You are on page 1of 17

Francisco Antonio Castro Sánchez – Licenciatura en Criminología – Medicina Forense III – Grupo 6°B

DEPRESIÓN
“Si el miedo y la tristeza se prolongan, es melancolía.”
-Hipócrates de Cos-

DEFINICIÓN
(Del latín depressus, abatimiento) Estado de ánimo triste, ansioso o "vacío" en forma persistente. Es una
enfermedad mental que consiste en un trastorno del estado de ánimo que se presenta como un estado de abatimiento e
infelicidad que puede ser transitorio o permanente. Es uno de los trastornos psiquiátricos más antiguos de los que se
tiene constancia. Inicialmente se le denominada melancolía (del griego clásico μέλας "negro" y χολή "bilis") y
frecuentemente confundida con ella.

Es importante aclarar que un trastorno depresivo no es lo mismo que un estado pasajero de tristeza, que puede
ser considerado como una reacción normal ante un acontecimiento negativo (pérdida de un ser querido, divorcio, etc).
Sin embargo, si dicho estado se prolonga en el tiempo o sus síntomas se agravan, impidiendo el desarrollo adecuado
de la vida cotidiana, puede llegar a convertirse en un trastorno depresivo.

HISTORIA
En la Antigüedad Clásica, se pueden encontrar descripciones de la melancolía y sus síntomas en muchos
registros literarios y médicos de la humanidad, aunque es la cultura griega clásica la primera en abordar
explícitamente este trastorno del ánimo, sin recurrir a metáforas o descripciones literarias. Una teoría importante en
esta época, es la de “Los Cuatro Humores” o Humorismo, propuesta por Hipócrates, explicaba todas las
enfermedades y los cambios de temperamento o "humor" a partir de la influencia de cuatro líquidos corporales
denominados "humores" : la sangre, la flema, la bilis negra y la bilis amarilla. En esta época existieron varias escuelas
que defendían diferentes posturas y teorías sobre el tema:

• Escuela Metodista (Sorano de Éfeso) - Considera la melancolía como un tipo de enfermedad asociada a un
estado excesivamente fluido y laxo del organismo. Rechaza la teoría de los humores y creían que el origen era
en el estomago.

• Escuela Neumática (Rufo de Éfeso) - Seguidora de la teoría del pneuma: la vida es consecuencia de un flujo o
«pneuma» permanente de partículas en movimiento, opuesta a la metodista, también se opone a la teoría
humoral y propone una clasificación visionaria en melancolías congénitas y adquiridas, además de introducir
una descripción prosopográfico del perfil del paciente melancólico: ojos saltones, labios finos, piel oscura o
exceso de vello corporal. Menciona la existencia de una melancolía de los hipocondrios o hipocondría, y
achaca la misma a una excesiva actividad del pensamiento. Persiste la relación entre la depresión y el tracto
digestivo.

• Escuela Ecléctica (Arateo de Capadocia) - Mantuvo el origen humoral de la enfermedad y recogió por primera
vez el concepto de melancolía amorosa, además de relacionar la melancolía con su situación clínica contraria,
la manía.

Tiempo después, la medicina de la Edad Media en Europa mantiene, en general, intactos los postulados
clásicos de los cuatro humores pero la influencia del cristianismo como aglutinador cultural en la interpretación de
las "pasiones del alma" abre la vía de una nueva concepción de la enfermedad. Desde una perspectiva religiosa a
la melancolía se la categorizó como "demonio", entendido como tentación o pecado, pasando a denominarse
acedia o apátheia (desidia, apatía)

La medicina árabe, con Ishaq Ibn Imran en su Maqâla fî âl-Malîhûliyâ (Tratado de la melancolía, única obra
árabe dedicada exclusivamente a este trastorno) que en estos pacientes hay sentimientos de angustia y soledad
debidos a una idea irreal. Incluye algunos síntomas somáticos como la pérdida de peso y sueño. La melancolía
puede surgir por motivos como el miedo, el tedio o la ira. Distingue, entonces, entre tristeza, ansiedad, angustia,
trastornos psicosomáticos y somatopsíquicos y propone tratamientos ambientales (una incipiente propuesta de
psicoterapia) y farmacéuticos. Aunque mantiene una concepción general basada en la teoría humoral, aporta ideas
acerca de su etiopatogenia que se alejan del concepto clásico: las actividades del alma racional (el pensamiento
arduo, el recuerdo, las fantasías o los juicios) pueden arrastrar al alma susceptible a la melancolía, como caen en
ella los enamorados o los sibaritas, o los que se exceden en la lectura de libros de medicina o filosofía

En el Renacimiento, Robert Burton (1577-1640), dedicó casi toda una vida a redactar su Anatomía de la
Melancolía (publicada en 1621), un largo ensayo médico y filosófico en el que resume todos los conocimientos
habidos hasta esa fecha sobre el tema. En sus tres tomos se ofrece una concepción multifactorial de la depresión,
según la cual la enfermedad no tiene una única causa, sino que puede tener varias: desde el amor a la religión, pasando
por la política, la influencia de las estrellas o el simple aburrimiento. Puede localizarse, al modo clásico, en la cabeza,
el cuerpo o los hipocondrios, y se acompaña en ocasiones de delirios o fantasías, de nuevo subrayando el miedo y la
tristeza como síntomas principales. Y si varias pueden ser las causas, varios pueden ser los remedios, que van desde la
música a la compañía. La obra concluye con un extenso poema, resumen del autor de su concepto de melancolía.

En la Edad Moderna, Siglo XVII, se determino una ruptura con las teorías clásicas, Thomas Willis, pionero de
la neuroanatomía, rechazo las teorías clásicas y menciono 4 tipos de melancolía:

• Originada por una alteración en el Cerebro.

• Originada por la mala función del Bazo.

• La que tiene su origen y efecto en todo el cuerpo.

• Originada en el útero (Histérica)

Sus trabajos en el campo de la depresión le llevan a publicar en 1672 un tratado sobre el tema en el que
mantiene la base del miedo y la tristeza en cuanto a la sintomatología, pero en el que introduce por primera vez el
concepto de afectación de la conciencia frente a la afectación de la conducta, lo que dará origen a los conceptos de
locura parcial y locura general desarrollados poco después por John Locke, el más notable de sus discípulos.

William Cullen se dedica a clasificar minuciosamente las enfermedades, incluyendo a la melancolía dentro del
apartado de neurosis, o "enfermedades nerviosas", según la nueva nomenclatura fundada en los recientes hallazgos
neurofisiológicos: Un exceso de torpeza en el desplazamiento de la energía nerviosa sería la causa principal de la
melancolía.

Richard Blackmore menciona por primera vez en 1725 el término depresión, pero aún pasarán muchos años
antes de que sustituya al más clásico de melancolía.

Ya en los Siglos XIX y XX, Philippe Pinel (Padre de la Psiquiatría Moderna), quien antes de ser médico, fue
matemático, desde su punto de vista el origen de los trastornos anímicos está en la percepción y las sensaciones,
inaugurando una época de causas morales (fanatismos religiosos, desilusiones intensas, amores apasionados...). Sin
atacar a esas causas no se puede tratar la melancolía, denominada por él como delirio parcial o delirio sobre un objeto.

