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Agricultura

El agro venezolano se ha beneficiado en los últimos


cincuenta años por un conjunto de medidas de
extensión del riego, aplicación de la Reforma Agraria,
irrupción de empresarios modernos y consolidación de
nuevas especies vegetales. En la actualidad una parte
importante del país es beneficiada por 500.979
propiedades agropecuarias que ocupan una superficie
total de 30.071.192 hectáreas. En sus tierras se
producen variados productos, destacando la producción cerealera de maíz, arroz, sorgo; la
de oleaginosas, granos leguminosos, raíces y tubérculos, frutas, café, caña de azúcar y
cacao. Simultáneamente se han afianzado las actividades pesqueras, alcanzándose una
producción anual de 378.400 toneladas de pesca.

Una parte importante de la superficie del país se destina a actividades agrícolas. Superados
los problemas de insalubridad rural, mejoramiento de la vialidad y sustitución de anticuadas
prácticas en el trabajo agrícola, en la Venezuela contemporánea se ha evidenciado un gran
avance en la irrupción de nuevos usos del suelo, intensificación de cultivos e introducción de
nuevas especies de plantas. Ello se ha registrado en muchos sitios del piedemonte andino-
marabino, piedemonte andino-llanero, llanos centrales, llanos occidentales y llanos
orientales.

A comienzo de la década de 1940 surgieron los primeros sistemas de riego, iniciándose las
presas de magnitud a partir de 1945, con las de Suata y Guataparo en años posteriores

grandes complejos del Guárico, Camatagua, El Cenizo, Las Majaguas, Cojedes-Sarare y


otros. En la actualidad se registran 310.972 hectáreas de superficie regable, con una
extensión neta bajo riego de 197.258 hectáreas. Esta extraordinaria movilización de recursos
acuíferos, junto a otros factores, ha posibilitado el afianzamiento de prósperos paisajes de
agricultura comercial moderna empresarial, que ha hecho aumentar substancialmente la
producción de arroz, maíz, caña de azúcar, cítricos, tomates y otros productos. De singular
valor han sido también los paisajes rurales planificados, como a partir de 1963 el proyecto
hidráulico del sur del Lago de Maracaibo y en 1972 el de los módulos de Mantecal.

Según el Censo Agrícola, difundido en 1998, se reconocen en el país 500.979 explotaciones


agropecuarias que ocupan una superficie total de 30.071.191 hectáreas. De este total se
aprovechan 1.335.398 hectáreas en cultivos de ciclo corto o anual, 974.373 hectáreas en
especies permanentes y semi permanentes, 1.103.568 hectáreas de tierras en barbecho y
tierras en descanso. Las posibilidades de ampliar la frontera agrícola en estas explotaciones
es enorme, puesto que en ellas se reconocen 8.988.976 hectáreas de montes y bosques. A
su vez, se reconocen 11.052.700 hectáreas del Instituto Agrario Nacional.

En las tierras agrícolas venezolanas se producen múltiples variedades vegetales, destinadas


tanto al consumo interno como a la exportación. Se ha consolidado una importante
producción cerealera anual, con 1.199.219 toneladas de maíz, 792.239 de arroz y 420.996
de sorgo, especialmente en Guárico y Portuguesa. Entre los granos leguminosos es
importante la producción de 16.633 toneladas de caraotas y 13.025'de frijoles. Es
fundamental la producción de raíces y tubérculos con 408.992 toneladas de yuca, 322.141
de papa, 64.008 de ocumo, 52.765 de ñame y 26.119 de apio, siendo menores las de batata
y mapuey. En la producción de plantas textiles y oleaginosas destacan 131.158 toneladas de
cocos, 316.022 de palma aceitera, 59.291 de algodón en rama,14.000 de sisal, 8.570 de
girasol y 28.054 de ajonjolí. Entre las producciones de frutas destacan el cambur -1.122.693
ton.-, el plátano -504.109 ton.-, la naranja -513.709 ton.-, la piña -189.463 ton.-, la patilla
-256.580 ton.-, el mango -143.403 ton.-, la lechosa -87.117 ton.-, el aguacate -38.560
ton.-, el melón -70.230 ton.- y 91.602 toneladas de otras frutas. En la amplia producción de
hortalizas destacan el ajo, berenjena, cebolla, pepino, pimentón, remolacha, repollo, tomate,
zanahoria y otras, sobresaliendo las producidas en Lara, Trujillo y Mérida. Los cultivos
comerciales más importantes son la caña de azúcar -6.428.958 ton.- con las mayores
producciones en Yaracuy y Portuguesa; el café - 63.000 ton.-, el cacao -18.529 ton.,- y el
tabaco -13.886 ton.-.

