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A N A L I S I S Y P R O P U E S T A S

¿Hacia una nueva


arquitectura sindical
en América Latina?

ACHIM WACHENDORFER

FRIEDRICH
EBERT
STIFTUNG
ANALISIS Y P RO P UESTAS
OTROS TITULOS

Evaluación y Perspectivas de la
Acción Sindical en el Mercosur Álvaro Coronel
Seguridad Social en América Latina
y Conosur: mitos, desafíos, estrategias
y propuestas desde una visión sindical Ernesto Murro
Tendencias actuales de las
relaciones laborales en Europa Flavio Benites
Las normas sociales de los acuerdos
comerciales y de inversión bilaterales
y regionales Thomas Greven
Los comités de empresa: ¿una estrategia
para la acción del sindicalismo
transnacional en América Latina? Flavio Benites
O monitoramento de
empresas multinacionais Kjeld Jakobsen
El monitoreo de las empresas
multinacionales desde
una perspectiva sindical Kjeld Jakobsen
Panorama Sindical de Venezuela Rolando Díaz
El movimiento sindical internacional: Rudolf Traub-Merz
fusiones y contradicciones Jürgen Eckl
Os bancários brasileiros em face
da finança mundial desregulada Nise Jinkings
Da promessa integradora à
insegurança sócio-econômica Adalberto Moreira Cardoso
¿Hacia una nueva arquitectura sindical
en América Latina? Achim Wachendorfer

Los trabajos que publicamos son de exclusiva responsabilidad de


sus autores y no representan necesariamente el pensamiento de la
Fundación Friedrich Ebert.
Se admite la reproducción total o parcial, a condición de mencionar la
fuente y se haga llegar un ejemplar.
¿Hacia una nueva
arquitectura sindical
en América Latina?

ACHIM WACHENDORFER

noviembre 2007

A N Á L I S I S Y P R O P U E S T A S
Este artículo fue tomado de la revista Nueva Sociedad Nº 211 con autorización de la Di-
rección de la revista.
Fesur

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ISSN:1510–9631
Índice
América Latina y


la nueva central sindical mundial________ 5
América Latina:
una escena sindical compleja________ 6
La unidad sindical
en América Latina________ 8
¿Hacia una nueva arquitectura
sindical en América?________ 12
La nueva central sindical:
¿un instrumento de renovación?________ 14

Bibliografía________ 16

¿Hacia una nueva
arquitectura sindical
en América Latina?

Resumen:
La participación del sindicalismo latinoamericano en el diseño de la nueva central
sindical mundial, que se creó fines de 2006, fue más bien marginal. Esto era un
reflejo de su debilidad, en gran parte consecuencia del impacto de más de una
década de políticas neoliberales. Pero la fundación de la nueva central abrió tam-
bién un fuerte debate sobre el futuro del sindicalismo en la región, en un contexto
favorable debido a la presencia de gobiernos progresistas en muchos países. La
fundación de una central para las Américas en marzo de 2008 es una chance
única para impulsar una renovación sindical y rediseñar la arquitectura sindical de
la región. Para avanzar en esta dirección, la nueva central regional necesita crear
fuertes vínculos con otros actores sindicales que actúan en campos específicos
y buscar agendas comunes con los gobiernos progresistas.

Achim Wachendorfer: doctor en Ciencias Políticas (Universidad de Heidelberg);


actualmente es director del Programa Sindical Regional de la Fundación Friedrich
Ebert (fsr), con sede en Montevideo.

Palabras claves: economía, integración regional, sindicalismo, unidad sindical,


América Latina.

América Latina y la Sindical Internacional (csi) fue el resultado de


nueva central sindical mundial las largas y complejas negociaciones entre
las dos centrales sindicales mundiales más re-
El 1 de noviembre de 2006 se fundó en Viena presentativas: la Confederación Internacional
una nueva central sindical mundial. Participaron de Organizaciones Sindicales Libres (Ciosl),
del congreso fundacional unos 1.700 delega- con 141 millones de trabajadores, como socia
dos de 304 centrales nacionales, que represen- mayor, y la Confederación Mundial del Trabajo
taban a 168 millones de trabajadores (Traub– (cmt), de orientación confesional, con 9 millo-
Merz/Eckl). El nacimiento de la Confederación nes de trabajadores, como socia menor.


