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HiJcia una Teoría MaterialistiJ del Estado: La crisis actual del capitalismo aparece, más que

nunca antes, como una crisis del Estado.


En Inglaterra y en otros lugares, la atención ha sido puesta, no sólo en la usual falla del Estado
p<lra manejar la economia, sinE>en la necesidad de reducir y reestructurar el gªsto del Estado '1
consecuentemente recstnlclular el aparato mismo del Estado.
Pur primera vez desde la segundil guerra mundiill, lil ulilidild de gran parte de la administración
Estado h<l Sido seriéllncntc cueslionadil.
(.l(~1

Enfrentados con estos desenvolvimientos, la gente está siendo forzada a modificar sus puntos de
yista sobre la fuerza y 13debilidad, las posibilidades y las limitaciones del Estado y muchas de las
opiniones sostenidas hasta hace unos pocos ai10s atrás, han mostrado ser ilusorias .
•'< Aquellos que creían en un "nuevo capitalismo·, que tbdavia podia ser opresor, pero en el cual el
'pioblema~cre la crisis económica ha'tila 'sido ampliamente solucionado por la intervención d ..
E~tado, están ahora confrontados con el retorno de alto desempleo, reducción de salarios y
rc.illllcción de gastos del estado .
./; Por olro lado, aquellos que velan que un retorno de alto desempleo y una caidageneral en los
sl3nd>rd d~__ \li9.:rpf5ñlea.!:ia ul}<l..amenaza mortal al sistema poritic9, deberian estar no m~j1os..>
cJ,jsconcel1ados por el curso actual del desarrollo, porque la crisis ha puesto a luz, no sólo"los
limiles de (3 actividad del estado, sino igualmente la extraordinaria habilidad del Estado para
sl)brellevar la crisis. ---" .- ."'. - ... c "'.-- •. - .... ,.- - ..- .. ' ..' _'o

X .i.!:. necesidad' de ~!:.!.~~~c:~~~~


s~mi I'a"-~r~s~'ntecrisis ha mostrado la..!:!,r!'Lente ~~~~imiento den ..
'Estado y su relación con el proceso_9_eacumulación capitalista y la crisis.
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X E,fJ..el·p.~ad..Q.¡
la tE:9.rl9.m-ªI>.:l.sta,en tanto ha tratado la temática del estado, de alguna manera ~ ','..
'. ' Jh6BíaÍíii{ilado dernaSTh(:io~~udo a mostrar de que, el Estado actúa en interés del Capital Y.a
~if,r¡llzarl8rel<lción entre el contenido de la actividad del Estado y los interesº,-!'i-de la clase
'cJóí ;)í1íaí1t~----'--- --c ..-_·· -.----- ..,~------- .--..",.-.--.-,---------.......
I '----.:::;::7

Sin embargo para un entendimiento del desarrollo político y las posibilidades de la acción política,
t;11análisis es inadecundo.
En un período caracterizado, por un lado por el serio cuestionamiento de las políticas del estado
intervencionista y por el otro por el surgimiento del partido comunista, en algunos países de
Europa Occidentql, la cuestión de los limites de la acción del Estado resulta crucial: limitaciones
\
sobre la habilidad del'E'Sla-dÓr>ara-reso"iér'iOSp"ro:6ieiñas dei"'Caj)ftal, por un lado, limitacione,;
sobre la posíEiliuacf'deusar ert::s[Mó-p8"'::"¡-l1evara cabo w;¡;j"tr'añsitioi'iar-socialismo. por el otro.
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1\1 mismo tiempo, la declinación del parlamento y la erosión de las libertades civiles, en aún las
democraciéJS mas cst3blcs, plantean la cuestión del desarrollo de las formas de ~stado: ¿puede la
.. , UQ/llOr,;mGÍopnrlolTlp.lJ/élria ser vista como norma ideal pára el modo de producción capitalista, ()
era la clcmocr<Jcia liberal simplolJwnlC! la conlmpnde ideal de UIJcierto eS/Ddo de ncumuJación qlla
él/lOra //{J /HJs,')r)o?

L n un periodo que il~l sido testigo de un extraordinario suceso en Inglaterra en persuadir 2 los
trabajadores a sacrificar sus intereses por~1 bien de la "sociedad en su conjunto", es necesario
~~?_~ .<? s.!Ed9._2.~J:!CL~.SJ.a.9~is.t~.~~
d.!} aliz?_c....PE>l9~~ _~~to.?or m;!:.!!~.~..c.~~~.~~~~ ~~
~~.u_~ a_~~~.~nd~ ~or_~1b~.n ~:.!~~.~~~.i.~a~..:. ~.- ..- .. -

~",- ,~_ ~ ( rife> ~ ~J -1

~~
En un período en el cual se ha vuelto un lugar común para los líderes de la industria
capitalista lanzar invectivas no sólo contra decisiones particulares del estado sino contra el
estado en general, la cuestión de la naturaleza capitalista de la actividad estatal se plantea
nuevamente, particularmente la cuestión de la necesaria “funcionalidad” de las acciones
estatales para el capital. Nuestro argumento, y el argumento de este libro, es que todas estas
preguntas solo pueden contestarse mediante el desarrollo de una teoría materialista del
estado, i.e. mediante el análisis de la relación entre el estado capitalista y la forma de
producción en las sociedades capitalistas.
Este libro pretende ser una contribución al desarrollo de una teoría materialista del estado
capitalista. En la República Federal de Alemania (y en Berlín Occidental), los últimos años han
visto un nuevo rumbo en la teoría marxista del estado en un intenso y coherente debate
generalmente llamado el debate de la “derivación del estado” (“staatsableitung”). El propósito
de este debate –que es parte del resurgimiento, desde fines de la década de 1960, del interés
en elaborar las categorías científicas desarrolladas por Marx para el análisis del capitalismo
moderno- ha sido “derivar” el estado como forma política desde la naturaleza de las relaciones
de producción capitalistas, como primer paso en la construcción de una teoría materialista del
estado burgués y su desarrollo. En este libro presentamos algunas de las mayores
contribuciones al debate alemán de la derivación del estado; pero las presentamos no
simplemente como un fenómeno interesante ni como una “escuela alemana” a la par de otras
“escuelas”, sino como una crítica fundamental de aquellas teorías consideradas en Gran
Bretaña como las representantes de la teoría marxista del estado.
Uno de los objetivos de esta introducción es hacer más explícita esta crítica. Empezaremos
mirando la forma en la que el estado es analizado por estos autores, teóricos de la política y
economistas, quienes actualmente tienen influencia en la discusión marxista en este país.
Desde nuestro punto de vista, existe una dicotomía subyacente al debate en Gran Bretaña.
Algunos análisis ponen poca o ninguna atención a la especificidad de la política y argumentan
(o más frecuentemente asumen) que las acciones del estado brotan más o menos
directamente de los requerimientos del capital: estos análisis son acusados a veces de
“reduccionismo” o “determinismo económico”. Otros análisis, reaccionando al acercamiento
anterior, han insistido en la “autonomía relativa” de lo político, negando (o más
frecuentemente pasando por alto) la necesidad para los teóricos de la política de prestar
especial atención a las condiciones de la acumulación de capital: esta tendencia puede quizás
llamarse “politicista”. Lo que ambos polos de esta dicotomía –que, por supuesto, no siempre
se presenta como más que una tendencia subyacente- tienen en común es una inadecuada
teorización de la relación entre lo económico y lo político como formas distintas de las
relaciones sociales capitalistas. La única salida posible, sugerimos, es romper esta dicotomía
mediante el desarrollo de una teoría adecuada de esta relación, una teoría que funde tanto la
especificidad de lo político como el desarrollo de las formas políticas en el análisis de la
producción capitalista. Este es precisamente el objetivo del debate alemán actual. Luego de
elaborar nuestra crítica a las teorías actuales del estado en Gran Bretaña, continuaremos con
la presentación de este debate, la exploración de algunas de sus debilidades y sugeriremos
caminos por los que el análisis debería ser continuado en el futuro.

“LA TEORÍA POLÍTICA MARXISTA” Y EL ANÁLISIS DEL ESTADO:

La discusión de la teoría marxista del estado en Gran Bretaña ha tendido a estancarse en el