La Población Venezolana
1. Introducción
2. Natalidad
3. Mortalidad
4. Las migraciones
5. Edades de la población
6. Desempleo
7. Densidad de población en Venezuela
8. Distribución de la población
9. Anexos
10. Conclusión

Introducción

La demográfica de Venezuela es bastante singular en la región, por un lado, se trata del país
que más ha crecido en las últimas cuatro décadas, llegando a cuadruplicar su población (sobre
la base de un fuerte crecimiento natural y de un poderoso movimiento inmigratorio que duró
hasta los años 90), y por el otro es uno de los países caribeños que más ha avanzado en su
transición demográfica – en el sentido de pasar de tener una población principalmente joven y
de crecimiento rápido a poseer otra relativamente envejecida y de bajo crecimiento, situación
en la que ya están países como Uruguay o Cuba.

En el siguiente trabajo voy a exponer una serie de datos que nos llevaran a entender las
características demográficas de Venezuela.

Desarrollo:

Natalidad:

Según las estimaciones efectuadas por CELADE, la población venezolana en 1990 se


aproximaba a los veinte millones de personas, de las cuales en torno a la mitad (49,6%)
correspondía a mujeres. Es decir, se calcula que ese año había 9.780.700 mujeres y 9.954.267
hombres. En un país de 912.050 kilómetros cuadrados, ello significa una densidad de 21,3
habitantes por kilómetro cuadrado, lo que sitúa a Venezuela entre los países de baja densidad
de la región. El crecimiento de la población venezolana ha estado referido tanto a la evolución
de los factores naturales, nacimientos y muertes, como a la del movimiento poblacional, las
migraciones, las cuales han mantenido un signo positivo constante: CELADE estima que entre
1950 y 1990 inmigraron al país más de un millón y cuarto de personas, de las cuales 725 mil
ingresaron durante la década de los años setenta, cuando tenía lugar la expansión petrolera.
Tasa de Natalidad por Estado

Distrito Federal 21,27 Lara 26,06

Amazonas 34,75 Mérida 26,5

Anzoátegui 24,03 Miranda 22,17

Apure 30,59 Monagas 29,75

Aragua 19,52 Nueva Esparta 25,01

Barinas 34,07 Portuguesa 27,78

Bolívar 23,80 Sucre 30,09

Carabobo 21,90 Táchira 24,88

Cojedes 26,31 Trujillo 29,00

Delta Amacuro 27,42 Yaracuy 29,01

Falcón 28,76 Zulia 22,43

Guárico 26,31

Mortalidad:

La caída de la mortalidad ha sido apreciable en Venezuela durante las pasadas décadas: a


comienzos de los años cincuenta la tasa de mortalidad era del 12 por mil y a fines de los
ochenta se situaba sobre el 5 por mil. Esa reducción fue mayor en las mujeres que en los
hombres: al concluir el decenio pasado la tasa femenina era de 4,6, mientras la masculina era
de 6,2.

Mujeres y hombres presentan diferencias moderadas cuando se examinan las causas de


muerte en todas las edades, siendo las más evidentes el mayor peso de los tumores malignos
en las mujeres y la notable cantidad de accidentes mortales que se registra entre los hombres.
En correspondencia con los cambios demográficos y sanitarios, el cuadro de las causas de
muerte está dominado por las enfermedades referidas a las personas adultas y mayores:
dolencias del corazón y tumores malignos, aunque las afecciones originadas en el período
perinatal aparecen entre las cinco primeras causas de muerte (así como las estimaciones de
CELADE sobre composición etaria de la mortalidad estarían indicando un mayor peso de las
enfermedades infantiles).