Jean-Etienne-Dominique Esquirol (Discípulo de Pinel), sentó las bases de la identificación entre loco y
enfermo mental. Adoptó el término de monomanía para algunos tipos de melancolía, y apuntó por primera vez, de una
manera muy adelantada, a la "enfermedad" (monomanía instintiva) como causa de determinados comportamientos
delictivos. Aquí comenzará el proceso que culmina en pleno siglo XX de identificación entre trastorno anímico
(tristeza patológica) y enfermedad mental (depresión).

Jean-Pierre Falret describe en 1854 la locura maniaco-depresiva en su tratado "Acerca de la locura circular o
forma de enfermedad mental caracterizada por la alternancia regular de la manía y de melancolía".

En las primeras décadas del siglo XX el concepto de depresión se desglosa en otros como ansiedad, histeria,
hipocondría, obsesión, fobia, distimia o trastorno psicosomático. la OMS acota y define la depresión endógena o
mayor como un síndrome orgánico cuya sintomatología nuclear abarca alteraciones del pensamiento y los impulsos,
tristeza corporalizada y trastornos de los ritmos vitales, además de poder expresarse a través de distintos síntomas
somáticos. La biopsiquiatría ha llegado más lejos explicando a través de mecanismos farmacológicos cómo la
interacción de determinados neurotransmisores influye en el desarrollo de múltiples trastornos mentales entre los que
se encuentra la depresión.
ETIOLOGÍA
Se habla de varios tipos de origen de la depresión: cuando es reactiva o exógena, cuando se debe a un suceso
externo que causa tristeza; endógena, en cuyo caso la persona se deprime sin causa externa alguna, todo es interior; o
una tercera postura que considera que en la depresión están implicados ambos factores, endógenos y exógenos, claro
esta que en distintas proporciones en los distintos pacientes.

Existen varios factores que causan la depresión y los podemos dividir en:

• Factores Químicos: Las causas básicas de la depresión están asociadas a anormalidades en la liberación de
ciertos neurotransmisores importantes. Los neurotransmisores son los mensajeros químicos del cerebro y, en
caso de depresión, se ven alterados los siguientes:

o Serotonina (Íntimamente relacionada con la emoción y el estado de ánimo)

o Acetilcolina (Responsable de muchas de la estimulaciones musculares, y participa en la programación


del sueño).

o Catecolaminas: Dopamina (Interviene en el deseo y en la sensación de placer), Noradrenalina (puesta


en “alerta máxima” de nuestro sistema nervioso), y Adrenalina (La sustancia de la “acción” por
antonomasia).

Estos mensajeros químicos se alteran por diversas causas como: anomalías estructurales cerebrales leves,
trastornos del sueño o herencia genética. Por ejemplo, los investigadores han identificado un defecto en un gen
llamado SERT, que regula la serotonina, la que ha sido asociada a la depresión.

• Factores Hormonales: En la depresión se encuentran alteraciones en el funcionamiento de las glándulas


hipotálamo e hipófisis (que se encuentran en el cerebro) y las glándulas suprarrenales, que se encuentran sobre
los riñones. Estas tres glándulas funcionan sincronizadas entre sí, de modo que la hormona segregada por el
hipotálamo estimula a la hipófisis a que produzca otra hormona que a su vez estimula a las glándulas
suprarrenales a producir cortisol. Normalmente, la cantidad de hormona segregada frena a la glándula que la
ha producido de modo que se produce un mecanismo llamado de retroalimentación. Si esta respuesta de
retroalimentación no funciona con normalidad, se origina la depresión. (ejemplo, en la depresión mayor se
pueden observar niveles elevados de cortisol)

Las anomalías de la función de la glándula tiroides también se han relacionado con los trastornos del estado de
ánimo, ya que el hipotiroidismo a veces da la cara como un síndrome depresivo. Como en el caso anterior existiría en
ciertos casos de depresión una mala regulación de la secreción hormonal de estas glándulas.

En las hormonas femeninas, los estrógenos y la progesterona, jueguen un papel en la depresión. Los niveles
anormales de determinadas hormonas del estrés y del crecimiento también pueden desempeñar un papel fundamental
en el desencadenamiento de la depresión.

• Factores Genéticos: La predisposición genética a la depresión no implica que se padezca, sino que existe una
disposición hacia ella.

Algunos tipos de depresión tienden a afectar miembros de la misma familia, lo cual sugeriría que se puede heredar
una predisposición biológica. Esto parece darse en el caso del trastorno bipolar. Sin embargo, no todos los que tienen
la predisposición genética para el trastorno bipolar lo padecen. Al parecer, hay otros factores adicionales que
contribuyen a que se desencadene la enfermedad: posiblemente tensiones en la vida, problemas de familia, trabajo o
estudio.

En algunas familias la depresión severa se presenta generación tras generación. Sin embargo, la depresión severa
también puede afectar a personas que no tienen una historia familiar de depresión.

Sea hereditario o no, lo cierto es que el trastorno depresivo severo está a menudo asociado con cambios en las
estructuras o funciones cerebrales: Disminución del metabolismo del área prefrontal izquierda del cerebro, situación
que se normaliza tras los diferentes tratamientos.

• Factores Psicosociales: La depresión puede ser la consecuencia o respuesta a determinadas situaciones


traumáticas (la pérdida de un ser querido, enfermedad, divorcio) o ante situaciones de fuerte estrés.
Obviamente, en la gestación de la depresión también influyen ciertos patrones de comportamiento como la
inseguridad en el carácter, la baja autoestima y la ansiedad.
Los trastornos de inseguridad o de ansiedad, suelen originarse en la infancia, bien por un conflicto puntual o por
un ambiente familiar en el que el sujeto ha sido privado de afecto, ha sido sobreprotegido o ha tenido que vivir
circunstancias traumáticas.

• Otras Causas:

o Causas Médicas - Los trastornos médicos generales más depresógenos son el fracaso renal avanzado,
el pos infarto de miocardio, el cáncer y el SIDA. La mayor parte de los trastornos orgánicos cerebrales
se acompañan de depresión con alta frecuencia. Así ocurre con la enfermedad de Parkinson, los
traumatismos craneoencefálicos y un largo etcétera.

o Adicciones - Es rara la existencia de una droga que no determine un estado depresivo con cierta
frecuencia. El alcohol y las drogas son las sustancias responsables de la mayor parte de las
depresiones adictivas.

• Teorías Psicológicas:

o Teoría Conductual - Como falta de refuerzo. La depresión se debe a una falta de refuerzos que hace
que el que la padece no actúe. Debido a la inactividad el deprimido no encuentra refuerzos en la
sociedad y en consecuencia la depresión se perpetúa.

o Teoría Cognitiva - La depresión como resultado de pensamientos inadecuados. La depresión se debe a


una distorsión cognitiva, en la que el depresivo distorsiona la realidad viéndose de forma negativa en
la triada cognitiva, el mismo, el mundo y el futuro.

