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EL DESARROLLO DEL SUBDESARROLLO, ANDRE GUNDER FRANK.

La mayoría de los estudios del desarrollo y del subdesarrollo no tienen en cuanta


las relaciones económicas y de otro tipo entre las metrópolis y sus colonias
económicas. Po lo tanto la mayor parte de nuestras teorías no acierta a explicar la
estructura y el desarrollo del sistema capitalista en su totalidad, ni a dar cuenta de
la generación simultanea de subdesarrollo en algunas de sus partes y de
desarrollo económico en otra.

Por lo tanto el subdesarrollo no es original ni tradicional y ni el paso ni el presente


de los países subdesarrollados se parece en ningún aspecto relevante al pasado
de los países hoy desarrollado.

La investigación histórica demuestra que el subdesarrollo contemporáneo es en


gran medida el producto histórico de las relaciones económicas y de otro tipo,
pasadas y actuales, que mantuvo y mantiene el país satélite con los países
desarrollados. Como parte esencial de la estructura y desarrollo del sistema
capitalista en su totalidad a escala mundial.

Un punto de vista erróneo es el de que el desarrollo de los países


subdesarrollados, debe ser generado y será generado por la difusión del capital,
instituciones y valores, procedentes de las metrópolis capitalistas nacionales e
internacionales.

Pero la perspectiva histórica de la experiencia de estos países nos dice que el


desarrollo económico solo puede ocurrir actualmente de forma independiente de la
mayoría de estas relaciones de difusión.

De acuerdo con las desigualdades de la renta y la cultura, se puede hablar de un


dualismo donde una de las partes de la economía y la sociedad se ha visto afecta
de forma importante por las relaciones económicas del mundo capitalista, por lo
tanto se modernizo, se hizo capitalista y se desarrollo, la otra parte se considera
aislada, con una economía de subsistencia.

La expansión del sistema capitalista en los últimos ha penetrado de manera


efectiva, incluso en los sectores aparentemente más aislados del mundo
subdesarrollados. Por lo tanto las instituciones y las relaciones económicas,
políticas, sociales y culturales que observamos actualmente son producto del
desarrollo histórico del sistema capitalista.

Por lo tanto, las relaciones entre la metrópolis y el satélite no se limita al nivel


imperial o internacional, sino que penetran y estructuran toda la vida económica,
social y política de las colonias y de los países de Latinoamérica.
El subdesarrollo actual de Latinoamérica es el resultado de siglos de participación
en el proceso mundial de desarrollo de capitalismo, mediante la estructura
monopolística de metrópolis y satélites, mediante esta estructura , cada una de
estas regiones experimento lo que pudo parecer un desarrollo económico durante
el periodo de sus respectivas edades doradas, perro era un desarrollo deendiente
que no era autogenerado y que no era capaz de perpetuarse.

Todas estas pruebas históricas contradicen las tesis, generalmente aceptadas, de


que latinoamerica sufre una sociedad dual o la supervivencia de instituciones
feudales y de que estas son obstáculos importantes a su desarrollo economico.

En resumen: el subdesarrollo no se debe a la supervivencia de las instituciones


arcaicas ya la falta de capital en regiones que han permanecido aisladas de la
corriente general de la historia. Al contrario, el subdesarrollo fue y es generado por
el proceso histórico mismo que genera el desarrollo económico: el desarrollo
mismo del capitalismo.

Jose carlos maria tegui

1.-la economía colonial:

Hasta la Conquista se desenvolvió en el Perú una economía que brotaba


espontánea y libremente del suelo y la gente peruanos. En el Imperio de los Inkas,
agrupación de comunas agrícolas y sedentarias, lo más interesante era la
economía. Todos los testimonios históricos coinciden en la aserción de que el
pueblo inkaico -laborioso, disciplinado, panteísta y sencillo- vivía con bienestar
material. Las subsistencias abundaban; la población crecía.

Los conquistadores españoles destruyeron, sin poder naturalmente reemplazarla,


esta formidable máquina de producción. La sociedad indígena, la economía
inkaica, se descompusieron y anonadaron completamente al golpe de la
conquista. Rotos los vínculos de su unidad, la nación se disolvió en comunidades
dispersas. El trabajo indígena cesó de funcionar de un modo solidario y orgánico.
Los conquistadores no se ocuparon casi sino de distribuirse y disputarse el pingüe
botín de guerra. Despojaron los templos y los palacios de los tesoros que
guardaban; se repartieron las tierras y los hombres, sin preguntarse siquiera por
su porvenir como fuerzas y medios de producción.

