o indirecta, constituye una norma de vida. El
primer lugar lo ocupa el instinto, el sentimiento o la emotividad.
— Una preocupación prevalente por la tranquilidad, acompa-
ñada por la huida de la responsabilidad y por el miedo al riesgo y
a la novedad, con una aceptación acrítica de slogans y de prejuicios,
de posiciones preconcebidas.

«No encuentro —escribe, de modo sintomático, Luciano,


veintiún años, estudiante de segundo de medicina— que exis-
tan cosas que valga la pena hacer y otras que no merezcan
ser hechas. Unas se hacen y otras no... A veces uno se aburre
de sí mismo, de los demás; no se sabe por qué uno se abu-
rre, quizá porque no sirve. No he entendido, hasta la fecha,
qué es lo que me sirve o qué es lo que me es inútil. Intentar
seguir adelante es algo que me sirve, pero no sé hasta
cuándo.»

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Proyecto de sí idealista
— Una dificultad para proponerse metas de largo alcance y a
comprometerse en lo concreto de cada día. Esto lleva a sentirse La segunda forma de proyecto futuro, que se da con frecuen-
satisfecho, en la medida de lo posible; a no saber decir no o sí cia, es el que llamamos idealista. Todos nosotros, de modo más o
cuando es preciso para lograr un auténtico crecimiento; a seguir menos explícito, nos vemos impulsados por el deseo de ser mas.
la moda del momento, llevando una vida prevalentemente a nivel Este deseo nos hace pensar y decir cómo quisiéramos ser. De este
sensitivo e impulsivo. modo nace en nosotros el ideal, es decir, aquello que quisiéra-
mos ser.
«A decir verdad —escribe Marcelo, de veinte años, pri- El ideal es una parte importante de la estructura y construcción
mero de química—, me parece que no he intentado en serio de la personalidad. En efecto, el querer ser de un modo determi-
nunca comprometerme, porque no he visto nada que valga nado nos hace obrar en consecuencia. Nos comportaremos de un
la pena. modo determinado, haremos opciones dictadas por este deseo que
Para vivir bastan muy pocas cosas. Basta no pensar, no hay en nosotros. Se puede decir entonces que este ideal, nacido del
pensar que vivimos, actuar, pero no detenerse en el porqué. deseo de «ser más», determina nuestro modo de vivir.
Este es un modo de pasar la vida, como suele decirse. No es Hay que decir que no hay error alguno en desear ser algo más.
que yo pueda 'pasar la vida'; por otra parte, no tengo ni El error lo podemos cometer deseando por todos los medios, mani-
medios ni posibilidad, o mejor, tengo una posibilidad, una fiestos u ocultos, ser distintos de lo que de hecho somos. Es un
sola: mirar cómo se vive, cómo viven los demás, cómo vivo error en el que se cae con frecuencia, muchas veces inconsciente-
yo, hacer una confrontación, pero nada más. Veo que es di- mente, y que da origen al «proyecto de sí idealista». Este proyecto
fícil colocarse en la posición justa en muchas ocasiones; ante se nutre de diversas fuentes. Las principales son:
todo porque falta la experiencia, y sobre todo la perspectiva — Las expectativas de los demás. Padres y educadores, res-
suficiente para poder hacer historia y no detenerse en la ponsables de la escuela o del trabajo, tienen sobre nosotros unas
anécdota. determinadas esperanzas. Estas expectativas que ellos tienen, nos-
La historia se va haciendo, pero no se puede pretender otros las hacemos nuestras; hemos intentado alcanzar tal meta y
manipularla.» todavía la tenemos como objetivo a realizar. Todo esto puede haber
sido, y lo es, estimulante. Nos ha ayudado y nos ayuda a crecer.
— Una actitud de inmovilismo interior, caracterizada por la
Pero para que sea real el crecimiento es preciso valorar efectiva-
indiferencia y la falta de disponibilidad a Dios y a su plan sobre
mente nuestras posibilidades. Hay que preguntarse en qué medida
nosotros mismos y sobre el mundo. Sin proyecto se da el estanca-
este ideal (nacido de mi preocupación por colmar las esperanzas
miento, el desbarajuste interior, la desadaptación, acaso la desespe-
ración, y en todo caso un replegarse sobre sí mismo. de los demás) corresponde a lo que yo soy realmente capaz de
realizar.
«Vivo personalmente al día —dice Lucas, estudiante de — Lo que yo espero de mí mismo. La experiencia de las pro-
diecisiete años—, sin que nada ni nadie me importe un ble- pias posibilidades, junto a las expectativas de los demás, da lugar
do. He comenzado a dejar el grupo, tengo altercados perma- al ideal de sí, a lo que «yo quisiera ser» que sentimos dentro de
nentes en casa, no acepto las ideas de los demás, etc. No rezo, nosotros. A veces, lo que deseamos ser cae dentro del campo de la
estoy hundido en el autoerotismo. En resumen, todo conti- realidad, se corresponde con lo que somos, con nuestras capacida-
núa igual que siempre...» des reales. Otras veces, la intuición de una capacidad despierta es-
peranzas desproporcionadas.
Con un proyecto deficiente no puede haber coherencia de vida, Puedo constatar, por ejemplo, que soy formidable, que se me
sino un azar más o menos caprichoso.
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da muy bien el inglés o las matemáticas, etc. Existe la intuición de sacando todo el partido posible, sin esfuerzos perfeccionistas, cre-
una capacidad real. Sin detenerme a reflexionar de una manera rea- ciendo desde dentro.
lista esta capacidad mía, me construyo un ideal: quisiera ser el
primero de la clase o del grupo, desearía obtener el premio Nobel... «Quisiera tener una fe que me distinga de los demás
El ideal es desproporcionado. No corresponde, por lo menos por —escribe Juan, de diecisiete años—. Pero no sé cómo. Ac-
ahora, a mi realidad. De aquí nace la tensión por la desproporción tualmente quisiera ser de todos..., quisiera arriesgar hasta la
entre posibilidades, medios e ideales. locura.»
Hay que distinguir la tensión de la actitud; ésta crea la cons-
tancia, el equilibrio, el respeto a las dimensiones reales. Genera «Hago una confrontación entre mis proyectos y la reali-
gozo y calma, respeto hacia sí y hacia los otros. dad —dice María, de veinte años, obrera—. Temo haber
— Los principios tomados como algo absoluto. Se trata de descuidado el conocimiento de mí misma... Ahora deseo es-
ciertos imperativos, como: «Debes hacer o ser así y así», o tam- tar más atenta al adoptar una postura...»
bién: «No debes», tomado de modo categórico y no personalizado.
Falta un descubrimiento personal de los valores objetivos de «Un proyecto de vida lo intuyo apenas —escribe David,
tales principios, un parangón de tales bienes con las necesidades y de diecinueve años, preuniversitario—. No me conozco sufi-
posibilidades concretas de la persona. Parece como que la fuerza cientemente..., a veces elijo cosas contradictorias. Me doy
que guía está fuera de la persona sin saber bien por qué. cuenta de que es preciso tener un proyecto, pero... No me
— Los modelos sociales. El ambiente en que se vive y los me- basta un título. Debo buscar los porqués de mi vida, debo
dios de comunicación, en general, pueden reforzar estas ambiciones ir tras de un objetivo...»
o proporcionar modelos que han logrado el éxito sin que se corres-
pondan con las capacidades reales de la persona. Ser los más es-
tupendos, los que logran los mayores éxitos, siempre en forma, Personas a las que guía un proyecto ideal.
lleva a... sentirse en inferioridad, a sentirse culpable ante sí mismo
Hay muchas personas, jóvenes y adultas, que se guían por este
y ante la sociedad. Y la tensión es inevitable.
tipo de proyecto. Es normal que suceda durante la adolescencia y
— Los miedos y temores con relación a los demás. El miedo, pubertad (trece-dieciséis años). Pero el impacto con la realidad, que
consciente o inconsciente, es un factor que estimula o paraliza la
se produce entre los diecisiete-veinte años y en los siguientes, debe
acción. Sobre todo los sentimientos negativos en relación consigo
permitir la lenta superación de tal proyecto idealista.
mismo, más o menos proyectados sobre los demás, alimentan un
He aquí algunas de estas personas:
ideal de sí de tipo idealista. Constituyen una exigencia de compren-
— Las personas «enamoradas» de algún momento de su vida,
sión de valor personal muy fuerte, un valor de sí percibido como
aferradas a la imagen ideal de sí, generalmente la de la adolescen-
ausente.
cia o juventud. Viven como clavadas a tal momento o a tal imagen
El ideal es un poderoso dinamismo de crecimiento con tal de
de sí. Por ello, conjugan los verbos en pretérito: «Yo, una vez...»
que se adecúe a las posibilidades efectivas de la persona. El daño
— Los inadaptados o poco adaptados a sí mismos, a su pre-
se produce si se pide más de lo que se puede, o viceversa.
sente, a la comunidad o familia en la que viven. Ven a los demás
Lo que ayuda a crecer es lo que resulta asequible. La tensión
no como son, con sus aspectos positivos o negativos y con sus limi-
daña el crecimiento. Es como hallarse casi parado y tener el mo-
taciones, sino como deberían ser, o mejor, como ellos tienen nece-
tor a todo ritmo, con exceso de acelerador. La tensión adecuada,
por el contrario, ayuda como la levadura. Es indispensable la pro- sidad de ser.
porción. Por ello es preciso partir de lo que se es en el momento, — Los ambiciosos, con frecuencia arribistas. Abrazando una
causa más o menos constructiva para sí y para los demás, persiguen
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un ideal de auloalirmación sospechosa. Compensan deficiencias más sí que busca la compensación produce un espejismo que no con-
que tratar de desarrollar potencialidades. El absolutismo que carac- siente vivir el presente tal cual es. Vive en proyección a un futuro
teriza su actuación lo indica con claridad. De aquí la intolerancia utópico. Por ello, le resulta difícil, casi imposible, aceptar y vivir
y la rigidez consigo mismo y con los demás. el presente, como si un impulso irrefrenable lo lanzase fuera de la
— Las personas afectadas de protagonismo. Son las que tienen realidad. Es una especie de dislocación y de alienación de la rea-
necesidad de estar en los primeros puestos, de estar en la boca de lidad.
todos, de ser «el primero de la clase», so pena de sentirse anulados. — Vivir las limitaciones propias como una negación de sí. En
— Las personas que viven atrincheradas, en actitud defensiva, toda persona se dan limitaciones, que pueden ser aceptadas, y en-
en estado más o menos manifiesto de alerta defensivo-agresiva. Con tonces no se malogra el crecimiento; o no toleradas y a veces re-
frecuencia estas personas se sienten inseguras, las más de las veces chazadas, y entonces se convierten en lastre que atenaza a la per-
frustradas, y se muestran negativas. Entonces, defenderse a sí mis- sona.
mas y defender a la institución o a la causa por la que se milita — Una contestación que se reduce a palabras más o menos es-
forma una sola cosa. tériles. Las más de las veces se trata de sustituir el compromiso
personal por meras palabras. Es como el ruido de un motor en
Cuándo el proyecto es idealista. punto muerto, que consume energía inútilmente. Suele manifestar-
se en discusiones intelectualistas.
El proyecto idealista se descubre a través de algunos síntomas
característicos. Ninguno de estos síntomas tiene valor absoluto, sino
que hay que considerarlos dentro de la totalidad de rasgos de la Proyecto de si que compromete y sirve de fermento
personalidad.
He aquí los principales: Finalmente, hay un «proyecto comprometido», que tiende a la
'— Querer ser a toda costa un «personaje». Se trata de un bello construcción de sí mismo dentro de su ambiente en un plazo medio
ideal, pero por encima de las propias posibilidades. «Personaje» es y largo. Se trata de un proyecto que hace capaz al que lo posee de
el que llama la atención, cuyas cualidades relevantes se perciben renunciar a satisfacciones inmediatas. Vosee en sí el factor W
claramente. Representa, en síntesis, lo que se desearía ser, símbolo (Will = voluntad). Es decir, hace capaz de perseverar en la bús-
del éxito personal según sus propios modos de ver, con anhelos de queda de un objetivo y de posponer las satisfacciones inmediatas,
pasar a la posteridad. Tiene una especie de «complejo de estatua». que servirían de obstáculo. Del núcleo de este proyecto se derivan
— La tensión en la propia actuación, más o menos manifiesta. dos polos: el yo de la persona, y un segundo polo, constituido por
Todo ello produce trastornos psicofísicos sintomáticos. La tensión otra persona o por una determinada misión.
es inevitable ante lo que resulta casi imposible o ante metas por «Dichosos los que se atreven a soñar —anota el cardenal Sue-
las que hay que pagar un alto precio. Lleva con frecuencia al ago- nens— y que se hallan dispuestos a pagar un alto precio para que
tamiento nervioso, de donde brota el miedo a quedar mal y una su proyecto se convierta en realidad y tome cuerpo en la vida de
timidez inhibitoria. los hombres.»
— La propia desilusión. Con frecuencia se deja llevar de la Existen muchos tipos de proyecto comprometido:
impaciencia y el nerviosismo, como golpeado y humillado por los — Algunos se refieren a situaciones especiales de vida, am-
propios fracasos. De aquí nace un sentido de desconfianza en sí bientes, instituciones. Por ejemplo: el político, el ingeniero, el ar-
mismo, la humillación y a veces la agresividad, manifestada o repri- tista.
mida de diversos modos. — Otros se concretan en una relación interpersonal de dedi-
— La sensación de perseguir metas inaccesibles. Un ideal de cación a las personas. Por ejemplo: la familia, la escuela, la educa-

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non, l¡i terapia... En esta entren». I" propia vida se convierte en encontrarme con una persona viva, real. No entiendo en qué
levadura, se halla el gusto de vivir y se descubren nuevos hori- términos se desarrolla mi relación con él. He visto que tengo
zontes. necesidad de su perdón.»
— Otros, finalmente, se configuran en una entrega personal
a un «tú» trascendente. Es a partir de este «tú», cuya experiencia Personas orientadas por un proyecto que sirve de fermento.
se ha logrado, desde donde brota un compromiso de servicio a los Se trata de proyectos no perfectos, pero fundamentalmente vá-
demás, llevado a cabo en una concreción precisa. lidos. Son proyectos que se apoyan en la realidad, en fase de reali-
Así canta San Francisco de Asís, en la película Hermano sol, zación o ya concretos en su concepción. Personas guiadas por este
hermana luna, mientras reconstruye la iglesia de San Damián y, a modelo se pueden hallar en las distintas condiciones de vida.
través de ésta, otras iglesias: He aquí algunas:
«Todo hombre simple — Personas adultas que ves en tu ambiente y que han triun-
lleva en su corazón un sueño; fado, capaces de hacer frente a sus responsabilidades personales y
con amor y humildad podrá construirlo: sociales.
si sabes de verdad vivir humildemente, — Las personas que admiras, conocidas a través de los medios
tanto más feliz serás cuanto menos poseas; de comunicación, porque son signo de algo que merece la pena.
si quisieras, —• Las grandes personalidades del pasado, cuyas intuiciones
cada día, con tu sudor, has conocido a través de sus obras artísticas, sus escritos, su his-
piedra sobre piedra, toria.
alto llegarás. — Los testigos de un porvenir distinto, «como si viesen al in-
En una vida sencilla está el camino visible», de tiempo pasado o presente, laicos o religiosos, creyentes
que la paz dará a tu corazón limpio. en un Dios personal. Hoy podríamos citar, entre otros, a Teresa
Los gozos simples son los más bellos, de Calcuta, Roger Schutz de Taizé, Helder Cámara, Jean Vanier...
que al fin resultan los más profundos. — Adultos y jóvenes militantes que trabajan por la construc-
Cada día, con tu sudor, ción de la sociedad y de la Iglesia, en la esperanza de lograr un
piedra sobre piedra, mundo más justo y fraterno.
¡alto llegarás! » Estos y otros tipos ponen en evidencia un modo de vivir fun-
dado en valores auténticos, dejan traslucir un encuentro con un
«Trato de analizar los motivos que mueven nti vida —es- «Tú» trascendente revelado en la historia. Se hallan comprometi-
cribe Pablo, de dieciocho años—, de penetrar en el sentido dos y logran encarnar en su vida, unas veces más y otras menos,
de los acontecimientos. Mi proyecto de vida se construye día un proyecto concreto como hombre o mujer, laicos o religiosos, en
a día. No tengo un ideal perfecto.» sus diversas profesiones. Están atentos a la situación presente, en
búsqueda continua y tratando de encarnar, como dice el psicólogo
«Confronto mis proyectos con la realidad —anota María, Víctor Frankl, «una voluntad» de signo. Se hallan abiertos a dar
de veinticuatro años—. Me asalta el miedo de haber descui- una significación a cuanto de más profundo se revela en ellos. El
dado el conocimiento propio... Desde ahora quiero estar más proyecto que guía su existencia, como individuos o como grupo, se
atenta al adoptar posiciones.» halla en continuo devenir.
«Ciertamente, no todo es claro ni todo se halla definido
«No he entendido qué es lo que Cristo quiere de mí —es-
—observa Carlota, de veintiún años, segundo de biología—.
escribe Mariella, de diecisiete años—. Me da la impresión de

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No obstante, creo poder afirmar que intento honestamente
la búsqueda del sentido último de mi vida y de mi relación — Una positiva confianza en sí mismo y en los demás, alimen-
con Dios, día a día, sea el que sea el éxito logrado. La clave, tada por una progresiva y auténtica aceptación de sí mismo, tenien-
para mí, está en realizar lo que es posible y de hacerlo hones- do capacidad para asumir las novedades de la vida. La confianza
tamente, sin justificaciones acomodaticias.» -engendra confianza.
— La capacidad de evolucionar y cambiar en base a una doble
«Me parece que mi vida ha sido un perpetuo letargo fidelidad: fidelidad a sí mismo, a lo que constituye la propia iden-
—dice Daniel, de veinticinco años, obrero—. Me doy cuenta tidad, y fidelidad a los valores emergentes en el tiempo y lugar de
que falta en mí un porqué auténtico a través del cual mover cada uno.
mi vida. Quisiera entregarme a los demás, pero en realidad — Una efectiva capacidad de amor, que proporciona apertura
me encuentro desorientado. Quisiera desmontar muchos ta- y capacidad de acogida. El amor suscita amor.
— La alegría de vivir la propia vida en un clima de confianza,
búes aceptados sin la suficiente criba. En mi familia no ha
que no se deja vencer por los inevitables fracasos y falta de logros
habido hacia mí el debido afecto. Hubiera deseado haber
que toda existencia comporta, haciendo frente a frustraciones y con-
tenido una vida más alegre, rodeada de calor. Me he visto
tradicciones. La alegría genera alegría.
arrinconado... y por ello me he construido una vida a mi
modo. Me he comprometido en el campo social luchando por «Esta mañana —anota Carlos, de veintiún años, univer-
los compañeros de trabajo. Me he arriesgado y he sido des- sitario— tenía la sensación de no haberme dado cuenta de
pedido. Ante la situación actual de la Iglesia, me siento impli- cómo la vida bulle junto a nosotros. Sentía la satisfacción de
cado. Se necesita quien sepa estar con los muchachos. ¿Por la marcha, de tener un cuerpo que funciona bien. Me miraba
qué no ponerme totalmente a su servicio? en el espejo de los escaparates para ver mí gallardía. Me en-
Es preciso, pues, decidirse...» contraba contento en medio de la gente. Me producía curio-
sidad todo lo nuevo que se ofrecía a mis ojos.
Cuándo el proyecto de vida es fermentador. Era un día de sol espléndido. El sol siempre es fuente de
calor, de alegría, de vida. Cuando por la mañana he alzado
La incidencia en la propia vida de este tipo de proyecto se apre- las persianas de mi habitación, me ha deslumhrado la luz del
cia por la presencia de algunos hechos significativos. En efecto, sol. El cielo era de un azul, intenso. En lontananza se divisa-
estos síntomas descubren otras tantas actitudes subyacentes. Emer- ban las montañas, verdes, frescas, frondosas. Esta estampa
gen sobre todo cuando el proyecto choca con la vida real, con las me ha dado serenidad. ¡Qué bellezas nos rodean!
propias limitaciones o de la familia, de la sociedad, de la Iglesia. La naturaleza es profundamente hermosa. Veo que el ma-
Son actitudes que manifiestan la acción fermentadora e impulsora ravillarme es la actitud que más gozo me da. Cuando siento
del proyecto comprometido. No hay que considerar a ninguno de el gozo de vivir no es porque venga producido por aconte-
ellos como exclusivo. Hay que considerarlos en su conjunto. He cimientos que produzcan gran euforia. Más bien es la suma
aquí los principales: de los pequeños goces que brotan de mi interior. No es que
— Una actitud de búsqueda que sirve de fermento para el vi- sean muchos estos momentos, pero se dan, y esto es lo im-
vir diario. Por una parte se vive anclado en algunos valores cardi- portante. De ellos saco fuerzas y serenidad.»
nales y por otra se buscan soluciones más adecuadas a los propios
ideales de vida. Alienta en el corazón un deseo: poseer el tesoro — Saber mirar al presente y proponerse metas a medio y largo
escondido y descubierto, para lograr el cual se subordina todo lo alcance, comprometiéndose en el presente para dar concreción. De
demás. aquí el compromiso del militante de un movimiento o de una co-

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munidad, del que lucha con tenacidad para defender los valores en
los que cree, tanto en los días luminosos como en los grises.
— Un vivo sentido de responsabilidad ante la propia vida, con INTERROGANTES PARA LA BÚSQUEDA
capacidad de tomar iniciativas, incluso ante situaciones de un am-
biente adverso. En todas las etapas de la vida, después de la adolescencia, es posible
— Un camino de liberación interior y exterior de los condicio- una verificación de la calidad y tipo de proyecto para el futuro. En par-
namientos diversos, tanto internos como externos, progresando con ticular, tal verificación de la vida propia o de la de los demás puede
llevarse a cabo con provecho en las fases siguientes:
gradualidad y firmeza.
— La primera juventud, es decir, de los diecisiete a los veinticinco
años. Es la edad del primer impacto serio con la realidad, con sus posi-
«Antes sentía preocupación de qué hacer —escribe An- bilidades y limitaciones.
tonio, de diecinueve años—, pues no había descubierto toda- — La edad adulta, de treinta a sesenta años. En esta etapa se criba
vía el modo de realizar ciertas cosas que no dependen de mí y verifica la consistencia de los proyectos de juventud. En estos años es
por completo... Tenía grandes proyectos... Por diversas cir- cuando sale a flote la calidad del propio proyecto de la edad juvenil y su
cunstancias, me vi por tierra, a veces por motivos triviales. capacidad de afrontar las pruebas de la vida.
He descubierto el valor del trabajo..., a las otras personas, Te propongo algunas preguntas que pueden facilitar tu camino de
con sus valores.» crecimiento personal. Puede hacerse individualmente o en grupo.

«Apenas vislumbro un proyecto de vida —observa Da- Busco dentro de mí


niel, de diecinueve años—. No me conozco suficientemente. — En base a mi experiencia y a los síntomas señalados, ¿por qué
Con frecuencia me decido por cosas contradictorias. Me doy proyecto creo que me dejo guiar? ¿El impulsivo, el idealista, el com-
cuenta de que necesito un proyecto... No me basta un título, prometido? ¿Cómo caracterizaría el proyecto que orienta mi vida hoy?
sino además ahondar en el porqué de mi vida, fijarme un Describo mi situación en base a los síntomas prevalentes y a sus posibles
objetivo.» causas.
— ¿Qué he de hacer para que mi proyecto se convierta poco a poco
en algo sólido y realista?
— La búsqueda de una supervisión sobre la dinámica de la
— ¿Qué puedo hacer hoy para que mis proyectos relativos al futuro
propia afectividad y orientación por parte de un educador amigo. estén bien fundamentados?
Esto permite una verificación y autentificación de sí mismo.
— La disponibilidad al misterio de Dios y al misterio de la Busco en torno mío
vida, a la dimensión que «trasciende» las cosas y las personas: dis-
ponibilidad a Dios, a los signos de Dios, al plano de Dios. — En los periódicos, en la crónica de acontecimientos, observo las
Un proyecto para el futuro vivo y coherente comporta de ordi- situaciones próximas a tal o cual modalidad del proyecto propio. ¿Cuá-
les son los factores que lo han producido? ¿Con qué éxito y cuáles son
nario una tónica de vida característica. Normalmente ello se revela sus frutos?
como fuente de generosidad, de compromiso, de dinamismo, de — Veo en las revistas gráficas los «ídolos» que se ofrecen. ¿Qué
desarrollo; como coherencia entre la personalidad y sus centros de finalidad persiguen? ¿Qué resultados logran a medio y largo plazo?
interés, su enraizamiento humano y su comportamiento en el gru-
po, así como con los propios compromisos anteriores y actuales con
su entorno.

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HACIA UN PROYECTO VIVO DE VIDA go todo el interés en descender a lo concreto, en ponerme a
disposición de los muchachos de mi ambiente.»
El paso de un proyecto impulsivo o de uno idealista, con sus
diversas vicisitudes en la vida, a otro comprometido no es automá- «He constatado en las personalidades que admiro —es-
tico, ni inmediato, ni obligatorio. La persona concreta se halla invo- cribe Lucía, de diecisiete años— estudiantes que logran salir
lucrada en primer término con su libertad responsable y en medio adelante porque tienen algo que no poseo todavía... Siento
de los factores ambientales que le rodean. El compromiso personal el vacío dentro de mí...»
es determinante para el tipo de proyecto y para la capacidad de
hacer frente a la vida. Y de este modo, en la medida en que vive de manera verdade-
ramente humana, el hombre forma un proyecto de vida, el proyecto
de sus valores, a la luz del cual se compromete en las múltiples
La experiencia del proyecto de vida situaciones de la vida. En virtud de este proyecto de vida puede
dar un sentido a su compromiso con este mundo, partiendo de «un
Uno de los factores que más contribuyen a la construcción de futuro proyectado ante sí y que, por este mismo hecho, comienza
la personalidad en evolución resulta ser una experiencia particular a madurar». Este proyecto de vida aglutina todo aquello que se
llamada «proyecto de vida». puede esperar de la vida. Expresa auténticamente una personalidad
En efecto, en toda edad los psicólogos señalan la presencia de que vibra ante determinados valores y que capta más o menos
esta experiencia humana particular que conocemos como proyecto explícitamente la consecuencia entre lo que es actualmente (el yo
de vida. Durante la edad evolutiva, el niño, el muchacho, el ado- actual) y lo que pretende llegar a ser (el yo ideal). Existe, pues, un
lescente, el joven, crecen haciendo planes; viven dentro de sí un proyecto que sostiene la vida, que da motivos para amar, para su-
proyecto de vida. frir, para gozar...
Para evitar ser presa del impulso o del condicionamiento, el En cierto sentido puede decirse que el hombre «se hace», esto
hombre elabora un proyecto de sí mismo. Es un ser que se cues- es, que al verse inmerso en la existencia ha de decidir qué hacer
tiona. Tiene que enfrentarse con su vida y buscar su sentido. Vi- de sí mismo, de sus propias energías, de la propia vida. Porque la
viendo en el mundo, va adquiriendo poco a poco una determinada vida es crecer, es un camino, es dejar algo para tender a una meta.
visión de la vida y del mundo. Descubre valores que le atraen, a los Podemos esquematizar de este modo la dinámica de tal creci-
que se somete y por los cuales juzga que la vida merece vivirse. En miento:
la medida en que vive en un mundo auténticamente humano, y no yo actual —> yo ideal
se contenta con «ir tirando», el hombre vive partiendo de ciertos
valores y para ellos; se deja guiar por los mismos, porque tiene El yo actual representa «el que soy yo ahora», mi situación
conciencia de que exigen su adhesión. Poco a poco va logrando un personal: valores, defectos, los problemas que siento y también mi
sistema de valores que se van ordenando entre sí. historia pasada, esto es, acontecimientos, experiencias, equivoca-
ciones, conquistas logradas que han construido mi personalidad.
«Me he decidido a vivir como cristiano —observa Gus- El yo ideal representa «lo que quiero ser», mi proyecto de vida,
tavo, de dieciocho años—. La dificultad estriba en ser cohe- que yo he elegido y que quiero construir. El camino entre el yo
rente cada día con mi ideal, en ser constante y en superar actual y el yo ideal constituye el esfuerzo y la alegría de vivir, algo
los condicionamientos ambientales. Quisiera tener una visión que experimentamos y expresamos todos los días.
más esperanzadora de la vida, más confiada en mí mismo y Todo proyecto futuro, en la medida en que se radica en la his-
en los demás... y tener amigos auténticos. Actualmente pon- toria de cada uno, manifiesta un dinamismo creado por el desnivel

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existente entre la personalidad que se va perfilando y el papel so- identidad de la persona. Tal núcleo manifiesta la cualidad de vida
cial que ella tendría que desarrollar. Elaborar un proyecto de vida que la persona persigue como un bien necesario o en gran manera
conlleva, por eso mismo, partir de lo que uno es y concretar poco útil. El proyecto está constituido, en consecuencia, por el conjunto
a poco lo que se ha de ser. de cosas o realidades que son importantes para mí, por mis valores
y por mi modo de vida. El proyecto de vida no es un esquema
«Un proyecto —escribe Miguel, de dieciocho años— yo abstracto de ideas que embridan o atenazan las iniciativas que per-
me lo he trazado en estos últimos años. Cuando era mucha- manentemente brotan en la vida; no predetermina nada ni es carril
cho pasaba de una idea a otra según las circunstancias. La más o menos obligatorio.
misma elección de orientación escolar sucedió casualmente. El proyecto de vida se presenta como una intuición que deja
Pero ahora he tomado en gran parte conciencia de mis posi- vislumbrar el desarrollo futuro, una hipótesis, un interrogante, una
bilidades; comienzo a conocerme mejor y me doy cuenta de invitación, sobre todo un sentido que dar a la vida, un esbozo de
que puedo moverme con seguridad hacia una orientación bien respuesta a los grandes interrogantes existenciales: ¿Por qué he
definida. venido al mundo? ¿Qué sentido tiene la vida y la muerte? ¿Cuál
No me interesa tanto hacer esto o aquello cuanto tener es el sentido del universo que me rodea? ¿Saldremos adelante de
razones para mi opción. No me basta el título; tengo que las crisis que nos envuelven?
descubrir el porqué de mi vida. Hay ciertos valores con los
que estoy bastante de acuerdo: la amistad, la solidaridad, el «Debe haber algo que te permita ser coherente, que te
compromiso social. Pero todos los días encuentro dificulta- sirva de acicate», observa Francisco, de diecinueve años,
des para realizar mis aspiraciones. Tengo, sin embargo, espe- obrero.
ranzas de lograrlo de alguna manera.»
«¿Mi proyecto para el futuro? La libertad —dice Jorge,
«El año que viene —concreta Paula— terminaré magis- de dieciséis años—. Amo la libertad porque es un gran
terio y espero conseguir el título, no para enseñar a niños, bien...»
aunque mis padres siempre han soñado con que fuese
maestra. «Trato de analizar los motivos por los que me muevo en
Yo quiero matricularme en la escuela de asistentes so- la vida, de penetrar en el sentido de los acontecimientos. Mi
ciales. La idea de hacerme asistente social me vino ya cuan- proyecto de vida se construye día a día. No tengo un ideal
do estudiaba bachillerato, cuando íbamos a hacer visitas a un perfecto», dice Gabriela, de dieciocho años.
instituto de minusválidos. Tampoco quiero concretarme a
hacer un servicio social encerrada en una oficina, pasando El proyecto cumple una función triple:
papeles. Pienso estar cerca de la gente, iré a encontrarme con — ha primera, hacia el presente. El proyecto de vida es como
ellos en su casa, combatiré las injusticias sociales y las causas el eje central, el punto de apoyo alrededor del cual la personalidad
que conducen a la marginación.» va construyéndose, estructurándose, como principio unificador de
las propias aspiraciones. Es como un polo magnético que imanta
las diversas fuerzas, unifica los diversos componentes de la perso-
El núcleo central de sí na, hace que uno se encuentre y se sienta como uno mismo.
— En segundo término, hacia el futuro. El proyecto de vida
Por proyecto de vida entendemos «el núcleo central de sí» for- constituye una tensión dinámica hacia el futuro, pone de relieve
mado por los valores en torno a los cuales va estructurándose la las expectativas del porvenir, exige y ayuda a buscar una orienta-

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ción que dar a la propia vida. Representa el elemento motor, el Es decisivo para ti, en la edad evolutiva, que te des cuenta del
impulso de desarrollo y de estructuración, una línea directriz, sin significado y de la necesidad de un proyecto de vida. No tomar en
la cual no hay verdadero crecimiento. consideración el proyecto de vida comporta ignorar lo que consti-
— Una función en profundidad. El proyecto de vida consti- tuye para ti el centro de los valores, el dinamismo que te ayudará
tuye para el sujeto que lo vive un principio de autonomía y libertad a construir el futuro.
interior, junto con un compromiso de llevar adelante su ejecución Ignorar la presencia y la acción de un proyecto de vida signi-
en consonancia con la propia capacidad y con la situación física, fica privar a la personalidad en formación del eje firme y central
social, existencial en la que se desarrolla su vida. en torno al cual se va construyendo determinada personalidad, y
que representa para ella las expectativas de futuro, la dinámica viva
que puede hacerla avanzar.
Necesidad de un proyecto de vida Rechazar la atención pedagógica del proyecto de vida comporta
quedar anclado en el pasado, verse privado de la tensión que pro-
El proyecto de vida se presenta con tonos y funciones diversas, porcionan los valores. El proyecto de vida no es facultativo: es
según la edad y los objetivos prefijados. Su papel es decisivo, sobre constitutivo de la vida, del psiquismo humano.
todo en la adolescencia y juventud. Tener un proyecto de vida quiere decir:
El proyecto de vida a los diez años no es el mismo que a los — Saber dar un sentido a los actos de cada día; es decir, saber
dieciséis y mucho menos que a los veinte, pero puede darse una vivir con decisión los estudios, la relación con los amigos, el ser-
continuidad entre los diversos momentos de búsqueda de una vo- vicio en favor de la justicia, la lucha y el trabajo de cada día.
cación, siempre que se vayan realizando las síntesis oportunas de — Tener esperanza y confianza ante las dificultades; un test
todos los elementos que nos proporciona el pasado. válido para descubrir quién es el que cree en un proyecto es la acti-
Sin el proyecto, la identidad no se logra ni puede pasarse a una tud ante el dolor, ante la enfermedad, ante la muerte. El que tiene
identidad sucesiva. un sólido proyecto vive estas situaciones y realidades con un sen-
tido de esperanza, porque cree en la vida y en su victoria final.
«¿Mi proyecto sobre el futuro? No lo sé. Vivo al día» — Ser libres y protagonistas ante los condicionamientos de la
(Francisco, diecisiete años). sociedad. Con frecuencia corremos el riesgo de que nuestras opcio-
nes se esfumen como el humo, que va donde lo lleva el viento...
«El hombre es un proyecto», dice Sartre. No hay vida, no hay Nos parece ser libres y, en el fondo, no tenemos punto alguno de
identidad sin este impulso, sin esta idea previa y encauzadora. No referencia. El que tiene un proyecto de vida sabe elegir, porque
puede darse una personalidad madura cuando no hay respuesta al posee el mapa secreto que le indica adonde dirigir sus pasos, sin
llamamiento y se deja para más tarde el tomar una opción. zigzagueos inútiles, ya que avanza orientado hacia una meta defi-
nida.
«Creo que no tengo un proyecto de vida... siento en mí
cosas nuevas... me encuentro perplejo. He vivido sin dar un
sentido a la vida» (Julián, dieciséis años). Un salto de cualidad necesario

«¿Cuál es mi proyecto de vida? No sé qué responder. Como hemos visto, no todo proyecto de futuro es válido. No
Tengo quince años. Hace mucho que lo pienso, pero evito todo «proyecto de sí» tiene fuerza para ser fermento en el futuro
el ir al fondo. Estoy en búsqueda. Quisiera encontrar alguien propio y en el de los demás. Para que el propio proyecto sea válido
que me ayudase...» (Francisca). y sano es necesario un salto de cualidad en su estructura y en su

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relación con la vida. A veces se exige un cambio de dirección para comprometidos es necesario nutrirse de valores significativos. Pue-
hallar la ruta apropiada. Teniendo en cuenta los posibles puntos de des preguntarte cuáles son los valores que predominan en los am-
partida, éstos son los principales saltos de cualidad necesarios: bientes que frecuentas, si te ayudan en el crecimiento de tu pro-
— Cuando prevalece el proyecto idealista: para superar esta si- yecto de vida y hacia qué estilo de vida te orientan.
tuación es preciso «poner los pies» en la realidad. Se trata de la Te darás cuenta que existen ambientes a los que hay que pre-
situación real de la familia, de la institución educativa o de tra- ferir porque te revigorizan y se dan ambientes que hay que aban-
bajo en las que se halla inmerso, de la realidad de las propias limi- donar porque te llevan por caminos que presientes en tu interior
taciones, de la situación de la Iglesia y de la sociedad civil, de la no son los tuyos.
misma vida en su concreción. — Sentirse llamado por su nombre (1 Sm 3,4-5). En confor-
— Cuando predomina el proyecto impulsivo: para que se dé midad con el lenguaje de los llamamientos proféticos, Samuel se
crecimiento, respecto a la situación de partida, el salto de cualidad siente interpelado en persona, en el ambiente de su vida normal.
lo constituye el descubrimiento del propio «tesoro escondido» en No reconoce a aquel que le llama debido a la falta de experiencia
el campo, de «la perla preciosa» que se busca en el mercado. Es que tiene sobre Dios y sobre su Palabra. «En realidad, Samuel,
entonces cuando se llega a ser capaz de alcanzar metas a medio y hasta entonces, no había conocido aún al Señor ni se le había reve-
largo plazo. Se logra evitar caer en la trampa de la satisfacción in- lado aún la Palabra del Señor.»
mediata, de colmar los deseos que se van presentando, convertidos En tu vida, muchas realidades te interpelan más o menos explí-
en regla de vida más o menos conscientemente. Se adquiere la ca- citamente. Movilizan tus energías: personas significativas, situa-
pacidad de orientarse hacia el auténtico porvenir que encaja con ciones problemáticas, llamadas interiores, etc. Te llaman y te invi-
la propia persona. tan a ser un determinado tipo de persona con vistas a una misión.
Puedes preguntarte: ¿Cuándo me he sentido interpelado y por
quiénes? ¿Cómo conocer al Señor y a su palabra para elaborar un
«Habla, Señor, que tu siervo escucha» proyecto de vida comprometido?
— La necesidad de una ayuda educativa (1 Sm 3,7-9). Samuel,
A lo largo de su existencia, el hombre vive haciendo planes, aun respondiendo con presteza a la voz, no la conoce. La interpreta
aunque esto, como has visto, es particularmente vivo e incisivo como una de las voces ordinarias del vivir cotidiano. Para distin-
durante la adolescencia y juventud. Esta realidad forma parte de su guir las voces verdaderas entre tantas como resuenan, para reco-
modo de ser y enfrentar la vida. nocer las llamadas definitivas para tu porvenir, es indispensable un
Pero no todo proyecto sobre sí mismo es válido. No toda ma- «discernimiento». No podrás discernir por ti mismo con la sufi-
nera de enfrentarse con el presente y el futuro es fecunda. ciente seguridad tu proyecto de futuro. La ayuda de un educador
Existen condiciones y modalidades que se asumen directamente amigo te permitirá dar determinados pasos que por ti solo no te
para poder vivir de manera positiva la etapa propia de la vida. Por serán posibles, ni te atreverías.
lo demás, te señalo este itinerario con vistas a un proyecto de — La disponibilidad, actitud indispensable (1 Sm 3,10). Según
futuro «comprometido», válido y duradero como una casa cons- el consejo de Eli, Samuel responde a la voz que lo interppela: «Ha-
truida sobre roca: bla, Señor, que tu siervo escucha.» Y la voz le comunica el sentido
— Un ambiente significativo (1 Sm 3,1-3). Samuel frecuentaba de su vida, de tal modo que su proyecto se va perfilando.
el ambiente del templo. Era entonces el centro no solamente del Esta capacidad de escucha, esta disponibilidad hacia Dios y ha-
culto, sino de la vida, de la cultura, de la razón de ser de todo ver- cia los signos de Dios, adquirida merced a la educación, lo hace
dadero israelita. abierto a su propio porvenir en conformidad no sólo de sus fuerzas
Para que los proyectos de futuro formen proyectos de vida personales, sino del plan del Creador. Será un profeta.

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Es esta disponibilidad la que permite a todo proyecto de vida CAPITULO SEGUNDO
estructurarse de modo realista y abierto. Es a partir de aquí como, COMO REALIZARME
poco a poco, el proyecto asume las dimensiones del presente y del
futuro, haciéndose «comprometido».
— Para que el proyecto de vida tenga un porvenir fecundo
(1 Sm 3,10). Entonces, Samuel, mediante la escucha de la Palabra,
se vuelve atento a Dios y a su plan de salvación. «Samuel no dejó
caer en el vacío ninguna palabra del Señor.» Dentro de este plan,
él personaliza su proyecto específico...
Todo proyecto de vida para tener un porvenir ha de nutrirse
de referencias válidas. La relación con el Absoluto es constitutiva
de un proyecto de vida válido. No bastan los valores. Hay que des-
cubrir lo que constituye su raíz, su fundamento indestructible.
Te resultará muy útil preguntarte: entre las cosas en las que «¿LO LOGRARE?»

empleas tu tiempo, interés, dinero, ¿cuáles constituyen verdadera


ayuda para tu crecimiento y cuáles te resultan inútiles, dañinas? Hay un interrogante que te haces a ti mismo con frecuencia y
¿Por qué? también a cuantos aprecias. A veces lo haces explícitamente me-
¿Qué hay que hacer para que tu proyecto de vida tenga ver- diante preguntas directas, otras veces a través de la admiración y
dadero futuro? el aprecio hacia determinadas personas: «¿Lo lograré?»
Otros itinerarios bíblicos que ayudan a descubrir un auténtico Cada uno de nosotros quiere ser «alguien que vale», deseamos
proyecto de vida: la escucha de la Palabra y la construcción de la triunfar. Puedes verlo aun en comportamientos extravagantes, en
casa (Mt 7,21-27); la buena semilla y la tierra sobre la que cae la moda... Cada cual lleva dentro deseos y aspiraciones hacia su
(Mt 13,2-23); la parábola de los talentos (Mt 25,14-30). porvenir.
He aquí algunas voces de jóvenes:
«Yo —observa Fabiana, de dieciséis años, estudiante—
INTERROGANTES PARA LA BÚSQUEDA me propongo ser en el futuro alguien que sobresalga en ayu-
dar, en perdonar al que ofende, en saber dar y recibir.»
— Durante la adolescencia y juventud, más pronto o más tarde, se
da una personalización de la propia vida. «Yo quisiera ser —observa Rafael, de diecisiete años,
¿Cuándo y por quién me he sentido «llamar por mi nombre», es obrero— una persona responsable, capaz de dirigir la propia
decir, «reconocido y despertado» a mí mismo desde lo más profundo de barca y encontrar a alguien que tenga el mismo ideal de soli-
mi ser, redescubriéndome y descubriendo mi futuro, presentando ante daridad. Así podríamos andar el camino juntos.»
mí las opciones a tomar?
— Mirándome dentro con sinceridad, ¿creo estar disponible al lla- «Yo me propongo ser más sociable, saber comunicarme
mamiento de Dios? En caso afirmativo, ¿en qué me apoyo? En caso con todos —concreta Esteban, de dieciséis años, segundo de
contrario, ¿cuáles son las causas que lo producen? ciencias empresariales—, tener una buena posición social,
—- ¿Qué me parece que debería hacer para estar, como Samuel, dis- que sirva para ayudar a los demás, ser maduro en el modo
ponible a la llamada y para hacerme capaz de asumir en mis manos la
de pensar y de actuar, saber evitar los errores, reconocer los
propia vida dentro del proyecto de Dios?
hechos.»

52 53
«Yo me propongo no demasiadas cosas —observa Faus-
to, de dieciséis años, instituto profesional—. Convertirme en
difusor de amistad entre todos.»
«Querría ser alguien —escribe Lucas, de diecisiete
años—. ¿Lo conseguiré? Esta mañana he despertado con esa
idea fija en la cabeza. Siento el deseo de hacer algo útil en
mi vida; pero aún no sé si tendré la capacidad de hacerlo.
No me importa lo que los demás me digan, quiero estar se-
guro de mí mismo. Cierto plan sí lo tengo: terminar el ins-
tituto técnico y luego inscribirme en ingeniería. Pero en Italia
no me quedo. Quiero ir a América Latina y hacer algo en
concreto por los demás. Paula me ha dicho que estoy loco,
que todo eso son veleidades. Puede ser, pero mientras tanto
me atormento por dentro y no acierto a decidirme.»

Estas son las voces de algunos jóvenes. Si tú pudieras añadir


la tuya, la lista de preguntas se podría prolongar:
— ¿Cómo realizarme? ¿Cómo llegar a ser auténticamente yo
mismo, alguien que vale?
— ¿Cuál es el secreto del éxito en la vida?
— Las personas seguras de sí mismas, ¿en qué fundamentan
su éxito? ¿Qué camino han recorrido?
— ¿Cómo llegar a ser el constructor de un porvenir conforme
a mis ideales, distinto del presente que me rodea?
— ¿Qué querría ser en la vida?
— ¿A quién me gustaría parecerme?
— Dentro de cinco, diez, veinte años, ¿qué seré, cómo será mi
vida?
— ¿Cómo obrar para que la realización de mí mismo esté de
acuerdo con la de los demás? Mejor, ¿qué hacer para que cada urfo
pueda realizarse a sí mismo?
— ¿Dónde encontrar una respuesta adecuada a tales pre-
guntas?
— ¿Quién puede responderte sin engaño?
— ¿Quién puede servirte de guía para una auténtica realiza-
ción personal?
Estas preguntas te ponen en actitud de búsqueda. Te dejan
entrever una «tierra prometida»; «ser tú mismo», según tus sue-

54
ños ideales y tu realidad de partida. Te impulsan para que des una minos diversos, a veces opuestos. Surge entonces un problema:
respuesta auténtica. ¿qué quiere decir triunfar a nivel de la persona en su totalidad?
A veces te hallas tentado de dejarlas correr. Te parece bastante ¿Cómo es posible triunfar si el punto de partida de cada persona
lo que la vida te ofrece diariamente; no te propones muchos pro- es diverso? ¿Qué es lo que comporta realmente el lograr el éxito?
blemas que pudieran turbar el presente. Y, sin embargo, tú sabes ¿Cómo orientarse en medio de tantas propuestas?
que no los puedes eludir, porque son constitutivos de tu persona. Muchos son los caminos indicados, y que de hecho se recorren,
Hay por medio algo decisivo en tu vida. Ellos actúan como la atrac- para alcanzar ese algo que se considera como lo que logra el éxito
ción en un campo magnético. Hay un polo que tiene que ser des- en la vida. Toda persona se procura, como un río que discurre hacia
cubierto a fin de encontrar la justa colocación propia y la dirección el mar, un lecho a lo largo del cual discurrir, un lugar en el que
conveniente. puede sentirse ser él mismo, en el que finalmente se realiza.
Pero no en todas circunstancias ese algo consiente de hecho
realizarse realmente. Los hechos lo atestiguan todos los días. No
INTERROGANTES PARA LA BÚSQUEDA todo puerto es el que se buscaba ni toda tierra soñada es efectiva-
mente la «tierra de promisión». Tampoco un determinado modo
Dentro de mí de vivir logra la «plenitud de vida» ni la integración personal a la
que se aspira intensamente.
— ¿Cuáles son las realidades más importantes para mí en el mo-
Es preciso, sobre todo durante la adolescencia y la juventud,
mento actual y para mi futuro, a las que vinculo el éxito de la vida?
¿Por qué las considero tales? encontrar el buen camino, entre todos los que se ofrecen a la vista,
— ¿A quién deseo asemejarme para considerar que he logrado lo que lleve efectivamente a la tierra de promisión, el que facilita la
que deseaba? ¿Qué es lo que siento que me falta? realización auténtica propia, sin mutilaciones indebidas, sin reduc-
— ¿He tenido alguna experiencia de verme realizado, de sentirme cionismos mortificantes.
como persona que cuenta, al menos en parte? La expongo.

En torno a mí Pistas posibles


— ¿Cuáles son los modelos considerados como logrados que se pro- Analizando las varias propuestas de éxito emergen con eviden-
ponen en la sociedad en la que vivimos?
cia varios niveles en los que una vida se considera como lograda,
— ¿Qué pasos son los que normalmente se dan para lograr el éxito?
— ¿Cuándo, según mi criterio, puede considerarse que una persona diversos centros de gravitación o polos magnéticos que sirven de
ha logrado realizarse? Expongo algunos ejemplos de personas de este orientación para las opciones cotidianas. Para facilitar el análisis
género. ¿Dónde reside su fuerza? señalo las principales.
— ¿Qué propone el Evangelio como éxito en la vida?
Éxito fundamentado en el tener.
Algunos gastan sus energías prevalentemente en el tener,
¿QUE ÉXITO? en el poseer la mayor cantidad posible de bienes de consumo. Pien-
san que cuanto más dinero, casas, objetos de valor comercial logren
Triunfar representa una necesidad constitutiva de toda persona. acumular, más valen. Su vida se halla orientada al logro de este
Muchas opciones, quizá casi todas, están dictadas, más o menos objetivo de modo más o menos patente. Se observa en ellos no sólo
directamente, por esta necesidad. La escuela, la publicidad, los par- un esfuerzo para procurarse lo necesario para vivir con dignidad,
tidos, ciertos grupos culturales, etc., proponen, para triunfar, ca-
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*<
sino una tensión excesiva, sintomática, con frecuencia desestabi- Éxito centrado en las apariencias.
lizadora.
«¿A qué adultos admiro? —observa Carlos, de quince •— Algunos se centran en sus estudios, en el trabajo o en la
años, estudiante—. Todas aquellas personas que en la vida vida cotidiana, prevalentemente en la afirmación propia a toda cos-
tienen todo: trabajo, dinero, mujer; los que son honestos. ta. Consideran que son personas realizadas en la medida en que
¿Los políticos? No me interesan.» logran imponerse a los demás, en lograr la admiración en el am-
biente en que viven o en el más amplio de los medios de comunica-
ción. Las dotes personales, la facilidad para expresarse, la astucia, el
«Mi vida —explica Luciano, de treinta y un años-—: un
saber, etc., sirven, sobre todo, para esto. Se dejan guiar fundamen-
trabajo duro en una fundición. Prefiero los turnos de noche
talmente por la fachada. Lo que cuenta es la apariencia. El recono-
porque gano más. Quiero que mis hijos estudien y además
cimiento por parte de los demás de su éxito, en alguno de los
deseo terminar la construcción de la casa. En el tiempo libre
aspectos que le interesan, les es esencial para vivir, sobre todo si
me dedico a jugar la partida. No tengo otros intereses.» se trata del juicio de personas importantes. Se sienten anulados si
no se les hace caso, si no se les presta atención. Su vida se halla en
«Para mí la vida consiste en que los negocios vayan bien tensión de modo más o menos manifiesto hacia el logro de este
—sostiene Marcos, de treinta y seis años, comerciante—. reconocimiento, con un esfuerzo continuo de escalar en la vida so-
Quiero dejar un negocio próspero a mis hijos. Por otra parte, cial, política, profesional. Se utiliza todo medio considerado útil
si el comercio rinde te sientes satisfecho de ti mismo. Quiere para el logro de tal objetivo. Dan la impresión de vivir movidos
decir que eres un hombre capaz, que tienes vista. Por otra por una ley oculta: «El fin justifica los medios.»
parte, los demás tienen estima de ti y puedes proporcionar — Otros persiguen un éxito que ya desde el principio es inal-
a los tuyos cosas que otros no tienen.» canzable, pues determinadas condiciones de vida lo hacen imposi-
ble. Se consideran excluidos, aun cuando persiguen un sueño de
«Desde pequeño uno crece con la idea de que la felicidad propia realización que actúa en su vida como espejismo y como
y la vida humana consisten en tener mucho dinero —mani- imposibilidad al mismo tiempo. Dan la impresión de pedir limosna,
fiesta Adrián, de diecinueve años—. Desde pequeño meten con un cesto sin fondo, algo que les es indispensable para vivir, y
en tu cabeza esta bienaventuranza: 'Bienaventurados los que que casi siempre es inalcanzable.
tienen mucho dinero y pueden lograr con ello muchas cosas.'
Inmersos en una sociedad que denominamos del bienestar, «Soy Alejandro, un muchacho de dieciocho años que tie-
pero que sería mejor denominar del 'bientener', uno crece ne la sensación de ser ya un fracasado... Me siento ridículo,
dispuesto a todo con tal de tener con qué satisfacer los pro- disgustado, sin sentido alguno del deber, capaz de cualquier
pios caprichos. Y como para tener se necesita poseer dinero, fechoría. Soy mentiroso encallecido, y en ocasiones me vuel-
es preciso trabajar, y nos llegamos a habituar a algo tan des- vo ladrón. Ya no tengo aspiración ninguna en esta vida, y soy
agradable como el trabajo. De este modo, el hombre se ve demasiado ruin para terminar con ella... Nací, e inmediata-
desposeído de su responsabilidad de creador de la propia vida mente me abandonaron en un orfanato. Nunca una caricia
y de la sociedad, queda reducido a un animal bruto, deficien- materna ha arreglado mis cabellos. Soy poliomielítico. A los
te, al que sólo interesa vivir 'para tener cada vez más' y dar seis años conocía ya mi situación gracias a las 'cariñosas se-
satisfacción creciente a sus caprichos múltiples, alimentados ñoritas' del orfanato, que nos echaban en cara, a mí y a mis
por una publicidad inteligente.» compañeros, nuestra situación: 'Ven acá, hijo de...' A los
doce años pasé a un instituto, en el que yo era, entre los dos-

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cientos muchachos, el único 'huérfano'; muchos descubrieron nos que seguir adelante. Su vida se orienta al logro de aquellas gra-
mi situación, y no sé decir las humillaciones... tificaciones, y en caso contrario no hallan sentido, experimentando
Otro golpe dado a mi vida fue el abandono de la mucha- en sí un vacío y un sufrimiento insoportables. Se hallan en una acti-
cha a la que yo quería. Ella trataba de ayudarme y de resol- tud mendicante de algo de que sienten necesidad insaciable.
ver mis problemas, pero mis 'ilustres' parientes alarmaron a
sus padres, y yo no la volví a ver más. ¿No tengo yo también «Soy una chica algo ambiciosa —escribe Angela, de die-
derecho al amor? ciséis años—. Quisiera, en la vida, tener éxito en todo. Me
¿Por qué Dios me hace llevar la 'marca de infamia', de gusta mucho la diversión; estaría siempre, todos los minutos
una culpa que no cometí? Algunas veces me conmuevo, y del día, con los muchachos de mi edad, bailando y divirtién-
lloro por cosas tristes y pienso que debo salvar lo salvable. dome. Querría tener muchos amigos; en cambio, tengo po-
En esos momentos, bastante raros, siento la necesidad de que cos. Son todas ellas cosas que las más de las veces se me han
alguien me ayude.» negado. Mi mayor sueño sería llegar a ser cantante de música
ligera. Es una pasión que tengo de hace mucho, y tengo tam-
«Soy una chica de dieciséis años, atormentada por eso bién que añadir que para realizar este sueño mío no he hecho
que llaman el mal del siglo: la angustia. Es verdad que la nada. Quizá me he desanimado, sabiendo que mis padres no
vida promete siempre más de lo que puede dar, pero a veces aprueban esto. Pero espero tener confianza en la vida y dar
da demasiado poco. Me siento inútil, insatisfecha, ando a algún paso en ese camino de la música ligera.»
tientas en una oscuridad interior que me oprime. ¿Por qué
no puedo alcanzar un estado de serenidad? ¿Por qué mi ale- «Tengo dieciséis años. Desde hace cuatro trabajo y soy
gría es solamente una careta que esconde un pesimismo deses- mecánico en un taller de automóviles. Lo que gano es poquí-
perado?» simo. Sólo tengo octavo año de EGB. Me gusta mucho estu-
diar, pero mis padres no tienen la posibilidad de ayudarme.
«Soy un joven de veinte años. Mi constitución física débil No estoy contento con mi oficio, porque se trabaja mucho.»
y mi baja estatura (1,65) me hacen sufrir en cada momento
de la vida por un complejo de inferioridad en relación de
aquellas personas que llaman 'buenos tipos'. Con frecuencia «Soy una chica de diecisiete años; vivo en un pueblo,
me considero una piltrafa, y siento nacer en mí tal desequi- excepto los meses de clase, que paso en un colegio. Me sien-
librio mental, que a veces me vienen deseos de cometer cual- to muy triste, desconsolada, y tengo necesidad de que alguien
quier acto de locura.» se me muestre amigo.
En las fiestas de Navidad o de Pascua nos hemos reuni-
Éxito fundamentado en la satisfacción propia. do, chicos y chicas; hemos hecho fiestas también y me siento
muy olvidada, muy sola. Ninguna habló conmigo, ninguno
— Hay otros que se concentran prevalentemente en la satis- me sacó a bailar, ninguno de los amigos me saluda primero;
facción de sus exigencias en un nivel de antojo, de deseo inmediato, cada vez lo siento más. Y, sin embargo, no me marcho; me
de sensaciones. Creen que tanto más se realizan cuanto más se di- quedo con ellos esperando siempre algo que nunca llega.
vierten, más disfrutan en la comida, más se entregan a los excesos Mis padres dicen que es culpa mía, que soy demasiado
sexuales, etc.; cuanto más sacian el hambre y la sed existente en cerrada y reservada, que no tengo iniciativas. No quiero que
ellos y que exige una respuesta más o menos inmediata. Parece mi vida sea una peregrinación por un valle de lágrimas; me
como si caminasen por una pendiente obligada y no pudieran me- parece tan bella...»