Diversos factores facilitaron esta fundación. concentró no tanto en la creación de la nueva
Desde el fin de la Guerra Fría y la disolución central mundial como en la conformación de
de la Unión Soviética, la Federación Sindical su filial regional americana, un proceso que
Mundial (fsm), que agrupaba a las centrales todavía está abierto.
con fuerte influencia comunista, perdió re-
levancia como actor en la esfera sindical in- ¿Cómo se explica la contradicción entre el pa-
ternacional. Al mismo tiempo, el liberalismo pel marginal del sindicalismo latinoamericano
económico y la globalización perjudicaron a en la creación de la nueva central mundial y
las organizaciones sindicales, generaron una las fuertes repercusiones e impactos que el
creciente pérdida de afiliados, redujeron su proceso generó en su interior? Esto tiene que
peso político y provocaron problemas econó- ver, en principio, con la situación sui generis
micos. El acercamiento entre la Ciosl y la cmt del sindicalismo latinoamericano: importan-
se debió en buena medida al reconocimiento tes sectores perciben este proceso como una
de que, frente a estas tendencias, algunas vie- oportunidad de redefinir y renovar el sindica-
jas divisiones resultaban anacrónicas. lismo de la región, mientras que otros se opo-
nen por distintas razones.
El proceso que llevó a la creación de la nue-
va central mundial despertó diversas reac- Este artículo analiza los complejos y contradic-
ciones. Para algunos, se trata apenas de la torios procesos que atraviesa el sindicalismo
fusión de dos aparatos burocráticos, con un latinoamericano en la creación de las nuevas
enfoque eurocentrista y un impacto muy limi- centrales sindicales mundial y regional, lo cual
tado (Waterman). Sin embargo, la mayoría de nos lleva a ensayar un análisis del contexto
los actores del mundo sindical lo evaluó como sindical y de los actores y fuerzas que intervie-
algo necesario, como una respuesta adecua- nen. Esto, a la vez, genera diversas preguntas.
da frente a la globalización política, de las em- ¿Existen en América Latina bases sindicales
presas y de los mercados. Esto se expresó en nacionales lo suficientemente sólidas y repre-
la convocatoria del flamante secretario general sentativas como para crear una organización
de la csi a impulsar un «nuevo internacionalis- regional consistente? ¿Cómo se distinguirá la
mo». Pero, a la vez, el congreso fundacional nueva central sindical regional de las que exis-
reflejó la grave crisis que atraviesa gran parte ten ahora o de las que la precedieron? ¿Qué
del movimiento sindical: de las 304 centrales rol podrá jugar ella en el proceso de renova-
que participaron, más de 200, entre ellas mu- ción del movimiento sindical latinoamericano?
chas latinoamericanas, dependen estructural- ¿Qué impacto puede generar en cada país?
mente del financiamiento externo. ¿De qué forma puede proyectar al sindicalis-
mo latinoamericano en el mundo, y cómo se
En las negociaciones para la creación de la podrá articular con otros actores?
csi, el sindicalismo latinoamericano tuvo una
participación discreta y simbólica. Solo al fi-
nal logró introducir algunas de sus reivindi- América Latina:
caciones, lo que refleja su débil presencia una escena sindical compleja
internacional. Sin embargo, aunque parez-
ca contradictorio, en ninguna otra región del El proceso de construcción de una nueva
mundo como en América Latina se desarrolló central mundial encontró al sindicalismo la-
un debate tan amplio y profundo acerca de la tinoamericano en una situación difícil y con-
creación de una nueva estructura sindical, tan- tradictoria, pero con algunas perspectivas
to en el orden mundial como en el regional. interesantes. Durante casi dos décadas, las
Esta discusión no se limitó, como sucede con políticas económicas neoliberales impactaron
frecuencia, a un grupo reducido de dirigen- fuertemente en el sindicalismo de la región.
tes, sino que se extendió a importantes sec- La apertura de mercados, el achicamiento del
tores sindicales. El grueso de la discusión se Estado, las privatizaciones, la desregulación


y la flexibilización laboral cambiaron profun- cular los Estados de bienestar. No fue casual
damente los mercados de trabajo. Uno de que fuera justamente en estas organizacio-
los efectos más llamativos fue el incremento nes corporativas, blanco de las críticas por
explosivo de la economía informal: hoy, mas sus estructuras autoritarias y antidemocrá-
de la mitad de la población económicamente ticas, donde se desarrollaron corrientes que
activa (56%, según el Banco Mundial) de Amé- cuestionaron las viejas tradiciones, cobraron
rica Latina se ubica en el sector informal. Los más y más relevancia y formaron sus propias
niveles son aún mayores entre las mujeres. centrales. Por otro lado, el sindicalismo de
Por sus características laborales, la economía orientación comunista quedó golpeado por la
informal tiene muchas dificultades para orga- caída de la Unión Soviética: el colapso de su
nizarse sindicalmente. El panorama se torna referente político disminuyó significativamen-
más sombrío si se toma en cuenta que la ma- te su influencia.
yoría de los nuevos puestos de trabajo que se
crean se ubican en ese sector. Como consecuencia de estos cambios, la divi-
sión sindical en términos ideológicos dio paso
Estos cambios afectaron al movimiento sindi- a una mayor dispersión, en muchos casos vin-
cal de distintas formas, entre las que se des- culada a la creciente fragmentación política. El
taca la fuerte reducción de la tasa de afiliación resultado es un escenario en el que muchas
sindical que se verificó, sobre todo, en el sec- veces, dentro de cada país, conviven diver-
tor privado de la economía. Fueron acompa- sas centrales sindicales con bajísimos niveles
ñados, además, por un discurso, altamente de afiliación. La fragmentación es una de las
eficiente, que describió a los sindicatos como principales características del sindicalismo la-
anacrónicos y prehistóricos, como obstáculos tinoamericano y agudiza su debilidad; no de-
para la modernización. Todos estos factores pende de condiciones externas al mismo sin-
contribuyeron a su debilitamiento en la mayo- dicalismo, sino de la disputa de poder interna
ría de los países latinoamericanos, especial- y de la ausencia de una cultura que priorice
mente en la región andina y en Centroamérica: los intereses del conjunto.
en muchos de estos países, el sindicalismo se
convirtió en un actor marginal. En síntesis: los cambios económicos, sociales
y políticos generados por el neoliberalismo y
A la vez, los cambios mencionados cuestio- la globalización, junto con el colapso del blo-
naron (o pusieron en jaque) algunos modelos, que socialista, no solo redujeron la importan-
prácticas e ideologías sindicales de larga tra- cia del movimiento sindical en América Latina,
dición en América Latina. Las organizaciones sino que también pusieron en jaque ciertas
de trabajadores reaccionaron de diversa ma- prácticas y concepciones que tenían una fuer-
nera a estos cambios. El sindicalismo de tra- te tradición.
dición corporativa estuvo entre los más afec-
tados. Este tipo de sindicalismo se constituyó Las organizaciones que comenzaron tempra-
en el contexto de un Estado fuerte y benefac- namente un proceso de renovación fueron las
tor, que necesitaba organizaciones capaces que mejor resistieron los vientos del neolibe-
de imponer su modelo de desarrollo. En algu- ralismo y la globalización. El caso paradigmá-
nos países, como Argentina y México, las or- tico fue el novo sindicalismo brasileño, el mis-
ganizaciones de este tipo habían ganado un mo que más tarde derivó en la creación de la
rol político y económico importante. Sin em- Central Única de los Trabajadores (cut), hoy la
bargo, ya en los 70 y 80, como consecuencia más importante de América Latina. Este tipo de
de los cambios en la economía, la sociedad sindicalismo se formó, liderado por Lula, sobre
y la política, este modelo sindical comenzó a la base de la industrialización de la economía
exhibir las primeras señales de desgaste. Fue brasileña de los 60 y logró superar el tradicional
el inicio de un proceso que se aceleró en los corporativismo y crear una nueva identidad de
90, con las políticas que apuntaron a desarti- izquierda sindical. Una de sus características