más bien estéril camino del debate Miliband-Poulantzas. Este debate ha dado lugar al
surgimiento de una polaridad ilusoria entre los enfoques de estos dos autores, entre los que
han sido llamados enfoques “instrumentalista” y “estructuralista” (cf. Gold, Lo y Wright 1975;
Poulantzas 1976a), una falsa dicotomía que ha contribuido bastante a limitar y empobrecer la
discusión. El debate de la “derivación del estado” presentado en este libro se desarrolla por
fuera de este marco restrictivo y enfatiza que es absolutamente erróneo concebir a Miliband y
a Poulantzas como representantes de alternativas polares en el análisis marxista del estado y
que pese a todas sus diferencias, aquello que estos autores tienen en común es por lo menos
tan importante como aquello que los diferencia. En contraste con el debate alemán, que
enfoca en el análisis de la interrelación, la unidad de la separación de las diferentes esferas, e
insiste que dicho enfoque es central para una concepción materialista de lo político, tanto
Miliband como Poulantzas enfocan a lo político como un objeto de estudio autónomo,
argumentando, al menos implícitamente, que un reconocimiento de la especificidad de lo
político es una precondición necesaria para la elaboración de conceptos científicos. Hasta
cierto punto, esta diferencia de enfoque es una cuestión de énfasis: ciertamente, ni
Poulantzas ni Miliband niegan la validez de la famosa sentencia de Marx que afirma que las
“formas políticas” sólo pueden entenderse en su relación con la “anatomía de la sociedad civil”
(Prefacio a la Crítica de la Economía Política), pero ninguno de ellos considera importante
analizar dicha relación con mayor precisión. Una importante consecuencia es que ninguno de
los dos trata de edificar sistemáticamente, en el camino de la construcción de una teoría
marxista del estado, sobre las categorías materialistas desarrolladas por Marx en su análisis
de esa “anatomía” en El Capital. Al contrario, tanto para Poulantzas (explícitamente), como
para Miliband (implícitamte), El Capital es primariamente (aunque no exclusivamente2) un
análisis del “nivel económico” y los conceptos desarrollados en él (valor, plusvalor,
acumulación, etc.) son conceptos específicos para el análisis de dicho nivel. De la misma
forma que El Capital analiza lo económico como un “objeto autónomo y específico de la
ciencia” (Poluantzas 1973, p. 29), la tarea de los teóricos de la política marxistas es, desde
esta perspectiva, tomar lo político como un “objeto autónomo y específico de la ciencia” para
elaborar nuevos conceptos específicos del “nivel político” (conceptos como “hegemonía”,
“bloque en el poder”, “clase gobernante”, etc). Por lo tanto, y dado que estos autores se basan
en la obra de Marx, consideran necesario desarrollar no los “conceptos económicos”
mencionados previamente, sino los “conceptos políticos” desarrollados fragmentariamente en
los “escritos políticos” de Marx y en las parte más “políticas” de El Capital (la discusión de las
leyes fabriles, etc.). Este proyecto, al que Poulantzas se refería como el intento por construir
una “teoría regional de lo político”, se justifica por la “específica autonomía de lo económico y
lo político” en el modo de producción capitalista.
La asunción de que lo político puede constituirse como un “objeto autónomo y específico de la
ciencia” –más teorizado por Poulantzas, pero compartido igualmente por Miliband- y la
interpretación de El Capital en la que se basa están en agudo contraste con el abordaje
elaborado en el debate presentado en este libro. El debate de la “derivación del estado”,
recibiendo mucha de su inspiración en un renacimiento del interés en El Capital hacia fines de
la década de 1960, ve en la gran obra de Marx no un análisis del “nivel económico”, sino una
crítica materialista de la economía política, i.e. una crítica materialista de los intentos
burgueses de analizar la economía aislada de las relaciones de explotación de clase en las
que está basada. Consecuentemente, las categorías elaboradas en El Capital (plusvalor,
acumulación, etc.) son vistas no como específicas del “nivel económico”, sino como
categorías materialistas desarrolladas para iluminar la estructura del conflicto de clase en la
sociedad capitalista y las formas y concepciones (económicas u otras) generadas por esa
estructura. De esto se sigue que la tarea no es desarrollar “conceptos políticos” para
complementar el set de “conceptos económicos”, sino desarrollar los conceptos de El Capital
en la crítica no sólo de la forma económica sino también de la forma política de las relaciones
sociales. A esto retornaremos más adelante; por el momento nos concierne solamente
contrastar los dos enfoques y argumentar que los presupuestos comunes a Miliband y
Poulantzas tienen como resultado privar a ambos autores de la posibilidad de elaborar un
análisis materialista del desarrollo del estado, de sus potencialidades y limitaciones.
El libro de Miliband, "El estado en la sociedad capitalista", es útil para proveer una c1.ara crítica
introductoria del pensamiento sociológico y político burgués, pero está profundamente enraizado
en la tradición empírica inglesa. " .
La falla principal:"Je Mi., como por cierto Pou. ha señalado, es que, combatiendo la teoría
burguesa, ha hechb poco más que mostrar que los teóricos burgueses presentan hechos
erróneos. Así defendiéndose contra Pou., Mil. refiere que: ... "habiendo esbozado la teoria
marxista dol estado, estuve interesado en cotejarla con el punto de vista democrático pluralista
uOInillantc y mostrar la deficiencia de esta ultima de la única manera en la cual parece ser
posible, es decir 811 términos empíricos" (1970, pág. 54).
Es ciertamente importante, mostrar que la teoría burguesa no puede dar una adecuada cuenta del
desarrollo empírico, pero una critica marxista debe seguramente ir más allá de exponer las
deficiencias en términos empíricos: para entender la génesis y el desarrollo de las !,:l
concepciones lJurguesas y para entender el desarrollo. del estado capitalista, es
\.
seguramente necesario desarrollar un análisis materialista· de la relación entre estado, ~
sociedad e ideología burguesa.
Una consecuencia de la propuesta de Mil. es que, ya que no fundamenta su crítica en un análisis
sistemático de la sociedad capitalista, es incapaz de desenvolver un análisis del estado, el cual
mostraría la· relación entre su desenvolvimiento· y las crecientes contradicciones del modo de
producción capitalista.
Así, cuando en el capitulofinal de su libro, el llega a la "más grande de todas las preguntas" sobre
los regímenes de tipo occidental, ... ¿por cuánto tiempo su estructura "democrático burguesa" es
posible de mantenerse compatible con las necesidades y propósitos del capitalismo avanzado?
(1969 pág. 267), su respuesta a esta importante pregunta se mantiene necesariamente
especulativa y vaga. porqué el no tiene propuesta teórica que pueda relacionar el proceso de
;:WA'{f\ulación al desenvolvimiento de las formas del estado.
~:-Ul:) s_~QDle.oJ?_~él él ~Q~r los esenciales lazos estructur~les entre la bu~uesía L..,
el estado capitalista. Lo quellace al estado, en una sociedad capitalista, un estado capitalista, no
es la composlclóñde clase, Bel person-araeI aparato del estado, SinO la-pc;s¡crÓnocupaCiaporel-
-eslacfoener"ñi·od o -de-prooClcei6hcapltallsta:- ..
'- e-~~re-fa"C1aseoúrguesay
~arel.a-Ciorí- el es~ es una :~~ció~~ Esto significa
que SI la funclon del estado en unadete-rmlnada formaclon SOCIal y los Intereses de la
clase dominante en esta formación coinciden, es por la razón del sistema mismo: la
participación directa de los miembros de la clase dominante en el aparato del estado no
es la causa sino el efecto, y mas aún, accidental y eventual de esta coincidencia objetiva"
(pág. 63 1969).
La tarea de la teoría del estado por lo tanto, es analizar esta "relación objetiva, volviendo a la
máxima de Marx, analizar la relación entre las formas polític;:¡s y la anatomía de la sociedad civil:
analizar cómo y en qué medida la naturaleza del sistema .(Pou. se refiere presumiblemente al
modo de producción capitalista) origina una "coincidencia objetiva" entre "la función del estado" y
"los intereses de la clase dominante" y cómo y en qué medida cambios en el sistema (M. de P.C.)
afectan los intereses de la clase dominante y, en consecuencia, la función del estado .

.~~~.2!l.--~c;,J~~~ al enfocar la relación entre las formas políticas y "la anatomía" de la


sociedad-Cjvil:-·Su opinión, establecida al principio de su primer libro importante (1973, pág. 29)
sobre que la sociedad capitalista está caracterizada por una autonomía relativa de "las instancias"
políticas y económicas, lo cual permite hacer de cada instañCiaüñ-especifiCo y separadoobjeto
-de-estü-dio~oTié'va a negar la importante pregunta de la naturaleza de la separación de la relación
entre estas instancias.
Naturalmente, el é.:cepta q~J_a2.QRaración de la~2 in~tancia~e:~~P.§I.o rel,ega su unidad a
una problemática ae "en ultim~jancia", nunca tratada en la relación entre ellas, más que de
una manera alusiva y fuperficial. C=" -
Como resultado; los problemas centrales de la teoría marxista del estado, las limitaciones
estructurales y posibilidades de la acción del estado, las cuales sólo pueden ser aproximadas a .
través de un análisis de la relación entre el e,stado. y las contradicciones de la acumulación
capitalista, son riecesariamente omitidas en el trabajo de Pou.
Las irnplicaciones LÍe la aceptación estructura lista de la fragmentación de la superficie de la
sociedad burguesa en estructuras relativamente autónomas, lo cual en esta opinión o visión
puede..ser examinado en un relativo aislamiento, se tornan claras.
No solo significa que el asunto de la interrelación dentro de las estructuras y "así la fuente de
movimiento dentro de las estructuras" es descuidado, sino también el punto de partida
estructura lista tiene un efecto inmunizador fatal.
Por una parte las leyes de movilidad del capital y la tendencia a la caida de la tasa de ganancia
son aceptadas, o más acertadamente tal vez, son dadas por sentadas; y por otra, dado por
sentado y relegado a la esfera económica, el análisis de lo político puede proceder en aislamiento
de las necesidades y limitaciones impuestas a lo político, por precisamente estas leyes de
movilidad.
:.3ila "autonomía de la sociedad civil" es dada por sentada, la forma política puede ser examinada
en una relativa autonomía,
Esta' insistencia en la "relativa autonomía" de lo político puede reflejar una parcjalmente
justiílcable reacción contra el "economlclsmo" o el reduccionismo, es decir,contra la común
simplificación de la relación entre lo económico y lo político, la cual representa lo político como un
simple reflejo de lo económico.
Pero las propuestas reduccionistas tienen mérito de tratar de dar una respuesta, aunque sea
cruda, a un problema real, el problema de como llegamos a un entendimiento materialista del
. desarrollo político, de como relaCionamos el desarrollo político'-a-'-Ia-s'-c;ntradicciones de la .
pr~;Zñ c-a-p¡taiTSta;no-es-;:eá-~l-;e'riteun-progi-e's'o-'e-sq-u¡var-e¡-pi-o-bTé
m a. -

¿Cuán impoliante es este concepto de la "relativa autonomía de lo político" para el trabajo de


Pou. y cuáles son sus consecuencias?
Nos parece que el falso punto de partida de Pou. impone severas limitaciones en el análisís. La·
pnocipal coosecuema es que separando su estudio de lo politico del análisis de laS
contradicciones de la acumulación, es decir, de la relación de explotación capitalista, el se aísla
eje la principal fuente de cambio de la sociedad capitalista - el desenvolvimiento de aquella~
cQntracJicciones potenciadas por litiUCha--revolüC7onaría-de la clase traFaTádOra
Por esto, aunque es capaz de dar incisivas percepciones dentro de características particulares
del estado burgués, su análisis no se eleva mas allá del nivel de una descripción perceptiva. No
hay análisis del desarrollo de la sociedad capitalista, de las formas cambiantes del estado de las
relaciones sociales y del mismo estado.

Dado que no hay análisis sistemático de la relación entre estado y capital, y sus bases, la
explotación capitalista de la clase trabajadora en el proceso de acumulación, entonces tampoco
hay un análisis de las represiones y limitaciones, las cuales imponen la naturaleza de la
acumulación capitalista a la acción del estado. Más aún, su falla en problematizar la naturaleza de
la separación de lo económico y lo político, lo guía hacia una identificación de lo económico con
IJS relaciones de producción, y aún, a pesar de declaraciones y formaciones hacia lo contrario,
hay una tendencia continua a identificar la lucha de clases con el reíno de lo político.

I_os méritos pero también las debilidades del análisis de Pou" pueden ser vistos en su tratamiento
de la integración europea. LJno de los principales propósitos de su ensayp sobre "la
internacionalización de las relaciones capitalistas y el estado nación" (1975, pág. 38), es criticar la
IIlUY simplificada visión economista ejernplificada por la tesis de Mandell, que el suceso de la
integración europea depende de la forma adoptada por la centralización internacional del capital.
¡:)ou. correctamente señala:
"El estado no es una mera herramienta de las clases dominantes, para ser manipulado
a voluntad, de modo que cada paso que el capital toma hacia la internacionalización·"
induciri~ automáticamente a una paralela "supranacionalización de estados· ...EL
PROBLE:l\tlA CON EL CUAL ESTAMOS TRATANDO ...no puede ser reducido a una
simple conll'i:ldicción de tipo mecanicista entre la base (internacionalización del capital) y
una cubierta superestructural (estado nacional), el cual no "corresponde" más a él. (1975,
pág. 78).

Mientras esta critica a la sobresimplificación de Mandell tiene indudablemente alguna fuerza, Pou.
falla totalmente al damos un análisis alternativo de la base material de la integración europea. Su
énfasis está en mostrar que la internacionalización del capital tiene nuevamente el efecto de
transformar estructuras políticas. nacionales, negando que ésta crea presiones para
organizaciones políticas a nivel europeo, Esta opinión proviene de su énfasis de que la tarea del
estado es mantener fa unidad y cohesión de una formación social dividida en clases. Puesto que
"es la forma nacional que prevalece en estas luchas, a pesar de ser internacionales en su esencia
(1975 pág. 78), ha llegado a la conclusión que l/el actual desarrollo de ninguna manera se
inmiscuye en el rol dominante del estado en el estadio del monopolio capitalista" (1975,"pág, 81),
Nos deja si, sin ninguna explicación del impulso a la integración europea, de las tensiones entre
las nuevas formas de acumulación del capital y las estructuras existentes del estado.

