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Transferencia Temporal

Por Sergio Muñiz Mares

Todo mundo sabe que una transferencia electrónica (hablando de


fondos monetarios) se reduce básicamente para el usuario, a teclear
en su ordenador los datos pertinentes; de lo demás se encargan una
red de comunicaciones, servidores, satélites, etc. De modo que si yo
quisiera hacer un pago, digamos de 100 dólares de Monterrey a
Chicago para comprar unas entradas a The House Of Blues, recurro al
procedimiento descrito.

No es que 100 Dlls. Se conviertan en electrones que puedan


transportarse por un cable. Más bien es una transferencia de
información: “decirle” a mi banco que del montón de billetes que
están es su bodega, cien dólares de mi modesta cuenta ya no me
pertenecen. Y del montón de billetes de un banco de Chicago, cien
Dlls. se entregarán al dueño de The House of Blues.

La cosa se complica si yo mismo quisiera ser transportado


“electrónicamente” al lugar deseado (supongo que 100 Kilogramos no
serán fáciles de tele-transportar).Más aún si el show que quiero
presenciar tuvo lugar hace más de dos décadas con la banda original
The Blues Brothers.

Viajar en el Tiempo (hacia el pasado, al futuro todos lo hacemos),


no sólo ha sido estudiado por eminentes científicos, filósofos y
hasta psíquicos, sino que también se ha llevado a la práctica… pero
con funestas consecuencias para los viajeros.

Lejos de lo que pudiera suponerse, los problemas no han sido los


recursos técnicos: los artilugios electrónicos suelen funcionar
adecuadamente y la generación de energía necesaria se ha resuelto
exitosamente.
Las causas de los desastres en los primeros viajes en el tiempo,
han sido las estrategias de ubicación de “aterrizaje”. Es decir, si
una expedición a las pirámides de Egipto, una vez que se encuentra
la curva del tiempo en un “agujero de gusano” (parecidos a los
agujeros negros), y se planea llegar, digamos a 3000 años en el
pasado, el gran problema es determinar dónde precisamente estaban
las pirámides en ese tiempo.

No hay una referencia absoluta en el espacio. Cualquier punto en la


superficie terrestre está girando alrededor de un eje (movimiento de
rotación). Simultáneamente, la traslación alrededor del sol es una
elipse de 160 millones de kilómetros en un año (30 Kms./seg). Para
darnos una idea, en los segundos que nos toma leer ésta línea, ya
nos desplazamos unos 100 kilómetros en el espacio (sólo por el
movimiento de traslación).
El eje mismo de rotación de la Tierra, que está inclinado unos 23
grados en relación a la normal del plano de su trayectoria elíptica,
y que es la causa del cambio de estaciones, oscila a su vez en un
movimiento pendular (precesión) que tarda 50 mil años (equinoccios).
Y esta oscilación a su vez está perturbada por la gravedad de la
luna (nutación).
El plano mismo de la trayectoria de traslación también se mueve y la
velocidad de la tierra alrededor del sol no es constante y además se
desacelera 1 segundo cada 4 mil años.
Si se toma en cuenta que el sistema solar se mueve en espiral dentro
de la galaxia y ésta a su vez se aleja de las demás (Big Bang), se
pueden contabilizar más de 20 movimientos simultáneos de nuestro
planeta.
Aunque se hiciera un modelo matemático de trayectoria en el tiempo,
tomando en cuenta la curva tiempo-espacio, aún quedan los eventos de
transformación de masa (nacimiento y muerte de estrellas) que
afectan las interdependencias gravitacionales y por ende el
movimiento de los cuerpos celestes.

Se puede entender porqué las primeras expediciones aunque lograron


su destino en el tiempo, no así en el espacio: algunas de ellas
como la norteamericana y algunas europeas, terminaron en algún lugar
del espacio sideral, desintegrándose instantáneamente. Los rusos
llegaron al Egipto de los faraones (por lo menos es lo que afirman)
pero sus cuerpos se materializaron en las masas de roca caliza en el
interior de las pirámides. Con todo, esa fue la aproximación más
brillante.
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Viajar (a cualquier lugar), siempre es una experiencia emocionante.


Un viajero curtido sabe que parte de la emoción son los imprevistos,
algunos evitables y otros fuera de nuestro control: Pierdes un vuelo
o lo cancelan, llevabas ropa ligera y donde llegas hace frío o
llueve, perdiste tu equipaje, no respetaron tu reservación en el
hotel. O conociste a alguien y decidiste quedarte un día más.
Es por eso que cuando despedimos a alguien, decimos: “Que tengas
buen viaje”.

