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En Colombia esta garantizado el derecho de asociación en todas las esferas de la sociedad, este
derecho según el desarrollo normativo existente, se hace efectivo planamente con la interpretación
Constitucional del Estado Social de Derecho.
Esta afirmación de orden legal y constitucional, no es del todo cierta en la práctica, ya que nuestra
sociedad es en términos generales es intolerante, excluyente, vivimos modelos autoritarios, que
limitan y desconocen derechos, tanto en las esferas de poder como en la misma sociedad civil, lo
cual hace inaplicable los postulados que conforman este derecho.
El derecho civil permite las sociedades de este tipo, y se traduce en organizaciones sociales como
los clubes, las asociaciones de padres de familia, de conjuntos residenciales las juntas de acción
comunal otras, que tienen intereses comunes, normatividad propia, autonomía de funcionamiento,
logros y resultados para el desarrollo de sus objetivos de asociación.
Las leyes 79 de 1.988 y 454 de 1.9984 reglamentan la libertad de asociación bajo las normas de la
economía solidaria, normas que se han tergiversado, utilizando las cooperativas para vincular
actividades propias del orden laboral, vulnerando los derechos fundamentales de los/as
trabajadores/as tanto del sector privado como del publico, desconociéndoles de plano sus
prestaciones sociales, cesantías, vacaciones, y obligándolos a pagar del escaso emolumento que
perciben la Seguridad Social (Salud y Pensiones) . Podríamos mencionar que en teoría estas
organizaciones fueron enfocadas como un sistema socioeconómico, cultural y ambiental
conformado por un conjunto de fuerzas sociales organizadas en formas asociativas identificadas por
prácticas autogestionarias solidarias, democráticas y humanistas, sin ánimo de lucro para el
desarrollo integral del ser humano como sujeto, actor y fin de la economía. Pero en la práctica estos
postulados son arrasados y tergiversados, por enfoques de corte libremercantista, donde se va al
traste con la esencia de estas organizaciones solidarias, dando paso a modelos en las relaciones
laborales que vulneran y acaban con décadas de lucha adelantadas por el movimiento sindical no
solamente en nuestro medio, sino a nivel transnacional.
Con respecto a los servidores públicos y la función publica, el Art. 122 de la carta fundamental nos
ilustra de la siguiente forma.
ARTÍCULO 122. No habrá empleo público que no tenga funciones detalladas en ley o
reglamento y para proveer los de carácter remunerado se requiere que estén
contemplados en la respectiva planta y previstos sus emolumentos en el presupuesto
correspondiente.
La anterior disposición constitucional, establece que los trabajadores al servicio del estado son de
vinculación legal y reglamentaria, con respecto a la función pública, pero que igualmente son
titulares del derecho fundamental de asociación según los artículos 38 y 39 de la Carta Política.
Por otra parte la actividad administrativa, encargada de la promoción y control de las normas
laborales en el país que es el Ministerio de la Protección Social, parecería que su misión es contraria
a los fundamentos constitucionales, las normas vigentes y su misma razón de ser como protección
social y del trabajo, lo que vemos los/as trabajadores al servicio del estado es que se obstaculiza el
derecho de asociación, poniendo trabas administrativas de procedimiento que son subsanables
incluso de oficio por la entidad, para el reconocimiento de juntas directivas, y cambios en las
mismas, situación que conlleva a propiciar el decaimiento de los actos administrativos que los
reconocen, y de esta forma dar paso a los empleadores para solicitar la nulidad de los mismos,
dejando a los/as trabajadores sin ninguna garantía para ejercer el libre derecho de asociación con la
clara posibilidad de despidos sin fuero sindical.
Otra practica usual que vulnera el derecho de asociación en los/as trabajadores en el tramite de las
diferencias cuando estas se presentan, consiste en resolverlos mediante tribunales de arbitramento,
aduciendo que esta en peligro la prestación de un servicio publico esencial, cuando la ley no ha
cumplido lo ordenado en la constitución de determinar cuales son los llamados servicios públicos
esenciales, ante la ausencia de norma en concreto se procede pro vía administrativa a convocar los
tribunales de arbitramento, vulnerando de esta forma, el derecho de asociación, la autoría para
ejercer sus funciones que le otorga la ley a las organizaciones de trabajadores/as al igual que los
convenios internaciones OIT ratificados por el estado Colombiano.
Se le endilga a los personas al servicio del estado y sector privado la poca claridad política y
ausencia de conciencia social, lo que indudablemente contribuye entre otras causas a las bajas tasas
de sindicalización , sino que además no nos permite visualizar la importancia de grandes sindicatos,
como lo aprobó el V congreso de la Central mas importante del país y con mayor reconocimiento
mundial como es la CUT, que entre otras aspectos además de la salida negociada al conflicto
armado y el intercambio humanitario , y clamar por el derecho a la vida, está por el fortalecimiento
del Movimiento sindical y para tal efecto definió como política la construcción de 17 grandes
sindicatos de Industria o actividad económica y poder enfrentar con mayores posibilidades de éxito
la feroz arremetida del modelo Neoliberal que busca arrasar con la existencia del movimiento
sindical colombiano, por parte de los Gobernantes de Turno.
Frente a este panorama pareciera que no ocurriera nada, con la anuencia de algunos medios de
comunicación el establecimiento que hacen parte de este sortilegio de políticas. Pero de igual forma
existe una responsabilidad compartida de los trabajadores y sus directivos, ya que las cosas ocurren
y no se genera una organización coherente frente a los mencionados hechos.
De un lado los trabajadores afilados o no a una organización sindical no muestran el interés por unir
criterios que permitieran fortalecer una postura frente al diseño de estas políticas públicas laborales,
o por lo menos participar en los procesos de formación y sensibilización promovido desde el
movimiento social, con lo cual se reconocería sus problemáticas y salidas planteadas desde las
centrales obreras.
De otro lado es necesario continuar realizando esfuerzos para que se consoliden procesos de unidad
desde las organizaciones sindicales, con lo cual se podrá superar el fraccionamiento sindical y
buscan unidad en torno a bienes comunes del gremio y sectores de clase.
Aunado a lo anterior, errores cometidos por algunos y algunas dirigentes sindicales los cuales son
ampliamente conocidos en el país y magnificados por los medios masivos de comunicación al
servicio del estado, creando en el imaginario cotidiano que las organizaciones sindicales no
representan a nadie y por el contrario son un obstáculo para la inversión extranjera y no producimos
ningún tipo de valor agregado a la economía y al conjunto de la sociedad Colombiana, de igual
manera en los últimos diez (10) años la Central Unitaria de Trabajadores de Colombia CUT ha
sufrido la eliminación física de 1600 de sus mejores hombres y mujeres de los cuales según datos de
la fiscalia general de la nación el 92.2% de estos homicidios han quedado en la impunidad, lo que
constituye no solo un mensaje de dolor de angustia y desesperanza para los que escogimos como
proyecto de vida ser sindicalistas sino que hace aun más gravoso el derecho de asociación en
Colombia. No obstante lo anterior con la venia del Gran Arquitecto del Universo seguimos
soñando con un país más justo, y una sociedad menos excluyente y apática.
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Constitución Política de 1.991