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Éxito fundado en el don de sí. nes y las de los demás, trabajar con los propios medios. Desde
que me empeño con más constancia en hacer esto, estoy mu-
— Otros, aunque atraídos por la fuerza magnética de las ante- cho más contento, aunque no todos los días lo consigo.»
riores motivaciones: el tener y el poseer, la afirmación propia a
toda costa, a veces sólo el lamento, la sed de satisfacciones sensi- Este centro unificador se halla presente, en germen, en toda
bles, han encontrado dentro de sí algo que vale la pena y perma- persona desde el principio de su existencia. Pero de hecho se con-
nece capaz de perdurar. Se apoyan sobre roca, sobre la que sienten vierte en núcleo realizador, lo cultiva y lo acrecienta a través de
seguridad y confianza. Tienen en su interior una celda en la que se las diversas opciones diarias, tanto en el que se ha visto favorecido
encuentran consigo mismos sin ningún miedo al vacío, sin deseos por diversas circunstancias en su educación como en el que, me-
de huida, sin necesidad de llenarla de cosas; una celda en la que diante un trabajo de maduración y un largo proceso de crecimiento,
poder entrar con los demás, sintiéndose a gusto, sin necesidad de lo ha recuperado y lo ha convertido en el centro de gravedad de su
tener que defenderse con la ironía, las salidas fáciles, con la ver- persona.
borrea... Poseen como un lugar interior del que partir para expre- En todas estas personas, poco a poco, la propia realización se
sarse según los propios gustos y cualidades y para ayudar a los
convierte no sólo en respuesta a exigencias internas: se hace como
demás en la medida de sus posibilidades. Su centro se halla en lo
una yema que florece y fructifica. Emerge «algo que supera» las
más profundo de su ser personal, a nivel de su identidad efectiva.
expectativas de partida y que el sujeto lo ve como superior a sus
Su realización tiene como punto de referencia este núcleo, y desde
fuerzas. Nos encontramos con una realidad que trasciende la perso-
él plantean su vida como un servicio, como un don de sí.
na misma y que se halla por encima de las cosas sensibles y per-
La alegría de vivir que de ello se deriva, la luz que orienta las ceptibles por los sentidos. Tiende al Valor, que es la raíz de los
diversas vicisitudes, el hilo conductor que las unifica y les da sen- valores. Puede ser algo religioso, o casi tal, un algo que es «abso-
tido, la fuerza que sostiene el servicio a los demás, la coherencia luto en sí mismo».
de vida que de ello se deriva, aun con las debilidades propias de la
naturaleza humana, el realismo y la autoaceptación, etc., son las N. B. Conviene precisar que las pistas indicadas de realización
señales inconfundibles de este centro unificador y realizador. personal existen a veces en estado puro. Pero ordinariamente se
mezclan en diversas combinaciones, donde de hecho una de estas
«Quiero ser una que llama a las cosas por su nombre combinaciones prevalece, dando al resto un tono y una dirección
—escribe Cinzia, de diecisiete años, cuarto de magisterio—, cualificadoras.
libre, sin respetos humanos, capaz de considerar iguales a to- Con vistas a la realización personal auténtica es indispensable
dos. Quiero no dejarme vivir, sino afrontar la vida, saber individualizar la pista principal, el eje en torno al cual gira preva-
tenerla en las manos como un gran ideal, aunque parezca in- len temen te la propia vida a través de las diversas opciones diarias,
alcanzable. Para ser yo misma quiero saber comprender a los el propio campo de gravitación. Estas opciones efectivas son las que
demás, mostrarles que hay algo, por encima de las sencillas consienten tal individuación, y no tanto, ni sólo, las intenciones.
cosas terrenas, que vale por sí mismo.
Es el tesoro escondido de la fe, que yo he vuelto a encon-
trar después de dos años de extravío.»

«Para realizarme, a mi entender —observa Juan Francis-


co, de dieciocho años—, hay que tener confianza en sí mis-
mo, saber esperar en el futuro, aceptar las propias limitacio-

62 63
Cuando se parte de viaje, algo hay que dejar, por no ser nece-
sario; algo hay que coger, porque es indispensable.
INTERROGANTES PARA LA BÚSQUEDA

— ¿A cuáles de estas pistas me siento globalmente más cercano,


examinándome con toda sinceridad? ¿Cuáles son las razones en que me Una magnífica «operación mochila»
apoyo para afirmarlo?
— ¿Qué frutos me han proporcionado hasta la fecha estas pistas en El éxito de la propia vida y la capacidad de lograrlo van estre-
mi crecimiento personal? ¿De qué modo y en qué medida veo que crez- chísimamente ligados a la calidad de la operación mochila que
co en la alegría de vivir, en una mayor claridad y sentido de mi vida, en precede y acompaña este viaje. Esta operación tiene lugar en tres
unificación interior, en vigorización de mi compromiso, en coherencia fases distintas:
de vida, en realismo en el sentido de la parábola del trigo y la cizaña,
en autoaceptación? La toma de conciencia personal.
— Con relación a mi vida actual, ¿qué debería cambiar para lograr
una auténtica realización? Durante años has recibido muchas cosas del ambiente familiar,
— ¿Dónde y cómo sacar fuerzas para «conseguirlo» en las variadas de la escuela, de otros ambientes en tiempo libre, de la catequesis,
situaciones de la vida? de los educadores, de los medios de comunicación... Y todo ello sin
discusión, al menos no mucha, porque no había posibilidad. Esa era
la regla del juego.
POR UN AUTENTICO ÉXITO Ahora, más o menos conscientemente, te comportas como uno
que, habiendo recibido y almacenado todo en una mochila, llevada
Tú eres joven, has crecido y te das cuenta de que muchas cosas a sus espaldas, vacía ante sí todo lo que lleva.
han cambiado en ti: tus gustos, tus costumbres... Tus compañeros El placer de probar, de obrar por cuenta propia, te lleva a des-
experimentan lo mismo. cubrir directamente todo lo que llevas dentro de la mochila.
Sientes necesidades nuevas. Tus estudios, tus preocupaciones,
son las mismas de hace un año y, sin embargo, tienen un color y un La selección.
estilo diferentes.
En medio de estos descubrimientos y de estos cambios de pers- Apenas vaciado el contenido, te entregas a hacer el inventario.
pectiva conservas, a pesar de todo, tus hábitos, y te preguntas si Examinas cosa por cosa: consignas e imperativos que hayas de se-
aún tienen sentido. Muchas cosas están ya superadas, porque tú has guir, prohibiciones que hay que observar, recuerdos gratos, expe-
crecido y te parece ridículo continuar creyendo en ellas. riencias negativas que olvidar, influencias recibidas que verificar,
Si no te haces tú mismo la pregunta, es un deber que alguien experiencias positivas, tenidas como beneficiosas... Lo examinas
te la haga, porque corres el peligro de encontrarte frente a ella un y confrontas todo más o menos, lo pasas por la criba.
día de crisis y de resolverla de mala manera; sería un hecho extre- ¿Qué elegir y qué dejar a un lado? ¿Qué tomar de nuevo y qué
madamente grave. descartar?
Te encuentras como metido en un largo viaje sin retorno. Que- Algunos criterios, a veces con contenido distinto para una u
riéndolo o no, algo, en un momento determinado, se ha puesto en otra persona, sirven de orientación:
movimiento en ti hacia un futuro, tu futuro. Esto, a veces, sucede — Lo que dura en el tiempo, o sea, resiste al desgaste de las
de manera brusca, con un corte respecto de lo andado anteriormen- pruebas.
te; otras veces, de una manera lenta, tal vez casi imperceptible. — Lo que ha sido o puede ser fuente de gozo.

64 65
5
— Lo que vale para las personas que nosotros apreciamos y
admiramos: amigos, personas de éxito, etc.
— Lo que parece valer por sí mismo ahora y en el futuro.
— Lo que temes dejar perder, so pena de un naciente sentido
de culpa.
— Lo que permite afrontar positivamente la enfermedad, las
pruebas, la muerte.
— Lo que hace a uno valiente y fuerte...
— Lo que acerca a los demás...
Con frecuencia, los criterios varían de un ambiente a otro. Cada
uno acepta o rechaza éste o aquél en base a un criterio suyo o a
propios puntos de vista. Cada cual da a los distintos elementos una
forma y un lugar correspondiente según los propios gustos, ideales
e intereses, antes de meterlo en la mochila para hacer parte viva
de la propia existencia.

Cargarla al hombro.
Mientras dura la selección, y como conclusión de la misma,
cada uno, poco a poco, va metiendo el material seleccionado en la
mochila. Se lo echa al hombro, junto con tantos otros compañeros
de viaje. Lo lleva consigo con cuidado, como el equipaje precioso
de la vida.
Más o menos conscientemente, se va haciendo esta «operación
mochila» hasta el día en que, ultimada esta primera criba, da co-
mienzo la vida autónoma del adulto, un comienzo sin fecha exacta.
Esta «operación mochila» está orientada hacia algo fundamen-
tal para la vida del adolescente. El éxito es lo que principalmente
busca. La vida posterior, con sus diversas vicisitudes, pondrá en
evidencia el contenido, la calidad y la perfección de esta operación.
Entonces se dará uno cuenta de cómo se hizo; a veces, acaso, sólo
si se hizo.

Situaciones posibles.

— No todo tiene que suceder regularmente. Hay quien se de-


tiene en la primera fase, empeñado constantemente en examinar,
casi obsesivamente, todo lo que encuentra. Lo inconcluso caracte-
rizará su vida.

66
— Otros parecen aparcados en la segunda fase. Pasan de cosa pequeñas y cotidianas (trabajar, estudiar, descansar, divertirse)
en cosa, de experiencia en experiencia, sin conseguir coagular en como las más importantes y decisivas (elección de la profesión y del
torno «al núcleo central» de su persona. La esterilidad, más o me- estado de vida) son siempre un intento de realizar el proyecto que
nos difusa, seca su existencia. tenemos de nosotros mismos: lo que queremos ser, el conjunto de
— Otros hallan mil dificultades para volver a echarse al hom- valores en los que creemos.
bro la propia mochila y caminar como protagonistas en la vida. La Para ser normal, una persona tiene necesidad de una «meta»
llevan a disgusto. A veces la misma persona es llevada por la mo- hacia la cual tender, de una dirección de la propia vida, de una
chila a la deriva, una mochila con mucho lastre. promesa de éxito. No es necesario que la meta esté del todo defi-
nida y centrada, pero es indispensable que cada cual tenga un obje-
«¿Cuándo una vida está verdaderamente lograda? —se tivo por el cual luchar. Sin ese objetivo, la vida humana no tiene
pregunta Fabio, de dieciocho años—. Cuando mi proyecto sentido; ni es vida siquiera.
de vida se ajusta cada vez más al que el Padre tiene sobre Este importante aspecto de nuestro «yo» no se encuentra en
mí. Como la obra de arte respecto del artista: es tanto más los primeros años de la vida. Naturalmente que también el niño
lograda cuanto más responde a la intuición del artista. Es, «desea» llegar a ser un futbolista, un divo, algo «grande». Pero a
pues, necesario conocer la intuición y el plan del artista sobre esa edad no existe un esfuerzo integrado, no hay una verdadera y
mí para realizarme verdaderamente. Por eso me esfuerzo por propia meta, porque el sentido del propio «yo» no es completo
estar a la búsqueda del plan de Dios sobre mí.» hasta que se comienza a formar planes. Es también verdad que hay
adolescentes, jóvenes y adultos que viven al día, sin una clara con-
Triunfar o fracasar en la vida no depende de la casualidad o de ciencia de un proyecto que haya que realizar. Pero en ese caso nos
la fatalidad. Ciertamente, las condiciones del ambiente en que se encontramos ante personalidades oportunistas e inmaduras. Su sen-
vive, las dotes personales y las limitaciones tienen un peso muy tido del yo es aún rudimentario, como en los niños; para ser per-
fuerte. Pero no son el todo. A diferencia de los demás seres, la per- sonas auténticas es indispensable tener un objetivo que realizar,
sona humana puede corregir o completar las dotes personales, y una meta hacia la cual caminar.
puede modificar el ambiente en que vive, para imprimir una direc- Por tanto, toda persona se encuentra en continua tensión hacia
ción distinta a la propia vida. En fin, puede decirse que el material el futuro: quiere asegurarse, quiere llegar a ser... ¿Qué?
de construcción lo proporciona el ambiente y la naturaleza, pero la
construcción verdadera y propia de uno mismo es una tarea que «Un algo» que arrastra y permanece.
hay que desarrollar mediante opciones propias que plasman la per-
sonalidad. Cada uno de nosotros es lo que es (por naturaleza), pero Lo que precisamente permite a toda persona triunfar auténti-
es también lo que quiere ser (por libre opción). camente en la vida es el factor central del crecimiento durante la
adolescencia y la juventud. Es la experiencia del «proyecto de
vida». Es una realidad que más fácilmente se vive que se describe.
Podemos definir el proyecto de vida como la tensión dinámica
Un proyecto de vida vivo
hacia el futuro, la expectativa del porvenir, la orientación que hay
que imprimir a la propia vida, el dinamismo que empuja al hombre
El comportamiento de una persona normal no deja de tener a realizarse en una dirección determinada.
nunca una razón concreta que lo determina. Cada uno de nosotros
actúa siempre por un motivo bien determinado: realizarse a sí mis- «¿Lo más importante para mí? La felicidad —responde
mo, crecer, afianzarse, triunfar... Nuestras decisiones, tanto las más Antonia, de dieciséis años—. Está como en lo alto de la es-
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calera. Ahora estoy subiendo los primeros peldaños: descu- Me parece que soy una máquina de hacer promesas. Yo
brirme a mí misma, mis inclinaciones, los valores por los que quiero vivir, no puedo esperar a mañana. Aún no tengo nin-
merece la pena vivir, las necesidades de los demás. Trato de gún plan en la cabeza. De eso mismo me avergüenzo. Veo
descubrir cuál ha de ser mi lugar en la sociedad.» oscuro dentro de mí. ¿Vale la pena vivir con esta confusión?
(Alberto, dieciséis años).
«No se puede resistir —hacía observar don Primo Maz-
zolari a los jóvenes de su parroquia— si no llevamos dentro • El proyecto de vida es el polo magnético que imanta las di-
una convicción, algo de nosotros mismos. Penetrad en vues- versas fuerzas, unifica los distintos componentes de la persona, per-
tra vida. Encontraréis las mismas pruebas, os vendrá el deseo mite ser y sentirse uno mismo a través de las diversas opciones y
de no creer ya más en el bien, encontraréis que hacer de situaciones, y realizarse. Actúa como un imán que crea un campo
hombre bueno es una blasfemia; veréis a cierta gente que de fuerzas convergentes, unifica y estimula a ir adelante, hace asu-
hace fortuna corrompiéndose, y acaso los envidiéis. Os pre- mir la responsabilidad de sí mismo.
guntaréis si no es una estupidez manteneros honestos y pu- El proyecto se convierte entonces en la energía que empuja al
ros en la vida. Encontraréis, sin duda, estas tentaciones. Este individuo de etapa en etapa hacia la realización de sí mismo nunca
vuestro anciano párroco, que esta tarde ve a sus hijos tan re- lograda del todo. Realización de sí y proyecto de vida se necesitan
cogidos y tan atentos, os acompañará con su oración y con su y se favorecen mutuamente.
corazón.» El proyecto, por tanto, invade el ser, ya que, anticipando la
meta, orienta su crecimiento. Actúa como una «energía modelado-
El proyecto de vida resulta entonces a un mismo tiempo la ener- ra» de la persona. Le hace asumir progresivamente la estructura
gía que despierta esperanzas hacia el porvenir individual y colectivo y la orientación señaladas por el objetivo al que apunta. Crece se-
y la respuesta, al menos en parte, de las expectativas suscitadas. Sin gún las exigencias del proyecto.
la presencia del proyecto no hay esperanzas alentadoras. Por eso el proyecto prepara el desarrollo personal, pero en
cierta manera lo anticipa también, al estar el objetivo siempre pre-
sente, activo y estimulante durante el itinerario de crecimiento.
• Es el eje central en torno al cual se va construyendo la per- El proyecto no solamente dice a la persona lo que será mañana,
sonalidad.; el principio unificador de las propias experiencias. sino lo que ella tiene que ser hoy para realizarse mañana. Es nece-
sario poner en relación la intencionalidad expresada por el sujeto:
«Creo que me conozco demasiado poco. Querría lograr — con las posibilidades reales presentes en su personalidad,
eliminar los defectos, mi egoísmo, cultivar mis cualidades y — con las condiciones de la realidad,
darme más a los otros. Mi donación actual es bien pequeña», — con las exigencias de la sociedad y de la Iglesia.
observa María, de diecisiete años. Esto servirá:
— para revelar la autenticidad o inautenticidad del proyecto
«Hace algunos días he cumplido dieciséis años. Hemos cuando no encuentra fundamento en la capacidad personal del su-
hecho una fiesta. Papá me ha comprado la moto, con un mon- jeto y en las posibilidades ambientales;
tón de recomendaciones. Pero yo no me siento feliz. Estoy — para promover el desarrollo de las actitudes específicas re-
inquieto por dentro, y en cierto modo me oprime un senti- queridas por el proyecto;
miento de desesperación. Hasta ahora no he hecho nada ver- — para vivir conforme a un plan fundado en la realidad y ca-
daderamente importante. No veo aún claro mi porvenir. paz de resistir al golpe inevitable de las pruebas de la vida.
'Ahora tienes que estudiar, después veremos', dice mi padre.

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Verificación y crecimiento del propio compromiso. — ¿Qué despierta en mí esta actitud observada en ellos?
— ¿Qué despierta en mí, con relación a un crecimiento perso-
Observando la vida que se desarrolla a tu alrededor te has per- nal, la reacción producida por estos ejemplos?
catado de que se dan «situaciones que claman»..., es decir, condi-
ciones de miseria, de esclavitud, de explotación, de subdesarrollo,
de abandono, de falta de amor. «Maestro bueno, ¿qué tengo que hacer para alcanzar
la vida eterna?»
• Quizá has reaccionado con una toma de postura personal,
mediante un compromiso de servicio. Fijándote en una o dos for- «¿Cómo realizarme?» Es la pregunta que hizo a Jesús un joven
mas de tu respuesta de compromiso, pregúntate: distinguido. «Maestro bueno, ¿qué tengo que hacer para alcanzar
— ¿Cuál es esta situación que clama? (o que me ha llamado la la vida eterna?» (Me 10,17-22). Y Jesús se pone en camino con
atención). él para ayudarle a que su proyecto de vida dé un salto trascen-
— ¿Cuál es mi compromiso de servicio? dental.
— ¿De dónde brota en mí? — Existe en realidad un primer nivel del proyecto, el de la
— ¿Qué es lo que lo hace posible? observancia de los mandamientos. Este reporta frutos de bondad
— Este compromiso, ¿qué frutos comporta para mi crecimien- de alma, de rectitud moral, de sentirse uno en su lugar... conforme
to y para aquellos a los que va destinado? a lo que uno ha aprendido en la educación y se ha convertido en
— Este compromiso, ¿qué estímulos proporciona a mi proyec- algo propio.
to de vida? — Y hay un segundo nivel que lleva consigo un salto impor-
tante. «Todo eso lo he guardado desde mi juventud. ¿Qué más me
• Quizá no has dado respuesta a estas situaciones que reclaman falta?» «Entonces, Jesús, fijando en él su mirada, le amó y le dijo:
un compromiso personal por parte tuya. Has «dejado estar» y vives 'Sólo una cosa te falta: vete, vende lo que tienes y dáselo a los po-
sustancialmente desenganchado. Fijándote en una o dos situaciones bres, y tendrás un tesoro en el cielo; luego, ven y sigúeme'.»
que «claman» y en tu actitud de falta de compromiso, pregúntate:
— ¿Cuál es la situación que interpela? (o que me ha interpe-
Un salto de cualidad.
lado).
— ¿Cómo se configura mi falta de compromiso? Jesús le pedía ir más allá de una pura relación con Dios como
— ¿De dónde nace tal actitud y qué es lo que la hace posible? con una entidad amorfa, con un ser abstracto, como un medio para
— ¿Qué consecuencias comporta este desempeño en orden a la realización de sí mismo. Le pide relacionarse con él como con
mi crecimiento? una persona viva, unirse a él con amor y valentía, compartir con
él la aventura del reino. La plenitud de vida que buscaba la habría
• Observando a las personas que te rodean puedes darte cuen- encontrado mucho más grande de lo que se había imaginado, un
ta de su compromiso de servicio, por parte de algunos de ellos. Fi- «tesoro en el cielo».
jándote en dos o tres casos de los que más te hayan impresionado, Este es el salto de cualidad que todo creyente vive siempre que,
pregúntate: ante las diversas situaciones, elige correr la aventura de la fe. En-
— ¿Quiénes son estas personas y qué compromiso de servicio tonces la vida se siente animada por un proyecto de vida vivo y
han asumido? dinámico.
— ¿De dónde arranca, a mi parecer, este su compromiso y qué «Pero ¿quién lo consigue?» Esta es la pregunta que toda per-
es lo que le sirve de alimento para que perdure en el tiempo? sona, antes o después, se hace frente a las grandes pruebas, a los
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diversos compromisos en la vida, la misma que aquel día se planteó correr el más grande riesgo: vivir la Pascua con Cristo. ¿Realizar-
Pedro ante el rechazo del joven distinguido. Frente a aquella nega- te? Logra ser lo que eres en el fondo de tu corazón. Tienes un Pa-
tiva, Jesús había hecho notar: « ¡Qué difícil será que los que tienen dre; sé lo que eres, hijo».
riquezas entren en el reino de Dios! » Para conseguir este «reino»
Pedro y muchos otros lo habían dejado todo y le habían seguido.
Abrigaban esperanzas dignas de lograr la vida. Se habían fiado y
tenían puesta su esperanza de lograrlo en ser cada vez más sus dis- INTERROGANTES PARA LA BÚSQUEDA
cípulos. Jesús encarece la dosis: «¡Hijos, qué difícil es entrar en
el reino de Dios! Es más fácil que un camello pase por el ojo de — ¿Cuáles son los aspectos positivos (actitudes, capacidades, do-
una aguja que el que un rico entre en el reino de Dios.» tes, etc.) que hallo en mí?
Los discípulos habían quedado antes extrañados, luego asom- — ¿Cuáles son los aspectos positivos que los amigos y educadores
que me conocen encuentran en mí?
brados. Entre sí se decían: «¿Quién se puede salvar entonces?»
— ¿Cuáles son mis limitaciones más importantes? Me observo des-
¿Quién puede acertar verdaderamente en la vida? Pero Jesús, mi- de el punto de vista físico (lo que soy físicamente), psicológico (mi per-
rándolos, dijo: «Para los hombres es imposible, mas no para Dios, sonalidad), moral (mi escala de valores y su influjo en mi vida), espiri-
porque todo es posible para Dios» (Me 10,23-27). Todo auténtico tual (lo que creo, y sobre todo mi relación con Dios).
desarrollo humano de cada uno, lo mismo que del grupo, presupone — ¿Cuáles son los principales problemas que me acucian en este
un creer en Dios como Dios, así como en el hombre en su integri- período de mi vida? (dificultades, oscuridades, resistencias, miedos, etc.).
dad. Sólo entonces la persona puede desarrollar su potencialidad — ¿Cómo va «la operación mochila»? ¿De qué debo prescindir,
insospechada, el «asombro de un amor». porque me estorba y me resulta inútil, y qué es lo que creo que debo
«Con mucha frecuencia —dice el hermano Roger de Taizé— conservar?
me pregunto: ¿cómo realizarme? ¿Dejarás a Jesús que deposite en — ¿Tengo un proyecto de vida que me dé dinamismo? En caso afir-
tu interior toda la frescura de un manantial o, por el contrario, te mativo, ¿en qué lo fundamento? En caso contrario, ¿cuáles son las cau-
sas? ¿Cuáles las consecuencias de mi vida concreta?
avergonzarás de ti mismo hasta el punto de decirle: no soy digno
— El encuentro de Jesús con el joven rico y con Pedro, ¿en qué
de que me acompañes? Lo que fascina en Dios es su humildad. No y de qué modo me interpela, en orden a la propia realización?
castiga jamás, no deja sentir el peso de su mano... En el silencio — Entre las personas que admiro por sus cualidades personales, ¿a
del corazón, incansablemente, murmura la palabra apropiada para quién dirigiría la pregunta de «cómo realizarme»? Lo puedo hacer con
cada uno: no tengas miedo, yo estoy presente. Te llama a la alegría, uno o más educadores amigos. Después será muy útil el ir confrontando
no a la tristeza. ¿Realizarte? Me gustaría allanarte el sendero que la marcha de mi crecimiento personal.
conduce a los veneros de aguas claras. Es ahí, y no en otro lugar,
donde despierta la imaginación, donde brota la audacia ante el pe-
ligro. ¿Lo conoces bien? En todo ser humano hay un don insusti-
tuible. Se da en ti la coexistencia de todas las tendencias. Existen
en ti terrenos fértiles y tierras áridas... ¿Realizarte? ¿Dudarías
frente a una opción por miedo de equivocarte? ¿Te quedarías em-
pantanado en repetidas dilaciones? Convéncete; un sí a Cristo para
toda la vida comporta algún error, pero queda purificado ya desde
el principio con el acto de fe. Se inicia el camino sin ver, fiados en
su palabra. No poner como excusa el no ver claro para disimular
tu rechazo. Dichoso el que quita la mano de la propia vista para

74 75
CAPITULO TERCERO
MIS EXPECTATIVAS

LO QUE YO E S P E R O DE LA VIDA

Cuando, quizá sin darte mucha cuenta, escuchas la voz de tu


corazón, te percatas de que en ti está viva una esperanza más o me-
nos indefinida. Con frecuencia te sorprendes a ti mismo poseído de
temor o recelo ante la inminencia de algo o de alguien que temes
o acaso deseas encontrar: un amigo, una persona que aprecias, un
acontecimiento importante para ti.
Es como si una parte de ti mismo te fuera trasladada a otro
sitio y tú intentaras habitarla. En realidad es tu porvenir el que
llama a la puerta de tu vida. Te pide lugar y atención. Vivir tam-
bién significa esperar, en cuanto que se tiende a algo.

«¿Qué espero de la vida? —se pregunta Antonio, de


dieciséis años, tercero de ciencias—. Una ayuda para no equi-
vocarme, como ya me ha ocurrido. He tratado de que me
dijeran los mayores cómo han resuelto ellos sus problemas
cruciales. Por ahora he comprendido bien que no me debo
encerrar en mí mismo, en mis ensueños, que tengo que supe-
rar mi timidez. Y luego tengo que empezar desde ahora a
hacer lo que pueda, sin dejarlo para mañana.»

«De la vida espero —escribe Leopoldo, de quince años—


una existencia serena, tranquila, con un buen puesto de tra-
bajo, con un buen sueldo. Sin embargo, no querría darme
una vida de rico, odiado por todos... Desde ahora me com-

77
prometo. Una tarde estaba sentado en casa. Mi madre me pi-
dió el favor de ponerme a la barra del bar. Fui protestando.
Sin embargo, al fin me di cuenta de que era hermoso ayudar
al que lo necesita, especialmente si es en familia.»

«Yo no espero nada de particular de la vida —observa


Ana, de diecisiete años, obrera—. Me siento muy condicio-
nada. El futuro no me preocupa mucho por el momento.
Acostumbro vivir al día. Es mucho trabajo cambiar. Me pa-
rece que muchos ideales se quedan en sueños. La experien-
cia me demuestra que no es posible realizarlos.»

«Quisiera darle un sentido más claro a mi vida. Querría


no estar envuelta en el egoísmo, en el consumismo —concre-
ta Rosita, de dieciocho años, cuarto de magisterio—. Es nece-
sario que yo luche en contra; si no, se cae en la rutina. En-
cuentro que es bien difícil superar tan diversos condiciona-
mientos. Sin embargo, espero conseguirlo, si encuentro a
alguien que me ayude. Espero, además, realizarme en el tra-
bajo, sin muletas, por mí sola. Tomo parte en la vida del
grupo para esto mismo, para empezar desde ahora a realizar
alguna de mis esperanzas.»

Las expectativas en ti y en torno a ti

Muchas y muy diferentes son las expectativas que te aguardan.


Es importante conocerlas para no desilusionarse ni desilusionar, ya
que el desengaño genera una parálisis de sí mismo bastante peli-
grosa. He aquí las principales.

'Expectativas dentro de ti mismo.


En el interior de tu alma, las expectativas se configuran de dis-
tintas maneras según los ambientes de vida que frecuentas y el mo-
mento que atraviesas. He aquí algunas:
— tener éxito en el estudio y en el trabajo;
— tener un trabajo que se adapte a tu modo de ser;
— formar una familia según tus ideales;

78
— encontrar la felicidad; Hay también otras expectativas:
— disponer de dinero sin privaciones; — por parte de la sociedad de consumo;
— ser libre sin condicionamientos; — de ciertos sistemas políticos o de grupos-secta totalitarios;
— tener amigos con los que comunicarse y compartir; — de los medios de comunicación;
— poseer una cierta fuerza física; — de la «pandilla»...
— poder vestirte a la moda;
— llamar la atención ante determinadas personas; En fin, hay expectativas, más o menos concretas, por parte de
— poder conocer y saber más, a fin de tener respuesta para Dios, manifestadas por las diversas religiones. Se trata de expecta-
muchos interrogantes; tivas parecidas a las del artista frente a su obra de arte; o también
— tener una chica/o, como va uno soñando desde hace tiempo; semejantes a las de los padres, auténticamente capaces de amar en
— realizar tu vocación; su relación con los hijos. Todas ellas tienen voz dentro de la con-
— vivir en una sociedad mejor; ciencia personal y en los libros sagrados.
— poder encontrar y hablar con aquellas personas que aprecias Aflora un interrogante:
y admiras más; — ¿Por qué estas personas esperan algo de ti? ¿Con qué de-
— lograr muchas experiencias... recho?
— ¿Por qué con frecuencia sus expectativas están en contraste
Ante estas expectativas viene espontánea la pregunta: ¿De
con las tuyas?
dónde nacen? ¿Hacia dónde se orientan? ¿En qué medida pueden
— ¿De dónde proviene la oposición de sus expectativas a las
tener respuesta positiva? ¿De qué cosa son signo?
miras que abrigas tú?

Expectativas sobre ti. Expectativas en torno a ti.


Muchas personas, de diversas maneras, se fijan en ti. Desean Toda persona, como también todo grupo humano, se halla es-
algo de ti. Eres objeto de interés de una manera particular por par- timulada por diversas expectativas más o menos explícitas. Estas
te de algunos. ¿Qué personas son éstas? están en relación con algo que se pretende, con algo de lo que se
Ante todo, aquellos que te quieren, que darían cualquier cosa tiene necesidad. Despiertan un movimiento que va desde el pre-
de sí mismos por ti: sente al porvenir, de lo inmediato al más allá, del yo al nosotros
— tus padres, y viceversa.
— tus maestros,
— tus amigos/as, Pueden ser:
— los educadores que has ido encontrando. — la espera de una persona querida;
Están luego los que tienen necesidad de ti, ahora o más tarde: — la vuelta a casa del que se ha ido como emigrante, o de
quien se fue más o menos como escapado de casa;
— la sociedad civil; — la solución de un conflicto grave social o político, para te-
— la asociación o movimiento en que militas; ner paz;
— el grupo de compañeros del que formas parte; — la conversión de quien se cree alejado de la casa del Padre;
— tu familia; — la respuesta go2osa a la pregunta de un sentido para la
— la iglesia de la que eres miembro vivo; vida...
— la naturaleza, la creación en que habitas.

80 81
fi
Se imponen estos interrogantes: Clases de expectativas
— ¿Qué valor tienen estas expectativas?
— ¿Qué relación hay entre ellas y el porvenir? Expectativas frenéticas.
— ¿Qué prioridad hay entre estas expectativas?
Son características de quien se entrega a la acción sin respiro,
de manera exagerada, para alcanzar algo que nunca le satisface.
Este necesita siempre hacer algo. Lleva dentro de sí una necesidad
CUESTIONARIO-ENCUESTA que le obliga a acumular bienes, a aparecer y sobresalir socialmente,
en el trabajo, en el deporte, en las-diversas relaciones sociales, con
En mí mismo el trasfondo de convencerse a sí mismo de que vale, sin lograrlo
nunca de verdad. Busca gratificaciones inmediatas, nunca sufi-
— ¿Qué espero ante todo de mí mismo y de mi vida, para ahora y
para mi futuro? ¿Por qué? cientes.
Especifico mis expectativas. Suele tratar de huir de sí mismo, de sus verdaderos problemas,
— ¿Qué es lo que fundamentalmente busco en mi vida, y por qué? de las verdaderas expectativas de su ser íntimo. Le falta el coraje
— ¿Cuáles son las aspiraciones principales que tengo? ¿Cuál es mi de detenerse para pensar, para medir su esfuerzo, para comparar sus
preocupación preponderante? expectativas con los objetivos perseguidos y con las posibilidades
Preciso mis aspiraciones. reales.
— ¿De qué me preocupo más y por qué? ¿Cómo quisiera que fuese
mi mañana?
Preciso lo que más atrae mi atención en mí de cara al futuro. Las expectativas pasivas.

En torno a mí mismo Son las características del que no ha sido educado en mirar por
encima de lo presente, o quizás ha sufrido una grave derrota que
— ¿Qué esperan de mí los otros? ¿Por qué creo que sus expectati- ha quebrado su confianza. La resignación pasiva, el vivir al día
vas se refieren a mí?
invaden la vida, con frecuencia incolora. Entonces se espera que
—• ¿A cuáles de estas expectativas creo poder responder?
ocurra algo. Si no sucede, hace lo mismo. Ve los problemas, pero
— ¿A cuáles creo que no llegaré? ¿Por qué?
no mueve un dedo para ayudar a resolverlos (política, sociedad,
— Qué es lo que los que me rodean esperan más de la vida? Lo
especifico fijándome en personas concretas que conozco. escuela, trabajo, educación...). La repetitividad o la misma espera
— De todo esto que ellos esperan y buscan con mayor ahínco, ¿qué ilusoria de algún acontecimiento milagroso rigen el curso de su
es lo que considero válido y qué no? ¿Por qué motivos? vida.

«Nosotros, los jóvenes, no esperamos muchas cosas de la


vida, quizá nada —subraya Jorge, de diecisiete años, tercer
año de instituto técnico—. Alrededor de nosotros hay esca-
HAY E X P E C T A T I V A S í EXPECTATIVAS
sos ideales; hay una sociedad que nos oprime, hecha de es-
quemas. Aún no he encontrado una persona que valga ver-
No toda expectativa es i g u a l que otra. Toda expectativa se ca-
daderamente. La única manera de realizarse uno es la de
racteriza por aquello a lo q u e r e s p n d e , por el objetivo que persi-
estar solo. Yo, de ordinario, vivo al día. Tomo la vida como
gue, por el nivel del ser e n q u e radica. Es, por tanto, necesario
se presenta. Lucho cuando hay que luchar para conseguir algo
tener en claro las distintas expectativas, con miras a un auténtico
para mí. Forjo castillos en el aire.»
crecimiento.
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«Yo voy a clase —observa Andrés, de dieciocho años—. he podido dar todas aquellas satisfacciones que habría desea-
Espero ser ingeniero técnico, ganar dinero, tener una chica do, pero espero que tú comprendas lo ajena que es mi volun-
que me siga sin muchos problemas. Mis estudios me sirven tad a todo esto.
como cultura general. Sé contentarme.» Te preguntarás el porqué de esta decisión mía; quizás
si hubiera permanecido en contacto con las personas no es-
«Quisiera cambiar de trabajo. No me gusta —hace notar taría en esta situación. Sí, me han aislado, me han puesto en
Carlota, de diecisiete años—. Me he equivocado ya muchas una pequeña celda, solo; no tengo contacto con nadie y, te
veces en el campo afectivo y familiar. Pienso que voy a que- lo juro, no puedo, aunque ponga toda la buena voluntad.
dar siempre siendo la que soy. Entre tanto... no espero gran Solo, enloquezco, y antes que llegar a ser un vegetal, pre-
cosa con lo que he hecho.» fiero terminar así. Mientras tanto, he sido hasta ahora des-
ilusión continua, una tras otra, lo mismo para mí que para
los demás.
«Yo quisiera crear un nuevo modo de vivir entre perso-
nas —concreta Julián, obrero, de dieciséis años—, sin barre- Perdóname una vez más, mi dulce y querida mamá, pero
ras económicas, ideológicas o de partido, sin marginación. sería algo que tú deberías hacer por mí, si te sientes con
Con frecuencia pienso que hay que comenzar desde el prin- fuerza. No tengo el coraje de escribir a Graciela estas cosas;
cipio, principalmente en mi casa.» por eso te rogaría que le expliques cuanto te he escrito, y
más aún, que siempre la he querido y me comprende; tanto,
Las expectativas muertas. que ella misma no ha hecho otra cosa más que sufrir. Cier-
tamente, no es un buen regalo para Navidad, pero verá que
Están en aquel que ya no espera. Ve oscuro ante sí y ya no tie- antes o después encontrará otro muchacho que sabrá darle
ne confianza en sus hermanos, mucho menos en sí mismo. la felicidad que ella merece. Os dejo asegurándoos que el
A veces hay un vacío interior, como una «no vida», que se re- último pensamiento será para vosotras, por siempre vuestro,
monta a la infancia misma, siempre desconfiado, debido a la caren- Claudio.» (De II Giorno, 14-XII-1978, p. 3.)
cia afectiva; una «arena movediza» interior que traga todo intento
de encontrar un fundamento sólido. El embrutecimiento, la apatía, (Claudio Randazzo, veintitrés años, se suicidó en la cárcel de
tal vez el suicidio, son elegidos como salida casi obligada. A veces Rebibbia, en Roma, dos días después de esta desgarradora carta a
los momentos caracterizados por estas expectativas muertas son su madre. Se suicidó por toxicómano, abandonado a sí mismo, en
breves; otras largos; con frecuencia truncados por soluciones trau- una celda de aislamiento. Como prevé la Ley 685, de 1975, Claudio
máticas. había pedido ser desintoxicado. Inútilmente. Nadie le escuchó.)

«Perdóname si no he sido un hijo modelo»


(Roma, 12-XII-1978). Las expectativas ilusorias.

«Querida mamá: Perdóname si te escribo una carta de Se encuentran, sobre todo, en el que vive más o menos recluido
este tipo, pero no p u e d o más, estoy hastiado de esta vida, en sus sueños y en sus pensamientos, por demasiado especulativo,
de sufrir tanto; basta. Espero, cuando recibas ésta, que al o también porque teme afrontar la realidad del vivir cotidiano, o
menos una última vez te haya podido ver nuevamente, abra- porque no es consciente de su propia capacidad real. La realidad,
zarte, besar ese rostro que quiero tanto. con sus contradicciones y resistencias a dejarse cambiar, la siente
como demasiado dura y frustrante. Se aferra entonces a un mundo
Siento que no voy a poder; por eso quiero darte un últi-
construido principalmente por sus deseos y necesidades. Es el reino
mo adiós; perdóname si no he sido un hijo modelo, si no te

84 85
de los sucedáneos de toda clase, como la droga, el alcohol, la por- — ¿Qué expectativas he debido hacer revivir para continuar mi
nografía, las distintas manías, etc. La vida personal lo acusa de una crecimiento?
manera grave. Teniendo un objetivo excéntrico, estas expectativas — Reflexiono sobre una situación en que me he dejado guiar por
son desquiciadoras y alienantes. expectativas constructivas y operantes.

Expectativas constructivas y operantes.


Se hallan en el que poco a poco ha establecido un contacto sus- PARA QUE LAS EXPECTATIVAS TENGAN FUTURO
tancialmente verdadero consigo mismo, con los demás, con Dios y
con el mundo creado. Son expresión de una exigencia fundamental: Saber esperar y prepararse
llegar a ser alguien de valía, una persona que sabe amar y ser ama-
da, que se siente competente, capaz de salir a flote y de ser reco- Educar la propia capacidad de espera es determinante para la
nocido como tal; una persona orientada hacia la felicidad, intuida calidad de la propia vida. Verificar los contenidos de estas esperas
como plenitud del ser. Se trata de algo que vale, que resiste al tiem- permite no correr en vano. El éxito en la vida depende en gran
po; es fundamento y meta. Por su causa vale la pena gastar la vida. parte de la calidad de las esperas que animan la existencia.
Algunas de estas expectativas se refieren a la vida psíquica y
física, la salud, el desarrollo, la integración social. Otras miran a la «Yo espero un porvenir tranquilo y que la vida sea me-
moral y la vida espiritual, individual y colectiva. La respuesta que jor. Tengo muchos objetivos, pero no sé elegir —observa
se espera a veces se encuentra en el momento presente, otras veces Lidia, de diecisiete años, desde hace poco secretaria de una
apunta a más lejos, porque toca el absoluto, una realidad ineondi- empresa—. Postergando siempre. Temo mucho al que piensa
cionada. de distinto modo. Sin embargo, quiero ser coherente siem-
Estas expectativas se caracterizan sobre todo por el interés que pre, en cada circunstancia, y luego saber darlo todo, restrin-
despiertan. Activan el «organismo biopsicomoral-espiritual» hacia giendo al máximo las limitaciones. Querría saber tomar más
un crecimiento y mejoramiento constantes. la iniciativa.»
En segundo lugar, por la responsabilidad. Ligan la persona con «Yo espero realizar una íntima aspiración mía. Quiero
otro o muchos otros, cuyo crecimiento está ligado a nuestras res- hacerme cura —escribe Luciano, de diecinueve años, después
puestas. de haber superado los exámenes de COU y Selectividad—.
En tercer lugar, por la capacidad de resistencia. El objetivo, He hablado de esto a un sacerdote amigo. Me ha dicho que
con frecuencia, es alcanzable solamente en los medios y largos pla- hay en mí buena pasta. La idea me da un poco de miedo; sin
zos que caracterizan la realización de los bienes verdaderos. Es embargo, quiero aventurarme, si es que tengo cualidades.
entonces necesario saber esperar y saber prepararse. Quisiera, sobre todo, hacer comprender a muchas personas
que la tristeza y el alocamiento o el dinero no son lo que más
importa, no son nuestro destino. He descubierto en la amis-
CUESTIONARIO-ENCUESTA tad con Jesucristo una serenidad y una fuerza que desearía
no fuesen solamente mías. Siendo animador de grupos, he
— ¿Cuáles de las expectativas presentadas considero que son las visto que sé hacerlo. ¿Por qué no hacerlo a tiempo pleno,
«mías»? ¿Por qué motivos? ¿En qué circunstancias he visto brotar en como don Pepe, ese amigo mío cura?»
mí estas expectativas? ¿En qué se fundan?
— ¿Cuáles son las expectativas que la vida m«ha hecho reducir a «De la vida espero muchas cosas —escribe Lorenzo, de
sus debidos términos? ¿Cómo ha sucedido esto? dieciocho años, cuarto curso de administración—. Un trabajo

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que satisfaga, una familia mía, como hace tiempo voy pen-
sando, bien distinta de la de los míos. Un éxito social dis-
tinto, una chica que me sepa comprender siempre y animar.
Frecuentemente me encuentro rabiando contra la sociedad,
que me obliga y bloquea con sus esquemas y plazos. Entonces
dejo pasar. Quisiera tener una gran voluntad, saber reaccio-
nar, ser yo mismo... Comunicarme con los demás, confrontar
ideales, conocerme mejor. Estoy descubriendo que es nece-
sario que yo salga al encuentro de la vida, no que la espere.»

A fin de introducir fermento en la propia vida, con expectati-


vas constructivas, es necesario:
— Abrirse a las propuestas de vida conforme al verdadero ser
propio. Estas han de abarcar a todo el hombre en sus diversas di-
mensiones.
— Proporcionar las expectativas a las posibilidades concretas
propias, de los demás y de la situación. Esto, normalmente, requiere
una redimensión de sí mismo.
— Comprometerse a sí mismo en el presente, adquiriendo el
sentido de responsabilidad de la propia vida. Esto conlleva la acep-
tación de la propia vida, viviéndola como protagonistas.

«Al que sepa esperar —escribe el teólogo Congar— todo


llegará a serle revelado, a condición de no renegar por detrás
lo que ha visto con toda claridad.»

«Sin enraizarse profundamente —anota Michel Quoist— nadie


puede dar fruto. Resulta que el hombre moderno, insatisfecho, ca-
mina perpetuamente buscando la tierra prometida. Cuando cree
que la ha encontrado, se para un momento, pero sin esperar a que
maduren los frutos. Los coge. Pero al estar verdes y ácidos, decep-
cionado, los arroja y... acusa a la tierra.
Y avanza de nuevo por el camino de los espejismos.
Saber detenerse. Saber colmar toda la hondura del momento
presente. Realidad de la vida de hoy, tú eres mi tierra y yo puedo
florecer en ella. Señor, aleja de mí la tentación de buscar eterna-
mente en otras partes».

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Un proyecto de vida vivo nacimiento le ha sido dado a todos, en germen, un conjunto de
aptitudes y de cualidades que hay que hacer fructificar. Su pleno
Lo que permite a las distintas aspiraciones y expectativas tomar desarrollo, fruto a un tiempo de la educación recibida del ambiente
cuerpo, de modo que animen la propia vida, es la experiencia del y del esfuerzo personal, permitirá a cada uno orientarse hacia el
proyecto de vida. Se trata de una dinámica decisiva para el creci- destino que le ha señalado el Creador. Dotado de inteligencia y de
miento personal. libertad, el hombre es responsable de su crecimiento, lo mismo que
de su salvación. Ayudado, y quizás impedido a veces, por aquellos
«Mi proyecto de vida: realizarme a mí mismo» (Mario, que lo educan y lo rodean, cada uno permanece, cualesquiera que
dieciséis años). sean las influencias que se ejercen sobre él, como artífice de su
éxito o de su fracaso. Con el solo esfuerzo de su inteligencia y de
«Tengo dieciocho años y pronto voy a comenzar el curso su voluntad todo hombre puede crecer en humanidad, valer más,
de asistente social. Pero lo quiero hacer de una manera par- ser más.»
ticular, no solamente por dinero... El proyecto es la acción en potencia presente en la conciencia
Querría llegar a ser alguien en la sociedad, una persona anticipadamente, despertada por una tendencia que orienta al su-
respetable, y quisiera realizar en nuestro mundo la justi- jeto hacia el futuro. La acción en perspectiva puede ser la profesión
cia...» (Daniel). o el estado de vida.
Un joven no puede dar consistencia a su proyecto si no tiene
El psicólogo constata que así como durante la pubertad se le conciencia del tiempo vivido y de su duración. Tiene que ser capaz
presenta al sujeto todo el abanico de caracteres, así en la adolescen- de anticipar su porvenir. Por eso le es necesario haber descubierto
cia y en la juventud se ofrece el abanico de las distintas formas de lo que él es al presente, su identidad. El lazo entre presente y fu-
vida, definidas por otras tantas categorías de valores. turo lo da la fidelidad a sí mismo. En efecto, el dinamismo de la
«Todo deseo manifestado por los jóvenes —observa el psicó- vida se traduce en el reconocimiento del sentido de la vida y el sig-
logo Mallet— se debe comprender, y toda actitud orientada hacia nificado que le dan los acontecimientos.
el porvenir se debe escuchar con atención. Si, con el pretexto de
que la pregunta hecha por el muchacho es prematura, se le impide • El proyecto se convierte entonces en el «núcleo central de
pensar en el futuro, se le ata al presente y de hecho se le relega valores» en torno al cual se va estructurando la identidad de la per-
al pasado. sona. Sin un proyecto de vida, falta a la identidad de sí mismo la
Consecuencias: rechazando esta ayuda para el crecimiento se fuerza impulsora hacia una constante autoidentificación posterior.
debilitan sus motivaciones por el compromiso diario. No hay una El proyecto de vida es como la levadura que fermenta la masa. No
edad bien determinada para comenzar a preocuparse de la profesión es ciertamente la masa, sino la fuerza que permite a la misma fer-
de futuro. El primer momento favorable es aquel en que el mu- mentar y convertirse en pan blando y nutritivo.
chacho expresa su deseo.» El proyecto no existe antes que la persona. Se va elaborando
poco a poco a través de las diversas edades, como un esbozo, como
• El proyecto de vida es una intuición anticipada del desarro- la intuición artística de un pintor. Ante sí, la tela y los colores;
llo a cuyo encuentro va nuestra persona; el elemento motor, el dentro, la intuición. De ahí nacerá el cuadro, quizás una obra
conductor del desarrollo y de estructuración, la línea directriz sin de arte.
la cual no hay crecimiento. Puede representarse como el esbozo trazado por el artista para
«En el plan de Dios —escribe Pablo VI—, todo hombre está realizar un mosaico. A primera vista parece tosco e incompleto,
llamado a un desarrollo, porque toda vida es vocación. Desde su pero el artista, mediante teselas exactas en su lugar preciso, irá

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haciendo poco a poco un mosaico precioso. El secreto del éxito de Personas intervinientes en el hecho:
la obra está en las reproducciones estilizadas del lienzo y en saber — Jesús, que sale de la ciudad de Jericó.
elegir y colocar las teselas en su lugar determinado. Haber descu- — Los discípulos y mucha gente que siguen a Jesús.
bierto y empeñarse en la realización del propio proyecto de vida -— Bartimeo, sentado en el borde del camino.
supone una situación semejante a la del que ha descubierto un te-
soro escondido en el campo, o una perla preciosa en el mercado Bartimeo. Su situación o tarjeta de identidad:
(Mt 13,44-46). Con tal de conseguirlos, vende todo lo demás con — Un hombre no realizado, ciego.
alegría, y se los compra. De hecho, todo lo demás, con relación a — Una ocupación humillante: limosna y espera.
eso, pasa a segundo término. O también una situación semejante — Una situación familiar de pobreza. No puede ser mantenido.
a la de los dos primeros criados de la parábola de los talentos — Un marginado de la sociedad. Nadie se interesa por él.
(Mt 25,14-30). El primero había recibido cinco; el otro, dos. Con — Lleva en sí mismo esperanzas y hace intentos. De hecho,
una gran confianza en el que se los había dado, y con sentido de tiene una actitud de búsqueda. Desea cambiar de vida. Sabe tomar
responsabilidad ante la propia vida, se empeñan en traficar con la iniciativa. Grita para llamar la atención de Jesús.
ellos, tanto que los doblan y obtienen recompensa. O mejor, una
situación parecida a la de Pablo de Tarso. El compara su vida con La gente. Manifiesta dos actitudes contradictorias:
una carrera en el estadio o con un encuentro de boxeo, en busca — Primero impide el encuentro de Bartimeo con Jesús.
de una corona incorruptible (1 Cor 9,24-27). — Luego favorece tal encuentro.
Jesús. Provoca fuertes cambios: conversión y madurez tanto en
«Redentor, no pases adelante» la gente como en Bartimeo.
— Con la gente: hace tomar conciencia de los hechos, de la
Un espiritual negro canta: situación de pobreza, de la importancia de hacer las cosas solo, po-
niendo en el centro a Bartimeo. Estimula a ser solidarios y respon-
«Un ciego estaba al borde del camino, sables a los allí presentes en la confrontación con Bartimeo, hacién-
era ciego y no podía ver. dolo llamar.
Oyó que Jesús iba pasando. — Con Bartimeo: hace madurar a éste, tanto desde el punto
Sintió que tenía necesidad de él. de vista humano como del de la fe. Le ayuda a liberarse de los con-
Rogó a uno de los discípulos: dicionamientos. Llamando y preguntando a Bartimeo, hace de él un
Te ruego, dime cuando él esté cerca. hombre que se presenta ante todos tal como es y que expresa a to-
El gritó: ¡Salvador, no pases adelante! dos lo que busca.
Y yo grito: Redentor, mi amado Redentor, Le ayuda a descubrir las motivaciones de fondo de la vida: la
Redentor, no pases adelante.» fe en Jesús como el único que puede liberarlo verdaderamente de
su situación.
Este ciego es Bartimeo. En el camino de Jericó (Me 10,46-52), El hecho de que Bartimeo le siga significa que él ha puesto
hace tiempo que espera. Encontrando a Jesús, halla una respuesta como absoluto en su vida al mismo Jesús.
significativa. Te propongo ciertas pistas para profundizar, para un El don de la curación pasa entonces a segundo plano con rela-
confrontamiento entre tus expectativas y las suyas. ción al hecho de que, después del encuentro con Jesús, Bartimeo
«ve claro en la vida». Su espera halla una respuesta que le devuelve
la vida en su plenitud.

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CAPITULO CUARTO

UN SENTIDO PARA LA VIDA

UN OBJETIVO EN E L HORIZONTE

Cuando se observa el comportamiento de muchas personas, nos


damos cuenta de que existe una meta que sostiene su actividad y su
empeño. En el fondo de todo lo que hacen, o evitan, hay un obje-
tivo que se esfuerzan por alcanzar, más o menos explícitamente,
como un imán que les atrae a sí, discreta pero constantemente. Esta
realidad es lo que llamamos «sentido de la vida». Ese fin alienta
y sostiene la búsqueda.
Entre momentos diáfanos y de oscuridad, de luz y de tinieblas,
la persona se siente empujada, entre cada situación, a identificar,
a elegir y hacer propio «un sentido para la propia existencia».

• Por «sentido de la vida» se entiende generalmente un algo


que se siente y se vive por parte de la persona como una «luz», que
ilumina y hace conocer; como la «sal», que da sabor a los alimen-
tos; como un «carburante», que provee de energía y permite avan-
zar hacia adelante, que mejora determinadas situaciones, y es como
una «indicación direccional», que hace posible en toda encrucijada
retomar el camino buscado.
Todo sentido que se da a la vida tiene validez en la medida en
que permite superar positivamente las diversas pruebas de la exis-
tencia. Este algo puede ser una persona, una propuesta... vividas
por el interesado como un bien supremo, intuido y buscado de ma-
nera implícita, irreflexiva, casi espontáneamente. Sólo en algunos
momentos tal búsqueda se hace explícita y directa. Constituye uno

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bu-
de los hechos más dinámicos de la existencia de toda persona. Du- sada, presente y futura, siempre dentro de los diversos grupos hu-
rante tu edad de adolescente y de joven esta búsqueda va poco a manos a que perteneces. Ahora la búsqueda se hace por eso mismo
poco aflorando y se impone de manera capital, convirtiéndose en más explícita, dentro de un proceso largo y difícil.
termómetro de «tu buen o mal tiempo». Es en esta edad tuya En efecto, no basta vivir. No es suficiente comer, dormir, estu-
cuando se vive de hecho por primera vez directamente, en primera diar o trabajar, divertirse, satisfacer las necesidades primarias...
persona. Eso sería solamente sobrevivir o, mejor, un «malvivir».
«Si tu vida no tiene una finalidad, es vacío y angustia», obser-
«¿Qué sentido tiene mi vida? —se pregunta Antonio, de va Pascal. «Nosotros somos —dice F. Holderlin, poeta alemán—
dieciocho años, estudiante—. Tengo que construir algo nue- un signo sin interpretación», o no interpretado aún. El hombre, en
vo con los hechos que vivo. efecto, es un ser sediento de sentidos. Se está a la búsqueda. Si
He descubierto que los demás no tienen más imaginación no los tiene, los crea. Los necesita como el aire que respira. Pero
que yo para enfocar la vida. ¿Cuántas veces he pensado en ¿cuáles son los verdaderos sentidos? No todos son iguales ni con-
echarlo todo por la borda? Me detiene saber que un gesto venientes.
de rechazo y de protesta se olvida pronto. Es estúpido esca- «¿Tiene un sentido la vida humana, y tiene el hombre una
par sin haber intentado entrar en juego de manera mejor que meta?», se pregunta el filósofo existencialista Maurice Blondel al
los adultos. En la vida se tiene la impresión de no haber ter- comienzo de su célebre obra L'action.
minado nada, de ser un peso. Soy inseguro y cabezón, tengo
necesidad de afecto, que no encuentro, y me aislo; sueño con
la independencia y como en casa de mis familiares; doy
CUESTIONARIO-ENCUESTA
algún examen y alguna que otra vez enseño. Estoy en conti-
nua tensión, no tengo ninguna válvula de seguridad, no re- En mí interior
cuerdo haber probado alegría ninguna, ni felicidad, ni amor.
Mi expresión es tosca, pero tengo que controlar mi emoción Pista a):
cuando alguien me da confianza, o descubre mi capacidad, — Reviso la historia de mi vida y encuentro cómo he llegado a ser
o me da o pide colaboración. No encuentro en mí mismo esto que soy y vivo ahora. Me pregunto: ¿Tiene un sentido mi vida?
explicación alguna a mi vida. — ¿Qué entiendo por un hilo conductor? Si respondo sí, ¿cuál es?
Me pregunto si es que alguna vez he hecho feliz a al- ¿En qué dirección me lleva?
guien; en mi vida encuentro solamente el vacío que yo mis- — Si respondo no, ¿por qué? ¿Cómo experimento mi vida en este
mo he creado. Esta es mi vida. Pienso que el juego merece caso? Elijo una foto que exprese esto del mejor modo posible.
la pena cuando jugamos más de uno, si intento dar sentido — Hago un inventarío de las grandes demandas que hago en torno
a la vida del que tengo a mi lado.» al sentido de mi vida.
— ¿Cómo pretendo dar una respuesta hoy?
• Anteriormente, durante tu infancia y tu niñez, lo que daba
Pista b):
sentido a las diversas opciones lo vivías de una manera derivada,
— En mi vida actual o en mi pasado, ¿encuentro un «no-sentido»,
principalmente siguiendo las pautas de los adultos y de los grupos
es decir, un vacío, una equivocación, una desorientación, una oscuridad?
significativos en los que tomabas parte. ¿Por qué hablo de no-sentido?
Ahora, en cambio, cualquier cosa te empuja a buscar directa- — Elijo una foto que exprese esto que es «no-sentido» para mí, hoy.
mente, entre las múltiples posibilidades, aquel sentido particular — ¿Cómo reacciono ante esto? ¿Qué postura tomo ante mi modo
por la vida experimentado como el más conforme a tu realidad pa- de sentir (sentimientos) o de obrar (actos)?