La historia que a continuación se relata, dado lo peculiar del caso,


podría comenzar de la siguiente manera:

Twice upon a time… en un lugar a veces ficticio llamado México, tuvo


lugar la siguiente conversación:
-Pues bien, mi estimado colega –Así le llamaba a su ayudante-, ahora
todo se reduce a energizar la “maquinita” y oprimir Enter.-

-Todo listo, profesor – Contestó mientras encendía las fuentes de


energía filtrada (exótica, le llamaban) que alimentaban un generador
de agujeros de gusano y los ordenadores y pantallas conectadas a la
“maquinita”, que era un procesador central de cristales poliédricos
montados en una serie de ruedas diferenciales con ejes de levitación
magnética. En los cristales se reflejaba la perturbación controlada
de un rayo láser, produciendo una combinación casi infinita de
estados 1-0 de información que eran transferidos a los ordenadores
secundarios-

Reinaba un silencio casi absoluto en aquel pequeño taller habilitado


como laboratorio. Silencio sólo perturbado por la suave brisa de los
pequeños ventiladores de las computadoras.

-…Bueno, ¡suéltalo ya!- Dijo a su ayudante, quién junto a un


micrófono, sólo esperaba la señal-

Se aclaró la voz, y visiblemente emocionado, dijo:


-“María tenía un corderito”…-al tiempo que oprimía el botón enter de
su teclado.

Un sonido como de una tormenta eléctrica en miniatura se escuchó en


una fracción de segundo en el generador, y una de las pantallas
desplegaba: Viaje completo.

Durante unos segundos se miraron sin decir palabra, tomaron su lugar


frente a los ordenadores y comenzaron a teclear frenéticamente.

Ayudante: -Secuencia de rastreo local. 16 segundos-


Profesor: -Sonda citlali.-
A: -Intacta-
P: -Espectro mantra-
A: -completo, perfectamente claro-
P: -Función EPR-
A: -…¡Increíble!...más rápido que la luz.
P: -¡Ajá! Einstein tenía razón…-
A: -Descarga completa, rastreador sincronizado a menos 10-
P: - Bien, play it-

Se escuchó en la salida de audio la conversación previa.


Desde:
“Pues bien, mi estimado colega….”
Hasta:
…” María tenía un corderito”
No era una grabación. La sonda “Citlali” de fotones en
entrelazamiento cuántico, recogió la “huella cósmica” de la
conversación, había viajado en la curva de tiempo del agujero de
gusano generado a nivel microscópico, y traído de regreso, varios
segundos después, un “duplicado”. Se captó la señal inclusive desde
momentos antes de que se energizaran el generador y los ordenadores.
El experimento había tenido éxito.

La sonrisa del profesor y su ayudante, pronto se convirtió en


euforia: saltaron, se estrecharon las manos y se abrazaron.

-¡Ponchito!..-Dijo el profesor- saca las cervezas, es justo


celebrar-

-A la orden, jefe- Contestó relajando un poco el protocolo


científico-

- ¿Un corderito?...- Inquirió el profesor- …ahhh, ¡ya!: Thomas Alba


Edison-

-Sí, me pareció apropiado, fueron las primeras palabras que se


grabaron en el gramófono de Edison, y ahora, supongo que es la
primera información en viajar de ida y vuelta en el tiempo-

-Cierto, siempre hay que recordar que nuestros logros son la


continuación de los de grandes hombres.- Pero no nos vanagloriemos,
nada hubiéramos hecho sin las investigaciones del profesor Rijavik,
mi antiguo maestro indio en el proyecto soviético. Y el profesor
Yang.-.. ¡Pero qué caramba, muchacho!..Tu trabajo ha sido
extraordinario, permíteme que te llame mi amigo y mi colega.

-Gracias, es un honor –Sonriendo satisfecho-

-…Profesor, la parte crucial es el espectro mantra, ¿cierto?-

-Es correcto, la gráfica se acentúa cuando pronunciaste la frase.