Los mismos puntos débiles pueden ser vistos aún más claramente en el tratamiento del fascismo
de Pou .. En su libro sobre este tema (Fascismo y Dictaqura 1974), está nuevamente preocupado
en atacar las sobresimplificadas interpretaciones "economicistas" del fascismo· que atribuyen
fascismo simplemente a la sobre maduración del capital monopólico. El libro tiene muchas
percepciones críticas que ofrecer, pero Pou. evita nuevamente la cuestión fundamental de la
relación entre fascismo y las contradicciones de la acumulación del capital.
Para entender los orígenes del fascismo y su relación con I? prolongada existencia del capital, es
seguramente necesario examinar la reorganización de las relaciones sociales, y particularmente
de las relaciones de explotación. que tienen lugar bajo el fascismo, preguntar en que medida tal
reorganización se hace necesaria por las contradicciones de la acumulación, y preguntarse
porqué la reorganización fue llevada a cabo de esta manera particular.

053(10 que vivimg5..!2rJ..urla ..s9c).\3.9G!d


gapitaljst_~ caracterizada porlas.mjsmas.contradicciones de líil
acumulación Y..J25?! la consecuente, periódica y a menudo violenta reorganización de las relaciones
so<;.ialesen funcjÓn de los intereses de la contlnuaclon de la acumulaclon, estas son seguramente
la~ cuestiones gue son e~liticamente importantes.
Sin asumir a priori la funcionalidad del fascismo para el capital, el problema es seguramente situar
el fenómeno en el proceso social de acumulación y crisis, es decir, de la dilatada reproducción de
las contradicciones capitalistas (Bukarin 1972, pág. 264).
Mandell plantea el problema claramente, si bien a grandes rasgos y dogmáticamente cuando el
escribe:
"el surgimiento del fascismo es la expresión de un severa crisis social del capitalismo
tardío, una crisis estructural que puede, como en los años 1929/33, coincidir con una
'crisis de sobreproducción, pero que va más allá de tales fluctuaciones coyunturales.
Fundamentalmente es una crisis en las mismas condiciones de la producción y la
realización del valor excedente ... la función histórica de la toma del poder fascista es
cambiar súbitamente y violentamente las condiciones de la producción y la realización del
valor excedente para ventaja de los grupos decisivos monopólicos" (Pág. 191975).
Esto no es claramente un completo análisis del fascismo, pero tiene el gran mérito de plantear
muy claramente la cuestión de la relación entre el surgimiento del fascismo y las contradicciones
inherentes en la explotación de clases (es decir la acumulación) y de la función del fascismo en
relación a este proceso de explotación. Es extraordinario que en todo su largo análisis del
fascismo Poul. ni plantea aún el problema en estos términos. Donde el discute las contradicciones
5
implícitas del fascismo, solo lo hace en el contexto de las clases dominantes -contradicciones
entre gran y medio capital, capitalistas y dueños de la tierra, etc.-; aislar la discusión de estas
contradicciones ,es en cualquier caso muy extraño cuando uno tiene en cuenta que en el análisis
de Marx (Das Kaeital vol. 111, cáp. 15) la intensificación de los conflictos entre capitalistas
individuales y grupOs de capitalistas, puede ser entendido solo en relación a la crisis general de la
extracción del valor excedente, es decir, sólo sobre la base de la contradicción fundamental de la
relación capital-lr'abajo,
Pero cuando Pou. habla de la relación del fascismo con la clase trabajadora, las contradicciones
de la relación de explotación y la tentativa de vencer aquellas contradicciones a través del
fascismo son apenas mencionadas: todas las cuestiones son discutidas en términos de una crisis
'politico ideológica".
Pou. ejecuta así la más extraordinaria hazaña de escribir un largo análisis "marxista" del fascismo
sin relacionar el fascismo con el fundamental meollo de la lucha de clases en el capitalismo, el·
proceso de acumulación y explotación. Sin duda, ésto % porqué se supone que las
contradicciones de lél acumulación operan en un nivel diferente y pueden así ser "dados por
~3entado".

~')drccc ljuc: producto eje sus limitaciones, las teorias de Pou. han provisto una estructura que fue
3doptada por un creciente grupo de "Poulanzianos". En el lugar· de teorías basadas en el análisis
de la acumulación y la lucha de clases, ellos utilizan los conceptos políticos de Pou. ("bloque de
poder, hegemonía, clase gobernante" etc.) como compartimentos que pueden ser llenados con
los contenidos relevantes del análisis político de la estructura de clases de cualquier estado dado.
La relación de la teoría general con la práctica política, es vista como algo muy similar al modelo
deCOñStrLiCCíüñoürglJesa-=-"Ia leon~nlbstracta es-concfHaóa -, resultando en una regla para la
i11lcr.Y.QD~~¡;;fu2_~tLt~.q9J~$~!:!ñ.ª-C1-ªs.e_d~_p.r-agmahsmo político ya que la regla depende
del "contenido" suplido por el análisis de las relaciones políticas de clase, y éste es a menudo
dictado por las tácticas y las conveniencias del momento político como directamente
experimentado.
Yel que la relación con "lo económico" es siempre en "última instancia", muy poca atención es
puesta en basar--e', analisis' de-la lucha de clases en la dinámica actual de la acumulación del
capital. Es también muy característico de una propuesta "poulantziana" que, como hemos visto,
los modelos globales de la acumulación del capital son, o ignorados, o no otorgados un real
efecto sobre lo político, de manera que el estado nación burgués_E!~~iempre aceptado camo el
campo político de hecho. ---

Hemos concentrado nuestra discusión en esta sección sobre Pou. por la presente influencia
ejercida por sus escritos, pero similar crítica podría haberse hecho a algunos de los escritos de
Gramsci, quien se ha tornado también influyente entre "teóricos políticos marxistas" y "sociólogos"
en años recientes. El también habla de la política como ciencia autónoma, el también es agudo
crítico de la economicista identificación de lo económico y la crisis política de R. Luxemburgo, sin
prever ningún análisis alternativo de la relación entre lo económico y lo político; él también
concentra su atención en las clases, fracciones de clases y hegemonía de clase.
Su énfasis general esta también en restar importancia al problel',la de la relación entre las formas
políticas y las condiciones para la acumulación del capital, disocic::do el concepto de las crisis
políticas de aquel de la crisis económica.
[s característico de los autores que hemos observado hasta ahora, que empiecen con
"categorías políticas", más notablemente con lo que ellos ven como la central "categoría política"
eJeclase. ,
Este es un rígido contraste con el debate alemán presentado aquí, el cual comienza con un
ntaque sobre aquellos (en este caso Offe y Habermas) que tratan de construir una teoría
específica de lo político, e insiste sobre la necesidad de empezar desde las categorías marxistas
desarrolladas por Marx en Das Kapital. Asi Hirsch critica el tratamiento del estado que hace
Co
Engels en "Los orígenes de la familia, la propiedad privada y el estado", por tal propuesta teórico-
clasista:
"La falla en tornar como punto de partida de.su análisis las leyes y el desenvolvimiento
histórico ~ttel proceso de acumulación y reproducción lleva a Engels inevitablemente a
una restrinQlda "teoría clasista" de determinación del estado, en la cual el estado aparece
como un poder puesto arriba de la sociedad y regulando el conflicto de clase" (1973, pág.
207).
Tal vez, podemos hablar demasiado y extender esto diciendo que la falla en tomar como punto
de partida de su análisis las leyes del desarrollo histórico del proceso capitalista de la
acymulación y I~ producció~ .. lleva a aurores tales como MiI:-:-Pou. y Gramscl, Inevitablemente a
una restringida "teórico-c;J;:¡sista" determinación del estado. la cual tiene dos consecuencias de
fundamental importancia: primero: ellos son incapaces de analizar el desenvolvimiento de las
{afinas políticas; segundo== ellos son mcapaces de analizar sisTemáticamente las limitaciones
impuestas sobre el estado por lareración del estado-con el proceso'de acumulació/J Bel capital.

Los teóricos políticos son, por supuesto, no sólo los únicos interesados en el análisis del estado
capitalista. En vista del crecimiento del "intervencioni~mo del estad9" es apenas sorprendente que
, un creciente número de.economistas marxistas hayan volcado su. atención hacia el énfasis del
estado. Sería errado sostener que los economistas (es decir, aquellos que toman el análisis de la
economía como un punto de partida) adoptan un enfoque ne;cesariamentedeterminísta o
reduccíonista del estado. .' .•.. ,. .... '. '"
La distinción entre las dos tendencias que mencionamos al principio de esta introducción (la
"económicamente determinista': y la "politiéista"), depende no del punto de vista del análisis, sino
de la concepción de la totalidad social que implica el análisis.
Así, la controversia que agudamente ha dividido a los economistas marxistas en Gran Bretaña en
años recientes, entre los así llamados fundamenta listas y neoricardianos, ellos también se dividen
en relación a los principios generales de.su análisis de la acción del estado ..
Los neoricardianos generalmente han tomado un punto de vista positivo de las esferas separadas
de la política y la economía, que los ha llevado a muchos de los mismos defectos como a los
teóricos que hemos recién examinado, empezando desde una aceptación de las formas externas
de la política y la economía; ellos son incapaces de desenvolver un análisis de la interrelacion de
las dos esferas. .
Los fundamentalistas, por otro lado, toman correctamente la categoría "capital" como punto de
partida, pero pasan por alto todo el problema de la especificidad de lo político y el rol del sistema
político.
Del lado neoricardiano, el problema del rol del estado hace su aparición de una manera
totalmente simplista y no problemática. En Glyn y el libro de Sutchffe (1972), El Capitalismo
Británico, Los Trabajadores y la Ganancia Ilegal y particularmente sus capítulos sobre "el rol de la
política del gobierno", el estado, es descripto simplemente como el instrumento de la clase
capítalista en su derecho contra la militancia de los trabajadores y como un elemento central en la
lucha del capitalismo por hacer sobrevivir la ilegalidad de la ganancia (?).
En muchos aspectos, sus análisis, son la contraparte del análisis político de Miliband. El énfasis
está en mostrar empíricamente como "el estado" ha actuado en los intereses del capital. El
problema del desarrollo del estado y el problema de que hace que, el estado, tome acciones
particulares, no es planteado, o es simplemente explicado por referencia a la lucha de clases.
Más extraordinariamente que todo, el problema de las limitaciones en la acción qel estado y el
efecto contradictorio del gasto del estado en relación a la presente crisis, no es ni aún
mencionado.
lam Gough en su artículo sobre "El gasto del estado en el capitalismo avanzado" (1975), enfoca
más centralmente la naturaleza del estado capitalista e ilustra más claramente la similitud del
planteamiento efltre los neoricardianos y Poulantzas. .
El planteo neoric4.[diano está caracterizado sobre todo, por un énfasis sobre las categorías
externas tales comO' precio, ganancia, salarios, etc.,. Las categorías materialistas desarrolladas
pro Marx para explicar el movimiento de estas formas son o rechazadas completamente o
consideradas meras abstracciones de no significación práctica para el análisis concreto.
Siguiendo ésto, ellos rechazan también la opinión de que el desenvolvimiento capitalista puede
ser explicado como el resultado de cualquiera de las "tendencias fundamentales" y desechan en
particular la tendencia a la caida de la tasa de ganancia.

Empezando como ellos lo hacen, desde las categorías externas, no es sorprendente que los
neoricardianos acepten como un dato positivo la distinción entre la economía y la política. Es
sintomático que Gough empiece su artículo con un análisis de carácter general del gasto del
estado y después vuelva por un análisis de carácter general del estado a los teóricos políticos
expertos, Miliband y Poulantzas. El los cita como autoridad, para enfatizar la autonomía del
estado:
"Para ambos, Pou. y Mil., el estado capitalista es una entidad relativamente autónoma
que representa los intereses políticos de las clases dominantes y situado dentro del
campo de las luchas de clases" (1975, pág ..64).