96 97
7
— ¿Qué resultados puedo hacer presentes en mi vida de acuerdo a
esta reacción? de vivir sin un objetivo? ¿Experimentáis vosotros un sentido de
inutilidad? ¿En qué relación os sentís con la historia? ¿Qué tiene
que ver la religión con el sentido de la vida? Y Cristo, ¿qué tiene
Fuera de mí
que ver?» A fin de cuentas, los muchachos concluyen que entre
— ¿Cuáles son los diferentes «sentidos» para la vida presente en ellos está muy difundido el sentido de inutilidad de la vida.
las personas que conozco de cerca?
— ¿Cuáles son los principales «sentidos» para la sociedad y la cul- «Siento que mi vida vale bien poco, y puedo hacer muy
tura contemporáneas? Destaco tres o cuatro. poco por los demás. No sé cómo salir de aquí. Mirando este
— Elijo una foto que exprese exactamente cada uno de esos «sen- cielo, este mundo, pensando en el futuro, en el pasado, no
tidos». somos más que una molécula en esta historia de los hombres
— ¿Cómo se configuran? ¿Cuáles son los medios que utilizan para tan importante como inútil.»
poder conseguirlos?
— ¿Cómo los valoro en relación a aquello que voy buscando como
Algunos de ellos se rebelan ante estas conclusiones:
un sentido válido para mi vida? Aspectos en pro y aspectos en contra.
«Es Dios quien nos da cada momento la vida, y por eso
ésta no puede ser algo inútil. Si mi vida es inútil, entonces
«Preguntaos: ¿para qué sirve la vida?» todo es inútil. Yo tengo necesidad del mundo para vivir, pero
también el mundo tiene necesidad de mí, como unidad entre
Esta pregunta han oído proponérsela al catequista los adoles- los seres vivos.»
centes y jóvenes del liceo clásico de Imola. Los muchachos acep-
taron aquella especie de desafío y se hicieron protagonistas de una Otros, a este sentido de inutilidad le encuentran cierta expli-
apasionante aventura. Muchos, tomados por sorpresa, se devanan cación :
los sesos al responder:
«Muchos de nosotros permanecemos pasivos, esperamos
«Nunca me he propuesto el problema. Me encuentro un ser empujados por algo nuevo que no sucede nunca. Enton-
poco a disgusto, porque había dejado mi respuesta para otra ces es uno presa de luchas, crisis de llanto, necesidad de so-
edad. Una compañera me ha dicho: tengo mucho tiempo ledad o de evasión, detestada o buscada al mismo tiempo.
delante para hallar el sentido de la vida; cuanto más retrase Entre éstos estoy yo también, naturalmente.»
su búsqueda, más segura estaré de lo que me conviene.»
• Algunas preguntas esbozan un camino de salida: ¿De qué
«No tengo una idea exacta. Hoy pienso una cosa y quizás manera piensas salir fuera de ese sentido de inutilidad? ¿Qué hacer
mañana sea todo lo contrario. Antes me parecía haberlo com- por los dem 4 ^ 2
prendido. H e tenido un período de entusiasmo. Luego me
di cuenta de que era solamente un hecho emocional. Lo único «Sinceramente, no lo sé; espero que alguien venga a de-
que vale es obrar sin pensar.» círmelo. No he encontrado nunca una manera verdadera y
durable de salir de este fastidio. También yo creo que la vida
Y otras varias respuestas. es inútil y que no hay modo de salir de este problema. Si
yo lo supiera, lo resolvería.»
• Después del primer contacto la encuesta se había ido des-
envolviendo durante el año a través de otras preguntas: «¿Se pue-
99
98
Esta actitud despierta las iras de algunos compañeros:

«Yo, personalmente, no siento de ningún modo la inuti- CUESTIONARIO-ENCUESTA


lidad de mi vida. Sin embargo, no sabría qué decir al que
piensa así... Quizás se limiten a lamentarse, sólo a lamen- — El itinerario seguido por estos jóvenes, ¿qué despierta en mí?
tarse. Las palabras cuestan poco trabajo.» — ¿Qué es la historia para mí? ¿Qué relación tiene conmigo, con
mi vida?
La mayoría de los muchachos observa que el sentimiento de — ¿Para qué sirve la vida en mí?
— ¿Cuál es la motivación de mi compromiso o servicio a los de-
inutilidad puede superarse abriéndose a los demás, haciendo algo
más? ¿De dónde nace?
por ellos: De hecho, cada uno de nosotros, consciente o inconscientemente,
gasta su vida por un fin más o menos válido.
«Pienso que es necesario estrechar contactos con los de- —• Yo, ¿por qué objetivo gasto mi vida? ¿Por quién estoy dando
más, entendernos, ayudarles. Al fin se podrá decir: yo valgo mi vida?
para algo. — ¿Por qué cosa estoy dispuesto a dar mi vida?
Es necesario convencerse uno mismo de que en este mun-
do hay mucha gente que nos necesita. Lo que estoy tratando
de hacer es echarme a la calle, olvidándome de mí misma,
intentando ayudar a los demás, y de este modo encontrán- «COMPANEROS, NO PUEDO MAS»
dome a mí misma, encontrar el sentido, la utilidad de mi
vida, precisamente en los demás. Solamente usando la propia «Demasiados suicidios de compañeros en estos años 1973-
vida por algo de lo que estamos verdaderamente convenci- 1978», escribe Rossana Rossanda en el periódico italiano II Mani-
dos, ésta nos parecerá útil. El amor es lo único que puede festó. Pero ¿por qué? ¿Qué sucede? He aquí algunas de las cartas
llenar totalmente nuestra vida sin desilusionarnos nunca.» de jóvenes suicidas, o de sus amigos, aparecidas últimamente en
diarios de la ultra-izquierda:
«En este mundo nuestra vida adquiere sentido ante todo
si se pone al servicio de toda necesidad del hombre. La vida «Y yo, escuchando un remolino de sentimientos, garfios
se concibe en términos de operatividad y orientada a la so- que te desgarran la carne, y una ternura inmensa que presio-
ciedad. Se trata de compartir globalmente las contradicciones na desesperadamente por salir fuera. Pero la boca permanece
históricas, las frustraciones sociales, las aspiraciones de los cerrada, y el cerebro, que parece vacío, apagado, logra sólo
pueblos de este nuestro mundo.» parir un miserable ¡caramba, qué difícil es la vida! Pensar
«Yo estoy de acuerdo con la revolución permanente. Pero que de joven la imaginaba como una puerta que franquear,
me diferencio de otros en un punto: ¿por dónde comenzar? sin trabajo, con el deseo de vivirla. Pero paseando rabiosa-
¿Por un cambio de nosotros mismos o dejando que sean los mente por delante de esa puerta he terminado por sentirme
otros los que resuelvan los problemas?» viejo. Viejo por dentro. Y cuanto más tiempo pasa más difí-
cil me parece abrirla. Querría solamente saber el porqué de
esta burla de luces y sombras que gira en torno nuestro, que
son nuestros sentimientos. Donde yo me pierdo» (Pablo Lon-
go, milanés, ferroviario, suicida a los veintiséis años, en
1977).

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«Sí, tenía también necesidad de mí Isabelita aquel mal- "que para hacer la revolución se tenía que renunciar a las ne-
dito domingo de mayo de 1977, cuando abrió la llave del cesidades personales, esconder nuestros sentimientos» (un
gas y decidió terminar con esa vida de mierda y chabacana compañero de Roberto, septiembre 1977).
que condenamos todos, porque la vida es un eterno compro-
miso, un eterno no ser uno mismo, una eterna privación, un «Hace algunos años, mientras las plazas estaban llenas de
eterno no poder gritar de alegría en un autobús lleno de banderas rojas, he visto a dos compañeros morir en casa aga-
gente para no correr el riesgo de ser internado en un mani- rrados a un vulgar tubo de gas. Lloramos unos pocos y cada
comio, un no poder gritar de dolor y de tristeza en un bar uno de nosotros sabía que lloraba sobre sí mismo, sobre la
atiborrado de seres, que no sabrían comprenderte. Y, sin em- ineluctable consistencia de nuestros miedos imaginarios, sobre
bargo, todos tenernos los mismos problemas. Pero todos con- los interrogantes que la lucha política dejaba sin resolver»
tinuamos ignorándonos, y tiramos adelante como si no pa- (Lea Melandri).
sara nada» (Pablo, junio 1977).
«No os pido perdón por lo que he hecho —dejó escrito
«Cierto, también a Roberto le ha matado el enemigo, el Marcos Riva, estudiante milanés de veintiún años, redactor
más malvado de todos: esta sucia sociedad de la crisis. Pero del Diario de los Trabajadores—. Ha sido una decisión me-
esta respuesta no nos basta. Morir en la barricada con la ditada, una opción concreta.
bandera roja en la mano y tu compañera abrazada a ti aún Una sola cosa no quiero: ser juzgado. Ninguna persona
podría ser algo bello, heroico, varonil. Algunos de nosotros que no haya conocido hasta el fondo mi realidad y que no
se habrán imaginado morir en alguna pose de Enrique Toti, haya vivido al menos por un instante una situación similar
tratando de parar un tanque durante el golpe de Estado o en a la mía, no tiene ningún derecho... Hubiera deseado tanto
el asalto al Palacio de Invierno. Pero morir así, solo, un día vivir, amar, ser amado. No ha sido el rechazo de la vida, sino
de agosto, en un coche lleno de gas del tubo de escape, ¡no! la imposibilidad de vivir, de vivir mi vida, mi realidad, lo
Morir de este modo es inhumano. Hace años pensábamos que me ha hecho elegir la muerte.»
que la revolución estaba allí, detrás de la esquina, esperándo-
nos cortés y sonriente. Se avanzaba resuelto hacia el 'cho-
que'. Pero se sucedieron muchos choques definitivos y todo A la búsqueda de algo esencial
parecía quedar inmutable. Aquel pequeño retraso sin impor-
tancia en el calendario de la historia era para algunos la me- «De hecho, para vivir no hace falta vencer, sino saber por qué
dida de su fracaso. En contraste con esta 'exasperante lenti- se lucha y que no se lucha solo» (II Manifestó, 20-VII-1978, p. 1).
tud', nuestra vida, ésa sí, corría veloz y sin tropiezos; te Frente al crecimiento del fenómeno del suicidio, realizado de
quitaba la juventud, te empujaba a un trabajo que no existía tantas maneras, incluida la del abuso de drogas, es razonable hacer-
o en todo caso a un trabajo asqueroso. 'El Estado burgués se se algunas preguntas. Los jóvenes militantes, ¿se suicidan porque
derriba, no se cambia', se gritaba; y ahora ahí nos tienes son militantes, o porque son jóvenes, o simplemente porque son
obligados a vivir entre las malditas y burlonas 'viejas rela- hombres desesperados? ¿Hasta qué punto la opción política ha sido
ciones de producción'. Pero ésta es solamente la mitad de la para muchos solamente una opción vital, un modo de sustraerse a
historia... La segunda parte podría iniciarse recordando que
un encuentro personal con la vida, una manera de resolverlo todo
en el 68 se aseguraba que 'todo es política'. Se decía esto
por el atajo del compromiso colectivo?
dándole a la frase simplemente el sentido opuesto al que tie-
César Musatti, psicoanalista, respondiendo a Rossana, observa:
ne ahora la expresión 'lo personal es político'. Quería decir
«Tú pretendes explicarte esta plaga de suicidios entre muchachos

102 103
en base a un motivo de orden racional, una desilusión, una crisis de las banderas vietnamitas —«Yankee go home!»— y la guerra
de desconfianza, una incapacidad para soportar las largas esperas fratricida «por procurador entre China y Rusia y combatiendo en-
a las que la vida ha acostumbrado a las personas de las últimas ge- tre el Vietnam y Camboya», Valle Giulia y la reunión de sesenta
neraciones. Pero no creo que ése sea el camino para comprenderlo. mil jóvenes en el anfiteatro de Milán, junio 1979, para recordar a
Tú misma has apuntado a muchos otros sufrimientos que han so- Demetrio Stratos? ¿La asamblea-conmemoración del desastre de la
portado los compañeros de mayor edad. Los jóvenes entonces no se estación de Bolonia, 2 de agosto de 1981? ¿Y las multitudes que
suicidaban por incapacidad de resistir al fascismo, con sus atrope- se apretujan al encuentro del Papa Wojtyla? ¿Y los grupos de en-
llos, la cárcel, el confinamiento, el destierro y aun la simple, anó- cuentro y oración en Spello, en Taizé, en Bose, los grupos aislados
nima e imperceptible marginación de la vida activa. en los monasterios de Oriente y Occidente?
Ahora los jóvenes se suicidan más. Tú echas la culpa al 68 y a ¿Y el fenómeno de los terroristas, negros o rojos? ¿Los duros,
su posterior desilusión. A mí eso me parece demasiado simple. los arrepentidos, los expulsados de la organización? «En diez lar-
El suicidio no es, o no es casi nunca, el resultado de un proceso gos años —escribe el 10 de marzo de 1982 el profesor universita-
racional. Aun cuando se presenta con un por qué manifiesto, hay rio Enrico Fenzi, ideólogo de las Brigadas Rojas—, la lucha armada
otro por qué más importante que subyace. ha demostrado definitivamente no poder construir ningún progra-
Quien se mata lo hace porque le falta algo esencial para vivir; ma político. A lo más ha conseguido alguna vez programarse a sí
y ¿qué es eso que les falta a nuestros jóvenes? misma y nada más. Por eso ha ido perdiendo los compromisos polí-
Les falta, compréndelo, el objeto sobre el cual dirigir su carga ticos, sociales... En esa alucinación militar que niega la realidad,
agresiva. Naturalmente que no todos se matan. la historia, la sociedad y quema toda vinculación de clase, a medida
Algunos encuentran el objeto de su agresividad. Son esos que que las Brigadas Rojas consiguen creer siempre menos, se hunden,
terminan en las Brigadas Rojas. Todo suicidio es solamente un se hacen enemigas de sí mismas.»
golpe desviado que en origen tenía ante sí otro blanco: la familia, Suicidarse no lo hacen sólo ni principalmente militantes de iz-
la compañera que te ha dejado, la sociedad que te asquea, el partido quierda desilusionados, aunque en el bienio 79-80 este fenómeno
que te ha abandonado. La dinámica de la agresividad del instinto resultó significativo por sus proporciones y motivaciones. Otros
de muerte es extremadamente compleja» (L'Expresso, 30-VII- también, con otras motivaciones, atraviesan esos umbrales. «No me
1978, pp. 14-16). han enseñado a vivir, y yo no tengo la fuerza de hacerlo —anota
un muchacho—. Me siento prisionero de una gruesa telaraña. Cuan-
to más me debato, más me enredo.»
Pero eso, ¿por qué? Antes que militantes, fundamentalmente, es necesario poder
ser hombre. La esperanza no se puede encerrar en ninguna ideo-
«¿ Qué ha sucedido para que el clamor de las revueltas del se- logía.
senta y oche s e transformen en el silencio en el que tantos jóvenes
eligen hoy el suicidio o l a droga?»
¿Es hoy posible, a distancia de años y del mito de las convul- «Me drogo, pues vivir en lanta abundancia es un asco»
siones que k n sacudido l a universidad —las americanas, francesas,
italianas, esjañolas—, inquirir los senderos intelectuales, los padres «Y luego robo, hurto, me prostituyo.» Así en una encuesta
declarados j l o s ocultos, las esperanzas y desilusiones, los profetas (cf. II Giorno de 13-X-81, p. 5). Decantado el compromiso políti-
de la utopía y de la mentira, los oportunistas, los desilusionados, co, parece prevalecer entre los jóvenes una inercia casi total.
los espectadores impotentes? «Mi padre trabaja y no tiene tiempo para mí; mi madre es una
¡Es posible recoger e n un fresco la multitud en cortejo detrás gran hipócrita.» Con esta sentencia, Renato despacha a la propia

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familia. Comenzó a drogarse en el bachillerato. Los padres lo des-
cubren unos meses después, cuando el muchacho fue recogido en
una calle del centro sin sentido. Recuperado en el hospital, conti-
núa su fuga del mundo de los adultos. Lo encontraron de nuevo en
un banco de la estación central. Termina en un reformatorio.
Para procurarse dinero, estos muchachos drogados, dispersos
por el desierto de las grandes ciudades, no tienen mucho que ele-
gir: el «tirón» (en el 80 por 100 de los casos, dicen en la comisa-
ría, hay que atribuirlo a toxicodependientes), convertirse en peque-
ños traficantes de droga («camellos», como se llaman entre sí en su
jerga) y prostituirse.
Mientras aumentan los casos de desviación, han disminuido las
fugas de casa de adolescentes. Dice Liliana Gualandi, del Tribunal
de Menores: «Parece una paradoja, pero ésta es una mala señal.
Según el Ministerio del Interior, en el 80 se han escapado 6.500
muchachos, una cifra alta, pero inferior a las máximas que se regis-
traban entre 1971 y 1975, cuando la fuga significaba deseo de cam-
bio, interés político, momento de compañerismo con otros de su
edad. Un intento extremo de hacerse oír de la sociedad, que en
cambio ha caído en el vacío. Ahora hay solamente desánimo, por-
que 'todo es un asco', inercia, deseo de un somnífero que embote
la angustia, esto es, la droga.»
«Las adolescentes que se nos confían tienen a sus espaldas expe-
riencias dramáticas, adultas, pero con frecuencia afectivamente son
niñas —explica la madre Teresa Gosper, directora de Villa Luz de
Affori, un instituto organizado con criterios no represivos que al-
berga a unas cincuenta muchachas—-. El 95 por 100 proviene de
familias inmigrantes. Su agresividad es pasiva. Es significativo que
prefieren siempre tocadiscos y radio a todo volumen, que tienden
a pasar mucho tiempo ante el televisor, pero que en el momento
del telediario apagan el aparato. Pensar les puede ser difícil y a ve-
ces también doloroso. Nuestro esfuerzo está encaminado a ayudar-
les a transformar la agresividad en pensamiento y palabra, a com-
prenderse a sí mismas utilizando el lenguaje, que entre jóvenes va
resultando cada vez más pobre, privado de todo sentido.»
Sin embargo, al hombre le es posible cambiar, puede rescatarse
irguiéndose «contra la propia condición humana y contra la crea-
ción entera, la revolución está toda ella en ese intento activo con
el que yo, tú, todos nosotros a una, intentamos disminuir el mal

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que gravita sobre nosotros, buscando para todos, en una inmensa una lealtad, una coherencia con los valores propuestos. Pero éstos
y tierna solidaridad, un pedazo más de libertad, de verdad, de jus- son entre sí concurrentes. Por ejemplo, el pertenecer a un grupo
ticia, de felicidad. El mundo en que vivo me repugna». político o a un sindicato, o a un grupo cultural con la ideología y
Según Allport, ambos tipos de absoluto son capaces de consti- la concepción del hombre que en ellos subyace, puede resultar un
tuir un valor integrante de la personalidad. Permiten una vida de conflicto insostenible.
adultos auténticamente humana, con tal de que sean verdadera- ¿A quién creer? ¿Qué es lo que verdaderamente vale y merece
mente tales, no sucedáneos deslumbrantes y justificadores. la pena en la vida a medio y largo plazo?
Sin embargo, a mucho andar los absolutos sustitutivos denotan ¿Por qué algunos no son capaces de dar sentido a la vida?
un mayor desgaste, una menor capacidad de consistencia, no obs- ¿Por qué otros no quieren ya dar sentido a la existencia?
tante su mayor concreción e inmediatez, con respecto al absoluto Es difícil no dejarte engañar. Tienes que moverte entre pro-
religioso. Esto se debe, según el etnólogo Mircea Eliade, al hecho puestas concurrentes, casi excluyéndose mutuamente, dentro de
de que se buscan valores que actúan como absolutos, pero no son una búsqueda hoy cada vez más difícil.
absolutos.
Aún más: ocurre a veces que las realidades vividas como abso- Una búsqueda entre propuestas de sentido concurrentes.
lutos no son valores auténticamente humanos. Ciertos mitos de la
raza, del consumismo, determinadas ideologías, más que promover, — Algunas se ofrecen al hombre como sistema de necesidades
esclavizan. Como también ciertos valores humanos, en sí mismos que hay que satisfacer de distintas maneras, dentro del tiempo pre-
buenos, como el deporte, el trabajo, etc., pueden convertirse en sente. Pero no es sólo la satisfacción de las necesidades lo que da
desviaciones. En efecto, vividos a nivel de mitos, destruyen o re- una respuesta a los interrogantes de la vida.
ducen en gran manera el interés por otros valores que tienen capa- Las distintas respuestas, que solamente atienden a la necesi-
cidad para hacer madurar al adulto. A la larga, en vez de facilitar dad del momento, no ayudan a madurar, a mirar hacia adelante, a
semejante madurez del hombre, lo empobrecen, le roban algo con- metas que son aguijón para el presente. Fijan a la persona en lo
sustancial. inmediato, impidiéndole la formación de perspectivas de vida autén-
ticamente humanas.
«Caminando sobre una roca que se resquebraja a cada paso
La búsqueda de sentido hoy —observa Abraham Heschel—, y anticipando la inevitable inte-
rrupción que pondrá fin a su camino, el hombre no consigue dete-
ner su amargo y acuciante deseo de saber si la vida es solamente
Individualizar y elegir un sentido válido para la vida es tan ne-
una serie de momentáneos procesos fisiológicos y mentales, de
cesario como con frecuencia problemático en la sociedad contem-
acciones y actitudes, un fluir de acontecimientos, deseos y sensa-
poránea. Multitud de sentidos nos proponen diariamente las distin-
ciones que discurren como granitos de arena a través de un reloj,
tas «agencias de socialización» o centros que forman mentalidad,
señalando el tiempo una sola vez y destinados siempre a desapa-
cada una de ellas con una exigencia exhaustiva. En una sociedad
recer.
pluralista, durante la adolescencia y la juventud las ofertas de sen-
tido, y el pertenecer a ciertos grupos totalizantes, se multiplican. No existe nadie sobre la tierra que, si bien vagamente y de
En la infancia están la familia, la escuela, la Iglesia. Entran luego tiempo en tiempo, no haya percibido que la vida es tenebrosa si no
los grupos de amigos, los grupos de carácter deportivo, los grupos se refleja en algo que pueda durar. Convenzámonos de que existe
políticos, los grupos culturales, el grupo de iguales que sirve de al¡p por lo que vale la pena vivir.
punto de referencia invisible, pero presente e incisivo. No hay nadie que no haya experimentado el deseo de conocer
Cada propuesta de sentido, tendenciosamente totalizante, exige algo que dure más que la vida, que la lucha, que la agonía. El hom-

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mis enfados, los míos repiten el viejo estribillo: 'Lo tienes
bre que busca el sentido de la existencia busca fundamentalmente
todo, no te falta nada, puedes estudiar, labrarte una posición,
lo durable, lo constante. En cierto sentido, la vida humana es una
trabajar sólo para ti.' Pero esto me enoja aún más.
lucha contra el tiempo, que trata con todo el esfuerzo posible de
perpetuar las experiencias, que se liga a valores y establece rela- De golpe he visto más allá de lo que las prisas agobiantes
de los míos me ocultaban. He visto la vida, la vida de los
ciones no perecederas de inmediato.»
demás.
He comenzado apenas a dar mi pequeña batalla contra
— Otros consideran al hombre sobre todo como un sistema de
los prejuicios de mis padres, tomando parte en el grupo juve-
necesidades socioambientales. La satisfacción de las necesidades
nil de mi barrio.
económicas y colectivas pasa a primer término. Queda entonces
poco lugar para la persona particular y para cualquier otra cosa que Es una contribución que vale poco, pero, con todo, esta
esté por encima del grupo social y su desarrollo. experiencia me ha hecho sentirme otra. Mientras mi madre
se desesperaba por los miasmas y el polvo que podía respirar,
— Otros proponen valores al hombre considerado como un
yo trabajaba, trabajaba para los demás y por primera vez me
organismo bio-psico-moral-espiritual, como un «viviente pluridi-
sentía verdaderamente yo misma.
mensional». El sentido de la vida surge entonces de la respuesta a
todos los interrogantes del hombre, especialmente a aquellos que Desde pequeña me habían acostumbrado a vivir sola, o
le son únicos y específicos con relación a los demás seres. cuando más, con alguna amiga, hija de amigos de la familia.
De esta manera me había vuelto cada vez más cerrada, y aho-
«Quien determina servirse de la realidad como medio para sa-
ra mi madre se lamenta de que soy tímida e introvertida.
tisfacer los propios deseos se quedará bien pronto privado de su
Yo pienso que para que tenga sentido lo que hacemos en
libertad y se reducirá a un mero instrumento. Adquiriendo cosas,
favor de los demás ha de costamos trabajo, debe privarnos
llega a ser su esclavo; sometiendo a los demás, pierde su propia
de algo que particularmente queremos. Hacer algo por los
individualidad. No podemos permitirnos erigir nuestras necesida-
demás sin algún sacrificio es hacer una cosa a medias.
des (que son un factor variable, desconocido, incierto y a veces
degradante) a nivel universal, como regla suprema y constante Tal necesidad de ser útil me impulsa a veces dentro de
como modelo de vida. mí de tal manera, que a veces, por la calle, al encontrar a la
gente, me parece que espero que alguien necesite algo, aun-
Nos sentimos prisioneros entre las rejas de las necesidades per-
que sea sólo una palabra o una sonrisa. Son pensamientos sin
sonales. Cuanto más indulgentes seamos en satisfacerlas, tanto más
sentido, pero dan una idea del vacío que había en mi vida.»
profundamente nos sentiremos oprimidos. Para llegar a ser libres
de las necesidades convertidas en ídolos, para oponernos a nuestros
intereses (incluso cuando nos parecen vitales y largo tiempo acari-
CUESTIONARIO-ENCUESTA
ciados), se necesita podernos decir «no» a nosotros mismos, por ra-
zón de un sí superior. — En los ambientes que más frecuento (la escuela, el trabajo, la
Pero nuestra mente es lenta y caprichosa. ¿Qué es lo que pue- familia, lugares de tiempo libre...), ¿cuáles son las propuestas más fre-
de darnos la fuerza de no ser esclavos de las necesidades despóticas cuentes sobre el sentido de la vida?
de desenmascarar los enredos espirituales, de rechazar los falsos — Entre estas propuestas, ¿cuál es la más significativa para mí, es
ideales y de luchar contra la indiferencia?» (A. Heschel). decir, más válida porque es más respetuosa con todas las exigencias de
mi personalidad?
— Observando mi vida, entre las respuestas típicas señaladas, ¿con
«Desde hace poco —escribe Ana María, de dieciséis cuál me siento más identificado?
años—, algo se ha despertado en mí, un sentimiento de insa
tisfacción que me corroe interiormente. En casa, en vista d
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SITUACIONES CRUCIALES E INTERROGANTES EXISTENCIALES transformado en amor duradero? Pensábamos que habíamos
sido nosotros los autores del don de nuestro amor recíproco,
Toda persona, antes o después, se encuentra ante interrogantes pero a veces no conseguíamos apartar el pensamiento de ha-
existenciales: «¿Por qué existo? ¿Qué sentido tiene el universo que ber sido empujados a la entrega mutua, que no se trató de
me circunda? ¿Por qué existe el mal? ¿Por qué la enfermedad, la pura casualidad, sino que tenía que suceder por necesidad.
muerte? ¿Qué nos sucederá después de esta vida? ¿Cuanto de bello ¿Por qué? ¿Por medio de quién? En esos momentos parece
y bueno existe tiene futuro?» que se percibe una respuesta, un 'sí' a nuestras preguntas
Algunas experiencias y situaciones cruciales proponen y repro- sobre el sentido de la existencia.
ponen dichos interrogantes. Son situaciones de frustración existen- Sí, la existencia tiene un sentido. Tus anhelos están des-
cial, como la pérdida de un amor, de un vínculo existencial afectivo, tinados a ser satisfechos. Nos hallamos al abrigo de algo que
del trabajo, de la salud, de la vida misma en la muerte propia o aje- es más grande, más deseable que cualquier otra cosa sobre la
na; otras veces, una necesidad indefinida y vida de integración tierra.
existencial, es decir, la de formar parte de un todo significativo, de Tenemos el presentimiento de que fuera de nuestros con-
ver que se tiene un puesto en el conjunto de las cosas; o bien la fines existe para nuestro corazón un Infinito.»
experiencia de la limitación de toda realidad, por muy bella que
sea. Pocas son, ciertamente, las soluciones definitivas, capaces de
llevar a la plenitud de la vida. ¿QUE SENTIDO TIENE LA VIDA?
Otras veces se trata de culpabilidad individual o colectiva, con-
creta o difusa, y de la que uno desearía verse libre. En otras oca- Se te impone este interrogante; él te exige preparar una bús-
siones se trata de experiencias reconfortantes, los valores de la vida queda muy personal.
impulsan de nuevo a una plenitud que en el momento presente no Son muchas las razones del vivir, que las diversas personas re-
se puede alcanzar. Es preciso entonces trascenderse en un movi- conocen presentes en su existencia. Son distintas entre sí. Llevan
miento de superación de lo que es solamente sensible, biológico. en sí un sello y tonalidad únicos, como única e irrepetible es cada
Se busca, en efecto, una respuesta adecuada. No bastan las respues- persona. Sin embargo, pueden ser englobadas en un denominador
tas a nivel técnico, al alcance de los sentidos y de la pura raciona- común.
lidad lógico-matemática. El psicólogo Gordon Allport, analizando varias encuestas, en-
Algunas personas, a veces de modo nebuloso, más frecuente-, cuentra que, reducidas a sus términos generales, las razones del
mente de forma directa, como una ráfaga luminosa, intuyen una vivir se rehacen en torno a dos tipos de «absolutos», esto es, de
«presencia» que atrae y atemoriza al mismo tiempo. Poco a poco realidades sentidas como un bien que nunca deja de serlo. Por ellas
puede emerger un rostro, el del Dios vivo, creador y salvador, que vale la pena vivir y luchar.
existe en sí mismo y en estrecha relación con la persona misma. Es
una presencia que se va manifestando paulatinamente, aunque será
siempre inefable. Esta presencia, que se presenta siempre corno Clases de absolutos
gratuita, se convierte en luz de la vida, apoyo en el camino, puerto
seguro de refugio, en total originalidad para cada caso. El absoluto trascendente.
Ante todo, hay una clase de razones de vida que se establece
«¿A qué debemos nuestro encuentro? —se preguntan en torno a una realidad religiosa. Esta se halla a un mismo tiempo
dos jóvenes novios—. ¿A la casualidad? ¿A qué es debido presente en el hombre y en su historia, y trasciende las diversas
el que nuestro primer e inolvidable enamoramiento se haya
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propia vida, porque así es como Dios lo quiere, y todo lo
experiencias transitorias ligadas a este o a aquel espacio o tiempo.
demás va destinado a morir y desvanecerse en la nada.»
Con esta realidad iluminadora e impulsora se entra en relación
más o menos estrecha, se establece un lazo más o menos personal.
«Desde el 18 de junio —expone Jorge, de diecinueve
Ella constituye un «horizonte último significativo».
an0S— me hallo de vacaciones. Pero es como si no estuviese.
«No sé quién, o qué, hizo la pregunta —escribe Dag Ham-
Efectivamente, nunca como este año me ha sucedido el no
marskjold—. No sé cuándo fue hecha. No recuerdo qué respondí.
esperar con el ansia natural el 'fin de las hostilidades' con el
Pero una vez respondí sí a alguien o a algo.
curso escolar. A pesar de todo, son vacaciones importantes
Hasta ese momento se remonta la certeza de que la vida tiene
porque me permitirán poner en orden las ideas que me bullen
un sentido, y que la mía, donde sea, mi vida, en la sumisión, tiene
dentro; además, espero entablar en este período un diálogo
una finalidad. Desde ese momento he sabido qué es 'no volver
con los míos para iniciar con su ayuda el nuevo camino que
atrás', 'no preocuparse del mañana'.
he elegido con serenidad y sin quiebras (dentro de lo posi-
Más adelante aprendí, a lo largo del camino, paso a paso, pala-
ble) con la familia.
bra a palabra, que detrás de cada dicho del héroe de los Evangelios
hay un ser humano y la experiencia de un hombre. También detrás He decidido hacerme sacerdote, no porque espere poder
de la oración de que le fuese apartado el cáliz y detrás de la pro- realizar una vida distinta de la de tantos otros, sino porque
mesa de beberlo. También detrás de cada palabra dicha en la cruz.» quiero 'romper' con los estudios que llevaba y con tantas
otras cosas que no me van, no por el miedo de que te habla-
«No obstante tantos intentos de dar un sentido a mi vida, ba, sino porque deseo ofrecer al mayor número de personas
yo no he llegado a ninguna conclusión buena —anota Juan la dicha que he encontrado, la fortuna de encontrarme con
Carlos, de diecinueve años, quinto de ciencias. Dios, de creer en él, la dicha de lograr ver mi vida desde un
El ambiente, mi carácter, el individualismo y el esteticis- ángulo muy diverso de como la sociedad de un cierto tipo
mo de que está impregnada mi escuela habían hecho de mí la hace ver. Me hago sacerdote porque he comprendido que
un hombre replegado sobre sí mismo, donde sensibilidad y nada hay que cuente más que Dios, que el amor por los de-
entendimiento constituían un círculo cerrado, en cuyo estre- más, que el Amor verdadero. No es una opción heroica, de
cho ámbito yo me estaba jugando la vida. uno que acepta el sacrificio por el sacrificio, sino de uno que
Luego ocurrió algo extraordinario, definitivo, algo que tiene anhelos de vivir, de vivir por los demás, de uno que
llegó de improviso y que, sin embargo, había esperado siem- desea resucitar con Cristo constantemente.
pre. Comencé a sentir el 'vacío' a mi alrededor y dentro de Soy feliz, y lo soy verdaderamente, contando con las difi-
mí mismo, y a comprender que solamente dos cosas podrían cultades que tengo ante mí, teniendo presentes los altibajos
llenar este vacío: Dios y los demás. En una palabra: el amor. que me asaltan, las contradicciones y a veces las hipocresías
Empecé a comprender que el sentido de la vida, el sentido y mis persistentes incertidumbres. En conjunto, me veo cam-
de los demás, el sentido de Dios mismo, es el amor, no como biado, un poco más seguro de mí mismo, de mis opciones, de
expresión de la sensibilidad y del entendimiento, sino como las responsabilidades que debo asumir.»
donación a los demás y a Dios de toda nuestra vida.
Comprender esto y sentir el deseo de vivirlo fue para mí Los absolutos sustitutivos.
una sola cosa. Y cuanto más lo vivo, más me parece que lo
entiendo. Yo sé que el camino emprendido es dificilísimo. Hay una segunda clase de realidades que puede constituir «ra-
Querría, sobre todo, que lo entendiera mi chica. Sin embar- zón de vivir».
go, siento que solamente de este modo vale la pena gastar la Se trata de la «religión de los auténticos valores humanos»,

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como la libertad, el amor, la justicia, la fraternidad, la paz, la ver- encuentro? No lo sabías, pero ¿qué has pensado cuando el
dad, la belleza, etc. Hoy día, muchas personas que han perdido la choque te ha matado, cuando el cielo ha caído sobre ti, cuan-
«dimensión religiosa trascendente» se consagran, de un modo difu- do la vida ha huido? Después, el silencio se ha impuesto en
so, a la religión de los valores del hombre. Maslow, psicólogo ame- medio de la chapa contorsionada. Buscabas la vida en la auto-
ricano, les llama «experiencias cumbre». Del mismo modo, el psico- pista y te has encontrado con la muerte.
analista Eric Fromm, el filósofo Nicolás Abbagnano, etc. De ahí Quisiera saber de qué te ha servido vivir, amar, sufrir, si
procede el «humanismo integral». En esa perspectiva falta el «tú» tan pronto has debido partir. Quiero, sin embargo, recordarte
reconocido en su consistencia y alteridad, existente antes que yo, como eras, pensar que aún vives; quiero pensar que me escu-
en relación conmigo. Sin embargo, se encuentra un sentido de la chas todavía y que continúas sonriéndome...»
propia vida, capacidad de afrontar las diversas dificultades, refi-
riéndose a estos valores auténticamente humanos. Según Allport, los dos tipos de absoluto son capaces de cons-
«La cuestión fundamental de la filosofía —puntualiza Camus— tituir un valor integrante de la personalidad. Consienten una vida
es saber si la vida merece o no ser vivida.» Para él, que muere al adulta auténticamente humana, con tal de que sean auténticos y no
volante de su coche, estrellándose contra un plátano el 4 de enero sucedáneos aparentes y de mera justificación. Uno y otro tipo de
de 1960, todo es sinsentido, el mundo es «opaco y extraño», lleno absoluto, si bien con aspectos diversos, pueden constituir la reali-
de cosas incomprensibles y de «muros absurdos», con la muerte dad en torno a la cual la personalidad se va integrando, y el punto
que te espera al final del túnel y lo vuelve todo «inútil». «No valor alrededor del cual adquiere su unidad. No obstante, a la larga,
puede llamarse patria esta tierra bruta, opaca, en que el hombre el absoluto de sustitución evidencia un mayor deterioro, una menor
termina comido por animales ciegos. ¿Qué sentido tiene esta ansia capacidad de consistencia, a pesar de la mayor concreción e inme-
grande de ser, esta febril vela del alma? Todo es burla. La respues- diatez, respecto al absoluto religioso. Esto es debido, según el etnó-
ta es la tumba, esa mansión espantosa en la que estaremos al fin logo Mircea Eliade, al hecho de que se persiguen valores que se
apretados los unos a los otros.» estiman como absolutos cuando en realidad no lo son. Para algu-
Y, sin embargo, el hombre puede rebelarse, tomar la revancha nas personas, la cristalización en torno a un absoluto se limita a ser
alzándose «contra la propia condición humana y contra toda la crea- «un estado de búsqueda continua», sin referencia a ningún núcleo
ción. La rebeldía se concentra toda entera en el empeño con que yo, permanente. Esto hace que el proceso de integración de la perso-
tú, todos nosotros, tratamos de eliminar o hacer disminuir el mal nalidad no llegue a su cumplimiento.
que nos acecha, buscando para todos, en una inmensa y cálida soli-
daridad, un poco más de libertad, de verdad, de justicia, de felici- Los absolutos aparentes.
dad. El mundo en el que vivo me hastía.»
Existe, finalmente, un tercer tipo de realidad que puede ser vi-
«Larga, recta, corría la carretera —canta F. Guccini en la vida como «razón de vida», sin serlo en su totalidad o sencillamente
muerte de S. F.—. El auto marchaba veloz; el verano había careciendo de tal cualidad. Esto sucede cuando la persona se deja
comenzado ya y le sonreía. Firme la mano en el volante, el llevar por ideales que no son auténticos valores humanos. Su exis-
motor rugía. No sabías que la muerte te esperaba aquel día. tencia se mueve, más o menos conscientemente, por pseudovalores,
No sabías qué era la muerte; cuando se es joven no se puede por valores ilusorios. Son «ilusiones» de carácter sustitutivo, en
pensar que la muerte venga y nos tome de la mano. No lo sentido freudiano, aquellas ilusiones que el hombre necesita por
sabías, pero ¿qué has experimentado cuando la carretera em- miedo a reconocer o afrontar las crudas realidades propias o ajenas.
pezó a girar en tu mente, cuando tu coche ha saltado fuera Esto sucede cuando el individuo o el grupo, a veces pueblos
de tu camino, yendo a caer encima de otro que corría a tu enteros, quedan galvanizados, casi fanatizados, por el mito de una

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en la propia isla, en un área conflictiva, para ponerse al reparo de
raza superior, del consumismo que lleva a la meta de la felicidad
los avatares de la vida. Esta isla puede ser la droga ligera, el de-
humana, de ideologías totalitarias, de la magia en sus diversas ma-
porte elevado a categoría absoluta, el consumismo como ídolo, el
nifestaciones, de los intereses pseudocientíficos, de las exigencias
erotismo, la discoteca como rito y necesidad permanente, el trabajo
de la moda, de la presión de los medios de comunicación, del de la
como narcótico de los problemas de la existencia. A veces también
presión ambiental de que hay que «ser el mejor, el primero de la
el rechazo se convierte en autoviolencia, que se concreta en la pro-
clase», so pena de sentirse culpable ante sí mismo y ante los demás,
pia eliminación, o intento, por medio de la droga dura o con el
con un sentido de inferioridad. Esto puede darse en un sector o en
suicidio.
varios, como la escuela,'la profesión, la vida física o sexual, la con-
sistencia social o política, etc. — La respuesta oportunista. Ante situaciones que reclaman
nuestra atención, se da una respuesta de conveniencia. Entre las
Puede suceder también cuando ciertos valores humanos, bue-
ofertas que nos ofrecen se recoge la que presenta las máximas ven-
nos en sí, como el deporte, el trabajo, la salud, la eficiencia, la pro-
tajas con el mínimo coste. Se busca lo que renta más, dispuesto
ducción, el coche, etc., se deforman de tal modo que se concentra
siempre a cambiar, enganchándose al vencedor de turno.
en ellos toda la energía vital. En efecto, estas realidades se viven
de tal modo que casi se mitifican, hasta tal grado que minimizan, — La respuesta de «sí, pero no tanto». Se tiene sensibilidad
si no hacen desaparecer, el interés por otros valores indispensables para acoger la llamada de algunas situaciones, pero no para respon-
en la maduración humana y que son necesarios para hacer frente der a los grandes interrogantes de la existencia humana. Se llega al
a las pruebas de la vida. A la larga, en lugar de facilitar la promo- compromiso a cierto nivel en la parroquia o en el campo social o
ción del hombre en sus varias dimensiones, lo empobrecen. Le ro- político, durante un cierto tiempo, pero siempre con reservas. Hay
ban, como plantas parásitas, lo que resulta esencial para lograr los miedo de perder el control de la situación.
objetivos centrales. La constatación de que no se trata de auténti- — La respuesta del compromiso que se convierte en fermento
cos valores se deduce del hecho de que coartan, si no esclavizan, al de vida. Esta postura es típica del que acoge el llamamiento de si-
individuo o al grupo en lugar de estimular su promoción. Impulsan tuaciones que llaman a la puerta, del que da crédito a los valores
un desarrollo inarmónico, fundamentado en aspectos marginales. fundamentales, a una persona, al propio compañero afectivo, a
Dios o a arribos, según la propia llamada. Día a día, con fatiga a
veces, otras también en el fracaso, se deja envolver, etapa tras eta-
pa, en un compromiso sin retorno. Busca los medios más aptos a
Algunas respuestas típicas .
nivel de discernimiento y de actuación para que tome consistencia
el ansia de vida del corazón, la necesidad de «ser más». Su vida,
Como hemos visto, son varias las tomas de posición de los que
impulsada por un sentido, se convierte a su vez en «testimonio
te rodean frente a estas propuestas sobre el sentido de la vida. Son
luminoso». Pero esto sólo es posible con una condición, entre otras
múltiples las reacciones. Reduciéndonos a las principales, podría-
muchas. «En todo hombre —precisa el hermano Roger— se en-
mos distinguir las siguientes respuestas tipo. Lógicamente, en la
cuentra una zona de soledad que ninguna intimidad humana puede
realidad de la vida se dan infinitas posturas intermedias.
colmar, ni siquiera el amor más profundo entre dos seres. El que
— El rechazo violento de lo que se ve que no marcha bien. Se
no accede a este lugar de soledad, sentirá la rebeldía contra los
manifiesta en una postura agresiva tendente a la destrucción de
hombres y contra Dios mismo.»
cuanto se opone a la propia visión del mundo. Esta acción destruc-
tiva puede ir desde la demolición psicológica y moral del que se
considera como adversario hasta la misma supresión física. Todo
ello se justifica más o menos con las más diversas motivaciones.
— La fuga-rechazo. Se manifiesta en un proceso de reclusión

118 119
El descubrimiento de un sentido personal
PREGUNTAS-ENCUESTA
«Ruega que tu soledad —escribe Dag Hammarskjold— se vea
Dentro de mí espoleada a encontrar algo por lo que vivir, que sea algo suficiente-
— En base a mis opciones diarias, ¿a cuál de estos tres tipos de mente grande por lo que morir.
absoluto me inclino mayormente? ¿Por qué lo creo? El estancamiento embota el sufrimiento e invita a la muerte.
Mirando a mi experiencia personal, intento describir el significado De 'esta manera' puedes verte tentado de vencer la soledad e impe-
actual de mi vida, es decir, lo que me impulsa a gastar mis energías, a lido a huir siempre de la vida. ¡Pero no es éste el punto! La
sufrir, a gozar; en suma, lo que constituye la razón de mi vida. muerte tendría que ser tu última donación a la vida, no su traición.
— ¿Cuáles son los valores, las cosas importantes e impulsoras que 'Darse a sí mismo' en el trabajo por los demás, de acuerdo, con tal
hoy dan sentido a mi vida? de que no sea sólo darse por darse (quizás hasta con la pretensión
— ¿Qué hago para interiorizarlas?
de ser apreciado por los demás).
— ¿Qué es lo que creo poder hacer para que el sentido de mi vida
sea verdadera luz, dirección en el crecimiento de mi vida y de la de los Pido un absurdo: que la vida tenga un sentido. Lucho por lo
demás? imposible: que mi vida tenga un sentido.
No puedo creer, no sé cómo poder creer que no estoy solo. La
En torno a mí sequedad de este mi mundo, ¿refleja pobreza o acaso honestidad?
— ¿Cuáles son los criterios que los que me rodean eligen para dar ¿Es indicio de debilidad o de vigor? ¿Significa que me he salido
sentido a sus vidas? de mi camino o que lo voy siguiendo? ¿Será la desesperación la que
— ¿Qué es lo que puede proporcionarnos la fuerza para no conver- me dé el premio? La bondad es algo así de sencillo: vivir siempre
tirnos en esclavos de los necesitados injustos, para desenmascarar los para los demás, no buscarse nunca a sí mismo.
engaños so capa de espiritualidad, para rechazar los falsos ideales y lu-
Cuando Dios actúa, esto sucede en los momentos decisivos, con
char contra la indiferencia, la incapacidad y la falta de voluntad en dar
un significado a la existencia? una firme conciencia del fin. Cuando llega la hora, él se toma lo
— ¿Por qué un joven se refugia en la medianía, en ir viviendo «día que es suyo.»
a día» sin más aspiraciones?
«Sí, camino hacia adelante,
camino con paso firme,
sigo la urgente llamada del Señor.
PARA QUE LA VIDA TENGA UN SENTIDO
Sí, camino hacia adelante...
El compromiso por los demás es ciertamente decisivo e insus- Sí, camino hacia adelante...
tituible para la búsqueda de un sentido para la propia vida. Cons- Sí, camino hacia adelante...
tituye el camino real que conduce a un cambio a mejor de tantas Hay muchos que intentan detenerme,
situaciones que no marchan, que piden una intervención sin dila- desviar mi pensamiento.
ciones. Me dicen: 'Demuéstrame que él es el Señor. Danos una señal.'
Sin embargo, tal compromiso en sí mismo no basta. A la larga Pero ¿qué signo puedo dar
se manifiesta insuficiente. Remite a una fuente particular, que es cuando todo brota en mi interior,
la que lo alimenta, lo cualifica, lo dilata en el tiempo, so pena de cuando lo que estaba perdido lo he encontrado,
una grave desilusión vital. Pide un respaldo interior significativo, y el futuro ya se ha realizado?» (Bob Dylan, 1980).
adecuado.

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«¿Por qué nos encontramos sobre esta colina —escribe Roger
Schutz— nosotros los hermanos y los jóvenes que llegan semana
tras semana?
Estamos aquí porque hemos sido atrapados por Dios, trabaja-
dos por él, transformados en lo íntimo de nuestro ser. Semejante
transformación no se realiza en un día. Debemos dejarnos cambiar
permanentemente.
¡Esta búsqueda de Dios no es aburrida!
Ahora bien: transformarnos, ¿con qué fin? Para hacernos ca-
paces de enfrentar los acontecimientos fáciles y los momentos difí-
ciles, dispuestos siempre a caminar hacia lo que tenemos delante.
Mientras no nos dejemos asir por Dios, no nos tenemos que
sorprender de no entender nada de él y de que lo convirtamos en
objeto de nuestra curiosidad y de discusiones sin término.
Nuestra vida permanece inmutable en un monólogo sin salida.
Si bien podemos entender con nuestros propios medios muchos
aspectos de la vida y del mundo, cuando se trata de Dios las cosas
van por caminos muy distintos. Lo conocemos sólo cuando nos
dejamos poseer por él y le dejamos realizar su trabajo en nos-
otros.»
«Apenas entendí que Dios existe —escribió Charles de Fou-
cauld al sacerdote Huvelin, después de largos años de búsqueda so-
bre el sentido de su vida—, entendí que no podía ya vivir sino para
él. La fecha de mi conversión y de mi vocación son inseparables.»
Tenía entonces veintisiete años.

«No sé qué es la vida. Pero, en el fondo, ¿qué es esta


vida para que merezca la pena aceptarla? —se pregunta Ma-
rilena, de veinte años, obrera.
De esta vida no he recibido otra cosa que sufrimientos;
no he logrado entender si para mí ha habido infancia, si ha
tenido lugar una adolescencia. Siempre he experimentado pa-
sar la vida por encima de mí como una violencia continua.
¿Cómo se puede aceptar la vida, a pesar de las condicio-
nes en que nos vemos obligados a vivir, de injusticia, de
absurdo, de opresión, de soledad, de mentira, de posesión,
de esclavitud, de aprovechamiento, de miseria, de pasividad,
de contradicciones? La vida de la que tanto se habla no la
he conocido nunca, ni he hecho tampoco nada para conocerla.

122
Será acaso el dolor lo que me impide ver más allá de mi na- el punto de apoyo del propio proyecto de vida y sirve de punto
riz, o que he justificado toda la fealdad que he encontrado constante de referencia a la propia orientación.
dentro de mí con la excusa de no sentirme querida. He pre-
ferido la autodestrucción como la elección de mi vida. «Siento —dice Marcos, de dieciocho años— que debo
Solamente el miedo de la vida me impulsa a tratar de dar un paso adelante en mi maduración, que consiste en esta-
procurarme la muerte, y ahora no puedo esperar ni pretender blecer una relación más estrecha con las personas. Me parece,
que sean los demás los que vengan a darme la razón por la en efecto, que hasta ahora sólo he transmitido a los demás
que valga la pena vivir. mis cualidades y capacidades, y pocas veces la bondad y ter-
Por este miedo he roto relaciones, amistades, quedándo- nura que he recibido de Dios. Creo que mi relación con los
me sola como un perro. demás es un poco distanciada y superficial. Posiblemente
He descubierto, sin embargo, que la vida, no la muerte, arranca de haberme encerrado en mí mismo cuando percibí
es la dimensión natural del hombre. Que me sienta respon- que en mi proyecto de vida Dios me pedía el compromiso de
sable de la vida de los demás para que me quede menos seguirle totalmente, renunciando a todo.
tiempo para pensar en mí misma.» En la última semana sólo he ido a misa el viernes y me
he dado cuenta que percibo cada vez más en mí la voz de
Dios que me invita a seguirle totalmente, renunciando a todo
Un proyecto de vida significativo por él. Veo que sólo me falta un 'sí' a su proyecto.»

Un factor que contribuye de manera determinante a asumir un «Para descubrir y realizar mi proyecto de vida —observa
sentido válido para la propia existencia es el «proyecto de vida». Pablo, diecinueve años, próximo al ingreso en la universi-
No es fácil definirlo. Pertenece a aquellas realidades que pri- dad— he aprendido que hay que colocarse en el punto de
mero se viven y después se intentan definir, no siempre con total vista de Dios, es decir, de la Sagrada Escritura. Lo mismo se
aproximación. El proyecto de vida no es: hace ante una obra de arte. Para entenderla hay que descu-
— algo preestablecido de modo fijo por otros y que hay que brir el punto de vista del artista, su intención, y dejarla re-
asumir o dejar; sonar en mí. En caso contrario se queda uno en la super-
ficie.»
—- algo prefabricado que podría después ser montado pieza a
pieza para obtener un resultado final;
— un sendero obligado que hay que seguir, so pena de des- • El proyecto de vida es como una hipótesis, un interrogante,
viarse o de permanecer bloqueado; una invitación, un sentido que dar a la propia vida, no una certeza
— una cosa que se descubre de modo definitivo, sin necesidad predeterminada.
de ulteriores esfuerzos, búsquedas y averiguaciones.