SINTOMATOLOGÍA
No todas las personas depresivas padecen de todos los síntomas. Algunas presentan unos pocos, y otras,
muchos. La gravedad de los síntomas varía según la persona y también puede variar con el tiempo.

• Estado de ánimo triste, ansioso o "vacío" en forma persistente.

• Sentimientos de desesperanza y pesimismo.

• Sentimientos de culpa, inutilidad y desamparo. Sentimientos de minusvalía: el individuo cree que todo lo ha
hecho mal, y recuerda sus errores magnificándolos. Se reprocha incluso mínimos detalles, y busca en el
ambiente cualquier signo que refuerce esa idea de que él no vale nada. Sentimientos de culpa igualmente
exagerados, sobre situaciones presentes o pasadas.

• Pérdida de interés o placer en pasatiempos y actividades que antes se disfrutaban, incluida la actividad sexual.

• El aspecto sicomotor sufre alteraciones: hay agitación, incapacidad para permanecer tranquilo, estallidos de
quejas o gritos. En el otro extremo de esta actitud, hay lentificación sicomotora, que se traduce en un hablar
pausado, y movimientos corporales lentos. En los niños se observa una importante disminución de la
actividad.

• Disminución de energía, fatiga, agotamiento, sensación de estar «en cámara lenta". La persona experimenta
una fatiga constante: hasta la más pequeña tarea puede parecer difícil o imposible de lograr.

• Dificultad para concentrarse, recordar y tomar decisiones.

• Son comunes los trastornos del sueño: dificultad para quedarse dormido (insomnio), despertarse más temprano
(sueño interrumpido), o demasiado sueño (hipersomnia).

• Pérdida de peso, apetito o ambos, o por el contrario comer más de la cuenta y aumento de peso. En el caso de
los niños, tienden a dejar de comer, estancándose en su desarrollo.

• Pensamientos de muerte o suicidio; intentos de suicidio. Inquietud, irritabilidad.

• Síntomas físicos persistentes que no responden al tratamiento médico, como dolores de cabeza, trastornos
digestivos y otros dolores crónicos.
Asociado a la depresión está el llanto frecuente, con sentimientos de angustia, irritabilidad, mal genio,
preocupación excesiva por la salud física, ataques de pánico y fobias.
Tabla donde se detallan algunos síntomas más de la amplia constelación que se puede encontrar en la depresión:

Dichos síntomas pueden ser agrupados en 4 áreas de afección depresiva:


TIPOS DE DEPRESIÓN

• Depresión Severa (Trastorno Depresivo Mayor) - Se manifiesta por una combinación de síntomas que
interfieren con la capacidad para trabajar, estudiar, dormir, comer, etc. Es decir, es un tipo de depresión
incapacitante que altera la vida del paciente.

• Distimia - También conocida como depresión crónica, se caracteriza por la presentación de la mayoría de
los síntomas que aparecen en la depresión mayor, aunque dichos síntomas suelen ser menos intensos en
este caso y se prolongan más en el tiempo (como mínimo dos años). Los pacientes aquejados de distimia
pueden llevar una vida normal pero se sienten permanentemente deprimidos, tienen dificultad para
disfrutar la vida y no muestran cambios aparentes en la conducta o comportamiento diario, aunque tienen
menos energía, una negatividad general, y un sentido de insatisfacción y desesperanza.

• Depresión Doble - Esta es una complicación de la distimia. Los síntomas empeoran con el paso del
tiempo y los pacientes sufren un episodio de trastorno depresivo mayor escondido tras la depresión
crónica. En este caso, la depresión es denominada depresión doble.

• Trastorno Bipolar o Enfermedad Maniaco-Depresiva - Es una alteración de los mecanismos que regulan
el estado de ánimo. Quienes la sufren pasan alternativamente de la euforia o "manía" a la depresión,
llegando a necesitar, en ocasiones, la hospitalización. Los cambios de estado de ánimo pueden ser
dramáticos y rápidos, pero más a menudo son graduales. Cuando una persona está en la fase depresiva del
ciclo, puede padecer de uno, de varios o de todos los síntomas del trastorno depresivo. Cuando está en la
fase maníaca, la persona puede estar hiperactiva, hablar excesivamente y tener una gran cantidad de
energía. Este trastorno, no es tan frecuente como los anteriores y si la manía se deja sin tratar puede
empeorar y convertirse en un estado psicótico (el paciente pierde temporalmente la razón).

• Depresión Atípica - Las personas con depresión atípica generalmente comen y duermen con exceso,
tienen un sentido general de pesadez, y un sentimiento muy fuerte de rechazo.

• Trastorno Afectivo Estacional - El trastorno afectivo estacional (SAD) se caracteriza por episodios
anuales de depresión en otoño o invierno, que remiten en primavera y verano. En estas épocas pueden ser
sustituidos por fases maníacas. Otros síntomas incluyen fatiga, tendencia a comer exceso (particularmente
hidratos de carbono), a dormir invierno. Es importante destacar que los cambios estacionales suelen a
todas las personas y que no por ello se debe confundir con una depresión estacional.

• Trastorno Disfórico Premenstrual - El síndrome de depresión severa, irritabilidad, y tensión que precede
a la menstruación se conoce como trastorno disfórico premenstrual (PDD o PMDD) (también llamado
trastorno disfórico luteínico tardío). Este trastorno suele afectar a un porcentaje mínimo de las mujeres
(entre un 3 y un 8%) y su diagnóstico depende de la presencia de cinco síntomas típicos de la depresión
severa, que aparecen durante la mayoría de ciclos menstruales, y que empeoran aproximadamente una
semana antes del período menstrual y desaparecen después.

• Trastorno Adaptativo con Estado de Ánimo Depresivo o Mixto ó Depresión Reactiva ó Depresión
Neurótica - Es aquella que se produce como respuesta a un acontecimiento negativo de la vida del sujeto,
no teniendo por qué brotar inmediatamente después del acontecimiento desencadenante, sino que puede
aparecer hasta semanas o meses después de que éste se haya producido. De entre todos los tipos de
depresión, la llamada "reactiva", es la que tiene mejor pronóstico, ya que puede tratarse más fácilmente
analizando junto al paciente esos acontecimientos que han precipitado el trastorno y su particular forma de
entenderlos, para así poder corregir distorsiones cognitivas o estilos atribucionales insanos e inapropiados.

• Trastorno Depresivo No Especificado - Se denomina trastorno depresivo no especificado a aquella


situación en la que aparecen algunos síntomas depresivos, pero no son suficientes para el diagnóstico de
alguno de los trastornos previos. Esta situación puede darse cuando existe un solapamiento de síntomas
depresivos con un trastorno por ansiedad (síndrome ansioso-depresivo), en el contexto de un trastorno
disfórico premenstrual o en cuadros de trastorno depresivo post-psicótico (residual) en la esquizofrenia.

• Depresión Post Parto - Trastorno depresivo que puede afectar a las mujeres después del nacimiento de un
hijo.