Ya que el estado est~ así liberado, desde la autoridad de los expertos, de las exigencias
impuestas por la acumulación del capital. Gough está así también liberado de la necesidad de
analizar los limites impuestos al estado por su relación estructural con los procesos de la
producción capitalistél. Para él (y para los neoricardianos en general), los límites de la acción del
estado surgen no de la lógica del capital sino de la lucha de clases. Para ellos, como para Poul.
(1975, pág. 78), el desarrollo capitalista debe ser explicado, no en términos del despliegue de las
contradicciones de la producción capitalista, a través de las luchas de clases, sino por la
referencia a la lucha de clases, aún como un proceso politico exógeno de relaciones económicas.

Mientras es axiomático que lila historia de toda la sociedad existente hasta la fecha es la
historia de la lucha de clases" (Manifiesto Comunista), es de decisiva importancia para
entender aquella historia, d<Hse cuenta que, la forma de la lucha de clases, la forma del
antagonismo de clase varía de una sociedad a otra, y que la forma de la lucha de clases tiene un
rol central en determinar la dinámica de aquella lucha.
La forma que el antagonismo de clase, fa forma que la explotación de clases toma en la sociedad
capitalista, fue el objeto del análisis de Marx en Das Kapital.
Es sólo sobre la base de un entendimiento de la forma especifica de la explotación de clase
capitalista, basada en la extracción del valor excedente, que podemos entender la dinámica de la
lucha de clases en el capitalismo y por lo tanto del desarrollo social y político de las sociedades
capitalistas.
Decir que el desarrollo capitalista esta determinado por la lucha de clases es ciertamente cierto.
Pero: Primero: es un error contraponer simplemente esto a una explicación del desarrollo
capitalista en términos de las "tendencias fundamentales" de la acumulación capitalista, y
Segundo: en tanto que tal contraposición es sobreentendida, o en tanto que las "tendencias
fundamentales" son descartadas como irrelevantes o periféricas, la declaración no es más que
una banalidad engañosa que pasa por alto la decisiva importancia de la forma de la lucha de
clases y que lleva inevitablemente a un punto de vista histórico del capitalismo y por lo, tanto un
punto de vista utópico de la tr;msición al socialismo.

Si rechazamos estas propuestas que empiezan con la autonomía de lo político, ... esto nos lleva
de vuelta al "determinismo económico de hierro" (Gramsci, 1971, pág. 233) que estos autores
critican? ,r
Ó
Si insistimos en empezar con la categoría del capital, es porqué son las contradicciones de la
~elación del 'capital (como la forma básica que toma el antagonismo de clase en la sociedad'
capitalista) las .,que proveen la base para entender .la dinámica del desenvolvimiento social y
político en el capit"éijismo,el problema de la naturaleza de la relación entre las acciones del estado
y la acumulación del"capital.
Jaffe por ejemplO, puso gran énfasis sobre el rol del gasto del estado en la crisis presente; al
criticar a los neoricardianos, ¡"la señalado correctamente que el gasto del estado no es una
panacea que curará los males del capitalismo, que hay limites a la extensión y efecto del gasto
del estado que resultan de su naturaleza improductiva de los requerimientos de la acumulación.
Todo ésto es importante y un gran avance sobre el común punto de vista "izquierdista" que no va
más lejos que, señalar el contenido capitalista de la acción del estado.
Lo que es, sin embargo, significativo, es que, a pesar de que atribuye gran importancia al gasto
del estado, Jaffe no encuentra necesario considerar mas allá el análisis del estado.
Lo que resulta es un punto de vista bastante monolítico del estado, en el cual, el crecimiento del
aparato del estado es atribuido simplemente al compromiso de postguerra del estado de pleno
empleo, y en el cual, el efecto del gasto del estado es considerado como adecuadamente
comprendido por su clasificación en las categorías de gasto "productivo o gasto improductivo".

Mientras el análisis de Jaffe puede ser válido como un esbozo sin acabar, deja muchos problemas
no resueltos.
El problema de la manera como los intereses del capital son establecidos a través del sistema
politico, no está ni siquiera planteado. ,
Para él, "la intervención eJelestado bu/gués surge directamente de las necesidades del capital"
(Yaffe-Bullock 1975, pág. 33).
Pero entonces, ¿cómo entender el rol de la democracia burguesa y cómo debemos ver las
acciones del estado individuales que aparentemente no corresponden a los intereses del capital?¡,
Otra vez el problema de las contradicciones dentro del aparato del estado no esta planteado: :"
"este aparato es simplemente un aumento del gasto improductivo" (1975, pág. 31).
El gran avance de Yaffe sobre los análisis de los neoricaldianos es señalar que, aunque las
acciones del estado favorecen al capital en su contenido, ciertas limitaciones son impuestas sobre
la acción del estado por la naturaleza de su relación con el proceso de acumulación.
Sin embargo, Yaffe enfoca exclusivamente sobre un aspecto de estas limitaciones, es decir,
sobre el hecho de que el gasto del estado representa una deducción del valor total social
excedente y es así limitado por los reclamos competitivos de los capitales privados sobre aquel
valor excedente, el cual debe ser enfrentado y acotado si la acumulación va a continuar.

Dentro de estos límites se presume que el estado actúa racionalmente según los intereses del
capital.
Es el argumento de los ensayos de este libro que, esto es sólo un aspecto de las limitaciones de
la acción del estado, que para un más completo entendimiento del estado, es necesario analizar
las otras limitaciones en la acción del estado que surgen de la naturaleza de las relaciones
estructurales entre capital y estado. Estas objeciones al análisis de Yaffe, no son solo sofismas
académicos: ellos pueden afectar la interpretación de las acciones individuales del estado, la
• valoración de las contradicciones dentro de la clase capitalista y de cuestiones vitales tales como
reducciones del gasto del estado: simplemente oponer reducciones al gasto del estado sin más
discusión, implica un punto de vista del estado como al menos potencialmente beneficioso a la
e/ase trabajadora, en lugar de una forma de dominación capitalista, una forma impregnada por
completo por su lugar en aquel sistema de dominación.

Fine y Harris tratan de trascender el debate neoricardiano - fundamentalista tomando el análisis


del estado un paso más allá en su discusión -. Correctamente, ellos critican a Gough por no
comenzar el análisis con la categoria del capital, y también enfatizan la especificidad de lo político
y la importancia de desenvolver una teoría materialista del estado. No progresan mucho sin
__.el _..
embargo. en analizar la relación entre el capital y el estado básicamente, porque ellos parecen ver
el capital simplemente como una categoría económica y' adoptan una superestructura modelo
básica de socie~ad en la cual, la base económica es determinante.
El capital y la ec0i:lR.mía son así situados a priori como separados de lo político, de manera que no
es claro como la 'hnidad (y la interrelación) de las esferas separadas debe ser analizada.
Argumentaremos que este punto de partida es incapaz de dar una solución: lo que es requerido
no es una teoria económica sino una teoría materialista del estado.
Lo económico no debería ser visto como la base que determina la superestructura política, pero
preferentemente lo económico y lo político son ambas formas c;'3 las relaciones sociales, formas
asumidas por la relación básica del conflicto de clases en la sociedad capitalista: la relación del
capital y la naturaleza de esta relación.
El desarrollo de la esfera política no debe ser visto como un reflejo de lo económico, debe ser
entendido en términos del desarrollo de la relación del capital, es decir, de la explotación de clase
en la producción capitalista.
Fue sobre la base de la producción capitalista que Marx desarrolló su critica de las formas
económicas y es también sobre el análisis del desarrollo de las relaciones de producción como
relaciones de clase que la critica de las formas políticas burguesas deben estar basadas.

Ha estado implicito en nuestra descripción del análisis del estado actualmente influyente, en la
'discusión marxista británica, un contraste entre estos análisis y el debate alemán que
presentamos en este libro y que vamos a examinar en mayor detalle.
Puede ser útil reiterar nuestros puntos principales para recalcar los avances que ha hecho el
debate alemán en el análisis del estado.
Hemos argumentado que la inadecuación de las actuales teorías en Gran Bretaña proviene de
una falla en enfocar la relación entre el estado y la sociedad, o , más generalmente, una falla en
analizar la articulación de la totalidad de las relaciones sociales capitalistas.
Por otro lado hemos visto la aceptación de las categorías fetichizadas del pensamiento burgués,
la aceptación como positivo de la fragmentación de la sociedad burguesa en lo económico y lo
político: esto, hemos argumentado, lleva inevitablemente a un a-hístóríco y por lo tanto, utópico
análisis del capitalismo y las posibilidades del socialismo.
Aquí, la separación de las esferas, económica y política., es enfatizada, la totalidad unificante
descuidada.
En el otro extremo hemos visto la reducción de la política a un mero reflejo de lo económico, un
sobreénfasís sobre el todo unificante que no tíene en cuenta lo real. Aunque históricamente
condicionada, la particularización de la generalidad de las relaciones capitalistas en las formas
politicas y económicas, da como resultado, un sobresimplificado punto de vista de la relación
entre las acciones del estado y los requerimientos de la acumulación capitalista.

El punto de partida del completo debate alemán de la "derivación del estado", es la crítica de
aquellos teóricos (Offe y Habermas) quienes divorcian el estudio de la política del análisis de la
acumulación capitalista.
En lugar de simplemente reiterar la conexión entre el capital y el estado, sin embargo, las
contribuciones al debate han aceptado la separación de lo económico y lo político y han tratado
de establecer, lógica y honestamente, la fundamentación de aquella separación en la naturaleza
de la producción capitalista.
En otras palabras, el objetivo ha sído derivar el estado (o la separación de la economía y la
política) de la categoria del capital. Esta fue la partida esencial hecha por el original ensayo de
Muller y Neususs. En el curso del debate se ha apilado mucha critica sobre este artículo, pero el
punto de partida básico, el énfasis sobre la necesidad de dar cuenta de la separación de lo
político de lo económico en el análisis del capital, ha sido universalmente aceptado. Asi, por cierto
fue dado por sentado como un lugar común.
Desde nuestro punto de vista, este simple paso, que simultáneamente enfatiza la totalidad
unificadora de las relaciones sociales capitalistas, y la fragmentación condicionada históricamente

\0
de aquellas relaciones en formas fetichizadas, es un importante paso en la creación de un .
sistema para el análisis materialista del estado.
En el resto de e~ta introducción será necesario analizar el debate alemán para ver que progreso
ha sido realizado '-~ desarrollar tal teoría, y como el progreso hecho podría ser desenvuelto mas
allá.