• El proyecto de vida está constituido por un núcleo de inten- «¿No ardía nuestro corazón...?»
ciones que se atraen unas a otras, se iluminan, se compenetran re-
cíprocamente. No es un esquema abstracto de ideas que embrida «Nosotros esperábamos, pero...» Es la expresión que resuena
la novedad siempre en floración de la vida. con frecuencia en el ánimo y en la voz de muchas personas en busca
Este núcleo de intuiciones se va estructurando poco a poco en de un sentido válido para la propia vida.
un proyecto que se abre camino entre los muchos proyectos y sue- Es la misma constatación que hacían, a lo largo del camino que
ños de la adolescencia y de la juventud. Se convierte entonces en va de Jerusalén a Emaús, dos de los discípulos de Jesús de Nazaret,

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la tarde de Pascua. Su itinerario es significativo para toda persona b) Un forastero en la propia vida (Le 24,25-31).
en busca de un sentido válido para la vida.
En un momento dado de su camino se presenta un desconocido,
Estas son las etapas principales:
que les hace preguntas-reproche y preguntas-luz. Es un forastero
extraño... Camina con ellos. Va a su lado. Sólo después de un rato
a) A lo largo del camino de la vida (Le 24,13-24). se dan cuenta. Aceptan la incógnita que representa este desconoci-
Los dos caminantes tienen embargado el ánimo por una amar- do y todo lo que él dice. El es el que toma la iniciativa y explica.
gura interior. Caminan tristes porque están desilusionados. Se car- Ofrece la clave verdadera de interpretación de los hechos. Los mis-
gan negativamente las tintas el uno al otro. Se resignan a volver mos acontecimientos, vividos en términos de muerte, de desaliento,
a la vida gris anterior. Esperaban que Jesús y su mensaje hubieran de desilusión, ahora se ven como pasos hacia la luz, la vida, el
estado a la altura de sus aspiraciones. Su fin en el patíbulo ha futuro. Todo adquiere sentido, todo se ilumina. Su vida misma
derrumbado toda ilusión. La dialéctica de la vida, con su dureza, adquiere un sentido dentro del acontecimiento histórico del rabí
ha puesto en evidencia la gran distancia existente entre sus aspira- de Galilea. Y cuando lo reconocen, desaparece. No se deja aprehen-
ciones y la realización concreta; un verdadero fracaso. Interpretan der, pero despierta un gran deseo de encontrarlo de nuevo, porque
los acontecimientos solamente desde su ángulo, centrados en su a su luz la propia vida adquiere un sentido y una dirección, porque
ideal y en su profunda desilusión. Hay hechos que parecen replan- «se les han abierto los ojos».
tear su desilusión, incluso desmentirla. Es el testimonio de las mu- La búsqueda de un sentido válido para la propia vida es como
jeres. Pero si no se ve personalmente, no se puede uno fiar. Les una aventura que hay que correr. Este sentido válido no se encuen-
llega también un mensaje de parte de ese forastero que inesperada- tra principalmente con la propia razón lógica, a fuerza de demos-
mente les acompaña y les explica el sentido de lo acontecido. Y van traciones. Se le descubre a través de la intuición amorosa, en las
alejándose de Jerusalén, Jerusalén ciudad y Jerusalén símbolo de situaciones de la vida que interpelan porque son cruciales, acaso
lo sucedido. ordinarias, otras veces al margen de lo humano. El «dónde» des-
Después de los primeros entusiasmos de la adolescencia y pri- cubrir un sentido para la vida es lo cotidiano en sus diversas dimen-
mera juventud, en pos de este o aquel ideal; después de años de siones. Hay que aceptar entonces a bordo de la propia vida un mis-
militancia en este o aquel movimiento sociopolítico o eclesial, con terio, una realidad luminosa y oscura al mismo tiempo. Es el
vistas a un cambio radical del sistema; o también después de un misterio, reconocido y amado de la propia persona, de los demás,
camino personal en busca de algo que dé sentido a la vida, por ca- del universo, de Dios creador y salvador, fundamento y recupera-
minos sin horizontes; o después de haber, en vano o casi en vano, ción de toda realidad. ¿Cómo participar en esta aventura personal
buscado la felicidad mediante la posesión de cosas o la afirmación y común a la vez a toda edad? «Empezando cada uno —concreta
de sí mismo, imponiéndose a los demás, dominándolos..., llega el el hermano Roger— por la creación interior. Esto supone saber
tiempo de los interrogantes, de las preguntas que brotan de dentro, entrar dentro de sí mismo, y referirse, a pesar de todo, a algunos
con frecuencia inesperadas... Se impone un balance, reexaminar el puntos esenciales sobre los que se ha de construir uno personal-
largo itinerario. ¿Cuáles son los resultados? ¿Qué proporción hay mente; ahí está el desafío mirando a la creación común. De esta
entre los esfuerzos, el empleo de energías y de afectividad y la res- manera, en un cara a cara con Dios es importante tomar una deci-
puesta obtenida? sión en el silencio de una noche de oración, con alguna orientación
A un primer momento de compromiso confiado sucede frecuen- como itinerario para ponerse en camino. Para algunos será el punto
temente la desilusión, el descontento difuso... ¿Tiene sentido em- de partida de toda una vida ofrecida para ser mensajeros del Evan-
peñarse a fondo con estos resultados? ¿Tiene sentido vivir? gelio. Otros descubrirán ahí la posibilidad de renovar el sí dicho
a Cristo para toda la vida (matrimonio, vocación cenobítica o reli-

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giosa). Para algunos determinados será vivir en situaciones más pe- entenderlo todo y al momento, sino aceptar los ritmos de la bús-
ligrosas en los lugares más difíciles del mundo.» queda.
Es la palabra de Dios la que abre los ojos y mueve el corazón.
Mirada a esa luz la propia vida, cada uno puede intuir su propio
c) La nueva dirección de la vida (Le 24,32-35). aspecto inesperado, esto es, algunos valores esenciales que tener
en cuenta para pasar de un acontecimiento a otro.
Después de haberle reconocido a través del gesto simbólico de
«partir el pan», los dos repasan toda la experiencia propia. Ahora
todo resulta «verdad» y cobra un sentido, pero desde un nuevo
ángulo. No sólo el de su «ideal de vida», el Jesús ideal, sino el de CUESTIONARIO-ENCUESTA
la persona de Jesús muerto y resucitado. «¿No estaba ardiendo
nuestro corazón dentro de nosotros cuando nos hablaba en el ca- Quizá he experimentado ya en mi vida una situación de «desilusión»
mino y nos explicaba las Escrituras...?» Entonces se vuelven, muy semejante a la de los discípulos de Emaús.
afrontan la vida con una nueva luz que ilumina su camino, con una — ¿Cuándo y cómo ha sucedido?
— Si el saldo ha sido positivo, ¿cuál ha sido el camino seguido?
fuerza que no procede solamente de las perspectivas de vida, aca-
Si soy creyente, mi vida encuentra un sentido válido en la fe.
riciadas desde hace tiempo, fruto sobre todo de su esfuerzo; pro- — ¿De qué deduzco que mi vida se guía por la fe y que esta fe la
cede de aquel acontecimiento de Jerusalén, con el que se vuelven ha transformado?
a encontrar y reviven de nuevo en la propia vida y en la comunidad — ¿Qué dificultades experimento en este camino?
de los creyentes. De Emaús, aldea anónima, vuelven a Jerusalén, — ¿De qué ayudas creo que tengo mayor necesidad?
la ciudad del testimonio. Si no me considero creyente en el Dios vivo, Dios y la realidad reli-
Cuando la propia vida adquiere sentido a partir de una «ilumi- giosa no representan nada para mí.
nación interior» en la fe en Jesús muerto y resucitado, lo que ante- — ¿A qué otra cosa hago referencia para que mi vida tenga un sen-
tido válido?
riormente era increíble, imposible, se hace ahora realidad. La fuer- — ¿En qué modo y medida mi vida se guía por ello y se transforma
za y la luz del resucitado entran en la vida. Todo el que encuentra bajo su influjo?
a Jesús resucitado en la fe, tiene esta experiencia. Es una luz más
frecuentemente aceptada y recibida que fruto del esfuerzo propio.
Entonces es cuando la propia vida adquiere solidez y capacidad de
testimonio, humanamente imposibles, fuerza y dirección para los
días luminosos, lo mismo que para los días sombríos de la vida pro-
pia y la de los demás. El plan de Dios sobre el hombre es siempre
irreductible a simples categorías humanas. Se manifiesta a través de
«signos» que le dejan a uno libre. Siempre queda lugar para el
«pero...», porque Dios se acerca como un extraño, como un aña-
dido de segunda categoría. Deja siempre lugar a la libertad, al posi-
ble rechazo. Para el que acepta el riesgo todo esto surge no instan-
táneamente, sino después de algunas experiencias-luz; tiene lugar
a través de una progresiva comprensión. Primero fue un extraño...,
luego un compañero de camino, después aquel por quien se vive.
El extraño se hace comensal. Hay que tener cuidado de no querer

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CAPITULO QUINTO

MI VERDADERA IDENTIDAD

¿QUIEN SOY YO?


Dentro de mí

Hay dentro de ti mismo algunas preguntas que te interpelan


más o menos explícitamente: ¿Quién soy yo? ¿Qué estoy llamado
a ser? ¿Qué puedo llegar a ser? Se trata de interrogantes que te
solicitan para que busques una respuesta conveniente, nunca del
todo exhaustiva. Se refiere a una íntima exigencia, presente en ti
como una flecha que marca el rumbo, como una instancia que pre-
side las distintas opciones. Se concreta en la necesidad de ser tú
mismo, de ser el protagonista de tu vida, con un determinado ros-
tro, contemplado como tu rostro propio y original. Esto es fuente
de muchas opciones, de innumerables tomas de posición.
Y cuando alguien niega, o desconoce, eso que tú sientes ser,
mediante la ironía o la acusación, te duele mucho. Te vuelves agre-
sivo para aclarar las cosas, o acaso buscas evadirte de una de las
mil maneras posibles, porque no te resignas a no verte reconocido
y tratado como lo que consideras ser. El tiempo de juventud que
estás viviendo es muy decisivo con relación a esta íntima exigencia:
ser tú mismo según tu verdadera identidad.
Y luego, no obstante tu buena voluntad, te sucede con relativa
frecuencia tener, de manera más o menos consciente, una «doble
cara». Con los amigos te portas de una manera, con los padres de
otra. A veces realizas cosas de las que no estás convencido. Y las
haces por temor al parecer de los demás, por respeto humano, y
para no oír que dicen ciertas cosas, para no ser tenido en menos

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ante lo que los amigos u otras personas que te interesan piensen
o se imaginan de ti. Por lo demás, te sucede quizás que te cuesta
explicarte. Cuando estás con el grupo de amigos tu lenguaje es a
veces grosero, desmañado, fanfarrón. En cambio, cuando estás con
ellos, de tú a tú, si no te dejas llevar de lo instintivo, te sorprendes
delicado, tímido, atolondrado. Otras veces te parece que lo que
amigos y educadores piensan de ti es tan distinto de como tú te
sientes por dentro que te hace pensar que hay dos personas dife-
rentes presentes en ti.
La experiencia de la contradicción o de la incoherencia frecuen-
temente te quema dentro como una carcoma que crea autodescon-
fianza y comportamientos extraños: exhibirte en pantalla, llamar
la atención, o esconderte, evadirte, etc.
Entonces emerge con fuerza la necesidad, más o menos cons-
ciente, de encontrar una respuesta a las preguntas: «¿Quién soy
yo? ¿Qué estoy llamado a ser? ¿Qué puedo ser?» Eres libre de
intentar dar una respuesta o de negarte a responder. Pero ten pre-
sente que, antes o después, esta pregunta volverá a salir a flote; si
quieres tomar en serio tu crecimiento, debes empezar desde ahora
a delinear tu respuesta.

Algunas voces significativas

Ha habido y hay personas que han vivido de manera acuciante


el problema de la búsqueda de la propia identidad, con relación a
sí mismos y a la realidad que les rodea, llegando a resultados dis-
paratados.
«Todo es absurdo y vano —dice Franz Kafka—, y la verdad
más inmediata es que tú te rompes la cabeza contra la pared de una
celda sin ventanas ni puertas. Y, sin embargo, el hombre no puede
sustraerse al compromiso de fidelidad con el mundo que lo ha visto
nacer, con la naturaleza, los animales, las flores, con los demás
hombres.»
La sospecha se agrava cuando oímos a Ionesco, el célebre crea-
dor del «teatro del absurdo», confesar abiertamente: «El mundo
ha perdido su orientación. No es que falten competentes teorías
que indiquen una dirección. El hecho es que ésas no conducen a
ninguna parte. Los hombres giran en vacío dentro de la jaula de

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su planeta, porque han olvidado que se puede levantar la mirada paso mal. Me siento perdido. Pienso que esto se debe, al me-
al cielo. Desde el momento en que sólo pretendemos vivir, se nos nos en parte, a un complejo de inferioridad que llevo dentro,
hace imposible vivir. ¡Mirad alrededor!» hasta el hecho de sentirme más pequeño, menos importante,
«Una imagen de mi vida —escribe en su diario Franz Kafka— menos capaz de los demás. Me comparo con los demás, pero
podría ser la de una pértiga inútil, recubierta de escarcha y nieve, en distinto plano. La relación no es de igualdad, sino de su-
enclavada oblicuamente en la tierra, en un campo totalmente des- misión, de sujeción, de dependencia.
ordenado, al margen de una gran llanura, en una oscura noche inver- Para escapar de la angustia provocada por la sensación de
nal. No tengo nada que comunicar nunca a nadie. La mía es una soledad, de abandono y de culpabilidad, me he dejado some-
evolución a lo sumo parecida a la de un diente cariado, que se ter. Pero eso no me ha evitado el sufrimiento. He terminado
ahueca y se echa a perder.» por sentirme uno que cuenta bien poco o nada. Uno de más
«Al mundo hay que vivirlo tal como es, exactamente tal como en la familia. Todo lo que tenía y tengo lo debo exclusiva-
es —aconsejaba Sartre—, y sin finalidad alguna.» O, como balbu- mente a la magnanimidad de los demás.»
cía el último Nietzsche, al borde de la locura: «El mundo es una
esfera de bronce, un eterno retorno de lo igual, que se nutre de los «Estoy bien —escribe Rosa, de veintiún años, segundo
propios excrementos, en un total repliegue de sí mismo, sin alimen- curso de biología— y me encuentro segura de mí misma so-
to de ninguna clase.» lamente cuando me hallo en medio de los demás desempe-
Se necesita precisar con tiempo «la propia identidad», encon- ñando un papel y ocupando un puesto bien determinado;
trar un propio «estilo de vida», el modo apropiado de realizarse, cuando estoy en el grupo y organizo, hablo, me siento res-
una respuesta auténtica a las propias expectativas. ponsable de los muchachos con los que trabajo. Pero apenas
me quedo sola, en mis adentros siento un gran vacío. Me
parece que hay en mí dos personalidades: una la que vive
En torno a mí en público, que tiene necesidad de oír, decir que es inteli-
gente, útil, insustituible, y otra que es la que percibo cuando
Ser auténticamente uno mismo y ser tenido por tal es una exi- me encuentro sola, y que se halla sumida en mil temores,
gencia humana íntima e irrenunciable. En el fondo de casi todos insegura, desanimada. Pero esta zona de mi ser no me gusta.
los comportamientos humanos, interiores y externos, aun de aque- Por ello me veo en la necesidad de recitar el papel de ser un
llos mismos tenidos por desviados, se encuentra esta instancia como tipo formidable, aunque en mis adentros vea que las cosas
motivación íntima, consciente o inconsciente. no son así. No sé lo que daría por remendar un poco mi inte-
rior. Creo que si llegase a conseguirlo, al menos en parte, me
«Cada vez con mayor insistencia resuenan en mí las pa- encontraría más satisfecha y serena. Y mi servicio a los de-
labras 'es necesario' —puntualiza Andrés, de veintidós años, más saldría beneficiado.»
cuarto de medicina—. Tengo que hacerlo porque sin duda
tendré necesidad de algo; no debo decirlo porque podría con- «Una vez, cuando era muy pequeño —dice Luis, de die-
trariarle (a mi padre), y cuando pudiera tener necesidad de ciséis años—, no aguantaba las charlas o conversaciones en
él, me negaría su ayuda, y se acabó. Vivo verdaderamente las que se hablaba de la edad crítica de los adolescentes. Por
bajo el signo de un propio y auténtico chantaje. Pero es un ejemplo, cuando oía decir que en esta edad no se va de acuer-
chantaje que me creo yo solo, y quizás magnifico. do nunca con los padres, yo pensaba: 'Eso si que no, yo es-
Lo que es seguro es que tenía y tengo una absoluta, in- taré siempre de acuerdo con papá y mamá.' Pero ahora, que
conmensurable, anormal necesidad de los demás. Yo solo lo me encuentro en esa edad, considero justo todo lo que se

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decía. En efecto, creo que tantos problemas como los míos prostitución, los placeres de cualquier género, el triunfo a toda cos-
no los tiene nadie. Pero lo que más me preocupa es que yo ta- o los que tratan de acabar consigo o hacer saltar por los aires
no obro en primera persona, sino que me veo dirigido desde esta sociedad, acusándola de no haberles proporcionado una exis-
fuera. Y esto porque me embarga un sentido de temor y de tencia como la han soñado en su interior. No son muchas las per-
vergüenza con relación a los muchachos de mi edad. Por el sonas seguras, capaces de aguantar en los diversos frentes los duros
hecho de que ellos trabajen y tengan dinero, tienen la posi- golpes de la vida y el desgaste del tiempo.
bilidad de divertirse como se divierte un joven de hoy. Pero Ante esta realidad nos preguntamos cómo es posible fortalecer
lo curioso es que yo no concibo estas ideas, este tipo de di- esta fragilidad interior y defender su vulnerabilidad. Nos pregun-
versiones. Me veo obligado a mentir para hacer creer a los tamos: ¿Qué hacer para permanecer firmes en nuestro interior y
demás que estoy de acuerdo totalmente con lo que dicen. en nuestro comportamiento externo? ¿Qué camino recorrer para
Muchas veces me veo impulsado a ocultar aspectos, ideas, encontrar la propia y auténtica identidad, lejos de las apariencias
capacidades, porque violan las reglas del juego. Cuando todo y de las máscaras más o menos evidentes?
esto sale a la superficie, siento una gran vergüenza. No sé si
cuanto he dicho tiene valor, porque en este período no tengo
las ideas claras y tengo temor de expresarme, pues tengo CUESTIONARIO-ENCUESTA
miedo de equivocarme.»
— ¿Cuándo y en qué ambientes tengo «doble cara»? ¿Qué impul-
Estos testimonios ponen de relieve la realidad de tantas perso- sos advierto en mí en este sentido?
nas que viven, a veces sin darse cuenta, muy lejos de lo que en —• ¿Cuáles son las principales dificultades que encuentro para ser
realidad son. yo mismo en casa, en clase, en el trabajo, con los amigos?
Muchos tratan de diversas maneras de aparecer, de vivir el — Según mi opinión, ¿de dónde nacen las incoherencias y contra-
«personaje» que se han fabricado: «Ser el mejor en..., ser más dicciones que siento dentro de mí en determinadas circunstancias?
que...» Cada uno escoge su parcela: la escuela, el deporte, la pro- — ¿Qué he hecho y qué hago para hallar una respuesta adecuada
fesión, la casa, el contentar a los amigos, la bondad moral, etc. para encontrar mi verdadera identidad? ¿De quién he recibido verda-
dera ayuda a lo largo de este camino?
A veces son personas que logran éxito en lo que hacen porque se
— ¿Qué es lo que pienso que debería hacer para lograr mi unidad
hallan adornadas de buenas cualidades. Pero todo esto no impide interior, para consolidarme en mayor grado?
llevar dentro un gran vacío, un profundo sentido de soledad. La
seguridad externa de que hacen gala no basta para ahuyentar los
temores, la fragilidad e inestabilidad que les mina su interior.
Otros se ponen a la defensiva, como erizos encerrados en sí mis- CUAL ES LA PROPIA IDENTIDAD
mos. Se ocultan tras el temor y la timidez. Cualquier motivo es
suficiente para esconderse y parapetarse detrás de las trincheras, La persona humana tiene necesidad de un sentido, al menos
para no quedar expuestos a la intemperie. individual, de identidad, so pena de locura, o de desorganización
Hay otros que viven como en una trinchera, en una lucha en interior, o de regresión. Hay que encontrar una identidad válida y
la cual toda persona es un enemigo potencial o un competidor peli- auténtica para poder vivir como verdadera persona.
groso. Su rabia estalla a veces en rebelión, pero con más frecuencia
se oculta en lo interior. «El encuentro contigo —escribe Mario, perito técnico de
Quizá ahora comprendes a todos aquellos que tratan de olvi- veinte años— me ha hecho pensar verdaderamente y tengo
darse con todos los medios que tienen a su disposición: la droga, la que decir que me ha turbado un poco. Me ha turbado sobre

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todo el hecho de que tú me ves distinto de como me veo yo tales, empeño personal y contribución ambiental son el material del
mismo. Entre otras cosas, me dices que yo no estoy hecho que se sirve el yo para elaborar poco a poco la propia identidad.
para quedar siendo un mediocre, uno de compromiso fácil. El psicólogo Whelis define la identidad «como el sentido, el
Yo me he preguntado: Pero entonces, ¿qué puedo llegar a sentimiento de coherencia, de consonancia, de armonía consigo mis-
ser? ¿Qué podré ser sino un mediocre? El hecho es que yo mo». La identidad puede ser vista a diversos niveles, dentro siem-
tengo en la cabeza una gran confusión. Viene también a com- pre de la unidad de persona.
plicar el asumo el hecho de que ahora, desde hace nueve
meses, salgo con una chica.
Yo la quiero mucho, como también ella a mí, pero tengo La identidad propia vista desde dentro
miedo del futuro: ¿Me esperará? ¿O quizá no? En caso afir-
mativo, ¿cómo me comportaré luego con ella, con sus pa- En la experiencia de la persona, la identidad está constituida por
dres...?» cuatro elementos fundamentales:
•— la conciencia de que el propio esfuerzo y la propia vida tie-
«Yo no sé quién soy ciertamente —observa Claudia, de nen un sentido (con relación a sí mismo);
diecisiete años, tercero de magisterio—. Quizás mañana lo — la conciencia de que este esfuerzo y esta vida tienen un sen-
sepa, o creeré saberlo, y luego pasado mañana ya no lo sabré. tido en el contexto en que se vive la propia vida (con relación al
Soy una mezcla de incoherencia y confusión, de alegría y de ambiente);
tristeza, de miedo y de coraje, y siento dentro de mí una — el núcleo (o jerarquía) de valores estables que se poseen y
gran angustia... Me siento agotada y cansada de todos... Evi- que dan un sentido a la vida (con relación a los valores);
to el detenerme a pensar. Tengo miedo porque a veces obser- •— la percepción de las propias acciones u opciones y los pro-
vo como un abismo que se abre a mis pies, y que me hallo pios valores o sentidos están entre sí en relación armónica.
al borde del mismo.» Tiene que haber entre ellos congruencia, íntima consonancia.
Si falta o es débil uno de estos elementos, se padece crisis de iden-
«Ni yo siquiera sé bien quién soy —añade Rodolfo, de tidad, más o menos fuerte.
dieciocho años, empleado en un negocio de muebles—. Ten-
go miedo de preguntarme por qué no me sé dar una respuesta «Yo siempre he tenido necesidad de los demás —hace
y esto me hace sentirme a disgusto. La vida exteriormente notar Darío, de dieciocho años, estudiante—. He pedido,
transcurre como de costumbre. Pero me doy cuenta de que implorando, la ayuda de los demás; por eso precisamente sus
voy corriendo sin parar... Siento que no sólo yo me equi- consejos no los consideraba como resultado de un trabajo
voco en la vida... Siento también el peso de otras personas... personal. Eran como un plano topográfico, que ellos habían
No sé qué es esta manía que a veces me obsesiona y me dibujado, mientras que el camino para llegar a la meta, sea
corroe por dentro. No sé qué nombre darle, aunque por fuera ésta la madurez, la felicidad o cualquiera otra cosa, siento
me muestro como antes.» que es deber mío trazarlo yo mismo. Yo tengo que ser quien
lo elija, no ellos; debo recorrerlo yo, no los demás, aunque
La propia fisonomía auténtica no es un punto de partida, defi- el que ellos me indican sea el más fácil. Ahora quiero que
nido y conseguido una vez por todas, una dimensión estática. Es nadie me convenza de nada. Ahora sé muchas cosas de mí
realidad dinámica, en constante fluir a partir de algunos hechos mismo, sé qué debo hacer si quiero madurar, tengo una cier-
esenciales, presentes como un terreno sobre el cual construir y ta experiencia, quizás frustrada, pero que, sin embargo, algo
como el material mismo para la construcción. Dotes temperamen- me ha enseñado.
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Ahora quiero comenzar a vivir... Creo que se trata de excesivo dispendio de energías. Toda relación interpersonal puede
una gran necesidad de libertad, de ausencia de condiciona- llegar a vivirse como una potencial amenaza para la autoestima. El
mientos, de intentos por realizarme por mi cuenta, de ser yo inseguro, en efecto, sobre todo a nivel inconsciente, se percibe a sí
mismo según mi verdadera identidad.» mismo de modo negativo, aunque exteriormente asuma actitudes
que quisieran demostrar lo contrario. Por ejemplo, el que es inse-
La identidad personal viene a ser una dialéctica interior entre guro y tímido puede llegar a ser envidioso y a veces agresivo; o
estos cuatro elementos, no una realidad estática. bien puede ser reservado y discreto, no por verdadera humildad,
De acuerdo a la relación existente entre ellos tendremos un tipo por sentido adecuado de la realidad, sino por miedo de arriesgar,
determinado de identidad o una falta de la misma. para ponerse al reparo de un posible y peligroso fracaso. Así, el
La identidad se presenta, entonces, así: que es inseguro y necesitado de afirmación a toda costa se siente
— Un percibirse como ser en el cual se conjugan diversos ele- impulsado a dominar, so pena de sentirse anulado.
mentos positivos y negativos de manera armoniosa, creando una En todos estos casos se asumen actitudes de «compensación»
unidad total. que acrecientan la insatisfacción, y sobre todo corren el riesgo de
— Un sentido de la totalidad y de la integración. desviar la atención del conflicto interno que es la base y raíz de
— Una conciencia de saber distinguir lo justo de lo falso, un su problemática inseguridad.
poder establecer juicios válidos.
— Un sentimiento y experiencia de la propia capacidad para
optar y elegir. El verdadero problema

El verdadero problema que genera esta «doble o múltiple cara»,


Elementos constitutivos de la propia identidad que subyace en toda situación de timidez inhibitoria o de necesidad
de éxito a toda costa, es un «conflicto de identidad». Los aspectos
Toda persona, de hecho, vive según una propia identidad. externos son manifestaciones de este conflicto central, una reali-
A través de la historia personal, en sus variadas vicisitudes, se ha dad problemática presente de formas diversas un poco en todos.
venido elaborando una determinada fisonomía propia, compuesta Una necesidad fundamental de toda persona es el tener un sano
de varios elementos. sentido, una percepción realista y establemente positiva del propio
Se ha ido delineando, en parte, por la relación con los demás. yo. Esta percepción positiva de sí mismo, real o presunta, es indis-
En contacto con nuestros padres y educadores hemos aprendido pensable para vivir, como el aire para respirar.
a conocernos, a formarnos una determinada idea de nosotros mis- Es muy difícil y duro convivir con un sentido negativo de sí
mos. Ellos nos reflejan, más o menos fielmente, lo que ven en nos- mismo y tener que recurrir a compensaciones ilusorias para «recu-
otros. Y en parte también, en base a la experiencia que tenemos perar tal situación positiva». Se halla entonces uno sumido en un
de nosotros mismos a través de las varias acciones y reflexiones. profundo sentido de insatisfacción personal que reduce y a veces
Resultan de ello varios tipos de identidad de sí, que dan origen mata la alegría de vivir.
a otras tantas imágenes de sí. Pero no toda identidad de sí corres- Solamente un correcto sentido del propio yo hace posible una
ponde a la verdadera realidad de sí, consciente e inconsciente. No aceptación serena y efectiva tanto de sí mismo y de los propios
toda identidad de sí facilita el desarrollo y la solidez del propio yo. límites como de los demás y de la misma realidad; hace capaces de
De hecho, diariamente constatamos que es muy difícil vivir con compromiso a medio y largo plazo, compromiso que transforma la
una sensación interna de desadaptación. La vida personal se com- realidad de la vida. Esto posibilita una identidad de sí sólida y con-
plica porque todo empeño puede llegar a ser muy gravoso, con un sistente, una percepción de sí sustancialmente positiva, una res-

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puesta adecuada a los interrogantes «¿Qué soy yo? ¿Qué puedo — Una creciente dificultad ante posibles enfermedades físicas.
ser? ¿Qué estoy llamado a ser?» — Una no aceptación, más o menos camuflada, ante el inevi-
table y progresivo deterioro del organismo.
Estos síntomas, en su conjunto, sirven para distinguir algunas
Tipos de identidad de sí figuras-tipo. Estas son las principales:
— Las «personas maniquí»: ponen en evidencia una excesiva
De hecho, no siempre, ni tampoco de modo prevalente, sucede
atención al propio cuerpo, a las apariencias externas, sobre todo en
de este modc. Una identificación de.este nivel es más bien un punto
el vestir.
de llegada, aunque casi siempre dinámico, que no un punto de
— Los «narcisistas»: manifiestan una excesiva atención a las
partida.
propias cualidades estéticas y una excesiva preocupación por el en-
La identidad puede ser vista en varios niveles, siempre dentro
vejecimiento.
de la unidad de la persona. Descomponiendo los niveles de iden-
— Los que viven pendientes de la salud: la cuidan excesiva-
tificación tomando como base el que prevalece más se tienen los
mente y evitan por todos los medios cuanto pueda hacer desapa-
siguientes tipos de identidad de sí. Obviamente, en la realidad con- recer la belleza, el aire juvenil del propio cuerpo. De ahí la dificul-
creta no existe el estado puro. Lo importante es individualizar el tad en la aceptación de las enfermedades o el convertirse en tre-
nivel que sea más característico. mendamente exigentes si han caído enfermos.
En el nivel corporal.
En el nivel psíquico.
A nivel biológico, la identidad es el resultado del conjunto de
caracteres presentes en el patrimonio genético. Esta determinante El núcleo central de la identidad de sí puede estar constituido
biológica va hacia la identidad biológica, «un organismo humano». a nivel psíquico, centrado en las propias habilidades, ya desde la
La primera posibilidad de autoidentificación es la que hace re- primera infancia, por ejemplo, la capacidad intelectual, el talento,
ferencia al propio cuerpo. Este es un dato de experiencia inmediata. el saber desempeñar bien los distintos papeles que se le ofrezcan:
Consiste en una referencia, para sentirse uno mismo, a la propia «ser el mejor, el más capaz», etc. Cuando este nivel prevalece, la
expresión somática, a determinadas habilidades físicas, a ciertas persona pone el acento sobre todo en lo que tiene o espera tener
cualidades estéticas. En el niño es normal referirse a este modo con sus propios medios, gracias a «sus» esfuerzos. La persona tien-
prioritario. Si este nivel se halla muy presente en el joven o en el de a sentirse un poco creadora de sí misma y de su destino, como
adulto pone en evidencia precisos problemas surgidos en el proceso una propiedad privada y exclusiva.
de identificación. El sentido de sí permanece en ellos limitado en Este nivel psicológico es ciertamente más importante que el
todo o en parte a los confines de su individualidad corpórea. Se anterior. A pesar de ello, no obstante, sobre todo cuando prevalece,
«descarga» sobre ésta una importancia excesiva, convirtiéndola en tiende a restringir el sentido de sí á aspectos particulares del mis-
el ámbito privilegiado, quizás el único, de la propia identidad. La mo, a veces a aspectos marginales. Algunos síntomas ponen en
cultura actual tiende a poner el énfasis en este nivel. evidencia el predominio de este nivel:
La preeminencia de este nivel de referencia corpórea en el pro- — Las cualidades psíquicas que funcionan como núcleo de re-
ceso de autoidentificación se descubre por los siguientes síntomas: ferencia (inteligencia, habilidad manual, bondad moral, etc.) asu-
— Una preocupación exagerada porque el propio cuerpo esté men una importancia tal que la persona confía a ellas sus esperan-
sano, sea fuerte, juvenil, apuesto. zas en el éxito positivo. El interesado se acepta en la medida en la
— Una acentuada intolerancia por la presencia de un defecto que constata que tiene determinados talentos, en la medida en que
estético. tiene seguridad de salir bien. El elemento central es la propia cua-

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identificación prevaleciente, es considerada como una conquista
lidad y talento. Estas personas, a nivel consciente, se hallan muy personal, fruto de serios actos de virtud y de obras meritorias. La
condicionadas. El espacio de la libertad interior es muy reducido. experiencia diaria del pecado, mientras rompe este esquema, se
— Existe una dependencia psicológica, fundamentalmente in- convierte en frustración, creando en el individuo un raro sentido
consciente, del papel desempeñado o del ambiente que garantizan de culpabilidad, una desilusión-rabia consigo mismo al descubrir
cierta expresión de sí. Se desempeña su papel como la posibilidad la propia imperfección. Ante esta experiencia, la reacción se orien-
de ser uno mismo. Por ello se adhiere como la hiedra. De aquí que ta por estos caminos principales, sólo opuestos aparentemente:
aparezca un personaje más o menos brillante. El ambiente, con su hacia una tensión perfeccionista y de carácter moralista, hacia idea-
asentimiento o disentimiento, se hace lugar de vida o muerte para les inalcanzables que terminan originando escrúpulos y manías obse-
la persona. sivas, depresiones o descorazonamiento; o, por el contrario, hacia
— Se hace presente una fuerte necesidad de obtener resulta- la presunción de hallarse libre de culpa o de tener sólo una ligera
dos positivos. Cuando el papel que se desempeña es el que sirve a imperfección, como si fuesen sólo faltas.
la persona para hallar su identidad, la persona se sentirá como obli-
En ambos casos, tal incapacidad, o gran dificultad, para reco-
gada a tener éxito o al menos una salida airosa. Esto se buscará
nocer y aceptar la propia culpa impide a la persona percibir que
normalmente con todas las fuerzas, concediendo excesiva importan-
suelen hallarse mezclados el buen trigo con la cizaña, y que esto
cia a toda situación que sirva de «escenario» al yo. Y esto porque
requiere tener comprensión y misericordia consigo mismo y con
se convierte en cuestión de pervivencia del yo como entidad posi-
los demás.
tiva. Se trata de salvar su integridad, de obtener, a costa de todo,
una imagen positiva que haga posible después la aceptación propia. — Sentido de inferioridad. Dentro de la persona que funda-
La persona que vive de esta manera tendrá necesidad no sólo de menta su identidad en las cualidades psíquicas se va remansando de
conocer que tiene tantas cualidades, sino también de que los demás modo más o menos acentuado una sensación de carácter negativo.
lo sepan. Necesita obtener de los otros una valoración positiva que Ello puede convertirse, con el paso del tiempo, en complejo de
le «asegure» de su valer. El terreno para los compromisos en el inferioridad, que va enraizándose, y que es expresión de una falta
campo moral es sumamente propicio. Poco a poco la imagen social, de contenidos. Frecuentemente toma forma concreta en una febril
es decir, lo que soy para los demás, se convierte en fuente de iden- carrera hacia el éxito y los buenos resultados. Esta carrera tiene el
tidad y de norma de vida. peligro de durar toda la vida, como pendiente ininterrumpida, sin
probar jamás la sensación de haber llegado por fin a la certeza de
— El miedo al fracaso. Estas personas lo temen como la derro-
haber logrado algo positivo. La persona vive como uno que bebe
ta de la propia personalidad, como el desmentido de que haya algo
sin parar y tiene al mismo tiempo la impresión de que está muñén-
positivo en ellas. Cuando la imagen social sufre un deterioro, se
dose de sed.
tiene la impresión de no valer nada y se siente sobre sí mismo el
peso de una sentencia condenatoria. Las reacciones personales pue- Esto quita la paz y complica seriamente la vida, porque obliga
den entonces seguir estas principales orientaciones: descorazona- a pretender siempre el máximo de sí; suscita la manía de tener que
miento y desaliento, si el sujeto es tímido, alejándose de la situa- confrontarse competitivamente con los demás; provoca sentimien-
ción conflictíva, con manifestaciones de autoconmiseración; o, por tos de envidia, de celos con los que tienen más cualidades que él,
el contrario, rabia y enfado, rebelándose contra la situación, si el y de rabia e insatisfacción para consigo mismo.
sujeto es dado a la magnificación, con manifestaciones de orgullo
y autosuficiencia, descargando la culpa sobre los demás.
— Incapacidad, o gran dificultad, en reconocer y aceptar las
propias limitaciones, y en particular los propios errores. Estos se
consideran un ulterior fracaso. La santidad, en este nivel de auto-

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Un salto de cualidad pia identidad en torno a las relaciones entre el yo actual, con sus
necesidades y potencialidades, y el yo ideal, con sus valores y sus
Todo esto (tensión, actitud perfeccionista, rivalidad, envidia, fines.
etcétera) es energía psíquica que podría utilizarse en cosas más «¿Cómo resistir ante las dificultades de la vida? Reempren-
importantes. diendo constantemente —observa el hermano Roger Schutz— el
Es energía preciosa que se malgasta, aunque no medie en ello camino de lo esencial. Y lo esencial pasa siempre por el corazón
culpa, complicando la propia vida y perturbando la de los demás. o, lo que es lo mismo, por lo profundo. ¿Cómo resistir? Decidién-
La verdadera razón del desaprovechamiento radica en la falta de dose a emprender de nuevo la marcha después de cada desaliento,
verdadera identidad. Y haber restringido el sentido del propio yo de cada fracaso. No con un corazón ideal, sino con el corazón que
a aspectos que, por muy relevantes y característicos que sean, no tenemos. No con un corazón que no tenemos: Dios lo cambiará.
constituyen su estructura esencial. Aguas arriba hay una gran lagu- El esplendor de Dios se manifiesta a través de la debilidad hu-
na en el verdadero conocimiento y aceptación de sí mismo. mana. La fragilidad nos hace estar más atentos a los demás, más
Por ello es decisivo, con vistas a una verdadera solidez y con- propensos a vincularnos a los otros. Los así llamado fuertes se en-
sistencia personal, descubrir y fundamentar la propia identidad so- claustran en el autoritarismo y hacen girar todo a su alrededor.
bre la verdad de sí mismo, en sus variadas dimensiones, en progre- Llega el día en el que se revela el secreto de la felicidad: no
sión gradual a lo largo del camino en el crecimiento. está fuera de nosotros, sino dentro, el Reino.»
En el nivel psicológico, la identidad se alcanza por «la toma de No es lo que se tiene lo que constituye nuestro aspecto posi-
conciencia del propio ser, de cuanto se es en verdad», y de lo que tivo, sino lo que se es en lo más profundo de la propia identidad
esta toma de conciencia comporta a nivel psicológico. De hecho, es actual e ideal, a nivel consciente e inconsciente. Es a este nivel
principalmente de la relación con los demás y consigo mismo como donde se sitúa el «verdadero» yo, con frecuencia independiente-
se logra la conciencia de hallarse en una determinada posición fren- mente de la idea que cada uno se ha hecho de sí mismo, a través
te a sí, frente a los demás y al universo. La identidad resulta enton- de la historia evolutiva, fruto de una relación equilibrada entre el
ces de la conciencia del yo, de lo que se es como sujeto. Se es lo yo actual y el yo ideal.
que se es, y no sólo biológicamente, sino porque se quiere ser, por- La verdadera identidad de sí mismo es el fruto de un desarrollo
que se decide ser. armónico de los diversos niveles. Lo que constituye la espina dor-
sal, el núcleo de la identidad, es el nivel profundo.

El nivel profundo: el verdadero núcleo de la identidad propia


El núcleo de la identidad personal
Los niveles corporal y psicológico no son de por sí suficientes
para dar al hombre un adecuado sentido del propio yo, el verda- «Uno de los conceptos más revolucionarios que nace de nuestra
dero fundamento de la propia identidad. Aun siendo importantes, experiencia clínica —afirma el psicólogo Cari Rogers— es la intui-
jamás podrán ellos solos satisfacer las exigencias fundamentales ción creciente de que el núcleo más íntimo de la naturaleza del
para lograr un sentido positivo, fundamental y estable de la propia hombre, los estratos más profundos de su personalidad, la base de
identidad. su 'naturaleza animal', son positivos por naturaleza, son radical-
Para garantizar este objetivo es necesario fundamentar la iden- mente socializados, progresivos, racionales y realistas.»
tidad de sí a nivel profundo y constitutivo, a nivel ontológico. Es Positivos: En nosotros hay siempre algo bueno, una parte de
el nivel constituido por lo que se ha realizado de hecho y por lo nuestro ser tiene consistencia propia, por encima de todos los con-
que se está llamado a ser. La persona descubre y construye su pro- flictos. No somos esto solamente, pero también lo somos.
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Radicalmente socializados: Hay algo en todo individuo que lo nuestros dones naturales, por nuestros talentos, nuestras aspiracio-
impulsa al encuentro, con tal de que tenga una adecuada madurez. nes más profundas, por nuestros dinamismos vitales, nuestra fuerza
Progresivos: Es decir, en crecimiento. «En todo organismo hu- de amor, etc.
mano —observa Rogers— hay un flujo constante orientado a la
realización de las propias posibilidades intrínsecas, una tendencia «Yo me siento, ante todo, como una realidad positiva
natural al crecimiento. Tal tendencia puede deformarse, pero no —precisa Carlos, de veinticuatro años—: soy como una
puede ser destruida sin destruir el organismo entero.» fuente de la que brotan vida, amor, luz, habilidades para
Racionales: Están al alcance de la persona. Se pueden compren- ciertos objetivos; soy un hontanar del que brota una vena
der a través de la «autocomprensión». de agua inextinguible, alimentada desde los glaciares eternos.
Realistas: «Ser lo que verdaderamente se es» es posible, lo Mi manantial tiene una larga historia, en gran parte todavía
puede alcanzar la persona concreta. desconocida, historia marcada por acontecimientos felices
que han fomentado el resurgir de la vida, del amor, de la
Un germen de sentido positivo congénito luz, que la han configurado y hecho crecer; una historia que
lleva impresa la huella de hechos duros, ásperos, que a veces
Nuestro «yo actual» contiene un germen positivo en sí. Es pre- la han estrechado en meandros tortuosos que han reducido
ciso, ante todo, recuperar este sentido potencialmente positivo de su ritmo vital. Sin embargo, no obstante estas angosturas,
sí mismo. Se trata de recuperar, no de conquistar, porque den- permanece viva y continúa fluyendo.»
tro de nosotros existe ya este aspecto positivo radical, al menos a
nivel potencial. Se trata de redescubrir, de hacer emerger esta rea- «Me veo como un árbol trasplantado y crecido en un
lidad que hay en cada uno. Por diversas circunstancias, a veces se determinado terreno —anota Antonio, de veintisiete años—.
ha olvidado, otras se ha perdido la fe en ello, a veces han sido En mis cuatro metros cuadrados, árbol vivo, acogedor, pró-
traumas de la infancia... Por ello es necesario buscarlo no fuera de digo en frutos, punto de referencia para los que me observan
sí mismo, en la valoración de los demás por encima de todo, o en y tratan de hallar su camino. Dentro de mí y en mi corteza
situaciones gratificantes y de éxito, como trozo de pan para un exterior se hallan incrustadas señales de mi historia. Es una
hambriento. Hay que buscarlo dentro de sí, en lo que forma parte historia de desarrollo, de flores y frutos, historia de duros
esencial de nuestra más profunda identidad. golpes, de contradicciones, con partes en que ha sido arran-
En particular, la auténtica identidad se elabora a partir del pro- cada la corteza y en las que quedan rastros de dolor, en parte
pio «ser personal profundo». Es una realidad de la persona pre- profundo y en parte cicatrizado. A pesar de todo, estoy vivo
sente en germen desde el inicio de la vida, en espera de poderse y deseo comunicar vida, ser acogedor y hacer partícipes de
desarrollar en base a las propias energías interiores y a las condi- mis frutos.»
ciones favorables, tanto las que hay en el interior de la persona
como en el ambiente social. Este ser personal profundo está for- Este ser personal profundo es fundamentalmente bueno, aunque
mado por el «conjunto de las riquezas y de las limitaciones que me haya sido herido y aplastado. Está constituido por el conjunto de
constituyen tal como soy». certidumbres fundamentales, «en las cuales puedo apoyarme para
vivir». Esta realidad existente en mí es la que resiste todas las tem-
Un ser positivo pestades, porque es LUZ que ilumina y orienta; es FUERZA que
sostiene e impulsa hacia un constante crecimiento.
El ser es esencialmente positivo, aunque limitado. Está consti- «En todo ser humano dormitan zonas no fácilmente accesibles.
tuido por todas las tendencias buenas, por nuestras cualidades, por Quizá dañen. Son como un gran universo, animado de múltiples
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fuerzas contradictorias, que traen su origen de una memoria ances- Me siento amado por Dios, acogido incondicionalmente,
tral, explícita o no, y a veces también de recuerdos de la infancia. así precisamente. 'Y haremos fiesta porque te has dejado
Tales corrientes contradictorias pueden encerrarse en prisiones inte- amar sin poner condiciones, sin que tenga que presentar una
riores. Visitar estas prisiones en presencia de Cristo, en el peregri- contrapartida para que tengas que sentir que vales.' Lo sien-
naje interior de la vida entera, y he aquí que las murallas se derrum- to, me recibe, me mira a la cara y no me reprocha nada... Lo
ban. Aparecen entonces espacios de libertad. Sorpresa. Un universo que ha ocurrido, ha ocurrido, y basta... La debilidad es debi-
entero de tormento se ha disipado... El ser humano se para en lidad, y basta. Siento la necesidad de perdonarme yo a mí
apariencia. Dios no mira la superficie, sino el corazón. Ofrece la mismo. Este es el punto: 'Perdónate a ti mismo.' Siento una
oportunidad de hallar, en medio de las contradicciones, el secreto sensación de ternura para conmigo mismo, frágil y débil,
de la felicidad.» como cualquiera... 'Acéptate como amigo y hermano.' Una
Forman parte del ser personal profundo algunas certidumbres canción me brota del corazón, como una sensación de alegría
que hacen referencia a lo esencial: mi objetivo en la vida, la voca- y de vida, fuerte e intensa, más que cuando mis confesiones
ción a un determinado estado de vida: matrimonio, celibato con- de adolescencia. Me siento como apresado por una sensación
sagrado o celibato comprometido, las vocaciones profesionales. de alegría que se difunde por todo el cuerpo, como aliviado,
Otras certidumbres miran a la vida diaria. Se refieren a las re- con el gusto de vivir en mis adentros, yo con Dios mi salva-
laciones con los demás: amar a X o Y y ser correspondido, la con- dor. Vivir realmente de alegría. Me siento unificado. Me pon-
fianza en lo positivo del fondo del ser humano, no obstante todas go a auscultar un corazón nuevo, que ha dejado de estar
las cosas; a las certidumbres de tipo religioso o existencial, como atormentado.»
la fe en Dios, la confianza en un determinado movimiento históri-
co, adhesión a valores que tienen un carácter absoluto, como justi-
cia, verdad, libertad... Un ser limitado

«Está presente en mí una sensación de gozo y de libertad Este ser personal profundo no es solamente riqueza: es tam-
interior. Me siento ágil, con deseos de cantar, de comunicar- bién limitación. Hay cosas que no podemos hacer. No podemos rea-
me —afirma, en un encuentro de grupo, G., de treinta y un lizar todo y hay actividades a las que no nos entregaremos jamás.
años, profesor de literatura y educador—. Advierto una lige- Nuestra inteligencia tiene sus límites y no podemos comprender
reza en mi mismo cuerpo, en su ritmo biológico. Ha desapa- todo. Lo mismo observamos en el fondo de nuestras cualidades físi-
recido la pesadez que me hundía interiormente... Desearía cas, psíquicas, morales, espirituales...
comunicar esto a quienes me rodean; procede de mi interior, «¿Lo has entendido bien? —anota Roger Schutz, prior de
de donde nace el deseo de hacer disminuir la fuerza de mi yo Taizé—. En todo ser humano hay un don insustituible. Se da en
ideal excesivo. ti una especie de cohabitación de todas las tendencias. En ti hay
Yo soy también mis limitaciones. Noto que progresiva- tierras fértiles y desiertos abrasados... Trata ante todo de no sepa-
mente va aflorando una certeza: 'Tú puedes vivir también rar la mala hierba del buen trigo. Destruirías los dos al mismo tiem-
así, con esas limitaciones naturales y de educación, limitacio- po; ¡qué desastre dentro de ti! Me dices: '¿Cómo realizarme
nes que vas descubriendo lentamente en tu vida.' Noto en cuando tal y tal imagen de mi historia personal cubre de cenizas la
mí una disminución del sentimiento de culpa conmigo mis- fuente de agua viva? Olvidar las ruinas del pasado nadie puede
mo, un descubrirme lleno de limitaciones como los demás, hacerlo, ni tampoco el remordimiento persistente, lacerante...'
aceptándolas sin avergonzarme de ellas..., en todo igual a los Piensa en esta oración: 'Perdónalos. No saben lo que hacen.
otros, incluso intuyendo poco a poco una manera mía de ser. Perdóname. No sabía lo que hacía'.»

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En general nos cuesta tomar conciencia de las limitaciones con- Quiero contrastar las ideas que he recibido inconscientemen-
cretas porque, movidos por el deseo de ser más, tendemos fácil- te de la familia y de la sociedad acerca de los problemas más
mente a minimizarlas y a ir más allá de nuestra capacidad efectiva. importantes: vida afectiva, religión, trabajo, política, diver-
sión. Sé que debo construir mi personalidad y quiero cimen-
«En estos días me encuentro mal, de tal modo que hacía tarla sobre los valores en los que creo: honestidad, fe, tra-
tiempo que no me sucedía —precisa Lucas, de cuarenta y un bajo, amor no egoísta.»
años—. He sentido miedo y me han entrado ganas de llorar.
Ayer a mediodía me ha llegado por teléfono la noticia de la «Quiero construir mi vida cimentándola sobre la genero-
muerte del padre de L. Me ha resultado muy duro acompa- sidad —dice Bárbara, de dieciséis años, que trabaja desde
ñarle a casa en coche y comunicarle esta dura realidad. No hace uno en una fábrica de zapatos—. Quiero formar una
acertaba a decirle: 'L., tu padre ha muerto.' Lo he intentado familia abierta y que participe de las necesidades de otras
por tres veces a lo largo de un camino interminable. Me sa- personas y adquirir un compromiso político. En el amor bus-
lían otras palabras. Como si fuese otro el que imperase en co la fidelidad y la tensión hacia un crecimiento y madurez
mí. Le decía: 'Sabes, es grave; no sé bien... veremos.' El progresivos.»
callaba y lo mismo me sucedía a mí, con un gran peso en mi
interior. Al fin, antes de llegar al pueblo, he recobrado fuer- Entonces se plantea un problema: ¿Cómo lograr hacer emerger
zas y se lo he dicho. He llorado con él. Durante la tarde e
en nosotros este ser personal, profundo, núcleo de la propia iden-
incluso hoy he sentido dentro de mí un peso tremendo. He
tidad? ¿Cómo se llega a ello? ¿Cómo reconocerlo entre las varias
hablado con otros, buscando una especie de liberación. No
realidades con las que se enfrenta la persona? ¿Cómo suscitar y re-
sirve para nada... Siento necesidad de llorar, tengo miedo a
avivar ese núcleo personal para que, siendo cada vez más consis-
la muerte, a la muerte de mi padre, gravemente enfermo; a
tente, se convierta en la «piedra fundamental» del proyecto de
mí mismo al verme huérfano como mi amigo. Su dolor me
vida?
contagia. Me siento destrozado en mi interior como en aque-
lla ocasión cuando escuché la sentencia de muerte de mi pa-
dre: 'Es un tumor maligno. Morirá dentro de un año o qui-
zás antes'.»
CUESTIONARIO-ENCUESTA

Tomar conciencia de las propias limitaciones es tan importante — Refiriéndome a los tres niveles de autoidentificación (corporal,
como ser consciente de las propias riquezas y capacidades. Sólo en- psicológico, profundo) y a sus respectivos síntomas, ¿qué autoidentifica-
tonces se puede hallar la propia identidad, el lugar apropiado. De ción prevalece en mí?
ahí brota el equilibrio dinámico y la armonía de la persona. — ¿Qué frutos de alegría/no alegría, gozo de vivir/descontento,
etcétera, ha producido en mí este nivel predominante de autoidentifi-
cación?
«He comprendido —observa Jorge, de dieciséis años, ter- — ¿Qué es lo que ha favorecido en mi historia personal y en mi
cer curso de aparejador— que cada uno se halla condicionado educación tal nivel de autoidentificación predominante? ¿Cuáles han
por los caracteres hereditarios, por la familia y por el am- sido los principales factores?
biente en el que cada uno ha crecido, pero que al mismo — ¿He percibido los aspectos positivos, no obstante todos los
tiempo es el fruto de su proyecto de vida. Por ello me he obstáculos, frente a mí mismo, a los demás y a Dios? ¿Cuándo y cómo
decidido a dedicar cada día un poco de tiempo a reflexionar ha sucedido? ¿Recuerdo y mantengo la memoria de estas situaciones?
sobre mí mismo, a descubrir mis cualidades y mis defectos.