fue la fuerte articulación con otros movimientos Por otro lado, el proceso de creación de una
sociales y actores de la sociedad civil. nueva central mundial supone desafíos impor-
tantes para dos actores sindicales regionales:
Quizás el impulso más alentador para el mo- las Federaciones Sindicales Internacionales
vimiento sindical, después de largos años a la (fsi), que agrupan a los sindicatos naciona-
defensiva, derive del surgimiento, en muchos les por rama de actividad y tienen una larga
países, de gobiernos progresistas elegidos por tradición en América Latina; y las coordina-
su discurso antineoliberal. Algunos de ellos in- doras subregionales, una novedad en la es-
cluso contaron con el apoyo decisivo del mo- cena sindical latinoamericana, que articulan
vimiento sindical. Aunque la nueva coyuntura a las centrales nacionales por región –Cono
política latinoamericana no cambiará automá- Sur, zona andina y Centroamérica– y que han
ticamente la difícil posición del sindicalismo, sí evolucionado como parte de los procesos de
puede ayudar a oxigenarlo en algunos aspec- integración.
tos. Por ejemplo, a través de una valoración
distinta y de la aceptación del sindicalismo La orit como pilar de la unificación. El pa-
como un socio para aplicar políticas progre- pel de la Ciosl como fuerza dominante en el
sistas, mediante una mejora de la legislación proceso de creación de la nueva central mun-
laboral y del respeto a las normas laborales dial se corresponde con el protagonismo de
y la libertad de organización. Una experiencia la orit en el continente americano. En la orit,
interesante es la de Uruguay, donde las re- que cuenta con unos 23 millones de afiliados
cientes reformas al marco laboral permitieron cotizantes, están nucleadas no solo las cen-
y estimularon un fuerte crecimiento de la tasa trales con más afiliados, sino también las más
de sindicalización. relevantes de la región. Entre ellas se desta-
can la estadounidense Federación Americana
del Trabajo–Congreso de Organizaciones In-
La unidad sindical dustriales (afl– cio, por sus siglas en inglés),
en América Latina la cut brasileña, la Confederación General del
Trabajo (cgt) argentina, el Congreso del Tra-
En América, las organizaciones más afecta- bajo de Canadá (clc, por sus siglas en inglés),
das y comprometidas con el acuerdo entre la la Confederación de Trabajadores de México
Ciosl y la cmt en la creación de una nueva (cmt) y la Unión Nacional de Trabajadores
central mundial fueron las dos organizacio- (unt) mexicanas, y la Central Única de Traba-
nes regionales: la Organización Regional In- jadores (cut) chilena.
teramericana de Trabajadores (orit), afiliada
a la Ciosl, y la Central Latinoamericana de A pesar de que la orit era la organización re-
Trabajadores (clat), perteneciente a la cmt. gional de la Ciosl, existen diferencias en el
Además, otros actores sindicales fueron afec- desarrollo histórico de ambas organizaciones,
tados por este proceso, frente al cual todos que se explican, al menos en parte, por la con-
se vieron forzados a posicionarse. Entre ellos vivencia del sindicalismo norteamericano con
se destacan las centrales «independientes», el latinoamericano dentro del mismo espacio.
aquellas agrupaciones nacionales que no es- La orit fue fundada 1952 como filial de la
taban afiliadas a ninguna central internacional. Ciosl para todo el continente americano, con
También tuvieron que adoptar una postura los sede en México. Desde sus inicios estuvo mar-
vestigios latinoamericanos de la otrora pode- cada por la lógica de la Guerra Fría. No podía
rosa Federación Sindical Mundial (fsm), repre- ser de otra forma, ya que su destino fue rápi-
sentada básicamente por la Central de Traba- damente definido por la central estadouniden-
jadores de Cuba (ctc), y las organizaciones se afl– cio, que asumió sin fisuras la óptica del
vinculadas al concepto sindical –todavía poco Departamento de Estado. La dominación de la
claro– de la Revolución Bolivariana del presi- afl– cio sobre la orit fue el reflejo de su enor-
dente venezolano Hugo Chávez. me poder económico y político.