II. LAS BASES ECONÓMICAS DE LA REPÚBLICA

etapa de esta economía arranca de un hecho político y militar. La primera etapa


nace de la Conquista. La segunda etapa se inicia con la Independencia. en
Sudamérica existía ya aunque fuese embrionariamente, una burguesía que, a
causa de sus necesidades e intereses económicos, podía y debía contagiarse del
humor revolucionario de la burguesía europea. La Independencia de
Hispanoamérica no se habría realizado, ciertamente, si no hubiese contado con
una generación heroica, sensible a la emoción de su época, la independencia
sudamericana se presenta decidida por las necesidades del desarrollo de la
civilización occidental o, mejor dicho, capitalista. El Imperio español tramontaba
por no reposar sino sobre bases militares y políticas y, sobre todo, por representar
una economía superada. España no podía abastecer abundantemente a sus
colonias sino de eclesiásticos, doctores y nobles. Sus colonias sentían apetencia
de cosas más prácticas y necesidad de instrumentos más nuevos. Y, en
consecuencia, se volvían hacia Inglaterra, cuyos industriales y cuyos banqueros,
colonizadores de nuevo tipo, querían a su turno enseñorearse en estos mercados,
cumpliendo su función de agentes de un imperio que surgía como creación de una
economía manufacturera y librecambista.

III. EL PERÍODO DEL GUANO Y DEL SALITRE

El capítulo de la evolución de la economía peruana que se abre con el


descubrimiento de la riqueza del guano y del salitre y se cierra con su pérdida, La
fácil explotación de este recurso natural dominó todas las otras manifestaciones
de la vida económica del país. El guano y el salitre ocuparon un puesto
desmesurado en la economía peruana. Sus rendimientos se convirtieron en la
principal renta fiscal. cumplieron la función de crear un activo tráfico con el mundo
occidental en un período en que el Perú, mal situado geográficamente, no
disponía de grandes medios de atraer a su suelo las corrientes colonizadoras y
civilizadoras que fecundaban ya otros países de la América indo-ibera. Este tráfico
colocó nuestra economía bajo el control del capital británico al cual, a
consecuencia de las deudas contraídas con la garantía de ambos productos,
debíamos entregar más tarde la administración de los ferrocarriles, esto es, de los
resortes mismos de la explotación de nuestros recursos. En el período dominado y
caracterizado por el comercio del guano y del salitre, el proceso de la
transformación de nuestra economía, de feudal en burguesa, recibió su primera
enérgica propulsión. Es, a mi juicio, indiscutible que, si en vez de una mediocre
metamorfosis de la antigua clase dominante, se hubiese operado el advenimiento
de una clase de savia y élan nuevos, ese proceso habría avanzado más orgánica
y seguramente.

IV. CARÁCTER DE NUESTRA ECONOMIA ACTUAL


La derrota no sólo significó para la economía nacional la pérdida de sus
principales fuentes: el salitre y el guano. Significó, además, la paralización de las
fuerzas productoras nacientes, la depresión general de la producción y del
comercio, la depreciación de la moneda nacional, la ruina del crédito exterior.
Desangrada, mutilada, la nación sufría una terrible anemia. pero más sólidas que
las del guano y del salitre, pueden ser concretadas esquemáticamente en los
siguientes hechos: 1º- La aparición de la industria moderna. 2º- La función del
capital financiero. 3º- El acortamiento de las distancias y el aumento del tráfico
entre el Perú y Estados Unidos y Europa. 4º- La gradual superación del poder
británico por el poder norteamericano. 5º- El desenvolvimiento de una clase
capitalista, 6º- La ilusión del caucho. 7º- Las sobreutilidades del período europeo.
8º- La política de los empréstitos. en el Perú actual coexisten elementos de tres
economías diferentes. Bajo el régimen de economía feudal nacido de la Conquista
subsisten en la sierra algunos residuos vivos todavía de la economía comunista
indígena. En la costa, sobre un suelo feudal, crece una economía burguesa que,
por lo menos en su desarrollo mental, da la impresión de una economía retardada.