152 153
PARA SER LO QUE VERDADERAMENTE SOY
Una de las principales vías de la auténtica autoidentificación es
el conocimiento de la verdadera imagen de sí y de su adaptación a
Para descubrir la auténtica identidad propia es necesario mi-
la realidad propia y efectiva. En efecto, la imagen que tenemos de
rarse hacia dentro y encontrarse verdaderamente a sí mismo.
nosotros mismos es un instrumento fundamental para conocer nues-
Una semilla lleva en sus cromosomas todas las informaciones
tro verdadero rostro y cómo lo vivimos.
de cómo será la planta.
La realidad psicológica de la imagen constituye un dato central
El mismo animal nace ordenado de antemano, aunque muchas
del desarrollo de la personalidad, en particular de la identidad de
veces el ambiente, las situaciones y los acontecimientos puedan
sí. Es un producto simultáneo de la inteligencia y de la afectividad
dejar en él su propia huella.
de la persona, bajo la acción de los factores educativos y de los
En el hombre hay más aún: cromosomas y ambiente inciden
propios de la persona misma, sobre todo los mecanismos de defen-
profundamente; las experiencias de los primeros años de vida dejan
sa. Con el término «imagen de sí» nos referimos a cómo uno se ve
rastro, pero el hombre puede orientarse según un proyecto libre.
a sí mismo, a lo que dice y siente de sí, a cómo se percibe con re-
El material de construcción, por decirlo así, lo provee la natu-
lación a sí mismo, a los demás, al ambiente. Por imagen de sí, por
raleza, pero el estilo de la construcción depende de cada uno y es
tanto, entendemos una configuración, una molduración de sí, una
en gran parte consecuencia de innumerables opciones y decisiones
estructuración intelectivo-afectiva de la propia realidad, tal como
que van plasmando gradualmente la personalidad.
nos vemos y percibimos en relación a nosotros mismos, a los demás,
Cada uno es lo que es; pero cada uno es también proyecto de
sobre todo a las personas importantes para nosotros. De ello resulta
sí mismo, fruto de su búsqueda y de sus ideales.
nuestro rostro, nuestra fisonomía personal, con sus características,
En la vida de cada persona, ciertos hechos particulares, el en-
una cierta idea de nosotros, que se estructura a nivel consciente e
cuentro con el bien y el mal, el conocimiento de algunas personas,
inconsciente a partir del inicio de la vida, y después a través de las
determinados momentos significativos, sobre todo el propio modo
varias experiencias que uno adquiere.
de reaccionar, de adoptar actitudes, son reveladores del propio ser
íntimo, de las actitudes fundamentales. Hace falta, sin embargo, El dato psicológico de la imagen de sí es central para el devenir
que se sepa mirarlos con atención, más allá de las apariencias su- de la persona, de su identidad. Toda persona tiende a borrar cómo
perficiales, y que se haga ayudar de un educador amigo que descu- se ve a sí misma. En consecuencia, el comportamiento de cada uno
bra su alcance y sentido. está fuertemente condicionado por el modo como él mismo se ve.
Muchas y variadas son las pistas que hay que seguir para alcan- La imagen es algo que entra automáticamente en acción, según el
zar la elaboración de una auténtica identidad de sí mismo. Interesa mecanismo del rol. Por ejemplo, el que se considera perezoso no se
que cada cual recorra las que se hallen más en consonancia con su maravillará de la propia pereza; el que no se considera hecho para
realidad personal, según su historia. Para llegar al centro de sí mis- la felicidad no se lo creerá cuando ésta llame a sus puertas. Llegará
mo se necesita atención, tiempo, como asimismo una verificación a actuar de modo que logre ahuyentarla. El que se sobrevalora se
educativa. lanza a empresas que se hallan por encima de sus propias fuerzas.
No toda imagen es apta para promover una adecuada identidad
propia. Es muy importante para el devenir de la misma individua-
Individualizar la propia imagen de sí y sanarla lizar los tipos de imagen de sí predominantes en sí mismos y ela-
Muchos son los caminos que pueden llevar a lograr ser lo que borar una adecuada, so pena de lograr un crecimiento exiguo, si
verdaderamente se es, por encima de las apariencias, del «deber no deformado.
ser», más allá de lo que esperen los demás, por encima del agradar Reduciendo de forma esquemática los varios tipos de imagen
y complacer a los otros, afirma Rogers. de sí a algunos más importantes, tenemos:
— imagen de sí sana y adecuada;
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— imagen de sí negativa; confirma a tus hermanos.' Esta es mi misión, dentro de mi
— imagen de sí montada; historia. Ayudar a los demás, una vez restaurado yo por den-
— imagen de sí sobrevalorada. tro, a encontrarse a sí mismos, a sanar y a crecer... Quiero
Obviamente, en la realidad concreta se dan infinitas gradacio- decir que esto me viene de dentro de mí mismo y reafirma
nes intermedias. Lo que cuenta es localizar con verdad y realismo muchos momentos de mi juventud. Se inserta en mi reciente
la propia. historia, en los logros alcanzados, poniéndome 'a punto' con-
migo mismo, con los que me rodean y con aquellos en cuya
compañía vivo. Siento como un fluir agua dentro de mí, con
Las imágenes de sí mismo un rumor insólito. Noto la presencia de Dios a lo largo de mi
vida, aun en los momentos de eclipse, de búsqueda a tientas.
• Imagen sana y adecuada. Se ha fiado de mí más que yo mismo, increíblemente. Me
Se trata de la imagen normal. Es la de un ser positivo que tiene llama a ser más verdadero, más humilde, más respetuoso de
sus contornos, es decir, sus límites. mí mismo y de los demás, más al servicio del Evangelio y de
Ante todo, como elemento central está la percepción de la pro- las personas concretas. Se ha fiado sin forzarme, sin ponerme
pia «positividad congénita». El núcleo central de sí mismo se per- demasiadas condiciones. Es verdad. 'Cuanto más débil, en-
cibe como positivo. Esta realidad positiva la componen nuestras tonces es cuando soy fuerte.' Mis limitaciones presentes y pa-
tendencias buenas, nuestras cualidades, nuestros dones naturales, sadas no están contra mí, como una realidad contra la cual
nuestros talentos y nuestras dotes, nuestras íntimas aspiraciones, luchar, a la cual rechazar. Son parte de mí mismo, que tengo
nuestras necesidades fundamentales... que llevar a bordo, superándolas desde dentro.»
Estos diversos aspectos positivos hacen de nosotros seres váli-
dos; sin embargo, esta realidad positiva se considera solamente • Imagen negativa.
como parcial.
Las limitaciones constitutivas que haya nos hacen imperfectos Esta imagen está estructurada en torno a lo negativo y a los
y obstaculizan nuestro actuar, pero no constituyen la escala de la defectos. Hay personas que del propio ser no ven casi nada más
persona. que los aspectos negativos. Entre ellos hay algunos que reconocen
Es ésta la condición humana. Esto nos da nuestra fisonomía también los lados positivos, añadiendo al punto un gran «pero...»,
personal y nuestro carácter único. como si éstos no fueran realidad suya. Ven, sobre todo, aquello que
Tenemos nuestra manera personal de ser buenos, inteligentes, les falta, o quizá también lo que tienen, pero que no querrían tener.
abiertos a los demás, serviciales, etc. El fenómeno de la imagen negativa, en distintos grados, está
muy extendido. Constituye un fuerte handicap para el crecimiento
«Desde hace unos días —puntualiza Julián, de veintinue- de una auténtica identidad personal.
ve años, profesor en una comunidad— me siento animado De ahí se deriva en realidad la escasa confianza en sí mismo,
y con el corazón contento, como nunca había ocurrido. Es o un sentido más o menos acentuado y manifiesto de autonegati-
verdad, hay una cosa clave en mi interior: amado por Dios vidad. De vez en cuando hay hechos positivos que parecen desmen-
incondicionalmente, elegido por él para ser sacerdote y edu- tir tal imagen, pero no se cree en ellos. Si va bien, «es la casuali-
cador desde los albores mismos de mi vida. Esto forma parte dad» o, también, «no soy yo sólo». Si resulta mal, «no podría ser
de mí mismo, soy yo, es mi identidad. Siento desde hace sino más o menos así». Los fracasos, las limitaciones, los defectos
tiempo resonar dentro de mí esta frase del Evangelio, un ver- no extrañan. Son más o menos esperados. Si se mencionan cualida-
sículo que me da gozo y luz: 'Tú, Pedro, una vez convertido, des o éxitos, esto se tiene a mal. A veces hay personas que llevan

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determinada responsabilidad, pero es como si no la sintieran. No sas superiores a uno, como una especie de desafío consigo mismo
toman parte en ella como personas. Ejecutan. Frecuentemente creen que nunca acaba.
que son considerados más o menos insignificantes por parte de los
que les rodean. — El contragolpe de un ideal demasiado elevado.
El origen de semejante imagen es diverso. Son muchos los fac-
tores que concurren a ello. A veces hay alguno más determinante, La imagen negativa puede haber sido originada hasta cierto
otras veces es el conjunto. Normalmente superan la responsabilidad punto por el contragolpe de un ideal demasiado elevado. Puede
del interesado. Pueden ser: haber sido inculcado por personas que estaban al lado de uno, o
también puede haber sido un ideal personalmente anhelado.
— La educación de la primera infancia.
• Imagen montada.
«He oído que yo era una desilusión para el que se acercaba a
mí por algún motivo... Llevo dentro de mí como un vacío, algo Es típica de quien tiende a sobrevalorar los aspectos positivos
que me falta. Con frecuencia vivo con el deseo de satisfacer a los de sí mismo. Entonces la vida está principalmente organizada en
demás, como si tuviera siempre necesidad de alguna cosa por parte torno al éxito personal. De hecho, hay personas que sob revaloran
de ellos.» sus aspectos positivos para defenderse de lo negativo que se les
subraya. Interiormente estas personas no se consideran «aureola-
En su origen hay una solicitación de afecto directa o indirecta,
das» y sin mancha alguna; reconocen tener sombras y luces. Pero
como un vivir mendigando con una hucha en la mano, en espera
la manera como se defienden cuando se les ataca hace decir a los
de un reconocimiento que de hecho nunca es suficiente; o acaso
demás que se sobrevaloran.
se le ha comparado a uno con su hermano o su hermana mayor o
menor, con desventaja propia. La afectividad íntima ha registrado Detrás de todo esto hay una gran inseguridad debida a un pa-
estas repetidas des valorizaciones. sado de sufrimiento, más o menos consciente, con frecuencia en la
O quizás ha sido uno educado por padres y educadores exigen- primera infancia.
tes que siempre pedían más, subrayando los fracasos y las faltas.
Se señalaba sobre todo, o principalmente, lo que faltaba..., con «Esta tarde siento una sensación extraña —observa José,
vistas a un mejoramiento... Se les formó entonces una imagen de de treinta y tres años, docente—. Me siento como en medio
sí con lo que no se tiene. De ahí el ansia que se experimenta de del vado de un río, pero como empantanado. Detrás de mí
tener que satisfacer siempre a alguien con aquello que se hace, de veo lo que he sido antes de comenzar este trabajo de madu-
no disgustar a las personas tenidas como «importantes y significa- ración y crecimiento; ante mí no veo claro del todo, pero
tivas», de no equivocarse, so pena de un gran sentimiento de culpa, entreveo algunos signos que me hacen esperar. Hoy he sen-
directo o indirecto. tido y aún siento vivamente como un resquebrajarse dentro
de mí un yo falso. He llorado hablando con M. de este extra-
ño día. He sentido y siento en mí vivas las inseguridades y
— Una serie de fracasos. temores, el temor de desilusionar a las personas importantes
Tal imagen negativa puede provenir de un fracaso que le ha para mí, reedición de mi padre; siento rabia contra mí mis-
humillado a uno o también de una serie de fracasos en edad más mo por haber sido tanto tiempo así, así de frío, en la afecti-
avanzada. Estos han hecho dudar a fondo de las propias posibili- vidad y en la sensibilidad, aferrado a la imagen de mí mismo,
dades. mendigando afecto a través del éxito en clase, en el trabajo
y en la vida social. Me estoy dando cuenta de ser un desastre,
Con frecuencia, entonces, como para rehacerse, se intentan co-

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un inmaduro como tantos otros, como aquellos que vienen • Imagen sobrevalorada o imagen de grandiosidad.
a que se les eche una mano...; una larva de ser. Ahora me
atrevo a decírmelo, pero me hace daño. Querría, sinceramen- Se trata de personas con una imagen de sí mismas montada y
te, que no fuese verdad, pero es así. Toda mi historia perso- reforzada. Tienen una gran estima de sí mismas y desean, casi tie-
nal lo va diciendo. No vale esconderlo o minimizarlo. Siento nen necesidad, que también los demás las estimen de igual manera.
dentro de mí como un peso, un vacío que pesa. Se me han Su vida está organizada en torno al éxito y al triunfo social. Son
derrumbado aspectos de mí mismo que yo consideraba fir- personas que no ven en sí mismas más que los aspectos positivos,
mes, comprobados. ¡Qué día más duro el de hoy! Observo incapaces de aceptar tener algo que no esté bien. Nunca pueden
como un diafragma, una niebla que se interpone entre mí y equivocarse. En realidad, ignoran quiénes son.
las personas que hallo a mi encuentro, y entre mí y las cosas Síntomas:
que tengo que hacer. Esto me vuelve poco disponible a la — Muestran continuamente una rigidez consigo mismos y con
escucha, me hace centrarme sobre mí mismo...; me hace los demás, con frecuentes reacciones desproporcionadas y reiteradas
pesada la vida. Es la primera vez que esto me sucede... Para con relación a las causas efectivas. Anda de por medio una gran
decir verdad, siento que no puedo ya ser aquella persona que inseguridad inconsciente en sí mismos.
se cree y creen segura de sí misma, bien centrada... No es Su imagen se ha ido estructurando sobre éxitos exteriores, no
verdad. Esta tarde lo sé de corazón. Pero lo he escondido en torno a la realidad positiva de sí mismos captada interiormente.
muchos años... He hablado llorando como un chico desilu- De ahí la necesidad del éxito social, que hay que mantener y
sionado y enfadado de sí mismo... Confío que esto me pase, prolongar. Sin semejantes éxitos todo se vendría abajo.
espero en el enfoque de ese José nuevo que hace unos meses Su compromiso social conlleva una fuerte dosis de compensa-
voy poco a poco descubriendo por primera vez, más alegre ción. Si la persona está dotada y no conoce nunca un fracaso, esta
y desenvuelto, más comunicativo de sus cosas, incluidos sus imagen puede durarle toda la vida.
defectos y errores. Siento que tengo que aprender a auto- En caso de fracaso hay como un rebote en busca de otro éxito.
aceptarme con todos mis fallos, pero al mismo tiempo con Pero si el fracaso es demasiado importante, entonces tiene lugar el
una gran voluntad de vivir. Lo conseguiré poco a poco. Expe- desplome.
rimento aquella verdad de que 'llevamos el tesoro de nos- — La relación con los demás no es armónica: o dominan o son
otros mismos en vasijas de barro'.» sumisos y se hacen dependientes. Con frecuencia hay en ellos des-
precio de los débiles, de aquellos que no triunfan.
En éstos, ante los fracasos y las humillaciones, son frecuentes Existe una dependencia muy fuerte respecto de aquellos cuyas
las reacciones de repliegue sobre sí mismos, de diversas maneras valoraciones son tenidas muy en cuenta.
y en distintos niveles: psicológico, moral y espiritual; formas de Hay incapacidad de ponerse a discutir con los demás por falta
irritabilidad o de resentimiento más o menos justificado, recelos de solidez interior.
más o menos encubiertos. La respuesta a aquellos que intentan dudar de su valía está he-
Solamente la eliminación de este pasado les curará de eso que cha de ironía, de desprecio, de suficiencia, de justificaciones, de
los demás llaman «aureola». De hecho, estas personas no tienen autosatisf acción.
imagen montada ninguna. Son los demás, el ambiente, los que se A veces estas personas reconocen tener algún elemento nega-
atreven a pegarles la etiqueta, porque semejantes personas dan la tivo. Ante todo, porque los hay; pero sobre todo porque es «inte-
impresión de sobrevalorarse. resante» tener algo que reprocharse. Son personas normalmente
sensibles a los buenos modales.
— La afectividad la tienen muy controlada. Esta es con fre-

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cuencia vivida como una debilidad que coloca a uno en dependen-
cia del ser amado. De ahí proviene un superdesarrollo de la capa-
cidad de pensar, hasta la cavilación, o de obrar. PARA LA REFLEXIÓN
Eso se pone de manifiesto habitualmente con rigideces y dis-
tanciamientos en las relaciones con los demás. — ¿Con cuál de estas cuatro imágenes de sí me siento más cercano?
— Relación superficial consigo mismo y con los demás. Las ¿Cuáles son los rasgos más definidos?
relaciones consigo mismo y con los demás son poco profundas. Pre- — Hoy, ¿qué imagen tengo de mí mismo? ¿Cómo me veo? ¿Qué
valece la regla del «todo o nada», como un afianzamiento de sí mis- digo de mí mismo? ¿Cuáles son los aspectos positivos y negativos que
conforman mi imagen, mi propia fisonomía?
mo. Se trata de una imagen estructurada principalmente sobre he-
—• ¿Cuáles son los aspectos de mí que yo conozco y que los demás
chos, sobre los demás, sobre personas significativas o sobre éxitos. ignoran, o bien, que tanto yo como los demás conocen, los que acepto
con más dificultad o que rechazo totalmente?
• ¿Cómo nace esta forma de imagen de sí mismo? ¿Qué fac- — ¿Qué quisiera ser que no soy, ni viendo la realidad puedo llegar
tores la originan? a ser?
— Puede derivarse del ambiente familiar. Padres interesados — Estos rasgos característicos tuyos, ¿a qué factores crees que se
en el éxito social, en las apariencias y en las buenas maneras de su deben?
hijo, le subrayan sus éxitos, ignorando las limitaciones. — ¿Hay acaso en ti, como prevalente, una imagen negativa, de
El ambiente mismo es juzgado por ellos en relación al éxito montaje o supervalorizada? ¿Qué experiencias crees que podrías y de-
berías realizar para encaminarla hacia una imagen real, sana y adecuada?
social: «Tienes que ser el primero.*
A nivel inconsciente se instala una duda sobre la propia segu-
ridad interior.
— Puede ocurrir que «no me he sentido amado incondicional- Algunas condiciones indispensables
mente, y entonces me rehago a mi modo, huyendo, adonde puedo, para lograr una imagen real
como para demostrar que también yo valgo, soy alguien».
Serán entonces el éxito social, profesional, económico, moral, La propia identidad y misión en la vida no se logran de cual-
escolar, etc., los que se utilicen como instrumento para la afirma- quier modo. Muchos, lo hemos visto, viven en la periferia del ser
ción de sí mismos. y muestran sólo la fachada, víctimas de insatisfacción más o menos
— También puede ser que «me he construido en contraposi- inconsciente.
ción de esta o aquella persona que me humillaba y ha fracasado. La imagen de sí incide poderosamente en la propia identidad
Entonces, al menos yo triunfo». y en el comportamiento. Es un dinamismo central en el desarrollo
— Puede ser un sistema educativo y social fundado sobre el de la personalidad. Por ello, con vistas a una auténtica identidad
éxito intelectual (culto del estudio, culto de los diplomas) o el éxito de sí, es determinante tender poco a poco a lograr una imagen de
social (culto de la carrera o del éxito profesional, culto de las rela- sí recta y adecuada.
ciones con los poderosos). El punto de partida en el mayor número de casos es el de una
Atrapado por este sistema, el niño, luego joven y adulto, se es- imagen más o menos distorsionada a causa de los problemas no
tructura no sobre lo que es en su interior, sino sobre los éxitos resueltos, o mal resueltos, y que se hallan presentes en la propia
que los demás le reflejan. historia evolutiva. Son minoría, en base al análisis de la persona-
Los éxitos disminuyen la inseguridad interior y refuerzan la lidad, los que no tienen lagunas de cierto relieve. En todo indivi-
imagen supervalorada. Es la ambición la que guía esencialmente duo, cualquiera que sea el punto de partida, es posible un camino
la vida. de mejoría y de crecimiento que consienta pasar, lenta y gradual-

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mente, de una imagen de sí más o menos negativa, más o menos Las relaciones en las que se nos reconoce y se nos ama son muy
montada y sobrevalorada, a otra suficientemente recta y adecuada. vivificantes. Y es que para poder vivir tenemos necesidad de que
Te indico algunas condiciones para que puedas robustecer tu se nos reconozca y se nos ame.
identidad: «Al prójimo no tengo que darle nada —escribe M. Quoist—.
Mi deber consiste en abrirle a su propia vida, dejarle que sea el
— Vivir relaciones vitalizadoras. que es, infinitamente más bello y más valioso que si tratara de
enriquecerlo desde fuera, queriéndole 'formar'. Todo está en él,
La vida despierta la vida, el amor despierta el amor, la solidez porque el manantial brota en lo hondo de su ser. Pero ¡son tantos
estimula la solidez. Encontrar seres que viven verdaderamente y se los obstáculos que le impiden brotar! Yo debo ser el que le ayude
expresan con autenticidad es vitalizador para el ser personal ínti-
a hacer saltar los peñascos y romper las losas de hormigón que le
mo. Estas relaciones vitalizantes solamente pueden ser relaciones
rodean y le aplastan. Debo ser el que le ayude a escudriñar, a ahon-
interpersonales auténticas.
dar, a ahondar siempre, para dar con el manantial del que brotará
«El descubrimiento de ti mismo sin que esté allí nadie para la vida.»
entenderlo puede provocarte una vergüenza de existir que llega
hasta la destrucción. A veces llegarás a creer que eres un condena-
do vivo. Pero para el Evangelio no existe ni normalidad ni anor- — El desbloqueo de lo que obstaculiza la expansión de la vida.
malidad. Solamente hay hombres hechos a imagen de Dios. ¿Quién
Cuanto más crece la vida, tanto más sensible se hace uno a lo
podría condenar? Jesús ora dentro de ti. El ofrece la liberación del
que obstaculiza a ésta. Cuanto más se vive en la luz, más se perci-
perdón a todo el que vive con un corazón de pobre, para hacerlo
ben las zonas de sombra. La fidelidad a sí mismo, a la vida y a la
llegar a ser, a su vez, un liberador de los demás.» Las relaciones
luz, conducirá a desbloquear todo aquello que obstaculiza el avance
vitalizantes son un medio prioritario para el crecimiento. De esto
de la vida. Estos desbloqueos pueden realizarse mediante la con-
es precisamente de lo que ha tenido necesidad antes que nada el
niño. A lo largo de su vida, estas relaciones son el pan de creci- cienciación personal de lo que hace de freno.
miento, especialmente: Frecuentemente es necesaria la ayuda de otro. Ese «otro» que
sabe ayudar con la escucha benévola, llena de comprensión, con-
— las relaciones interpersonales; fiada y activa. Se adelanta mucho en el conocimiento de sí mismo
— los grupos; y en la liberación de los bloqueos con la ayuda de otro.
— la relación con Dios, presencia viva en lo íntimo de nos- «Para prepararte a semejante sí, y luego para vivirlo, tienes
otros; necesidad de alguien a quien hables de ti mismo. No cualquiera.
— la relación consigo mismo, cuando el ser está bien vivo; De otro modo buscarías a uno que fuese complaciente con tus debi-
— la relación con la naturaleza, porque su vida estimula nues- lidades, y eso nunca permitiría que llegases tú a ser creador. Puedes
tra vida. hablar de lo más íntimo de ti mismo solamente a alguien que tenga
¿Qué contenido de la relación es vitalizador? una capacidad ejercitada de discernimiento, que sepa leer por de-
Los intercambios más vitalizadores son los que afectan a nivel bajo de las contradicciones del ser humano. El que ejerce tal minis-
del ser, esto es, a nivel de lo mejor de sí mismo. «La vida despierta
terio de escucha no utiliza método alguno, ninguna teoría. Su mis-
a la vida...» Se despierta uno al nivel en que el otro se expresa
ma respuesta no es igual para todos, sino que depende del don
y al nivel en el que ocurre el intercambio.
esencial de cada uno.»
Cuando se tiene un «vínculo esencial» con alguien o con un
grupo, la relación es de por sí muy vitalizadora, porque se tiene
algo en común a nivel del ser.

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— Tiempos de soledad en comunión con la vida. Ante todo, prestar atención conscientemente, porque se cree
en ello, a lo positivo que hay en sí y en los otros. Se trata de po-
Reservarse ciertos tiempos de soledad es fundamental para en- ner de relieve lo que marcha, lo que es fuente de vida, lo que tiene
trar en comunión consigo mismo y para vivir el propio ser con cal- sentido, aunque sea en proporciones mínimas. Y esto empezando
ma, conforme al ritmo propio. por la vida cotidiana.
Ante todo, soledad consigo mismo y con Dios. Es importante que se lo considere como cosa propia y que se
«En todo hombre —escribe Roger Schutz, prior de Taizé— se adquiera conciencia de ello, quizá a través de un «examen positivo
encuentra una parte de soledad que ninguna intimidad humana de conciencia», y que se resalte ante otras personas de confianza;
puede llenar, ni siquiera el gran amor entre dos seres. El que no se hay que vivirlo experimentalmente, y no bastan Jas palabras.
allega a este lugar de soledad experimenta la rebelión contra los Es aconsejable hacer este ejercicio por escrito al menos durante
hombres y contra el mismo Dios. un mes o dos. (Véanse los esquemas al final del capítulo.)
Y, sin embargo, tú no estás nunca solo. Déjate sondear hasta Mientras se descubre lo positivo es preciso aceptar, en el límite
el centro de ti mismo y verás que todo hombre ha sido creado para de lo posible, las propias limitaciones y los aspectos negativos que
ser habitado. Allá abajo, en la profundidad del ser, allá adonde uno tenga, antes de emitir juicio alguno moral. Por ello hay que
hombre ninguno se parece a los demás, Cristo espera. aceptar este aspecto de la imagen de sí. Será «la libertad la que os
Allí cabe la sorpresa... hará libres».
Sólo después de la experiencia, quizás mucho tiempo después, Esto pondrá en acción un proceso de reconversión propia tanto
lo entenderás: Cristo ha pasado, su generosidad te ha colmado. del presente como del pasado. Y al mismo tiempo consiente al «sí
Cuando los ojos se abren a este paso, te dirás a ti mismo: '¿No verdadero» ampliar el espacio de acción, abrirse a la realidad de la
sentía yo que me ardía el corazón dentro del pecho, mientras él me propia persona, independientemente de las «ilusiones» forjadas en
hablaba?'» la primera infancia y fomentadas por los mecanismos de defensa
Soledad en la naturaleza en contemplación de todo aquello que que han ido surgiendo como reacción de supervivencia ante los pe-
es vida: las plantas, los animales, el agua, el fuego, el viento, la ligros que se han ido ofreciendo.
luz, los colores, etc. Este proceso de autoaceptación pide que se logre localizar y
Todas estas realidades vivas despiertan la vida en sí misma, delimitar, a nivel sobre todo emotivo-afectivo, las propias lagunas,
dilatan el ser, le ponen a uno en comunicación con el Absoluto, las zonas inseguras, los vetos interiores, los obstáculos y atrinche-
que es vida. ramientos carentes de motivaciones y que, sin embargo, a veces son
La soledad consigo mismo, ser viviente. Esta soledad es posi- inflexibles.
ble y vitalizadora solamente cuando el ser se ha hecho suficiente- Conforme se va desarrollando este proceso, la persona se va
mente vivo; de otro modo no sería más que una soledad vacía y, viendo más segura en «esos cuatro metros cuadrados» que la natu-
por lo mismo, insoportable. Cuando se ha convertido en «viviente», raleza asigna a cada uno. Para llegar a ser uno mismo es preciso
esta soledad es una soledad plena. Es pacificadora y revitalizante. aprender a vivir en este reducido terreno sin despreciarlo por ir a
Todo crecimiento es siempre gradual. la búsqueda de otro espacio imposible, de «la isla que no existe»;
ni recluirse en un rincón, temerosos y renunciando de entrada, ni
— Ir avanzando en la autoaceptación incondicional. agarrarse al terreno como si en ello estuviera la solución.
«No es concebible —pone de relieve Alice Miller— que se pue-
Esta condición es previa y acompaña todo proceso de rehabili- da amar de verdad a otro (y, por lo mismo, no sólo utilizarlo) si no
tación y consolidación de la imagen de sí mismo. Se realiza simul- se es capaz de amarse antes a sí mismo tal cual se es. Pero ¿cómo
táneamente en dos aspectos: es posible una actitud de esta naturaleza si no se han vivido desde

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el principio los propios sentimientos en su autenticidad, maduran- En cada uno hay una parte de corazón pastoral. En toda per-
do una experiencia personal? A la mayor parte de los individuos sona hay talentos propios. ¿Por qué dudar de los talentos propios?
sensibles permanece oculto su 'ser verdadero'. ¿Cómo se puede ¿Por qué, al confrontarse con los demás, desear sus cualidades, lle-
amar algo que es desconocido y que jamás ha sido amado? Muchos gando a enterrar las propias?
individuos, dotados de un gran talento, viven completamente igno- Una era en la que domina la técnica agudiza los procesos de
rantes de su auténtico ser —enamorados quizá de un yo idealizado, éxito o fracaso. Desde la infancia se despierta la ilusión de la carre-
fruto de adaptaciones, pero falso en realidad—, hasta que una ra a seguir y se fomenta la emulación: el que no triunfa, según los
depresión no les ponga de manifiesto que ese ser auténtico lo han cánones de la sociedad, se siente condenado al fracaso y lamenta
perdido o una psicosis les obligue a un brusco confrontamiento el no tener las cualidades de los demás.
con su ser verdadero, al que han sido entregados como a un ex- La confrontación esteriliza. Desear tener las cualidades de los
traño. .. demás hace que nos volvamos incapaces de descubrir las propias.
La experiencia nos enseña que en la lucha contra las perturba- Al descalificarnos a nosotros mismos sembramos tristeza y desalien-
ciones psíquicas hay sólo un camino que a la larga se considera to en el alma.
fructuoso: el que pasa por el redescubrimiento emotivo y por la ¿Perder la estima de sí mismo cuando el Espíritu de la vida
aceptación de la historia única e irrepetible de nuestra infancia tal derrama sobre cada uno sus dones? La pérdida de la estima de sí
como se ha vivido. Se puede preguntar si con la ayuda de la psico- ahoga al ser humano, encadena sus fuerzas vivas, llega a hacer im-
terapia es posible librarse del todo de ilusiones. La historia enseña posible la creatividad.
que las ilusiones surgen por doquier, que toda vida está llena de Reaccionar con una sobrevaloración de sí mismo, buscando, por
ellas, quizá porque la verdad sería muchas veces intolerable. Y, sin ejemplo, la consideración social, no ofrece camino alguno de salida.
embargo, la verdad para muchas personas es indispensable, hasta el Sobrevalorarse, movidos por la presión social o por criterios de las
punto de que su pérdida se paga con grandes trastornos. Con el personas que nos rodean, forzando artificialmente nuestras capaci-
análisis iniciamos un largo proceso, en el curso del cual intentamos dades, sería como intentar hacer crecer a la fuerza una planta en
descubrir nuestra verdad personal, una verdad que antes de conce- un invernadero a fuerza de calor.
dernos un espacio de libertad nos hace sufrir, a menos que nos El camino evangélico para encontrar la mirada de Cristo tiene
contentemos con el mero conocimiento intelectual, ya conceptuali- una palabra: reconocer. Reconocer las propias limitaciones de inte-
zado, y que se apoya sobre las experiencias ajenas, pero en tal caso ligencia, de fe, de las propias cualidades. Es entonces cuando surge
nos encontramos de nuevo en el campo de las ilusiones.» la fuerza creadora.»
La verdadera vida comienza siempre de una semilla que poco
— Estar atentos a la vida, que hará caer un ideal a poco se desarrolla en el ciclo corto o largo de su vida.
de sí mismo demasiado elevado.
«En estos días —anota José, de treinta y cinco años, edu-
El impacto que produce la experiencia de las propias limitacio- cador— me siento como una de esas casas nuevas derrumba-
nes o las de los demás y las de la sociedad misma en su conjunto das por un terremoto. A veces el techo ha quedado intacto,
pueden ayudar mucho. Puede abrir brecha en el círculo cerrado en pero cubriendo un cúmulo de escombros. Noto en mí una
que nos podemos hallar dentro de nosotros mismos y abrirnos a la sensación de pesadez, aunque en mi interior permanece viva
realidad de las cosas y de los otros. La misma acción puede ser un la confianza de que saldré adelante. Me veo más auténtico
medio de afirmación que nos ayude a encontrar el propio valor, con Dios, conmigo mismo y con los demás. El gusto de vivir,
con tal de que no se parta de un ciento por ciento, sino de otra base de ser yo mismo, de existir partiendo de mí tal como se va
mucho más modesta. desarrollando mi vida poco a poco y en el nivel en que me

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encuentro. Este nivel es el de un hombre frágil, necesitado esta imagen y cómo reactivar los dinamismos de crecimiento que
de afecto y estima, que depende todavía de los demás en mu- se hallan trabados.
chos aspectos, con una imagen de mí excesiva, poco consis- El dinamismo es lento, tanto más cuanto más lejana en el pa-
tente, pero con un gran deseo de vivir de un modo nuevo, sado se ha ido estructurando la imagen negativa. No se ha pasado
en plano de igualdad, de intercambio, de fraternidad. El pa- página porque no se quiere ver, porque no se ha entendido.
pel que debo desempeñar no tiene por qué aprisionarme. Soy
yo, y basta. Puede parecer extraño, pero Dios se ha fiado de — Individualizar el tipo de la propia imagen y reconocerla tal
mí. Esto es sorprendente.» cual es, en base a las reacciones habituales de la vida. Se necesita
valor y verdadera humildad para poder llamar por su nombre a to-
— Hacerse ayudar por persona competente en la que se confía. das las realidades presentes en nosotros, mucho más que para con-
tinuar ilusionándose consigo y con los demás.
Examinar con él las causas que hayan podido originar esta ima- Un fracaso, una enfermedad, una desgracia pueden poner en
gen negativa. Exponerle los propios sufrimientos. «Ejercer el caris- discusión este tipo de imagen. Son circunstancias providenciales, es
ma pastoral —observa el hermano Roger— significa, ante todo, tiempo provechoso. Con frecuencia «dejan en mal lugar», desmon-
escuchar. Percibir en el otro aquella parte de su ser que le produce tan «una imagen social creada». Pueden surgir fenómenos depresi-
dolor. Tratar de comprender lo que subyace en el corazón del otro vos, puede producir descorazonamiento, desmoralización, crear una
hasta que logre descubrir, incluso en lo profundo de un terreno imagen más o menos negativa.
atormentado por las pruebas, la esperanza de Dios, o al menos la A partir de estos fracasos y éxitos negativos en el plano social,
esperanza humana. profesional, afectivo, moral, etc., puede iniciarse un proceso de en-
Y sucede con frecuencia que, al acompañar al otro, sea llevado durecimiento, de búsqueda de nuevos éxitos. Y el círculo continúa
él mismo a lo esencial, sin que el interlocutor se percate de ello... reforzándose.
Escuchar puede conducir a una visión mística del ser humano, verse O, por el contrario, puede comenzar un proceso de «búsqueda
envuelto al mismo tiempo en el esplendor y en la fragilidad, en el de la verdad sobre sí mismo», un mirarse dentro y en torno a sí
abismo y en la plenitud.» con verdadero realismo. Lo que cuenta es descubrir poco a poco
El pasado doloroso no clarificado ni asumido no se puede hacer el ser propio personal más profundo y apoyarse en ello para vivir.
desaparecer sin graves inconvenientes. Emergerá de nuevo en uno Se precisa entonces buscar la ayuda de una o más personas que
de los múltiples modos que con frecuencia muestra la psicología, permitan ver las cosas como son sin descalificaciones previas. Se
y que confirma la experiencia personal. Esa es la raíz de determi- comienza a mirarse dentro de sí, y ello, poco a poco, da origen a
nados derrumbes, o de rígidas posturas defensivas, o de evasiones una nueva imagen de sí.
en sueños ilusionados.
Es preciso, pues, no encerrarse en la altivez del propio sufri- — La experiencia de una nueva jerarquía de valores, en la que
miento como un erizo o una concha. Estar a la defensiva es mucho el ser vence a las apariencias y al tener, y que frecuentemente abre
más caro y menos rentable que vivir con libertad interior y ex- el camino a la curación. Es entonces cuando uno se libera del or-
terior. gullo, que consiste en construirse por sí solo, según el propio mo-
delo, prescindiendo de las dimensiones reales propias y de los
Se trata, en concreto, de dejarse ayudar por una persona que
demás. Esto es lo que hace posible «el vivir la propia misión o pa-
haga tomar conciencia de la propia realidad y ayude a ver el camino
pel en la vida».
a recorrer. Tal persona debe saber ver y acoger toda la realidad.
La auténtica identidad propia se precisa y consolida en la me-
De este modo se logrará remontar al pasado para ver dónde radica
dida en que da origen en la vida a una misión. Toda persona tiene
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171
Cuando un muchacho, un adolescente, un joven manifiestan
un objetivo que lograr en medio de las pequeñas cosas del vivir un proyecto, una intencionalidad, expresan cuáles son los valores
cotidiano. Vivir la propia misión a través de las varias opciones es en los que creen, las cosas que para ellos son importantes, las rea-
lo que alimenta y sostiene la identidad propia. lidades que querrían como fundamento de su vida y que orientan
Este compromiso debe regularse por la siguiente regla de oro: las propias opciones, pequeñas y grandes, hacia su identidad.
— yo, con mi responsabilidad personal;
— aquí, en este ambiente, «No hay un plan fijo en mi vida —escribe Antonio, de
— ahora, en este momento, diecinueve años, estudiante—, pero hay opciones concretas,
— con estas personas concretas, cotidianas. Pongo en mí un cierto orden en los momentos de
— en base a mi proyecto de vida actual, oración personal. Examino lo que hago y lo confronto con el
— según mis efectivas posibilidades hoy, Evangelio. Busco ocasiones de encuentro personal y de grupo
— en camino hacia mi plenitud de vida, junto a muchos her- para mirar adelante.»
manos en un pueblo que se halla en marcha.
«He comprendido —escribe Elena, de veinte años, sin-
dicalista militante, después de un tiempo de reencuentro con-
ALGUNOS INTERROGANTES sigo misma— que si no aceptamos nuestra identidad perso-
nal no podemos estar contentos.
— Para progresar en el descubrimiento de mi identidad, ¿de cuáles
Tenemos que dejarnos de cuentos, de seguir modelos
de estas condiciones pienso tener más necesidad?
— Si se da en mí cierto descuido en procurar mi crecimiento per- prefabricados. ¿Por qué solamente la que es delgada y agra-
sonal, ¿de dónde nace? ciada puede estar contenta y satisfecha de la vida? ¿Por qué
— ¿Qué es lo que debes dejar y qué debes hacer para asumir estas tenemos por fuerza que pensar como todos los que creen en
condiciones indispensables para el propio crecimiento? el dios de la moda? ¿Por qué solamente la que puede vestir
de un modo determinado puede ser digna de abrirse paso?
No encuentro palabras para expresar mi indignación frente
a esos mecanismos que oprimen, sin ofrecernos la posibilidad
UN PROYECTO DE VIDA COMPROMETIDO de darnos cuenta de la enorme tontería que nos disponemos
a tragar. Somos todos distintos, y por eso precisamente no
Una aportación determinante en la elaboración de la propia debemos permitir a los demás encuadrarnos en una masa
identidad la da el proyecto de vida. Este proyecto es una realidad anónima.»
personal que forma parte constitutiva del «centro interior» de la
identidad de sí mismo, del «campo íntimo» en el que reina a un «Convertirme en una copia perfecta del tipo que ellos
tiempo quietud y tensión, propia de una auténtica persona. De aquí tienen en la cabeza —subraya E., de quince años, segundo
la unidad consigo mismo, unidad íntima, fecunda y firme. de BUP—, ése es el sueño de mis padres. Pero yo soy 'yo',
Se trata de una puerta abierta que permite un contacto con el la copia de nadie.»
propio yo más secreto. Ofrece la oportunidad de escuchar las voces
provenientes del propio ser, que quiere crecer para llegar a ser cada El proyecto no es una cosa yuxtapuesta externamente al joven,
vez más uno mismo y construir una fraternidad. El proyecto de sin que tenga en él sus raíces, sino un conjunto de valores sentidos
vida puede describirse como el núcleo de cosas importantes en tor- como algo «vigoroso y cercano al yo», como la propia respuesta
no al cual se construye la propia identidad, el conjunto de valores a las situaciones de indigencia en que se encuentra.
en los que el sujeto cree, por los cuales se compromete.
173
172
En la progresiva definición de sí mismo que el adolescente y el «Pero ¿quién soy yo para...?»
joven van consiguiendo, el proyecto se coloca como «centro pro-
pulsor e integrado!» de toda la personalidad en desarrollo. «En realidad, ¿cuál es mi verdadera identidad? ¿Quién soy yo
Sólo recientemente la psicología científica se ha interesado por de verdad?» Son las preguntas espontáneas y fundamentales que
este dinamismo de crecimiento psicológico, que actúa sobre todo se escuchan, explícita o implícitamente, en la vida de cada uno y en
en la edad evolutiva, pero que interesa también en todas las etapas las más variadas circunstancias. La respuesta verdadera no es ni
de la vida. Puede incluso definirse como una anticipación y orien- fácil ni inmediata. Y, sin embargo, es necesaria para vivir de una
tación del futuro desarrollo. En el proyecto tenemos, en realidad, manera auténticamente humana.
una fuerza anticipadora y modeladora de la persona que se va for- Hay en el Éxodo un itinerario que puede iluminar algún trecho
mando. Compromete toda la personalidad porque, anticipando la de este camino de descubrimiento de la propia identidad. Se oye
meta, orienta el crecimiento. una pregunta: «¿Quién soy yo?» La respuesta no se da directa-
mente, como algo tranquilizador con lo que uno se siente seguro,
como quién tiene el pasaporte en regla. La respuesta surge a lo lar-
go de un itinerario, fruto de una búsqueda laboriosa de la propia
INTERROGANTES identidad y misión, refiriéndose a las realidades que permiten una
auténtica identificación:
— En el camino hacia mi identidad «verdadera y realista», hacia el — la persona interpelada;
afianzamiento personal, ¿me siento impulsado por un proyecto de vida
— la misión propuesta;
auténtico y vivo? En caso negativo, o de que tenga poca eficacia, ¿a qué
es debido? — las situaciones que llaman;
— En mi madurez afectiva, ¿cuáles son los puntos sólidos con los — la promesa de futuro;
que puedo contar (logros, progresos, cualidades) y cuáles son las princi- — la fuente de la propia vida.
pales dificultades, los problemas que se me presentan? ¿Cómo se mani-
fiestan? (Síntomas.) — La persona interpelada: «¿Quién soy yo para...?»
— En mi madurez sexual (sexualidad integrada en la afectividad),
¿cuáles son los puntos sólidos en que me puedo apoyar (equilibrio ini- Es la pregunta que oyó dentro de sí Moisés: «¿Quién soy yo
cial, pasos adelante...) y cuáles las principales dificultades, los proble- para ir al faraón y sacar de Egipto a los hijos de Israel?» Lo había
mas presentes? Estos problemas, ¿cómo se presentan (síntomas) y cuáles dado como respuesta a la «voz» que desde la zarza ardiente le ha-
pueden ser sus causas?
bía formulado una propuesta: «Toma mi cayado de pastor y haz
— ¿Qué creo que puedo y debo hacer para vivir efectivamente un
salir de Egipto a mi pueblo, los hijos de Israel.»
camino de crecimiento personal... sin dejar pasar la vida por las buenas?
¿Para madurar mi afectividad, esto es, ser capaz de amar de modo esta- Es la misma respuesta que resuena, de una manera más o me-
ble y duradero, de establecer relaciones positivas y constructivas con las nos explícita, durante la adolescencia y la juventud, cuando se está
diversas personas? ¿Para madurar mi sexualidad, integrándola en la en busca de un polo interior unificante, de una dirección de marcha
afectividad como energía de la alteridad y del encuentro? interior que oriente la vida. Se hace sentir luego en las diversas
— ¿Qué medios me son necesarios hallar y utilizar para progresar etapas de la vida del adulto cuando, frente a las situaciones crucia-
por este camino de crecimiento? les de la existencia, es llamado en causa con todo lo que se es, me-
diante la propia opción vital, y es indispensable elegir de manera
cualitativa. Resuena cuando se nos concede tiempo y modo para
tomar el punto del propio camino de la vida, para verificar la direc-
ción de marcha...

174 175
Se hace viva cuando ciertas edades de la vida imponen un ba-
lance de la propia existencia, a partir del cual hay que emprender
nuevas rutas...; cuando una misión pide ser tomada en considera-
ción y debe ser asumida.
La respuesta esperada surge poco a poco, en medio de la bús-
queda. Es mediante un progresivo proceso de autoconocimiento
como toda persona puede llegar, poco a poco, a una autoidentifica-
ción sólida y válida, fuente de alegría, de creatividad y de conti-
nuidad. Las aportaciones son diversas: desde dentro de la persona,
mediante el descubrimiento experiencial de los propios talentos;
desde el ambiente, merced a reflejos-rebotes, cordiales o críticos,
que las personas con las que se vive ofrecen; desde la reflexión,
debido al descubrimiento de ciertas dimensiones interiores morales
y espirituales; desde la palabra de Dios, directamente o a través
de los signos, mediante la revelación del sentido y de la dirección
última de sí mismo y de toda realidad en el plan del Padre.
La verdadera identidad de ti mismo no la puedes fabricar con
tus manos, con tu esfuerzo, empeño e imaginación. Solamente pue-
des acogerla como un don que hay que desarrollar, una semilla
presente en ti desde el comienzo de tu existencia.
Se trata de esa realidad, de ese núcleo de valores depositado en
lo íntimo de ti mismo, que te hace sentirte tú en cualquier circuns-
tancia, aun cuando los demás te sean contrarios, en armonía conti-
go mismo, inserto positivamente en tu presente y como dinamizado
hacia el porvenir... Es un núcleo de valores que poco a poco se
hace misión y compromiso en la vida.

— La misión propuesta: «Toma mi cayado de pastor


y ponte al frente de mi pueblo.»

Inesperada y nueva llega a Moisés la propuesta: «Ahora vete.


Yo te mando al faraón. Haz salir de Egipto a mi pueblo, los israe-
litas.» Está en pura discontinuidad con las opciones de vida hechas
hasta ahora y que se hallan consolidadas. Está ahí, delante de él. Le
pide tomar postura.
En la propia vida, antes o después, durante la adolescencia o la
juventud, a veces en la edad madura, surge para cada uno una pro-
puesta de misión. Normalmente nada excepcional. Se trata de una
tarea que desempeñar, dentro de una profesión o fuera de la mis-

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ma, de una meta que puede imantar y orientar las diversas opcio- primeros intentos juveniles de cambiar la condición de esclavitud
nes. A veces toma cuerpo lentamente a través de momentos fuertes y de explotación de su pueblo (Ex 2,11-15). Había fallado, lo ha-
o de eclipses, hasta colocarse en el centro de la conciencia para ser bía dejado todo y se había escapado para ponerse a salvo. Y ahora
asumida o rechazada; otras veces surge casi de improviso después se había organizado con mujer, hijos, un trabajo y una relativa
de una situación crucial vivida que ha cuestionado la propia vida. edad, cuarenta años, tiempo en el cual uno cree haber entendido lo
esencial de la vida. Ahora, frente al nuevo compromiso, Yahvé le
— Las situaciones «que claman...»: «He visto la miseria promete su misma presencia. A los reiterados intentos de evadirse
de mi pueblo...» de su nueva identidad y misión, Yahvé insiste en darle seguridad
con su firmeza única de Creador (Ex 4,1-17). Aventurarse en busca
Moisés, intrigado por la zarza que ardía, no huye, sino que ani- de la propia identidad verdadera y de la propia misión en la vida
mosamente se acerca, aceptando descalzarse conforme a las indica- exige poder contar con una presencia válida y protectora. Hay que
ciones que recibe. Y la voz continúa diciéndole: «He visto la mise- estar dispuesto a encontrarse tanto con verdades desagradables,
ria de mi pueblo y he oído el clamor que le arrancan sus capata- subdesarrollos camuflados, negación de vida, disfraces y adulacio-
ces...» Moisés, cuando era joven, había observado él mismo esta nes, dependencias afectivas asumidas para vivir, como con riquezas
situación. Había reaccionado usando las mismas armas de violencia. del ser, dones que comprometen, vocaciones que alteran el statu
Pero había tenido que escapar para salvar su piel. Ahora lo ve bajo quo asumido.
otra luz. Hay un plan de liberación que procede de Yahvé, dentro
del cual Moisés ha de desempeñar su papel. Esta «presencia válida» sobre la cual pueda uno contar puede
configurarse de muy diversas maneras: la confianza en un Dios
En torno a ti son muchas las «situaciones que claman».
encontrado como persona, la amistad de los amigos, el amor autén-
Son todas las situaciones de miseria económica, moral y espiri-
tico de una novia o novio, esposa o esposo, en particular de un
tual, de explotación por parte del que abusa del poder, de aliena-
educador amigo capaz de adivinar, de descubrirte a ti mismo, de ser
ción por parte de la persona incapaz de regirse por sí misma, de la
referencia segura y firme para los días de luz, lo mismo que para
vida sin sentido, de embrutecimiento, de marginación... ¿Cómo
aquellos otros de oscuridad, en toda búsqueda de identidad.
entenderlas? ¿En qué plan de liberación intervenir? ¿Qué postura
tomar frente a ellas?
Estas «situaciones que claman», debidamente acogidas y com- — ha fuente de la propia vida.
prendidas, tienen la capacidad de revelarte a ti mismo, manifestán-
A Moisés no le basta conocer la misión propuesta y la promesa
dote una posible tarea de la vida.
de un porvenir. Quería saber más. Quería saber con quién podría
contar: «Está bien. Pero se me dirá: ¿de parte de quién vienes?
— La promesa: «Yo estaré contigo y ésta será la señal de que
¿Quién te envía? ¿Qué prueba tenemos de que eso que nos cuentas
yo te envío: Cuando hayas sacado al pueblo de Egipto,
es verdad? ¿Qué Dios se te ha aparecido?» Moisés pregunta el
daréis culto a Dios en este monte» (Ex 3,12).
nombre a esa voz que le habla. No le bastaba «el Dios de vuestros
Es un porvenir no de soledad negativa, de aislamiento, lo que padres». Y Dios le revela su nombre: «Yo soy el que soy. Y tú les
se le promete, sino de íntima comunión, como fuente de vida y de dirás: El que me envía es Yo soy.» «Yo soy» quiere decir «yo
libertad, un poder ser uno mismo en plenitud. existo». Y hay una enorme diferencia con los ídolos. Estos no exis-
La propuesta de Yahvé es muy comprometida, como para des- ten sino en la fantasía y en el deseo. No tienen existencia propia.
animar al más audaz. Moisés estaba muy lejos de prever semejantes En el mundo del cielo, de la divinidad que aquellos pueblos podían
perspectivas. Se conocía bien a sí mismo. Ciertamente, no estaba entender, o se imaginaban al menos, solamente Yahvé puede decir:
a la altura. En su memoria llevaba el recuerdo quemante de sus «Yo soy, yo existo.» Los demás son viento.

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A la luz de la autorrevelación de Yahvé, Moisés, después de po en tiempo lo que mejor se adapte a tu momento evolutivo. El
repetidos intentos de esquivar su nueva identidad y su misión, consejo de un educador amigo te puede servir de valiosa ayuda.
acepta y se encamina hacia el éxodo de la liberación. Confrontán-
dose con Yahvé, descubre la fuente verdadera de la propia existen- Esquema A. Autopresentación:
cia, el coraje de ser y llegar a ser siempre más él mismo. conocerse para autoidentificarse.
No encontrarás tu identidad mirándote al espejo o acariciando
sueños imposibles, ni saltando de acá para allá, yendo de unos a Este esquema es útil para una autopresentación orgánica y pro-
otros. La encontrarás mediante el descubrimiento personal de la funda. Una vez redactado, puede constituir un punto de partida
fuente de tu vida, abriéndote a un «más allá de ti mismo», al Abso- para tu camino educativo. Es desde dentro de donde comienza el
luto verdadero. Es ahí, reconociendo y asumiendo tu capacidad y crecimiento humano.
limitaciones constitutivas, donde te puedes encontrar a ti mismo
como criatura, rica y al mismo tiempo limitada, y al Creador como 1. Lo que soy, con qué puedo contar: describe tus aptitudes,
fuente de existencia. Creado a imagen de Dios, estás tú también capacidad, dotes, cualidades positivas, etc., presentes en ti, aunque
llamado a ser «yo soy, yo existo». En la medida en que esto ocurra, parezca que tienen poco relieve.
te pones en marcha, liberando tu identidad y asumiendo tu espe- — soy uno que... (identidad)
cífica misión en la vida. — puedo ser... (posibilidad)
— puedo hacer... (potencialidad)
— creo que estoy hecho para... (inclinaciones)
— creo que valgo porque... (autovaloración)
INTERROGANTES — ante los demás valgo porque... (autovaloración)
— creo que tengo capacidad de... (aptitudes)
Solamente después de un cierto tiempo de compromiso en un hacer — hay en mí algo que quiere vivir... (el ser en profundidad)
concreto se puede precisar y lograr la propia identidad. Es preciso que
—• mi vida afectiva... (puntos seguros, puntos débiles)
el adolescente comience a existir, a poner en práctica, a concretar las
aspiraciones profundas del propio ser, aun cuando todo esto se haga a 2. Mis limitaciones a tener en cuenta, los problemas presen-
tientas. Para todos resulta muy útil preguntarse: tes en mi personalidad: describe tus limitaciones, dificultades, de-
— Actualmente, ¿en qué cosas me siento más yo mismo y por qué? fectos, resistencias internas, bloqueos, inhibiciones...
— ¿En qué veo que se manifiesta más mi identidad?
— ¿En base a qué hecho lo puedo afirmar? 3. Lo que quiero ser: describe los valores y los ideales en los
que crees, las aspiraciones presentes en ti, tus deseos, expectativas
para el futuro...
Autoedificarse a partir de lo que se ha vivido — yo quisiera ser o llegar a ser uno que...
— espero de mí mismo que...
Estar convencidos y desear una identidad de sí que sea válida — aquello en lo que más creo es...
es algo determinante para el propio crecimiento. Constituye una — me gustaría hacer...
fuerte motivación. Pero no basta. Se precisan pistas preferenciales — quisiera tener...
e instrumentos adecuados para no terminar en puro juego inte- 4. Lo que soy para mis amigos o compañeros de clase o de
lectual. trabajo.
Como ayuda para este camino, encontrarás a continuación algu-
nos esquemas que te pueden facilitar este trabajo. Escoge de tiem 5. Lo que soy para mis padres y educadores.

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6. El camino recorrido hasta ahora: logros, dificultades supe-
radas, valores asimilados. yo actual yo ideal
7. El camino que deseo y quiero recorrer en un futuro inme-
diato: campo de mi trabajo actual, es decir, sectores de mi vida en 1. YO Y MI, es decir, yo en Lo mismo. Lo mismo.
la que actualmente y en prospectiva propongo comprometerme para relación a mi cuerpo, al grado
hacer luz, para mejorarme. de libertad interior, de autono-
mía efectiva personal, a la auto-
8. Medios que me propongo utilizar..., personas que me pro- aceptación, a la confianza en sí
pongo encontrar para concretar un trabajo sobre mí mismo. mismo, a la seguridad propia, al
nivel de la madurez de la sexua-
9. En particular, te quiero hacer saber que... lidad y de la afectividad, al sen-
tido de lo real, a la capacidad
Esquema B. Punto de reflexión sobre el camino personal de compromiso, al sentido de
que se está recorriendo. responsabilidad, a la coherencia
y a la lealtad, etc.
De tiempo en tiempo, después de un período de la vida (año
escolar, tiempo de vacaciones, etc.), para progresar en la autoiden- 2. YO Y LOS DEMÁS, es de- Lo mismo. Lo mismo.
tificación es útil reflexionar sobre la marcha del crecimiento y pro- cir, a mi sociabilidad, a la capa-
fundizar en ello, verificándolo con un educador amigo. cidad de estar junto a otros, de
ser amigo, a la capacidad de co-
Para facilitar este trabajo y hacerlo fructífero, te propongo el laborar en plano de igualdad y
siguiente esquema. Puntualiza por escrito cuanto se te pide. Pon de modo subordinado, a la rela-
la fecha. En momentos sucesivos te servirá para confrontarlo con ción con el otro sexo (hetero-
nuevos momentos de reflexión. sexualidad y afectividad), a la
relación con los educadores y
padres, a la relación con aque-
yo actual yo ideal llos a los que presto servicio
(ejercicio de la responsabilidad
hacia terceras personas, en par-
Pongo de relieve aquello con lo Examino lo que ac- Concreto los llama- ticular o en grupo).
que puedo contar, sobre lo cual tualmente va menos mientos a crecer, las
apoyarme, presente en mí a par- bien, o va mal, lo que indicaciones pedagó- 3. YO Y LA NATURALE- Lo mismo. Lo mismo.
tir de lo mínimo perceptible, me resulta problemá- gicas que brotan en ZA/LAS COSAS, es decir, el
como dotes, talento, capacida- tico, me crea dificul- relación al crecimien- uso de las cosas, el orden en re-
des, aptitudes, intereses y gusto tad, lo que me fal- to de mi identidad y lación al ambiente, el sentido
duradero de... y como adquisi- ta... a lo largo de los misión, a lo largo de y el gusto por la naturaleza, etc.
ciones, pasos adelante en la ma- cinco ejes de creci- los cinco ejes de cre-
duración, progreso, luz, intuición miento indicados al cimiento de la perso- 4. YO Y LO ABSOLUTO: Lo mismo. Lo mismo.
a lo largo de los cinco ejes prin- lado. nalidad indicados en implícitamente, la búsqueda de
cipales del crecimiento de la la primera columna. un sentido válido para la vida;
personalidad. explícitamente, el sentido de
(De los varios puntos indicados, Dios en mi vida, en base a las
escoge los que se hallan más opciones hechas (Dios me en-
presentes en ti, los que más te cuentra), mi camino a la bús-
interesan; el resto te indican queda de Dios (mi encuentro
otras dimensiones del creci- con Dios), a través del recogi-
miento.) miento, la oración personal y

183
182
Al final del período de observación haz un balance escrito de
yo actual yo ideal lo que has percibido en ti, recogiendo todo según los aspectos im-
portantes, y verifícalo con tus educadores para profundizar sobre
comunitaria, los sacramentos, el lo mismo. Ten presente que todo aquello que sea fuente de alegría,
sentido de la palabra de Dios, de compromiso duradero, de capacidad de mantenerte firme, de
mi sentido religioso y el de los luz, de fortaleza, etc., está siempre de parte de tu «verdadera iden-
demás, a la luz de la palabra de tidad». Estos sentimientos son como su voz inconfundible. Sé fiel
Dios; mi camino moral en con-
formidad con mi relación con
a este empeño asumido. Te ayudará grandemente en tu crecimiento
Dios, el sentido del pecado y de interior. Todo auténtico crecimiento se realiza dentro de ti, aunque
la gracia, etc. con muchas aportaciones exteriores.

5. YO Y MI MISIÓN EN LA Lo mismo. Lo mismo.


VIDA, es decir, el descubrir y
asumir mi vocación personal yo actual yo ideal
dentro de la Iglesia y de la so-
ciedad, la presencia de un pro- ¿Qué ha sido hoy para ¿Qué ha sido hoy para ¿Qué indicaciones, qué
yecto de vida comprometido, la mí, a partir del mínimo mí fuente de problemas, llamadas a un mayor cre-
capacidad de compromiso en perceptible 0,1 por 100, dificultad, miedo, freno, cimiento comporta todo
uno de los múltiples modos y fuente de alegría, luz, resistencia... en relación esto en orden a mi iden-
sectores de la Iglesia y de la so- fuerza, compromiso dura- — a mí mismo tidad y misión, a través
ciedad, el asumir una «regla de dero, vida, etc., a lo lar- — a los demás de los cinco ejes?
vida» que haga posible el pro- go de los siguientes ejes — a la naturaleza
pio camino vocacional, etc. de desarrollo de la per- — a lo absoluto
sonalidad? — a mi papel en la vida?
En relación
Todo esto es con lo que puedo Lo que va menos bien ¿Cuáles son los prin-
— a mí mismo
contar..., ¿qué me descubre de o consideras que va cipales medios para
— a los demás
mi mismo, esto es, de mi iden- mal, ¿de qué causas dar concreción a este
— a la naturaleza
tidad? «Yo soy uno que...» crees que trae su ori- crecimiento?
¿Qué experiencias es — a las cosas
gen?
oportuno realizar pa- — a lo absoluto
N. B. Te será útil proceder no Todo esto, ¿qué me
ra progresar? — a mi fe
tanto por razonamientos cuanto revela sobre mí mis- — a mi misión en la vida
dejar aflorar por intuición la mo, es decir, sobre
respuesta etapa por etapa. I mi identidad: «Yo
soy uno que...»?
Lo que ha sido causa de Lo que ha sido causa de ¿Cuáles son los medios
alegría, vida, luz, fuer- problemas, dificultades, necesarios para concretar
za, compromiso, coraje..., miedo, freno, resisten- este crecimiento? ¿A qué
Esquema C. Ejercicio de autoidentificación ¿qué me descubre sobre cia..., ¿a qué causas me experiencia dar la prima-
mí mismo: «Yo soy uno parece que se ha debido? cía?
a partir de la vida cotidiana. Todo esto, ¿qué es lo
que...»?
que me revela de mí mis-
Para facilitarte el dar un paso adelante en tu conocimiento, te mo? «Yo soy uno que...»
propongo este ejercicio de autopercepción. Por espacio de un mes,
mejor dos, anota en tu diario de crecimiento, al final de cada jorna-
da, todos o casi todos los días, lo que te ha sido propuesto.

184 185
CAPITULO SEXTO

ELEGIR ENTRE LOS DIVERSOS


«PROYECTOS-HOMBRE»

MÚLTIPLES PROYECTOS PARA EL HOMBRE

Los valores que constituyen el proyecto de vida, como hemos


visto, no existen en abstracto ni se hallan desparramados a granel.
Estos se agrupan y se encarnan, además de las personas y situacio-
nes, en las culturas locales o más generales.
Cuando un grupo humano da una determinada respuesta a los
problemas que se presentan, viviéndolos como un sistema de valo-
res a los que referirse, crea la «propia cultura». Algunos de esos
valores son maximalizados y otros marginados. De ahí proviene
«un campo de fuerzas» psicosociales con algunas direcciones prefe-
rentes, en base a los valores para los que en término medio se vive.
Cultura no significa lo mismo que grado de instrucción o conoci-
miento de muchas cosas. Cultura es un modo de entender la vida,
al hombre, la sociedad. Una manera de evaluar lo que está bien y
lo que está mal, lo que es valor o sin valor, una manera de inter-
pretar la vida, de actuar y reaccionar a los ofrecimientos o dificul-
tades de la misma vida.
Toda cultura da origen a un proyecto-hombre y sociedad más
o menos bien caracterizado, orientado a proporcionar una visión
global de la realidad y a obrar conforme a ella.