Entre los jóvenes de 15 a 24 años destaca el hecho de que las complicaciones obstétricas
componen la tercera causa de muerte en las mujeres, si bien son los accidentes la primera
también en ellas. En los varones de este grupo etario la casi totalidad de los decesos procede
de traumatismos externos, bien por accidentes, por homicidios o por suicidios.

Entre los adultos de 25 a 44 años ya aparece entre las mujeres el peso de los tumores
malignos, primera causa, aunque todavía las complicaciones obstétricas son la quinta causa.
Entre los hombres siguen siendo los traumatismos fatales los que dominan el cuadro de
causas, si bien las enfermedades del corazón y los tumores ya son un tercio de las muertes
masculinas a estas edades.

Tasa de Mortalidad por Estado

Distrito Federal 3,71 Lara 4,25

Amazonas 7,12 Mérida 4,67

Anzoátegui 4,34 Miranda 3,97

Apure 7,03 Monagas 5,08

Aragua 4,17 Nueva Esparta 4,54

Barinas 6,12 Portuguesa 5,07

Bolívar 4,33 Sucre 5,17

Carabobo 4,36 Táchira 5,12

Cojedes 6,11 Trujillo 5,42

Delta Amacuro 8,04 Yaracuy 5,35

Falcón 4,34 Zulia 5,03

Guárico 4,48

Estas estadísticas nos dan otros datos importantes: la esperanza de vida para los venezolanos,
en los hombres es de 69,75 años y en las mujeres 75,53 años.

Las migraciones

Son los desplazamientos de la población sobre la superficie terrestre, de esta definición nacen
dos denominaciones, una de ellas es la emigración, la cual se dan cuando la población sale del
lugar de nacimiento a otro, la misma puede ser externa o interna; y la otra es la inmigración, la
cual ocurre cuando la población ingresa a un país o territorio en el cual no ha nacido. En
Venezuela existen dos migraciones: las internas y las internacionales.

a) Migraciones Internas:

La población venezolana se desplaza de un estado a otro o de una ciudad a otra, debido a


varios factores: primero, la masa poblacional busca áreas de mayor estabilidad económica, con
mejores fuentes de trabajo, para así obtener un nivel de vida más aceptable; y segundo, en los
núcleos urbanos existen mejores oportunidades educativas y efectivos servicios públicos.

Un ejemplo de ello es el Distrito Federal, como principal centro urbano de atracción poblacional
de las zonas rurales, aparte del Distrito Federal está el estado Miranda, el cual es una zona
favorecida por su cercanía a la capital del país. Asimismo las ciudades industrializadas en el
sur del país tales como Ciudad Bolívar y Ciudad Guayana, en el estado Bolívar, representando
un centro de gran desarrollo industrial, así como también los estados Aragua, Carabobo,
Barinas, Portuguesa, Zulia y Lara, por presentar actividades agrícolas y de manufacturas de
gran progreso.

b) Migración Internacional:

En Venezuela se dio un gran auge en la migración extranjera proveniente principalmente de


Europa, antes y después de la Segunda Guerra Mundial, debido a las exigencias del gobierno
venezolano -durante la dictadura de Marcos Pérez Jiménez- en cuanto al requerimiento de
mano de obra calificada, para el progreso de la economía.

De allí en adelante el ingreso de extranjeros al país ha sido continuo, por otra parte han surgido
migraciones de países vecinos, con poblaciones que poseen un nivel de vida inferior al nuestro,
lo cual origina la entrada de muchas personas indocumentadas.

