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Canal 8
07/12/10
Entrevista con:
-Sr. Sidney Blanco
Magistrado de la Sala de
lo Constitucional, de la Corte
Suprema de Justicia
R.D.: (Entrevistador:
Rafael Domínguez): Gracias por
mantenerse en nuestra sintonía.
Ya hemos adelantado un
poco nuestra conversación de
hoy con nuestro invitado, el
magistrado de la Corte Suprema
de Justicia, Sidney Blanco.
El tema de aplicación de
justicia en el país merece una
profunda reflexión.
Hay datos que revelan
que vamos mejorando en la
aplicación o en la lucha contra
la delincuencia. Si eso mejora,
llega a ser eficiente, claro, hay una
recarga importante sobre el sector
justicia, que ya empieza a sentirse.
Y eso es parte de lo que
esperamos conversar hoy, presión
que lleva hasta la depuración de
algunos jueces, como ha sido
anunciado también en los días
anteriores, la reorganización de
centros penales, por ejemplo,
y la readecuación dentro de
centros penales en base a la
misma legislación existente
para desahogarlo, porque hay
demasiado reo, y en la medida en
que somos eficientes llevamos
más gente a la cárcel, y pareciera
que entonces que el ciclo siempre
queda de alguna manera viciado
y los ciudadanos preocupados
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por el tema de violencia y
delincuencia, si es que se puede
alguna vez terminar con ella.
El magistrado Sidney Blanco
con nosotros. Gracias por
acompañarnos.
Sr. Blanco: Mucho gusto.
R.D.: Un gusto tenerlo en
nuestro programa.
Sr. Blanco: Muchas gracias
por la invitación. Y es un gusto
estar de nuevo aquí en este
programa, que es muy querido y
muy visto por la gente.
R.D.: Magistrado, estamos
como, yo, yo hago así una, una
referencia a esto como, como en,
en una situación de nunca acabar,
¿no?, en una, en una rueda que,
que cuando hacemos bien las
cosas en un lado por otro lado
se nos desajusta, eh, entonces,
¿cómo lo están viendo ustedes
desde la Corte?
Y tomando en cuenta
también que desde la Sala de
lo Constitucional y la Sala de
lo Penal ya se empieza a ver
alguna diferencia en el tema
de aplicación de justicia contra
todo, es decir, los tiempos son
importantes; ustedes dicen, tienen
que cumplirse los tiempos; la Sala
de lo Penal dice, estamos muy
cargados, se ha incrementado el
100% de trabajo, no logramos
salir y violamos la ley, y al final
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tenemos necesidad de aplicar la
ley.
Sr. Blanco: Bueno, yo creo
que no terminamos de luchar, eh,
contra las costumbres del pasado,
eh, este problema reciente que
se ha suscitado ha sido producto
de unas demandas de hábeas
corpus presentadas por personas
que se encuentran, eh, algunos
condenados, y que reclaman sus
derechos.
Evidentemente, nuestra
Constitución reconoce que los
derechos fundamentales son,
pues, intocables, eh, salvo que
existan decisiones que digan lo
contrario.
Con esto quiero decir que los
derechos fundamentales tampoco
son absolutos, sino que son
relativos.
Y en ese sentido, hemos
recibido en la Sala de lo
Constitucional demandas de
ciudadanos que se encuentran
condenados pero que han
interpuesto recursos, y hay una
jurisprudencia muy consolidada
de que la detención provisional de
las personas inicia al momento de
su aprehensión material, a partir
de ahí se comienzan a contar
los plazos establecidos en la ley
y termina hasta que la sentencia
condenatoria esté firme.
Es decir que mientras una
sentencia no adquiera firmeza la
persona continúa en detención
provisional.
¿Y qué es firmeza? Es aquella
sentencia que ya no admite más
recursos, ha quedado ya, eh, en
un estado de ejecución, porque
se agotaron todos los recursos
y se confirmó al sentencia
condenatoria.
Esto significa que a partir
de la aprehensión material de
una persona hasta la firmeza de
la sentencia, de acuerdo a la ley,
porque aquí estamos hablando
no de un invento de la Sala de
lo Constitucional, sino que de
acuerdo a la ley, en el artículo 6
del Código Procesal Penal los
legisladores establecieron los
tiempos máximos de detención
provisional.
Y los tiempos máximos de
detención provisional son 24
meses cuando se trata de delitos
graves; y 12 meses cuando se trata
de delitos menos graves. ¿Y cuáles
son los delitos graves? Aquellos
que el legislador ha establecido
con penas superiores a tres años
de prisión.
En otras palabras, para el
legislador, para los diputados
de la Asamblea Legislativa,
cuando elaboraron el Código
Penal, Procesal Penal, dijeron
que ninguna persona debía estar
detenida provisionalmente más
allá de 24 meses.
Entonces, eh, algunos
ciudadanos que están condenados
ya, vienen a la Sala a presentar
demandas de hábeas corpus,
¿contra quién? Contra la Sala de
lo Penal porque les ha retardado
la resolución de un recurso de
casación.
Hemos tenido casos en
donde las personas han estado en
detención provisional más de 30
meses, 40 meses, y algunos hasta
50 meses.
