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Oficina de la Procuradoria de la mujer

Inicio
Hallazgos y Recomendaciones
del “Informe sobre proceso investigativo realizado por la Policía de
¿Quiénes somos? Puerto Rico con relación a la querella presentada por unas agentes de
Material Educativo la Policía en contra del Lcdo. Pedro Toledo Dávila por Hostigamiento
Estadísticas Sexual en el empleo”
Leyes
Investigación realizada por la Procuraduría Auxiliar de Asuntos
Publicaciones
Legales de la Oficina de la Procuradora de las Mujeres, Informe de 17
Comunicados de Prensa y
de febrero de 2005.
Avisos
Calendario
“VI. Hallazgos
Contáctenos
Enlaces 1. En el 2001, agentes mujeres de la Policía de Puerto Rico asignadas a la escolta
Hallazgos y del Lcdo. Pedro Toledo Dávila solicitaron traslado de esas funciones por razón de
Recomendaciones
Investigación Policía de PR
hostigamiento sexual y otras alegaciones.
2. Estas querellas fueron investigadas por la Tenienta Vilma Fernández, Directora
de la División de Investigaciones de Casos de Violencia Doméstica y Hostigamiento
Sexual de la Policía de Puerto Rico de acuerdo al “Procedimiento Para Canalizar
Querellas sobre Hostigamiento Sexual en el Empleo”, Orden General 88-7,
Reglamento Núm. 3743 de la Policía de Puerto Rico.
3. Dos querellantes fueron trasladadas por sus supervisores de acuerdo a lo
solicitado por éstas a tenor con la Ley Núm. 17 de 22 de abril de 1988, según
enmendada, Ley contra el hostigamiento sexual en el empleo 29 L.P.R.A., secs. 155
et.seq. que requiere del patrono tomar una acción inmediata y apropiada para
corregir la situación de hostigamiento sexual.
4. La investigación de la División de Investigaciones de Casos de Violencia
Doméstica y Hostigamiento Sexual de la Policía de Puerto Rico finalizó el 4 de abril
de 2001 y se determinó lo siguiente:

“Conclusiones”:

· "Estos hechos que alegan las [Agente 1 y la Agente 2, se omiten los


nombres por confidencialidad] ocurrieron.”
· “Se ha denigrado a la mujer al ser utilizada como un símbolo sexual
y para complacer caprichos en funciones no oficiales por la persona que
tenía el poder absoluto en la dirección y supervisión de la Policía”.
· “A pesar que en ocasiones los supervisores fueron informados de
estos incidentes, éstos trataban de que las agentes no fueran llevadas a
estas situaciones, informándole al Lcdo. Toledo que éstas se encontraban
indispuestas.”
· "Se justifica la acción de los supervisores así como de las agentes de
no traer anteriormente estas situaciones, toda vez que ¿ a dónde se iban a
querellar?, ya que se trataba del Superintendente de la Policía y
Comisionado de Seguridad Pública del País y persona que goza de una
imagen pública intachable”.
· “No es hasta que el Lcdo. Pedro Toledo termina sus funciones en sus
cargos que éstas continúan en su escolta y éste sigue con sus acciones de
humillaciones hacia ella como mujer y deciden hablar sobre los sucesos”.

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“Recomendaciones”:

· "Esta investigación debe ser ampliada en su totalidad para


corroborar si el personal asignado a la escolta del Lic. Toledo se le esté
dando el uso adecuado en lo referente a las funciones de un Agente del
orden público”.