• Otro Tipo: Duelo Patológico - En el DSM-IV se contempla una situación de duelo que puede precisar
tratamiento, aunque sin cumplir los criterios de ninguno de los trastornos previos.
SITUACIONES PARTICULARES
MUJERES

La depresión se da en la mujer con una frecuencia que es casi el doble de la del varón. Quizás factores
hormonales podrían contribuir a la tasa más alta de depresión en la mujer. Otra explicación posible se basa en el
contexto social que viven las mujeres, relativas al sexismo. En particular, en relación con los cambios del ciclo
menstrual, el embarazo, el aborto, el periodo de posparto, la premenopausia y la menopausia. Las hormonas
sexuales femeninas (estrógenos y progesterona), debido a una existencia de menores niveles de estrógenos,
parecen desempeñar por tanto un cierto papel en la etiopatogenia de la depresión. Por otro lado, el sexismo con su
consecuente estrés, falta de recursos económicos y determinados valores socio-culturales se relacionan con menos
autoestima en las mujeres, así como más problemas psicológicos.

VARONES

Aunque la prevalencia global es inferior entre los varones, la tasa de suicidio consumado en ellos es cuatro veces
más alta que en las mujeres. Sin embargo, los intentos de suicidio son más comunes en la mujer que en el hombre. A
partir de los 70 años de edad, la tasa de suicidio en el hombre aumenta, alcanzando el nivel máximo después de los 85
años. La depresión también puede afectar la salud física del hombre, aunque en una forma diferente a la de la mujer.
Algunos estudios indican que la depresión se asocia con un riesgo elevado de enfermedad coronaria en ambos sexos.
Sin embargo, sólo en el varón se eleva la tasa de mortalidad debida a una enfermedad coronaria que se da junto con un
trastorno depresivo.

VEJEZ

El inicio clínico de la depresión en el anciano puede cursar con una pobre alteración del estado de ánimo. Incluso
puede aparecer enmascarada con otros síntomas principales, tales como la pérdida de apetito, alteraciones de la
memoria, insomnio, síntomas somáticos, ansiedad o irascibilidad. Puede simular un cuadro de demencia senil,
hablándose entonces de pseudo-demencia depresiva. Cuando un anciano se deprime, a veces su depresión se considera
erróneamente un aspecto natural de esa etapa de la vida. La depresión en los ancianos, si no se diagnostica ni se trata,
provoca un sufrimiento innecesario para el anciano y para su familia. Cuando la persona de edad avanzada acude con
el médico, puede describir únicamente síntomas físicos. Esto ocurre porque el anciano puede mostrarse reacio a hablar
de su desesperanza y tristeza. La persona anciana puede no querer hablar de su falta de interés en las actividades
normalmente placenteras, o de su pena después de la muerte de un ser querido, incluso cuando el duelo se prolonga
por mucho tiempo.

INFANCIA

La existencia de trastornos depresivos en la infancia comenzó a abordarse en la literatura médica a partir de la


década de los años setenta. El niño deprimido puede simular estar enfermo, rehusar a ir a la escuela, juega menos o
deja de hacerlo, expresa el deseo de no querer separarse de los padres o tiene miedo de que uno de los padres se
muera. En la primera infancia pueden desarrollar síntomas atípicos como somatizaciones difusas, trastornos
alimenticios, enuresis, etc. El adolescente puede expresar mal humor, disminuir el rendimiento escolar, presentar
conductas desafiantes o presentar brotes de irritabilidad. En ocasiones expresa el trastorno anímico con el desarrollo
de conductas de riesgo (consumo de sustancias psicotrópicas, comportamientos parasuicidas, etc.). Dado que los
comportamientos normales varían de una etapa de la niñez a la otra, es a veces difícil establecer si un niño está
simplemente pasando por una fase de su desarrollo o si está verdaderamente padeciendo de depresión. A veces, el niño
tiene un cambio de comportamiento notorio que preocupa a los padres, o el maestro menciona que el "niño no parece
ser el mismo". En esos casos puede sospecharse un trastorno depresivo.

DIAGNOSTICO
El diagnóstico de la depresión es clínico. Deben descartarse, en primer lugar, causas orgánicas,
farmacológicas o tóxicas compatibles con un cuadro similar al de un trastorno depresivo, pero es en último término la
entrevista clínica la que ofrece los datos necesarios para el diagnóstico, cuando se cumplen los criterios establecidos
más arriba.

Una buena evaluación diagnóstica debe incluir una historia médica completa. (Seriedad, inicio y duración de
los síntomas; Existencia anterior de los síntomas, si llegaron a ser tratados y mediante cual tratamiento.) Debe incluir
si en el paciente existe el uso de drogas y/o alcohol, o si existen pensamientos de muerte o suicidio. También debe
incluir en la entrevista, preguntas sobre otros miembros de la familia (antecedentes familiares sobre la depresión)
• Test para diagnosticar la depresión:

o Escala de Depresión de Yesavage

o Escala de Depresión de Zung

o Inventario de Depresión de Beck

o Test de Depresión de Goldberg

o Test de Depresión de Hamilton

TRATAMIENTO
El tratamiento de la depresión ha de ser abordado por profesionales de la salud, psiquiatras o psicólogos, y los
métodos son diversos, según los casos. Si estamos ante un episodio agudo de depresión o ante un período de
progresivo deterioro, estará indicada la hospitalización. Aunque el tratamiento con medicación es siempre
recomendado para aliviar el sufrimiento, es necesaria la psicoterapia para ayudar al paciente a solucionar sus
conflictos y expresar sus problemas.

El primer paso para recibir un tratamiento adecuado consiste en un examen médico, ya que, como hemos
visto, algunas enfermedades o ciertos medicamentos pueden producir los mismos síntomas que la depresión. El
médico debe descartar esas posibilidades por medio de un examen físico, entrevista del paciente y análisis de
laboratorio. Si las causas físicas son descartadas, el médico debe realizar una evaluación psicológica o dirigir al
paciente a un psiquiatra o psicólogo.

La selección del tratamiento dependerá del resultado de la evaluación. Existe una gran variedad de
medicamentos antidepresivos y psicoterapias que se pueden utilizar para tratar los trastornos depresivos. La
psicoterapia sin medicación es efectiva en algunas personas con formas más leves de depresión y los antidepresivos
suelen recetarse en casos de depresión moderada o severa. La mayoría de los pacientes obtienen un resultado óptimo
con un tratamiento combinado de medicamentos para obtener un alivio relativamente rápido de los síntomas y
psicoterapia para aprender a enfrentar mejor los problemas de la vida, incluyendo la depresión. El psiquiatra puede
recetar medicamentos y recomendar la terapia psicológica idónea para cada sujeto, dependiendo del diagnóstico del
paciente y de la seriedad de los síntomas.

FARMACOLÓGICO

En el caso de depresiones leves o moderadas, los antidepresivos parecen ser eficaces, así como numerosas
psicoterapias (solas o con antidepresivos). El tratamiento con antidepresivos es el único que ha demostrado una
evidencia significativa de efectividad en depresiones mayores (graves) y en depresiones psicóticas (solos o en
combinación con psicoterapia) Para el resto de depresiones, la psicoterapia se ha mostrado más eficaz que el
tratamiento farmacológico. De hecho, cuando determinados problemas personales como aislamiento, falta de apoyo,
déficits en habilidades sociales, determinadas creencias, están relacionadas con la depresión, su tratamiento con
antidepresivos tiene una alta tasa de recaída a los pocos años.