Dado que el debate de la "derivación del estado" a menudo parece ser tan abstracto, es bueno
enfatizar desde el principio que, es una respuesta a problemas políticos para los que los análisis
previos marxistas no proveyeron respuestas rápidas.
Había tres desarrollos que apuntaban enérgicamente a la misma cuestión: Primero: la recesión
de 1966-67,la mayor ruptura dei "milagro económico" de Alemania Occidental, había hecho entrar
en el poder ( o había traído al poder) por primera vez desde la guerra a los social demócratas
(PSD) como socios minoritarios en la gran coalición con los demócratas cristianos (PDC); el
cambio gubernamental fue acompañado por la consumación de un cambio ideológico desde el
liberalismo de pos guerra a un énfasis sobre la intervención y planeamlento del estado, y este
cambio en la política fue acreditado con la exitosa recuperar.ión económica de 1967/8; Segundo:
las elecciones de 1969pusieron al PSD en el poder como el socio mayor en un gobierno socialista
liberal comprometido en desarrollar reformas sociales completas. Tercero: el período intermedio
había visto el surgimiento y la declinación de un. movimiento estudiantil poderoso que, aunque
teóricamente más desarrollado que el movimiento' francés o inglés. nunca todavía había triunfado
en establecer real contacto con el movimiento de la clase trabajadora.
Estos tres desarrollos ponen en una forma ligeramente diferente la misma cuestión - los limites y
las posibilidades de la acción del estado -.
El primer desarrollo plantea la cuestión de si el estado podría continuar "administrando crisis y
planeando desarrollo social indefinidamente", si podría continuar sin límite aparente el
moldeamiento de la sociedad a los intereses del capital, como está implícito en los escritos de
Marcuse y otros influyentes a fines de los 60.
El segundo desarrollo, la llegada al poder de la coalición socio-liberal, planteó el problema de la
habilidad de los gobiernos reformistas de alcanzar reformas significativas, es decir, el problema
de los Iírnitesdel reformismo.
El tercero, la falla del mov. estudiantil en establecer lazos con los trabajadores plantea el
problema del en'tendímiento de la base material de la fe, propagada por el reformismo.
Estos son lo problemas centrales con que este debate alemán sobre el estado está tratando de
abordar. Ciertamente hay otros problemas que cumplen su rol: como la crisis crece más
profundamente en la mitad de los setenta y la política del estado se torna cada vez más represiva,
los problemas de la funcionalidad de la acción del estado y la naturaleza represiva del estado se
destacan, pero la mayor parte del debate que reproducimos aquí, está referido a los límites de la
acción del estado y la base de las engañosas apariencias en el poder del estado.

Para esta tarea, la teoría marxista existente fue considerada inadecuada. La literatura
políticamente importante a fines de los '60 (más notablemente La Transformación de la
Democracia de Agnoli y Bruckner) había enfocado la critica a la democracia burguesa. Después
de señalar la ímportancia política de esta crítica, Muller y Neususs, en el artículo con el cual
empieza el debate completo en 1970, señalan que no es adecuado resolver los problemas a los
cuales estos autores están enfrentados:
"Esta critica. si es tomada seriamente, debe tornarse una critica del desenvolvimiento de
las varias funciones del estado moderno... y de sus limites y contradicciones concretas.
Porque explicando y criticando las ínstituciones del estado, como los instrumentos de
manipulación de la clase dominante, no es posible descubrir los límites de aquella
manipulación. Esto sólo puede ser revelado por un análisis que muestre en detalle las
11
necesidades para y los límites de la intervención del estado, surgiendo de las
contradicciones del proceso de producción capitalista como un proceso de trabajo y un
proceso. de valorización" (pág. 33).
Para en!ender los:'-H~ites de la acción del estado, fue necesario analizar la relación entre el estado
y la SOCiedad. Para entender esta relación, es necesario analizar la fuente de la particularizacion
(besonderung) de la sociedad capitalista, en aparentemente autónomas esferas del estado y la
sociedad.
El análisis de Marx de la relación entre mercancía y dinero, estaba basado en el análisis de la
fuente de esta relación, en otras palabras, de la derivación de la forma dinero partiendo de las
contradicciones de la mercancía. Así Muller y Neussus argumentan (pág.35) que el análisis de la
relación ,entre sociedad y estado debe estar basada en la derivación de la forma estado partiendo
de las contradicciones de la sociedad capitalista.
Esta propuesta descansa sobre un cierto entendimiento del método marxista, ejemplificado muy
notablemente por Das Kapital.
El gran trabajo de Marx, como fue la "Crítica a la economía política", en el cual buscó penetrar
detrás de las categorías de dicha economía política para descubrir las relaciones sociales que
ellas escondían, mostrando que categorías tales como, valor de cambio, precio, etc., no son una
eterna realidad objetiva, sino meras representaciones de formas histÓricamente determinadas
asumidas por las relaciones sociales en la sociedad burguesa.
Las categorías de la economía burguesa consistentes en las formas (valor, dinero, etc.), son
formas de pensamiento que expresan con validez social las condiciones y relaciones de un
definido; históricamente determinado, modo de producción (Das Kapital, vol 1,pág. 80). Mas aún,
Marx . no· solamente buscó descifrar aquellas formas, su objetivo fue proveer una crítica
materialista de las formas económicas, es decir mostrar porque las relaciones sociales burguesas
asumían' las formas expresadas en las categorías de valor, precio, dinero, etc. Por cierto,
distinguía su propia teoría de la economía política burguesa en precisamente aquellos temas:
"La economía política ha analizado por cierto, aunque incompletamente, el valor y su
magnitud, y ha descubierto que yace debajo de estas formas. Pero ni una vez se ha
preguntado la cuestión de por que el trabajo es representado por el valor de su producto
y el tiempo de trabajo por la magnitud de aquel valor" (El :apital, Vol 1, pág. 845).

En su crítica de las formas económicas, por lo tanto, Marx no analiza simplemente una forma
detrás de otra: empezando por la forma básica del valor y las relaciones sociales que expresa y
de la cual surge, "deriva" las otras formas de aquellas relaciones sociales. Para Marx, analizar
una forma es analízar (histórica y lógicamente) su génesis y desarrollo.

En esta perspectiva, es claro que Das Kapital no es de ninguna manera, una tentativa para
examinar la. economía en soledad (Fine. y Harris 1976, pág. 109), menos todavía, instituye lo
económico "como un objeto de ciencia especifico y autónomo" como Pou. (1973, pág. 29) lo hará .
. Es una crítica materialista histórica de las formas de la política económica que tiende n mostrar
las relaciones sociales que son encubiertas por aquellas formas.
De esto se sigue que un estudio de lo político no debe ser una tentativa de desenvolver alguna
"ciencia política" autónoma, sino que debe ser ( preferentemente) una crítica de la ciencia política
que tienda a descifrar las categorías políticas como formas de la economía política, que han dado
origen a la forma politica y a las categorías de la ciencia política.
Así, la investigación de la relación entre lo económico y lo político empieza, no preguntándose
como la "base económica" "determina" la "superestructura política", sino preguntándose que pasa
con las relaciones sociales en la sociedad burguesa que hace que aparezcan en forma separada
como relaciones económicas y relaciones políticas.

Esta forma de acercamiento al estado no fue enteramente nueva: el problema lo había propuesto
en aquellos térmínos en 1923 Pou., cuyo magistral ensayo sobre "La Teoría General de la Ley y el
Marxísmo", aunque traducido al inglés, ha sido muy tristemente descuidado por los marxistas de
12---
Gran Bretaña. PaslJkani~, C;UYé! r~levancia en el debate alemán fue tenida sólo en cuenta después
que dicho debate· estuvo encaminado, se ocupó en derivar la forma de la ley y la forma del estado
en relación intima con la naturaleza de la producGÍón de la mercancía capitalista. Aunque
abstracto en form~ión, su argumento apuntaba a ser un punto político importante. Escrito en la
URSS en 1923, el argumento de que la ley y el estado eran formas que surgieron de la naturaleza
de las relaciones sociales en la sociedad burguesa, eran indudablemente necesarias para una
sociedad en transición, no podian usarse en función de los intereses del proletariado. Era una
parodia de la teoría marxista argumentar por el desarrollo de una "ley socialista" o un "estado
socialista".
El vituperaba en contra de los teóricos marxistas, quiene:; hasta la fecha habían criticado el
contenido clasista de la ley y el estado, sin ver que las formas de la ley y las formas de estado
estaban igualmente determinadas por la naturaleza de la sociedad capitalista y no podía
simplemente ser transpuesta a una mera forma de sociedad (los paralelos con la critica moderna
a las teorías del estado monopólico capitalista deberían ser claras).
Así, dice de la teoría rival de Stuchka: descubre el contenido de clase incluido en las formas
jurídicas, pero falla en explicar porque este contenido toma tal forma. Para la filosofía legal
burguesa - que considera el vinculo jurídico como forma eterna y natural de toda clase de vínculo
humano - tal cuestión no surge de ninguna manera.·
Para la teoría marxista - que intenta penetrar dentro de los secretos de las formas sociales para
reducir "todas· las relaciones sociales al hombre mismo" - esta tarea debe ocupar el primer lugar
(1951, pág. 140).
En tal sentido, cuando Pasukanis llega al análisis del estado señala que no es suficiente indicar la
naturaleza de clase del estado: ..."el estado debe ser analizado como una forma específica de la
dominación de clase".
Habiendo delineado el surgimiento de la separación de lo publico y lo privado, del estado y
sociedad, con el surgimento de la producción capitalista; critica la caracterización de Engels en
Los Orígenes de la Familia la Propiedad privada y el Estado. que relaciona al estado simplemente
al conflicto de clase, y después continúa:
"Detrás de esta controversia, el problema fundamental yace escondido: ¿porqué la
dominación de una clase no continúa siendo lo que es, es decir, la subordinación de
hecho de una parte de la población a la otra parte? ¿Porqué toma la forma de una
dominación estatal oficial, o lo que es la misma cosa, por que no es el mecanismo de
represión del estado creado como el mecanismo privado de la clase dominante?,
¿Porqué esta disociado el estado de la clase dominante. tomando una forma de un
mecanismo impersonal de la autoridad publica aislada de la sociedad" (1981,pág. 185).
Esta es tal vez la formulación más clara de la cuestión abordada por el debate alemán: la cuestión
de la forma del estado capitalista. Antes que mirar inmediatamente que respuesta Pasukanis da a
esta cuestión, vamos a continuar mirando algunos aspectos del debate en si mismo.

¿Qué progreso ha hecho el debate de la "derivación del estado" en analizar la forma del estado?
Ya que muchas contribuciones importantes son presentadas en este volumen, es apenas
necesario dar aquí un detallado reporte del debate con todos sus matices y puntos de
controversia.
Seguiremos aquí la discusión solo en la medida que sea necesario dilucidar los puntos principales
en discusión y así los principales problemas que han surgido en la tentativa de derivar la forma y
la función del estado.
El lector encontrará que un pequeño número de importantes. pero aparentemente oscuros
problemas, atraviesa el debate: el problema de que punto de partida debería ser adoptado para la
derivación de la forma del estado de la sociedad, y particularmente, si la derivaoión debería estar
basada en un análisis de la superficie o de la esencia de la sociedad capitalista; el problema de la
relación entre la derivación de la forma y la derivación de la función del estado; y el problema de
la relación entre la derivación lógica y el análisis histórico.
\3
Finalmente, y este problema se destaca crecientemente en las últimas contribuciones, todas estas
. cuestiones plantean el problema de los límites de la "derivación del estado", o cúan lejos esta
propuesta pued~ ser seguida útilmente. Claramente, .cualquier tentativa de clasificación es una
sobresimplificaci~ que no hace justicia a los matices de las diferentes posiciones tomadas, a
pesar de todo, por~1 bien de la simplicidad, ,ciertamente dos y posiblemente tres orientaciones
generales - aunque no posiciones, definidas- pueden ser distinguidas:
Primero, y esto puede tal vez ser visto como el "principal" enfoque del problema - están aquellos
que derivan la necesidad de la forma de estado como institución separada de la naturaleza de las
relaciones entre capitales. Empezando del hecho de que el capital pueda existir solamente en la
forma de capitales individuales, estos autores enfocan la cuestión de como,' la reproducción del
capital como un todo - capital social total - es asegurado en términos general~s, concluyendo que
es sólo debido a la existencia de un estado autonomizado situado por encima del conflicto y de
las relaciones sociales de una sociedad anárquica, que es reproducido y el interés general del'
capital social total asi establecido.
Así, Muller y Seussus, basándose en el análisis de Marx de las leyes que rigen la fábrica
capitalista, en Das Kapital, deducen la necesidad del estado como una forma particular "a lo largo
y por afuera de la sociedad burguesa", debido al carácter autodestructivo de la sociedad
capitalista, en su irrefrenable pasión, su hambre de hombre lobo por el trabajo excedente, que
destruir.á su propia base,la capacidad de trabajo de los trabajadores, si no fuese por la necesaria
intervención del estado, actuando en función de los interés es del capital en general (aunque bajo
la presión de la clase obrera) para proteger la salud de los trabajadores. Enfatizando el aspecto
de bienestar de la actividad del estado como unacondició:n necesaria para la reproducción del
poder del trabajo, Muller y Neussus deducen la incapacidad de los capitalistas individuales para
realizar tal función. 1t
El argumento de Altvater en su ensayo sobre el intervencionismo del estado',' del cual un breve
extracto esta impreso aquí, toma un~.aproximación similar, aunque pone el tema en términos mas
generales.
Altvater deriva el estado de la incapacidad del capital, como un resultado de su existencia como
muchos capitales mutuamente antagonistas,. para reproducir la naturaleza social de su propia
existencia; para asegurar su reproducción, el capital requiere un estado que no este sujeto a las
mismas limitaciones como capitales individuales.
Se sigue de esta derivación de la forma del estado, que las funciones del estado deducidas por
Altvater (y por to.dos los autores qLJ~ adoptan ¡una propuesta similar) conciernen en mejorar las
deficief1yias del capital privado y en1prgqnizarloscapitales individuales en un cuerpo viable.
Así las' cuatro .fuqciones generales:;del.. estadq¡ a las que Altvater llega son todas de esta
naturaleza:

1) la provisión de condiciones materiales generales de producción (infr'Qestructura).


2) estableciendo y garantizando relaciones legales generales, a través de las cuales las
relaciones de los sujetos legales en la sociedad capitalista son ejecutadas.
3) la regulación del conflicto entre salario-trabajo y capital, y, si es necesario, la
represión política de la clase trabajadora, /10 solo por medio de la ley, sino también por
la policía y el ejército.
4) Salvaguardando laexisten.cia y expansión del capital nacional total en el mercado del
. ,mundo capitalista. /',1; i. '

El ensayo de Blanke, Jurgens y Kastendiek es la más refinada y más desarrollada versión de esta
propuesta. ,
Ellos también empiezan por la fragmentacion de la producción social dentro de la producción
mercantil llevada a cabo por los productores individuales y derivan la forma y función del estado
de la necesidad de regular las relaciones entre productores de mercancia por m,edio de la ley y el
, dinero. \4 l/,
La regulación por este medio es necesaria para mantener las relaciones de intercambio entre los
productores de mercancía y esta regulación puede venir sólo de un cuerpo situado fuera de las
relaciones de la producción mercantil.
Argumentando eslQ., ellos están siguiendo de cerca los pasos de Pasukanis, quien también
relacionó el desarrOllo del estado como una forma separada de la aparición del intercambio
mercantil.
El estado, presentándose como garante de estas relaciones, su fuerza se torna fuerza social,
fuerza pública, fuerza persiguiendo el impersonal interés del orden (1951,pág. 103),'
El desarrollo de Blanke, Jungens y Kastandiek del argumento de Pasukanis, presenta claramente
la estrecha relación entre las cuestiones examinadas aqui y los intereses de los teóricos legales
del marxismo.

La primera linea de la propuesta tiene mucho para alabar y ha esclarecido la relación entre el
estado y los capitales individuales. En particular ofrece una alternativa claramente elaborada al
"capitalismo monopolico del estado" (tesis sobre la fusión del capital monopólico y el estado), una
alternativa que enfatiza ambos aspectos: la naturaleza capitalista del estado y la esencial
distinción entre cepital y estado,
Es esta critica del estado monopólico capitalista la que yace detrás de tales declaraciones como
la insistencia de Altvater que "el estado nunca es un capitalista material total real, sino un
capitalista total ideal o ficticio.
Esta propuesta también ha contribuido al análisis de la nacionalización y del sector púiblico y de la
función de éste en la provisión de las "s;ondiciones materiales de producción".
Finalmente. los autores que comparten esta ancha línea de aproximación han tenido mucho
interés en expresarse sobre la cuestión central de los limites de la acción del estado: ver en
particular la discusión de Altvater de la relación de la actividad del estado con la acumulación del
valor excedente, y la discusión de Blanke, Jungens y Kastandiek sobre las limitaciones que
surgen de la necesariamente indirecta o mediata naturaleza de la acción del estado.

No somos en ningún sentido despectivos con estas contribuciones cuando señalamos que hay sin
embargo tres fuertes objeciones a esta línea de propuesta: Primero, en la medida que ellos
presentan al estado como una institucionalización de los intereses del capital en general o como
entrando en existencia para satisfacer los requerimientos del capital, le atribuyen un poder y un
conocimiento que no puede poseer... en la medida en que el estado es derivado de la necesidad
de cumplir una función que no puede ser cumplida por el capital privado, la capacidad del estado
para ejecutar esta función está ya presupuesta. Esto significa, como Hirsch señala, que el
problema central del análisis del estado, es decir la cuestión de si el aparato del estado es capaz -
y si así fuese, bajo que condiciones - de llevar a cabo ciertas funciones y que consecuencias esto
tiene, es traída como por arte de magia a la existencia. De ahí, la insistencia de los críticos de
esta escuela de que es necesario derivar las funciones del estado de esta forma y no viceversa.
La siguiente objeción va mas dírectamente al corazón Je esta propuesta: empezando por la
fragmentacion del capital social y de las relaciones antagónicas entre capitales individuales o
productores mercantiles individuales, esta propuesta tiene poco que decir acerca del estado como
una forma de dominación de clase, acerca de las relaciones de represión y legitimación existentes
entre el estado y la clase trabajadora. Es de hecho una remarcable característica de la discusión
alemana, que con una o c;los excepciones, ha puesto hasta ahora muy poco énfasis en la
naturaleza de la represión del estado. En parte esto refleja la orientación general del debate que
se ve como una critica de crudos análisis que presentan al estado simplemente como una
herramienta de la clase dirigente, en parte posiblemente representa una generalización de la
experiencia de Alemania occidental a principios de 1970. cuando la clase trabajadora estaba en
reposo y "la discusión pública" estaba centrada en los problemas de planeamiento del desarrollo
económico, Esto nos lleva hacia una:
Tercera y posiblemente la objeción mas básica: esta propuesta es fundamentalmente a-histórica,
Es a-histórica porque el poder motor del desarrollo capitalista yace no en las relaciones
-15
antagónicas entre capitales individuales o productores de mercancías individuales, sino en las
antagónicas relaciones entre el capital y el trabajo, en la acumulación capitalista vista como un
proceso de lucha de clases. Una propuesta como la aquí criticada, introduce a la historia como
algo externo al a~sis, pues hace una distinción entre el análisis lógico e histórico implícita o
explícitamente.
La distinción está implícita en todos estos análisis, pero esta planteado explicitamente por Blanke,
Jungens y Kastandiek : habiendo estos autores definido "el análisis de la forma" como la
derivación del estado, es una forma necesaria en la reproducción de la sociedad capitalista,
continúan:
En este nivel de abstracción, sin embargo, podemos solamente dar los puntos de partida
generales para el desarrollo de las "funciones" del proceso de reproducción que debe
tomar forma de tal manera que ellos se sitúen fuera del sistema del trabajo social
organizado privadamente.
La cuestión de como este proceso de formación actualmente ocurre, de como es
traducido en estructura, institución y proceso del estado no puede ser respondido por el
análisis de la forma. Esta cuestión debe ser el objeto del análisis histórico. Esta precisa
demarcación entre el análisis de la forma y el análisis histórico origina difíciles problemas,
sin embargo, depende de como uno entienda la determinación histórica del concepto de
Marx del capital en general.

Sin querer negar la dificultad del problema - y sobre esto debemos volver - no .nos parece correcto
hacer tal rígida distinción entre el análisis de la forma y el análisis histórico~ Si el análisis de la
forma debe ser entendido como fundamento-lógico y el análisis histórico como fundamento
empirico, esto no nos ayudara a desenvolver una teoría materialista histórica del desarrollo del
estado.
No es coincidencía que cuando Blanke, Jurgens y Kastandiek llegan al final de sus ensayos a un
esbozo de las diferentes fases del desarrollo de la actividad del estado, este esbozo es bastante
inconvincente y guarda poca relación con el análisis anterior.

Una segunda línea de propuesta, mucho mas definida que la primera, debe encontrarse en
aquellos ensayos que ponen el énfasis sobre la necesidad de basar el análisis del estado no en la
esencial naturaleza del capital sino en las formas de aparición de las relaciones capitalistas en la
superficie de la sociedad.
Esta propuesta está mejor ejemplificada por el artículo de Flaton y Huisken, aquí represel'1tado
solamente por la crítica de Reichelt.
Señalando que la "sociedad" de Altvater parece no tener lugar para la clase trabajadora, Flatow y
Huisken argumentan que es necesario, no sólo analizar la cuestión de por que el estado no es
inmediatamente identificable con la clase capitalista, sino también preguntarse corno es posible
para el estado - una forma de clase - aparecer sin embargo como una institución situada "a lo
largo y afuera de la sociedad burguesa".
Es así que insistiendo sobre la importancia de derivar no solo la necesidad de la forma del estado
sino también su posibilidad, que ellos vuelven a uno de los problemas planteados por Muller y
Neususs, el problema de la base material de la aceptación por la clase trabajadora del estado
corno una instancia neutral.
La respuesta debe ser, así argumentan Flatow y Huisken, no el análisis de la "esencia" de la
sociedad capitalista, de las relaciones esenciales de la explotación de clase, sino el análisis de la
"superficie" de aquella sociedad:
Es la tesis central de nuestro argumento que, es sólo desde las determinaciones de la
superficie de la sociedad burguesa que aquellas interrelaciones surgen, las cuales
permiten comprender la esencia del estado burgués.(1973, pág. 100).
Es en la superficie de la socíedad que la comunidad de intereses, no sólo de los capitales sino de
todos los miembros de la sociedad, que aparece. \0
Refiriendose a la "fórmula de la triada" (capital:ganancia, tierra:renta del suelo, trabajo:salario)
(Das Kapital, Vol 111,pag.814) discutida por Marx (final Vo1.3), ellos argumentan que todos los
miembros de la. sociedad tienen (superficialmente) un interés común en razón de su status
común como due~ de una fuente de ganancia (o ingreso).
Es esta comunidad ae interés (si bien superficial) lo que hace a la existencia de un autónomo,
aparentemente posible estado neutral.
Cuando tienen dudas de la deducción de la necesidad de la autonomización del estado, sin
embargo, la respuesta de Flatow y Huisken es muy similar a la de Altvater.
Un estado autónomo es necesario porque las relaciones de competición existentes entre las
diferentes clases de "dueños de propiedad" (es decir dueños de las diferentes fuentes de ingreso)
hace imposible para ellos darse cuenta de sus intereses comunes de otra manera que a través
del estado
Esta segunda línea de propuesta esta lejos de proveemos de un análisis materialista histórico del
estado. Empezando, no desde un aspecto de la estructura de las relaciones sociales (como hizo
la Ira. propuesta), sino de la apariencia fetichizada presentada por la superficie de la sociedad
burguesa, tales autores necesariamente se aislan de un entendimiento histórico del estado.
El mérito del articulo de Flatow y Hisken yace en llamar la atención de la importancia primaria de
un analisis del fetichismo de la mercancia, de las relaciones E:ntreesencia i¡ apariencia superficial,
en cualquier estudio del problema de legitimacion, de como es que el estado es capaz de
aparecer como una instancia neutral actuando en el interés general.
Pero en la forma como estos autores llevan su análisis y en la forma como separan el análisis de
la superficie del análisis, de las relaciones esenciales de sociedad, sugiere por cierto (como
Reichelt argumenta) que ellos también caen presa de ilusiones fetichistas, que ellos pierden visión
de la naturaleza de la superficie, como una nueva" forma,el desarrollo de la cual sólo puede ser
entendida a traves de un análisis de las relaciones de clase que encubre.