En sintonía con la política del gobierno estado- dinámico de América Latina. Pero, además de
unidense, la orit impulsó en América Latina y avances, también se registraron retrocesos. El
el Caribe democracias que se asemejaban a más importante fue sin duda la división de su
la norteamericana y calificó de comunistas afiliada más importante, la afl– cio, durante su
los distintos procesos de reformas sociales congreso de agosto de 2005 en Chicago. La
que se desarrollaron en los 50 y 60 en países salida de un sector importante de la afl– cio
como Guatemala y República Dominicana. Sin generó un debilitamiento de la orit y significó
embargo, las cosas cambiaron desde los 70. la pérdida de varios millones de cotizantes.
El debilitamiento de la afl– cio, el creciente in-
terés del sindicalismo europeo en la región y En un primer momento, la decisión de la Ciosl
los reposicionamientos en el sindicalismo lati- de fusionarse con la cmt para crear una nueva
noamericano permitieron un viraje de la orit central sindical mundial no provocó demasia-
hacia posiciones más progresistas. Algunas do entusiasmo en la orit. Sin embargo, rápi-
transformaciones que se producirían después, damente se percibió que el proceso implicaba
como el fin de la Guerra Fría y los cambios en una oportunidad para profundizar la articula-
la propia afl– cio, también favorecieron este ción del movimiento sindical en la región. En
proceso de reorientación progresista. La orit ese sentido, la estrategia de la orit no se li-
fue ganando respeto y atractivo frente a cen- mitó a fusionarse con la clat, replicando en el
trales sindicales que hasta el momento se ha- orden regional la convergencia mundial, sino
bían mantenido distantes. Con la afiliación de más bien a abrir el juego a otros actores sin-
la cut chilena y de las tres centrales brasile- dicales.
ñas, la orit logró afianzarse en el Cono Sur.
Sin embargo, pese a los avances, se mantie- La clat: un socio menor y reticente. Las
nen sus contradicciones, ya que el viraje pro- centrales sindicales que integran la clat no
gresista y el compromiso con los valores de tienen en general demasiada relevancia. Es-
un sindicalismo sociopolítico no fueron acom- pecialmente en los grandes países del conti-
pañados en la práctica por un importante nú- nente, como eeuu, Canadá, Brasil, México y
mero de sus centrales afiliadas. Argentina, la clat tiene una presencia más
bien simbólica, o directamente no existe. Su
Cuando comenzó la discusión sobre la for- fuerza radica, sobre todo, en los países con
mación de una nueva central mundial, la orit un desarrollo sindical reducido, principalmen-
atravesaba un proceso de consolidación y te en América Central y la región andina. Esta
profundización de sus posiciones progresis- central, que cuenta con poco más de tres
tas, que se expresó de varias formas. En su millones de afiliados cotizantes, ha aportado
congreso de junio de 2005 en Brasilia, la orit poca sustancia al proceso de creación de una
logró presentarse como una alternativa sindi- central mundial y regional.
cal progresista en la región. Al mismo tiempo,
sus vínculos con otros movimientos sociales, Sin embargo, esta organización forma parte
como la Alianza Social Continental (asc), la del patrimonio histórico del movimiento sindi-
fuerte presencia de mujeres en sus órganos cal latinoamericano y es por lejos la filial más
directivos y su interacción con los gobiernos importante de la cmt. Sus orígenes se remon-
progresistas de América Latina mejoraron su tan a 1954. En 1968, dos años después que
imagen. El traslado de su sede de Caracas a lo hiciera su organización matriz, quitó de su
San Pablo fue una decisión eminentemente nombre la referencia cristiana. Contrariamen-
política, que ayudó a la orit tomar distancia te a la orit, la clat definió desde el comien-
de la difícil situación generada por el conflicto zo como su espacio de actuación a América
entre una de sus afiliadas, la Central de Traba- Latina y el Caribe –y no a América. Con un
jadores de Venezuela (ctv), y el gobierno de discurso latinoamericanista y tercermundista,
Chávez. Al instalarse en San Pablo, la orit se propugnando un socialismo participativo y un
ubicó en el centro sindical más importante y tercer camino entre capitalismo y comunismo,