La decisión de emplear uno u otro se basa en criterios como la buena respuesta a un fármaco determinado en
episodios previos o en familiares de primer grado, la tolerancia a los posibles efectos secundarios, las interacciones
posibles con el tratamiento habitual del paciente, el precio o la existencia de alguna contraindicación relativa, por la
presencia de otra enfermedad. Algunas veces el médico prueba una variedad de antidepresivos antes de encontrarse el
medicamento o combinación de medicamentos más efectiva. Generalmente la dosis se debe ir aumentando hasta que
la medicación es efectiva. Por lo general, el efecto terapéutico completo de los medicamentos antidepresivos no se
observa inmediatamente.

Es posible que el paciente se sienta tentado a dejar de tomar el medicamento prematuramente. Él puede
sentirse mejor y pensar que ya no lo necesita. O puede pensar que el medicamento no le está ayudando en absoluto. Es
importante seguir tomando el medicamento hasta que éste tenga oportunidad de actuar en el organismo.

• Clases de Antidepresivos:
o Inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS)
o Inhibidores selectivos de la recaptación de dopamina (ISRD)
o Inhibidores selectivos de la recaptación de noradrenalina (o norepinefrina) (ISRN)
o Inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina y noradrenalina (o norepinefrina) (IRSN)
o Inhibidores selectivos de la recaptación de dopamina y noradrenalina (o norepinefrina) (IRDN)
o Antidepresivos tricíclicos (ATC)
o Inhibidores de la monoaminooxidasa (IMAO)
o Antidepresivos tetracíclicos Noradrenérgicos y antidepresivos serotoninérgicos específicos (NaASE)
o Potenciadores selectivos de la recaptación de serotonina (PSRS)
o Opioides

• Principales antidepresivos (con nombres comerciales)


o Amitriptilina (ATC): Elavil
o Bupropion (IRDN): Wellbutrin, Zyban
o Citalopram (ISRS): Prisdal,Seropram,Celexa, Cipramil, Talohexane
o Dosulepin (ATC): Dothapax, Prothiaden
o Duloxetina (IRSN): Cymbalta, Xeristar
o Escitalopram (ISRS): Cipralex, Esertia, Lexapro
o Fluoxetina (ISRS): Fluctin, Fludep, Fontex, Lovan, Prodep, Prozac, Reneuron, Sarafem
o Fluvoxamina (ISRS): Dumirox, Faverin, Luvox
o Paroxetina (ISRS): Aropax, Paxil, Seroxat
o Sertralina (ISRS): Apo-Sertral, Asentra, Gladem, Lustral, Serlift, Stimuloton, Zoloft
o Venlafaxina (IRSN): Dobupal,Vandral,Efexor
o Dosulepin (ATC): Dothapax, Prothiaden

PSICOLÓGICO

• Terapia Conductual - Tiene como objetivo promover cambios ambientales que posibiliten un aumento en
la recepción de estímulos positivos e incide en mejorar las habilidades personales del paciente para poder
encontrar más estímulos positivos. Según esta teoría el tratamiento consiste en una programación de
actividades que comienzan a dar al sujeto los refuerzos que necesita. Una vez que comienza se establece
una realimentación positiva. Uno de los problema con los que plantea el depresivo es que dice que no
tiene fuerzas para hacer nada, que cuando se le cure la depresión y se sienta bien es cuando saldrá y hará
las cosas que le apetecen. Se trata de plantearle lo contrario, cuando te mueves te refuerzan y te sentirás
bien y con más ganas de seguir.

• Terapia Cognitiva - Pretende enseñar al paciente a reconocer las distorsiones con las que percibe su vida.
Se entrena al paciente para que identifique y modifique sus pensamientos erróneos, así como la conducta
que le ha llevado al estado depresivo. El tratamiento consiste en detectar los pensamientos automáticos
negativos de los sujetos y analizarlos y cambiarlos racionalmente. La aportación que se puede dar desde el
punto de vista corporal es que las sensaciones que sentimos son debidas a pensamientos automáticos.
Cuando pensamos mucho sobre un tema vamos reduciendo el pensamiento de forma que generalizamos y
dejamos indicado el contenido y lo único que sentimos es la preparación para actuar que nos deja, es
decir, la emoción y la sensación asociada. Se puede analizar de esta forma el pensamiento automático de
tal manera que el deprimido ve claramente la relación entre la sensación y el pensamiento, de hecho basta
con preguntarle respecto a la sensación para que sepa a qué se debe y que es lo que en realidad la
sensación le dice. Una vez que se descubre el pensamiento automático a veces se puede desmontar de
forma racional, pero otras es preciso hacer algún experimento para comprobar que no responde a la
realidad o realizar cambios conductuales para que el paciente para que pueda apreciar la realidad. Uno de
los problemas que ocurre con este tipo de pensamientos automáticos es que se confirman a sí mismos. El
paciente se siente incapaz de actuar y esto le produce una sensación que le deja tan caído que en efecto no
puede actuar.
• Psicoterapia Interpersonal - Trata la depresión como una enfermedad asociada a un problema en las
relaciones personales por lo que se incide en la mejoría de dichas relaciones. Disfunciones que toma en
cuenta son:

o Duelo. Se trata de asumir una pérdida.

o Disputas de papeles. Por discusiones en la pareja o con los padres o con los hijos. El problema
puede ser por falta de habilidades para conseguir lo que quiere o por tener las expectativas
demasiado altas o que no coinciden en la pareja.

o Transición en el rol social. Puede ser en el trabajo cuando se cambia de situación tanto por una
promoción como por pasar al paro.

o Déficit interpersonal. Se manifiesta en aislamiento social.

PSICOANALISIS
El psicoanálisis define a la depresión como: Un estado afectivo de tristeza y desamparo, baja autoestima que
aparece inmediatamente después de la pérdida de una importante fuente de satisfacción de Suministros Narcisisticos,
ya sea a nivel personal, por posesión o posición (es decir la pérdida de lo que necesita) donde existe una profunda
ambivalencia (amor – odio), el cual es un odio que recae sobre el Yo.

Algunos autores comprenden la depresión desde el desarrollo teórico de Freud en “Inhibición, Síntoma y
Angustia”. Desde esta perspectiva teórica, la depresión deriva de un intenso deseo inalcanzable, un deseo que puede
estar referido a distintos aspectos de acuerdo a la constitución personal de cada sujeto: deseo de apego, de seguridad,
de bienestar, de un objeto querido intensamente, deseo de satisfacer el narcisismo expresado en la sensación de
omnipotencia. Las experiencias depresivas de indefensión e impotencia derivan de este intenso deseo inalcanzable. La
sensación de indefensión que inunda al sujeto en depresión es la característica de esta patología, provocando incluso
algún tipo de retardo motor.