Edades de la población:

La población venezolana presenta todavía una alta composición de jóvenes: según CELADE un
38,3% tenía menos de 15 años en 1990, cifra que era algo menor, 37,3%, de acuerdo al Censo
de ese mismo año. No obstante, esa circunstancia había disminuido bastante en los últimos
veinte años, ya que CELADE estima que en 1970 los menores de 15 años representaban el
45,6% de la población total.

Las diferencias por sexo son apreciables en los extremos de la estructura etaria: el peso de los
jóvenes es mayor en la población masculina que en la femenina y, dado que las mujeres son
más longevas, sucede lo opuesto en cuanto a la proporción de personas mayores: las de 60 y
más años eran en 1990 el 6,1% entre las mujeres y el 5,3% entre los hombres. Como en estos
países, en Venezuela tiene lugar una expansión de la población adulta, especialmente la
situada entre 20 y 60 años, lo que significa que van a incrementarse las presiones sobre el
mercado de trabajo y se va a frenar la caída del número de nacimientos aunque disminuya
bastante la fecundidad, por cuanto habrá también más población en edad de procrear.

DESEMPLEO:

Desde mediados de los años setenta las tasas de desempleo abierto se mantuvieron estables
(en torno al 5%) hasta la crisis económica de 1982-1984, en que aumentaron
considerablemente, (sobre el 13% los años 1983 y 1984). Con posterioridad, remitieron
moderadamente hasta 1988, para elevarse de nuevo con la crisis de 1989. Dicha tasa se
aproximaba al 11% en 1990.

Durante todo este período y en el conjunto de sus oscilaciones las tasas fueron más altas en
los hombres que en las mujeres. En 1978, con un desempleo controlado, las tasas fueron de
4,7% y 3,4% para estos sexos. En 1984, en medio de una desocupación elevada, los varones
presentaban una tasa de 13,9% y las mujeres de 11,9%, y en 1990 esas tasas eran de 11,6% y
9,3%, respectivamente.

No obstante, al examinar la composición por sexo de los desempleados puede observarse que
la proporción de mujeres ha ido aumentando progresivamente durante los años ochenta: si en
1980 éstas representaban un 21,2% de ese total, esa cifra era del 26,0% en 1990. Ahora bien,
esta tendencia ha operado muy suavemente en Venezuela, ya que en el resto de la región lo
regular es que las mujeres sufran de mayores tasas de desempleo que los hombres.

DENSIDAD DE POBLACIÓN EN VENEZUELA


En cuanto a la densidad poblacional, la definimos como el número medio de habitantes en un
territorio, que viven sobre una unidad de superficie (kilometro cuadrado). En Venezuela la
densidad de población esta íntimamente relacionada con la capacidad económica del territorio,
la cual viene condicionada, a su vez, por factores naturales, culturales y socioeconómicos.

Para 1999, la densidad demográfica del país fue de 24,85 habitantes por kilometro cuadrado,
esta cifra la extraemos a raíz de los últimos ajustes realizados al territorio nacional (916.445
kilómetros cuadrados), en cada uno de los estados encontramos un índice de densidad
determinado por su ubicación dentro del territorio nacional; las densidades por estado son las
siguientes:

Densidad Poblacional por Estado

Distrito Federal 1182,23 Lara 75,35

Amazonas 0,55 Mérida 62,55

Anzoátegui 24,88 Miranda 305,01

Apure 5,43 Monagas 19,86

Aragua 202,30 Nueva Esparta 303,60

Barinas 15,48 Portuguesa 50,28

Bolívar 5,02 Sucre 67,79

Carabobo 443,00 Táchira 88,43

Cojedes 16,31 Trujillo 77,51

Delta Amacuro 3,07 Yaracuy 68,65

Falcón 29,01 Zulia 50,21

Guárico 9,32

Con dichos datos podemos concluir que las entidades geográficas con mayor índice de
densidad en Venezuela son el Distrito Federal, Aragua, Carabobo, Miranda y Nueva Esparta,
tal hecho esta muy relacionado con los centros comerciales e industriales que se han
desarrollado en estas zonas.