la clat buscó una posición autónoma entre marcadas por una fuerte competencia que a
la orit, en aquellos tiempos todavía domina- menudo provocó fricciones y conflictos. Des-
da por la central norteamericana, y la fsm, de un comienzo, la clat vivió con temor la
de orientación comunista. Pero el programa posibilidad de perder influencia y autonomía
progresista de la clat no generó grandes ad- y ser absorbida por la orit en caso de que se
hesiones. Con frecuencia, los conceptos pro- concretara la unificación.
gresistas chocaron con una práctica sindical
contradictoria y anacrónica. Muchas organiza- Al mismo tiempo, para importantes sectores
ciones afiliadas a la clat se subordinaron a de la orit, una simple fusión con la clat agre-
la estrategia de partidos demócrata–cristianos gaba poco valor. Sin embargo, rápidamente se
conservadores y, de esta forma, dañaron su impuso la idea de que una nueva central, con
credibilidad. un diseño innovador, podría ser una chance
única para posicionar al sindicalismo latino-
La clat tiene algunas características propias. americano de forma distinta. Esta estrategia
Afilia no solo a sindicatos, sino también orga- supuso abrir el juego, es decir, no solamente
nizaciones de la economía informal y a dife- apuntar a la fusión entre la orit y la clat, sino
rentes grupos sociales. En algunos países, también ampliar la base de la nueva central
como Argentina y Uruguay, actúa a través de regional a través de la incorporación de las or-
corrientes internas de las centrales ya exis- ganizaciones no afiliadas.
tentes. Caracterizada además por una fuerte
autonomía frente a su organización matriz, la Más allá de las animosidades, existían algunas
cmt, la clat, ha recibido a lo largo de su his- discrepancias concretas que debían ser nego-
toria importantes apoyos financieros de insti- ciadas. Uno de los puntos más polémicos fue
tuciones católicas europeas. Esto le permitió el alcance geográfico de la nueva central re-
crear un patrimonio significativo, con muchas gional. Para la orit, la dimensión continental,
propiedades e importantes centros de forma- con la inclusión de las centrales de América
ción, como la Universidad de los Trabajadores de Norte, era un tema no negociable. Predo-
de América Latina (utal), con sede en Cara- minaba la convicción de que la participación
cas, pero le significó también una fuerte de- del sindicalismo norteamericano era indispen-
pendencia del financiamiento externo. sable para fortalecer su peso en el mundo. En
particular, las centrales canadienses tenían
Desde un comienzo, la clat se mostró es- gran interés en mantener la organización con-
céptica frente al proceso de creación de una junta con las de América Latina. La clat, en
nueva central mundial. Esto, sin embargo, se cambio, consideraba la identidad latinoameri-
explicaba más por cuestiones regionales, vin- cana como un tema central.
culadas a temas latinoamericanos, que por la
resistencia al proceso de unificación mundial. Otras discrepancias surgieron alrededor de
cuestiones como la futura sede de la organi-
La orit versus la clat. La decisión de unifi- zación, la fecha del congreso de fundación, el
cación de las dos centrales mundiales no pro- nombre de la nueva regional, el manejo de las
vocó, en un primer momento, demasiado en- propiedades de la clat y el rol que adquirirían
tusiasmo, ni en la orit ni en la clat. El proceso las organizaciones por sector. También hubo
no contó con una participación destacada de discusiones en torno de la distribución de los
las organizaciones regionales, que se mantu- cargos en los órganos de decisión. Por mo-
vieron como espectadoras. Conscientes de mentos, pareció que las negociaciones fraca-
su poca influencia global, la discusión entre sarían. Dentro de la clat existían posiciones
ambas centrales se limitó al orden regional. diferentes acerca de cómo encarar el proceso:
Como era de esperar, las discusiones fueron sus dirigentes más jóvenes y algunas de sus
complicadas y conflictivas. Las relaciones en- organizaciones más importantes se mostraron
tre la orit y la clat estuvieron históricamente más dispuestos, mientras que ciertos dirigen-