Evidentemente, esto es
contrario al artículo 6 que le
he mencionado, porque los
legisladores han dicho que no
pueden superarse los 24 meses,
y han agregado, incluso, en ese
artículo, una responsabilidad, una
responsabilidad de carácter penal
para quien permita la superación
de esos plazos.
La Sala lo que ha hecho es
recordar esa disposición, eh, que
está relacionada también con otra
disposición del Código Procesal
Penal, el artículo 297, que dice
que la detención provisional debe
cesar cuando se han superado los
plazos del artículo 6.
La Sala lo que ha reconocido
es la existencia de una violación
constitucional, porque en esos
casos se viola la seguridad jurídica,
la presunción de inocencia, el
derecho de audiencia también,
porque la Sala de lo Penal ha
negado revisar las medidas
cautelares en algunos casos.
Y, y bueno, en algunos casos
la Sala, eh, de lo Penal ya ha
resuelto los casos, pero lo resolvió
fuera de los plazos permitidos por
la ley.
R.D.: Al…, algunos ven en
esto la, la idea de dejar libre a
gente peligrosa, por culpa de un
tecnicismo, entre comillas, o, o de
otros tecnicismos que también se
han viola…, violentado en centros
penales o que no se aplican y, y
eso tiene a más gente en la cárcel.
Claro, en algún momento si
esto se, se aplica como ustedes
lo están viendo, eh, es gente que
tiene que salir.
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Sr. Blanco: No sé cuál es
la interpretación de la palabra
tecnicismo, pero si está en la ley,
pues, en principio eso es lo que
debe de cumplirse, no se trata de,
de un fraude a la ley, se trata de
cumplir expresamente.
Yo creo que en estos temas
no hay mayores interpretaciones,
la ley habla de números, de meses
que una persona puede estar en
detención provisional y los jueces
tenemos que ser responsables de
que se cumplan.
Ahora, que esos
plazos parecen muy cortos,
probablemente sí, probablemente
son demasiado cortos porque
hay casos muy complejos, hay
delitos muy graves donde hay
pluralidad de autores o víctimas,
eh, la investigación se torna más
complicada, y seguramente los
24 meses son ya insuficientes, y
que, por lo tanto, los legisladores
podrían pensar en la ampliación
de estos plazos para el
juzgamiento.
Eh, pero mientras eso no
ocurra está vigente el artículo 6
y el 297, y por lo tanto debe de
atenderse.
R.D.: ¿Hay violación a
derechos humanos en esto?
Sr. Blanco: Claro, al debido
proceso, la seguridad jurídica,
eh, la presunción de inocencia,
eh, eso está conectado con estos
derechos constitucionales, eh,
la inobservancia de los plazos
acarrea una violación, eh, y sobre
todo en casos como, como estos
en donde se trata de personas
privadas de libertad.
Es cierto que hay otros
casos en materia civil, mercantil,
familia, que puedan demorar
mucho tiempo, pero la libertad,
como sabemos, es un, es un
bien jurídico, muy preciado por
la propia Constitución y por
los ciudadanos, y por lo tanto
debe de resolverse en los plazos
razonables, previstos por la ley.
Eh, yo creo que esto tiene
alguna explicación histórica. En
el año, en la década de los 90 El
Salvador ocupaba en América
Latina el primer lugar en reos
sin sentencia, es decir, personas
detenidas pero que no estaban
condenadas.
A principio de la década de
los 90 se llegó a tener el 94% de
personas detenidas sin condena,
y apenas el seis por ciento
condenados.
Yo creo que esto, eh, causó
tal impacto en las reforma del
sistema penal en 1998, que, eh,
no sé, yo lo veo como una, un
mea culpa del propio Estado,
de decir, hemos pasado tanto
tiempo con personas privadas de
libertad sin que se les pronuncie
sentencia, entonces, se redujeron
considerablemente los plazos de
la detención provisional en un
momento en que la delincuencia
no estaba prevista que alcanzara
las dimensiones que hoy tiene.
Y ahora la excesiva carga
laboral exige un replanteamiento
de los plazos en el juzgamiento,
y yo creo que es razonable poder
ampliar los casos, y ese es el
mecanismo para solucionar un
poco el problema que se presenta.
Pero también yo creo que, en
general, esto debe ser un llamado
de atención para que todos los
juzgadores, eh, atendamos con
prontitud los casos de aquellas
personas que se encuentran
detenidas.
Las detenciones
provisionales, aunque se trate
de delincuentes, eh, deben de
buscarse una solución definitiva
al menos corto pos…, tiempo
posible, ¿no?, y dictar las
sentencias que correspondan,
si hay que condenar, pues, hay
que condenar, y si hay que poner
en libertad, hay que poner en
libertad.
Y yo creo que esto también
está relacionado con el otro tema
que tú habías mencionado, el
tema de los centros penitenciarios,
la saturación de los centros
penitenciarios está íntimamente
vinculado también con el retardo
en el juzgamiento de las personas.
A pesar de que yo tengo
que reconocer que a partir de
la reforma del sistema penal en
1998 se produjo un, un avance
muy significativo en cuanto a los
tiempos para el juzgamiento de las
personas en materia penal en El
Salvador.