DISTRIBUCIÓN DE LA POBLACIÓN

La población venezolana se ha concentrado pronto y crecientemente en las ciudades, debido a


dos factores: por un lado, al movimiento migratorio interno desde las zonas rurales y, por el
otro, a que la inmigración desde el exterior se instalaba principalmente en las ciudades. Como
sucede en la mayoría de los países latinoamericanos, las mujeres en Venezuela son más
urbanas que los hombres: en 1990 un 84,3% de la población femenina vivía en las ciudades,
mientras lo hacía el 82,2% de los hombres. Esta diferencia se ha reducido ligeramente en los
últimos veinte años a causa de que la inmigración exterior fue mayoritariamente masculina.
Para ver el gráfico seleccione la opción ¨Bajar trabajo¨ del menú superior

• Desde principios de la colonia, la zona norte del país, fue sede de las principales
ciudades, donde se desempeñaban las labores político administrativas del territorio
nacional.
• De las veintitrés capitales de las entidades nacionales, catorce se encuentran en la
región Costa-Montaña.
• La administración, explotación y canalización de las actividades petroleras, se realizan
en la región Costa-Montaña.
• Las mejores condiciones de vida, y las grandes inversiones se realizan en la en la
región Costa-Montaña.
• Las mejores condiciones climáticas, de relieve, vegetación, vías de comunicación,
puertos y aeropuertos, así como también los servicios públicos, se encuentran en la región
Costa-Montaña.

Esta desigualdad origina un auge en las economías y actividades industriales, y una


decadencia en las actividades agropecuarias, a pesar de todas estas razones, encontramos un
aumento poblacional (en los últimos años), en la región de Guayana, ya que se ha convertido
en un foco de atracción, motivado a su industrialización y la mejora de los salarios en sus
ciudades.

Anexos

Para 1999 los datos demográficos de Venezuela eran:

Población (Estim. 1999)

Cantidad de
23.203.466
Habitantes

Tasas (Estim. 1999)

Crecimiento de la
1,71 %
Pobl.

Tasa Neta de
0,23/1000
Migración

Mortalidad 4,93/1000

Nacimientos 22,25/1000

Mortalidad Infantil 26,51/1000

Fertilidad Total 2,61 nac./mujer


Esperanza de
Vida al Nacer (Estim. 1999)

Total de la
72,95 años
Población

Varones 69,97 años

Mujeres 76,16 años

Estructura de las
Edades (Estim. 1999)

De 0 a 14 años 33 %

Varones 3.988.499

Mujeres 3.741.568

De 15 a 64 años 62 %

Varones 7.231.546

Mujeres 7.184.769

De 65 años y más 5%

Varones 484.071

Mujeres 573.013

Relación entre
sexos (Estim. 1999)

Al nacer 1,08 var./muj.


Por debajo de 15
1,07 var./muj.
años

De 15 a 64 años 1,01 var./muj.

De 65 años y más 0,84 var./muj.

Total de la
1,02 var./muj.
Población

Analfabetismo
(% de la
población, 1999) (Estim. 1999)

8.9%

Conclusión

Debido a todos los datos antes mencionados, podemos concluir que en los últimos años se ha
dado un crecimiento poblacional, debido, en algunos aspectos generales, a:

Un plan nacional de salud, para erradicar las enfermedades mortales, que afectaban el territorio
nacional.

Mejores condiciones de vida en las viviendas construidas por el Estado.

Desarrollo en las obras públicas de la mayoría de las ciudades.

Mejoras en la alimentación de la población.

Aumento de los ingresos familiares.