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tes más antiguos, probablemente con poco partidos comunistas, que se manifestaron en
futuro en la nueva central regional, opusieron contra de la incorporación a la nueva central
más resistencia. mundial y regional. Esto provocó fuertes dis-
cusiones dentro de cada central, entre ellas, y
Las centrales no afiliadas. Una de las caracte- entre ellas y la orit. En su congreso de 2006, la
rísticas que distingue a América Latina de otras cta resolvió participar en la nueva central. Poco
regiones del mundo es la presencia de un nú- después, en agosto de ese año, la cut colom-
mero relevante de centrales sindicales no afilia- biana tomó la misma decisión. Sin embargo, el
das a ninguna de las grandes organizaciones pit– cnt de Uruguay y la cgt de Perú rechaza-
mundiales. Algunas de ellas formaron parte de ron esa posibilidad. En ambos casos, las co-
la fsm, de orientación comunista, pero des- rrientes comunistas impulsaron la negativa.
pués del colapso del campo soviético esa afilia-
ción se transformó en una cuestión meramente ¿Indiferentes o adversarios? Si bien la mayo-
formal. Algunas tienen un fuerte peso político, ría de las centrales sindicales de la región par-
especialmente en algunos países de América ticipó del proceso de discusión sobre la crea-
del Sur. Y, aunque con fuertes diferencias, en ción de una nueva central regional y mundial,
general tienen en común una tradición comba- algunas tomaron distancia y se desvincularon,
tiva y una relación con la izquierda política. sobre todo aquellas históricamente alineadas
con la fsm. Si bien para algunas, como la cgt
Dos de estas organizaciones, el Plenario Inter- de Perú y la cob, el vínculo es meramente for-
sindical de Trabajadores–Convención Nacio- mal, en otros casos no es así: la Central de los
nal de Trabajadores (pit– cnt) de Uruguay y la Trabajadores de Cuba (ctc) actúa de hecho
Central Obrera de Bolivia (cob), son centrales como la columna vertebral de la fsm en Amé-
únicas en sus respectivos países. En otros ca- rica Latina.
sos, como la Central Única de Trabajadores
(cut) de Colombia y la Confederación Gene- Como era de esperar, la invitación de la orit a
ral de Trabajadores de Perú (cgtp), no son las la ctc para que participara en la discusión fue
únicas centrales, pero sí las más importantes. rechazada. Y, a pesar de que le transmitió a la
La Central de los Trabajadores Argentinos orit que no se opondría al proceso de cons-
(cta) ocupa el segundo lugar en su país. trucción de la nueva central, la ctc hizo valer
su influencia en algunos congresos sindicales
Con la única excepción de la cob de Bolivia, en los que se debatió la participación en el
que practica cierto autoaislamiento, la orit ha proceso de construcción de la nueva central
podido construir relaciones estrechas con las mundial. Esto fue así en los congresos de la
centrales independientes luego de su viraje cut de Colombia, del pit– cnt de Uruguay y de
progresista. Para la orit, la participación de la cgt de Perú.
algunas de esas centrales en la nueva orga-
nización regional era una de las condiciones Otro actor sindical que no se sumó al proyecto
indispensables para avanzar en la renovación fue la Unión Nacional de Trabajadores (unt)
del sindicalismo regional. La posible incorpo- de Venezuela, fundada bajo el auspicio de
ración de algunas de esas agrupaciones po- Chávez. Se trata, de todas formas, de un ac-
tenciaría la presencia de la nueva organización tor de poca presencia internacional debido a
regional en los respectivos países e incremen- varios problemas internos que todavía no se
taría su legitimidad y representatividad en el han resuelto. Es muy difícil percibir una visión
continente. Por último, y no menos importan- sindical de la Alternativa Bolivariana para las
te, contribuiría a la consolidación del eje pro- Américas (alba), el proyecto de integración
gresista de la nueva organización regional. impulsado por Chávez. Solamente en el sector
energético se realizan actividades que podrían
En todas estas centrales existen importantes desembocar en la creación de una federación
corrientes internas, en general cercanas a los sindical chavista.

11
¿Hacia una nueva arquitectura las reuniones entre la orit y la clat para solu-
cionar los numerosos puntos pendientes. En
sindical en América? la mayoría de los casos, se logró llegar a un
A pesar de que su participación en el proceso consenso: la nueva central regional abarcará
de creación de una central sindical mundial todo el continente (incluyendo Norteamérica),
fue marginal, la orit logró que dos de sus rei- se inaugurará el 25 y 26 de marzo de 2008
vindicaciones fueran incluidas en la agenda. y ya tiene nombre. En sintonía con la central
Por un lado, la garantía de cierto margen de mundial, se llamará Confederación Sindical de
autonomía para las organizaciones regionales, las Américas (csa). Su congreso inaugural se
que en un primer momento había sido puesta realizará en la ciudad de Panamá y todo indica
en cuestión. Por otro, la definición del proce- que la nueva sede de la organización estará
so de creación de una nueva central mundial en San Pablo.
no como una simple fusión entre la Ciosl y
la cmt, sino como una verdadera refunda- Otro punto conflictivo, la representación de las
ción. Esto era especialmente importante para distintas organizaciones en el futuro órgano
la orit, ya que generaba la posibilidad de in- ejecutivo, también fue resuelto: la clat tendrá
corporar a las centrales independientes. Para una representación significativamente mayor
imponer esos dos objetivos, la orit consiguió que la que le correspondería en función de su
el apoyo explícito de un grupo de centrales fuerza real, pero menor a la que había exigido.
europeas importantes. Esto reflejó, de cierta Otro tema crítico, el de las propiedades de la
forma, el reconocimiento a la nueva dirigencia clat, también se resolvió. Sin embargo, a pe-
de la orit en su búsqueda de renovación del sar de estos avances, es posible que no todas
sindicalismo latinoamericano. las centrales afiliadas a la clat se sumen a la
nueva central regional.
La orit y la clat llegaron al congreso de Viena
con una larga agenda de cuestiones pendien- La futura central y las coordinadoras subre-
tes entre ellas. Esto, sin embargo, no impidió gionales. En los últimos años se crearon en
que participaran de él todas sus organizacio- América Latina, bajo distintas modalidades,
nes afiliadas. Para la orit, fue central la parti- conglomerados sindicales subregionales, que
cipación de dos de las centrales independien- representan una importante novedad. La pri-
tes, la cut de Colombia y la cta. La presencia mera en constituirse y la más importante es
de estas dos organizaciones confirmó, pese a la Coordinadora de Centrales Sindicales del
la ausencia de la cgt de Perú y el pit– cnt de Cono Sur (ccscs), que agrupa las principales
Uruguay, la estrategia de la orit de atraer, con centrales del sur del continente y tiene como
políticas y prácticas sindicales renovadas, a referencia al Mercosur.
nuevos socios.
En el pasado, la dirección de la orit temió
Los meses que siguieron al congreso de Viena que la ccscs pudiera transformarse en una
estuvieron marcados por intensas discusiones competencia. Sin embargo, la nueva dirección
para sentar las bases de la nueva central re- de la orit comprendió la importancia de esta
gional, que, según el reglamento, debería fun- coordinadora subregional para su propio futu-
darse en el plazo de un año, es decir antes ro: una organización sindical que abarca todo
de noviembre de 2007. Para avanzar en ese el continente difícilmente pueda responder
objetivo, la orit buscó profundizar sus relacio- adecuadamente a los desarrollos específicos
nes con las Federaciones Sindicales Interna- de cada subregión. Así, la ccscs no fue per-
cionales (fsi) y con las coordinadoras sindica- cibida más como un problema sino como una
les subregionales. Desde la perspectiva de la oportunidad para fortalecer la presencia de la
orit, una fuerte articulación con estos núcleos orit en el sur de América Latina. De hecho, la
era indispensable para el sustento de la nueva orit ha tomado como referencia a la ccscs
central regional. Paralelamente, continuaron para contribuir a la creación de la Coordina-