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Y yo tengo que reconocer
que en El Salvador, El Salvador
está por encima de muchísimos
países de América Latina
en cuanto a los tiempos de
juzgamiento, estamos por encima
de Venezuela, de Colombia, de
Argentina, de Brasil, de Honduras,
de Guatemala, eh, de Bolivia, del
Perú, estamos por encima de ellos
en cuanto a los plazos para el
juzgamiento de las personas.
Tenemos, eh, como las
estadísticas cambian día con día,
pero tenemos cerca de un 30%
apenas de personas detenidas sin
condena, y un 70% de personas
detenidas que se encuentran ya
cumpliendo una condena.
Estos porcentajes se
ubican dentro de los estándares
internacionales muy aceptables,
muy cercanos, por ejemplo, a, a
España.
Eh, entonces, el panorama
es que el materia panel el
juzgamiento en nuestro país, si lo
comparamos con los países de la
región estamos dentro de niveles
muy aceptables.
R.D.: 30% es aceptable, eh,
dentro de reos sin condena.
Sr. Blanco: Sí, es aceptable,
es aceptable.
Pero estas personas, 30%,
algunos de ellos es porque todavía
no han cumplido los plazos. Lo
que quiero decir es de que el 30%,
en un sistema penal de personas
detenidas provisionalmente, sin
condena, es muy aceptable.
R.D.: Si vamos al tema
este de la, de la finalización o
la búsqueda de la finalización
de la violencia, pero vemos los
centros penales como un nido o
un criadero, una universidad de
la violencia, eh, entonces la gran
pregunta es, ¿qué hacemos con
el exceso de reos que tenemos?
Y si la Policía sigue siendo tan
eficiente como parece que, que se
va mejorando, ¿qué va a pasar con
este sistema y, y con estos plazos,
y con esta visión, y con la realidad
que tiene el sistema de justicia
para enfrentar esto?
Sr. Blanco: Sí.
R.D.: Porque no hay ni más
centros penales, y sigue siendo
el lugar adonde todos los casos
terminan.
Sr. Blanco: Mira, en
esto tengo una apreciación
personal, eh, la filosofía de la
nueva Ley Penitenciaria, que
entró en vigencia en 1998,
era evidentemente cumplir
el mandato constitucional de
procurar una resocialización del
delincuente.
Para poner en práctica un
sistema progresivo, un sistema
penitenciario progresivo,
que no es otra cosa más que
el propio delincuente vaya
mejorando sus condiciones y
alcanzando unos niveles de, unas
condiciones mejores dentro del
establecimiento penitenciario,
parte de la idea de que hay que
creer en la persona.
Esa es la filosofía de la Ley
Penitenciaria vigente, no en El
Salvador, sino en el mundo, en
la civilización, ¿no?, creer en la
persona, creer en la persona del
delincuente, creer que es posible
resocializar.
Pero en este tema también
hay que ser realista, hay personas
que son irrecuperables, y que por
lo tanto, por mucho que el Estado
se esfuerce en, en procurarles
una resocialización es un trabajo
en vano, son irrecuperables,
un importante porcentaje de
delincuentes.
Pero hay otro que no
podemos tratarlo de igual manera,
hay otro sector de delincuentes,
eh, no puedo calcular en términos
porcentuales, pero hay un sector
importante de delincuentes que
han caído en el arrepentimiento,
en la, en la necesidad de
readaptarse, en su visión de
resocializarse, en la posibilidad
de volver a la sociedad y poder
convivir en ella.
Hay que reconocer también
que hay un grupo importante de
personas con estas características
que han demo…, demostrado una
conducta penitenciaria aceptable.
Pues, la filosofía de la Ley
Penitenciaria era que a través del
sistema progresivo, que permitía
ir conociendo paulatinamente el
comportamiento de los internos,
fueran alcanzando las distintas
fases.
Nuestro sistema penitenciario
está catalogado por unas fases,
primero una fase de admisión,
luego hay una fase ordinaria,
luego una fase de confianza, luego
la fase de semilibertad, y luego
sigue la libertad condicional, que
ya se cumple en libertad. Eh, ese
es el esquema penitenciario.
¿Y cuál ha sido la gran deuda
del sistema penitenciario?
Pero esa visión de
resocialización, mira, se juntó
con, con el incremento de la
delincuencia y la política criminal,
eh, que surgió, digamos, a partir
de finales de la década de los 90
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y principios de los nove…, de
los, del año 2000, eh, la política
criminal era demostrar dureza
en los centros penitenciarios,
negación de beneficios
penitenciarios, inflexibilidad por
parte de las autoridades hacia los,
hacia los privados de libertad, para
transmitir a la sociedad la idea de
un Estado, eh, represivo, ¿no?,
hacia los delincuentes.
Y evidentemente, se
abandonó un poco la filosofía
que traía el, la legislación
penitenciaria, y se implementó
un poco más la seguridad en los
establecimientos penitenciarios,
descuidando ese otro, ese otro, ah,
columna vertebral de un, de un
centro penitenciario, como es el
tratamiento penitenciario.
Y con esa política criminal
de dureza, de represión estatal,
se incrementaron las penas, se
negaron beneficios penitenciarios,
se amplió la detención provisional,
bueno, ahora tenemos, eh, unos
delitos, que es necesario hacer
un replanteamiento si conviene
mantener esa cantidad de años.