Hay mucha emoción, energía pura y nítida. Es una huella cósmica y
única en el universo, como una huella digital que se puede rastrear
con precisión. Te mostraré algo…- Dijo mientras abría un archivo de
video en la pantalla del ordenador-:

…”La locura…señoras y señores, ¡esto es la locura! -Gritaba el locutor


de la grabación de la transmisión de la final olímpica de natación
en 1968. El nadador mexicano Felipe “El tibio” Muñoz, alcanzaba y
adelantaba al puntero para ganar la medalla de oro. Diez mil
espectadores gritando a todo pulmón.
-Profesor...debió ser un momento muy emocionante. Y más porque no es
frecuente que nuestro país obtenga una medalla olímpica.-

-¡Ya lo creo!, mmmm… 1968, un año muy interesante, muchos


acontecimientos dramáticos…Vietnam… el asesinato de Robert Kennedy
y Martin Luther King. Yo era muy pequeño, tú aún no habías nacido.
En ese tiempo acababa de ocurrir la matanza de Tlalteloco, el país
se convulsionó. Y en las artes…García Márquez acababa de escribir
Cien años de soledad. Y una canción que cantaba mi madre: la la la
de Massiel…en Eurovisión-.

Su ayudante escuchaba distraído, divagando en otras cosas.

-Si ya lo sé…-Dijo el profesor, conociendo la afición de Poncho por


la música “antigua”-… También tus Beatles, y…-

-¡Siii!,- dijo muy animado- en ese año grabaron el Álbum


Blanco...Los Stones y Dylan ya eran veteranos. Cream, Doors eran
nuevos y lo mejor: Janis Joplin -.

De pronto, su rostro se tornó serio, intuyendo la intención del


profesor:

-No estará pensando en…-

-¿Porqué no?...- Será un “vuelo” de prueba hacia el año 1968, la


alberca olímpica en la ciudad de México.
La “pista de aterrizaje” es inmejorable-

-¿Se refiere a la gráfica?-

-Ya he procesado la grabación, observa el patrón de los gritos de


aquel momento -Dijo mientras desplegaba en otra pantalla el espectro
mantra- Hay mucha energía, la emoción de los espectadores y toda la
nación concentrada en un solo momento, es como un faro en el
universo, la huella cósmica es muy potente. Ahora hay que condensar
la información viajera y canalizarla en la sonda-

Esto venía a significar que él mismo viajaría en el tiempo, “la


información viajera” era la codificación de la información cerebral,
conocimientos, recuerdos y capacidad sensorial en un par interactivo
de transmisión. En pocas palabras: un viaje de la mente al pasado
con capacidad de “ver” y transmitir en tiempo real.
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Las siguientes cuatro semanas se dedicaron a hacer los ajustes


necesarios de programas, modelos cuánticos, respaldo de suministro
de energía. Y la “interfase corporal”: La conexión de una sonda
intravenosa que recogía y condensaba la información cerebral y
sensorial para transmisión y recepción.

Llegado el día, una lluvia refrescante cayó como un alivio en aquel


apartado poblado ubicado en un estado desértico y caluroso del país,
era el anuncio del otoño y temperaturas más benignas.

Dos veces habían suspendido el viaje debido a revisión de “detalles


técnicos” por parte de Alfonso, ahora convertido en “Director de
vuelo”. En realidad tenía ciertas dudas, y temor a lo desconocido.
Habían hablado acerca de las paradojas y sus posibles consecuencias.

-Bueno -Dijo el profesor- supongo que las posibilidades son


infinitas, pero estoy seguro que no podemos cambiar las cosas que
han sucedido, aunque lo que hacemos en el presente y futuro esté en
nuestras manos-

-¿Cree que la historia es algo predestinado?-

-No, lo que creo es que El Gran Diseñador, tiene un propósito


definido que nadie puede cambiar, lo demás son sólo circunstancias-

Como científicos, tenían puntos de vista diferentes en el enfoque de


las preguntas fundamentales de la vida y el cosmos. Pero la
preocupación de Alfonso era por la seguridad del profesor, quien
dijo:

-Estoy consciente de los riesgos, además solo seré un espectador,


algo así como un fantasma, podré ver pero no seré visto. Y descuida,
no pienso matar a mi propio abuelo…bueno a mi padre, ni a nadie.-

Hacía referencia a la paradoja del viajero que mata a su abuelo


impidiendo su propio nacimiento.
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Una vez que el equipo y las fuentes de energía estuvieron listas, el


profesor se recostó en un diván, se colocó la pequeña sonda que
captaría la información de ADN, los impulsos eléctricos sensoriales
y la información cerebral que sería condensada y encapsulada en la
sonda viajera Citlali.
Además, un par de electrodos en las sienes aplicarían un pulso
electromagnético de rampa modificada para inducir un sueño MOR de
primer nivel. Una vez dormido, los ordenadores iniciaron el proceso
de carga de información, lo cual tardaría unos 25 minutos.