V. ECONOMÍA AGRARIA Y LATIFUNDISMO FEUDAL

El Perú, mantiene, no obstante el incremento de la minería, su carácter de país


agrícola. El cultivo de la tierra ocupa a la gran mayoría de la población nacional. El
indio, que representa las cuatro quintas partes de ésta, es tradicional y
habitualmente agricultor. En la costa peruana la aldea no existe casi, porque el
feudo, más o menos intacto, subsiste todavía. La hacienda -con su casa más o
menos clásica, la ranchería generalmente miserable, y el ingenio y sus colcas-, es
el tipo dominante de agrupación rural. El capitalista, o mejor el propietario criollo,
tiene el concepto de la renta antes que el de la producción. El sentimiento de
aventura, el ímpetu de creación, el poder organizador, que caracterizan al
capitalista auténtico, son entre nosotros casi desconocidos.

La propagación en el Perú de las ideas socialistas ha traído como consecuencia


un fuerte movimiento de reivindicación indígena. La nueva generación peruana
siente y sabe que el progreso del Perú será ficticio, o por lo menos no será
peruano, mientras no constituya la obra y no signifique el bienestar de la masa
peruana que en sus cuatro quintas partes es indígena y campesina.

EL PROBLEMA AGRARIO Y EL PROBLEMA DEL INDIO

No nos contentamos con reivindicar el derecho del indio a la educación, a la


cultura, al progreso, al amor y al cielo. Comenzamos por reivindicar,
categóricamente, su derecho a la tierra. Esta reivindicación perfectamente
materialista, debería bastar para que no se nos confundiese con los herederos o
repetidores del verbo evangélico del gran fraile español.

El problema agrario se presenta, ante todo, como el problema de la liquidación de


la feudalidad en el Perú. Esta liquidación debía haber sido realizada ya por el
régimen demo-burgués formalmente establecido por la revolución de la
independencia. Pero en el Perú no hemos tenido en cien años de república, una
verdadera clase burguesa, una verdadera clase capitalista. La antigua clase feudal
-camuflada o disfrazada de burguesía republicana- ha conservado sus posiciones.

La supervivencia de un régimen de latifundistas produjo, en la práctica, el


mantenimiento del latifundio. Las expresiones de la feudalidad sobreviviente son
dos: latifundio y servidumbre. Expresiones solidarias y consustanciales, cuyo
análisis nos conduce a la conclusión de que no se puede liquidar la servidumbre,
que pesa sobre la raza indígena, sin liquidar el latifundio

COLONIALISMO = FEUDALISMO

España nos trajo el Medioevo: inquisición, feudalidad, etc. Nos trajo luego, la
Contrarreforma: espíritu reaccionario, método jesuítico, casuismo escolástico. De
la mayor parte de estas cosas, nos hemos ido liberando, penosamente, mediante
la asimilación de la cultura occidental, obtenida a veces a través de la propia
España. Pero de su cimiento económico, arraigado en los intereses de una clase
cuya hegemonía no canceló la revolución de la independencia, no nos hemos
liberado todavía. Los raigones de la feudalidad están intactos. Su subsistencia es
responsable, por ejemplo, del retardamiento de nuestro desarrollo capitalista.

El régimen de propiedad de la tierra determina el régimen político y administrativo


de toda nación. El problema agrario -que la República no ha podido hasta ahora
resolver- domina todos los problemas de la nuestra. Sobre una economía
semifeudal no pueden prosperar ni funcionar instituciones democráticas y
liberales.

está el hecho histórico -positivo, material- de que aseguraba la subsistencia y el


crecimiento de una población que, cuando arribaron al Perú los conquistadores,
ascendía a diez millones y que, en tres siglos de dominio español, descendió a un
millón. Este hecho condena al coloniaje y no desde los puntos de vista abstractos
o teóricos o morales -o como quiera calificárseles- de la justicia, sino desde los
puntos de vista prácticos, concretos y materiales de la utilidad.El coloniaje,
impotente para organizar en el Perú al menos una economía feudal, injertó en ésta
elementos de economía esclavista.

EL RÉGIMEN DE TRABAJO. -SERVIDUMBRE


Y SALARIADO
El régimen de trabajo está determinado principalmente, en la agricultura, por el
régimen de propiedad. No es posible, por tanto, sorprenderse de que en la misma
medida en que sobrevive en el Perú el latifundio feudal, sobreviva también, bajo
diversas formas y con distintos nombres, la servidumbre. La diferencia entre la
agricultura de la costa y la agricultura de la sierra, aparece menor en lo que
concierne al trabajo que en lo que respecta a la técnica. La agricultura de la costa
ha evolucionado con más o menos prontitud hacia una técnica capitalista en el
cultivo del suelo y la transformación y comercio de los productos. Pero, en cambio,
se ha mantenido demasiado estacionaria en su criterio y conducta respecto al
trabajo. Acerca del trabajador, el latifundio colonial no ha renunciado a sus hábitos
feudales sino cuando las circunstancias se lo han exigido de modo perentorio.