Por ejemplo, si un, si una
persona comete un robo agravado
utilizando arma, por ejemplo,
pero el objeto robado es un
teléfono celular o son 10 dólares,
o cualquier objeto de menor valor,
la pena que tiene prevista por
legislador para una conducta de
esta naturaleza va de ocho a 12
años de prisión.
Por muy insignificante que
haya sido el objeto robado el juez
no puede ponerle menos de ocho
de prisión.
Mantener ocho años de
prisión a una persona con estas
características, claro, pero ahí
pueden decir, es que a lo mejor
este se dedicaba a otros hechos, y
es probable que sí, y, y ahí podría
ir racionalmente incrementándose
las penas. Yo creo que conviene
una revisión.
Pero, por otro lado, tenemos
que los delitos de incumplimiento
a los deberes de asistencia
económica, el padre irresponsable,
por ejemplo, tiene una sanción
que es irrisoria, ¿no?
Lo que quiero decir es que
es necesario hacer una revisión
de las conductas infractoras
de los delitos en relación con
la pena, con las penas, se ha
sobredimensionado la protección
al patrimonio en detrimento de
otros bienes jurídicos.
Esto también puede
contribuir a, a desocupar los
establecimientos penitenciarios
de aquellas personas que los
especialistas determinen que ya
pueden llevar una convivencia, eh,
pacífica en la sociedad, es decir,
que pueden… (interrumpe)
R.D.: Se ha estado hablando
de injusticia restaurativa, eh, y
que es un, otro elemento para
no dirimir los casos menores en
tribunales.
Sr. Blanco: Sí.
R.D.: ¿Eso es posible? Es
decir, eh, ¿de qué depende, de qué
depende, realmente, para llegar a
constituir algo diferente a lo que
tenemos, una visión solamente de
que el que comete un delito va a
la cárcel?
Sr. Blanco: Es que en
realidad la sanción penal más
grave que existe es la cárcel, y
que sólo debe estar ocupada
por aquellas personas que
estrictamente necesiten estar en
ese lugar, dada la peligrosidad, eh,
la reincidencia, la inadaptación
evidente en la sociedad, los
peligros que implica su puesta en
libertad.
Yo creo que es necesario
hacer un replanteamiento para
seleccionar, eh, exclusivamente
a esas personas, que son las que
deben de permanecer en estos
establecimientos penitenciarios.
Y digo, hacer un estudio
para identificar aquellas buenas
conductas penitenciarias, que
los especialistas, y cuando
digo los especialistas me
refiero a los equipos técnicos
criminológicos que contempla la
Ley Penitenciaria, los educadores
sociales, los psicólogos, los
sociólogos, eh, los maestros, que
tienen la capacidad de poder
identificar o pronosticar si una
persona está o no en condiciones
de vivir en libertad.
Yo creo que eso contribuiría
también al desahogo un poco de
las cárceles.
Y hay otro tema, mira, yo
no quiero dar la impresión de
que estoy, eh, lanzando ideas
sobre liberación de delincuentes,
estoy siendo lo suficientemente
claro al decir que hay personas
que merecen estar en presión
por su grado de peligrosidad
que representan, agresividad,
inadaptación, eh, violencia que
demuestran, esas personas deben
de permanecer en los privados
de libertad para proteger a la
sociedad.
Estoy hablando de las otras
personas, de las personas que, que
han caído en el arrepentimiento,
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a lo mejor pueden ser mínimas,
no lo sé, que han caído en el
arrepentimiento y que tienen la
capacidad de convivir ya en la
sociedad.
Yo creo que, eh, a esas
personas hay que aplicarles
la ley que establece el sistema
progresivo, por ejemplo, los
permisos de salida.
Los permisos de salida
penitenciaria están en la ley,
lo han puesto los legisladores,
los diputados de la Asamblea
Legislativa han con…, han
aprobado una ley donde
contemplan los permisos de salida
de los internos, los permisos de
salida que están previstos para
las personas que han generado
confianza a los especialistas, y que
han cumplido una determinada
cantidad de años en presión.
Para llegar a la fase de
confianza es necesario que se
hayan cumplido por lo menos la
mitad de la condena, la mitad de
la condena, eh, y que los estudios
sean favorables.
Digo esto por la necesidad
que tenemos de evacuar un poco
los centros penitenciarios.
Los permisos de salida en
otros países han demostrado un
mecanismo idóneo para cumplir
ese proceso de resocialización,
y dicen que la única manera
de saber si una persona puede
conducirse libremente sin volver
a delinquir es poniéndolo en
libertad unos días, permisos de
salida contemplados en la ley.
Eh, pero yo no sé si las
condiciones, es que hemos llevado
a la sociedad a unos niveles de
crispación contra los delincuentes,
eh, y hemos demostrado que el
Estado tiene que se represivo
contra los delincuentes.
Pero hemos visto también
con la experiencia el fracaso que
ha tenido la represión estatal,
el fracaso que ha tenido las
amenazas con penas elevadas, el
fracaso que ha tenido la negación
de los beneficios penitenciarios.
Ahora estamos en
condiciones de hacer una
evaluación objetiva, con números
reales, para determinar si esa
política criminal de represión, de
incremento de penas, de negación
de beneficios. de dureza carcelaria
ha sido eficaz. Bueno, lo tenemos
en la lista.