Mientras tanto, Alfonso acercó algunos instrumentos médicos de


monitoreo y resucitación que tenía en un cuarto aparte. Era una
medida preventiva en caso de ser necesarios. Pidió la ayuda de
Laurita, su novia quién era médico internista y cursaba una
especialidad de neurocirugía. Llegó a la hora señalada.

-Hola mi amor, espero que el profesor no se moleste porque alguien


más conoce el proyecto-

-Descuida, él te aprecia… además no es asunto de tomar riesgos, me


siento mas tranquilo contigo… linda: ponte cómoda, la función va a
comenzar-

Se inició la secuencia de transferencia de la sonda hacia el


generador de agujeros de gusano con las coordenadas de tiempo:
martes 22 de octubre de 1968, 8:00 P.M. Y la señal de energía
generada por la emoción de los espectadores de la alberca olímpica
en el momento de la final de natación que sería rastreada para la
ubicación en el espacio.
Esta vez, una gran pantalla de plasma desplegaba la información:

Desaceleración: (10)-7
Aproximación Geográfica: 6 Kms.
Activación sensorial: visión

Comenzó a aparecer una imagen aérea de la ciudad de México, una


vista nocturna espectacular. Luego, la señal activada de audio y se
escucharon las primera palabras del profesor:

-¡Estoy volando!... Poncho: ¡soy un espíritu volador!...es estupendo, ¿logras


ver?-

-Afirmativo, todo funciona bien, es una simulación de vuelo en las


coordenadas relativas… dos minutos para llegar al destino final: el
estacionamiento del complejo deportivo-

-¡Bien!...soy una cámara viviente…pero no puedo verme-

-OK, imagen holográfica unilateral activada…profesor, es importante


el contacto visual con el punto de aterrizaje…-
-Entendido, ya casi llego, activa desaceleración gradual…ya puedo ver mi cuerpo
y la ropa…ahora estoy parado como flotando, enciende simulación gravitacional-

-Listo-

-¡Epa!...se me doblaron las rodillas, puedo sentir la gravedad…bien ahí voy, me


dirijo hacia la entrada del edificio… ¡Hey! mira: un Opel Olímpico ’68 “nuevecito”,
como el que tenía mi padre-

Tomados de la mano, Alfonso y Laura observaban emocionados en la


pantalla estereoscópica, la caminata del profesor y la imagen de su
punto de vista. Se dirigió al interior del recinto olímpico: gritos
emocionados en el momento del inicio de la competencia, que se irían
intensificando conforme pasaban los minutos. La visión del profesor
era privilegiada: podía desplazarse a cualquier sitio sin ser visto.

-¿Puedes escuchar?, hay mucho ruido aquí.-

-Perfectamente, y también los gritos del público…es muy emocionante-

-Bien, me aproximo a la orilla de la alberca, estaremos mejor que en primera


fila-

La “transmisión” continuó normalmente captando todos los detalles:


el rostro de angustia de los entrenadores, el ruido ensordecedor del
público, sus rostros y lágrimas de alegría en el momento final: la
llegada a la meta de aquel jovencito de 17 años, Felipe “El Tibio”
Muñoz, dándole a México una medalla de oro.

De pronto: lo inesperado…

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-Profesor…la grafica de signos vitales no es normal, pulso


irregular, baja oxigenación….iniciaré la secuencia de regreso de
sonda-

-Dame 5 minutos más-

-Negativo…no tomaré riesgos-

-Bien…tengo una sensación extraña: un ligero mareo y cosquilleo en todo el


cuerpo. Revisa estado de transferencia de interfase corporal-

-Muy acelerada…hay una alarma de memoria de los ordenadores y..-


-¡Profesor!-Interrumpió Laurita- Escuche: presenta una arritmia muy
severa…dígame si esta tomando algún medicamento…-
-Solo los que están sobre la mesa-

-¿Alergias?-

-Ninguna-

La situación empeoraba. Laurita, acostumbrada a las emergencias


médicas, actuó con rapidez: echo mano de los instrumentos médicos, y
aplicó una canalización intravenosa para administrar algunos,
medicamentos, colocó una mascarilla de oxígeno, logrando estabilizar
los parámetros. Esto dio tiempo a Alfonso a concentrarse en los
ordenadores.

En los dos minutos siguientes, el profesor daba instrucciones de


procedimientos alternos sin ningún resultado.