La Perdida Del Objeto - La pérdida del objeto que generará la melancolía ambivalente y la depresión, puede
ser tanto real como ideal. Quizás la pérdida real pareciera ser más fácil de comprender como causa de la depresión.
Pero ¿cómo es la perdida ideal? ¿Qué es lo que lo que vuelve a un objeto ideal para el sujeto, al punto tal de generara
la patología de la depresión?

Freud responde a esto: un sujeto ama en el objeto aquellas características que poseen el merito que le falta al
yo propio para alcanzar ese ideal. Se cruza una línea: se esta entonces hablando del Ideal del Yo. Perder a un objeto
que, se cree, posee las características necesarias para alcanzar un ideal anhelado intensamente, genera una profunda
depresión, ya que el sujeto mismo no cuenta con estas características en su Yo. El ideal se vuelve entonces
inalcanzable para el sujeto y la melancolía toma el poder y las fuerzas.

ETIOLOGÍA

Desde el punto de vista psicoanalítico, existe una dependencia oral que no fue satisfecha, pues aquí existe una
ambivalencia, donde la persona no acepta pérdidas afectivas, pues hay una enorme dependencia al objeto.

El individuo enmascara la ira que otra persona o evento le ha provocado, introyecta los motivos agresivos que
se tiene hacia otros y se refleja ese odio hacia sí mismo, con gran sentimiento de culpa, es decir, el Súper Yo es
castigante. Vemos que hay un intento de agresión que en apariencia es a uno mismo, pero sólo es en apariencia, pero
sería algo así como me mato para matar al otro y bajo esa posición uno es capaz de quitarse la vida. No todos los
intentos de suicidios los llevan a cabo pacientes depresivos, pero si la enorme mayoría de pacientes que llegan a
quitarse la vida son depresivos, en el intento de matar muero. Obviamente este es un proceso inconsciente.

La depresión aparece cando el individuo ha renunciado a la esperanza de satisfacer sus tendencias libidinales,
es decir no se siente amado, ni capaz de amar.

La fórmula para este conflicto es: Súper Yo + Yo vs Ello.

SINTOMATOLOGÍA

Los diferentes síntomas que se encuentran son:

• Desanimo
• Abandono personal (aseo y aliño)

• Conducta letárgica (lentitud motora, falta de reacción)

• Deseo de muerte

• Autocritica, aumento de los auto reproches

• Desajuste alimenticio

• Desajuste de los ciclos circadianos

• Tristeza persistente

• Mezcla de sumisión y rebeldía

• Aislamiento social

• Baja autoestima

• Concentración deficiente

• Sentimiento de culpa

TRATAMIENTO

Primero hay que detectar la existencia de:

• Un factor exógeno (que puede ser una pérdida, un duelo, etc., el cual es un proceso que durara cierto tiempo)

• Un factor endógeno (dónde hablamos de un historial psíquico característico de dolor afectivo)

1. Cuando se encuentra un factor endógeno, recurrimos al pasado del paciente, para indagar aquello que lo
marco.

2. El psicoanalista, le enseñara al paciente las causas de la depresión que padece

3. Utilizara la regresión a la infancia del paciente.

4. Traerá al paciente al aquí y al ahora, pues se busca hacer Insight, hacer consciente lo inconsciente y
eliminar los sentimientos de culpa.

El terapeuta ayuda a que el Súper Yo se vuelva más tolerante y benevolente. Ayudara a promover la capacidad
de expresar los afectos, que es una transformación de la estructura psicológica. También promueve una visión de si
mismo independiente, para que el individuo deje esa dependencia oral, objetal.

Es importante la catarsis, pues ayuda a exteriorizar lo que el individuo reprime e introyecta, que como se vio
con anterioridad, es parte del origen de la depresión (según el psicoanálisis)

En el tratamiento se va a utilizar mucho el dialogo, la reflexión, y por medio de este excelente dialogo o charla
terapéutica va a iniciar la confrontación del síntoma.

EL DUELO
DEFINICIÓN

Habitualmente el duelo se refiere al estado de aflicción relacionado con la muerte de un ser querido y que
puede presentarse con síntomas característicos de un episodio depresivo mayor. Sin embargo, el término duelo y
procesos de duelo puede también aplicarse a aquellos procesos psicológicos y psicosociales que se ponen en marcha
ante cualquier tipo de pérdida (la pérdida de un ser querido, los fracasos escolares, las situaciones de abandono:
divorcio, separación, rechazo de los padres; los problemas familiares, los cambios de domicilio, los problemas
económicos, la pérdida de empleo, el diagnóstico de una enfermedad grave o invalidante). Todos estos factores
estresantes pueden originar igualmente reacciones desadaptativas con manifestaciones de índole depresiva y
emocional como tristeza, llanto, desesperanza, impotencia, rabia y culpa, además de disfunción importante a nivel
social y laboral.

En un sentido más amplio podemos entender el duelo y procesos de duelo como el conjunto de
representaciones mentales y conductas vinculadas con una pérdida afectiva.

Freud define al duelo como “la reacción frente a la pérdida de una persona amada o de una abstracción
equivalente”.

El duelo psicológico es el estado y proceso que sigue a la pérdida de un ser querido. Esta pérdida es definitiva
y por ello se asocia generalmente a la muerte, pero se puede dar duelo sin muerte (como tras la ruptura de una
relación, en la que se tiene una pérdida).

El duelo es la reacción natural ante la pérdida de una persona, animal, objeto o evento significativo. Se trata de
una reacción principalmente emocional y comportamental en forma de sufrimiento y aflicción, cuando el vínculo
afectivo se rompe. El duelo es el nombre del proceso psicológico, pero hay que tener en cuenta que este proceso no se
limita a tener componentes emocionales, sino que también los tiene fisiológicos y sociales. La intensidad y duración
de este proceso y de sus correlatos serán proporcionales a la dimensión y significado de la pérdida.

En el duelo el sujeto ha experimentado una pérdida real del objeto amado y en el proceso, que se prolonga un
tiempo necesario para la elaboración de esta pérdida, este pierde el interés por el mundo exterior sustrayendo la libido
de todo objeto que no remita al objeto perdido.

TÉRMINOS RELACIONADOS

El duelo, el luto y el sentimiento de pérdida, son términos que se refieren a las reacciones psicológicas de los que
sobreviven a una pérdida significativa.

• El Duelo es el sentimiento subjetivo provocado por la muerte de un ser querido. Suele utilizarse como
sinónimo de luto

• El Luto se refiere al proceso mediante el cual se resuelve el duelo, a la expresión social de la conducta y
las prácticas posteriores a la pérdida.

• El sentimiento de pérdida es el estado de sentirse privado de alguien a consecuencia de la muerte.

• Elaboración del duelo o trabajo de duelo se entiende la serie de procesos psicológicos que, comenzando
con la pérdida, termina con la aceptación de la nueva realidad. Es un proceso psicológico complejo para
deshacer los vínculos establecidos y elaborar el dolor de la pérdida. Esta elaboración puede comenzar
antes de la pérdida en el caso de que ésta se pueda prever con cierta antelación

En general, es preferible hablar del luto para referirnos a los aspectos y manifestaciones socioculturales y socio-
religiosas de los procesos psicológicos del duelo y reservar el término de duelo y procesos de duelo para los
componentes psicológicos, psicosociales y asistenciales del fenómeno.