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dora Sindical de América Central y el Caribe integrarse orgánicamente a la nueva central
(Csacc). Sin embargo, la situación en esta su- regional, todo indica que prevalecerá la posi-
bregión es bastante más compleja: el sindica- ción de la orit.
lismo centroamericano es débil y se encuentra
disperso; existe otra organización regional, la Una agenda común con las Federaciones
Plataforma Sindical Común Centroamericana Sindicales Internacionales (fsi). Otro desa-
(pscc), que organiza a diversas centrales sin- fío importante para la nueva central regional
dicales y a otros actores no sindicales de la consiste en una articulación más consistente y
región. Además, la falta de una dinámica de profunda con las distintas fsi, organizaciones
integración comparable al Mercosur implica basadas en las ramas de actividad económi-
la ausencia de un marco de referencia fuerte. ca. Varias de ellas atravesaron, en los últimos
En esta perspectiva, uno de los objetivos de la años, procesos de fusión. Algunas se unifica-
orit consiste en consolidar a la Csacc y bus- ron incluso con las organizaciones cristianas,
car formas de cooperación con la pscc. como la rama de la construcción y la madera,
que en diciembre de 2005 creó la Internacio-
En la región andina, el proceso también es nal de la Construcción y la Madera (icm).
complejo. Existe una instancia sindical, el Con-
sejo Consultivo Laboral Andino (ccla), al cual En América Latina, las fsi actúan de forma di-
pertenecen todas las centrales nacionales re- versa. Algunas mantienen una fuerte presen-
levantes. Pero no se trata de una organización cia, pero otras redujeron su compromiso en
sindical autónoma sino de un órgano oficial los últimos años. A fin de cuentas, como ya
de la Comunidad Andina de Naciones (can), señalamos, en la región también la afiliación
con una dependencia financiera absoluta. En sindical a las fsi –sus bases son en gran parte
noviembre de 2006, también con apoyo de la las mismas que las de la orit– se ha reducido
orit, se fundó una Coordinadora Subregional sustancialmente. Sin embargo, es justamente
Andina. Sin embargo, también allí el sindica- la debilidad de los sindicatos latinoamericanos
lismo está bastante debilitado y dividido por la que hace indispensable una articulación to-
conflictos internos, por lo que esta coordina- davía más fuerte entre la central regional que
dora se encuentra poco consolidada, es muy se va a fundar y las fsi. Las respuestas sindi-
dependiente del apoyo externo y aún debe de- cales frente a las empresas transnacionales,
mostrar su capacidad de supervivencia. la superación de la división de los sindicatos,
el respeto y la implementación de las normas
A pesar de estos problemas, para la orit las internacionales del trabajo, la lucha por la li-
coordinadoras subregionales tienen un ca- bertad sindical y el posicionamiento frente a
rácter estratégico. De acuerdo con su visión, los modelos de integración y los acuerdos de
ellas pueden atender de forma mucho más comercio son cuestiones que solo pueden ser
eficiente los problemas y desafíos específicos enfrentadas en forma articulada y conjunta.
de las subregiones. La orit –al igual que la Se han dado ya algunos pasos alentadores en
futura csa– se ve como una referencia conti- esta dirección de cooperación entre la nueva
nental en la que confluyen distintos enfoques central sindical regional y las fsi, como las
subregionales. Otro punto crucial es que las campañas conjuntas contra los contratos de
coordinadoras subregionales permiten man- protección en México.
tener relaciones estrechas con aquellas orga-
nizaciones que no están afiliadas a la orit y Perfiles programáticos. Es pronto para espe-
que tampoco van a formar parte de la csa. Un cular acerca del perfil ideológico–programáti-
problema todavía abierto es que la clat tie- co de la nueva central regional. Sin embargo,
ne sus propias coordinadoras en el Cono Sur, algunos conceptos permiten hacerse cierta
aunque con muy poca relevancia, y en Cen- idea sobre el rumbo que va a tomar. En 2005
troamérica, con algo más de peso. Aunque la y 2006, el sindicalismo americano protagoni-
clat sostiene que las coordinadoras deberían zó una intensa discusión programática, cuyo