Varios humanismos
De ahí proceden los diversos humanismos. Humanismo signifi-
ca una determinada concepción del hombre, de sus responsabilida-

187
des frente a sí mismo y a la sociedad; una visión de la libertad, del yecto radical-burgués, centrado en el bienestar; proyecto-hombre
amor, de la sexualidad, lo mismo que de la diversión, del deporte; o humanismo neomarxista, centrado en torno a la liberación abso-
una manera determinada de concebir la familia, la escuela, el mun- luta del hombre dentro de la historia presente, etc.
do del trabajo; una concepción de la religión, de la fe, de lo tras-
Para captar la relación entre la elaboración del proyecto de
cendente; una concepción del hombre y de su lugar en el mundo,
vida, dentro de los diversos proyectos-hombre, es conveniente refe-
de sus responsabilidades frente a la historia.
rirse a los proyectos más incisivos hoy en el plano cultural y psico-
Hoy día encontramos en la sociedad en que vivimos muchos pedagógico. Queremos sintetizar, en sus líneas esenciales, los cuatro
proyectos para el hombre y sobre el hombre. La economía, la polí- proyectos-hombre principales actualmente. Son proyectos con los
tica, la técnica, la industria del tiempo libre, la escuela tratan de que cada persona en particular, antes o después, ha de relacionarse
proyectar un joven obediente a ciertos criterios e intereses de un para realizar una confrontación crítica válida. Su presencia e incisi-
determinado tipo, más o menos favorables a la libertad y a la res- vidad varía de tiempo en tiempo, de ambiente en ambiente, reci-
ponsabilidad real. biendo acentuaciones diversas. Ninguno es absolutamente positivo
Ahora bien: el bagaje de normas y de valores presentes en un o negativo; cada uno de ellos es portador de algún valor. Interesa
proyecto-hombre puede estar de acuerdo con los de otros proyectos mucho individualizar y elegir el más completo y más promotor del
o también en contraste más o menos explícito. Las grandes pala- hombre sin cortapisas. Para hacer más fácil la confrontación hace-
bras y realidades como la libertad, el amor, la vida, la verdad, el mos resaltar solamente algunas categorías. Seguimos una red de
valor, la justicia revisten para cada cultura o mentalidad significa- lecturas formada por rasgos, desde las dimensiones fundamenta-
dos diversos, si no opuestos. Todos nosotros respiramos esos modos les del hombre. En todo proyecto de hombre, cada uno de estos
o mentalidades y estamos también fuertemente condicionados en rasgos puede ser aceptado o rechazado, tener una mayor o menor
la elaboración de nuestro proyecto de vida. Frente a la diversidad acentuación.
y disparidad de proyectos-hombre, no es fácil orientarse. «Nunca
Queda dicho que en la realidad cotidiana es muy difícil encon-
antes de ahora el hombre —observa el filósofo Karl Jaspers—, en
trar situaciones totalmente neutras. Los proyectos-hombre diversos
el curso de su historia, ha sabido tanto de sí mismo. Y nunca antes
y bien caracterizados se encuentran mezclados con una considerable
de ahora la calidad de informaciones sobre sí mismo lo ha dejado
interacción recíproca. Por tanto, es problemática una rígida contra-
tan inseguro.»
posición. Lo que importa, para los fines del crecimiento personal,
— ¿Cuáles son las imágenes del hombre y el correspondiente es tomar el proyecto-hombre con el que principalmente dice rela-
proyecto de vida más incisivos actualmente? ción, dentro de la variedad de los humanismos, la dirección hacia
— ¿Cuáles son los proyectos-hombre presentes hoy? donde se mueve mediante un adecuado discernimiento crítico, la
— ¿Cómo se caracterizan y en base a qué criterios se indivi- elección de vida unificadora de la propia existencia. De otro modo
dualizan? se tendrán personalidades más o menos inconclusas, continuamente
— ¿Qué relación existe entre la elaboración del propio pro- en vagabundeo.
yecto de vida y los proyectos-hombre presentes en las diversas cul-
turas, sobre todo en la propia?
Los proyectos-hombre presentes hoy en-'as diversas culturas
PROYECTO-HOMBRE CONSUMISTA
son muchos, inspirados en todas las ideologías. Algunos de entre
los principales: proyecto-hombre o humanismo científico, centrado
Se trata del proyecto-hombre causado por la «cultura burgue-
en el desarrollo técnico, por el que el hombre está más o menos
sa» y la revolución industrial. Está principalmente orientado hacia
en las manos del computador; proyecto-hombre o humanismo exis-
el bienestar inmediato, hacia el «poseer» como vértice inmediato
tencialista, centrado en la búsqueda del sentido de la vida; pro-
de la escala de valores.
188 189
«Un tipo de hombre nuevo, falto de toda audacia, de todo mis-
terio, del sentido del ser y del amor, del sufrimiento y de la ale-
gría, consagrado a la felicidad y a la seguridad; revestido, en las
más altas esferas, de un barniz de cortesía, de buen humor, de gra-
cia y de clase; en los estratos más bajos, amurallado tras la lectura
somnolienta del periódico, las reivindicaciones profesionales, la nos-
talgia del domingo y de los días de fiesta y, como una defensa, la
obsesión del último chismorreo y del último escándalo.»
La mentalidad burguesa está bien enraizada en el hombre, lo
acompaña a través de la historia. También hoy está viva. Está en
el fondo de cada uno de nosotros y afecta a todas las manifestacio-
nes de la vida social, profesional y política.

«El que vale se abre camino en la vida.»


«Yo tengo mi posición, pero la he conseguido; tú hazte la
tuya.»
«Con la buena voluntad todos pueden granjearse una fortuna.»
«Moraleja del cuento: pasarlo bien aquí sin pensar más allá.»

Algunas voces

«A trompadas para escuchar el evangelio del santón Cero


—observa Antonia, de dieciocho años, quinto de ciencias—.
Todas las tardes más de cinco mil chicos y chicas, delirantes
y pendencieros, se agolpan en el inmenso galpón donde Re-
nato Cero presenta su espectáculo. Besan con ardor su retra-
to y le gritan: ¡Eres nuestro dios! » '

«Quizás de adulto haga aún este trabajo duro en la fábri-


ca —piensa Juan Luis, de diecinueve años—, en donde estoy
hace ya dos meses..., pero me desquito con el hockey. En
el club encuentro amigos, se viaja, luego admiro a los cam-
peones deportistas...»

«Tengo muchacho —recuerda Tania, de diecinueve años,


obrera—, pero a esta edad no me caso... Hemos decidido
convivir, como hacen ahora muchos... Así no hay problema
de divorcio.»

190
«¿Los adultos que admiro? —observa Carlos, de dieci- — La ley:
ocho años, estudiante del liceo de artes—. A aquellos que en • gozar de la vida mediante la posesión de las cosas;
la vida lo tienen todo: trabajo, dinero, mujer. ¿Los políti- • apoyarse en los demás;
cos? No me interesan.» • carrera fatigosa a codazos hacia un espejismo de paraíso aquí
en la tierra ofrecido por la posesión de bienes y de confort;
«Mi vida —explica Luciano, de treinta años— es de tra- • manipulación de la persona, sometida al provecho, al poder.
bajo duro en una fundición. Prefiero los turnos de la noche
porque gano más. Quiero que mis hijos estudien y quiero — El prójimo:
terminar de construir mi casa. En el tiempo libre juego a las • es un buen consumidor;
bochas. No tengo más preocupaciones.» •• es un competidor;
• un término de confrontación;
«Para mí, la vida consiste en que los negocios marchen • un acercamiento insignificante sin verdadero intercambio.
bien —cuenta Marcos, de treinta y seis años, comerciante—.
Quiero dejar un comercio bien surtido a mis hijos. Luego, si — El horizonte: aquí, ahora, el tiempo de una vida estimulado
el comercio rinde, te encuentras satisfecho de ti mismo. Quie- por el mito del progreso indefinido, dentro de una perspectiva in-
re decir que eres capaz, que tienes vista; te estiman y puedes tramundana.
dar a los tuyos todo eso que otros no tienen.»
— El hombre verdadero: es el hombre en una sola dimensión:
«Yo soy un robot —canta Jorge Gaber en La Carrera—. considerar al hombre como un conjunto de necesidades que satisfa-
Si lo quiere el mundo, yo muevo la cabeza; fiel al patrón, cer y renovar continuamente. El es un buen consumidor y encuen-
nunca hago fiesta. Trabajo todo el día, no tengo tiempo tra gozo en gastar. La vida se vive en un clima de «pequeño cabo-
libre, pero en el fondo me conviene, me produce más. Bueno, taje», sin grandes ideales, con vistas al confort y a los placeres. Su
continúa la carrera que llevas; ¿qué vale más que la vida? valor depende principalmente de lo que posee y puede ostentar.
Y el que se para está perdido, lo sabes; la carrera no se acaba La dinámica de las necesidades no sigue la de las instancias verda-
nunca. Continúa, no tienes remedio, y trata de hacer pesetas. deras del hombre, sino que es artificialmente provocada y manipu-
¿Qué importa que haga tiempo que no ves a los niños, si ya lada en base a las exigencias de las leyes de mercado. Ayer los elec-
no conoces un árbol en el prado, si para ir más aprisa atro- trodomésticos, hoy los Hi-Fi, mañana el turismo de grupo inter-
pellas a un desgraciado? Yo soy un robot. A cualquier man- continental. La persona se valora conforme a su utilidad de unidad
dato me muevo en un disparo, pero soy normal, no tengo de producción y consumo.
nada de loco. Así, de día en día, te haces más importante;
pero mírate al espejo: ¿no ves que ya eres viejo? Estás vivo — La sociedad: está compuesta por productores y consumis-
y pareces un muerto. Terminó la carrera; desgraciadamente, tas, regulada por la ley del más fuerte en poder político, económi-
te habías equivocado: perdiste también la vida.» co, cultural.
— La causa del mal: el no poseer bienes, la pobreza material,
Algunos rasgos característicos el no tener una buena colocación. La peor desgracia es tener poco
o nada.
— Objetivo que hay que alcanzar: la felicidad en la vida me-
diante el poseer, el provecho, el bienestar, el éxito, la apariencia, — La salvación: vendrá del poseer, de poseer siempre más
el prestigio, etc. Se trata de fines y medios presentes en el camino cosas. Se pretende colmar con las cosas el vacío que hay a otro
humano, pero según una determinada categoría de valores. nivel.

192 193
13
El proyecto de vida personal: Cuando es el proyecto de vida 'para tener siempre más', y contentar siempre más los capri-
consumista el que inspira, de manera más o menos expresa, el pro- chos multiplicados e intensificados por una inteligente publi-
pio proyecto de vida, éste tiende a ser: cidad.»
— un conjunto de cualesquiera cosas;
— un torbellino de vagas propuestas que bastan un día; Al hombre, en efecto, o se le atrofia o se le apaga. Languidece
— un tirar adelante para no pensar; en él la reflexividad, la creatividad, la proyección, la dimensión
— un refugio en los ídolos de cartón, manejados por adultos ultraterrena, la «trascendencia».
hábiles; De ahí proviene un estilo de vida en el que todos los valores
— una superficialidad, vaciedad, rumor, aturdimiento, racio- humanos, como la persona, el amor, la solidaridad, la verdad, son
nalización que justifique las opciones de comodidad; más o menos comercializados. Los demás y las cosas sirven en la
— propuesta y destrucción constante de los mitos colocados medida en que me permiten poseer algo más o me dan un placer
delante para hacer perpetua la ilusión de la felicidad de bolsillo. inmediato o una satisfacción. No hay lugar para la esperanza de la
gratuidad. Todo tiene un precio.
«Hemos crecido a base de vitaminas y deporte, con el ci- Se extiende un sentimiento de descontento, de incomunicación
clomotor a los quince años y el carnet a los dieciocho —ob- a diversos niveles, denunciado por la prensa y las películas. El
serva Francisca, de veintidós años, tercero de lenguas—. Pero egoísmo privado o de categoría tiende a dominar, porque lo que
no estamos contentos. Los mayores nos dicen que nos han interesa es «tener éxito». El yo es la medida exclusiva de las cosas
dado todo, que han trabajado, luchado hasta el extremo por y de los demás, no al revés. La riqueza y el poder están concentra-
nosotros, por nuestro bienestar, por nuestra tranquilidad. dos en manos de unos pocos socialmente habilidosos.
Pero no estamos contentos. Es acaso síntoma de inmadurez,
pero pienso que es la condición de muchos jóvenes. Nos da- Una variante
mos cuenta de la existencia de algo que no marcha en el
mundo de hoy, pero no tenemos las ideas claras, no sabemos Este proyecto-hombre puede asumir a veces una forma de
con precisión qué nos falta y a qué aspiramos.» laicismo más o menos larvado. Se trata del continuo intento de no
dejar lugar, de tapar la boca a todo aquello que defienda ciertos
«Desde pequeño crece uno con la idea de que la felicidad valores en su integridad, como la vida, el amor, la familia...; a todo
y la vida humana consisten en tener mucho dinero —puntua- aquello que impugna semejante modo chato de vivir. La Iglesia y
liza Adriano, de diecinueve años, próximo a la madurez clá- la religión son voces incómodas que hay que impedir de todas las
sica—. Desde pequeño le llenan a uno la cabeza con la única maneras. La confianza en la capacidad de la ciencia para resolver
bienaventuranza: 'Bienaventurados los que tienen mucho di- todos los problemas del hombre es ilimitada. La ciencia lo puede
nero y pueden poseer muchas cosas.' Inserto en una sociedad todo. La fe no interesa al hombre sino como eventual refugio para
que llaman del bienestar, pero que sería mejor llamar del situaciones cruciales: muerte o dolor. ¿Dios? Un tapujo. El hom-
'bienposeer', crece uno dispuesto a todo con tal de tener con bre no tiene necesidad de Dios, puede arreglárselas solo. Solamente
qué satisfacer los propios caprichos. Y puesto que para po- tiene valor lo que es visible y puede experimentarse.
seer se necesita mucho dinero, hay que ir normalmente a tra-
bajar, y se nos aplica a esa cosa tan fea como es el trabajo.
Un paso adelante, pero...
El hombre es de este modo vaciado de su responsabilidad de
creador de la propia vida y de la sociedad, es reducido a un Sin duda alguna, el hombre burgués lleva en sí valores. En la
animal gordo, necesitado, al que solamente interesa vivir confrontación del hombre en siglos anteriores se ha emancipado y

194 195
ha conquistado posiciones nuevas. Sabe que puede, con su inteli-
gencia, dominar la naturaleza, y comprende bien que está en la cima
PARA LA REFLEXIÓN
de la escala de los seres vivientes.
Se libera de las creencias mágicas y religiosas, de un concepto — Conforme a la mentalidad burguesa, ¿qué cosas son las que más
mítico del mundo y de un tipo de religiosidad que es residuo del importan en la vida y cuáles las cualidades más apreciables en una per-
paganismo. Intuye que todo hombre tiene en sí mismo valores, sona?
independientemente de la clase a que pertenezca, y que quien nace — ¿En qué relación se hallan la mentalidad burguesa y la civiliza-
sirviente puede llegar a ser patrón. Es una formidable intuición que ción de consumo?
le llevará a abolir la esclavitud y a la declaración de igualdad de — ¿Por <3ué los valores que hay en la civilización burguesa pueden
derechos entre los hombres. degenerar, y de hecho han degenerado, en pseudovalores o contrava-
En el esfuerzo por el éxito desarrolla todas sus posibilidades, lores?
se compromete con tenacidad y espíritu de sacrificio. Si no ocurre —• Para saber si uno es de «tipo burgués» hay que examinar el pro-
ya que una epidemia de peste reduzca en un décimo la población pio mundo interior y los propios comportamientos espontáneos. ¿Qué
de Europa, si ya no se muere de pulmonía, si vivimos en casas con- destacas en ti mismo del proyecto-hombre consumista?
fortables..., gran parte del mérito corresponde al hombre burgués.
Sus intuiciones, sus ideas fundamentales, sus valores vividos cons-
tituyen el fundamento del progreso técnico y científico.
Sin embargo, hoy nos sentimos desencantados del poder y po- PROYECTO-HOMBRE RADICAL LIBERTARIO
sitividad de la ciencia y de la técnica. Son muchos los hechos que
nos llevan a redimensionarlos y a no convertirlos en ídolo que todo La exasperación del espíritu burgués es hoy desarrollada por
lo resuelve. Algunos datos para demostrarlo: la cultura radical. Esta enaltece el aspecto individual y libertario
— el peligro de no controlar el producto del ingenio humano de la vida. El adjetivo «radical» evoca inmediatamente para mu-
(ecología, energía nuclear...); chos el folclore, la moda, la extravagancia, la provocación gratuita,
— la persistencia de las injusticias sociales y la muerte de mi- la desaprensión, lo que salga, el individualismo... Para otros, en
llares de hombres por el hambre y la violencia; cambio, pide sinceridad, poesía, creatividad, compromiso, valen-
— el «producir más» debido a la ciencia no ha conducido a tía... Pero, en realidad, ¿qué es lo que hay en la «mentalidad radi-
«distribuir mejor», sino a una minoría de ricos contra una mayoría cal», que parece hoy tan difusa e influyente? ¿Qué proyecto-hom-
de pobres; bre propone?
— allí donde ha desaparecido la religión, han aparecido los La cultura radical ha nacido de la liberal con aportes anarco-
sucedáneos: magia, astrología, parapsicología, médium... sindicalistas. Por lo demás, nace del influjo ejercido en estos últi-
La ciencia nos podrá decir cómo suceden las cosas, pero no nos mos años por la cultura de la «liberación» psicoanalítica y social,
dará nunca el sentido profundo de las mismas, los «últimos por del desarrollo de las apetencias, del crecimiento de la temática de
qué», los únicos que verdaderamente responden a la pregunta defi- los derechos civiles y de la esfera de libertad-arbitrio respecto de
nitiva de «un sentido para la vida». las normas anteriormente codificadas. Ha nacido una cultura, un
modo de ver y de relacionarse con las personas y con las cosas que
insiste en la superioridad de la persona como espontaneidad res-
pecto de la norma y de la historia (tradición). Juega en términos
de antipoder. Tiende a la liberación de la pedagogía colectiva y del
control social. De hecho, el concepto de hombre elaborado por la

196 197
libertad y a gozar un poco de la vida... Además, hoy está
mentalidad radical parte en último término de dos presupuestos:
todo tan caro... y no se puede dejar de cambiar el coche y
— el ser humano es perfecto por naturaleza;
los muebles cada año, más o menos.»
— todo individuo es totalmente positivo en sí mismo y no ne-
cesita recibir de fuera norma ninguna.
«No estoy casada, ni me casaré —afirma Gabriela, de
El hombre, pues, es originalmente bueno. Son la cultura y la
veintitrés años, obrera textil—. Hace un año que he dejado
historia las que lo echan a perder. Es indispensable, por tanto, re-
la casa de mis padres. Vivo independiente con mi muchacho
conducirlo a vivir según su naturaleza. Solamente así será feliz y
hasta que me plazca. No tengo problemas de maternidad;
perfecto. El término «radical» significa «ir a las raíces». Es casi
están los contraceptivos y el aborto.»
un desandar la historia de la civilización, eliminando todas aquellas
estructuras sociales, aquellas instituciones nacidas a lo largo de si-
glos que no permiten al hombre vivir de manera primitiva, natural. «Lo esencial de mi vida —concreta Sonia, de diecisiete
El hombre es, por naturaleza, libertad absoluta, instinto y pulsión, años, estudiante de magisterio— es poder ir lo más frecuen-
impulso y anhelo, voluntad de felicidad inmediata. temente posible a la discoteca, porque me gusta bailar, por-
que el moverme como yo quiera me hace sentir libre, yo mis-
De ahí el derecho al placer en sus diversas formas, sin limita-
ma, y luego porque puedo conocer nuevos chicos.»
ción posible, individual y colectivamente; el derecho a la incoerci-
bilidad del deseo en sus más diversas formas. El deseo está con-
templado como consumo de diversos objetos o como agresividad «Yo soy un radical —subraya Máximo, de veinte años,
que los hace desaparecer. Es represión todo aquello que se le opo- primero de derecho—. Tomando como maestro y guía a un
ne; el deseo de uso y abuso de sí mismo y de lo privado sin límite cierto M. P., se consigue ser autónomo y uno mismo, inde-
alguno. El ego es central hasta la exasperación. Es la generación pendiente en las ideas.»
del narcisismo.
El hombre tiene el derecho de vivir conforme a estos caracte- «También yo soy un radical —recalca William, de die-
res originales, conforme a la regla del placer y del deseo entendido ciocho años, cuarto de contaduría—. Me siento un contesta-
como impulso hacia la absoluta satisfacción de las tendencias. El tario por naturaleza. Lo hago porque de ese modo me siento
radical no acepta control ninguno sobre la vida privada. Por eso yo mismo, aunque me digan que soy confuso al indicar los
el aborto tiene que ser libre y el divorcio posible en todo caso. verdaderos remedios a los males sociales.»
Cada cual tiene que poder manejar la propia sexualidad como a él
le plazca y buscar la satisfacción individual inmediata. La organi- «Para mí, vivir es hacer lo que a uno le apetece —obser-
zación social y política no tiene que interferir en la vida privada. va Marieta, de treinta y cinco años, secretaria de Hacienda—.
A lo sumo, tratar de evitar los excesos de la anarquía y procurar la A mi marido ya no le amo nada. Me había enamorado loca-
libertad de todos. mente de R. ¿Por qué tenía que quedar con C ? Lo he plan-
tado después de haberle avisado. El no lo ha querido com-
prender y se mató. Ahora somos felices R. y yo.»
Algunas voces

«Yo estoy en un empleo y mi marido en la oficina —dice Algunos rasgos característicos


Carla, de veinticinco años, empleada—. Nos basta un hijo.
No querría los sufrimientos de otra maternidad. No quiero — Objetivos: la felicidad del hombre mediante la liberación
envejecer antes de tiempo. También yo tengo derecho a mi de toda forma de represión moral y la inauguración de una época

198 199
de libre satisfacción de toda apetencia, mediante el rechazo del Un paso adelante, pero...
yugo de la moral y de la religión con sus preceptos.
El intento radical de llevar al hombre hasta sus estadios primi-
— La ley: cada cual por sí mismo, según un individualismo tivos es problemático, tal vez ingenuo y equívoco cuando se en-
exasperado. Agresividad e histerismo, exaltación al proponerse los tiende de manera exasperada y absoluta. Presenta cierto aspecto
problemas. Siempre hay algo que decir a los demás, menos a sí positivo si se entiende y vive de modo equilibrado; por ejemplo,
mismo. la instancia de la simplicidad, de la autenticidad, de la tolerancia.
Por cierto que no tiene sentido anular la historia, la cultura, la
— El prójimo: «el que te fastidia»; «ése a quien te juntas sociedad, la civilización. Tiene sentido, sin embargo, poner a dis-
para sobrevivir»; «en todo, funcional contigo mismo, con tu indi- cusión las instituciones histórico-culturales que han venido a ser
vidualidad». inútiles, sin responder ya a las exigencias de los tiempos o a todas
vistas perjudiciales. La historia enseña que cuando ciertas institu-
— El horizonte: aquí y ahora, sin ningún idealismo, sino con ciones han sido absolutizadas, el hombre ha sido humillado y opri-
el de la libertad, fin en sí misma dentro de una visión humanitaria. mido. De hecho, no han sido pocas las víctimas que han sido sacri-
ficadas a la «razón de Estado» y represiones inhumanas realizadas
— El hombre verdadero: ese que se manifiesta y se esconde, en honor de leyes injustas, a costumbres y usos, tradiciones y hábi-
el protestatario; ése sabe aprovechar la situación con vistas a su tos ahora ya sobrepasados o considerados antes inmodificables.
libertad, entendida como posibilidad de hacer lo que le parece y le El problema es el de entender qué leyes, usos, costumbres hay
gusta. que abolir y cuáles modificar. La cultura radical parece afrontar el
problema de una manera demasiado expeditiva y simplista.
— La sociedad: el libertinaje, esto es, una sociedad respetuosa En verdad, en esta visión cultural no hay realidad trascendente
con el individualismo más marcado, negadora de un orden moral ni sentido de la vida que vaya más allá del «aquí y ahora». Todo
interior objetivo, garante de la libertad total de cada uno, presu- se busca y se encuentra en lo sensible. Tiene sentido lo que apa-
puesto y fundamento de la libertad total de la sociedad. En la so- rece. Medida y criterio de discernimiento de las cosas es el del pla-
ciedad se busca la definición de sí mismo, exhibiéndose en las con- cer y del dolor que ellas provocan. El proyecto-hombre radical-
tradicciones, en un clima de emoción acentuado y en una recíproca libertario se caracteriza por el individualismo, el igualitarismo, la
tolerancia. tolerancia a ultranza, el libertinaje, el hedonismo, el instintivismo
irracional. El individuo se siente capaz solamente de derechos y
— La causa del mal: no poder desarrollar propia e integral- nunca de deberes. De hecho, en este individualismo encuentran lu-
mente la libertad personal, entendida casi únicamente como «libe- gar solamente los más fuertes, mientras que los más débiles son
ración de...», debido a la norma social. desplazados.
Este tipo de cultura y de mentalidad está ampliamente presen-
— La salvación: poder expresar de manera absoluta la libertad te e informa y condiciona extensamente nuestra vida y nuestras
individual según los deseos de cada uno y el principio del placer. opciones. Es el camino de los atajos, del «ya no me gusta», «que
cada uno sea libre para hacer lo que quiera», «soy libre y por eso
Proyecto de vida personal: Cuando es el proyecto-hombre radi- hago lo que quiero»...
cal-libertario el que inspira la propia vida, de manera más o menos La sombra del nihilismo, de la catástrofe y «una cultura de
expresa, es difícil poder hablar de un verdadero proyecto de vida. muerte» se abaten sobre una sociedad polarizada por la satisfac-
Se vive al día, según la suerte de las instancias imperantes. ción del deseo.

200 201
«La sociedad de hoy debería, en teoría, ser feliz: ha erradicado — en una puntualización que hace destacar la dimensión «po-
de hecho diversos tabúes —anota el psicólogo G. A. Campra—. lítica» de la vida, su aspecto estructural. Lo que es personal no
El divorcio y el aborto han 'liberado' a la mujer, la homosexuali- halla espacio por sí mismo. Se mira con recelo, como sustracción
dad campa a la luz del sol... Todo esto no ha conducido a una de fuerzas destinadas al compromiso social, como dimensión de la
verdadera liberación, a una auténtica novedad de vida. Constatado vida menos importante; personal y privado se confunden;
el corto número de 'novedades', al muchacho no le queda, con fre- — en una mentalidad según la cual la salvación del hombre, la
cuencia, más que probar la última cosa: la muerte. El suicidio del consecución de la plenitud de humanidad, se agota aquí abajo, den-
joven es con frecuencia el salto final de una larga serie de actos tro de los límites del espacio y del tiempo. Paraíso e infierno están
de violencia contra la tradición y la estructura social que tiene, aquí, en este mundo. Creer y vivir para «el más allá» es fuente de
como última realización práctica, la violencia contra sí mismo.» alienación. El problema del mal, del dolor, de la muerte, no tiene
respuesta más que dentro del mundo, o accidental.

PARA LA REFLEXIÓN
Algunas voces
— ¿Cuáles son en tu ambiente los rasgos más corrientes de la cul-
tura radical? ¿Cuáles sus resultados? «El marxista es un comunista que quiere una sociedad
— ¿Cuáles son los valores existentes en el proyecto-hombre radical donde los trabajadores no sean explotados, las fábricas sean
libertario y cuáles sus contradicciones? de todos, no solamente de los amos, y todos se hallen bien.
— ¿En qué notas que tu crecimiento se va promoviendo auténtica-
Yo soy uno de ellos —afirma Julián, de veintisiete años,
mente en las instancias radicales; en qué lo notas inflado y anormal,
y en qué mutilado? metalúrgico—. A mí la religión no me interesa gran cosa.
Me preocupo de pasarlo bien, y de que lo pasen, mejor aún
que yo, mis hijos en una sociedad comunista.»
PROYECTO-HOMBRE COLECTIVISTA
«Yo soy un marxista porque soy un trabajador —obser-
Se trata de un proyecto-hombre creado por la ideología y la va Ricardo, de veintidós años, albañil—. No puedo estar de
praxis marxista, con muchas variantes a nivel de concreciones his- parte de los patronos. Sin embargo, últimamente me siento
tóricas en el «socialismo real» y en las perspectivas del neomarxis- menos seguro que antes.»
mo de rostro humano. Ha nacido así una cultura muy difundida en
«Ser marxista, para mí, es querer la revolución, echar
la manera de pensar y de proyectar. La encontramos como base de
fuera a la DC, el capitalismo, y colocar en el poder al comu-
muchas situaciones, actitudes, opciones:
nismo —concreta Fabio, de veinticinco años, obrero textil—.
— en una determinada mentalidad que considera inevitable la El marxista es inflexible, fuerte; es uno que no teme la
rivalidad y el encuentro entre las clases sociales, que subraya las lucha, que se bate por el bien de la sociedad. Sin embargo,
diferencias más que la búsqueda de convergencias;
actualmente siento que no todo está tan claro como hace un
— en una visión de la vida muy sensible a las dimensiones eco- tiempo.»
nómica, social y política de la convivencia humana, individual y co-
lectiva, particularmente en cuanto a los factores ambientales y «Yo soy comunista marxista porque lo son los míos y lo
sociales que gravitan sobre la vida. De ahí el compromiso de «libe- era también mi marido —declara Luisa, de cincuenta y ocho
ración y de lucha» a favor de los pueblos oprimidos según la pers- años, portera—. En nuestra familia somos todos comunistas.
pectiva socialista; Pero yo soy creyente, rezo y voy a la Iglesia.»

202 203
Algunos rasgos característicos — La salvación: proviene del Mesías, que es la clase trabaja-
dora. La salvación consiste en la justicia social y en la igualdad. El
— Objetivos: hacer feliz al hombre mediante la justicia social, hombre restaurará y reintegrará su ser en la medida en que esta-
la igualdad jurídica y económica, la reforma de las estructuras; blezca una sociedad justa. Lo nuevo del marxismo, según Bloch,
suprimir la explotación del hombre por el hombre. consiste en la conciencia de clase. Protagonista: el hombre, por fin
libre de todas las alienaciones. De ahí el compromiso de lucha por
— La ley: todos deben pensar, conforme a la ideología impe- la liberación de las diversas formas de esclavitud: política, social,
rante, en económica, ignorancia, necesidades naturales, dependencia, etc.

• la lucha de clases; Proyecto de vida personal: Cuando es el proyecto comunitario


• la verdad: lo que tiene valor hoy; el que inspira las propias opciones, el proyecto de vida personal
• trabajar juntos en sociedad. recibe por un lado dinamismo y orientación y por otro se resiente
• el fin justifica los medios; del espacio restringido concedido a la persona como tal. Esta cons-
trucción del ámbito personal, sobre todo la insuficiente respuesta
— El prójimo: a los interrogantes existenciales de la vida y de la muerte, a la lar-
• el compañero; ga, cortan la vida al proyecto.
• el igual;
• el socio; Caracterizan al proyecto-hombre colectivista:
• quizá, también, el patrón. — la presencia en la sociedad como sistema socioeconómico y
político alternativo al capitalismo y definitivo con respecto a la his-
— El horizonte: aquí y ahora, la seguridad del éxito defini- toria anterior;
tivo de la revolución y de la historia. — una presencia incisiva que tiende a trastornar las relaciones
entre los grupos sociales mediante el compromiso directo, que va
— El hombre verdadero: el hombre una sola dimensión, la de la acción reformadora hasta la revolucionaria;
terrena y social, comprometido en la construcción de una sociedad — una presencia solidaria, mediante la maduración de la con-
justa y sin clases, sostenido por la conciencia de clase. ciencia de clase y de la lucha unitaria;
— una presencia atenta a la construcción de una sociedad a
— La sociedad: de una sociedad de explotadores y explotados la medida del hombre y de los valores terrenales.
a otra de igualdad perfecta y universal, sin clases, gobernada por
el poder proletario.
Un paso adelante, pero...
— La causa del mal:
• la explotación capitalista; Según Antonio Gramsci, «el hombre es toda una formación
histórica lograda por la opresión». El es solamente el resultado de
• la desigualdad económica y política;
acontecimientos históricos y está totalmente determinado por la so-
• las esclavitudes seculares del hambre, la ignorancia, la depen-
ciedad en que vive.
dencia económica;
Su origen y su último destino están totalmente comprendidos
• la separación de clases y la apropiación de bienes de pro-
en el arco de su historia terrena. El hombre vive durante un deter-
ducción.
minado número de años y luego vuelve a la nada. La realidad hom-

204 205
bre no ofrece misterio ninguno. Toda ella es verificable, porque de servidumbre inconciliable con la dignidad del hombre; orienta
toda es material. Es toda ella «historia»; el «hombre es su histo- a todas las clases y a la sociedad entera hacia la posesión del dine-
ria». Pero ¿qué es la historia? ro; tal es el solo deseo de que está atosigado el espíritu humano.
Por «historia», el marxismo entiende la suma de las vicisitudes El marxismo es el hijo rebelde del capitalismo, de quien ha reci-
de la civilización humana, la sucesión de acontecimientos que se bido la fe en la materia. Rebelde contra una sociedad malvada, lleva
contraponen y se modifican, dando origen a una realidad siempre consigo un poco de justicia, pero sólo hasta el momento de su
distinta. triunfo.»
También el hombre está incluido en este devenir histórico. El «El comunismo —apunta aún Mounier— totaliza y enclava el
es la suma de las condiciones de sus esperanzas, esto es, su «pra- problema humano en la historia económico-política, como un cerco
xis». El yo individuo no existe. El individuo es el componente de en torno al centro. El realismo cristiano perfila la historia humana
una clase, de una casta. Más que de «persona», los marxistas ha- en torno a dos polos, como una elipse: el polo material y el polo
blan de «cuerpos colectivos»: los proletarios, los burgueses, los sobrenatural; el primero, subordinado al segundo, está estrecha-
intelectuales... mente ligado a las posiciones del primero.»
El marxismo ha analizado muy bien el aspecto material e his-
tórico del hombre. Nos ha hecho conocer muy bien sus necesidades
biológicas, económicas, sociales, políticas. Las necesidades materia- PARA LA REFLEXIÓN
les son las primeras que tienen que ser satisfechas. Son las más
inmediatas. — ¿Qué elementos positivos sobre la concepción del hombre se
Por lo demás, con la lucha de clases y la acción revolucionaria hallan en el proyecto-hombre colectivista? ¿En qué convergen con otras
se han sacudido sistemas económicos y políticos fosilizados y muy concepciones y en qué se distinguen?
injustos y se ha conseguido hacer dar un paso adelante a sociedades — ¿Qué limitaciones te parece encontrar en ellos?
fosilizadas. Pero, considerado en sus elementos esenciales y en la — ¿A qué problemas humanos no alcanza la concepción colectivista
perspectiva que lo anima, el proyecto sociológico es un proyecto ni puede dar respuesta?
cerrado. Por un lado acentúa el compromiso por la realización del
hombre, sin alienación alguna en nombre de la igualdad de todos,
y por otro presenta de hecho una cerrazón a la novedad. Todo PROYECTO-HOMBRE PERSONALISTA
aquello que sucede al hombre, existe ya. No hay necesidad de tras-
cendencia verdadera. Nada, por tanto, de novedad verdadera, crea- Este proyecto-hombre se funda en la concepción del hombre
dora, sino redistribución igualitaria dentro de un sistema de ne- como «persona». Frente a todo proyecto-hombre, o humanismo,
cesidad. deben hacerse algunas preguntas: ¿Qué lugar e importancia tiene
«Hay un marxismo, consistente en una filosofía totalitaria —es- la persona humana? ¿Cómo se afirma el valor único y supremo
cribe Mounier—, que reduce toda actividad espiritual a un reflejo con respecto a la materia, a la cadena evolutiva del mundo bioló-
de circunstancias económicas, mientras deja a un lado o niega los gico animal y a la sociedad? ¿Qué es el hombre? ¿Un anillo en la
misterios del hombre y del ser, y no ve en el hombre otro plano cadena biológica, una rueda en el engranaje social, un ser que tiene
más que el que está en contacto con la vida vegetativa y de rela- su primacía por ser persona?
ción, y amenaza con ahogar a la persona con aquellos mecanismos Responder a estas preguntas es ya cualificar el humanismo:
que tendrían, en cambio, que rescatarla.» humanismos de tipo naturalista o vitalista, humanismos de tipo so-
«El capitalismo —concreta el mismo Mounier—, con la mise- cial o estructural, abiertos a la trascendencia o no.
ria o con el bienestar, reduce a una multitud creciente a un estado Otras preguntas surgen en torno a la reflexión sobre la perso-

206 207
na: ¿Es capaz de opciones libres o sus decisiones son consecuencia
de rígidos condicionamientos biológicos, psicológicos, genéticos, so-
ciales que excluyen su libertad? ¿Está la persona centrada princi-
palmente sobre el poseer (dinero, cultura, poder) o centrada en el
ser? ¿Cómo se integran inteligencia, afectividad, cuerpo? ¿Se da
preferencia a la esfera del espíritu o a la del cuerpo? ¿Qué con-
cepto se tiene del amor, del sexo, del deber, del placer?
El proyecto-hombre personalista se renueva sobre todo con los
filósofos Jacques Maritain, Emmanuel Mounier, Luigi Stefanini;
las adquisiciones del psicoanálisis y la psicología de orientación
humanista; con Gordon Allport, Erich Fromm, Abraham H. Mas-
low, Joseph Nuttin, Hans Tomae, Maurice Debesse...; la psicolo-
gía de orientación fenomenológica, con Cari Rogers y las terapias
no directivas, con la pedagogía de ahí derivada; la psicopedagogía
de André Rochain, en Personalidad y relaciones humanas, con los
movimientos sociales y políticos inspirados en una visión de la
vida del «humanismo integral», religiosa o no.
En este proyecto-hombre queda superada la absolutización de
una u otra dimensión del hombre, la individualista de la concepción
burguesa y radical y la social de la concepción colectivista. Cada
una de éstas mutila al hombre en algo que le es esencial, con evi-
dentes desbordamientos y desquites.
En el proyecto-hombre personalista se unen las dos dimensio-
nes. La primacía, sin embargo, la tiene la persona y sus relaciones
interpersonales con relación a los demás aspectos estructurales de
la sociedad. Las estructuras, las leyes, las instituciones, deben ser
siempre orientadas hacia la realización de la persona. Esta primacía
de la persona se obtiene merced a la reconstrucción de la plena
dignidad del hombre.
Sería insensatez minimizar las necesidades del hombre. Cuando
su satisfacción resulta imposible, el hombre se rebaja a estados de
vida infrahumanos y pierde su dignidad. Toda sociedad tiene el
deber de garantizar a todos condiciones de vida dignas y un justo
acceso a los medios de subsistencia. Vivir conforme al proyecto-
hombre personalista no significa jugar todas las cartas a favor del
individuo, sino superar fundamentalmente el humanismo indivi-
dualista y promover el comunitario, dando gran importancia a las
estructuras y ala justicia social, pero reivindicando al mismo tiem-
po la primacía de la persona respecto de las estructuras.

208
«El personalismo —escribe Mounier— es un esfuerzo integral miedo la inmoralidad de la proposición, con peligro del des-
para comprender la crisis del hombre del siglo xx en su totalidad.» pido por rotura de las relaciones 'pacíficas' de trabajo. La
La creciente importancia que se da hoy a lo «personal» frente y en joven compañera tuvo la paga establecida por la ley y fue
relación con lo político, después del énfasis de lo «político» que respetada.»
tuvo lugar en el 68, confiere gran actualidad al proyecto-hombre
personalista. — La ley: compromiso personal y colectivo entendido como
«Odio mi época con todas mis fuerzas —escribe el escritor- servicio a las personas concretas, mediante una reforma, ante todo,
aviador Antoine de Saint-Exupéry—. El hombre muere de sed. En del corazón del hombre y al mismo tiempo de las estructuras injus-
el mundo no hay más que un problema: devolver a los hombres tas. Trabajar juntamente en la comunidad a diversos niveles: fami-
el sentido espiritual, inquietudes espirituales... No se puede vivir liar, social, universal.
de frigoríficos, de política, de balances, de crucigramas. No, no se
puede más. No se puede vivir sin poesía, sin colores, sin amor. Si — El prójimo: un hermano, igual a todos los demás en la dig-
trabajamos solamente por los bienes materiales, estamos constru- nidad; un pequeño «absoluto», nunca instrumentalizable; un
yendo con nuestras propias manos nuestra cárcel. Nos encerramos, miembro del mismo cuerpo social, un compañero de tareas para la
solitarios, con nuestra moneda de ceniza, que no nos da nada que transformación del mundo y de las estructuras socioambientales en
valga para vivir.» sentido más humano.

«Trabajo hace ya casi un año en una industria media


Algunos rasgos característicos •—concreta Pablo, de treinta años—. Después de seis meses
he sido considerado jefe de reparto. Me encontraba bien con
— Objetivo: alcanzar el desarrollo «integral» del hombre con- mis compañeros de trabajo. Nos veíamos también fuera, para
cebido como ser que no se puede reducir a necesidades que hay jugar a las cartas o a las bochas en una cantina del pueblo.
que satisfacer o a deseos reprimidos que hay que liberar. Es ser Un día me hicieron de la dirección una extraña propuesta:
que se distingue de todos los demás seres de la naturaleza por su 'sensibilizar' a los obreros en el problema de la crisis econó-
capacidad de proyectarse y de coordinar la compleja realidad que mica para conseguir que aceptaran horas extraordinarias por
lo constituye: espíritu y cuerpo, inteligencia y deseo, voluntad y parte de todos. Yo tendría una gratificación extraordinaria.
necesidades. El proyecto-hombre personalista trata siempre de afir- Sin dudar, rechacé la propuesta, que habría violado la liber-
mar al mismo tiempo, sin reduccionismos ni mutilaciones, todas las tad de mis compañeros.»
múltiples dimensiones del hombre, la inmanencia y la trascenden-
cia, la persona y la sociedad, el individuo y la estructura, la libertad — El horizonte: aquí y ahora, como lugar del compromiso,
y la norma, etc., sin ceder a la fácil tentación de quererlo reducir abierto a un «más allá», a un «por encima» del presente, de lo sen-
a una sola dimensión o expresión. ... t sible, de lo biológico, allí donde únicamente es posible la plena
realización en el reino de lo trascendente. A la luz de esto es como
«En nuestro estudio notarial —recuerda Valeria, de vein- tienen respuesta adecuada los interrogantes cruciales del porqué el
te años— se ha tomado una nueva secretaria, joven e in- bien y el mal, de la vida, de la enfermedad y de la muerte, del sen-
experta. Cuando se dio cuenta de haber recibido una paga tido último del hombre y del universo.
inadecuada, protestó. Se le ofreció inmediatamente un au-
mento, con la condición de iniciar una relación moralmente «Estamos hastiados y superhastiados de un mundo en el
inaceptable. Las otras dos compañeras y yo denunciamos sin que la persona tiene que valerse de todos modos del dinero

210 211
produciéndolo como obrero, multiplicándolo como consumi- De ese modo, junto a mis amigos, he comenzado a realizar
dor, restituyéndolo todo como esclavo irresponsable —escri- esta mi aspiración de la manera más simple, inmediata, yendo
be un grupo de jóvenes obreros—. Estamos hastiados y su- a buscar a los marginados de mi barrio. Cuando he comenza-
perhastiados de tener que poner nuestra vida al servicio del do a 'ensuciarme las manos' (recuerdo las visitas a casas mal-
rápido progreso económico de los grupos que ya poseen, con- olientes, y limpiar a un enfermo...) me encontré inmediata-
tinuar construyendo una sociedad en que la persona es valo- mente en un dilema: o me comprometía decididamente, su-
rada por los bienes que ha conseguido arrebatar. Vivir inútil- perando los obstáculos de la incomprensión de los demás, del
mente, construyendo una sociedad del poseer, obligados a mismo cansancio físico, de la repugnancia, del miedo de per-
luchar contra los demás para abrirse uno camino o para no derme por los demás, o todo se venía abajo en un instante.
ser aplastado es una cosa antihumana.» Elegí el sacrificio y he comprendido que vivir para los demás
no es una elección sentimental, sino amar, y amar de verdad,
«Nosotros, en el grupo, hemos comprobado que la publi- con el corazón.»
cidad quiere convertirnos en maniquíes, en robots que usan
cosas; que dentro de la sociedad es casi obligatorio compor- — La sociedad: una hermandad y una solidaridad local y uni-
tarse de una determinada manera, no elegida por nosotros, versal en las que concreta y tangiblemente todo hombre es trata-
sino por el último divo del canto.» do como hermano, con una particular atención hacia los últimos
y los más débiles; una sociedad de «convivencia», la cual, en con-
— El hombre verdadero: es el hombre de más dimensiones, traposición a la mixtificación del individuo y a la consideración de
la terrena y la ultraterrena, el hombre en el centro de los fines so- lo privado, revaloriza los requerimientos de la amistad y del com-
ciales, económicos, políticos, con el gusto a favor de empresas que partir, de la solidaridad y de la comunión, de la participación y de
lleven el sello de su verdadera grandeza; un ser poco a poco cada la corresponsabilidad. Entonces el deseo de las cosas cede su lugar
vez más libre de la tiranía de sus deseos y de la esclavitud de ne- a la comunión entre las personas, la búsqueda de los propios inte-
cesidades postizas. Libre para una mayor disponibilidad y un amor reses a las más fuertes exigencias de la justicia, el atropello a la
más auténtico. La posibilidad de liberación es consecuencia del fraternidad, la conflictividad al acuerdo y al perdón.
descubrimiento de los valores más propiamente humanos por el
gusto del saber y del amor por la verdad. Ellos permiten tomar «Oramos por aquellos que han herido a mi querido papá
conciencia de la masificación y alienación a la que estamos someti- —así se expresa Juan, de veinte años, el 14 de febrero de
dos y descubrir la urgencia de un itinerario de recomposición del 1980, en los funerales de Vittorio Bachelet, asesinado por
propio yo merced al ejercicio de la libertad. Esta se entiende no las Brigadas Rojas—, para que, sin quitar nada a la justicia,
como la posibilidad de hacer lo que se quiera o aquello a que le* que es la que debe triunfar, en nuestras mentes habite siem-
llevan a uno los propios instintos, sino como capacidad de decisión pre el perdón y no la venganza; la vida, nunca la demanda
de sí mismo y del propio actuar conforme a los dictámenes de la de la muerte de los demás.»
razón, de la conciencia y de la afectividad.
— La causa del mal: el desconocimiento práctico de una o más
«Sentía que denunciar todas las situaciones de margina- dimensiones constitutivas de la persona, de modo que se obtenga un
ción dentro de un discurso de crítica del sistema era ya algo, hombre disminuido, atrofiado. Por ejemplo, el hombre máquina,
pero no me podía bastar. El hombre disminuido, anciano, el hombre superhombre, el hombre consumista, el hombre capri-
drogado; el hombre en sí mismo, su dolor, quedaban fuera choso, el hombre en función de la sociedad... Esto sucede debido
—anota Mauricio, de veintiún años, segundo de medicina . a las absolutizaciones unilaterales de este o aquel aspecto del hom-

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bre, como si toda la realidad de la persona quedase reducida a esta ees proféticas» que han indicado a los contemporáneos el camino
o aquella dimensión: biológica, individual, social, moral, espiritual, de la «salvación», de la restauración.
intelectual, etc. Los mismos jóvenes van trabajando por mejorar la sociedad.
Hoy mismo hay una búsqueda angustiosa de modelos válidos, fre-
— La salvación: proviene del saneamiento del corazón del cuentemente alternativos, de testimonios luminosos de un futuro
hombre por obra de Dios Salvador y de la cooperación humana; distinto, una necesidad cada vez más perentoria de cambiar de aire.
proviene del empeño individual y colectivo por crear estructuras Este renacimiento, como puede suceder en el individuo, puede
sociales afectivamente al servicio de la persona; proviene de la ca- ocurrir en la sociedad. Sin duda alguna, un cierto tipo de contes-
pacidad de renovación y de cambio vivida efectivamente en una tación juvenil y adulta, ciertas formas de vida social y comunitaria
constante puesta al día. fundadas sobre la solidaridad, el enfoque de la vida tomada como
vocación, en una de sus diversas formas..., son indicios no llama-
Proyecto-hombre personalista y proyecto de vida personal: La tivos, pero seguros, de un renacimiento general.
elaboración del proyecto de vida encuentra en el proyecto-hombre «Teóricamente —escribe B. Russell— disponemos de los mé-
personalista la base a propósito, los elementos indispensables para todos y de los medios para resolver casi todos los problemas: el
tomar cuerpo y estructurarse de manera estable. Es dentro de esta problema del hambre, de la seguridad, de la paz, del trabajo...
concepción del hombre en sus múltiples dimensiones (individual y Hasta el de la libertad para todos... Sin embargo, nosotros no ha-
colectiva, terrena y ultraterrena, biológica, psicológica y moral-espi- cemos casi nada, sino celebrar las inútiles victorias de la ciencia.
ritual) como el proyecto de vida realiza su función de levadura ¿Cómo puede estar tranquilo, sereno y confiado el hombre de hoy?
para la persona, de timón de orientación, de respuestas a los inte- Sobre él pesa el temor. ¿Cómo pueden pretender los gobernantes
rrogantes cruciales. que el hombre se alegre frente a las conquistas de la técnica espa-
El primer paso para la construcción del proyecto personalista cial cuando sobre la misma cabeza de cada uno hay un ingenio ca-
lo da la dirección de la vida. El frente de lucha es amplio. Va desde paz de destruirlo en un instante?»
la neta oposición a cuantos suprimen la vida por un puñado de El hombre no consigue pilotar la propia vida como quisiera.
dinero o por un paranoico plan de revolución, a la reducción del El mal se le presenta cortándole el paso. Esta condición abre una
comercio de armas, a la contención de tasas de contaminación que serie de interrogantes:
envenenan el habitat humano, a un más profundo y sereno juicio
— ¿Cuál es el verdadero origen del mal y del sufrimiento?
de la plaga del aborto, a una reorganización de la distribución de
— ¿Puede una existencia tan cargada de males dejar de ser
los recursos para que todos los hombres que hoy existen sobre la
absurda?
tierra tengan la posibilidad de vivir.
— ¿Tiene la vida un sentido?
— ¿Por qué las experiencias positivas no duran para siempre?
— ¿Es posible superar sus limitaciones y acrecentarlas hasta
Un paso adelante inicial
el infinito, prolongarlas más allá de la muerte?
A lo largo de la historia los hombres han dado respuestas dis-
El proyecto-hombre personalista, distinto de aquellos abierta-
tintas a estos profundos interrogantes.
mente difundidos y ocultamente impuestos por la moderna indus-
Al hombre no le quedan, tocante a lo esencial, más que dos
tria cultural, se halla más presente de lo que a primera vista parece.
caminos:
Son muchos los hombres y mujeres que saben crear algo nuevo,
— el de la más profunda desilusión, manifestada de diversas
altamente positivo para la sociedad. En todas las épocas de la
maneras, o quizás la misma desesperación;
historia de la humanidad nunca han faltado «voces» distintas, «vo-
215
214
— el de una esperanza distinta que supera las experiencias y luchas, las contraposiciones... Una verdadera torre de Babel. Nadie
posibilidades simplemente humanas, en nombre de algo que «per- ha sabido enseñar el camino seguro. Nadie ha sabido dar una res-
manece». puesta satisfactoria a algunas preguntas fundamentales: esas que
nos hacemos ante la vida, el dolor, la muerte, el sentido último de
la persona y del mundo.
«¿Qué es el hombre? ¿Cuál es el sentido del dolor, del mal,
PARA LA REFLEXIÓN
de la muerte, que, a pesar de tantos progresos hechos, subsisten
todavía? ¿Qué hay después de esta vida temporal?» (Gaudium et
— ¿Qué proyecto-hombre encuentras válido para ti? ¿Con qué pro-
spes, 10).
yecto-hombre te encuentras más cómodo? ¿En qué se encuentra tu v'da
acrecida y válidamente interpretada? Hubo una persona que quiso dar una respuesta segura a estos
— ¿En qué proyecto-hombre te inspiras tú en la elaboración de tu interrogantes, y que históricamente ha desconcertado la vida de los
proyecto de vida? Concrétalo mediante algunas opciones cualificadas. hombres y de las sociedades, y sigue aún desconcertando la vida del
— Tus opciones cotidianas, ¿en qué proyecto-hombre encuadran? hombre: es JESÚS DE NAZARET. ¿Cuál es el sentido profundo de
¿De dónde reciben energía y orientación? su mensaje?
—- ¿Cuáles son los peligros más comunes y las críticas que habitual- El Evangelio se ofrece en la historia como propuesta perenne
mente se hacen a quien ha optado por uno u otro proyecto-hombre? para el hombre, para su realización plena, para satisfacer su sed de
—• Confronta entre ellos algunos otros valores con relación al pro- libertad y autenticidad, para abrirlo a un porvenir distinto.
yecto-hombre en los que se inspira al vivirlos; por ejemplo, el amor, la
Aun sin ponerse esencialmente como alternativa de las diversas
interioridad, la corporeidad, la experiencia de grupo, la sexualidad, la
familia, la fraternidad... propuestas humanas, de las distintas culturas, a todas ellas, sin em-
— ¿Cuáles de entre los diversos proyectos-hombre señalados consi- bargo, las enjuicia, las juzga a la luz de la revelación, las apoya si
deran los jóvenes de hoy como modélicos y en que inspirarse principal- están realmente al servicio del hombre, las contesta y las critica
mente en la elaboración del propio proyecto de vida? cuando se transforman en ideologías y en peligrosas formas de ido-
— Particulariza en tu ambiente de vida personas o grupos compro- latría, que empequeñecen y hacen esclavo al hombre. El proyecto
metidos en la concreción del proyecto-hombre personalista. cristiano hace suyo todo lo que de bueno, de verdadero, de justo
existe en aquella cultura en que se vive, pero se propone al mismo
tiempo como «propuesta nueva y perenne» de servicio incondicio-
nal, de justicia sin cálculos, de verdad sin diplomacia, de amor sin
LA PROPUESTA DE VIDA DE JESÚS DE NAZARET subterfugios intimistas ni mentiras...
El Dios de Jesús ha creado al hombre para la libertad de toda
Todo hombre, partiendo de lo que es (el yo real), proyecta lo esclavitud interior y exterior. El cristiano encuentra en esta misión
que quiere ser (el yo ideal) y trata de ir hacia su realización. Este el punto activo y dinámico en sus confrontaciones con el mundo
mismo esquema vale también para la sociedad y para la humanidad y la historia. «Habéis sido llamados a la libertad; sólo que no to-
entera. También para la sociedad, lo hemos visto, los hombres han méis esa libertad como pretexto para la carne; antes al contrario,
tratado de proyectar un futuro. Han partido de la sociedad real servios por amor los unos a los otros» (Gal 5,13). La propuesta de
(esto es, de un análisis de las tensiones, conquistas, problemas); vida de Jesús de Nazaret muerto y resucitado ha insertado en la
han proyectado una sociedad ideal (como tendría que ser), y han historia un proyecto-hombre nuevo, original, perenne.
comenzado a buscar las formas de realizarla.
En todo eso, los caminos de los hombres se han dividido: han
nacido las ideologías, los partidos, las experiencias diversas, las

216 217
Proyecto-hombre según el Evangelio • el signo de la presencia de Cristo («Tuve hambre y me dis-
teis de comer, tuve sed y...», Mt 25,34-40);
— Objetivos: • miembro del mismo cuerpo («Vosotros sois cuerpo de Cris-
• restaurar en nosotros y en los demás la imagen de hijos to y miembros de ese cuerpo, cada uno distinto», 1 Cor 12,
de Dios; 12-27).
• establecer entre los hombres relaciones de hermandad me-
diante una comunidad de hermanos; — El horizonte: aquí, ahora, y la certeza de que Dios, que ha
• participar en la comunión con Dios; hecho resucitar a Jesucristo, nos hará también resucitar a nosotros
• construir «nuevos cielos y tierra nueva», esto es, compromiso a una vida sin fin. Comprometido tenazmente en los cruces de la
por crear un mundo de justicia, de paz, de amor y de unidad; historia, el cristiano espera al mismo tiempo el reino de su Señor,
• salvar al hombre y al universo del mal y de la muerte, cons- que se realiza totalmente más allá de la historia, cuando «Dios en-
truir el hombre integral: ser y poseer. El cristiano sabe que jugará toda lágrima de sus ojos, y no habrá ya muerte, ni habrá
todos los grandes valores pueden degenerar en idolatría, llanto, ni gritos, ni fatigas, porque el mundo viejo ha pasado»
esto es, pueden conducir al hombre de la auténtica libertad (Ap21,4).
al abismo de la esclavitud y de la ilusión. Sabe que las ideo-
— El hombre auténtico: Jesucristo y todo hombre cuanto más
logías se pueden comercializar y ponerse mentidamente al
se asemeje a él. El hombre en toda su dimensión: terrena y ultra-
servicio de los grandes valores, como la verdad, la persona,
la libertad, el amor, la justicia... terrena. El cristiano se coloca en el corazón de la historia como
conciencia crítica, como profecía al servicio de la persona humana
y de la comunidad. El doblará su rodilla ante el Señor muerto y
— La ley: resucitado, porque solamente él es el Señor de la vida, el alfa y
• el compromiso como expresión de amor, entendido como omega de la historia.
servicio a los demás; compromiso en el hoy con reflejos so-
bre el presente y para el más allá: «la vida eterna comien- — La sociedad: «todo hombre es mi hermano»; «sed luz del
za hoy»; mundo y sal de la tierra».
• reforma del corazón del hombre y al mismo tiempo de las «El espíritu del Señor —escribe Pablo VI en la Octogésima
estructuras alienantes; adveniens—, que anima al hombre regenerado en Cristo, altera sin
• trabajo conjuntamente con la comunidad (familiar - social - descanso los horizontes donde la inteligencia gusta encontrar su
universal). propia seguridad y dilata los confines en los que se encerraría a
El estar en el mundo del cristiano es conforme al estilo placer su acción; aquél está poseído por una fuerza que lo impele
del «siervo» y no del amo, siempre dispuesto a morir para a sobrepasar todo sistema y toda ideología. En el corazón del mun-
que los demás puedan vivir; ser «grano de trigo» que muere do permanece el misterio del hombre, que se reconoce hijo de Dios
escondido en las entrañas de la historia, sin honores, casi en el curso de un proceso histórico y psicológico en que luchan y
olvidado de todos, dispuesto a convertirse poco a poco en se alternan sometimientos y libertades, gravitación del pecado y so-
espiga y pan que alegra la mesa de los hombres. plo del espíritu.»