R.D.: Vamos a hacer una
pausa, magistrado.
Porque es importante esta
reflexión que, que está usted
haciendo, y se me vienen
mucha preguntas a la mente y,
y principalmente contrastando
contra, eh, por ejemplo, las última
leyes, la Ley de Proscripción de
las Pandillas, la Ley contra la, de
la violencia contra la mujer, por
ejemplo, que aumenta penas.
Es decir, hay un concepto
instalado, que la salida para todo
es la cárcel y, frente a lo que está
usted hablando y lo que vemos
en la realidad, pues, en poco
tiempo tampoco va a resultar
ser, por muy buenas que sean la
cárceles, una salida para eliminar
la violencia.
Entonces, ¿hacia dónde
apuntar la reflexión? ¿Y con
qué mecanismos contamos para
realmente hacer que eso cambie?
Enseguida volvemos.
Sidney Blanco, magistrado
de la Corte Suprema de Justicia,
nuestro invitado de esta mañana.
Ya volvemos.
Segunda parte
R.D.: El magistrado Sidney
Blanco, de la Corte Suprema
de Justicia, nuestro invitado de
esta mañana. Hablamos de la
aplicación de justicia en el país de
cara a lo que todos quisiéramos,
que acabe la delincuencia, la
violencia, ¿entonces qué le toca a
la Corte?
Eh, hablábamos de este
sistema, magistrado, que claro,
apunta a que lo solucionemos
llevando a la gente que tiene que
ir a la cárcel.
Ustedes dentro de la Corte
dicen, también hay que apuntarle
precisamente a una justicia
más eficiente, hagamos una
depuración de jueces, está esa
temática pendiente.
Centros Penales dice,
depuremos también, necesitamos
quitar los custodios malos y ser
más eficientes, custodiar mejor los
centros penales.
Eh, al final es tener más
gente en la cárcel, o sea, es
decir, vamos a ser tan buenos y
eficientes que vamos a terminar
metiendo más gente en la cárcel,
pero ustedes dicen, también
hay que cumplir todo con la
Constitución, la ley, entonces hay
una visión de que ese meter gente
a la cárcel es la solución, y se le
pide a la, al Ejército, a la Policía,
más represión entonces, pero el
sistema no está preparado para
eso en este momento.
O, o vemos que con más
facilidad en los centros penales
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mientras más gente hay menos se
puede controlar, es más fácil hacer
túneles, siguen comprando droga.
Sr. Blanco: Efectivamente, la
delincuencia en El Salvador se ha
profesionalizado, eh, la violencia
se ha incrementado, el irrespeto
de los valores va creciendo ese
irrespeto. Eh, tenemos una
violencia y una criminalidad
muy organizada, y un Estado
desorganizado.
Hace algunos meses escribí
un artículo así, que lo titulé así,
Estado desorganizado versus
delincuencia organizada.
Los delincuentes han
ganado la delantera al Estado,
la, el Estado ha sido incapaz de,
de frenar la delincuencia, eh,
pero bueno, yo creo que, que,
que la lucha de los funcionarios
debemos ponerla de manifiesto y,
y, y comenzar a acabar, a acabar
este mal, ¿no?
Decía que los centros
penitenciarios deben estar
destinados exclusivamente para
las personas que han reflejado
una peligrosidad, pero también
habría que hacer un examen
para determinar si dentro de los
establecimientos penitenciarios
hay personas con capacidad de,
de adaptarse a la sociedad y por
lo tanto ponerlas en libertad si
cumplen los requisitos legales.
Y cuando digo si cumplen los
requisitos legales es porque como
el sistema progresivo que contiene
nuestra ley penitenciaria permite
en determinado momento
que se produzcan libertades
condicionales anticipadas, por
ejemplo, los permisos de salida,
las fases de semilibertad, que
implica no otra cosa más que
ir probando si el delincuente es
capaz de adaptarse a la sociedad.
Y a los otros, a los
delincuentes violentos, a los
reincidentes, a los que irrespetan
los valores, que no les importa la
vida ni los derechos de los demás,
esas personas que son un peligro
para la sociedad, pues, hay que
mantenerlas privadas de libertad
pero no simplemente privadas
de libertad como sinónimo de
aislamiento sino que el Estado en
el artículo 27 de la Constitución
adquiere un compromiso.
Eh, el artículo 27 de la
Constitución, que es el único que
refiere al compromiso del Estado
frente a los establecimientos
penitenciarios, si me permites
leerlo, dice, “El Estado organizará
los centros penitenciarios
con objeto de corregir a los
delincuentes, educarlos y
formarles hábitos de trabajo,
procurando su readaptación y
la prevención de los delitos”.
Artículo 27 de la Constitución.
Esa es la finalidad, ese es
el mandato del constituyente.
Si nosotros queremos aplicar la
Constitución tenemos que poner
nuestro empeño por conseguir
el objetivo de resocialización del
delincuente.
Pero digo, hay que hacer
una distinción, los delincuentes
peligrosos permanezcan en
prisión si es posible hasta el final
de sus días de cumplimiento de la
pena.
R.D.: A la Corte le toca, eh,
o al sistema judicial, aplicar la ley.