1º- El carácter de la propiedad agraria en el Perú se presenta como una de las


mayores trabas del propio desarrollo del capitalismo nacional. Es muy elevado el
porcentaje de las tierras, explotadas por arrendatarios grandes o medios, que
pertenecen a terratenientes que jamás han manejado sus fundos. Estos
terratenientes, por completo extraños y ausentes de la agricultura y de sus
problemas, viven de su renta territorial sin dar ningún aporte de trabajo ni de
inteligencia a la actividad económica del país. Corresponden a la categoría del
aristócrata o del rentista, consumidor improductivo. Por sus hereditarios derechos
de propiedad perciben un arrendamiento que se puede considerar como un canon
feudal. El agricultor arrendatario corresponde, en cambio, con más o menos
propiedad, al tipo de jefe de empresa capitalista.

Siete tesis equivocadas STAVENHAGEN, Rodolfo

Primera tesis: los países latinoamericanos son sociedades duales.

Existen de hecho dos sociedades


diferentes y hasta cierto punto independientes, aunque necesariamente
conectadas: una sociedad arcaica, tradicional, agraria, estancada o retrógrada, y
una sociedad moderna, urbanizada, industrializada.
Estas diferencias, sin embargo, no justifican el empleo del concepto
"sociedad dual", por dos razones principalmente: primera, porque los dos
polos son el resultado de un único proceso histórico, y segunda, porque las
relaciones mutuas que conservan entre sí las regiones y los grupos
"arcaicos" o "feudales" y los "modernos" o "capitalistas" representan el
funcionamiento de una sola sociedad global de la que ambos polos son
partes integrantes. Así pues, durante toda la época colonial el motor de la
economía americana era el sistema mercantilista capitalista en expansión. Las
colonias españolas y portuguesas no eran más que grandes abastecedoras de
materias primas que alimentaban directa o indirectamente a los diversos mercados
europeos y que sí contribuyeron al desarrollo industrial de la Europa occidental.
Las regiones subdesarrolladas de nuestros países hacen las veces de colonias
internas, y en vez de plantear la situación en los países de América Latina en
términos de "sociedad dual" convendría más plantearla en términos de
colonialismo interno.

2ª tesis: el progresos de América latina se realizaría mediante la difusión de


los productos del industrialismo a las zonas tarazadas, arcaicas y
tradicionales.
Esta tesis lleva implícitas otras, que no siempre se manifiestan con la misma
claridad: 1) que el desarrollo del sector moderno, esencialmente expansionista,
traerá consigo ipso facto el desarrollo del sector arcaico o tradicional; 2) que la
"transición" ‐como la llaman algunos estudios‐ del tradicionalismo al modernismo
es un proceso actual, permanente e ineluctible en el que se verán envueltas las
sociedades tradicionales que existen en el mundo de hoy: y 3) que los propios
centros de modernismo no son sino el resultado de la difusión de elementos
"modernistas"
En realidad, la tesis correcta sería: el progreso de las áreas modernas
urbanas e industriales de América Latina se hace a costa de las zonas
atrasadas, arcaicas y tradicionales. En otras palabras, la canalización de
capital, materias primas, géneros alimenticios y mano de obra proveniente
de las zonas "atrasadas" permite el rápido desarrollo de los "polos de
crecimiento" y condena a las zonas proveedoras al mayor estancamiento y al
subdesarrollo. La relación de intercambio entre los centros urbanos
modernos y las zonas rurales atrasadas es desfavorable a éstas, como lo es
para los países subdesarrollados en su conjunto la relación de intercambio
entre ellos y los países desarrollados.

3ª tesis: la existencia de zonas rurales atrasadas, tradicionales y arcaicas es


un obstáculo para la formación del mercado interno y para el desarrollo del
capitalismo nacional y progresista.

Esta tesis está equivocada:


a) Porque, salvo raras excepciones, no existe en ninguna parte en América Latina
un capitalismo nacional y
progresista, ni existen las condiciones internacionales para que éste se desarrolle.
Si el mercado interno fuera realmente la fuerza motriz de la burguesía
latinoamericana, entonces los capitalistas mexicanos, por ejemplo, no estarían
buscando, como lo están haciendo, oportunidades de inversión en América
Central, o los del Brasil en Paraguay y Bolivia. No estarían exportando anualmente
millones de dólares a los bancos norteamericanos y europeos. En vez de esto,
estarían dando su apoyo a una política impositiva más equitativa, a beneficios más
reducidos y a una más rápida rotación de capital, menores precios de sus
productos y niveles más altos de producción. Por lo general, sin embargo, no
apoyan ninguna de estas tendencias.