-¡No puedo detener la transferencia…!..¡el tiempo se agota!- Ahora


su voz era de angustia-

-Tranquilo…- Permaneció en silencio algunos segundos-…no hay mucho que


hacer…es el fin, escucha: voy a morir… era una posibilidad, no hay tiempo de
explicarte...solo te digo que ha sido un privilegio trabajar contigo...-

No pudo responder, la imagen se desvaneció y a los pocos segundos


los signos vitales decayeron rápidamente. Laurita colocó el
resucitador y aplicó masaje en pecho…todo en vano: el profesor había
muerto.

Alfonso, en estado de shock, solo acertó a ver a su novia, quien


negó suavemente con la cabeza. Se abrazaron en silencio.

No podía creerlo, todo había sucedido muy rápido. Permaneció


cabizbajo y lleno de angustia.

-Cariño...-dijo Laurita- algo aparece en la pantalla-

Era una grabación de video. El reloj indicaba que se había hecho 3


horas antes por el profesor. Este, sentado frente a la cámara, dijo:

-Alfonso: esta grabación la programé para que se activara al detectarse un


colapso en mis signos vitales… no espero que suceda, pero si la estas viendo,
obviamente el escenario se ha dado.
No te aflijas, he revisado todo y no encuentro ninguna falla que esté en nuestras
manos. Como científico debes saber que estamos pisando terreno desconocido, y
así, dando tumbos nos acercamos al conocimiento del universo y la creación.
De haber conocido todos los riesgos, creo que jamás lo habría intentado. Pero ya
ves… el impulso hacia nuevas fronteras, es algo que llevamos dentro.
…Pero si logramos vislumbrar tan solo un momento en el tiempo… y creo que lo
lograremos, entonces todo habrá valido la pena.

Laurita: Sé que estás ahí… ¡Qué bueno!..¿Creían que podían engañarme?- Dijo
esbozando una leve sonrisa- . No me he tragado eso de los “detalles técnicos”
que decía Poncho…les agradezco su preocupación, y les confieso que contaba con
ello.
La razón de tener todo esto en secreto es para evitar que caiga en otras manos
que quisieran hacer mal uso de estos conocimientos. Pero si Poncho ha confiado
en ti, yo lo respaldo. Confío en el buen juicio de ambos…hagan buen uso de la
tecnología.

…Es difícil despedirse…cuídense mucho. ¡Ahhh!, se me olvidaba: he hecho


algunas provisiones… ¡carajo!..Funerales y esas cosas. Todo está en mi escritorio
junto con mi testamento: algunas propiedades y una cuenta bancaria…no es
mucho. Considérenlo mi regalo de bodas.

Adiós…los quiero mucho.


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Las palabras del profesor resultaron ser como un bálsamo en ese
primer momento de angustia… pero quedaba la tristeza…un abismo frío
y profundo.

Una ambulancia trasladó el cuerpo al hospital para los trámites de


defunción.

-Es absurdo… –Pensó Alfonso, recordando su infancia-


La vida no había sido justa con él. Sólo tenía algunos vagos
recuerdos de su madre: había muerto de una enfermedad incurable
siendo él muy pequeño, sus abuelos lo criaron y se fueron a vivir a
Venezuela. Su madre nunca quiso revelar la identidad de su padre:
por un lado su familia era muy estricta, además su enfermedad era un
factor en contra para cualquier plan a largo plazo. Al parecer, su
embarazo era algo no previsto y aún así dio a luz y le dedicó sus
últimos años. Sus abuelos murieron también siendo él muy joven.

Y ahora…había perdido a su gran amigo, el profesor.


Se habían conocido en la Universidad de Berkeley en California. Al
morir su abuelo, la compañía petrolera donde trabajaba le dio una
beca para estudiar en el Tecnológico de Monterrey en México la
carrera de ciencias Físico matemáticas, la cual terminó en un tiempo
récord. El instituto lo becó para un doctorado en Berkeley.

Eliud Rodríguez Treviño (el profesor), impartía algunas conferencias


sobre física cuántica. Hacía bien poco que había conseguido la visa
para viajar a los Estados Unidos debido a que su padre, de origen
cubano había sido involucrado injustamente por la CIA en las
revueltas estudiantiles del 68. Fue deportado a Cuba, su madre y él
aunque mexicanos, lo siguieron dejando su casa en México.
Conservaron su nacionalidad, lo cual les daba algunas libertades en
el régimen cubano que entonces daba mucha prioridad a la educación e
investigación científica. Al crecer, el profesor fue elegido para
continuar sus estudios en la entonces Unión Soviética, en la
academia de ciencias de Moscú. Aunque conoció a grandes científicos,
entre ellos al profesor Rijavik, aquello fue un encierro:
prácticamente eran prisioneros privilegiados trabajando en los
proyectos secretos de investigación científica sobre las teorías de
los viajes en el tiempo. Pero solo tenían acceso parcial al
conocimiento global y tecnológico aunque algunas cosas se filtraban.