5. Esta investigación se le sometió al entonces, Cor. Héctor L. Laureano Rivas,


Superintendente Auxiliar en Investigaciones Administrativas y Asuntos
Disciplinarios. El Cor. Héctor L. Laureano Rivas le refirió dicha investigación al
Superintendente de la Policía, el Lic. Pierre Vivoni Del Valle, “para la acción que
estime correspondiente”, según surge de su comunicación escrita fechada 11 de
abril de 2001.
6. La Tenienta Vilma Fernández, Directora de División de Investigaciones de Casos
de Violencia Doméstica y Hostigamiento Sexual, el Coronel Héctor L. Laureano
Rivas, Superintendente Auxiliar en Investigaciones Administrativas y Asuntos
Disciplinarios, el Capitán Edwin Torres, Director de la escolta Grupo Especial G y el
Inspector Jorge Chaparro Tirado, Director de la Oficina de Seguridad y Protección,
cumplieron con su responsabilidad según el procedimiento establecido en el
reglamento sobre “Procedimiento Para Canalizar Querellas sobre Hostigamiento
Sexual en el Empleo”, Orden General 88-7, Reglamento Núm. 3743 de la Policía de
Puerto Rico.
7. Con relación a la orientación sobre los derechos de las víctimas de hostigamiento
sexual en el empleo, no queda claro si fueron adecuadamente orientadas ya que la
Agente 1 no recuerda si fue orientada o no por algún personal de la Policía de
Puerto Rico con respecto a sus derechos. Este aspecto es de mucha importancia ya
que en estos casos hay términos prescriptivos dispuestos en la ley que de no
cumplirse con éstos, la víctima se quedaría desprovista de remedios legales.
8. El Lcdo. Pierre Vivoni Del Valle, entonces Superintendente no tomó acción, ni
ordenó medida alguna para evaluar y regular el uso que el Ex-Superintendente
daba a su escolta y a la escolta de su familia a pesar de que la investigación
recomendó: “corroborar si el personal asignado a la escolta del Lic. Toledo se le
está dando el uso adecuado en lo referente a las funciones de un agente del orden
público”. No hubo determinación formal ni oficial por parte de éste para este caso.
No aparece en el expediente que hubiese informes al Lcdo. Toledo sobre los
resultados de la investigación ni que le informara sobre la Política Pública de la
Policía y del Estado Libre Asociado de Puerto Rico sobre hostigamiento sexual y uso
adecuado de las escoltas. No hay ni orden de archivo, desestimación o resolución o
nota alguna. El Ex Superintendente pudo haber referido también la investigación al
Departamento de Justicia para una opinión legal así como a las Oficinas de Ética
Gubernamental y a la Oficina del Contralor.
9. Para la fecha en que ocurrieron los hechos de hostigamiento sexual no existía
un procedimiento interno ni normativa que regulara los usos y funciones de la
escolta del Ex-Superintendente, Ex-Gobernador y otros funcionarios.
10. No consta en el expediente ni en los documentos entregados a la OPM como
parte de un requerimiento oficial que se le hizo a la Policía de Puerto Rico sobre
documentación relacionada al uso de las escoltas, contestación a la solicitud de
Opinión Legal que le hiciera el entonces Capitán Edwin Torres, Director de la
escolta Grupo Especial G, por conducto del Inspector Jorge Chaparro Tirado,
Director de la Oficina de Seguridad y Protección al Lcdo. Francisco Catalá Barrera,
Director de la División Legal el 9 de marzo de 2001.
11. El 7 de enero de 2003, el entonces superintendente de la Policía, Lcdo. Víctor

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M. Rivera González firmó la Orden General Núm. 2003-9 sobre “La Creación y
Organización de la Oficina de Seguridad y Protección”. Esta Orden dispone que la
Oficina de Seguridad y Protección será la que tendrá a cargo los servicios de escolta
y protección al Superintendente, Ex-Superintendente, Ex-Gobernador/a,
Dignatarios y Funcionarios de Alta Jerarquía del Gobierno de Puerto Rico.
12. Aunque la orden es un adelanto en la dirección correcta como esfuerzo
necesario en la creación de una normativa para regular el uso de la escolta, en
ninguno de los casos se establece disposición sobre su uso adecuado n i sobre
actos de hostigamiento sexual en el empleo. Esto deja a la discreción absoluta del
Superintendente, Ex Superintendente, Ex Gobernador o el funcionario(a) que recibe
los servicios de escolta el control y disposición en el uso de la escolta y sin
remedios adecuados para el personal que trabaja en la escolta. Esta situación se
agudiza cuando las personas a quienes se les brinda el servicio ya no son
empleados y empleadas de ninguna agencia. Este sería el caso por ejemplo, del Ex-
Superintendente, Ex-Gobernador/a y otros funcionarios del Gobierno de Puerto Rico
o dignatarios. Esta laguna permite que continúen conductas constitutivas de
hostigamiento sexual sin otras medidas remediativas que los traslados.