4ª tesis: La burguesía nacional tiene interés en romper el poder y el dominio


de la oligarquía terrateniente.
Se afirma con frecuencia que hay un conflicto de intereses profundo entre la nueva
élite (o nueva clase
alta) representada por los industriales y empresarios modernos, y la élite o clase
alta tradicional (que deriva su preeminencia de la propiedad de la tierra). Si bien es
cierto que en algunos países latinoamericanos la aristocracia latifundista ha sido
eliminada por medios revolucionarios (siempre por parte del pueblo, nunca de la
burguesía), en los demás no parece ocurrir ese conflicto de intereses. Por lo
contrario, los intereses agrícolas, financieros e industriales se conjugan con
frecuencia en los mismos grupos económicos, en las mismas compañías y aun en
las mismas familias.

Quinta tesis: el desarrollo de america latina es creación y obra de una clase


media nacionalista, progresista, emprendedora y dinámica y el objetivo de la
política social y economica de nuestros gobiernos debe ser ¨¨ estimular la
movilidad social¨¨ y el desarrollo de esta clase.
esta tesis es falsa por varias razones:
1) En primer lugar, el concepto mismo de "clase media" contiene ambigüedades y
equívocos. Si se trata,
como es el caso con frecuencia, de estratos que obtienen ingresos medios y que
se sitúan, por lo tanto, entre los dos extremos de una escala económica, no se
tiene más que un agrupamiento estadístico, no una clase social. Mientras no se
definan claramente, los términos, cualquier afirmación sobre
las virtudes y potencialidades de la "clase media" no pasa de ser una opinión
subjetiva de quien la emite.
2) Muchas veces el término "clase media" es un eufemismo para designar a la
"clase dominante". Cuando
se habla del papel de los empresarios, de los financieros, de los industriales en el
desarrollo de nuestros países se hace referencia a una clase social que está en el
poder, en la cúspide de la pirámide económica, social y política, y que toma, en su
conjunto, las decisiones que afectan a nuestros países. En este caso, la clase
social de que se habla no es de ninguna manera "media".
3) La tesis de la clase media da la idea de una masa potencialmente mayoritaria
de la población que se
recluta principalmente en los estratos bajos y que tarde o temprano ocupará
totalmente el universo social, en el que los extremos altos y bajos ya no tendrán
ninguna importancia económica los primeros, o numérica los segundos. Pese a la
"clase media" ‐y en parte debido a ella‐, la desigualdad económica va en aumento
en América Latina.
4) Los sectores que integran la "clase media" en su sentido estricto ‐pequeños y
medianos empresarios,
artesanos, profesionistas de diversa índole. Dependen económica y socialmente
de los estratos altos, están ligados políticamente a la clase dominante, son
conservadores en sus gustos y opiniones, defensores del status quo, y sólo
buscan privilegios individuales. Como clase, se han enriquecido más en América
Latina mediante la especulación y la corrupción que con el trabajo.
6) El fortalecimiento de la "clase media" ‐ya no como hecho sociológico, sino como
política social‐ no tiene
por meta esencialmente el desarrollo económico de un país, sino la creación de
una fuerza política capaz de apoyar
a la clase dominante existente

SEXTA TESIS: La integración nacional en América Latina es producto del


mestizaje
En los países de la América indígena se considera que la "ladinización" o la
"cholificación" constituye un proceso globalizador en el cual desaparecerán las
principales diferencias entre la minoría dominante "blanca" u "occidental" y las
masas campesinas indígenas. Se afirma que de la estructura social bipolar
tradicional ha surgido un nuevo elemento biológico y cultural intermedio, el ladino
o cholo o mestizo (o
mulato en su caso), quien lleva dentro de sí la "esencia de la nacionalidad" y
encarna todas las virtudes necesarias para el progreso de nuestros países. la tesis
del mestizaje esconde generalmente un prejuicio racista (aunque sea
inconsciente): y es que, en lo biológico, sobre todo en los países en que la
población mayoritaria acusa rasgos indígenas, el mestizaje significa un
"blanqueamiento", por lo que las virtudes del mestizaje esconden un prejuicio en
contra de lo indígena.