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resultado fue el documento titulado Platafor- cionales fuertes. Esto significa una pesada hi-
ma Laboral para las Américas (pla), que se- poteca para la futura csa, que deberá consti-
guramente será uno de los pilares de la nueva tuirse sobre un paisaje sindical muy complejo.
central regional y que, por lo tanto, merece Aunque existen importantes centrales sindica-
atención. les en algunos países y regiones de América
Latina, en otros el sindicalismo se encuentra
La elaboración de la pla se produjo con vistas muy debilitado. En consecuencia, las organi-
a la Cumbre de Jefes de Estado de las Amé- zaciones más fuertes tienen que asumir la res-
ricas que se realizó en noviembre de 2005 en ponsabilidad de dar aliento para garantizar el
Mar del Plata. Uno de los ejes principales de futuro de la nueva central regional.
esta cumbre fue el tema del empleo. Esto mo-
tivó que la Ciosl /orit, junto con otras orga- Muchos ya se preguntan en qué aspectos la
nizaciones sindicales, elaborara un concepto nueva central se distinguirá de las experien-
propio sobre empleo, que fue presentado y cias anteriores. ¿Será la csa más de lo mismo?
discutido con los gobiernos presentes. Al fin y al cabo, la nueva central se construirá
esencialmente sobre las centrales afiliadas a la
Desde el comienzo, sin embargo, se impuso la orit y la clat. ¿Reproducirá las mismas tradi-
idea de producir no un simple documento para ciones y prácticas sindicales, las antiguas vir-
la cumbre, sino más bien un concepto estraté- tudes y los viejos vicios? La diferencia con las
gico. Para ello se recurrió a una metodología experiencias anteriores radica esencialmente
novedosa. En lugar de encargar a algunos en el fuerte proceso de renovación que expe-
asesores la elaboración del texto, la orit im- rimenta la orit desde hace algunos años, que
pulsó un amplio proceso de debate del que seguramente impactará en la configuración de
participaron las coordinadoras subregionales la nueva central. Pero para mantener esta di-
y las centrales de América del Norte y México. námica renovadora, es indispensable que se
En un segundo paso, el borrador fue discutido consolide el eje progresista que permitió los
en numerosos países. También la clat, que en cambios en la orit. Este eje solamente puede
un primer momento se abstuvo de participar, ser integrado por las centrales importantes de
declaró su apoyo a este documento. la orit, las llamadas «independientes» y, qui-
zás, por algunas centrales de la clat.
Uno de los méritos de la pla consistió enton-
ces en la incorporación al proceso de discu- Para consolidar este desarrollo es también
sión de las visiones de distintas corrientes sin- vital la permanencia de los gobiernos progre-
dicales. Este factor contribuyó al proceso de sistas en el poder. El éxito y los avances sindi-
unidad sindical. El documento integra también cales en América Latina dependerán, en bue-
una visión de género, desarrolla conceptos na medida, de la suerte de estos gobiernos.
de medio ambiente y otros aspectos que, en Y esto no solo se relaciona con las políticas
general, resultan difíciles de digerir por el sin- nacionales, sino también con las estrategias
dicalismo tradicional. En este sentido, la pla de integración regional. En ese sentido, para
va mucho más allá de las reivindicaciones sin- la nueva central regional es clave el posicio-
dicales clásicas, lo que abre la posibilidad de namiento de estos gobiernos en los órdenes
que el movimiento sindical construya alianzas continental y mundial. Por ese motivo, son
amplias con otros actores sociales. importantes decisiones tales como el rechazo
al avance del Área de Libre Comercio de las
Américas (alca), las posiciones de los gobier-
La nueva central sindical: nos progresistas contrarias a los tratados de
¿un instrumento de renovación? libre comercio con eeuu, la centralidad que ha
adquirido la estrategia de integración (un re-
Una organización supranacional consistente clamo histórico del movimiento sindical) y el
necesita como sustento organizaciones na- reciente posicionamiento en las negociacio-

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nes de la Organización Mundial del Comercio la que desarrollan la mayoría de las centrales
(omc) en el marco de la Ronda de Doha. nacionales. Del mismo modo, la política de
alianzas y la articulación con otros actores
Finalmente, ¿cuáles serán las posibilidades que realiza la orit puede servir como referen-
de la futura csa de intervenir en cada país? cia para los sindicatos de cada país. La forma
Aunque seguramente no podrá solucionar los en que la orit organizó el proceso de discu-
múltiples problemas que afectan hoy a las sión de la pla podría constituir también un
organizaciones sindicales nacionales, puede buen modelo. Por último, una central regional
proyectar su influencia en la política sindical activa puede organizar campañas de presión
interna de cada país de diferente forma. El para solucionar ciertos problemas sindicales:
mismo proceso de unidad sindical regional la campaña contra los contratos de protección
implica un mensaje fuerte en el sentido de su- en México o contra la violación sistemática de
perar la dispersión que rige en la mayoría de los derechos sindicales en Colombia son bue-
los países. En ese sentido, la fundación de la nos ejemplos.
nueva central brasileña, la Unión General de
los Trabajadores (ugt), realizada en julio de Si se dan algunas de estas condiciones, si la
2007, como resultado de la fusión de tres cen- nueva central sindical regional logra ubicarse
trales, entre ellas una de la clat y otra de la como eje de la articulación entre las coordina-
orit, puede ser un buen ejemplo1. doras subregionales y las fsi y si se consigue
aprovechar la favorable coyuntura política,
La experiencia de unidad regional también entonces el sindicalismo latinoamericano in-
puede generar otros efectos importantes en crementará su presencia y su visibilidad en el
cada país. La orit, por ejemplo, practica una escenario internacional.
política de género mucho más avanzada que

1 orit info año 4, Nº 13, 7/2007.

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