Si aplicamos todo eso luego dicen,
favorecen a los reos, favorecen al
crimen.
Sr. Blanco: Sí, es que yo
creo que este, este es un discurso
un poco sensible en una sociedad
atemorizada. Hablar de la
resocialización de un delincuente
en una sociedad con pánico, eh,
es para que, para que sea odiado
uno, ¿no?, pero entonces este
es el mandato que establece la
Constitución.
Aquí hay una contradicción
entre lo que dice la Constitución
y lo que se ha venido haciendo
en la realidad, eh, porque aquí
se nos ha enseñado que a través
de la política criminal estatal
se nos ha enseñado de que
los privados de libertad son
delincuentes intolerables y que
deben de permanecer ahí y que lo
único que debe hacer el Estado
es custodiarlos para que no se
fuguen.
Cumplir ese compromiso
es atender a medias el mandato
constitucional, es más, la
Constitución no habla en esos
términos, la Constitución dice que
al delincuente hay que formarle
hábitos de trabajo, educarlos,
resocializarlos y prepararlos para
su futura libertad.
Nuestro país no tiene
recogidas las penas perpetuas
para decir, usted entra en prisión
y hasta que saquemos su cadáver,
como tampoco tenemos la
pena de muerte, por lo tanto,
los privados de libertad tarde o
temprano tienen que salir a la calle
y el compromiso que adquiere
el Estado por mandato de la
Constitución es resocializarlos
para evitar que estas personas no
reincidan en el delito.
Es un trabajo muy
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duro, como digo, hay unos
delincuentes, y aquí quiero
ser lo suficientemente claro, a
lo mejor el 50%, el 60%, no
sé qué porcentaje, pero hay
unos delincuentes que son
irrecuperables, a quienes el futuro
lo tienen nítidamente definido
con su conducta penitenciaria,
que es la prisión, con todas las
consecuencias que arrastra la
privación de libertad, que afecta a
terceras personas también, ¿no?.
Porque hay que reconocer
que la privación de libertad
a pesar de que es una pena
personalísima tiene unos efectos a
terceros, a la familia, la madre, los
hijos, etcétera, que son los efectos
inherentes, digamos, a la privación
de libertad.
Pero bueno, es un trabajo que
requiere, digo, un replanteamiento
para los propios legisladores de
pensar en la, en las penas, un
replanteamiento para la política
criminal estatal, para buscar el
mandato constitucional de la
resocialización, eh… (interrumpe)
R.D.: Ustedes están haciendo
eso, ustedes están aplicando la ley,
ustedes están diciendo, aplíquese
la Constitución, incluso están, eh,
sometiendo a ese orden a la otra
Sala, a la Sala de lo Penal, eh, eso
no lo habíamos visto antes.
Eh, ¿esto a qué nos lleva
pensar? Porque algunos creen que
precisamente aplicar exactamente
como está en la Constitución
genera al final de cuentas caos,
pero es a lo que tenemos que
llegar.
Sr. Blanco: Con eso que
dices de que no lo habíamos
visto antes, no se había visto
porque no existía, digamos, esa
hostilidad que puede existir hacia
los magistrados actuales de la Sala
de lo Constitucional, pero en la
Sala hemos seguido un precedente
dictado por la anterior Sala en esa
materia.
En la causa 30-2008, que
todavía no estábamos nosotros
en la Sala Constitucional, en
diciembre, pronunciado en
diciembre de 2008, eh, por los
magistrados, la doctora de Avilés,
el doctor Clará, el doctor Acosta
y el, el doctor Néstor Castaneda
pronunciaron una sentencia en
donde le ordenaban a la Sala
de lo Penal cesar la libertad de
una persona, eh, que tenía más
de 24 meses de estar detenida
provisionalmente.
Y también la Sala de lo
Constitucional anterior le
ordenaba a la Sala de lo Penal que
revisara las medidas cautelares
cada tres meses, como manda la
ley. Es una sentencia que pasó
desapercibida, que no se produjo
públicamente esta atención.
Y nosotros hemos seguido
ese precedente, hemos seguido y
hemos hecho referencia a que a
partir de ahí arranca la exigencia
de la Sala de lo Constitucional
hacia la Sala de lo Penal, de
que debe de revisar las medidas
cautelares y que debe de resolver
los recursos de casación en
tiempo.
Pero, eh, evidentemente…
(interrumpe)
R.D.: Hay resistencias a esa
visión de la Sala, y lo estamos
viendo en todo, bueno, en esta
misma o en las otras resoluciones
que ha dado la misma Asamblea
Legislativa en el caso de las
reformas electorales, en el caso
de, del 191, por ejemplo…
(interrumpe)
Sr. Blanco: Libertad de
expresión.
R.D.: …libertad de
expresión, y en otras cosas.
Sr. Blanco: Sí.
R.D.: Entonces, ¿hacia
dónde vamos en esto?
Sr. Blanco: Mira, eh, en
julio del año pasado llegamos
a la Sala de lo Constitucional
cuatro nuevos magistrados con
una nueva visión, con una visión
que creo que es la, debe ser la
orientación de toda judicatura, la
independencia, la imparcialidad, la
transparencia, eh, la motivación, la
responsabilidad. Esos han sido los
parámetros.