SÉPTIMA TESIS: El progreso en América latina sólo se realizará mediante


una alianza entre los obreros y los campesinos, alianza que impone la
identidad de intereses de estas dos clases.

frecuente entre la izquierda ortodoxa. En efecto, se afirma, con base en teorías


desarrolladas por Lenin y Mao, que el éxito de la revolución socialista en América
Latina depende de que la clase obrera y la clase campesina hagan un frente
común ante la burguesía reaccionaria y al imperialismo. el concepto de
"colonialismo interno", entonces las estructuras sociales existentes y sus
tendencias actuales en América Latina no favorecen de manera "natural" esta
alianza ideal, aunque no deseamos desechar a priori su posibilidad. Tal vez el
mayor obstáculo interno al desarrollo económico y social de América Latina (no al
crecimiento localizado) sea la existencia del colonialismo interno, una relación
orgánica, estructural entre un polo de crecimiento o metrópoli en desarrollo y su
colonia interna atrasada, subdesarrollada y en creciente subdesarrollo. Con
frecuencia ni siquiera los gobernantes mejor intencionados tienen conciencia de
esta relación que existe entre los niveles económico, político, social y cultural.
En América Latina existe actualmente una creciente conciencia entre los sectores
de la población acerca
de cuáles son los obstáculos reales al crecimiento socioeconómico y al desarrollo
político democrático. Las
personas que piensan sobre estos problemas se preocupan cada vez menos de
factores aislados tales como "la falta de recursos", "el tradicionalismo de los
campesinos", "la sobrepoblación" y "la heterogeneidad cultural y racial", que aún
se encuentran en las preocupaciones de muchos estudiosos.

En Siete tesis equivocadas sobre


América Latina, Stavenhagen se ocupa de oponerse, en primer lugar, contra el
enfoque
de las sociedades duales. Según este enfoque, en los países latinoamericanos
existen dos sociedades diferentes, cada una de estas sociedades tiene su
dinámica propia
y son hasta cierto punto independiente una de la otra: una sociedad arcaica,
tradicional,
agraria, estancada o retrógrada, y una sociedad moderna, urbanizada,
industrializada, dinámica, progresista y en desarrollo.
Stavenhagen no niega que en los países latinoamericanos existan grandes
diferencias
económicas y sociales entre grupos y regiones, por lo cual el punto de partida
observacional es el mismo. Sin embargo, se opone a pensar a estos países como
sociedades duales, porque estas aparentes ―dos sociedades‖ son el resultado de
un único
proceso histórico, y porque las relaciones mutuas que conservan entre sí las
regiones y
grupos ―arcaicos‖ o ―feudales‖ y los ―modernos‖ o ―capitalistas‖ representan el
funcionamiento de una sola sociedad global en la que ambos polos son partes
integrantes
(Stavenhagen, 1981). Por tanto, este autor prioriza la perspectiva dialéctica en el
análisis
de las sociedades.
Esta perspectiva analítica que implica considerar ―una sola sociedad global‖ es lo
que le permitirá enfocarse más que en los contrastes entre polos de atraso y
desarrollo,
en las relaciones que existen entre esos dos ―mundos‖. Estas relaciones tienen
que ver
con las funciones específicas que cumplen las regiones atrasadas en la sociedad
nacional,
como son proveer de mano de obra y materias primas baratas a los centros
urbanos y al extranjero. Esto le permite visualizar que las atrasadas no son
simplemente zonas a las que, por alguna determinada razón, no ha llegado el
desarrollo; sino que por el contrario, son estas mismas relaciones funcionales las
que habilitan a que las áreas subdesarrolladas
tienden a subdesarrollarse más.

El uso del concepto de modo de producción en América Latina:


algunos problemas teóricos* Agustín cueva

a partir de ciertos textos de André Gunder Frank y Luis Vitale 1 se


entabla una apasionada polémica sobre el carácter feudal o
capitalista de América Latina. la tesis de la existencia del sólo y único modo de
producción capitalista en América Latina desde la conquista ibérica hasta nuestros
días, se presentó a sí misma como la premisa indispensable para una correcta
línea política, consistente en la aplicación inmediata de la lucha armada destinada
a implantar, de manera igualmente inmediata, el socialismo en nuestros países.
la tesis del
pancapitalismo en América Latina, que se presentaba como la más
revolucionaria y auténticamente marxista, sólo podía sostenerse y
efectivamente se sostuvo sobre ciertas bases teóricas
proporcionadas por la ciencia social burguesa, que define al
capitalismo como una economía ―abierta‖ o por la simple
existencia de moneda y comercio; es decir, contradiciendo de
plano toda la obra de Marx y los otros clásicos del marxismo, que
revolucionaron precisamente aquella concepción.
Las tesis de un José Carlos Mariátegui, por
ejemplo que en la interpretación de su país descubrió una
articulación compleja de por lo menos cuatro modos de producción
–comunidad primitiva, feudalismo, elementos esclavistas y
capitalismo-, en un marco colonial y semicolonial que tampoco
dejó de percibir y analizar, en los Siete ensayos sobre todo, dista mucho de ser la
caricatura ―dualista‖ que Gunder Frank y otros se
empeñarán después en rebatir.
la teoría de la dependencia, corriente
hegemónica durante más de un lustro y que aún sigue ejerciendo
cierta influencia, hizo suyas las tesis de Frank o por lo menos
procedió como si ellas fueran ciertas abandonando por completo el
análisis de la articulación y evolución e los distintos modos de
producción en América Latina.

Primero, en virtud de que la intelectualidad ―neomarxista‖ de la


década pasada surgió y se desarrolló con una total desvinculación
orgánica del movimiento obrero, salvo muy contadas excepciones.
Segundo, porque una fuerte tradición nacionalista y populista había
inculcado en el grueso de la intelectualidad del Continente la
convicción de que nuestra historia es tan original, que mal cabe
―encajarla‖ dentro de conceptos y teorías (―moldes‖) ―foráneas‖,
vendidas de Europa en particular.
Tercero, porque una buena parte de los intelectuales
latinoamericanos partían de una formación de base (nos referimos
a su formación académica) muy poco marxista y menos todavía
leninista.
la interpretación que Ciro Cardoso
hace del marxismo esté más de cerca de una perspectiva weberiana
que de una tradición realmente marxista-leninista.
La
―definición demasiado estrecha de un modo de producción sólo –o
principalmente- en función de las relaciones de producción‖, que
autores como Ciro Cardoso engloban entre las ―concepciones
dogmáticas‖ 15, es la del propio Marx, a quien pertenece también la
afirmación de que ―lo único que distingue unos de otros los tipos
económicos de sociedad.
concepto de modo de producción y las situaciones colonial y de dependencia.
Para llegar a construir su teoría y comprender su carácter esencial, creo que es
necesario proponer el concepto –mejor dicho, la hipótesis de otra categoría: la de
modos de producción independientes‖.
En lo que al estudio del período colonial concierne, me parece
necesario llamar la atención sobre un problema metodológico
importante y que, como toda cuestión metodológica, remite al
plano teórico.

TEOTONIO DOS SANTOS


Subdesarrollo y dependencia.
Theotonio ubica y critica algunos errores en los enfoques tradicionales de la
dependencia; considera que la dependencia no es un factor externo, ya que la
situación internacional, donde se considera surge este movimiento, es tomada de
forma general. Como una forma cómoda de sustituir la dinámica interna por la
externa. Enfocar la dependencia como una condición que configura cierto tipo de
estructuras internas, significa tomar el desarrollo como un fenómeno histórico
mundial; como resultado de la de la formación, expansión y consolidación del
sistema capitalista.
Tal perspectiva implica la necesidad de integrar, en una solo historia, la
perspectiva de la expansión capitalista en los países hoy desarrollados y sus
resultados en los países por afectados.
El estudio del desarrollo del capitalismo en los centros hegemónicos dio origen a
la teoría del colonialismo y al imperialismo y por lo tanto el estudio del desarrollo,
desde los países periféricos debe dar origen a la teoría de la dependencia.
En ese sentido, dos santos considera limitada la teoría del colonialismo y del
imperialismo, por no enfocarlo desde los países dependientes. En ese sentido
plantea que comprender la dependencia, implica ampliar la teoría del imperialismo
y contribuye a la reformulación.