— El prójimo: — Origen del mal: el pecado (original - personal - social) en sus


diversas dimensiones como alteración o rotura de las relaciones con
• el hermano, aquel con quien los demás, los necesitados, pue- Dios, con los hermanos y con la naturaleza. Concretamente, el mal
den siempre contar («el buen samaritano», Le 10,29-37); puede asumir muy variadas formas según las épocas de la historia.
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«El que está en Cristo es una nueva creación; pasó lo viejo, Me había hundido fatalmente,
todo es nuevo. Y todo proviene de Dios, que nos reconcilió consigo pero por su piedad he sido rescatado.
por Cristo» (2 Cor 5,17-18). No por las obras, sino por la fe en aquel que me ha llamado.
Por mucho tiempo he estado impedido,
— Salvación: viene de Dios y del empeño del hombre. En por mucho tiempo he estado separado.
parte está ya realizada, en parte en vías de realización. He sido salvado por la sangre del Cordero...
Protagonistas: Dios y el hombre libre y responsable. La salva- Quiero darte gracias, Señor,
ción consiste en la restauración de todo el hombre caído después quiero de verdad agradecértelo, Señor» (Bob Dylan, Saved, 1980).
del pecado original, por obra y conforme al modelo de Jesús de
Nazaret. La novedad del cristiano consiste en la resurrección de
Cristo, en la propia resurrección y en la de todos los hombres. Esta El proyecto de vida personal
ha de comenzar ya ahora y manifestarse. Esta salvación se funda,
por tanto, sobre la fe en la resurrección de Jesús y en todo lo que La elaboración del proyecto de vida asume, dentro del proyecto-
ésta lleva consigo. hombre según Jesús, dimensiones, dinamismo, luz y orientación
que le hacen dar un salto cualitativo.
«Cegado por el diablo, Tomemos de nuevo el hilo del esquema inicial. Entre lo que
desde mi nacimiento corrompido, soy (el yo real) y lo que proyecto ser (el yo ideal) se intercala un
estaba ya frío como un muerto YO NUEVO, que utiliza las energías del yo real tal como es y modi-
cuando arribé al mundo. fica el yo ideal que había pensado el hombre y lo transforma en
Pero luego, por su gracia tocado, algo nuevo.
por su palabra curado
*r YO NUEVO
y por su mano conducido,
he sido por su espíritu marcado. YO REAL _,. YO IDEAL
He sido salvado por la sangre del Cordero,
por la sangre del Cordero he sido salvado, Este «yo nuevo» nace del mismo Dios. Es el primer artífice de
salvado, salvado. toda llamada.
Y soy en verdad feliz, de verdad muy feliz. Y esto mismo vale también para la comunidad humana; entre
Quiero darte gracias, Señor, lo que la sociedad es y lo que los hombres quieren realizar, está la
de veras que quiero darte gracias, Señor. propuesta de una humanidad nueva, que Dios mismo va constru-
Por su Verdad puedo ser honesto, yendo, utilizando, pero también alterando, lo que los hombres con-
de su fuerza proviene mi firmeza, sideran importante.
por su poder he sido levantado. «Lo mismo en la dicha que en el dolor puede brotar en nos-
A su amor cobijado. otros un barrunto de un más allá de todo límite. No despachemos
El me ha rescatado: me ha rescatado de la fosa del vacío y del fue- a la ligera la profunda sencillez de este presentimiento con explica-
go devorador que en ella arde. ciones de falaz evidencia, que nunca llegan a estar a la altura de
He sido salvado por la sangre del Cordero... esta cuestión. No digamos que debemos estar contentos con nues-
Quiero darte gracias, Señor, tra vida bella, agitada, humana y finita, pues en realidad no lo es-
quiero en verdad darte gracias, Señor. Gracias, Señor. tamos. Todo lo que hacemos lo hacemos impulsados por aquel
Nadie podía salvarme, ninguno se atrevía a hacerlo. anhelo que entraña el barrunto de que una infinitud omnisciente,

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soberanamente bondadosa y buena sostiene nuestra finitud en sus ba y cuesta abajo. Experimento la alegría y la sorpresa, al
manos... mismo tiempo que el sufrimiento y el llanto, sentirme frágil,
Nuestra bondad finita reclama la existencia de la infinita bon- necesitado de una presencia que me dé seguridad. 'Aun sien-
dad. Nuestra impotencia reclama la omnipotencia. Nuestra huma- do frágil, aun estando mal formado, mal desarrollado, con
nidad reclama lo divino. Lo que pone de relieve nuestra finitud muchos vacíos en la personalidad, Dios se ha fiado de ti tal
como eres, no como tú hubieras querido ser.' Noto como un
—que nos hace reconocerla como tal— es lo infinito que se mani-
abrirme yo mismo a una doble realidad: de mí, tal como
fiesta en mis deseps y pensamientos.
soy..., y de Dios, incondicionalmente. Ninguna rendición de
Si el mundo entero, si nuestra vida entera no ha de ser un
cuentas. Estoy haciendo la experiencia más fácil y al mismo
absurdo o, en el mejor de los casos, una pura broma, no podemos
tiempo más difícil de la vida. Experimento dentro de mí un
menos de confesar que existe el Infinito.»
sentimiento de gratitud, como si me quedase sin palabras...
Una vida vivida con el signo de la esperanza cristiana tiene una Querría cambiarme para sentirme alguien, pero yo ya soy
orientación segura. Los cristianos saben bien adonde se dirigen; alguien por Jesús, alguien que vale, que importa. Es la pri-
saben qué es lo que están construyendo. mera vez que siento esto tan fuerte. Me siento como despla-
zado respecto de Dios. Mi gran compromiso ascético no me
El proyecto de vida según Jesús de Nazaret importa tanto. Tú, Dios, me aguardabas en otra dirección.
'Ser y sentirme salvado gratis.' No soy yo en el fondo de mí
El sentido cristiano de la vida ha sido revelado por Jesucristo, mismo. Eres tú, mi raíz... Me detengo a mirarte, a saborear
en el cual Dios da la respuesta definitiva e irrevocable a los interro- esta sorpresa imprevista...; me siento como regenerado. Es
gantes de los hombres acerca del futuro y de la salvación. verdad que el punto de partida de mí mismo, de mi actuar,
En realidad, gracias a él, Dios ya no soy yo solo, sino tú..., o mejor, yo mismo tal como
— pronuncia un «sí» incondicional al hombre y al mundo me voy descubriendo a partir de esta acogida incondicional.
(2 Cor 1,19-203) Vuelve el asombro... Una verdad nueva de Dios y de mí
— e invita al hombre a la comunión total e ilimitada consigo mismo se me ha abierto ante mí. Me siento 'donado' a mí
(Jn 14,21). mismo. Gracias. Ahora experimento la necesidad de compro-
Este «sí» de Dios no es solamente propuesta e invitación, sino meterme para vivir todo esto continuamente y para ayudar
a los demás también a vivirlo.»
que es al propio tiempo camino, «el camino de Jesús», una invita-
ción a recorrer su camino. La vida, la muerte, la resurrección de
Cristo, su obra, su mensaje, determinan el camino que el hombre Sin embargo, esta «nueva vía» (Hch 9,2), aun habiendo sido
tiene que recorrer para llegar a sí mismo, a su semejante, al mun- abierta una vez para siempre por Jesucristo, se va buscando y re-
do, a Dios. corriendo en cada época por cada uno a su manera.
La vida cristiana:
«He sentido esta semana —dice José, de treinta y ocho
— Imita la vida de Jesús. «Fuimos con él sepultados por el
años, docente—, y sentido a fondo, la historia del apóstol
bautismo en la muerte, a fin de que, al igual que Cristo fue resu-
Pedro cuando se encuentra, después de su infidelidad, la mi-
citado de entre los muertos por medio de la gloria del Padre, así
rada de Jesús y después acosado por la pregunta: '¿Tú me
también nosotros vivamos una vida nueva. Porque si nos hemos
amas?', mi misma increíble historia. Esto me infunde alegría
hecho una misma cosa con él por una muerte semejante a la suya,
y sentido de libertad, y deseos de vivir en plenitud. Estoy al
también lo seremos por una resurrección semejante» (cf. Rom
mismo tiempo admirado y contento de que sea así. Me he
6,1-10).
permitido demasiado que se rompiesen mis frenos cuesta arri-
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— Se orienta en base al mandamiento principal: el del amor. Lo específico cristiano
«Maestro —preguntó un doctor de la ley—, ¿qué he de hacer para
tener en herencia vida eterna? El le dijo: ¿Qué está escrito en la El plan cristiano de vida no hay que considerarlo como una
ley? ¿Qué lees? Respondió: Amarás al Señor, tu Dios, con todo ideología, un sistema de vida por sí mismo, como un algo fuera
tu corazón, con toda tu alma, con todas tus fuerzas y con toda tu de la realidad social o como una pequeña sociedad dentro de la
mente, y a tu prójimo como a ti mismo. Díjole entonces: Bien gran sociedad, sino como una propuesta de vida para el hombre de
has respondido. Haz eso y vivirás. Pero él, queriendo justificarse, todo tiempo y cultura, un sentido para la vida que se inserta dentro
dijo a Jesús: Y ¿quién es mi prójimo? Jesús respondió: Bajaba de la sociedad de hoy, impostada socialística o capitaltsticamente,
un hombre de Jerusalén a Jericó...» (cf. Le 10,25-37). con diversas tonalidades intermedias. Este proyecto es una persona,
— Fundamenta el servicio al prójimo y al mundo en la solida- Jesús de Nazaret, muerto y resucitado. Se inserta al nivel más ele-
ridad de Jesucristo con los pobres y los débiles: «Porque he tenido vado, el religioso, un sentido que históricamente ha revestido diver-
hambre y me habéis dado de comer...» (cf. Mt 25,31-46). sos aspectos, se ha encarnado de múltiples maneras, cada uno ligado
— Ilumina la propia vida con la escucha de la palabra de Dios a su época y al propio tiempo trascendente a la misma.
(cf. Le 10,38-42: Marta y María). Entre tantas cosas por las que Esta capacidad de significado supremo del proyecto relativiza
uno se afana, la única necesaria es «la mejor parte» elegida por las pretensiones totalizantes del proyecto consumista, radical o co-
María. lectivista, subrayando al mismo tiempo su función positiva y el
— Asume la actitud de la oración, de la docilidad y de la aper- ámbito propio. Por eso es por lo que Jesús ha venido a ser con la
tura a Dios (cf. Le 11,1-13), pidiendo constantemente el don del resurrección «Señor de la historia». No hay cosa alguna que pueda
Espíritu, que nos hace hijos y hermanos. ocupar su puesto: ídolo, ideología, riqueza, formas culturales, ex-
— Es solidario de toda persona porque con cada hombre for- plotación del hombre por el hombre... Cualquier ídolo se revelaría
ma un solo rebaño y un solo pueblo (cf. Jn 10,3-16: el buen como un atentado a la fraternidad, a la igualdad de los hijos del
pastor). mismo Padre.
Cuanto con más determinación y continuidad se viva el segui- El cristiano, que ha encontrado de manera viva a Jesús de Na-
miento de Cristo, zaret hecho «Señor de la historia», no es siervo de nadie, excepto
— tanto más posible será hacer una experiencia de Dios pro- del Padre, el único Absoluto. Posee un sentido crítico frente a las
funda (en la oración, en los sacramentos, en la escucha de la pala- formas corrientes de idolatría y de privilegio, dentro y fuera de la
bra de Dios, en la aceptación del prójimo); Iglesia institucional (provecho, estructuras, etc.), en nombre del
— tanto más posible será vivir la comunión de fe y de amor Dios viviente, del único modelo de hombre verdaderamente tal,
en el espíritu de Jesús; esto es, de Jesús de Nazaret, y de la fraternidad con todo semejante
— tanto más se tendrá el coraje de estar con Jesús al servicio suyo.
de todos. \ Las propuestas de vida para la existencia humana que hemos
La vida de Jesús de Nazaret ofrece al hombre todo el espacio examinado anteriormente van, en su interpretación,
necesario para realizar sus talentos personales conforme a los caris- — de lo absurdo al goce como único contenido de la vida;
mas propios y las exigencias del Evangelio. \ •— del culto del progreso y del éxito a la desesperación;
La ayuda a esta autorrealización constituye el particular servi- — de formas de ilimitada ganancia individual o de clase a una
cio de la Iglesia al joven. "\-^ sociedad hipotecada sin clases e igualdad absoluta.
Sin embargo, tales propuestas dejan sin solución los enigmáti-
cos interrogantes de todo existente:
— él porqué de la vida,

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15
— el porqué de la muerte, Ahora que el rico te ha vencido con mi ayuda, me toca decirte
— la eventualidad de otro mundo, de un arribo definitivo. que tienes razón; me toca bajar junto a ti para combatir al rico.
Pero no me digas por esto, Pipetta, que yo soy el único cura
«Hay una meta, pero ningún camino», confesaba Kafka a su
en su sitio. Tú crees que me das gusto. Y, sin embargo, me echas
amigo Brod pocos días antes de su fin. Moría a los cuarenta años.
sal sobre la herida. Y si la historia no se me hubiese echado en
De esa manera indicaba el corte profundo, la imposible ligación
contra... no me habrías visto nunca descender abajo, a combatir a
entre las «causas» últimas o primeras de la vida y los efectos a los
los ricos. Tienes razón, sí, tienes razón; entre tú y los ricos ten-
que ésta da lugar. Vivir resulta entonces para las personas más re- drás siempre razón tú, pobre. Aunque cometas el error de empuñar
flexivas como recorrer un desierto con la conciencia de la imposi- las armas, yo te daré la razón.
bilidad de un oasis, sea éste de la razón, del mito o de la fantasía.
Pero qué insignificante es esta palabra que tú me has hecho
«Querido Pipetta —escribía con mucha actualidad don Loren-
decir. Qué poco capaz de abrirte el Paraíso esa frase justa que tú
zo Milani, vicepárroco entonces de San Donato en Calenzano, en
me has hecho decir, Pipetta, hermano, cuando por cada una de tus
1950, aclarando la relación entre el proyecto-hombre cristiano y los miserias yo padeceré dos miserias, cuando por cada una de tus
demás proyectos—, siempre que nos encontramos, tú me dices que, derrotas yo sufriré dos derrotas; Pipetta, aquel día, deja que lo
si todos los curas fueran como yo, entonces... diga pronto, yo no te volveré a decir como te digo ahora: 'tienes
Lo dices porque entre nosotros siempre nos hemos entendido, razón'. Aquel día podré por fin volver a abrir la boca con el único
aunque te burles de la excomunión y de mis hermanos curas harías grito de victoria digno de un sacerdote de Cristo: 'Pipetta, te has
gustosamente papilla. Tú dices que nos hemos entendido porque equivocado. Bienaventurados los pobres, porque de ellos es el rei-
te he dado la razón mil veces en tus mil razonamientos. Pero dime, no de los cielos.' Pero el día en que juntos hayamos derribado las
Pipetta, ¿me has entendido de verdad? cancelas de aquel parque, e instalado al propio tiempo la casa de
Es una coincidencia, sabes, que tú me encuentres luchando con- los pobres en el solar de los ricos, acuérdate, Pipetta, no te fíes de
tigo contra los señores. San Pablo no lo hacía así. mí; aquel día yo te traicionaré.
Y aquello sucedió el 18 de abril, día aquel que desbarató jun- Aquel día yo no me quedaré contigo. Yo volveré a tu casucha,
tamente tus engaños y tus razones. Es solamente porque he teni- que se cala cuando llueve y es maloliente, a rezar por ti delante de
do la desgracia de vencer por lo que... Me resigno, Pipetta, a su- mi Señor crucificado. Cuando tú no tengas ya más hambre ni sed,
frir contigo los injusticias. Pero, créeme, me resigno con repugnan- acuérdate bien, Pipetta, ese día yo te traicionaré.
cia. Déjame que te lo diga a ti solo. ¿Qué me habría importado a Ese día, por fin, podré cantar el único grito de victoria digno
mí de tu miseria? Si hubieras ganado tú, créeme, Pipetta, yo no de un sacerdote de Cristo: 'Bienaventurados los pobres...'»
hubiera estado de tu parte. ¿Te falta el pan? ¿Qué crees que me"
hubiese importado a mí, cuando hubiera tenido la conciencia tran-
quila de no haberme interesado por ti, qué crees qué me intere-
PISTAS PARA LA REFLEXIÓN-ENCUESTA
sase a mí, que querría sólo hablarte de aquel otro/Pan que desde
el día que volviste después de la prisión y te acercaste con tu madre — «Tú, sigúeme.» Para ti resuena esa voz; para cada uno de nos-
a tomarlo no me lo has vuelto a pedir? Pipetta, todo se pasa. Para otros es una llamada explícita y permanente. No comporta pronunciar
quien muere, llegado a la puerta de los ricos, está al otro lado el solamente un «sí» o un «no», sino dar comienzo a una vida nueva, una
pan de Dios. nueva manera de vivir, que Dios mismo irá construyendo en quien le
Es esto sólo lo que mi Señor me había encargado decirte. Es la interroga: «Señor, ¿qué quieres que haga?» ¿Qué quiere decir para ti
historia la que se me ha tirado en contra. Es el 18 de abril que lo todo esto, y qué supone?
ha echado todo a perder; el vencer ha sido mi derrota. — Tu proyecto de vida, ¿coincide con tu llamada? ¿Tienes la im-

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presión de que son dos cosas que están de acuerdo, y Dios te pide algo
distinto? ¿Qué es? PARTE SEGUNDA
— Lee, tú solo, a Marcos 8,34-38 y a Mateo 5-7 con calma, ponién-
dote en la primera persona del singular, porque el relato va dirigido DONDE Y COMO ESTRUCTURAR
también a ti, y enriquece la lectura con tus situaciones personales.
— Para mí, ¿qué cosas son las que en mi camino hacia Cristo me MI PROYECTO DE VIDA
hacen volver la mirada atrás? ¿Despiertan en mí nostalgias o pena?
¿Qué opciones son las que más me cuestan?
— Para mí, ¿qué quiere decir entregar la vida al Señor? «Te ofrezco
mi vida, toma mi vida...», ¿son palabras que digo con una responsabi-
lidad real?
— En la actualidad, ¿qué es lo que estoy dando de mi vida por
amor?
— ¿Qué relación tienes con el dinero, con las cosas (libre, demasia-
do interesado, celoso, avaro...)? ¿Cuáles son las más peligrosas de tus
riquezas? ¿Sobre qué base fundamentar tu propio proyecto de vida?
¿Con qué material elaborarlo? ¿Cómo orientarte dentro de las
múltiples propuestas, a fin de encontrar y elegir la que es
mejor para tu proyecto de futuro?
Un proyecto de vida no se elabora automáticamente. Es indis-
pensable la colaboración personal y una elección cualitativa.
Te señalo las líneas o trayectorias a lo largo de las cuales pue-
des moverte para no caminar en la vida sin sentido e inútil-
mente. Son éstas:
— Búsqueda de la «piedra fundamental» de tu proyecto de
vida.
— Hacer que tu proyecto de vida se transforme en vocación.

228
CAPITULO SÉPTIMO

BÚSQUEDA DE LA «PIEDRA FUNDAMENTAL»


DE MI PROYECTO DE VIDA

COMO NACE Y SE DESARROLLA EL PROYECTO DE VIDA

El proyecto de vida, como hemos visto, es un factor determi-


nante para el crecimiento humano. Vivir o no conforme a un pro-
yecto de vida válido y alentador no es algo facultativo, una realidad
más o menos accesoria o periférica que se puede dejar a un lado.
Se trata de algo esencial para la persona, de una dimensión
constitutiva y cualificante de la propia vida. Si llegase a faltar, le
faltaría a la personalidad uno de sus factores más dinámicos de
desarrollo.
El adolescente y el joven realmente crecen proyectándose. Lo
que diferencia a una persona de otra, además de otros elementos,
es la calidad del proyecto de vida, el tipo de valores que lo consti-
tuyen, el compromiso moral que de él deriva, la tenacidad que de
él dimana, capaz de despertar fidelidad y creatividad a un tiempo;
la capacidad de resistencia frente a las indefectibles contrariedades
de la propia vida y de la de los demás; su colocación central, o no,
dentro de la personalidad.
De aquí la razón del planteamiento de diversos interrogantes:
— ¿Cómo nace el propio proyecto de vida? ¿Cómo comienza
su desarrollo dentro de la personalidad? ¿Cómo se elabora y se
asegura?
— ¿A través de qué procesos psíquicos toma cuerpo, o no, en
la persona?
— ¿Por qué ciertas personas no consiguen la elaboración de

231
Mi
un proyecto propio con proyección futura vital, de modo que su — necesidad de recibir y de dar ternura, viviendo en un am-
existencia se nos presenta como carente de vitalidad? biente que, al menos en cierta medida, sea íncondicíonalmente re-
— ¿Qué hacer para descubrir y realizar el propio proyecto ceptor;
de vida? —- necesidad de ser competente frente a los compromisos que
Se trata de interrogantes que no tienen una respuesta única y ha de afrontar en la vida y ser reconocido como tal;
definitiva. Son estímulos que sirven de acicate a la persona para — necesidad de dar un sentido válido a la propia vida y de
buscar la respuesta conveniente dentro del vivir cotidiano en las percibirlo en las diversas situaciones;
diversas etapas de la vida. — necesidad de autotrascendencia, esto es, de continuar más
El nacimiento y elaboración del proyecto de vida tienen lugar allá del tiempo para encontrar una respuesta adecuada al deseo de
a lo largo de tres trayectorias principales, presentes y sucesivas al plenitud que la vida terrena despierta y trunca al mismo tiempo,
mismo tiempo. Se trata de tres procesos psicológicos presentes en al menos en parte;
todo tiempo de la vida, pero activos sobre todo durante la adoles- — necesidad de pertenecer a un grupo humano como parte
cencia y la juventud. Estos son: viva y significativa, pudiendo contar con tal grupo para la propia
— El encuentro personal con los valores o la interiorización. conservación y expansión;
— La elección de la piedra fundamental del propio proyecto — necesidad de conocer y vivir conforme a la propia misión
de vida o absolutización. en la vida, percibida como la participación personal en la construc-
— La verificación socioambiental de los valores elegidos o la ción del bien común.
socialización.
En toda persona este conjunto de necesidades, especificado por
otros diversos elementos, está presente y caracterizado por la pre-
El encuentro personal con los valores \ ponderancia de esta o aquella necesidad, que actúa de factor de
arrastre. La exageración de uno u otro, lo mismo que la atrofia,
Todo auténtico proyecto de vida arranca del enóuentro de la perjudican el desarrollo armónico e integral de la persona.
persona con los valores capaces de promover su desarrollo.
Pero ¿dónde radica este arranque? ¿Qué lo sostiene? Dentro Los valores de la vida
de cada uno de nosotros se halla presente un conjunto de necesi-
dades vitales que buscan una satisfacción conveniente para lograr Lo que favorece el desarrollo de la persona son los auténticos
el crecimiento. Se trata de las necesidades básicas constitutivas del valores de la vida. Todo organismo está de hecho dinamizado por
organismo humano: las necesidades y está orientado y sostenido, en sus directrices de
crecimiento, por los valores que le atraen. Los valores, en la me-
— necesidad de amar y ser amado; dida en que se encuentran y se interiorizan, formando una jerar-
— necesidad de ser alguien que valga y ser reconocido como quía, actúan como una fuerte carga energética que de un lado res-
tal por parte de las personas importantes para el interesado; ponde a las necesidades y de otro abre horizontes nuevos para el
— necesidad de existir y de tener los medios y un lugar propio crecimiento.
para vivir a su manera; Ahora bien: cuando se habla de los «valores», se habla de un
— necesidad de tener y percibir la propia identidad en relación polo positivo que orienta, de un campo magnético que atrae, de
con el presente y el futuro; algo que importa, que se percibe como destacado en el propio con-
— necesidad de realizar la propia afectividad en una relación texto de la vida. Por ejemplo: el bienestar, la cultura, el amor, la
interpersonal promotora; belleza, la justicia, la fraternidad, la verdad, la libertad, la bondad,

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la paz, el progreso, la igualdad, la equidad, etc. O también: el éxi-
to, la afirmación de sí mismo a toda costa, el provecho, la satisfac-
ción inmediata, etc. En el contexto evangélico, las bienaventu-
ranzas.
Todo lo que buscan los hombres, todo lo que hace de ellos «se-
res voluntariosos»..., todo lo que de verdad cuenta..., ésos son los
valores. Doquiera se alcanza a hacer «desarrollarse un algo más de
hombre», allí existe un valor.
Vivir para los valores significa no tomarse a sí mismo como cen-
tro y abrirse, abandonar el sentimiento veleidoso y egocéntrico para
ponerse en relación con el otro, con todos los otros, con el cosmos,
con Dios.
El creyente, además, con respecto al no creyente, cobra una di-
mensión nueva. El sabe que «mediante la llamada de los valores
es Dios quien llama».
Sin embargo, no todo aquello a lo que se llama valor lo es de
verdad. Hay algunas realidades que constituyen «valores auténti-
cos». Son aquellas que promueven el auténtico crecimiento de la
persona humana, el desarrollo integral de todas las dimensiones sin
restricción ni mutilaciones.
Hay también otras realidades que son «pseudovalores». Son
aquellas que se refieren a aspectos parciales del porvenir humano
presentados como absolutos, o también aspectos marginales, peri-
féricos, vividos como centrales. Con frecuencia se trata de valores
lúdicos, como el deporte, la moto, el coche, etfc; o también de su
cedáneos de la realidad como la droga, la violencia, el erotismo, etc.
Estos pseudovalores normalmente producen un crecimiento anor-
mal de la personalidad. Todo unilateralismo en el campo de los
valores es deformante y atrofiante. Frecuentemente origina confu-
sión entre los diversos niveles o apatía a ciertos valores cardinales.

«La música me entusiasma siempre, y me divierto mucho


cuando voy a la discoteca. Habitualmente voy el sábado por
la tarde con los amigos... No me interesa comunicarme con
los demás, incluso con frecuencia me siento sola, pero, po-
seída dentro por la música, me encuentro a mis anchas —ano-
ta Cora, de dieciocho años, estudiante de magisterio—. La
gente que hay en torno, ni la veo siquiera...; se trata, sin
más, de entrar en un mundo nuevo.»

234
Por eso, para que la persona asuma los valores indispensables
«Yo pienso que la discoteca, o lo que sea parecido, puede para el camino de su libertad es indispensable que los encuentre
realmente perjudicarnos, porque, si se practica con frecuen- personalmente gracias a diversas mediaciones. Pueden encontrarse:
cia, a la larga nos hace superficiales y nos aliena. De hecho, — En los modelos educativos. Hay personas que los encarnan.
a mí no me hace olvidar los problemas que me fastidian Para ti son los valores en concreto. Puede ser el artista, el sindica-
—observa Marta, de dieciocho años, empleada—. Prefiero lista, la madre de familia, el joven militante, el sacerdote, el pro-
afrontarlos. Elijo otra clase de distracción, incluso ir al cine, fesional preferido, etc. Su comportamiento, su lenguaje, pueden
leer un libro, discutir... No quiero que el domingo sea un imitarse. Toda persona que crece tiene referencia en muchos aspec-
hueco en la semana, sino un punto de conexión, algo que me tos con «algunas personas clave». El proyecto de hecho se desarro-
ayude a comenzar de nuevo mejor. Y eso no veo que me lo lla y se manifiesta con la concurrencia de terceras personas, dentro
pueda dar la discoteca.» de un contexto relacional. Al comienzo está la madre, luego el pa-
dre, la familia, los compañeros de juego, la escuela, la pandilla de
Los valores no existen en abstracto, teóricamente. Tienen un preadolescentes, los amigos, los compañeros de trabajo, el grupo
contenido existencial. Se necesita en cierta manera estar compro- más amplio.
metido con ellos para buscarlos. Son como «ideas inmanentes» Es ahí, dentro de las situaciones personales y de grupo, donde
que reclaman, despiertan, ponen a uno en actitud de búsqueda. Se el educador es percibido por el muchacho, mediante el dinamismo
encamina uno hacia ellos no directamente, sino a través de media- psíquico de la identificación y la idealización, como un modelo,
ciones. Hay que descubrirlos, «descifrarlos» para poder hacerlos como una persona en la que él se siente de alguna manera prolon-
propios. gado. Se trata de una persona sentida como «connatural», realiza-
dora de los propios deseos y expectativas, una persona de la que se
«Amo mi profesión porque amo la vida —afirma Carlos, tiende a asumir ideales y estilo de vida, por la que uno se siente
ginecólogo—. Yo me aficiono al niño. Lo sigo en su forma- afianzado, un «testimonio luminoso» de una realidad vital. A éstos,
ción en el seno de la madre y soy feliz por cada hombre que consciente o inconscientemente, es a los que va buscando el mu-
viene a la vida. Paso mis días entre la clínica y el ambulato- chacho.
rio, más que en familia. Pero mi trabajo ni? es un peso; es Los jóvenes no se engañan respecto de sus educadores, «cuya
una profunda satisfacción.» \ vida es una llamada», como puntualiza Henri Bergson.
— En las situaciones concretas. Ninguna enseñanza teórica,
«Produce alegría correr y bailar, hacer deporte y traba- ninguna exhortación o consejo, ningún castigo o acción coercitiva
jar, pintar y tocar. He experimentado irrumpir dentro de mí te pueden conducir a aquello que alcanzarás solamente con la expe-
esta alegría una hermosa mañana de verano, apenas comen- riencia directa, con el contacto vivo con los problemas y las situa-
zadas las vacaciones, y después en varios momentos del día ciones de la vida. A este nivel es en el que captas «la fuerza for-
y del año. Y desde entonces he comprendido que la vida es mativa para ti» de los diversos valores con los que entras en con-
un bien.» tacto. Es entonces cuando consigues hacerlos propios de modo que
el proyecto pueda madurar.
Y para que los valores descubiertos se conviertan en motiva- Este contacto vivo entre la persona y los valores, que coloca a
ciones, esto es, en impulso de acción y, por tanto, en actitudes, es la persona «en marcha», se llama interiorización. De una manera
decir, en toma habitual de posición personal en una determinada cada vez más señalada el adolescente y el joven aceptan y convier-
dirección, tienen que ser encontrados por toda la persona, con to- ten en propios los valores, porque los han comprendido en sí mis-
das sus dimensiones y niveles, según los dinamismos psíquicos pro- mos, objetivamente, y no porque sean la realidad indiscutible indi-
pios de la edad.
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236
cados, enucleando su relación con el proyecto de sí mismo y de
cada por la familia, la escuela, el ambiente, las personas influyentes
vida.
para ellos.
Toda experiencia significativa tiene que confrontarse con el
propio proyecto de vida para obtener luz y orientación. Entonces
En la interiorización tiene lugar un doble proceso:
todo acontecimiento, pequeño o grande, adquiere su sentido defi-
— ante todo, «buscar la proporción de los valores» propuestos
nitivo con referencia a tal proyecto.
o encontrados con el sistema de las necesidades, aspiraciones o ex-
pectativas del sujeto;
— en segundo término, enlazar profundamente los valores in- La re flexión.
dividualizados e intuidos como autorrealización con las necesida-
Para que el encuentro con los valores sea tal que permita una
des y los objetivos del yo.
efectiva interiorización es indispensable un mínimo de reflexión
personal, de meditación. Es la reflexión la que permite recoger las
diversas dimensiones de la realidad, el nexo más profundo que une
Valores y proyecto de vida: condiciones de un encuentro
las diversas realidades. Tiene lugar entonces un fenómeno de «exa-
men crítico» y de «impregnación» de los valores encontrados.
Ahora bien: los valores, agrupados en constelaciones, poco a
poco ponen en marcha la elaboración del proyecto de futuro. Ellos
son el apoyo y el alimento del plan de vida, la realidad indispen- El compromiso en primera persona.
sable para llegar a ser auténticamente uno mismo. «Es necesario
Todo valor se hace propio en la medida en que se le paga su
—dice el filósofo existencialista Lavelle— que yo sepa sacar a luz,
tributo. Sin riesgo y sin participación directa, sin comprometerse
de todos los posibles que hay en mí, el posible que yo puedo y
uno en el esfuerzo, con empeño, fidelidad, no se logra la asimila-
quiero ser.»
ción de los valores.
El plan de vida conlleva en una unidad armónica el «propio
posible». Ofrece la base para la opción vital con la que la persona
anticipa y prepara la plena realización del propio ser, en relación Hacerse personas dirigidas desde dentro.
con el ambiente social y dentro de un determinado cuadro de valo-
Hay muchas fuerzas socioambientales, o interiores al sujeto,
res, percibido como capaz de satisfacer las más íntimas aspiraciones
que tienden a hacerlo depender de fuera de sí mismo o de fuerzas
de la persona misma.
internas deterministas: presiones conformistas, dependencias afec-
Sin embargo, no toda experiencia es auténticamente fuente de
tivas, alienaciones diversas, modas prevalentes, prejuicios, preven-
maduración. No toda conciencia y experiencia de los valores lleva
ciones... Cada cual puede constatar en su vida la fuerza de estos
consigo una interiorización. Para que el encuentro con los valores
estímulos que tienden a dirigirlo desde fuera, reduciendo, tal vez
sea alimento y sostén del proyecto de vida se necesitan ciertas con-
anulando, los esfuerzos de la libertad. Ahora bien: una persona,
diciones. Estas son las principales:
educada desde la infancia a realizar pequeñas opciones, no del todo
libres aún, pero acomodadas gradualmente al niño, al chico, al pre-
La problematización de las experiencias de vida. adolescente, al adolescente, al joven, puede situarse de manera cada
vez más autónoma frente a la pluralidad y frecuentemente conflic-
Es necesario no dar por descontado, por las buenas, lo que
tividad de invitaciones y de solicitaciones. Poco a poco aprende a
habitualmente se hace o se deja de hacer.
desprenderse de lo que le presiona en sentido conformista. Sabrá
Frente a las diversas experiencias de vida es necesario un re-
elegir, todo considerado, de entre la pluralidad de los valores pro-
descubrimiento de las motivaciones efectivas y de los valores impli-
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puestos, a veces opuestos entre sí, de manera conforme a los «va- la línea de la vida, y dan la capacidad de canalizar las necesidades
lores núcleo» de su proyecto de vida. Puede entonces hacerse una no conformes, recuperando la energía de las necesidades no satis-
persona sustancialmente «dirigida desde dentro». fechas directamente. Solamente así se obtiene el crecimiento de la
persona, sin la represión de sí mismo.
«He comprendido que tengo que realizar mi proyecto de Puede ocurrir por diversas causas, etapas de crisis o cualquier
vida —observa Elena, de veinte años, obrera sindicalista— otra cosa que la persona pierda la claridad y la viveza de la línea
desarrollando fuerzas y capacidad características de mi con- de vida preferencial. Entonces ya no se entienden las renuncias.
dición de mujer.» Hasta la propia identidad se oscurece. Se entra en crisis. No se en-
tiende ya uno mismo. Se ponen en entredicho las mismas opciones
«Ahora sé con certeza —declara Ana, de veintiún años, básicas. Esto puede ocurrir a cualquier edad.
empleada— que mi vida de mujer tiene en sí misma un sen- Este es el tiempo en el que no hay que perder la calma ni en-
tido, y no puede reducirse a ser un engranaje indispensable cerrarse en sí mismo, sino hacer opciones sin prisas para justificar-
en la vida de otro.» las después.
Es el tiempo de una reorientación de sí, de una verificación
«Nosotras, mujeres —destaca Laura, de diecinueve años, profunda, de una reordenación de las opciones hechas al comienzo
quinto año de contaduría—, hemos sido consideradas siem- quizá con poca claridad y realismo. Y esto tanto en el matrimonio
pre como un planeta que brilla con luz refleja; somos impor- como en la vida consagrada, en la vida de creyentes lo mismo que
tantes al lado de un hombre importante; inteligentes si mu- en la de indiferentes y de no creyentes.
jeres de intelectuales, y así lo demás... Ahora queremos ser
nosotras mismas, sin miedo de confrontación alguna.»
COMPROBACIÓN
Alimentar la «linea de vida preferencial »\
— ¿Cuáles son los valores en los que crees principalmente?
Se trata de la dirección hacia la cual se decide orientar la propia — ¿En qué medida y manera inciden estos valores en tu vida?
vida a fin de que alcance su plenitud. Ahora bien: toda persona — ¿Cuáles son las realidades más importantes para ti ahora y para
abriga dentro de sí diversas necesidades, algunas de ellas contras- tu futuro? ¿Por qué sigues creyendo que vale la pena vivirlas como
tantes entre sí. tales?
— ¿Por qué valores te «bates» dentro de tu vivir cotidiano?
No se puede satisfacer todas, so pena de la desintegración inte-
— ¿Cuáles son para ti los «antivalores»? ¿Por qué los consideras
rior y la escisión de la personalidad. Abandonadas tales fuerzas a tales?
la propia iniciativa, conducen a un estado salvaje, a la anarquía inte- — ¿En qué está tu vida «configurada» en base a los valores en los
rior y social. Las necesidades no conformes y compatibles con la que crees? ¿Cuáles son los principales valores presentes en tu ambiente?
«línea de vida» elegida no son malas, pero apartan del fin. — ¿Cuáles son para ti los «antivalores»? ¿Por qué los consideras
Para que la «línea de vida preferencial» sea clara y construc- tales?
tiva es necesario no satisfacer directamente tales necesidades. Estas — ¿A qué «testimonios luminosos» sigues para tu crecimiento?
se hacen sentir a través de los impulsos, pero no se los satisface. — ¿Qué haces para interiorizar los valores en los que crees? ¿Qué
Es necesario, en cambio, incrementar las necesidades conformes tiempo y qué medios empleas?
a la línea preferencial elegida. Esto sólo es posible mediante la as- — ¿Qué lugar tienen en ti la problematización de la experiencia de
cesis y la oración, el autocontrol y la disciplina interior. Estas acti- vida, la reflexión, el compromiso directo, el ser dirigido desde dentro,
la alimentación de la línea de vida preferencial?
tudes constituyen el terreno, el humus, que permiten el cultivo de

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16
LA ELECCIÓN DE LA «PIEDRA FUNDAMENTAL» Dios, en medio de nuestras luchas, hemos encontrado la per-
DEL PROYECTO DE VIDA la de gran valor, el rostro de Jesús, que nos ama antes que
nosotros a él. No obstante, nos equivocaríamos si pensára-
Los valores no se hallan dentro de la persona ni dentro del gru-
mos que podemos esconder el tesoro encontrado en el campo
po humano en estado silvestre, dispersos, desperdigados. Estos se
de una tranquila satisfacción personal. Si el reino de Dios es
polarizan en torno a un valor central que tiene que ver con el modo
una perla, es también una semilla, contiene la vida: no daría
de ser, un valor ligado a la identidad personal. En toda personali-
fruto si no fuera arrojada en el terreno fértil de la vida de
dad que funcione normalmente desde el punto de vista psicológico
los hombres.
hay siempre un valor, o un conjunto de valores, que hace el papel
de «absoluto», de «rasgo unificador». Los valores centrales siempre Cristo mismo es esta perla preciosa, que se encuentra en
dicen referencia al modo de ser. Son los valores cardinales que lo íntimo de la aventura humana, a la cual imprime una di-
constituyen el sostén del proyecto de vida. Otros valores, en cam- rección y una cohesión. El es el que me ofrece la alegría de
bio, se refieren al poseer y existen con vistas al ser. Estos se armo- ponerme a tono en la búsqueda común sin quitar una tilde
nizan y subordinan a los valores-sostén de la personalidad. a mi personalidad. Entonces esta perla descubierta, este don
recibido, inmenso, inesperado, me sumerge en el centro de
Ahora bien: el proyecto de futuro se elabora y se consolida a
la búsqueda humana que lo pide y del que siente casi nece-
través de una lenta individualización, descubrimiento y elección de
sidad para desarrollar sus posibilidades. Por muchos que pa-
la «piedra fundamental» del propio proyecto de vida. Se trata de
rezcan ser los caminos a través de los cuales nos empuja,
ese algo al que se atribuye mucha importancia, del efe fundamental
parece que todos ellos tienen que expresar la entrega confiada
que orienta y sostiene las propias opciones. Es como la piedra angu-
prometida al invisible, al eterno, y la decisión de vivir de
lar o el punto geométrico bien exacto de un arco de bóveda que
conformidad con las esperanzas del pueblo.»
sostiene y da seguridad a toda la construcción; la piedra funda-
mental hace de ángulo visual en base al cual se mira a la vida, es
timón de dirección en la travesía. Esta individualización y elección de la piedra fundamental del
ha piedra fundamental está formada por valores que constitu- proyecto la define el psicólogo Goldon Allport como «proceso de
yen el gozne de la propia vida, de lesos valores en nombre de los absolutización». La inteligencia del sujeto, sostenida por la afecti-
cuales se dicen los no y los sí que fmprimen un sello y una direc- vidad, consigue aislar cada vez más una realidad como «trascen-
ción a la propia existencia. dente», o también simplemente como «absoluta», con relación a
las demás.
«Ha sucedido en mi vida —escribe Carlos, de'dieciocho Entonces, poco a poco, quizá alguna vez repentinamente, un
años— lo que ocurre también, sin duda alguna, en la vida de determinado valor o un grupo de valores comienza a destacar en
muchos: en un determinado momento se descubre algo esen- el cuadro de valores totales de la personalidad. Este valor o grupo
cial, totalmente esencial, que está llamado a convertirse en de valores asume entonces el papel de «valor cardinal», o de «va-
el punto en torno al cual debe girar cuanto hay en nosotros lor vértice», o de «rasgo central» de la personalidad. Ese valor
y fuera de nosotros. Es una nota la que resuena y convoca a organiza toda la personalidad, estructurándola de una manera jerár-
todas las voces que estén acordes con ella para convertirse quica, como una pirámide. Imprime un sentido a toda la experien-
en una melodía común. Para mí esto ha ocurrido en Taizé, cia del hombre. Estimula en una dirección bien determinada el
en un encuentro que me ha marcado. esfuerzo de comprensión y de acción que es la vida del hombre.
Muchos son los que han marchado, después de la aper- Solamente en base a él es posible localizar en una «visión orgá-
tura del concilio de los jóvenes, con un descubrimiento esen- nica y panorámica» las diversas exigencias, las instancias que de
cial: en el océano del mundo, en el corazón del pueblo de dentro y de fuera pulsan y reclaman una respuesta.

242 243
La individualización y la elección de la «piedra fundamental»
del proyecto de vida lleva consigo, por tanto, el surgir, lento pero
seguro, a pesar de las contrariedades y los conflictos, de un valor
central como sentido último de la vida, un valor totalizantae, capaz
de incluir en una visión única, en un totum, todas y cada una de
las experiencias, de unificar los rasgos de la personalidad en tor-
no a él.

Clases de «piedra fundamental»

No todos los absolutos que cada persona elige y vive como


«piedra fundamental» del propio proyecto de vida son lo mismo.
Varían de una persona a otra según la cualidad del valor o grupo
de valores y las modalidades de integración de la personalidad.
Semejantes absolutos se diferencian entre sí de este modo: Abso-
luto trascendente, si el valor fundamental, al que dice relación en
último término, se refiere a una realidad, persona o principio que
está «más allá» de uno mismo o de las realidades perceptibles con
los sentidos.
Normalmente se trata de un viilor auténticamente religoso, esto
es, el Dios de las grandes religiones, vivido realmente como una
realidad «distinta y presente» a ílin tiempo en la experiencia hu-
mana. /
Absolutos de sustitución, si/el valor fundamental, al cual se
tiene por referencia en última instancia, es una realidad que se
agota dentro del mundo presente, lógico-racional, sensible, verifi-
cable y controlable. Muchos valores de sustitución pueden ser el
progreso, la ciencia, el arte, la clase obrera, el éxito profesional,
el amor de una criatura...
Ahora bien: un proyecto de vida válido requiere una «piedra
fundamental» fundada sobre un absoluto que sea auténticamen-
te tal.
La verificación la dan las pruebas de la vida allí donde surge
la capacidad de validez a los medios y largos plazos de la vida.
Los golpes «duros» ponen en evidencia la calidad y validez de la
propia «piedra fundamental».
Es entonces cuando se conoce si la casa de la propia vida está
construida sobre la roca o sobre arena.

244
La opción personal ción del proceso de selección de los valores y de opción personal? ¿Con
qué resultados?
El proceso de absolutización no tiene lugar automáticamente, — ¿Qué te parece que tiene que cambiar para vivir una opción
aun siguiendo desde dentro la línea de desarrollo del organismo. de una «piedra fundamental» válida?
No es un fruto espontáneo ni uniforme en todas las personas. La
elección de la piedra fundamental tiene lugar en dos etapas y en
determinadas condiciones. LA COMPROBACIÓN SOCIOAMBIENTAL DEL PROYECTO DE VIDA
Ante todo, semejante opción se realiza merced a un proceso de
selección. Los valores experimentados se evalúan comparativamen- Para que el proyecto de vida se .desarrolle, madure y se conso-
te. Estos intentos de evaluación pueden, naturalmente, llevar consi- lide tiene que pasar a través de una «confrontación crítica» con
go una serie de errores. Este es el modo natural según el cual toda los ambientes de vida.
persona aprende y madura normalmente. De hecho, los valores que constituyen el núcleo del proyecto
Estos intentos pueden, por lo mismo, abarcar momentos de no se encuentran en abstracto, en intelectualismos y teorizaciones,
notables frustraciones, demoras, regresiones, fijaciones parciales. ni en bellos discursos, sino en situaciones vivas y concretas de los
La línea de desarrollo lleva consigo siempre obstáculos más o me- ambientes de vida. Estas son el lugar, también geográfico, en el que
nos llamativos. Se necesita tomar la dirección compleja del camino surgen los modelos con los que hay que confrontarse, en los que
recorrido. Este proceso de selección es continuo, con algunos mo- interactúan fuerzas psicosociológicas que influyen en la persona
mentos de mayor intensidad. humana. De aquí es de donde arranca el proyecto, donde crece, se
reencuentra y da su fruto, o, al contrario, puede quedar aprisio-
En segundo lugar, un proceso de opción. El dinamismo psico-
nado.
lógico que orienta la personalidad juvenil en torno a un valor abso-
luco es la decisión. Esta implica la inteligencia, la afectividad, la Por ambiente de vida se entiende el conjunto de cosas, perso-
operatividad a lo largo del hilo conductor de la vida. Comprende nas, objetos, situaciones, cuando establecen una relación perdurable
toda la historia del sujeto, incluidos los factores del inconsciente. en el tiempo, y que en cierta manera incide sobre las mismas per-
sonas, modificando su relación entre cada uno de los componentes.
Condiciones indispensables para una opción válida de la «pie- Resulta de todo ello un conjunto más o menos homogéneo de valo-
dra fundamental» del proyecto de vida son la autenticidad de los res, de juicios, prejuicios, filosofías de la vida, usanzas, tradiciones,
valores vividos, la relación armónica entre el valor central, y los lugares comunes, modos de obrar, de decir, de pensar, de reaccio-
demás valores, la ayuda pedagógica adecuada. nar más o menos inmediatos e irreflexivos.
Necesariamente, una persona vive sobre todo en un determina-
do ambiente, que influye en ella y está en relación con otros am-
bientes. El individuo puede ser más o menos consciente de esta
COMPROBACIÓN
influencia, puede sufrirla u orientarla. De hecho existe a nivel ha-
bitualmente de simple influencia sobre las opciones de cada uno,
— En base a tus opciones y preferencias, ¿qué es lo que hace de
«absoluto» en tu vida? ¿Cuál es la «piedra fundamental» de tu proyecto o también, alguna vez, de modo determinante.
de vida? ¿El absoluto trascendente o un «absoluto de sustitución»? «El hombre —escribe Paul Freiré, pedagogo brasileño— es su-
¿En base a qué pruebas confirmas tus respuestas afirmativas? jeto de relaciones y no sólo de contactos, porque no solamente está
— ¿Cuál es la solidez y la valía de tu «piedra fundamental» frente en el mundo, sino que forma parte del mundo. Su estar con el mun-
a las pruebas de la vida hasta ahora encontradas? do deriva de su estar abierto a la realidad, por la cual él se hace
— ¿Por quién te haces ayudar para contrastar la cualidad y la direc- sujeto de relaciones... Nadie libera (educa) a nadie, sino que los

246 247
hombres se liberan (educan) en conjunto, con la mediación del — El trabajo.
mundo.»
El ambiente de trabajo es una forma de escuela muy exigente,
El proyecto tiene que ver con los ambientes de vida además de
donde el proyecto personal está sometido a dura prueba. Normal-
con los factores personales temperamentales.
mente se dice que uno es adulto cuando sabe trabajar, ser autóno-
Hoy día, la incidencia de los ambientes de vida se ha ido acen-
mo, no sólo económicamente; cuando sabe ser profesionalmente
tuando y multiplicando como consecuencia de la rápida evolución
cualificado, sabe contar con un horario, con las leyes de trabajo,
social imperante y la creciente socialización. Toda persona que
frecuentemente muy exigentes. Es capaz de solidaridad con los
quiera elaborar un proyecto vivo y válido tiene que revisar cons-
compañeros y de ejercer de manera democrática sus derechos. La
tantemente el tipo de relación existente entre ella misma y los
función del trabajo en la fábrica, en el campo, en la oficina, en la
ambientes de vida.
enseñanza, en casa, puede tener estas funciones tocante al proyecto.
Hace como el viento de marzo y abril: sacude del árbol los brotes
Los ambientes de vida sobrantes, esto es, los sueños de niño, bellos pero inconsistentes,
y da solidez a lo que queda, a lo que es fruto del trabajo personal.
Actualmente éstos son los principales: Todo proyecto, para lograr solidez, debe medirse con la realidad
— ha familia. de la vida, con su dureza.
Constituye dentro de la sociedad, entendida en el sentido más
amplio, el microambiente, las más de las veces condicionado por — La parroquia.
las culturas y los medios de comunicación social. Algunos de los que viven en los diversos ambientes de vida se
Por encima de las transformaciones del momento, la familia encuentran en la comunidad cristiana fundamentalmente por un
permanece; el lugar de encuentro de diversas generaciones, que se motivo específico y bastante importante para el futuro del proyec-
ayudan mutuamente a alcanzar una sabiduría humana más comple- to, el de la fe en Jesucristo. Aquí se escucha la palabra de Dios, se
ta, armoniza los derechos de las personas con las demás exigencias celebra la Eucaristía y los demás sacramentos, se vive en asociacio-
de la vida social. nes de catequesis, de caridad, de animación; se verifican las varie-
dades y contenidos del propio compromiso, etc. Este ambiente lo
— El grupo. crean aquellos que han elegido un proyecto de vida conforme al
Puede ser vivido de diversas maneras, según el tipo de grupo Evangelio.
y la edad del sujeto. Puede ser un grupo social o de amigos, esto
es, centrado sobre las necesidades afectivas de cada uno de los com-
ponentes, o grupo de pertenencia, o de referencia, o de ambas cosas, Los ambientes del «tiempo libre»
según el lazo existente entre el sujeto y el grupo. Puede ser la pan-
dilla de los preadolescentes, el pequeño grupo de los adolescentes, Hoy, a diferencia del pasado, casi todas las personas disponen
el grupo juvenil, comprometido o no en los grandes problemas del de un determinado tiempo libre para usarlo según las preferencias
momento. personales. Para salir al encuentro de esta realidad han nacido am-
bientes de tiempo libre: televisión, el periódico, la moda, el cine,
— La escuela. el deporte, el baile, el club, los círculos culturales, etc.
Referente al proyecto, la escuela tiene una función de estímulo,
de abertura de horizontes, de asunción de contenidos, con tal de
que el que a ella asiste reciba las debidas motivaciones.

