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Creencias y Víctimas

Emilio del Barco

En el Islam, desde los primeros tiempos, se da por lícita la toma del botín del enemigo. De éste, se había
de dar una parte al Califa, otra parte al Profeta, una parte a los Infantes y dos partes a los Caballeros.
Especificando, ‘comed de lo que habéis cogido en el botín, lo lícito, lo bueno y temed a Dios.’ Respecto a
los rehenes, se especifica. ‘No es propio de un Profeta hacer prisioneros, hasta que haya cubierto la tierra
con los cadáveres de los incrédulos.’
En la India, la costumbre ancestral es la de incinerar el cadáver ritualmente, en una pira. Posteriormente,
el cráneo es abierto, al ser extraído de los rescoldos, para que el alma del muerto no quede aprisionada
entre los restos craneales. Este pequeño rito, evidencia el concepto materialista que del alma se tiene,
entre los hinduistas, puesto que necesita de una abertura para escapar. Aún cuando se considere que la
materia de la cual está compuesta el alma, sea muy sutil y su volumen infinitesimal. Posteriormente, las
cenizas se guardan; o son arrojadas a los ríos sagrados, según creencias divergentes.
Sobre los rehenes, se especifica: ‘No es propio de un Profeta hacer prisioneros, hasta que haya cubierto la
tierra con los cadáveres de los incrédulos.’
Las religiones, en general, no alientan la violencia, pero la justifican.
Enseñan que no se perjudica a un mártir, por enviarlo al reino de los cielos.
Pues, quien muera luchando en defensa de sus creencias, conquista la
posición de mártir.

Si la novedosa orientación actual del terrorismo etarra, equiparando a sus


presos con mártires, fuese cierta, estarían desarrollando una nueva forma
de ceguera religiosa. Equivaldría a tanto como afirmar que llevan a cabo
una especial guerra santa. En eso sí pueden haber aprendido algo los
líderes terroristas vascos, de sus fanáticos colegas musulmanes, en las
prisiones. Reconvertir el terror en llave del cielo, es todo un arte. Veremos
si encuentran jóvenes ingenuos, crédulos y creyentes, en número suficiente,
para nutrir sus filas de mártires

Cuando se pierde el miedo, el encantamiento mágico desaparece. Las


creencias imbuidas en la niñez y juventud, son las fuentes del miedo.
Utilizado por los grupos de poder religioso para gobernar y dominar a
quienes se le someten. No hacen falta cadenas físicas. Las prisiones del
alma se crean en las escuelas primarias, donde se absorben las ideas
fundamentales, que duran toda la vida.

Los grupos de poder religioso saben muy bien lo que hacen, cuando
pretenden monopolizar la enseñanza básica, con la educación para la
ciudadanía incluida. Pero, la evolución existe. Lo que parece igual que en el
pasado, hace tiempo que perdió su esencia vital. Permanecen las cáscaras
huecas, demoliéndose.

Estamos viviendo tiempos raros. Confiamos en líderes mundiales, que dicen


charlar a diario con Dios, como si de colegas se tratase. Y su gente lo cree.
¡Bendita credulidad la de quienes agachan la cabeza ante el poderoso¡ Así
lo hacen más poderoso. Lo que veo raro, en hombres de tan altas miras,
es que no sean nada respetuosos con la Humanidad, ni con lo humano.
Porque no tienen recato alguno en firmar sentencias de muerte, o arrasar
civilizaciones enteras. Afirmando, eso sí, que lo hacen en defensa propia y
de sus parroquianos. La credibilidad de algunos dirigentes es, cada día, más
dudosa. Emilio del Barco. emiliodelbarco@gmail.com 23/02/09

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