BAMBIRRA

Esa crisis generalizada —económica, política, social y cultural— echa por tierra la
concepción estratégico-táctica de los partidos comunistas que fundada en una
interpretación dogmática y esquemática de la realidad latinoamericana
preconizaba una alianza dé las clases explotadas con la burguesía nacional
progresista -dentro de la cual el proletariado debería luchar por su hegemonía-
para alcanzar la instalación de gobiernos nacionalistas y democráticos, vale decir,
"antioligárquicos", "antifeudales" y "antimperialistas". Y echa por tierra también
todos los supuestos básicos en los cuales se asentaba la teoría desarrollista de la
CEPAL, que ya han sido por lo demás analizados y criticados exhaustivamente
pero que vale la pena resumir en someras líneas: el supuesto de un "modelo" de
desarrollo calcado de los países desarrollados hacia el cual América Latina
debería encaminarse; para eso era necesario —y se creía posible- eliminar los
obstáculos sociopolíticos y culturales al desarrollo que estaban incrustados en las
llamadas "sociedades tradicionales" a través de la utilización racional de los
recursos nacionales por medio de un planeamiento racional; como condición de
ello era necesaria la movilización y organización de la voluntad nacional para la
política de desarrollo. El supuesto básico de que el desarrollo interesa a todos (sin
preguntar por cierto qué tipo de desarrollo interesa a cada clase) daba la premisa
clave para una ideología del desarrollo. Esa ideología ya venía siendo promovida
en América Latina a través de las mejores expresiones del nacionalismo populista.

Pues bien, la crisis del capitalismo dependiente cuestionaba todos estos


supuestos que se condensaban en la ilusión de la posibilidad de un desarrollo
nacional autónomo. La crisis ponía al desnudo una realidad que era otra y
contradecía los esquemas aparentemente muy lógicos. La crisis descubría el
nuevo carácter de la dependencia en América Latina. Esta, al generar nuevas y
más aguda e irresolubles contradicciones, liquidaba definitivamente la posibilidad
de un desarrollo capitalista nacional autónomo en el continente. Este nuevo
carácter de la dependencia, que empieza a configurarse a partir de la posguerra,
provenía del hecho de que la penetración del capital extranjero ya no se
circunscribía sólo al sector primario-exportador sino que paulatina-mente se dirigía
hacia el sector manufacturero a través de inversiones directas de capital-
maquinaria. Las burguesías industriales —allí donde han tenido la posibilidad
histórica de desarrollarse como tales- no tienen otra opción para sobrevivir como
clase que asociarse, en la condición de socio menor, al capital extranjero. Son
muchos los factores que determinan la marcha inexorable de este proceso de
asociación de las burguesías criollas al capital extranjero, como son varios los
factores que explican el porqué de esa penetración, pero esos aspectos ya han
sido analizados en otras partes por varios autores y por mí misma no es pues el
caso de repetirlos aquí. Sólo interesa subrayar — ¡una vez más! — que el
resultado de la desnacionalización de la propiedad privada de los medios de
producción tenía que determinar el fin de los proyectos de desarrollo nacional
autónomo. La consecuencia de este proceso en el plano político fue sin duda el
abandono realista, por parte de las burguesías nacionales del nacionalismo
populista, es decir, de la ideología que preconizaba el desarrollo nacional
antiimperialista con base en la pretendida alianza con las clases dominadas.

Por lo demás, esa pretendida alianza era algo quimérico en el escenario


sociopolítico que se configura en América Latina a partir del comienzo de los años
sesenta. En los primeros años de esta década se había gestado una clara
situación de ascenso del movimiento obrero y popular: huelgas obreras,
manifestaciones estudiantiles, movimientos campesinos, sectores subempleados
que se ha dado en llamar "marginales" y que irrumpen en el escenario político de
manera hasta entonces inédita, manifestaciones de protesta por parte de
intelectuales, intentos aún precarios pero en todo caso significativos de
coordinación entre las diversas clases explotadas, brotes de rebeldía y rebelión en
el seno de las fuerzas armadas.

De todos modos, yo creo que hoy, si hacemos un balance riguroso de lo que se ha


avanzado, no un auscultamiento superficial de aportes parciales, como suelen hacer los
críticos, en lo esencial las bases de la teoría de la dependencia han sido echadas, es decir, su
formulación teórica y su comprobación empírica están elaboradas de manera coherente,
sistematizadas y demostradas en un conjunto de obras fundamentales cuyo conocimiento es
indispensable para todos aquellos que están preocupados y comprometidos, no sólo con la
comprensión de la realidad sino sobre todo con su transformación. Es por esto que
considero que los estudios respecto de la dependencia adquieren un status de teoría.
Obviamente no en el sentido de una teoría general del modo de producción capitalista, pues
eso fue hecho por Marx; ni tampoco del "modo de producción capitalista dependiente",
pues esto no existe; sino del estudio de las formaciones económico-sociales capita-listas
dependientes, vale decir, el análisis a un nivel de abstracción más bajo, capaz de captar la
combinación específica de los modos de producción que han coexistido en América Latina
bajo la hegemonía del capitalismo.

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