Clima de Venezuela
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Debido a encontrarse en la Zona Intertropical, Venezuela posee un clima cálido y


lluvioso en general, pero debido a la orografía, la dirección predominante de los vientos,
la disposición de las alineaciones montañosas (con relación a la insolación y a la
dirección de los vientos), la influencia de los mares y océanos (con respecto a la mayor
o menor distancia a ellos y también con respecto a las corrientes marinas), se presentan
varios tipos climáticos que son casi los mismos que se pueden encontrar en las latitudes
intertropicales. La latitud ejerce una escasa influencia sobre el clima venezolano, pero la
altitud lo cambia drásticamente, sobre todo en lo que se refiere a la temperatura,
alcanzando valores muy diferentes de acuerdo con la presencia de los distintos pisos
térmicos.
La temperatura media anual se reduce sólo con la altitud, como por ejemplo en Los
Teques (situada a 1.300 msnm) que, con sus 19 ºC de promedio anual contrasta con los
pueblos y ciudades ubicados a escasa altura sobre el nivel del mar, los cuales superan
los 27 ó 28 ºC de media anual, aunque la amplitud anual es muy escasa en todo el país
(nunca supera los 4 ºC de diferencia), por lo que en Venezuela se denomina invierno al
período que corresponde con los meses lluviosos corresponde a la época de lluvias o las
temperaturas nocturnas y no las temperaturas medias mensuales.

Tipos de climas según la altitud [editar]


Los climas venezolanos están estructurados en pisos térmicos, como se menciona a
continuación:

• Tierra caliente: desde el nivel del mar hasta los 800 m de altitud (Antonio
Goldbrunner rebaja esta altura hasta los 600 m, al tomar en cuenta cierta
información sobre la tensión del vapor de agua en la Atmósfera). La temperatura
medial anual ronda de 23 a 29 ºC. Un ejemplo de este clima son las ciudades de
Maracaibo (árido) o Guanare (de sabana).
• Intertropical cálido de montaña: entre los 800 y los 1.500 msnm (entre 18 y
23 ºC). El clima propio de Caracas y Mérida.
• Intertropical templado de montaña: entre 1.500 a 2.800 msnm (entre 14 a 18
ºC). Ejemplos son La Colonia Tovar y Timotes.
• Clima de Páramo: por encima de los 2800 ó 3000 msnm, las temperaturas está
por debajo de los 10 ºC pero por encima de 0 ºC, como sería, por ejemplo, San
Rafael de Mucuchíes y Apartaderos.
• Clima helado: en los picos de más de 4.700 msnm en donde reinan las nieves
perpetuas, las temperaturas medias anuales están por debajo de 0 ºC.

La influencia del mar incide también en las variables del clima, aunque constituye un
factor de menor importancia que la altitud, así en las zonas costeras las temperaturas
máximas son altas, pero no tanto como en los Llanos en lugares localizados en el
interior. Tanto en Los Llanos como en la Guayana Venezolana los efectos de la
continentalidad inciden en amplitudes térmicas diarias más altas (de algo más de 10 ºC)
con respecto a la costa (que no suelen ser superiores a 8 ºC de media por lo general).
Aunque en cualquier caso, todo el territorio nacional las amplitudes térmicas anuales
son insignificantes (nunca superiores a los 4 ºC).

Precipitación [editar]
Con respecto a las precipitaciones hay diferencias en las distintas regiones venezolanas,
en los llanos es tropical de sabana con una gran estación seca, así en la zona costera del
Mar Caribe es árido con escasas precipitaciones, exceptuando la vertiente del Atlántico
que llueve abundantemente. En las zonas montañosas de la Cordillera de la Costa, las
lluvias varían según las disposición de las montañas, pero son suficientes y más
regulares.

Venezuela sigue atravesando una grave situación ambiental producto de un modelo


desarrollista que le ha impuesto la clase dirigente de ayer y de hoy, afectando particularmente
regiones de alta fragilidad y valor ecológico, como las selvas de Guayana y el Amazonas. Bajo
un esquema de desarrollo sin conciencia ecológica que se remonta a los años 50, tanto los
políticos que han dirigido el Estado venezolano como los sectores privados nacionales e
internacionales que piensan sólo en el negocio a corto plazo, vienen arrasando con nuestros
ecosistemas tropicales generando pobreza y destrucción para las futuras generaciones y la
extinción de seres vivos que han convivido en equilibrio sin intervención del hombre, poniendo
en riesgo incluso especies que pueden ser fuente de biomedicina para muchas enfermedades
que actualmente sufre la Humanidad.