La tercera propuesta - de hecho el mayor contrapeso a la primera propuesta - es presentada aquí


principalmente por Hirsch (aunque la discusion de Reichelt, de Flatow y Huisken tiene mucho en
común con la propuesta de Hirsch).
Esta propuesta empieza otra vez desde el análisis de la estructura básica de la sociedad
capitalista, pero enfocado ahora no en las relaciones entre productores de mercancias sino en la
naturaleza de la relacion del capital, la relacion de explotacion del trabajo por el capital..
Paradogicamente, esta propuesta tambien puede ser deducida de Poulantzas y su pregunta:
¿Por' qué la dominacion· de una clase no continúa siendo lo que es, es decir, la
subordinacion de hecho de una parte de la poblacion hacia la otra parte? ¿Por qué toma
la forma de una dominacion de estado oficial? (1951,pág.185).
La respuesta a esta pregunta yace seguramente en la naturaleza de la relación de la dominación
en si misma.
Hirsch argumenta que la forma particular del estado debe ser derivada no de la necesidad de
establecer el interés general de una sociedad anárquica, sino de la naturaleza de las relaciones
sociales de dominación de la sociedad capitalista.
La forma que la explotación toma bajo el capitalismo, no depende del uso directo de la fuerza,
sino primariamente de la torpe compulsion de incomprendidas leyes de reproduccion.
Por cierto, la forma de apropiacion del producto excedente en el caeitalismo requiere que las
relaciones de fuerza deben ser abstraídas del proceso inmediato~roduccion y situadas en una
ins1ao.cia..ª-!2artede los productores directos.
Así, lógica e históricamente, el establecimiento del proceso de producción capitalista va
acompañado por la abstracción de las relaciones de fuerza del proceso productivo,
consituyéndose discretas esferas "politicas y economicas".
En contraste con las otras dos propuestas examinadas, el énfasis es puesto en la coercitiva
naturaleza clasista del estado desde el propio comienzo; pero el estado no es presentado
crudamente como un instrumento de dominio de clase sino como una forma especifica e
\1'
¡
¡ hislól icame~lte condicio~ada .~e las relaciones sociales d~ explotacion,
, puede ser simplemente. Identificada con la forma economlca.······" .•
una forma discreta que no
;,0:.. .. :.•.. ,.·.,·.-·. ;...iN_ :¡¡.' •.. ,,' '" " .• ,
'1" ., , -- """-''' - _".~ " - --.-------.-.- .. .--.- --_ -- " .
, I

f Dos cosas surg~n'=<te esta derivación del estado:


1 Primero. mientras e\tan implícitas en las propuestas que derivan la necesidad del estado las
t deficiencias or~nizativas del cap:tal privado y que el estado es en algún sentido la
J ins.titl¿ºion.E!!.?~cióñdeT'T~terés gen~~I" del capital, esto 1J0 se sigue de la propuesta de Hirsch ...
:1
Por el contrario, Hirsch cita a Marx (Ideología Alemana, MECW, Vol V, pág. 46/7) al efecto que,
. lejos de ser la institucionalización del interés general, el estado esta "divorcciado del individuo real
..\U!QJos interesescolectivos".
. Los limites a la actividad del estado le plantea un estudio más cercano para Hirsch que para las
primeras contribuciones al debate.
, Los más cercanos contribuyentes asumen que, dentro del alcance permitido por las exigencias de
la acumulación del capital. el estado puede actuar en el interés del capital en general.
I Para Hirsch, la relación estructural del estado con la sociedad hace esto aún más
1 extrem~damente problematico, porque el ve las. contradicci~nes de I~ sociedad capitalist~ como
J producidas dentro del aparato del estado, haCiendo cuestionable SI el estado puede siempre
'~actuar adecuadamente en función de los intereses del capital en general.

.~~:~oe~~:~~
;! Pero si las acciones del estado no deben ser identificadas con los intereses del capital en general,
ellaz~ IÓ9i.co entre las l~yeS ~,e.l.~,ovimiento del capital ~ e~ contenid.o de la actividad

1 Hirsch es así el primero de nuestros contribuyentes que, sin cuestionar su valor, seriamente
!plantea la cuestión de los límites de la lógica de la propuesta de la "derivacion del estado.
~ Segundo.,....sin..embargQ...S.Uf..Q¡:ui.~u~s>Ja
derivación del estado cap'.itafista la relación de explotación
1 capitalista gue, aunque el estado no representa una institucionalización de los intereses generales
1del célpital, su continuada existencia como una forma particular de las relaciones sociales
: d~pende de la reproducción de la relación del capital, depende de la acumulación.
I Esto significa que las actividades del estado estan limitadas y estructuradas por esta precondi.ción
j de su propia existencia, por /a necesidad de asegurar (o tender a asegurar) la continua
I acumulación del capital.
..Por su forma como una instancia separada de su inmediato proceso de producción, el estado está
I esencialmente restringido a reaccionar a los resultados del proceso de producción y reproducción;
*
·
las actividades del estado y sus funci~I2~.!ndividuales (pero no su forma) desarrollan a través de
un proceso de reacción inmediata el desenvolvimiento del proceso de acumulación.

l! Aunque uno no puede. derivar directamente el contenido de la actividad del estado (es decir la
forma particular que esta relación toma) del proceso de acumulación, el punto de partida para el
análisis de esta actividad, del desarrollo del estado y sus limitaciones, debe ser el análisis del
J proceso de acumulación y su desenvolvimiento contradictorio.
J Son las contradicciones inherentes a la acumulación (como la forma capitalista de la explotación
de clase), contradicciones mas eficazmente condensadas en el análisis de Marx de la tendencia a

I . caer de la tasa de ganancia, las que constituyen para Hirsch la fuerza dinámica detrás del
: desarrollo del proceso de acumulación y por esto el desarrollo del estado en si mismo.
·~.ILa tendencia a caer de la tasa de ganancia y las contra tendencias que provoca, emer e asi
IJ cQl:uoJ.iJJJ..a:ie para el entendlmlen o e esarro o e es a o.
:1 Esta claro desde una lectu~a del análisis de Hirsch que ve la tendencia a caer de la tasa de
. ganancia, no una ley económica que tiene alguna manifestación estadística necesaria sino como
i la expresión de un proceso social de la lucha de clases que impone sobre el capitalismo la
.\ ncc9.10..rladde constClnlemente reorganizar sus propias relaciones de producción, un proceso de
.~reorganización que Hirsch-refaciona a la movilización de las contratendencias a la caída de la tasa
.;¡ de gan;:mcia. !

J La movilización de las contra tendencias significa en la práctica la reorganización de un histórico


icomplejo de condiciones sociales generales de producción y relaciones de explotación en un
!, ,nQ
proceso que puede proceder solo en una situación dominada por la crisis. Así el curso real del
>

1 - .. -- .'- .-..- ---


éxito del proceso de acumulación y desarrollo de la sociedad capitalista (necesariamente
dominado por la crisis) decisivamente depende de si y en que medida la reorganización necesaria
de"las condicion~s de producción y relaciones de .explo.tación suceden. -_...- --,. :...
Para un análisis:~stórico rigurosamente teorizado del desenvolvimiento económico y po!ítico ..
capitalista, es por I~ tanto rí'ecesario enfocar este proceso de reorganización constante por la
lucha y a través de la crisis dJ'las relaciones sociales capitalistas, económicas y políticas. '.:
Esta propuesta, que toma como punto de partida la antagónica relación entre el capital 'y el
T«:J,Jta~,aj?~n el proceso de acumulación, nos provee de un sistema para un análisis histórico y•.
.,:r.-nt'atenalista del estado. ", . . ..L
El proceso de reorganización constantemente renovado de las relaciones sociales inherentes en
el concepto de la tendencia a la' caída de la tasa de ganancia, es un histórico proceso que no
empieza completamente de nuevo cada vez, pero en el cual cada acto de reorganización es
modelado por las siempre intensifitantes contradicciones que surgen de la reorganización previa. 4"
Aunque la reorganización toma diferentes formas en coyunturas especificas, las formas
fundamentales han sido en todos lados formadas por las contradicciones del proceso de
acumulación.
Es así posible distinguir entre las diferentes fases (económica y política) de reorganización que
tienen lugar sobre una base global.·· \\.. . . .
En esta propuesta, la historia actual del desarrollo de las funciones (lel estado y las instituciones
del estado flo es'por lo tanto algo que ha sido de alguna manera adicionado después gue la lógica
de a dEttivaci6ndel estado ha sido completada, esta ya implicito en el análisis "lógico".
En otra'álabras, el análisis no es S910lógico, sino también histórico como lo plantea Hirsch: "}
"La investigación de las 'funciones del estado deben estar basadas no en el análisis
conceptual del curso histórico del 'proceso de acumulación capitalista, Debe ser tenido en
cuenta, sin embargo, que la acumulación capitalista no es cuestión de la deducción
lógica de leyes abstractas, sino de la comprensión informada conceptualmente de un
proceso histórico ..."
Este punto nos parece de importancia central.
El propósito de la critica marxista de las formas políticas y económicas no es simplemente
analizar una sociedad dada. ~
Tiene poco sentido hablar de las "formas" capitalistas de las relaciones sociales a menos que uno
tenga otras formas en mente, y de ninguna rt,anera si uno no considera estas formas como
transitorias.
Implícitamente en el propio concepto de forma esta la idea de que esta determinado y
desarrollado históricamente. Es precisamente esta critica de las formas capitalistas como formas
transitorias que el marxismo provee la base del análisis, tal como lo plantea R. Luxemburgo:
El secreto de la teoría del valor de Marx, de su análisis del problema del dinero, de su
teoría del capital, de la teoría de la tasa de ganancia y .consecuentemente del sistema
económico entero, es encontrado en el carácter transitorio de la economía capitalista ....
Es sólo porque Marx miro al capitalismo desde un punto de vista histórico, que fue capaz
de descifrar los jeroglíficos de la economía capítalista (1899,pág.58).
Consecuentemente, las categorías desarrolladas por Marx para criticar las formas de la sociedad
capitalista fueron designadas no para descubrir a una sociedad estática, sino para conceptualizar
estas formas como expresiones de un proceso histórico:
El modo lógico de Marx de conceptualizar la economía, como Engels dice, es finalmente
un modo histórico, despojado de su forma histórica y accidentes perturbadores. Proveer,
por lo tanto - si bien abstractamente - una imagen con;¡o modelo del proceso histórico
real, una" imagen modelo corregida, pero corregida d~ 'acuerdo con los principios que
nos permiten comprender los reales procesos históricos de modo que cada momento
pueda ser visto en el punto de desarrollo de su completa madurez, en el ,momento de su
clásica perfección" (Rosdolsky, pág. 65).
Es por lo tanto seguramente errado delinear una distinción clara entre el análisis de la forma y el
•._-------------
análisis histórico, como hicieron Blanke, Jungens y Kastandiek. El análisis de la forma es análisis
r¡'
de forma de relacjg!1e_s_sociales,histó~iE.§l.!!.lente
determin~das e históricamente desa..rrolladas y es
..duro ver. como un adecuado análisis de la forma puede ser cualquier cosa menos histÓrico' ,-""_ •. el,,'_