RECOMENDACIONES

1. Se hace necesaria una Orden Ejecutiva a los efectos de regular las funciones y los usos
adecuados de las escoltas y a su vez, ampliar lo dispuesto en la Orden General 2003-9 de la
Policía de Puerto Rico para proteger a las escoltas de hostigamiento sexual mientras se
desempeñan en esas funciones. La Orden deberá incluir disposiciones de que los usos
inadecuados o violación a las políticas públicas existentes, podrá dar por terminado el
privilegio de la escolta que concede la ley.
2. La Policía de Puerto Rico debe asegurarse de cumplir cabalmente con el procedimiento
interno vigente “Reglamento para establecer la política pública y procedimientos para
radicar querellas de hostigamiento sexual en la Policía de Puerto Rico” y emitir las
determinaciones finales que correspondan luego de las investigaciones realizadas según el
trámite administrativo interno. Esto incluye la determinación o disposición final del caso
que haga el Superintendente.
3. Para reiterar la importancia de la política pública de hostigamiento sexual en el empleo y
los remedios administrativos y judiciales disponibles para aquellas personas que sientan que
son víctimas de hostigamiento sexual en el empleo y las garantías y opciones que la política
pública les reconoce, se hace necesario que el Estado descargue su responsabilidad para
con sus empleados y empleadas del servicio público. Por tanto, recomendamos que se
elabore un programa de educación mandatorio dirigido a los/as jefes/as de agencias y
gerenciales de alto nivel de forma tal que el Gobierno como patrono se asegure del
cumplimiento con la Ley Número 17 del 22 de abril de 1988, según enmendada y la política
pública tras ella.
4. Los servicios de escolta a Superintendentes, Ex Superintendentes, Ex Gobernadores(as),
funcionarios y dignatarios surgen por disposición de ley. Este servicio es brindado por
empleados/as públicos/as, agentes de la Policía de Puerto Rico que brindan un servicio
directo de protección a estas personas no funcionarias de la Policía de Puerto Rico. Ante la
ausencia de mecanismos para responsabilizar a los terceros que reciben los servicios
directos de escolta por actos de hostigamiento sexual contra los agentes y las agentes que
se la ofrecen, la Policía de Puerto Rico deberá asegurarse que al momento de comenzar a
brindar ese servicio le requiera al tercero o tercera que se comprometa al cumplimiento de
las políticas públicas del Estado; especialmente aquellas para evitar el discrimen por razón
de sexo, particularmente, el hostigamiento sexual en el empleo. Ese compromiso deberá ser
por escrito.

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De igual forma, la Policía de Puerto Rico deberá orientar al tercero sobre la normativa del
uso adecuado de la escolta así como los usos no permitidos. La Policía de Puerto Rico
también deberá certificar que ha entregado las políticas públicas sobre hostigamiento sexual
en el empleo y otras vigentes. De existir una alegación de uso inapropiado y de ésta
determinarse como cierta, luego de la investigación realizada conforme el procedimiento
vigente “Reglamento para establecer la Política Pública y Procedimientos para Radicar
Querellas de Hostigamiento Sexual en la Policía de Puerto Rico” la Policía de Puerto Rico
podrá dar por terminado el servicio de escolta y tomar otras medidas que procedan.
5. La OPM debe referir esta investigación a la Oficina del Contralor de Puerto Rico y a la
Oficina de Ética Gubernamental para la acción correspondiente.”

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