Así se vienen presentando distintos casos que son resultado de actividades económicas, o de
megaproyectos estatales, a espaldas de las comunidades locales, con repercusiones
ambientales y sociales incuantificables, que requieren una respuesta oportuna de la comunidad
nacional e internacional y los ecologistas venezolanos lo asumimos, tales como:

> Forestal Imataca, área rica en bosques lluviosos de gran biodiversidad pero de alta
susceptibilidad a la actividad aurífera, la cual implica grandes deforestaciones y contaminación
con mercurio y cianuro. Desde ese año venimos luchando contra esa política minera y todavía
exigimos la derogatoria del cuestionado Decreto (aún no resuelto a pesar del discurso
presidencial) para que sea sustituido por una normativa, previa consulta pública adecuada, que
no perjudique al área protegida.
>La explotación de carbón en la Sierra de Perijá, a cielo abierto, que viene destruyendo las
cuencas hidrográficas más importantes del Estado Zulia a pesar de la oposición de las
comunidades locales y en especial de los indígenas Barí y Yuckpa. A esto se le suma la
proyección de un puerto carbonífero denominado "América", en la entrada al Lago de
Maracaibo, que de construirse afectaría la pesca artesanal y el turismo y sólo dejaría más
contaminación a las aguas aledañas.
> La minería en las áreas protegidas del Estado Bolívar que protegen a la cuenca del río
Caroní, actividad que viene destruyendo los bosques guayaneses con deforestaciones,
sedimentación y contaminación de los ecosistemas y del hombre. Todo esto sin importar que
dicha cuenca aporta el agua que abastece el consumo de los principales centros poblados de
la región y a la represa del Gurí, que produce por lo menos el 70 % de le energía eléctrica del
país.
> La construcción del tendido eléctrico a Brasil atravesando varias áreas protegidas de
Guayana, entre la que destacan el Parque Nacional Canaima, la Reserva de Imataca y la Zona
Protectora Sur de Bolívar, que junto a otras infraestructuras y un marco legal minero favorable
a las transnacionales, sólo sirve para fomentar los intereses del oro y diamantes, impactando el
ambiente e irrespetando a las comunidades indígenas Pemón que viven en la Gran Sabana.
> La contaminación petrolera producto principalmente de los continuos derrames que ocurren
los cuales vienen acabando con el Lago de Maracaibo y afectan ríos y campos agrícolas del
occidente y oriente del país. Hasta la fecha el Estado no ha emprendido una política de
promover fuentes energéticas alternativas a pesar del daño ambiental que ocasiona el petróleo,
responsable en parte de los cambios climáticos que ocurren en el mundo.
> La extracción de hidrocarburos en el Delta del Orinoco, donde habitan los indígenas Waraos.
Esta región conforma uno de los ecosistemas más frágiles del país, ya que cualquier
contaminación química lo afecta en su conjunto. El Delta requiere ser protegido integralmente y
suprimirse la actividad petrolera la cual ya viene haciendo estragos en sus caños.
> El saque y tráfico de madera en todo el territorio nacional, y en especial en los bosques
cercanos a las ciudades, como los de la Serranía del Interior, la Península de Paria y el Macizo
de Nirgua. Situación que es producto de la falta de vigilancia y a la corrupción de funcionarios
públicos.
> La modificación y perturbación de ecosistemas costeros del país, tales como la Ciénaga de
Los Olivitos en el Zulia, Morrocoy en Falcón o Playa Valdés en Nueva Esparta, no importando
la figura de protección legal del área ni mucho menos las poblaciones aledañas, sólo para
beneficiar intereses económicos ajenos a la nación y afectando a muchas comunidades de
pescadores venezolanos.
> La contaminación del aire y de las aguas en las ciudades sin que se produzcan medidas de
control eficientes por parte de las autoridades, debido también a la falta de conciencia social
sobre las implicaciones a la salud y al ambiente

EL RECALENTAMIENTO GLOBAL Y VENEZUELA


Artículo publicado en el diario El Mundo el viernes 25 de febrero de
205.