TIPOLOGÍA

El duelo no es una enfermedad en sí mismo, aunque puede convertirse en una si su elaboración no es correcta.
Diferentes autores han dado diferentes tipologías de duelo, si bien se carece de una tipología comúnmente aceptada
por todos. Se ha hablado, por ejemplo de duelos complicados, crónicos, congelados, exagerados, reprimidos,
enmascarados, psicóticos, etc.

Duelo Normal o No Complicado - Es una respuesta normal, con un carácter predecible de sus síntomas y de su
desarrollo. Al principio suele manifestarse como un estado de “shock“caracterizado por aturdimiento, sentimiento de
perplejidad y aparente dificultad para captar el alcance de lo ocurrido. Suele ser breve, y es seguido de expresiones de
dolor y malestar como llanto y suspiros. También suelen presentarse sensación de debilidad, pérdida de apetito y peso,
dificultad para concentrarse, para respirar y para hablar e insomnio; son frecuentes los sueños sobre la persona
fallecida, que producen una sensación desagradable al despertar y comprobar que se trataba sólo de un sueño.

Es común el autorreproche, menos intenso que en un duelo patológico, caracterizado por pensamientos que suelen
centrarse en actos relativamente triviales que se hicieron o se dejaron de hacer con el difunto.
Las personas que se sienten aliviadas de que se haya producido la muerte del otro y no la suya suelen
experimentar lo que se denomina culpabilidad del superviviente; creen, a veces, que son ellos los que deberían haber
muerto

A lo largo del proceso del duelo tienen lugar varias formas de negación; con frecuencia la persona que
experimenta el duelo se comporta o reacciona como si la muerte no se hubiera producido. Los intentos por perpetuar
la relación perdida se manifiestan en actitudes tales como seguir comprando objetos que gustaban al difunto o
estimulan su recuerdo (objetos de unión)

Es frecuente la sensación de presencia del fallecido, que puede ser tan intensa que llegue a provocar ilusiones o
alucinaciones (oír la voz o sentir la presencia del difunto), en un duelo normal, sin embargo, el superviviente reconoce
que la percepción no es real.

También pueden presentarse fenómenos de identificación, en los que el superviviente puede adoptar cualidades,
gestos y características de la persona fallecida con objeto de perpetuarla de un modo concreto. Estas maniobras
pueden alcanzar proporciones potencialmente patológicas, desarrollando síntomas físicos similares a los que padeció
el fallecido o que sugieren la misma enfermedad que provocó la muerte

Duelo Anticipatorio - El duelo anticipatorio es el que se expresa por adelantado cuando una pérdida se percibe
como inevitable. El duelo anticipatorio termina cuando se produce la pérdida, con independencia de las reacciones que
puedan surgir después. A diferencia del duelo convencional cuya intensidad disminuye con el paso del tiempo, el
duelo anticipatorio puede aumentar o disminuir en su intensidad cuando la muerte parece inminente. En algunos casos,
sobre todo cuando la muerte esperada se demora, el duelo anticipatorio llega a extinguirse y el individuo expresa
pocas manifestaciones agudas de duelo cuando la muerte se produce

Duelo Bloqueado - Ocurre una negación a la realidad de la pérdida, donde hay una evitación del trabajo de
duelo, y un bloqueo emocional-cognitivo que se manifiesta a través de conductas, percepciones ilusorias, síntomas
somáticos o mentales o relacionales

Duelo Complicado - Síntomas o conductas de riesgo sostenidas en el tiempo y de intensidad riesgosas para la
salud dentro de un contexto de pérdida

Duelo Patológico - La persistencia o intensidad de los síntomas ha llevado a alguno o varios de los miembros de
la familia a detener la vida laboral, social, académica, orgánica.

El duelo patológico o anormal puede adoptar diversas formas, que van desde la ausencia o el retraso en su
aparición, hasta el duelo excesivamente intenso y duradero, pasando por el duelo asociado a ideaciones suicidas o con
síntomas claramente psicóticos

Tienen mayor riesgo de sufrir un duelo patológico los que experimentan una pérdida repentina o en circunstancias
catastróficas, los que están aislados socialmente, los que se sienten responsables de la muerte (ya sea real o imaginaria
su responsabilidad), los que tienen historia de pérdidas traumáticas y los que mantenían una relación de intensa
ambivalencia o dependencia con el fallecido

Otras formas anormales de duelo se producen cuando algunos aspectos del duelo normal se distorsionan o
magnifican hasta alcanzar proporciones psicóticas. Por ejemplo, identificarse con el fallecido adoptando alguno de sus
rasgos o atesorando sus pertenencias puede ser considerado normal; pero creer que uno mismo es el fallecido o estar
seguro de que se está muriendo de lo mismo de lo que murió el difunto no lo es. Oír la voz efímera y momentánea del
fallecido puede ser normal; no obstante las alucinaciones auditivas complejas y persistentes no son normales. La
negación de ciertos aspectos de la muerte es normal; sin embargo, la negación que implica la certeza de que la persona
muerta sigue viva, no lo es.

ETAPAS DEL DUELO

En el duelo, se llevan a cabo 3 fases (Lindenmann, Brown, Schulz)

1. Fase Inicial o De Evitación o De Shock: Reacción normal y terapéutica, surge como defensa y perdura hasta
que el Yo consiga asimilar gradualmente el golpe. Shock e incredulidad, incluso negación que dura horas,
semanas o meses. Sentimiento arrollador de tristeza, el cual se expresa con llanto frecuente. Inicia el proceso
de duelo el poder ver el cuerpo y lo que oficializa la realidad de la muerte es el entierro o funeral, que cumple
varias funciones, entre ellas la de separar al muerto de los vivos. Caracterizada por aturdimiento, perplejidad,
nudo en la garganta, suspiros, vacío en el estómago, sentido de irrealidad, negación, y desconfianza
2. Fase Aguda De Duelo o De Preocupación: Dolor por la separación, desinterés por el mundo, preocupación
por la imagen del muerto, incluso pseudo-alucinaciones, la rabia emerge suscitando angustia. Trabajo penoso
de deshacer los lazos que continúan el vínculo con la persona o animal amados y reconocer la ambivalencia de
toda relación; todas las actividades del doliente pierden significado en esta fase. Va disminuyendo con el
tiempo, pero pueden repetirse en ocasiones como los aniversarios y puede durar 6 meses o más. se caracteriza
por rabia, tristeza, insomnio, anorexia, debilidad, agotamiento, culpabilidad, sueños y pensamientos sobre el
difunto, anhedonia e introversión.

3. Fase de Resolución: Fase final, gradual reconexión con vida diaria, estabilización de altibajos de etapa
anterior. Los recuerdos de la persona desaparecida traen sentimientos cariñosos, mezclados con tristeza, en
lugar del dolor agudo y la nostalgia.