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CAPITULO OCTAVO

COMPROBACIÓN PARA QUE MI PROYECTO DE VIDA


SEA AUTENTICA VOCACIÓN
— ¿En qué medida se confronta o se alimenta tu proyecto de vida
con los ambientes propios?
— Para ti, ¿cuál es el ambiente central que unifica tu vida? ¿A qué
ambiente de vida te refieres principalmente y en cuál te encuentras a
tu gusto?
— ¿Qué contribuciones positivas, en orden a la elaboración de tu
proyecto de vida, encuentras presentes en los ambientes que frecuentas,
y qué condicionamientos negativos? ¿Por qué los consideras tales?
— En relación con tus padres y familiares, ¿qué problemas y difi-
cultades has encontrado o encuentras y cómo los enfrentas?
— ¿Cuál te parece ser la mentalidad predominante del grupo o ¿QUE P I N T O YO EN E S T E MUNDO?
«compañía» de tus amigos?
— En la escuela o en tu ambiente de trabajo, ¿cuáles son las cosas
que interesan más? Si analizas tu jornada, y la de tus amigos, encuentras que está
— ¿Cómo evalúas tu presencia en los ambientes de vida? ¿Inci- marcada por distintas situaciones. Puede ser un día atosigado de
siva, crítica, pasiva...? Cómo puedes comprobar lo que afirmas de ti actividades. Trabajo o estudio, compromiso de atenciones en casa
mismo? / o fuera de ella, encuentro con distintas personas, amigos, compa-
ñeros, etc. Lo días, entonces, están prácticamente llenos, como si
tuvieran pocas horas. Tú mismo te sientes útil a estas personas,
con una íntima satisfacción más o menos difusa.
O puede ocurrir que, terminado el trabajo o el estudio, tú bus-
ques a los amigos para divertirte. El bar, las chicas/os, el juego, la
diversión de distintas clases ocupan todo el resto del tiempo. So-
bresales en algunos deportes o en el compañerismo. Esto te da un
cierto sentido de valía, de ser uno que cuenta un poco más que los
otros. O también puede ocurrir que, terminado el tiempo de tra-
bajo o de clase, ni sepas qué hacer. Te gustaría comprometerte en
algo con los mismos amigos; pero algo te frena por dentro. El mie-
do de no lograrlo, de no estar a la altura de los demás, una cierta
timidez, te frenan, tal vez te bloquean. Pasas ciertos días con ver-
dadera ansia, quizás melancolía. Y no te basta, para quitártela de
encima, recurrir a gratificaciones o compensaciones que la concien-
cia te reprocha. De hecho, bien lo sabes por experiencia, no son
constructivas.
Pues bien: cualquiera que sea tu postura de partida, en cuanto
a la búsqueda de tu cometido en la vida, hay ciertas preguntas que,
de manera más o menos explícita, te haces, o estaría bien que te las

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hicieras en primera persona: «Al fin, ¿qué hago yo en la vida? Por lo que se refiere al cuento, tengo que decirte que
¿Para qué existo? ¿Cuál es mi lugar en la Iglesia y en la sociedad? lo más bello y a la vez desconcertante de que me he dado
¿Qué utilidad presta mi vida? ¿Existo por casualidad, o formo cuenta en estos últimos diez días es haber comprendido la
parte de un plan dentro de este mundo? Si lo hay, ¿cuál es? ¿Qué importancia de que Lucio se perdone a sí mismo; y por qué
sentido tiene mi vida? ¿Cuál es mi cometido? ¿Para qué estoy Lucio se afana en perdonarse, por no ser lo que querría
hecho? ¿Cuál es mi misión en esta vida? ¿Qué lugar ocupan los (¡perfecto!); he contemplado estos últimos años míos de
demás en mi vida? ¿Y yo en la suya?» vida, y ¿sabes qué he visto? He encontrado un Lucio que ni
siquiera conoce sus lados positivos y acaso le importa un co-
mino, pero está absorto en buscar hasta el último subterfugio
Ciertas preferencias sus lados oscuros; y emprende una cerrada lucha contra
ellos: ¿te das cuenta de que he derrochado con frecuencia
Es verdad; frente a tales interrogantes no te encuentras del entusiasmo y energías para combatir una cruzada contra mí
todo indiferente, desarmado. Ya desde hace tiempo hay ciertas pre- mismo, con el peligro de crear división dentro de mí? ¡Y no
ferencias que te orientan en una determinada dirección. De hecho, podía por menos de salir siempre derrotado!
tú notas cierto gusto o interés por una determinada profesión. Te
Ahora me doy cuenta de lo importante y educativo que
sientes atraído por una clara determinación a favor de un género
es el escultismo cuando, a viva voz, predica que hay que
de vida más o menos determinado. Te sientes más o menos hecho
construir al menos sobre el cinco por ciento de lo bueno que
para llenar un determinado oficio. Ciertas actitudes y dotes, ciertas
hay en toda persona; y, aun habiéndolo predicado, lo he trai-
aptitudes, te lo dicen. Quisieras de hecho llegar a ser una persona
cionado profundamente en mí mismo, y aun dudo haber con-
realizada, porque eres capaz de..I
seguido hacerlo con los muchachos.
Me pregunto cómo he hecho para despertar en los demás
Un lugar entre los primeros I una imagen de mí mismo como persona serena y jovial; tiene
que haber en mí (¿dado por quien puede?) mucho amor, por
Son muchos los sueños qué abrigas dentro que te indican un ahora sólo simpatía por la vida, si, no obstante ese conflicto
posible porvenir tuyo. Muchas son las realidades, en sí mismas po- interno, lograban despertar muchas sonrisas.
sitivas, que te atraen. Querrías hacer este trabajo o el otro. Te Es cierto que con el tiempo había aprendido a perdonar-
gustaría parecertc a esta o aquella persona. Anhelarías tener o ad- me, o mejor, a dejarme reconciliar; pero era un respiro para
quirir unas determinadas habilidades: sobresalir, entre los prime- rehacerme y emprender nuevamente el ataque...
ros, en el fútbol, o en clase, o en despertar interés entre las chi- Y después de haber estudiado tragedias bélicas por mu-
cas/os que encuentras, ser el mejor del grupo, tener un lugar de cho tiempo, por fuerza tiene uno que perdonar y perdonarse.
privilegio en el aprecio de las personas importantes para ti y para Cuando una persona, al atardecer, frente a una jornada de
los demás. vida entregada, como primera instancia se lleva al tribunal de
sí misma y, juez al propio tiempo que reo, en base a una jus-
«Aún me cuesta trabajo —anota Lucio, de veintiún años, ticia y leyes del todo suyas, se acusa de una larga serie de
estudiante— dejar que otros entren en el proyecto de mi faltas y se condena, eso sucede solamente después de haber
vida; más que a vosotros, me refiero a él; esto es, quería dictado su sentencia (como la única) teniendo en cuenta la
decir que no consigo fiarme ciegamente de Jesús; pero pre- bondad divina, y no puede por menos de obligar a su pobre
tenderlo ahora sería querer lo imposible por mi parte y, corazón a una progresiva petrificación...
aprendiendo de él, me 'perdono'. ¡Qué hermoso es, en cambio, oírse decir: 'Os daré un

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corazón nuevo, introduciré en vosotros un espíritu nuevo', ción de consumidores de la vida. Más que vivirla en primera per-
sona, se renuncia a ella de una manera más o menos manifiesta; a
y qué liberador a la tarde comenzar un examen de conciencia
veces surge la huida a un mundo propio mediante una de las mu-
con la certeza de ser amado, y luego, ayudado a compren-
chas formas de droga; otras veces se abre paso la búsqueda de
derlo todo, lo bueno y lo no bueno!
sentido y de satisfacción en el propio cuerpo y en el de los demás,
¿Sabes?, en esta etapa yo no sabía si elegir como 'guía
convertido en la playa definitiva de una existencia errante.
espiritual' el libro de Martini sobre Abrahán, o sobre el
evangelizador en San Lucas; pero cuando en el índice del Son minoría los que se sienten de lleno en su verdadero puesto.
Sustancialmente contentos con lo que son y lo que hacen, abiertos
segundo he visto que se trataba la experiencia de Pedro de
a un crecimiento constante de sí mismos y al servicio de los her-
dejarse amar, me lancé al segundo.»
manos. Encontrarse con éstos ayuda a vivir. Son luminosos testi-
De aquí surgen algunos interrogantes que solicitan de ti una gos de un futuro mejor, de una calidad de vida en plenitud a la que
respuesta insoslayable. «Entre las muchas cosas para las que me cada uno aspira.
siento hecho, quizás incompatibles entre sí, ¿para cuáles estoy ver-
daderamente hecho? Más allá de la superficie, ¿cuál es mi verda-
dera inclinación profunda, la que indica la dirección del acierto E:Í el corazón de la Iglesia yo seré el amor
auténtico de mi vida, que coincide con aquello para lo que existo
en este mundo? ¿Cómo localizar mi verdadero camino, para re- «Ya que mis aspiraciones inmensas constituían para mí un mar-
correrlo a fondo sin perderme en los recovecos de un laberinto? tirio, me volví a las cartas de San Pablo, buscando por fin una res-
¿Cómo encontrar la senda de la alegría duradera del vivir y de la puesta. Casualmente dieron mis ojos con los capítulos 12 y 13 de
fecundidad de la vida, ya que la alegría duradera surge del vivir la la primera carta a los Corintios, y leí en el primero que no todos
propia verdad?» / pueden ser al mismo tiempo apóstoles, profetas y doctores; que la
Iglesia se compone de diversos miembros, y que el ojo no puede
ser al mismo tiempo la mano. Una respuesta ciertamente clara, pero
Vidas que cuestionan / no para apagar mis deseos y darme la paz.
Continué la lectura, y no perdí el ánimo. Así, encontré una fra-
Mirando en tu derredor, te has dado cuenta de que no todos los
se que me dio aliento: 'Aspirad a los carismas mejores. Y yo os
modos de afrontar la vida de los de tu misma edad y de los adultos
mostraré un camino mejor que todos los demás' (1 Cor 12,31). En
son iguales. Apenas traspasas la superficie te puedes dar cuenta de
efecto, el Apóstol declara que aun los mejores carismas no son nada
una situación multiforme. Casi todos, cada cual, esconde una zona
sin la caridad, y que esta misma caridad es el camino más perfecto
de conflictos y de contradicciones dolorosas; se las esconde a los
que conduce con seguridad a Dios. Por fin había encontrado la paz.
demás, y a veces también a sí mismo. Con frecuencia sería insopor-
Considerando el Cuerpo místico de la Iglesia, no me encontraba
table mirarlas de frente hasta el fondo; desconcertante. Esta zona
en ninguno de los miembros que había descrito San Pablo, o mejor,
dolorosa, las más de las veces activa a nivel de inconsciencia, puede
quería verme en todos. La caridad me ofreció el eje de mi vocación.
empujarle en distintas direcciones. A veces da lugar a un compro-
Comprendí que la Iglesia tiene un cuerpo compuesto por muchos
miso de sí, en uno de los varios modos y sectores, muy intenso, tal miembros; pero en este cuerpo no puede faltar el miembro más
vez sospechoso por su intensidad o rigidez. Espíritu de partido o necesario y más noble. Comprendí que la Iglesia tiene un corazón,
de cruzada, búsqueda excesiva de autoafirmación, necesidad a pun- un corazón abrasado de amor. Entendí que sólo el amor impulsa a
to muerto de autogratificación, un rabioso estilo de vivir... son sus la acción a los miembros de la Iglesia, y que, apagado este amor,
más destacadas señales delatoras. los apóstoles no habrían anunciado el Evangelio, los mártires no
Otras veces esa zona dolorosa inconsciente conduce a la situa-
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habrían derramado su sangre. Comprendí y conocí que el amor lo razón de vivir dislocados en cuanto a su verdadero puesto? ¿Qué
es todo, que se extiende a todos los tiempos y a todos los lugares; es lo que los ha derrotado, a lo largo de su camino, en el cometido
en una palabra: que el amor es eterno. verdadero de su vida?
En el corazón de la Iglesia, mi madre, yo seré el amor, y de En cambio, ¿qué es lo que a otros ha facilitado encontrar su
este modo lo seré todo, y mi deseo se convertirá en realidad» (San- puesto justo en la vida, hasta sentir el desarrollo de su misión?
ta Teresita de Lisieux). ¿Sobre qué, en concreto, se fundamenta su vida hasta convertirlos
en «testigos luminosos de un futuro mejor»?
«Me siento un don gratuito»
«Hoy cumplo veintiún años de sacerdote —atestigua PARA REFLEXIONAR
Aldo—. Vivo gozo y alegría, siento que me invaden todo el
cuerpo...; lo siento irradiar e inundarme; encuentro gusto Te es conveniente llevar algunas preguntas y responder a ellas, a ser
en estar con mi sacerdote...; me siento hecho para ser sacer- posible, por escrito. Puedes hacerlo con tus amigos de grupo y con tus
educadores. Pregúntate:
dote...; no puedo por menos de ser así, un todo insepara-
— ¿Cuál es mi inclinación profunda? ¿Para qué y por quién me
ble...; me siento pertenecer a Jesús, asumido por él para siento hecho? ¿Cuál me parece que es o puede ser mi cometido en
compartir la aventura' de pastor...; me siento adherido a la vida?
las distintas personas que encuentro para ser signo de su ini- — ¿Cuáles son mis principales dotes y mis hábitos? ¿Cuáles mis
ciativa de salvación; experimento dulzura y paz...; me nacen gustos e intereses?
de dentro, de mi ser hombre y sacerdote...; me encuentro — El trabajo que estoy realizando o la escuela que frecuento, ¿res-
en mi sitio; querría tomar conciencia de esto, no sirve...; ponden sustancialmente a mí mismo? Si es así, ¿por qué?; si no, ¿por
me siento gratuito, un regalo para mí y para los demás; lla- qué motivos? ¿Qué hacer, entonces, para llenar mi cometido en la vida?
mado a hacerme pedazos en la Eucaristía de la vida; a entre- — Poniéndome frente a ellas, una a una, de las personas «despla-
zadas», ¿qué se me despierta dentro en cuanto a la búsqueda de mi co-
garme con confianza...; a ser signo de comunión, lugar de
metido en la vida? Y frente a los testigos luminosos, ¿qué surge en mi
encuentro...; me siento pequeño c inepto, pero confiado..., interior?
parte viva de una vida que me sobrepasa...; me siento mis-
terio para mí mismo y para los demás, hecho de luz y de
grandeza inalcanzable...; me acepto así..., estupor y ale-
gría..., reconocimiento y alabanza...; siento turgente el co- DE LOS VALORES AL «VALOR»
razón y canto... Heme aquí de nuevo..., para siempre...;
experimento una sacudida en el corazón... Me abandono al El descubrimiento y la aceptación de los valores constituye un
Padre...; me recojo en mí mismo, y me entrego incondicio- hecho decisivo en la calidad de la propia vida. Es un poco como
nalmente a la fuente de donde provengo..., me aliento..., construir la propia casa sobre roca firme y con sistema antisísmico
me siento cómplice siervo por amor a Jesús..., sin preten- o, por el contrario, sobre arena. Sin embargo, no es suficiente de-
siones. ..; efluvios de alegría serena y benéfica me invaden...; tenerse en la fuerza autónoma de la invitación a los valores. Es
gracia y reconocimiento... Estoy a la escucha y me dejo, y preciso ir más allá, llegar a la raíz de los mismos. Para que el pro-
me dejo inundar... Estoy pletórico de gozo...» yecto de vida se desarrolle en todas sus dimensiones, es necesario
un esfuerzo para «identificar la persona», el Dios vivo, que invita
Ante estos diversos modos de vivir auténticamente o de gastar a la comunión y al servicio. «A través del reclamo que ejercen los
la vida surgen algunas preguntas: ¿De dónde nace para muchos la valores —observa Pascal—, Dios llama.»

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17
Sólo cuando se llega a identificar la persona divina, la llamada Es necesario no estancarse solamente en la belleza de los colo-
de los valores se convierte en una auténtica vocación personal. En res de las cosas sin descubrir cuál es su fuente, el sol que los ilu-
efecto, el hecho de saberse llamado comporta el no aceptar contem- mina; es necesario no mirar solamente la mano que te estrecha la
plar el mundo y la vida como un suceso opaco e impersonal, un tuya, sino mirar a la persona que te la ofrece.
puro azar.
«Tengo un proyecto de vida personal —escribe Pablo, de
«Dios me da esta vida para que, viviendo en su amor, dieciséis años, estudiante—, que he construido y continúo
le transmita yo un significado positivo. construyendo día a día con trabajo y sacrificio. Trato de des-
«Me doy perfecta cuenta —escribe José Luis, estudian- arrollar mis cualidades, pero sobre todo el plan que El tiene
te de diecisiete años— que hay muchachas verdaderamente para mí. Voy construyendo este proyecto mío con la vida y
estupendas, con las cuales podría intentar conseguir algo el esfuerzo, en la sencillez y el amor; intento ser un testimo-
nio cristiano de mi fe en Cristo.
interesante y positivo, construyendo una vida en común;
pero experimento, al mismo tiempo, que Dios me pide vivir Y es precisamente con mi proyecto de vida como preten-
una vida de donación total y de disponibilidad universal, do realizarme a mí mismo, no como hombre de sociedad mi-
con una misma fuerza y capacidad de entrega a todos... rando sólo a la adquisición de bienes terrenos, sino como un
Creo que, quizás, a la voz de Dios que me llama a abando- hombre que sabe amar, sobre todo, a los hermanos más po-
narlo todo para seguirlo plenamente, ya sólo falta el 'sí' de bres y sabe descubrir en ellos el rostro de Cristo muerto y
resucitado por todos nosotros.
mi respuesta.»
He descubierto a Cristo en medio de aquellos que lo
«En la elección de mí proyecto —escribe Pilar, de vein- aman; he aprendido a amar viviendo en medio de aquellos
te años, y comprometida/— he vivido momentos de mucha que me aman; he comenzado a poseer esta ansia de amar a
tensión; tal situación se/ me imponía, no la había yo bus- través de personas que buscan vivir el amor en sus vidas; me
he encontrado con misioneros que me han asombrado y, con
cado. Finalmente, tengo una gran serenidad porque en el
su experiencia cristiana, me han hecho comprender el signi-
fondo ha sido para mí un acto de fe en Dios que me llama-
ficado de muchas palabras verdaderas (vivir la pobreza, amar-
ba y ante lo cual me he sentido plenamente libre. Frente a
se, vivir el evangelio...), las cuales, si se toman con seriedad,
cualquiera de los problemas a afrontar, lo que me ha ayu-
se convierten en vida comprometida y formativa para mí,
dado a seguir adelante ha sido el deseo de entregarme a los
adolescente, que estoy construyendo mi propia vida.»
demás.
He comprendido que en las más diversas situaciones es
Dios quien te llama y el que renueva continuamente su lla-
mada...» PARA REFLEXIONAR

— ¿Qué lugar ocupan Cristo y su plan salvador en mis ocupaciones,


Esta «identificación de la persona», este pasar de los valores de acuerdo a mi proyecto de vida? ¿Por quién y para qué misión me
al Valor, que es la raíz y el fundamento de los mismos, son nece- siento llamado en mi vida?
sarios para que una vida se convierta en una auténtica vocación. — ¿Cuál me parece ser mi puesto y papel en el plan de salvación
Vasa de ser un mero sucederse de acontecimientos más o menos del Padre, revelado por Jesús?
ligados entre si y se convierte en una experiencia viva entre dos — ¿Qué hago para conocer los «signos de Dios» en mi vida y así
personas, una aventura cuyos horizontes empujan siempre más allá concretar este plan de Dios sobre mí?
y más alto en la realización de la propia misión en la vida.

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UN SALTO DE CALIDAD UN PASO QUE E S N E C E S A R I O DAR

Tú tienes muchas ilusiones, te apasionas y luchas por una serie La absoluta novedad cristiana, esos repetidos «Yo soy» de Je-
de valores que llamas: sús de Nazaret, no significan solamente, como podría parecer a
— el bien, el bienestar; simple vista, «Yo soy aquel que lleva la luz, la verdad, la vida...»,
— la vida y la alegría; sino que significan mucho más.
— la verdad, la investigación, la ciencia; En efecto, el estudio de los símbolos presente en el Evangelio,
— el amor, la amistad, la familia; sobre todo los que aparecen en Juan y que vienen precedidos de la
— la justicia y la igualdad; fórmula «Yo soy» y seguidos del adjetivo «la verdadera», nos lle-
— una sociedad más justa y un mundo mejor; van a su mayor profundidad. Estos símbolos, aplicados a Jesús, se
— la cultura, el arte, la música; corresponden con las necesidades más esenciales del hombre y con
— el deporte, las carreras, la velocidad; las posibilidades divinas hasta el punto de que el mismo hombre
— los problemas filosóficos y religiosos; se ve necesitado de pedirlas a Dios para que se las conceda. Jesús
— los descubrimientos científicos, los adelantos técnicos, etc. es aquel en quien se revela y se propone verdaderamente cuanto
estas realidades significan y contienen para todos los hombres. Todo
Hay en mi vida, en la vida de los creyentes a quienes tú admi- cuanto se dice, desde fuera del hombre, no lo es más que de una
ras, en la comunidad cristiana a la que perteneces, UNO que afirma: manera deficiente y parcial. No salva verdaderamente al hombre de
«Yo soy la resurrección y la vida; quien cree en mí, aunque su angustia existencial, de las situaciones cruciales, sin que se dé
haya muerto vivirá. Quien vive y cree en mí no morirá para siem- una llamada. Jesús, bajo diversas imágenes, se presenta como el
pre» (Jn 11,24-25). salvador, «el único salvador que excluye todos los demás dioses y
«Yo soy el camino, la verdad y la vida. Ninguno puede ir al Pa- falsos salvadores que con frecuencia aparecen a lo largo de la his-
dre si no es por medio de mi» (Jn 14,6). toria, tanto personas como movimientos». Lo que Jesús trae a los
«Yo he venido como luz a este mundo a fin de que quien crea hombres se identifica con su propio ser. Lo que Jesús muestra y
en mí no permanezca en las tinieblas» (Jn 12,46). enseña es lo que él mismo es. Su persona, su vida, sus obras, su
«Yo soy la puerta de las ovejas... Si alguien pasa por mí se sal- mensaje y sus testigos de ayer y de hoy, incluso dentro de la defi-
vará. Entrará y saldrá y encontrará buenos pastos... Yo soy el buen ciente debilidad humana, te dan una prueba de todo ello. El tiene
pastor, conozco mis ovejas y mis ovejas me conocen» (Jn 10,1-14). conciencia del hecho que su presencia entre los hombres significa
«Yo soy la verdadera vid y vosotros los sarmientos. Quien per- una actual intervención de Yahvé, de decisiva importancia para los
manece en mí y yo en él, éste dará fruto» (Jn 15,5). destinos de la humanidad.
«Yo soy el pan de vida... Quien venga a mí no tendrá hambre Es a través de la relación viva de amistad con El como puedes
jamás y quien crea en mí no tendrá más sed» (Jn 6,35). descubrir y encontrar la plenitud auténtica de aquello que andas
«Yo tengo una agua viva... El agua que yo os daré, se conver- buscando.
tirá en fuente de agua que brota para la vida eterna...» (Jn 4,14). La identificación de la persona, Dios viviente, que llama «a tra-
«Antes que Abrahán existiese, yo'soy» (Jn 8,58). vés de los valores», permitirá a tu proyecto de vida dar un salto de
«Yo soy la piedra angular» (Mt 21,44). cualidad. En efecto, el encuentro vital con Jesús de Nazaret, la aco-
«Cristo es ciertamente nuestra paz» (Ef 2,13-16). gida de su mensaje y de su persona te llevará poco a poco a trans-
«Quien no ama no ha conocido a Dios, puesto que Dios es formar tus perspectivas personales, frecuentemente cerradas, de
amor» (Jn 4,8). acuerdo a la lógica pascual. Será entonces necesario abrirse para
acoger otro proyecto, el proyecto histórico del plan de salvación,

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decidiendo por el propio papel personal dentro de la Iglesia y de prime a toda la vida una dirección totalmente sorpresiva. «Pero
la comunidad local. cuanto era para mí motivo de gloria, lo considero ahora irrelevante
Serán necesarios algunos cortes, algunas rupturas que presten por amor a Cristo. Es más, pienso incluso que nada vale la pena
coherencia y fidelidad a los valores asumidos como «piedra funda- si se compara con el conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor. Por
mental» del proyecto de vida cristiano. Entonces podrás descubrir él he sacrificado todas las cosas, y todo lo tengo por estiércol con
que este plan de Dios da categoría y eleva a una síntesis superior tal de ganar a Cristo y vivir unido a él con una salvación que no
todo esfuerzo humano de identificación y construcción del futuro. procede de la ley, sino de la fe en Cristo, una salvación que viene
de Dios a través de la fe» (Flp 3,7-13).
El encuentro sobre el camino de Damasco, y su posterior re-
«LO QUE CONSIDERABA GANANCIA...» flexión y profundización, le han llevado a Pablo a una visión com-
pletamente nueva de las cosas. No a un cambio moral inmediato,
Es la misma inquietud que animaba la vida y la búsqueda juve- sino a una iluminación. Su actitud ante Dios, como ante sí mismo
nil de Pablo de Tarso cuando, en la escuela de Gamaliel, buscaba, y ante los demás, estaba completamente equivocada. No conside-
como todo joven, lo mejor para sí y para los demás. Creía haberlo raba a Dios como Dios. Tenía una imagen equivocada del mismo,
encontrado. «Sí alguien tiene motivos para confiar en títulos hu- funcional, de acuerdo a sus necesidades y anhelos. Sin saberlo se
manos, nadie puede hacerlo con más razón que! yo: fui circuncidado rebelaba contra Jesús en la defensa de su «tesoro», concebido a su
a los ocho días de nacer, soy del linaje de Israel, de la tribu de Ben- propia medida. En el centro de todo estaba su tesoro, su verdad.
jamín, hebreo por los cuatro costados, fariseo en cuanto se refiere Una actitud externamente irreprensible, pero interiormente era una
al modo de entender la ley, perseguidor déla Iglesia, si hay que posesión exagerada, una necesidad de dominio y poder. En el cen-
presumir de celo por la ley, e irreprochable en cuanto a su cumpli- tro de la vida no estaba el evangelio de la «gracia», sino el de la
miento se refiere» (Flp 3,4-6). / autojustificación. Olvidaba que también él era un pobre hombre
Pablo estaba en posesión de valores/fundamentales para él muy necesitado de salvación. Este era el pecado de los fariseos. La per-
queridos, conquistados, en gran parte, a un precio muy caro. Es la versión fundamental por la cual el hombre se considera el único
realidad que le adviene al hombre desde su naturaleza, su historia, salvador de sí mismo. Creyendo estar en el ápice de la perfección,
del esfuerzo de su trabajo. Pablo posee tradición, justicia, compro- se encuentra con las más grandes aberraciones de violencia física,
miso personal. Todo ello constituía un conjunto de bienes que le moral e intolerancia ideológica... Pero a lo largo de aquel extenso
era profundamente querido. Nos hace una lista conmovedora de viaje a Damasco le había sucedido lo inesperado, lo sorpresivo.
todo ello. El resultado de esta posesión será el enorme cuidado por Y no a través de un razonamiento, sino a través de una toma de
defenderlo, por promoverlo, e incluso la violencia contra todo contacto con la verdad, es como comprende que todo debe reha-
aquello que se le pueda oponer. Así se explica su intolerancia, la cerse, debe cambiar totalmente.
necesidad de acabar con los cristianos, su violencia ideológica, fruto Y de este modo, de acuerdo a las modalidades propias de cada
de fanatismos y de la incapacidad para comprender a los otros si persona, es como se realiza la sorpresa que nos permite dar al pro-
no se le someten o le aceptan. yecto de vida ese salto de cualidad que lo convierte en original
Para toda persona esta riqueza puede estar constituida por el y único.
conjunto de motivos, de méritos, de conquistas en base a los cuales «Dios de Abrahán, Dios de Isaac, Dios de Jacob, no de los filó-
se hace conocer y se siente realizado. Y esto puede darse en el cam- sofos ni de los sabios —escribió en su memorial el filósofo Pascal,
po del trabajo, de la sociedad, de la escuela y la cultura, de las memorial que llevó siempre cosido a su ropa hasta el día de su
posibilidades económicas, de las influencias políticas, etc. muerte—. Certeza, certeza, sentimiento, alegría, paz. Dios de Jesús,
Pero un día puede suceder lo imprevisto e inesperado, que im- diálogo con Jesús, Dios mío y Dios vuestro. Tu Dios será mi Dios.»

262 263
Y a través de este itinerario, original y distinto según las for-
mas y modalidades, es como el proyecto de vida se transforma en
«vocación» y tarea en la vida. Los valores, entonces, se centran en
una persona. «Jesús de Nazaret muerto y resucitado, presente y
operante en el mundo para salvarlo.» Entonces se descubre que la
verdadera y propia identidad se va haciendo poco a poco misión.
«Aquel que en el instante en que me hace comprender que he esta-
do totalmente equivocado con respecto a él, porque me he colocado
a mí mismo en su lugar, me demuestra su misericordia al perdo-
narme y me da confianza cuando me llama a su servicio, contán-
dome su misma Palabra.»

¿CUAL E S MI COMETIDO EN LA VIDA?

La búsqueda de un sentido válido para la vida y de una verda-


dera identidad conduce a la individuación y asunción de un come-
tido propio que debe desarrollarse en la Iglesia y en la sociedad.
Ninguna persona está llamada a s^er genérica en la v i d \ menos aún
en la Iglesia. Na existe ningún puesto en general. Dios llama a cada
uno por su nombre, individualmente; mucho más de lo que un pa-
dre o una madre pueda amar a cualquiera de sus hijos, tal como es.
A cada uno confía un encargo que cumplir, una misión que rea-
lizar, un lugar que ocupar, una parcela que cultivar. A cada uno da
la capacidad indispensable para poderlo hacer. Es capacidad exis-
tente, aunque en germen. Son talentos que hay que descubrir y des-
arrollar para que den su fruto y se multipliquen.
Pero ¿cómo ocupar el propio lugar? ¿Cómo identificar la pro-
pia misión? ¿Cómo descubrir y asumir el propio cometido en la
Iglesia, en la sociedad, de modo que dé fruto, fruto abundante, que
permanezca? ¿Cómo llegar a ser uno mismo y poder desarrollar la
propia misión en la vida?

Cada cual, su trabajo insustituible

Toda persona está llamada a asumir en primer plano la respon-


sabilidad de sí misma y de cuanto le viene confiado, y responder
a quien le llama.

264
La misión, o cometido, o puesto en la vida, están inscritos en zamiento en la propia existencia del proyecto de vida y de la voca-
nuestra realidad personal. Forman parte de nuestra constitución. ción personal.
Están presentes en nuestra estructura física, psíquica, moral y espi- Vocación y proyecto de vida son dos aspectos, divino y huma-
ritual. No son realidades aglutinadas por fuera, más o menos en- no, de una sola realidad personal. Ella consiste en una imagen de
sambladas, quizá peso que soportar. futuro, libremente formada, pero que responde a las exigencias
Hay, en cambio, dimensiones internas estructurales que piden, objetivas posibles y en una voluntad leal hacia este porvenir. Pro-
tras un proceso de crecimiento, ser descubiertas, descifradas, asu- yecto de vida y vocación son términos que se corresponden y se
midas y desarrolladas, como un germen de vida que, con un am- complementan. Ellos indican de forma análoga la fuerza, la atrac-
biente a propósito, se desarrolla hasta la plenitud de sí mismo. ción de los valores hacia los cuales uno se orienta. Son ellos des-
No son principalmente fruto de conquista personal contra todo pués los que, una vez elegidos, definen lo que uno es. Revelan la
y contra todos. Son más bien resultado de apoyatura, de poda, de dirección hacia la cual uno se dirige. Dan un sentido válido a toda
encauzamiento, de empeño, conforme a una profunda inclinación la vida.
propia, de docilidad o disponibilidad para con Dios como Dios y Ayudar a un joven a formarse un proyecto de vida significa,
a sus signos perferenciales, pero terminantes. Dios no obliga. Invita pues, ayudarle a seguir el influjo de determinados valores. Esto, en
y solicita despertando y sosteniendo la libertad humana en un pro- la perspectiva de fe, significa ayudarle a seguir su misión.
ceso llamado de «sinergia» o confluencia misteriosa de dos energías Vocación puede indicar:
convergentes. En el campo de la orientación vocacional no hay nada — en sentido amplio, una orientación intelectivo-afectiva de la
automático. Nada hay totalmente contrario al sujeto. Para descu- persona hacia una forma de vida o de actividad de cualquier clase,
brir el propio cometido en la vida es por eso mismo necesario un sagrada o profana;
proceso de búsqueda vocacional: hay que vivir la aventura de la — o también, en sentido estricto, etimológico, religioso, voca-
exploración de sí mismo y de la vida, de asunción por dentro de lo ción ( = llamada) subraya el requerimiento objetivo por parte de
que se revela más propio. Es necesario discernir e identificar pro- Dios, requerimiento que se revela «progresivamente» a través de
gresivamente el proyecto del Padre sobre uno, encarnarlo en la pro- un conjunto de circunstancias, ya internas (atractivo, intereses), ya
pia historia personal dentro de la historia más grande, la del pueblo externas (contexto social, exigencias de la comunidad...). Frente a
de los redimidos. este requerimiento se pide a toda persona una respuesta consciente
¿Cuáles son entonces los procedimientos para hacer tomar cuer- y libre dentro del vivir cotidiano.
po a un proyecto de vida cristiano? ¿Cuáles las modalidades de La atención continua a la voluntad de Dios en el presente in-
vida con las que confrontarse para encontrar la más propia que serta la vocación en el tejido de la vida cristiana no como un acon-
corresponda al proyecto del Padre sobre uno mismo? tecimiento que marca fecha, que viene a turbar el curso ordinario
Muchas son las formas de vida presentes en la Iglesia y en la de las cosas; ésa es como un diálogo, una alianza, una comunión
sociedad. Para lograr un adecuado discernimiento vocacional es ne- de dos personas. Mediante lo ordinario, Dios y el hombre se en-
cesario conocerse personalmente y confrontarse interiormente y en cuentran continuamente, se interpelan mutuamente. Caminan jun-
profundidad con las principales formas de cometidos en la Iglesia. tos hacia un acontecer que se va haciendo más claro a medida que
el hombre se deja guiar por la voluntad de Dios. «Yo soy el Saddai
—dice Dios a Abrahán—; camina en mi presencia y sé perfecto»
Proyecto de vida y vocación (Gn 17,1-2).
No es, pues, por un lado,
La búsqueda y puesta en práctica del propio cometido en la — una orden de misión, redactada de antemano, expedida des-
vida se identifica con el descubrimiento, la estructuración y el afian- de lejos;

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— ni un decreto ab aeterno prefabricado; mismo mi propia libertad. Simplemente, me ahorra la manera pe-
— ni algo que se tiene o no se tiene: «tener o no tener vo- nosa de la lucha. Me hace salir del dilema que opone la pasividad
cación»; a la actividad en un instante que no tiene dimensión temporal y
que ahondaré más adelante mediante la memoria espiritual: 'Tú
— ni una predeterminación del porvenir, ___
me verás la espalda; pero mi rostro nadie puede contemplarlo'
sino un camino juntos, codo con codo, en el que Dios familiarmente
(Ex 33,23). Me indica su paso a través de una paz que invade el
despliega ante el hombre los horizontes que le ha hecho vislumbrar, alma toda, en la cual tengo la plena certeza de encontrarme per-
invitándole a descubrir otros nuevos. diéndome, de ser plenamente yo mismo perteneciéndole totalmente
Es, por tanto, esencial estar «en estado de vocación», disponi- a él. Experiencia imposible de explicar en la que yo mismo no sa-
ble a Dios y a los signos de Dios. Dios y el hombre se interpelan bré qué ha sucedido, pero de la que me quedará para siempre una
mutuamente en diálogo, en un encuentro. huella libre de equívoco: aquel cambio en mi vida que no admite
ninguna explicación fuera de ser la visita extraordinaria de Dios.
Quizás, por un camino más normal todavía, encontraré la vo-
«TU, SIGÚEME» luntad de Dios lanzando una mirada atenta al tiempo transcurrido
desde la última revisión importante de mi vida. Esto supone que
«Seguidme —había escuchado un día Pedro, mientras reparaba yo no viva en un estado de vagabundeo espiritual y que mi vigilan-
las redes junto al lago de Genesaret con su hermano Andrés—, y cia se regule según cierto orden y ritmo... Me vendrá espontánea
yo os haré pescadores de hombres» (Mt 4,18-22). Y algunos años la comparación con experiencias análogas: retiros, lecturas, reaccio-
después, Jesús resucitado y Señor de la historia le había repetido: nes, anhelos, ideales, etc. Y estas referencias terminarán por trazar
«Tú, sigúeme.» una cierta línea, por indicarme una determinada dirección.»
Entre estos dos «sigúeme» habían sucedido muchas cosas: las En efecto, es necesario dar coherencia a la propia vida concreta
promesas de fidelidad, la promesa del primado, luego el miedo de con los ojos de la fe, descubriendo en aquello que parece a primera
la noche en el huerto de Getsemaní, la negación, el llanto amargo, vista pura sucesión, discontinuidad, heterogeneidad, vicisitud, con-
una confianza nueva más consciente de sus límites. La primera y la tingencia casual, «aquella secreta tenacidad del Espíritu Santo que
última palabra de Jesús a Pedro era precisamente este «sigúeme», escribe derecho con líneas torcidas y que transforma en frases, me-
abierto a lo imprevisible. diante el verbo, a las palabras dispersas».
Expresión de amor y de fe, la vocación constituye una realidad La vocación se encuentra, de hecho, en la línea de confluencia
viviente, sobrenatural en su esencia, pero profundamente enraizada — de la gratuidad del don de Dios;
en la persona, una realidad dinámica y creadora, susceptible de — de la disponibilidad humana, ella misma nacida de la con-
desarrollo y crecimiento. El hombre la construye día a día con fianza previa acordada al Dios de la historia, porque es Dios.
Dios. Un día, en una mirada retrospectiva, se dará cuenta que el «Sé bien —escribía Pablo de Tarso, ya anciano, al discípulo
camino recorrido, las dificultades superadas, los horizontes descu- Timoteo— a quién me he confiado, y estoy convencido de que él
biertos, la resonancia social del propio camino, etc., van mucho es capaz de conservar mi depósito de fe hasta aquel día» (2 Tim
más allá de las posibilidades humanas. 1,12).
«Sucede a veces —comenta André Manaranche— que la volun-
tad de Dios se impone a mi espíritu de una manera irrefutable, más «Poniendo en práctica las enseñanzas que mi ambiente
allá de toda duda y de toda deliberación. El Señor... me impulsa me daba —anota Patio, de diecisiete años, tercero de insti-
como quiere. tuto técnico—, he encontrado personas nuevas que vivían fe-
No entra derribando una puerta, porque respeta más que yo lices. Estos nuevos encuentros con muchachos seguros de sí y

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268
de su porvenir, felices con su existencia, me han ayudado
a fortalecerme en el espíritu y me han enseñado a vivir el
amor. De este modo he descubierto de nuevo el Evanglio y
trato de vivirlo continuamente en mi vida diaria; he apren-
dido a amar en la sencillez, y a amar las cosas simples, a verlo
todo con amor. Pero me siento muy lejos de lo que querría
llegar a ser; queda aún mucho camino por andar; no me
forjo ilusiones; antes bien, busco vivir el presente con sere-
nidad, aceptando todo lo que trae consigo; no me preocupo
del futuro porque sé que, teniendo confianza en Cristo, pue-
do hacer mucho camino... Mi vida no es toda rosas y flores.
Con frecuencia surgen los problemas, se presentan dudas, a
veces me siento abatido. Querría en ciertos momentos aban-
donar esta vida comprometida; levar anclas y dejarme llevar
sería mucho más fácil. La fe en Cristo y mi interior espiritual
me ayudan a rehacerme y a continuar con más ahínco.
En mi camino hacia el amor he sido ayudado por muchas
personas, que con su experiencia han hecho crecer en mí el
deseo de imitarlas. Ahora mi proyecto de vida ya no es algo
que me fascina y que yo podría haber realizado, sino algo
que estoy realizando ahora.»

PARA REFLEXIONAR

— ¿A qué misión o compromiso en la vida me siento llamado?


¿Y por quién y por qué? ¿Con qué fundamento me parece que puedo
decirlo?
— ¿Qué obstáculos encuentro en mí para descubrir y poner en prác-
tica mi verdadero cometido en la vida? ¿Y a mi alrededor? ¿De dónde
nacen? ¿Cuáles, en cambio, son las facilidades?
— ¿Qué personas conozco animadas por un verdadero empeño en
la vida? ¿En qué cosas está signada su vida? Describo cuatro o cinco
que conozco en persona o a través de sus obras.
— ¿Qué es en mi vida, debido a mis preferencias, lo que yo pueda
decir que es mi «tesoro escondido en el campo», mi «perla preciosa»,
a cuya adquisición todo lo demás está subordinado?

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PAUTAS PARA TU PROYECTO C R I S T I A N O
La familia cristiana se construye de este modo como una 'pe-
queña iglesia'. En ella, el proyecto de Dios sobre la vida se acepta
El proyecto-hombre cristiano puede concretarse de varias for- con reconocimiento y se hace crecer con responsabilidad. Los pa-
mas. Cada uno en particular, dentro de la Iglesia, puede y debe dres anuncian el Evangelio a sus hijos, y al propio tiempo ellos
descubrir el propio modo de vivir semejante proyecto. La búsqueda mismos maduran en su fe. En las pruebas y dificultades de la vida
personal de un compromiso estable de vida nos coloca frente a las se sostienen unidos en la esperanza. En el cotidiano vivir juntos se
vocaciones fundamentales en la Iglesia. aprende el amor cristiano y se hacen disponibles a los demás.»

El matrimonio sacramento: dos en una sola carne


Como Jesús pastor
La vocación al matrimonio es llamada que Dios hace a u a h o f i f
bre y a una mujer para que expresen en su amor, total y fiel, el La vocación del sacerdote es la de ser digno de Cristo, pastor
amor de Jesucristo a los hombres. «El camino del matrimonio y de y guía de su pueblo. Con la Palabra, con el Perdón y con la Euca-
la familia es el camino más común. Por eso quizá muchos piensen ristía ellos contribuyen a hacer crecer la Iglesia en la variedad de
que no es una vocación, sino una elección guiada por sentimientos los dones del Espíritu.
y por intereses privados. «Para amar a nuestras comunidades hay un sacerdote. Su figura
Los cristianos, en cambio, a la luz de la Palabra de Dios, des- nos es familiar, con sus dotes y sus limitaciones, con su riqueza
cubren en la vida matrimonial la cima de un proyecto que Dios ha humana y su pobreza. Es un hombre entre los hombres y un her-
trazado desde la creación. Ser hombre o mujer, la atracción que mano entre los hermanos creyentes. Con todo, lo encontramos com-
esto lleva consigo, constituyen ya una llamada de Dios a ser 'una prometido a anunciarnos el Evangelio de Dios, lo vemos presidir
sola carne', esto es, a construir una comunidad de vida. Es un largo nuestras eucaristías y perdonarnos en el nombre de Cristo. Está
camino y fascinante el que Dios abre con esta primera llamada: aparentemente solo, pero se hace presente en la vida de muchas
salir de la soledad al encuentro del amor, hasta llegar gradualmente personas diversas: jóvenes y adultos, familias y grupos, enfermos
a compartir toda la vida. En este camino, sin embargo, el pecado y pobres. ¿Qué significado tiene su presencia? ¿Qué es lo caracte-
del hombre levanta barreras de desconfianza, de incomprensión, rístico de su testimonio y de su misión? Cristo, que es la Cabeza
de egoísmo. Está siempre en acecho la tentación de transformar el y el Salvador de su Iglesia, quiere continuar presente en ella, con-
amor en deseo de posesión y de dominio sobre la persona amada. tinuar ejerciendo su acción salvadora. Pero no quiere hacerlo de
El amor de Dios a su Iglesia —nos dice Pablo— es la luz y la rea- modo invisible, sino de manera humana. Por eso asocia a sí a aque-
lización plena de ese proyecto de comunión de vida al que hombre llos hombres a los que él llama con amor singular y que, merced al
y mujer son llamados. 'Los dos formarán una sola carne. Este mis- sacramento del orden, los configura consigo mismo, pastor y guía
terio es grande; lo digo respecto a Cristo y la Iglesia' (Ef 5,31-32). de su pueblo. El, que se hizo siervo de todos revelando la palabra
Solamente tomando a Cristo como modelo y fuerza del propio de Dios, ofreciendo su vida para que el mundo tenga vida, reunien-
amor, el hombre y la mujer encuentran el camino para construir do a los hombres en la unidad de la Iglesia, quiere que este servicio
juntos 'una sola vida'. Esta realidad, celebrada en el sacramento, se suyo sea visible en todo tiempo a través del ministerio del orden.»
convierte en proyecto de vida. Ella exige un amor único e indivi-
sible. Pide la capacidad de darse totalmente en cuerpo y alma. Abre
a un amor fecundo que engendra y educa nuevos hijos de Dios. Se Testigos del Evangelio entre los pueblos
hace amor acogedor para con todos los hermanos que se hallan en
necesidad. Algunos son llamados por el Señor a llevar el anuncio de sal-
vación a todos los pueblos. «Una forma de vocación, que por su
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1H
\
belleza y su grandeza coloca a quien la vive con sinceridad en el co- vicio a los hermanos y se dedican plenamente a la alabanza divina.
razón del proyecto de Dios, es la vocación misionera. Es la llamada Son las órdenes contemplativas. La mentalidad activista de hoy
que hace Dios al cristiano a llevar el Evangelio hasta los confines corre el peligro de considerarlas como inútiles. Y sin embargo pres-
del mundo, como Jesús envió a sus primeros discípulos. Esta voca- tan un servicio insustituible. Ellos nos despiertan y nos estimulan
ción no está reservada a los sacerdotes, o a los religiosos, o a per- a todos nosotros, tentados de activismo y de autosuficiencia, a lo
sonas determinadas. Dios la ofrece a todo cristiano, porque todo fundamental: buscar a Dios con todo el corazón y con todas las
discípulo de Jesús está llamado al heroísmo y ha recibido cualida- fuerzas. También en medio de nosotros viven personas 'consagra-
des para hacer cosas grandes por el Evangelio.» das' al Señor en la Iglesia 'para el servicio total' del reino, que
llevan, sin embargo, una vida como la de todos los demás laicos.
Estos, aun cuando vivan aislados, forman parte de comunidades
Testigos del reino futuro llamadas institutos seculares.
Son hombres y mujeres que han asumido el compromiso de ser
La vocación a la vida consagrada llama a dar testimonio en el cristianos lo más coherentemente posible, trabajando entre los her-
mundo de la primacía absoluta del reino. manos laicos, sin manifestar, sin embargo, su condición de consa-
«Junto a aquellos que, con su amor esponsalicio, se convierten grados sino a través de un estilo de vida típicamente evangélico.
en signo visible del amor de Cristo a los hombres, viven personas Su vocación es a favor de un apostolado, sobre todo testimo-
que, con la plena donación de su propia existencia a Dios y a los nial, que ellos desarrollan permaneciendo dentro de las estructuras
hermanos, dan testimonio de la primacía absoluta del reino que ha y de los ambientes sociales comunes a todos.»
de venir. Son los religiosos, que en la comunidad cristiana se pre-
sentan como signo de valores plenos y definitivos. Estos, hombres
y mujeres, sacerdotes o no, eligen mantener su corazón libre de los Una invitación a todos
lazos de este mundo para tener espacio totalmente dedicado a Dios
y a las necesidades de todos los hombres. Por eso se hacen imita- Nadie está excluido de la llamada del Señor a servir en el reino.
dores más cercanos de Jesús, de aquel que está totalmente dedicado «Si la vocación al sacerdocio, a la vida religiosa, al matrimonio
al Padre para poder servir en plena libertad a sus hermanos. son los caminos mayormente seguidos, ésos no son, sin embargo,
Pobreza, castidad y obediencia, más que 'renuncias', son prefe- los únicos. Dios manifiesta su voluntad en muchas otras formas
rencias positivas y apasionantes de valores esenciales, por amor de de vida. Son la Iglesia y el porvenir de la historia los que van cer-
Dios, de la Iglesia y de la humanidad. Los religiosos y religiosas ciorando de los caminos del Señor. Hoy, más aún que ayer, se puede
las viven juntamente, en comunidades que son un reclamo insis- decir que existe una vocación divina aun para aquellos que no pue-
tente para los cristianos a la unidad y a la fraternidad de la Iglesia. den o no quieren casarse y que por otra parte no se sienten llama'
La vida consagrada ha encontrado en la historia formas diver- dos a la vida sacerdotal o religiosa. Pensemos en todos aquellos
sas de realización. Conocemos las grandes órdenes y congregaciones que se encuentran en situaciones de hándicap físico o psíquico, efl
religiosas. Quizá en nuestra misma comunidad cristiana viven y el célibe o nubil, o ha quedado viudo, o en quien se siente distinto
ofrecen su testimonio hombres y mujeres consagrados a Dios en y quizá injustamente marginado. También ellos son invitados a 1*
una determinada familia religiosa, cada cual con su determinado cena del reino de Dios; también ellos han recibido dones de Dios
carisma de servicio. Lo descubrimos contemplando su vida dedi- para vivir su fe cristiana, para ser signo y servir a la Iglesia y a I 3
cada a los pobres, a los enfermos, a los marginados, con frecuencia sociedad.»
en el campo educativo o en el compromiso de la predicación.
Existen también comunidades que no prestan un inmediato ser-

274 275
cisa la «religión del Padre». Para el cristiano, esta entrega a un
Para que mi tarea en la vida sea vocación «Tú trascendente» recorre el camino señalado por Jesús de Nazaret,
muerto y resucitado, Señor de la historia. Dios no es entonces sim-
No todo cometido que hay que desarrollar en la vida es voca- plemente un principio o la conquista del esfuerzo humano, sino
ción en sentido pleno. No todo puesto que se ocupa en la vida pro- una persona con la que vivir plenamente la «relación religiosa» tal
cede de una misión. Desarrollar un cometido o llevar a cabo una como él la ha propuesto e indicado al revelarse históricamente.
misión es una realidad que puede nacer de distintas fuentes. Finalmente, este proyecto de vida que se hace vocación se en-
Para que el propio cometido en la vida sea una vocación en carna y manifiesta su fuerza y mordiente en las situaciones de vida
sentido pleno es necesario que el proyecto de vida, que suscita y concreta que cada uno vive como hombre o mujer, casado o célibe,
anima tal cometido, se convierta en vocación. sano o enfermo... Todo proyecto de vida es verdaderamente com-
Y para que tal proceso se verifique es indispensable un triple prometido y vocación en la medida en que se responde a las situa-
descubrimento. ciones presentes una y otra vez, guiados, como señala Víctor Frankl,
por una «voluntad de significado. Cada uno de nosotros debe,
• Antes que nada, tal proyecto de vida ha de ser «comprome- pues, descubrir el significado de la situación actual».
tido». Los proyectos de futuro que las personas elaboran, reducidos Esto convierte al proyecto de vida en una realidad en continuo
a sus características esenciales, son de tres clases. Hay un tipo de hacerse, en constante construcción y búsqueda. Y ello comporta
proyecto de futuro que podemos definir como «comprometido». una apertura permanente para acoger de una manera cada vez más
Se caracteriza por el hecho de que pretende la construcción de sí honda el sentido de las diversas realidades que salen al paso.
tanto a medio como a largo plazo. Se trata de un proyecto que nos Por eso no todo es ya claro y definido. Cada uno debe poder
hace cada vez más capaces de renunciar a satisfacciones inmediatas decir: «Yo estoy intentando la búsqueda del sentido último de mi
para abrirnos a nuevos horizontes. Se distinguen de él, de una ma- vida y de mi relación con Dios, viviéndolo día tras día, cualquiera
nera cualitativa, el que podríamos llamar proyecto «compulsivo»: que sea el resultado.» Lo esencial es realizar todo cuanto es posi-
«Quiero mi satisfacción aquí, ahora y a cualquier precio», y tam- ble, y hacerlo con sinceridad y honradez.
bién el llamado proyecto idealístico: «Busco cosas perfectas, o casi,
para mí y para los otros, pues de lo contrario me vengo abajo.»
• En segundo lugar, tal proyecto debe estar comprometido en
PARA LA REFLEXIÓN
la entrega a personas. Hay muchos tipos de proyectos de vida com-
prometidos. Algunos lo están al servicio directo de las personas;
— ¿A qué misión, y por quién, me parece sentirme llamado en la
por ejemplo, educadores, terapeutas, padres y madres de familia, vida?
sacerdotes, artistas. Otros lo son de una manera indirecta, a través — ¿Qué puedo y debo hacer ahora para descubrir y poner en prác-
de un trabajo profesional o un servicio de bienes común, como el tica, siempre con mayor plenitud, el proyecto del Padre sobre mí?
político, el artista, el obrero industrial o del campo. — ¿En qué convergen mi cometido en la vida y el proyecto del
• En tercer lugar, este proyecto debe estar comprometido en Padre sobre mí y en qué difieren? ¿Cuáles son las causas?
la entrega personal a un «Tú trascendente». Hay formas de entrega — ¿Qué «salto de calidad» siento que se me pide dar, o renovar,
personal las cuales de por sí no son vocación en un sentido propio. para que mi realización procure ser a la medida de la «imagen y seme-
Para que el proyecto de vida se convierta en vocación es necesaria janza de Dios» que soy? ¿Con qué medios?
la entrega a un «Tú trascendente». No es suficiente la filantropía
o la sociabilidad. No basta una relación puramente horizontal. Ni
siquiera la «religión de los hermanos», es decir, quererse bien, de-
dicarse a los hermanos. Es necesaria una relación vertical. Se pre-
277
276
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Personas guiadas por proyectos impulsivos ... 27
Cuando el proyecto de vida es impulsivo 30
Proyecto de sí idealista 33
Personas a las que guía un proyecto ideal 35
Cuando el proyecto es idealista 36
Proyecto de sí que compromete y sirve de fermento 37
Personas orientadas por un proyecto que sirve de fermento 39
Cuando el proyecto de vida es fermentador 40

Hacia un proyecto vivo de vida 44


La experiencia del proyecto de vida 44
El núcleo central de sí 46

280 281
Necesidad de un proyecto de vida 48
Capítulo cuarto: UN SENTIDO PARA LA VIDA 95
Un salto de cualidad necesario 49
«Habla, Señor, que tu siervo escucha» 50 Un objetivo en el horizonte 95
«Preguntaos: ¿para qué sirve la vida?» 98
Capítulo segundo: CÓMO REALIZARME 53 «Compañeros, no puedo más» 101
A la búsqueda de algo esencial 103
«¿Lo lograré?» 53 Pero eso, ¿por qué? 104
¿Qué éxito? 56 «Me drogo, pues vivir en tanta abundancia es un asco» 105
La búsqueda de sentido hoy 108
Pistas posibles 57
Una búsqueda entre propuestas de sentido concurrentes 109
Éxito fundamentado en el tener 57
Éxito centrado en las apariencias 59 Situaciones cruciales e interrogantes existenciales 112
Éxito fundamentado en la satisfacción propia 60
Éxito fundado en el don de sí 62 ¿Qué sentido tiene la vida? 113
Clases de absolutos 113
Por un auténtico éxito 64 El absoluto trascendente 113
Una magnífica «operación mochila» 65 Los absolutos sustitutivos 115
La toma de conciencia personal 65 Los absolutos aparentes 117
La selección 65 Algunas respuestas típicas 118
Cargarla al hombro 66
Situaciones posibles 66 Para que la vida tenga un sentido 120
Un proyecto de vida vivo 68 El descubrimiento de un sentido personal 121
«Un algo» que arrastra y permanece 69 Un proyecto de vida significativo 124
«Maestro bueno, ¿qué tengo que hacer para alcanzar la vida eterna?» 73 «¿No ardía nuestro corazón...?» 125
Un salto de cualidad 73 a) A lo largo del camino de la vida (Le 24,13-24) 126
b) Un forastero en la propia vida (Le 24,25-31) 127
c) La nueva dirección de la vida (Le 24,32-35) 128
Capítulo tercero: Mis EXPECTATIVAS 77
Lo que yo espero de la vida 77 Capítulo quinto: Mi VERDADERA IDENTIDAD 131
Las expectativas en tí y en torno a ti 78 ¿Quién soy yo? 131
Expectativas dentro de ti mismo 78
Expectativas sobre ti 80 Dentro de mí 131
Expectativas en torno a ti 81 Algunas voces significativas 132
En torno a mí 134
Hay expectativas y expectativas 82
Cuál es la propia identidad 137
Clases de expectativas 82
La identidad propia vista desde dentro 139
Expectativas frenéticas 83 Elementos constitutivos de la propia identidad 140
Las expectativas pasivas 83 El verdadero problema 141
Las expectativas muertas 84 Tipos de identidad de sí 142
Las expectativas ilusorias 85 En el nivel corporal 142
Expectativas constructivas y operantes 86 En el nivel psíquico 143
Un salto de cualidad 146
Vara que las expectativas tengan futuro 87
Saber esperar y prepararse 87 El nivel profundo: el verdadero núcleo de la identidad propia 146
Un proyecto de vida vivo 90 El núcleo de la identidad personal 147
«Redentor, no pases adelante» 92 Un germen de sentido positivo congénito 148
282 283
Un ser positivo 148 La propuesta de vida de Jesús de Nazaret 216
Un ser limitado • 151
Proyecto-hombre según el Evangelio 218
Para ser lo que verdaderamente soy 154 El proyecto de vida personal 221
Individualizar la propia imagen de sí y sanarla 154 El proyecto de vida según Jesús de Nazaret 222
Las imágenes de sí mismo , 156 Lo específico cristiano 225
Imagen sana y adecuada 156
Imagen negativa 157
La educación de la primera infancia , 158 SEGUNDA PARTE
Una serie de fracasos 158
DONDE Y COMO ESTRUCTURAR
El contragolpe de un ideal demasiado elevado 159
MI PROYECTO DE VIDA
Imagen montada 159
Imagen sobrevalorada o imagen de grandiosidad 161
Capítulo séptimo: BÚSQUEDA DE LA «PIEDRA FUNDAMENTAL» DE MI PRO-
¿Cómo nace esta forma de imagen de sí mismo? ¿Qué factores la
YECTO DE VIDA 231
originan? 162
Algunas condiciones indispensables para lograr una imagen real ... 163 Cómo nace y se desarrolla el proyecto de vida 231
Vivir relaciones vitalizadoras 164
El encuentro personal con los valores 2J>2
El desbloqueo de lo que obstaculiza la expansión de la vida ... 165
Tiempos de soledad en comunión con la vida 166 Los valores de la vida 233
Ir avanzando en la autoaceptación incondicional 166 Valores y proyecto de vida: condiciones de un encuentro 238
Estar atentos a la vida, que hará caer un ideal de sí mismo La problematización de las experiencias de vida 238
demasiado elevado 168 La reflexión 239
Hacerse ayudar por persona competente en la que se confía ... 170 El compromiso en primera persona 239
Hacerse personas dirigidas desde, dentro 239
Un proyecto de vida comprometido 172 Alimentar la «línea de vida preferencial» 240
«Pero ¿quién soy yo para...?» 175
La elección de la «piedra fundamental» del proyecto de vida 242
Autoedificarse a partir de lo que se ha vivido 180
Clases de «piedra fundamental» 244
Capítulo sexto: ELEGIR ENTRE LOS DIVERSOS «PROYECTOS-HOMBRE» . . . 187 La opción personal 246
Múltiples proyectos para el hombre 187 La comprobación socioambiental del proyecto de vida 247
Varios humanismos 187 Los ambientes de vida 248
Proyecto-hombre consumista 189 La familia 248
Algunas voces 190 El grupo 248
Algunos rasgos característicos 192 La escuela 248
Una variante 195 El trabajo 249
Un paso adelante, pero 195 La parroquia 249
Proyecto-hombre radical libertario I97 Los ambientes del «tiempo libre» 249
Algunas voces 19g
Algunos rasgos característicos 199 Capítulo octavo: PARA QUE MI PROYECTO DE VIDA SEA AUTENTICA VO-
Un paso adelante, pero 201 CACIÓN 251
Proyecto-hombre colectivista 202
Algunas voces 203 ¿Qué pinto yo en este mundo? 251
Algunos rasgos característicos 204 Ciertas preferencias 252
Un paso adelante, pero 205 Un lugar entre los primeros 252
Proyecto-hombre personalista 207 Vidas que cuestionan 254
Algunos rasgos característicos 210 «En el corazón de la Iglesia, yo seré el amor» 255
Un paso adelante inicial 214
«Me siento un don gratuito» 256

284 285
De los valores al Valor 257
Un salto de calidad 260
Un paso que es necesario dar 261
«Lo que se consideraba ganancia...» 262

¿Cuál es mi cometido en la vida? 264


Cada cual, su trabajo insustituible 264
Proyecto de vida y vocación 266
«Tú, sigúeme» 268

Pautas para tu proyecto cristiano 272


El matrimonio sacramento: dos en una sola carne 272
Como Jesús pastor 273
Testigos del Evangelio entre los pueblos 273
Testigos del reino futuro 274
Una invitación a todos 275
Para que mi tarea en la vida sea vocación 276

BIBLIOGRAFÍA 279

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