No fue sino hasta la disolución del sistema soviético, que pudo


salir del país, después de 15 años de aprendizaje y trabajo de
investigación.
Regresó a México, donde se encontraba su madre después que su padre
había fallecido. Este, había hecho algunas inversiones de compra de
acciones antes de partir hacia Cuba y ahora, los rendimientos se
habían convertido en una pequeña fortuna. Al morir su madre, se mudó
al estado fronterizo de Coahuila, donde compró algunas propiedades.
Ahora se encontraba solo: su hermano mayor había sido asesinado en
la masacre de Tlaltelolco en el 68 justo antes de las olimpiadas.
Durante algún tiempo viajó a la India y a Singapur para reunirse con
sus antiguos maestros, el profesor Rijavik y el doctor Yang.
Discutieron las posibilidades de reproducir los experimentos
soviéticos. Pero hacía falta actualizarse en la tecnología de
computadoras y viajó a California. Ahí conoció a Alfonso; se
hicieron amigos y aunque la diferencia de edades era solo de 17
años, Alfonso siempre lo trató de usted, quizás porque en el fondo
veía en él la figura paternal que la vida le había negado.
El profesor nunca había formado una familia: algunos romances de
estudiante en Cuba, y una que otra escapada con algunas colegas
suyas en Rusia, nada serio: su vida era la ciencia.
Aunque la opción de ambos era quedarse a vivir cómodamente en los
Estados Unidos, decidieron no trabajar para los gringos y se
establecieron en Coahuila para poner en práctica los proyectos del
profesor. Alfonso conoció ahí a Laurita, sus padres lo aceptaron muy
complacidos y ahora la vida lo recompensaba de los tristes recuerdos
familiares.
Pero la muerte del profesor era una pérdida muy sensible…e injusta,
pensó. Solo tenía 43 años y era un hombre apacible…un buen hombre.
Extrañamente, y a pesar de su formación científica y de la
influencia ideológica en Cuba y la URSS, siempre fue un creyente
devoto, aunque a su manera.
Quizás por ello y aunque él no lo hubiera deseado, doña Esther, la
madre de Laurita había insistido en que se hiciera una misa de
cuerpo presente en la iglesia del pueblo para asegurar el “eterno
descanso de su alma”.

Aunque él mismo había hecho los arreglos con la funeraria, ella se


hizo cargo de todos los detalles y hasta se dio a la tarea de
localizar y dar aviso a los pocos parientes lejanos: el anciano tío
Francisco y una prima, otros pocos se hallaban en Cuba.

El día del funeral caía una pertinaz llovizna y hacía un frío poco
usual para la época del año, en realidad para cualquier época en
aquellos lugares.
La mayor parte de los asistentes eran de la familia de Laurita y
unos primos de Alfonso que estudiaban en Monterrey. Los padres de
Laurita aprovecharon la ocasión para anunciar discretamente la boda.

Estaba por concluir el entierro, cuando se acercó doña Esther


anunciando:
- Alfonso, acaba de llegar el tío del profesor, voy a recibirlo.
Ofrécele por favor nuestra casa para que se hospede, y ya sabes, lo
que se te ofrezca.-

Regresó acompañada de un hombre de unos 75 años vestido


elegantemente. Llevaba un sombrero y lucía una barba blanca y
anteojos, su rostro se veía muy cansado. Lo acompañaba una mujer de
aspecto indígena, bajita y rolliza de unos cuarenta años.

-Bien, -dijo doña Esther- los dejo para que platiquen-

Alfonso, del brazo de su novia, muy poco ánimo tenía para platicar.

-Mis respetos... -Saludó casi sin mirarlo-… el profesor era un amigo


muy querido-

-Lo sé…- Dijo el hombre- he viajado desde muy lejos, pero he llegado
a tiempo. Muchacho, hay dos cosas que un hombre no puede perderse:
La boda de un amigo…y su propio funeral-

Los jóvenes voltearon sorprendidos, levantando la voz, exclamaron:

¡¿Profesor?!...

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