• Tareas Para Completar el Duelo:

o Aceptar la realidad de la pérdida

o Experimentar la realidad de la pérdida

o Sentir el dolor y todas sus emociones

o Adaptarse a un ambiente en el cual falta el ser que murió, aprender a vivir sin esa persona o animal,
tomar decisiones en soledad, retirar la energía emocional y reinvertirla en nuevas relaciones

VARIABLES EN EL PROCESO DE DUELO

Variables Antropológicas - Hay pérdidas que suelen desencadenar, en la mayoría de las personas, procesos de
duelo de gran complejidad y extremadamente dolorosos (por ejemplo, la muerte de la madre). También los procesos
de duelo son más difíciles de elaborar cuando las muertes se producen “contra la secuencia natural de la vida” (por
ejemplo, en los jóvenes).

La infancia y la senescencia, hacen más difícil la completa elaboración de los duelos graves, posiblemente por la
menor capacidad de los sistemas de contención tanto interpersonales como psicosociales.

Variables Circunstanciales de la Pérdida - Tienden a complicar el duelo las situaciones en las que no se llega
a ver el muerto o cuando no se llega a poseer seguridad de su muerte o cuando el cadáver ha sido mutilado. También
la forma de recibir la noticia, las pérdidas anteriores recientes, las pérdidas prematuras o las pérdidas inesperadas
pueden dificultar la elaboración de un proceso de duelo

Variables Psicosociales - Las condiciones de vida precarias, el aislamiento social, la existencia de prácticas
sociales que dificultan el duelo, la mezcla del duelo con problemas sanitarios, la forma de comunicar la pérdida, etc.,
son circunstancias psicosociales que afectan a los procesos de duelo

Variables Interpersonales - Todas las circunstancias que influyen en la elaboración del duelo son mediadas por
la personalidad del sujeto en duelo. Asimismo el tipo de vínculo con el ser perdido puede dificultar la elaboración de
un proceso de duelo, como en el caso de relaciones ambivalentes o de dependencia con el fallecido

DUELO & DEPRESIÓN

El duelo y la depresión comparten muchas características: tristeza, llanto, pérdida de apetito, trastornos del sueño
y pérdida de interés por el mundo exterior. Sin embargo, hay suficientes diferencias para considerarlos síndromes
distintos. Las alteraciones del humor en la depresión son típicamente persistentes y no remiten y las fluctuaciones del
humor, si las hay, son relativamente poco importantes. En el duelo las fluctuaciones son normales, se experimenta en
forma de oleadas, en las que la persona en duelo se hunde y va saliendo, incluso en el duelo intenso pueden producirse
momentos de felicidad y recuerdos gratos.

Los sentimientos de culpa son frecuentes en la depresión, y cuando aparecen en el duelo, suelen estar motivadas
porque se piensa que no se ha hecho lo suficiente por el fallecido antes de morir, y no porque el individuo tenga la
certeza de que es despreciable e inútil, como ocurre con frecuencia en la depresión

La certeza de que el duelo tiene un límite temporal es fundamental. La mayoría de las personas deprimidas se
sienten desesperanzadas y no pueden imaginar que algún día puedan mejorar
Las personas deprimidas hacen más intentos de suicidio que las personas en duelo, las cuales, salvo en
circunstancias especiales como por ejemplo, un anciano físicamente dependiente, no desea realmente morir, aunque
aseguren que la vida se les hace realmente insoportable

Es importante tener en cuenta que las personas con episodios previos de depresión tienen riesgo de recaer cuando
se produce una pérdida importante. Algunos pacientes con duelo complicado terminan presentando un trastorno
depresivo mayor; la diferenciación está basada en la gravedad de los síntomas y en su duración.

Según el DSM-IV el diagnóstico de trastorno depresivo mayor sólo se hace cuando los síntomas prevalecen dos
meses después de la pérdida. La presencia de síntomas que no son característicos de una reacción de duelo normal
pueden ayudar a diferenciar entre un episodio depresivo y una reacción de duelo. Los síntomas que se ven con mayor
frecuencia en el trastorno depresivo mayor que aparece tras un duelo son:
- Preocupaciones mórbidas sobre la propia valía.
- Culpa asociada a temas que van más allá de los que rodean la muerte de un ser querido (sobre cosas
distintas de lo que se hizo o se dejó de hacer en el momento de la muerte).
- Preocupación por la muerte, independientemente de los pensamientos de estar muerto para estar con el
fallecido o más allá de la sensación de que hubiera sido mejor morirse él mismo en lugar del fallecido.
- Retardo psicomotor importante.
- Alteraciones funcionales graves y prolongadas: pérdida de peso, trastornos del sueño, y dolores
inespecíficos.
- Ideación suicida.
- Sentimientos de haber hecho algo que ha provocado la muerte del ser querido.

- Experiencias alucinatorias diferentes a las percepciones transitorias de oír o ver a la persona fallecida

Los médicos deben determinar cuándo un duelo se ha convertido en patológico y ha evolucionado a un trastorno
depresivo mayor. El duelo es un proceso normal, aunque intensamente doloroso que responde bien al apoyo, la
comprensión y el paso del tiempo. El trastorno depresivo mayor en cambio, exige la intervención inmediata para
impedir futuras complicaciones, como el suicidio.
• REFERENCIAS
o Kolb, C. Lawrence; Psiquiatría Clínica Moderna; Ediciones Científicas, La Prensa Médica Mexicana,
S.A. de C.V.; México, 1995

o Samper Hincapié, Luis Fernando; Bases y Proyecciones de la Neuropsicología;

o http://www.psiquiatrialdia.com/eWebs/GetDocumento.do?doc=212927&accion=acc_listar

o http://doctormente.wordpress.com/category/trastornos-del-animo/

o http://es.wikipedia.org/wiki/Historia_de_la_depresi%C3%B3n

o http://es.wikipedia.org/wiki/Historia_de_la_depresi%C3%B3n

o http://www.depresion.org/

o http://www.respuestasaladepresion.com/queesladepresion/queesladepresion.php

o http://www.eutimia.com/trmentales/tradaptativos.htm

o http://www.aperturas.org/articulos.php?id=0000245&a=Algunos-subtipos-de-depresion-sus-
interrelaciones-y-consecuencias-para-el-tratamiento-psicoanalitico

o http://www.cop.es/colegiados/M-00451/DEPRE.htm

o http://www.psicologoescolar.com/ARTICULOS/PAGINAS_DE_ARTICULOS/salamanca_m_carme
n_garcia_mateos_el_tratamiento_psicoanalitico_de_la_depresion_mas_alla_de_los_antidepresivos.ht
m

o http://www.editum.org/Depresion-La-Perdida-Del-Objeto-p-548.html

o http://www.cfnavarra.es/salud/anales/textos/vol25/sup3/suple6a.html

o http://es.wikipedia.org/wiki/Duelo_psicol%C3%B3gico

o Navarro Serer, Mariano (2006). «La muerte y el duelo como experiencia vital: acompañando el
proceso de morir.». Información psicológica

o DSM-IV-TR. Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales. Texto revisado. Ed.
Masson, Barcelona. 2002

You might also like