Y la, la independencia que,
que yo digo, estoy en la judicatura
desde hace muchísimos años, eh,
nunca había visto una Sala con tal
independencia, ¿y a qué se refiere
independencia? La independencia
es un deber ético, eh, que implica
que los jueces debemos de
resolver sin influencias de ningún
poder.
Y nosotros en la Sala lo
hemos demostrado a través de
estas sentencias que han sido
muy relevantes y que antes se,
se resolvían de otra manera, con
una llamada por teléfono, con
una reunión de, de amigos, y que
ahora eso se ha terminado.
Y eso causa resistencia,
el cambio profundo de, de
actuaciones genera resistencia.
Hemos demostrado nosotros
independencia al resolver cada día
los casos y nos hemos encontrado
con estos casos que han generado
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mucha controversia, el tema de las
candidaturas no partidarias, eh, y
las listas bloqueadas y cerradas,
que nosotros consideramos que
eran contrarias a la Constitución,
ha generado, pues, una irritación
a un órgano de gobierno, a
la Asamblea Legislativa, pero
por otro lado nosotros hemos
potenciado el bien común, hemos
potenciado los derechos de los
ciudadanos.
Si analizamos cada una de
estas sentencias controversiales
podemos identificar una filosofía
de la Sala de lo Constitucional
orientada al bien común.
R.D.: Pero estamos a punto
de entrar a otro proceso tan poco
visto, que no se haga caso de lo
que dice la Sala.
Sr. Blanco: Esperamos
que, que eso no se atienda, esto
que no se haga caso ha sido más
una opinión trasnochada de un
expresidente de la Corte Suprema
de Justicia, que por cierto, cuando
la Comisión de la Verdad a él
le dijo que renunciara porque
no era capaz ni tenía solvencia
moral para ordenar el sistema
judicial, pues, salió diciendo de
que sólo Dios podía quitarlo, y
ahora este personaje aparece, 17
años después, pidiéndole a los
diputados que no cumplan una
sentencia.
Esto es una opinión un poco
aberrante de un expresidente de
la Corte Suprema de Justicia, que
sugiera a otros funcionarios no
acatar las decisiones de la Sala de
lo Constitucional.
Que por cierto, voy a leerles
qué es lo que dice el artículo
183, a propósito de la Sala de lo
Constitucional, dice, 183 de la
Constitución, “La Corte Suprema
de Justicia, por medio de la Sala
de lo Constitucional, será el
único tribunal competente para
declarar la inconstitucionalidad de
las leyes, decretos y reglamentos,
en su forma y contenido, de
un modo general y obligatorio,
y podrá hacerlo a petición de
cualquier ciudadano”.
La Sala de lo Constitucional
es el único tribunal.
Mira, eh, arriba de la Sala
de lo Constitucional no hay otra
instancia jurídica interna, eh, y
por lo tanto lo que se diga en la,
lo que se dice de si eso es, no es
de El Salvador, lo que se dice por
los tribunales constitucionales
es la interpretación válida de la
Constitución.
Porque es que de lo
contrario, ningún funcionario,
ningún particular podría atender
una resolución judicial al amparo
de que el juez resolvió en contra
de la Constitución, significaría
generar caos.
Bueno, entonces que los
empresarios no paguen los
impuestos, porque los impuestos
fueron puestos contra la
Constitución, que no se respeten
los semáforos, que no se cumplan
las obligaciones porque son
en contra de la Constitución,
yo creo que es un terreno
muy peligroso, un atentado al
orden jurídico, ah, implicaría
un caos dejar al destinatario de
la resolución cumplir o no una
resolución judicial si cree que se
ha respetado o no la Constitución,
desatendiendo, evidentemente,
el propio mandato de la
Constitución.
Yo espero que ahora que
hemos llegado a un momento de
reflexión sobre cada una de estas
sentencias se pueda identificar
el carácter independiente en
que han sido pronunciadas la
imparcialidad, la objetividad, la
búsqueda del bien común.
Porque en el tema de
candidaturas partidarias lo que
hemos ampliado y protegido
son los derechos políticos del
ciudadano para que aquellos
ciudadanos que no se sienten
representados por los partidos
políticos puedan también tener
aspiraciones.
Nosotros no estamos
destruyendo partidos políticos, al
contrario, en la sentencia hemos
resaltado la importancia que
tienen en la democracia.
R.D.: Yo empecé por el
tema delincuencial y llegar a esto
porque, claro, si somos capaces de
respetar las sentencias en esto que
es más grande, en lo otro que para
la ciudadanía es más preocupante
tendría que ser más fácil la salida.
Pero cuando vemos este
enfrentamiento sobre el tema
justicia en el país y el respeto
a la Constitución o el respeto
al sistema y a la Sala y a lo que
representa, pero que no vemos
que haya disposición entonces es
que nos preocupamos.
Al final cómo pretendemos
hacer justicia en el tema
delincuencial de todos los días
cuando tampoco hay justicia o
interpretación justa sobre lo que
hace la Corte en lo demás.
Y el planteamiento del tema
es entonces, cómo vamos como
país en la aplicación de la justicia.