Un fantasma de temor recorre al mundo. Me refiero a los vehementes


cambios climáticos y ambientales ocasionados por la idea voraz de
ganancias de la globalización sin importar la reducción de la vida útil
de la Tierra como cuerpo celeste, ahora modificada por los intereses
financieros dominantes en el mundo.
El denominado efecto invernadero no es un cuento ni una
exageración. Es la transformación de las cantidades necesarias de
ciertos gases componentes de la atmósfera motivada a una
concepción equivocada de la explotación de sus recursos. Su principal
consecuencia es el deshielo del casquete polar con el subsiguiente
aumento de los niveles de las aguas amén de las elevaciones de la
temperatura promedio.
Asimismo, se ha incrementado el hueco en la capa de Ozono, cubierta
de nuestro planeta para filtrar las cantidades necesarias de los rayos
ultravioleta como condición esencial de la vida. Esta expresión
alotrópica del Oxígeno es relevante porque su disminución genera
lesiones en la piel de los seres humanos derivadas de quemaduras
además de contribuir al recalentamiento planetario.
Las anteriores transformaciones de las características del clima, la
temperatura y de las radiaciones llegadas del espacio sideral, se han
combinado para causar estragos y enormes daños en los seres
humanos y al ambiente. El tsunami acaecido en el sudeste asiático y
el subcontinente indio es una muestra de lo afirmado. Asimismo, la
frecuencia de los huracanes en el mar Caribe y el Pacífico así como
los tifones en Asia también lo confirman.
De la misma manera, la tala indiscriminada que ocurre en China y sus
países aledaños y en la Amazonía suramericana, se conjugan para
manifestar que la sed de extracción de takes recursos del orbe
apuestan hacia la creación de numerosas calamidades que
esencialmente perjudican a los moradores de la periferia del globo
terráqueo.
La angustia inferida de esta carrera de destrucción llevó a la reunión
y aprobación del denominado Protocolo de Kyoto como tentativa de
reducir los gases invernaderos. Sin embargo, no ha sido la vía
adecuada para entrar en una solución congruente de tan grave
anomalía. Estados Unidos, el mayor productor de esos fluidos, se
niega a aprobarlo porque a decir de su presidente afecta su
economía. La Unión Europea no cumple con las metas propuestas
pues no rebaja ni el 1% anual frente a un 5% proyectado. Acaso si
Rusia lo hace por la profunda crisis económica padecida y no por su
propia voluntad.
En Venezuela ha ocurrido muchas vicisitudes desde el deslave de
Vargas en diciembre de 1999 hasta las recientes lluvias en varias
regiones del país, pasando por la cercanía a nuestras costas de
ciclones como nunca antes había acontecido. Igualmente se
presentan impactos ambientales producto de políticas erróneas del
Estado, tales como el caso del carbón en el Zulia, el tendido eléctrico
en Guayana, la operatividad de la Sierra del Imataca y las secuelas
de la plataforma deltana.
Es importante estimar también la incuria del Estado por la ausencia
de políticas preventivas de siniestros. No aprendió nada por lo del
Estado Vargas en el pasado así como tampoco de Miranda. Se
repitieron hechos cuya previsión hubiese minimizado los daños. Pero
tenemos un aparato estatal ineficaz motivado a razones
estructurales.
No es casual que las alcaldías no funcionen, ni las gobernaciones ni el
poder central. No cumplen con sus obligaciones simplemente porque
no pueden efectuarlo con la caricaturesca organización que tienen.
Volverán las tragedias, como en el caso penitenciario, debido a la
incapacidad intrínseca de la red organizacional. Reaccionarán por
crisis pero no son capaces de hacerlo anticipándose a los sucesos. Es
una saga bien cumplida dados los contextos existentes que sólo
pueden cambiar su curso si efectivamente se refunda el poder en
Venezuela.

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