El problema, sin ~bargo, no es simplemente ver las categorías de Marx como simultáneamente
. categorías lógicas l' históricas, porque la dificultad todavía reside en relacionar la "corregida
imagen modelo" al "proceso histórico real", en relacionar la acumulación capitalista y sus
tendencias derivadas formalmente al actual desarrollo de la lucha de clase, en entender la lucha
de clases no solo en su forma, sino en su interacción de forma y contenido.
A este respecto es posible plantear dudas sobre el desarrollo de Hirsch de su propio análisis.
El punto focal del articulo de Hirsch nos parece que radica en su análisis de la movilización de las
contra tendencias a la tasa de ganancia en descenso como un necesario (forma determinada)
proceso económico, político o ideológico de la lucha de clases para reestructurar las relaciones
sociales de la producción capitalista.
Esta lucha (la lucha para mantener o restablecer las condiciones para la acumulación) esta sujeto
a ciertos apremios y fines formales que pueden ser derivados lógicamente de la naturaleza de la
producción del valor excedente.
El resultado de la lucha, sin embargo, no puede ser derivado de su forma, pero puede solo ser
.analizado en términos de contenidos concretos de la lucha, la organización y la fuerza de las
diversas clases y fracciones de clases, la manera en la cual la lucha es ubicada sobre frentes
económicos, políticos e ideológicos. Esta lucha, la lucha. por acumular, en la cual el capital es
. confrontado continuamente con sus propias barreras inmanentes y busca derrotar estas barreras. "
mientras permanece dentro 'de "Ia estructura' de su propia (estructurada) existencia, es
seguramente el meollo de la lucha de clases en la sociedad capitalista.
Este punto central para el análisis de la tendencia a la caída de la tasa de ganancia, tiende tal vez'
a escabullirse de Hirsch en el desarrollo subsecuente de su argumento.
La segunda parte de su articulo esta relacionado con dar un esbozo histórico de las fases
principales de la reorganización de las relaciones sociales capitalistas y su relación con el
desarrollo de las funciones del estado.
Mientras este esbozo provee una invaluable estructura dentro de la cual analizar el. proceso.
concreto de la reorganización del "complejo histórico .de las cond:--;iones sociales generales de la
producción y las relaciones de explotación, el énfasis en esta reorganización como un proceso de
lucha de clases tiende a tornarse subterráneo.
Operando en este nivel de abstracción, hay una tendencia a sugerir que el desenvolvimiento del ..,.
estado corresponde a grosso modo a los requerimientos de la 8cumulación del capital, pero que ..
el análisis de la manera en la cual y la medida que estos requerimientos expresen en si mismos y ...
son (o no son) satisfechos, requeriría una teoría de la lucha de clases. I

Hay tal vez un cambio sutil al argumentar que la acumulación debe ser vista como una forma
determinada y un proceso dominado por la crisis de la lucha de clases (y de ahí que la lucha de
clases debe ser vista como formada y enfocada por la lucha por acumular) a sugerir que la
. relación entre la acumulación y la activídad del estado debe ser vista como un proceso dirimido a
través de la lucha de <;:Iases. .
Por sutil que sea el cambio, las consecuencias pueden ser marcadas: mientras que el primer
énfasis llevaría a un análisis de la separación e interrelación .de lo económico y lo político en ,el ;;
concreto proceso de lucha por reestructurar el capital, el ultimo énfasis esta obligado asugeririla
necesidad para el análisis del (político) "lazo perdido" entre el (económico) proceso de
acumulación y la actividad del estado. . ..
Nos parece que más fructífero es seguir el primer curso, el análisis de la acumulación como lucha
de clases.

En· esta perspectiva, la insistencia de Hayde Gerstenberger en su contribución sobre la


importancia de una investigación histórica concreta en cualquier análisis del desarrollo del estado l.
es oportuno. .'J.D .•, .
Este énfasis sobre el análisis histórico del curso concreto de la lucha de clases en sociedades _
particulares revela por supuesto ..Ia especificidad del desarrollo de estados -articulares y trae a -
primer plano el problema de en que medida se puede bablar de estado capitalista.
Al mismo tiempo;:-~n embargo, los efectos universalizantes y socializantes del modo capitalista de
producción significan que una teoría general del estado capitalista es posible y necesaria.
La dominación global del modo de producción capitalista significa que, en contraste con modos
de producción previos hay no solo una multiplicidad de estados particulares cuyas formas reflejan
y resultan de la historia particular de cada sociedad.
La generalización de las relaciones de producción capitalistas producen una generalización de las
condiciones de reproducción de aquellas relaciones.
Más aún, como Gerstdenberdger remarca, la creciente dominación y extensión del modo
capitalista de producción produce convergencia en la estructura y la forma de los estados
individuales.
Sin embargo, una teoría general del estado capitalista debe basarse en las formas particulares
tomadas por la acumulación del capital y la actitud histórica de las luchas a través de las cuales el
modo capitalista de producción se desenvuelve y se expande a escala global.
Así, Claudia Van Braunmuhl enfatiza en su contribución, la importancia de relacionar lo
económico y lo político no solo en el contexto del estado nación, sino en una escala internacional.
Visto desde esta 'perspectiva, la misma fragmentación del capital en capitales nacionales y de la .
organización política del capital internacional en estados nacionales, debe ser establecida desde
el crecimiento histórico actual de la producción capitalista y las condiciones históricas especificas
que establecieron los capitales nacionales y sus rela~iones en el mercado mundial.
Como ella argumenta, no solo la existencia, sino la forma particular y el desarrollo histórico de
estados naciones particulares pueden ser entendidos adecuadamente solo a través de un análisis
de la. relación entre el estado, el capital· nacional y el desarrollo internacional de: las
contradicciones de la acumulación capitalista. . ..
Los tres últimos contribuyentes mencionados (Hirsch, Gerstenberger, Braunmuhl) plantean en
diferentes formas la cuestión de los limites del· análisis de la forma del estado. Plantear el
problema del limite de la propuesta es, sin embargo, completamente diferente que cuestionar el
valor de la propuesta.
El objetivo del debate de la "derivación del estado" fue llegar a un entendimiento del estado como
una forma particular de las relaciones sociales en el capitalismo, y a la comprensión del incentivo
y limitaciones de la actividad del estado que surge de tal forma.
Sugerimos tempranamente que en la discusión marxista del estado en Gran Bretaña, ha habido
una tendencia subyacente para contraponer la "lógica del capital" a la "lucha de clases" como
puntos de partida alternativos para el análisis del estado.
Hemos argumentado que contraponer estas dos propuestas es crear una falsa polaridad: la
"lógica del capital" no es mas que una expresión de la forma básica de la lucha d~ clase en la
sociedad capitalista. .
Es erróneo pensar que el desarrollo social puede ser entendido por un análisis de la lucha de
clase indiferente a la cuestión de la forma de esta lucha; tal análisis no puede hacer justicia a la
naturaleza de los apremios y los Incentivos que surgen de aquella forma.
Esta indiferencia al problema de la forma nos parece ser la usencia del reformismo, y este ha
sido también el punto focal de nuestra critica de Poulantzas, Miliband, Gr<1msci y de los
neoricardianos.
Si un análisis indiferente a la forma debe ser rechazado sin embargo, es igualmente equivocado
pensar que el análisis del estado debe ser reducido al análisis de su forma, a la "nueva lógica del
capital".
Es muy posible que a veces - específica mente en las primeras contribuciones al d~bate alemán -
fue demasiado lo esperado del análisis de la forma.
El problema, sin embargo, es analizar el desarrollo social no sirlJe!emente en términos de la
"forma" de la lucha de clases (porque esto tiende a llevar a un sobre determinista punto de vista
JJ\
del desarrollo social) ni simplemente en términos de su "contenido", sino ver que el desarrollo
social esta determinado por una Jnt~.!accióna,alécti¿aaero;=-may contenido. .
De acuerdo a la propuesta dialéctica que,Marx adoptó, el "contenido" y la "forma" existen
en consta.nie ;nteracción y en constante lucha una con la otra, de cuyo resultado, dan a
luz, por OhJado el abandono de las formas, y por el otro, la transformación de los
contenidos. (Rosdolsky, 1974,pág. 66/7).
Esto, es entonces como debemos entender el mayor avance teórico hecho por el debate alemán.
No es que el "análisis de la forma" representa algún "real camino ala ciencia" sobre el cual
ningún obstáculo será de aquí en adelante encontrado para un entendimiento de lo político.
Si el lector encuentra el debate a veces demasiado formal y demasiado abstracto, estas criticas
son justificadas parcialmente.
El mayor avance de la propuesta del "análisis de la forma" es no haber solucionado todos los
problemas de la teoría marxista del estado, sino haber establecido el prerreguisito fundamentol
del estado basado en la dialéctica de la forma y contenido de la lucha de clases.
Para el análisis del estado, ::;010 la forma no es suficiente, pero en la medida en que el problema
de la forma es ignorado, una adecuada propuesta del estado no es posible.

Es muy importante que los contribuyentes al debate de la "derivación del estado" entiendan ellos
mismos el avance teórico que resulta del debate, que. una comprensión de los limites de la
propuesta no debe lIevarlos al escepticismo sobre su valor.
Como las limitaciones del análisis de la-forma se ha tornado clara, ha habido signos de desilusion
con la propuesta formal'de la wderivacióndel estado" en algunos de los mas recientes ensayos.
En lugar ge ir hacia adelante elaborando teóricamente las luchas históricas actuales, que
expresan las contradicciones de la relación del capital. ha habido una tentación a evadir este
proceso, utilizando las categorías políticas de los teóricos políticos marxistas como Gramsci y ._-
Poulantzas.
Sin desear disminuir el valor del trabajo de estos teóricos, nos parece, sin embargo, que sus
análisis no pueden simplemente ser "añadidos" a la propuesta de la derivación del estado, pues
necesitarían una muy cuidadosa reelaboración a la luz de los avances teóricos hechos.
Como el "debate de la derivación del estado" muda a un nuevo estadio, en el cual, parcialmente
como resultado de los desarrollos políticos dentro de Alemania Occidental, parte como un
resultado de la dinámica del debate en si mismo, es enfocado a partir del análisis de la coyuntura
política actual..
Es importante que los análisis "concretos" sean vistos no como un punto de partida desde el
debate de la derivación del estado, sino como un desarrollo de aquel debate.
El contenido de las luchas de clases debería ser analizado siempre en su relación de la tensión
dialéctica con su forma.

El objetivo de esta introducción no ,há sido resumir o hacer justicia a las contribuciones
individuales a este libro: tal tarea hubiese sido en cualquier caso imposible dentro del alcance de
una corta introducción.
El objetivo ha sido preferentemente situar el debate aquí presentado, esbozar alguno de los
temas y problemas que han surgido, sobre todo explicar porque consideramos que los articulos
que siguen marcan un mayor avance en el arduo camino hacia una teoría materialista del estado.

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