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Sr. Blanco: Pues mira, yo
puedo decir de que vamos por un
buen camino, tenemos muchos
retos, pero estas sentencias de la
Sala de lo Constitucional deben
transmitir algo que los medios
también deben de transmitir al
pueblo.
Yo creo que los medios,
eh, también juegan un rol
muy importante de educador
a la ciudadanía, los medios
por supuesto que mueven la
opinión pública y tienen la gran
responsabilidad de transmitirle
a la opinión pública lo que
realmente corresponde.
Eh, yo esperaría que los
medios también eduquen en el
tema de la trascendencia que ha
tenido la Sala de lo Constitucional
en estos valores que son vitales en
una judicatura.
Cuando yo digo
independencia, y esta palabra
puede parecer muy gastada pero
creo que eso es muy novedoso en
el país. Si nosotros analizamos la
historia judicial vemos las maneras
en que se han resuelto los casos,
en donde han existido unas
intromisiones indebidas de otros
órganos del Estado en donde los
poderes económicos y políticos
han influido en decisiones
judiciales.
Y yo creo que los medios
de comunicación en este tema
también pueden jugar un
papel importante de transmitir
seguridad jurídica, eh, o hacer un
balance equilibrado para que la
sociedad se forme una opinión
justa, pero ha existido una
tendencia, eh, interesada en, en
atacar, digamos, unas decisiones
judiciales antes de ser analizadas,
en atacar el comportamiento de
los magistrados de la Sala de lo
Constitucional sin haber analizado
si estamos o no cumpliendo los
deberes éticos de la judicatura.
Yo creo que para un
observador razonable el salto
cualitativo que ha dado la Sala de
lo Constitucional en materia de
independencia, de imparcialidad,
de honestidad, mira, porque
detrás de esto hay que ver también
las virtudes de honestidad, los
cuatro magistrados de la Sala de
lo Constitucional podemos dar
la cara en cualquier momento
y jamás nos pueden señalar de
que hemos pronunciado una
resolución entre los amigos
en el objetivo de favorecer
determinados grupos o sectores
interesados.
Yo creo que eso hay que
destacarlo porque, eh, es la nueva
gestión de la nueva Sala de lo
Constitucional.
Por supuesto que esto
genera también inconformidades,
nadie ha dicho que las sentencias
de los jueces son pacíficas,
generan controversias, generan
controversias, eh, en algún
momento el pueblo, todo, eh,
mostró inconformidad con las
sentencias de la Sala porque
favoreció a unos sectores
específicos y no escuchó ni tuvo
una visión común que establece la
Constitución.
Las sentencias de la Sala
siempre han sido controversiales,
y en la Sala los cuatro magistrados
y otros magistrados también,
porque aquí yo tengo que hablar
también en favor de otros
magistrados de la Corte Suprema
de Justicia que han estado ahí en
la Corte como voz en el desierto,
gritando, moralidad en la Corte
Suprema de Justicia, y que no
había sido atendido, y que ahora,
pues, nos hemos unido en esta
tarea complicada de moralizar
las, las actuaciones del sistema
judicial.
R.D.: ¿Eso es parte de esa
depuración de jueces?
Sr. Blanco: Exactamente,
esto está relacionado.
En la Sala y también los otros
magistrados que pueden levantar
la frente con mucha habilidad, eh,
estamos muy interesados en hacer
una, una reestructuración del
sistema judicial, esto pasa por, eh,
estudiar y resolver los expedientes
disciplinarios que existen en la
sección de investigación judicial,
estudiar y resolver los expedientes
disciplinarios contra abogados y
notarios, fortalecer la Sección de
Probidad.
Mira, estamos a un año y
meses de haber llegado y todavía
no hemos entrado al tema de
probidad, que es una de las tareas,
eh, que nos pesan ya a nosotros
porque no hemos tenido tiempo
para entrar al tema de probidad,
pero yo estoy seguro que este año
que viene entraremos de lleno al
tema de probidad, creemos que
es importante. Se les ha pedido
por primera vez a los jueces que
rindan su declaración jurada del
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patrimonio, para los efectos de
que la Sección de Probidad pueda
ir controlando los ingresos no
justificados de los jueces.
Hemos estado realizando
también muchas actividades
con el tema de la difusión de
la Constitución, creemos que
esta es una tarea ajena, digamos,
estrictamente, a la tarea de la Sala
de lo Constitucional, pero hemos
estado yendo a los pueblos para
difundir la Constitución, para
enseñarle a la gente los derechos y
los deberes que tiene.
Es, es gratificante para
nosotros porque vamos
personalmente, los magistrados de
lo Constitucional, a los pueblos
a entregarles la Constitución,
a darles unas charlas sobre
los deberes y derechos, y es
gratificante ver cómo el ciudadano
está interesado en conocer los
derechos y los deberes que tiene
como ciudadano.
R.D.: Magistrado,
muchísimas gracias por habernos
acompañado y permitirnos sus
opiniones sobre estos temas.
Es importante la reflexión
sobre el tema seguridad jurídica,
la seguridad ciudadana y el papel
de la justicia en esto, es muy
importante.
Muchas gracias.
Sr. Blanco: Muchas gracias.
R.D.: Gracias a ustedes
también por su sintonía en este
día, los esperamos mañana desde
muy temprano para nuestra franja
informativa.